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UNIVERSIDAD MODULAR ABIERTA

CENTRO UNIVERSITARIO SAN MIGUEL

ESCUELA DE POS GRADO

MAESTRIA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA

TEMA:

UNIVERSIDAD CENTRADA EN EL CONOCIMIENTO

DOCENTE:
LIC. LUZ DEL ROSARIO ZAGASTIZADO.

MAESTRANTE

LIC. JUAN JOSE SEGOVIA

LIC. ABIEL SAMUEL FERNANDEZ


LA UNIVERSIDAD CENTRADA EN EL CONOCIMIENTO.
La epistemología es una disciplina que estudia cómo se genera y se valida el conocimiento
de las ciencias. Su función es analizar los preceptos que se emplean para justificar los datos
científicos, considerando los factores sociales, psicológicos y hasta históricos que entran en
juego.

Las universidades son espacios de formación intelectual, moral, profesional y política


de las personas. Por principio, han de estar profundamente implicadas en el cometido del
desarrollo humano integral. El carácter social y público de la educación impone a sus
instituciones un rol también social y público: la formación y los conocimientos han de tener
un valor social, o sea, de mejoramiento de las condiciones de realización del bienestar
colectivo, y no de instrumentación del egocentrismo e individualismo posesivo y excluidor.

Estas instituciones educativas son instancias que conforman, junto con otras, el sistema
social. Dialécticamente influyen sobre las estructuras de la vida social, sobre sus valores y
sus instrumentos de desarrollo, pero están profundamente signadas por el sistema
socioeconómico e histórico-cultural. Es importante señalar que el sistema actual está
fuertemente signado por las doctrinas y las prácticas de mercado, las cuales hacen parte de la
lucha política, económica e ideológica de los países industrializados y de los organismos
multilaterales para asegurar y expandir la hegemonía en todas las áreas claves.

Las universidades son las más importantes productoras de conocimientos y técnicas en


muchos países, por tanto son consideradas el más fuerte impulso motor de las industrias.
Tienen enorme centralidad en los procesos técnico-científicos, que constituyen la base de la
modernización socioeconómica de un país. El énfasis está siendo dado al desarrollo
económico como imperativo de la dificultad de inserción de los países subdesarrollados o en
vías de desarrollo en la economía global. Por lo tanto, son instadas a impulsar la producción
y formar individuos competitivos. Una relación lineal se establece entre educación superior
y estructura productiva; entre conocimientos aplicables, frutos de la innovación tecnológica
dirigida a la industria y desarrollo económico; entre tecnología y competencia
emprendedora, y entre formación ahora entendida como capacitación profesional y empleo.
El valor principal de los conocimientos está más y más vinculado a su capacidad de producir
beneficios económicos en respuesta a demandas de empresas y en consonancia con políticas
gubernamentales.

LOS CAMBIOS EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE.


La sociedad informacional ha generado múltiples conexiones que conllevan unas
consecuencias de gran alcance tanto para la vida cotidiana como para las tareas formativas y
profesionales.

En este sentido, nos vemos obligados a replantearnos múltiples aspectos; fuentes de


conocimiento, los modelos de generación de contenidos, las formas de investigación, las
relaciones con los estudiantes, el papel del profesorado, la tecnologías que debemos utilizar,
etc. En definitiva, el diseño de los procesos de enseñanza-aprendizaje que estaban centrados
en el triángulo: profesor-estudiante-contenido, se han ido ampliando y haciéndose más y más
complejo.

El reto actual es ser capaces de diseñar entornos que faciliten el aprendizaje teniendo presente
la intervención de múltiples variables: contenidos disciplinares, competencias, diversidad de
espacios para el aprendizaje, diversidad de agentes, estilos de aprendizaje diversos, etc. La
realidad actual muestra que las universidades se van interesando crecientemente por la
calidad de la docencia y por la formación de sus profesores.

