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El choque digital resulta de una excepcional coyuntura que combinó, a mediados de los 90, varios
parámetros multiplicadores:
*El movimiento de los multimedia (tecnologías numéricas multisensoriales) gestado por una casta
de artistas en la década del 80, cuya propuesta radicaba en la posibilidad de un lenguaje común de
las artes: el lenguaje binario de la informática, que implementaba interfaces entre imagen,
movimiento, sonido, conectados con la interactividad, luego con internet a partir de 1995. Una
verdadera revolución que finalmente asoció a los MULTIMEDIA y a las TIC.
*Es así como el choque digital condensa varios fenómenos multiplicadores en simultáneo:
*Los iconos y pictogramas que brillan en las pantallas nos introducen ritualmente en un cibermundo
NEOPRIMITIVO. Este fenómeno parece responder a una ley que indica que: cuanto más las
tecnologías nos muestran el poder de los hombres, más se amplía la distancia entre el progreso
evidente de las mismas y la regresión de nuestro imaginario.
*Esta paradoja del neoprimitivismo responde a que las tecnologías progresan más rápido que
nuestra conciencia. El sentido del mundo se nos escapa cada vez más, mientras que la tecnología
acelera sus procesos y multiplica los desafíos para la humanidad. El siglo XXI, bajo el signo de lo
numérico evoca a una nueva edad media. Es llamativo que todo su potencial estribe en el lenguaje
más primitivo que se pueda concebir, el binario (0 y 1).
*El cambio que se produce en la “edad numérica” no se trata sólo de acomodamientos de grados
variables, es decir, un cambio de tecnología o productivo, sino que implica una re-configuración de
nuestra visión, nuestra comprensión del mundo, lo cual incide de manera radical sobre nuestros
valores referenciales, nuestro modo de pensar, nuestra sensibilidad, nuestros modos de acción, y
nuestro humanismo. Pero, de manera paradógica, éstos cambios no han implicado grandes guerras o
sucesos de revueltas históricas, como en muchas otras revoluciones, se dio de manera sigilosa, con
una apariencia “moderada”. De ahí tiene lugar la:
Bajo un apariencia moderada, la revolución numérica despliega en realidad una fuerza radical y
brutal en razón de su instantaneidad, su aceleración, de su lógica globalizante y de la inmediatez
de su extensión a todos los ámbitos.
*La revolución tecnológica no es sangrienta, no mata, parece inclusive moderada y racional. Pero se
instala y se extiende a todas las actividades humanas de manera tan rápida que se vuelve violenta →
la guerra, la ciencia, la industria, el comercio, el arte, la política, la vida privada. Para cada uno de
nosotros, y para cada ámbito, hay que decidirse, ser o no ser numérico.
*La informática impone nuevas reglas de juego a todos (sin excepción): mismo lenguaje universal
(binario), misma lógica, mismos equipamientos.
*La nueva ley numérica es omnipotente: Con la ayuda de programas y satélites, se convirtió en un
gran monitor de control de todo lo que se mueve o comunica en nuestro planeta.
*La revolución neutraliza nuestra conciencia e inhibe nuestro espíritu crítico. Hemos caído en la
utopía de lo tecnológico como solución a todos nuestros males. Esta utopía nos enceguese
impidiéndonos vislumbrar otros escenarios posibles de la aventura humana. La utopía tecnológica
se volvió la ideología dominante, provocando la alienación del espíritu, y la aceptación inconsciente
del dominio de los poderosos.
*El espíritu humano no es la extensión de ninguna tecnología. El espíritu crítico está en cada uno de
nosotros, sólo que lo numérico induce a una fascinación inconsciente.
Capítulo 9
*El arte numérico se volverá discreto y anónimo y se fundirá en nuestra sociedad. En las antiguas
sociedades no había artistas, ni museos, ni mercado, ni coleccionistas. La vida colectiva, sus objetos
y sus ritos tenían una dimensión estética y artística notable, a las que todos adherían, y artistas-
artesanos trabajaban en ello según la demanda social. En la era de los numérico, el arte vuelve a su
naturaleza social profunda, reanuda su función primera.
La aventura de la ciencia
*En este comienzo de milenio el arte atraviesa un período de crisis. Tanto las obras tradicionales
como numéricas nos decepcionan. En la aventura de la ciencia actual descubrimos más
imaginación, audacia y creatividad que en el arte. La frontera entre arte y ciencia desaparece. La
ciencia y la tecnología interpretan el mundo, lo interrogan y cambian, como la literatura y el arte.
*La ciencia devino en tecno-ciencia. Crea su propia tecnología de investigación científica, que a la
vez permite y orienta, e inclusive determina los progresos científicos.
El arte es icónico o no es
*En la sociedad del tercer milenio, el arte numérico, con sus iconos catódicos, evoca el rol de los
pictogramas. El arte no está en el fetichismo del objeto ni en su valor mercantil, sino en su
simbólica colectiva. La función del arte parece situarse desde siempre en la creación de iconos que
condensan la imagen del mundo de cada sociedad, que traduce los valores y estructuras sociales de
la sociedad a la que pertenecen los artistas.
