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ABREVIATURAS Y SIGLAS

DE USO FRECUENTE EN ESTA OBRA

AFP : Administradora de Fondos de Pensiones


CCAF : Caja de Compensación de Asignación Familiar
CEPAL : Comité Económico para América Latina y el Caribe
CÓDIGO : Código del Trabajo vigente (D.F.L. N° 1 de 2003)
COMPIN : Comisión de Medicina Preventiva
D.F.L. : Decreto con Fuerza de Ley
D.L. : Decreto Ley
D.O. : Diario Oficial
D.S. : Decreto Supremo
E.U.S. : Escala Única de Sueldos
FONASA : Fondo Nacional de Salud
INE : Instituto Nacional de Estadísticas
IPC : Indice de Precios al Consumidor
ISAPRE : Institución de Salud Previsional
OIT : Organización Internacional del Trabajo
PEM : Programa del Empleo Mínimo
PIMO : Programa Integral de Mano de Obra
POJH : Programa Ocupacional para Jefes de Hogar
SENCE : Servicio Nacional de Capacitación y Empleo
UF : Unidad de Fomento
UR : Unidad Reajustable
UT : Unidad Tributaria

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CAPÍTULO I

NOCIONES PRELIMINARES

1. DESCRIPCIÓN CONCEPTUAL E HISTÓRICA. La Seguridad Social, con el con-


tenido que el concepto actualmente posee, tiene una historia reciente,
pues se trata de una disciplina cuya evolución conceptual está situada en
pleno siglo XX.
No es fácil anticipar un concepto definitivo sobre lo que es la Seguri-
dad Social, dada la amplitud y la gama de sus intereses, y de su evolución
tan persistentemente dinámica; no obstante, nos atrevemos a consignar
la definición que dio de ella la Comisión de Expertos que elaboraron el
denominado “Informe sobre la reforma de la Seguridad Social chilena”,
el año 1964, y que reza así: “La Seguridad Social –en su concepto integral y
moderno– es la rama de la política socio-económica de un país, por la cual la co-
munidad protege a sus miembros, asegurándoles condiciones de vida, salud y tra-
bajo socialmente suficientes, a fin de lograr mejor productividad, más progreso y
mayor bienestar comunes”.1
Este concepto nos parece que tiene el mérito de ser muy simple en
su forma, pero de una gran profundidad en sus alcances; podrá ser dis-
cutido con relación a estos últimos, pero ello dependerá, finalmente, del

1
Esta Comisión fue formada el año 1959 a instancias del Primer Mandatario de la épo-
ca, don Jorge Alessandri Rodríguez, presidida por el ilustre abogado don Jorge Prat Echau-
rren e integrada por las siguientes personas, en calidad de miembros titulares de la misma:
don Rolando González Bustos, Superintendente de Seguridad Social; don Héctor Humeres
Magnan, Fiscal de La Contraloría General de la República; General don Horacio Arce Fer-
nández, Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional (a quien sucedió posteriormente el
General don Rodolfo Otto Müller); y don Mario Arteaga Infante y don Bernardino Villa
Aliaga, ambos en su calidad de expertos. En el cargo de Secretario de la Comisión se des-
empeñaron, sucesivamente, los señores Juan Ugarte Solar, Alfredo Mallet Simonetti, Adol-
fo Gaete Durbó y Hernán Munita Silva. Asimismo, contó con el apoyo de los mejores técnicos
existentes sobre la materia a la fecha en Chile. La Comisión elaboró un total de 13 infor-
mes –el último de los cuales contenía los planteamientos sobre cuál, en su concepto, debía
ser el nuevo Sistema de Seguridad Social nacional–, los que bajo la forma de dos tomos (en
1.554 páginas) fueron publicados por la Editorial Jurídica de Chile durante los años 1964 y
1965. Se le considera el estudio más amplio y completo efectuado sobre la materia en Chile
y, habitualmente, se le conoce bajo el nombre de “Informe Prat”, en homenaje a quien li-
derara tan magna obra.

13
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

juicio que cada cual nos formemos acerca de lo que debe comprender
un sistema de esta naturaleza.
No obstante lo anterior, algunas de sus instituciones tienen sus oríge-
nes o antecedentes en épocas históricas remotas.

2. ÉPOCA ROMANA. Los collegia romanos, que reunían a personas que ejer-
cían un mismo oficio, fueron verdaderas sociedades de socorros mutuos,
cubriendo ciertas necesidades, especialmente las derivadas de las enfer-
medades o muerte de sus miembros; en opinión de algunos autores, sin
embargo, la asistencia, salvo en lo relativo a los entierros, fue excepcio-
nal en Roma.
Al entrar en decadencia los collegia, algunos de ellos derivaron hacia una
especie de cofradías, para dar paso a las diaconías, que fueron sociedades
fundadas por los primeros cristianos para la práctica de la caridad cristiana.

3. ÉPOCA MEDIEVAL. En la Baja Edad Media surgen las gildas, institucio-


nes de origen germánico dedicadas a la asistencia mutua y fraternal. En
el siglo XII surgen las primeras cofradías como tales, instituciones de asis-
tencia mutua, especialmente para casos de enfermedad y muerte.
A partir de los siglos XIII y XIV surgen las cofradías-gremios, que agru-
paban a personas de una misma actividad y que realizaban, por una par-
te, sus funciones de origen gremial, y, por otra, cumplían funciones de
asistencia y previsión propias de las cofradías.
En el siglo XVI aparecen las hermandades de socorros, las cuales se
acercan más a la noción de un seguro, constituyendo el antecedente de
las mutualidades o sociedades de socorros mutuos, siguiendo las cofra-
días encaminadas a la protección de los más humildes y débiles.
En el siglo XVIII aparecen los montes de piedad o montepíos, espe-
cialmente en el sector público-militar; estaban destinados a ocuparse de
la supervivencia, y la protección de las viudas y huérfanos.
Todas estas instituciones, en mayor o menor grado, se ocupaban de
las actualmente llamadas contingencias sociales, al estallar la Revolución
Francesa, a fines del siglo XVIII.

4. LAS LEYES DE BISMARCK Y SU INFLUENCIA . A fines del siglo XIX nacen


los primeros seguros sociales en Alemania, de carácter obligatorio, mer-
ced al empuje y genialidad política de Otto von Bismarck.
El programa de Bismarck fue realizado entre 1833 y 1889, mediante
la promulgación de diversas leyes:
– Ley de 15 de junio de 1883, sobre seguro de enfermedad;
– Ley de 16 de julio de 1884, sobre accidentes del trabajo;
– Ley de 22 de junio de 1889, sobre seguro de invalidez y vejez.
Fueron éstos los primeros seguros sociales obligatorios, por lo que las
posteriores legislaciones dictadas sobre esta materia deben reconocer en
mayor o menor medida la influencia de estas leyes.
No obstante, las leyes de Bismarck, en especial la relativa al seguro
de enfermedad, fueron combatidas, incluso por trabajadores que se con-

14
NOCIONES PRELIMINARES

sideraban obligados por el Estado; además, perdían una bandera de lu-


cha social, lo cual fue un objetivo político indudable perseguido por el
canciller alemán.
Las características fundamentales de estos seguros sociales alemanes
fueron las siguientes:
– Las personas protegidas fueron los trabajadores de las industrias con
rentas bajas;
– La indemnización fue proporcional al salario que se dejaba de per-
cibir;
– Eran seguros obligatorios para las respectivas categorías de trabaja-
dores;
– Se financiaban mediante cotizaciones de trabajadores y empleadores.
El sistema alemán fue imitado rápidamente por los demás países eu-
ropeos.
Con posterioridad a la Primera Guerra Mundial, en virtud del Trata-
do de Versailles, se crea la OIT, organismo que en materia de Seguridad
Social ha desarrollado una ardua labor.
En efecto, gracias a sus esfuerzos e influencia, los seguros sociales fue-
ron siendo paulatinamente adoptados por los países del orbe, lo que per-
mitió ir unificando criterios en una materia que por mucho tiempo estuvo
entregada a las acciones que el Estado o algunos particulares de buena
voluntad quisieron desarrollar.
Toda esta incipiente labor iniciada por Bismarck –a quien, con justicia,
podríamos denominar “el precursor”– representó un esfuerzo muy valioso.

5. EL INFORME B EVERIDGE. En el año 1941, durante el curso de la Segun-


da Guerra Mundial, el Gobierno británico encomendó a una comisión,
presidida por el actuario William Beveridge, el estudio y la formulación
de recomendaciones para una reforma del sistema de seguros sociales vi-
gente a esa fecha, relacionado especialmente con el tema del desempleo,
el que se creía sobrevendría una vez finalizado dicho conflicto bélico. En
efecto, se observaba con creciente preocupación que los puestos de traba-
jo de los hombres que se encontraban en el frente de batalla eran paulati-
na y crecientemente ocupados por jóvenes y mujeres, lo que ocasionaría,
al término de la guerra, un grave problema de cesantía cuando los hom-
bres volviesen del frente.
Dicha comisión confeccionó un informe, conocido como el Informe
Beveridge, que fue presentado a la Cámara de los Comunes en noviem-
bre de 1942. El Parlamento británico aprobó con algunas modificaciones
las formulaciones propuestas y autorizó al Gobierno para dictar las leyes
respectivas, que son las siguientes:
– Ley de 15 de junio de 1945, sobre subsidios familiares;
– Ley de 26 de junio de 1946, sobre accidentes del trabajo;
– Ley de 1º de agosto de 1946, sobre seguros sociales;
– Ley de 6 de noviembre de 1946, sobre servicio nacional de salud;
– Ley de 13 de mayo de 1948, sobre unificación de los servicios de
asistencia y previsión social;

15
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

– Ley de 5 de julio de 1948, sobre seguros de accidentes del trabajo,


servicio de salud y asistencia social.
Aun cuando Bismarck y Beveridge vivieron en épocas diversas, ambos
pueden ser considerados en sus respectivos ámbitos como los grandes im-
pulsores de esta nueva disciplina. Bismarck en la creación de los seguros
sociales y Beveridge artífice de la moderna Seguridad Social; por ello a
este último se le considera “el Padre” de la Seguridad Social moderna.
En relación al Informe Beveridge, sus aspectos más relevantes pue-
den sintetizarse en los siguientes tópicos:
I. Extensión de la Seguridad Social a todos los residentes del país,
dividiendo para estos efectos la población en las siguientes categorías:
a) Empleados. Aquellos que trabajan vinculados por un contrato de tra-
bajo;
b) Empresarios. Aquellos que desarrollan una actividad económicamen-
te útil, pero no bajo un contrato de trabajo;
c) Dueñas de casa;
d) Adultos que no tienen ingresos;
e) Niños de hasta 16 años;
f) Ancianos sobre la edad de trabajo.
II. Postulaba que la protección de la Seguridad Social debía exten-
derse a todas las contingencias sociales, tan sólo con algunas limitacio-
nes; acuñó una frase que señalaba que el sistema debía proteger a las
personas “desde la cuna hasta la tumba”, frase de por sí muy ambiciosa y
plena de idealismo, aunque llena de complejidades de orden económico
para hacerla realidad;
III. Fue partidario de la creación de un sistema nacional de presta-
ciones familiares.
IV. En lo tocante a los montos de las prestaciones, salvo variaciones
derivadas del sexo o del estado civil, estimaba que debían ser iguales para
todos los beneficiarios, sin que influyera el nivel de rentas que les servía
de fundamento.
V. Proclamó asimismo que el sistema había de proteger a “todos los
residentes del país”, sin hacer cuestión de su origen o permanencia.
VI. En lo relativo a los aportes pecuniarios al sistema, estimaba que de-
bía ser el mismo para todas las personas, salvo variaciones en cuanto al sexo.
VII. Se inclinaba por la “unificación de todas las instituciones de segu-
ros sociales en un servicio público único”, bajo la tuición del Ministerio de
Seguridad Social, a la par que estimaba indispensable la simplificación de
todas las formalidades administrativas; lo expresaba en la frase “una sola
libreta, una sola estampilla”, como una forma de simbolizar la simplici-
dad que perseguía.
VIII. En cuanto a la salud, era partidario del establecimiento de un
servicio nacional de salud, financiado mediante impuestos, que asegura-

16
NOCIONES PRELIMINARES

se a toda la población prestaciones médicas gratuitas en sus fases curati-


va, preventiva y de rehabilitación.
IX. Finalmente, en lo que hace relación con el empleo, se mostraba
decidido partidario de una política de pleno empleo.

6. EVOLUCIÓN ENTRE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Y COMIENZOS DEL


SIGLO XXI . A partir del término de la Segunda Guerra Mundial, y coinci-
diendo con la emisión del Informe Beveridge, se intensificó la preocupa-
ción internacional por la Seguridad Social, adoptando una serie de países
diversas medidas, fundamentadas muy principalmente en el documento
a que se ha hecho referencia, el que alcanzó una notable influencia en
los más diversos ámbitos.
Con ello, prácticamente se dio origen al Derecho Internacional de la
Seguridad Social, el cual en la década de los 40 alcanzó niveles de sumo
interés.
Dentro de este orden de cosas, es del caso citar los instrumentos in-
ternacionales sobre la materia que tuvieron gran influencia. A este res-
pecto, cabe consignar la Carta del Atlántico, de agosto de 1941, la cual
hizo expresa mención de la Seguridad Social; la Declaración de Santiago
de Chile (1942), enmarcada dentro de la Primera Conferencia Interame-
ricana de Seguridad Social, la que contiene declaraciones de mucha tras-
cendencia; la Declaración de Filadelfia (EE.UU., 1944), la cual ya aprobó
“recomendaciones”, las que posteriormente (1952) dieron base a la emi-
sión del Convenio Nº 102 sobre Seguridad Social (norma mínima). Asi-
mismo, debe mencionarse el Acuerdo de la 8ª Conferencia de la OEA,
países miembros de la OIT, celebrada en Ottawa (Canadá, 1966), conoci-
do bajo el nombre de Programa de Ottawa, que se destaca por un nota-
ble pragmatismo y por la circunstancia de concebir la Seguridad Social
como un medio de política social en orden a resguardar una equitativa
distribución de la renta del país; la Declaración Universal de los Derechos
del Hombre (París, 1948), varios de cuyos artículos (22, 23 y 25) hacen
referencia a la Seguridad Social, señalando el derecho a ella de toda per-
sona y la necesaria relación con la dignidad y su armónico desarrollo.
Hoy en día se abren paso nuevas figuras de aseguramiento social, al-
gunas de las cuales han suscitado una viva controversia doctrinaria al in-
terior del Sistema; temas tales como la capitalización individual, la
administración privada con fines de lucro, las crisis de los sistemas de re-
parto, etc., en la actualidad provocan encendidas polémicas, cuyo fin no
se divisa en forma pronta.
Algunos sostienen que se hace necesario reformar la Seguridad So-
cial para hacerla sostenible, señalando al efecto que es necesario consi-
derar no sólo las características del Sistema (tales como el nivel y la
duración de las prestaciones, la población asegurada, etc.), sino también
la división de las responsabilidades. Expresan al efecto que la Seguridad
Social no es exclusivamente un asunto de Estado: las empresas, los sindi-
catos, los sectores industriales y los individuos, a su vez, desempeñan un

17
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

papel, y dado que en cierta medida los riesgos sociales son endógenos,
habría que ocuparse del seguro allí donde se pueda influir más directa-
mente sobre el riesgo a fin de mejorar su eficiencia.
Esto puede tener lugar en parte dentro del sistema público; una al-
ternativa sería el traspaso de los mecanismos colectivos a otros más indi-
viduales, cuyos ejemplos más notorios son los sistemas de pilares múltiples
y las cuentas de ahorro.
En efecto, dichos sistemas implican, principalmente, una nueva divi-
sión de responsabilidades, tomando en cuenta el aspecto endógeno de
los riesgos sociales y las consecuencias de los sistemas de vida modernos;
de otra parte, implican un mayor número de opciones individuales, ci-
tando al efecto el ejemplo de las cuentas de ahorro, las que reducen el
riesgo moral, sin hacer mella en la opción individual.
Expresan, asimismo, que cuando se trate de reformar la Seguridad
Social, será menester encontrar un equilibrio entre los objetivos o princi-
pios en competencia, entre la equidad y la eficiencia, entre la solidaridad
y la libertad de elección, y entre los riesgos de carácter moral y la selec-
ción adversa, lo que constituye una opción difícil, por cuanto la finalidad
de la Seguridad Social no es solamente el proporcionar certeza ante un
futuro incierto, sino que forma parte importante de la manera en que
organizamos nuestra sociedad.2
En todo caso, no nos cabe duda de que estamos a las puertas del ad-
venimiento de cambios radicales de mucha envergadura, los que serán
necesarios para adecuar las estructuras del Sistema de Seguridad Social
tal como fue previsto por Beveridge.

7. SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN CHILE. El Imperio In-


cásico tenía un sistema previsional acorde con su régimen colectivista. Este
sistema se extinguió con la conquista española, pero fue el antecedente
necesario de las Cajas de Comunidad; estas Cajas tenían tres vías de in-
gresos: una agrícola, una industrial y una censal.
Las actividades de éstas eran múltiples; entre ellas se destacaban: man-
tención de hospitales, auxilio de viudas y huérfanos, etc. Fuera de ello,
se dictaron para América una serie de cédulas, cartas, provisiones, orde-
nanzas e instrucciones, las que en 1680, por mandato del rey Carlos II,
fueron reunidas en la Recopilación de Leyes de los Reinos de Indias, en-
contrándose en ella una serie de disposiciones de carácter previsional.
En Chile existen mutualidades desde 1853, año en que Víctor Laynez
funda la Sociedad Tipográfica, la cual adquirió gran auge con la figura
de don Fermín Vivaceta.
Nuestro país, hasta fines del siglo XIX, vivió imbuido del pensamien-
to europeo de la época y muy en especial del español; sólo a fines de la

2
MARCEL EINERHAND y GERALT NEKKERS, en “Modernización de la Seguridad Social:
cambio de responsabilidades y opción individual”. Revista Internacional de Seguridad Social,
Vol. 57/3 julio-septiembre 2004, p. 29.

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NOCIONES PRELIMINARES

última década comienzan a dictarse leyes enmarcadas en los seguros so-


ciales, como es el caso de una relativa a la jubilación de los empleados
públicos, en 1898.3
Con ello se comienza a quebrar el esquema de organismos de auxilio
social, instituciones de beneficencia, protección a la cesantía, etc., los que
en muchas ocasiones –las más– no constituían medios seguros para im-
pedir que los trabajadores enfermos o inválidos se transformasen en im-
plorantes de la caridad pública para poder subsistir con sus familias.
Ante la conciencia pública de dicha situación y del hecho de que es-
tos mecanismos puestos en acción, como el ahorro voluntario y el mate-
rialismo, no constituían soluciones definitivas, comienza a madurar en los
inicios de la década de 1920 la idea de crear un organismo regulador fuer-
te, con gran capital y que se hiciese responsable de todos los riesgos a
que se puede ver expuesto un trabajador de la época.
Así, cuando se producen los sucesos políticos de 1924, se aprueban por
el Congreso diversas leyes laborales, entre ellas la Ley Nº 4.054, sobre Seguro
Trabajador Obligatorio de Enfermedades e Invalidez, y la Ley Nº 4.055, so-
bre Indemnizaciones por Accidentes del Trabajo. Estas primeras leyes orgá-
nicas no tuvieron la receptividad esperada de gran parte de los trabajadores,
quienes inclusive organizaron desfiles por las calles de la capital solicitando
la derogación de la ley que les imponía descuentos en sus salarios.
La Ley Nº 4.054, además de establecer la obligatoriedad del seguro,
consultó asistencia médica y dental para el imponente, subsidios por en-
fermedad, indemnizaciones por muerte y pensiones de invalidez y retiro;
el ente gestor fue denominado Caja de Seguro Obligatorio.
Coetáneamente a este hecho, fueron dictándose otras leyes que crea-
ron diversas entidades, dando paso a un sistema complejo y extenso, el
cual llegó a tener casi cien instituciones previsionales a su haber; analiza-
remos las principales de ellas a continuación.
El año 1925 se crea por Decreto Ley Nº 857 la Caja de Previsión de
Empleados Particulares, la cual técnicamente no tenía las características
previsionales mínimas, ya que no contemplaba el derecho esencial –la ju-
bilación– y que se financiaba con aportes tanto de empleados como de
empleadores, sin intervención del Estado. Los empleados gozaban fun-
damentalmente de dos beneficios: a) el fondo de retiro, y b) la indemni-
zación por años de servicios; su mayor ventaja consistía en el ahorro
obligatorio por parte de los empleados, el que, sumado al aporte patro-
nal, constituía su fondo de retiro, más la indemnización.
La circunstancia de poder aplicar dichos fondos a la compra o edifi-
cación de propiedades permitió que muchos de ellos accediesen a la casa
propia.
El año 1938 se aprobó la Ley Nº 6.174, sobre Medicina Preventiva, la
cual, en forma visionaria, vino a subsanar uno de los vacíos más ostensi-
bles en el sistema, cual es el de prevenir el desarrollo de las enfermeda-

3
ALFREDO B OWEN, Introducción a la Seguridad Social, p. 53.

19
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

des por medio de la pesquisa en su fase preclínica y determinar las per-


sonas que debían acogerse a reposo preventivo.
Este cuerpo legal obligaba a las diversas Cajas de Previsión a estable-
cer servicios de medicina preventiva con el fin de vigilar el estado de sa-
lud de sus imponentes y de adoptar las medidas tendientes a descubrir,
previniendo precozmente su desarrollo, las enfermedades crónicas, como
la tuberculosis, la sífilis, el cáncer, el reumatismo, las enfermedades del
corazón y de los riñones, como también las enfermedades derivadas del
trabajo, como el saturnismo, la antracosis, la silicosis, la anquilostomiasis
y otras de la misma índole.
Fruto de la distinción entre obreros y empleados es el hecho de que
el ente denominado Servicio Nacional de Salud atendía a los obreros en
esta materia, y el Servicio Médico Nacional de Empleados atendía a los
empleados.
En todo caso, cabe señalar que tanto el examen preventivo como el
reposo preventivo tuvieron enorme importancia y favorecieron notable-
mente a todos los trabajadores.
El año 1952 se dictaron las Leyes Nos 10.383 y 10.475, que produje-
ron importantes cambios en los beneficios previsionales de trabajadores
y empleados.
Así, la Ley Nº 10.383 creó el llamado Servicio de Seguro Social, el cual
absorbió la antigua Caja de Seguro Obligatorio –que atendía a los obre-
ros– e incorporó a los independientes y voluntarios; los beneficios otor-
gados eran los de pensiones por vejez, invalidez, viudez, orfandad, cuota
mortuoria y facilidades para acceder a la casa propia.
Atendía también los beneficios de la asignación familiar e indemni-
zación por años de servicios, entregándose al S.N.S. todo lo relacionado
con las prestaciones relativas a la salud.
A su turno, la Ley Nº 10.475 otorgó por primera vez a los empleados
particulares una previsión de carácter total, ya que estableció los benefi-
cios específicos con que debe contar todo régimen previsional –jubilación
y montepío–, pero su financiamiento afectó al rubro de los fondos por
indemnización de años de servicio, ya que los devengados con fecha pos-
terior al 8 de septiembre de 1952 quedaron afectados al citado destino.
Numerosas leyes posteriores incorporaron al régimen de la Caja a una
diversidad de categorías de trabajadores, como, por ejemplo, artistas, cho-
feres de taxi, contadores, etc.
También contempló la Caja los beneficios de cuota mortuoria, auxi-
lio de cesantía y asignación familiar, dejando en manos del SERMENA las
prestaciones relativas a la salud.
El 8 de noviembre de 1952 se promulgó la Ley Nº 10.986, conocida
bajo el nombre de Ley sobre Continuidad de la Previsión. Su promulga-
ción se debió al deseo de evitar la evidente injusticia que representaba
para los imponentes de una Caja de Previsión el no poder impetrar o re-
conocer la antigüedad en la afiliación al instante de jubilar en una Caja
diversa, la cual hacía ilusorios sus derechos y trababa notablemente la
movilidad laboral.

20
NOCIONES PRELIMINARES

La ley citada solucionó el problema y autorizó los reconocimientos


de tiempo correspondiente a afiliaciones en Cajas de Previsión distintas
a aquella en que se impetraba el beneficio definitivo. También autorizó a
los imponentes con 40 o más años de edad para llenar las llamadas “lagu-
nas previsionales”, las que corresponden a lapsos durante los cuales han
estado desafiliados del sistema; con ello se facilitó el reconocimiento de
años en blanco, para lo que, incluso, se dio la posibilidad de otorgarles
préstamos de dinero para que pudiesen cumplir con dicha finalidad.
Luego se dictaron, el año 1953, los D.F.L. Nos 243 y 245, que favore-
cieron a los trabajadores en materia de indemnización por años de servi-
cios, auxilio de cesantía y asignaciones familiares.
Estas fueron las principales leyes dictadas hasta la década de los 50;
decimos las principales, porque en realidad existió una proliferación le-
gislativa relativa a entes gestores y prestaciones absolutamente inorgáni-
cas y falta de uniformidad, con muchos aspectos negativos que fueron
tornando ineficiente el sistema en general.
Con la clara intención de posibilitar una reforma amplia, el año 1959
el Gobierno designó una comisión de expertos, presidida por el abogado
don Jorge Prat Echaurren, para que efectuase un análisis exhaustivo del
sistema y propusiese soluciones. Esta cumplió su tarea a cabalidad median-
te el denominado “Informe sobre la reforma de la Seguridad Social chilena”, en
el cual se efectúo un descarnado análisis y se propuso el reemplazo del
sistema entonces existente por otro fundamentado en tres subsistemas:
un Servicio Nacional de Salud, un Servicio Nacional de Pensiones y Sub-
sidios, y un Servicio Nacional de Prestaciones Familiares.
Lamentablemente, por razones del todo ajenas a lo que era el siste-
ma, la reforma propuesta no se concretó jamás, prosiguiendo la legisla-
ción su antiguo camino; constituyó, eso sí, un llamado de alerta y un
esfuerzo monumental de acopio de antecedentes, los que quedaron plas-
mados en un informe que siempre ha constituido la más completa visión
del sistema previsional chileno de esa época.
En la década de los 60 se dictaron tres leyes de mayor importancia
que las usuales en la materia. Así, la Ley Nº 15.386, de 1962, sobre Reva-
lorización de Pensiones, estableció un régimen genérico de reajuste de
pensiones, con la finalidad declarada de mantener los montos actualiza-
dos, y un régimen de pensiones mínimas, con la clara intención de que
ellas permitiesen acceder a una existencia digna, independiente de fac-
tores de tiempo o montos que pudiesen incidir en su valor.
Luego, el año 1968 se dictó la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales, la cual vino a reemplazar la anti-
gua Ley Nº 4.055, y que se estructuró bajo el principio de la responsabili-
dad objetiva del empleador. Dicha ley mantiene su vigencia, con muy
contadas modificaciones, y será analizada en detalle en el capítulo corres-
pondiente.
El mismo año se promulgó la Ley Nº 16.781, llamada de Medicina
Curativa, la que otorgó asistencia médica y dental completa a los impo-
nentes activos, jubilados o beneficiarios de pensiones de sobrevivencia,

21
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

como asimismo a sus cargas familiares, de la generalidad de los organis-


mos previsionales, con algunas excepciones.
La ley encomendó al Servicio Médico Nacional de Empleados,
SERMENA, la administración del sistema, pudiendo otorgar éste las presta-
ciones respectivas, sin perjuicio de que el imponente se acogiese al siste-
ma de libre elección tanto del profesional médico como del establecimien-
to donde deseaba ser atendido.
El SERMENA fijaba anualmente el porcentaje con el cual concurría a
financiar el pago de los beneficios, el que oscilaba entre un 50% y un 70%;
a la vez establecía un subsidio en dinero destinado a reemplazar la inte-
rrupción del ingreso en los casos de licencia por enfermedad de los im-
ponentes.
Ya en la década de los 70 se dictó la Ley Nº 17.322, destinada al co-
bro ejecutivo de cotizaciones, vigente hoy en día con algunas modifica-
ciones; su importancia radica en el hecho de que permitió un mejor y
expedito control e integro de las cotizaciones de Seguridad Social.
En 1974 se creó el Fondo Único de Prestaciones Familiares mediante
el Decreto Ley Nº 307, el cual tuvo la virtud de uniformar y unificar el
beneficio para todos los trabajadores, tanto del sector público como del
privado. Este cuerpo legal marca un hito en cuanto a la idea de justicia
que conlleva y puso fin a injustificadas discriminaciones en la materia.
El mismo año se dictó el Decreto Ley Nº 603, relativo al Sistema Úni-
co de Subsidios de Cesantía, con idénticos fundamentos que el anterior.
Igual predicamento informó la promulgación del Decreto Ley Nº 879, de
1975, relativo al otorgamiento de pensiones asistenciales para los inváli-
dos sin derecho a pensión y carentes de recursos.
En 1979 se dictó el Decreto Ley Nº 2.448, denominado también de la
“gran reforma de pensiones”, que tuvo suma importancia y que constitu-
yó un avance de la reforma total que se produjo dos años más tarde. El
principal objetivo fue el de uniformar el sistema de pensiones por vejez
(65 años para los hombres y 60 para las mujeres), consultando un régi-
men transitorio para aquellas personas que optaban a pensiones por años
de servicios.
Dicho decreto ley constituye el antecedente inmediato de la llamada
“gran opción”,4 la que cambió por completo el sistema de Seguridad So-
cial chileno, hasta ese instante anárquico, distorsionado y con privilegios
concentrados en grupos de poder que trastrocaban profundamente los
fundamentos orientadores del sistema.
A ello obedeció la promulgación de dos cuerpos legales, los Decretos
Leyes Nos 3.500 y 3.501, sobre pensiones y cotización, publicados en el
Diario Oficial de 13 de noviembre de 1980, los que cambiaron por com-
pleto las bases del sistema de Seguridad Social chileno. Sus orientaciones
fundamentales fueron las de generar una verdadera solidaridad y seguri-

4
WILLIAM THAYER y E DUARDO FERNÁNDEZ , El nuevo régimen previsional y de cotizaciones,
p. 45.

22
NOCIONES PRELIMINARES

dad en la base, propiciar el ahorro individual y dar paso al principio de


la subsidiariedad en el campo de la administración del sistema.5
El detalle de su contenido será desglosado en los capítulos siguientes
al tratar de las prestaciones de Seguridad Social. Se podrá no concordar
plenamente con sus fundamentos y orientaciones, mas no puede desco-
nocerse que, al contrario de la legislación que le precedió, esta legisla-
ción es profundamente orgánica y coherente, programada y sistemática,
lo cual permite adoptar decisiones tecnificadas, evitando distorsiones que,
preferentemente, afectan a los más desposeídos o a quienes no están cer-
canos a grupos de poder.

FUNDAMENTOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

La Seguridad Social tiene su razón de ser en que los administrados están


sujetos a contingencias sociales. La necesidad de proteger de estas contin-
gencias al ser humano y a los que de él dependen emana de su derecho
a la existencia; de la obligación de conservar su vida y hacerlo en un ni-
vel digno y acorde con su condición de tal.
La sociedad, frente a este derecho-obligación de vivir dignamente, or-
ganiza lo necesario para permitir el cumplimiento de esta obligación y el
ejercicio de aquel derecho.
Esta es la razón de existir de la Seguridad Social, pues las contingen-
cias sociales que precave, una vez acaecidas, impedirán, en principio, la
posibilidad de vivir dignamente.

1. INSTITUCIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL . Se estima que la Seguridad


Social comprende seis áreas:
– Medicina social
– Asistencia social
– Seguros sociales
– Servicios sociales
– Políticas de pleno empleo
– Vivienda.
Esta concepción se ha considerado demasiado amplia y, por ello, otros
autores estiman que la Seguridad Social comprende:
1) Los seguros sociales. Se consideran como tales aquellos mecanismos
que tienen por objeto otorgar prestaciones médicas (preventivas, curati-
vas y de rehabilitación a afiliados y familiares a su cargo) y pecuniarias
(por suspensión, disminución o pérdida de la capacidad de ganancia del
jefe de familia).
Estos seguros de carácter obligatorio vienen a constituir el segundo
grado de previsión social, cuyo primer aspecto está referido al ahorro vo-

5
JOSÉ P IÑERA ECHENIQUE, Análisis de la previsión en Chile, p. 21.

23
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

luntario, ya sea éste individual o de carácter colectivo. Los seguros socia-


les se iniciaron, en una primera época, en un ámbito netamente previsio-
nal, asumiendo las características plenas de las mutualidades, basadas
fundamentalmente en normas del Derecho Privado, obedeciendo básica-
mente al interés del grupo de afiliados y con fuerte basamento en la jus-
ticia conmutativa.
Al integrarse de lleno a la moderna Seguridad Social, sufrieron una
alteración profunda, ya que se entran a financiar con aportes tanto de
los cotizantes como del Estado, se orientan por el interés general de la
comunidad toda y se apoyan ahora en la justicia distributiva, todo ello en-
marcado en los principios de esta rama del Derecho.
2) La asistencia social. Esta área comprende aquellos aspectos destina-
dos a atender las contingencias sociales que, por cualquier causa, no hu-
bieren sido atendidas por los seguros sociales obligatorios (enfermedades,
accidentes, cesantía, etc.), o bien cuando esta atención no hubiere sido
suficiente (complementaria).
Su financiamiento es, principalmente, con cargo al Estado, sin que
pueda descartarse el financiamiento privado a su respecto, en determi-
nadas circunstancias.
3) Las prestaciones familiares. Podemos considerar como tales todos
aquellos beneficios que se otorgan en directa relación a la protección del
grupo familiar. Fundamentalmente se hace un distingo entre las asigna-
ciones familiares (prestaciones pecuniarias que se otorgan a la familia en
vinculación con las personas que viven a expensas del jefe de familia) y
las demás prestaciones (beneficios pecuniarios en especie o servicios que
se otorgan al grupo familiar propendiendo a su mejor formación y desa-
rrollo).

2. SISTEMAS TRADICIONALES DE REPARACIÓN DE LAS CONTINGENCIAS. Con


anterioridad al prodigioso avance experimentado por la Seguridad Social
en este siglo, y muy especialmente en las últimas cuatro décadas, existie-
ron coberturas primigenias de los riesgos sociales, las que son conocidas
hoy en día como tradicionales; bajo dicha denominación se comprenden
el ahorro, la beneficencia, la responsabilidad del empleador, el seguro pri-
vado, el gremio, la mutualidad, la asistencia y la familia. Analizaremos las
principales de ellas.
a) El ahorro. Es sin duda el más tradicional de los sistemas que el hom-
bre ha utilizado para precaverse de las necesidades futuras o presentes,
inicialmente basado en su experiencia, más tarde en sus cada vez más am-
plios conocimientos.
El ahorro tiene la virtud de darle a quien lo utiliza certeza de lo que
tiene y con ello, seguridad; de allí su profusa utilización en el siglo pasa-
do y el impulso que en muchos países, incluido Chile, se le dio por la vía
legislativa, creando numerosas entidades destinadas a su concreción (Ca-
jas de Ahorro y Préstamo, Cuentas de Ahorro, etc.).

24
NOCIONES PRELIMINARES

Si bien cumple el ahorro con la premisa señalada, desde el punto


de vista de protección de los riesgos sociales, presenta diversas caren-
cias. Desde luego, en la propia naturaleza del ser humano se encuentra
su principal contradictor, ya que es bien conocida su tendencia innata al
consumismo, característica que se agrava en tiempos de bonanza; es muy
difícil que ante dicha eventualidad se mantenga el rigor interno necesa-
rio para perseverar en una política que implica postergar la satisfacción
de necesidades actuales, siempre crecientes, por futuras, difíciles de esti-
mar en el presente.
Pero suponiendo aun que dicho problema se supere, el mayor incon-
veniente lo representa el hecho de que el individuo se encuentra inerme
ante los rápidos y profundos cambios que se suceden en el ámbito eco-
nómico; circunstancias tales como la inflación, devaluaciones de moneda
y otras ponen en peligro constante y en ocasiones disminuyen el ahorro
individual, fenómeno que desincentiva esta posibilidad y deja al descu-
bierto su debilidad.
Ello no obsta a considerarlo como un adecuado complemento a la
Seguridad Social y, por sobre todo, como algo moralmente deseable en
aquellas personas que se encuentran en condiciones de hacerlo.
Diverso es el caso cuando dicho ahorro adopta un esquema institu-
cional, en el que los que deciden en qué invertir los ahorros son profe-
sionales que tienen conocimientos bastante profundos del mercado
financiero, lo que les permite obtener rentabilidades adecuadas en rela-
ción al capital ahorrado. Dicho esquema ha ido adquiriendo en forma
paulatina una gran gravitación en el mundo de hoy, constituyéndose en
una alternativa muy estructurada en recientes reformas en el ámbito de
la Seguridad Social, fundamentalmente en lo que se refiere a los fondos
de pensiones.
b) La beneficencia. Este sistema de ayuda pública, privada o mixta, que
socorre a los más necesitados, ha revestido diversas –y generalmente im-
perfectas– formas, que en ningún caso han constituido soluciones inte-
grales a los variados problemas que enfrenta la Seguridad Social; sólo
pueden considerarse como paliativos de situaciones que en el siglo pasa-
do no daban lugar al nacimiento de estructuras capaces de soportar los
problemas que hoy en día debe enfrentar el Sistema.
En consecuencia, si bien actualmente se usa, y representa, en ocasio-
nes, un aporte complementario importante para el sistema, su importan-
cia relevante la tuvo cuando nada o casi nada orgánico existía, y constituyó,
sin lugar a dudas, un valioso elemento para satisfacer las necesidades más
elementales del ser humano.
Su mismo origen caritativo la impregnó de un sello moral que le per-
mitió efectuar una ardua labor en el campo social cuando todo estaba
por hacerse. Su paulatino desplazamiento por formas más perfectas, en
nada desmerece el aporte primigenio de la beneficencia al campo de la
Seguridad Social, sobre todo en el ámbito de la atención médica y hos-
pitalaria proporcionada a los indigentes, basada en entidades con atis-

25
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

bos de asistencia social y con un rol fundamental desempeñado por el


Estado.
En Chile tenemos un caso muy destacado, que inclusive desborda los
límites de la sola beneficencia, extendiendo su acción a ámbitos cada vez
más perfectos e insertos en la Seguridad Social. Nos referimos al Hogar
de Cristo, obra de gran envergadura que se debe al tesón, inteligencia y
entusiasmo desbordante del beato Padre Hurtado. Dicha institución, que
ha sobrevivido más de 50 años desde la muerte de su creador, es una mues-
tra vívida de cómo la beneficencia bien estructurada y organizada puede
constituirse en un aporte de mucha envergadura y calidad en la lucha con-
tra los flagelos sociales.
c) La responsabilidad del empleador. La circunstancia de que el emplea-
dor utiliza el esfuerzo del trabajador en su propio beneficio y lucro llevó
a considerar que éste debía soportar también los infortunios que afecta-
sen a este último, sobre todo en lo relativo a la disminución o pérdida de
su capacidad de ganancia.
Esta forma de aseguramiento se utilizó con profusión en materia de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, adoptando diversas
variables en cuanto a su configuración legal.
Su génesis jurídica quedó resumida en el artículo 1382 del Código
Civil francés, cuando señala que “todo hecho del hombre que cause un
daño a otro obliga a aquel por cuya falta se produjo, a la reparación”.6
Esto condujo a precisar, que si debido a una acción u omisión, ya fuere
del empleador o de quien obrare en su nombre, causare perjuicio o daño
a otro, bajo la preexistencia de una obligación, y lo hiciere culpablemen-
te, estará en el deber de responderle al tercero.
Esta tesis se utilizó ampliamente en el campo de los accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales, como veremos más adelante; mas
también ha sido desplazada por presentar numerosos inconvenientes de
orden práctico y porque su aplicación exegética deja sin cobertura en for-
ma frecuente a una serie de hechos que no responden con exactitud a
los requerimientos teóricos de esta tesis.
d) El seguro privado. El aseguramiento privado, si bien comparte los fun-
damentos con los seguros sociales, en cuanto a integrar los riesgos y repar-
tir su carga, tiene enormes diferencias, las que al analizarlas establecen
claramente por qué, aunque aún se le utiliza, se le considera tan sólo como
un complemento, mas no parte integrante del sistema de Seguridad Social.
En efecto, el seguro privado es contractual y el obligatorio tiene ori-
gen legal; el privado es facultativo, el obligatorio lleva en su denomina-
ción su impronta; el privado persigue el lucro, el obligatorio se establece
para otorgar protección al trabajador; el privado puede celebrarlo cual-
quier persona, el obligatorio requiere el cumplimiento de ciertos requisi-
tos; el privado lo administran entes que son propiedad de particulares, el

6
MARIO DE LA CUEVA, Derecho Mexicano del Trabajo, tomo II.

26
NOCIONES PRELIMINARES

obligatorio lo administra generalmente el Estado o, si lo hacen particula-


res, éste al menos se mantiene como garante del sistema, etc.
Todo ello nos lleva a concluir que este tipo de reparación no puede
ser considerado como parte del sistema, aunque sí lo puede complemen-
tar. De hecho, hoy en día, en muchos sistemas de pensiones que se han
adaptado al esquema de “los tres pilares”, el ahorro privado se ha erigido
como uno de ellos con toda propiedad.

3. FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL. La finalidad de la política social


es la promoción de un orden social justo y con dicho objetivo opera so-
bre la realidad actual, de tal manera que se obtenga un “bienestar social”;
se entiende por este último “la situación en la que se satisfacen las aspira-
ciones y las expectativas de la población por el incremento del nivel de
vida y el goce de la calidad de vida”.7
Esta constituye una de las aspiraciones más sentidas del hombre, y por
ser justamente de las más deseadas, es, a la vez, una de las más difíciles
de concretar.
Ello es así, porque, además de la carencia de medios, el ser humano
vive inmerso en un marco socioeconómico muy complejo e interrelacio-
nado y porque para alcanzar la finalidad antedicha se expone a una di-
versa gama de riesgos.
Estos riesgos, según Paul Durand, corresponden al medio físico (fe-
nómenos naturales), al medio social (legislación), a la organización del
grupo familiar (número de hijos), orden fisiológico (enfermedad, invali-
dez, vejez y muerte) y provenientes del medio profesional (desempleo).
La vida del hombre está expuesta permanentemente al riesgo; de un
estado de salud pleno puede pasar en forma súbita a un estado de enfer-
medad, invalidez o muerte y, lo que es más grave, impensadamente. Di-
chos eventos provocan repercusiones socioeconómicas muy fuertes en el
ámbito familiar y también afectan al medio laboral de éste y, por deriva-
ción, a la sociedad toda.
No obstante ello, el ser humano es poseedor, mediante el aprovecha-
miento de su inteligencia, de la capacidad maravillosa de tratar de pre-
ver algunos de los riesgos a que está expuesto; es lo que se denomina
posibilidad de previsión. Esa circunstancia razonada lo lleva a no colocarse
en una situación pasiva ante hechos que necesariamente le ocurrirán (la
muerte) o que estima le afectarán (las enfermedades), por lo que se dis-
pone a enfrentar tales eventos en forma individual y luego a traspasar el
costo de dichos riesgos a un tercero, mediante un pago periódico, dando
paso así a la institución del seguro.

4. EL SEGURO SOCIAL. El seguro privado cubre, en consecuencia, el acae-


cimiento de dichos riesgos y los denomina “siniestros”, considerándolos
desde un punto de vista individual.

7
HUMBERTO PODETTI , Política Social, p. 79.

27
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Cuando este fenómeno se generaliza a toda la sociedad y comprome-


te el interés social, interviene el Estado y le otorga el sello de obligatorie-
dad al seguro, a la par que dicta normas para su regulación. En ese punto,
el seguro comienza a cubrir lo que denomina como “contingencia social”
en lugar de “siniestro”; con ello está indicando claramente su posición
en cuanto a que no todos los eventos pueden significar una desgracia (un
nacimiento), pero igual debe prevérselo, a base de una acción social man-
comunada, ya que todos sus integrantes están expuestos a su ocurrencia
y a la merma correspondiente en su patrimonio.
Así, pues, estos particularísimos “siniestros sociales” pasan a denominarse
“contingencias sociales”, siendo las más importantes las enfermedades, ac-
cidentes, maternidad, vejez, viudez, orfandad, invalidez, desempleo y las res-
ponsabilidades derivadas de la existencia de una familia.
Aznar acude a la génesis de las contingencias sociales y las clasifica
del siguiente modo:
1) De origen patológico: enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo
y enfermedades profesionales;
2) De origen biológico: maternidad, vejez y muerte;
3) De origen socioeconómico: desempleo y cargas familiares excesivas.8
Estas contingencias colocan al ser humano ante lo que se conoce como
un “estado de necesidad”, que son todos aquellos hechos que le provocan a
la persona una situación de menor capacidad de ganancia o de desem-
bolso extraordinario, o bien de ambas cosas a la vez.
Producida la contingencia social que coloca al hombre en un estado
de necesidad, entra en acción el mecanismo de la Seguridad Social, des-
tinado a restablecer el “bienestar social” alterado por el acaecimiento de
dicho estado.
Como la mantención del estado social no depende tan solo de los re-
cursos propios del individuo ni de las determinantes sociales y materiales
que constituyen su entorno, entran a jugar un rol decisivo las estructuras
socioeconómicas establecidas.
Ello lleva a que dichas estructuras, con una responsabilidad primor-
dial del Estado, se adecuen, a medida de las circunstancias históricas, so-
cioeconómicas, culturales y políticas, para obtener el bienestar social.
Por ello, para algunos autores, alcanzarlo consiste en “la satisfacción
de un nivel creciente de aspiraciones y expectativas individuales y socia-
les en cuanto a una efectiva asignación de oportunidades y participación
razonable en los frutos crecientes, espirituales y materiales, del esfuerzo
social, legitimada en los deberes sociales de solidaridad y personal de ac-
tividad para el progreso y espiritual de la colectividad”.9
En este punto entra en juego el Sistema de Seguridad Social, el cual
a través de diversos mecanismos político-sociales tiende a cautelar el de-
sarrollo del hombre en pos de su bienestar en lo social.

8
SEVERINO AZNAR, La Seguridad Social. Actas del Primer Congreso Iberoamericano de
Seguridad Social.
9
JORGE DIFRIERI, Bienestar y Desarrollo, p. 7.

28
NOCIONES PRELIMINARES

5. LOS SERVICIOS SOCIALES. Este aspecto es considerado por la mayoría de


la doctrina como un elemento complementario de la Seguridad Social,
otorgado a través de los seguros sociales o de la asistencia social, pero en
ningún caso como integrantes formales del sistema.
En efecto, tiene éste un carácter de complemento del sistema, de res-
ponsabilidad neta del empleador, y su origen se encuentra en los contra-
tos o convenios colectivos; por ende, es parte de la llamada Seguridad
Social Complementaria, de origen convencional.
Tiene una importancia destacada a nivel de grandes empresas, las cua-
les coadyuvan al otorgamiento de beneficios, enmarcándolos dentro de
lo que se denomina “condiciones comunes de trabajo”, y que habitual-
mente se negocia colectivamente.
Son, esencialmente, beneficios adicionales que obtienen los trabaja-
dores en virtud de sus pactos colectivos de trabajo y están dirigidos fun-
damentalmente a proteger la salud del trabajador y su grupo familiar, su
habitación, higiene y seguridad en el trabajo, etc.
No teniendo el carácter de atender objetivos propios de la Seguridad
Social, no son parte de ésta, pero sí la complementan bajo diversos as-
pectos, que son de interés para ella.

6. LA MEDICINA SOCIAL. Idénticas consideraciones a las efectuadas para


los servicios corresponden a este caso, ya que la búsqueda del estado de
salud como lo entiende la Organización Mundial de la Salud (“estado de
completo bienestar físico, mental y social, no sólo la ausencia de enfer-
medades”) le corresponde al seguro social o a la asistencia social, por lo
cual no se le debe considerar como una rama diferente, sino, por el con-
trario, como integrante pleno del sistema; su perfección debe buscarse
dentro de este último y no fuera del mismo.
Según el doctor Fernando Lolas Stepke, “la medicina es una práctica
social con muchos significados. Interpela a muchas personas y a muchas
formas de razonar. Todas legítimas en la medida que son socialmente acep-
tadas. No es necesario satanizar el afán de lucro ni tampoco vocear cual
dogma la necesidad de un mínimo decente de acceso a los medios de con-
servar y promover la salud.”10

7. LOS SEGUROS PRIVADOS OBLIGATORIOS. Cuando una entidad aseguradora


la constituye un particular, estamos ante esta figura, y el carácter de obli-

10
FERNANDO L OLAS STEPKE en “Prólogo” del libro Pandora Médica: Medicina, Poder y Di-
nero, del que es autor Rafael Caviedes Duprá. Ediciones CIEDESS, 2004, p. 14. El mismo
facultativo agrega, con mucha agudeza y estilo que… “El tiempo y la experiencia indican
que las personas no solamente quieren estar sanas y ser felices. Por paradójico que parezca,
desean, además, buenas razones para tener salud y felicidad. La propaganda conoce bien este
mecanismo psicológico elemental, pues junto con publicitar el producto, da fundamentos
para usarlo. Los chocolates no solamente son deliciosos, también son nutritivos. Los auto-
móviles no solamente transportan, dan prestigio. Y así, en cualquier ámbito, la felicidad y la
salud, sin más, no contentan a la gente. Puede ser un tributo a la inteligencia oculta que
siempre haya que aportar razones para mover a la acción”.

29
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

gatoriedad emanará de la compulsión legal que se ejerce sobre el emplea-


dor para que se ajuste a los lineamientos trazados por el Estado.
Su constitución se regirá habitualmente por las normas que el Esta-
do haya determinado al efecto y por la operatoria tradicional de los segu-
ros privados mercantiles. Opera sobre la base de la cotización obligatoria
del empleador y su campo de aplicación puede ir desde el sistema de pen-
siones hasta los accidentes del trabajo.
Usualmente la relación se traba entre el empleador y el seguro, por
ende, las cotizaciones serán habitualmente de su cargo.
En nuestro país se utilizó esta modalidad en materia de accidentes
del trabajo y enfermedades profesionales, estando obligado el empleador
a contratar el seguro en una compañía del rubro, para cubrir los riesgos
que el Estado le señaló.
Con el tiempo, ello dio origen a las mutualidades de empleadores,
las que han tenido un exitoso rol en la materia; no puede ignorarse el
paso en la dirección correcta que significó este hecho, sin perjuicio de
reconocer que el seguro privado obligatorio constituyó un avance en com-
paración con la situación de absoluta carencia en que se encontraba el
trabajador con anterioridad a su implantación.

30
CAPÍTULO II

LOS PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Consideramos que es previo aclarar que no existe un modelo único e in-


variable del Sistema de Seguridad Social, lo que lleva a concluir que no
todos los lineamientos que sobre el particular ha elaborado la doctrina
son válidos respecto a todos los tipos de modelos que se conocen.
La Seguridad Social parece, mas bien, estar caracterizada por una flagran-
te contradicción entre los elementos que se han considerado por mucho tiem-
po como inamovibles respecto de las innovaciones o soluciones que surgen
constantemente, en el constante afán de encontrar cada vez soluciones más
eficaces y eficientes para las denominadas contingencias sociales.
No obstante dicha dificultad, es reconocido el rol que juegan los prin-
cipios en toda disciplina jurídica, ya que ellos cumplen una función infor-
madora, integradora y receptiva.11 Ellos, además, proporcionan una
estructura básica indispensable para su adecuado ordenamiento y asegu-
ran una base de desarrollo a un sistema que se caracteriza por su muta-
ción permanente, en pos de encontrar mecanismos que permitan hacer
frente a realidades sujetas a un permanente cambio y evolución.
Su mayor importancia relativa se traduce en su reconocimiento ex-
preso en las Cartas Fundamentales, sirviendo así de orientación al orden
jurídico que recoge la estructura legal sobre la que se sustenta el Sistema
de Seguridad Social de cada país.
Siguiendo de cerca a la doctrina más amplia en la materia,12 podría-
mos esquematizarlos de la siguiente forma:
1. SUJETOS AMPARADOS >>> UNIVERSALIDAD SUBJETIVA
2. CONTINGENCIAS CUBIERTAS >>> UNIVERSALIDAD OBJETIVA
3. PRESTACIONES >>> IGUALDAD, INTEGRIDAD O SUFICIENCIA
4. FINANCIAMIENTO >>> SOLIDARIDAD
5. ADMINISTRACIÓN >>> UNIDAD O DESCENTRALIZACIÓN
SUBSIDIARIEDAD

11
AMÉRICO P LÁ RODRÍGUEZ, Los principios del Derecho del Trabajo, Montevideo, 1975, pp. 19
y 20
12
ÓSCAR ERMIDA URIARTE, en La Seguridad Social en el Uruguay, Fondo de Cultura Uni-
versitaria, 1992, p. 37.

31
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Los desarrollaremos brevemente a continuación.

1. UNIVERSALIDAD. Este principio, ya señalado por William Beveridge,13 re-


ferido a que el sistema debe comprender tanto a las personas como a sus
necesidades, admite, desde un punto de vista técnico, una distinción entre
la generalidad de las personas protegidas –universalidad subjetiva– y aque-
lla referida a las contingencias cubiertas, la que se conoce bajo el nombre
universalidad objetiva. Sus principales alcances son los siguientes:
A) Universalidad subjetiva. Desde este punto de vista, se estima que la
Seguridad Social debe cubrir a todas las personas, sin limitaciones ni dis-
criminaciones de ninguna especie o naturaleza; Beveridge ya había seña-
lado que debía proteger a todos los ciudadanos de la sociedad toda por
medio de la acción solidaria de todos los integrantes del sistema. La uni-
versalidad subjetiva parte de la base de que no se debe discriminar a cau-
sa de edad, raza, nacionalidad, vínculo laboral o nivel de remuneraciones.
Esta premisa no la contemplaban los seguros sociales, quienes sesga-
ban frecuentemente por rama de actividad o en relación a los ingresos,
por lo que podemos concluir que el sistema evolucionó desde los econó-
micamente más débiles (Bismarck) hacia una política de protección na-
cional (Beveridge).
Esta extensión tuvo inconvenientes en su concreción, especialmente
en el sector agrícola y en ciertos servicios, siendo el caso chileno una ex-
cepción destacable en este sentido, pues la Ley Nº 4.054, de 1924, inclu-
yó a todos los trabajadores, sin excepción alguna.
Esta circunstancia resalta aun más al compararla con la media latinoa-
mericana, ya que Chile protege sobre el 67% de su población económi-
camente activa, contra un 30% de promedio en el resto del continente
(Ecuador 15%, Panamá 45%, Uruguay 50% y Paraguay 15%). Los por-
centajes se explican, en parte, por no extenderse los seguros sociales a
los trabajadores independientes, los cuales constituyen un gran número
de la población activa; esta característica ha tendido a extenderse en la
economía globalizada, en razón de que han proliferado los trabajos de
corte temporal, los cuales suelen ser muy refractarios a insertarse en el
Sistema de Seguridad Social.
Los afiliados en Chile ascienden aproximadamente a 6.900.00014 per-
sonas y los beneficiarios a 9.000.000. Sólo el Reino Unido tiene protegi-
do al 100% de su población activa; Israel, Francia, Alemania, Japón y EE.UU.
tienen porcentajes entre el 80% y el 95%.
En relación a los trabajadores independientes en Chile, desde el año
1952 pueden asegurarse voluntariamente (desde la promulgación de la
Ley Nº 10.383); con posterioridad se dictaron otras leyes complementa-
rias referidas a los abogados, dentistas, taxistas, etc., lo cual significó un
incremento considerable de la cantidad de imponentes al sistema.

13
WILLIAM B EVERIDGE, El seguro social y sus servicios conexos, México, 1946, p. 155.
14
Asociación Gremial de AFP. Página web (www.afp-ag.cl) octubre 2004.

32
LOS PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Finalmente, y desde la promulgación del D.L. Nº 3.500, de 1980, que


instauró en Chile el Sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones
(AFP), la incorporación de los independientes es facultativa. Como resul-
ta difícil y complejo que todos los trabajadores ingresen al sistema y coti-
cen en forma constante y permanente (trabajos temporales, mujeres que
entran y salen del mercado de trabajo, labores principales en el carácter
de independientes), la Seguridad Social debe complementar su acción
mediante el otorgamiento de prestaciones con carácter mínimo.
B) Universalidad objetiva. Bajo esta premisa se propicia que la Seguri-
dad Social debe propender a alcanzar la total eliminación de todos los
riesgos o contingencias sociales derivados de una alteración desfavorable
del necesario equilibrio que debe existir entre las necesidades y los in-
gresos de los individuos, con independencia de la naturaleza de los he-
chos o acontecimientos que les den origen.
Por ello se considera genéricamente que constituyen contingencias
sociales cubiertas o por cubrir por el Sistema de Seguridad Social, la en-
fermedad y el accidente común, la maternidad, la invalidez, la vejez, la muerte, la
viudez, la orfandad, los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales, el
desempleo y las cargas familiares.
Estos son considerados “hechos causantes”, es decir, estados de nece-
sidad que merecen ser protegidos por la Seguridad Social y se conside-
ran como tales en el Convenio de la OIT sobre Norma Mínima de
Seguridad Social (Nº 102); estos hechos causantes deben cumplir ciertas
condiciones y circunstancias previstas y reglamentadas por el ordenamien-
to jurídico.
En el plano legislativo se observa una tendencia en el sentido de pro-
teger otras contingencias no consideradas hoy como sociales, siendo uno
de los casos más tratados el relativo a los fenómenos naturales que afec-
tan a la producción agrícola y su efecto en el desempleo.
La involuntariedad de la contingencia como una circunstancia habi-
litante para acceder a las prestaciones ha sido una premisa bastante cues-
tionada, pero que en forma irrestricta se la establece generalmente para
el seguro de desempleo y las prestaciones de invalidez, no así en el caso
de prestaciones de vejez, muerte, como tampoco para el caso de la enfer-
medad y accidentes. La Ley Nº 16.744 prevé especialmente, en el caso na-
cional, el otorgamiento de prestaciones médicas en caso de accidentes
producidos intencionalmente por la víctima, pues a todo ser humano le
asiste el derecho a la recuperación.

2. IGUALDAD E INTEGRIDAD O SUFICIENCIA. Bajo la égida del principio de


la igualdad, se preconiza la asignación de una idéntica protección frente
a situaciones idénticas. Es decir, todos los miembros de la población reci-
birán los mismos beneficios frente a unos mismos riesgos.15 A su vez, el

15
AMÉRICO PLÁ RODRÍGUEZ, “El Derecho Laboral y la Seguridad Social”, en Estudios
Jurídicos en memoria de Eduardo J. Couture, Montevideo, 1957, p. 967.

33
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

principio de la integridad o suficiencia se refiere a la circunstancia de que


todas las prestaciones –médicas, económicas o familiares– sean suficien-
tes para atender la contingencia social respectiva y capaces de solucionar
el caso social.
Así, en cuanto a la salud, se estima que ésta debe ser protegida inte-
gralmente, comprendiendo las atenciones médicas, quirúrgicas, dentales,
hospitalización, medicamentos, prótesis, etc. No vulnera este principio la
circunstancia de concurrencias al pago, siempre que ello esté reglamen-
tado y se contemplen las excepciones correspondientes a la indigencia o
personas impedidas de cotizar.
En lo que atañe a los montos de las prestaciones, se estima que de-
ben ser de tal calidad que permitan a la persona continuar viviendo en
condiciones relativamente similares a las que tenía cuando disfrutaba de
su capacidad de trabajo. La línea seguida a este respecto indica que no
es aconsejable el otorgar prestaciones de idéntico valor a la remunera-
ción, por cuanto desincentiva la vuelta a la vida activa por parte de la per-
sona y porque las necesidades del pasivo generalmente resultan inferiores
a las del activo; la media fluctúa entre 60 y 80%.
El fundamento de esta premisa reside en la justicia distributiva, que
obliga a la sociedad a atender a los administrados de acuerdo con sus ne-
cesidades, en la medida que ello sea compatible con los recursos con que
cuenta el Sistema, ya que los costos para cumplir con dicho objetivo son
siempre de alto monto.
De igual manera, se estima no justificado el otorgamiento de presta-
ciones pecuniarias muy elevadas o sin límite; al efecto, se postula que aque-
llas personas que cuentan durante su vida activa con ingresos por sobre
un monto promedio, pueden complementar sus prestaciones mediante
un ahorro suplementario fundado en el ahorro individual o el seguro pri-
vado.
Del mismo modo, no se estima pertinente el otorgamiento de pen-
siones inferiores a un nivel considerado como mínimo, aun cuando al apli-
car las reglas generales sobre cálculo, su resultado fuere efectivamente
inferior, reiterando el principio de otorgar prestaciones sobre la base de
cubrir los estados de necesidad.
Manteniendo el lineamiento señalado, el reajuste en caso de aumen-
to del costo de la vida se estima absolutamente indispensable, ya que re-
presenta una garantía del valor real de las prestaciones. Como índices se
pueden tomar el porcentaje de alza del costo de la vida, la variación del
costo de las necesidades de los pensionados o bien el aumento del nivel
general de sueldos y salarios; algunos creen que éste es el más justo, ya
que parece equitativo que quienes dejaron de trabajar y entregaron a la
sociedad el esfuerzo que ésta les exigió en su oportunidad, participen tam-
bién en la proporción que corresponda del mayor aumento que en tér-
mino medio logren los activos.
Gran parte de la doctrina está acorde, asimismo, en que se dé la pro-
porcionalidad entre prestaciones y remuneraciones anteriores, ya que de-
ben éstas permitir a la persona mantener relativamente el nivel de vida

34
LOS PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

llevado hasta la fecha, lo que se hace necesario por razones de justicia


distributiva y por razones de productividad, pues constituye un aliciente
para el trabajador.
No obstante, pareciera ser igualmente aconsejable que esa proporcio-
nalidad fuera “decreciente”, de acuerdo a lo cual hasta un cierto nivel de
renta se garantiza un cierto porcentaje del sueldo en actividad, para lue-
go entrar a decrecer proporcionalmente.
Esta tesis viene a reafirmar la independencia de las relaciones jurídi-
cas entre la obligación de cotizar y el derecho a las prestaciones corres-
pondientes, lo cual, a su vez, categoriza su desvinculación del seguro
privado.

3. SOLIDARIDAD. De acuerdo a la definición aceptada por diversos trata-


distas, la solidaridad existirá en la medida que se redistribuya el ingreso
nacional. Según la doctrina, se postula que toda la población contribuya
al sostenimiento del Sistema, con prescindencia de la calidad de acree-
dor o no de la prestación.16 Se señala que posiblemente en el campo de
la Seguridad Social, es donde los efectos redistributivos resultan ser más
significativos y profundos, pues prácticamente la actividad consiste en ob-
tener ingresos de determinado grupo de individuos y transferirlo a otro,
dando como resultado de esa acción que unas personas vean acrecenta-
dos sus recursos y otras, disminuidos.17
La solidaridad se exteriorizaría a base de los siguientes postulados:18
1) Es un esfuerzo de toda la comunidad realizado en su propio bene-
ficio;
2) A ese esfuerzo deben contribuir todos y cada cual según sus capa-
cidades y posibilidades;
3) El esfuerzo individual de cada persona debe ser considerado como
una exigencia del bien común y no como una prestación previa, para que
luego el organismo gestor otorgue la correspondiente contraprestación.
Como una consecuencia directa de la aplicación conjunta de este prin-
cipio más el de la suficiencia, se produce realmente la redistribución del
ingreso nacional.
La solidaridad se mira bajo el doble prisma de lo grupal y lo nacio-
nal, pero debemos entenderlos como complementarios y formando par-
te de un todo.
Se estima que el aporte debe ser del Estado, ya que si se grava a la
empresa, se tiende a disminuir la contratación de mano de obra.
La solidaridad puede desdoblarse en dos sentidos:
– la solidaridad general, según la cual todos los miembros de la socie-
dad suministran los medios necesarios, con independencia de su interés

16
Anuar Francés, en artículo “La seguridad Social en América Latina, Doctrina y Rea-
lidad”. Revista del CLAEH, Nº 15, de 1980, p. 13.
17
WALTER SCHULTHESS, Manual de Derecho de la Seguridad Social. Javier Hünicken y otros
autores. Astrea Editores, 1989, p. 82.
18
PATRICIO N OVOA FUENZALIDA, Derecho de la Seguridad Social, p. 110.

35
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

particular en la obtención de la prestación correspondiente y en función


de su capacidad contributiva, y
– la solidaridad intergeneracional, según la cual cada generación pro-
vee lo necesario para el sustento de la posterior, y así sucesivamente.19
En el concepto de “pasivo” que da lugar a la obtención del beneficio
en estos casos, habrían de entenderse comprendidos también aquellos que
no se insertan en la fuerza activa de trabajo, como son los menores de
edad o los incapaces.20
En el primer caso se está ante los efectos redistributivos entre las per-
sonas de acuerdo con su nivel de ingresos, los que tendrán el carácter de
progresivos cuando los que resultan beneficiados son quienes menos in-
gresos relativos tienen, y de regresivos cuando se da la situación inversa.
Las principales disposiciones que inciden en la distribución del ingreso
son:
a) el establecimiento de un beneficio mínimo; ello permite a las per-
sonas de bajos ingresos obtener un usufructo mayor que el que les co-
rrespondería según sus contribuciones;
b) la fijación de un máximo de beneficios; medidas de esta índole se
adoptan en forma complementaria a la existencia de la garantía de una
prestación mínima, dándose así una suerte de compensación entre los que
menos aportaron (y más reciben) y los que más contribuyeron;
c) la determinación de una estructura de beneficios inversamente re-
lativos a los aportes; la relación adopta una proporción inversa, de tal ma-
nera que las personas que efectuaron menores aportes (por tener ingresos
más bajos) al momento de dejar la fuerza de trabajo reciben proporcio-
nalmente cantidades mayores con respecto a sus haberes salariales, que
los de más altos ingresos.
Toda política de redistribución podrá causar un efecto adverso de des-
aliento en los aportantes, los que al conocer que para el cálculo de los be-
neficios no se considerarán plenamente los ingresos logrados durante su
vida activa, podrán verse motivados a caer en la evasión de cotizaciones, ya
sea ocultando su pago de diversas formas o recibiendo ingresos fuera del
circuito legal declarado. Ello obliga a que la política redistributiva deba en-
contrar un necesario equilibrio entre la eficiencia y la redistribución.
La solidaridad intergeneracional tiene sobre sí el fantasma del enve-
jecimiento de la población, motivado por la violenta caída de las tasas de
natalidad y el notable aumento de las expectativas de vida, merced al pro-
digioso avance tecnológico que se constata en los albores del siglo XXI.
Ya el ex Director General de la OIT, Francis Blanchard, en 1980, daba la
voz de alerta, señalando que “algunos han llegado a preguntarse si las ge-
neraciones que habrán de seguirnos, formadas y educadas en una socie-
dad en que muchos discuten los valores tradicionales, no terminarán por

19
AMÉRICO PLÁ RODRÍGUEZ, ob. cit., p. 968.
20
ÓSCAR ERMIDA URIARTE, ob. cit., p. 42.

36
LOS PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

rechazar la responsabilidad que implica hacerse cargo de las personas de


edad por conducto de la Seguridad Social”.21
Algunos autores22 opinan que ciertas generaciones pueden aprovechar
los aportes de aquellas que se encuentran en actividad, pero éstas, a su vez,
no podrán en el futuro lograr prestaciones de acuerdo con esos aportes;
una forma de diluir aquel esquema reside en la posibilidad de complemen-
tar dichos aportes con otras fuentes de financiamiento, como podrían ser
las provenientes de otros impuestos o del régimen tributario general.
Punto de discusión –no menor–, pues, lo constituye la circunstancia
de preconizar que la finalidad última de la solidaridad es la de lograr la
redistribución nacional.
Un sector de la doctrina considera que éste es uno de los grandes ob-
jetivos de la Seguridad Nacional, tanto en cuanto hace el efecto de vasos
comunicantes entre sectores de la población con mayores recursos y aque-
llos que tienen menos, como asimismo el traspaso de recursos que efec-
túan los trabajadores en actividad en favor de los pasivos.
También se advierte otra forma de redistribución en relación a aque-
llos que sufren merma de sus ingresos por contingencias sociales, quie-
nes reciben la provisión de sus ingresos necesarios a través del Sistema.
La base de la redistribución se encuentra en la obligatoriedad que re-
cae sobre todos los sujetos del Sistema.
Otro sector estima que no es función primordial de la Seguridad So-
cial el procurar el objetivo de la redistribución nacional, sin desconocer
que de todas formas, en mayor o menor medida, el fenómeno tiende a
producirse; ello sería más propio de otras herramientas técnicas que se
utilizan en dicho sentido, sobre todo de índole tributaria directa.
Según la ideología predominante –aun cuando existe un debate pro-
fundo al respecto–, el Sistema de Seguridad Social puede conformar una
herramienta poderosísima en la redistribución del ingreso nacional, lo que
ha llevado a algunos a sostener al efecto que se trata, nada menos, que
de su “identidad fundamental”.23

4. UNIDAD O DESCENTRALIZACIÓN. Desde Beverigde en adelante, se habló


de unidad como unificación orgánica o administrativa, fundamentada
principalmente en la circunstancia de la existencia de un riesgo único,
de abaratar los costos y simplificar la estructura administrativa.
Se le toma en términos generales como unidad administrativa del Es-
tado, pero la idea admite otras concepciones.
Algunos critican este fundamento en cuanto confunde el riesgo con
sus efectos, además de que cada riesgo requiere un tratamiento especial
y particular desde el punto de vista administrativo y técnico, y no admite,
por ende, una visión unitaria.

21
FRANCIS B LANCHARD, en “La Seguridad Social en una encrucijada”. Revista Internacio-
nal del Trabajo, vol. 99, Ginebra, 1980, pp. 143-144.
22
WALTER SCHULTHESS, ob. cit., p. 86.
23
JEAN -JACQUES DUPEYROUX, en Securité Social, París, 1973, pp. 19-20.

37
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Hoy por hoy, ya no se trata del único modelo admisible. Han emergi-
do otras teorías para resolver el problema de la unidad, como por ejem-
plo la que postula el unificar los seguros mediante un organismo gestor,
pero manteniendo cada seguro su individualidad propia.
Estas corrientes del pensamiento estiman que la pretendida simplici-
dad y ahorro que se le atribuye a la unidad no pasa de ser una mera afir-
mación, porque justamente peca de falta de simplicidad y falta de
eficiencia (que sí la tienen los sistemas medianos o pequeños) y da ori-
gen, además, a fuertes centros de poder absolutamente deshumanizados.
Dicha línea de acción persigue, en lo fundamental, las denominadas
“unidades secundarias”, entre las que merecen citarse:
1) La unidad del acto de la afiliación;
2) La unidad de la cotización;
3) La unidad de los sistemas de inspección, control y fiscalización;
4) La unidad del campo de aplicación.
Todo ello se puede lograr en un sistema integral, instituido no sobre
un organismo único, sino mediante distintos órganos gestores. Como sos-
tiene con acierto Ermida, este principio de la unidad no es un compo-
nente fundamental, inevitable, de la Seguridad Social, sino que ello
dependerá del modelo que se adopte. Y la elección entre un modelo y
otro no es un problema técnico, sino político.24

5. SUBSIDIARIEDAD. Este aspecto ha sido profundamente debatido en la


doctrina, ya que gran parte de ella considera que no constituye un prin-
cipio orientador de la Seguridad Social, por estimar que se opone por el
vértice a la ineludible responsabilidad fundamental que le cabe al Estado
en esta materia.
El principio de la subsidiariedad “implica que la sociedad toda, o el
Estado como organismo jurídico de ella, no debe ejercer facultades que
excedan lo que el individuo o los grupos sociales menores puedan hacer
por sí mismos”.25
Ello implica abrirle un amplio campo a la iniciativa privada y parte de
la premisa de delimitar la acción del Estado, constituyéndose en garante
de la actividad particular encaminada como ayuda a los más débiles.
De acuerdo a sus postulados, “las comunidades no deben ejercer en
forma directa las funciones propias de organismos o sociedades de ran-
gos inferiores, debiendo tener los primeros una función de ayuda o com-
plemento de los últimos”.26
Se señala asimismo que el Estado tiene, con la Seguridad Social, en
relación a este principio, dos obligaciones:
– Permitir que el individuo y los grupos intermedios, con sus propios
medios, hagan frente a sus estados de necesidad, e

24
ÓSCAR ERMIDA , ob. cit., p. 47.
25
ANTONIO VÁSQUEZ V IALARD, ob. cit., tomo I, p. 416.
26
P ATRICIO MARDONES V., “Papel del Estado y del Sector Privado en la Seguridad
Social”, Semanario Universidad Gabriela Mistral, octubre 1985.

38
LOS PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

– Intervenir sólo en caso de que sean incapaces de solucionar con sus


propios medios sus necesidades.
Desde luego que estas obligaciones se cumplen sucesiva y no simultá-
neamente.
Para otro sector, el enunciado señalado no constituye más que una
concreción de cierta filosofía en la administración de la Seguridad Social,
pero sin que pueda considerarse como un principio que ilustra todos los
diversos aspectos que componen el Sistema.
Aun más, se estima que por esta vía se pueden afectar gravemente
otros principios de la Seguridad Social, como el de la unidad y el de la
solidaridad, lo que, en definitiva, atenta en contra del sistema en su tota-
lidad.
Su aspecto negativo deriva del hecho de que al no tener el Estado el con-
trol del Sistema, éste puede desinteresarse de sus finalidades y terminar por
abrogar los restantes principios orientadores de la Seguridad Social.
La Constitución Política de Chile de 1980 es particularmente parti-
daria del principio y constituye uno de sus fundamentos; dicha caracte-
rística ha sido traspasada a la legislación de Seguridad Social chilena
promulgada a contar de dicha fecha.
En efecto, en Chile este principio orientador está asentado en nume-
rosas instituciones y disposiciones legales y es ilustrativo su avance en ma-
teria de Seguridad Social. En efecto, antes del nuevo régimen previsional
sólo se podía conceptualizar dentro de esta situación a las Cajas de Com-
pensación de Asignación Familiar y las Mutualidades de Empleadores en
la Ley de Accidentes del Trabajo.
Hoy en día, además, se puede señalar que la administración de va-
rios regímenes está basada en este elemento, siendo sus más destacables
exponentes las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), las Insti-
tuciones de Salud Previsional (Isapres), ambas de 1980, y la nueva Admi-
nistradora de Fondos de Cesantía (AFC), del año 2001.
Estimamos que a nada conduciría una detallada exposición de los ar-
gumentos a favor o en contra de si constituye o no un principio funda-
mental; mas sí consideramos oportuno señalar que a nosotros nos parece
más acorde con la realidad el calificarlo como un elemento de adminis-
tración o gestión del sistema, altamente positivo y que ha demostrado sus
bondades en su aplicación en nuestro país.
Pero, asimismo, no creemos que sea posible extenderlo a toda la Se-
guridad Social, dadas las tan diversas particularidades de las múltiples
facetas del Sistema, lo que torna prácticamente impracticable su imple-
mentación a todo nivel; por la vía de ejemplo, cabe señalar que existen
sectores, como la salud, en los cuales la implantación amplia de este prin-
cipio, sin distinciones ni matices, podría convertir al sistema en altamen-
te regresivo y discriminador.
Por ello, entendiendo que su aplicación puede ser conveniente y opor-
tuna, creemos que su concepción como principio absolutamente genéri-
co no es factible, salvo que nos encontremos en un marco socioeconómico
de desarrollo muy elevado, que no es el caso de nuestro país aún.

