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La hipoglucemia es un cuadro clínico caracterizado por un descenso de glucosa (azúcar) en la sangre por debajo de
45-54 mg/dl (miligramos por decilitro). Generalmente se asocian otros síntomas que desaparecen, en 10-15
minutos, tras la toma de azúcar.
La insulina es una hormona, producida en el páncreas, que induce a las células del cuerpo, en especial las
del hígado, a absorber la glucosa de la sangre. Normalmente la glucosa en la sangre se eleva después de
las comidas; el páncreas responde segregando insulina que a su vez baja la glucosa en la sangre.
TIPOS DE HIPOGLUCEMIA
hambriento , tembloroso
somnoliento
ansioso , mareado
confundido o nervioso
Agitación
Dificultad para concentrarse
Sudación
Cambios inexplicados de conducta
Pérdida transitoria de conciencia
Algunas personas tienen dificultad para hablar y también se sienten débiles.
Un aspecto importante del diagnóstico es medir el nivel de glucosa en la sangre para ver si está
realmente bajo (de 55 mg/dL o menos) cuando usted tiene síntomas. Su médico revisará su nivel de
glucosa y posiblemente pida otras pruebas. Un medidor personal de glucosa no es suficientemente
exacto para el diagnóstico.
Para la hipoglucemia de ayuno, se le mide la glucosa cada ciertas horas mientras ayuna durante
varios días. Para la hipoglucemia reactiva, es posible que se le haga una prueba llamada prueba
de tolerancia a alimentos mixtos (mixed-meal tolerance test o MMTT).
Para la prueba MMTT, primero toma una bebida especial que contiene proteínas, grasas y
azúcar. La bebida eleva su nivel de glucosa en la sangre, lo que hace que el cuerpo produzca
más insulina. Luego se le mide el nivel de glucosa varias veces durante las siguientes cinco
horas.
Ambas pruebas determinan si el nivel de glucosa en la sangre baja demasiado. Es posible que su
médico también le haga un análisis de sangre para determinar el nivel de insulina u otras sustancias.
El tratamiento depende de la causa de la hipoglucemia. Por ejemplo, si usted tiene un tumor, necesitará
cirugía. Si un medicamento le está causando hipoglucemia, debe cambiar de medicamento.
Para el tratamiento inmediato de un bajo nivel de glucosa en la sangre, asegúrese de comer o beber 15
gramos de carbohidratos (a manera de caramelos, jugo o tabletas de glucosa).
Algunos médicos recomiendan una dieta con mucha proteína y pocos carbohidratos, pero no se ha
demostrado que este tipo de alimentación sea beneficiosa para la hipoglucemia.
La mejor manera para mejorar o reducir los síntomas de la hipoglicemia es una dieta controlada y
completa que debe tener en cuenta los siguientes puntos:
EJERCICIO Y DIETA
El ejercicio baja los niveles de glucosa pero normalmente no produce hipoglucemia en personas sanas. Si
aparecen síntomas de hipoglucemia durante el ejercicio, se debe tomar hidratos de carbono de absorción
lenta o complejos (pasta, arroz, legumbres) antes de comenzar la actividad; durante el ejercicio se pueden
tomar hidratos de carbono simples, como glucosa o azúcar.
Cuando se diagnostica hipoglucemia reactiva lo más importante es modificar la dieta. Ésta debe ser
abundante en hidratos de carbono complejos (patatas, arroz, pasta, legumbres) y los alimentos deben
repartirse en varias comidas pequeñas (desayuno, almuerzo, cena con refrigerios a media mañana, media
tarde y antes de acostarse) para evitar la estimulación excesiva del páncreas y las fluctuaciones en la
secreción de insulina.
QUÉ HACER ANTE UNA HIPOGLUCEMIA
• Si se tiene posibilidad, se debe hacer una glucemia capilar con rapidez y actuar. En
caso de duda, hay que actuar como si la hipoglucemia estuviese confirmada.
• Debe repetirse la toma al cabo de 15-30 minutos si persisten los síntomas y/o la
glucemia se mantiene por debajo de 70 mg/dl.
• Si el paciente ha perdido la consciencia, nunca hay que darle alimentos por boca.
Debemos inyectarle glucagón y contactar con el equipo sanitario (teléfono: 112).
Permanecer expectantes durante 5-10 minutos y si no se produce la recuperación de la
consciencia, administrar glucagón de nuevo.
• En caso de no disponer de glucagón podría aplicarse pasta de azúcar o miel con los
dedos por la parte interna de la boca o bajo la lengua y contactar con el equipo sanitario
a la mayor brevedad posible.
CAUSAS
La insuficiencia suprarrenal puede ser causada por varios factores: trastornos autoinmunes, infecciones,
cáncer, trauma, hiperplasia suprarrenal congénita y la extirpación quirúrgica de la pituitaria o de las
glándulas suprarrenales. La insuficiencia suprarrenal también puede ser una condición temporal causada
por el uso prolongado de esteroides, por medicamentos para bajar el cortisol para el síndrome de Cushing
y por la extirpación de un tumor de la glándula suprarrenal.