Esto tiene que ver con el hecho de que las relaciones entre la sociedad, la cultura y la
universidad han ido cambiando a lo largo de estos años. En su origen, las universidades
fueron el lugar donde nacía y se generaban las principales aportaciones científicas y
culturales. Durante muchos años la universidad se ha constituido como el espacio dedicado
al saber, ha tenido el monopolio de la transmisión del conocimiento del más alto nivel.
No obstante, en todos ellos la universidad ha sido una institución que ha continuado teniendo
una importante influencia sobre el desarrollo del conocimiento. Sin embargo, este hecho ha
cambiado de forma notable. Como afirma (Barnett 2001), “la educación superior ha pasado
de ser una institución en la sociedad a ser una institución de la sociedad” La universidad ya
no ejerce el monopolio del conocimiento experto.

El conocimiento no sólo se ha expandido a organizaciones externas a la institución


universitaria, sino que la misma educación superior se está también desarrollando fuera de
ella. El concepto de “estudiante” también ha cambiado de forma notable.

La universidad ya no sólo da formación inicial a jóvenes dedicados de forma exclusiva al


estudio. En muchos casos, los estudiantes combinan su formación con el trabajo. También
son cada vez más los adultos que acceden a las universidades como parte de su formación
continuada. En definitiva, las necesidades del alumnado son muy variadas y no es fácil pensar
en un perfil único de estudiante.

La universidad es una institución de la sociedad, y el hecho de hablar de la formación con


términos como competencias, créditos, etc., cambiando el énfasis del modelo centrado en el
profesor al trabajo del estudiante, supone un intento de ajustarse de forma pragmática y
utilitaria a la realidad social y los requerimientos del mercado laboral.

La cuestión es si la universidad trabaja para formar personas capaces de cambio, de


comprender la provisionalidad del conocimiento, de trabajar cooperativamente, de aprender
de forma autónoma. Algunos cambios que se están introduciendo pueden facilitar nuevas
formas docentes enfocadas hacia alguna de estas cuestiones. Aprendizaje centrado en los
estudiantes puede favorecer estos procesos pero precisamos analizar y evaluar si realmente
los cambios e innovaciones que se están efectuando conducen a una mejorar en la formación
y el aprendizaje de los estudiantes.

QUE APORTA LA UNIVERSIDAD CENTRADA EN EL CONOCIMIENTO:

La universidad centrada en el conocimiento debe producir cambios sustanciales en los


estudiantes universitarios, dotándolos de las habilidades que exige la sociedad del
conocimiento y las capacidades profesionales para insertarse en el mundo laboral.
• La universidad centrada en el conocimiento debe implicar y comprometer a los estudiantes
como responsables de su proceso de formación, lo que supone darles posibilidades de elegir
sus propias metas y las opciones que consideren más adecuadas.

• La universidad centrada en el conocimiento ha de implicar diversas alternativas que tengan


en cuenta los distintos estilos y formas de aprender.

• La universidad centrada en el conocimiento debe favorecer la creación de comunidades de


aprendizaje en que los estudiantes trabajen en un entorno de conocimiento, conjuntamente
entre ellos y con compañeros de otras universidades.

• La universidad centrada en el conocimiento define el rol del profesor como facilitador. No


supone la eliminación de la clase magistral, pero sí su rechazo como única estrategia

• La universidad centrada en el conocimiento tiene éxito sólo cuando da lugar a una


ampliación y mejora de los logros del estudiante.

Si se tiene en cuenta todos estos aspectos, nos enfrentamos a que los procesos de cambio e
innovación en la enseñanza universitaria tienen que dar cuenta de unas mejoras relativas a
los procesos de autoaprendizaje, el uso de modelos flexibles de aprendizaje y la diseño de
entornos de aprendizaje que sepan combinar el aprendizaje individual con procesos de
aprendizaje colaborativo.