39
CAPÍTULO III

EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

1. CONCEPTO. En el capítulo de las nociones preliminares vimos concep-


tos amplios de la Seguridad Social, enfocados desde su objetivo.
Ahora bien, en cuanto a la concreción jurídica de dichos conceptos,
nos parece que lo más oportuno y pertinente es citar la definición que la
OIT ha elaborado a su respecto, la cual lo conceptualiza como el “conjun-
to de disposiciones legislativas que crean un derecho a determinadas pres-
taciones, para determinadas categorías de personas, en condiciones
específicas”.27 Según la cita señalada, este conjunto de normas tiene los
siguientes objetivos:
1) Reglar el funcionamiento institucional de la Seguridad Social;
2) Reglar las relaciones entre todos los servicios con las entidades em-
pleadoras para los efectos de la afiliación de los trabajadores y del inte-
gro de sus cotizaciones;
3) Reglar las relaciones entre los mismos servicios con las entidades
empleadoras o con los trabajadores, y
4) Resolver los conflictos que pudieren suscitarse entre los servicios
con las entidades empleadoras o con los trabajadores, ya sea por vía ad-
ministrativa o jurisdiccional.
En dicha línea de acción actúan las denominadas entidades fiscaliza-
doras, las que en el ámbito nacional de la Seguridad Social son la Super-
intendencia de Seguridad Social, la Superintendencia de AFP, la Superin-
tendencia de Isapres y la Contraloría General de la República.
A su vez, se consideran instituciones de Seguridad Social la afiliación,
la cotización, las prestaciones, la administración y lo contencioso.

2. CARACTERÍSTICAS. Este Derecho como todos, es poseedor de ciertos ele-


mentos distintivos que lo caracterizan, a saber:
a) Es un Derecho reciente, ya que su desarrollo fundamental se ha pro-
ducido después de la Segunda Guerra Mundial. Ello no obsta para reco-
nocer el enorme aporte de los pioneros encabezados por Von Bismarck y

27
PATRICIO N OVOA FUENZALIDA, ob. cit., p. 122.

40
EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

los meritorios avances experimentados en muchos países del orbe –entre


ellos el nuestro–, pero no es menos cierto que el Derecho de la Seguri-
dad Social realmente comienza cuando Beveridge tiene la genialidad de
establecer un plan orgánico y estructural, dando lugar al establecimiento
de sistemas autónomos y autosustentados.
b) Es un Derecho de tendencia desconcentradora, ya que, por una parte,
crecientemente sus elementos modernizadores se orientan hacia los se-
guros complementarios, con los que se busca la mejoría de las prestacio-
nes generales, y por otra, se va abriendo paso la participación de entidades
mixtas o abiertamente privadas en la gestión de los sistemas.
c) Es un Derecho que tiende a la internacionalización, ya que su propia na-
turaleza provoca y estimula el equiparamiento a nivel internacional, lo que
tiene no sólo alcances de carácter social, sino también amplia repercusión
económica. Este último aspecto resulta de toda evidencia, ya que el régi-
men de un Sistema de Seguridad Social estructurado representa un costo
económico relevante para cualquier actividad productiva, por lo que su
no aplicación constituye una ventaja desleal respecto de una competencia
que sí se somete a la normativa. Esta característica lleva consigo un tema
vinculado, cual es el reconocimiento de los derechos previsionales de los
trabajadores sin importar el país donde laboran, sino allí donde se produ-
ce el riesgo o bien donde el trabajador desea trasladarse a vivir; dicho as-
pecto está siendo abordado preferentemente a través de convenios
internacionales, y en algunos casos, por tratados de carácter multilateral.
d) Es un Derecho autónomo, ya que si bien la circunstancia de que na-
ciera como una consecuencia del Derecho del Trabajo produjo como con-
clusión que se la considerase parte integrante del mismo –lo que se vio
reforzado por la concepción jurídica de estimar que las cotizaciones no
eran sino salario diferido que se cancelaba mediante las prestaciones con-
siguientes– (posición doctrinaria que aún es sustentada hoy en día por
parte de algunos tratadistas), una corriente mayoritaria considera que son
derechos complementarios, pero no uno solo.
Estos últimos se fundamentan principalmente en el hecho de que la
Seguridad Social se rige por normas de Derecho Público, lo que la haría
marginarse de la tendencia predominante, que tiende a considerar que
la relación laboral se desenvuelve prioritariamente dentro de la órbita del
Derecho Privado; dicha posición ha ido ganando paulatinamente terre-
no y podríamos señalar, con cierta seguridad, que es la posición predo-
minante hoy en día.
En lo tocante a su naturaleza jurídica, valga reiterar a su respecto lo
ya señalado en cuanto a las diversas posiciones doctrinarias comentadas
en relación al carácter del Derecho del Trabajo, concluyéndose de igual
manera que estaríamos ante la presencia de un Derecho autónomo, con
elementos de Derecho Privado y de Derecho Público; esta posición es por
lo demás congruente con lo que hoy en día representa nuestra legisla-
ción positiva.

41
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

3. FUENTES . Como ya señalamos en el capítulo relativo a las fuentes del


Derecho del Trabajo, es posible distinguir entre fuentes reales (hechos,
acontecimientos o sucesos de la sociedad) y fuentes formales (producto-
res de normas), pudiendo estas últimas clasificarse en de producción (ór-
ganos que las elaboran) y jurídico-formales (las normas mismas).
En el Derecho de la Seguridad Social nos interesan principalmente
las fuentes formales de producción, a cuyo respecto podemos señalar que
en Chile están constituidas fundamentalmente por el Estado, los organis-
mos administradores del Sistema de Seguridad Social y las relaciones co-
lectivas del trabajo; se desarrollarán brevemente a continuación.
El Estado manifiesta su actividad creadora esencialmente a través de
las siguientes instituciones:
A) Constitución Política. No son muchos los países que en sus Cartas
Fundamentales dan origen a normas de Seguridad Social. Se cita frecuen-
temente a las Constituciones de México (1917) y de Weimar (1919) como
pioneras al respecto; en realidad, la primera de ellas constituye un caso
atípico si se considera la extensión que le da a la materia y su regulación,
que nos parece más propia de ley.
En nuestro país, durante el tiempo en que comenzaron a plasmarse
los primeros Seguros Sociales, nos rigió la Constitución Política de 1925,
cuya única tímida norma –Nº 14º del artículo 10– consagraba como ga-
rantía constitucional “la protección al trabajo, a la industria y a las obras de
previsión social, especialmente en cuanto se refieren a la habitación sana y a las
condiciones económicas de la vida, en forma de proporcionar a cada habitante un
mínimo de bienestar, adecuado a la satisfacción de sus necesidades personales y
las de su familia. La Ley regulará esta organización” (inc. 1º).
“Es deber del Estado velar por la salud pública y el bienestar higiénico del país.
Deberá destinarse cada año una cantidad de dinero suficiente para mantener un
servicio nacional de salubridad” (inc. 4º).
Como puede observarse de su simple lectura, su centro de gravedad
radicaba en la salud pública, pero es de destacar su interés en todos los
ciudadanos del país, sin distinguir ni discriminar por sectores, como era
costumbre que lo hicieran muchos sistemas de seguros sociales de aque-
lla época.
Fue necesario aguardar casi 50 años para que en virtud del denomi-
nado “Estatuto de Garantías Democráticas”, que reformó la Constitución
el año 1971 (D.O. de 9/1/1971), se diesen los primeros pasos en el senti-
do de constitucionalizar verdaderamente el Derecho de la Seguridad So-
cial, ya que establecía en el nuevo Nº 16 del artículo 10, relativo a las
garantías constitucionales: “El Derecho de la Seguridad Social. El Estado adop-
tará todas las medidas que tiendan a la satisfacción de los derechos sociales, eco-
nómicos y culturales necesarios para el libre desenvolvimiento de la personalidad y
de la dignidad humanas, para la protección integral de la colectividad y para pro-
pender a una equitativa redistribución de la renta nacional.
La Ley deberá cubrir, especialmente, los riesgos de pérdida, suspensión, o dis-
minución involuntaria de la capacidad de trabajo individual, muerte del jefe de

42
EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

familia o de cesantía involuntaria, así como el derecho a la atención médica, pre-


ventiva, curativa, y de rehabilitación en caso de accidente, enfermedad o materni-
dad, y el derecho a prestaciones familiares a los jefes de hogares.
El Estado mantendrá un seguro social de accidentes para asegurar el riesgo
profesional de los trabajadores.
Es deber del Estado velar por la salud pública y el bienestar higiénico del país.
Deberá destinarse cada año una cantidad de dinero suficiente para mantener un
Servicio Nacional de Salud”.
Como puede observarse, dicho texto constitucional se destacaba por
la amplitud y ambición de su contenido, ya que atendía prácticamente a
todas las contingencias sociales, y colocaba el acento en la redistribución
de la renta nacional.
Cuatro años más tarde, ya durante el Gobierno Militar, se emitió un
documento denominado “Objetivo Nacional del Gobierno de Chile” (Re-
solución exenta 3.102, de 23/12/1975), mediante el cual se fijaba un idea-
rio a seguir por el país de cara al futuro; en su acápite “D. Desarrollo
Social, 3. Políticas específicas, letra e) Seguridad Social”, se señalaba que
“La Seguridad Social debe entenderse dirigida a lograr el establecimiento gradual
de un Sistema de Seguridad Social integral y uniforme, que otorgue al trabajador,
tanto del sector activo como pasivo, la atención suficiente para cubrir en forma
satisfactoria los riesgos que él enfrenta.
Para ello, se encaminará la Política de Seguridad Social a:
1) Reformar los distintos regímenes actuales de modo de obtener su racionali-
zación y simplificación, y reducir sus costos, y
2) Enmarcar el nuevo Sistema de Seguridad Social dentro de las siguientes
líneas generales:
– constituir un sistema de capitalización y de redistribución del ingreso;
– ser integral, por lo que incluirá todos los sectores actualmente excluidos;
– ser único e igualitario. No pueden aceptarse formas diferentes como norma
general de un Sistema. En igualdad de condiciones, la protección debe ser igual.
Ello se concretará en un Sistema general de beneficios aplicables a toda la pobla-
ción en forma pareja.
3) Obtenido lo anterior, deberá afianzarse el Sistema promoviendo niveles de
eficiencia en términos que las prestaciones proporcionen una normal subsistencia
del grupo familiar”.
Nos ha parecido de interés reproducir el contenido específico de
este documento, porque él mantiene en buena medida la línea del tex-
to constitucional vigente en aquellos momentos, recogiendo aunque de
un modo más sutil, el principio de la solidaridad, junto con los de uni-
formidad, integridad y suficiencia, pero sugiriendo abiertamente la im-
plantación de un Sistema de Capitalización y no de reparto, a la par de
que debe ser un eje en el mecanismo de redistribución de la renta na-
cional.
Posteriormente, dos años más tarde, se dictó la denominada “Acta
Constitucional Nº 3” (D.L. Nº 1.552, de 13 de septiembre de 1976), que
se refería a los derechos y deberes constitucionales, y que derogó, entre
otros, al Nº 16 del artículo décimo de la Constitución vigente en aquellos

43
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

momentos, y, en su artículo 1º, Nº 21, consagró “El derecho a la Seguridad


Social. Corresponde al Estado formular la política nacional de Seguridad Social,
controlar el funcionamiento del Sistema y asegurar el derecho preferente de los afi-
liados a efectuar su operación.
La Ley establecerá un Sistema de Seguridad Social que satisfaga de un modo
uniforme, solidario y suficiente los estados de necesidad individuales y familia-
res producidos por cualquier contingencia y, especialmente, por los de materni-
dad, vejez, muerte, accidentes, enfermedad, invalidez, cargas familiares, y
desempleo, mediante las correspondientes prestaciones preventivas, reparadoras y
recuperadoras”.
Asimismo, y en un acápite aparte, en el Nº 19 del mismo artículo, se
refirió en forma precisa a la salud, señalando al efecto que se aseguraba
“El derecho a la salud. El Estado asume la responsabilidad de garantizar el libre e
igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y recuperación de la sa-
lud y de rehabilitación del individuo. Le corresponderá, asimismo, la coordinación
y el control de las acciones integradas de salud. Es deber preferente del Estado la
ejecución de acciones de salud, sin perjuicio de la libre iniciativa particular en la
forma y condiciones que determine la ley”.
Se destaca de lo anteriormente consignado la idea de que le corres-
ponde al Estado formular la política nacional de Seguridad Social, con-
trolar el funcionamiento del Sistema y asegurar la opción preferente de
los afiliados para operarlo, y la declaración de que la ley que crease el
Sistema debería ceñirse a los principios de uniformidad, solidaridad y su-
ficiencia para cubrir la amplia gama de los estados de necesidad que pre-
cisaba, como también de las prestaciones correspondientes. Se apartaba
del texto constitucional anterior fundamentalmente en su concepción más
pragmática de los objetivos del Sistema y del “Objetivo Nacional del Go-
bierno de Chile” en su nula referencia a utilizarlo como un mecanismo
de redistribución de la renta nacional.
En cuanto a la salud se refiere, resalta desde luego la amplitud con
que es tratada la materia y el nuevo rol que asume el Estado como garan-
te y coordinador de las acciones, pudiendo también ejecutarlas, pero vis-
lumbrándose ya el tema de la gestión privada en la materia.
Cuatro años después, en el texto de la nueva Constitución Política de
1980 –la que se encuentra vigente en la actualidad–, la consagración del
Derecho se mantuvo en su Capítulo III “De los Derechos y Deberes Cons-
titucionales”, en el numeral 18º de su artículo 19, que consagra “El dere-
cho a la seguridad social. Las leyes que regulen el ejercicio de este derecho serán de
quórum calificado. La acción del Estado estará dirigida a garantizar el acceso de
todos los habitantes al goce de prestaciones básicas uniformes, sea que se otorguen
a través de instituciones públicas o privadas. La ley podrá establecer cotizaciones
obligatorias. El Estado supervigilará el adecuado ejercicio del derecho a la seguri-
dad social.”
De su sola lectura se desprende que salvaguardó el principio de la uni-
formidad, pero nada dijo de la solidaridad ni de la suficiencia ni de la
integridad, tal como se planteaba con fuerza en el “Objetivo” y que se
mantuvo más difuso en el Acta Nº 3; sólo mantuvo la supervisión del Es-

44
EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

tado, radicada ahora en el adecuado ejercicio del derecho, y especificó


que las leyes reguladoras serían de quórum calificado.
Asimismo, el constituyente dejó constancia, en forma expresa, de su
voluntad de que el otorgamiento de prestaciones lo pudiesen efectuar tan-
to instituciones públicas como privadas, como asimismo que la ley podía
establecer cotizaciones obligatorias.
Desde un punto de vista doctrinario, parece menos amplia la redac-
ción de la Constitución que la del Acta, ya que no hace referencia expre-
sa ni a la solidaridad ni a la suficiencia, principios que la doctrina ha
considerado elementos orientadores de suma importancia, y que suelen
tener gran influencia en la macropolítica económica.
Quizá su ausencia se deba a que ni el sistema de pensiones de las AFP
ni tampoco el de las Isapres son esencialmente solidarios en forma glo-
bal; con todo, creemos que dicho obstáculo se pudo haber salvado con
ligeros ajustes, los que se han estado haciendo en fecha reciente y que
habrían mantenido la fisonomía del Acta Nº 3, la que parece más acorde
con la concepción todavía comúnmente aceptada como propia de la Se-
guridad Social.
Además de lo anterior, debe consignarse también que el numeral 9º
del mismo artículo 19 de la Carta Fundamental de 1980 se refiere en es-
pecial al tema de la salud, indicando al efecto que se asegura a todas las
personas: “El derecho a la protección de la salud. El Estado protege el libre e igua-
litario acceso a las acciones de promoción, protección y recuperación de la salud y
de rehabilitación del individuo. Le corresponderá, asimismo, la coordinación y con-
trol de las acciones relacionadas con la salud. Es deber preferente del Estado ga-
rantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que se presten a través de
instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que determine la ley,
la que podrá establecer cotizaciones obligatorias. Cada persona tendrá el derecho a
elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea este estatal o privado”.
De los conceptos antes transcritos resalta nítidamente la línea de pen-
samiento plasmada anteriormente en el Acta Nº 3, la que no sufre mayo-
res variaciones; en efecto, nuevamente se deja constancia del cambio en
el rol del Estado, cuya acción preferente se orientará a la ejecución de
las acciones de salud y a las acciones de promoción, protección y recupe-
ración de la salud, como asimismo al adecuado control del Sistema.
De igual modo se destaca cómo la gestión privada en esta materia se
abre camino, dejando entregada a la ley su incorporación y las cotizacio-
nes que le pertenezcan. Además, se consagra innovadoramente, a nivel cons-
titucional, el derecho a la libre elección por parte de los usuarios, lo que
viene a cimentar la incorporación de los privados en esta materia. De esta
forma se dejó paso a la legislación que, posteriormente, resultó en la crea-
ción de la instituciones privadas de salud, más conocidas como Isapres.
B) La ley y los convenios internacionales. La ley es la fuente más usual y
ha sido generalmente imperfecta en cuanto a su gestación, por su ten-
dencia excesivamente reglamentaria; se había observado una reacción co-
rrectora tendiente a legislar en forma básica o fundamental, dejando

45
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

entregado lo demás a la potestad reglamentaria o normas de los princi-


pios orgánicos gestores, mas en los últimos tiempos es posible apreciar
un retroceso en la materia, dando paso a leyes que pretenden regular to-
dos los aspectos posibles con el máximo detalle.
En cuanto a los convenios internacionales, ellos tratan de garantizar
igualdad de derechos previsionales a los ciudadanos, en cualquier país en
que se encuentren, sea en forma transitoria o permanente, por trabajo o
simplemente por radicación.
Ello plantea algunos problemas prácticos de envergadura, ya que pue-
de suceder que se trate de regímenes no compatibles (capitalización con
reparto, por ej.), o bien porque los traspasos de prestaciones pueden im-
plicar sensibles flujos de dinero que impacten el erario nacional, diferen-
tes fórmulas de aseguramiento, etc.
Chile suscribió con Argentina, en 1971, un primer convenio sobre
prestaciones por vejez e invalidez, con base al reparto. Posteriormente, y
desde la década de los 90, esta opción se ha profundizado notablemente,
habiéndose firmado adicionalmente, a la fecha de esta edición, 15 con-
venios más sobre la base del régimen de reparto.28
Como se puede observar, existe una creciente actividad en este ámbi-
to, acorde al mundo globalizado. ¿Pero es esa la única razón que explica
esta eclosión? Creemos que no, porque en el caso nacional ha incidido
fuertemente la gran cantidad de ciudadanos exiliados que se radicaron
en el exterior –fundamentalmente en Europa– durante el Gobierno Mili-
tar. Muchos de ellos tenían historia previsional en Chile, o bien se la hi-
cieron en sus países de destino; luego, los que optaron por permanecer
en el extranjero requerían acreditar la previsión que tuvieron en Chile
para optar a las prestaciones de Seguridad Social de dichos países, y los
que retornaron al país con la vuelta de la democracia, y se reinsertaron
en el mundo del trabajo, tenían la imperiosa necesidad de acreditar el
tiempo que les reconocía el Sistema de Seguridad Social del país en que
estuvieron viviendo, con la finalidad de poder optar a las prestaciones del
Sistema nacional. Facilitó esta acción la circunstancia de que la base fi-
nanciera de los regímenes de que se trataba era el reparto; diverso ha sido
el caso de quienes han vuelto y han debido adscribirse necesariamente al
régimen de AFP, fundado a base de cuentas de capitalización individual,
lo que lo torna incompatible con el otro régimen.

28
A saber, con Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, España, Holan-
da, Luxemburgo, Noruega, Québec, Suecia, Suiza, Uruguay, Portugal, Australia, y un pri-
mer convenio a base del régimen de capitalización, con Perú.
Igualmente existen 7 convenios en etapa de firma y/o promulgación sobre la base de
régimen de reparto, a saber, con Colombia, EEUU, Finlandia, Francia, Israel, Italia, Repú-
blica Checa, y otro con Argentina, pero a diferencia del suscrito el año 1971, éste recoge la
experiencia de ambos países en relación a un Sistema de Fondos de Pensiones formulado a
base de la capitalización en cuentas individuales.
Asimismo, en etapa de negociación se encuentran 9 convenios más, sobre la base del
reparto, a saber con Costa Rica, Croacia, Ecuador, Grecia, Hungría, México, Nueva Zelan-
dia, Reino Unido y Venezuela.

46
EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Sólo recientemente el país ha estado incursionando en la compatibi-


lidad de regímenes con base de capitalización; Perú ha sido el primer caso,
con una amplitud de aplicación bastante notable, ya que permite la trans-
ferencia de las cuentas, de los fondos acumulados e inclusive del capital
de las pensiones. Resulta casi innecesario anotar que ello incide fuerte-
mente en el tema de la migración laboral, ya que al contarse con una se-
guridad de que el Sistema de Seguridad Social no se verá afectado, se
facilita enormemente el desplazamiento laboral.
Más difícil es la situación de quienes han estado sometidos a regíme-
nes incompatibles; ello constituye una deuda pendiente que esperamos
pueda ser saldada en un futuro próximo.
C) Decretos y reglamentos. Tienen por objeto reglamentar las leyes; su
utilidad resulta evidente, pues a través de ellos se regulan los aspectos de
detalle, lo que no debería ser materia de ley. Como prueba en contrario,
se tiene el caso de numerosas leyes previsionales que invaden el ámbito
propio de los reglamentos, al ser excesivamente detallistas; como caso
emblemático en Chile se cita el caso del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980,
que regula el Sistema de AFP .
D) Jurisprudencia. En este punto, cabe señalar que no existe una doc-
trina consolidada en cuanto al verdadero sentido y alcance que esta ma-
teria debe tener. En efecto, algunos, como Deveali29, sostienen que no
pueden aplicarse las soluciones imperantes en el Derecho Laboral –espe-
cialmente la aplicación del principio “in dubio por operario”– porque las
normas que regulan esta materia comprenden no sólo a los trabajadores
subordinados, sino también a los trabajadores autónomos, a empleado-
res y a todos los habitantes en general, porque las relaciones no se pro-
ducen entre trabajador y empleador, sino entre la entidad previsional y
el afiliado, y porque desaparece la situación de debilidad del trabajador
frente a la preponderancia del empleador. Otros30 discrepan de dicha con-
clusión y sostienen que en todos los casos las dudas deben resolverse a
favor del afiliado. Una tercera posición31 postula que no debe preferirse
sistemáticamente la interpretación más favorable a una o a otra parte, sino
que debe estarse a la finalidad de la ley.
La interpretación puede abarcar dos facetas, a saber:
a) De las entidades fiscalizadoras. A estos organismos, a la par de sus fa-
cultades fiscalizadoras, se les otorgan facultades de interpretar la ley, fijan-
do su verdadero alcance, labor que materializan a través de dictámenes que
tienen el carácter de obligatorios para los entes gestores y los interesados,

29
MARIO DEVEALI, “Interpretación de las leyes del trabajo”, en la Revista de Derecho del
Trabajo, Argentina, T. 8, p. 161.
30
VIDELA MORÓN, “Interpretación de las leyes de previsión social”, en la Revista de Dere-
cho del Trabajo, Argentina, T. 8, pp. 273 y 330. PLÁ RODRÍGUEZ también concuerda con esta
posición. Ver ob. cit., La Seguridad Social en Uruguay; Introducción, Conceptos Generales, p. 30.
31
GOÑI MORENO, “¿Cómo interpretar las leyes de previsión social”, en la R EVISTA LA
LEY, T. 52, p. 74.

47
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

pero carecen de validez ante los tribunales de justicia, lo que ha provocado


discrepancias de importancia en múltiples oportunidades. La importancia
de esta fuente radica principalmente en los razonamientos contenidos en
los fundamentos del dictamen, los que van estructurando la doctrina de la
entidad; en Chile tienen la facultad, con aplicación en este ámbito, entre
otros, la Superintendencia de Seguridad Social, la Superintendencia de Ad-
ministradoras de Fondos de Pensiones, la Superintendencia de Isapres, la
Superintendencia de Bancos y la Contraloría General de la República
b) Judicial. Su valor en Chile, en virtud del artículo 3º del Código Ci-
vil (causa en que se pronunciaren), tiene escasa relevancia de carácter
general; no obstante, desde la especialización de la Cuarta Sala de la Ex-
celentísima Corte Suprema para conocer de materias laborales y previ-
sionales, se ha ido materializando una muy interesante línea de pensa-
miento en esta clase de materias, lo que ha ido sentando una doctrina de
mucho interés y orientadora del quehacer jurídico en el país.

4. LA RELACIÓN JURÍDICO-COLECTIVA. Es atribuible a la relación jurídico-


laboral que se establece entre el o los sindicatos y la entidad empleadora,
que, al interactuar en la negociación colectiva o en las relaciones jurídi-
cas que se van produciendo, generan una abundante e importante Segu-
ridad Social complementaria.
Su utilidad es manifiesta para crear beneficios no contemplados o para
mejorar los existentes en otras fuentes.
En nuestro país ha existido una valiosa experiencia al respecto; se han
establecido así sistemas de asignación familiar, mejoramiento en el régi-
men de prestaciones por accidentes del trabajo y enfermedades profesio-
nales, prestaciones por enfermedad y maternidad, etc.; cabe destacar que,
en algunos casos, ello ocurrió con anterioridad a los cuerpos legales ge-
nerales que regularon luego estas materias.
Pareciera ser una excelente forma la de los convenios colectivos para
complementar lo básico; no obstante, puede crear diferencias a favor de
los trabajadores de empresas de mayor tamaño relativo, los que suelen
contar con organizaciones sindicales más poderosas; ello les permite, na-
turalmente, acceder a más y mayores beneficios por esta vía.
Pero prohibirlo significaría negarle a la comunidad organizada el de-
recho normativo que le es propio. En consecuencia, lo que procede es adop-
tar medidas legislativas comprensivas de grandes lineamientos en la materia
que impidan o minimicen las distorsiones anotadas como posibles.
Un paso en dicho sentido son las limitantes establecidas en el artícu-
lo 51 del D.L. Nº 307, de 1974, que dispuso que todas las retribuciones
en pesos relacionadas con la situación familiar del trabajador, fijadas en
estipulaciones individuales o colectivas, serían consideradas remuneracio-
nes, con lo cual no se coarta el derecho, pero sí se colocan límites, me-
diante el gravamen impositivo y la tributación.
Las normas de nuestra legislación sobre contrato colectivo ya las he-
mos analizado en las materias negociables y en las disposiciones relativas
a los fondos externos.

48
CAPÍTULO IV

RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS


DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

Los seguros sociales generan una diversidad de relaciones jurídicas entre


los entes del Sistema de Seguridad Social, con los afiliados al mismo, y
con aquellas personas o entidades obligadas a integrar cotizaciones, o a
asumir otro tipo de obligaciones. Esta relación, debido al carácter espe-
cial de que está revestida, se rige por normas que forman parte del or-
den público, salvo contadas excepciones.
Dicha conclusión encuentra su fundamento para algunos en la cir-
cunstancia de que los organismos gestionan un servicio público y mane-
jan fondos públicos; para otros, prima el hecho de que estén establecidos
prioritariamente en el interés general de la comunidad y que estén inspi-
rados por los principios orientadores de la Seguridad Social, lo que con-
tribuye a proporcionarles dicho especial carácter.

I. LA AFILIACIÓN

El elemento vinculatorio principal de esta especial relación es la afiliación


del trabajador al Sistema, entendiendo por tal el acto jurídico por medio
del cual la persona se integra al régimen pertinente, y que genera dere-
chos y deberes, tanto para el afiliado como para el órgano gestor del Sis-
tema.

1. FORMALIDADES; AFILIACIONES MÚLTIPLES Y PARALELAS; AFILIACIÓN Y DE-


SAFILIACIÓN

Formalidades. Consisten ellas básicamente en la inscripción del intere-


sado en el órgano gestor de la Seguridad Social.
Siendo siempre la formalidad constitutiva, la afiliación tiene efectos
declaratorios o retroactivos, pues reconoce una situación jurídica existente
desde que se verificaron por el interesado supuestos prescritos por el De-
recho.
La afiliación es, pues, un acto administrativo y la inscripción, la for-
ma técnica de verificarla.

49
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Afiliaciones múltiples. En algunos sistemas existen ciertas ramas de la


Seguridad Social que son administradas por organismos especiales, y cada
cual exige una afiliación al mismo para otorgar las prestaciones que le
están encomendadas.
Ejemplo: Un afiliado al Sistema de Pensiones (AFP) –el que es obli-
gatorio para todos aquellos que se incorporaron a la fuerza de trabajo
en Chile a contar del 1º de enero del año 1983– lo estará también a una
Mutualidad de Empleadores o al INP en virtud del Seguro de Accidentes
del Trabajo, a una Isapre o FONASA para atender su salud, y a una CCAF o
al INP para atender al pago de las prestaciones familiares que le corres-
pondan.
Afiliaciones paralelas. Se dan cuando una persona presta al mismo tiem-
po servicios en calidades distintas, que lo ligan simultáneamente a dos ins-
titutos previsionales diferentes, para protegerse de idéntica contingencia.
En Chile ellas no se permiten.
Afiliación y desafiliación. Este aspecto se vincula con el término de la
relación de trabajo, lo que conlleva, como es natural, el corte cotizacio-
nal, planteando la interrogante de lo que ocurre con la calidad de afilia-
do. En doctrina y en la práctica hay discrepancias al respecto, aunque hay
cierta tendencia a considerar que la calidad de afiliado no se pierde.
Diverso es el caso de cambio de afiliación de un órgano gestor a otro,
en lo cual no existe desafiliación como tal.

2. SOLICITUD DE AFILIACIÓN Y SU CARÁCTER LEGAL. Al empleador le corres-


ponde la obligación de solicitar la afiliación, la cual es de carácter legal,
por ser la ley su fuente, siendo el contrato de trabajo tan sólo su supues-
to de hecho.
En consecuencia, cuando se celebra su contrato de trabajo nacen dos
tipos de relaciones jurídicas; uno integrado por derechos y obligaciones
que ligan a las partes entre sí y que se refieren al contenido del vínculo
contractual; y otro generado por mandato legal y compuesto por el con-
junto de derechos y obligaciones que unen al empleador, a los organis-
mos administradores y al trabajador y que guardan relación con la
integración o continuidad del trabajador en el régimen de Seguridad So-
cial.
Existen, en ocasiones, otros obligados a solicitar la afiliación, como
es el caso de un trabajador independiente respecto del cual no media obli-
gación, o bien, en subsidio, el empresario, cuando éste no cumpla el co-
metido que le ha impuesto la ley.
Aun así, cuando los obligados no cumplan su obligación, el órgano
gestor, de oficio o a requerimiento de la autoridad administrativa o en
cumplimiento de una resolución judicial, deberá proceder a afiliar a quien
corresponda.

3. EFECTOS DE LA AFILIACIÓN. Son las consecuencias jurídicas de tal acto,


las cuales generan una serie de obligaciones y derechos tanto para la en-

50
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

tidad empleadora como para los trabajadores y órganos gestores como


sujetos de obligaciones y derechos.
Es así como la entidad empleadora: 1) debe enterar, con la periodici-
dad señalada por la ley, las cotizaciones en el órgano de gestión; 2) debe
para ello efectuar los descuentos pertinentes, y 3) en algunos casos debe,
además, pagar directamente al trabajador algunas prestaciones, como, por
ejemplo, asignación familiar y subsidios por enfermedad.
Esta participación del empleador es pasiva, puesto que no tiene dere-
chos con carácter patrimonial que reclamar del órgano gestor, salvo cuan-
do se le otorga el derecho a compensar cotizaciones por otras obligaciones
previsionales o tributarias.
A su vez, el trabajador interviene esencialmente como sujeto activo,
lo que se concreta mediante un derecho objetivo a la tutela de la Seguri-
dad Social y una serie de derechos subjetivos públicos o derecho a prestacio-
nes, cuando ha verificado algún hecho causante.
El órgano gestor, a la vez, está investido de la potestad jurídica nece-
saria para exigir al empleador el cumplimiento de sus obligaciones de so-
licitar la afiliación y el integro de cotizaciones, y su obligación fundamental
reside en otorgar a los afiliados, cuando proceda, las correspondientes
prestaciones.
El derecho a las prestaciones es independiente del cumplimiento de
las obligaciones del empleador, las que para estos fines no tienen rela-
ción de bilateralidad; ello sin perjuicio de estimarse en la mayoría de los
casos que el derecho a las prestaciones existe porque ha habido una afi-
liación previa.

4. LOS DERECHOS PÚBLICOS SUBJETIVOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL. En ínti-


ma relación con esta materia está la novísima concepción de este tipo de
derechos en la Seguridad Social. La doctrina32 los conceptualiza como las
facultades de los administrados frente a la administración, los cuales por ser per-
sonas son acreedores al otorgamiento de las prestaciones necesarias para cumplir
su destino, lograr su bienestar y perfeccionarse.
Von Ihering los define como el interés jurídicamente protegido.
Sus características son las de ser:
1) Patrimoniales. Forman parte del patrimonio de la persona, destina-
do a asistirla para que pueda llevar una vida digna cuando verifique al-
gún estado de necesidad.
2) Personalísimos. Ya que es el ordenamiento jurídico el que establece
quiénes y bajo cuáles circunstancias deberán tener derecho a determina-
das prestaciones. Por ser personalísimos son inalienables, intransmisibles
e irrenunciables.
3) Imprescriptibles. Sí existen en doctrina, dado que el estado de nece-
sidad del administrado no sufre mutaciones por el solo transcurso del tiem-

32
PATRICIO N OVOA, ob. cit., p. 152.

51
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

po; en nuestro Derecho han sido establecidos con dicho carácter por el
artículo 4º de la Ley Nº 19.260 (D.O. 4-12-93), poniendo fin con ello a
largas disensiones respecto a la materia.
El fundamento básico de la prescripción extintiva (interés social de
consolidar las situaciones jurídicas entre las partes) no se da aquí, puesto
que no existe dicho interés cuando su objetivo y misión es justamente eli-
minar la posibilidad de que se extingan las obligaciones de los organis-
mos de administración.
4) Establecidas en interés general de la sociedad. Ello por cuanto facilitan
la realización de prestaciones que son, en su conjunto, útiles a la socie-
dad toda.

5. SISTEMAS DE AFILIACIÓN. Es posible distinguir diversas situaciones se-


gún se trate de la contingencia a proteger. Así, en el caso nacional, y en
lo que se refiere al Sistema de Pensiones, se tiene que la norma habitual,
antes y después de la reforma de 1980, ha hecho responsable al emplea-
dor de iniciar los trámites pertinentes a la incorporación al sistema en lo
relativo a sus dependientes, circunstancia que se vincula profundamente
con la cotización, según veremos más adelante.
No obstante, existe una diferencia fundamental entre ambos sistemas,
que perdura hoy en día entre aquellos imponentes que se mantienen en
el antiguo sistema (200.000 aprox.) y los que se han incorporado al nue-
vo (6.300.000 aprox.). Dicha circunstancia se refiere principalmente al
carácter dado a la afiliación.
En efecto, en el régimen antiguo hubo necesidad de dictar la Ley de
Continuidad de la Previsión para no perjudicar al trabajador con las “la-
gunas previsionales” que se producían en virtud de la desafiliación acae-
cida al hacer abandono de un empleo, a menos que, cuando lo permitiese
su régimen previsional, se mantuviera como imponente voluntario.
En cambio, el Decreto Ley Nº 3.500, sobre AFP, en su artículo 2º, se-
ñaló que la afiliación al sistema es única y permanente y subsiste duran-
te toda la vida del afiliado, ya sea que se mantenga o no en actividad,
que ejerza una o varias actividades simultánea o sucesivamente o que cam-
bie de institución dentro del Sistema. Asimismo, establece que el traba-
jador sólo podrá estar afiliado a una AFP (no debemos olvidar que el
régimen de salud y el de accidentes del trabajo tienen regulaciones jurí-
dicas especiales) y para dicho fin debe comunicar a su empleador la AFP
en que se encuentra o decide afiliarse, dentro de los 30 días iniciales de
sus servicios.
Si no hiciere uso de dicho derecho, el empleador determinará la AFP
respectiva, de acuerdo al reglamento; la AFP correspondiente no puede re-
chazar la solicitud de afiliación que efectúe un trabajador en conformidad a la ley.
Del mismo modo, el artículo 1º transitorio prescribió que los trabaja-
dores que se afiliasen por vez primera después del 31 de diciembre de
1982, deberían incorporarse obligatoriamente a una AFP, no siendo posi-
ble, en consecuencia, su afiliación a un ente gestor del antiguo sistema.

52
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

A su vez, quienes estaban incorporados a éste pueden optar por mante-


ner su afiliación al régimen anterior o incorporarse a una AFP.
En lo tocante a los afiliados independientes, el artículo 89 del decre-
to ley estableció que pueden afiliarse al sistema y que ella se concreta me-
diante la primera cotización que efectúe la persona, señalando luego una
serie de precisiones en materia de afiliación del trabajador independien-
te al sistema de prestaciones familiares y al régimen de salud, dependien-
do de si estuvieron afiliados o no a dichos sistemas.
A su turno, el artículo 83 efectúa igual desarrollo en relación a los
trabajadores dependientes, los cuales, por norma general, no sufren alte-
raciones en relación a los sistemas de salud y de prestaciones familiares a
las cuales estuvieron afiliados.
Creemos que la nueva legislación ha evolucionado en el sentido co-
rrecto en materia de afiliación, superando anacronismos como consecuen-
cia de los cuales el único y gran perjudicado era el trabajador, quien rara
vez tenía certeza en cuanto a su vinculación con el organismo gestor co-
rrespondiente, a la par que se ha dejado entregada a su voluntad tal de-
cisión de adscribirse al ente que le parezca como más conforme a sus
legítimas aspiraciones.
En lo que se refiere al régimen de salud, en virtud de lo prescrito por
el artículo 5º de la Ley Nº 18.469, tienen la calidad de afiliados al régimen
estatal (FONASA), en general, los trabajadores dependientes de los secto-
res público y privado, los independientes que coticen en cualquier régi-
men legal de previsión, las personas que coticen en cualquier régimen legal
de previsión en calidad de imponentes voluntarios, y las personas que go-
cen de pensión previsional de cualquier naturaleza o de subsidio por in-
capacidad laboral o cesantía. Estos afiliados pueden optar, en cualquier
momento, por ingresar con sus familiares beneficiarios a una Institución
de Salud Previsional (Isapre) (artículo 25 de la Ley Nº 18.469).
Respecto al Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales, el artículo 4º de su estatuto legal, Ley
Nº 16.744, establece que la afiliación de un trabajador, hecha en una en-
tidad previsional para los demás efectos de Seguridad Social, se entende-
rá hecha –por el solo ministerio de la ley– para este seguro administrado
por el INP, salvo que el empleador demuestre que se encuentra adherido
a una Mutualidad de Empleadores, en cuyo caso se considerará que el
trabajador se encuentra automáticamente afiliado a dicha entidad.
En lo que se relaciona con el Sistema de Prestaciones Familiares, el
D.F.L. Nº 150, en su artículo 2º expresa que, en general, quedan afectos
a sus disposiciones y son –al mismo tiempo– sus beneficiarios, todos los
trabajadores dependientes de los sectores público y privado, o los que es-
tuviesen gozando de cualquier tipo de subsidio o estuviesen pensionados,
los beneficiarios de pensiones de viudez, y las instituciones del Estado o
reconocidas por el Supremo Gobierno que tengan a su cargo la crianza y
mantención de niños huérfanos o abandonados y de inválidos
Finalmente, y en lo que respecta al Seguro de Desempleo, se establece
en el artículo 2º de su estatuto legal (Ley Nº 19.728, D.O. de 14/7/2001)

53
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

que estarán sujetos (obligatoriamente) al Seguro los trabajadores depen-


dientes que inicien o reinicien actividades laborales con posterioridad a
la entrada en vigencia de la ley, lo que tuvo lugar el 1º de octubre del
año 2002.

6. AFILIADOS INDEPENDIENTES. Siguiendo el mismo esquema ya trazado, cabe


consignar que al antiguo sistema de pensiones –integrado por un gran nú-
mero de las denominadas “Cajas de Previsión”, hoy en día fusionadas en el
Instituto de Normalización Previsional (INP)– sólo podían ingresar los tra-
bajadores dependientes, con la excepción de algunas Cajas, que aceptaban
a independientes que cumplieran requisitos muy especiales.
Por ende, la gran mayoría de los trabajadores independientes care-
cían de previsión y no eran admitidos por las instituciones de previsión.
Un ejemplo claro al respecto lo constituye la Caja de Previsión de
Empleados Particulares –Caja EMPART–, en la que se podía obtener la ca-
lidad de imponente voluntario al haber dejado de ser imponente obliga-
do de ella, siempre que no hubiere transcurrido más de un año desde la
fecha de cesación de servicios y que no hubiese retirado los fondos pro-
pios que imponía en la Caja (fondos de retiro y de indemnización); en
todo caso, constituían calificadas excepciones dentro del sistema.
El nuevo régimen de pensiones, en cambio, no tiene restricción al-
guna y permite que los independientes que lo deseen puedan incorpo-
rarse; el D.L. Nº 3.500 dedicó el Título IX justamente a los afiliados que
tienen este carácter. Para los fines conceptuales se entiende por inde-
pendiente a toda persona natural que, sin estar subordinada a un em-
pleador, ejerza una actividad mediante la cual obtiene un ingreso; el
empleador es considerado independiente para los fines previsionales. La
afiliación tiene el carácter de voluntaria y se materializa al momento de
efectuar la primera cotización a la AFP; una vez producida, ésta adquiere
el carácter de única y permanente, por lo que subsiste durante toda la
vida del afiliado.
Cabe consignar que la renta imponible por la que cotiza el indepen-
diente no puede ser inferior a un ingreso mínimo vigente en el mes al
cual corresponde la renta que se declara, ni superior a 60 UF, y es, por
definición, una renta variable.
La cotización se aplica con el tope de 60 UF y por idénticos porcenta-
jes que los que afectan al trabajador dependiente; no obstante, puede efec-
tuar otras cotizaciones voluntarias para mejorar su situación previsional.
El plazo para enterar la cotización es dentro de los 10 primeros días
del mes siguiente al que corresponde la renta declarada; si se atrasa, debe
pagar reajustes e intereses.
Los afiliados independientes tienen derecho a los beneficios de sa-
lud establecidos en la legislación respectiva.
En materia de salud, ya tuvimos oportunidad de señalar que los tra-
bajadores independientes adquieren la calidad de afiliados por la sola cir-
cunstancia de cotizar en cualquier régimen de previsión; lo más habitual
es entender que ello ocurre cuando se realizan cotizaciones en una AFP.

54
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

En lo que respecta al Seguro Social de Protección contra Accidentes


del Trabajo y Enfermedades Profesionales, la letra d) del artículo 2º de la
Ley Nº 16.744 prescribe que esta clase de trabajadores estarán sujetos a
este seguro en forma obligatoria, quedando facultado el Presidente de la
República para decidir la oportunidad, financiamiento y condiciones en
que se incorporarán al régimen.33
En lo referido al Sistema de Prestaciones Familiares, como ya tuvimos
ocasión de señalarlo, los trabajadores independientes que al 1º de enero
de 1974 estuviesen adscritos a una Caja de Previsión que contemplase en-
tre sus beneficios el de la asignación familiar, se considerarán afiliados
para estos efectos; igual procedimiento se aplicará si se encuentran go-
zando un subsidio de cualquier naturaleza.
Por último, en lo que se refiere al Seguro de Desempleo, debe con-
signarse que los trabajadores independientes no pueden afiliarse a este
sistema.

7. LA DESAFILIACIÓN . Dado el carácter de permanente que tiene la afilia-


ción en el nuevo Sistema de Pensiones, la posibilidad de desafiliarse cons-
tituye una excepción; de tal manera, sólo pueden desafiliarse quienes se
encuentran en alguna de las situaciones contempladas por la Ley
Nº 18.225, art. 1º, modificada por las Leyes Nos 18.345 y 18.753. Ellas co-
rresponden a aquellos afiliados que hayan sido imponentes de institucio-
nes previsionales del antiguo régimen (Cajas de Previsión) y no tengan
derecho al Bono de Reconocimiento o que tienen derecho a éste sólo
por cotizaciones efectuadas con antelación a julio de 1979; cabe señalar
que hoy en día no se fija plazo para impetrar este traspaso de régimen.
Para hacerlo efectivo, el interesado presenta una solicitud de desafi-
liación en la AFP que corresponda; ésta la remite con sus antecedentes a
la Superintendencia de Seguridad Social a fin de que se pronuncie acer-
ca de la procedencia de la desafiliación. Dicho informe se envía luego a
la Superintendencia de AFP, quien emite la resolución correspondiente,
remitiendo copia a la AFP, al afiliado, al empleador, a la Superintenden-
cia de Seguridad Social y a la Caja de Previsión de reintegro.
Aprobada la solicitud, el interesado deberá enterar en la Caja las co-
tizaciones correspondientes al Fondo de Pensiones y al Fondo de Desahu-

33
Esta norma fue aclarada mediante el Decreto Ley Nº 1.548, de 9/9/1976; en virtud de
la citada prerrogativa y mediante sucesivos D.F.L., el Presidente de la República respectivo ha
incorporado a este régimen, en las dos décadas transcurridas entre 1976 y 1996, a las siguien-
tes categorías de trabajadores independientes: campesinos asignatarios de tierras; suplemen-
teros acogidos al INP; profesionales hípicos independientes; conductores propietarios de taxis;
pirquineros independientes; pequeños mineros artesanales; conductores propietarios de ve-
hículos motorizados de movilización colectiva, de transporte escolar y de carga incorporados
al Sistema de AFP; comerciantes autorizados para desarrollar su actividad en la vía pública o
plazas; pescadores artesanales que se desempeñen en calidad de trabajadores independientes
en labores propias de dicha actividad; y los socios de sociedades de personas o sociedades en-
comandita por acciones, empresarios individuales, y directores de sociedades en general que
se desempeñen como trabajadores independientes en la respectiva empresa o sociedad.

55
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

cio o indemnización por años de servicios del régimen respectivo, por el


período en que estuvo afiliado al nuevo régimen.
Para dicho fin, la Caja correspondiente liquidará esas cotizaciones y
la AFP deberá transferir desde la cuenta individual los fondos necesarios;
si ellos fueren insuficientes, la diferencia se cubrirá con cargo a las sumas
que al trabajador le correspondiere percibir por concepto de desahucio
o indemnización por años de servicios. Si no tuviere derecho a esos be-
neficios o si éstos fueren insuficientes para cubrir la diferencia, el rema-
nente se descontará mensualmente de la respectiva pensión del solicitante
en cuotas equivalentes al 20% de la futura pensión.
Si, por el contrario, su saldo en la cuenta fuere superior a las cotiza-
ciones a enterar en la Caja, la AFP entregará la diferencia al ex afiliado.
Para todos los efectos legales se entiende que el trabajador se encuen-
tra desafiliado del nuevo régimen a partir del día 1º del mes siguiente al
de la resolución emitida por la Superintendencia de AFP.
En lo referente al Sistema de Salud, el afiliado mantendrá siempre
dicha condición, a menos que se vincule mediante un contrato de salud
con una Isapre.
En lo que respecta al Seguro Social de Accidentes del Trabajo y En-
fermedades Profesionales, dado su carácter obligatorio, la afiliación se
mantendrá en tanto subsista el vínculo contractual que une al trabajador
dependiente con su empleador; en el caso del independiente, éste ha de
sujetarse a las condiciones fijadas por el Presidente de la República en
relación a la categoría determinada de que se trate.
Similar predicamento ha de seguirse respecto de las Prestaciones Fa-
miliares.
Finalmente, y en lo que se refiere al Seguro de Desempleo, al no per-
mitirse la afiliación de esta clase de trabajadores, tampoco cabe referirse
a la desafiliación.

II. LA COTIZACIÓN

La cotización se ha definido como una forma de descuento coactivo, or-


denada por la ley con respecto a determinados grupos, destinada a ga-
rantizar prestaciones de Seguridad Social.
La obligación de cotizar es exigida por la sociedad, representada para
este efecto por el órgano gestor: es una obligación de Derecho Público,
subjetivo, que faculta al titular para exigir la obligación, por lo cual nues-
tra jurisprudencia ha considerado que la obligación de cotizar no tiene
carácter contractual ni ha nacido de la voluntad de las partes.

1. NATURALEZA JURÍDICA DE LA COTIZACIÓN. Existe a su respecto una di-


versidad de teorías; siguiendo en este punto al profesor Novoa,34 explica-
remos brevemente las más importantes:

34
PATRICIO N OVOA FUENZALIDA, ob. cit., pp. 169 y ss.

56
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

1) La remuneración diferida o del complemento de remuneración. Sostiene


que la cotización es una parte del salario (el diferido), la cual no se paga
como la otra parte, periódica y directamente por el empresario, sino que
es entregada al órgano gestor de la Seguridad Social, para que éste, a su
vez, la otorgue al trabajador cuando verifique los supuestos previstos por
la ley.
Esta tesis se encuentra sobrepasada, ya que obedece al esquema de la
concepción jurídica de los seguros privados, los que observaban una equi-
valencia sinalagmática entre la cotización y las prestaciones; ello implica-
ría el desconocer hoy en día una obligación legal que ni siquiera puede
dejarse sin efecto por quienes celebran un contrato de trabajo.
2) Tributo de Derecho Público. Para ello se argumenta que el seguro es
obligatorio, bajo sanción; que la tasa no es dejada al libre arbitrio; que la
recaudación está garantizada por procedimiento de Derecho Público y que
el producido es destinado a un servicio público. Sólo faltarían las carac-
terísticas de anualidad y de la no afección, justificadas estas últimas debi-
do al interés de asegurar la autonomía financiera de la Seguridad Social.
Se ha señalado que para aceptar esta tesis habría que concordar pre-
viamente en la circunstancia de que el derecho a la prestación y la obli-
gación de cotizar son dos relaciones jurídicas distintas y que el fundamento
de la última obedece a la facultad de imperio del Estado, en cuanto exi-
ge tales cotizaciones. No obstante, es característica de los tributos que el
Estado los exija sin ofrecer retribución de su parte, y es verdad que existe
una cierta relación entre cotización y ventaja, aunque no implique reci-
procidad ni sinalagmaticidad.
3) Tasa. Es la prestación pecuniaria que el Estado exige a quien hace
uso actual de ciertos servicios públicos, suponiendo en consecuencia una
prestación solicitada en forma previa y voluntaria, lo que en principio no
ocurre en la cotización; además, debería considerársela como un ingreso
de Derecho Público que financia un servicio público de consumo divisi-
ble.
Sus defensores afirman que la correlación en este caso ha de mirarse
entre el precio-contribución y la ganancia de la prestación al verificarse
el hecho causante; dicha ganancia sería el servicio especial y divisible que
todo asegurado consume y que encuentra su equivalente en la cotización.
4) Contribución especial. Se la define como la participación obligatoria
en el costo de determinadas actividades o servicios del Estado y corpora-
ciones públicas, impuesta a aquellos particulares que a pesar de no ha-
ber instado a su realización son beneficiados especialmente por ella; esta
teoría no admite defensa en la parte de la cotización empresarial, pues el
empresario ha de pagar y no tiene ningún derecho.
5) Tributo. La teoría se basa en el hecho de que en la organización
del Estado habría dos categorías de finanzas: unas destinadas a los gastos
generales del Estado para cumplir las funciones que éste asume directa-
mente, y otras destinadas a fines particulares en conexión con un princi-

57
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

pio de organización administrativa, llamadas estas últimas parafiscales y a


las cuales pertenecería la Seguridad Social.
Se la critica por crear una división artificial de los tributos.
Otros la ven desde un punto de vista de tributo autónomo, con natu-
raleza jurídica propia.
La mayoría de la doctrina está acorde en que es un tributo y, dentro
de esta categoría genérica, que tiene un contenido específico que la con-
figura como un tributo con un régimen jurídico específico y completo,
que se debe llamar “cuota de seguro social”.
La podemos conceptualizar como un tributo de Derecho Público au-
tónomo y afectado, exigido por la comunidad en cuanto utiliza su poder
de imperio sobre las empresas y/o los trabajadores para atender la ges-
tión de los servicios de Seguridad Social establecidos en el interés gene-
ral de la colectividad.
El hecho que determina el nacimiento de la obligación de cotizar es,
tratándose de trabajadores por cuenta ajena, el contrato de trabajo, y para
los independientes, el trabajo autónomo.
El sujeto activo será el órgano gestor de la Seguridad Social, en cuan-
to integrante del Poder Administrador.
El sujeto pasivo será quien debe pagar la cotización (trabajador autó-
nomo, empresario o trabajador por cuenta ajena).
El objeto de la obligación es la exacción, esto es, el monto de la coti-
zación, siendo su causa la organización del sistema de Seguridad Social,
establecido al servicio y en beneficio de la colectividad, y la capacidad con-
tributiva, entre afiliados y empresarios, para proveer al mismo, en la me-
dida que se estime de justicia para cada cual.
Sin perjuicio de lo expuesto, debe concordarse en que, en el caso na-
cional, no estando establecidas en la actualidad las cotizaciones para fi-
nanciar exclusivamente los servicios generales del Estado, y teniendo
muchas entidades gestoras la característica de ser empresas privadas, no
resulta procedente atribuirle carácter de tributo a toda la gama de las co-
tizaciones previsionales vigentes; sí podría atribuírsele dicha característi-
ca a servicios como el INP o FONASA, que mantienen la índole estatal, dado
el carácter omnicomprensivo del artículo 22 de la Carta Fundamental, en
razón del cual podríamos concordar que nos encontramos frente a un
tributo, entendiendo por tal toda prestación que las personas deben efec-
tuar a favor del Estado, en virtud de la potestad impositiva que la Consti-
tución y la ley le confieren.
En lo que respecta a las cotizaciones destinadas a financiar los siste-
mas administrados por entes gestores privados, pareciera que, a la luz de
lo señalado por nuestra Carta Fundamental en su artículo 19 Nº 20, en
armonía con el artículo 22 de la misma, lo más cercano a una conceptua-
lización de las cotizaciones sería atribuirles el carácter de una carga pú-
blica real.
Ello, porque cuando el artículo 20 de la Constitución Política se re-
fiere a las cargas públicas lo hace en referencia a cualquier gravamen que
recae sobre cosas o bienes, pero excluyendo a los tributos, ya que estos

58
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

son mencionados aparte y nominativamente por el constituyente en otro


precepto.35 Dichas cargas pueden tener el carácter de públicas o priva-
das, según sean ellas impuestas por la ley (artículo 19 Nº 20 de la CP) o
por actos entre particulares, y se pueden clasificar en reales o personales,
según recayere el gravamen correspondiente sobre bienes o las personas;
nos parece que pertenecen a la primera categoría, dado que gravan el
patrimonio de los afiliados, pero sin que ello se traduzca en el traspaso
de los bienes mismos.

2. PRINCIPIOS DE LA COTIZACIÓN. Estos principios son los de especializa-


ción, unidad, uniformidad y proporcionalidad, considerados particulares
de este tributo, y, por ende, debe señalarse que le son aplicables los ge-
néricos a los tributos.
a) Especialización. Tomada en el sentido que deben “afectarse” al ór-
gano gestor. Con ello se asegura la autonomía financiera del órgano ges-
tor, como asimismo el destino de los recursos y una clara conciencia del
trabajador de estar contribuyendo al financiamiento de la Seguridad So-
cial. Nos parece que esto es particularmente claro en el caso de los siste-
mas basados en las cuentas individuales de capitalización.
b) Unidad. Se la conceptualiza como la circunstancia de pagar una sola
cotización, lo cual supone un órgano único de recaudación y se opone a
la pluralidad o multiplicidad de cuotas. Tiene las ventajas de simplificar
el procedimiento de recaudación y facilitar el control e inspección que
debe cumplir el órgano gestor.
Luego de la recepción se debe proceder a su distribución entre las
distintas contingencias, pero con la flexibilización suficiente como para
equilibrar las insuficiencias que se produzcan.
Las excepciones que puedan darse al principio (Cajas de Compensa-
ción y Mutualidades), enmarcadas en la llamada pluralidad administrativa,
deben tomar el resguardo necesario como para que exista la debida coor-
dinación, a fin de obtener la correcta aplicación del principio en cuestión.
En la actualidad, producto de la aplicación masiva de la tecnología
de comunicaciones denominada Internet (en Chile por medio de la em-
presa Previred), existen múltiples opciones de efectuar una sola orden de
pago en simultáneo para varias cotizaciones, con lo que se está alcanzan-
do la idea de la unidad en la realidad virtual.
c) Uniformidad. Este principio se refiere a que la cotización debe ser,
en general, la misma e igual; aun cuando exista una multiplicidad de ór-
ganos, las cotizaciones que se deban enterar han de ser las mismas, en
igualdad de condiciones. Ello no se daba en Chile, en el régimen anti-
guo, donde cada Caja de Previsión tenía su propio sistema de cotización,

35
Sobre el particular, se puede consultar a JOSÉ LUIS CEA EGAÑA, en Derecho Constitucio-
nal Chileno, pp. 469 a 470. Santiago, Editorial Universidad Católica de Chile, 2004.

59
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

sin que tal diversidad obedeciera a un principio; en esto ha significado


también un avance la nueva legislación previsional (pensiones, salud, se-
guro de desempleo, accidentes del trabajo), la que ha seguido muy de
cerca este principio.
Asimismo, en relación a los riesgos, la cuota no puede sufrir aumen-
tos o disminuciones para determinadas personas, debido a la selección
adversa de algunos riesgos respecto a tales personas (riesgos malos vs. ries-
gos buenos); ello no impide las rebajas de cotizaciones en relación a la
obtención de conductas deseadas (baja en los índices de accidentalidad,
por ejemplo).
Igualmente se persigue una uniformidad en cuanto al tiempo, la cual
es difundida dentro de ciertos límites, ya que, si bien procura no dejar a
empresarios y trabajadores en la incertidumbre, las legislaciones se ven
en la obligación, en ocasiones, de introducir variaciones, forzadas por la
situación económica, siempre cambiante.
d) Proporcionalidad. Bajo esta premisa se señala que la cotización
debe guardar relación o proporción con las remuneraciones de los afi-
liados. Su fundamento se encuentra en los principios rectores de la
Seguridad Social, como solidaridad, justicia distributiva y redistribución
de la renta.
A este respecto cabe señalar que algunas legislaciones comenzaron con
un sistema de tasa proporcional fija (inglesa), en cuyo caso se cotizaría
siempre en función del mismo porcentaje, lo cual tiene como efecto que
no se produce redistribución de la renta; otras, más evolucionadas, se in-
clinan por la proporcionalidad creciente, lo que implica que el porcenta-
je aumente al aumentar las rentas del afiliado, con lo que se salva el
inconveniente anotado anteriormente, con el solo posible efecto psicoló-
gico negativo bajo la visión del criterio conmutativista, lo que no consti-
tuye una objeción muy valedera.
En todo caso cabe señalar que la situación más regresiva se produce
en relación a aquellas cotizaciones que se deben efectuar basándose en
sumas fijas, las que, indudablemente, afectan en forma más negativa a las
personas de menores ingresos.

3. MÍNIMOS Y TOPES DE LA COTIZACIÓN. Existe consenso en cuanto a que


se debe cotizar por todas las retribuciones de la contraprestación laboral,
con la sola exclusión de las prestaciones familiares y aquellas que tengan
por objeto habilitar al trabajador para desempeñar su trabajo, tales como
viáticos. En el caso de los independientes, debiera operarse sobre la base
de las rentas declaradas o presuntas.
En cuanto al tope, éste ha sido establecido en las legislaciones inspi-
radas por criterios conmutativos, para no otorgar prestaciones muy altas
a quienes están muy bien rentados; se le ataca por vulnerar el principio
de la solidaridad y por ser contrario a la justicia distributiva.
Algunas corrientes preconizan su abolición en aras de una Seguridad
Social más justa, pero no debe olvidarse que existe un sujeto muy intere-

60
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

sado en el tema: ese es el Estado, ya que, habitualmente, el tema tributa-


rio va muy de la mano con la no imponibilidad; por ende, mientras más
suba el tope no imponible, menos recursos recaudará el Fisco.
Los sistemas privados tienden a establecer la posibilidad de cotizar en
forma adicional, para facilitar así el acceso a prestaciones de mayor mon-
to; por ello en Chile existe el APV (ahorro previsional voluntario) en el
Sistema de AFP y las cotizaciones adicionales en el Contrato de Salud que
celebran las Isapres.

4. RÉGIMEN DE FINANCIAMIENTO DE LAS COTIZACIONES


a) Sistemas uni y bipartito. Se distinguen el unipartito con un solo
aportante (empleador o Estado), ha tenido diversas consagraciones le-
gislativas, pero tiene el grave inconveniente de trasladar el costo al con-
sumidor, desvirtuándose así los grandes lineamientos del sistema; y el
bipartito, que tiene el inconveniente de dejar al margen al Estado, sa-
cándolo del esquema de considerar las cotizaciones como un Derecho
Público subjetivo.
b) Sistema tripartito:
1) Cotización del trabajador. Se justifica en gran medida si se considera
que siendo los trabajadores los principales beneficiados del sistema, de-
ben aportar en forma directa para financiar las prestaciones que recibi-
rán y fundamenta su participación en al menos el control –por la vía
informativa y de opción de cambio– de la gestión administrativa del ór-
gano gestor.
2) Cotización del empleador. Su justificación emana del hecho de su par-
ticipación en el sistema, especialmente en la gestión administrativa, como
también en la circunstancia de que con ello contribuye a coadyuvar las
contingencias que generalmente no cubre la remuneración.
3) Aporte estatal. Se justifica en virtud de que su deber es velar por man-
tención de niveles de vida dignos entre los administrados, y porque la Se-
guridad Social constituye un medio para lograr ese objetivo; asimismo
debe velar por remediar las insuficiencias de los órganos que en su nom-
bre satisfacen las necesidades públicas. El aporte estatal permite distribuir
de manera más equitativa el costo total del financiamiento del sistema en-
tre los administrados.
La forma en que esto se puede llevar a cabo puede ser cubriendo dé-
ficit, tomando a su cargo financiamiento directo de algunas prestaciones,
estableciendo impuestos afectados al órgano gestor, etc., estimándose que
la mejor es aquella mediante la cual el Estado integra cada cierto tiempo
en el órgano gestor un porcentaje sobre las remuneraciones por las que
se ha cotizado ante dicho organismo durante ese período.
Finalmente, cabe consignar que el sistema tripartito es el que reco-
miendan los organismos internacionales.
c) Trabajadores autónomos. Normalmente se financian a base de cier-
tos tributos establecidos en relación con la actividad profesional de los

61
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

respectivos trabajadores autónomos (porcentaje por unidad de servicio


prestado; recargos sobre patentes, etc.). Debe estimárseles como parte de
la evolución histórica, pudiendo esperarse que en lo futuro, en algunas
áreas, tenga un carácter bipartito, esto es, con aporte del Estado.
Actualmente tienen tasas específicas de cotización.
d) Aportes en el sistema chileno. La indicación histórica muestra que el
aporte medio del trabajador ha bajado de un 37% (1940) a un 20%
(2004); el del empleador ha bajado de un 32% a un 3,3% promedio base
(2,4% en Seguro de Desempleo y 0,95% en el Seguro de Accidentes del
Trabajo), y el del Estado se ha dirigido a financiar regímenes genéricos
complementarios a los seguros, todo ello tomando como parámetro el
nuevo sistema.

5. SISTEMAS DE COTIZACIÓN EN CHILE. En nuestro país, antes de la Refor-


ma Previsional existía una verdadera anarquía en materia de cotizaciones,
lo que posibilitaba que se diesen a su respecto las combinaciones más in-
verosímiles, dependiendo del subsistema al cual se estuviese afiliado.
Los D.L. Nos 3.500 y 3.501 vinieron a poner coto a la situación, me-
diante la obligación de efectuar las cotizaciones que dichos cuerpos lega-
les indicaron, tanto tratándose del nuevo régimen como del antiguo; su
detalle se indicará más adelante.
Corresponde sí señalar los siguientes aspectos de carácter general que
se han derivado de la reforma y en especial del D.L. Nº 3.501:
1) El sujeto obligado a la declaración y pago, tratándose de trabajado-
res dependientes, cualquiera sea el sistema a que estén afiliados, es el em-
pleador (art. 19 D.L. Nº 3.500 y art. 1º D.L. Nº 3.501). El empleador está
obligado a declarar y pagar las cotizaciones respectivas en la institución
correspondiente dentro de los primeros diez días del mes siguiente a aquel
en que se devengaron las remuneraciones, pensiones y rentas afectas, tér-
mino que se prorrogará hasta el primer día hábil siguiente si dicho plazo
expirare en día sábado, domingo o festivo.
Para dichos efectos, el empleador deberá deducir las cotizaciones de
las remuneraciones del respectivo trabajador. Los trabajadores indepen-
dientes y los imponentes voluntarios pagarán directamente a la institu-
ción la correspondiente cotización.
El empleador o entidad encargada del pago de la pensión que no
pague oportunamente las cotizaciones de sus trabajadores o pensiona-
dos, deberá declararlas en la institución correspondiente dentro del ya
citado plazo de 10 días; ello es lo que técnicamente se conoce bajo el
nombre de una “D.N.P.” (declaración y no pago). Si bien con ella el em-
pleador no paga, no es menos cierto que se individualiza en forma in-
mediata y fehaciente como deudor del sistema previsional, lo que tiene
mucha importancia para el cobro extrajudicial y judicial de las cotiza-
ciones.
Si el empleador o entidad correspondiente no paga ni efectúa la D.N.P.,
o bien si ésta es incompleta o errónea, será sancionado con una multa a

62
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

beneficio fiscal de 0,5 UF por cada cotizante afectado. Si la declaración


fuere maliciosamente incompleta o falsa, el Director del Trabajo o el Su-
perintendente que corresponda podrá efectuar la denuncia ante el Juez
del Crimen correspondiente.
La fiscalización del cumplimiento de esta normativa corresponde a la
Dirección del Trabajo, y a las Superintendencias especializadas respecti-
vas sancionar a las entidades encargadas del pago pensiones sometidas a
su supervigilancia, por el incumplimiento de las obligaciones anteriormen-
te señaladas.
Las cotizaciones que no se paguen oportunamente se reajustarán en-
tre el último día del plazo en que debió efectuarse el pago y el día en
que efectivamente se realicen en la variación que experimente el IPC
mensual entre el mes que antecede a aquel en que debió haberse efec-
tuado el pago y el mes que antecede a aquel en que efectivamente se
realice.
Además, devengarán el interés penal equivalente a la tasa de interés
corriente para operaciones reajustables en moneda nacional a que se re-
fiere el artículo 6º de la Ley Nº 18.010, aumentado en un 20%.
2) Las cotizaciones son de cargo del trabajador, salvo el aporte para la
Ley de Accidentes del Trabajo (0,95%), el que sigue siendo de cargo del
empleador, y la cotización obligatoria para cubrir el Seguro de Desem-
pleo (2,4% si se trata de trabajadores con contrato de plazo indefinido y
3% si se trata de trabajadores con contrato a plazo fijo o por obra, traba-
jo, o servicio determinado).
Como esta situación podía significar en 1980 un fuerte gravamen para
los trabajadores activos al instante de entrar en vigencia esta normativa,
el D.L. Nº 3.501 dispuso una serie de compensaciones y reajustes destina-
dos a evitar un detrimento de las remuneraciones de dichos trabajado-
res; así lo preceptuó el artículo 4º del recién citado decreto ley, al señalar
que el efecto que debía producirse era de mantener el monto total líqui-
do de las remuneraciones, beneficios y prestaciones, de cualquier carác-
ter, sin modificar los montos de los beneficios o prestaciones que no fueran
imponibles a esa fecha (28 de febrero de 1981).
Hacía excepción también al incremento de las prestaciones pactadas
en ingresos mínimos.
3) Las cotizaciones afectan todas las remuneraciones; ello hay que enten-
derlo referido al artículo 41 del Código del Trabajo, el que establece que
se entienden por remuneraciones las contraprestaciones en dinero y las
adicionales en especies avaluables en dinero que debe percibir el trabaja-
dor del empleador por causa del contrato. Exceptúa tan sólo a las asigna-
ciones de movilización, pérdida de caja, desgaste de herramientas y
colación; los viáticos, las prestaciones familiares otorgadas en conformi-
dad a la ley, la indemnización por años de servicios establecida en el ar-
tículo 163 del Código del Trabajo y las demás que proceda pagar al
extinguirse la relación contractual y, en general, las devoluciones de gas-
tos en que se incurra por causa del trabajo.

63
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Esto significó amplificar notablemente la base imponible. En el caso


de los trabajadores independientes, la imponibilidad se efectuará sobre
las bases que el interesado declare, con un monto mínimo de un ingreso
mínimo.
4) Se fijan topes de imponibilidad, hoy en día en 60 UF del último día
del mes anterior al pago (artículos 16 y 90 D.L. Nº 3.500); para los efec-
tos antes señalados, todas las remuneraciones se suman, lo cual tiene im-
portancia para trabajadores con dos o más empleadores y en el caso de
los independientes (art. 16).

6. COTIZACIONES USUALES
Ex Caja de Previsión de Empleados Particulares
Desde el 01-03-1989
EMPART EMPART EMPART EMPART EMPART EMPART EMPART EMPART
sistema C.C.A.F. Mutual ISAPRE C.C.A.F. Mutual C.C.A.F. C.C.A.F.
general ISAPRE ISAPRE ISAPRE
Cotizaciones % % % % % % % %
Prestaciones
de salud
EMPART 7,00 6,40 7,00 6,40
ISAPRE 7,00 7,00 7,00 7,00
C.C.A.F. 0,60 0,60
Régimen de
desahucio
EMPART 1,14 1,14 1,14 1,14 1,14 1,14 1,14 1,14
Fondo de
Seguridad
Social
EMPART 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21
Pensiones y
revalorización
EMPART 20,49 20,49 20,49 20,49 20,49 20,49 20,49 20,49
Accidentes
del trabajo*
EMPART 0,90 0,90 0,90 0,90
Mutual 0,90 0,90 0,90 0,90
Total básico 29,74 29,74 29,74 29,74 29,74 29,74 29,74 29,74

* Más cotización adicional diferenciada en caso que procediere.

64
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

Sistemas especiales
Desde el 01-03-1989
Liberados Artistas Conductores Voluntarios
Ley 15.478 prop. automóviles
alquiler
Cotizaciones % % % %
Prestaciones
de salud 7,00 7,00 7,00 7,00
Fondo de retiro 6,00 10,00 10,00
Régimen
de desahucio 1,14 1,345 1,345 1,345
Fondo de
seguridad social 0,25 0,25
Pensiones y
revalorización 12,95 11,00 7,25 12,91
Accidentes
del trabajo1 0,90 3,452
Total básico 21,99 25,345 29,295 31,505
1
Los imponentes afiliados a Isapre deberán integrar directamente a la Institución de Salud Previsio-
nal que corresponda su cotización de salud.
2
Cotización básica 0,9% más cotización adicional diferenciada 2,55% = 3,45%.

Ex Servicio de Seguro Social


Desde el 01-03-1989
S.S.S. S.S.S S.S.S S.S.S S.S.S S.S.S S.S.S S.S.S
sistema C.C.A.F. Mutual ISAPRE C.C.A.F. Mutual C.C.A.F. C.C.A.F
general ISAPRE ISAPRE ISAPRE Mutual
Cotizaciones % % % % % % % %
Prestaciones
de salud
S.S.S. 7,00 6,40 7,00 6,40
ISAPRE 7,00 7,00 7,00 7,00
C.C.A.F. 0,60 0,60
Fondo de
seguridad social
S.S.S. 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21 0,21
Pensiones y
revalorización
S.S.S. 18,63 18,63 18,63 18,63 18,63 18,63 18,63 18,63
Accidentes
del trabajo*
S.S.S. 0,90 0,90 0,90 0,90
Mutual 0,90 0,90 0,90 0,90
Total básico 26,74 26,74 26,74 26,74 26,74 26,74 26,74 26,74

* Más cotización adicional diferenciada en caso que procediere.

65
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Sistemas especiales
Desde el 01-03-1989
Indepen- Volun- Asignata- Medieros Cargadores Suple-
dientes tarios rios de o ferias y menteros
tierras parceleros mercados
Cotizaciones % % % % % %
Prestaciones
y revalorizaciones 11,25 11,00 11,00 11,00 11,00 11,00
Prestaciones
de salud1 7,00 7,00 7,00 7,00 7,00 7,00
Accidentes
del trabajo 1,70 2 0,90
Total básico 18,25 18,00 19,70 18,00 18,00 18,90
1
Los imponentes afiliados a Isapre deberán integrar directamente a la Institución de Salud Previsio-
nal que corresponda su cotización de salud.
2
Más cotización adicional diferenciada.

7. CUMPLIMIENTO FORZADO; LEY Nº 17.322. Las cotizaciones deben ser de-


ducidas por el empleador de las remuneraciones del trabajador y paga-
das en los entes gestores; si ello no ocurre, por expresa remisión de los
artículos 1º del D.L. Nº 3.501 y 19 del D.L. Nº 3.500, entra a operar la Ley
Nº 17.322, sobre cumplimiento de obligaciones previsionales y cuyos prin-
cipales aspectos analizaremos a continuación.36
a) La declaración y pago. Deben efectuarse dentro de los 10 primeros
días del mes siguiente a aquel en que se devengaron las remuneraciones.
En los contratos de construcción las garantías y las retenciones cau-
cionan también el cumplimiento de las obligaciones previsionales, debien-
do acreditar el contratista ante el dueño de la obra el pago de ellas. La
infracción a esta disposición constituye al dueño como solidariamente res-
ponsable, el cual de todos modos responde en forma subsidiaria. Debe
recordarse asimismo lo prescrito por el nuevo artículo 64 del Código del
Trabajo (Ley Nº 19.250).
Asimismo, en la definición de predios rústicos o empresas genéricas con-
sideradas se origina responsabilidad solidaria entre el adquirente y el ante-
rior dueño, a menos que por instrumento público o privado se inserte un
certificado en que conste que se está al día en los pagos respectivos.
b) Procedimiento ejecutivo. Les corresponde a los jefes superiores de los
entes gestores determinar el monto adeudado por el empleador y aplicar
las multas correspondientes; sólo las AFP e Isapres no tienen esta última
facultad, la que se radicó en la Dirección del Trabajo.
Las resoluciones que dicten al efecto tendrán mérito ejecutivo y los
juicios a que den origen se sustanciarán ante los Tribunales del Trabajo,

36
Al instante de entrar en prensa esta edición, se encuentra en trámite parlamentario
un Proyecto de Ley que modifica en forma importante esta ley.