HIPOGLUCEMIA
Hay varios síntomas que están asociados con la insuficiencia suprarrenal como fatiga, debilidad,
pérdida de apetito, náuseas y vómitos, pero la hipoglucemia puede ser una de las más peligrosas. La
insuficiencia suprarrenal primaria y secundaria se caracterizan por los bajos niveles de cortisol. Debido a
esto, la glucosa en sangre, principal fuente de energía del cuerpo, no está regulada de manera eficiente
y puede caer a niveles peligrosamente bajos. La hipoglucemia en la insuficiencia suprarrenal es más
frecuente en los niños.
SÍNTOMAS Y COMPLICACIONES DE LA HIPOGLUCEMIA
Si las células del organismo están privadas de glucosa, el cuerpo entra en modo de hambre. Los
síntomas de hipoglucemia incluyen confusión, incapacidad para realizar tareas rutinarias, visión borrosa o
doble, palpitaciones, temblores, ansiedad, sudoración y hambre. Si se ignoran estos síntomas pueden
producirse, convulsiones, pérdida del conocimiento y muerte.
TRATAMIENTO
Según los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health), la insuficiencia suprarrenal se
trata con medicinas hormonales de reemplazo diarias. La hidrocortisona, la dexametasona o la
prednisona son glucocorticoides sintéticos que se pueden prescribir para actuar como un sustituto del
cortisol. Para aquellos que tienen aldosterona insuficiente, se sustituye esta hormona con acetato de
flludrocortisona, que puede requerir un aumento en el consumo de sal. Durante una crisis de insuficiencia
suprarrenal aguda, que es una condición que pone en riesgo la vida y que se caracteriza por hipoglucemia
y baja presión arterial acompañada de altos niveles de potasio, se requieren inyecciones intravenosas
inmediatas de glucocorticoides y soluciones salinas y de dextrosa. Después de la recuperación, las
cantidades de glucocorticoides y mineralocorticoides son reducidas a dosis de mantenimiento.
Este trastorno puede estar causado por diversos factores, incluidos ciertos trastornos
inflamatorios, un tumor en la hipófisis o un aporte insuficiente de sangre a esta glándula.
Los síntomas dependen de la hormona que escasee e incluyen: baja estatura, infertilidad,
intolerancia al frío, fatiga e incapacidad de producir leche materna.
El diagnóstico se basa en la medición de las concentraciones de las hormonas hipofisarias en
la sangre y en los resultados de las pruebas de diagnóstico por la imagen realizadas en la
hipófisis.
El tratamiento está dirigido a contrarrestar la carencia hormonal con sustancias sintéticas,
pero puede requerir la extirpación quirúrgica de algún tumor hipofisario o la radioterapia.
Síntomas y complicaciones
Aunque en ocasiones los síntomas comienzan de forma repentina y alarmante, por lo general son
graduales y pasan inadvertidos durante mucho tiempo. Los síntomas dependen de las hormonas
hipofisarias que escaseen. En algunos casos, disminuye la producción de una sola hormona
hipofisaria, aunque lo habitual es que se reduzcan las concentraciones de varias hormonas al mismo
tiempo (panhipopituitarismo o insuficiencia hipofisaria global). La producción de las hormonas del
crecimiento, luteinizante y foliculoestimulante suele disminuir antes de que lo hagan las hormonas
estimulante del tiroides y adrenocorticotrófica (hormona adrenocorticotropa o corticotropina).
La carencia de la hormona estimulante del tiroides (tirotropina) provoca una menor actividad de la
glándula tiroidea (hipotiroidismo), lo que da lugar a algunos síntomas tales como confusión mental,
intolerancia al frío, aumento de peso, estreñimiento y sequedad de la piel. Sin embargo, la mayoría
de los casos de hipotiroidismo se deben a un problema originado en la propia glándula tiroidea y no a
una menor concentración de las hormonas hipofisarias.
C. CANCER DE PANCREAS
El páncreas es un órgano que produce hormonas; algunas de ellas (la gastrina, por ejemplo) se liberan hacia
el intestino, lo cual se conoce como páncreas exocrino, y otras hacia la sangre (insulina, glucagón). A los
grupos celulares que tienen esta última función se les denomina "islotes de Langerhans".
Los tumores de páncreas son en general productores de hormonas, y reciben el nombre de la hormona que
sintetizan en abundancia: insulinoma si es insulina, glucagonoma, y gastrinoma. Existe también la
posibilidad de que secreten otros tipos de hormonas que habitualmente no son producidas por el páncreas,
pero son casos verdaderamente excepcionales.