LA GENERACIÓN DEL CONOCIMIENTO COMO ESENCIA DE LA


UNIVERSIDAD:

SABER Y PODER

De las tres funciones sustantivas de la universidad encaminadas a la producción y


reproducción del conocimiento, analizaremos primeramente la de investigación, al respecto
podríamos preguntarnos ¿Cuál es el papel de la universidad en la generación del
conocimiento?

Si entendemos al conocimiento como el proceso de interacción de la persona con su ambiente


y a la ciencia como la actividad humana creativa que tiene como propósito el descubrimiento,
la comprensión y transformación de la naturaleza mediante procedimientos sistemáticos y
rigurosos que conducen a productos que son fundamentalmente conocimientos, entonces el
conocimiento aparece como producto de la ciencia derivado de la comprensión racional de
la naturaleza. Las aplicaciones prácticas de dicho conocimiento originan la tecnología,
concebida como la actividad humana cuyo objetivo es la transformación de la naturaleza en
beneficio de la humanidad; hoy sus productos se reflejan en bienes de consumo o de servicio
(Pérez Tamayo: 2003).

Si analizamos la utilización y el destino de los productos de la ciencia, tendíamos que


incorporar al análisis la cuestión de qué tan neutral es la ciencia o el uso que de sus productos
se hace. O reflexionar sobre el destino de los productos de la ciencia y quiénes se benefician
de ellos en mayor medida. Ello remite necesariamente a situaciones socioeconómicas y
aspectos de poder.

Es de hacer una reflexión que lleva al origen de la utilización del conocimiento para fines
prácticos, él se pregunta si pudiera ser posible otra forma de conocer que no fuera
exclusivamente la utilidad, la efectividad, el uso generalmente económico del conocimiento.

Si rastreamos en la historia la relación entre conocimiento y poder, antes de la edad media,


el conocer tenía como sentido hacer avanzar el saber para el goce estético, para reflexionar
sobre la persona misma, su engrandecimiento como tal, trabajar en torno al ser y no al tener
como se hace en la actualidad.

Con Maquiavelo que reflexiona sobre la negación del ocio y se introduce el conocimiento
como negocio y con un fin práctico, esto es, el conocimiento como utilidad, en torno al tener
y al acaparar riqueza. Esto es vigente pues

Sabemos que los grandes consorcios corporativos ya pueden moldear el mundo a su gusto.
Por lo menos lo intentan. Inclusive la Universidad no escapa a esta carrera eficientista. Ya
es apenas, a duras penas, el laboratorio del saber, aquel en donde se dice que se hace ciencia,
aquella “desinteresada”, porque su interés debería estribar en ciencia humanística,
integradora de todas las ciencias particulares hacia un fin que no se encierre en la mera y
desnuda mecanicidad instrumental.
Retornemos a nuestra pregunta sobre el papel de la universidad en la generación del
conocimiento, para su entendimiento, esto desencadena otras cuestiones, primero sobre ¿qué
tipo de conocimiento se genera en la universidad? y ¿quiénes y cómo lo generan?

La investigación como función sustantiva de la universidad conduce a entender que el tipo


de conocimiento que se genera y aplica en la universidad corresponde a las áreas del
conocimiento que la integran y esto corresponde a la evolución natural y características de la
universidad en el tiempo. Actualmente se habla de una división del conocimiento y
encontramos para ello clasificaciones diversas: ciencias básicas y aplicadas; ciencias duras y
ciencias blandas, ciencias naturales y ciencias sociales, ciencias nomotéticas y ciencias
ideográficas, etc., cuya definición suele basarse en la conveniencia de los administradores de
los recursos para las ciencias, partiendo de las prioridades y el concepto utilitarista de la
ciencia que quieran darle. A veces las ciencias básicas aparecen con más fuerza en los países
desarrollados, los cuales pueden invertir en la generación de conocimientos para el desarrollo
de la ciencia al servicio del poder económico, mientras que en países en vías de desarrollo,
cuyas prioridades corresponden, en primera instancia, a la solución de los grandes problemas
nacionales, sus políticas y apoyos económicos están encaminados a los aspectos sociales y
políticos, mermando el destino de recursos a los proyectos científicos.