66
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

de conformidad al procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar, con


las adecuaciones contenidas en los artículos 460 y 461 del Código del Tra-
bajo (art. 4º).
c) Oposiciones. Sólo caben las siguientes, de conformidad a lo prescri-
to por el artículo 5º de la ley:
1) Inexistencia de prestación de servicios;
2) No imponibilidad o existencia de error de hecho;
3) Error en la calificación de la función del trabajador;
4) Compensación con lo que se cancele por asignaciones familiares, y
5) La incompetencia del tribunal; litispendencia; pago de la deuda;
concesión de esperas o prórrogas de plazo, prescripción de la deuda o
de la acción ejecutiva y la cosa juzgada.
d) Sentencia. Contendrá la orden de liquidar las cotizaciones e intereses
hasta el pago de la obligación y los reajustes legales. Sólo procede la apela-
ción contra la sentencia definitiva de primera instancia, debiendo consignar-
se previamente la suma total que dicha sentencia ordene pagar (art. 8º).
e) Sanciones por incumplimiento. La ley distingue entre las diversas si-
tuaciones que pueden tener lugar, las que se pueden esquematizar en la
forma siguiente:
1) Reajuste e intereses penales. Por el no pago oportuno se devenga au-
tomáticamente un reajuste, considerando para estos fines el valor de la
UF entre el mes que antecede al que debió hacerse el pago y el mes que
antecede al del pago efectivo, devengándose, además, un interés penal
diario equivalente a la tasa de interés corriente para operaciones reajus-
tables en moneda nacional a que se refiere el artículo 6º de la Ley
Nº 18.010, aumentado en un 20% y capitalizable en forma mensual (art.
1º de la Ley Nº 19.260). Si en un mes determinado el recargo antes men-
cionado fuere inferior al interés corriente fijado para operaciones no re-
ajustables, aumentado en un 50%, se aplicará dicha tasa incrementada en
el porcentaje señalado, sin reajuste.
2) Multas. Si el empleador no efectúa oportunamente la declaración,
o si ésta es incompleta o errónea, se le aplica por concepto de multa el
valor de 1 UF por cada trabajador. La Ley Nº 19.260 prescribe que puede
eximirse de dicha multa el empleador que acredite que su acción careció
de malicia; en la relación dueña de casa y trabajador de casa particular,
la multa casi sobrepasaba la cotización mínima. Por ello, la Ley Nº 19.260
(D.O. 4/12/92) rebajó la multa a 0,2 UF o 0,5 UF, según se pague la co-
tización al mes subsiguiente o más adelante.
3) Condonación de intereses y multas. No están facultados los entes ges-
tores para aplicarla cuando la declaración no se efectuare o fuere mali-
ciosamente incompleta o falsa; sí pueden hacerlo, aunque tenga estas
últimas características, cuando se ha declarado oportunamente.
f) Apremios. En caso de juicio, si el empleador no consigna dentro del
decimoquinto día contado desde el requerimiento, sin oponer excepcio-
nes, o desde la sentencia de primera instancia que no dé lugar a ellas, si

67
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

las opuso, será apremiado con arresto hasta por 15 días, circunstancia que
puede repetirse hasta obtener el pago. Cabe hacer notar que estas reso-
luciones son inapelables y sólo cesan mediante la consignación de las su-
mas adeudadas.
Tratándose de personas jurídicas de Derecho Privado, comunidades,
sociedades o asociaciones de hecho, el apremio se efectúa sobre los ge-
rentes, administradores o presidentes que ellas declaren como detenta-
dores de dicha calidad ante los entes gestores, circunstancia que suele no
ser de conocimiento amplio.
g) Novación. El pago debe efectuarse en moneda nacional; el pago por
un medio distinto del dinero efectivo o vale vista no produce novación.
h) Pago parcial. De ocurrir, se imputa a los meses que el deudor de-
termine; si no lo hace, se imputa a los meses más antiguos comprendidos
en la deuda (art. 22-c).
i) Fiscalización. Los entes gestores tienen plenas facultades para infor-
marse de todos los antecedentes contables de los empleadores para veri-
ficar la veracidad de las declaraciones que se efectúen. Los informes que
emitan constituyen presunción legal de veracidad para todos los efectos
legales, incluso para los efectos de la prueba judicial.
Por expresa disposición de dicho artículo, los jefes superiores de los
entes gestores pueden aplicar las multas contempladas en el D.F.L. Nº 2,
que regula a la Dirección del Trabajo, por la vía de sancionar las infrac-
ciones a las normas previsionales que detecten, salvo el caso de las AFP o
Isapres, como ya se señaló (Ley Nº 18.137).
j) Apropiación indebida. La Ley Nº 19.260 incorporó al texto un artícu-
lo, mediante el cual se establece que se aplicarán las penas del artículo 467
del Código Penal al empleador que se apropie o distraiga el dinero co-
rrespondiente a cotizaciones previsionales. Ello fue necesario ante la in-
terposición de diversos recursos de amparo, basados en el Pacto de San
José de Costa Rica –suscrito por Chile– que pretendían demostrar que se
trataba de deudas propias del empleador, lo que, dado el carácter de las
cotizaciones previsionales actuales, resulta insostenible.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1. Monto imponible. Para el cálculo de la indemnización por años servidos


para el trabajador que percibe el ingreso mínimo, éste se determina so-
bre el monto asignado para los efectos no remuneracionales, según ar-
tículos 2º y 4º del D.L. Nº 3.501.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 147, de 9
de enero de 1988.

2. Monto imponible e incremento de remuneración del artículo 2º del D.L.


Nº 3.501. Para calcular los aportes de los afiliados a los servicios de bien-

68
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

estar no debe considerarse el incremento de la remuneración estableci-


do en el artículo 2º del D.L. 3.501, ya que él tiene por objeto solamente
mantener el monto total líquido de las remuneraciones.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.085, de
22 de abril de 1988.

3. Incremento de remuneraciones del artículo 2º del D.L. 3.501 y efectos previsio-


nales. Según los artículos 2º y 4º del D.L. Nº 3.501, el incremento de re-
muneraciones, aun cuando debe sumarse a la parte imponible, no es
computable, en cambio, para la obtención de prestaciones previsionales.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.600, de
13 de junio de 1988

4. Renta imponible de imponentes voluntarios. Los imponentes voluntarios e


independientes deben efectuar una primera declaración de rentas al aco-
gerse como tales, la que tiene duración de un año completo. Cumplido
este plazo, pueden aumentar o disminuir su renta conforme a los artícu-
los 1º y 2º de la Ley Nº 18.095.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 5.142, de
30 de junio de 1988.

5. La obtención de una pensión de vejez no es causal de término de contrato. Ni


la obtención de pensión de vejez a través de una AFP ni la de ancianidad
habilitan por sí solas para que el empleador ponga término a su contrato
de trabajo, lo que sólo puede hacer por algunas de las causales de los ar-
tículos 155, 156 ó 157 del Código.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 4.927/112, de 8 de julio de
1988.

6. Incremento de remuneraciones del artículo 2º del D.L. Nº 3.501 para efectos


previsionales. Las empresas que cada cierto tiempo pactan nuevas remu-
neraciones a través de convenios colectivos, como aumentos de gratifica-
ción o ascensos, no tienen obligación, con posterioridad al 28 de febrero
de 1981, de otorgar incremento sobre ellas de acuerdo al artículo 2º del
D.L. Nº 3.501.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 5.350, de
11 de julio de 1988.

7. Incremento de remuneraciones dispuesto por el D.L. Nº 3.501 para trabaja-


dores contratados con posterioridad al 1º/3/1981. El incremento dispuesto
por el D.L. Nº 3.501 no corresponde efectuarlo para los trabajadores con-
tratados con posterioridad al 1º de marzo de 1981, fecha de su vigen-
cia, y en todo caso él debe hacerse para los afiliados a instituciones
señaladas en el artículo 1º del D.L. Nº 3.501, entre las cuales no figuran
las AFP.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 5.392, de
11 de julio de 1988.

69
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

8. Vigencia de recargo de cotizaciones. El recargo de las cotizaciones regido por


el artículo 23 del D.S. Nº 173, de 1970, del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social, tiene un período de vigencia entre uno y tres años, por lo que no
resulta procedente que decretada la modificación de la cotización y fijado su
período de vigencia, pueda alterarse antes de que dicho término expire.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.643, de
16 de agosto de 1988.

9. Incremento de remuneraciones del D.L. Nº 3.501, y reajuste de remuneracio-


nes. De acuerdo con el inciso 2º del artículo 4º del D.L. Nº 3.501, de 1980,
y 5º del D.S. Nº 40, que lo reglamenta, los reajustes de remuneraciones
que produzcan efectos a contar del 1º de marzo de 1981 deben aplicarse
sobre las remuneraciones previamente incrementadas.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.677, de
16 de agosto de 1988.

10. Imponibilidad de asignación de movilización:


a) Por no constituir remuneración, según el artículo 40 del Código,
la asignación de movilización no es imponible, criterio que no ha sido
alterado por la Ley Nº 18.717, que sólo cambió su naturaleza de legal a
convencional.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.900, de
22 de agosto de 1988.
b) La derogación de la asignación de movilización dispuesta por el
artículo 4º de la Ley Nº 18.717, a contar del 1º de junio de 1988, permite
que ella se incorpore como tal –no imponible– a los contratos de los tra-
bajadores que la percibían a la fecha en virtud de lo resuelto por los ar-
tículos 8º inciso 2º de la Ley Nº 18.717 y 40 del Código del Trabajo. Como
el artículo 9º de la misma ley permite imputar hasta la suma de $ 1.000 al
monto del ingreso mínimo para esos mismos trabajadores tanto de la asig-
nación de movilización como de colación, ellas constituirían remunera-
ción y por tanto esa suma sería imponible.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.097, de 24
de agosto de 1988.

11. Efectos del incremento de remuneración del D.L. Nº 3.501 en el pago de in-
demnización por años de servicios. En el pago de la indemnización conven-
cional en contrato colectivo posterior al 28 de febrero de 1981, debe
distinguirse entre los trabajadores ingresados antes o después de esa fe-
cha. A los primeros se les debe rebajar el incremento de acuerdo al inci-
so 1º del artículo 4º del D.L. Nº 3.501, y no así a los segundos.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.087, de 3
de octubre de 1988.

12. Incremento de remuneraciones del D.L. Nº 3.501 para efectos de la determi-


nación de beneficios previsionales. Para los trabajadores con contrato vigente

70
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

al 28 de febrero de 1981, para los efectos de la determinación de benefi-


cios convencionales como indemnización especial por años servidos, debe
considerarse la remuneración sin el incremento del artículo 2º del D.L.
Nº 3.501. A los contratados con posterioridad no es necesario deducir el
incremento a menos de pacto en contrario.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.375, de
10 de octubre de 1988.

13. Remuneración imponible. El bono para la vivienda que la empresa otorga a


sus trabajadores en compensación del impuesto derogado por la Ley Nº 18.717
constituye, de acuerdo con el artículo 1º transitorio de la Ley Nº 18.620,
remuneración al considerarse el concepto de ella expresado en el artícu-
lo 40 del Código.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.702, de
20 de octubre de 1988.

14. Incremento de D.L. Nº 3.501 y concepto de remuneración. El incremento


otorgado a un trabajador por el D.L. Nº 3.501 no forma parte del suel-
do, remuneración o emolumentos para los efectos de las pensiones ali-
mentarias que se decreten judicialmente, ya que él sólo tuvo por objeto
mantener el monto total líquido de las remuneraciones, beneficios y
prestaciones al traspasar la carga de cotizaciones desde el empleador al
trabajador.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 9.747, de
21 de noviembre de 1988.

15. Cobro de cotizaciones en caso de quiebra. Los cobros de las deudas por co-
tizaciones en que mediare la quiebra del deudor deben formularse por
las Instituciones Previsionales con sus correspondientes reajustes o inte-
reses hasta la fecha de su pago.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.464, de
17 de febrero de 1989.

16. Cotizaciones que proceden en goce de subsidio por licencia de salud. Para
determinar las cotizaciones sobre subsidios por licencias por salud a que
se refiere el artículo 7º del D.F.L. Nº 44, debe estarse, de acuerdo con
la Ley Nº 18.768, a si ellas obedecen a un período anterior al 1º de enero
de 1988 o a uno posterior, ya que en el primer caso debe hacerse so-
bre la remuneración neta, esto es, su remuneración imponible con de-
ducción de la cotización para salud del 7%, del impuesto correspon-
diente y de las cotizaciones para pensiones, siempre que así lo hubiera
solicitado; en cambio, en el segundo caso debe efectuarse la cotización
para pensiones en los casos de opción y para salud para todo pensio-
nado.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.663, de
22 de febrero de 1989.

71
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

17. Cotizaciones obligatorias para pensionados:


a) De acuerdo con los artículos 17 y 69 del D.L. Nº 3.500, el pensiona-
do por vejez o invalidez o mayor de 65 años los varones y 60 las mujeres
debía efectuar únicamente la imposición para salud a que se refiere el ar-
tículo 84. Desde el 1º de enero de 1989, según los artículos 93 y siguientes
de la Ley Nº 18.768, debe efectuarse la cotización para pensiones solamen-
te en caso de opción por los interesados y para salud en todo caso.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.116, de
17 de abril de 1989.
b) De acuerdo al artículo 69 del D.L. Nº 3.500 de 1980, el afiliado al
nuevo sistema de pensiones mayor de 65 años si es hombre o mayor de
60 si es mujer, o el acogido a pensión de vejez o invalidez, que continúe
trabajando en forma dependiente deberá efectuar la cotización para sa-
lud y estará exento de cotización para el fondo de jubilación. En cambio
si el trabajador no está afiliado a una AFP debe cotizar en forma íntegra
en el INP no obstante su condición de jubilado.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.563, de
25 de octubre de 1990.

18. Fiscalización de cumplimiento de entero de cotizaciones previsionales. Com-


pete a los fiscalizadores de la Dirección del Trabajo velar por el cumpli-
miento de las obligaciones impuestas por el artículo 19 del D.L. Nº 3.500
por parte de las entidades pagadoras de subsidios, entre las que se en-
cuentran las Isapres. Para ello deben ajustarse a las instrucciones que im-
parta el organismo competente para interpretar la legislación previsional.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 3.680/056, de 17 de mayo
de 1989.

19. Cotizaciones previsionales en el exterior. Los tripulantes chilenos que fir-


man contrato con un empleador extranjero para servir en naves fuera del
territorio nacional no tienen derecho a exigir cotizaciones en una caja
de previsión de su país.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.135, de
26 de mayo de 1989.

20. Finiquito no impide cobro de cotizaciones adeudadas:


a) El finiquito laboral firmado entre las partes no impide que las ins-
tituciones previsionales cobren las cotizaciones adeudadas, cualesquiera
que sean la causa y forma de poner término al contrato, siempre que la
acción para ello no esté prescrita.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.198, de
26 de mayo de 1989.
b) Mientras la acción para cobrar las cotizaciones previsionales, apor-
tes y multas no haya prescrito, las instituciones previsionales podrán ejer-
cerla en contra del empleador deudor, cualesquiera que sean la forma y

72
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FÓRMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL

la causa del término del contrato, incluido el finiquito entre las partes de
la relación laboral, que no les empece por no haber sido partes en él.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.198, de
26 de mayo de 1989.
c) El finiquito de un contrato de trabajo válidamente otorgado y sin
reserva alguna de derechos puede ser revisado con el objeto de verificar
el cumplimiento de las obligaciones de carácter previsional, siempre que
la acción no estuviere prescrita, aplicación de Leyes Nos 17.322 y 15.386.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 5.571/81, de 24 de julio de 1989.

21. Monto mínimo imponible. Las cotizaciones que deben enterarse en el


ex Servicio de Seguro Social deben hacerse sobre la base de las remune-
raciones efectivamente percibidas, y si se labora el mes completo, aqué-
llas no pueden ser inferiores al ingreso mínimo.
Si se trabaja el mes completo, pero a jornada parcial, conforme al ar-
tículo 43 del Código, la cotización debe ser proporcional a la parte del
ingreso mínimo percibido.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.954, de
29 de agosto de 1989.

22. Pago de cotizaciones correspondientes a permisos sindicales. Corresponde al


sindicato la declaración y pago de las cotizaciones de los directores sindi-
cales por las horas de permiso legal.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 183, de 8
de enero de 1990.

23. Cotizaciones de trabajadores independientes. A los trabajadores indepen-


dientes que deben efectuar todas las cotizaciones de su peculio, incluidas
las de seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, para
el cálculo del subsidio que les corresponde por incapacidad laboral co-
mún, debe descontárseles la cotización básica y adicional que ellos efec-
túan.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 2.153, de 6
de marzo de 1990.

24. Cotizaciones correspondientes a subsidios. Los entes pagadores de subsidios


están obligados a efectuar las cotizaciones por los tres primeros días de una
licencia médica igual o inferior a 10 días que no generan subsidio, a con-
tar del 1º de enero de 1989, según los artículos 93 y 94 de la Ley Nº 18.768,
que modificó el artículo 22 del D.F.L. Nº 44, y el 17 del D.L. Nº 3.500.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 2.596, de
16 de marzo de 1990.

25. Fiscalización del cumplimiento de entero de cotizaciones previsionales. Corres-


ponde tanto a la Dirección del Trabajo como a las AFP velar porque los
empleadores enteren oportunamente las cotizaciones previsionales.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 2.933, de 7 de mayo de 1990.

73
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

26. Carácter de irrenunciable de beneficios previsionales:


a) Un pensionado no puede renunciar al beneficio otorgado, ya que
no sólo está dado en el interés individual, sino también en el de la colec-
tividad en general, que se ha esforzado por procurar otorgar a sus miem-
bros ciertas condiciones de trabajo, salud y estándar de vida, a través de
beneficios sociales, como lo es una pensión, por tanto su renunciabilidad
es inaceptable.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.831 de 28
de agosto de 1990.

b) En diversas leyes que regulan prestaciones de seguridad social se


establece el carácter de irrenunciable de estas prestaciones; este es el caso
de las pensiones de vejez de la Ley Nº 10.383, las que una vez concedidas
gozan de dicha irrenunciabilidad.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 11.397, de
10 de noviembre de 1992.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

1. Empleador puede asumir pago de cotizaciones previsionales que son de costo del
trabajador: Por un contrato individual o colectivo puede alterarse la nor-
ma del artículo 1º del D.L. Nº 3.501, que hace de cargo de los trabajado-
res el pago de cotizaciones y si el empleador asume esa carga no infringe
con ello el principio de la irrenunciabilidad de los derechos laborales.
Sentencia de la Corte Suprema de Justicia en recurso de queja
Nº 6.026, de 24 de marzo de 1988, causa XZ y otros con Importadora y
Exportadora XZ Limitada.

2. Aumento de remuneraciones no incluye incremento ordenado por D.L Nº 3501.


Si no se señala al otorgar nuevas remuneraciones que se incluye el incre-
mento, ello no puede presumirse, ya que tal circunstancia debe indicarse
expresamente.
Sentencia Corte Suprema de Justicia en recurso de queja Nº 7.562,
de 29 de agosto de 1988.

3. Improcedencia de aplicar sanciones que impliquen la pérdida de beneficios pre-


visionales. La institución previsional no puede oponer las excepciones de
caducidad y en subsidio la de prescripción por haber transcurrido ya más
de tres años desde el cese de las funciones.
Sentencia Corte Suprema de Justicia en recurso de queja Nº 719-88,
de 23 de agosto de 1990.

74
CAPÍTULO V

LA ADMINISTRACIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Generalmente en esta materia se adopta una de las alternativas siguien-


tes: administración de carácter estatal, administración efectuada por en-
tes privados o bien una forma que combine ambos sistemas, la que ha
predominado. Pero para poder discernir entre las diversas alternativas,
explicaremos brevemente sus fundamentos.
En forma previa debemos señalar que en Chile existen organismos
autónomos que integran la Administración del Estado como organismos
estatales, y en tal sentido, cuando dictan normas, están haciendo uso de
la potestad reglamentaria presidencial delegada; tienen un efecto muy se-
cundario dada la extensión reglamentaria de las leyes (S.N.S., FONASA, Ca-
jas de Previsión, etc.); otros son los que no integran la Administración
del Estado y tienen, por ende, más autonomía (Cajas de Compensación,
Mutualidades, Servicios de Bienestar; AFP e Isapres).
Ello es posible al no atribuirle al Estado el monopolio de la función
administrativa, y, por lo tanto, no concebirla como una potestad delega-
da, sino propia.

1. ESTATAL. La administración de carácter estatal implica que entes de di-


cha índole asumen, en forma exclusiva y excluyente, la operación y fisca-
lización del sistema. Este esquema ha sido adoptado por muchos países
europeos y latinoamericanos y predominó, casi sin contrapeso, en nues-
tro país hasta la reforma previsional de 1980, fundada en los nuevos con-
ceptos que sobre el particular estableció la Carta Fundamental del mismo
año.
Este sistema hace caer de lleno en el campo de lo público a la admi-
nistración y se opone radicalmente al principio de la subsidiariedad, el
cual no tiene cabida en un esquema de esta naturaleza.
Quienes lo apoyan argumentan en favor de la adecuada planifica-
ción que por su implantación puede lograrse, como asimismo las venta-
jas de unidad de criterio que lo inspiran; sus detractores señalan que se
concreta en forma burocrática, poco expedita y falto de eficiencia ad-
ministrativa.

75
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

2. PRIVADA. La administración de carácter privado, a su vez, significa ha-


cer una plena aplicación del principio de la subsidiariedad y entregar las
responsabilidades ya indicadas en manos de particulares, sin perjuicio de
los controles que el Estado desee reservarse para sí.
Este tipo de administración acepta diversos matices que hacen posi-
ble el concebir la administración por representantes de los propios inte-
resados directamente o bien a través de entidades representativas de sus
intereses, como es el caso de los sindicatos.
Este sistema permite, según la doctrina que lo apoya, una gran flexi-
bilidad y humanización de las relaciones entre el ente gestor y los coti-
zantes, a la vez que les otorga frecuentemente a estos últimos grandes
responsabilidades en la operación del Sistema, lo que les hace sentir un
mayor grado de compromiso con el éxito de la gestión.
Sus detractores se apoyan, principalmente, en hechos históricos, ar-
gumentando que este esquema corresponde a resabios de los gremios,
cofradías y mutualidades del siglo pasado, que en poco o nada se avie-
nen con los actuales requerimientos de administración; asimismo se le cri-
tica por el principio de fragmentación del sistema que lleva ínsito, fuente
fecunda de desorganización que impediría adoptar políticas de conjun-
to, a la par que estaría rompiendo el principio de la unidad, ya que cada
ente estaría desvinculado del otro.
Es de interés consignar que la opinión de la O.I.T. y de la Primera Con-
ferencia Interamericana de Seguridad Social ha sido concordante en es-
tablecer que los cotizantes deberían estar representados en los órganos
gestores de la Seguridad Social.
En nuestro país, las mutuales que atienden los accidentes del trabajo
y enfermedades profesionales han dado un claro y exitoso ejemplo en la
materia, a través de sus directorios paritarios. Otra señal está dada por la
participación de los trabajadores en el comité de usuarios implantado en
el Seguro de Desempleo.
De conformidad a la Constitución Política de 1980, al asumir el Estado
el rol de garante del sistema, señaló, en forma por lo demás expresa, que
las prestaciones se otorgarán a través de instituciones públicas y privadas,
con lo cual la opción quedó resguardada a nivel de Carta Fundamental.

3. EL ESTADO Y EL CONTROL DE LA SEGURIDAD SOCIAL. Independientemen-


te de la fórmula por la cual se opte para operar el Sistema de Seguridad
Social, siempre el Estado tendrá una función que ejercer con un mayor
o menor grado de intensidad: la de controlar el funcionamiento del mo-
delo en sí.
Razones existen muchas y variadas, pero baste con señalar la trascen-
dencia socioeconómica que involucra el sistema, sus hondas repercusio-
nes en la vida de los afiliados y sus familias y la envergadura de los recursos
en juego, para concluir que es imposible que no cumpla con dicha mi-
sión fundamental.
En Chile, esta función se ha cumplido habitualmente a través de los
organismos encargados de cautelar el cumplimiento de las leyes labora-

76
LA ADMINISTRACIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL

les, y muy en especial de la Dirección del Trabajo, la cual cuenta con una
estructura que le permite actuar con eficiencia en la materia.
A este respecto cabe consignar que la Dirección del Trabajo es hoy en
día un servicio público autónomo, que se relaciona con el Gobierno a
través del Ministerio del Trabajo y Previsión Social y que siempre ha teni-
do facultades inspectivas en materias laborales. Esta situación se vio re-
forzada con la promulgación de la Ley Nº 18.048, de 1981, la cual facultó
a sus fiscalizadores para controlar el cumplimiento de la legislación pre-
visional, lo que amplió el campo de acción para dicho servicio en Seguri-
dad Social.
Asimismo, el Código del Trabajo de 1987 le asignó la facultad de apli-
car sanciones por infracciones a la legislación de Seguridad Social y la com-
petencia exclusiva para controlar el cumplimiento de la legislación
previsional, sin perjuicio de las atribuciones que les corresponden a la Con-
traloría General de la República, a la Superintendencia de Seguridad Social, a la
Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones, y a la Superinten-
dencia de Isapres.
Estas últimas ejercen un control más bien de carácter técnico, que ha
tenido y tiene una importancia enorme, ya que a través de sus dictáme-
nes van fijando la interpretación de las normas en aplicación y ordenan
a los organismos bajo su control la adopción de las medidas pertinentes.
Dicha facultad ha hecho posible que se haya ido configurando una
extraordinaria jurisprudencia administrativa, de mucho valor y de mucho
contenido orientador, lo que sin duda ha permitido un adecuado encau-
zamiento de la labor que cumplen los órganos gestores del sistema, llá-
mense éstos INP, FONASA, AFP, Mutualidades de Empleadores, Isapres, CCAF
o AFC .
Estimamos que toda esta red, de amplio control administrativo, ha
permitido constatar, en especial al cotizante, que sus derechos se encuen-
tran resguardados eficientemente por organismos técnicos y de control
muy especializados.

77
CAPÍTULO VI

SISTEMAS DE FINANCIAMIENTO
DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Los sistemas más comunes para financiar la Seguridad Social son funda-
mentalmente el de reparto, capitalización colectiva y capitalización indi-
vidual.

1. REPARTO SIMPLE. El sistema de reparto simple se basa en obtener el equi-


librio anual entre el monto de los ingresos y el total de egresos del siste-
ma en dicho período, debiendo ser capaz de cubrir la totalidad de las
prestaciones y los gastos de administración del mismo.
El sistema se caracteriza por independizar la cotización del beneficio
que se recibe en estado de necesidad, por permitir gran injerencia del
Estado en su control y generalmente en su operación, y por estar fuerte-
mente apoyado en el principio de la solidaridad intergeneracional (acti-
vos financian a pasivos).
Usualmente se le ha utilizado para el pago de indemnizaciones en el
corto plazo (asignaciones familiares, por ej.), y para la concesión de pres-
taciones de carácter médico, no así para el pago de pensiones, las cuales
implican compromisos a largo plazo, esquema que no se ajusta en forma
adecuada a la concepción del sistema.

2. CAPITALIZACIÓN . El sistema de capitalización colectiva es aquel que es-


tima la totalidad de los aportes del conjunto de los activos como un todo,
y satisface las prestaciones que éstos requieran en algún instante, consi-
derándolos también como un todo. Este sistema ha sido utilizado prefe-
rentemente para cubrir los seguros de vejez.
El sistema de capitalización individual considera que las cotizaciones
de cada asegurado quedan afectadas para el pago de las prestaciones que
éstos soliciten en lo futuro. Se caracteriza por su gran coincidencia con
los seguros privados mercantiles, por hacerlo depender en gran medida
de la capacidad de ahorro y de ingresos del propio imponente y por atri-
buirle un carácter netamente subsidiario al Estado.
Se le ha utilizado en el pasado para financiar los llamados fondos de
retiro, y es el que informa actualmente el sistema de pensiones, que ad-
ministra las AFP, y el Seguro de Desempleo, que administra la AFC.

78
SISTEMAS DE FINANCIAMIENTO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

3. MIXTO . También se conoce un sistema llamado mixto, el cual reúne


anualmente las cotizaciones recaudadas y con ellas acumula un capital su-
ficiente para poder pagar la totalidad de las pensiones que se hayan con-
figurado durante dicho período hasta que éstas se extingan.
Se le ha utilizado preferentemente para el seguro de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales.
No es tan clara la calificación de los sistemas en cuanto a la bondad
de su utilización; más bien pareciera que la adecuada implementación y
operatoria de los mismos son los elementos que decidirán su éxito o fra-
caso. Se conocen experiencias muy diversas, en ambos sentidos.
En todo caso, lo más lógico desde un punto de vista técnico ha sido
el sistema de reparto en las obligaciones de corto plazo y el de capitaliza-
ción en aquellas de largo plazo, sin perjuicio de reconocer que el princi-
pio de la solidaridad se refleja en mejor forma en el sistema de reparto y
que la capitalización se aproxima claramente a un sistema de seguro pri-
vado.

79
Ya hemos tenido oportunidad de analizar el contenido de los seguros so-
ciales y observar cuál es su influencia e implicancia en la conformación
del complejo y diversificado cuadro de la Seguridad Social.
Su composición esquemática también hemos tenido oportunidad de
estudiarla a la luz de las distintas teorías y doctrinas que han seguido
de cerca su génesis, desarrollo y evolución, de todo lo cual fluye sin lu-
gar a dudas su calidad de eje central y pilar fundamental de la Seguri-
dad Social.
Su concreción en nuestra legislación ha tenido muestras muy tem-
pranas y pioneras, aberrantes en muchas ocasiones, al consagrar privi-
legios y discriminaciones altamente odiosos que favorecieron por lo
general a grupos de poder; también fueron complejas en su constitu-
ción, pues en escasas ocasiones ella obedeció a esquemas de desarrollo
orgánico-funcional, pero es indudable que su influencia en el marco so-
cioeconómico del país en los últimos 60 años ha sido de alta incidencia
e importancia.
En suma, un sistema con fallas, como toda obra humana, pero como
tal, perfectible y que paulatinamente ha ido acercándose a cumplir en
mejor forma su rol fundamental, en ayuda de quienes más lo requieren.
Difícil es unificar criterios en cuanto a cuál es su mejor y más adecua-
da conformación, régimen financiero y sistema de administración; mas
ello no es obstáculo para que todas las corrientes del pensamiento reco-
nozcan que el Sistema, en su conjunto, se ha ido perfeccionando cada
vez más, de tal modo que le ha permitido al país mantener una posición
de liderazgo y avanzada en la materia en nuestro Continente.
Con el fin de propender a su adecuada y cabal comprensión, hemos
seguido un orden de exposición que nos ha parecido el más lógico y di-
dáctico, siguiendo la idea de Beveridge en cuanto a que el Sistema debe
cubrir al ser humano “desde la cuna a la tumba”.
A tal efecto, en los capítulos siguientes analizaremos:
– la vinculación del afiliado al sistema en su régimen de salud, que
tiende a preservársela, y sus opciones frente a las contingencias en dicho
aspecto;

83
LAS PRESTACIONES

– su cobertura en caso de incapacidad laboral o bien de acaecerle un


accidente del trabajo o enfermedad profesional, con incidencia en toda
su amplia gama de prestaciones;
– luego nos ocuparemos de las prestaciones de vejez, invalidez y so-
brevivencia, las que serán analizadas a la luz de la importancia creciente
del Sistema más reciente, pero manteniendo breves referencias al régi-
men antiguo, dado que las disposiciones del mismo siguen teniendo vi-
gencia en paralelo;
– asimismo, serán explicitadas la prestaciones familiares, en su amplia
gama de beneficios, tan apreciados por los trabajadores;
– analizaremos también las opciones que tiene el trabajador frente al
flagelo del desempleo, con sus paliativos de capacitación, colocación, y
las prestaciones que otorga el novedoso seguro de desempleo que se ha
implantado en Chile;
– finalmente, se dará cuenta de las prestaciones enmarcadas dentro
de la asistencia social y de los servicios sociales.

84
CAPÍTULO VII

LA SALUD

I. RÉGIMEN PÚBLICO

1. MARCO CONCEPTUAL. Al tratar de los fundamentos de la Seguridad So-


cial ya nos hemos referido a esta materia y nos remitimos a ella. Mas es
válido reiterar que este derecho-obligación que tiene todo ser humano
se enmarca cabalmente dentro de la concepción amplia y moderna de la
Seguridad Social.
Su incidencia en el desarrollo socioeconómico de un país está más
allá de toda discusión; por ende, su regulación escapa al mero interés in-
dividual de una persona y pasa a constituir un objetivo de la comunidad
toda.
Su regulación en la Historia ha evolucionado desde la beneficencia
pública o privada para las personas de bajos ingresos (las de altos ingre-
sos tenían posibilidades de acceder en forma directa), época en que el
Estado era un mero espectador –salvo contadas excepciones–, hasta que
en la segunda mitad del siglo XIX, éste comienza a abandonar su inercia
y los particulares, por medio del mutualismo, emprenden las primeras
obras concertadas a su respecto. La aparición de los seguros sociales ter-
mina de hacer conciencia en relación a la materia y entra a suplir las ca-
rencias que sobre ésta presentan las personas de escasos recursos.
Con posterioridad emerge el concepto de Medicina Social, más amplio
que el tradicional y que no se conforma con la mera recuperación del en-
fermo, sino que avanza hacia la posición de investigar y detectar precoz-
mente las enfermedades, sobre todo las que tienen carácter de crónicas.
La siguiente etapa, aún vigente, dice relación con la administración
del sistema, punto en el cual se debaten, por una parte, el derecho del
beneficiario a optar entre sistemas privados o públicos, y, por otra, si al
interior de cada sistema se puede optar por una libre atención de un pro-
fesional o debe, por el contrario, sujetarse a un sistema de adscripción
obligatoria; nuestro país no ha escapado a dicha discusión y, aunque hoy
en día se está ante un régimen uniforme, haremos una breve síntesis de
las prestaciones que se otorgaban antes de su implantación, debido a su
indudable interés conceptual e histórico.

85
LAS PRESTACIONES

Así, en materia de Medicina Preventiva, la señera Ley Nº 6.174, de 1938,


aplicable en general a todos los sectores de la población, hizo suyos dos
postulados básicos de mucha importancia: la vigilancia de la salud y la
constante preocupación por prevenir el desarrollo de las enfermedades
por medio de su detección a tiempo.
Otorgaba prestaciones consistentes en exámenes de salud, tratamien-
to médico gratuito, reposo preventivo y subsidio de reposo y la manten-
ción del empleo, con fuero de hasta seis meses después de ser dado de
alta, a menos que el trabajador incurriere en causal de término de con-
trato imputable a su persona.
En lo relativo a la Medicina Curativa, se distinguía entre la Ley
Nº 10.383, para el denominado sector trabajador, y la Ley Nº 16.701, apli-
cable a los empleados particulares y al sector público.
Los trabajadores y sus familias, con ciertas limitantes, mediante su sola
afiliación accedían a tratamientos médicos y quirúrgicos y atención den-
tal, todo ello conforme al reglamento respectivo; incluía la asistencia del
embarazo, parto y puerperio de la cónyuge y gozaban de un subsidio cuan-
do la enfermedad los incapacitaba más allá de 3 días, a base del prome-
dio del salario de los últimos 6 meses.
En el caso de los empleados, se contemplaban los beneficios de asis-
tencia médica y dental para los imponentes de las entidades gestoras y se
otorgaban, en este caso, por el sistema funcionario y administrativo o por
el sistema de libre elección, bonificándose parte del costo de la atención
mediante los llamados “bonos” de SERMENA.
Establecía, además, el subsidio de medicina curativa para los referidos
trabajadores cuando se incapacitaban más allá de 3 días, el que alcanzaba
al 85% del promedio del sueldo imponible de los últimos 6 meses calenda-
rio, durante todo el tiempo de la enfermedad, salvo el caso de los emplea-
dos públicos, quienes gozaban de la totalidad de sus remuneraciones.
Bastaba la simple afiliación para gozar de los beneficios y también in-
cluía las prestaciones por maternidad para la cónyuge del afiliado.
El D.F.L. Nº 44, de 1978, vino a establecer normas comunes respecto
de los trabajadores dependientes del sector privado y de los trabajadores
del Estado que se encontraban afectos a las leyes ya citadas para los subsi-
dios por incapacidad laboral, a excepción del regido por la Ley Nº 16.744,
sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, situación que
se mantiene hoy en día, como se explicará más adelante.
Esta estructura se mantuvo sin alteraciones mayores hasta fines de la
década de los 70, época en la que se comenzaron a vislumbrar cambios
de envergadura, en consonancia con el esquema que deseaba implantar
la nueva Constitución Política que se avecinaba.

2. PROTECCIÓN LEGAL DE LA SALUD. La Ley Nº 18.469, de 23 de noviem-


bre de 1985, vino a regular el ejercicio del derecho constitucional a la
protección de la salud que contempla para todas las personas el Nº 9 del
artículo 19 de la Carta Fundamental. Según el artículo 1º de la ley, su ejer-
cicio comprende el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción,

86
LA SALUD

protección y recuperación de la salud, y a aquellas que estén destinadas a


la rehabilitación del individuo, así como la libertad de elegir el sistema
de salud estatal o privado al cual cada persona desee acogerse.
La acción de asegurar la salud de los habitantes de la República es
responsabilidad de los organismos que integran el Sistema Nacional de
Servicios de Salud (art. 3º), función que debe entenderse radicada en el
Ministerio de Salud y demás entes creados por el Decreto Ley Nº 2.763
de 1979 (art. 11). Dichos establecimientos no pueden negar atención a
quien lo requiera, ni condicionarla al pago de tarifas o aranceles, sin per-
juicio de las contribuciones que exige la ley e incluyendo en las presta-
ciones aquellas acciones de promoción, protección y otras relativas a las
personas o al ambiente que se determinen en los programas y planes que
fije el Ministerio de Salud (artículos 2º y 10).

3. AFILIADOS Y BENEFICIARIOS.
Los afiliados son:
1) Los trabajadores dependientes de los sectores público y privado;
los trabajadores que hayan efectuado 4 meses de cotizaciones dentro de
los últimos 12 meses en virtud de contratos por obra o faena determina-
da, mantendrán la calidad de afiliados por un período de 12 meses a con-
tar desde la última cotización. Similar beneficio tienen los dependientes
contratados diariamente por turnos o jornadas que registren al menos 60
días de cotizaciones en los últimos 12 meses calendario.
2) Los trabajadores independientes que coticen en cualquier régimen
legal de previsión;
3) Las personas que coticen en calidad de imponentes voluntarios en
cualquier régimen legal de previsión, y
4) Las personas que gocen de algún tipo de pensión previsional o de
un subsidio por incapacidad laboral o por cesantía.
La incorporación se produce automáticamente al adquirirse cualquie-
ra de dichas calidades y se mantendrá mientras ellas subsistan; los afilia-
dos deben efectuar en el Fondo Nacional de Salud las cotizaciones que
determine el nuevo régimen (7%) o el antiguo (variable según Caja) (ar-
tículos 5º y 7º).
Los beneficiarios son:
1) Todos los que tengan el carácter de afiliados al sistema;
2) Los causantes por los cuales los trabajadores dependientes y los pen-
sionados perciban asignación familiar, y las personas que, respecto de los
trabajadores independientes e imponentes voluntarios, cumplan con los
requisitos para ser causantes de asignación familiar de un trabajo depen-
diente;
3) La mujer embarazada –aun cuando no sea afiliada ni beneficiaria–,
que cuenta con la protección del Estado durante el embarazo y hasta el
6º mes del nacimiento del hijo, la que comprenderá el control del emba-
razo y el puerperio, y la protección y control de la salud del niño recién
nacido hasta los 6 años;

87
LAS PRESTACIONES

4) Las personas carentes de recursos o indigentes y aquellas que go-


cen de pensiones asistenciales en conformidad al Decreto Ley Nº 859, de
1975, y
5) Los causantes del subsidio familiar establecido en la Ley Nº 18.020
(art. 6º).

4. PRESTACIONES MÉDICAS. Los beneficiarios tendrán derecho a recibir del


régimen las siguientes prestaciones:
1) El examen de medicina preventiva, constituido por un plan perió-
dico de monitoreo y evaluación de la salud a lo largo del ciclo vital con
el propósito de reducir la morbimortalidad o sufrimiento, debido a aque-
llas enfermedades o condiciones prevenibles o controlables, que formen
parte de las prioridades sanitarias. Para su inclusión en el examen de me-
dicina preventiva solo deberán ser consideradas aquellas enfermedades o
condiciones paras las cuales existe evidencia del beneficio de la detección
temprana en un individuo asintomático. El Ministerio de Salud definirá,
entre otros, los procedimientos, contenidos, plazo, y frecuencia del examen,
fijando condiciones equivalentes para los sectores público y privado; sus re-
sultados deben ser manejados como datos sensibles 37 y las personas exami-
nadas no podrán ser objeto de discriminación a consecuencia de ellos.38
2) La asistencia médica curativa, lo que incluye consulta, exámenes y
procedimientos diagnósticos y quirúrgicos, hospitalización, atención
obstétrica, tratamientos, incluidos los medicamentos contenidos en el
Formulario Nacional, y demás atenciones y acciones de salud que se esta-
blezcan; también se incluye en ella la atención del parto, y
3) La atención odontológica, en la forma que determine el reglamen-
to (art. 8º) y en la medida que exista disponibilidad presupuestaria (art. 14).
Como ya se ha señalado, el otorgamiento de las prestaciones se con-
cederá por los establecimientos de salud correspondientes a la red asis-
tencial de cada Servicio de Salud, y los Establecimientos de Salud de
carácter experimental, donde los beneficiarios deberán acudir para ser
atendidos, a menos que opten por la modalidad de la libre elección, caso
en el que podrán elegir tanto el profesional como la entidad en la cual
atenderse (arts. 11 y 12).
La modalidad de la libre elección parte de la base de retribuir la pres-
tación que reciba el beneficiario de acuerdo a un arancel financiado par-

37
Ver al efecto letra g) del artículo 2º de la Ley Nº 19.628, sobre “Protección de la Vida
Privada”.
38
Este texto corresponde a la modificación introducida por el numeral 2) del artículo
34 de la Ley Nº 19.966 (D.O. de 03.09.2004), que estableció un Régimen de Garantías ex-
plícitas en materia de salud. Anteriormente, la disposición se refería a la pesquisa oportuna
de enfermedades como la tuberculosis, las enfermedades de transmisión sexual, el glauco-
ma, el cáncer, la diabetes, las cardiopatías, la hipertensión, la insuficiencia renal crónica y
las demás enfermedades que determinase el Ministerio de Salud, y cuyo diagnóstico y tera-
péutica precoz pudieren prevenir una evolución irreversible.

88
LA SALUD

cialmente por el afiliado, siéndole bonificada por el Fondo Nacional de


Salud hasta en un 50% de costo arancel, salvo el parto, cuya atención es
bonificada en un 75%.
Para ello, los profesionales y los establecimientos que decidan otor-
gar prestaciones a los beneficiarios del régimen deberán inscribirse en un
rol por grupos diferenciados que llevará el Fondo Nacional de Salud; no
pueden figurar en más de un grupo, pero sí pueden traspasarse de uno a
otro. La tuición y fiscalización de esta modalidad le corresponden al Fondo
Nacional de Salud (arts. 12 y 13).
Cabe consignar, en armonía con los principios ya descritos que infor-
man la ley, que las personas carentes de recursos tienen derecho a reci-
bir gratuitamente todas estas prestaciones (art. 17).

5. PRESTACIONES PECUNIARIAS. Los afiliados que hagan uso de licencia por


incapacidad para trabajar, por enfermedad o accidente que no sea del tra-
bajo, tienen derecho a percibir un subsidio de enfermedad, el que se rige
por el D.F.L. Nº 44, ya citado; dicho cuerpo legal regula también lo rela-
tivo al otorgamiento del subsidio de maternidad.
Cabe señalar que, tratándose de trabajadores independientes que se
encuentren cotizando en algún régimen previsional; la ley les exige, ade-
más, que cuenten con licencia médica autorizada, 12 meses de afiliación
en el período inmediatamente anterior, 6 meses de cotizaciones continuas
o discontinuas dentro de los últimos 12 meses y estar al día en sus cotiza-
ciones, entendiéndose por tal al que hubiere pagado la cotización corres-
pondiente al mes anterior a aquel en que se produzca la incapacidad.
El pago del subsidio se debe requerir en el respectivo Servicio de Sa-
lud, Caja de Compensación o Institución de Salud Previsional, según co-
rresponda; por expreso mandato de la ley, los empleados públicos tendrán
derecho a su licencia en conformidad a lo que disponga la Ley Nº 18.834,
de 23 de septiembre de 1989.
Los trabajadores dependientes gozarán de fuero laboral durante el pe-
ríodo que gocen de licencia por enfermedad; de acuerdo a la anterior le-
gislación de medicina preventiva, el fuero se extendía al reposo preventivo,
hasta la recuperación de su afección o su declaración de irrecuperabilidad.
Las prestaciones pecuniarias son incompatibles entre sí, con las de la
Ley Nº 16.744, y con el subsidio de cesantía; el derecho a impetrar el sub-
sidio por incapacidad laboral prescribe en 6 meses desde el término de
la respectiva licencia (arts. 18 a 24).

6. DESAFILIACIÓN . Los afiliados pueden optar en cualquier instante por


ingresar a una Institución de Salud Previsional (Isapres), en la forma y
condiciones que establece la Ley Nº 18.933. Debe destacarse que quienes
hayan optado por incorporarse a una de dichas instituciones, retornarán
automáticamente al Régimen Público, con todos los derechos y obliga-
ciones que establece esta ley, al término de los contratos que celebren con
tales entidades, a menos que opten por afiliarse a otra Isapre o bien pre-
fieran permanecer en la misma.

89
LAS PRESTACIONES

Los afiliados a una Isapre no gozan de bonificación por sus cotizacio-


nes de parte del Fondo, debiendo sufragar el valor total de ellas; estas ins-
tituciones están obligadas a otorgar las prestaciones de medicina
preventiva, protección a la mujer embarazada y al menor de 6 años, y el
subsidio por enfermedad, sin costo adicional sobre la cotización básica
que se establezca al efecto (artículos 25 y 26).

7. FINANCIAMIENTO DEL RÉGIMEN. Fuera de los recursos que establezcan


las leyes, el financiamiento se construye a base de los copagos que reali-
zan los beneficiarios y los no beneficiarios por los servicios y atenciones
que solicitan.
Además, los afiliados contribuirán con el pago directo que hagan de
las prestaciones, de conformidad a un arancel fijado por los Ministerios
de Salud y de Economía, clasificándose a las personas en 4 tramos, según
su nivel de ingresos; dichos valores se reajustan periódicamente y cabe
consignar que el grupo “A” comprende a los indigentes, los beneficiarios
de pensiones asistenciales regidas por el D.L. Nº 869 y los causantes del
subsidio de asignación familiar de la Ley Nº 18.020.
Dichos tramos cobran importancia en el momento de determinar la
contribución del Estado. Hasta el 14 de mayo del año 2000, éste cubría
el valor total de las prestaciones respecto de los grupos “A” y “B”; no po-
día ser inferior su contribución al 75% respecto del grupo “C” ni al 50%
respecto del grupo “D”; la diferencia debía cubrirla el afiliado, salvo que
el Director del Servicio de Salud, en casos excepcionales y por motivos
fundados, condonase total o parcialmente dicha diferencia.39

39
Por Resolución Nº 1.135 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 29.9.94), a contar del
31 de julio de 1995, los tramos pasaron a ser los siguientes: Grupo B: afiliados cuyo ingreso
mensual no exceda de $ 55.901. Grupo C: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 55.901 e inferior a $ 87.343. Grupo D: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 87.343.
Por Resolución Nº 795 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 26.7.95), a contar del 31
de julio de 1995, los tramos pasaron a ser los siguientes: Grupo B: afiliados cuyo ingreso
mensual no exceda de $ 59.154. Grupo C: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 59.154 e inferior a $ 92.426. Grupo D: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 92.426.
Por Resolución Nº 1.217 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 31.7.96), a contar del
31 de julio de 1996, los tramos pasaron a ser los siguientes: Grupo B: afiliados cuyo ingreso
mensual no exceda de $ 63.508. Grupo C: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 63.508 e inferior a $ 99.229. Grupo D: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a 99.229.
Por Resolución Nº 1.030 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 26.7.97), a contar del
31 de julio de 1997, los tramos pasaron a ser los siguientes: Grupo B: afiliados cuyo ingreso
mensual no exceda de $ 71.400. Grupo C: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 71.400 e inferior a $ 104.439 Grupo D: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 104.439.
Por Resolución Nº 1.327 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 10.7.98), a contar del
31 de julio de 1998, los tramos pasaron a ser los siguientes: Grupo B: afiliados cuyo ingreso
mensual no exceda de $ 80.500. Grupo C: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 80.500 e inferior a $ 110.120. Grupo D: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
110.120.

90
LA SALUD

A contar del año 2000, en virtud del artículo 2º Nº 3 de la Ley


Nº 19.650, en concordancia con el artículo 29 de la Ley Nº 18.469, dicha
modalidad cambió, determinándose que, a contar del 15 de mayo del año
2000, se modificaba el nivel de ingresos que define el copago, pasando
los tramos a ser los siguientes:
Grupo A: Indigentes o carentes de recursos; beneficiarios de pensio-
nes asistenciales y causantes de asignación familiar: no tienen porcentaje
de copago.
Grupo B. Afiliados cuyos ingresos mensuales no excedan del ingreso
mínimo mensual o bien que, siendo superior a éste, no excedan de 1,46
veces dicho monto, siempre que tengan 3 o más cargas legales: no tiene
porcentaje de copago.
Grupo C. Afiliados cuyos ingresos mensuales sean superiores al ingre-
so mínimo mensual y hasta 1,46 veces dicho monto, siempre que sus car-
gas legales no excedan de dos, o superiores a este último monto, siempre
que cuenten con 3 o más cargas legales: tienen un porcentaje de copago
del 10%.
Grupo D: Afiliados cuyos ingresos mensuales sea superiores a 1,46 ve-
ces el ingreso mínimo mensual, siempre que sus cargas legales no exce-
dan de dos: tienen un porcentaje de copago del 20%.40

Por Resolución Nº 1.197 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 3.11.99), a contar del
31 de julio de 1999, los tramos pasaron a ser los siguientes: Grupo B: afiliados cuyo ingreso
mensual no exceda de $ 90.500. Grupo C: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 90.500 e inferior a $ 114.826. Grupo D: afiliados cuyo ingreso mensual sea superior a
$ 114.826.

40
Por Resolución Nº 950 Exenta del Ministerio de Salud (D.O. 15.5.00), a contar del
15 de mayo del año 2000, así se estableció en forma reglamentaria y para lo sucesivo.
De ello se sigue que, a contar del 1º de junio del año 2000, los tramos pasaron a ser los
siguientes:
Grupo A: Indigentes o carentes de recursos; beneficiarios de pensiones asistenciales y
causantes de asignación familiar: no tenían porcentaje de copago.
Grupo B: Afiliados cuyos ingresos mensuales no excediesen de $ 100.000 o bien, que,
siendo superior a éste, no excediesen de $ 146.000, siempre que tuviesen 3 o más cargas
legales: no tenían porcentaje de copago.
Grupo C: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 100.000 y hasta
$ 146.000, siempre que sus cargas legales no excediesen de dos, o siendo superiores a este
último monto, siempre que contasen con 3 o más cargas legales: tenían un porcentaje de
copago del 10%.
Grupo D: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 146.000, siempre que
sus cargas legales no excediesen de dos: tenían un porcentaje de copago del 20%.
A contar del 1º de junio del año 2001, los tramos pasaron a ser los siguientes:
Grupo A: Indigentes o carentes de recursos; beneficiarios de pensiones asistenciales y
causantes de asignación familiar: no tenían porcentaje de copago.
Grupo B: Afiliados cuyos ingresos mensuales no excediesen de $ 105.500 o bien que,
siendo superior a éste, no excediesen de $ 154.030, siempre que tuviesen 3 o más cargas
legales: no tenían porcentaje de copago.

91
LAS PRESTACIONES

Ello ha implicado un cambio en el financiamiento, ligándolo directa-


mente con las variaciones del ingreso mínimo y tornándolo más solida-
rio, en directo beneficio de los más desposeídos.
Los afiliados pueden, asimismo, solicitar al Fondo el otorgamiento de
préstamos para financiar el todo o parte del diferencial referido, los cua-
les se otorgarán con cargo a su fondo de préstamos médicos.
La identificación de los beneficiarios y su adscripción al grupo que le
corresponda según su nivel de ingreso deben constar en una credencial
que proporciona el Fondo Nacional de Salud, salvo el caso de los indi-

Grupo C: Afiliados cuyos ingresos mensuales sean superiores a $ 105.500 y hasta


$ 154.030, siempre que sus cargas legales no excediesen de dos, o siendo superiores a este
último monto, siempre que contasen con 3 o más cargas legales: tenían un porcentaje de
copago del 10%.
Grupo D: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 175.200, siempre que
sus cargas legales no excediesen de dos: tenían un porcentaje de copago del 20%.
A contar del 1º de julio del año 2002, los tramos pasaron a ser los siguientes:
Grupo A: Indigentes o carentes de recursos; beneficiarios de pensiones asistenciales y
causantes de asignación familiar: no tenían porcentaje de copago.
Grupo B: Afiliados cuyos ingresos mensuales no excediesen de $ 111.200 o bien que,
siendo superior a éste, no excediesen de $ 162.352, siempre que tuviesen 3 o más cargas
legales: no tenían porcentaje de copago.
Grupo C: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 111.200 y hasta
$ 162.352, siempre que sus cargas legales no excediesen de dos, o siendo superiores a este
último monto, siempre que contasen con 3 o más cargas legales: tenían un porcentaje de
copago del 10%.
Grupo D: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 162.352, siempre que
sus cargas legales no excediesen de dos: tenían un porcentaje de copago del 20%.
A contar del 1º de julio del año 2003, los tramos pasaron a ser los siguientes:
Grupo A: Indigentes o carentes de recursos; beneficiarios de pensiones asistenciales y
causantes de asignación familiar: no tenían porcentaje de copago.
Grupo B: Afiliados cuyos ingresos mensuales no excediesen de $ 115.648 o bien que,
siendo superior a éste, no excediesen de $ 168.847, siempre que tuviesen 3 o más cargas
legales: no tenían porcentaje de copago.
Grupo C: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 115.648 y hasta
$ 168.847, siempre que sus cargas legales no excediesen de dos, o siendo superiores a este
último monto, siempre que cuenten con 3 o más cargas legales: tenían un porcentaje de
copago del 10%.
Grupo D: Afiliados cuyos ingresos mensuales fueren superiores a $ 168.847, siempre que
sus cargas legales no excediesen de dos: tenían un porcentaje de copago del 20%.
A contar del 1º de julio del año 2004, los tramos han pasado a ser los siguientes:
Grupo A: Indigentes o carentes de recursos; beneficiarios de pensiones asistenciales y
causantes de asignación familiar: no tienen porcentaje de copago.
Grupo B: Afiliados cuyos ingresos mensuales no excedan de $ 120.000 o bien que, sien-
do superior a éste, no excedan de $ 175.200, siempre que tengan 3 o más cargas legales: no
tienen porcentaje de copago.
Grupo C: Afiliados cuyos ingresos mensuales sean superiores a $ 120.000 y hasta
$ 175.200, siempre que sus cargas legales no excedan de dos, o siendo superiores a este úl-
timo monto, siempre que cuenten con 3 o más cargas legales: tienen un porcentaje de co-
pago del 10%.
Grupo D: Afiliados cuyos ingresos mensuales sean superiores a $ 175.200, siempre que
sus cargas legales no excedan de dos: tienen un porcentaje de copago del 20%.

92
LA SALUD

gentes, quienes acreditan su calidad mediante los elementos que indica


el reglamento.
Mediante una modificación introducida por la ley que estableció el
Régimen de Garantías de Salud,41 se determinó que la Tesorería General
de la República podrá retener de la devolución de impuestos a la renta y
de cualquier otra devolución o crédito fiscal a favor del contribuyente,
las sumas que éste adeude al FONASA o a las entidades públicas que for-
man parte del Sistema Nacional de Servicios de Salud, por concepto de
atenciones recibidas por aquél o por sus beneficiarios en los establecimien-
tos de la Red Asistencial correspondiente, siempre que no exista litigio
pendiente en que se controvierta le existencia de la deuda, su monto o
su exigibilidad. Para dichos efectos, el FONASA pondrá en conocimiento
de la Tesorería, el día 31 de marzo de cada año, la individualización de
los deudores y el monto a retener a cada uno de ellos.

II. LAS INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL (ISAPRES)

Corresponden a aquellas instituciones genéricamente conocidas como


“entidades de administración especializada”, similares a las mutualidades
en el caso de Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesiona-
les, pero su diferencia estriba en que las denominadas Isapres pueden te-
ner fines de lucro y las Mutualidades no; más específicamente, representan
una genuina expresión de la gestión privada en la administración de de-
terminados beneficios sociales, en aplicación del principio de subsidiarie-
dad que recoge nuestra Carta Fundamental.
Tal como ya se ha señalado anteriormente, la Ley Nº 18.469, sobre
Prestaciones de Salud, contempla la opción los afiliados, de adscribirse al
sistema que deseen, ya sea estatal o privado; en caso de no ejercer op-
ción alguna, se les considera, de pleno derecho, adscritos al sistema esta-
tal, esto es, FONASA.

1. CONCEPTO. Son entidades que tienen por objetivo exclusivo el otorga-


miento de las prestaciones y beneficios de salud, ya sea directamente o a
través del financiamiento de las mismas, y de las actividades que sean afi-
nes o complementarias de ese fin, con cargo al aporte de la cotización
legal para salud, o a una superior convenida, a las personas indicadas en
el artículo 5º de la ley Nº 18.469. Son personas jurídicas, ya sea de Dere-
cho Público como Privado, con o sin fines de lucro, y se encuentran es-
pecialmente fiscalizadas por la Superintendencia de Instituciones de Salud
Previsional, donde deben registrase como tales.
Se les denomina como “abiertas” o “cerradas” en la medida que acep-
tan todo tipo de afiliados o bien solamente a trabajadores de una empre-
sa o un grupo de ella.

41
Ley Nº 19.966 (D.O. de 03.09.2004); numeral 4 de su artículo 34.

93
LAS PRESTACIONES

2. CONSTITUCIÓN. Su Estatuto Orgánico lo constituye la Ley Nº 18.933. 42


Para constituirse, deberán contemplar en su objeto social el otorga-
miento de prestaciones y beneficios de salud, ya sea directamente o a tra-
vés del financiamiento de las mismas.
Deberán, asimismo, acreditar y mantener un capital mínimo de
5.000 UF, el cual debe estar enterado al momento de solicitar su inscrip-
ción en el Registro que lleva la Superintendencia. Dicha inscripción o re-
gistro es indispensable para que puedan captar las cotizaciones para salud
establecidas en los artículos 84 y 92 del D.L. Nº 3.500; la Superintendencia
calificará la solicitud en un plazo no mayor de 60 días. En caso de rechazo,
la entidad afectada puede solicitar reposición de la resolución que rechace
su solicitud de inscripción, dentro del plazo de 10 días de ser notificada.
Además, deben constituir, al momento de ser registradas, una garan-
tía en la Superintendencia equivalente a 2.000 UF. La ley establece ade-
más una serie de mecanismos financieros de resguardo destinados a
asegurar la efectividad de la garantía.
Asimismo, las Isapres mantendrán en alguna entidad autorizada por
ley para realizar el depósito y custodia de valores una garantía equivalen-
te al monto de las obligaciones que se señalan a continuación:
1. Respecto de los cotizantes y beneficiarios, las obligaciones por con-
cepto de prestaciones por pagar, prestaciones en proceso de liquidación,
prestaciones ocurridas y no reportadas, prestaciones en litigio, exceden-
tes de cotizaciones, cotizaciones por regularizar y cotizaciones enteradas
anticipadamente.
2. Respecto de los prestadores de salud, las obligaciones derivadas de
prestaciones de salud otorgadas a los cotizantes y beneficiarios de la Isapre.
La ley señala específicamente en qué tipos de instrumentos se debe
invertir la garantía, los que son del todo similares a los que contempla el
D.L. Nº 3.500 para los efectos de las inversiones de los Fondos de Pensio-
nes, y la Superintendencia de Isapres dictará instrucciones de carácter ge-
neral para definir las condiciones de diversificación, emisor, clasificación
de riesgo, presencia bursátil, valor de mercado y nivel de liquidez.
La actualización de la garantía no podrá exceder de 30 días.
La citada garantía es inembargable, no obstante lo cual la Superinten-
dencia en caso de cancelación del registro de una entidad, puede, mediante
resolución fundada hacerla efectiva, y destinarla, total o parcialmente, a
las siguientes finalidades:
a) Al pago de las obligaciones de la Isapre para con los cotizantes,
sus cargas y terceros beneficiarios;
b) al pago de las obligaciones de la Isapre para con los prestadores
de salud respecto de las obligaciones devengadas a esa fecha y que pro-

42
Las Isapres fueron creadas mediante el D.F.L. Nº 3, de 1981, cuerpo legal que fue
reemplazado posteriormente por la Ley Nº 18.933 (D.O. 9.3.90); ésta a su vez, ha sido mo-
dificada o complementada por la Leyes Nos 19.381 (D.O. 3.5.95); 19.650 (D.O. 24.12.99);
19.895 (D.O. 28.08.03); 19.937 (D.O. 24.02.04) y 19.966 (D.O. 03.09.04).

94
LA SALUD

vengan de prestaciones de salud otorgadas a los cotizantes y beneficiarios


de la Isapre, o que emanen de convenios de salud celebrados con dicha
institución para la atención de los mencionados cotizantes y beneficiarios;
c) al pago de las cotizaciones que correspondan a la Isapre o al
FONASA, y
d) al pago de las demás obligaciones que, conforme a la ley, deban
ser cubiertas por la garantía.

3. COTIZACIONES. Los trabajadores que opten por aportar su cotización a


una Isapre deben suscribir un contrato con ésta (“contrato de salud”), el
que la Isapre pondrá en conocimiento de la Superintendencia, y del em-
pleador –en caso de tratarse de un trabajador dependiente– o de la enti-
dad encargada del pago de la pensión –si el cotizante fuere pensionado–
antes del día 10 del mes siguiente al de la suscripción.
El sistema de integro de las cotizaciones se encuentra regulado en la
ley en forma muy similar a lo establecido en general para todas las cotiza-
ciones de Seguridad Social, por lo que nos remitimos a lo explicado en
su oportunidad en relación a esta materia.43
Cabe consignar que la Ley Nº 18.566, de 30 de octubre de 1986, esta-
bleció la posibilidad de una cotización adicional del 2% de cargo patro-
nal, descontable de impuestos, y sin que la cotización básica y ésta
excedieren de 4,2 UF mensuales, en favor de aquellos trabajadores afilia-
dos a una Isapre, opción que fue derogada mediante el artículo 4º de la
Ley Nº 19.650 (D.O. 24.12.99), fijando un período de transición de 3 años
para aquellos trabajadores que se encontraban acogidos a ese subsistema
de financiamiento de planes.
En virtud de una modificación introducida por la Ley Nº 19.381, toda
vez que se produjeren excedentes de la cotización legal en relación con
el plan convenido (con motivo del pago de gratificaciones o bonos espo-
rádicos, por ej.), éstos serán de propiedad del afiliado e inembargables,
aumentando la masa hereditaria en el evento de fallecimiento, a menos
que el afiliado renuncie a ellos y los destine al financiamiento de benefi-
cios adicionales de los contratos.
Dichos excedentes se acumularán en una cuenta individual (similar
a las de las AFP) que la Isapre deberá abrir a favor del afiliado, a menos
que el afiliado renuncie a ellos y prepacte con la Isapre que los exceden-
tes que se produzcan en la anualidad serán destinados a financiar un plan
de salud que le otorgue mayores beneficios.
En todo caso, el afiliado o beneficiario podrá disponer del excedente
acumulado para los siguientes fines: a) cubrir cotizaciones en caso de ce-
santía; b) cubrir aquella parte de su cargo (copago); c) financiar presta-
ciones no cubiertas por el contrato; d) cubrir cotizaciones adicionales
voluntarias; e) financiar planes de salud cuando el afiliado reúna los re-
quisitos que la ley establece para pensionarse, durante el lapso compren-

43
Ver en Capítulo IV acápite La Cotización.

95
LAS PRESTACIONES

dido entre la solicitud de jubilación y el momento en que ésta se haga


efectiva.
Debe tenerse presente que el monto de estos excedentes asignados a
cualquiera de las finalidades descritas no podrá superar el 10% de la co-
tización legal para salud, calculada sobre el monto promedio de los últi-
mos tres meses de la remuneración, renta o pensión, pero siempre la
totalidad de los mismos incrementarán la cuenta corriente del afiliado.
Los fondos acumulados en dicha cuenta corriente se reajustan y deven-
gan interés.
Los fondos aludidos cuando no sean utilizados en un período anual,
serán traspasados al siguiente; si el afiliado se cambia de Isapre, se le tras-
pasan los fondos. Igual cosa ocurre si se traslada al FONASA, con la dife-
rencia de que en dicho caso, ellos se colacionan, por tratarse de un fondo
común, perdiendo su individualidad.
Cuando por cualquier causa se ponga fin a un contrato, la Isapre de-
berá entregarle al afiliado, en un plazo máximo de 30 días contado des-
de el término, una liquidación en la que se detalle el monto de lo
acumulado en la cuenta abierta por ella a su favor; lo mismo ocurrirá al
cumplimiento de cada anualidad, con a lo menos 60 días de anticipación
a dicha instancia.
Cabe señalar que este aspecto de los excedentes fue ampliamente re-
sistido por las Isapres, las que estimaron que estos excedentes, no siendo
de un monto significativo, el Sistema los utilizaba para compensar al in-
terior de cada Isapre la diferencia de costos entre aquellos afiliados a quie-
nes les quedaba un remanente y aquellos a quienes no les alcanzaba para
sufragar su plan; además estas instituciones han señalado que esta nor-
mativa les alteró su giro único al exigirles la administración de cuentas
individuales y que éstas generen rentabilidad, agregándoles nuevos cos-
tos a su gestión.
En el hecho, la introducción de esta modificación implicó un alza ge-
neralizada en los planes y la gran mayoría de los afiliados incorporó sus
eventuales excedentes a mejorar sus planes individuales.

4. PRESTACIONES Y CONTRATO DE SALUD. Para el otorgamiento de las pres-


taciones y beneficios de salud, los afiliados deberá suscribir el ya citado
“contrato de salud”, y en él las partes pueden convenir libremente el otor-
gamiento, forma, modalidad y condiciones de las prestaciones, pero de-
biendo estipular, a lo menos, lo siguiente:
a) las garantías explícitas relativas al acceso, calidad, protección finan-
ciera y oportunidad contempladas en el Régimen de Garantías en Salud,
en conformidad a la ley que establece dicho régimen.44 Asimismo, se de-
berá pactar un plan complementario a las garantías explícitas señaladas
precedentemente, el que incluirá los beneficios del artículo 18 de la Ley

44
Ley Nº 19.966 (D.O. 03.04.2004).

96
LA SALUD

Nº 18.469 y los referidos en el artículo 35 de esta ley, en tanto no sean


parte de dichas garantías explícitas, incluyendo copagos máximos, por-
centajes de cobertura y valores sobre los cuales se aplicarán, según corres-
ponda. Este plan deberá contemplar, a lo menos, las prestaciones y la
cobertura financiera que se fijen como mínimo para la modalidad de li-
bre elección que debe otorgar el FONASA de acuerdo con lo dispuesto en
el Régimen General de Garantías en Salud; no es permitido estipular un
plan en el que se pacten beneficios para alguna prestación específica por
un valor inferior al 25% de la cobertura que ese mismo plan le confiera
a la prestación genérica correspondiente, y las prestaciones no podrán te-
ner un valor inferior a la cobertura financiera del FONASA;
b) forma en que se modificarán las cotizaciones y aporte, prestacio-
nes y beneficios;
c) mecanismos para el otorgamiento de todas las prestaciones y bene-
ficios que norma esta ley y de aquellos que se estipulen en el contrato;45
d) precio del plan, la unidad en que se pactará, y el arancel de refe-
rencia (o “catálogo valorizado de prestaciones”) que se utilizará; el precio sólo
podrá variar una vez cumplidos los respectivos períodos anuales y el aran-
cel contemplará a lo menos las prestaciones contenidas en el arancel
FONASA. Las Isapres podrán vender planes que no contemplen todas las
prestaciones del arancel FONASA , previa información a la respectiva Su-
perintendencia, la cual dictará al efecto normas de general aplicación;
e) montos máximos de los beneficios para cada beneficiario, si los
hubiere, o bien, montos máximos establecidos para alguna o algunas pres-
taciones, pero debiendo tenerse presente que no podrán suscribirse con-
tratos en que se pacten beneficios, respecto de algunas prestaciones, por
valores inferiores al 25% de cobertura de esa misma prestación en el plan
general convenido; las cláusulas que contravengan esta premisa se ten-
drán por no escritas;
f) restricciones a la cobertura, las que solo podrán estar referidas a
enfermedades preexistentes declaradas por un plazo máximo de 18 me-
ses, contado desde la suscripción del contrato, y sin que puedan signifi-
car la aplicación de valores inferiores al 25% de cobertura de esa misma
prestación en el plan general convenido; en el caso del embarazo, se de-
berá consignar claramente que la cobertura será proporcional al período
que reste para que ocurra el nacimiento. Para estos efectos se consideran

45
Este texto se correlaciona con la Ley Nº 19.966 (D.O. 03.09.2004); con anterioridad
a ella, la norma hacía referencia tan solo al examen de medicina preventiva, la protección
de la mujer durante el embarazo y hasta el 6º mes del nacimiento del hijo, y del niño hasta
los 6 años de edad, y el pago de los subsidios cuando procedía, señalándose que las presta-
ciones y los subsidios no podían ser inferiores a los del sistema general; si eran inferiores,
los cotizantes y/o sus cargas podían recurrir a la Comisión de Medicina Preventiva e Invali-
dez (COMPIN) o al FONASA, según correspondiese.

97
LAS PRESTACIONES

que son preexistentes aquellas enfermedades o patologías que hayan sido


conocidas por el afiliado y diagnosticadas médicamente con anterioridad
a la suscripción del contrato o a la incorporación del beneficiario, en su
caso. Debe tenerse presente que no podrán existir períodos de espera du-
rante los cuales no sean exigibles las prestaciones y beneficios pactados,
excepto las correspondientes al embarazo y enfermedades preexistentes,
en los términos anteriormente señalados, y
g) estipulación precisa de las exclusiones, si las hubiere, referidas a:
– cirugía plástica con fines de embellecimiento u otras prestaciones
con el mismo fin; no se considerará con fines de embellecimiento la ci-
rugía plástica destinada a corregir malformaciones producidas a la cria-
tura durante el embarazo o a reparar deformaciones ocasionadas con
motivo del nacimiento. Tampoco se considerará con fines de embelleci-
miento la cirugía plástica destinada a reparar deformaciones producidas
con ocasión de un accidente;
– atención particular de enfermería;
– hospitalización con fines de reposo y prestaciones de salud que re-
quiera el beneficiario como consecuencia de su participación en actos de
guerra y actos calificados como delito por la ley, en tanto resulte crimi-
nalmente responsable;
– prestaciones cubiertas por otras leyes hasta el monto de lo cubierto;
– enfermedades preexistentes no declaradas; no obstante, transcurri-
do un plazo de 5 años contado desde la suscripción del contrato o desde
la incorporación del beneficiario, en su caso, la Isapre deberá concurrir
al pago de prestaciones por enfermedades preexistentes no declaradas, a
menos que la institución probare que la patología preexistente requirió
atención médica durante los antedichos 5 años y que el afiliado, a sabien-
das, lo ocultó a fin de favorecerse de esta disposición legal.
Las licencias médicas que sirvan de antecedente para el ejercicio del
derecho al descanso o beneficios que sean de cargo de la Isapre, debe-
rán ser autorizadas por ésta; para ello dispondrá de un plazo de 3 días
hábiles, contado desde la fecha de presentación de la respectiva solicitud,
vencido el cual se entenderá aprobada si no se pronunciare sobre ella.
En los casos en que la institución rechace licencia o certificaciones
médicas, le queda abierto el camino al cotizante para acudir ante la Co-
misión Médica de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN); igual dere-
cho tiene el empleador, estando encargado el Fondo de fiscalizar
adecuadamente el ejercicio de esta facultad delegada.
Un aspecto crítico fue abordado –no sin una ardua polémica– median-
te la Ley Nº 19.650 (D.O. 24.12.99): el sistema de atenciones de urgen-
cia. Hasta esa fecha, los Servicios de Salud solicitaban a los beneficiarios
el otorgamiento de un cheque en garantía, como un modo de resguar-
darse ante eventuales atenciones de gran envergadura no cubiertas por
los respectivos planes de salud.
El artículo 2º de dicha ley prescribió que en el caso de atenciones de
urgencia y las de emergencia, debidamente certificadas por un médico

98
LA SALUD

cirujano, las Isapres deberán pagar directamente a los Servicios de Salud


el valor de las prestaciones otorgadas a sus beneficiarios, hasta que el pa-
ciente se encuentre debidamente estabilizado, pudiendo repetir en con-
tra del afiliado el monto que exceda de lo que les corresponda pagar
conforme al plan de salud convenido.
La normativa prohíbe a los prestadores de servicios exigir dinero, che-
ques u otros instrumentos financieros para garantizar los pagos; estable-
ce asimismo el legislador que se entenderá, para estos efectos, que la
institución ha otorgado un préstamo a sus cotizantes por aquella parte
del valor de las prestaciones que sea de cargo de éstos, una vez transcu-
rridos 30 días sin que el afiliado haya enterado el valor de las prestacio-
nes que le fueron otorgadas.
Dicho préstamo deberá ser pagado por el afiliado en cuotas mensua-
les, iguales y sucesivas, cuyo monto no exceda del 5% de la remunera-
ción o renta imponible; la normativa entró a regir de inmediato para los
nuevos contratos, dando el período de renovación para la adecuación de
los antiguos.46
Para el otorgamiento de las prestaciones y beneficios de salud que
norma esta ley, los afiliados al régimen deberán suscribir un contrato con
la institución de salud previsional que elijan. Las Isapres se encuentran
obligadas a proporcionar a sus afiliados información oportuna y suficien-
te acerca de las materias fundamentales de sus contratos, tales como va-
lores de los planes de salud, modalidades y condiciones de otorgamiento.
Las Isapres no podrán establecer planes de salud exclusivos para de-
terminadas edades.
Las Instituciones de Salud Previsional podrán celebrar contratos de
salud con personas que no se encuentren cotizando en un régimen pre-
visional o sistema de pensiones.
Los contratos a que hace referencia esta ley deberán ser pactados por
un plazo indefinido, y no podrán dejarse sin efecto durante su vigencia,
sino por incumplimiento de las obligaciones contractuales o por mutuo
acuerdo de las partes. La Isapre deberá ofrecer un nuevo plan al afiliado si
éste lo requiere, fundamentado en su cesantía o por una variación perma-
nente de su cotización legal o de la composición de su grupo familiar.
Sin embargo, el cotizante podrá, una vez transcurrido un año de vi-
gencia de un contrato, contado desde la suscripción del mismo, desahu-
ciar el contrato, para lo cual bastará el envío de una comunicación a la
institución, con copia al empleador o a la entidad pagadora de la perso-
na, según corresponda, dada con una antelación de a lo menos un mes an-

46
En enero del año 2000, la Asociación de Isapres anunció el lanzamiento de un “Be-
neficio Adicional para Enfermedades Catastróficas” por parte de sus asociados, destinado a
solucionar el problema desde otro punto de vista: mediante un seguro adicional, con un
deducible o copago de parte del afiliado no inferior a U.F. 60 y un máximo de U.F. 126,
dependiendo de la renta del trabajador, bajo la condición de que la atención sea prestada
en la “Red Especializada” dispuesta por la Isapre. Las prestaciones de carácter catastrófico
son plenamente cubiertas.