El efecto inicial más común de los tumores pancreáticos, ya que producen hormonas de manera abundante,
es el de un exceso de actividad hormonal de alguna de estas tres estirpes que hemos señalado. Así, lo que
encontramos es un funcionamiento exagerado de algunos de sus efectos:
insulina: normalmente introduce la glucosa desde la sangre hacia dentro de la célula. Cuando hay
un exceso de insulina, el primer efecto es una cifra de glucemia muy por debajo de lo normal;
esto se denomina hipoglucemia. Los efectos de una hipoglucemia son los mismos que los que
experimenta un diabético si se inyecta excesiva insulina, y aunque varían entre individuos
normalmente oscilan entre un leve mareo, un cuadro confusional, una pérdida de conocimiento, un
coma profundo y la muerte, si no se normalizan las cifras de glucosa. Todos los síntomas
inicialmente son leves, y mejoran cuando se ingiere glucosa; los peores momentos son en caso de
ayunos prolongados, o tras hacer ejercicio. Con los meses, la clínica va empeorando y los síntomas
se producen más continuamente, y más intensamente.
glucagón: tiene un efecto opuesto a la insulina.
gastrina: favorece la secreción ácida gástrica; los tumores productores de gastrina son altamente
productores de úlceras gastrointestinales por este motivo. Estas se englobarían en este caso en el
denominado "síndrome de Zollinger-Ellison".
En sus etapas tempranas, el cáncer de páncreas generalmente no tiene ningún síntoma obvio. A veces los
síntomas se presentan de forma sutil y pueden pasar desapercibidos. Por esta razón, la mayoría de los cánceres
de páncreas se diagnostícan en una etapa avanzada. Los síntomas del cáncer de páncreas incluyen:
Ictericia: Los ojos y la piel se tornan amarillos. Esto es causado por la obstrucción de los ductos biliares que
unen los ductos del páncreas.
Pérdida de peso: Pérdida de peso sin una razón aparente
Dolor en el abdomen y la espalda: Un dolor sorrdo en el abdomen que se extiende hasta la espalda. Este
puede ser peor después de comer.
Esteatorrea: Este es el paso de heces grasas. Debido a que las heces contienen una gran cantidad de grasa,
flotan notablemente en el agua.
Intolerancia a la glucosa: Niveles anormalmente altos de glucosa en la sangre.
Cáncer y tumores
Qué es?
El cáncer es una enfermedad de las células que componen las distintas partes de nuestro organismo.
En un individuo sano, las células se dividen y después, como todo ser vivo, mueren; este proceso de
muerte, o suicidio celular, también se denomina apoptosis.
Durante los primeros años de vida, las células se multiplican con rapidez, hasta alcanzar la edad adulta,
en ese momento la división celular se produce no para crecer, sino para reparar los tejidos que se van
deteriorando o paliar determinadas lesiones. A diferencia de las células sanas, las cancerosas
continúan multiplicándose, por un cúmulo de causas aún desconocidas, en las que pueden influir
factores genéticos y exógenos (estilo de vida, medioambiente, infecciones víricas, etc.) Esta continua
división celular produce acumulaciones de células o bultos anómalos, que son los tumores.
Tipos de tumores
Los tumores pueden ser benignos o malignos. Si el tumor es benigno, las células se multiplican de
forma descontrolada, pero no se extienden a otras partes del organismo. Generalmente, los tumores
benignos no ponen en peligro la vida, aunque si continúan creciendo, la presión puede terminar
afectando a los órganos cercanos, por lo que suele ser necesario extirparlos. En cambio, si el tumor es
maligno (cáncer), las células que lo forman tienen capacidad para extenderse a otras áreas del
organismo y también pueden crecer en estos órganos. Esta propagación es lo que se denomina
metástasis.
A pesar de los órganos que están afectados por la metástasis, el cáncer está determinado por el lugar
originario donde se forma; así, si un cáncer de mama se propaga o metastatiza en los huesos, sigue
siendo un cáncer de mama.
Las células cancerosas utilizan como vías de transmisión el sistema sanguíneo y el linfático. El
sistema linfático está compuesto por los ganglios y vasos linfáticos, distribuidos por todo el organismo.
Los vasos linfáticos son similares a los sanguíneos, salvo que en lugar de sangre, transportan linfa, un
líquido compuesto por desechos de tejido y de células inmunológicas, que constituyen los restos de la
lucha que el organismo ha mantenido contra una infección. Los ganglios linfáticos son pequeños grupos
de células, que conectan los vasos linfáticos; los ganglios resultan esenciales para combatir las
infecciones.
Una de las fórmulas para analizar la gravedad de un cáncer, reside en comprobar si las células cancerosas
han invadido el sistema linfático y se han extendido a los ganglios. Además, hay cánceres que no forman
tumores sólidos: la leucemia, por ejemplo, es un cáncer de la sangre. Para determinar si un tumor es
benigno o maligno, los especialistas recurren a una prueba de análisis, llamada biopsia . Un tumor
puede detectarse cuando ha adquirido un tamaño de entre 0,5 y 1 cm de diámetro; el médico extrae una
pequeña muestra del tejido tumoral y la observa al microscopio, para determinar el tipo de células que lo
forman.
Aproximadamente, existen 200 tipos diferentes de cáncer, cada uno de los cuales requiere un
tratamiento específico, dependiendo de su tamaño, de su capacidad de propagación y de la respuesta
que ofrezca a las distintas terapias aplicables.