*Los iconos se nos aparecen como condensaciones visuales, simbolizan, por su estructura, su
estética y su tema, los valores y referencias de la sociedad que los lleva. Remiten a los grandes
mitos de cada sociedad.
*Mientras que el movimiento y la instalación multimedia dominan cada vez más la creación
contemporánea, mientras que el flujo secuencial y efímero, interactivo e inalcanzable de las artes
numéricas se impone, más imperativa se vuelve la detención en la imagen.
*Las imágenes se aceleran y nos sumergen. El artista debe aprender a descifrar este flujo, y a su
vez, construir y proponer un nuevo lenguaje que corresponda a dicho flujo (esto es de lo que
tenemos que hacernos cargo los artistas de la era numérica). Descifrar el flujo del mundo es
inventar un nuevo lenguaje.
*Así como los paisajes de la naturaleza representaron antes el decorado de nuestra vida, hoy la
sociedad se declina en paisajes numerizados. El arte actual debe dar cuenta del simulacro numérico
que nos interpela, como intentó en el pasado representar el mundo divino bajo el signo de lo
religioso, o el mundo de aquí abajo bajo el signo del realismo.
Descubrir es inventar
*Para los artistas crear es imaginar, percibir, pero también modelar la nueva sensibilidad de su
tiempo, la nueva imagen de su mundo y el lenguaje estético que dará cuenta de él, es decir, inventar.
Artistas-investigadores
*Los grandes artistas son catalizadores, aceleradores culturales. La contribución de los artistas en la
elaboración de nuevos usos sociales, sensibilidad, representación del mundo o búsqueda de
identidad individual y colectiva, está en el corazón de todas las civilizaciones. Es así que nació, por
ejemplo, la fotografía artística, el cine, y, en la era numérica, los multimedia: “Son también los
artistas multimedia de los años ochenta (pioneros desconocidos) quienes dieron nacimiento a la
industria multimedia contemporánea, que se volvió una de las prioridades de la nueva economía”.
*Los artistas que recurren a las nuevas tecnologías numéricas son exploradores, descifradores e
interceptores de esas tecnologías, que permiten a la sociedad incorporarlas.
*Así surgen en el año ochenta los principios de la investigación científica moderna, basada en
conceptos como: complejidad, caos, inprevisibilidad, discontinuidad, intuición, lógica vaga,
ambigüedad, dinámica, auto-organización espontánea, etc. (Concepto y valores de la investigación
artística del siglo XIX).
*En la era numérica, el investigador artístico es una pieza clave para la nueva economía. Las
novedades de la televisión interactiva, los espacios virtuales, la inteligencia artificial o robótica,
están en manos de nuestros artistas-investigadores y programadores incluso antes de que los hombre
de negocios pudieran soñar con comercializarlas.
*La imaginación es hoy más indispensable que nunca. Abandonamos una economía basada en los
recursos naturales para entrar en una economía de la información y la comunicación (TIC).
*Pasamos de los recursos naturales a los recursos humanos y el capital humano. Se dice que la
innovación a la nueva economía es la producción a la antigua, es decir, el motor de su desarrollo.
*El capital intelectual es el verdadero motor de esta nueva era. Son los conceptos, las ideas, las
imágenes, y no las cosas las que tienen un verdadero valor en la nueva economía. Son la
imaginación y la creatividad humanas, y no el patrimonio material, quienes encarnan de ahora en
más la riqueza. De ahí la relevancia de los artistas-investigadores en la era de la información.
*Por el hecho de la aceleración del tiempo social y la competencia histérica en la que vivimos,
debemos aprender a readaptarnos incesantemente, nosotros, nuestras empresas, nuestras
tecnologías, nuestras instituciones financieras o nuestros métodos científicos a cuestionar nuestros
hábitos y certezas, a volver a empezar siempre, sin tener necesariamente tiempo de verificar. El
realismo en los negocios consiste en saber imaginar, mirar lo real más allá de las palabras, hábitos y
prejuicios, temores o esperanzas, y saber imaginar una estrategia de conquista.
*Estamos pasando de la producción industrial a la producción cultural. Los sectores de punta del
futuro reposarán en la comercialización de toda una gama de experiencias culturales antes que sobre
los productos y servicios provistos por la industria. Todo tipo de experiencias que reposan en los
medios electrónicos se están transformando en el eje portador de una forma de hipercapitalismo que
explota el acceso a las experiencias culturales.
*Los nuevos medios se constituyen en un sector prometedor para la economía porque se encuentran
en el origen mismo de nuestra civilización numérica y tienen aplicaciones en todos los ámbitos. Por
mencionar algunas tendencias: Cine numérico, televisión interactiva, personajes sintéticos, diseño
de portales y páginas web, tiendas virtuales, industria de videojuegos, museos virtuales, etc.