Vous êtes sur la page 1sur 1

Desde muy joven he luchado con la queja, ha sido una manera de desahogarme para no sentirme

triste por algunas cosas o cambios en mi vida. Nunca la vi como pecado y después de mi
conversión continúe con las quejas constantes acerca de mi cuerpo, la ropa, mi trabajo, mi pareja,
mi familia y mis situaciones. En mi trabajo me quejaba por todo pues mi deseo siempre ha sido
desarrollarme en mi área, Marketing. Pero Dios por razones que desconozco no lo ha permitido. Mi
descontento con Su voluntad me hizo dar mal ejemplo como cristiana a mis compañeras de
trabajo, al punto que muchas me cuestionaban y me tildaban de ser una persona negativa.
Una de mis motivaciones al escribir sobre este tema es que muchas de nosotras aún no sabemos
cuánto la queja desagrada a Dios y servimos de piedra de tropiezo a otros.
Aunque nuestro amado Dios me ha cambiado aún sigo orando y luchando con vivir sin
murmuraciones ni quejas. (Filipenses 2:14 Haced todas las cosas sin murmuraciones ni
discusiones.)
Según el diccionario, la queja es una expresión de dolor, pena, disgusto, disconformidad o enfado.
Por eso debemos preguntarnos ¿cuándo me quejo? En mi caso, en estas ocasiones: a) Cuando
tengo expectativas muy altas que no se cumplen; o b) Cuando no estoy de acuerdo con
alguna situación; o c) cuando no logro alcanzar mis metas. Te invito a cuestionarte ¿Cuál es
tu motivación realmente cuando te quejas?
¿Por qué es la queja un pecado contra Dios? Porque es decirle a Dios que está equivocado y
que realmente estamos inconformes con Su voluntad en nuestras vidas o que entendemos que
merecemos algo mejor de lo que Él ha permitido. Es olvidarse de que Él es un Dios bueno y que
permite las cosas en nuestras vidas por una razón.
Escuché en una prédica 6 motivos por los cuales debemos ser cuidadosas con la queja, a
continuación se los comparto:
1. La queja es una manifestación de inconformidad y rebeldía hacia la dirección de Dios.
2. Cuando nos quejamos pecamos contra el carácter de Dios, ponemos en duda que Él es un Dios
bueno, poderoso y fiel.
3. Es una manifestación de injusticia, considerando bueno lo que realmente es malo y lo que
nosotros consideramos malo cuando realmente es bueno.
4. La queja se convierte en amargura que contagia a los demás.
5. Muchas veces es una manifestación de codicia, porque siempre queremos más y más.
6. Nos quita el gozo y el disfrute de las maravillas de Dios a nuestro alrededor.
Cuando nos sintamos tentadas a quejarnos, les comparto algunos de mis versículos favoritos:
Job 7:17 ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, para que te preocupes por él?
Romanos 12:2 “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de
vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y
perfecto”.

Vous aimerez peut-être aussi