99
LAS PRESTACIONES

tes del cumplimiento del respectivo año, quedando él y sus cargas, si no


optaren por un nuevo contrato de salud previsional, afectos al régimen
general de cotizaciones, prestaciones y beneficios de salud que les co-
rresponda como beneficiarios de la Ley Nº 18.469. Con todo, las partes
podrán pactar la mantención del contrato de salud por un tiempo deter-
minado, durante el cual el afiliado no podrá ejercer su derecho a desahu-
ciarlo.
A su vez, anualmente, en el mes de suscripción del contrato, las Isapres
podrán revisar los contratos de salud que correspondan, pudiendo sólo
adecuar sus precios, prestaciones convenidas y la naturaleza y el monto
de sus beneficios, a condiciones generales que no importen discrimina-
ción entre los afiliados de un mismo plan, excepto en lo que se refiere a
las cotizaciones particulares pactadas con cada uno de ellos al momento
de su incorporación al plan, las que no podrán tener en consideración la
edad del afiliado. Estas condiciones generales deberán ser las mismas que
se estén ofreciendo a esa fecha a los nuevos contratantes en el respectivo
plan. La adecuación propuesta deberá ser comunicada al afectado me-
diante carta certificada expedida, a lo menos, con dos meses de anticipación
al vencimiento del período. En tales circunstancias el afiliado podrá per-
severar en el contrato o desahuciarlo.
Cuando el cotizante desahucie el contrato y transcurrido el plazo de
antelación que corresponde, la terminación surtirá plenos efectos a con-
tar del primer día del mes subsiguiente a la fecha de expiración de dicho
plazo.
Los beneficios contemplados para un mes estarán financiados por la
cotización devengada en el mes inmediatamente anterior, cualquiera sea
la época en que la institución perciba efectivamente la cotización.
En el evento que al día del término del contrato por desahucio el co-
tizante esté en situación de incapacidad laboral, el contrato se extenderá
de pleno derecho hasta el último día del mes en que finalice la incapaci-
dad y mientras no se declare la invalidez del cotizante.
Las instituciones podrán en casos calificados solicitar a las comisio-
nes que establece el artículo 11 del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, o a la
Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez de los Servicios de Salud,
según corresponda, la declaración de invalidez del cotizante.
No se considerará incumplimiento del contrato por parte del afilia-
do, el hecho de no haberse enterado por su empleador o por la entidad
pagadora de la pensión, en su caso, las cotizaciones de salud pactadas, y
será obligación de la Isapre comunicar esta situación al afiliado.
Cuando la relación laboral del cotizante con una determinada em-
presa o institución sea condición esencial de la celebración del contrato,
la pérdida de tal relación podrá constituir causal de término anticipado
del mismo, salvo que ella se origine por el hecho de acogerse a pensión.
Tales circunstancias deberán dejarse expresamente establecidas en el
contrato.
Cuando el cotizante incurra en incumplimiento de las obligaciones
contractuales, la institución podrá poner término al contrato comunican-

100
LA SALUD

do por escrito tal decisión al cotizante, caso en el cual los beneficios mí-
nimos garantizados en esta ley seguirán siendo de cargo de la institución
hasta el término del mes siguiente a la fecha de su comunicación o hasta
el término de la incapacidad laboral, en caso de que el cotizante se en-
cuentre en dicha situación y siempre que este plazo sea superior al antes
indicado.
El cotizante podrá reclamar a la Superintendencia de esta decisión,
dentro del plazo de vigencia de los beneficios mínimos indicados en el
inciso anterior. Efectuado el reclamo, se mantendrá vigente el contrato
hasta la resolución de la controversia.
Los beneficios del contrato se extenderán, por el solo ministerio de
la ley, a todas las nuevas cargas que declare el cotizante y por las cuales
reciba asignación familiar, y se extinguirán respecto de quienes pierdan
dicha calidad.
La Isapre otorgará al cotizante y su grupo familiar un documento iden-
tificatorio, el que deberá cumplir con los requisitos que le fije la Superin-
tendencia (art. 42).

5. GARANTÍAS EXPLÍCITAS DEL RÉGIMEN GENERAL DE SALUD. Mediante la Ley


Nº 19.966 (D.O. 03.09.2004) se introdujeron diversas modificaciones al
artículo 42 de la Ley Nº 18.933 –básica de Isapres–, las cuales tuvieron por
objeto adecuar su contenido a los nuevos conceptos relativos a las garan-
tías explícitas, los que se sintetizan a continuación:
a) Además de todas las prestaciones explicitadas en el acápite ante-
rior, las Isapres deberán asegurar a sus cotizantes y beneficiarios las ga-
rantías en salud relativas al acceso, calidad, protección financiera y
oportunidad contempladas en el régimen general de garantías en salud;
los mecanismos y procedimientos serán sometidos por las Isapres al co-
nocimiento y aprobación de la Superintendencia, disponiendo que las res-
tricciones de monto, coberturas y las exclusiones, no serán aplicables a
esta clase de beneficios.
b) El precio de los beneficios y la unidad en que se pacten, serán igua-
les para todos los beneficiarios de la Isapre, sin relación de sexo ni edad.
Dicho precio solo podrá variar cada tres años, contados desde la vigencia
del decreto respectivo, o en un plazo inferior, si el decreto es revisado
antes del período señalado.
c) Las Isapres estarán obligadas a asegurar las garantías explícitas a
contar del primer día del sexto mes siguiente a la fecha de publicación
del decreto que las contemple o de sus posteriores modificaciones; asi-
mismo estarán obligadas a comunicar a la Superintendencia, dentro de
los 90 días siguientes a la publicación del mencionado decreto, el precio
que cobrarán por las garantías explícitas en salud.
d) El afiliado podrá desahuciar el contrato de salud dentro de los 60
días siguientes a la entrada en vigencia de las garantías explícitas de sa-
lud o de sus posteriores modificaciones.

101
LAS PRESTACIONES

6. FISCALIZACIÓN . A la Superintendencia le corresponde ejercer el con-


trol, el que abarca la imposición de multas de hasta 500 UF.
Corresponderán a la Superintendencia, en general, las siguientes fun-
ciones y atribuciones:
1) Registrar a las Instituciones de Salud Previsional, previa compro-
bación del cumplimiento de los requisitos que señala la ley.
2) Interpretar administrativamente en materias de su competencia las
leyes, reglamentos y demás normas que rigen a las personas o entidades
fiscalizadas; impartir instrucciones de general aplicación y dictar órdenes
para su aplicación y cumplimiento.
3) Fiscalizar a las Instituciones de Salud Previsional en los aspectos
jurídicos y financieros, para el debido cumplimiento de las obligaciones
que establece la ley y aquellas que emanen de los contratos de salud.
La Superintendencia impartirá instrucciones que regulen la oportu-
nidad y forma en que deberán presentarse los balances y demás estados
financieros.
4) Velar porque las instituciones fiscalizadas cumplan con las leyes y
reglamentos que las rigen y con las instrucciones que la Superintenden-
cia emita, sin perjuicio de las facultades que pudieren corresponder a otros
organismos fiscalizadores.
5) Resolver, a través del Superintendente, quien actuará en calidad
de árbitro arbitrador, sin ulterior recurso, las controversias que surjan en-
tre las Instituciones de Salud Previsional y sus cotizantes o beneficiarios,
sin perjuicio de que el afiliado pueda optar por recurrir a la justicia ordi-
naria. El Superintendente no tendrá derecho a remuneración por el des-
empeño de esta función.
6) Exigir que las instituciones den cumplimiento a la constitución y
mantención de la garantía y patrimonio mínimos exigidos por la ley.
7) Impartir instrucciones y determinar los principios contables de
carácter general conforme a los cuales las instituciones deberán dar cum-
plimiento a la garantía contemplada en el artículo 26 y a los requeri-
mientos de constitución y mantención del patrimonio mínimo que prevé
el artículo 25.
8) Impartir instrucciones de carácter general a las Instituciones de
Salud Previsional para que publiquen en los medios y con la periodici-
dad que la Superintendencia señale, información suficiente y oportuna
de interés para el público, sobre su situación jurídica, económica y finan-
ciera. Dichas publicaciones deberán efectuarse, a lo menos, una vez al año.
9) Dictar las instrucciones de carácter general que permitan la ma-
yor claridad en las estipulaciones de los contratos de salud, con el objeto
de facilitar su correcta interpretación y fiscalizar su cumplimiento, sin per-
juicio de la libertad de los contratantes para estipular las prestaciones y
beneficios para la recuperación de la salud.

102
LA SALUD

En caso alguno estas instrucciones podrán contemplar exigencias de


aprobación previa de los contratos por parte de la Superintendencia.
10) Impartir las instrucciones para que las Instituciones de Salud Pre-
visional mantengan actualizada la información que la ley exija.
11) Requerir de los organismos del Estado los informes que estime
necesarios para el cumplimiento de sus funciones.
12) Efectuar publicaciones informativas del sistema de Instituciones
de Salud Previsional y sus contratos con los afiliados.
13) Imponer las sanciones que establece la ley.
14) Elaborar y difundir índices, estadísticas y estudios relativos a las
Instituciones y al Sistema Privado de Salud, y
15) Impartir instrucciones generales sobre la transferencia de los con-
tratos de salud y cartera de afiliados y beneficiarios a que se refiere el ar-
tículo 44 ter y dar su aprobación a dichas operaciones.
Para el cumplimiento de sus funciones, el Superintendente podrá ins-
peccionar todas las operaciones, bienes, libros, cuentas, archivos y docu-
mentos de las instituciones fiscalizadas y requerir a ellas o de sus
administradores, asesores o personal, los antecedentes y explicaciones que
juzgue necesarios para su información. Podrá pedir la ejecución y la pre-
sentación de balances y estados financieros en las fechas que estime con-
veniente. Igualmente, podrá solicitar la entrega de cualquier documento
o libro o antecedente que sea necesario para fines de fiscalización, sin
alterar el desenvolvimiento normal de las actividades del afectado. Salvo
las excepciones autorizadas por la Superintendencia, todos los libros, ar-
chivos y documentos de las entidades fiscalizadas deberán estar perma-
nentemente disponibles para su examen en la sede principal de sus
negocios.
Además, podrá citar a declarar a los representantes, administradores,
asesores y dependientes de las entidades, o personas de las entidades fis-
calizadas cuyo conocimiento estime necesario para el cumplimiento de
sus funciones. No estarán obligadas a concurrir a declarar las personas
indicadas en el artículo 361 del Código de Procedimiento Civil, a las cua-
les la Superintendencia deberá pedir declaración por escrito.
En contra de las resoluciones o instrucciones que dicte la Superin-
tendencia podrá deducirse recurso de reposición ante esa misma autori-
dad, dentro del plazo de cinco días hábiles contados desde la fecha de la
notificación de la resolución o instrucción.
La Superintendencia deberá pronunciarse sobre el recurso, en el plazo
de cinco días hábiles, desde que éste sea interpuesto.
En contra de la resolución que deniegue la reposición, el afectado
podrá reclamar, dentro de los quince días hábiles siguientes a su notifica-
ción, ante la Corte de Apelaciones que corresponda, la que deberá pro-
nunciarse en cuenta sobre la admisibilidad del reclamo y si éste ha sido
interpuesto dentro del término legal. Admitido el reclamo, la Corte dará

103
LAS PRESTACIONES

traslado por quince días hábiles a la Superintendencia. Evacuado el tras-


lado, la Corte ordenará traer los autos “en relación”, agregándose la cau-
sa en forma extraordinaria a la tabla del día siguiente, previo sorteo de
sala cuando corresponda; si el tribunal no decretare medidas para mejor
resolver, dictará sentencia dentro del plazo de treinta días, y si las orde-
nare, en el plazo de diez días de evacuadas ellas.
Para reclamar contra resoluciones que impongan multas, deberá con-
signarse, previamente, en la cuenta del tribunal, una cantidad igual al vein-
te por ciento del monto de dicha multa, que no podría exceder de cinco
unidades tributarias mensuales vigentes a la fecha de la resolución recla-
mada, la que será aplicada a beneficio fiscal si se declara inadmisible o se
rechaza el recurso.
La resolución que expida la Corte de Apelaciones será apelable en el
plazo de cinco días, recurso del que conocerá en cuenta una Sala de la
Corte Suprema, sin esperar la comparecencia de las partes, salvo que es-
time conveniente traer los autos “en relación”.
Las resoluciones de la Superintendencia constituirán títulos ejecuti-
vos y les será aplicable lo dispuesto en el artículo 174 del Código de Pro-
cedimiento Civil.
La notificación del recurso no suspenderá los efectos de lo ordenado
por la Superintendencia, sin perjuicio de la facultad del tribunal de de-
cretar una orden de no innovar; en todo caso, las resoluciones que apli-
quen multas, cancelen o denieguen el registro de una Isapre sólo podrán
cumplirse una vez ejecutoriada la resolución respectiva.

7. CANCELACIÓN DEL REGISTRO . La Superintendencia de Isapres puede


también, mediante resolución fundada, cancelar el registro, en los siguien-
tes casos:
1) Cuando la cartera de afiliados haya sido adquirida por otra Isapre
o cuando la licitación a que se refiere el artículo 45 bis haya sido declara-
da desierta;47

47
Esta norma hace referencia a cuando la Isapre no dé cumplimiento al indicador de
liquidez definido en el artículo 25 ter, o su patrimonio o garantía desciendan bajo los lími-
tes permitidos, quedando sujeta en dicha circunstancia a un régimen especial de supervigi-
lancia y control. La Isapre quedará obligada a presentar un “Plan de Ajuste y Contingencia”,
ante cuyo rechazo o incumplimiento la Superintendencia quedará facultada para designar-
le un “Administrador Provisional” con amplias atribuciones por un plazo de 4 meses, reno-
vable por una sola vez. De no representar ello la solución definitiva a los problemas
presentados, el Administrador Provisional procederá a transferir la cartera de afiliados a una
o más Isapres a través de una licitación pública. Licitada que sea la cartera, o cuando ésta
haya sido declarada desierta, el Superintendente procederá a cancelar el registro de la Isapre.
Las Isapres que hayan recibido el total o parte de los afiliados y beneficiarios deberán ads-
cribir a cada uno de los cotizantes en alguno de sus planes de salud, sin que puedan hacer-
los objeto de discriminación alguna. Los cotizantes serán debidamente notificados, quienes
podrán optar por otra Isapre o por su retorno al régimen general de salud (FONASA).
En caso de los citados incumplimientos, podrá tomar custodia de las inversiones de la
Isapre, aprobar sus transacciones, destinar fondos en garantía a cumplimiento de obliga-

104
LA SALUD

2) Incumplimiento grave y reiterado de las normas legales o de las


instrucciones que imparta la Superintendencia, en un período de 12 me-
ses, debidamente observado o sancionado en cada oportunidad por ésta;
3) Quiebra de la Institución;
4) Por pérdida de la personalidad jurídica de la Isapre;
5) A solicitud de la propia Isapre.
Cancelado el registro, la Institución no podrá celebrar nuevos con-
tratos de salud y sus afiliados podrán desahuciar los contratos vigentes, y
los cotizantes y sus cargas quedan afectos al régimen general, mientras
no opten por otra Isapre.
Asimismo, la Superintendencia deberá pagar las obligaciones que cau-
cione la garantía otorgada por la Institución en su oportunidad, en un
plazo no superior a las 180 días, debiendo dar solución a:
a) los subsidios por incapacidad laboral;
b) al pago de bonificaciones y reembolsos adeudados a los cotizantes;
c) las deudas con los prestadores de salud;
d) reembolso de cotizaciones anticipadas;
e) las cotizaciones que correspondan a la Isapre cuyo registro se can-
cela;
f) el valor que se haya definido en la licitación de cartera, y
g) si quedare un remanente, se girará a favor de quienes represen-
ten a la Isapre liquidada.

8. EXCLUSIONES Y DEROGACIONES. En virtud de diversas disposiciones de


la ley, es posible concluir que:
1) El seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales
se continúa rigiendo por la Ley Nº 16.744.
2) Se encuentran excluidos del régimen los imponentes de las Cajas
de Previsión de la Defensa Nacional y de la Dirección de Previsión de Ca-
rabineros de Chile, y
3) El régimen ha reemplazado para todos los trabajadores de los sec-
tores público y privado, afiliados a una Isapre, las normas sobre medicina
preventiva y curativa.

III. EL PLAN AUGE

1. ORIGEN Y FUNDAMENTOS. La reforma en materia de salud ha constitui-


do un objetivo de muchos Gobiernos, por ser esta una materia de interés
primordial tanto para las personas como para la sociedad toda.

ciones, suspender contratos y desafiliaciones y restringir las inversiones con entidades rela-
cionadas.
Toda esta normativa –de suyo estricta– tuvo su origen en el caso Inverlink, a mediados
del año 2003; se materializó a través de la Ley Nº 19.985 (D.O. 28.08.03), que estableció
diversas normas sobre solvencia financiera en las Isapres.

105
LAS PRESTACIONES

El año 2001, el Gobierno dio a conocer un ambicioso proyecto deno-


minado “Plan Auge” (“Acceso Universal para prestaciones integrales y
Garantías Explícitas asociadas a la atención de prioridades”), compuesto
de un conjunto de cinco proyectos de ley, a saber:
– Proyecto de ley sobre derechos y deberes de las personas en salud.
– Proyecto de ley que establece un régimen de garantías en salud o
Plan Auge.
– Proyecto de ley sobre autoridad sanitaria y gestión.
– Proyecto de ley que modifica la ley de Isapres.
– Proyecto de ley que establece el financiamiento del régimen de ga-
rantías en salud.
De ellos nos preocuparemos a continuación.

2. PROYECTO DE LEY SOBRE DERECHOS Y DEBERES DE LAS PERSONAS EN SA-


LUD (Boletín 2727-11). Esta iniciativa legal aspira a regular los derechos y
deberes de las personas en la relación persona-prestador de salud, en el
otorgamiento de las prestaciones requeridas.
El proyecto establece el derecho a:
1) Recibir un trato digno y respetuoso en todo momento y en cual-
quier circunstancia durante su atención de salud;
2) Tener compañía y asistencia espiritual;
3) A que el prestador le proporcione información completa, oportu-
na y veraz, ya sea en forma visual, verbal o por escrito, respecto de:
• los procedimientos, diagnósticos y terapéuticos que existen en la
práctica médica, sus beneficios, eventuales riesgos y complicaciones; las
atenciones o tipos de acciones de salud que el prestador respectivo ofre-
ce o tiene disponibles, los mecanismos a través de los cuales se puede ac-
ceder a dichas prestaciones, así como el valor de las mismas;
• las condiciones previsionales requeridas, los antecedentes o docu-
mentos solicitados en cada caso y los trámites por seguir para obtener la
atención en salud;
• las condiciones y obligaciones que las personas deberán cumplir
mientras se encuentren al interior de los establecimientos asistenciales,
contempladas en los reglamentos internos de cada uno de ellos, y
• las instancias y formas de efectuar los reclamos;
4) A que la información contenida en la ficha clínica se mantenga
en reserva; a ésta se la conceptualiza en el proyecto como “el instrumen-
to en que se registra la historia médica de una persona y será de propiedad
de ésta”, aspecto este último muy debatido en doctrina (¿de propiedad del
médico que la confeccionó o del paciente?). Asimismo, establece el pro-
yecto que “toda la información que surja, tanto de la ficha clínica como
de los estudios y tratamientos a los que fueren sometidas las personas, será
considerada como dato sensible, de conformidad a lo dispuesto en el ar-
tículo 2º letra g) de la ley Nº 19.628, más conocida como “Ley de Protec-
ción de la Vida Privada”.

106
LA SALUD

5) A ser informada, en forma oportuna y comprensible, por parte del


médico u otro profesional tratante, dentro del ámbito que la ley autori-
za, acerca de su estado de salud, posible diagnóstico de su enfermedad,
las diferentes alternativas de tratamiento disponibles para su recuperación,
los riesgos que ello pueda representar, y el pronóstico esperado y el pro-
ceso previsible del postoperatorio, de acuerdo con su edad, condición per-
sonal y emocional. Asimismo establece el proyecto el derecho de la
persona que fuere informada de que su muerte es inminente e inevita-
ble, a otorgar o denegar su consentimiento para someterse a cualquier
intervención, procedimiento o tratamiento cuyo único objetivo sea pro-
longar artificialmente su vida, de modo irracional o desproporcionado,
lo que se vincula con la facultad de los seres humanos de optar a vivir
con dignidad hasta el momento en que acaezca su muerte.
Este derecho no puede hacerse efectivo solamente cuando como pro-
ducto de la falta de esta intervención, procedimiento o tratamiento se pon-
ga en riesgo la salud pública, en los términos establecidos en el Código
Sanitario. También se pueden presentar graves conflictos éticos con cam-
pos colindantes, como resulta ser el caso de la eutanasia (poner fin vo-
luntariamente a la vida de una persona enferma, en fase terminal, con
mira a evitarle intensos sufrimientos), el de la distanasia (prolongación
innecesaria de la vida de una persona, aplicándole cuidados o procedi-
mientos innecesarios y sin sentido), y el de la ortotanasia (no prolongar la
agonía de un paciente terminal y dejar que su enfermedad siga su curso
normal hasta la llegada de la muerte del paciente);
6) A efectuar consultas y reclamos, y
7) A conocer el precio de los medicamentos e insumos, y a que se le
cobre el menor precio, si tales elementos tienen un menor valor en el
mercado.
En general, puede decirse que estos derechos ya están consagrados
en otras normas jurídicas o bien son de uso común en la práctica médi-
ca; quizá la novedad más relevante tenga relación con el derecho del pa-
ciente a “decidir informadamente” respecto de los tratamientos que deben
proporcionársele.48

3. PROYECTO DE LEY QUE ESTABLECE UN RÉGIMEN DE GARANTÍAS EN SALUD


O PLAN AUGE (Boletín 2947-11), el que se tradujo finalmente en la ley
Nº 19.966 (D.O. 03.09.2004). Esta ley establece un conjunto priorizado
de enfermedades y condiciones de salud, y las prestaciones de salud aso-
ciadas a ellas, de carácter promocional, preventivo, curativo, de rehabili-
tación y paliativo, con garantías explícitas relativas a acceso, niveles de
oportunidad, protección financiera y calidad de las mismas, que tanto el
FONASA como la respectiva Isapre deberán otorgar a sus respectivos bene-

48
Al cierre de esta edición se mantiene en primer trámite constitucional en la Cámara
de Diputados, sin urgencia, sin que esté prevista, por ahora, su aprobación.

107
LAS PRESTACIONES

ficiarios, siendo para éstos constitutivas de derechos exigibles ante las men-
cionadas entidades.
Para tener derecho a ellas, los beneficiarios de la Ley Nº 18.469 de-
berán atenderse en la Red Asistencial que les corresponda, accediendo a
ésta a través de la atención primaria de salud, salvo casos de urgencia o
emergencia, debidamente certificados, pudiendo elegir dentro de ella al
profesional con el que deseen atenderse. Si dichos beneficiarios optan por
el Sistema de Libre Elección, no se les aplicarán a su respecto las Garan-
tías Explícitas. A su vez, los beneficiarios de algunas Isapres estarán obli-
gados a atenderse con alguno de los Prestadores de Salud que para tales efectos
determine la entidad respectiva, de acuerdo al plan contratado para estos efec-
tos; si optaren por un plan complementario, no regirán para ellos las Ga-
rantías Explícitas.
Señala la ley que el régimen es un instrumento de regulación sanitaria;
por ello la elaboración del régimen es responsabilidad del Ministerio de
Salud, el que debe escuchar a un Consejo Consultivo de 9 miembros, de
reconocida idoneidad en el campo de la medicina, salud pública, econo-
mía, bioética, derecho sanitario y disciplinas relacionadas; el listado lo
debe elaborar tomando en consideración estudios epidemiológicos, en-
tre otros, de carga de enfermedad, revisiones sistemáticas sobre la efecti-
vidad, evaluaciones económicas, demanda potencial y capacidad de oferta
del sistema de salud nacional, como asimismo la experiencia, y la eviden-
cia científica, nacional y extranjera. Posteriormente, su resultado debe ser
sometido a un proceso de verificación, mediante la realización de un estu-
dio convocado mediante licitación pública abierto tanto a oferentes na-
cionales como extranjeros; una vez aprobados los estudios por un Comité
Consultivo, los Ministros de Salud y Hacienda deben proceder a dictar el
Decreto Supremo respectivo.
Las Garantías Explícitas entrarán en vigencia el primer día del 6º mes
siguiente al de su publicación en el Diario Oficial y tendrán una vigencia
de 3 años, prorrogable por períodos iguales; también se las podrá suspen-
der hasta por un mes, en forma excepcional, en caso de emergencias sa-
nitarias (artículo 36 del Código Sanitario); el decreto que las fije
determinará las metas de cobertura del examen de medicina preventiva,
las que serán obligatorias tanto para el FONASA como para las Isapres.
El control del régimen le corresponderá a una nueva entidad fiscali-
zadora denominada “Superintendencia de Salud”, que se constituye en
la sucesora legal de la Superintendencia de Isapres; ella establecerá los
mecanismos e instrumentos de información que deberán implementar
tanto el FONASA como las Isapres.
Mediante un decreto supremo se establecerá el precio promedio del
régimen (denominado “prima universal”), quedando impedidos los pres-
tadores de cobrar valores superiores a dicha prima. El régimen contem-
pla una cobertura financiera adicional, mediante la cual se garantiza el
financiamiento del 100% de los copagos originados en las enfermedades
o condiciones de salud contenidas en las Garantías Explícitas de Salud;
no obstante, se establece un deducible para los afiliados a Isapres y a aque-

108
LA SALUD

llos adscritos al grupo D del Sistema de Salud, equivalente a 29 cotizacio-


nes mensuales por evento o 43 si es más de un evento en un período de12
meses, sin que pueda exceder de 181 UF. Los que pertenezcan al grupo
C tendrán un deducible de 21 cotizaciones mensuales por evento o un
total de 31, si es más de un evento en un período de 12 meses.
En el caso de trabajadores independientes afiliados al FONASA y que
pertenecieren al grupo D, el deducible equivaldrá a 2 veces el promedio
de sus ingresos mensuales.
La ley establece también la responsabilidad en materia sanitaria, se-
ñalando al efecto que los órganos del Estado serán responsables de los
daños que causen a particulares por falta de servicio, el que deberá acre-
ditar el daño que sufrió; los órganos del Estado, a su vez, podrán repetir
en contra del funcionario que haya actuado con imprudencia temeraria
o dolo en el ejercicio de sus funciones. La acción para perseguir esta cla-
se de responsabilidad prescribirá en el plazo de 4 años contados desde la
acción u omisión.
Prevé también especialmente la ley la posibilidad de que los particula-
res demanden por daño moral y su monto será fijado por el juez conside-
rando la gravedad del daño y la modificación de las condiciones de
existencia del afectado con el daño producido, atendiendo su edad y con-
diciones físicas; el legislador dejó constancia de que no son indemnizables
los daños que se deriven de hechos o circunstancias que no se hubieran
podido prever o evitar, según el estado de los conocimientos de la ciencia
o de la técnica existentes en el momento de producirse aquellos.
Asimismo, hace responsable la ley al FONASA por falta de servicio y a
las Isapres por incumplimiento negligente de su obligación de asegurar
el otorgamiento de las garantías explícitas de salud contempladas en la
ley, siempre que tal incumplimiento sea consecuencia directa de su ac-
tuar; de igual modo, responderán los prestadores y no las Isapres, en caso
que los referidos incumplimientos sean consecuencia de la acción u omi-
sión de dichos prestadores.
No obstante, el legislador estableció un paso previo en caso de que se
desee ejercer acciones jurisdiccionales contra los prestadores instituciona-
les públicos, requerirá que el interesado haya sometido su reclamo a un pro-
ceso de mediación a desarrollarse ante el Consejo de Defensa del Estado;
en el caso de los prestadores privados, los interesados deberán sujetarse a
un procedimiento similar ante mediadores acreditados por la Superinten-
dencia de Salud, debiendo designar al mediador de común acuerdo.
Dicho proceso de mediación constituye un procedimiento no adver-
sarial, el que tiene por objeto propender a que las partes, con la ayuda
de un mediador, lleguen a una solución extrajudicial de la controversia;
el proceso tendrá, en general, una duración no superior a los 60 días, en-
tendiéndose suspendido entretanto el plazo de prescripción de las accio-
nes civiles y criminales a que hubiere lugar.
En caso de llegar a un acuerdo en el proceso de mediación, se levan-
tará un acta firmada por las partes y el mediador, la que surtirá los efec-
tos de un contrato de transacción.

109
LAS PRESTACIONES

La ley en comentario detalla con mucha precisión el desarrollo de


dicho proceso (artículos 43 a 55), y un reglamento dictado conjuntamente
por los Ministerios de Salud y Hacienda establecerá la forma de designa-
ción de los mediadores y las demás normas que permitan el funcionamien-
to del sistema en comentario.
En sus disposiciones transitorias, establece la ley que a contar del
01-04-2005 las Garantías Explícitas se aplicarán a un máximo de 25 pato-
logías o condiciones de salud; a contar del 01-04-2006 se aplicarán a un
máximo de 40, y a contar del 01-04-2007 se aplicarán a un máximo de 56,
a menos que a las fechas indicadas el decreto respectivo no hubiere sido
publicado en el Diario Oficial o si hubiera sido publicado, no hubieran
transcurrido al menos 5 meses, dichas garantías entrarán en vigencia el
primer día del 6º mes siguiente a la publicación que corresponda.
Las normas de esta ley regirán a contar de la entrada en vigencia del
decreto que establezca las Garantías Explícitas el año 2005; la garantía ex-
plícita de calidad será exigible cuando entren en vigencia los sistemas de
certificación, acreditación y registro de la Superintendencia de Salud, con-
forme a lo dispuesto en la Ley Nº 19.937 (ley que establece la Autoridad
Sanitaria de Gestión); y las normas sobre mediación entrarán en vigencia
el 4 de marzo de 2005.

4. PROYECTO DE LEY SOBRE AUTORIDAD SANITARIA Y GESTIÓN (Boletín


Nº 2980-11), el que se tradujo finalmente en la Ley Nº 19.937 (D. O.
24.02.2004). Esta ley establece un conjunto de mayores atribuciones al
Ministerio de Salud, definiendo un “plan nacional de salud”, dictando al
efecto las normas generales a las cuales se deben ceñir todos los actores
del sistema de salud, tanto públicos como privados; se establecen dos
Subsecretarías, una de “Salud Pública” (continuadora legal de la antigua
Subsecretaría de Salud) –encargada de coordinar y controlar todo lo re-
lacionado con las funciones de regulación y fiscalización del sector salud
y las acciones de salud pública– y otra de “Redes Asistenciales” –encarga-
da de la coordinación y control del sistema y de todo lo relacionado con
la provisión de las prestaciones a que tienen derecho los beneficiarios de
las Leyes Nº 18.469 y Nº 18.933 que sean de competencia del Ministerio
de Salud, salvo en las materias que sean de la competencia de la Subse-
cretaría de Salud Pública.
Deben destacarse entre las nuevas atribuciones aquellas vinculadas a
la formulación, evaluación y actualización del Sistema AUGE.
Las denominadas “redes asistenciales” estarán constituidas por el con-
junto de establecimientos asistenciales públicos que forman parte del Ser-
vicio, los establecimientos municipales de atención primaria de salud de
un territorio y los demás establecimientos públicos o privados que suscri-
ban convenio con el Servicio, los cuales deberán colaborar y complemen-
tarse entre sí para resolver de una manera efectiva las necesidades de salud
de la población.
Se crean, asimismo, las “Direcciones Regionales de Salud” para el de-
sarrollo de funciones de inspectoría en materias sanitarias, ambientales y

110
LA SALUD

de calidad de los prestadores; salud pública; epidemiología, y acreditación


de prestadores de salud, entre otras materias; con ello se concreta la se-
paración de funciones de prestador y de autoridad sanitaria, las que an-
teriormente se encontraban reunidas en los Servicios de Salud.
Igualmente se crean los “Consejos Asesores”, tanto a nivel de las Di-
recciones Regionales como de los Servicios de Salud. Se crea también la
categoría de “establecimientos de autogestión en red” –buscando dotar
de autonomía a los hospitales–, los que podrán administrar sus ingresos
propios y celebrar directamente convenios para el otorgamiento de pres-
taciones, entre otros; ellos están definidos como aquellos establecimien-
tos de salud dependientes de los Servicios de Salud que tengan mayor
complejidad técnica, desarrollo de especialidades, organización adminis-
trativa y número de prestaciones (de conformidad a lo que previene el
nuevo artículo 25-A del Decreto Ley Nº 2.763, de 1979). En el artículo 15
transitorio de esta ley se contiene un listado de 56 establecimientos de
todo el país que tendrán la calidad de “autogestión en red” una vez que
cumplan con los requisitos que establezca el Reglamento respectivo.
Se establecen también una serie de beneficios pecuniarios para el per-
sonal que labora en los Servicios de Salud, en el Instituto de Salud Públi-
ca y en la Central Nacional de Abastecimientos.
Mediante esta ley, se introdujeron también diversos cambios a la nor-
mativa sobre Isapres (lo que se denominó la “ley corta de Isapres”), ya
que se desglosaron diversas normas del proyecto de ley sobre Isapres (co-
nocido también bajo la denominación de “ley larga de Isapres”), el que
quedó sometido a una discusión más prolongada.49
Se crea también la “Superintendencia de Salud”, que es un organis-
mo funcionalmente descentralizado, dotado de personalidad jurídica y
patrimonio propios, tiene el carácter de entidad fiscalizadora –en los tér-
minos del Título I del Decreto Ley Nº 3.551, de 1981– y que se regirá por
esta ley y su Reglamento; por expresa disposición legal es la continuado-
ra legal de la Superintendencia de Isapres, con todos sus derechos, obli-
gaciones, funciones y atribuciones.
A esta nueva entidad fiscalizadora le corresponde la supervisión y con-
trol de las Isapres como asimismo del FONASA, y de todos los prestadores
de salud, tanto públicos como privados, respecto de su acreditación y certi-
ficación, así como la mantención del cumplimiento de los estándares esta-
blecidos en la acreditación. Cuenta con un “Intendente de Fondos y Seguros
Previsionales” –a través del cual se ejercerá la fiscalización de las Isapres y
del FONASA– y un “Intendente de Prestadores de Salud”, a través del cual
se ejercerá el control, y supervigilancia del “régimen de garantías en salud”.
Las controversias que surjan entre las Isapres o el FONASA y sus bene-
ficiarios o cotizantes serán resueltas a través del Intendente de Fondos,

49
Dicha decisión se adoptó fundamentalmente para introducir ciertas normas patri-
moniales restrictivas, en razón de lo ocurrido con la quiebra del llamado “grupo Inverlink”,
y que el caso del sector Isapres afectó especialmente a la que giraba bajo el nombre de “Vida
Plena”.

111
LAS PRESTACIONES

quien actuará en calidad de árbitro arbitrador; su resolución podrá ser


objeto de un recurso de reposición, y de su resultado podrá apelarse ante
el Superintendente, quien deberá pronunciarse dentro un plazo de 30
días hábiles.
La ley ha dotado a la Superintendencia de amplias facultades para fis-
calizar el cumplimiento del Régimen de Garantía en Salud
Por expresa disposición del artículo 18 transitorio de la ley, las nor-
mas de esta ley han entrado en vigencia el 1º de enero del año 2005.
A contar de dicha fecha también quedaron derogadas todas las nor-
mas que hacían referencia a la Superintendencia de Isapres en la Ley
Nº 18.933.
Diversas normas del articulado transitorio de la ley radicaron en el
Presidente de la República, facultades para adoptar una serie de medi-
das destinadas a obtener una adecuada implementación de sus disposi-
ciones y refundir y actualizar los textos legales correspondientes.

5. PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LEY DE ISAPRES (Boletín 2981-11). Este


Proyecto de Ley, que modifica la Ley Nº 18.933, se encuentra aún en trá-
mite parlamentario al instante de entrar en prensa esta edición (H. Se-
nado, Comisión de Salud, segundo trámite parlamentario); los principales
planteamientos discutidos han sido los siguientes:
a) Nuevos conceptos y definiciones: se trata de precisar aspectos am-
biguos, entre otros los de “agente de ventas”, “cotizante cautivo”, “presta-
dores”, “tabla de factores”, “índice de precios de planes de salud”, “precio
base”;
b) Nuevas facultades para la Superintendencia de Salud: se dota de
nuevas atribuciones al ente fiscalizador, entre otras las de controlar los
convenios entre prestadores de salud e Isapres, elaboración de aranceles
o catálogos valorizados de prestaciones, mantención de un registro de
agentes de venta y su fiscalización;
c) Ampliación del giro único de las Isapres: se le hace comprensivo
de las nuevas obligaciones de salud vinculadas al “plan AUGE”. Una indi-
cación formulada por los H. Senadores Ruiz Esquide y Zaldívar propone
autorizar a las compañías de seguros de vida que comercialicen pólizas
de seguros de salud establecidas en el nuevo artículo 85 del D.L. Nº 3.500,
para que capten cotizaciones de salud y desarrollen el giro de las Isapres;
d) Garantías de cumplimiento: se proponen diversas normas tendien-
tes a obtener una mayor efectividad en su cobro;
e) Contrato de Salud: deberá contener el plan complementario al “ré-
gimen de garantías en salud”. Diversas indicaciones formuladas al efecto
tienden a establecer sus vías de financiamiento y rango de cobertura, como
asimismo precisiones en relación a la inclusión y contenido de la “Declara-
ción de Salud”, las exclusiones de la cobertura, bonificaciones o cobertu-
ras preferentes respecto de determinados prestadores de salud, beneficios
adicionales al plan de salud, forma de adecuación de los planes, término

112
LA SALUD

anticipado del contrato, extensión del contrato a beneficiarios volunta-


rios y en caso del fallecimiento del titular;
f) Agentes de venta: se regula su funcionamiento y obligaciones;
g) Fondo de Compensación Solidario: su finalidad reside en solidari-
zar los riesgos en salud entre los beneficiarios de las Isapres con relación
a las prestaciones convenidas en las “Garantías Explícitas de Salud”, com-
pensando entre sí a las Isapres por la diferencia entre la denominada “pri-
ma comunitaria” y la “prima ajustada por riesgos”, la que considera
variables de sexo y edad; la decisión final sobre su monto residirá en una
comisión integrada por un representante de la Superintendencia de Sa-
lud, uno de las Isapres y un perito;
h) Multas: se aumenta su tope máximo de 500 UF a 2.000 UF;
i) Disolución: se proponen diversas medidas destinadas a cautelar los
intereses de los afiliados y beneficiarios en dicho proceso, y
j) Normas transitorias y vigencia: se destacan aquellas que se refie-
ren a la adecuación de los contratos de salud actualmente vigentes, como
asimismo la posibilidad de destinar el monto de la cotización obligatoria
hasta 6 UF a la contratación de un seguro que tenga por finalidad finan-
ciar las prestaciones de salud. Se establecen, asimismo, diversas modali-
dades de adecuación de los contratos y sus prestaciones; la ley entraría
en vigencia 120 días después de su publicación en el Diario Oficial.

6. PROYECTO DE LEY QUE ESTABLECE EL FINANCIAMIENTO DEL RÉGIMEN DE


GARANTÍAS EN SALUD (Boletín Nº 2982-11). Este proyecto tenía por objeto
establecer las fuentes de financiamiento para el mayor gasto fiscal que re-
presentaría el llamado Plan AUGE y Chile Solidario; contemplaba las si-
guientes fuentes de financiamiento:
a) Impuesto a las Ventas y Servicios: se aumenta su tasa genérica y se
elevan las tasas de impuesto a las bebidas alcohólicas.
b) Petróleo diesel: se grava su importación o primera venta en el país,
al tiempo que se postula introducir nuevos gravámenes a su respecto.
c) Impuesto al tabaco: se aumenta y homogeniza la tasa, al tiempo
que se introducen mejoras a la fiscalización del impuesto.
d) Juegos de azar: se alzan considerablemente las tasas respectivas.
e) Derechos aduaneros: se postula perfeccionar su fiscalización.
Este proyecto fue posteriormente retirado por el Poder Ejecutivo, por
entender que el financiamiento necesario para el Régimen de Garantías
en Salud se obtendría a través de la Ley Nº 19.888 (D.O. 13.08.2003), que
alzó en un 1% el valor del impuesto al valor agregado (IVA) a contar del
1º de octubre del año 2003 hasta el 1º de enero del año 2007, fecha en
que debería retornar a su valor habitual de 18%.

113
LAS PRESTACIONES

IV. EL SUBSIDIO DE INCAPACIDAD LABORAL

1. EL D.F.L. Nº 44. El D.F.L. Nº 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y


Previsión Social, estableció un régimen común de subsidio por incapaci-
dad laboral para los trabajadores dependientes de los sectores público y
privado que no se rijan por normas especiales de subsidios, uniformando
lo referente a requisitos, bases de cálculo y sin efectuar distingos entre
trabajadores.50
La contingencia cubierta es la suspensión transitoria de la capacidad
de trabajo y comprende el reposo o licencia preventiva y curativa por en-
fermedad común y por maternidad; como ya se ha señalado, se superpo-
ne a todas las normas que estaban vigentes en la materia en diversos
regímenes previsionales.

2. REQUISITOS PARA OPTAR AL SUBSIDIO. Se requiere un mínimo de seis me-


ses de afiliación y de 3 meses de cotización dentro de los 6 meses anteriores
a la fecha inicial de la licencia médica correspondiente, salvo que la incapa-
cidad tuviere por causa un accidente. Excepcionalmente se deberá dar cum-
plimiento a requisitos especiales derivados de regímenes anteriores.
En todo caso, los trabajadores dependientes contratados diariamente
por turnos o jornadas deberán contar, además, con un mes de cotizaciones
dentro de los 6 meses anteriores a la fecha inicial de la respectiva licencia.
Asimismo, debe tenerse presente que por mandato expreso del artícu-
lo único de la Ley Nº 19.394 (D.O. 21.6.95), el trabajador afectado por el
rechazo de una licencia médica por parte de los Servicios de Salud Isapres
o Mutual, fundamentado en que la afección tiene un origen diverso del
universo cubierto por ella, deberá concurrir ante la entidad que no se ha
pronunciado sobre la licencia, la que estará obligada a cursarla y a otor-
gar las prestaciones correspondientes, sin perjuicio de su derecho a re-
clamo contra la que estime pertinente; en caso de discrepancia, resolverá
la Superintendencia de Seguridad Social.
Así, por ejemplo, si un trabajador afiliado a Isapre y Mutual, se pre-
senta ante la primera y ésta estima que corresponde a una enfermedad
profesional, se negará a atenderlo, en cuyo caso el trabajador deberá pre-
sentarse ante la Mutual, la que estará obligada a otorgar las prestaciones,
sin perjuicio de su derecho a reclamo ante la Isapre respectiva si estima
que a ésta le correspondía el otorgamiento de la prestación.

3. BASE DE CÁLCULO Y MONTO DEL SUBSIDIO. Será una cantidad equiva-


lente al promedio de la remuneración mensual neta, del subsidio o de

50
El artículo 1º de la Ley Nº 19.299 (D.O. 12.3.94) estableció lo siguiente: “Los subsi-
dios por incapacidad laboral que se otorguen en virtud de los artículos 195, 196 y 199 del
Código de Trabajo, cuyo texto refundido fue fijado por el D.F.L. Nº 1, de 1994, del Ministe-
rio del Trabajo y Previsión Social, y de los artículos 2º y 3º de la Ley Nº 18.867, se regirán
por las normas del Decreto con Fuerza de Ley Nº 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, y en lo pertinente, por las Leyes Nos 18.418 y 18.469”.

114
LA SALUD

ambos, que se haya devengado en los 3 meses calendarios más próximos


al mes en que se inicia la licencia. Tratándose de accidentes que no sean
del trabajo, si el afectado no registra cotizaciones suficientes, se le consi-
derará la remuneración de su contrato de trabajo.51
Tratándose de los subsidios maternales, el Nº 1 del artículo 2º de la Ley
Nº 19.299 (D.O. 12.03.94) estableció que el monto diario de los subsidios
no podrá exceder del equivalente a las remuneraciones mensuales netas,
subsidios o de ambos devengados por las “trabajadoras dependientes” en
los 3 meses anteriores más próximos al séptimo mes calendario que prece-
de al del inicio de la licencia, dividido por noventa, aumentado en el 100%
del I.P.C. en el período comprendido por los 7 meses anteriores al mes pre-
cedente al del inicio de la licencia e incrementado en un 10%.
Agrega la citada disposición que los 3 meses a que se refiere deberán
estar comprendidos dentro de los 6 meses inmediatamente anteriores al
séptimo mes calendario que precede al mes de inicio de la licencia: si den-
tro de dicho período sólo se registraren uno o dos meses con remunera-
ciones y/o subsidios, para determinar el límite del subsidio diario se
dividirá por 30 ó 60, respectivamente.
Finalmente expresa el artículo en comentario que, para los efectos
del subsidio por maternidad –artículos 195 y 196 del Código del Traba-
jo–, se considerarán como un solo subsidio los originados en diferentes
licencias médicas otorgadas en forma continuada y sin interrupción en-
tre ellas.
Las remuneraciones ocasionales o que excedan los períodos de un
mes no se computan, pero el subsidiado no pierde su derecho a ellas.
Si opera un reajuste legal de remuneraciones dentro del período, la
base de cálculo del subsidio se reajusta en igual forma, el subsidio se de-
venga por día, desde el primero de la correspondiente licencia médica,
si ésta fuere superior a 10 días, o desde el cuarto si ella fuere igual o infe-
rior a dicho plazo, y durará hasta el término de la correspondiente licen-
cia médica, aun cuando haya terminado el contrato de trabajo.
El monto diario será una cantidad equivalente a la trigésima parte de
su base de cálculo y no puede ser inferior a la trigésima parte del 50%
del ingreso mínimo del sector privado. El monto de los subsidios se re-
ajustará en cada oportunidad que se cumplan 12 meses de devengamien-
to ininterrumpido, en la variación del 100% del IPC del período
correspondiente. El pago del subsidio lo efectúa la entidad que lo otorga
o el empleador, si así lo ha convenido con ella, y se hace efectivo con la
misma periodicidad que la remuneración, sin que pueda ser, en caso al-
guno, superior a un mes.
El Nº 2 del artículo 2º de la Ley Nº 19.299, ya referida, expresa que
tratándose de trabajadores que tengan más de un empleador o que revis-
tan a la vez las calidades de trabajadores dependientes e independientes,
tendrán derecho al aludido subsidio mínimo en el evento que la suma

51
Ley Nº 18.867. D.O. del 11.12.89.

115
LAS PRESTACIONES

de los subsidios que hubieren devengado en un mismo período no supe-


re el monto de aquel.

4. INCOMPATIBILIDAD. El derecho a los subsidios es incompatible con el


de cesantía, pero éste podrá ser ejercido cuando aquellos terminen. Tam-
bién son incompatibles con los correspondientes a la Ley Nº 16.744, pero
podrán ser ejercidos sucesivamente mientras la incapacidad laboral sub-
sista por alguna de sus causas.

5. NATURALEZA JURÍDICA. Los subsidios son imponibles y no se conside-


ran renta para ningún efecto legal, y su período se considerará como de
cotización efectiva, por lo cual las entidades pagadoras deben hacer un
aporte mensual de un 15% del monto total de los mismos a las entidades
profesionales a las cuales están afiliados los trabajadores.
En el caso de los trabajadores afiliados a una AFP, dado que deben
cotizar para la cuenta de capitalización y la adicional, con cargo al subsi-
dio, las cantidades pagadoras efectuarán la retención correspondiente y
por mandato legal se incrementa el monto del mismo en idéntica suma,
a fin de que mantenga su valor real.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1. El beneficio del pago de los tres primeros días por licencia médica,
cuando en total ésta no pasa de once días, otorgado voluntariamente por
la empresa, no puede dejarse sin efecto unilateralmente.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 6.664/213, de 2 de septiem-
bre de 1987.

2. Procede que una persona afiliada a FONASA pague con un programa


médico los cobros de una clínica médica inscrita en la modalidad de li-
bre elección, no obstante que algunos de los profesionales no estuvieren
inscritos en dicha modalidad.
Dictamen de la Contraloría General de la República Nº 30.060, de 16
de noviembre de 1987.

3. El atraso de un empleador en el envío de una licencia médica a una


caja de compensación de asignación familiar le obliga a pagar con su pro-
pio patrimonio el subsidio a que haya lugar.
Dictamen de la Contraloría General de la República Nº 31.429, de 1º
de diciembre de 1987.

4. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 24 de la Ley Nº 18.469, el


derecho para impetrar el subsidio por incapacidad laboral prescribe en
seis meses a contar del término de la respectiva licencia.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.170, de
11 de febrero de 1988.

116
LA SALUD

5. Procede pagar subsidio por incapacidad temporal de acuerdo a lo dis-


puesto en el artículo 15 del D.F.L. Nº 44, de 1978, incluso después de ter-
minada la relación laboral, sea que se derive de una o de sucesivas e
ininterrumpidas ampliaciones.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.574, de 3
de mayo de 1988.

6. Todas las licencias médicas, sean maternales o por enfermedad, tienen


que ser remitidas por el empleador a la Isapre o al Servicio de Salud res-
pectivo dentro del segundo día, de acuerdo a lo dispuesto en el D.S. Nº 3,
de 1984, del Ministerio de Salud. Para tener derecho a subsidio por inca-
pacidad laboral deben cumplirse dos requisitos: 6 meses de afiliación, y
dentro de ese lapso, 3 meses de cotizaciones, aun cuando se enteren con
servicios anteriores cubiertos por la previsión.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.317, de
31 de mayo de 1988.

7. El trabajador que ha desahuciado su contrato con la Isapre y llegado


el vencimiento del día del plazo se encuentra en situación de incapaci-
dad laboral, la vigencia del contrato se extenderá por el tiempo que dure
la incapacidad y mientras no se declare la invalidez del cotizante. Duran-
te el lapso de prórroga, el cotizante no puede poner término unilateral-
mente al contrato, según el artículo 18, inciso 4º, del D.F.L. Nº 3.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.917, de
22 de junio de 1988.

8. La licencia médica tramitada y despachada por carta certificada a una


Isapre desde un lugar en que no existe oficina receptora de tales licen-
cias, obliga a la Isapre al pago del subsidio, aunque la carta certificada
haya llegado fuera de plazo e incluso con posterioridad a la licencia otor-
gada por 7 días, por estimarse que existe caso fortuito.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 5.379, de
11 de julio de 1988.

9. No cabe otorgar ni extender licencia médica durante el período de


huelga, de acuerdo al artículo 354 del Código y 1º del D.S. de Salud Nº 3,
de 1984.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 7.762, de
22 de septiembre de 1988.

10. Los trabajadores dependientes y que no estén acogidos a subsi-


dios de cesantía deben presentar directamente ante el Servicio de Salud
o ISAPRE, según corresponda, los formularios de licencia médica que el
empleador se niega a firmar.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.023, de 3
de octubre de 1988.

117
LAS PRESTACIONES

11. Las remuneraciones mensuales variables deben formar parte de la


base de cálculo de la cotización adicional para salud. Las remunera-
ciones que se devengan en el curso del año, pero que sólo se hacen
exigibles al término del mismo o en forma esporádica –como ocurre
con las gratificaciones–, deben prorratearse en el período al cual co-
rresponden e incluirse en la base de cálculo de la cotización adicional
para salud establecida en el artículo 8º de la Ley Nº 18.566 y sus modi-
ficaciones.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.346, de
10 de octubre de 1988.

12. Un abogado jubilado de la ex Caja de Empleados Públicos y Perio-


distas y que cotiza en ella el 1%, está obligado también al pago del des-
cuento del 7% si se ha afiliado al nuevo sistema de pensiones, según los
artículos 84 del D.L. Nº 3.500, y 14 de la Ley Nº 16.781, sin perjuicio de
lo dispuesto en la Ley Nº 18.754.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 10.058, de
1 de diciembre de 1988.

13. La cotización adicional del 2% que los trabajadores dependientes pue-


den solicitar que su empleador efectúe a la respectiva Isapre y por la cual
éste tiene derecho a un crédito fiscal por igual suma, constituye una obli-
gación para éste, de acuerdo a la Ley Nº 18.566.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 10.876, de
18 de diciembre de 1988.

14. El subsidio por incapacidad laboral a que se refiere el artículo 8º del


D.F.L. Nº 44 debe calcularse sobre el promedio de remuneraciones o sub-
sidios devengados en los últimos tres meses, sin considerar los permisos
sin goce de sueldo.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 10.892, de
28 de diciembre de 1988.

15. Si el trabajador tiene dos afiliaciones previsionales, el total de las co-


tizaciones destinadas a la salud debe ser percibido por la Institución de
Salud Previsional con la cual tenga celebrado contrato, por cuanto el tope
máximo de imponibilidad debe aplicarse en relación a cada renta o re-
muneración imponible.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 87, de 5 de
enero de 1989.

16. Según el artículo 12 del D.F.L. Nº 44, de 1978, sólo en caso de reajus-
te legal debe también reajustarse el subsidio, por lo cual éste no procede
cuando el reajuste es voluntario.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 1.415/025, de 9 de febrero
de 1989.

118
LA SALUD

17. Sin la autorización expresa del afectado que goza de licencia médi-
ca, el empleador no puede descontar los pagos por cualquier naturaleza
con el tope de 15%.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 2.243/031, de 10 de marzo
de 1989.

18. A juicio de la Superintendencia debe certificarse por el médico tra-


tante la recuperabilidad de la enfermedad por la cual el beneficiario soli-
cita licencia médica. Sin embargo, la Isapre o el Servicio de Salud
correspondiente tiene que apreciar y resolver si ella procede cuando el
médico estima que no es recuperable y, en segunda instancia, en el caso
de la Isapre, tal resolución corresponde al COMPIN respectivo.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.221, de 26
de mayo de 1989.

19. Los requisitos que se exigen por el artículo 4º del D.F.L. Nº 44 para
el pago de subsidio, en cuanto a plazo de afiliación y número de cotiza-
ciones, deben considerar solamente la situación del trabajador y, por lo
tanto, deben computarse todos los períodos de cotizaciones sucesivos, aun-
que correspondan a servicios prestados a distintos empleadores.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.265, de 29
de mayo de 1989.

20. Los trabajadores que gozan de subsidio por salud, sea por enferme-
dad o por maternidad, no tienen derecho cuando se produce un aumen-
to de remuneraciones a raíz de un convenio colectivo.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 5.317/074, de 17 de julio
de 1989.

21. Cuando un trabajador se encuentra en goce de vacaciones no tiene


derecho a subsidio por licencia médica, aunque sea por maternidad, y en
tal caso sólo le corresponde desde la fecha en que debe reintegrarse a
sus funciones, según el artículo 1º del D.S. Nº 3, de 1984, del Ministerio
de Salud.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.324, de 8
de agosto de 1989.

22. La cotización para salud para todos los trabajadores dependientes o


independientes del antiguo y del nuevo sistema es del 7%, de acuerdo a
los artículos 84 y 92 del D.L. Nº 3.500, en concordancia con lo estableci-
do por el artículo 64 de la Ley Nº 18.768.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 537, de 15
de enero de 1990.

23. Los trabajadores independientes que hagan uso de licencia médica


por incapacidad laboral, por enfermedad que no sea profesional o acci-
dentes que no sean del trabajo, tienen derecho a percibir un subsidio

119
LAS PRESTACIONES

por enfermedad en conformidad a las normas del trabajo y previsión


social, si cumplen los requisitos establecidos en el artículo 18 de la Ley
Nº 18.469.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 785, de 23
de enero de 1990.

24. Los anticipos mensuales a cuenta de la gratificación legal establecida


en el artículo 46 del Código tienen el carácter de sueldo para todos los
efectos legales y, por ende, deben incluirse en el cálculo del subsidio por
incapacidad de origen común previsto en el artículo 8º del D.F.L. Nº 44,
de 1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.818, de 23
de febrero de 1990.

25. Los vigilantes, pensionados de las Cajas de Previsión de las Fuerzas


Armadas o Carabineros de Chile, que prestan servicios como dependien-
tes subordinados y en virtud de un contrato, están afectos al descuento
del 7% para el financiamiento de las prestaciones de salud y no pueden
considerarse como prestadores de servicios a honorarios.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 2.124, de 6
de marzo de 1990.

26. Las remuneraciones ocasionales que sólo proceden cuando se cum-


plen determinadas circunstancias inciertas, como es el caso del bono pre-
mio, no pueden ser incluidas en la base de cálculo del subsidio por
incapacidad laboral, de acuerdo con el artículo 10 del D.F.L. Nº 44, de
1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.800, de 3
de mayo de 1990.

27. La resolución acordada por la Comisión de Medicina Preventiva e


Invalidez –COMPIN – sobre cuestiones relacionadas con licencias médicas
sólo produce efecto desde el momento en que es notificada al afecta-
do.
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.924, de 8
de mayo de 1990.

28. El empleador sólo con acuerdo del trabajador puede deducir de


las remuneraciones de sus trabajadores el monto de los préstamos mé-
dicos otorgados por las Isapres, sujetándose al límite del 15% de la re-
muneración total. Esto es así porque las Isapres no son instituciones
de previsión y por lo tanto no es descuento que el empleador esté obli-
gado a efectuar de acuerdo al artículo 57 inciso 1º del Código del Tra-
bajo.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 7.889/168, de 15 de octu-
bre de 1990.

120
LA SALUD

29. Licencia Médica. Las resoluciones de la Comisión Médica Central de


la Superintendencia de AFP se entienden ejecutoriadas desde su notifica-
ción legal.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.903, de 8
de enero de 1990.

30. En un contrato de salud celebrado entre una persona y una determi-


nada Isapre los errores u omisiones de que resulten responsables estas ins-
tituciones no las habilitan a negar los beneficios contratados al afiliado.
Lo anterior rige aun cuando la Isapre demandada alegue una falta
de colaboración por parte del afiliado en solucionar el problema, cuyo
es el caso en cuestión.
Esto devendría de la circunstancia de que en Chile, desde hace un
tiempo, existe una corriente doctrinal que postula que los contratos de
salud son “contratos de adhesión”, en que una de las partes (la Isapre)
fija casi unilateralmente las condiciones del contrato y el afiliado se limi-
ta a aceptarlas. Por ello, al haber errores u omisiones, éstos son de exclu-
siva responsabilidad de la institución previsional.
Superintendencia de Isapres. Enero 29 de 1992. Fallo Arbitral Nº 354-
710/92.

31. Una trabajadora (dependiente) fue despedida de sus labores, hecho


que puso en conocimiento de la respectiva Isapre, la cual la desafilió me-
ses más tarde por el no pago de las respectivas cotizaciones previsionales,
pese a que ella se desempeñó a contar de la fecha de su despido como
trabajadora independiente.
De dicha circunstancia recurrió la trabajadora a la Superintendencia,
para que ésta, actuando como árbitro, declarase que el contrato suscrito
con la ISAPRE se mantenía vigente.
Dicha entidad declaró que la pérdida de la calidad de trabajadora de-
pendiente como causal del término del contrato de salud privado sólo es
aplicable cuando la calidad del dependiente de determinada empresa sea
condición esencial para la celebración del contrato, lo cual sólo es apli-
cable en los denominados convenios colectivos (celebrados con trabaja-
dores de una empresa determinada) o cuando se trata de las llamadas
Isapres “cerradas”, esto es, que atienden solamente a un grupo determi-
nado de trabajadores. Lo contrario, concluye el fallo en análisis, signifi-
caría dejarle entregada a la entidad de salud la facultad de desahuciar el
contrato por su sola voluntad y por causas que incluso ni siquiera son im-
putables al afiliado.
Superintendencia de Isapres. Octubre 15 de 1992. Fallo Arbitral
Nº 549-910/92.

32. Como en todo contrato, en los de salud se debe dar cumplimiento a


los requisitos de existencia y validez que prescribe la ley. En Chile estos
requisitos están establecidos en las normas de Derecho Común. A saber:
capacidad, consentimiento sin vicios, objeto lícito y causa lícita.

121
LAS PRESTACIONES

En este caso, un cotizante ha demandado a su Isapre por negarse ésta


a dar cumplimiento al contrato al no haberse suscrito un documento
anexo al contrato de salud llamado “Declaración de Salud del Afiliado”.
Según la Superintendencia, no puede calificarse esta declaración como
un requisito de existencia del contrato, puesto que ella misma en distin-
tas circulares ha calificado a éste y otros documentos como anexos.
En consecuencia se resolvió acoger la demanda, ya que este contrato
de salud previsional nació a la vida jurídica y estaba plenamente vigente.
Superintendencia de Isapres. Enero 2 de 1993. Fallo Arbitral Nº 855-
1110/92.

33. Esta controversia se presenta entre un afiliado, que era trabajador de-
pendiente, y una Isapre cuando el primero cambia su situación laboral a
la calidad de independiente.
La Isapre no acepta la calidad de cotizante independiente por no
estar contemplada esta situación en el contrato de salud de esa institu-
ción.
La Superintendencia de Isapres, al anunciar su fallo, hace presente
que la Ley Nº 18.933, que regula las Isapres, en su artículo 30 se refiere
a las distintas calidades de cotizantes, señalando a los trabajadores de-
pendientes, pensionados, independientes e imponentes voluntarios. Sien-
do así, a juicio de esta Superintendencia resulta irrelevante el hecho de
que los contratos de salud no hagan mención de dichas calidades expre-
samente.
Por lo tanto, y considerando que el contrato de salud no termina en
el caso de que el afiliado, que es un trabajador dependiente, cambie su
situación laboral a independiente, la Superintendencia de Isapres falla a
favor del cotizante.
Superintendencia de Isapres. Marzo 3 de 1993. Fallo Arbitral Nº 012-
1010/93.

34. Por la Ley Nº 18.933, que regula el sistema de salud previsional chile-
no y que trata de las Isapres, se dice que para acceder a este sistema y
para obtener las prestaciones correspondientes, es necesario contratar in-
dividualmente, y visualiza la posibilidad de convenios colectivos de salud
para la obtención de mejores beneficios.
El caso que se expone señala la coexistencia de afiliados que bajo un
mismo convenio colectivo tienen distintos contratos individuales, consul-
tándose sobre la validez de esta situación.
La Superintendencia de Isapres, pronunciándose al respecto, señala
que se ajusta totalmente a derecho tal situación, ya que la legislación na-
cional discurre sobre contratos individuales y que el convenio colectivo
sirve para obtener mejores beneficios, lo que no obsta a que los contra-
tos individuales sean distintos, teniendo como único punto de semejanza
lo que surgió del convenio colectivo.
Superintendencia de Isapres. Dictamen Nº 469, de 11 de marzo de
1993.

122
LA SALUD

35. Es improcedente que la Isapre niegue la cobertura preferente al be-


neficiario que se ha sometido al procedimiento establecido en el contra-
to para acceder a ella, en situación que ha sido trasladado a un centro
hospitalario no contemplado en su plan de salud para efectos de cober-
tura, por su médico tratante –perteneciente al prestador preferencial– lo
que importa una derivación que no permite enmarcar la hospitalización
dentro de la libre elección. Más aún cuando resultó posible presumir que
el paciente no estaba en condiciones de decidir por sí mismo ni menos
contravenir las indicaciones de su médico tratante.
Superintendencia de Isapres, Rol 44954-1999, 11 de enero de 2001.

36. No le compete a la Isapre aplicar normas que no están contenidas en


el contrato de salud, como finalidad de establecer si se cumplen los re-
quisitos para otorgar la cobertura preferente contemplada en el plan de
salud.
Superintendencia de Isapres, Rol 51058-1999, 12 de enero de 2001.

37. Exclusiones de cobertura respecto de enfermedades preexistentes no


declaradas, negativa por parte de la Isapre.
No resulta procedente la exclusión de cobertura respecto de enfer-
medades preexistentes no declaradas, si la propia Isapre ha admitido que
de haberse registrado en la declaración de afiliación, sólo hubiera restrin-
gido la cobertura.
Superintendencia de Isapres, Rol 17857-2000, 17 de enero de 2001.

38. Es improcedente la negativa de cobertura respecto de enfermedades pre-


existentes no declaradas, si la omisión de este antecedente en la respectiva
declaración se ha producido por una falta de diligencia en la orientación
del representante de la Isapre, respecto de la obligación de declarar patolo-
gías preexistentes, y al instar al afiliado a referirse a su estado de salud como
el de su familia en términos generales, como “estamos todos sanos”.
Superintendencia de Isapres, Rol 50395-1999, 17 de enero de 2001.

39. La Isapre es responsable por las irregularidades cometidas por sus


agentes de ventas en los procesos de afiliación. En la declaración de sa-
lud del afiliado no se registraron antecedentes mórbidos y, según lo ex-
puesto en el proceso, se concluyó que el agente de ventas que lo afilió
tenía claro que por su edad –63 años– éste sería evaluado por la Contra-
loría Médica, situación que no advirtió al afiliado, habiendo cursado su
desafiliación de la anterior Isapre, previo a dicha evaluación, no obstante
que no estaba garantizada su aceptación por parte de la institución, la
que, en definitiva, dispuso el término de contrato por haber omitido aquél
sus preexistencias patológicas, sanción que se estimó improcedente.
Superintendencia de Isapres, Rol 57554-1999, 4 de abril de 2001.

40. Este tipo de prestaciones de carácter de embellecimiento se encuen-


tran excluidas de la cobertura en conformidad a la ley, sin embargo no

123
LAS PRESTACIONES

están excluidas aquellas que, tendiendo a la vez un efecto estético, están


destinadas al tratamiento de carácter patológico, por lo tanto debe ser
cubierta por la Isapre.
Superintendencia de Isapres, Rol 48903-1999, 17 de abril de 2001.

41. Es improcedente el término de contrato por cuestiones meramente


formales, entre ellas, la omisión en la declaración de salud, de la cual no
deriva ningún perjuicio para la Isapre, ya que en la avaluación del riesgo
que ésta asume no le produce menoscabo a sus intereses.
Superintendencia de Isapres, Rol 25799-2000, 30 de mayo de 2001.

42. Es improcedente la negativa por parte de la Isapre a celebrar un con-


trato con una persona que ha detentado la calidad de beneficiaria de la
misma Institución por un largo período, infiriendo que ello significaría
asumir un riesgo mayor por los eventuales subsidios por incapacidad la-
boral que pudieran acontecer producto de una patología que se le diag-
nosticó durante su permanencia en la misma Isapre. Se debe tener en
cuenta que la recurrente, si al tiempo que fue carga legal de su cónyuge,
hubiera solicitado a la Institución su incorporación como afiliada direc-
tamente, la Isapre habría aceptado sin reparos su incorporación, por lo
que no parece razonable que habiendo permanecido tanto tiempo en la
misma Isapre, le niegue ese derecho por los antecedentes anteriormente
señalados.
Superintendencia de Isapres, Rol 52248-1999, 22 de junio de 2001.

43. No es apropiado el término de contrato de salud, por el hecho que el


afiliado no comunique un cambio de su situación laboral, dentro del pla-
zo establecido para tal efecto, si la Isapre no ha sufrido un perjuicio irre-
parable con tal incumplimiento, tomando en cuenta que el contrato de
salud está inserto en el ámbito de la seguridad social, por lo que debe
velar por su estabilidad, más aún en el caso que el cotizante se presenta
en condiciones de salud que dificultarían su ingreso a otra institución.
Además el cotizante en el caso específico reparó el perjuicio al efectuar
el pago de la deuda a la Institución en cuestión.
Superintendencia de Isapres, Rol 32783-2001, 9 de agosto de 2001.

44. No resulta prudente ni razonable dar lugar al término de contrato


de 10 años de vigencia y negar la cobertura a las prestaciones derivadas
de una patología preexistente no declarada, en situación que la Isapre
pudo haber tomado conocimiento respecto de ella varios años antes de
resolver las referidas medidas, de haber efectuado un exhaustivo con-
trol en el otorgamiento de prestaciones, cuestión que no realizó, dan-
do como resultado lógico que el afiliado tuviera como convicción que
su condición de salud estaba en conocimiento de la Isapre y, en conse-
cuencia, que no era previsible que pudiese estar afecto a ningún tipo
de sanción.
Superintendencia de Isapres, Rol 6262-2000, 22 de agosto de 2001.

124
LA SALUD

45. Es extemporánea la medida de término de contrato adoptada por la


Isapre, por una patología preexistente no declarada, si ésta, previamente,
había efectuado un exhaustivo análisis de un programa médico presenta-
do para el pago de una hospitalización. Con ello, pudo tomar perfecto co-
nocimiento de la enfermedad y entonces aplicar la sanción antes referida.
Superintendencia de Isapres, Rol 2622-2000, 31 de agosto de 2001.

46. No es procedente, ni a la vez prudente, la terminación de contrato


provocado por la Isapre al afiliado, cuando al tribunal le cabe una duda
razonable acerca de que el agente de ventas que participó en la afiliación
pudo tener responsabilidades en la omisión de la patología preexistente,
más aún, que este agente de ventas ha sido objeto de reiteradas denun-
cias por tales omisiones, lo que provocó su despido del ente prestador de
servicios de salud.
Superintendencia de Isapres, Rol 100053-2000, 29 de octubre de 2001.

47. Resulta no procedente la negativa total por parte de la Isapre respec-


to de la cobertura de enfermedades preexistentes no declaradas, si en este
caso el agente de ventas que realizó el procedimiento de afiliación pudo
tomar conocimiento en forma personal de aquellas en tal acto y no instó
al contratante a declararlas, debiendo hacerlo.
Superintendencia de Isapres, Rol 39663-2001, 16 de noviembre de
2001.

48. Es improcedente el término de contrato en el caso en que tanto el


afiliado como el agente de ventas hayan tenido responsabilidad en la omi-
sión de un antecedente de salud; por otra parte, en esas circunstancias es
equitativo el otorgamiento de una cobertura parcial.
Superintendencia de Isapres, Rol 25770-2000, 28 de noviembre de
2001.

49. Para resolver respecto de la procedencia de la cobertura de una en-


fermedad preexistente no declarada, debe tener en consideración el tri-
bunal tanto los antecedentes que se consagran en autos como también
aquellos que están en su conocimiento, como en este caso el proceder
del agente de ventas que participó en la afiliación y la conducta que tien-
den a seguir las Isapres en relación con los antecedentes que omiten cuan-
do éstos son declarados por los contratantes.
Superintendencia de Isapres, Rol 11715-2000, 30 de noviembre de
2001.

50. Resulta procedente la cobertura de las atenciones otorgadas fuera del


prestador cerrado contemplado en el plan de salud, no obstante que no se
cumpla con el procedimiento previsto en el contrato para tal efecto, si con-
curren circunstancias que justifican tal conducta por parte del cotizante.
Superintendencia de Isapres, Rol 11014-2000, 21 de diciembre de
2001.

125
LAS PRESTACIONES

51. Es excusable la omisión de una patología por parte del afiliado en la


declaración de salud, si ello fue producto del escaso tiempo que ha trans-
currido entre la desafiliación y la posterior reincorporación del cotizante
a la misma Isapre y la enfermedad preexistente se desarrolló durante la
vigencia del primer contrato.
Superintendencia de Isapres, Rol 20523-2000, 14 de enero de 2002.

52. Es improcedente provocar el término de contrato por el hecho de


no haberse declarado una enfermedad preexistente, si han transcurrido
más de 5 años desde la fecha de suscripción del contrato o desde su ajus-
te a la Ley N° 19.381.
Superintendencia de Isapres, Rol 49187-2001, 8 de mayo de 2002.

53. Es improcedente negar toda la cobertura de una cirugía plástica, si


al mismo tiempo se han desarrollado procedimientos con fines repara-
dores, además de los estéticos.
Superintendencia de Isapres, Rol 201129-2001, 22 de agosto de 2002.

54. Con el fin de poder determinar la procedencia de la cobertura, res-


pecto a enfermedades preexistentes no declaradas, el tribunal debe so-
pesar la diligencia con que actuó la Isapre en relación con la información
que se le proporcionó al afiliado al momento de la contratación.
Superintendencia de Isapres, Rol 300127-2001, 22 de agosto de 2002.

55. No es procedente otorgar las prestaciones de cobertura que otorga


la Isapre, derivadas de una enfermedad preexistente no declarada, espe-
cíficamente, si al momento de afiliarse el cotizante tenía perfecta concien-
cia de que requeriría relevantes prestaciones por su causa.
Superintendencia de Isapres, Rol 42058-2001, 23 de septiembre de
2002.

56. No es procedente la restricción de cobertura para las prestaciones de


patologías preexistentes declaradas, si la Isapre infringió la normativa vi-
gente al imponerla.
Superintendencia de Isapres, Rol 100204-2002, 8 de octubre de 2002.

57. No es procedente dar término al contrato de salud por parte de la


Isapre y negar en su totalidad la cobertura reclamada, si a juicio del tri-
bunal cabe una duda razonable acerca de la orientación general entrega-
da por el representante de la Institución al contratante en el momento
de afiliación.
Superintendencia de Isapres, Rol 45237-2001, 18 de octubre de 2002.

58. Existe una falta de prudencia en el término de contrato producto


de la omisión de patologías preexistentes, si de la conducta desplegada
por la Isapre en relación a un convenio colectivo, donde se desprende
que la Isapre no impidió la afiliación de quienes consignaron anteceden-

126
LA SALUD

tes de salud de gran relevancia y aun así, no impuso restricciones a su


cobertura.
Superintendencia de Isapres, Rol 44831-2001, 20 de diciembre de
2004.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

1. Se ha dado como jurisprudencia recurrente, en los pocos casos exis-


tentes, el hecho que en las demandas en contra de las Isapres para obte-
ner el cumplimiento de los contratos de salud corresponde la competencia
a los juzgados civiles y no a los laborales, porque se señala en la ley que
corresponde dicha competencia a tribunales ordinarios y los laborales son
especiales.
Tal es la situación de una Isapre demandada en juicio ordinario labo-
ral, para el pago de bonificaciones a determinadas prestaciones de salud,
que surgían del contrato que ella había suscrito.
La Isapre opone excepción de incompetencia basada en el argumen-
to antes mencionado, lo que es acogido por el tribunal de primera ins-
tancia (laboral), y confirmado por el de segunda instancia cuando el
demandante apela, llegando así, por vía de queja, a la Corte Suprema, la
que confirma lo señalado en ambas instancias y condena en costas al re-
currente.
Excelentísima Corte Suprema. Queja Nº 6.533. Junio 25 de 1992.

2. No procede el recurso de protección en contra de una Isapre cuando


ésta ha desahuciado un contrato de prestaciones médicas, basada en que
el beneficiario proporcionó antecedentes falsos para obtenerlas.
Excelentísima Corte Suprema de Justicia. Recurso de protección
Nº 13.652, de 11 de enero de 1989, causa Calderón Astorga, Fernando,
con Isapre Consalud. Corte de Apelaciones de Santiago.

127
ESTADÍSTICAS SISTEMA ISAPRES*

CUADRO 1
R ESULTADOS FINANCIEROS COMPARADOS DEL SISTEMA ISAPRE
PERÍODO ENERO-DICIEMBRE

Fuente: Superintendencia de Isapres.


Cifras expresadas en moneda de diciembre de 2003.

* Fuente: Superintendencia de Isapres.

128
CUADRO 2
COTIZANTES VIGENTES DEL SISTEMA ISAPRE AÑO 2003

129
LA SALUD

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Beneficiarios.


CUADRO 3
BENEFICIARIOS VIGENTES DEL SISTEMA ISAPRE AÑO 2003

130
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Beneficiarios.