Sabemos que la prioridad no la marcan los verdaderos grandes problemas nacionales


(pobreza y desigualdad), sino que esta se fija generalmente a partir de criterios políticos (no
científicos); de ahí la poca relación con la realidad de cada país. Así mismo, no es posible
hacer una distinción entre ciencia básica y aplicada, no existe ciencia pura que no tenga
aplicación, toda la ciencia es aplicada, el conocimiento inútil no existe, el uso del
conocimiento, como se ha mencionado es para generar más conocimiento, la información no
solo es resultado del trabajo científico, sino también instrumento de trabajo; por último la
ciencia no se programa, al encargar a un científico resolver un problema, esto es tecnología
o desarrollo tecnológico, no ciencia.

El papel de la ciencia y el conocimiento es esencial para reforzar la identidad nacional, dado


que permite conocer y enfrentar con mayor fundamento los problemas, mediante la ciencia
es posible sensibilizarse ante los enormes problemas del entorno natural y social, con
personas mejor educados se incrementa la conciencia civil y el compromiso con programas
orientados a elevar la calidad de vida de todos. En esto radica el asumir una postura de
búsqueda de explicaciones objetivas, superando dogmas y fanatismos, la ciencia produce
conocimiento y este libera al hombre del oscurantismo engendrado por la ignorancia.

Con relación a la pregunta sobre quiénes y cómo generan el conocimiento, el papel de la


universidad en la generación del conocimiento como una de sus funciones esenciales, se
cumple mediante la investigación, por ende la función del científico universitario es producir
conocimiento y estar al tanto de los avances del conocimiento en su área, así como introducir
los nuevos conocimientos en el bagaje intelectual de los jóvenes universitarios. La diferencia
entre una escuela y la universidad radica en la capacidad para investigar y generar nuevos
conocimientos.

La investigación en la universidad se canalizó inicialmente a la práctica personal de los


mejores maestros; quienes realizaron los descubrimientos que hicieron avanzar a la
humanidad; posteriormente la investigación científica fue confiada a otras instancias
universitarias, creándose así diversas academias y sociedades científicas, incluso fuera de la
universidad y mayormente relacionada con la generación cognoscitiva. Pero esta función ha
variado en la evolución de la universidad en los diversos modelos que se describen en el
siguiente apartado.

Entonces son los profesores/investigadores quienes se encargan de realizar la investigación


que produce y aporta al conocimiento. Estos investigadores se organizan e integran en
cuerpos académicos que cultivan líneas de generación y aplicación del conocimiento común.
En la universidad existen diversos cuerpos académicos, que hacen investigación de acuerdo
con su formación y área del conocimiento a la que pertenecen. Estas áreas son llamadas
Dependencias de Educación Superior (DES), así, encontramos cuerpos académicos en las
DES agropecuarias, de la salud, de ingeniería, de educación y cultura, económico
administrativas, sociales y políticas, etc. Sus investigaciones son reportadas o publicadas en
revistas especializadas o difundidas en libros o eventos académicos organizados para tal fin,
los estudiantes no solo tienen obligación de integrarse, sino la oportunidad de integrarse a
estos procesos de investigación durante su trayectoria escolar. Los investigadores requieren
de estudiantes que se sumen a esta tarea de producción de conocimientos, la incorporación
de jóvenes universitarios en fases tempranas de su vida escolar contribuye enormemente a su
formación. Tomarán el gusto por la investigación y el quehacer científico que los orientará a
niveles de maestría y doctorado donde adquirirán las competencias necesarias para
convertirse en investigadores.
REFERENCIAS

Pérez Tamayo, Ruy, (1993) en Ciencia, conocimiento e identidad nacional, en: Universidad
y conocimiento. UAM.X, México.

Bojalil, Luis F. (1993) Universidad y conocimiento, en: Universidad y conocimiento, (comp


Luis F. Bojalil), UAM.X, México,

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