CUADRO 4
TASAS PROMEDIO POR BENEFICIARIOS SEGÚN SEXO. ENERO-DICIEMBRE DE 2002 (1)

131
LA SALUD

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Nota: Beneficiarios promedio ene.-dic. 2002 de hombres, mujeres y total.
Cifras monetarias en pesos nominales del período.
(*) Estos montos contienen los Códigos 2501001 al 2501030 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 5
CARGAS VIGENTES DEL SISTEMA ISAPRE AÑO 2003

132
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Beneficiarios.


CUADRO 6
MONTO DE SUBSIDIOS PAGADOS POR REGIÓN Y TIPO DE LICENCIA
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

133
LA SALUD

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


(*) Incluye licencias maternales suplementarias.
(**) Incluye licencias pre y post natal.
CUADRO 7
MONTO DE SUBSIDIOS PAGADOS POR TRAMOS DE EDAD Y TIPO DE LICENCIA DE COTIZANTES SEXO FEMENINO
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

134
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


(*) Incluye licencias maternales suplementarias.
(**) Incluye licencias pre y postnatal.
CUADRO 8
MONTO DE SUBSIDIOS PAGADOS POR TRAMOS DE EDAD Y TIPO DE LICENCIA DE COTIZANTES SEXO MASCULINO
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

135
LA SALUD

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


CUADRO 9
NÚMERO DE LICENCIAS TRAMITADAS POR SEXO , TIPO DE TRABAJADOR Y TIPO DE LICENCIA
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

136
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


(*) Incluye licencias maternales suplementarias.
(**) Incluye licencias pre y postnatal.
CUADRO 10
NÚMERO DE LICENCIAS TRAMITADAS POR TRAMOS DE RENTA, SEXO Y TIPO DE RESOLUCIÓN
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

137
LA SALUD

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


CUADRO 11
NÚMERO DE LICENCIAS TRAMITADAS POR TRAMOS DE RENTA Y TRAMOS DE EDAD DE COTIZANTES SEXO FEMENINO
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

138
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


CUADRO 12
NÚMERO DE LICENCIAS TRAMITADAS POR TRAMOS DE RENTA Y TRAMOS DE EDAD DE COTIZANTES SEXO MASCULINO
ENERO-DICIEMBRE DE 2002

139
LA SALUD

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


CUADRO 13
PRESTACIONES MÉDICAS COMPARADAS DEL SISTEMA ISAPRE. PERÍODO ENERO-DICIEMBRE

140
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Nota: Beneficiarios promedio ene.-dic. de cada año.
(1) Esta cifras son provisionales.
CUADRO 14
PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS SECTOR PRIVADO. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

141
LA SALUD
CUADRO 14 (continuación).

142
LAS PRESTACIONES
CUADRO 14 (continuación).

143
LA SALUD
CUADRO 14 (continuación).

144
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Nota: Beneficiarios promedio ene.-dic. 2002 de hombres, mujeres y total.
Cifras monetarias en pesos nominales del período.
(*) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 15
PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS POR SEXO SECTOR PÚBLICO. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

145
LA SALUD
CUADRO 15 (continuación).

146
LAS PRESTACIONES
CUADRO 15 (continuación).

147
LA SALUD
CUADRO 15 (continuación).

148
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Nota: Beneficiarios promedio ene.-dic. 2002 de hombres, mujeres y total.
Cifras monetarias en pesos nominales del período.
(*) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 16
PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS POR TIPO. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

149
LA SALUD
CUADRO 16 (continuación).

150
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Nota: Beneficiarios promedio ene.-dic. 2002 y de mujeres en(*).
Cifras monetarias en pesos nominales del período.
(**) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(***) Estos montos contienen los Códigos 2501001 al 2501030 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 17
PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS POR SEXO Y TIPO. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

151
LA SALUD
CUADRO 17 (continuación).

152
LAS PRESTACIONES
CUADRO 17 (continuación).

153
LA SALUD
CUADRO 17 (continuación).

154
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Nota: Beneficiarios promedio ene.-dic. 2002 de hombres, mujeres y total.
Cifras monetarias en pesos nominales del período.
(*) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 18
PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS POR SEXO Y EDAD. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

155
LA SALUD
CUADRO 18 (continuación).

156
LAS PRESTACIONES

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.


Cifras monetarias en pesos nominales del período.
(*) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 19
MONTO FACTURADO EN PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS POR SEXO Y EDAD. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

157
LA SALUD
CUADRO 19 (continuación).

158
LAS PRESTACIONES
CUADRO 19 (continuación).

159
Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.
LA SALUD

Cifras monetarias en pesos nominales del período.


(*) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 20
MONTO BONIFICADO EN PRESTACIONES MÉDICAS OTORGADAS POR SEXO Y EDAD. ENERO-DICIEMBRE DE 2002(1)

160
LAS PRESTACIONES
CUADRO 20 (continuación).

161
LA SALUD
CUADRO 20 (continuación).

162
Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Prestaciones.
LAS PRESTACIONES

Cifras monetarias en pesos nominales del período.


(*) Estos montos contienen los Códigos 2101001 y 2101002 del Arancel de la Modalidad Libre Elección del FONASA.
(1) Estas cifras son provisionales.
CUADRO 21
ALGUNAS PRESTACIONES DEL AÑO 2002 VINCULADAS AL PLAN AUGE

163
LA SALUD
CUADRO 21 (continuación).

164
LAS PRESTACIONES
CUADRO 22
NÚMERO DE LICENCIAS RECLAMADAS A LA COMPIN POR TIPO DE RESOLUCIÓN(*)
E NERO-DICIEMBRE DE 2002

Fuente: Superintendencia de Isapres. Archivo Maestro de Licencias Médicas.


(*) Incluye licencias curativas, maternales, hijo menor y otras sin clasificar.

165
LA SALUD
CAPÍTULO VIII

LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO


Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

I. MARCO CONCEPTUAL

1. TEORÍAS DE LA RESPONSABILIDAD POR ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFER-


MEDADES PROFESIONALES. Los autores reconocen diversas teorías que se-
ñalan la responsabilidad que existe para indemnizar los infortunios que
pueden ocurrirles a los trabajadores y les produzcan incapacidad tempo-
ral o permanente para el trabajo y, en consecuencia, para ganar su sus-
tento y el de su grupo familiar.52
Las teorías que existen sobre la materia son muy variadas, ellas han
evolucionado constantemente y han acarreado, por ende, la adecuación
de la legislación positiva.
En la era industrial, cuando el trabajador sufría un accidente del tra-
bajo, al no contar –todavía no cuenta– con un respaldo económico sufi-
ciente para hacer frente a tamaña contingencia, quedaba entregado a la
benevolencia de su empleador o a la beneficencia pública o privada o,
lisa y llanamente, debía implorar la caridad pública.
La legislación existente entonces no permitía demandar al emplea-
dor por accidente del trabajo, a menos que se probara que el accidente
se había debido a su culpa, por ser ésta la única causa general de respon-
sabilidad dentro del Derecho Común.
De acuerdo con tal doctrina, para que una persona indemnice los da-
ños sufridos por otra es necesario que el acto que ha ocasionado el daño
le sea moralmente imputable, es decir, debido a su culpa. Culpable signi-
fica haberlo querido o haberlo podido prever y evitar: el acto se relacio-
na directamente con el agente y éste, acreditada su intervención, ha de
responder, ya criminalmente (sanción penal), ya civilmente (indemniza-
ción de perjuicios); tal es la doctrina que contemplaba y contempla nues-
tro Código Civil en el Título XXXV del Libro IV, “De los delitos y
cuasidelitos”.

52
JORGE EDWARDS, Los accidentes del trabajo, Santiago, 1937.

167
LAS PRESTACIONES

En esa época, en que la única responsabilidad que el afectado podía


invocar era la de la culpa del empleador, fundada en el Derecho Común,
era muy difícil, por no decir imposible, que la víctima de un accidente
pudiera obtener indemnización, ya que de acuerdo con el principio del
onus probandi, la prueba corría a su cargo. Además, la causa de la respon-
sabilidad –culpa del empleador– era por lo general muy difícil de pro-
bar, aun cuando pudiera el trabajador acreditar el hecho mismo que le
ocasionó la lesión.
De acuerdo con la legislación vigente en aquella época, el emplea-
dor podía excusar su responsabilidad alegando caso fortuito, ya que den-
tro de nuestro Derecho a lo imposible nadie está obligado, o bien podía
atribuir el accidente a culpa o negligencia del trabajador, por lo que siendo
más posible al empleador acreditar las circunstancias que ocurren en el
local de trabajo, podía fácilmente liberarse de todo cargo.
Con el transcurrir del tiempo, esta denominada teoría subjetiva de la
culpa fue perdiendo terreno frente a la realidad, ya que las víctimas de
accidentes, al no ser indemnizadas por sus empleadores, debían pesar
como cargas sobre la sociedad y principalmente sobre el Estado.
Comenzó así a abrirse paso una nueva teoría, que en definitiva reem-
plazó a la anterior; según ella, el que crea una industria genera con ella
los riesgos consiguientes; los trabajadores como factor de producción son
incorporados a la esfera de acción del empleador, quien, en razón de su
actividad, se apropia de todas las circunstancias que de ellos nazcan y de
los riesgos que puedan correr quienes le sirven y que se encuentran ex-
puestos a los resultados que la actividad empresarial produce.
La nueva teoría, como se ve, descartaba la idea de culpa del emplea-
dor en los accidentes sufridos por sus trabajadores. Por el contrario, par-
tía de la base de un contrato que unía a las partes, en virtud del cual el
trabajador, al entregar sus servicios al empleador bajo su directiva, me-
diante una remuneración, pasaba a formar o a integrar la actividad pro-
ductora del empleador, y éste, por tanto, debía comprometerse a
garantizar su salud desde el inicio y hasta el término del contrato.
Esta tesis basada en el contrato de trabajo, llamada por lo mismo con-
tractual, del riesgo creado o de la imprevisión, desplazó la teoría subjetiva de
la culpa, con enormes ventajas para el trabajador, ya que en la teoría de
la culpa, como recién se ha indicado, el peso de la prueba recaía sobre la
víctima del accidente, mientras que en la teoría del riesgo creado se in-
vierte el peso de la prueba en juicio.
En esta última se parte de la base de que como el empleador debe
garantizar la salud de sus trabajadores, al ocurrirle un accidente a algu-
nos de éstos, se presume responsable a aquél, quien para liberarse de res-
ponsabilidad tendría que probar que no hubo ni culpa ni negligencia de
su parte, o que el accidente se debió a caso fortuito –del cual nadie res-
ponde– o que se debió a culpa del trabajador.
Esta teoría del riesgo creado o de la imprevisión no satisfizo, sin em-
bargo, las exigencias de las víctimas de accidentes; eran muchas las oca-
siones en que nada podían obtener frente al empleador que los ocupaba

168
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

y que reemplazaba el material humano inutilizado, por nuevos servido-


res. Siempre el empleador disponía de medios de prueba suficientemen-
te fuertes para destruir la presunción de responsabilidad o para imputar
la culpa del accidente al trabajador mismo.
La necesidad impuso una nueva fórmula legal a fin de hacer más fá-
cil el camino del trabajador accidentado para obtener la indemnización
debida. Nació así la tercera teoría, llamada del riesgo profesional. En ella se
parte de la base que la responsabilidad del empleador no nace de su cul-
pa ni del contrato de trabajo, sino que deriva de la existencia de la em-
presa misma. Se dice que la industria constituye en sí un sistema complejo
de actividades y riesgos y que al ocurrir un siniestro en el trabajo que le-
sione a un trabajador, la empresa debe hacerse cargo de sus consecuen-
cias por la sola circunstancia de sobrevenir.
Se agrega que la empresa responde por estos riesgos, porque ella los
crea con su actividad y porque es la empresa misma quien se beneficia
con la actividad de los trabajadores que ocupa; que si alguno de ellos se
lesiona o muere a causa de un accidente del trabajo, debe la empresa re-
parar el daño, tal como lo haría si se tratara de otro bien de producción,
como una maquinaria o herramienta.
Los autores, al referirse a estas tres teorías, dicen que la primera, la
de la culpa del empleador o subjetiva, es propia de la legislación indivi-
dualista, que pasa en seguida por un período de transición –teoría del
riesgo creado o contractual–, para llegar a la solución de la teoría del ries-
go profesional, que es propia del Derecho Social. A la última teoría, la
del riesgo profesional, también se le llama teoría objetiva, porque parte de
la realidad del accidente mismo y lo acepta como un riesgo propio de la
actividad de la industria.
Esta teoría objetiva o del riesgo profesional sólo reconoce dos excep-
ciones a la responsabilidad empresarial, que es amplísima. Ellas son: a)
cuando el accidente del trabajo se debe a fuerza mayor extraña y sin rela-
ción alguna con el trabajo, y b) cuando el accidente es producido inten-
cionalmente por la víctima.
Estas limitaciones a la teoría de la responsabilidad objetiva del em-
pleador merecen una explicación. En el Derecho Común, por lo gene-
ral, son términos sinónimos caso fortuito y fuerza mayor. En materia de
accidente del trabajo cabe hacer un distingo fundamental; es cierto que
el caso fortuito es aquel que escapa a la previsión humana, pero cuya causa
reside en el funcionamiento mismo de la explotación o trabajo, por ejem-
plo, la explosión de un motor. La fuerza mayor es, por el contrario, la
expresión de un fenómeno natural, de orden físico o moral, que escapa
a toda previsión, también, pero cuya causa es enteramente extraña a la
explotación o trabajo.
Dentro de la teoría de la objetividad, el empleador no responde de
las fuerza mayor, siempre que ella sea extraña y sin relación alguna con
el trabajo, pero sí responde de los accidentes ocurridos por causa fortui-
ta, como son la mayoría, porque ellos son simples riesgos que él ha crea-
do en su actividad productiva.

169
LAS PRESTACIONES

También responderá de los accidentes que se deban a negligencia,


descuido o aun culpa del trabajador. Sólo no responderá cuando el acci-
dente haya sido provocado intencionalmente por la víctima, o sea, con
intención de producir las consecuencias que derivan del accidente; es en-
tonces necesario que no sólo haya ejecutado libre y espontáneamente el
acto que determina el accidente, sino que haya querido obtener los re-
sultados propios de un accidente. Los autores coinciden en que basta el
dolo del trabajador para ejecutar el acto mismo y querer producir las con-
secuencias propias de un accidente, para liberar de responsabilidad al
empleador, aun cuando el accidente se haya preparado para lesionar a
otro trabajador y resulte lesionado el autor.

2. POSICIÓN DE NUESTRA LEGISLACIÓN. El Código del Trabajo de 1931, has-


ta la fecha de ser modificado por la Ley Nº 16.744, en materia de acci-
dentes del trabajo se apoyaba y desarrollaba ampliamente en la teoría del
riesgo profesional, según la cual el empleador responde de todos los ac-
cidentes del trabajo, salvo fuerza mayor extraña al trabajo o dolo del tra-
bajador.
Al dictarse la Ley Nº 16.744, de 1º de febrero de 1968, podemos de-
cir que se abandona la teoría del riesgo profesional para entrar a una más
moderna, adoptando la teoría de la responsabilidad social, en que ya no es el
empleador quien responde de las consecuencias de los infortunios del tra-
bajo, sino un ente asegurador, quien sí obtiene los recursos del fondo de
indemnización, principalmente de la cotización obligatoria de los emplea-
dores.
Esta nueva teoría se basa en que una de las consecuencias más signi-
ficativas del accidente (la interrupción temporal o permanente para el
trabajo que sufre la víctima, lo que le acarrea la discontinuidad de su in-
greso) produce un efecto en cadena, ya que partiendo de él, afectará tam-
bién a su grupo familiar, a la empresa y la colectividad misma. En
consecuencia, se dice, el riesgo pasa a ser social y, teniendo este carácter,
es lógico que el sistema que lo cubra –a través de un seguro obligatorio–
también sea de carácter social, basado en la responsabilidad colectiva.
De esta forma, es la sociedad quien contribuye al financiamiento del
seguro a través de los empleadores, que –como grupo– son parte impor-
tante de la sociedad, concretando así el principio básico de la Seguridad
Social, la solidaridad. De esta manera se eliminan también los problemas
que antaño se producían en las legislaciones anteriores, cuando el riesgo
era de exclusivo cargo del empleador, ya sea en cuanto a la prueba del
siniestro, su evaluación o su indemnización. Ahora es la sociedad la que
debe responder por sus consecuencias.
La Ley Nº 16.744 empieza por declarar obligatorio el seguro social
contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, y
por señalar quiénes están obligados a él –disposición que es amplísima,
como lo veremos–, e indicar cuáles son las contingencias cubiertas –acci-
dentes del trabajo y enfermedades profesionales–, y si bien amplía respecto
de los accidentes el campo de su ocurrencia a los acaecidos en el trayec-

170
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

to directo de ida o regreso entre la habitación y el lugar de trabajo de la


víctima, sigue exceptuando los accidentes debidos a fuerza mayor extra-
ña y sin relación alguna con el trabajo y los producidos intencionalmen-
te por la víctima, con la sola excepción de que se pueden otorgar los
beneficios en caso de fuerza mayor en razón de la necesidad de residir
ésta o desempeñar sus labores en el lugar del siniestro.
Analizaremos brevemente las excepciones señaladas. El artículo 45 de
nuestro Código Civil considera sinónimos a la fuerza mayor y el caso for-
tuito, ya que dice: “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a
que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresa-
miento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un funcionario
público, etc.”. La doctrina distingue, sin embargo, y llama caso fortuito
al que proviene de un acto de la naturaleza, y fuerza mayor cuando pro-
viene de una autoridad. Tal criterio fue seguido por el legislador del Có-
digo del Trabajo, que distingue la fuerza mayor del caso fortuito, exime
al asegurador cuando la fuerza mayor es extraña y sin relación alguna con
el trabajo, pero lo hace responsable, en cambio, cuando el accidente se
debe a caso fortuito.
Hemos señalado ya que en materia de accidentes, si bien el caso for-
tuito escapa a las previsiones humanas, su causa reside en el funcionamien-
to mismo de la explotación o trabajo, es la culpa objetiva, la culpa de la
empresa donde la víctima trabaja y es, precisamente, la principal causal
del riesgo profesional. En cambio, la fuerza mayor sigue teniendo el va-
lor que le asigna la legislación civil, o sea, es un fenómeno natural, de
orden físico o moral, que si bien escapa a toda previsión, también su cau-
sa es enteramente ajena, extraña a la explotación o trabajo. Son causales
estimadas de fuerza mayor en los accidentes del trabajo los terremotos,
las inundaciones, los bombardeos, los ciclones, los tornados, el exceso de
calor o frío, etc.
Además, el legislador ha dispuesto, para liberar de responsabilidad al
asegurador en caso de un accidente debido a fuerza mayor, que ésta sea
extraña y sin relación alguna al trabajo, porque si alguna relación existie-
re entre la fuerza mayor y el trabajo, estaríamos en presencia de un acci-
dente del trabajo. Por lo general, podemos decir que no se consideran
accidentes del trabajo los casos debidos a la acción de las fuerzas de la
naturaleza, aunque sobrevengan durante el trabajo, pero que sí se consi-
deran cuando se constate que el trabajo ha contribuido a poner en movi-
miento esas fuerzas o a agravar efectos.53
Además, debe consignarse que los consejos de los organismos admi-
nistradores del seguro pueden otorgar el derecho a los beneficios en caso

53
En este sentido, se puede consultar un interesante fallo emitido por los Tribunales
de Justicia en relación al aluvión de El Alfalfal (29/11/86) y un fundado comentario al res-
pecto efectuado por la profesora Lucía Verdugo Ernst en Revista Laboral Chilena, Nº 7/1992.
En relación a la misma materia, se puede consultar el interesante comentario del abogado
Diego Corvera Vergara, publicado en la Revista Laboral Chilena, Nos 9 y 10 del año 1996.

171
LAS PRESTACIONES

de accidentes debidos a fuerza mayor extraña al trabajo que afectaren al


afiliado en razón de su necesidad de residir o desempeñar sus labores en
el lugar del siniestro.
En cuanto al accidente producido intencionalmente por la víctima,
debe tenerse presente que es necesario que haya existido por su parte dolo
o malicia, es decir, que no sólo haya ejecutado libre y espontáneamente el
acto que determina el accidente, sino que además haya querido producir
las consecuencias precisas que de él derivan.
Se admite, sin embargo, por extensión, que basta que el trabajador
haya querido lesionar a un tercero –lesionándolo a él el acto que ejecu-
ta– para eximir al empleador de responsabilidad por el accidente causa-
do, ya que en tal caso también estaríamos en presencia de un accidente
intencional de la víctima.
La Ley Nº 16.744 establece solamente sanción de multa para el traba-
jador que provoca accidentes por negligencia inexcusable, aun en el caso
de que él mismo sea su víctima. Asimismo, señala que los reglamentos in-
ternos de seguridad e higiene en el trabajo deberán consultar la aplica-
ción de multas a los trabajadores que no utilicen los elementos de
protección personal que se les hayan proporcionado o que no cumplan
las normas o instrucciones impartidas.

3. CONCEPTO DE ACCIDENTE DEL TRABAJO. La ley define el accidente del


trabajo como toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del traba-
jo y que le produzca incapacidad para el mismo o muerte. De dicho concepto se
desprende que la lesión, para que se considere accidente del trabajo, se
debe producir a causa o con ocasión del trabajo y debe dejar incapaci-
dad a la víctima para el mismo. Además, y como un factor determinante
para diferenciar el accidente del trabajo de la enfermedad profesional,
la doctrina ha agregado un tercer requisito: que el accidente se produzca
por una causa exterior anormal y, en general, repentina y violenta. Exa-
minaremos a continuación estas condiciones.
La primera ley sobre accidentes del trabajo, la Nº 3.170, de 30 de di-
ciembre de 1916, exigía la acción repentina y violenta de una causa ex-
terna a la víctima para considerarla accidente del trabajo. La ley siguiente,
la Nº 4.055, de 8 de septiembre de 1924, que la vino a reemplazar, no con-
templó este requisito, que de todas maneras sigue siendo indispensable
para identificar una lesión como accidente del trabajo, puesto que es de
la esencia de éste. Desgraciadamente la Ley Nº 16.744 tampoco reprodu-
jo este requisito.
El primer requisito, que el accidente sea a causa o con ocasión del
trabajo, contiene dos ideas. El accidente puede deberse a causa del tra-
bajo, esto es, cuando su causa inmediata y directa es el trabajo; en otras
palabras, cuando el accidente se produce dentro de las labores que des-
empeña el trabajador y en el lugar que debe ejecutarlas. Además, el ac-
cidente puede suceder con ocasión del trabajo, o sea, cuando ha sido
causado por un hecho conexo con el trabajo o más o menos útil a su
ejecución.

172
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

Que el accidente se deba a causa del trabajo, generalmente no aca-


rrea dificultad para su determinación, pero sí la segunda idea, con ocasión
del trabajo, máxime si la incapacidad se produce tiempo después de ocu-
rrido el hecho o la causa que la provoca.
Para salvar tal dificultad se distingue si la lesión sigue inmediatamen-
te a la causa o no. Si sigue de inmediato, no habrá dificultad para reco-
nocer una lesión como producida con ocasión del trabajo, como el
trabajador que se lesiona cuando va o vuelve del trabajo; mas si la lesión
se produce a posteriori y, como sucede a veces, cuando el contrato que
unía a las partes ya ha terminado, es difícil determinar si el accidente es
o no con ocasión del trabajo.
Dijimos que con ocasión es una relación con un hecho conexo con el
trabajo o más o menos útil a su ejecución. Para precisar tal concepto se
distingue entonces entre causa extrínseca o mediata y causa intrínseca o inme-
diata, y se dice que la lesión será accidente siempre y cuando haya relación
entre la causa extrínseca del accidente y el trabajo que debía ejecutar la
víctima, aun cuando la causa intrínseca no diga relación con el trabajo.
Como ejemplo clásico de tal situación se cita el caso del supervisor
lesionado por un trabajador fuera del local y de la jornada de trabajo, el
que había sido reprendido por aquel por la ejecución de su faena.
En tal caso, la causa inmediata de la lesión la constituyen los golpes
propinados por el subalterno fuera del trabajo y sin relación con él, pero
la causa mediata o extrínseca dice relación con el trabajo, porque está
constituida por la reprensión del capataz al trabajador, ya que sin ella no
habría existido la reacción que provocó la agresión, y así tal caso se califi-
ca de accidente del trabajo.
El segundo requisito, esto es, que la lesión produzca incapacidad para
el trabajo, significa que la lesión recibida por la causa exterior de que he-
mos hablado le produzca cualquiera alteración psíquica o corporal, orgá-
nica o funcional, sea interna o externa, sea aparente o no, grave o leve,
profunda o superficial, y que esta alteración le incapacite para el trabajo.
Debemos remarcar que no es esencial que la incapacidad aparezca de in-
mediato, ya que puede presentarse muy posteriormente, como asimismo
es posible que una determinada incapacidad sea mutable, que desaparezca
o bien que se agrave o se atenúe.
El tercer requisito, esto es, que el accidente se deba a causa exterior
anormal y, en general, repentina y violenta, se entiende que opera cuan-
do la causa exterior que ha producido el accidente es extraña a la consti-
tución orgánica de la víctima.
En tal caso, indudablemente nos referiremos a la causa inmediata o
intrínseca, o sea, a la que directamente ha producido la lesión, que en el
ejemplo indicado sería la agresión del trabajador al supervisor que lo re-
prendió. Este requisito sirve para distinguir, con precisión, cuándo una
incapacidad proviene de accidente del trabajo o de enfermedad profe-
sional. Su presencia significará accidente del trabajo; su ausencia, siempre
que la incapacidad para el trabajo de un individuo se deba a una afec-
ción que se manifieste en el organismo humano por un estado anormal,

173
LAS PRESTACIONES

lento y continuado, producido también por causa lenta y perdurable en


relación con el trabajo que esa persona desarrolla, significará una enfer-
medad profesional.

II. NORMAS GENERALES

Agruparemos en este punto todas aquellas disposiciones comprendidas


en la Ley sobre Accidentes del Trabajo que se aplican a todos los acci-
dentados y que por su carácter general, sea cual fuere la incapacidad pro-
ducida, tienen cabida en esta materia. Las indicaremos en forma somera,
encabezando cada párrafo con el asunto que en él trataremos.
Ante todo debemos aclarar que la Ley Nº 16.744, de 1 de febrero de
1968, vino a derogar todas las disposiciones legales o reglamentarias con-
trarias a su texto, y el Título III del Libro II del Código del Trabajo se
remite expresamente a ella. De tal modo las normas que hoy rigen son
las de la Ley Nº 16.744 y las que, por estar contenidas en textos especia-
les, no hayan resultado derogadas por ser contrarias al nuevo texto.

1. RESPONSABILIDAD. De acuerdo con lo dispuesto en la misma ley, se ha


declarado obligatorio el seguro social contra riesgos de accidentes del tra-
bajo y enfermedades profesionales para los trabajadores por cuenta aje-
na, cualquiera que sea su empleador –incluidos los servidores domésticos
y los aprendices–; los funcionarios públicos de la Administración Civil del
Estado, municipales y de instituciones administrativamente descentraliza-
das del Estado;54 los estudiantes que ejecuten trabajos que signifiquen una
fuente de ingreso para el respectivo plantel, y los trabajadores indepen-
dientes y familiares.55

54
La Ley Nº 19.345 (D. Oficial del 7/11/94) dispuso la aplicación de estas normas a
diversas categorías de trabajadores del Sector Público.
Decreto Nº 168 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social (D.O. 10/1/96) reglamentó
la constitución y funcionamiento de los comités paritarios en relación a este sector.
55
El Presidente de la República tiene la facultad de decidir la oportunidad, financia-
miento y condiciones en que deben incorporar al régimen del seguro las personas inde-
pendientes; complementando dicha norma, el D.L. Nº 1.548, de 1976, preceptuó que el Jefe
de Estado podrá incorporarlos en forma conjunta o separada, o por grupos determinados
de ellos.
En uso de dichas facultades se han dictado una serie de cuerpos legales que han incor-
porado al sistema a grupos de trabajadores independientes, siempre que tuvieren la cali-
dad de imponentes del Servicio de Seguro Social, de la Caja EMPART u otra entidad del
régimen previsional antiguo.
Entre ellos encontraremos:
1) Campesinos asignatarios de tierras en dominio individual (D.F.L. Nº 448, de 1976);
2) Suplementeros (D.F.L. Nº 244, de 1977);
3) Profesionales hípicos independientes (D.F.L. Nº 50, de 1979);
4) Taxistas propietarios de automóviles de alquiler (D.F.L. Nº 68, de 1983);
5) Pirquineros independientes (D.F.L. Nº 19, de 1984);
6) Pequeños mineros artesanales (D.F.L. Nº 2, de 1986);

174
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

Finalmente, también estarán protegidos por el seguro todos los estudian-


tes de establecimientos fiscales o particulares por los accidentes que sufran
con ocasión de sus estudios o la realización de su práctica educacional.
Cabe consignar que la afiliación de un trabajador hecha en una Caja
de Previsión para los demás efectos de Seguridad Social, se entiende he-
cha, por el ministerio de la ley, para este seguro, salvo que el empleador
para el cual trabaje esté adherido a una mutualidad.
Igualmente es necesario tener presente que no obstante la vigencia
del seguro, queda subsistente la responsabilidad subsidiaria del dueño de
la obra, empresa o faena por la afiliación o cotización que afecten a los
contratistas y a éstos les afecta la misma responsabilidad en cuanto a los
subcontratistas.

2. SUELDO BASE. Para los efectos del pago de la indemnización que co-
rresponda al accidentado, la ley distingue entre la incapacidad temporal,
que da origen al pago de subsidio diario –equivalente al 85% de las re-
muneraciones o rentas del último período de pago–, y el pago de pensio-
nes por los demás riesgos; para este último caso entiende por sueldo base
mensual –cualquiera que sea la categoría del dependiente, al que global-
mente llama trabajador– el promedio de las remuneraciones o rentas su-
jetas a cotización, excluidos los subsidios, percibidas por el afiliado en los
últimos 6 meses anteriores al accidente o al diagnóstico médico, en caso
de enfermedad profesional.
Si los 6 meses referidos no están cubiertos por cotizaciones, el sueldo
base es igual al promedio del período por el cual se ha impuesto, y si el
accidente o enfermedad acaece antes de enterar la primera cotización,
se tiene por sueldo base el promedio de las remuneraciones o rentas por
las cuales se han efectuado cotizaciones.
Existe, además, el derecho a amplificar el sueldo base mensual en el
mismo porcentaje en que hubiere aumentado el sueldo vital escala A del
Departamento de Santiago, desde las fechas en que él fue percibido has-
ta la fecha a partir de la cual se declaró el derecho a pensión.56

7) Conductores propietarios de vehículos de movilización colectiva, de transporte es-


colar y de carga (D.F.L. Nº 54, de 1987);
8) Comerciantes autorizados para desarrollar su actividad en la vía pública o plazas
(D.F.L. Nº 90, de 1987), y
9) Pescadores artesanales que se desempeñen en calidad de trabajadores independientes
(D.F.L. Nº 192, de 1996).
El financiamiento del seguro es de cargo de los trabajadores favorecidos, por lo que
quedan obligados a enterar la cotización básica del 0,90%, además de la adicional diferen-
ciada, según su actividad.
A su vez, el citado D.F.L. Nº 2, de 1986, vino a reparar una injusticia, al permitir la in-
corporación de todos los grupos anteriormente mencionados, cuando ellos tuvieren la cali-
dad de afiliados a una AFP.

56
La referencia al sueldo vital ha de entenderse concordada con lo preceptuado por
el art. 8º de la Ley Nº 18.018, de 14-8-81: “Todas las sumas expresadas en sueldos vitales, en

175
LAS PRESTACIONES

Asimismo, la ley garantiza al trabajador dos puntos: a) el derecho a


probar que efectivamente ha percibido una remuneración superior a aque-
lla por la cual se le hicieron cotizaciones, y b) que en ningún caso el sueldo
mensual que se considere será inferior al sueldo vital mensual del Depar-
tamento de Santiago o al salario mínimo industrial, según fuere la activi-
dad profesional del afiliado.
Asimismo, debe tenerse presente que por mandato expreso del artícu-
lo único de la Ley Nº 19.394 (D.O. 21.6.95), que incorporó un artículo 77 bis
a la ley, el trabajador afectado por el rechazo de una licencia médica por
parte de los Servicios de Salud, Isapre o Mutual, fundamentado en que
la afección tiene un origen diverso del universo cubierto por ella, deberá
concurrir ante la entidad que no rechazó la licencia, la que estará obliga-
da a cursarla y a otorgar las prestaciones correspondientes, sin perjuicio
de su derecho a reclamo contra la que estime pertinente; en caso de dis-
crepancia, resolverá la Superintendencia de Seguridad Social.
Así, por ejemplo, si un trabajador afiliado a una Mutual y a una
Isapre, se presenta ante la primera y ésta estima que no corresponde a
una enfermedad profesional, se negara a atenderlo, en cuyo caso el tra-
bajador deberá presentarse ante la Isapre, la que estará obligada a otor-
gar las prestaciones, sin perjuicio de su derecho a reclamo ante la Mutual
respectiva si estima que a ésta le correspondía el otorgamiento de la pres-
tación.

3. INCOMPATIBILIDAD. Las prestaciones de subsidios, pensiones y cuota


mortuoria, que establece la ley, son incompatibles con las que contem-
plan los diversos regímenes previsionales y que los beneficiarios podrán
optar entre aquellas y éstas, en el momento en que se les haga el llama-
miento legal.
El pensionado por accidente del trabajo o enfermedad profesional que
cumpla la edad para tener derecho a pensión dentro del correspondien-
te régimen previsional, entrará en el goce de esta última de acuerdo con
las normas generales pertinentes, cesando en el goce de la pensión de
que disfrutaba en conformidad a esta ley.
En ningún caso el monto de la nueva pensión puede ser inferior al
monto de la que disfrutaba, ni al 80% del sueldo base que sirvió para cal-
cular la pensión anterior, amplificado en la forma que ya se ha señalado,
y su pago se hará con cargo a los recursos que la respectiva institución de
previsión social debe destinar al pago de pensiones de vejez.

4. FISCALIZACIÓN Y SANCIONES. Sin perjuicio de la fiscalización que le co-


rresponde en todas las actividades laborales a la Dirección del Trabajo, la
ley le otorga especiales facultades al Servicio Nacional de Salud y, en su

norma de carácter legal... se reducirán a la cantidad numérica que representen a la misma


fecha, cantidad que en seguida se expresará en ingresos mínimos reajustables o en porcen-
tajes de ellos, según correspondiere”.

176
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

caso, al respectivo organismo administrador para implantar todas las me-


didas de higiene y seguridad en el trabajo. El incumplimiento de tales obli-
gaciones debe ser sancionado por el Servicio Nacional de Salud de
acuerdo con el procedimiento de multas previsto en el Código Sanitario
y en las demás disposiciones legales, sin perjuicio de que el organismo
administrador respectivo aplique también un recargo en la cotización adi-
cional a que se refiere la letra b) del artículo 15 de la ley, en función de
la actividad y riesgo de la empresa.
Además, el Servicio Nacional de Salud está facultado para clausurar
las fábricas, talleres, minas y cualquier sitio de trabajo que signifique un
riesgo inminente para la salud de los trabajadores o de la comunidad.
Si el accidente o enfermedad se deben a culpa o dolo de la entidad
empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que
procedan, deberán observarse las siguientes reglas: a) el organismo ad-
ministrador tiene derecho a repetir en contra del responsable por las pres-
taciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) la víctima y las demás
personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño pueden recla-
mar al empleador o tercero responsable del accidente también las otras
indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones
del Derecho Común, incluso el daño moral.
En toda industria o faena en que trabajen más de 25 personas deben
funcionar uno o más Comités Paritarios de Higiene y Seguridad, que, en-
tre otras atribuciones, tienen la de asesorar e instruir a los trabajadores
para la correcta utilización de los instrumentos de protección; vigilar el
cumplimiento de las medidas de prevención, higiene y seguridad; inves-
tigar las causas de los accidentes y enfermedades profesionales que se pro-
duzcan en la empresa e indicar la adopción de todas las medidas de
higiene y seguridad que sirvan para la prevención de los riesgos profesio-
nales.
En las empresas que ocupen más de 100 trabajadores será obligatoria
la existencia de un Departamento de Prevención de Riesgos Profesiona-
les, que debe ser dirigido por un experto en prevención, el cual, por de-
recho propio, debe formar parte de los Comités Paritarios.
Las infracciones a las disposiciones de la Ley Nº 16.744 son sancionadas
con multas de 1 a 24 sueldos vitales mensuales escala A del Departamen-
to de Santiago, multas que se aplican por los organismos administrado-
res. La reincidencia se castiga con el doble de la multa primera.

5. PRESTACIONES MÉDICAS. La víctima de un accidente del trabajo o en-


fermedad profesional tiene derecho a las siguientes prestaciones hasta su
curación completa o mientras subsistan los síntomas de las secuelas cau-
sadas por la enfermedad o accidente:
a) Atención médica, quirúrgica y dental en establecimientos externos
o a domicilio;
b) Hospitalización si fuere necesaria, a juicio del facultativo tratante;
c) Medicamentos y productos farmacéuticos;
d) Prótesis y aparatos ortopédicos y su reparación;

177
LAS PRESTACIONES

e) Rehabilitación física y reeducación profesional, y


f) Los gastos de traslado y cualquier otro que sea necesario para el
otorgamiento de estas prestaciones.
También tienen derecho a estas prestaciones médicas los asegurados
que se encuentren en la situación a que se refiere el inciso final del ar-
tículo 5º de la presente ley, es decir, aquellos asegurados que sean vícti-
mas de accidentes o enfermedad profesional por fuerza mayor o por acto
intencional.

III. CLASIFICACIÓN E INDEMNIZACIÓN DE LOS ACCIDENTES

1. CRITERIO SEGUIDO POR LA LEY Nº 16.744. Los accidentes del trabajo y


las enfermedades profesionales se clasifican para el otorgamiento de las
prestaciones pecuniarias en las siguientes categorías: 1) que producen in-
capacidad temporal; 2) que producen invalidez parcial; 3) que producen
invalidez total; 4) que producen gran invalidez, y 5) que producen la muer-
te. A continuación se analizan separadamente cada una de las situacio-
nes indicadas.

2. ACCIDENTES Y ENFERMEDADES PROFESIONALES QUE PRODUCEN INCAPACI-


DAD TEMPORAL. La ley no define qué se entiende por incapacidad tempo-
ral, si bien de su artículo 31 se desprende que no puede pasar de un año
ni prorrogarse por más de otro. Sin embargo, el artículo 2º del Reglamen-
to de Enfermedades Profesionales, contenido en el Decreto Nº 109 (D.O.
07.06.1968), del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, Subsecretaría
de Previsión, define la incapacidad temporal como “toda aquella provo-
cada por accidente del trabajo o enfermedad profesional de naturaleza o
efectos transitorios, que permita la recuperación del trabajador y su rein-
tegro a sus labores habituales”.
Ella se indemniza con un subsidio diario equivalente al 85% de las
remuneraciones o rentas, sujetas a cotización, que esté percibiendo o haya
percibido en el último período de pago.57
Este subsidio se paga durante todo el tratamiento y desde el día en
que ocurrió el accidente o se comprobó la enfermedad, hasta la curación
del afiliado o su declaración de invalidez, incluso por los días feriados,
sin que esté sujeto a descuento por impuestos o cotizaciones, y conside-
rando, sin embargo, a la víctima como imponente activo en la respectiva
institución de previsión y para todos los efectos legales.
Sólo si la víctima se negare a seguir el tratamiento o dificultare o im-
pidiese deliberadamente su curación, se puede suspender el pago del sub-
sidio a pedido del médico tratante y con el visto bueno del jefe técnico
correspondiente.

57
En el caso de trabajadores afiliados a una AFP, el subsidio ha de incrementarse de
conformidad a lo preceptuado por el artículo 17, inciso final, del D.L. Nº 3.500.

178
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

El afectado puede reclamar de esta resolución ante el jefe del área


respectiva del Servicio Nacional de Salud, de cuya resolución, a su vez,
puede apelar ante la Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Tra-
bajo y Enfermedades Profesionales.

3. ACCIDENTES QUE PRODUCEN INVALIDEZ. Se considera inválido parcial a


quien sufra una disminución de su capacidad de ganancia, presumible-
mente permanente, igual o superior a un 15% e inferior a un 70%.
Esta invalidez permanente puede ser parcial o total. Es parcial cuan-
do la disminución es igual o superior a un 15% e inferior a un 40%, en
su primer grado, y se indemniza con una suma global, cuyo monto no pue-
de exceder de 15 veces el sueldo base y que se determina en relación a
dicho monto máximo y a la incapacidad respectiva, sin que pueda ser in-
ferior, en ningún caso, a medio sueldo vital mensual del Departamento
de Santiago.
Dicha indemnización global puede pagarse de una sola vez o en men-
sualidades iguales y vencidas, cuyo monto equivaldría a 30 veces el subsi-
dio diario, a opción del interesado. En el evento que opte por el pago en
cuotas, podrá no obstante solicitar en cualquier momento el pago total
del saldo insoluto de una sola vez.
Si el asegurado sufriere un accidente que, sin incapacitarlo para el
trabajo, le produjere una mutilación importante o una deformación no-
toria, será considerado inválido parcial, de acuerdo con las normas del
artículo 35, y será indemnizado como tal, según lo determine el organis-
mo administrador. Si la mutilación importante o deformación notoria es
en la cara, cabeza u órganos genitales, tiene derecho al máximo de la in-
demnización del artículo 35.
Si la invalidez es de mayor gravedad, o sea, de segundo grado, que es
aquella igual o superior a un 40% e inferior a un 70%, el accidentado o
enfermo tendrá derecho a una pensión mensual cuyo monto será equi-
valente al 35% de su sueldo base.
Además de la invalidez parcial, la ley considera la invalidez total y dice
que se considerará inválido total a quien haya sufrido una disminución
de su capacidad de ganancia, presumiblemente permanente, igual o su-
perior a un 70% y que tendrá derecho a una pensión mensual equivalen-
te al 70% de su sueldo base.
Aparte de la invalidez parcial en sus dos fases, que hemos llamado de
primero y segundo grado, y de la invalidez total recién indicada, la ley
considera la gran invalidez, y califica como tal a aquella que produzca tal
grado de incapacidad que la víctima requiera del auxilio de otras perso-
nas para efectuar los actos elementales de su vida. En tal caso, la víctima
tiene derecho a un suplemento de pensión, mientras permanezca en tal
estado, equivalente a un 30% de su sueldo base.
Se ha establecido también aumento sobre los montos de las pensio-
nes equivalente a un 5% por cada uno de los hijos que causen asignación
familiar al pensionado, en exceso sobre dos, sin perjuicio de las asigna-
ciones familiares que correspondan; cabe consignar que estas pensiones

179
LAS PRESTACIONES

no pueden exceder del 50, 100 ó 140% del sueldo base, según sean por
invalidez parcial o total, o gran invalidez, respectivamente.
Los organismos administradores podrán suspender el pago de las pen-
siones a quienes se nieguen a someterse a los exámenes, controles o pres-
cripciones que les sean ordenados, o que rehúsen, sin causa justificada,
someterse a los procesos necesarios para su rehabilitación física y reedu-
cación profesional que les sean indicados.
El interesado puede reclamar de tal suspensión ante la Comisión Médi-
ca de Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.

4. ACCIDENTES QUE PRODUCEN LA MUERTE. Si el accidente del trabajo o


enfermedad profesional causa la muerte de la víctima, no se aplican las
normas que sobre derecho sucesorio da el Código Civil. Precisamente, al
señalar las innovaciones que el Derecho del Trabajo ha introducido al
Derecho tradicional, indicamos cómo habían variado fundamentalmente
las reglas para suceder en los derechos que por el accidente correspon-
den a la familia del causante.
Varias normas generales podemos señalar sobre la materia: a) los ór-
denes sucesorios que indica la ley son excluyentes; b) si se trata del cón-
yuge o ascendientes de la víctima, la ley les reconoce derecho a pensión
vitalicia; c) si se trata de descendientes, les da pensión temporal hasta que
cumplan los 18 años de edad; d) los descendientes que carezcan de pa-
dre y madre tienen derecho a un aumento de un 50%; e) en ningún caso
las pensiones de sobrevivencia pueden exceder en su conjunto del 100%
de la pensión total que habría correspondido a la víctima si se hubiere
invalidado totalmente o de la pensión total que percibía en el momento
de la muerte, excluido el suplemento por gran invalidez, si lo hubiere;
f) los porcentajes que como pensión vitalicia o temporal correspondan a
los beneficiarios se calculan siempre de acuerdo a la pensión básica que
habría correspondido a la víctima si se hubiere invalidado totalmente o
de la pensión básica que recibió al momento de la muerte.
Estas reducciones deben hacerse a cada beneficiario a prorrata de sus
respectivas cuotas, las que también pueden acrecer, proporcionalmente,
dentro de los límites respectivos a medida que alguno de los beneficia-
rios deje de tener derecho a pensión o fallezca.
Determinadas estas reglas generales, podemos indicar que los órde-
nes sucesorios que señala este párrafo de la ley son dos bien marcados.
En el primero concurren el cónyuge sobreviviente, sus hijos matrimonia-
les y los que no tengan dicha condición, o adoptivos, y la madre de sus
hijos no matrimoniales, y en el segundo orden, los ascendientes y demás
descendientes de la víctima que le causaban asignación familiar.
Primer orden: Fallecido un trabajador por accidente o enfermedad o
si fallece como inválido pensionado, tiene derecho preferente y exclusi-
vo a los beneficios pecuniarios la cónyuge superviviente mayor de 45 años
de edad, o inválida de cualquier edad, la que devengará una pensión vi-
talicia equivalente al 50% de la pensión que habría correspondido a la
víctima.

180
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

Igual pensión corresponde a la viuda menor de 45 años de edad, por


el período de un año, el que se prorrogará todo el tiempo durante el cual
mantenga a su cuidado hijos legítimos que le causen asignación familiar.
Si al término del plazo o de su prórroga hubiere cumplido los 45 años de
edad, la pensión se transformaría en vitalicia; debe tenerse presente que
su derecho cesa si contrae nuevas nupcias.
Sin embargo, la viuda que disfruta de pensión vitalicia y contrae ma-
trimonio tiene derecho a que se le pague de una sola vez el equivalente a
dos años de pensión. Si el cónyuge sobreviviente fuere el varón, tiene de-
recho a pensión en idénticas condiciones que la viuda inválida, siempre
que fuere inválido y que haya vivido a expensas de la cónyuge afiliada.
Cada uno de los hijos del causante menores de 18 años o mayores de
esa edad y menores de 24, siempre que sigan estudios regulares, secun-
darios, técnicos o superiores, o inválidos de cualquiera edad, tienen de-
recho a percibir una pensión equivalente al 20% de la pensión básica que
habría correspondido a la víctima si se hubiere invalidado totalmente o
de la pensión básica que percibía en el momento de la muerte.
La madre de los hijos naturales del causante, soltera o viuda, que hu-
biese estado viviendo a expensas de éste hasta el momento de su muerte,
tiene derecho a una pensión equivalente al 30% del monto ya señalado.
Para tener derecho a esta pensión el causante debe haber reconoci-
do a sus hijos con anterioridad a la fecha del accidente o del diagnóstico
de la enfermedad.
Cesa el derecho si la madre de los hijos no matrimoniales del causan-
te que disfrute de pensión vitalicia contrae nupcias, en cuyo caso tendrá
derecho también a que se le pague de una sola vez el equivalente a dos
años de su pensión.
Segundo orden: A falta de las personas designadas en los párrafos pre-
cedentes, cada uno de los ascendientes y demás descendientes de la víc-
tima que le causaban asignación familiar tiene derecho a una pensión
del mismo monto ya señalado. En el caso de los descendientes esta pen-
sión se devenga hasta el último día del año en que cumplan 18 años de
edad.
Los Decretos del Ministerio del Trabajo y Previsión Social Nos 101 y
109 establecen normas sobre accidentes del trabajo y enfermedades pro-
fesionales y para la calificación y evaluación de los antecedentes de di-
chos accidentes y enfermedades.

IV. ENFERMEDADES PROFESIONALES

1. CONCEPTO. La ley señala que es enfermedad profesional la causada de


una manera directa por el ejercicio de la profesión o el trabajo que reali-
za una persona y que le produzca incapacidad o muerte. De allí se con-
cluye que los requisitos para que una enfermedad sea considerada
profesional son los siguientes: a) que provenga del ejercicio de una pro-
fesión o trabajo; b) que produzca incapacidad o muerte, y c) que haya

181
LAS PRESTACIONES

una relación directa entre el ejercicio de la actividad causante y la inca-


pacidad o muerte de la víctima.

2. ENFERMEDADES CONSIDERADAS PROFESIONALES. El reglamento debe enu-


merar las enfermedades consideradas como profesionales y dicha enume-
ración deberá revisarse, por lo menos, cada tres años.
El reglamento vigente –el ya citado D. S. Nº 109– considera los si-
guientes agentes específicos como causantes de enfermedades profesio-
nales: a) químicos; b) físicos; c) biológicos, y d) polvos; y el artículo 19
dice que se tendrán por enfermedades profesionales las siguientes: 1) in-
toxicaciones; 2) dermatosis profesionales; 3) carcinoma y lesiones pre-
cancerosas de la piel; 4) neumoconiosis (acción del polvo); 5) bronquitis,
neumonitis, enfisema y fibrosis pulmonar de origen químico; 6) asma
bronquial; 7) cáncer pulmonar y de las vías respiratorias; 8) cáncer y
tumores de las vías urinarias; 9) leucemia y aplasia medular; 10) lesio-
nes del sistema nervioso central y periférico; encefalitis, mielitis y neu-
ritis; 11) lesiones de los órganos de los sentidos; 12) lesiones de los
órganos del movimiento; 13) neurosis profesionales incapacitantes;
14) laringitis profesional con afonía; 15) enfermedades infecto-contagio-
sas y parasitarias (brucelosis, rabia y tétano); 16) enfermedades genera-
lizadas por acción de agentes biológicos; picadura de insectos (abejas,
arañas y escorpiones); 17) paradenciopatías, y 18) mesotelioma pleural
y mesotelioma peritoneal.
La enumeración recién señalada no guarda relación con la jurispru-
dencia existente a la fecha de dictación de la nueva legislación, ya que
tanto los Tribunales del Trabajo como la Dirección del Trabajo habían
considerado la rabia, el tifus exantemático, la picada y el tétano no como
enfermedades profesionales, sino como accidentes del trabajo, pues si bien
son causadas por agentes biológicos, la forma repentina de adquirir la le-
sión hace que ella sea considerada como recibida a causa de accidentes
del trabajo y no de enfermedad profesional. La Superintendencia de Se-
guridad Social, previo informe del Servicio Nacional de Salud, revisará
cada tres años la nómina de las enfermedades profesionales y de sus agen-
tes, y propondrá al Ministerio del Trabajo y Previsión Social las modifica-
ciones que sea necesario introducirle. En todo caso, ante una situación
especial, no prevista en el Reglamento, el Organismo Administrador puede
solicitar de la Superintendencia que califique una enfermedad como pro-
fesional.

3. INDEMNIZACIÓN. La incapacidad o muerte debida a enfermedad pro-


fesional se indemniza en la misma forma que la proveniente de acciden-
tes del trabajo. Así lo dispone el Título V de la Ley Nº 16.744 y sus
reglamentos. Habrá que atender entonces a la categoría de incapacidad
que produce o si ha acarreado como consecuencia la muerte, para fijar
el monto y tipo de indemnización.

182
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

V. COTIZACIÓN Y FINANCIAMIENTO

1. COTIZACIONES. El seguro de accidentes del trabajo y enfermedades pro-


fesionales se financia con los siguientes recursos: a) con una cotización
básica general del 0,95% de las remuneraciones imponibles, de cargo del
empleador, la que fue establecida por el D.L. Nº 3.501, de 1980;58 b) con
una cotización adicional diferenciada en función de la actividad y riesgo
de la empresa o entidad empleadora, la que será determinada por el Pre-
sidente de la República y no podrá exceder de un 3,4% de las remunera-
ciones imponibles, que también será de cargo del empleador; c) con el
producto de las multas que cada organismo administrador aplique en con-
formidad a la ley; d) con las unidades o rentas que produzca la inversión
de los fondos de reserva, y e) con las cantidades que le correspondan por
el ejercicio del derecho de repetir, esto es, en los casos en que hay retar-
do de la entidad empleadora en el pago de las cotizaciones, en que se
pueden cobrar las cotizaciones, más intereses y multas, y cuando el acci-
dente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o
de un tercero, en que se les pueden cobrar a éstos las prestaciones que
hayan otorgado o deban otorgar por ellos.
Las cotizaciones se calculan sobre la base de las mismas remunera-
ciones o rentas por las que se impone para el régimen de pensiones de la
respectiva institución de previsión del afiliado, y cuando deban integrar-
se en alguna Caja de Previsión (hoy INP), se considera parte de su siste-
ma impositivo, gozando por lo tanto de los mismos privilegios y garantías
y castigando el incumplimiento de enterar las cotizaciones con las mis-
mas sanciones.
Las empresas o entidades que implanten medidas de prevención que
rebajen apreciablemente los riesgos de accidentes del trabajo o de enfer-
medades profesionales, pueden solicitar que se les reduzca la tasa de co-
tización adicional o que se les exima de ella si alcanzan un nivel óptimo
de seguridad.
La fluctuación de la cotización adicional diferenciada está reglamen-
tada por el Decreto Nº 67, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social
(D.O. 07.03.2000), el que fue modificado por el D. S. Nº 34 (D.O. 11-08-2001).
Las empresas o entidades que no ofrezcan condiciones satisfactorias
de seguridad o higiene, o que no implanten las medidas de seguridad que
se les ordenen, deben cancelar la cotización adicional con un recargo de
hasta el 10%, sin perjuicio de las demás sanciones que les correspondan.
Ahora bien, en caso de incumplimiento de la obligación de cotizar de
parte de los empleadores afectos a alguna Mutualidad de Empleadores,
deben observarse las siguientes reglas: a) la Mutualidad debe hacer la li-

58
Debe tenerse presente que la cotización básica contemplada en la ley es de un 0,90%;
por Ley Nº 19.578 (D.O. 29-7-98) se la elevó transitoriamente (hasta el 31-08-04) a 0,95%; el
mismo día del vencimiento señalado, se publicó la Ley Nº 19.969, que prorrogó su vigencia
hasta el 31-08-2008.

183
LAS PRESTACIONES

quidación de las cotizaciones adeudadas; b) el infractor debe pagar un in-


terés penal de un 3% mensual sobre el monto de lo adeudado, y c) en la
misma liquidación se impone, también, una multa cuyo monto es equiva-
lente al 50% de las cotizaciones adeudadas, y en ningún caso inferior a
medio sueldo vital mensual escala A del Departamento de Santiago.
La liquidación aprobada por el presidente de la respectiva Mutuali-
dad tiene mérito ejecutivo y su notificación y cobro se ajustarán a las mis-
mas normas que rigen para el sistema de cobranza judicial del Servicio
de Seguro Social, gozando, también, de igual privilegio.59
Los pensionados por accidentes del trabajo o enfermedades profesio-
nales deben efectuar en el organismo previsional al que se encuentren
afiliados, las mismas cotizaciones que los otros pensionados, gozando, tam-
bién, de los mismos beneficios por lo que respecta a atención médica, asig-
naciones familiares y demás que sean procedentes.

2. RÉGIMEN FINANCIERO. El régimen financiero del seguro es el de repar-


to. Sin embargo, debe formarse una reserva de eventualidades no infe-
rior al 2% ni superior al 5% del ingreso anual.
Respecto de las Mutualidades de Empleadores, su propio estatuto or-
gánico debe establecer que estas instituciones formen, además de la re-
serva de eventualidades ya señalada, una reserva adicional para atender
el pago de las pensiones y de sus futuros reajustes.
A fin de evitar dificultades entre los organismos que administran di-
rectamente este seguro, mediante decreto supremo se determinará la pro-
porción en que se distribuirá el producto de las cotizaciones entre el
Servicio de Seguro Social y el Servicio Nacional de Salud.
Asimismo, los demás organismos administradores deben, también,
entregar al Servicio Nacional de Salud un determinado porcentaje de sus
ingresos, fijado por el Presidente de la República, para que la institución
lo dedique exclusivamente al financiamiento de sus labores de inspección,
prevención de riesgos profesionales, rehabilitación y reeducación de in-
válidos; respecto de las Mutualidades, el porcentaje será de hasta el 2%
de sus ingresos.
Si hubiere excedentes en cada ejercicio, en los fondos respectivos de
las diversas Cajas de Previsión, serán distribuidos de acuerdo con las nor-
mas que establezca el reglamento.
La respectiva entidad administradora, cualquiera que sea su natura-
leza, debe aportar al Fondo de Pensiones de la institución de previsión
que corresponda, el 15% del monto total de los subsidios que pague.
Todas aquellas sumas que corresponda percibir al Servicio Nacional
de Salud, por aplicación de lo dispuesto en la presente ley, se contabiliza-
rán por separado y este organismo deberá destinarlas exclusivamente a
los objetivos que ésta le encomienda.

59
La mecánica establecida en la letra c) debe entenderse derogada por el D.L. Nº 1.074
y rige en su lugar la establecida en la Ley Nº 17.322, sobre cobro judicial de cotizaciones.

184
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

VI. EVALUACIÓN, REEVALUACIÓN Y REVISIÓN


DE INCAPACIDADES, PRESTACIONES, LIQUIDACIÓN
Y PAGO DE LOS BENEFICIOS

1. EVALUACIÓN, REEVALUACIÓN Y REVISIÓN DE INCAPACIDADES. La declara-


ción, evaluación, reevaluación y revisión de las incapacidades permanen-
tes serán de la exclusiva competencia del Servicio Nacional de Salud.
Sin embargo, respecto a los afiliados a las Mutualidades, la declara-
ción, evaluación, reevaluación y revisión de las incapacidades permanen-
tes derivadas de accidentes del trabajo corresponderán a estas instituciones
(esta facultad tiene su origen en la Ley Nº 18.269, de 18.12.83).60
En cuanto a la incapacidad permanente del accidentado o enfermo,
la declaración debe hacerse en función de su incapacidad para procu-
rarse por medio de un trabajo proporcionado a sus actuales fuerzas, ca-
pacidad y formación, una remuneración equivalente al salario o renta
que gane una persona sana en condiciones análogas y en la misma lo-
calidad.
Para los efectos de determinar las incapacidades permanentes, el re-
glamento debe clasificarlas y graduarlas, asignando a cada cual un por-
centaje de incapacidad oscilante entre un máximo y un mínimo, fijando
el porcentaje exacto, en cada situación particular, el médico especialista
del Servicio Nacional de Salud o de las mutualidades en su caso; para ello
debe tener especialmente en cuenta, entre otros factores, la edad, el sexo
y la profesión habitual del afiliado.
En caso de que el reglamento no haya clasificado ni graduado la in-
capacidad, el médico debe determinarla en relación a las restantes fuer-
zas para el trabajo que tenga el asegurado.
El Reglamento para la calificación y evaluación de los accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales es el ya citado Decreto Supremo
Nº 109, el que señala las siguientes pautas para determinar las incapaci-
dades e invalideces que pueden provenir tanto del accidente del trabajo
como de las enfermedades profesionales y a las cuales debe ceñirse la Co-
misión Médica respectiva.
– Si el trabajador inválido sufriere un nuevo accidente o enfermedad,
también de origen profesional, procede hacer una reevaluación de la in-
capacidad en función del nuevo estado que presente.
– Si la nueva incapacidad ocurriese mientras el trabajador se encuen-
tra afiliado a un organismo administrador distinto del que estaba cuando
se produjo la primera incapacidad, será el último organismo el que de-
berá pagar, en su totalidad, la prestación correspondiente al nuevo esta-
do que finalmente presente el inválido. Pero si el anterior organismo
pagaba una pensión, deberá concurrir al pago de la nueva prestación con
una suma equivalente al monto de dicha pensión.

60
La facultad del Servicio Nacional de Salud debe entenderse radicada en la Comi-
sión Médica de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN).

185
LAS PRESTACIONES

– También procederá hacer una reevaluación de la incapacidad cuan-


do a la primera le suceda otra u otras de origen no profesional.
Las prestaciones que corresponda pagar, en virtud de esa reevalua-
ción, serán, en su integridad, de cargo del fondo de pensiones correspon-
diente a la invalidez no profesional del organismo en que se encontraba
afiliado el inválido. Pero si con cargo al seguro de accidentes del trabajo
y enfermedades profesionales se estaba pagando a tal persona una pen-
sión periódica, este seguro debe concurrir al pago de la nueva prestación
con una suma equivalente al monto de dicha pensión.
Además, existe la revisión de la incapacidad, señalando al efecto la
ley que las declaraciones de incapacidad serán revisables por agravación,
mejoría o error en el diagnóstico, y según el resultado de estas revisio-
nes, se concederá o terminará el derecho al pago de las pensiones, o se
aumentará o disminuirá su monto; esta revisión también puede realizar-
se a petición del interesado.
A fin de garantizar a la víctima la debida indemnización por el acci-
dente o enfermedad, durante los primeros 8 años contados desde la fe-
cha de concesión de la pensión, el inválido deberá someterse a examen
cada dos años. Pasado aquel plazo, el organismo administrador podrá exi-
gir nuevos exámenes en los casos y con la frecuencia que determine el
reglamento.
Al practicarse una nueva evaluación se habrá de tener en cuenta las
nuevas posibilidades que haya tenido el inválido para actualizar su capa-
cidad residual de trabajo.

2. LIQUIDACIÓN Y PAGO DE LOS BENEFICIOS. A fin de dar la mayor seriedad


y seguridad a la clasificación de la incapacidad producida por accidente del
trabajo o enfermedad profesional y a las indemnizaciones a que pueden
dar lugar, además de la fiscalización que la ley entrega al Servicio Nacional
de Salud y a los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad, se dispone que
la entidad empleadora debe denunciar, al organismo administrador respec-
tivo, inmediatamente de producido todo accidente o enfermedad que pue-
da ocasionar incapacidad para el trabajo o la muerte.
El accidentado o enfermo, o sus derechohabientes, o el médico que
trató o diagnosticó la lesión o enfermedad, como igualmente el Comité
Paritario de Seguridad, tendrán asimismo la obligación de denunciar el
hecho a dicho organismo administrador, en el caso de que la entidad em-
pleadora no hubiere realizado la denuncia.
Las denuncias mencionadas deben contener todos los datos que ha-
yan sido indicados por el Servicio Nacional de Salud.
Los organismos administradores deberán informar al Servicio Nacio-
nal de Salud los accidentes o enfermedades que les hubieran sido denun-
ciados y que hubieran ocasionado incapacidad para el trabajo o la muerte
de la víctima, en la forma y con la periodicidad que señala el reglamento.61

61
D.S. Nº 101, de 1968, D.O. de 7.6.68.

186
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

Los afiliados o sus derechohabientes, así como también los organis-


mos administradores, pueden reclamar dentro del plazo de 90 días hábi-
les ante la Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales, de las decisiones del Servicio Nacional de
Salud o de las Mutualidades recaídas en cuestiones de hecho que se re-
fieran a materias de orden médico.
Las resoluciones de la Comisión son apelables, en todo caso, ante la
Superintendencia de Seguridad Social, dentro del plazo de 30 días hábi-
les, la que resolverá con competencia exclusiva y sin ulterior recurso.
Sin perjuicio de lo recién señalado, también pueden reclamarse las de-
más resoluciones de los organismos administradores, dentro del plazo de
90 días hábiles, directamente a la Superintendencia de Seguridad Social.
Los plazos mencionados de este artículo se contarán desde la recep-
ción de la carta certificada que notifica la resolución de la cual se reclama.
La Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfer-
medades Profesionales estará compuesta por: a) dos médicos en repre-
sentación del Servicio Nacional de Salud, uno de los cuales la presidirá;
b) un médico como personero de las organizaciones más representativas
de los trabajadores; c) un médico delegado de las organizaciones más re-
presentativas de las entidades empleadoras, y d) un abogado.
El D.S. Nº 101, ya citado, indica qué otras personas pueden o deben
hacer la denuncia por accidente del trabajo o enfermedad profesional,
señalando al efecto que cualquier persona que haya tenido conocimien-
to de los hechos puede hacerla ante el organismo administrador que debe
pagar el subsidio, y que el médico tratante debe hacerla acompañada de
los antecedentes de que tome conocimiento, para lo cual debe usarse un
formulario común, de acuerdo a las instrucciones del Servicio Nacional
de Salud.
De todas maneras, la atención médica del asegurado debe ser presta-
da de inmediato y sin que para ello sea menester ninguna formalidad o
trámite previo, y aun cuando el accidente se deba a fuerza mayor extraña
y sin relación alguna con el trabajo o producido intencionalmente por la
víctima, ésta tendrá derecho a las prestaciones médicas indicadas en el
artículo 29 de la ley.

3. EFECTO RETROACTIVO. La ley contempla la situación de aquellos trabaja-


dores que, a la fecha de promulgación de esta ley, ya se encontraban inca-
pacitados por accidentes del trabajo o enfermedades profesionales, y así
establece que las personas que hubieran sufrido accidentes del trabajo o
contraído enfermedad profesional con anterioridad a la ley y que, a conse-
cuencia de ello, hubieran sufrido una pérdida de su capacidad de ganan-
cia, presumiblemente permanente, de 40% o más, y que no disfruten de
otra pensión, tienen derecho a una pensión asistencial, a contar desde el
diagnóstico médico posterior a la presentación de la solicitud respectiva.
Estas pensiones se otorgan por el Servicio de Seguro Social. Su mon-
to no puede ser inferior al 50% de las pensiones mínimas para acciden-
tados o sus viudas, ni superior al 100% de las mismas.

187
LAS PRESTACIONES

También tienen derecho a esta pensión accidental las viudas de ex


pensionados de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales fa-
llecidos antes de entrar en vigor esta ley, y las viudas de los actuales pen-
sionados que fallezcan en el futuro, siempre que no disfruten de otra
pensión.
La ley entrega al reglamento la fijación de normas y requisitos para
el otorgamiento de estos beneficios, como asimismo las formas y condi-
ciones en que podrán gozar de otros beneficios previsionales como pen-
sionados del Servicio de Seguro Social.62

VII. ADMINISTRACIÓN DEL SEGURO

CONCEPTO. La ley dispone que la administración del seguro correspon-


de, por naturaleza y derecho propio, al Servicio de Seguro Social y a las
Cajas de Previsión (hoy INP), al Servicio Nacional de Salud, y a las Mutua-
lidades de Empleadores, en conformidad a las reglas que en seguida se
señalan.63
Ante todo, debemos advertir que la antigua Caja de Accidentes del
Trabajo, que tenía a su cargo la administración del seguro contra el ries-
go de accidentes y enfermedades profesionales, que se contrataba con el
Estado, se fusionó con el Servicio de Seguro Social y éste, a su vez, hoy es
parte del Instituto de Normalización Previsional (INP ), y por eso mismo
la ley le ha encargado a esta última institución la administración directa
del seguro de accidentes y enfermedades profesionales.
Es así como la ley indica que respecto a los afiliados al Servicio de
Seguro Social, el seguro será administrado por éste, aun cuando es el Ser-
vicio Nacional de Salud quien debe otorgar las prestaciones médicas y los
subsidios por incapacidad temporal.
Agrega el mismo artículo que el Servicio de Seguro Social cumplirá
sus funciones a través del Departamento de Accidentes del Trabajo y En-
fermedades Profesionales, y el Servicio Nacional de Salud las suyas a tra-
vés de sus servicios técnicos.
Respecto de los afiliados a otras Cajas de Previsión, el seguro será ad-
ministrado por el organismo previsional correspondiente, hoy INP, el cual,
en caso de carecer de adecuados servicios médicos, puede contratar el otor-
gamiento de las prestaciones a que esté obligado, lo cual será obligatorio
para el Servicio Nacional de Salud cuando sean requeridas por éste.
Finalmente, el seguro puede ser administrado por las Mutualidades
de Empleadores que no persigan fines de lucro respecto de los trabaja-
dores dependientes de los miembros adheridos a ellas.
Para que el Presidente de la República pueda autorizar la existencia
de estas instituciones y otorgarles personalidad jurídica, deben cumplir

62
D.S. Nº 208, de 1968, D.O. de 9-10-68.
63
Véase artículo 1º Ley 18.689, que creó el INP.

188
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

con las siguientes condiciones: a) que sus miembros ocupen, en conjun-


to, 20.000 trabajadores, a lo menos, en faenas permanentes; b) que dis-
pongan de servicios médicos adecuados, propios o en común con otra
mutualidad, los que deben incluir servicios especializados, incluso en re-
habilitación; c) que realicen actividades permanentes de prevención de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; d) que no sean ad-
ministradas directa ni indirectamente por instituciones con fines de lu-
cro, y e) que sus miembros sean solidariamente responsables de las
obligaciones contraídas por ellas.
A fin de asegurar el correcto funcionamiento de las mutualidades, la
ley estatuye que en caso de disolución anticipada de una de ellas, sus
miembros deben constituir los capitales representativos correspondientes
a las pensiones que sean de su responsabilidad, en el o los organismos
administrativos que deban hacerse cargo, en el futuro, del pago de tales
pensiones, y que las Mutualidades quedan sometidas a la fiscalización di-
recta de la Superintendencia de Seguridad Social.
La ley faculta al Presidente de la República para que dentro del pla-
zo de un año, a contar de la vigencia de la ley, dicte el estatuto orgánico
por el que han de regirse estas mutualidades, el que deberá prever que
en el directorio de estas instituciones haya representación paritaria de los
empleadores y trabajadores.64
Finalmente, para evitar una administración dispendiosa del seguro,
el artículo 14 agrega que los organismos administradores no pueden dis-
traer en gastos de administración una suma superior al 10% de los ingre-
sos que les correspondan por este seguro, pero sin que pueda fijárseles
menos del 5% de sus ingresos para tales gastos en los decretos en que se
aprueban las estimaciones presupuestarias de la ley.

VIII. ADMINISTRACIÓN DELEGADA

1. CONCEPTO. La ley no señala en qué consiste la delegación, pero pode-


mos decir, repitiendo el criterio sustentado por el artículo 76 de la Ley
Nº 10.383, sobre Servicio Nacional de Salud, que aquellas instituciones que
demuestren mejores condiciones que el Servicio Nacional de Salud para
tomar a su cargo las prestaciones pueden convenir, previo el cumplimiento
de ciertos requisitos, el otorgamiento de prestaciones sobre la base de re-
cibir un aporte determinado.

2. SISTEMA DE LA LEY. El artículo 72 de la Ley sobre Accidentes del Traba-


jo y Enfermedades Profesionales dice que se les puede conferir la calidad
de administradores delegados del seguro, por sus propios trabajadores y
por estos riesgos, a aquellas empresas que reúnan los siguientes requisi-

64
Veáse el D.S. Nº 285, de 1968, D.O. de 26-2-69, que contiene el Estatuto Orgánico
de las Mutualidades de Empleadores.

189
LAS PRESTACIONES

tos: a) poseer servicios médicos adecuados, con personal especializado en


rehabilitación; b) realizar actividades permanentes y efectivas de preven-
ción de accidentes y enfermedades profesionales; c) constituir garantías
suficientes de fiel cumplimiento de las obligaciones que asumen, ante los
organismos previsionales que hubieren delegado la administración;
d) contar con el o los Comités Paritarios de Seguridad a que se refiere el
artículo 66; e) ocupar habitualmente 2.000 o más trabajadores, y f) tener
un capital y reservas superior a 7.000 sueldos vitales anuales del Departa-
mento de Santiago.
Cumplidas estas exigencias, podrán otorgar todas las prestaciones, con
excepción de las pensiones.
Las empresas que se acojan a este sistema deben hacer un aporte de
acuerdo con lo que establezca el reglamento a los organismos adminis-
tradores, aporte que debe distribuirse entre estos órganos delegantes en
la forma y proporción que allí se señalen.65
Además, los organismos administradores pueden también convenir
con organismos intermedios o de base, que éstos realicen por adminis-
tración delegada alguna de sus funciones, especialmente las relativas a
prestaciones médicas, entregas pecuniarias u otras, en la forma que lo de-
termine el reglamento.
En todo caso, los servicios de las entidades con administración delega-
da serán supervigilados por el Servicio Nacional de Salud y la Superinten-
dencia de Seguridad Social, dentro de su respectiva competencia; asimismo,
la Superintendencia de Seguridad Social debe autorizar las delegaciones
en las empresas, previo informe del Servicio Nacional de Salud.

IX. REAJUSTES

1. R EAJUSTE DEL SUBSIDIO. La ley dispone que, en todo caso, el monto del
subsidio se reajustará en un porcentaje equivalente al alza que experimen-
ten los correspondientes sueldos y salarios en virtud de leyes generales, o
por aplicación de convenios colectivos de trabajo.

2. REAJUSTES DE PENSIONES. Asimismo establece que los organismos ad-


ministradores aplicarán a las pensiones causadas por accidentes del tra-
bajo o enfermedades profesionales las disposiciones legales y resoluciones
que sobre reajuste, revalorización y montos mínimos rijan en el régimen
de pensiones de vejez a que pertenecía la víctima, beneficios que se con-
cederán con cargo a los recursos del seguro contra accidentes del trabajo
y enfermedades profesionales.
El artículo 1º transitorio de la ley se preocupó, por su parte, de aque-
llas personas que hubieren sufrido accidentes del trabajo o hubieren con-
traído enfermedad profesional con anterioridad a la fecha de vigencia de

65
D.S. Nº 101, de 1968, D.O. 7-6-68.

190
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

la ley, o sea, 1º de febrero de 1968, y que a consecuencia de ello, hubie-


ren sufrido una pérdida de su capacidad de ganancia, presumiblemente
permanente, de 40% o más, y que no disfruten de otra pensión.
A ellos les concede el derecho a una pensión asistencial que se de-
terminará en la forma siguiente: 1) los interesados entrarán a gozar de
esta pensión desde el momento del diagnóstico médico posterior a la
presentación de la solicitud respectiva; 2) también tendrán derecho a
pensión asistencial las viudas de ex pensionados de accidentes del tra-
bajo o enfermedades profesionales que hubieren fallecido antes de la
vigencia de esta ley, y las viudas de los actuales pensionados por la mis-
ma causa que fallezcan en el futuro, siempre que no disfruten de otra
pensión, y en su caso la pensión se devengará desde la fecha de la res-
pectiva solicitud; 3) la pensión se otorgaría por el Servicio de Seguro
Social (hoy INP), su monto será fijado por el consejo directivo y no po-
drá ser inferior al 50% de las pensiones mínimas ni superior al 100%
de las mismas, que correspondan a los accidentados o a sus viudas; 4) si
el accidentado o enfermo hubiere continuado en actividad en algún ré-
gimen previsional, tiene derecho a que el monto de la pensión que le
corresponda no sea inferior al 30% del sueldo base determinado en la
forma preceptuada por la Ley Nº 10.383, ni superior al 70% de dicho
sueldo base; 5) el consejo directivo del Servicio de Seguro Social (hoy
INP ) puede destinar para el financiamiento de ese beneficio hasta el 5%
del ingreso anual del seguro de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales; 6) el Presidente de la República debe fijar por un regla-
mento las normas y demás requisitos para el otorgamiento de estos be-
n e f i c i o s . 66

X. PRESCRIPCIÓN Y SANCIONES

1. PRESCRIPCIÓN. Por norma general, las acciones que la legislación so-


cial otorga a los trabajadores prescriben en 6 meses. Esta norma sufre un
fuerte quiebre en caso de accidentes del trabajo y enfermedades profe-
sionales, ya que la ley señala que las acciones para reclamar las prestacio-
nes por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales prescriben
en el plazo de 5 años, contado desde la fecha del accidente o desde el
diagnóstico de la enfermedad, y que, en el caso de la neumoconiosis (en-
fermedad debida al polvo), el plazo de prescripción será de 15 años, con-
tado desde que fue diagnosticada.
Agrega que esta prescripción se suspende, o sea, no corre, contra los
menores de 16 años.

2. SANCIONES. Las infracciones a cualquiera de las disposiciones de la ley,


salvo que tengan señalada una sanción especial, serán penadas con mul-

66
D.S. Nº 208, de 1968, D.O. de 9-10-68.

191
LAS PRESTACIONES

tas de 1 a 24 sueldos vitales mensuales del Departamento de Santiago, la


que debe ser aplicada por los organismos administradores.
La reincidencia debe sancionarse con el doble de la multa primera-
mente impuesta.67

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1) Acreditado que un trabajador falleció víctima de un accidente del tra-


bajo, procede reemplazar la pensión de supervivencia otorgada a su viu-
da e hijos según la Ley Nº 10.475, por la otorgada por la Ley Nº 16.744,
sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 226, de 14
de enero de 1988.

2) El plazo de prescripción señalado en el artículo 79 de la Ley Nº 16.744


se cuenta desde la fecha en que se le diagnosticó su afección profesional
y no a contar de la fecha en que egresó de la empresa.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 342, de 21
de enero de 1988.

3) Debe calificarse como accidente común y no del trabajo aquel que se


produce durante el traslado del trabajador desde un lugar de habitación
distante a su lugar de habitación usual y donde desempeña sus labores.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 583, de 28
de enero de 1988.

4) De acuerdo con los artículos 29 de la Ley Nº 16.744, y 49 de su Regla-


mento contenido en el Decreto del Ministerio del Trabajo Nº 101, el ac-
cidentado tiene derecho a que se le reembolsen todos los gastos necesarios
hasta su completa recuperación, incluidos los gastos de traslado que la
rehabilitación requiere, pero si no es indispensable su traslado por vía aé-
rea y sólo se utiliza para su mayor comodidad, tendría derecho únicamente
a pasajes por vía terrestre para él y su acompañante, en caso que no pue-
da desplazarse solo.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.163, de
11 de febrero de 1988.

67
El artículo 8º de la Ley Nº 18.018 expresa:
“Artículo 8º. Todas las sumas expresadas en sueldos vitales o en porcentajes de ellos,
sea en normas de carácter legal o reglamentario o en contratos individuales o colectivos,
actas de avenimiento, fallos arbitrales o resoluciones o acuerdos de comisiones tripartitas, a
la fecha de vigencia de la presente ley, se reducirán a la cantidad numérica que represen-
ten a la misma fecha, cantidad que en seguida se expresará en ingresos mínimos reajusta-
bles o en porcentajes de ellos, según correspondiere”.

192
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

5) El empleado que presta servicios a dos empleadores y que está afilia-


do a dos organismos administradores de la Ley Nº 16.744 tiene derecho
a los subsidios por ambos cargos, aun cuando el accidente sufrido haya
ocurrido en el desempeño de sólo uno de ellos.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 2.645, de 4
de abril de 1988.

6) No puede considerarse como convenio colectivo de trabajo, para los


efectos de reajustar los subsidios del artículo 30 de la Ley Nº 16.744, el
acuerdo sobre provisión de puestos de trabajo.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.757, de
16 de junio de 1988.

7) La actualización o amplificación por incapacidad temporal concedi-


da por el artículo 30 de la Ley Nº 16.744, debe determinarse de acuerdo
con los artículos 26 y 35 de ésta y 8º de la Ley Nº 18.018, por lo cual las
sumas expresadas en sueldos vitales deben convertirse a ingresos mínimos
reajustables, de acuerdo con el inciso 5º del artículo 26 citado, a partir
del 14 de agosto de 1981.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.655, de
16 de agosto de 1988.

8) Debe calificarse como accidente del trabajo aquel que produce lesio-
nes al prestador de servicios, aunque la causa determinante haya sido una
enfermedad común, que al ocurrir en la jornada lo precipitó sobre un
torno y le produjo lesiones, pues en tal caso existe relación de causalidad
entre la lesión sufrida y el trabajo realizado, conforme al artículo 5º de la
Ley Nº 16.744.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 7.761, de
22 de septiembre de 1988.

9) La sola declaración jurada del trabajador que reclama ser víctima de


accidente del trabajo en el trayecto para concurrir a éste no constituye
por sí sola prueba del mismo si no se dan otras circunstancias, como la
oportuna denuncia, atención médica inmediata o testigos.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.073, de 3
de octubre de 1988.

10) De acuerdo con el artículo 23 del D.S. Nº 173, de 1970, si bien es


cierto que el Servicio de Salud puede fijar la tasa adicional de acuerdo
con el promedio de la tasa de riesgo de la empresa en los dos años ante-
riores, no lo es menos que las cotizaciones adicionales modificadas rigen
por un período no inferior a un año ni superior a tres, por lo cual, para
solicitar un nuevo aumento es necesario que se encuentre vencido el pla-
zo de duración del período precedente.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 10.812, de
27 de diciembre de 1988.

193
LAS PRESTACIONES

11) Para que sea aplicable el artículo 62 de la Ley Nº 16.744 es menester


que se cumplan dos requisitos: a) que a una invalidez profesional sobre-
venga otra u otras no profesionales, y b) que el afectado esté cubierto por
el seguro de la Ley Nº 16.744, encontrándose en esta situación quienes
tienen la calidad de trabajadores activos y quienes no teniendo tal cali-
dad están afiliados a una Caja de Compensación para los demás efectos
de la seguridad social.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 96, de 5 de
enero de 1989.

12) Los pensionados por invalidez, ya sea proveniente de enfermedad


común o accidente del trabajo o enfermedad profesional, pueden con su
capacidad residual desempeñar alguna labor y recibir la correspondiente
remuneración, que queda afecta a cotizaciones y con las mismas incom-
patibilidades determinadas por el sistema de pensiones por el cual opten.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 297, de 11
de enero de 1989.

13) Cada uno de los centros de actividad de una empresa constituye una
faena de la misma, y al laborar en cada una de ellas más de 25 trabajado-
res deben constituirse comités paritarios separados conforme al decreto
reglamentario Nº 54, de 1969, modificado por el D.S. Nº 30 de 1988.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 0538/013, de 19 de enero
de 1989.

14) A contar del 1º de enero de 1989 la base de cálculo del subsidio por
incapacidad temporal de la Ley Nº 16.744 es la equivalente al promedio
de la remuneración mensual neta –que es la imponible con deducción
de cotizaciones personales e impuestos– que se haya devengado en los tres
meses calendario más próximos al mes que se inicia la licencia. Si el tra-
bajador no registra cotizaciones para enterar los meses para promediar,
deberá considerarse la remuneración neta mensual establecida en el con-
trato de trabajo.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.317, de
14 de febrero de 1989.

15) Es accidente del trabajo la caída del trabajador sobre maquinaria de


la empresa en que labora, aun cuando ello se ha debido a un desmayo
aparentemente de naturaleza común.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.423, de
16 de febrero de 1989.
Cada una de las obras que tiene una empresa contratista constituyen
faenas de la misma y, por ende, en cada cual pueden constituirse comités
paritarios.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 3.181/048, de 21 de abril
de 1989.

194
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

16) El empleador puede contratar un seguro especial para responder por


accidentes del trabajo y enfermedades profesionales de sus trabajadores,
distinto al contemplado en la Ley Nº 16.744, siempre que con ello no me-
noscabe los derechos y beneficios que a éstos correspondan.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 3.374/052, de 5 de mayo de
1989.

17) Las Comisiones de Medicina Preventiva e Invalidez son los únicos or-
ganismos competentes para efectuar la reevaluación de las incapacidades
permanentes a que se refiere el artículo 62 de la Ley Nº 16.744, por cuanto
la patología sobreviniente a que va a dar lugar este procedimiento es siem-
pre de origen común, trátese de accidente o enfermedad.
Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.197, de 26 de mayo de
1989.

18) El artículo 1º del D.S. Nº 109, de 1968, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, establece que las prestaciones económicas establecidas
en la Ley Nº 16.744 tienen por objeto reemplazar las rentas de actividad
del accidentado en forma profesional y debe, por consiguiente, existir con-
tinuidad entre las remuneraciones y el subsidio o pensión si se llega a la
declaración de invalidez del accidentado o enfermo, y esta obligación es
de cargo del organismo administrador al cual estaba afiliado el trabaja-
dor cuando ocurrió el accidente o empezó la enfermedad, sin importar
que posteriormente el empleador se haya cambiado de institución asegu-
radora.
Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.325, de 30 de mayo de
1989.

19) El incumplimiento de la obligación de constituir Comités Paritarios


de Higiene y Seguridad a que obliga el artículo 66 de la Ley Nº 16.744
debe ser sancionado por alguno de los organismos que señala el artículo
8º de la misma con multa determinada por el artículo 80.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 6.559, de 9
de agosto de 1989.

20) Los trabajadores mayores de 65 años o de 60, si son mujeres, que si-
gan trabajando no obligan al empleador a efectuar el aporte para el fon-
do de pensiones, pero en cambio queda obligado a cotizar para el seguro
de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, ya que el artícu-
lo 83 del D.L. Nº 3.500 obliga a ello sin distingos por la edad del presta-
dor de servicios.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 5.502/79, de 21 de julio de
1989.

21) Es ilegal la inclusión en el Reglamento Interno de Orden, Higiene


y Seguridad de hacer de cargo del trabajador la pérdida o deterioro in-
tencional de elementos de protección que el empleador debe propor-

195
LAS PRESTACIONES

cionarle para prevenir accidentes del trabajo y enfermedades profesio-


nales.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 7.336/115, de 21 de septiem-
bre de 1989.

22) Pueden constituirse Comités Paritarios de Higiene y Seguridad en las


empresas del sector bancario.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 10.010/179, de 29 de diciem-
bre de 1989.

23) Conforme al artículo 76 de la Ley Nº 16.744, la empleadora, el acci-


dentado o enfermo, el médico tratante y el respectivo Comité Paritario
de Seguridad están obligados a efectuar la denuncia del accidente o en-
fermedad profesional ante el respectivo organismo administrador.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 720, de 22
de enero de 1990.

24) La cotización por accidentes del trabajo debe ser pagada directamente
por el empleador sobre la remuneración imponible de sus trabajadores,
por lo que no procede el descuento de esa cotización del monto bruto
de la participación de utilidades que corresponda a los trabajadores.
Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.142, de 18 de mayo de
1990.

25) La Universidad XZ está obligada a que se constituyan en ella Comi-


tés Paritarios de Higiene y Seguridad, de acuerdo al artículo 1º del D.S.
Nº 54, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, modificado por D.S.
Nº 30, de 1988, para cumplir las atribuciones que determina la Ley
Nº 16.744, sobre accidentes del trabajo, ya que constituye una empresa,
de acuerdo con el artículo 3º del Código.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 3.852/87, de 5 de junio de
1990.

26) En caso de que los cargos de representantes suplentes de los Comités


Paritarios de Higiene y Seguridad queden vacantes por haber dejado de pres-
tar servicios en la empresa, estos cargos deben llenarse por elección secreta
y directa conforme a los artículos 5º y 21 del Decreto Reglamentario Nº 54
del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, de 11 de marzo de 1969.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 4.187/95, de 15 de junio de
1990.

27) Debe calificarse como accidente del trabajo la caída de un trabajador


a un recipiente con ácido como consecuencia de un desmayo que sufre den-
tro de la jornada laboral, aunque éste ya se haya sentido enfermo, cuales-
quiera sean las circunstancias en que el trabajador desempeña sus labores.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 7.932, de 8
de octubre de 1990.

196
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

28) Sólo el trabajador tiene la facultad de decidir el término de su activi-


dad laboral, pero en caso de enfermedades que impliquen la irrecupera-
bilidad de la salud, quedando en posibilidad de obtener pensión de
invalidez o de vejez, la Isapre puede instar al trabajador para que ponga
fin a su actividad laboral.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.566, de
11 de junio de 1990.

29) El accidente sufrido por un trabajador durante el horario de cola-


ción debe ser considerado como accidente con ocasión del trabajo, ya que
éste estuvo determinado por la circunstancia de haber estado la víctima
trabajando para su empleador y con el ánimo de reanudar sus labores.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.403, de
22 de octubre de 1990.

30) La Superintendencia de Seguridad Social ha sustentado en repetidos


y numerosos dictámenes que el organismo administrador de la Ley
Nº 16.744, sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, al
que estaba afiliada una persona cuando ocurre un accidente del trabajo,
es obligado también a cubrir los subsidios por incapacidad laboral y a otor-
gar las prestaciones médicas correspondientes que se requieren a conse-
cuencia de secuelas de accidentes del trabajo.
Es el caso de un trabajador que solicita dichas prestaciones a una Mu-
tualidad de Empleadores a la cual no estaba afiliado el trabajador al tiem-
po del accidente, por lo que dicha institución solicita que sea el organismo
a que estaba afiliado el trabajador en ese momento el que cubra dichas
prestaciones, al efecto el Instituto de Normalización Previsional (INP), que
vino a reemplazar al Servicio de Seguro Social.
La Superintendencia acoge la solicitud de la Mutualidad y ordena al
INP cubrir estos gastos, por ser a este organismo a quien competen.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 10.105, de
octubre de 1992.

31) Se refiere a la excepción de la calificación de un accidente del traba-


jo, lo que está dado por una disposición que exceptúa los accidentes de-
bido a “una fuerza mayor extraña que no tenga relación alguna con el
trabajo” (la fuerza mayor se define en la legislación nacional como aquel
“imprevisto al que no es posible resistir”).
En el caso en análisis, se trató de un gásfiter que inspeccionaba unos
estanques de almacenamiento de agua en un recinto de servicios higiéni-
cos públicos, cuando explosionó un artefacto explosivo puesto por des-
conocidos en uno de tales estanques, lo cual se estimó que no tenía
relación alguna con su trabajo, ya que se debía a una fuerza mayor extra-
ña al mismo.
La Superintendencia dictaminó que los accidentes ocurridos con mo-
tivo de accidentes terroristas constituyen siniestros de carácter laboral, ya
que si bien en casos como el de la especie la fuerza mayor pudo interve-

197
LAS PRESTACIONES

nir en su acaecimiento, ella no fue extraña, y sin relación alguna con el


trabajo de la víctima, sino que, por el contrario, tuvo relación con él, toda
vez que fue precisamente la actividad laboral que desarrollaba al momento
del siniestro la que lo vinculó con el acto terrorista y sus efectos. De ello
se desprende que el caso en análisis se encuentra cubierto por la ley y le
da derecho a todas las prestaciones de la misma, incluyéndose en éstas la
eventual indemnización o pensión que pudiere corresponderle.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.766, de
15 de febrero de 1993.

32) En relación a la misma materia, la Ley Nº 16.744 establece en su ar-


tículo 5º que es accidente del trabajo toda lesión que una persona sufra a
causa o con ocasión del trabajo y que le produzca incapacidad o muerte.
Según la jurisprudencia administrativa, ello supone que debe existir una
relación de causalidad entre la lesión y el quehacer laboral, relación que
puede ser inmediata y directa, en cuyo caso se tratará de un accidente “a
causa” del trabajo, o mediata o indirecta, evento en que el hecho consti-
tuirá un accidente “con ocasión” del trabajo.
En el caso motivo de este dictamen se trató de un trabajador sindicali-
zado que concurre –debidamente autorizado por su empleador– al acto elec-
cionario destinado a renovar la directiva de la organización sindical a que
pertenece y en su horario habitual de trabajo, sufriendo un accidente.
A juicio de la Superintendencia, los hechos antes descritos demues-
tran que existió una relación causal entre la lesión y el trabajo, ya que la
calidad de dependiente y sindicalizado del afectado le imponía la obliga-
ción de concurrir a la elección ya mencionada, estableciéndose en este
caso una relación mediata o indirecta; por ende, declaró que en este caso
el trabajador tenía cobertura por la Ley de Accidentes del Trabajo.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 2.234, de
25 de febrero de 1993.

33) La Ley Nº 16.744 en su artículo 71 consagra al empleador la facultad


de cambiar de faena a un trabajador con el objeto de prevenirlo del ries-
go de una determinada enfermedad profesional.
En este caso, el trabajador afectado por esta situación, que realizaba
labores docentes, consulta si es procedente disminuir su remuneración
por el cambio de labores.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 4.150, de
22 de abril de 1993.

34) Imparte instrucciones a las mutualidades de empleadores de la Ley


Nº 16.744 respecto del procedimiento de adhesión, renuncia y exclusión
de entidades empleadoras:
Adhesión:
– Constituye un acto formal. Debe existir una solicitud de adhesión,
la que debe contener al menos una serie de requisitos que señala la cir-
cular.

198
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

– La solicitud debe ser firmada por la persona natural o el gerente,


administrador o apoderado de las sociedades civiles, comerciales o coo-
perativas o por el presidente de las corporaciones o fundaciones o por el
Jefe del Servicio Público y debe ser acompañada de una serie de antece-
dentes que señala la circular.
– La solicitud junto con los antecedentes deben ser remitidos al Área
de Prevención de la Mutualidad, la que definirá la necesidad de realizar
una visita a terreno y evacuará un informe de la situación de riesgo de la
entidad empleadora.
– El H. Directorio de la Mutualidad debe decidir si acepta o rechaza
la solicitud, lo que deberá ser comunicado mediante carta certificada a
la entidad empleadora, en el primer caso, en el plazo de 5 días hábiles.
– Aprobada la solicitud de adhesión, ésta surtirá efecto a partir del
día primero del mes siguiente del cual se hace efectiva la renuncia. Si la
entidad empleadora no proviene de otra Mutualidad, la adhesión surtirá
efecto a contar del día primero del mes siguiente al de su aprobación por
parte del Directorio.
Renuncia:
– Se debe formalizar mediante documento firmado por la persona que
corresponda (la misma que corresponde para firmar la solicitud de ad-
hesión). Surte efecto a partir del último día del mes calendario siguiente
a su formulación.
Exclusión de entidades empleadoras adherentes:
– Ocurre cuando éstas no hubieren declarado cotizaciones a los me-
nos durante 4 meses consecutivos o que hayan acreditado el término de
giro o disolución. No procede respecto a entidades empleadoras que hu-
bieren comunicado la paralización temporal de actividades.
– Surte efecto a partir del último día del mes calendario siguiente a
su Declaración de Exclusión. Si la exclusión corresponde al término de
giro o disolución de la entidad empleadora, ésta se materializará a con-
tar de la fecha en que se hizo efectiva.
– Debe ser notificada por carta certificada dentro del plazo de 5 días
hábiles contado desde la declaración de exclusión.
Superintendencia de Seguridad Social. Circular 2.097, 23.12.03.

35) Imparte instrucciones a los organismos administradores de la Ley


Nº 16.744 respecto del procedimiento de definición y modificación de la
actividad principal de las entidades empleadoras.
Actividad principal:
– Es aquella en la cual presten servicio el mayor número de trabaja-
dores.
– La entidad empleadora junto a la solicitud de adhesión o al consta-
tar el pago de la primera cotización (según el organismo de que se tra-
te), debe presentar una declaración ante el organismo administrador que
contenga todas las actividades que desarrolla, según su orden de impor-
tancia, el número de trabajadores que se desempeñan en cada una de
ellas y cuál es su actividad principal.

199
LAS PRESTACIONES

Modificación de la actividad principal:


– Debe informarse al organismo administrador mediante una decla-
ración jurada ante notario.
Verificación de la actividad principal:
– El organismo administrador deberá realizar una visita a terreno den-
tro de los 30 días siguientes a haber tomado conocimiento de dicha mo-
dificación.
– El organismo reclasificará la actividad principal de la entidad, a con-
tar del 1° del mes siguiente de la fecha en que se informó de la modifica-
ción. También deberá revisar la tasa de cotización adicional presunta,
fijando la nueva tasa cuando corresponda.
Superintendencia de Seguridad Social. Circular 2.098, 23.12.03.

36) Imparte instrucciones a las mutualidades de empleadores de la Ley


Nº 16.744 respecto de la fusión de entidades empleadoras.
– Si con la fusión se crea una nueva entidad empleadora, esta debe
seguir el procedimiento de adhesión a cualquier Mutualidad o cotizar en
el INP. Las Mutualidades deben seguir el procedimiento de exclusión res-
pecto de las entidades adherentes que se han disuelto.
– Si se mantiene una de las entidades empleadoras que participan en
la fusión, ésta permanece como adherente, tanto respecto de los primiti-
vos trabajadores, como de los nuevos. Las Mutualidades deberán actuali-
zar los antecedentes contenidos en la solicitud de adhesión, especialmente
respecto de la posible modificación de la actividad principal. Las Mutua-
lidades deben seguir el procedimiento de exclusión respecto de las enti-
dades adherentes que se han disuelto. Se mantiene la tasa de cotización
adicional vigente de la entidad empleadora que permanece.
Superintendencia de Seguridad Social. Circular 2.099, 23.12.03.

37) Se aplica a la Superintendencia de Seguridad Social la Ley Nº 19.880,


sobre Bases de Procedimientos Administrativos, cuando su actuación cons-
tituye un acto administrativo conforme al artículo 3 de dicha ley.
– La aprobación de balances o resultados financieros que formulan
los organismos fiscalizados es un acto de revisión, por lo que constituye
un acto administrativo y procede la aplicación de la Ley Nº 19.880. Lo mis-
mo ocurre con la situación de los balances o acuerdos de directorio de
las Mutualidades de Empleadores y Cajas de Compensación.
– Consultas que formulan las entidades fiscalizadas sobre actos que
propongan ejecutar o celebrar y consultas de los trabajadores o pensio-
nados, que dan lugar a un dictamen de la Superintendencia. Son actos
administrativos los dictámenes o declaraciones de juicio, constancia o
conocimiento. Si las consultas no se encuentran tratadas por una nor-
mativa especial, deben someterse al procedimiento administrativo de la
Ley Nº 19.880. No obstante lo anterior, en razón de que la Superinten-
dencia está haciendo uso de su facultad de control, la aplicación de la
referida ley debe examinarse caso a caso, en armonía con aquellas atri-
buciones.

200
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

– La facultad de impartir instrucciones a los entes fiscalizados sobre


materias de su competencia, al emanar de su potestad normativa, regula-
dora, no le resulta aplicable la regulación del procedimiento administra-
tivo.
– Actos propios de la gestión administrativa interna, como la aproba-
ción de feriados, permisos y reconocimiento de cargas familiares, no con-
figuran procedimientos administrativos, por lo que se rigen por las normas
generales aplicables al funcionamiento interno de los órganos de la Ad-
ministración.
– Aprobación de contratos, compra de bienes muebles y pago de sus-
cripciones y publicaciones deben regirse por las normativas particulares
que sean procedentes y supletoriamente por la Ley Nº 19.880.
– Artículos 1º, 3º y 18 de la Ley Nº 19.880, art. 34 de la Ley Nº 16.395.
Contraloría General de la República. Dictamen 8.601, 20.02.04.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

1) El artículo 79 de la Ley Nº 16.744 distingue, en cuanto a la fecha en


que empieza a correr el plazo de prescripción, entre el accidente y la en-
fermedad profesional, ya que en el primer caso la fecha de su ocurrencia
es perfectamente determinable y no en el segundo, ya que para precisar-
la se requiere de un diagnóstico médico.
Sentencia de la Corte Suprema de Justicia en recurso de queja
Nº 6.478, de 29 de marzo de 1988.

2) Al fijar la indemnización por un accidente del trabajo producido por


la conducta culposa del empleador debe también considerarse la impru-
dencia en que incurrió el trabajador.
Sentencia de la Corte Suprema de Justicia. Recurso de queja Nº 9.597,
de 4 de octubre de 1989.

3) Aun teniendo en cuenta la magnitud de los detrimentos morales y


materiales debidos principalmente a la conducta culpable de los repre-
sentantes de la empresa demandada, no se debe desatender la impruden-
cia en que incurrió el demandante.
Sentencia Judicial de la Excma. Corte Suprema, de 18 de octubre de
1989. Recurso de queja.

201
ESTADÍSTICAS DE ACCIDENTES DEL TRABAJO
Y ENFERMEDADES PROFESIONALES*

CUADRO 1
N ÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES
COTIZANTES DE LA LEY Nº 16.744
1999-2003

(a) Resolución Exenta Nº 538, de 7 de abril de 2003, revoca autorización a Enap.


El Nº promedio de trabajadores a mayo de 2003 era de 1.531, no obstante para efectos
de presentación del cuadro, se determinó el promedio de los doce meses.
(b) Resolución Exenta Nº 883, de 30 de agosto de 2000, revoca autorización de Asmar.

* Fuente: Superintendencia de Seguridad Social.

202
CUADRO 2
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE ENTIDADES EMPLEADORAS COTIZANTES DE LA LEY Nº 16.744
1999-2003

203
(a) Resolución Exenta Nº 883, de 30 de agosto de 2000, revoca autorización de Asmar.
(b) Resolución Exenta Nº 538, de 7 de abril de 2003, revoca autorización a Enap.
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES
CUADRO 3
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES COTIZANTES DE LA LEY Nº 16.744, POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS
2003

204
LAS PRESTACIONES
CUADRO 4
N ÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE ENTIDADES EMPLEADORAS COTIZANTES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS. 2003

205
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

(*) Resolución Exenta Nº 538, de 7 de abril de 2003, revoca autorización a Enap.


CUADRO 5
REMUNERACIONES IMPONIBLES DE LOS TRABAJADORES COTIZANTES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS
(MONTO EN MILLONES DE $). 2003

206
LAS PRESTACIONES

(*) Resolución Exenta Nº 538, de 7 de abril de 2003, revoca autorización a Enap.


LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

CUADRO 6
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR REGIONES
1997-2003

Nota: Incluye accidentes de trayecto.

207
LAS PRESTACIONES

CUADRO 7
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR REGIONES Y ENTIDADES
2003

Nota: Incluye accidentes de trayecto.

208
CUADRO 8
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744,
POR REGIONES, TIPO DE ACCIDENTE Y SEXO.
2003

209
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES
CUADRO 9
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS
1997-2003

210
LAS PRESTACIONES

Nota: Incluye accidentes de trayecto.


CUADRO 10
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y ENTIDADES
2003

211
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

Nota: Incluye accidentes de trayecto.


CUADRO 11
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS, TIPO DE ACCIDENTE Y SEXO
2003

212
LAS PRESTACIONES
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

CUADRO 12
NÚMERO DE ACCIDENTES DEL TRABAJO DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, SEGÚN CONSECUENCIA Y ENTIDADES
2003

Nota: Incluye accidentes de trayecto.


La consecuencia se considera a la fecha del alta médica.
La información de número de muertes fue corregida por la Mutual de la C.Ch.C., por esta
razón la suma de dicha información publicada en los boletines semestrales no coincidirá
con el total publicado en el presente boletín.

CUADRO 13
NÚMERO DE ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, SEGÚN CONSECUENCIA Y ENTIDADES
2003

Nota: La consecuencia se considera a la fecha del alta médica.

213
LAS PRESTACIONES

CUADRO 14
N ÚMERO DE ACCIDENTES DE TRAYECTO DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR REGIONES Y ENTIDADES
2003

214
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

CUADRO 15
NÚMERO DE ACCIDENTES DE TRAYECTO DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR ACTIVIDADES
ECONÓMICAS Y ENTIDADES
2003

215
LAS PRESTACIONES

CUADRO 16
T ASA DE ACCIDENTABILIDAD DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR ACTIVIDADES
ECONÓMICAS Y ENTIDADES
2003

Nota: Incluye accidentes de trayecto.


El cuadro está expresado en %.
Tasa de accidentabilidad calculada por la Superintendencia de Seguridad Social.

216
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

CUADRO 17
TASA DE ACCIDENTABILIDAD POR ACCIDENTES DEL TRABAJO
DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y ENTIDADES
2003

Nota: No incluye accidentes de trayecto.


El cuadro está expresado en %.
Tasa de accidentabilidad calculada por la Superintendencia de Seguridad Social.

217
LAS PRESTACIONES

CUADRO 18
N ÚMERO DE DÍAS PERDIDOS POR ACCIDENTES DEL TRABAJO
Y ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR REGIONES Y ENTIDADES
2003

Nota: Incluye días perdidos por accidentes de trayecto.

218
CUADRO 19
NÚMERO DE DÍAS PERDIDOS POR ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR REGIONES Y SEXO
2003

219
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES
LAS PRESTACIONES

CUADRO 20
N ÚMERO DE DÍAS PERDIDOS POR ACCIDENTES DEL TRABAJO
Y ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LAS MUTUALIDADES
DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744,
POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y ENTIDADES
2003

Nota: Incluye días perdidos por accidentes de trayecto.

220
CUADRO 21
NÚMERO DE DÍAS PERDIDOS POR ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744, POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y SEXO
2003

221
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES
CUADRO 22
N ÚMERO, DÍAS Y MONTO DE LOS SUBSIDIOS POR ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
POR INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL (MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
2001-2003

222
LAS PRESTACIONES

Nota: Los montos de subsidios incluyen aportes.


(a) Subsidios pagados por los Servicios de Salud a imponentes del ex Servicio de Seguro Social. Fuente: Ministerio de Salud.
Los datos de subsidios iniciados, días pagados y monto fueron corregidos por FONASA, razón por la que no coincidirá con la suma de los boletines
semestrales.
(b) A partir de mayo de 1995, incluye información de los Empleados Públicos, Ley Nº 19.345.
CUADRO 23
NÚMERO Y MONTO DE INDEMNIZACIONES POR ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
PAGADAS POR LAS INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL (MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

223
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES
CUADRO 24
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL Y MONTOS TOTALES DE LAS PENSIONES DE ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES
PROFESIONALES PAGADAS POR LAS INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL SEGÚN TIPO (MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO).
2000-2003

224
LAS PRESTACIONES
CUADRO 24 (continuación). LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

225
CUADRO 25
NÚMERO DE PENSIONES DE ACCIDENTES DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES CONCEDIDAS
POR LAS INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL, SEGÚN TIPOS. 1998-2003

226
LAS PRESTACIONES
CUADRO 25 (continuación). LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

227
CUADRO 26
MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744. BALANCES GENERALES AL 31 DE DICIEMBRE DE 2003
(MONTOS EN MILES DE PESOS)

228
LAS PRESTACIONES
CUADRO 26 (continuación).

229
LOS ACCIDENTES DEL TRABAJO Y LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES

Fuente: Estados Financieros de las Mutualidades de Empleadores de la Ley Nº 16.744.


Cifras no auditadas sujetas a revisión.
LAS PRESTACIONES

CUADRO 27
MUTUALIDADES DE EMPLEADORES DE LA LEY Nº 16.744.
ESTADOS DE RESULTADOS AL 31 DE DICIEMBRE DE 2003
(MONTOS EN MILES DE PESOS)

Fuente: Estados Financieros de las Mutualidades de Empleadores de la Ley Nº 16.744.


Cifras no auditadas, sujetas a revisión.

230
CAPÍTULO IX

LOS SISTEMAS DE PENSIONES

I. EL ANTIGUO SISTEMA (INP)

En la segunda década del siglo XX, se genera un incipiente Sistema de


“Seguros Sociales”, mediante la promulgación de las llamada “Leyes So-
ciales”, otorgándose un reconocimiento jurídico del rol del Estado en la
protección social a nivel de la Carta Fundamental del año 1925, siendo
uno de los países pioneros de la Región Latinoamericana en implemen-
tar una estructura bastante completa en materia de Seguridad Social, sal-
vo el aspecto vinculado con el Seguro de Desempleo.
Tradicionalmente, en nuestro país, el Sistema de Pensiones se carac-
terizó por la coexistencia de regímenes de pensiones diferentes entre sí,
tanto por estar destinados a distintos grupos ocupacionales, como por con-
templar regulaciones y beneficios diversos para éstos.
No obstante, la característica común a las 52 Instituciones de Previ-
sión que llegaron a coexistir (“Cajas de Previsión”), es que ellas opera-
ban bajo el esquema financiero del Reparto (“pay as you go”); esto significa
que con los aportes de la fuerza activa de trabajo cotizante se financia-
ban las pensiones de los que habían salido de ésta y, por tanto, la subsis-
tencia del Sistema estaba supeditada a la relación activos/pasivos existente
en la población en cada momento del tiempo.
Durante los primeros años de vida del Sistema, la proporción de acti-
vos fue suficiente para financiar las pensiones de los pasivos; sin embar-
go, en forma paulatina y constante, los cambios demográficos fueron
reflejando una permanente disminución de la tasa de natalidad y un au-
mento significativo en las expectativas de vida, la que revirtió drásticamen-
te esta favorable relación, provocando un fuerte desfinanciamiento del
Sistema.
Las gráficas que se insertan a continuación ilustran, dramáticamente,
las tendencias demográficas existentes en el mundo, y en especial en Amé-
rica Latina, las que demuestran con toda claridad la evolución del fenó-
meno demográfico que ha tenido lugar en nuestro planeta en el curso
de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del actual siglo.

231
LAS PRESTACIONES

232
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

La tendencia a que se ha hecho referencia también se refleja nítida-


mente en el caso nacional; así, mientras en el año 1955 por cada 12,2 tra-
bajadores activos había un pasivo, en 1980 por cada 2,5 activos, existía
un pasivo; lo señalado implica que en sólo 25 años el costo de los trabaja-
dores activos se incrementó en casi 5 veces. La gráfica que se inserta a
continuación explicita con toda claridad este trascendente fenómeno.

Las pensiones se pagaban en moneda nominal, sin proteger su valor


adquisitivo frente a la inflación, ya que carecían de reajuste automático;
existían diversos requisitos y fórmulas de cálculo de las pensiones según
la Caja; estaba impedido un trabajador de optar por otra Caja, ya que se
encontraba adscrito a una según la labor que desarrollase, constituyendo
un “mercado cautivo”, que no incentivaba al otorgamiento de un buen
servicio, y con un escaso grado de fiscalización por parte del Estado.
El problema del financiamiento anotado se vio agravado por una fuer-
te evasión previsional, ya que a trabajadores y empleadores les resultaba
más conveniente efectuar cotizaciones por el mínimo legal, preocupán-
dose sólo de imponer por valores reales los últimos años de la vida activa,
cuando las cotizaciones les eran consideradas para la jubilación. Esta si-
tuación obligaba a elevar las tasas impositivas, lo que, a su turno, incenti-
vaba una mayor evasión previsional y así sucesivamente.
A ello cabe agregar también que el Estado, gran soporte financiero
del Sistema, fue proclive a otorgar beneficios sin el adecuado financia-
miento, lo que sólo acentuó el problema reseñado, ocasionando un défi-

233
LAS PRESTACIONES

cit fiscal creciente, el que alcanzó el equivalente a un 28% del gasto en la


década 1970-1980.
El antiguo Sistema se caracterizó asimismo por una notoria falta de equi-
dad; en efecto, dado que no existía una relación directa entre los aportes
de los trabajadores y los beneficios percibidos, se apreciaban notables des-
igualdades entre los múltiples grupos cubiertos. Esta situación se sustentaba
en el otorgamiento de mayores concesiones a los grupos que ejercían ma-
yor presión; en efecto, en el año 1965, los obreros chilenos (trabajadores
preferentemente manuales), que representaban el 70% de los cotizantes y
cuyos ingresos eran los más bajos, percibían, en términos absolutos, pensio-
nes equivalentes a la mitad de lo que obtenían los empleados privados y a
un catorceavo de lo logrado por los empleados públicos, los cuales eran gru-
pos de mayores ingresos. Al mismo tiempo, el aporte efectuado por estos
trabajadores en el mismo período era equivalente a más del doble del que
realizaban los empleados públicos y sólo un 10% inferior al de los privados.
Una buena síntesis de esta característica la refleja la gráfica que po-
demos apreciar a continuación, la que da cuenta de los requisitos de edad
o tiempo trabajado que se requerían para acceder a la jubilación en este
Sistema;68 nótese en ellas que los obreros debían alcanzar la edad de 65
años para poder pensionarse, en tanto que a otros grupos (con mayor
poder de presión) les bastaba con bastante menos.

68
El Desarrollo de la Seguridad Social en América Latina. Estudio CEPAL, 1985.
Estudios de la Reforma Previsional. Instituto de Economía, Universidad Católica de Chile, 1983.

234
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Lo anteriormente explicitado unido a otras características de similar


naturaleza hizo sentir en el país la necesidad de introducir cambios pro-
fundos al Sistema de Pensiones. Así, ya en la década de los 60 se elabora-
ron diversos informes sobre las debilidades del antiguo Sistema, en los
que se proponían cambios profundos; de especial interés resulta recor-
dar el informe de la denominada “Comisión Prat”, formada en la época
del Presidente don Jorge Alessandri Rodríguez, la que concluyó de modo
terminante que el sistema “estaba condenado a desplomarse por injusto,
oligárquico, discriminatorio y ser ineficazmente oneroso”.
Pocos años más tarde, en 1968, el Presidente de la época, don Eduar-
do Frei Montalva, trató de introducir reformas, enviando un proyecto de
ley al Congreso Nacional, el cual finalmente no fue aprobado; se señala-
ba en el Mensaje del Proyecto que “mucho se ha dicho sobre el proble-
ma previsional de Chile; se está de acuerdo unánimemente en que él es
malo”.
“Voces de los más distintos y antagónicos credos políticos así lo han
proclamado, los diversos técnicos así lo han reconocido..., porque al no
estar basado nuestro régimen en la solidaridad nacional..., se ha permiti-
do la selección de grupos, normalmente de más altos ingresos, los que se
han reunido o permanecen reunidos justamente para repartirse entre ellos
mejores beneficios previsionales, con grave detrimento o perjuicio de la
solidaridad nacional y de las efectivas necesidades de los más desvalidos y
pobres... existen pensiones dentro del sector público cuyos montos exce-
den los máximos de las pensiones que se pagan en los países desarrolla-
dos... porque existe una injusta distribución de los recursos del Sistema...”.
Posteriormente, en el período del Presidente don Salvador Allende
Gossens también se llevaron a cabo diversos intentos por cambiar la es-
tructura previsional chilena, sin éxito. Es indudable que la presión de gru-
pos de interés impidió reformas tendientes al perfeccionamiento del
antiguo Sistema.
De esta forma, y adentrado el país en la década de los 70, se vio abo-
cado el Gobierno de la época a generar cambios radicales. Así, a partir
de 1974 se iniciaron una serie de cambios en el Sistema de Pensiones,
entre los que cabe destacar el Decreto Ley Nº 2.448, que estableció eda-
des mínimas por igual para jubilar, los que culminan con la publicación
en el Diario Oficial del 13 de noviembre de 1980 del Decreto Ley Nº 3.500,
en el que se contiene la normativa del nuevo Sistema de Pensiones basa-
do en la Capitalización Individual y administrado por entidades privadas
denominadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
El antiguo Sistema a su vez continúa funcionando, principalmente a
través de un ente único, denominado Instituto de Normalización Previ-
sional, el cual fusionó a las principales Cajas de Previsión y que es el en-
cargado de administrar los regímenes de prestaciones que tenían a su
cargo dichas instituciones.
La permanencia en el tiempo del Sistema de Reparto y el traslado
masivo que se produjo hacia el Sistema de Capitalización Individual ha
obligado al Estado a asumir el costo de cubrir dicho déficit.

235
LAS PRESTACIONES

Del mismo modo, el Estado ha debido reconocer y hacerse responsa-


ble del financiamiento de las cotizaciones pagadas en el antiguo Sistema
por aquellas personas que se cambiaron al nuevo Sistema. Ello se mate-
rializa a través de la emisión de unos instrumentos financieros denomi-
nados “Bonos de Reconocimiento”, los cuales son representativos de
dichos períodos de cotizaciones y que el trabajador hace efectivo al ins-
tante de pensionarse o fallecer.
El Bono de Reconocimiento se reajusta de acuerdo a la variación de
la inflación y devenga un interés del 4% real anual, el que se capitaliza
cada año. Antes de la Reforma Previsional, la administración de los siste-
mas de pensiones se encontraba radicada fundamentalmente en los en-
tes gestores denominados Cajas de Previsión, de estructura paraestatal,
salvo excepciones, de los que dependían una diversidad de subsistemas,
todo lo cual conformaba una frondosísima estructura.
Las entidades previsionales del antiguo Sistema, comúnmente co-
nocidas bajo la denominación de “Cajas de Previsión”, tenían gastos
de administración en ocasiones bastante elevados, pero que pasaban in-
advertidos para el imponente común, dada la estructura financiera de la
Caja y el imperante régimen de reparto; en varias oportunidades ciertas
Cajas necesitaron recibir suplementos estatales de elevada consideración
para lograr equilibrar sus presupuestos operacionales.
En el año 1982 se fusionaron el Servicio de Seguro Social y la Caja de
Previsión de Empleados Particulares, conservando sin embargo cada una
de ellas su personalidad jurídica y patrimonio propios.
Con posterioridad, y en forma paulatina, se unieron las Cajas del Sec-
tor Público, hasta que en el año 1988 la Ley Nº 18.689 dispuso la fusión
en el Instituto de Normalización Previsional de quince entidades previ-
sionales y ordenó asimismo la anexión por decreto de todas las otras Ca-
jas aún subsistentes y que a futuro requerirían de aportes del Estado para
cubrir sus déficit en el financiamiento de los beneficios.
Las instituciones que fueron fusionadas en el actual INP son las si-
guientes:
– Servicio de Seguro Social (S.S.S.)
– Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas (Canaempu)
– Caja de Previsión de Empleados Particulares (Empart)
– Caja Bancaria de Pensiones, Sección de Previsión del Banco Cen-
tral de Chile, Caja de Previsión y Estímulo del Banco de Chile
– Caja de Retiro y Previsión Social de los Ferrocarriles del Estado (Ca-
jaferro)
– Caja de Previsión Social de los Empleados Municipales de Valparaí-
so (Camuval)
– Caja de Previsión y Estímulo de los Empleados del Banco del Esta-
do de Chile (Caprebech)
– Caja de Previsión de la Marina Mercante Nacional Sección Oficia-
les y Empleados y Sección Tripulantes de Naves y Operarios Maríti-
mos (Capremer)

236
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

– Caja de Previsión de los Empleados Municipales de Santiago (Ca-


premusa)
– Caja de Previsión Social de los Obreros Municipales de la Repúbli-
ca (Capresomu)
– Caja de Previsión de los Empleados y Obreros de la Empresa Me-
tropolitana de Obras Sanitarias Departamento de Empleados y De-
partamento Obreros (Emos)
– Sección de Previsión Social de los Empleados de la Compañía de
Consumidores de Gas de Santiago (Gasco)
– Caja de Previsión Gildemeister
– Caja de Previsión Social de la Hípica Nacional
– Caja de Previsión de los Empleados de Mauricio Hotschild
– Caja de Previsión para Empleados del Salitre
En marzo de 1990 comenzó una nueva administración del INP, orien-
tada a satisfacer las necesidades del usuario. El usuario se constituyó en
el centro de la acción institucional, implementándose un modelo de ges-
tión que, sin descuidar las normas que regulan a un servicio público, se
orientó a la obtención de resultados positivos en aquellas tareas que le
son propias, dada su condición de entidad encargada de la ejecución de
importantes políticas de seguridad social del Estado.
Desde entonces, ha incorporado herramientas de gestión como la pla-
nificación estratégica, el empleo de indicadores de gestión y nuevas tec-
nologías de comunicación y de manejo de información, prestando especial
atención al desarrollo de su personal.
Asimismo, a contar del año 1995 el INP , como organismo del Estado
encargado de la administración de la Ley Nº 16.744 de Accidentes del Tra-
bajo y Enfermedades Profesionales, creó un departamento dedicado ex-
clusivamente a proporcionar atención, servicios e información a un
universo conformado por una cifra cercana a los 400 mil empleadores re-
lacionados con más de 800 mil trabajadores.
Incluidos pagos de pensiones y emisiones de documentos, el INP rea-
liza cada año cerca de 25 millones de atenciones a 800 mil pensionados,
170 mil cotizantes activos, más de 300 mil pensionados asistenciales y casi
900 mil trabajadores cotizantes del Seguro de Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales. Para dar cumplimiento a esta enorme labor,
el INP cuenta con moderna tecnología informática que permite atender
con la mayor eficiencia a cada uno de sus usuarios.
Luego de la Reforma Previsional se ha optado por una racionaliza-
ción del sistema –esta misión, en definitiva, le está encargada hoy en
día al Instituto de Normalización Previsional (INP), creado por el D.L.
Nº 3.502–, encaminándose paulatinamente a la fusión total de los en-
tes gestores, de tal modo de ir ajustando sus costos y hacerlos compati-
bles con el número cada vez más reducido de imponentes que todavía
permanecen afiliados a ellos: 167.827 personas al 31-12-03, consideran-
do en ellas tanto a los trabajadores independientes como a los depen-
dientes.

237
LAS PRESTACIONES

De ellos, la mayoría está estratificada en el segmento entre los 51 a


los 70 años de edad (60%), sin que registren ningún afiliado de 35 años
o menos.
Los entes gestores más importantes del antiguo sistema son el Servi-
cio de Seguro Social, la Caja de Previsión de Empleados Particulares y la
Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas,
El Servicio de Seguro Social (S.S.S.) se rige fundamentalmente por la Ley
Nº 10.383. El Servicio de Seguro Social tenía un aporte tripartito, el que
llegó a alcanzar cifras bastante elevadas para el financiamiento del régi-
men: trabajador (8,8%), empleador (38%) y Estado (5,8%), y aporte de
otras fuentes impositivas diversas; contribuía a su financiamiento la ex-
plotación de sus bienes –lo que usualmente no le reportó las ganancias
especiales–, herencias, legados y donaciones. Sus afiliados cotizan hoy en
día un 18,84%.
La Caja de Previsión de Empleados Particulares (Caja EMPART) se rige fun-
damentalmente por la Ley Nº 10.475 y tenía un financiamiento comparti-
do entre empleador y empleado, con una gama de aportes. Así, el Fondo
de Retiro se financiaba con un aporte del empleador del 5% sobre sueldos
y comisiones; del empleado, equivalente al 5% de su sueldo, la mitad de su
primer sueldo, el primer aumento de sueldo que percibiera y el 10% de
las gratificaciones; a su vez, la indemnización por años de servicios se fi-
nanciaba con un aporte del 8,33% sobre los sueldos, sobresueldos y comi-
siones de cargo del empleador, con una doble imposición del 3% hecha
por el empleador y empleado y con los intereses de las inversiones, los sal-
dos de cuentas de fondos de retiro, jubilaciones y pensiones no cobradas
por más de dos años y las multas, etcétera. Sus afiliados actuales cotizan un
total de 21,84% para financiar su régimen de pensiones.
La Caja de Previsión de Empleados Públicos y Periodistas (CANAEMPU) se
rige fundamentalmente por el D.F.L. Nº 1340-bis. Agrupaba principalmen-
te a los empleados públicos y algunos grupos de trabajadores indepen-
dientes, como los periodistas y los abogados. Contemplaba beneficios
bastante amplios en materia de vejez y antigüedad.

II. EL NUEVO SISTEMA:


LAS ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE PENSIONES (AFP)

1. NORMAS GENERALES. El nuevo Sistema Previsional chileno se caracteri-


za por ser esencialmente libertario, otorgándole al afiliado una amplia
gama de opciones dentro de las cuales debe elegir aquella alternativa que
más se ajuste a sus necesidades; esto es válido tanto para la elección de la
institución previsional, como para la modalidad de pensión a utilizar y la
oportunidad de su jubilación.
Asimismo, persigue la igualdad entre todos los afiliados, evitando toda
clase de discriminación basada en requisitos o características distintas.
Asimismo, el Sistema se basó en un giro trascendente en materia de
gestión, ya que encomendó dicha misión a entidades privadas denomina-

238
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

das Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), otorgándole al Esta-


do un rol subsidiario y garantizador; con ello se persiguió como objetivo
que las pensiones maximizasen sus montos a través de una efectiva com-
petencia y de un efectivo compromiso patrimonial de las sociedades ad-
ministradoras, promoviendo así la innovación tecnológica y la entrega de
un buen servicio a los afiliados.
El Estado, como ya se dijo, no se marginó por completo del Siste-
ma, ya que desempeña dentro de éste dos roles relevantes, como son el
de establecer el marco regulador y fiscalizar tanto a las AFP como a los
Fondos de Pensiones –a través de un ente especializado denominado Su-
perintendencia de AFP y responde –en última instancia– en materias tras-
cendentales, como son las Pensiones Mínimas, la Rentabilidad Mínima del
Sistema y las Pensiones de Renta Vitalicia, en el evento de quiebra de la
Compañía de Seguros responsable de su pago.
En efecto, el Estado garantiza el pago de Pensiones Mínimas de Ve-
jez, Invalidez y Sobrevivencia a todos aquellos afiliados que cumplan con
ciertos requisitos estipulados en la ley.
Las AFP deben recaudar las cotizaciones y los depósitos de sus afilia-
dos, abonarlos a las cuentas respectivas e invertir los recursos de confor-
midad a lo que dispone el Decreto Ley Nº 3.500.
Los recursos acumulados en la cuenta son de propiedad de cada tra-
bajador afiliado y operan como un patrimonio independiente del de la
AFP . En este Sistema de Pensiones, a diferencia del antiguo, cada trabaja-
dor es responsable de acrecentar su financiamiento mediante las cotiza-
ciones correspondientes, las que son retenidas por su empleador, sin
perjuicio que el Estado garantice Pensiones Mínimas.
El nuevo régimen de Pensiones de Vejez, Invalidez y Sobrevivencia fue
implantado en 1980, y se funda en un sistema de ahorro y capitalización
individual. Su regulación legal se contiene en el Decreto Ley Nº 3.500,
de 1980, reglamentado en el D.S. Nº 57, de 1990, cuya última modifica-
ción se contiene en el D.S. Nº 77 del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social (D.O. 17.02.2000).
La capitalización, que es la base del Sistema, se efectúa en las Admi-
nistradoras de Fondos de Pensiones, que son sociedades anónimas cuyo
objeto exclusivo es administrar dichos fondos y las prestaciones y benefi-
cios que establece la ley; por esta administración pueden cobrar comisio-
nes, las que son de cargo de los afiliados y se deducen de sus cuentas
individuales.
La razón social de las Administradoras no podrá incluir nombres o
siglas de personas naturales o jurídicas existentes, o nombres de fantasía
que, a juicio de la Superintendencia, puedan inducir a equívocos respec-
to de la responsabilidad patrimonial o administrativa de ellas.

2. CONSTITUCIÓN Y FUNCIONAMIENTO. El régimen jurídico de las AFP lo


constituyen el D.L. Nº 3.500 y la legislación aplicable a las sociedades
anónimas abiertas, siendo su giro único el administrar los Fondos de Pen-
siones puestos bajo su administración, y otorgar los beneficios corres-

239
LAS PRESTACIONES

pondientes, esto es, pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia, que co-


rrespondan a los pensionados del nuevo sistema.
Para formar una AFP se requiere un capital mínimo de 5.000 UF, el
que debe estar suscrito y pagado al instante de otorgarse la escritura so-
cial. Este patrimonio mínimo deberá ascender a 10.000 UF al completar
la AFP 5.000 afiliados, a 15.000 UF al completar 7.500 afiliados y a 20.000
UF al completar los 10.000 afiliados; cabe consignar que originalmente
se exigían 20.000 UF cualquiera fuere el número de afiliados, y que en
todos los casos señalados el aporte de capital debía enterarse en dinero
efectivo.
La ley establece, además, una separación patrimonial y contable total
entre el Fondo de Pensiones y la sociedad que lo administra; el objetivo
perseguido es evitar que los recursos previsionales puedan ser usados para
otros fines, y evitar, asimismo, que se vean afectados por una eventual quie-
bra de la AFP.
Las Administradoras cuyo patrimonio sea igual o superior a 20.000 UF
podrán prestar a otras Administradoras los servicios de recaudación y abo-
no señalados, mas no los de inversión de los recursos previsionales. Tam-
bién podrán constituir en el país sociedades filiales cuyo objeto exclusivo
sea la administración de carteras de recursos provisionales de otras Ad-
ministradoras; su capital no podrá ser inferior a 20.000 UF.
Asimismo, podrán constituir en el país sociedades anónimas filiales
que complementen su giro, para prestar servicios a personas naturales o
jurídicas que operen en el extranjero o que inviertan en AFP o en socie-
dades cuyo giro esté relacionado con materias previsionales, constituidas
en otros países; ello ha significado una importante fuente de ingresos para
las Administradoras, dada la exponencial aplicación de sistemas similares
en una veintena de países que han seguido muy de cerca el modelo na-
cional, cuyas administradoras han requerido ayuda técnica para la insta-
lación y puesta en marcha de sus sistemas.
Las AFP deben tener en sus oficinas, en lugar de fácil acceso al públi-
co, la siguiente información:
– antecedentes de la institución (razón social, domicilio, fecha de es-
critura social, directorio, agencias y sucursales)
– último Balance General de la Compañía
– monto del capital, de los Fondos de Pensiones, de las Reservas y de
los Encajes
– Valor de las cuotas de los Fondos de Pensiones
– Monto de las comisiones que cobra
– Composición de la cartera de inversiones
– Porcentaje de cotización adicional de cada tipo de Fondo.
En caso de disolución de una Administradora, la liquidación de los
Fondos y de la Sociedad será practicada por la Superintendencia de AFP,
la que estará investida de todas las facultades necesarias para la adecuada
realización de los bienes de cada uno de los Fondos.

240
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Durante el proceso de liquidación, la Superintendencia transferirá las


cuotas representativas de los saldos de las cuentas personales de los afilia-
dos a la Administradora a que cada uno de ellos se incorpore.

3. FINANCIAMIENTO. Su única fuente de financiamiento –como entidades


gestoras– la constituyen las comisiones que pueden cobrar a su afiliados;
estas comisiones incluyen la administración de cada uno de los Fondos
de Pensiones, de las cuentas de capitalización individual, de los sistemas
de pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia y del sistema de benefi-
cios garantizados por el Estado, el pago de la prima del contrato de segu-
ro, y la administración de las demás prestaciones que establece la ley.
Estas comisiones son establecidas libremente por cada Administrado-
ra, con carácter uniforme para todos su afiliados; deben ser informadas
al público y a la Superintendencia, entrando a regir sólo 90 días después
de cursada dicha comunicación.
Hasta el 31 de diciembre de 1987 dichas comisiones se conformaron
por una porcentual variable, otra fija y una adicional sobre la remunera-
ción imponible, las que se deducen de las respectivas cuentas de capitali-
zación individual o de los retiros, según corresponda. A raíz de las
modificaciones introducidas por la Ley Nº 18.646, a contar del 1º de ene-
ro de 1988, las AFP que operan en el ámbito previsional pueden cobrar
una comisión fija o una porcentual, o una mezcla de ambas.
La evolución que ello ha tenido en el curso de los últimos años pue-
de apreciarse en el gráfico que se inserta a continuación:

241
LAS PRESTACIONES

4. DE LA AFILIACIÓN. La afiliación está definida en el D.L. Nº 3.500 como


“la relación jurídica entre un trabajador y el Sistema de Pensiones de Ve-
jez, Invalidez y Sobrevivencia, que origina los derechos y obligaciones que
la ley establece, en especial el derecho a las prestaciones y la obligación
de cotización”.
Al Sistema deben afiliarse, incorporándose a la AFP de su elección, to-
dos los trabajadores dependientes, cualquiera sea su actividad laboral, que
hayan iniciado labores a contar del 1º de enero de 1983. Sin perjuicio de
ello, pueden afiliarse al mismo los trabajadores que registren cotizacio-
nes en el antiguo Sistema con anterioridad a esa fecha, como también lo
pueden hacer los trabajadores independientes que ejerzan una actividad
mediante la cual obtengan una renta no inferior a un Ingreso Mínimo.
El inicio de la labor del trabajador dependiente no afiliado genera,
automáticamente, su afiliación al Sistema y la obligación de cotizar en una
AFP; para el trabajador independiente, como ya se dijo, dicha afiliación y
obligación de cotizar es absolutamente voluntaria. 69
La afiliación es única y permanente, subsistiendo durante toda la vida
del afiliado, ya sea que se mantenga o no en actividad, que ejerza una o
varias actividades simultáneas o sucesivas, o que cambie de institución den-
tro del Sistema.
Cabe hacer notar que cada trabajador, aunque preste servicios a más
de un empleador, sólo podrá cotizar en una Administradora.
El trabajador dependiente debe comunicar a su empleador la AFP en
que se encuentre afiliado o decida afiliarse, dentro de los 30 días siguien-
tes al inicio de sus labores; si no lo hiciere, el empleador cumplirá con
dicha obligación (habitualmente lo afiliará a aquella en que estén adscri-
tos un mayor número de trabajadores de su empresa).
El empleador es quien debe comunicar el inicio o cese del servicio
de sus trabajadores a la AFP en que estos se encuentren afiliados, dentro
del plazo de 30 días contado desde dicho inicio o término.
Es muy relevante el destacar que la Administradora no puede rechazar
la afiliación, a diferencia de lo que ocurre con las Isapres, donde al existir
un “contrato de salud”, dicha adscripción es netamente contractual.
Al momento de la incorporación del trabajador a la Administradora,
ésta deberá proporcionarle una libreta en la que se estamparán, cada vez
que el afiliado lo solicite, el número de cuotas registradas en su cuenta
de capitalización individual.
Asimismo, y cada cuatro meses, le despachará a su domicilio una car-
tola en la que constarán los movimientos registrados en su cuenta de ca-
pitalización individual y de ahorro voluntario, con indicación de las cuotas
que ello representa; conjuntamente con ello, le informará acerca de las

69
En ello estriba una de las razones de la falta de cobertura completa del Sistema; al-
gunos sectores postulan que la afiliación debía ser obligatoria para todos los trabajadores.
Muchos independientes –por su falta de continuidad y bajos ingresos– solo generarán pen-
siones mínimas, lo que implica un fuerte gravamen para el Estado chileno.

242
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

comisiones cobradas y la rentabilidad de su cuenta, referidos tanto a la


AFP en la que se encuentra afiliado como asimismo en relación a las res-
tantes del Sistema. Igualmente, incluirá en la referida cartola de aquellos
afiliados que cumplan los requisitos para ser incluidos en el “Listado Pú-
blico” del Sistema de “ofertas de pensión” (SCOMP) la información referi-
da a las modalidades de pensión, sus características y al modo de optar
entre ellas.
La confianza e interés manifestados por los trabajadores por partici-
par en el actual Sistema de Pensiones se tradujo en una afiliación masiva
de personas en los primeros años de operación; en efecto, en el período
mayo-diciembre de 1981 se cambiaron voluntariamente 1.400.000 traba-
jadores desde el antiguo al nuevo Sistema. Al 31 de diciembre del año
2003, el número de afiliados alcanzó a 7.000.000, lo cual representa un
98% de la fuerza de trabajo del país en dicho período, y supera a la can-
tidad de ocupados (5.700.000 trabajadores), según se indica en la gráfica
que se inserta a continuación:

5. DE LA COTIZACIÓN. Las pensiones se financian con las cotizaciones pre-


visionales obligatorias que debe enterar el trabajador mensualmente en
su AFP, más el reconocimiento del dinero cotizado en el antiguo sistema
previsional, si así correspondiera; ello se materializa en el instrumento
denominado “Bono de Reconocimiento”, al que nos referiremos poste-
riormente.

243
LAS PRESTACIONES

Cabe señalar que el Sistema utiliza el mismo concepto de remunera-


ción del Código del Trabajo, y sobre ella, con un tope de 60 UF, se efec-
túan las cotizaciones.70
Si un trabajador percibe simultáneamente remuneraciones de dos o
más empleadores y además declara renta como trabajador independien-
te, todas las remuneraciones y rentas deben sumarse para los efectos se-
ñalados.
Las cotizaciones son:
a) Cotización básica: Los trabajadores menores de 65 años, si son varo-
nes, o de 60, si son mujeres, están obligados a cotizar el 10% de su remunera-
ción imponible, la que se destina a la Cuenta Individual del afiliado. Su
objeto es atender al financiamiento de las pensiones de vejez. La Cuenta
Individual acumula el capital del afiliado, lo que juntamente con la ren-
tabilidad correspondiente, determinará el monto de dicha pensión.
b) Cotización adicional: Además, deben cotizar en forma adicional, so-
bre la misma base de cálculo, para atender al financiamiento del seguro
de invalidez y sobrevivencia; ella consiste en un porcentaje variable fija-
do por la libre competencia entre las distintas AFP, y que a noviembre del
año 2004 como promedio del sistema alcanza a un 2,42% de la remune-
ración imponible.
Con parte de estos recursos se contrata un seguro de invalidez y so-
brevivencia con una compañía de seguros de vida, que permite financiar
las pensiones de invalidez y sobrevivencia que se originan a causa de una
pérdida de la capacidad laboral de un trabajador o de su fallecimiento
durante la vida activa del afiliado. Esta cotización adicional cubre la even-
tual diferencia entre el capital del afiliado y aquel que se necesite para
financiar la pensión correspondiente, si el trabajador se invalida o muere
antes de cumplir la edad legal para pensionarse por vejez.
c) Cotización por trabajos pesados: Los afiliados que desempeñen traba-
jos pesados deberán, además, efectuar una cotización en su Cuenta de
Capitalización Individual, equivalente al 2% de su remuneración imponi-
ble; otra, de igual monto, deberán efectuar sus empleadores.
Debe tenerse presente que el mismo D.L. Nº 3.500 da un concepto
de trabajos pesados, señalando que deben entenderse por tales aquellos
“cuya realización acelera el desgaste físico, intelectual o síquico en la mayoría de
quienes lo realizan, provocando un envejecimiento precoz, aun cuando ellos no ge-
neren una enfermedad laboral”.
La calificación de que un trabajo sea de dicha naturaleza se encuen-
tra radicada en una “Comisión Ergonómica Nacional”, la que se encuen-
tra adscrita a la Subsecretaría de Previsión Social.

70
Este tope ha sido objeto de críticas, por cuanto significa un detrimento para las per-
sonas de ingresos mensuales superiores al indicado. Mas para salvar dicho inconveniente,
el legislador ha contemplado los diversos mecanismos de ahorro complementario, los que
se han ido incrementando fuertemente en las sucesivas modificaciones al texto legal.

244
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Dicha Comisión podrá reducir dicha cotización a un 1% por cada par-


te, en razón del menor desgaste relativo producido por el tipo de trabajo
de que se trate; en la jerga común, se les denomina trabajos “semipesados”.
El reglamento de esta ley lleva el Nº 71 del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social (D.O. 13/7/96), definiéndose en él que “se entenderá
que constituyen trabajos pesados aquellos cuya realización acelera el des-
gaste físico, intelectual o psíquico en la mayoría de quienes los realizan,
provocando un envejecimiento precoz, aun cuando ellos no generen una
enfermedad laboral”; especifica asimismo que para efectuar dicha califi-
cación se tomarán en consideración los factores físicos, ambientales, men-
tales y organizacionales que afecten al puesto de trabajo, el que a su vez
es definido como “el conjunto de tareas, deberes y responsabilidades que,
en el marco de las condiciones de trabajo definidas por la empresa, cons-
tituyen la labor regular de una persona y que pueden ser descritos con
prescindencia del trabajador que lo ocupa”.
Esta normativa ha sido objeto de algunas críticas, por estimar que la
cotización no apunta a solucionar el problema de fondo, debiendo pro-
penderse a que no existan trabajos de naturaleza tal que produzcan el
efecto que sólo se intenta mitigar; asimismo, se le ha acusado de ser una
traba a la mayor contratación, ya que para el empleador esta cotización
adicional representa un solo costo de empresa al que debe hacer frente.
d) Cotización voluntaria: Con el fin de mejorar el monto de la pensión
de vejez, el afiliado puede aumentar el capital de su Cuenta de Capitali-
zación Individual, cotizando para el Fondo de Pensiones, en forma vo-
luntaria, un porcentaje adicional de su remuneración imponible, el cual
es deducible de impuestos, siempre y cuando no sobrepase el límite máxi-
mo establecido.
Las cotizaciones anteriormente indicadas deben ser declaradas y pa-
gadas por el empleador, el trabajador independiente o la entidad paga-
dora de subsidios en la AFP respectiva, dentro de los diez primeros días
del mes siguiente a aquel en que se devengaron las remuneraciones o ren-
tas afectas a aquellas, o aquel en que se autorizó la licencia médica por la
entidad correspondiente; el empleador, en todo caso, se encuentra habi-
litado para declarar y no pagar, dentro del mismo plazo, lo que se cono-
ce habitualmente bajo el nombre de DNP (Declaración y No Pago).71
Si el empleador no efectúa la DNP oportunamente, será sancionado
con multa fiscal ascendente a 0,5 UF por cada trabajador o subsidiado
cuyas cotizaciones no se declaren, o sean incompletas o erróneas. Tratán-

71
Esta circunstancia ha sido objeto de críticas, estimando que se otorgan muchas faci-
lidades al empleador, pero debe tomarse en consideración que, en muchas ocasiones, al no
cumplir los clientes, la empresa puede verse falta de caja en un instante crítico, pero supe-
rable en el corto plazo, lo que no justificaría una acción judicial inmediata en su contra.
De otra parte, al realizar una DNP, el empleador se está prácticamente “autoacusan-
do” documentalmente, lo que representa una ventaja para la entidad encargada del cobro,
evitando la intervención de la Dirección del Trabajo.

245
LAS PRESTACIONES

dose de trabajadores de casa particular, la multa ascenderá a 0,2 UF, siem-


pre que se paguen las cotizaciones dentro del mes subsiguiente; si lo fue-
ren después, regirá la norma general.
Las cotizaciones no pagadas en forma oportuna devengarán un reajus-
te según la variación del IPC y un interés equivalente a la tasa de interés
corriente para operaciones reajustables, aumentada en un 20%; se trata
de que el empleador o entidad no utilice el dinero o los recursos de las
cotizaciones como si fuera un crédito bancario, dado lo cual se encarece
su costo financiero.
La fiscalización del pago de las cotizaciones corresponde a la Direc-
ción del Trabajo y las AFP se encuentran obligadas a seguir las acciones
tendientes a obtener su pago; en el ámbito judicial, se aplica el procedi-
miento de cobranza regulado por la Ley Nº 17.322, que ya analizáramos
anteriormente. Establece al efecto el D.L. Nº 3.500 que se aplicarán las
penas del artículo 467 del Código Penal (que sanciona la apropiación in-
debida) al que en perjuicio del trabajador o de sus derechohabientes se
apropiare o distrajere el dinero proveniente de las cotizaciones que se
hubiere descontado de la remuneración.72
Los reajustes e intereses penales que se devenguen durante el cobro
serán abonados en la Cuenta Individual de Capitalización del afiliado; a
la AFP le pertenecerán las costas de la cobranza y el 20% de recargo so-
bre los intereses.
La prescripción que extingue las acciones para el cobro de cotizacio-
nes previsionales, multas, reajustes e intereses, será de 5 años contados
desde el término de los servicios respectivos.

6. EL AHORRO PREVISIONAL. Cuando se diseñó el sistema de pensiones de


capitalización individual, se estructuró de modo tal que fuera capaz de
garantizar pensiones equivalentes al 70% de los ingresos promedios per-
cibidos por el trabajador durante su vida activa.
a) Cotización básica obligatoria: Para alcanzar este objetivo se requiere
de un ahorro sistemático, equivalente a una tasa de cotización del 10%
sobre la remuneración, durante un horizonte de largo plazo, cercano a
30 años, y una rentabilidad promedio de las inversiones del orden de 4%
real anual.
Es un hecho, sin embargo, que a lo largo de una vida de trabajo las
personas están expuestas a diversas contingencias, como son el desempleo,
cotizaciones esporádicas, variación de las remuneraciones imponibles, tra-
bajo independiente, etc.

72
En relación a la medida de apremio que concede dicha ley, se ha producido una
jurisprudencia hasta cierto punto de vista contradictoria, ya que mientras algunos fallos tien-
den a hacer aplicable a su respecto el “Pacto de San José de Costa Rica” –que indica que no
procede la prisión por deudas propias–, otros han estimado que no es posible asilarse en
sus disposiciones, dado que se trata en la especie del delito de “apropiación indebida”, ya
que los dineros de las cotizaciones pertenecen al trabajador y no a la empresa.

246
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Es justamente en estas circunstancias donde el ahorro voluntario jue-


ga un rol determinante desde una perspectiva previsional, ya que permi-
te al trabajador aminorar los efectos desfavorables que se hayan presentado
en su vida laboral.
Si bien el Sistema debe entregar buenas pensiones, el espíritu del Sis-
tema de Capitalización Individual es que el afiliado construya la pensión
que desee, y para este propósito son cruciales los incentivos del Ahorro
Previsional Voluntario.
Del mismo modo, sucesivas reformas han procurado entregar los in-
centivos para que personas con rentas superiores al tope obligatorio
(60 UF), que cotizan sólo por dicho tope, puedan alcanzar pensiones más
cercanas a su verdadera renta.
Los afiliados al sistema de AFP tienen tres opciones para ahorrar en
forma adicional a la cotización obligatoria del 10% de la renta.
Cabe señalar que el legislador ha determinado que los afiliados que
opten por pensionarse en forma anticipada podrán traspasar el todo o
parte de los fondos acumulados en sus planes de ahorro previsional vo-
luntario a su cuenta de capitalización individual con el objeto de reunir
el capital requerido para financiar o mejorar su pensión; de igual modo
debe tenerse presente que los recursos allí acumulados son inembarga-
bles y que no serán considerados en la determinación del derecho a ga-
rantía estatal de pensión mínima.
Estas tres opciones son: la Cotización Previsional Voluntaria, los Depósitos
Convenidos con el empleador y la Cuenta de Ahorro Voluntario.
b) Las cotizaciones previsionales voluntarias: Corresponden a aportes que
pueden efectuar los trabajadores dependientes e independientes, con el
objetivo de aumentar la pensión o anticipar la edad de jubilación. Pasan
a formar parte de la Cuenta de Capitalización Individual y gozan de in-
centivos tributarios.
Para ello, el trabajador podrá efectuar cotizaciones voluntarias en cual-
quiera de los Fondos, ya sea de la AFP a la que se encuentra afiliado o de
cualquier otra, o depósitos de Ahorro Previsional Voluntario (más conocidos
bajo la sigla APV) en los planes de ahorro previsional voluntario que ofrez-
can los bancos e instituciones financieras, las administradoras de fondos
mutuos, las compañías de seguros de vida, las administradoras de fondos
de inversión y las administradoras de fondos para la vivienda. Cabe hacer
notar que la Superintendencia de Valores y Seguros podrá autorizar otras
instituciones y planes de ahorro con este mismo fin.
Puede también el afiliado optar para que esta clase de ahorro sea trans-
ferido parcial o totalmente a una institución autorizada, proceso que tam-
bién podrán generar a la inversa.
Debe hacerse notar que los trabajadores podrán, en cualquier momen-
to, retirar todo o parte de los recursos originados en cotizaciones volun-
tarias y depósitos de ahorro previsional voluntario; dichos retiros quedarán
sujetos al impuesto establecido en el Nº 3 del artículo 42 bis de la Ley
sobre Impuesto a la Renta.

247
LAS PRESTACIONES

Es de hacer notar que el legislador ha permitido también a los afilia-


dos al INP realizar depósitos de ahorro previsional voluntario en las AFP o
en cualquiera de las instituciones autorizadas, como una medida de fo-
mentar un ahorro previsional que les permita complementar la pensión
que obtendrán en dicho órgano estatal, sin que ello signifique alterar en
modo alguno las normas que regulan su régimen previsional.
c) Los depósitos convenidos: Son aportes que el empleador realiza a la
cuenta de capitalización del trabajador, en forma periódica u ocasional,
previo acuerdo entre ambas partes. El objetivo de este ahorro es incre-
mentar el monto de la pensión o bien permitir anticiparla. No se consi-
deran remuneración ni renta para efectos tributarios.
Puede también el afiliado instruir a su empleador para que dichos
depósitos sean efectuados directamente en alguna de las instituciones au-
torizadas, o en la AFP para que los transfiera a alguna de aquéllas.
Los depósitos convenidos y la rentabilidad generada por éstos no pue-
den ser retirados libremente por el afiliado durante su vida activa; al ins-
tante de pensionarse, podrá retirarlo como excedente de libre disposición,
si ello fuere pertinente.
Es de hacer notar que el legislador ha permitido también a los afilia-
dos al INP realizar depósitos convenidos en las AFP o en cualquiera de las
instituciones autorizadas, como una medida de fomentar un ahorro pre-
visional que les permita complementar la pensión que obtendrán en di-
cho órgano estatal, sin que ello signifique alterar en modo alguno las
normas que regulan su régimen previsional.
d) La cuenta de ahorro voluntario: Esta forma de ahorro previsional tie-
ne un tratamiento similar a una cuenta de ahorro tradicional. Los aho-
rros efectuados en ella son de libre disponibilidad y no cuentan con
beneficios tributarios.
El afiliado puede efectuar hasta cuatro retiros de libre disposición en
cada año calendario; los fondos también pueden acreditarse como aho-
rro en dinero en los sistemas habitacionales que operan a través de los
Servicios de Vivienda y Urbanización.
Un aspecto de mucho interés reside en la circunstancia de que el afi-
liado puede mandatar a la AFP para que traspase mensualmente fondos
desde esta Cuenta a la de Capitalización Individual a fin de cubrir las co-
tizaciones previsionales correspondientes; ello puede resultar de mucha
utilidad, sobre todo en el caso de los trabajadores independientes, que
no cotizan en forma continua todos los meses, ya que de ese modo siem-
pre estarán cubiertos para poder utilizar el Seguro de Invalidez y Sobre-
vivencia, el que exige a estos trabajadores estar al día en el pago de sus
cotizaciones hasta el mes anterior al del siniestro para poder activar di-
cho seguro.
También puede el afiliado traspasar parte o el total del saldo acumu-
lado en ella a la Cuenta de Capitalización para determinar el monto de
la pensión. Dicho traspaso no constituye giro para efectos de impuestos,
y si quedare algún excedente, será de libre disposición del afiliado.

248
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Estos fondos no serán considerados para la garantía estatal de la pen-


sión mínima; el saldo que quedare en la cuenta al fallecimiento del afi-
liado incrementará la masa de bienes del difunto.
El diagrama que se inserta a continuación,73 permite apreciar los cam-
bios ocurridos a raíz de la entrada en vigencia de la Ley Nº 19.768, en
relación al ahorro previsional voluntario:

COTIZACIONES VOLUNTARIAS

ANTES AHORA

Objetivo Incrementar el monto de la Incrementar el monto de la


pensión o anticipar la edad pensión, anticipar la edad
de pensión. de pensión o retirarlos para
otros fines.

Beneficiarios Afiliados dependientes. Afiliados dependientes e


independientes.

Rebaja de impuesto por Cotización exenta hasta Trabajadores dependien-


cotizaciones 48,5 UF mensuales. tes: cotización exenta
hasta 50 UF mensuales.
Trabajadores independien-
tes: exento 8,33 UF por el
total de UF de cotización
obligatoria. Tope de 600
UF al año.

Posibilidad de retirar NO Puede retirarse todo o


anticipadamente (liquidez) parte del ahorro, pagando
el impuesto correspondien-
te.
Impuesto por retiro No se puede retirar.
anticipado Afecto a un impuesto
único que se declara y
paga en la misma forma y
oportunidad que el
Impuesto Global Comple-
Castigo por retiro No se puede retirar. mentario.
anticipado
Tiene una carga tributaria
adicional. Tasa entre 3% y
Retiro a través de SÍ 7%.
excedentes de libre
disposición SÍ

73
Serie de Estudios Nº 19 de la Asociación Gremial de AFP. La serie de cuadros esta-
dísticos que siguen a esta página también han sido elaborados por el Departamento de la
citada Asociación Gremial.

249
LAS PRESTACIONES

ANTES AHORA

Impuesto aplicable a los Tasa única de impuesto Impuesto Único tabla


excedentes de libre que se determina por una Global Complementario
disponibilidad sola vez y se aplica a por 100% del retiro.
todos los retiros. Quedan exentos los
La tasa se determina siguientes casos:
expresando en porcentaje a) 200 UTM anualmente.
el impuesto que resulte de Tope Total de 1.200 UTM.
aplicar al 10% del monto b) 800 UTM durante un año.
posible de retirar la tabla Requisitos exención:
de Global ahorro realizado con 48
Complementario. meses de anticipación.

Administración AFP AFP, Bancos, Compañías


de Seguros, Fondos
Mutuos, Fondos de
Inversión u otra institución
autorizada.

DEPÓSITOS CONVENIDOS

ANTES AHORA

Objetivo Incrementar el monto de la Incrementar el monto de la


pensión o anticipar la edad pensión, anticipar la edad
de pensión. de pensión o retirarlos
como excedentes de libre
disposición.

Administración AFP AFP, Bancos, Compañías


de Seguros, Fondos
Mutuos, Fondos de
Inversión u otra institución
autorizada.

Posibilidad de retirar NO NO
anticipadamente

Excedentes de libre No pueden retirarse como Sí pueden retirarse como


disposición excedentes. excedentes. Se exceptúan
de esta posibilidad
aquellos acogidos al
régimen anterior.

Impuesto excedentes de — Impuesto Único tabla


libre disposición Global Complementario.
No tienen exención
tributaria.

250
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Los cuadros que se insertan a continuación, grafican cuál es el im-


pacto que tiene el ahorro previsional voluntario tanto en las remunera-
ciones de los afiliados en virtud de la aplicación de la franquicia tributaria
que les es propia, como en sus expectativas de mejores pensiones.

COTIZACIÓN VOLUNTARIA AFILIADO PROMEDIO74

IMPACTO EN LA REMUNERACIÓN

SIN COTIZACIÓN CON COTIZACIÓN


VOLUNTARIA VOLUNTARIA

Remuneración Bruta (18,8 UF) $ 305.000 $ 305.000


Cotización oblig. AFP (12,26%) -$ 37.393 -$ 37.393
Cotización oblig. Salud (7%) -$ 21.350 -$ 21.350
Cotización voluntaria $0 -$ 16.213
(1 UF)
Remuneración antes de impto. $ 246.257 $ 230.044
Impuesto único (exento) $0 $0
Remuneración líquida $ 246.257 $ 230.044
Remuneración líquida UF 15,19 14,19

Disminución de la Remuneración Líquida -6,6% (- UF 1)

IMPACTO EN LA PENSIÓN

SIN COTIZACIÓN CON COTIZACIÓN


VOLUNTARIA VOLUNTARIA

Pensión Bruta $ 209.340 $ 285.958


Cotización oblig. Salud (7%) -$ 14.654 -$ 20.017
Pensión antes de impto. $ 194.686 $ 265.941
Impuesto único (exento) $0 $0
Pensión líquida $ 194.686 $ 265.941
Pensión líquida UF 12,01 16,40

Pensión Líquida / Renta Líquida (%) 79% 116%

AUMENTO DE LA PENSIÓN LÍQUIDA 36,6% (+ 4,39 UF)

74
Supuestos: Hombre de 35 años de edad, cónyuge 5 años menor, saldo en la cuenta de
capitalización individual $ 1.621.300 (100 UF) y sin Bono de Reconocimiento, remunera-
ción imponible $ 305.000 (18,8 UF), 10 años de lagunas (sin cotización) distribuidas uni-
formemente hasta antes de pensionarse.
Rentabilidad del fondo de pensiones 6% real promedio anual. Edad de Pensión 65 años
y tasa de retiro programado 6,2%. Cotiza voluntariamente 1 UF sólo al efectuar la cotiza-
ción obligatoria.

251
LAS PRESTACIONES

IMPACTO EN LA REMUNERACIÓN

SIN COTIZACIÓN CON COTIZACIÓN


VOLUNTARIA VOLUNTARIA

Remuneración Bruta (188 UF) $ 3.048.147 $ 3.048.147


Cotización oblig. AFP (60 s/UF) -$ 119.267 -$ 119.267
Cotización oblig. Salud (60 s/UF) -$ 68.097 -$ 68.097
Cotización voluntaria (6,53 UF) $0 -$ 105.857
Remuneración antes de impuesto $ 2.860.783 $ 2.754.926
Impuesto único -$ 418.335 -$ 381.285
Remuneración líquida $ $ 2.442.448 $ 2.373.641
Remuneración líquida UF 150,64 146,40

Disminución de la Remuneración Líquida -2,81% (- UF 4,24)

IMPACTO EN LA PENSIÓN75

SIN COTIZACIÓN CON COTIZACIÓN


VOLUNTARIA VOLUNTARIA

Pensión Bruta (84,51 UF) $ 1.363.082 $ 2.113.439


Cotización oblig. Salud (60 s/UF) -$ 68.097 -$ 68.097
Pensión antes de impuesto $ 1.294.985 $ 2.045.342
Impuesto único -$ 70.073 -$ 183.079
Pensión líquida $ $ 1.224.912 $ 1.862.263
Pensión líquida UF 75,55 114,86
Pensión Líquida / Renta Líquida (%) 50% 78%

AUMENTO DE LA PENSIÓN LÍQUIDA + 52,03% (39,31 UF)

e) El Bono de Reconocimiento: Este es un documento expresado en di-


nero que representa los períodos de cotizaciones efectuados en el régi-
men antiguo (INP).
Lo emiten las instituciones de previsión de dicho régimen y lo entre-
gan a la AFP para que pase a formar parte de los fondos que acumula el
trabajador y posteriormente los reciba como pensión. Por ende, el mon-
to del Bono gravita fuertemente, sobre todo en el caso de afiliados pen-
sionados hasta el año 2007, ya que para ellos la incidencia del Bono deberá
ser sustancialmente mayor que la de las cotizaciones en la cuenta de ca-
pitalización.
Tienen derecho a él las personas que se han incorporado al nuevo
régimen y que tengan registradas a lo menos 12 cotizaciones mensuales

75
Supuestos: Hombre de 35 años de edad, cónyuge 5 años menor, saldo en la cuenta de
capitalización individual $ 16.213.000 (1.000 UF) y sin Bono de Reconocimiento, remune-
ración bruta $ 3.048.147 (188 UF), rentabilidad del fondo de pensiones 6% real promedio
anual. Edad de Pensión 65 años y tasa de retiro programado 6,2%. Cotiza voluntariamente
6,53 UF.
Nota: 1 UF = $ 16.213,55; Cotización Adicional: 2,26% de la Rta. Imp.; y Com. Fija: $ 538.
(Prom. Sist.).

252
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

en alguna institución previsional por el período noviembre 1975 a octu-


bre 1980 y que no hayan servido de base para una pensión ya obtenida.
Igualmente tienen derecho los afiliados que registren cotizaciones en
el régimen antiguo por el período julio de 1979 a diciembre de 1982 y
que no hayan servido de base para una pensión ya obtenida.
El monto del Bono se expresa en pesos a la fecha de incorporación
del trabajador al nuevo régimen, sumándose un reajuste por IPC y deven-
gando un interés del 4% anual, de tal modo de proteger al afiliado, ya
que en el cálculo del Bono no incide la fecha en que la institución de
previsión entregue el Bono a la AFP.
El Bono se hace exigible en cualquiera de estas situaciones:
a) Cuando el afiliado cumpla la edad de jubilación por vejez;
b) Cuando se acoja a pensión por invalidez;
c) Cuando fallezca.
El cálculo del Bono obedecerá a complejos cálculos actuariales, de los
que dan cuenta los artículos 4º y siguientes del D.L. Nº 3.500 y que obvia-
mos en mérito al objetivo de estos apuntes.
En todo caso, cabe señalar que el Bono de Reconocimiento va a con-
siderar:
a) Las cotizaciones efectuadas en la institución previsional pertinen-
te, y
b) Los valores cotizados por concepto de desahucio previsional en
el Servicio de Seguro Social, Caja EMPART, Caja de Previsión del Banco
de Chile, Caja Bancaria de Pensiones o Caja de la Marina Mercante Na-
cional.
El Bono y su complemento son irrenunciables e intransferibles, salvo
que se utilice para obtener una pensión anticipada, en cuyo caso será in-
dispensable, de acuerdo al Reglamento.
El complemento es la cantidad de dinero adicional que permite re-
conocer el derecho a pensión que, en el régimen antiguo, hubieren teni-
do los beneficiarios de los afiliados pensionados de vejez e invalidez no
cubiertos por el seguro. Para acceder a este complemento, fuera del re-
quisito de calificación impositiva, el afiliado deberá ser pensionado por
vejez o invalidez no cubierto por el seguro. Para acceder a este comple-
mento, fuera del requisito de calificación impositiva, el afiliado deberá
ser pensionado por vejez o invalidez no cubierto por el seguro o pensio-
narse por dichos conceptos hasta el 30 de abril de 1991 y tener beneficia-
rios con derecho a pensión de sobrevivencia a la fecha de solicitar el Bono
y cuyas expectativas de vida superen a las del afiliado.
La gráfica que sigue a continuación refleja con claridad la relevancia
que ha adquirido el ahorro voluntario en el sistema previsional chileno;
queda demostrado en dicha imagen también cómo el perfil del ahorran-
te no es mayoritariamente agresivo (Fondo C), aunque una no despre-
ciable cantidad también prefirió el Fondo A, que posee una alta inversión
en renta variable.

253
LAS PRESTACIONES

COTIZACIONES VOLUNTARIAS VIGENTES POR FONDO


(En millones de dólares a septiembre de 2004)

7. LOS FONDOS DE PENSIONES Y LOS MULTIFONDOS. Comentábamos en la


edición anterior (año 2000) que mediante la Ley Nº 19.641 (D.O. de
28.10.99) se modificó el D.L. Nº 3.500 –el que originalmente contempla-
ba un solo Fondo de Pensiones– en el sentido de crear un Fondo de Pen-
siones, denominado “Tipo 2”, lo que obedeció a la necesidad de dar mayor
estabilidad a las pensiones de los afiliados que se jubilaban bajo la moda-
lidad de Retiro Programado y Renta Temporal. Esta opción era también
válida para aquellos afiliados a quienes les restaban 10 años o menos para
pensionarse por la edad legal, cuyos fondos puedan verse afectados por al-
gún período de baja rentabilidad faltando poco tiempo para pensionarse.
El fundamento de esta modificación residió en la circunstancia de que
los afiliados pensionados y aquellos que están cerca de la edad de pensio-
narse, en una gran proporción, debían preferir los Fondos con riesgos
menores, a diferencia de los afiliados jóvenes, los que teniendo por de-
lante un largo período de años de ahorro, pueden visualizar un eje de
tiempo suficiente para que sus fondos se recuperen de momentos de baja
rentabilidad.
Considerando que los instrumentos que presentan mayor fluctuación
en la rentabilidad son los títulos de renta variable (ej.: acciones), y en me-
nor medida los títulos de renta fija en el largo plazo, el Fondo Tipo 2
solo podía invertir los recursos previsionales en títulos de renta fija (na-
cional y extranjera) con un plazo promedio máximo para la cartera, el
que era fijado por el Banco Central de Chile, dentro de un rango esta-
blecido por ley, el que oscilaba entre 2,5 a 4 años.
Con posterioridad a ello, el 1 de agosto de 2002, con la entrada en
vigor de la Ley Nº 19.792 (D.O. 28-02-2002) se produjo el cambio más sig-

254
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

nificativo que haya tenido el Sistema de AFP en sus 21 años de vida, cuan-
do se dio inicio al sistema de “Multifondos”, mecanismo a través del cual
todos los afiliados a las AFP disponen de cinco Fondos de Pensiones para
elegir en donde invertir su ahorro previsional.
La herramienta clave de este nuevo esquema consiste en ofrecer dis-
tintas combinaciones de instrumentos de inversión, ya que, con anteriori-
dad a esta reforma, las AFP ofrecían sólo dos tipos de Fondos de Pensiones.
Incrementar el valor esperado de las pensiones es el objetivo más impor-
tante del sistema, así como lograr una participación más activa del afiliado.
En la práctica, significa que las personas deben preocuparse más de la pre-
visión desde el momento en que comienzan a trabajar, seleccionando el
Fondo con una mayor rentabilidad esperada en el largo plazo o suplemen-
tando su ahorro obligatorio con ahorro previsional voluntario.
Para comprender cómo funciona este nuevo esquema es necesario te-
ner claro que los Fondos se diferencian de acuerdo a la cantidad de ins-
trumentos de renta fija y renta variable en que se invierten los ahorros.
Se entiende por instrumentos de “renta fija” aquellos instrumentos
de inversión que entregan una rentabilidad conocida en un período de-
terminado al momento de la inversión. Estos títulos representan una deu-
da para la entidad emisora (bancos, empresas, Estado, Banco Central,
etc.). El deudor debe responder por la devolución íntegra del capital e
intereses pactados.
Los instrumentos de “renta variable” son representativos de la propie-
dad o capital de una sociedad o empresa. Quienes compren estos títulos
pasan a ser propietarios o accionistas y, por lo tanto, obtendrán ganan-
cias o pérdidas dependiendo de cómo le vaya a la empresa. Si le va bien,
habrá dividendos y un mejor precio del título en la Bolsa, y si le va mal,
se deteriorará el dividendo y el precio en el mercado.
La diferencia entre los cinco fondos está dada por la cantidad o por-
centaje máximo que estará invertido en renta variable. De este modo, el
Fondo A tendrá una mayor cantidad en renta variable que el Fondo B. El
Fondo B tendrá más inversión en renta variable que el Fondo C, y así su-
cesivamente hasta llegar al Fondo E, que sólo invertirá en instrumentos
de renta fija.
Desde el punto de vista del afiliado, el beneficio que reporta la inver-
sión en renta variable impone el desafío de entender y aceptar que a lo
largo del extenso tiempo de ahorro pueden existir períodos en que las
ganancias pueden ser inferiores a las que entreguen los instrumentos de
renta fija. Incluso pueden llegar a ser hasta negativas, pero la historia in-
dica que incluso períodos extensos de retornos negativos son ampliamente
compensados en el largo plazo.
Los fondos de pensiones se diferencian por el porcentaje de recursos
que podrán destinar a la compra de instrumentos de renta variable. Las
opciones que se desplegarán van desde el Fondo E, que sólo invertirá en
renta fija, hasta el Fondo A, que podrá tener hasta un 80% invertido en
títulos de renta variable. El detalle de cada Fondo se puede apreciar en
el cuadro siguiente.

255
LAS PRESTACIONES

LÍMITES DE INVERSIÓN EN RENTA VARIABLE

Límite Máximo Límite Mínimo


Fondo A 80% 40%
Fondo B 60% 25%
Fondo C 40% 15%
Fondo D 20% 5%
Fondo E NO AUTORIZADO

Esta fórmula se puede graficar del modo siguiente:

Un factor importante a considerar es la edad. Una persona joven, que


tiene por delante un extenso período de ahorro antes de jubilar, puede in-
vertir su ahorro previsional en un Fondo con una mayor proporción en renta
variable, ya que en el largo plazo es muy probable que se recuperen pérdi-
das puntuales, obteniendo al final una rentabilidad y pensión mayores. Por
el contrario, si se está próximo a pensionar, es importante que el ahorro
previsional no experimente marcadas variaciones, y lo más razonable es que
elija un Fondo de Pensiones con una mayor proporción de renta fija.
Otro factor son las preferencias personales. El afiliado debe conside-
rar si está dispuesto a asumir pérdidas u obtener una baja rentabilidad
con su ahorro previsional en un mes o año, con la expectativa de una
rentabilidad mayor en el largo plazo; las personas que no toleren riesgos
deberían elegir Fondos con más renta fija.

256
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

En general, cualquier persona puede elegir uno de los cinco fondos,


salvo los hombres mayores de 55 años de edad y las mujeres mayores de
50 años, no pensionados, que pueden optar sólo por 4 de los 5 Fondos,
excluyéndose el Fondo A, que invierte más en renta variable.
Asimismo, los pensionados por retiro programado sólo podrán elegir en-
tre los tres fondos con menos inversión en renta variable (Fondos C, D y E).
Las restricciones anteriormente señaladas sólo son aplicables para los
ahorros de la Cuenta de Capitalización Individual Obligatoria; los afilia-
dos pueden cambiar de Fondo hasta dos veces en el año sin costo. Ade-
más, todos los Fondos de una misma AFP tienen idénticas comisiones.
Si hasta el día 29 de octubre de 2002 la persona no seleccionó un Fon-
do, se le asignó por ley el Fondo que le corresponda según su edad, traspa-
sándose en esa fecha la mitad de sus ahorros y el saldo un año después (2003).
Si no eligió expresamente un Fondo, a medida que su edad avance y
cambie de tramo etáreo, de acuerdo a la ley, la AFP lo irá traspasando gra-
dualmente al Fondo que le corresponda.
Para elegir un tipo de Fondo, se deberá completar el formulario “Cam-
bio de Fondo de Pensiones”, el que se encuentra disponible en la AFP.
En el primer año de operación de los Multifondos 1.584.000 trabaja-
dores eligieron entre los cinco tipos de fondos, donde están invertidos
sus ahorros previsionales, optando entre la combinación de instrumen-
tos de renta fija y renta variable que más se ajustase a sus preferencias, lo
que representó un 44% del total de cotizantes del Sistema.
Es de hacer notar que esta reforma está provocando un positivo cam-
bio cultural en los afiliados, los que en forma creciente se están informan-
do y tomando decisiones; ese quizá sea el logro más relevante de esta
reforma: que los afiliados se involucren con el Sistema y asuman un rol
protagónico, dentro del amplio margen de acción que éste les otorga.
Ha sido dable apreciar que el crecimiento del ahorro en los Fondos
con más renta variable, A y B, sigue la misma tendencia señalada, debido
a tres circunstancias: elección de los afiliados, compras de nuevos títulos
y mayor valor de las inversiones por alzas de precios

8. LAS INVERSIONES DE LOS FONDOS DE PENSIONES. Los recursos de los Fon-


dos se invierten de acuerdo a normas establecidas en la ley y el reglamento,
cuidando que obtengan una adecuada rentabilidad y seguridad median-
te la diversificación de las inversiones.
Los recursos deben ser invertidos obligatoriamente en:
a) Títulos emitidos por la Tesorería General de la República o por el
Banco Central de Chile; letras de crédito emitidas por los Servicios Re-
gionales y Metropolitano de Vivienda y Urbanismo; Bonos de Reconoci-
miento emitidos por el Instituto de Normalización Previsional u otras
instituciones de previsión, y otros títulos emitidos o garantizados por el
Estado de Chile;
b) Depósitos a plazo, bonos y otros títulos representativos de capta-
ciones, emitidos por instituciones financieras;
c) Títulos garantizados por instituciones financieras;

257
LAS PRESTACIONES

d) Letras de crédito emitidas por instituciones financieras;


e) Bonos de empresas públicas y privadas;
f) Bonos de empresas públicas y privadas canjeables por acciones, a
que se refiere el artículo 121 de la Ley Nº 18.045;
g) Acciones de sociedades anónimas abiertas;
h) Acciones de sociedades anónimas inmobiliarias abiertas. Durante los
cinco primeros años de existencia, a estas sociedades no se les aplicará la re-
ducción de los límites de inversión dispuesta en el artículo 47 bis. Asimismo,
no serán consideradas para efectos de determinar los límites a que se refie-
ren los incisos quinto y sexto del mismo artículo, ni se les aplicará lo dispues-
to en las letras b), c) y d) del artículo 112 y lo dispuesto en las letras a) y b)
del inciso primero del artículo 155. Transcurrido dicho período, les serán
plenamente aplicables las disposiciones de los artículos 47, 47 bis, 112 y 155.
i) Cuotas de fondos de inversión a que se refiere la Ley Nº 8.815 y
cuotas de fondos mutuos regidos por el Decreto Ley Nº 1.328, de 1976;
j) Efectos de comercio emitidos por empresas públicas y privadas, que
correspondan a pagarés u otros títulos de crédito o inversión, con plazo
de vencimiento no superior a un año desde su inscripción en el Registro
de Valores, no renovables;
k) Títulos de crédito, valores o efectos de comercio, emitidos o garan-
tizados por Estados extranjeros, bancos centrales o entidades bancarias ex-
tranjeras o internacionales; acciones y bonos emitidos por empresas
extranjeras, y cuotas de participación emitidas por fondos mutuos y fondos
de inversión extranjeros, aprobados por la Comisión Clasificadora de Ries-
go, que se transen habitualmente en los mercados internacionales y que
cumplan a lo menos con las características que señale el Reglamento. Asi-
mismo, las Administradoras con recursos de los Fondos de Pensiones po-
drán efectuar operaciones que tengan como único objetivo la cobertura de
riesgos financieros de los instrumentos señalados en esta letra, referidos a
riesgos de fluctuaciones entre monedas extranjeras o riesgos de tasas de
interés en una misma moneda extranjera, todo lo cual se efectuará de con-
formidad a las condiciones que señale el citado Reglamento. A su vez, para
efectos de la inversión extranjera, las Administradoras, con los recursos de
los Fondos de Pensiones, podrán invertir en títulos representativos de índi-
ces accionarios y en depósitos de corto plazo, y celebrar contratos de prés-
tamos de activos; todo lo cual se efectuará en conformidad a las condiciones
que señale el Reglamento. Asimismo, podrán invertir en otros valores e ins-
trumentos financieros, realizar operaciones y celebrar contratos de carác-
ter financiero, que autorice la Superintendencia, previo informe del Banco
Central de Chile, y bajo las condiciones que establezca el Reglamento. Con
todo, los límites para la suma de las inversiones en los valores e instrumen-
tos financieros, operaciones y contratos señalados precedentemente, cuan-
do corresponda según su naturaleza, deberán establecerse dentro de los
límites de inversión que el Banco Central de Chile haya fijado, conforme a
lo señalado en el inciso vigesimotercero de este artículo;
l) Otros instrumentos de oferta pública, cuyos emisores sean fiscali-
zados por la Superintendencia de Valores y Seguros o la Superintenden-

258
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

cia de Bancos e Instituciones Financieras, según corresponda, que auto-


rice el Banco Central de Chile;
m) Operaciones que tengan como objetivo la cobertura del riesgo fi-
nanciero que pueda afectar a las inversiones del Fondo de Pensiones, que
se efectúen habitualmente en los mercados secundarios formales, y que
cumplan con las características señaladas por normas de carácter general
que dictará la Superintendencia.
n) Operaciones o contratos que tengan como objeto el préstamo o
mutuo de instrumentos financieros de emisores nacionales, pertenecien-
tes al Fondo de Pensiones y que cumplan con las características señala-
das por normas de carácter general que dictará la Superintendencia.
Para efecto de lo dispuesto en este artículo, se entenderá por instru-
mento garantizado, aquel en que el garante deba responder al menos en
forma subsidiara, a la respectiva obligación en los mismos términos que
el principal obligado.
La legislación que regula el actual Sistema de Pensiones considera una
serie de mecanismos destinados a dar seguridad al afiliado, lo que junto
con la rentabilidad, constituyen las piedras angulares del Sistema:
1. El Fondo de Pensiones que administra la AFP es un patrimonio se-
parado, distinto y completamente independiente del capital de la Admi-
nistradora. Por este motivo, en caso de quiebra o disolución de la AFP, el
Fondo permanece intacto, sin riesgo alguno para los afiliados.
2. El 90% de los Títulos del Fondo de Pensiones debe estar en per-
manente custodia en el Banco Central de Chile o en una entidad de
custodia especializada; a estos efectos, cabe destacar que se creó una en-
tidad privada especializada en custodia, denominada “Depósito Central
de Valores”.
3. El Sistema está diseñado para otorgar sus beneficios sobre la base
de un 4% de rentabilidad real anual de los Fondos de Pensiones.
4. Las AFP están obligadas, en forma individual, a obtener cierta ren-
tabilidad mínima para sus Fondos. Si en un mes la rentabilidad del Fon-
do es inferior al mínimo legal, las Administradoras deben cubrir la
diferencia con su propio patrimonio, para lo cual deben constituir una
reserva especial denominada “Encaje”, el que es equivalente al 1% del res-
pectivo Fondo de Pensiones que administran.
Cabe hacer notar que si con este mecanismo no se obtiene la renta-
bilidad mínima, el Estado complementa la diferencia y, en ese caso, se
disuelve la AFP; los Fondos de Pensiones de los afiliados a esta Adminis-
tradora son traspasados a otra existente, sin detrimento alguno para
ellos.
5. Los recursos del Fondo sólo pueden invertirse, para obtener una
adecuada rentabilidad y seguridad de los mismos, en valores expresamente
establecidos por la ley. Las inversiones se encuentran diversificadas por
instrumento, por emisor y por sector económico.
Los recursos del Fondo sólo se pueden invertir en los valores expre-
samente establecidos por la ley.

259
LAS PRESTACIONES

Es de hacer notar que los Fondos de Pensiones han contribuido en


forma fundamental al desarrollo del mercado de capitales.
En efecto, destaca su gran influencia en el mercado bursátil; su con-
tribución al desarrollo de la industria de clasificación de riesgo; a una
mayor profundidad del mercado; a una mayor estabilidad en los precios
por su carácter de inversionistas expertos con visión de largo plazo; a in-
centivar la apertura de nuevas empresas para que transen sus acciones en
las bolsas; a incentivar el financiamiento de las sociedades vía aumento
de capital, en una clara contribución a la expansión del mercado y al de-
sarrollo de nuevos instrumentos de inversión.
Otro elemento muy importante es que los Fondos de Pensiones han
aportado recursos financieros de largo plazo, los cuales hasta antes de la
instauración de este sistema sólo podían obtenerse a través de institucio-
nes extranjeras. Lo anterior ha permitido el financiamiento a largo plazo
de viviendas, empresas y proyectos de inversión; en efecto, los Fondos de
Pensiones poseen una gran inversión de las Letras Hipotecarias emitidas
por los bancos, instrumento financiero que permite financiar la adquisición
o construcción de bienes inmuebles, principalmente de carácter habitacio-
nal; en la actualidad a través de este instrumento se están financiando más
de 250.000 viviendas.
De esta forma se han podido financiar numerosos proyectos empresa-
riales, tales como ampliaciones de plantas productivas o nuevos proyectos,
con claros beneficios para el país (crecimiento económico), los afiliados
(buena rentabilidad en sus ahorros previsionales) y los trabajadores (nue-
vas fuentes laborales e incrementos en sus remuneraciones). A modo de
ejemplo, con las emisiones de bonos se ha financiado la instalación de nue-
vas líneas telefónicas, la construcción de centrales hidroeléctricas, la amplia-
ción y modernización de equipos de telecomunicaciones, la construcción
de plantas de celulosa, cemento, coke, yodo, obras de infraestructura vial,
extensión del Metro en Santiago; el financiamiento de contratos de leasing
de bienes de capital; la construcción de centros comerciales, etc. Además,
invirtiendo en cuotas de fondos de inversión, se ha posibilitado la apertura,
desarrollo y expansión de empresas cerradas y, a través de esta vía, los Fon-
dos pueden financiar obras de infraestructura pública, como carreteras, puer-
tos, aeropuertos, plantas de tratamiento de aguas servidas, entre otros.
En consecuencia, el sistema privado de pensiones ha generado avan-
ces significativos para el país, tanto en el ámbito de la Seguridad Social,
como en los aspectos económicos. La administración privada de los fon-
dos de pensiones ha logrado variados efectos positivos, tanto para los tra-
bajadores, como para el país, a través de un incremento del ahorro
nacional y una mayor eficiencia en la asignación de los recursos.
Los recursos previsionales acumulados por los afiliados a octubre del
año 2004 ascienden a 54.055,97 millones de dólares. La participación de
los Fondos como porcentaje del Producto Interno Bruto del país en la ac-
tualidad alcanza al 67%; este fuerte crecimiento corresponde a las altas ren-
tabilidades alcanzadas por los ahorros previsionales, a la cotización mensual
que realizan los trabajadores y al relativo bajo número de pensionados.

260
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

La gráfica que se inserta a continuación demuestra la dinámica evo-


lución que han tenido los Fondos de Pensiones en el transcurso del tiem-
po, medidos a lo largo de 23 años de desarrollo. Así, puede apreciarse la
fuerte inversión inicial en el sector financiero, la elevada participación al-
canzada por el sector estatal a comienzos de los 90, y la fuerte alza expe-
rimentada por las inversiones en el extranjero en la década en curso, como
los hechos más resaltantes en dicho período de tiempo.

EVOLUCIÓN DE LAS INVERSIONES DE LOS FONDOS DE PENSIONES


POR SECTOR
(Como porcentaje del total del Fondo de Pensiones)

Es interesante, además, observar cómo se han ido perfilando los Fon-


dos según las muy personales preferencias de los propios afiliados, lo que

261
LAS PRESTACIONES

permite visualizar la tendencia que están siguiendo éstos en relación al


destino de sus ahorros.
PARTICIPACIÓN POR T IPO DE FONDO
(Como porcentaje sobre el total)

La adecuada inversión de estos Fondos ha generado una alta rentabi-


lidad de los mismos, lo que es relevante para el monto de las pensiones;
en efecto, se ha calculado que un 33% de ella depende de la acumula-
ción de fondos y un 66% de la rentabilidad que genere la inversión de
los mismos. Desde el inicio del Sistema al 31 de diciembre del año 2003,
la rentabilidad promedio real anual de las inversiones ha alcanzado a un
10,34% real anual (descontada la inflación).
Ello queda expresado en la siguiente gráfica:

262
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Desde la implementación del Sistema de AFP, el Ahorro Nacional Bruto


ha experimentado un crecimiento notable, desde una tasa inferior al 5%
del PIB en 1982 a cifras superiores al 50% del mismo, lo que ha permiti-
do a Chile no sufrir el rigor de las crisis de financiamiento, gracias al im-
portante stock de recursos que genera el Sistema Privado de Pensiones,
basado en la Capitalización Individual.
Si bien es efectivo que existía en Chile un Mercado de Capitales mu-
cho antes de la reforma previsional, es un hecho cierto que los Fondos
de Pensiones han contribuido muy significativamente a su desarrollo.
Ello ha motivado el surgimiento de otras actividades vinculadas a la
transparencia del mercado de valores, lo que contribuye al mejor resguar-
do de los ahorros previsionales. Sobre el particular, es del caso destacar
el desarrollo de una industria privada “Clasificadora de Riesgo” y de nue-
vos instrumentos de inversión, el aumento del número de emisores, tan-
to en instrumentos de deuda como en acciones, y muy importantemente
el desarrollo de la economía nacional y el bienestar de sus habitantes, ori-
ginado por la aparición de financiamiento local de mediano y largo pla-
zo, como la independencia económica que logra el país.
Asimismo, la visión de largo plazo y no especulativa de los Fondos de
Pensiones le ha dado al mercado una mayor estabilidad, debiendo resaltar-
se al respecto las importantes inversiones efectuadas en Obras Públicas e
Infraestructura Vial, las que en gran medida se han podido materializar
merced a las inversiones de los Fondos de Pensiones.
La ley especifica, además, una serie de condiciones en cuanto a la ca-
lidad de los títulos y de las instituciones, y señala diversas sociedades en
cuyas acciones no pueden ser invertidos los recursos.
La AFP mantendrá, asimismo, cuentas corrientes bancarias destinadas
exclusivamente a los recursos de los Fondos de Pensiones, en las cuales
deben depositarse la totalidad de las cotizaciones de los afiliados, el pro-
ducto de las inversiones y las transferencias del encaje, pudiendo efectuar-
se giros destinados sólo a la adquisición de títulos, al pago de las
prestaciones, comisiones, transferencias y traspasos que establece la ley.
Todos los títulos señalados deben estar clasificados en alguna catego-
ría de riesgo, circunstancia en la que juega un rol decisivo la “Comisión
Clasificadora de Riesgo”, de conformidad a lo que prescribe el Título X del
D.L. Nº 3.500, la que está integrada por el Superintendente de AFP, el Su-
perintendente de Bancos e Instituciones Financieras, el Superintendente
de Valores y Seguros, y cuatro representantes de las AFP.
La ley establece al efecto 9 categorías de clasificación y 5 niveles de
riesgo, debiendo asignar al instrumento la que sus miembros estimen per-
tinente. En forma previa a ello, dentro de los primeros 5 días de cada
mes, las denominadas “clasificadoras privadas” a que se refiere la Ley
Nº 18.045 presentarán a la Comisión una lista en que estarán preclasifi-
cados los instrumentos de deuda que les hayan sido entregados con di-
cha finalidad, con los respectivos informes públicos.
Dicha comisión, en uso de las atribuciones que le otorga el artículo
102 del D.L. Nº 3.500, acordó en su sexagésima quinta reunión ordina-

263
LAS PRESTACIONES

ria, celebrada el 24 de noviembre de 1994, un Reglamento, cuyos princi-


pales alcances son los siguientes:
– Objeto e integrantes de la Comisión:
a. Aprobar o rechazar los instrumentos representativos de capital,
deuda o cobertura de riesgo susceptibles de ser adquiridos con recursos
de los Fondos de Pensiones, de conformidad a lo dispuesto en el inciso
cuarto del artículo 45 de la ley;
b. Asignar una categoría de riesgo, de aquellas señaladas en el artículo
105 de la ley, a los instrumentos de deuda a que alude la letra a) ante-
rior, salvo que se trate del rechazo de un instrumento en la forma esta-
blecida en el inciso quinto del referido artículo 105, en cuyo caso no
procederá tal asignación;
c. Establecer los procedimientos específicos de aprobación de accio-
nes de sociedades anónimas inmobiliarias, de cuotas de fondos de inver-
sión, de instrumentos representativos de capital y de operaciones de
cobertura de riesgo financiero incluidos en la letra l), de instrumentos con-
templados en la letra n) que no correspondan a acciones de sociedades
anónimas o títulos de deuda, y de las operaciones para la cobertura de riesgo
financiero a que se refiere la letra o), así como establecer, en conformidad
con lo dispuesto en el artículo 106 de la ley, los requisitos mínimos para la
aprobación de acciones de la letra g), todas del artículo 45 de la ley;
d. Establecer las equivalencias entre las clasificaciones de los títulos
de deuda señalados en la letra l) del artículo 45 de la ley, realizadas por
entidades clasificadoras internacionalmente reconocidas y publicadas en
el Diario Oficial, según lo dispuesto en el artículo 48 de la Ley N° 18.840,
y las categorías de riesgo definidas en el artículo 105 de la ley, y
e. Aprobar, modificar o rechazar las clasificaciones practicadas por
organismos extranjeros a los instrumentos señalados en la letra l) del ar-
tículo 45, en virtud de lo establecido en el artículo 105, ambos de la ley.
– La Comisión será presidida por aquel de sus integrantes que ésta
designe para tal efecto por mayoría de votos, en votación secreta, y dura-
rá en su cargo un año, pudiendo ser reelegido. Igual procedimiento se
aplicará para designar al vicepresidente, quien subrogará al presidente en
caso de ausencia o impedimento de éste. En el evento de producirse un
empate en las elecciones señaladas, decidirá la suerte. Si tanto el presi-
dente como el vicepresidente electo faltaren a una determinada reunión,
ésta será presidida por aquel miembro de la Comisión que tenga mayor
antigüedad en el cargo. Los miembros que son designados por las AFP de-
berán reunir los requisitos exigidos por las leyes para ser director de una
sociedad anónima abierta y no podrán ser corredores de bolsa o agentes
de valores, ni ser gerentes, administradores o directores de estas entida-
des, de un banco o de una institución financiera.
A su vez, no podrán ser personas relacionadas a alguna Administrado-
ra de Fondos de Pensiones o ser socios, administradores o miembros del
consejo de clasificación de las entidades clasificadoras a que se refiere la
Ley N° 18.045. Estos representantes de las Administradoras ante la Comi-

264
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

sión durarán dos años en sus cargos, y serán elegidos en la forma que de-
termine un reglamento que acordarán dichas sociedades actuando en con-
junto. La Comisión sesionará con asistencia de a lo menos cuatro de sus
miembros con derecho a voto y adoptará sus acuerdos por mayoría absolu-
ta. Su presidente dirimirá los empates que pudieran producirse.
La obligación de reserva que recae sobre las deliberaciones y acuerdos
adoptados por la Comisión regirá para todos los miembros y personas que
hayan participado y tomado conocimiento de la adopción de los mismos,
por lo que estarán impedidos de comunicarlos a aquellos miembros que
por tener la calidad de persona con interés en uno o más emisores, hayan
debido abstenerse de participar en el debate en la adopción de los acuer-
dos respectivos. Igualmente, tendrán el carácter de reservadas las fechas de
publicación de los acuerdos, y en general, toda información que sea entre-
gada que se relacione con los instrumentos financieros que serán analiza-
dos por la Comisión, que no tenga el carácter de pública. Las deliberaciones
y acuerdos de la Comisión deberán constar en un libro de actas. Este libro
se llevará por cualquier medio, siempre que éste ofrezca seguridad de que
no podrá haber intercalaciones, supresiones o cualquier otra adulteración
que pueda afectar la fidelidad del acta. Los gastos que demande el funcio-
namiento de la Comisión y de la Secretaría Administrativa serán financia-
dos por las Administradoras de Fondos de Pensiones a prorrata del valor
del Fondo de Pensiones administrado por cada una de ellas.

9. RENTABILIDAD GARANTIZADA Y RENTABILIDAD REAL. Si bien los afiliados


comenzaron a elegir el 1° de agosto de 2002, en la práctica los fondos se
constituyeron el 27 de septiembre de ese año. Transcurridos dos años de
operación, es posible dar una mirada a la rentabilidad, con la salvedad de
que un análisis de más largo plazo aportará conclusiones más definitivas.
En el gráfico que sigue, se aprecia la evolución de la rentabilidad acu-
mulada por tipo de fondo, a octubre del año 2004.

265
LAS PRESTACIONES

Adicionalmente a lo ya expresado, cabe señalar que cada Fondo de


Pensiones es un patrimonio independiente y diverso del patrimonio de
la Administradora, sin que ésta tenga dominio sobre aquéllos. Cada fon-
do esta constituido por las cotizaciones y aportes ya comentados, más los
Bonos de Reconocimiento que se hubieren hecho efectivos, las inversio-
nes, y las rentabilidades de éstas, deducidas las comisiones de la Adminis-
tradora.
El valor del Fondo se expresa en cuotas, las que son de igual monto y
características por Fondo e inembargables.
Los afiliados pueden transferir el valor de sus cuotas a otra AFP, pre-
vio aviso a la de origen y a su empleador, con 30 días de anticipación;
también pueden transferir sus cuotas a cualquier tipo de Fondo.
La Administradora respectiva es responsable de obtener para sus afi-
liados una cierta rentabilidad promedio, la que se encuentra sujeta a cier-
tas variables según el tipo de Fondo de que se trate; para garantizarla,
existe la denominada “Reserva de Fluctuación de Rentabilidad”, que es
parte de los respectivos Fondos, y un Encaje –equivalente al 1% de cada
Fondo– de propiedad de la Administradora, el que debe mantenerse in-
vertido en cuotas del respectivo Fondo.
En caso de que la rentabilidad real anualizada de un Fondo para el
período que le corresponda fuere, en un determinado mes, inferior a la
rentabilidad mínima asegurada, y esa diferencia no pudiere ser cubierta con
la “Reserva de Fluctuación de Rentabilidad”, la Administradora deberá en-
terar la diferencia dentro del plazo de 5º día; para ello podrá aplicar, in-
clusive, los recursos del Encaje. Si no lo lograre, el Estado complementará
la diferencia, pero la Administradora se disolverá por el solo ministerio
de la ley.
Aquí puede observarse en acción uno de los mecanismos de garantía esta-
tal,76 ya que por su intermedio el afiliado jamás sufre detrimento alguno
en sus recursos más allá de la rentabilidad mínima, pero la sanción para la
Administradora es mayúscula: simplemente desaparece del Sistema.
Es evidente que los fondos con más renta variable muestran un ma-
yor “riesgo”.
El “riesgo” es una medida que refleja cómo se mueve el precio o va-
lor de las inversiones. Para medir el riesgo se consideran los distintos va-
lores de las inversiones, de lo cual se obtiene un promedio y respecto de
este punto medio se calculan las variaciones del valor de los fondos.
La teoría financiera establece que “a mayor riesgo, mayor rentabili-
dad en el largo plazo”. A pesar que el período con multifondos es breve,
en este tiempo se ha dado esta relación. Los afiliados deben tener claro
que en cortos períodos se puede producir la relación “mayor riesgo, me-
nor rentabilidad”.

76
Otros mecanismos de garantía estatal son las pensiones mínimas que otorga el Esta-
do y la cobertura de las pensiones bajo la modalidad de renta vitalicia en caso de quiebra
de la compañía de seguros de vida responsable.

266
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

El inicio de los multifondos coincidió con el despegue de los merca-


dos bursátiles, una vez terminada la guerra de Irak. Sin embargo, no se
debe olvidar que los mercados son muy dinámicos y los fondos están ex-
puestos a variaciones en su rentabilidad.

10. REGULACIÓN DE LOS CONFLICTOS DE INTERESES. La transparencia de


las operaciones relativas a las transacciones de las inversiones de los Fon-
dos de Pensiones motivó al legislador a introducir, a contar del año 1994,
a través de la Ley Nº 19.301 (D.O. 19-03-1994), complementada posterior-
mente mediante la Ley Nº 19.641 (D.O. 28-10-1999), una muy estricta nor-
mativa que regula los denominados “conflictos de intereses”. Se refiere a
esta interesante materia el Título XIV del Decreto Ley Nº 3.500; nos refe-
riremos a sus principales alcances.
En un primer apartado se refiere el legislador a lo que denomina la
“Responsabilidad de las Administradoras”, señalando que éstas deberán
efectuar todas las gestiones que sean necesarias para cautelar la obten-
ción de una adecuada rentabilidad y seguridad en las inversiones de los
Fondos que administran. En cumplimiento de dichas funciones, las AFP
deberán atender exclusivamente al interés de los Fondos y asegurarse que
todas las operaciones de adquisición y enajenación de títulos con recur-
sos de los mismos se realicen con dicho objetivo.
Agrega la normativa que las Administradoras responderán hasta de
la culpa leve por los perjuicios que causaren a los Fondos por el incum-
plimiento de cualquiera de sus obligaciones.
De igual manera, las Administradoras podrán celebrar transacciones,
compromisos, convenios judiciales y extrajudiciales, avenimientos, prórro-
gas y novaciones, con el objeto de evitar perjuicios para los Fondos de
Pensiones que administran, derivados del no pago de los instrumentos
de deuda adquiridos por éstos.
Asimismo, las Administradoras podrán participar con derecho a voz
y voto en juntas de acreedores o en cualquier tipo de procedimientos con-
cursales, salvo que el deudor sea persona relacionada a la Administrado-
ra respectiva, en cuyo caso ésta sólo podrá participar con derecho a voz.
Las Administradoras serán responsables por los perjuicios causados a
cualquiera de los Fondos de Pensiones con ocasión del encargo de admi-
nistración de cartera.
La ley faculta especialmente a las Administradoras para iniciar todas
las acciones legales que correspondan en contra de aquel que cause un
perjuicio a cualquiera de los Fondos de Pensiones que administran.
Será competente para conocer de las acciones destinadas a obtener
las indemnizaciones correspondientes, el Juez de Letras del domicilio de
la Administradora, las cuales se tramitarán de acuerdo al procedimiento
sumario establecido en el Título XI del Libro III del Código de Procedi-
miento Civil.
De igual manera, las Administradoras estarán obligadas a indemnizar
a los Fondos que administran por los perjuicios directos que ellas, cual-
quiera de sus directores, dependientes o personas que les presten servi-

267
LAS PRESTACIONES

cios, les causaren, como consecuencia de la ejecución u omisión, según


corresponda, de cualquiera de las actuaciones a que se refieren los ar-
tículos 147 y 150 a 154.
Las personas antes mencionadas que hubieran participado en tales
actuaciones serán solidariamente responsables de esta obligación, que inclui-
rá el daño emergente y el lucro cesante. La Superintendencia podrá en-
tablar en beneficio del Fondo las acciones legales que estime pertinente
para obtener las indemnizaciones que correspondan a éste, en virtud de
la referida obligación. Estas acciones se deberán iniciar ante el Juez de
Letras correspondiente, el que conocerá de la acción de acuerdo al pro-
cedimiento señalado en el artículo anterior.
Con el objeto de velar por el cumplimiento de las disposiciones de
este artículo y por el acatamiento de las prohibiciones que establece la
normativa en estudio, la Superintendencia, mediante instrucciones de
carácter general, determinará la información que mantendrán las Admi-
nistradoras y el archivo de registros que llevarán, en relación a las tran-
sacciones propias, las que efectúen con sus personas relacionadas y las de
los Fondos que administran. Previo a la transacción de un instrumento por
parte de una Administradora, ésta estará obligada a registrar si lo hace a
nombre propio o por cuenta del Fondo de Pensiones que corresponda. La
información hará fe en contra de los obligados a llevarla.
Como una medida adicional, los auditores externos de las Adminis-
tradoras deberán pronunciarse acerca de los mecanismos de control in-
terno que éstas se impongan para velar por el fiel cumplimiento de las
disposiciones de este artículo y el acatamiento de las prohibiciones que
establece la ley, como también sobre los sistemas de información y archi-
vo para registrar el origen, destino y oportunidad de las transacciones que
se efectúen con los recursos de los Fondos de Pensiones.
Establece asimismo el legislador que los directores de una Adminis-
tradora, sus controladores, sus gerentes, administradores y, en general,
cualquier persona que en razón de su cargo o posición tenga acceso a
información de las inversiones de los recursos de un Fondo que aún no
haya sido divulgada oficialmente al mercado y que por su naturaleza sea
capaz de influir en las cotizaciones de los valores de dichas inversiones,
deberán guardar estricta reserva respecto de esa información.
Asimismo, se prohíbe a las personas mencionadas valerse directa o in-
directamente de la información reservada para obtener para sí o para
otros, distintos de cualquiera de los Fondos de Pensiones, ventajas me-
diante la compra o venta de valores.
De igual manera, las personas que participen en las decisiones sobre
adquisición, enajenación o mantención de instrumentos para alguno de
los Fondos de Pensiones no podrán comunicar estas decisiones a perso-
nas distintas de aquellas que deban participar en la operación por cuen-
ta o en representación de la Administradora o de los Fondos.
Prohíbe también el legislador a las Administradoras adquirir acciones
y cuotas de fondos de inversión que puedan ser adquiridas con recursos
del Fondo.

268
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Asimismo, prohíbe a las Administradoras, a las personas que participan


en las decisiones y operaciones de adquisición y enajenación de activos para
alguno de los Fondos, y a las personas que, en razón de su cargo o posición,
están informadas respecto de las transacciones de los Fondos, adquirir activos
de baja liquidez, a los que se refiere el artículo 162 de la Ley Nº 18.045.
Como un complemento de aquello, si una Administradora hubiera
invertido en los instrumentos señalados en el inciso anterior, deberá ena-
jenarlos en un plazo máximo de un año, contado desde la fecha en que
pudieran ser adquiridos por el Fondo; y en tanto la Administradora los
mantenga como inversiones propias, estará impedida de adquirir dichos
instrumentos con recursos de cualquiera de los Fondos.
Cabe señalar que, en todo caso, las transacciones de los activos que
puedan ser adquiridos con los recursos de alguno de los Fondos, efectua-
das por las personas y sus cónyuges a que se refiere el primer inciso del
artículo 151 y de este artículo, se deberán informar a la Superintenden-
cia dentro de los 5 días siguientes de la respectiva transacción, a excep-
ción de los depósitos a plazo emitidos por bancos e instituciones
financieras, adquiridos directamente de las instituciones emisoras.
Asimismo, la Superintendencia podrá solicitar a las personas y sus cón-
yuges información respecto de las transacciones de los activos a que alude
este inciso, que éstas hayan efectuado en un período previo de hasta doce
meses a la fecha en que pasen a ser elegibles para alguno de los Fondos.
Las Administradoras deberán informar a la Superintendencia las tran-
sacciones de instrumentos que realicen en los mercados secundarios for-
males entre los Fondos de Pensiones que administren, dentro del plazo que
determine la Superintendencia mediante una norma de carácter general.
La función de administración de cartera y en especial las decisiones
de adquisición, mantención o enajenación de instrumentos para cualquie-
ra de los Fondos y la Administradora respectiva, serán incompatibles con cual-
quier función de administración de otra cartera. Además de la responsabilidad
que le pudiera corresponder a la Administradora y sus ejecutivos, todo
aquel que infrinja la prohibición contenida en el presente artículo será
responsable civilmente de los daños ocasionados al Fondo respectivo, sin
perjuicio de la aplicación de las sanciones administrativas y penales que
correspondan en conformidad a la ley.
Para dichos efectos, se entenderá por administración de cartera la que
realiza una persona con fondos de terceros, respecto de los cuales se le
ha conferido el mandato de invertirlos y administrarlos.
En un segundo apartado, se refiere el legislador a “Las Actividades
Prohibidas a las Administradoras de Fondos de Pensiones”, en el que se
consignan severas normas y responsabilidades para aquellas personas que
están encargadas de la gestión directa de los Fondos de Pensiones.
Establece así la ley en comentario que son contrarias a ella las siguien-
tes actuaciones u omisiones efectuadas por las Administradoras:
a) Las operaciones realizadas con los bienes de cualquiera de los Fon-
dos, para obtener beneficios indebidos, directos o indirectos;

269
LAS PRESTACIONES

b) El cobro de cualquier servicio a los Fondos, salvo aquellas comi-


siones que están expresamente autorizadas por ley;
c) La utilización en beneficio propio o ajeno de información relativa
a operaciones a realizar por cualquiera de los Fondos, con anticipación a
que éstas se efectúen;
d) La comunicación de información esencial relativa a la adquisición,
enajenación o mantención de activos por cuenta de cualquiera de los Fon-
dos a personas distintas de aquellas que estrictamente deban participar
en las operaciones respectivas, en representación de la Administradora;
e) La adquisición de activos que haga la Administradora para sí, den-
tro de los 5 días siguientes a la enajenación de éstos, efectuada por ella
por cuenta de cualquiera de los Fondos, si el precio de compra es infe-
rior al precio promedio ponderado existente en los mercados formales
el día anterior al de dicha enajenación;
f) La enajenación de activos propios que haga la Administradora den-
tro de los 5 días siguientes a la adquisición de éstos, efectuada por ella
por cuenta de cualquiera de los Fondos, si el precio de venta es superior
al precio promedio ponderado existente en los mercados formales el día
anterior al de dicha adquisición;
g) La adquisición o enajenación de bienes, por cuenta de cualquiera
de los Fondos, en que actúe para sí, como cedente o adquirente la Admi-
nistradora, y
h) Las enajenaciones o adquisiciones de activos que efectúe la Admi-
nistradora si resultaran ser más ventajosas para ésta que las respectivas ena-
jenaciones o adquisiciones de éstos, efectuadas en el mismo día por cuenta
de cualquiera de los Fondos; salvo si se entregara al Fondo respectivo, den-
tro de los dos días siguientes al de la operación, la diferencia de precio
correspondiente.
Aclara el legislador que para estos efectos la expresión Administradora
comprenderá, también, cualquier persona que participe en las decisiones
de inversión de alguno de los Fondos o que, en razón de su cargo o posi-
ción, tenga acceso a información de las inversiones de alguno de éstos.
Además, se entenderá por activos, aquellos que sean de la misma es-
pecie, clase, tipo, serie y emisor, en su caso.
Aclara que no obstante las sanciones administrativas, civiles y penales
que correspondan, y el derecho a reclamar perjuicios, los actos o contra-
tos realizados en contravención a las prohibiciones anteriormente seña-
ladas se entenderán válidamente celebrados.
Se refiere asimismo el legislador a una tercera materia, referida a la
“votación de las Administradoras en la elección de directores en las so-
ciedades cuyas acciones hayan sido adquiridas con recursos de los Fon-
dos de Pensiones”, justamente en la idea de otorgar el máximo de
transparencia a las actuaciones de las Administradoras en relación a las
inversiones de los Fondos de Pensiones en acciones.
El legislador regula también las elecciones de directorio de las socieda-
des cuyas acciones hayan sido adquiridas con recursos de los Fondos de Pen-

270
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

siones, señalando al efecto que las Administradoras no podrán votar por


personas que se encuentren en algunas de las siguientes situaciones:
a) Ser accionista mayoritario o persona relacionada a él, que, en for-
ma directa o indirecta, o mediante acuerdo de actuación conjunta, pue-
da elegir la mayoría del directorio.
b) Ser accionista o persona relacionada a él, que con los votos de la
Administradora pueda elegir la mayoría del directorio.
c) Ser accionista de la Administradora que posea directa o indirecta-
mente el 10% o más de las acciones suscritas de ella o ser persona rela-
cionada a aquél.
d) Ser director o ejecutivo de la Administradora o de alguna de las
sociedades del grupo empresarial al que aquélla pertenezca.
Sin perjuicio de lo establecido en la letra a) del inciso primero, las
Administradoras podrán votar por personas que se desempeñen como di-
rectores en una sociedad del grupo empresarial al que pertenezca la so-
ciedad en la que se elige directorio, cuando las personas cumplan con lo
siguiente:
a) Que la única relación con el controlador del grupo empresarial
provenga de su participación en el directorio de una o más sociedades
del mencionado grupo.
b) Que la persona no haya accedido a los directorios mencionados
en la letra a) anterior con el apoyo decisivo del controlador del grupo
empresarial o de sus personas relacionadas.
Se entenderá que un director ha recibido apoyo decisivo de una per-
sona natural o jurídica cuando, al sustraer de su votación los votos prove-
nientes de aquéllas o de sus personas relacionadas, no hubiese resultado
electo.
Dentro de los cuarenta y cinco días hábiles siguientes a la celebración
de una junta de accionistas en la que se hayan elegido directores de una
sociedad, la Superintendencia podrá pronunciarse sobre el cumplimien-
to de los requisitos establecidos en este artículo, declarando la inhabili-
dad de los directores elegidos con mayoría de votos otorgados por las
Administradoras y disponiendo la cesación en el cargo, mediante una re-
solución fundada, la que se notificará a las Administradoras que hubie-
ren votado por el director, a la sociedad y al director inhábil.
La Superintendencia establecerá, mediante norma de carácter gene-
ral, el procedimiento de información al que las Administradoras deberán
atenerse, con objeto de permitir los pronunciamientos establecidos ante-
riormente.
Las Administradoras podrán actuar concertadamente entre sí o con ac-
cionistas que no estén afectos a las restricciones contempladas en este ar-
tículo. No obstante lo anterior, éstas no podrán realizar ninguna gestión
que implique participar o tener injerencia en la administración de la socie-
dad en la cual hayan elegido uno o más directores. La infracción a esta nor-
ma será sancionada por la Superintendencia de conformidad a la ley.

271
LAS PRESTACIONES

Debe tenerse presente al efecto que las Administradoras deberán su-


jetarse a las siguientes normas en estas elecciones:
a) El directorio de la Administradora deberá determinar el nombre de
los candidatos por los que sus representantes votarán, debiendo contener
la decisión respectiva las pautas a las que éstos deberán sujetarse cuando
voten por una persona distinta de la acordada, cuando los intereses del Fon-
do administrado así lo exigieren. Estos acuerdos deberán constar en las ac-
tas de directorio de la sociedad y contener su fundamento.
En los casos que el representante de la Administradora vote por una
persona diferente de la señalada en el acuerdo, deberá rendir un infor-
me escrito sobre los fundamentos y circunstancias del voto adoptado en
la siguiente reunión de directorio que se celebre, de lo cual deberá de-
jarse constancia en el acta respectiva, al igual que de la opinión del di-
rectorio sobre lo informado.
b) Los representantes de la Administradora estarán siempre obligados a
manifestar de viva voz su voto en las elecciones en que participaren, debien-
do dejar constancia de ello en el acta de la respectiva junta de accionistas.
Finalmente, se refiere al legislador a las “Elecciones de Directores en
las Administradoras”, indicando al efecto que además de las inhabilida-
des establecidas en los artículos 35 y 36 de la Ley Nº 18.046, no podrán
ser directores de una Administradora de Fondos de Pensiones:
a) Los ejecutivos de bancos o instituciones financieras, bolsas de va-
lores, intermediarios de valores, administradoras de fondos de inversión,
administradoras de fondos mutuos, compañías de seguros o Administra-
doras de Fondos de Pensiones, y
b) Los directores de cualquiera de las instituciones señaladas en la le-
tra a) precedente. Sin perjuicio de lo anterior, no regirá esta inhabilidad
respecto de aquellos que no participen en el debate ni en la votación de
las decisiones de inversión de la Administradora respectiva, relativas a un
emisor específico con el cual se encuentren relacionados o al sector eco-
nómico al cual pertenezca dicho emisor. De esta decisión deberá dejarse
constancia mediante declaración jurada ante notario, la que constará en
el acta de la primera sesión de directorio a la cual le corresponda asistir.
Agrega el legislador que para los efectos de lo dispuesto en este ar-
tículo, se entenderá por ejecutivo a los gerentes, subgerentes o personas con
la facultad de representar la empresa o de tomar decisiones de relevan-
cia en materias propias de su giro.
Respecto a las funciones de los directores, especifica el legislador que
los directores de una Administradora deberán pronunciarse siempre so-
bre aquellas materias que involucren conflictos de interés y especialmen-
te respecto de los siguientes aspectos:
a) Políticas y votación de la Administradora en la elección de direc-
tores en las sociedades cuyas acciones hayan sido adquiridas con recursos
del Fondo de Pensiones;

272
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

b) Los mecanismos de control interno establecidos por las Adminis-


tradoras para prevenir la ocurrencia de actuaciones que afecten al cum-
plimiento de las normas contenidas en los artículos 147 a 154;
c) Proposiciones para la designación de auditores externos;
d) Designación de mandatarios de la Administradora para la inversión
de los recursos de los Fondos de Pensiones en el exterior;
e) Políticas generales de inversión de los recursos de los Fondos de
Pensiones, y
f) Políticas respecto a las transacciones con recursos de los Fondos,
con personas relacionadas a la Administradora.
En materia de “sanciones y procedimientos” vinculados con la serie
de rigurosas conductas éticas exigidas según se ha descrito anteriormen-
te, se establecen una serie de sanciones de mucha relevancia.
Así, el que ejecute o celebre, individual o colectivamente, cualquier
acto o convención que esté prohibido o que contravenga lo dispuesto en
los artículos 147 a 154, será sancionado de conformidad a lo dispuesto
en la ley orgánica de la Superintendencia de Administradoras de Fondos
de Pensiones y a la presente ley.
De igual modo, sufrirán penas de presidio menor en su grado medio
a presidio mayor en su grado mínimo, los directores, gerentes, apodera-
dos, liquidadores, operadores de mesa de dinero, y trabajadores de una
Administradora de Fondos de Pensiones que en razón de su cargo o po-
sición, y valiéndose de información privilegiada de aquélla que trata el
Título XXI de la Ley Nº 18.045:
a) Ejecuten un acto por sí o por intermedio de otras personas, con
el objeto de obtener un beneficio pecuniario para sí o para otros, me-
diante cualquier operación o transacción de valores de oferta pública;
b) Divulguen la información privilegiada, relativa a las decisiones de
inversión de cualquiera de los Fondos a personas distintas de las encarga-
das de efectuar las operaciones de adquisición o enajenación de valores
de oferta pública por cuenta o en representación de cualquiera de los
Fondos.
Igual pena sufrirán los trabajadores de una Administradora de Fon-
dos de Pensiones que, estando encargados de la administración de la car-
tera y, en especial, de las decisiones de adquisición, mantención o
enajenación de instrumentos para cualquiera de los Fondos y la Adminis-
tradora respectiva, ejerzan por sí o a través de otras personas, simultánea-
mente la función de administración de otra cartera de inversiones, y
quienes teniendo igual condición infrinjan cualquiera de las prohibicio-
nes consignadas en las letras a), c), d) y h) del artículo 154.

11. CONTROL Y FISCALIZACIÓN. El Título X del D.L. Nº 3.500 se refiere a


esta materia y comienza señalando la creación de la Superintendencia de
Administradoras de Fondos de Pensiones, ente autónomo, con persona-
lidad jurídica y patrimonio propio, regido por un estatuto orgánico espe-

273
LAS PRESTACIONES

cial y relacionado con el Gobierno por intermedio del Ministerio del Tra-
bajo y Previsión Social. A ella le competen la supervigilancia y control de
las AFP y las funciones que establece la ley.
Así, tiene, entre otras funciones, las de autorizar la constitución de
las AFP, fiscalizarlas en su funcionamiento, fijar la interpretación de la legisla-
ción y reglamentación del sistema, con carácter obligatorio para las AFP; fiscalizar
la constitución, mantención, operación y aplicabilidad de los diversos fon-
dos, efectuar las liquidaciones de las AFP y los Fondos de Pensiones e im-
poner multas y disponer la disolución de las Administradoras en los casos
previstos por la ley.
El legislador puso especial énfasis en el control financiero, para cuyo
objeto implementó una serie de medidas técnicas, entre las que convie-
ne destacar un detallado informe diario sobre el movimiento financiero
que deben remitir las AFP, comprobación de los precios de compra y ven-
ta de instrumentos financieros, valorización diaria de la cartera de instru-
mentos y auditorías periódicas de las cuentas individuales, a fin de
comprobar la materialización de los abonos correspondientes y de que
estén permanentemente actualizadas.
Cabe consignar que la Ley Nº 19.389 (D.O. 18.5.95) modificatoria del
D.L. Nº 3.500 y de otros cuerpos legales vinculados al Mercado de Valo-
res, introdujo normas severísimas en materia de conflictos de interés y de
resguardo financiero del sistema, buscando el máximo de transparencia
en el manejo de los cuantiosos fondos que se encuentran administrando
las AFP.
Estas son, en apretada síntesis, las normas principales que informan
el nuevo régimen de pensiones vigente en nuestro país y al cual se en-
cuentran afiliados, como ya se ha señalado anteriormente, más de
7.000.000 de trabajadores, equivalentes al 98% de la fuerza activa de tra-
bajo del país. Dicho crecimiento sostenido es producto, fundamentalmen-
te, del permanente ingreso de nuevos trabajadores al mercado laboral.

12. LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL SISTEMA. Las crisis de los Sistemas de


Pensiones implementados en Latinoamérica en la primera mitad del si-
glo XX, se han transformado en un hecho reiterativo en el continente
en los últimos años. Dicha circunstancia, unida al éxito del nuevo Siste-
ma de Pensiones chileno, ha provocado un agudo y creciente interés por
este modelo, lo que ha llevado a analizar su implementación en diversos
países de la región durante la presente década.
Los sistemas privados de pensiones, basados en regímenes de ahorro
y capitalización individual, que se han desarrollado en Latinoamérica, en
Chile en la década de los ochenta y luego en casi todos los países de la
región, han alcanzado logros muy significativos desde su lanzamiento a
la fecha. Ello ha venido a demostrar que el sistema de capitalización indi-
vidual ha pasado a constituirse en una verdadera y eficaz alternativa de
cambio, en lo que respecta a las pensiones de vejez, invalidez y sobrevi-
vencia, a la vez que en un motor y palanca dinamizadora de las econo-
mías de los países de menor desarrollo.

274
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Obedeciendo a dicha premisa, desde el año 1993 a la fecha se encuen-


tran funcionando en América Latina sistemas de pensiones inspirados en
el modelo chileno, con las variaciones propias que corresponden a la rea-
lidad e idiosincrasia de cada país.
Es así como sistemas basados en la capitalización individual están ade-
más en Chile, en Perú, Argentina, Colombia, México, El Salvador, Uru-
guay, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Costa Rica. En otros países de la región
tales como Brasil, Guatemala, Ecuador y Honduras se está analizando tam-
bién la idea de su implantación. La gráfica que se inserta a continuación
permite apreciar dicho fenómeno:

En mayo de 1996, se realizó en Chile el II Congreso Iberoamericano


de Sistemas Privados de Pensiones, con la presencia de más de 600 dele-
gados nacionales y extranjeros. En dicho congreso se dio origen a la Fe-
deración Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones –FIAP–,
que agrupa a asociaciones y entidades de países que tienen legalmente
establecido el Sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones o que
están llevando a cabo reformas a sus sistemas previsionales.
Entre sus objetivos destacan:
– Proyectar y privilegiar el sistema de administración privada y capita-
lización individual de los Fondos de Pensiones.
– Contribuir al establecimiento de una normativa supranacional.
– Fomentar el establecimiento de normas que faciliten los flujos de
inversión de la región con el resto del mundo.

275
LAS PRESTACIONES

– Incentivar la generación de fondos de inversión multinacional.


– Crear un sistema de información de los mercados de capitales de
los países integrantes de la federación.
– Aunar criterios de clasificación de riesgos para las inversiones de las
administradoras de Fondos de Pensiones en los países latinoameri-
canos.
– Establecimiento de normas que faciliten el traslado de los ahorros
previsionales para trabajadores que cambien de país de residencia.
La gráfica que se inserta a continuación permite apreciar la confor-
mación actual de la FIAP :

El juicio de la historia está abierto en relación a este nuevo Sistema


de Pensiones; no ha transcurrido demasiado tiempo aún como para emi-
tir un juicio categórico a su respecto y es indudable que es perfectible;
de hecho, en Chile se han dictado cerca de 40 leyes con posterioridad a
su implantación en busca de introducirle mejoras en su funcionamiento
y existen en el Parlamento diversos proyectos de ley en similar sentido.
No obstante, nos parece que el esfuerzo de buscar una ruta hacia me-
jores destinos para trabajadores que han laborado una vida entera, mere-
ce ser analizado con la ponderación y criterio que requiere una disciplina
de tan ancho futuro de cara al nuevo milenio, como lo es la Seguridad
Social; creemos que en ella este Sistema de Pensiones tiene una espacio
asegurado.

276
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Cuando el Sistema nacional inició sus actividades, lo hizo en solitario


y en medio de acerbas críticas, de toda índole.
Hoy en día, el Sistema –con las adecuaciones que son de rigor de
acuerdo a la idiosincrasia y costumbre de cada país– ha sido adoptado
por 8 naciones en América Latina, 8 naciones de Europa y una de Asia;
los gráficos que siguen así lo explicitan:77

Dicho fenómeno encuentra su razón de ser en la circunstancia de que


los sistemas de pensiones en Europa, origen de la seguridad social en el
mundo, están bajo acucioso escrutinio de especialistas y políticos. El mo-
tivo: los desalentadores pronósticos para el futuro, porque se anticipa que
los actuales problemas de desfinanciamiento no declinarán en los próxi-
mos años, sino que, por el contrario, tenderán a agravarse. De este nega-
tivo diagnóstico ha surgido ya la idea de realizar modificaciones radicales
a los modelos previsionales.
Los países industriales de Europa, sin excepción, cuentan desde hace
muchos años con sistemas de Seguridad Social basados en el reparto o
“pay as you go”. Esto significa que los trabajadores activos financian las pen-
siones y prestaciones de los trabajadores que jubilan o se pensionan; tie-
nen, por ende, buenos beneficios, no sólo en jubilación, sino que también

77
En América Latina, en Ecuador y Nicaragua los sistemas se encuentran en proceso
de adopción; igual ocurre en Europa con Eslovaquia, Macedonia, Lituania y Ucrania. El país
asiático es Kazajstán.

277
LAS PRESTACIONES

entregan otras prestaciones. Pero las cotizaciones que realizan los traba-
jadores no alcanzan para solventar los gastos, debiendo los Estados finan-
ciar los crecientes déficit que esto significa.
Detrás de los problemas están los grandes cambios demográficos de
los últimos 50 años, y que comenzaron justamente en varias de esas na-
ciones: baja tasa de natalidad, descenso de las tasas de mortalidad y au-
mento de la esperanza de vida. Esta combinación de factores conduce a
un acelerado envejecimiento de la población. Se estima que en los próxi-
mos veinte años el número de personas mayores de 60 años se duplicará.
Pero los cambios demográficos no son la única causa de la revisión
de los sistemas. También influye la inestable situación económica de al-
gunos países, que hace imposible conciliar crecientes gastos estatales en
seguridad social con el desarrollo económico y el financiamiento de otras
demandas sociales. A ello se suma la necesidad de reducir el gasto públi-
co para cumplir los criterios de convergencia impuestos por la Unión Eu-
ropea.
Influyen además dificultades que han pasado de transitorias a perma-
nentes. Son los casos del alto desempleo, la necesidad de impulsar políti-
cas que reconozcan la flexibilidad laboral como una condición para
disminuir la cesantía y la necesidad de mantener las finanzas públicas en
equilibrio, de manera de preservar la estabilidad macroeconómica y no
legar a las nuevas generaciones una onerosa deuda pública.

LOS SISTEMAS DE PENSIONES EN EUROPA


En los países de la Unión Europea (UE) cuatro trabajadores financian ac-
tualmente a un pensionado, y se prevé que en el año 2040 el número
de trabajadores activos que financiarán a un pasivo será inferior a dos.
Los Ministerios de Economía de los diversos países miembros de la
UE proyectan que los sistemas de reparto de aquí al año 2050 requerirán
importantes cambios para evitar el colapso.
En Europa, el gasto fiscal en pensiones, es decir, la deuda previsional
con los actuales pensionados, consume más del 10% del gasto fiscal total.
A ello se suma que el endeudamiento previsional implícito de los siste-
mas tradicionales supera la deuda fiscal total. El endeudamiento implíci-
to equivale a la deuda previsional con los actuales pensionados más la que
se está adquiriendo con los actuales cotizantes.
Como se aprecia en el cuadro que se inserta al final de este apartado,
el gasto en pensiones en países europeos, medido como porcentaje del
Producto Interno Bruto (PIB ), se encontraba entre un 5,1% y un 14,5%
al año 2000. Los mayores gastos en pensiones lo registran Austria e Italia
y, en igual período, Reino Unido e Irlanda presentan los menores gastos.
Del conjunto de países se proyecta que sólo dos disminuirán el gasto
en pensiones hacia el año 2050. Reino Unido pasará de un 5,1% a un
3,9% del PIB, e Italia de un 14,2% a un 13,9%, disminuyendo en un 23,5%,
y 2,1% respectivamente. El resto de los países incrementará fuertemente
su gasto en pensiones con relación a su Producto Interno Bruto. Así, Irlan-

278
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

da lo aumentará un 95,6%; España, 88,3%; Holanda, 72,1%; Portugal,


44,9%; Alemania, 41,7%, Finlandia, 41,6%; Bélgica, 35,5%, Dinamarca,
29,4%; Francia, 28,9%; Suecia, 11,1%, y Austria un 4,1%.

QUÉ ESTÁN HACIENDO LOS PAÍSES EN LA UNIÓN EUROPEA


Ante las fuertes amenazas y con el fin de afianzar la viabilidad de los sis-
temas de pensiones de reparto, los gobiernos de los diferentes Estados
de la Unión Europea se han planteado diversas alternativas para encarar
las dificultades.
– Fomentar la importancia de los sistemas de capitalización.
– Fomentar mecanismos de cobertura complementaria a través de in-
centivos tributarios.
– Buscar nuevas alternativas de financiamiento, como impuestos es-
peciales que graven determinados bienes.
– Reducir los stocks de deuda pública.
– Aplazar la edad de jubilación.
– Desincentivar la jubilación anticipada.
– Fijar una relación más estrecha entre cotizaciones y beneficios.
– Endurecer los requisitos exigidos para acceder a pensión.
– Aumentar la fiscalización y control en la entrega de beneficios y en
el cumplimiento de requisitos para acceder a las prestaciones.
Los países europeos han adoptado diversos cursos de acción para lle-
var a cabo sus reformas Así, Alemania redujo la tasa de sustitución bruta
(porcentaje de la remuneración que debe tener la pensión) del 71% al 67%,
lo que significa que las pensiones se calculan ahora teniendo como objeti-
vo ser equivalentes a un 67% de la renta de la vida activa de un trabajador.
Asimismo, se estableció un incentivo tributario para que los trabajadores
realicen aportes a un sistema voluntario de capitalización, que alcanza has-
ta un 4% de la remuneración; en el caso de los trabajadores con ingresos
bajos, se establecieron subvenciones para que puedan hacer lo mismo.
Suecia, en cambio, redujo de 18,5% a 16% las contribuciones al siste-
ma de reparto con el objetivo de destinar la diferencia de 2,5% del sala-
rio a cuentas de capitalización de libre elección.
Italia, para estimular los sistemas voluntarios de capitalización, reba-
jó el tope de las pensiones, con el propósito de que cada trabajador fi-
nancie la diferencia a través de estos sistemas complementarios; además,
retrasó la edad de jubilación y ha restringido las posibilidades para acce-
der a pensiones por antigüedad.
En el Reino Unido, Suecia, Alemania, Dinamarca y Austria se ha op-
tado, a su vez, por restringir la jubilación anticipada.
En España, Italia y Portugal se han modificado las fórmulas de cálcu-
lo de sus pensiones para establecer una relación más estrecha entre coti-
zaciones y el monto de la pensión; en algunos casos se han considerado
períodos más largos para determinar la pensión.
Cabe destacar, entre los países que llevan largo tiempo introducien-
do cambios en sus Sistemas de Pensiones, al Reino Unido. A partir de la

279
LAS PRESTACIONES

década de los 70 se permitió a las empresas optar por sistemas de capita-


lización, eximiéndolas de realizar aportes al sistema público; la temprana
preocupación del Reino Unido –país pionero siempre en la materia– ha
contribuido a que este país se encuentre en una mejor situación respec-
to de otros países de la UE.
Esta tendencia a realizar ajustes a los sistemas públicos de pensiones
no sólo se ha circunscrito a las pensiones de vejez, sino que ha alcanzado
también a las pensiones por invalidez o incapacidad y a las de sobreviven-
cia, en las que se han rigidizado los requisitos para acceder a ellas y se
han implementado mayores controles en el pago de estas prestaciones.
Muchas de las transformaciones que se han venido realizando fomen-
tan la importancia de la capitalización colectiva o individual, en materia de
seguridad social; ejemplo de ello es Irlanda, donde alrededor del 52% de
la población activa se encuentra cubierta por un sistema complementario.
Los sistemas de capitalización en Europa, a pesar de no ser los siste-
mas de pensiones más importantes, manejan grandes recursos. Ellos ad-
ministran 2.670 billones de dólares, 78 veces los Fondos de Pensiones
chilenos, y se proyecta que en los próximos cinco años lleguen a 3.060
billones de dólares.
Los sistemas de capitalización en Europa tienen distintos grados de
desarrollo. Algunos, como el Reino Unido, Holanda, han acentuado la
renta variable, en busca de una mejor combinación rentabilidad-riesgo,
que permita alcanzar mejores pensiones para los afiliados.
La mayoría de estos países tiene una gran proporción de recursos in-
vertidos en activos extranjeros. Bélgica, por ejemplo, mantiene más del
60% en el exterior, mientras que en Holanda, Noruega, Irlanda, Austria
y el Reino Unido más del 30% del portafolio está fuera de sus países de
origen.
En el caso de Chile, las AFP operan bajo un conjunto de restricciones
de inversión, tanto domésticas como en el extranjero. El límite para in-
vertir en el exterior es un 30% del total de los Fondos de Pensiones, en
circunstancias que a fines del año 2004 las AFP ya habían alcanzado una
cota del 27%.
Algunos sectores –especialmente AFP– señalan que es necesario am-
pliar aún más el límite y que lo óptimo sería poder invertir hasta un 50%
de los Fondos de Pensiones en el exterior; los fundamentos de ello son:
la economía chilena es pequeña y muy vulnerable a los ciclos económi-
cos; las empresas elegibles para invertir son relativamente pocas; los mer-
cados son poco profundos; y que los Fondos de Pensiones continuarán
presentando un importante crecimiento, haciendo necesario adecuar per-
manentemente las distintas alternativas de inversión.
El principio de diversificación que utilizan las AFP tiene como objeti-
vo maximizar la rentabilidad, y al mismo tiempo garantizar la seguridad.
En consecuencia, aumentar el límite de inversión en el exterior permiti-
ría cumplir de mejor manera estos principios.
Se observa pues una tendencia a establecer sistemas de capitalización
voluntarios, como una forma complementaria a los sistemas de reparto,

280
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

para solucionar los crecientes déficit fiscales que están presentado los dis-
tintos países europeos.
Los sistemas de reparto en Europa continuarán funcionando con sus
actuales características por muchos años, pero lo más probable es que a
las modificaciones menores que ya se han realizado se agregue un cam-
bio más radical en el futuro, para lo cual ya se están dando los primeros
pasos.
En esa dirección se está trabajando para que exista libertad de inver-
sión para los Fondos de Pensiones de capitalización; simetrías tributarias
para aportes, ganancias y beneficios; libre portabilidad de los ahorros por
parte de los imponentes y actividades transfronterizas de los administra-
dores.
En el caso chileno, el compromiso de entregar adecuadas pensiones
debería tener –según sus administradores– una adecuada contrapartida
en entregar mayores libertades de inversión, especialmente en el exterior.
Ello, porque la estructuración de portafolios hace posible mejores condi-
ciones de rentabilidad y un adecuado balance de riesgos.

PROYECCIÓN DE GASTO EN PENSIONES EN EUROPA


(% PIB)

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1) Como regla general, la legislación aplicable para la situación previsio-


nal del personal chileno contratado en el país para prestar servicios en el
extranjero, es la del país en que se prestan los servicios (principio de te-
rritorialidad). Se exceptúan a lo anterior los trabajadores dependientes
destinados temporalmente, por períodos inferiores a 2 años, y los traba-

281
LAS PRESTACIONES

jadores al servicio del Estado, personal diplomático y de organismos in-


ternacionales, quienes, amparados por convenios internacionales de Se-
guridad Social, quedan afectos al sistema previsional chileno.
Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-38, 01.04.

2) La naturaleza jurídica de las cotizaciones previsionales es la de un tri-


buto de derecho público autónomo y afectado. No es renta, por lo que
no ingresa al haber de la sociedad conyugal. Artículos 1725 del Código
Civil y 18 del D.L. Nº 3.500.
Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-48, 01.04.

3) El técnico extranjero que cumpla con los requisitos del artículo 1º de


la Ley Nº 18.156 no requiere finiquitar su contrato de trabajo y/o regre-
sar a su país de origen para solicitar y obtener la devolución de los fon-
dos previsionales que tenga en Chile.
Artículos 1º y 7º de la Ley Nº 18.156.
Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-169, 02.04.

4) La prescripción de deudas previsionales, que, no obstante encontrar-


se impagas, no se ha iniciado acción legal para el cobro y se cumplen a
su respecto los requisitos para alegar la prescripción, deben demandarse
ante el tribunal competente. Artículo 2493 del Código Civil.
Superintendencia de AFP . FIS-1.109, 12.03.

5) Trabajadores chilenos que se desempeñan en naves extranjeras que


operan en aguas internacionales bajo su pabellón de origen, no procede
que continúen cotizando como trabajadores independientes en una AFP.
La legislación aplicable es la del pabellón del país que registra la nave.
Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-705, 08.03.

6) Giro exclusivo: El D.L. Nº 3.500 es claro en señalar que éstas son socie-
dades anónimas con giro exclusivo y dicho giro consiste en administrar
un fondo denominado “de pensiones” y otorgar y administrar las presta-
ciones y beneficios que establece la ley. Así, por tener un giro exclusivo,
sólo se puede dedicar a esa función.
Con este criterio, se soluciona el caso de una AFP a la que se le solici-
ta preste asesoría, en las etapas de estudio de los proyectos de factibili-
dad y en los procesos de puesta en marcha y operación de Administradoras
de Fondos de Pensiones que proyectan constituirse en Argentina y Perú,
además de la venta de software relacionado con la forma de administrar
dicho fondo.
La Superintendencia de AFP señala al respecto que prestar asesoría
va en contra de su giro único, por lo que le está vedada tal actividad y
esto porque significaría descuidar los fondos que administra; pero señala
una alternativa, que es la de invertir en la compra de acciones de una
empresa dedicada al rubro de la asesoría, en cuya virtud se solucionaría
el problema y se daría cumplimiento a la ley.

282
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

En cuanto a la venta de software, ésta es totalmente válida y no atenta


contra su giro, ya que sólo se estarían vendiendo bienes de su propiedad.
(Debe tenerse presente que este dictamen ha quedado superado por
la ampliación de giro que se efectuó posteriormente).
Superintendencia de AFP. Ord. Nº 5810, de 23 de julio de 1992.

7) Desafiliacion del Sistema de AFP: La normativa que regula la actividad de


las AFP (D.L. Nº 3.500) señala que la afiliación al sistema es única y per-
manente y que subsiste por toda la vida del afiliado, cualesquiera que sean
las circunstancias que rodean la afiliación, salvo en tres casos, de los cua-
les sólo uno de ellos está vigente y que es el no tener derecho a Bono de
Reconocimiento (es el traspaso que se hace de los fondos acumulados en
el antiguo sistema previsional al nuevo cuando se cumple con ciertos re-
quisitos). Esta situación en la actualidad es la única forma que permite
desligarse del nuevo Sistema y sólo para volver al antiguo.
Tal es el caso de un trabajador que por un grave problema suscitado
con una AFP, solicita su desafiliación al Sistema. La Superintendencia de
AFP señala que no teniendo ese trabajador derecho a Bono de Reconoci-
miento, está posibilitado para desafiliarse del Sistema de AFP y volver así
al antiguo Sistema, pensionándose en él sólo si cumple con los requisitos
para este efecto.
Superintendencia de AFP. Dictamen Nº 8067, de 7 de octubre de 1992.

8) Tope legal de cotizaciones: El Sistema de cotizaciones previsionales chile-


no establece un límite máximo imponible dentro del Sistema, el que está
fijado en 60 Unidades de Fomento. Si un trabajador que recibe dos re-
muneraciones simultáneas de distintos empleadores y entre ambas supe-
ran el máximo legal, debe cotizarse solamente a base de una de ellas,
excluyendo o limitando la restante, según corresponda.
Esta solución se verifica porque la ley señala que en caso que un tra-
bajador reciba dos o más remuneraciones, éstas deberán ser acumuladas
para el pago de su cotización.
Superintendencia de AFP. Dictamen Nº J/2077, de 3 de mayo de 1993.

9) Las deudas previsionales tienen privilegio del Nº 5 del artículo 2472


del Código Civil. Artículo 19 D.L. Nº 3500.
Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-678, 07.03.

10) Los viáticos, asignación de pérdida de caja y asignación de colación


no constituyen remuneración, salvo que la Inspección del Trabajo deter-
mine lo contrario, por no considerarlas razonables y prudentes. Artículos
14 y 16 del D.L. Nº 3.500 y art. 41 del Código del Trabajo.
Superintendencia de AFP . FIS-714, 08.03.

11) Es improcedente autorizar la devolución de fondos previsionales a


trabajadores técnicos extranjeros que obtienen la nacionalidad chilena,

283
LAS PRESTACIONES

conservando la doble nacionalidad, cuando han celebrado su contrato de


trabajo como ciudadanos chilenos.
Artículos 1º y 7º de la Ley Nº 18.156.
Superintendencia de AFP . FIS-723, 08.03.

12) Socio de sociedad de responsabilidad limitada, que tenga la calidad


de minoritario y sin facultades de administración, para los efectos de be-
neficiarse con el incentivo tributario denominado sueldo empresarial,
debe efectuar cotizaciones previsionales en una AFP en calidad de inde-
pendiente. Artículo 89 D.L. Nº 3.500.
Superintendencia de AFP . FIS-733, 08.03.

13) Si en un mes ha procedido el pago de subsidio por licencia médica,


cualquiera sea el número de días que comprende, ni el empleador ni la
entidad pagadora de los subsidios deben efectuar descuentos por concepto
de cotizaciones voluntarias o depósitos de ahorro previsional voluntario.
Artículos 7º y 13 del D.S. N° 57, de 1990, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social.
Superintendencia de AFP . FIS-1.103, 12.03.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

Sentencia Corte Suprema de Justicia. Recurso de Queja Nº 7.572, de 26 de


diciembre de 1988. Las AFP gozan de crédito privilegiado, de acuerdo al
artículo 2472 Nº 5 del Código Civil, para los efectos del cobro del capital
necesario para el pago de pensiones de invalidez y sobrevivencia de sus afi-
liados, en caso que la compañía aseguradora haya caído en quiebra.

284
ESTADÍSTICAS BÁSICAS SISTEMA AFP*

CUADRO 1
NÚMERO DE PENSIONES PAGADAS
(DATOS A DICIEMBRE DE CADA AÑO)

CUADRO 2
PARTICIPACIÓN POR TIPO DE PENSIÓN
COMO % SOBRE EL TOTAL DE PENSIONES PAGADAS

* Fuente: Asociación Gremial de AFP.

285
LAS PRESTACIONES

CUADRO 3
T OTAL SALDO ACUMULADO APV
POR INSTITUCIONES ADMINISTRADORAS
(A JUNIO DE 2004)

CUADRO 4
COMPARACIÓN DE COBERTURA ENTRE SISTEMAS

286
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

CUADRO 5
COTIZANTES COMO % DE LA FUERZA DE TRABAJO
(FUENTE: PALACIOS, PALLARES-MILLARES, 2000)

CUADRO 6
APV SE CONCENTRA EN RENTAS ALTAS...

287
LAS PRESTACIONES

CUADRO 7
EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE COTIZANTES

CUADRO 8
COTIZACIONES VOLUNTARIAS VIGENTES POR FONDO
(EN MILLONES DE DÓLARES A OCTUBRE DE 2004)

288
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

CUADRO 9
DEPÓSITOS CONVENIDOS POR FONDO
(EN MILLONES DE DÓLARES A OCTUBRE DE 2004)

CUADRO 10
NÚMERO DE PENSIONES PAGADAS
(DATOS A DICIEMBRE DE CADA AÑO)

289
LAS PRESTACIONES

CUADRO 11
I NVERSIONES DE LOS FONDOS DE PENSIONES
(COMO % DEL FONDO DE PENSIONES A NOVIEMBRE DE 2004)

CUADRO 12
PARTICIPACIÓN POR TIPO DE FONDO
(COMO PORCENTAJE SOBRE EL TOTAL)

290
LOS SISTEMAS DE PENSIONES

Superintendencia de Bancos Superintendencia


e Instituciones Financieras de Valores y Seguros

INFORMACIÓN SOBRE AHORRO PREVISIONAL


VOLUNTARIO A SEPTIEMBRE 2004

CUADRO 13
MONTO TOTAL ACUMULADO DE AHORRO PREVISIONAL V OLUNTARIO
POR INDUSTRIA

Nota: Las estadísticas en el caso de las AFP consideran los aportes efectuados como depósitos
convenidos y cotizaciones voluntarias con anterioridad a la Ley N 19.768. Cifras en pesos de
cada período.

CUADRO 14
NÚMERO DE CUENTAS DE AHORRO PREVISIONAL VOLUNTARIO POR INDUSTRIA

291
LAS PRESTACIONES

CUADRO 15
MONTO DE LOS DEPÓSITOS * Y RETIROS DE AHORRO PREVISIONAL
VOLUNTARIO POR INDUSTRIA
(Promedio mensual trimestre julio-septiembre 2004)

* Considera los depósitos que son enterados por primera vez en un plan de ahorro previ-
sional voluntario.

CUADRO 16
N ÚMERO DE PERSONAS CON CUENTAS DE AHORRO PREVISIONAL
VOLUNTARIO POR I NDUSTRIA Y GÉNERO
(septiembre 2004)

* Depósitos de APV son las sumas destinadas a los planes de APV ofrecidos por las Institu-
ciones Autorizadas. Cotizaciones Voluntarias son las sumas que los trabajadores afiliados o
no al Sistema de Pensiones, enteren voluntariamente en una AFP.

292
CUADRO 17
E VOLUCIÓN DEL SALDO DE AHORRO PREVISIONAL VOLUNTARIO Y NÚMERO DE CUENTAS
(marzo 2002 - septiembre 2004)

293
LOS SISTEMAS DE PENSIONES
CUADRO 18
COMISIONES QUE LAS ADMINISTRADORAS ESTÁN AUTORIZADAS A COBRAR
NOTA: Las cifras corresponden a las comisiones que efectivamente se cobran en cada país (promedio a nivel de sistema) a junio de 2004. Las “X” indican las comisiones que las AFP están autoriza-
das a cobrar, pero en la actualidad no se cobran o no se dispone de información sobre su valor.

294
LAS PRESTACIONES

(1) Incluye costo del seguro de invalidez y muerte (1,24%)


(2) Sólo lo realiza 1 administradora.
(3) Por el pago de los retiros programados, se puede cobrar un porcentaje mensual sobre el saldo de la cuenta de capitalización individual del beneficiario.
(4) Incluye costo del seguro de invalidez y muerte (1,71%)
(5) Depende de tamaño del fondo: 0,2285 para fondo < US$1.000 M; 0,14 para fondo > US$1.000 M. y < US$1.200 M.; 0,067 para fondo > US$1.200 M. y < US$1.500 M.
(6) Incluye costo del seguro de invalidez y muerte (1,46%) y aporte al Fondo de Garantía de Pensión Mínima (1,50%).
(7) La Comisión se cobra como un porcentaje sobre el aporte realizado. Sólo lo cobra 1 administradora.
(8) Incluye costo del seguro de invalidez y sobrevivencia (0,89%)
(9) Incluye costo del seguro de invalidez y sobrevivencia (1,21%)
(10) En el caso de cuentas individuales inactivas por más de un año, con saldos superiores a 100 salarios mínimos.
(11) En la actualidad ninguna Administradora cobra sus servicios bajo esta modalidad.
(12) Incluye costo del seguro de invalidez y sobrevivencia (0,92%).
(13) Incluye costo del seguro de invalidez y muerte (1,00%); aporte al Fondos de Solidaridad Social (0,4%); y financiamiento de las operaciones de la Superintendencia de Pensiones (0,1%).
(14) Comisiones y primas ponderadas por el monto administrado por cada AFAP, excepto en el caso de la comisión de custodia, que se calcula como un promedio simple.
(15) Incluye costo del seguro de invalidez y muerte (1,00%).
Fuente: Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP).
CAPÍTULO X

LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

I. MARCO CONCEPTUAL

a) Pensiones por vejez: el criterio doctrinario predominante es el conside-


rar que la pensión de vejez se otorga por la circunstancia de haber llega-
do el ser humano a una edad en la que es racional el presumir que su
capacidad de ganancia ha de estar disminuida notoriamente, descartán-
dose por impropia la idea de una “pensión-premio”, ya que no podría ser
ella razón suficiente para dar un aliciente a quien cumplió con una obli-
gación común a la de todos los integrantes de la sociedad.
Por ello, se entiende que ella atiende un estado de necesidad, consi-
derando a la vejez como una verdadera invalidez presumida legalmente
por la senectud o cumplimiento de una determinada edad.
Un punto de discusión lo constituye la circunstancia de si un pensio-
nado por vejez puede continuar realizando trabajos remunerados. Ha pri-
mado el criterio de permitirlo dentro de ciertos parámetros; dicho criterio
lo sustenta el nuevo régimen y lo compartimos. No era tan claro en el
régimen previsional antiguo.
En cuanto a la edad, la mayoría de las legislaciones preceptúa una
entre 60 y 65 años, circunstancia que depende de muchos factores como
para adoptar una norma rígida al respecto.
En el antiguo régimen existían más de 31 fórmulas de cálculo distin-
tas de pensiones por vejez.

b) Pensiones por antigüedad: Este tipo de pensiones ha sido objeto de fuer-


tes críticas, dado que el solo hecho de cumplir un determinado número
de años de servicios no puede constituirse en factor determinante en el
otorgamiento de una pensión. Se ha señalado con justicia que las razo-
nes más bien son de carácter práctico al justificarlas por el aspecto finan-
ciero, pero más profunda nos parece la crítica que se les formula en
cuanto fomentan la pasividad de la fuerza de trabajo activa, al incentivar-
la a un estado de inactividad prematuro.
Por el contrario, más plausible estimamos la circunstancia diversa, esto
es, alentar a quienes más allá de los 30 ó 35 años de servicios y que no

295
LAS PRESTACIONES

han cumplido aún la edad de pensionarse por vejez, a que se mantengan


en actividad y coadyuven al desarrollo social y económico, sin gravitar ne-
gativamente en él.
En Chile, la anarquía a este respecto ha sido completa y el requisito
requerido ha oscilado desde 20 años (Cajas Hípicas y Banco Central) hasta
35 años (Caja EMPART) o que no tenían el sistema de jubilación por años
de servicios, sino por edad (Servicio de Seguro Social).
Según datos conocidos, en el país se usaban 31 sistemas diferentes de
pensión por antigüedad.
Esta materia, al igual que las prestaciones por invalidez y muerte, re-
quiere un tratamiento casi en paralelo entre el antiguo sistema y el nue-
vo, consagrado por el D.L. Nº 3.500.
Con ese fin, se señalan primeramente las bases de dichas prestacio-
nes en el régimen antiguo –las que ya fueron analizadas en detalle al tra-
tar del antiguo régimen, hoy INP–, para luego analizar con mayor detalle
las normas del nuevo sistema.

II. ANTIGUO SISTEMA (INP)

Distinguiremos entre los tres entes gestores más importantes y con ma-
yor volumen de imponentes, manteniendo por uso histórico-práctico sus
siglas habituales, aunque todos se encuentran hoy fusionados en el INP;
se indican a continuación sus principales características.

1. PENSIÓN DE VEJEZ:
a) Servicio de Seguro Social: Es la pensión mensual, permanente y vitalicia
a que tiene derecho el imponente que cumple con los requisitos de edad
y cuenta con un mínimo de 800 semanas de imposiciones, si es hombre,
y 520, si es mujer.
Sus beneficiarios son los imponentes dependientes, independientes y
voluntarios.
Los requisitos que deben cumplir son: los hombres deben tener 65
años de edad cumplidos y 800 semanas de imposiciones como mínimo;
además deben tener una densidad no inferior a 0,5 en el período de afi-
liación, lo que corresponde al 50% de imposiciones efectivas entre la fe-
cha de afiliación y la fecha en que cumple los 65 años de edad, o la fecha
de su última imposición, si ésta es posterior a aquélla. Este requisito no
se exigirá a quienes reúnan 1.040 semanas de imposiciones.
Las mujeres deben tener 60 años de edad cumplidos y 520 semanas
de imposiciones como mínimo.
El monto de la pensión se determina a base de las 60 últimas remune-
raciones imponibles en los últimos cinco años, sin actualización alguna; cabe
hacer notar que no tienen pensión por antigüedad o años de servicios.
El requisito de edad puede rebajarse si el afiliado ha realizado “traba-
jos pesados”; se deduce 1 año por cada 5 de estas labores, con un máximo

296
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

de 5 años de rebaja, siempre que tenga 1.200 semanas de cotizaciones. Se


rebajan dos años por cada 5 cuando dichos trabajos se hayan efectuado en
actividades mineras o fundiciones, con un tope de 10 años deducibles.78
b) Caja EMPART: Es una pensión mensual, permanente y vitalicia a que
tiene derecho el imponente que deja de prestar servicios y cumple con
los requisitos de edad y un mínimo de diez años de imposiciones o de
tiempo computable.
Sus beneficiarios son los imponentes dependientes y voluntarios.
Los requisitos para acceder al beneficio son tener 65 o más años de
edad los hombres y 60 años o más las mujeres. Esta edad se reduce en un

78
A contar del 1º de septiembre del año 2004 (artículo 3º Ley Nº 19.953. D.O. 26.06.2004),
esta ley estableció, además, una serie de beneficios adicionales para los beneficiarios de esta
clase de pensiones, tales como aumentos y bonificaciones, graduados según edad y año de
cumplimiento de la misma; a continuación sólo se transcriben los beneficios básicos.
Montos de Pensiones Mínimas a partir del 1 de diciembre de 2004 (según D.S. 1142. M. de
Hacienda. D.O. 10.02.05.
Mayores de
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 26 Menores de 70, pero me- 75 años de
Ley Nº 15.386 70 años nos de 75 años edad y más
Vejez, invalidez, años de servicios y otras
jubilaciones $ 77.076,54 $ 84.277,26 $ 88.213,76
Viudez sin hijos $ 50.017,65 $ 62.409,54 $ 62.409,54
Viudez con hijos, madres viudas y
padres inválidos $ 41.838,53 $ 53.892,19 $ 53.892,19
Orfandad y otros sobrevivientes $ 11.561,48 $ 11.561,48 $ 11.561,48
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 24 Ley Nº 15.386
Madre de los hijos de filiación no
matrimonial, sin hijos $ 30.010,58 $ 41.590,72 $ 41.590,72
Madre de los hijos de filiación no
matrimonial, con hijos $ 25.103,12 $ 36.480,38 $ 36.480,38
PENSIONES ASISTENCIALES del Art. 27 Ley Nº 15.386
Vejez e invalidez $ 43.252,91 $ 84.277,26 $ 88.213,76
Viudez sin hijos $ 25.008,83 $ 25.008,83 $ 25.008,83
Viudez con hijos $ 20.919,26 $ 20.919,26 $ 20.919,26
Orfandad $ 05.780,74 $ 05.780,74 $ 05.780,74
PENSIONES ESPECIALES del Art. 39 Ley Nº 10.662
Vejez e invalidez $ 24.586,99 $ 59.741,92
Viudez $ 17.008,12 $ 25.772,45
Orfandad $ 03.688,05 $ 03.688,05
PENSIONES ASISTENCIALES del Art. 24 Ley Nº 15.386
(a partir del 1 de enero de 2005)
Monto básico $ 38.572,20 $ 40.238,14 $ 42.195,84
LÍMITE MÁXIMO INICIAL DE PENSIONES
DE CAJAS DE PREVISIÓN - INP $ 0791.578
La pensión asistencial es incompatible con cualquier otro beneficio del INP.

297
LAS PRESTACIONES

año por cada cinco de servicios, con un máximo de cinco años, en el caso
de operador cinematográfico y de trabajadores que se hayan desempeña-
do en horario nocturno. Además tienen la misma reducción quienes ha-
yan desempeñado labores calificadas como trabajos pesados.

BONIFICACIONES
Montos vigentes a contar del 1 de diciembre de 2004 de las Bonificaciones de la Ley
N° 19.403 a las Pensiones Mínimas
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 26 Ley Nº 15.386 Menores de Mayores de
70 años 70 años
Viuda sin hijos $ 8.810,13 $ 8.761,88
Viuda con hijo $ 8.810,13 $ 7.587,18
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 24 Ley Nº 15.386
Madre de los hijos de filiación no matrimonial, sin hijos $ 5.286,09 $ 5.942,64
Madre de los hijos de filiación no matrimonial, con hijos $ 5.286,09 $ 5.237,83
PENSIONES ASISTENCIALES del Art. 27 Ley Nº 15.386
Viuda sin hijos $ 4.405,07 $ 4.405,07
Viuda con hijos $ 4.405,07 $ 4.405,07

Montos vigentes a contar del 1 de diciembre de 2004 de las Bonificaciones de la Ley


N° 19.539 a las Pensiones Mínimas
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 26 Ley Nº 15.386 Menores de Mayores de
70 años 70 años
Viudez sin hijos $ 18.248,78 $ 13.105,83
Viudez con hijos $ 14.866,41 $ 10.156,29
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 24 Ley Nº 15.386
Madre de los hijos de filiación no matrimonial, sin hijos $ 10.949,25 $ 3.032,96
Madre de los hijos de filiación no matrimonial, con hijos $ 8.919,84 $ 1.263,18
PENSIONES ASISTENCIALES del Art. 27 Ley Nº 15.386
Viudez sin hijos $ 9.124,39 $ 12.724,75
Viudez con hijos $ 7.433,21 $ 10.493,50

Montos vigentes a contar del 1 de diciembre de 2004 de las Bonificaciones de la Ley


N° 19.953 a las Pensiones Mínimas
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 26 Ley Nº 15.386 Mayores de 75 años
Viudez sin hijos $ 3.936,51
Viudez con hijos $ 3.346,03
PENSIONES MÍNIMAS del Art. 24 Ley Nº 15.386
Madre de los hijos de filiación no matrimonial, sin hijos $ 2.361,94
Madre de los hijos de filiación no matrimonial, con hijos $ 2.007,62
PENSIONES ASISTENCIALES del Art. 27 Ley Nº 15.386
Viudez sin hijos $ 46.075,11
Viudez con hijos $ 39.163,87

298
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

Deben, además, tener la calidad de imponente de ex EMPART al mo-


mento de cumplir la edad, o que no hayan transcurrido más dos años en-
tre la fecha del cese de servicios y aquella en que se cumplió la edad
requerida.
Igualmente, deben tener diez o más años de imposiciones.
Existe un beneficio especial para la mujer imponente, ya que su pen-
sión se calculará con abono de un año por cada hijo vivo y de dos si es
viuda, siempre que tenga, a lo menos, 20 años efectivamente trabajados.
El monto de la pensión se determina, tanto para la pensión de vejez
como para la de antigüedad, en función de las últimas 60 rentas imponi-
bles, actualizando las 24 primeras. El imponente que tenga 35 años de
cotizaciones tendrá el total del sueldo base; el que registre menos tendrá
el equivalente que resulte de dividir el promedio mencionado por 35.
Ahora bien, para tener derecho a pensión por antigüedad, el impo-
nente debe tener 35 años de servicios reconocidos al 9 de febrero de 1979
y una afiliación mínima de dos años inmediatamente anteriores a la fe-
cha de jubilación o de un año respecto de los mayores de 55 años, ya sea
en la Caja o en uno de sus organismos auxiliares.

c) Caja Nacional de Empleados Públicos: Consiste en una pensión mensual,


permanente y vitalicia a que tiene derecho el imponente que deja de pres-
tar servicios y cumple los requisitos exigibles de edad y un mínimo de diez
años de imposiciones o de tiempo computable.
Son sus beneficiarios todos aquellos imponentes de la ex Caja Nacio-
nal de Empleados Públicos y Periodistas, Sector Empleados Públicos.
Los requisitos para acceder al beneficio son los de tener 65 años de
edad o más los imponentes varones, y 60 años de edad o más las impo-
nentes mujeres, a la fecha de sus respectivas cesaciones de servicios.
Asimismo, deben tener la calidad de imponente de la ex Caja Nacio-
nal de Empleados Públicos, con un mínimo de un año de afiliación efec-
tiva inmediatamente anterior a la fecha de la jubilación; y tener un mínimo
de 10 años de imposiciones.
Existen beneficios adicionales para los funcionarios del ex Servicio
Nacional de Salud y los profesionales funcionarios de la Ley Nº 15.076
que se hayan desempeñado en alguno de los trabajos siguientes:
– Rayos X y radioterapia: Abono de un año por cada cinco de servi-
cios efectivos y continuados en esta actividad.
– Trabajos de guardias nocturnas en servicios de urgencia o materni-
dad: Abono de un año por cada cinco de servicios efectivos en esta ac-
tividad.
La base de cálculo para antigüedad la componen 60 años de edad,
sin distinción de sexo, y 30 años de servicios, salvo el caso de funciona-
rios que a la fecha de dictación del D.L. Nº 2.448 hubieren tenido 22 años
de servicios los varones o 17 las mujeres, quienes podrían pensionarse al
cumplir los restantes requisitos.
El cálculo se fundamenta en el promedio de los sueldos sobre los cua-
les hubieren hecho cotizaciones durante los 36 meses anteriores a la ex-

299
LAS PRESTACIONES

piración de funciones; la pensión será equivalente a una treintava parte


del sueldo así determinado, por cada año de servicios.

2. PENSIÓN POR ANTIGÜEDAD:


a) Caja EMPART: Es la pensión mensual, permanente y vitalicia a que tie-
ne derecho el imponente de la ex Caja de Previsión de Empleados Parti-
culares, que deja de prestar servicios y cumple los requisitos exigibles de
años de afiliación.
Son sus beneficiarios los imponentes dependientes y voluntarios.
Los requisitos que se deben cumplir para acceder al beneficio son los
siguientes:
Si al 9 de febrero de 1979 el imponente tenía 35 años de imposiciones,
puede acogerse al beneficio cuando lo desee. Si no los tuviere, podrá jubi-
lar cuando entere 35 años de imposiciones o de tiempo computable y cum-
pla, además, el requisito de edad de acuerdo a la siguiente tabla,
establecida en el D.L. Nº 2.448, de 1979.

Hombres
Si al 9/02/79 tenía: Para jubilar necesita tener:
33 ó 34 años de imposiciones 55 años de edad
31 ó 32 años de imposiciones 57 años de edad
29 ó 30 años de imposiciones 59 años de edad
27 ó 28 años de imposiciones 62 años de edad
26 o menos años de imposiciones 65 años de edad

b) CANAEMPU: Es la pensión mensual, permanente y vitalicia a que tiene


derecho el imponente que deja de prestar servicios y cumple los requisi-
tos exigibles de años de afiliación.
Sus beneficiarios son todos aquellos imponentes de la ex Caja Nacio-
nal de Empleados Públicos y Periodistas, Sector Empleados Públicos.
Los requisitos para acceder a ella son los de tener a lo menos 22 años
de servicios computables al 9 de febrero de 1979, de acuerdo con una
tabla ad hoc según edad cronológica y años de cotizaciones.
Existen beneficios adicionales para los funcionarios del ex Servicio Na-
cional de Salud y los profesionales funcionarios afectos a la Ley Nº 15.076
que se hayan desempeñado en alguno de los siguientes trabajos:
– Rayos X y radioterapia:
Abono de un año por cada cinco años de servicios efectivos y conti-
nuados en esta actividad.
Trabajos de guardias nocturnas en servicios de urgencia o maternidad:
Abono de un año por cada cinco años de servicios efectivos en esta
actividad.
Esta Caja otorga también la denominada “Jubilación por Expiración Obligada de
Funciones”, que consiste en la pensión a que tienen derecho los trabajadores
de la Administración del Estado, centralizada y descentralizada, del Poder

300
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

Judicial y del Congreso Nacional que teniendo veinte o más años de imposi-
ciones deban abandonar su empleo por término del respectivo período le-
gal, por la supresión del empleo o por renuncia no voluntaria, siempre que
no sea por calificación insuficiente o por medida disciplinaria.
Son sus beneficiarios todos aquellos trabajadores de la Administración
del Estado, centralizada y descentralizada, del Poder Judicial o del Con-
greso Nacional.
Los requisitos para acceder a ella son los siguientes:
– Contar a lo menos con 20 años de imposiciones.
– Haber cesado sus servicios por alguna de las siguientes causales: tér-
mino del respectivo período legal, supresión del empleo dispuesto por la
autoridad competente o por renuncia no voluntaria, siempre que no sea
por calificación insuficiente o por medida disciplinaria.

III. LA TRANSICIÓN HACIA EL NUEVO SISTEMA

En primer término, cabe hacer notar que antes de la vigencia de los cuer-
pos legales de la Reforma Previsional se dictó un importante decreto ley, el
Nº 2.448, de 9 de febrero de 1979, el cual uniformó el sistema de pensiones
previsionales vigente a esa fecha, fijando requisitos comunes, de los cuales
el más destacable fue el igualar en todos los sistemas el requisito de la edad
para jubilar en 65 años para los hombres y 60 para las mujeres.
Asimismo, cabe hacer notar que no trató las pensiones asistenciales y
excluyó, de manera expresa, los regímenes previsionales de la Caja de Pre-
visión de la Defensa Nacional y de Carabineros de Chile.
Por otra parte, estableció un régimen transitorio para quienes no te-
nían cumplidos los requisitos en sus sistemas al 9 de febrero de 1979, pero
que estaban muy próximos a cumplirlos, a fin de no perjudicarlos en sus
legítimas expectativas.
También estableció un régimen automático de reajustabilidad de ca-
rácter permanente y uniforme de todas las pensiones previsionales y asis-
tenciales, derogando además las normas de reliquidación o reajuste de
pensiones calculadas según los sueldos en actividad (“perseguidoras”) y
elevó el límite imponible a 50 sueldos vitales.
El citado decreto ley fijó en 10 años de cotizaciones o tiempo de cali-
ficación necesario para poder pensionarse por edad en todos los regíme-
nes que exigían un número de años inferior, sin alterar aquellos que
requerían más de 10 años con dicho propósito.
Asimismo, fijó en 65 años para los hombres y 60 para las mujeres la
edad mínima para optar al beneficio, en aquellos sistemas que contem-
plaban el requisito de edad para pensionarse por vejez; a su vez, lo exten-
dió a aquellos regímenes que no lo contemplaban, pero en este caso fijó
como edad mínima para pensionarse los 65 años, sin diferenciar entre
hombres y mujeres y exigiéndoles también un período de calificación de
10 años; fuera de la edad y del período de calificación, existen otros re-
quisitos para pensionarse por vejez, según la Caja de que se trate.

301
LAS PRESTACIONES

Cabe consignar asimismo que el sistema contempla el beneficio lla-


mado “Pensión Mínima”, de cargo del Estado.

IV. NUEVO SISTEMA (AFP)

Expresa al efecto el D.L. Nº 3.500 que tendrán derecho a pensión de ve-


jez los afiliados que hayan cumplido 65 años de edad, si son varones, y 60
años de edad, si son mujeres, en amplia consonancia con lo que dispuso
en su oportunidad el D.L. Nº 2.448.
Por ende, este Sistema se basa en el ahorro metódico y sostenido a la
largo de una vida de trabajo; de que esa premisa se vaya cumpliendo depen-
derá fundamentalmente el resultado que pueda obtenerse como pensión.
En dicha línea de pensamiento, y reiterando lo ya dicho, es necesa-
rio recordar que el monto de las pensiones dependerá del ahorro, de las
inversiones que con él se hagan y de la rentabilidad proveniente de ellas.
El Sistema tiene una sola base de financiamiento y –a diferencia del
Sistema antiguo– garantiza el acceso igualitario al goce de la pensión bajo
la sola condición de tener las cotizaciones requeridas al instante del cum-
plimiento de la edad predeterminada legalmente.
Pero no garantiza montos de pensión determinados, sino que éstos
quedan sujetos al ahorro que haya efectuado el trabajador y a la rentabi-
lidad de las inversiones obtenida por la respectiva Administradora sobre
dichos fondos acumulados.
En consecuencia, nos encontramos frente a un régimen de “contri-
buciones definidas” –que son las cotizaciones– pero cuyas prestaciones no
están predeterminadas (monto de las pensiones), ya que éstas depende-
rán del ahorro individual.
Otra diferencia relevante la constituye la circunstancia de que los afi-
liados podrán escoger entre una diversidad de pensiones (4), en tanto
que el sistema antiguo tenía una sola pensión; ello se enmarca dentro de
la idea de libertad y responsabilidad de cada afiliado que el Sistema pro-
picia, por lo que será este mismo quien decidirá qué alternativa de pen-
sión es la que estima que más se ajusta a sus intereses.
A continuación nos ocuparemos de dicha elección.

1. CLASES DE PENSIÓN Y SU ELECCIÓN; EL SCOMP


Para hacer efectiva su pensión el afiliado podrá optar por una de las si-
guientes modalidades:
A) Renta Vitalicia Inmediata;
B) Renta Temporal con Renta Vitalicia Diferida;
C) Retiro Programado, o
D) Renta Vitalicia Inmediata con Retiro Programado.
Para optar por una modalidad de pensión, los afiliados o sus beneficia-
rios, en su caso, deberán previamente recibir la información que entregue
el “Sistema de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión” (SCOMP).

302
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

Los afiliados pueden escoger por sí mismos o bien a través de un re-


presentante especialmente facultado para ello.
Si el afiliado opta por la modalidad de renta vitalicia, podrá aceptar,
alternativamente, cualquier oferta efectuada en el Sistema de Consultas y
Ofertas de Montos de Pensión; una efectuada fuera de él por alguna Com-
pañía de Seguros que hubiera participado en el Sistema, siempre que el
monto de la pensión sea superior al ofertado en dicho Sistema por la mis-
ma Compañía, de acuerdo a lo que establezca la norma de carácter ge-
neral a que se refiere el inciso decimotercero de este artículo; o solicitar
la realización de un remate a través del referido Sistema de Consultas.
Si el afiliado no optare por alguna de las alternativas antes señaladas,
podrá postergar su decisión de pensionarse, a menos que la consulta al
Sistema definido en este artículo se hubiese ocasionado por una solici-
tud de pensión de invalidez cuyo dictamen se encuentre ejecutoriado.
Para que el remate a que se refiere este artículo tenga lugar, los afi-
liados deberán seleccionar el tipo de renta vitalicia, indicando al menos
tres Compañías de Seguros de Vida que podrán participar en él. En todo
caso sólo podrán participar en el remate aquellas compañías que haya in-
dicado el afiliado. A su vez, los afiliados deberán fijar la postura mínima,
que no podrá ser inferior al monto de la mayor de las ofertas efectuadas
en el Sistema de Consultas por dichas compañías.
Finalizado el proceso de remate, se adjudicará al mayor postor. En caso
de igualdad de los montos de las ofertas, se adjudicará el remate a aque-
lla oferta que seleccione el afiliado. En este último caso, si el afiliado no
eligiera, la adjudicación se efectuará a la oferta de la Compañía de Segu-
ros que presente la mejor clasificación de riesgo; a igual clasificación de
riesgo, se estará a lo señalado en la norma de carácter general a que se
refiere el inciso decimotercero de este artículo. Para estos efectos, las Ad-
ministradoras deberán suscribir a nombre de los afiliados o beneficiarios,
los contratos de rentas vitalicias a que haya lugar, en caso de que éstos no
los suscriban por sí mismos.
Con todo, el remate sólo tendrá el carácter de vinculante cuando al
menos dos de las Compañías seleccionadas por el afiliado presenten ofer-
tas de montos de pensión. En caso que sólo una Compañía de Seguros de
Vida presente oferta de montos de pensión, los afiliados podrán optar por
aceptarla, solicitar un nuevo remate, solicitar una oferta externa de acuer-
do, volver a realizar una consulta en el Sistema o desistir de pensionarse.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones y las Compañías de Se-
guros de Vida deberán contar con sistemas electrónicos propios de infor-
mación interconectados entre todas ellas, denominado Sistema de
Consultas y Ofertas de Montos de Pensión, a través del cual deberán:79

79
Con la finalidad de dar cumplimiento a este mandato legal de administrar el Siste-
ma, las citadas entidades, a través de sus entidades gremiales (“Asociación Gremial de AFP”
y “Asociación de Aseguradores de Chile”), constituyeron una sociedad anónima, la que se
encargó de la puesta en marcha del mismo a contar del 14 de agosto del año 2004.

303
LAS PRESTACIONES

a) Recibir y transmitir las solicitudes de montos de pensión requeri-


das por los afiliados, indicando, en su caso, los tipos de renta vitalicia pre-
viamente definidos por aquéllos;
b) Recibir y transmitir las ofertas de rentas vitalicias de las Compañías
de Seguros de Vida y los montos de retiro programado calculados por las
Administradoras.
Las ofertas de rentas vitalicias deberán referirse, a lo menos, a los ti-
pos de renta vitalicia indicados por el afiliado. En caso que éste no hu-
biese manifestado su preferencia, las ofertas deberán referirse, al menos,
a una renta vitalicia inmediata simple, sin perjuicio de una solicitud pos-
terior en que el afiliado indique otro u otros tipos de renta vitalicia.
Las ofertas de rentas vitalicias deberán presentarse en unidades de fo-
mento, con excepción de aquellas con componente variable, el cual po-
drá expresarse en otras unidades o monedas que para estos efectos
autorice la Superintendencia de Valores y Seguros.
La oferta que se efectúe en el Sistema se emitirá explicitando la pen-
sión e indicando el porcentaje de comisión o retribución de referencia,
que se utilizará sólo para los efectos de la cotización a través del Sistema.
En el evento que la comisión o retribución que pague la Compañía
sea inferior a la de referencia antes indicada o bien no exista comisión o
retribución, la pensión será incrementada en la forma que establezca la
norma de carácter general a que se refiere el inciso decimotercero de este
artículo.
Con todo, la pensión que efectivamente se pague no podrá ser infe-
rior a la pensión ofertada en el Sistema por la misma Compañía, en base
a la comisión o retribución de referencia.
Esta comisión o retribución de referencia será fijada por decreto su-
premo conjunto de los Ministerios de Hacienda y de Trabajo y Previsión
Social, y regirá por veinticuatro meses a contar del día primero del mes
siguiente a su publicación en el Diario Oficial. Expirado dicho plazo y
mientras no lo establezca un nuevo decreto supremo, el guarismo que se
encuentre en aplicación mantendrá su vigencia.
Por su parte, bajo la modalidad de retiro programado y renta tempo-
ral se deberán informar al afiliado los montos de pensión, en unidades
de fomento, y sus respectivas comisiones. En el caso del retiro programa-
do, deberá informarse el monto de pensión y comisión mensual para el
primer año, una estimación del monto de la pensión mensual, una esti-
mación del monto de comisión mensual, para cada uno de los años si-
guientes, por el período equivalente a la esperanza de vida del afiliado
más tres años, y el monto promedio de dichas pensiones y comisiones.
La mencionada estimación se efectuará utilizando las tablas de mortali-
dad y tasas de interés vigentes para el cálculo del retiro programado; y
c) Informar al afiliado que realiza la consulta los montos mensuales
de pensión ofrecidos, de acuerdo a lo señalado en la letra b) anterior.
Podrán también participar del Sistema a que alude este artículo, en
las mismas condiciones requeridas a las Administradoras de Fondos de

304
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

Pensiones y a las Compañías de Seguros de Vida, las sociedades filiales


bancarias a que se refiere la letra a) del artículo 70, del Decreto con Fuerza
de Ley N° 3, de 1997, del Ministerio de Hacienda, que efectúen corretaje
de seguros, y los corredores de seguros de rentas vitalicias, previamente
autorizados por la Superintendencia de Valores y Seguros.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones, las Compañías de Se-
guros de Vida y los corredores de seguros de rentas vitalicias que parti-
cipen en el Sistema de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión,
deberán garantizar la prestación ininterrumpida e integrada del servi-
cio que presta dicho Sistema, de forma que permita a cada uno de ellos
recibir y transmitir las consultas y ofertas señaladas en este artículo. Para
la incorporación de los partícipes al Sistema, sólo se podrá exigir una re-
tribución eficiente, no discriminatoria y de acuerdo a la estructura de cos-
tos del servicio.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones, las Compañías de Segu-
ros de Vida y los corredores de seguros que participen en el Sistema de Con-
sultas y Ofertas de Montos de Pensión, serán responsables de la transmisión
íntegra de la información de dicho Sistema. Asimismo, deberán resguardar
la privacidad de la información que manejen de acuerdo a lo dispuesto en
la Ley Nº 19.628, sobre protección de datos de carácter personal, y queda-
rán sujetas a las responsabilidades que en dicha ley se establecen.
El que obtenga beneficio patrimonial ilícito mediante fraude al afi-
liado o a sus beneficiarios o el que haga uso no autorizado de los datos
de éstos, que en virtud de este artículo deban proporcionarse al Sistema
o de aquellos contenidos en el listado a que se refiere el artículo 72 bis,
será sancionado con las penas establecidas en el artículo 467 del Código
Penal, sin perjuicio de las demás sanciones legales o administrativas que
correspondan.
Una norma de carácter general que dictarán conjuntamente las Su-
perintendencias de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Valo-
res y Seguros, regulará las materias relacionadas con el Sistema de
Consultas y Ofertas de Montos de Pensión.
Dicha norma establecerá, a lo menos, la información que deberá trans-
mitirse, los plazos a que deberá sujetarse aquélla, los estándares que los
partícipes deberán cumplir en la interconexión entre ellos, incluidos los
niveles de seguridad concordantes con los principios de transferencia elec-
trónica de datos y la información que deberá proporcionarse al afiliado.
Respecto de los fondos efectivamente traspasados desde la cuenta de
capitalización individual del afiliado, con exclusión de aquellos que eran
susceptibles de ser retirados como excedente de libre disposición, las Com-
pañías de Seguros de Vida sólo podrán pagar, directa o indirectamente,
a los intermediarios o agentes de ventas que intervengan en la comercia-
lización de rentas vitalicias, una comisión o retribución que no podrá ser
superior a aquella tasa máxima fijada como un porcentaje de dichos fon-
dos. Dicho guarismo tendrá una duración de veinticuatro meses a partir
de la vigencia de esta ley. Expirado dicho plazo, este guarismo podrá ser
fijado nuevamente mediante decreto supremo conjunto de los Ministe-

305
LAS PRESTACIONES

rios de Hacienda y de Trabajo y Previsión Social, previo requerimiento


contenido en resolución fundada de las Superintendencias de Adminis-
tradoras de Fondos de Pensiones y de Valores y Seguros. Dicha resolu-
ción considerará antecedentes técnicos relevantes solicitados, entre otras,
a las entidades fiscalizadas. En todo caso, con al menos quince días de
anterioridad a la emisión de la referida resolución, el nuevo guarismo pro-
puesto y sus fundamentos serán de conocimiento público. Cada vez que
se efectúe una modificación a la mencionada comisión, el nuevo guaris-
mo tendrá una vigencia de veinticuatro meses.
Las Compañías de Seguros de Vida no podrán pagar a sus dependien-
tes, a los intermediarios y agentes de venta de renta vitalicia u otras per-
sonas que intervengan en la comercialización de éstas, ninguna otra
remuneración variable, honorarios, bonos, premios o pagos por concep-
to de la intermediación o venta de rentas vitalicias, sean ellos en dinero
o especies que excedan el monto de la comisión por intermediación o
retribución por venta a que se refiere el inciso anterior, como tampoco
financiar los gastos en que deban incurrir para su cometido.
Se exceptúan de esta disposición las remuneraciones fijas y permanen-
tes y otros beneficios laborales de carácter general, permanente, unifor-
me y universal, que emanen de un contrato de trabajo como dependiente
con la respectiva Compañía.

2. LAS ALTERNATIVAS DE PENSIÓN


A continuación, examinaremos cada una de las alternativas de pensión:
A) Renta Vitalicia Inmediata: Por esta modalidad, el afiliado adquiere, con
los ahorros de su cuenta individual, una Renta Vitalicia en una Compa-
ñía de Seguros de Vida, la que se obliga a pagarle una renta mensual hasta
su fallecimiento y a pagar las pensiones de sobrevivencia a sus beneficia-
rios. Este contrato es irrevocable y su monto se expresará en unidades de
fomento u otro sistema de reajustabilidad que fije la Superintendencia.
No puede optarse por este sistema si la renta vitalicia mensual a con-
venir fuere inferior a la pensión mínima de vejez vigente a la fecha del
contrato.
El contrato de seguro de renta vitalicia se perfecciona mediante la
aceptación por escrito del afiliado de la respectiva oferta de la Compañía
de Seguros de Vida de su elección o la adjudicación en remate; una vez
que la AFP recibe la póliza, procede a traspasar a la Compañía los fondos
de la Cuenta Individual del afiliado que sean necesarios para pagar la pri-
ma correspondiente.
Los afiliados que contraten una renta igual o mayor al 150% de la
pensión mínima de vejez y al 70% del promedio de las remuneraciones
percibidas y rentas declaradas, una vez pagada la prima a la Compañía
de Seguros, podrán disponer libremente del excedente que quedare en
su cuenta de capitalización individual, sin perjuicio de su derecho a dis-
poner de dicho remanente para incrementar el monto de la pensión que
estuvieren percibiendo.

306
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

Debe tenerse presente que mediante modificación introducida por el


artículo 9º de la Ley Nº 19.398 (D.O. 4.8.95), los pensionados que hubie-
ren retirado excedentes de libre disposición verán reducida su garantía es-
tatal en el mismo porcentaje equivalente al porcentaje de pensión que
hubieran podido financiar en caso de no haber efectuado dicho retiro.
B) Retiro Programado: Por él el afiliado obtiene su pensión con cargo al
saldo que mantiene en su cuenta de capitalización individual, como re-
sultado de retirar anualmente la cantidad expresada en unidades de fo-
mento que resulte de dividir cada año el saldo efectivo de su cuenta de
capitalización individual por el capital necesario para pagar una unidad
de pensión al afiliado, y fallecido éste, a sus beneficiarios. La aludida anua-
lidad se pagará en 12 mensualidades.
El afiliado puede optar por efectuar retiros inferiores, como también
ajustarlos al monto de pensión mínima de vejez. La ley entiende por sal-
do mínimo el capital necesario para pagar una pensión anual equivalen-
te al 70% del promedio de las remuneraciones y rentas imponibles
declaradas por el afiliado, o al 70% del ingreso base, cuando se trate de
afiliados declarados inválidos.
En todo caso, el saldo mínimo debe ser mayor o igual al capital nece-
sario para pagar al afiliado el equivalente al 150% de una pensión míni-
ma de vejez garantizada por el Estado.
C) Renta Vitalicia Inmediata con Retiro Programado: Es aquella modalidad
de pensión por la cual el afiliado contrata con una Compañía de Seguros
de Vida una Renta Vitalicia Inmediata con una parte del saldo de la cuenta
de capitalización individual, acogiéndose con la parte restante a la moda-
lidad de Retiro Programado.
En este caso, la pensión corresponderá a la suma de los montos per-
cibidos por cada una de las modalidades.
Cabe tener presente que sólo podrán optar por esta modalidad aque-
llos afiliados que puedan obtener una renta vitalicia inmediata que sea
igual o mayor que la pensión mínima de vejez garantizada por el Estado
a que se refiere el artículo 73 del D.L. Nº 3.500.
Bajo esta modalidad de pensión tendrán derecho a retirar excedente
de libre disposición los afiliados que obtengan una pensión mayor o igual
al ciento cincuenta por ciento de la pensión mínima de vejez garantizada
por Estado y al setenta por ciento del promedio de las remuneraciones
percibidas y rentas declaradas, calculado según lo establecido en el artículo
siguiente. Tratándose de afiliados declarados inválidos, se considerará el
setenta por ciento del ingreso base.
Los afiliados que seleccionen la modalidad de pensión definida en
este artículo, y que contraten una Renta Vitalicia Inmediata constante que
cumpla con los requisitos señalados en el inciso anterior, podrán optar
por cualquiera de los Fondos de la Administradora, con aquella parte del
saldo con la que se acogen a la modalidad de Retiro Programado.
El afiliado podrá solicitar a su Administradora una disminución del
monto a que tiene derecho a percibir bajo la modalidad de Retiro Pro-

307
LAS PRESTACIONES

gramado. Asimismo, podrá solicitar que el monto percibido por Retiro


Programado se ajuste de modo tal que la suma de éste y aquel percibido
por Renta Vitalicia se iguale al valor de la pensión mínima garantizada.
Cuando el afiliado haya seleccionado la modalidad de Renta Vitalicia
Inmediata con Retiro Programado, la Compañía de Seguros obligada al
pago del aporte adicional estará comprometida a suscribir el contrato y a
pagar una renta vitalicia no inferior al producto entre la proporción del
saldo de la cuenta de capitalización individual del trabajador que éste de-
cida traspasar a la referida Compañía y el ciento por ciento de las pensio-
nes de referencia. Para este efecto, se considerará aquella parte del saldo
de la cuenta de capitalización individual señalado en el inciso octavo del
artículo 62 del D.L. Nº 3.500.
El promedio de las remuneraciones a considerar para disponer del ex-
cedente de libre disposición será el que resulte de dividir la suma de todas
las remuneraciones imponibles percibidas y de las rentas declaradas en los
últimos diez años anteriores al mes en que se acogió a pensión de vejez,
por ciento veinte, siempre que el número de meses en que no hubiere co-
tizaciones efectivamente enteradas fuera menor o igual a dieciséis.
En caso contrario, dicha suma se dividirá por ciento veinte menos el
número de meses sin cotizaciones efectivamente enteradas que excedan
los dieciséis. Si durante dichos años el afiliado hubiera percibido pensio-
nes de invalidez otorgadas conforme a un primer dictamen, se aplicará
lo dispuesto en el inciso 5º, del artículo 57, sin considerar el límite en él
referido.
Las remuneraciones imponibles percibidas y rentas declaradas deberán
estar debidamente actualizadas. Para estos efectos, la Superintendencia de
Administradoras de Fondos de Pensiones deberá publicar mensualmente
los factores de actualización correspondientes, los que se sujetarán a las
variaciones experimentadas por el Índice de Precios al Consumidor del
Instituto Nacional de Estadísticas entre el último día del mes en que fue-
ron percibidas las remuneraciones o declaradas las rentas y el último día
del mes anterior a la fecha a la cual se están actualizando.
D) Renta Temporal con Renta Vitalicia Diferida: Esta modalidad fue introdu-
cida por medio del artículo 1º, Nº 27, de la Ley Nº 18.464, de 29 de agos-
to de 1987.
Mediante ella, el afiliado contrata con una Compañía de Seguros de
Vida el pago de una renta mensual a contar de una fecha futura, deter-
minada en el contrato, reteniendo en su cuenta de capitalización indivi-
dual fondos suficientes para obtener de la AFP una renta temporal durante
el período comprendido entre la fecha en que se ejerce la opción por
esta modalidad y la fecha en que la Compañía de Seguros comience a
pagarle la renta vitalicia acordada, la cual no puede ser inferior al 50%
del primer pago mensual de la renta temporal ni tampoco superior al
100% del aludido primer pago.
Se puede anticipar el pago de la renta vitalicia ya sea disminuyendo el
monto de la renta asegurada, o pagando una prima adicional con cargo al

308
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

saldo que mantuviere el afiliado en su cuenta de capitalización individual


o voluntaria, o bien mediante una combinación de las anteriores.
La renta temporal consiste, a su vez, en un retiro convenido entre el
afiliado y la AFP con cargo a los fondos de su cuenta de capitalización in-
dividual una vez contratada la renta vitalicia; deberá expresarse en una
cantidad anual manifestada en unidades de fomento y se pagará en 12
mensualidades.
El afiliado que hubiere contratado una renta vitalicia diferida mayor
o igual al 150% de la pensión mínima de vejez e igual al 70% del prome-
dio de sus remuneraciones percibidas y rentas declaradas, y mientras su
renta temporal fuere igual o mayor que la renta vitalicia, podrá optar por
disponer libremente del excedente de su cuenta de capitalización indivi-
dual por sobre los fondos necesarios para financiar la renta temporal.

3. LA PENSIÓN ANTICIPADA DE VEJEZ


El artículo 68 señala que los afiliados pueden pensionarse anticipadamente
siempre que sus fondos previsionales les permitan financiar una pensión
igual o superior al 70% del promedio que resulta de dividir por 120 las
rentas declaradas en los últimos 10 años anteriores al mes en que se aco-
jan a pensión, debidamente actualizadas, y que dicha pensión sea igual o
superior al 150% de la pensión mínima vigente a la fecha en que se acoja
al beneficio.
Con tal finalidad, los afiliados que tuvieren derecho al Bono de Re-
conocimiento y a su complemento, si correspondiere, y pudieren finan-
ciar con el saldo de su cuenta de capitalización individual la pensión hasta
que cumplan la edad en que puedan hacer exigible dicho Bono (usual-
mente 65 y 60 años), podrán ceder sus derechos sobre esos documentos
a la Compañía de Seguros, si hubieren optado por las modalidades de
renta vitalicia inmediata o renta vitalicia diferida.
En todo caso, cabe señalar que no existirá garantía estatal para pen-
sión mínima en este caso, hasta que el afiliado cumpla 60 ó 65 años.
Debe tenerse presente que mediante modificación introducida por
el artículo 9º de la Ley Nº 19.398 (D.O. 4.8.95), el monto de la garantía
estatal para las personas acogidas a pensión de vejez anticipada estará afec-
to a una deducción equivalente al porcentaje de pensión que estas perso-
nas hubieren podido financiarse con el capital utilizado para pagar las
pensiones percibidas hasta el cumplimiento de las edades establecidas le-
galmente para acogerse a pensión (60 ó 65 años).
De igual manera, debe señalarse que mediante la Ley Nº 19.404 (D.O.
21.8.95) se generó para los afiliados al sistema de AFP una nueva posibili-
dad de acceder a una jubilación anticipada, mediante la acreditación de
haber desempeñado trabajos pesados, procediendo una rebaja de la edad
legal de 2 años por cada 5 que se acrediten como tales, con un máximo
de diez años y siempre que al acogerse a pensión tengan un total de 20
años de cotizaciones computables en cualquiera de los sistemas previsio-
nales (antiguo o nuevo); esta rebaja será de 1 año por cada 5 en caso de

309
LAS PRESTACIONES

que se haya cotizado la mitad de la cotización que ordena la ley (4%, del
cual el 2% es de cargo del trabajador y el 2% de cargo del empleador),
por haberlo dispuesto así la Comisión Ergonómica Nacional, en razón del
menor desgaste relativo de la labor desarrollada.
Dicha Comisión es la encargada de determinar las labores que, por
su naturaleza y condiciones en que se desarrollan, revisten el carácter de
trabajos pesados; con dicha finalidad la Comisión deberá consignar una
lista de los trabajos calificados como pesados, considerando su carga físi-
ca, ambiental, organizacional y mental.
La Comisión Ergonómica la compondrán un médico cirujano espe-
cialista en medicina ocupacional, quien la presidirá, un médico cirujano
especialista en traumatología y ortopedia, un ingeniero civil experto en
prevención de riesgos profesionales, un ingeniero civil experto en higie-
ne industrial, un profesional universitario experto en ergonometría, un
trabajador designado por la central sindical más representativa del país y
un empresario designado por la organización empresarial más represen-
tativa del país.
La Comisión actuará de oficio o bien a petición del trabajador inte-
resado, del empleador, del sindicato, o del delegado del personal; en con-
tra de sus resoluciones, los interesados podrán apelar ante una comisión
autónoma, denominada Comisión de Apelaciones; ésta está integrada por
3 miembros, los que deberán tener alguna de las profesiones y especiali-
dades para ser integrantes de la Comisión Ergonómica.

4. LA PENSIÓN MÍNIMA DE VEJEZ


El artículo 73 especifica que el Estado garantiza la pensión mínima de
vejez, la cual será equivalente al monto general que rija por el antiguo
régimen de previsión establecido en el artículo 26 de la Ley Nº 15.386,
registrándose en la misma forma y oportunidad que dicha pensión.
Esta garantía estatal operará, respecto de los pensionados, vía renta
temporal y retiro programado, una vez agotados los recursos de cuentas
individuales de capitalización; y en el caso del pensionado con renta vita-
licia, cuando ella llegue a ser inferior a la pensión mínima.
Para tener derecho a la aludida pensión mínima el afiliado hombre
debe tener 65 años de edad y la mujer 60, debiendo además registrar a
lo menos 20 años de cotizaciones o servicios computables en cualquier
sistema previsional; con dicha finalidad se abonarán los períodos en que
el afiliado hubiere gozado de subsidio de cesantía, computándolos por
años completos, y no podrán exceder, en su conjunto, de 3 años.
Los pensionados que hubieren retirado excedentes de libre disposición
tendrán también derecho a garantía estatal, no obstante que el monto de
la misma estará afecto a una deducción equivalente al porcentaje de pen-
sión que hubiera podido financiarse en caso de no haber efectuado el men-
cionado retiro. Igual deducción afectará a las pensiones de sobrevivencia
de aquellos beneficiarios que hubieren retirado, por concepto de heren-
cia, fondos de la cuenta de capitalización individual del afiliado fallecido.

310
LAS PENSIONES POR VEJEZ Y ANTIGÜEDAD

Asimismo, el monto de la garantía estatal para las personas acogidas


a pensión de vejez anticipada estará afecto a una deducción equivalente
al porcentaje de pensión que estas personas hubieran podido financiarse
con el capital utilizado para pagar las pensiones percibidas hasta el cum-
plimiento de las edades legales mínimas.
Los veinte años de cotizaciones necesarios para gozar de la pensión
mínima se completarán abonando los períodos en que el afiliado hubie-
re gozado de subsidio de cesantía, los que se acumularán, y no podrán
exceder, en conjunto, de tres años. Asimismo, se abonarán a dichos años
de cotizaciones los períodos en que el afiliado hubiere percibido pensión
de invalidez originada por un primer dictamen habiendo posteriormen-
te cesado la invalidez.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1) El personal traspasado del Ministerio de Educación a una municipali-


dad, no obstante, debe regirse por las normas laborales de remuneracio-
nes y de previsión aplicables al sector privado, según el artículo 4º del
D.F.L. Nº 1-3.063 de 1980, y los que conservaron su aceptación a la Caja
Nacional de Empleados Públicos y Periodistas deben, según el artículo 2º
transitorio de la Ley Nº 18.196, reajustar su renta imponible cada vez que
se produzca un reajuste de renta en el sector público.
Dictamen de la Contraloría General de la República Nº 483, de 11 de
enero de 1988.

2) No es necesario que se haya producido la cesación de servicios de quien


desee acogerse a jubilación, y la solicitud puede presentarla a la ex Caja
de Empleados Particulares hasta con un año de anticipación a la fecha
en que el interesado cumpla con los requisitos para ello.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.175, de
11 de febrero de 1988.

3) De acuerdo con el artículo 21 de la Ley Nº 15.386, los imponentes del


antiguo sistema previsional pueden iniciar su expediente de jubilación
hasta con un año de anticipación a la fecha en que cumplan los requisi-
tos. En el nuevo sistema pueden pensionarse antes de cumplir 65 ó 60
años –si son hombres o mujeres– siempre que los beneficios que obten-
gan –renta vitalicia inmediata, renta temporal con renta vitalicia diferida
o retiro programado– no sean inferiores al 50% del promedio de cotiza-
ciones de los últimos 10 años ni inferiores al 110% de la pensión mínima
señalada en el artículo 26 de la Ley Nº 15.386.
Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.109, de 3 de octubre de
1988.

4) Las pensiones de vejez, invalidez o sobrevivencia son inembargables,


sin perjuicio de poder embargar o retener el 50% de éstas, para efectos

311
LAS PRESTACIONES

de pagar deudas provenientes de pensiones alimenticias ordenadas a re-


tener por sentencia del tribunal competente. Solicitado el giro de un ex-
cedente de libre disposición y emitido el cheque correspondiente, pasa a
ser embargable.
Artículo 445 CPC y Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-85, 01.04.

5) La norma del artículo 57 del Código, en cuanto a que las deduccio-


nes de la remuneración no excedan del 15% de ella, no afecta al descuen-
to solicitado por el trabajador para depositarlo en la cuenta de ahorro
voluntario creada por la Ley Nº 18.646, jurisprudencia ya establecida por
dictamen Nº 2.956, de 6 de mayo de 1988, de la Superintendencia de Ad-
ministradoras de Fondos de Pensiones.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 7.478/124, de 28 de septiem-
bre de 1989.

6) Derecho a pensión de vejez: El D.L. Nº 3.500 consagra el derecho a


una pensión de vejez anticipada, esto es, a que una persona sin haber cum-
plido los requisitos de edad establecidos por la ley (hombres 65 años y
mujeres 60 años) pueda acceder a una pensión de vejez anticipada, con-
tando con los fondos suficientes en su cuenta de capitalización individual.
Adicionalmente si un pensionado en estas condiciones que ha conti-
nuado trabajando en forma dependiente, al sufrir un accidente del tra-
bajo, puede percibir simultáneamente una pensión de invalidez de la Ley
Nº 16.744, siempre y cuando, en virtud del nuevo trabajo, la persona se
haga acreedora a una pensión de invalidez, la que cesa al cumplir los 65
años de edad.
Superintendencia de AFP. Dictamen Nº 7703, de 8 de julio de 1993.

7) Igualdad de trato previsional: La legislación que regula el nuevo siste-


ma de pensiones en Chile no establece restricciones de este tipo ni a los
extranjeros ni a los chilenos nacionalizados en otro país, en la medida en
que cumplan los requisitos establecidos en la ley, esto es, básicamente, estar
afiliados al sistema y cumplir con las cotizaciones.
Superintendencia de AFP. Dictamen Nº J/12052, de 29 de octubre de
1993.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia en recurso de protección


Nº 11.824, de 18 de enero de 1988, causa Gallardo Vera, José. Resulta im-
procedente suspender el pago de una pensión de invalidez absoluta per-
manente otorgada por la Caja de Previsión de la Marina Mercante
Nacional, por aplicación del artículo 19 de la Ley Nº 10.662, que se refie-
re únicamente a las pensiones provisorias.

312
CAPÍTULO XI

LAS PENSIONES POR INVALIDEZ

I. MARCO CONCEPTUAL

Se ha impuesto en el mundo el concepto de invalidez profesional para


oponerla al de invalidez o fase de detrimento físico, y se entiende por ella
la pérdida de capacidad que sufre el trabajador para ejercer su oficio o
profesión habitual.
Su evaluación requiere el analizar cuidadosamente los antecedentes
de todo tipo del trabajador afectado (edad y sus ocupaciones anteriores,
aptitudes, educación, formación, perfil psicosociológico, etc.), en vincu-
lación con sus posibilidades ciertas y reales de obtener una remuneración
que tenga el carácter de suficiente para atender sus necesidades o las de
su grupo familiar.
La invalidez, habitualmente, según la gravedad que involucra, se la
clasifica en gran invalidez (la persona requiere el apoyo de otras perso-
nas para poder llevar a cabo los actos más elementales), invalidez total
(pérdida de capacidad de ganancia en un grado alto, usualmente supe-
rior a los 2/3) e invalidez parcial (pérdida de capacidad de ganancia su-
perior a 1/3 e inferior a los 2/3).
En el régimen anterior de previsión existió también en este aspecto una
gran diversidad de criterios para definir las situaciones, dándose lugar a
enormes diferencias de una Caja a otra para solucionar el problema.

II. RÉGIMEN LEGAL

1. ANTIGUO SISTEMA (INP). Como es habitual, y ante la gran profusión de


subsistemas, analizaremos el tema en los tres entes gestores principales.
A) Servicio de Seguro Social: Es la pensión mensual a que tiene dere-
cho el imponente que se incapacita física o mentalmente para el desem-
peño de su empleo.
Son beneficiarios de ella los imponentes dependientes, independien-
tes y voluntarios.

313
LAS PRESTACIONES

Los requisitos que deben cumplir para ser declarado inválido parcial
o absoluto deben ser acreditados ante la Comisión de Medicina Preventi-
va e Invalidez (COMPIN) respectiva; su invalidez no debe conceder dere-
cho a pensión por accidente del trabajo o enfermedad profesional.
Además, deben ser menores de 65 años de edad los hombres y de 60 años
de edad las mujeres al declararse la invalidez, y tener a lo menos 50 se-
manas de imposiciones.
Asimismo, deben tener una densidad de imposiciones no inferior a
0,5 en el período de afiliación, o sea, la mitad del tiempo en semanas de
imposiciones desde la fecha de inscripción como asegurado, hasta la fe-
cha de declaración de la invalidez. Esta densidad 0,5 no se exige a las mu-
jeres.
También deben tener una densidad de imposiciones de 0,4 en el pe-
ríodo que sirve para determinar el salario base mensual.
En ambos casos, si se reúnen 401 semanas de imposiciones se podrá
obtener pensión de invalidez sin exigencias de densidad.
Un trabajador imponente de este ente gestor para pensionarse por
invalidez debe cumplir los siguientes requisitos:
a) Ser declarado inválido absoluto o parcial por los Servicios de Salud;
b) Que la invalidez no le otorgue derecho a pensión de conformidad
a la Ley Nº 16.744 (Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales);
c) Tener 50 semanas de cotizaciones;
d) Los varones tener, además, una densidad de cotizaciones de 0,5
(densidad es el cuociente entre el número de semanas con cotizaciones y
el número de semanas efectivas del mismo período);
e) Tener 40% de cotizaciones dentro de los últimos años calendario
anteriores a la solicitud del beneficio (104 semanas);
f) Edad menor de 65 años los hombres y 60 las mujeres.
B) Caja EMPART: Consiste en un beneficio que se otorga al imponen-
te que presenta un estado de incapacidad física o mental, de carácter tem-
poral o definitivo, que lo inhabilite para el trabajo.
Sus beneficiarios son los imponentes dependientes y voluntarios.
Los requisitos para acceder a ella consisten en que la Comisión de
Medicina Preventiva y de Invalidez (COMPIN) respectiva, declare la invali-
dez temporal o definitiva, por pérdida de, al menos, las dos terceras par-
tes de la capacidad de trabajo. Deben, asimismo, reunir como mínimo
tres años de imposiciones continuas o discontinuas; que no hayan trans-
currido más de dos años desde la fecha en que cesaron en sus servicios y
aquella en que fue declarada la invalidez por la Comisión de Medicina
Preventiva e Invalidez (COMPIN) correspondiente.
Existe un beneficio especial para la mujer imponente: su pensión se
le calculará con aumento de un año por cada hijo vivo y de dos si es viu-
da, siempre que tenga, a lo menos, 20 años efectivamente trabajados.
C) Caja Nacional de Empleados Públicos: En el caso de los afiliados al
INP en vinculación a esta entidad previsional, debemos distinguir dos ti-
pos de pensión por invalidez, a saber:

314
LAS PENSIONES POR INVALIDEZ

C.1. Jubilación por Invalidez Común (Art. 116 del D.F.L Nº 338, de
1960, de Hacienda): Consiste en una pensión mensual, permanente y vi-
talicia, a que tiene derecho el imponente que se incapacite física o men-
talmente para el desempeño de su empleo.
Son sus beneficiarios todos aquellos imponentes de la ex Caja Nacio-
nal de Empleados Públicos y Periodistas, Sector Empleados Públicos.
Los requisitos para acceder a ella son los de tener a lo menos 10 años
de imposiciones; haber sido declarado incapacitado física o mentalmen-
te para el desempeño del empleo por la Comisión de Medicina Preventi-
va e Invalidez (COMPIN) respectiva; y tener declarado vacante el cargo por
haber hecho uso de todos los permisos que concede la Ley de Medicina
Preventiva.
C.2. Jubilación por Invalidez para imponentes afectados de cáncer,
tuberculosis, enfermedades cardiovasculares o de la vista (Artículo 128 del
D.F.L. Nº 338, de 1960, de Hacienda): Consiste en una pensión mensual,
permanente y vitalicia, a que tiene derecho el imponente que se incapa-
cite para el desempeño de su empleo por cáncer, tuberculosis, enferme-
dades cardiovasculares o de la vista.
No comprende las incapacidades producidas a consecuencia de en-
fermedades mentales u otras diferentes a las señaladas.
Sus beneficiarios son todos aquellos imponentes de la ex Caja Nacio-
nal de Empleados Públicos y Periodistas, Sector Empleados Públicos, que
hayan sido declarados irrecuperables por la Comisión de Medicina Pre-
ventiva e Invalidez, por padecer alguna de las enfermedades anteriormente
indicadas.
Los requisitos que deben cumplirse para acceder al beneficio son los
de suscribir una declaración de irrecuperabilidad por la COMPIN; tener más
de cinco años de servicios computables; haber dado término a todos los
permisos que otorga la Ley de Medicina Preventiva; estar regido en mate-
ria de jubilación por las disposiciones contenidas en el D.F.L. Nº 338, de
1960, ex-Estatuto Administrativo, al 23 de septiembre de 1989; y no haber-
se desvinculado del empleo con posterioridad a dicha fecha o que una dis-
posición legal expresa le haya hecho aplicable el artículo 128 de esa norma.
En general, los que se invaliden absolutamente se pensionarán con
un monto equivalente a tantos treintavos de sueldo como años de servi-
cios tengan.
Cuando dicha invalidez obedece a declaraciones de irrecuperabilidad
derivadas de cáncer, enfermedades a la vista o cardiovasculares, se aumenta
la pensión en porcentajes del 40% al 100% en directa relación con los
años de servicios; en el caso de ceguera absoluta, se da lugar a pensión
completa, siempre que tengan más de 20 años de servicios.

2. NUEVO SISTEMA (AFP). Tendrán derecho a pensión de invalidez los afi-


liados no pensionados por esta ley que, sin cumplir los requisitos de edad
para obtener pensión de vejez, y a consecuencia de enfermedad o debili-
tamiento de sus fuerzas físicas o intelectuales, sufran un menoscabo per-
manente de su capacidad de trabajo, de acuerdo a lo siguiente:

315
LAS PRESTACIONES

a) Pensión de invalidez total para afiliados con una pérdida de su ca-


pacidad de trabajo de, al menos, dos tercios, y
b) Pensión de invalidez parcial para afiliados con una pérdida de su
capacidad de trabajo igual o superior a cincuenta por ciento e inferior a
dos tercios.
Las Comisiones Médicas deberán, frente a una solicitud de pensión
de invalidez del afiliado, verificar el cumplimiento de los requisitos esta-
blecidos en el inciso anterior y emitir un primer dictamen de invalidez
que otorgará el derecho a pensión de invalidez total o parcial a contar
de la fecha en que se declare la incapacidad, o lo negará, según corres-
ponda.
Transcurridos tres años desde la fecha a partir de la cual fue emitido
el primer dictamen de invalidez que originó el derecho a pensión, las Co-
misiones Médicas, a través de las Administradoras, deberán citar al afilia-
do inválido y emitir un segundo dictamen que ratifique o modifique el
derecho a pensión de invalidez, total o parcial, o lo deje sin efecto, se-
gún el cumplimiento de los requisitos establecidos en el primer inciso de
este artículo. En caso que el afiliado inválido cumpliere la edad legal para
pensionarse por vejez dentro del plazo de tres años, podrá solicitar a la
Comisión Médica respectiva, por intermedio de la Administradora a que
estuviera afiliado, que emita el segundo dictamen al cumplimiento de la
edad legal.
La citación deberá realizarse por escrito conjuntamente con el pago
de las tres pensiones anteriores al vencimiento del período a que se re-
fiere el inciso anterior. Si el afiliado no se presentare dentro del plazo de
tres meses contados desde la fecha en que fue citado, se suspenderá el
pago de su pensión. Si no se presentare dentro del plazo de seis meses
contados en igual forma, se entenderá que ha cesado la invalidez.
Sin perjuicio de lo anterior, los afiliados declarados inválidos parcia-
les que no se hayan acogido a pensión de vejez y que no cumplan con los
requisitos de edad para pensionarse por dicha causa, tendrán derecho a
pensión de invalidez total, siempre que cumplan con la letra a) antes se-
ñalada (art. 4º).
La invalidez debe ser declarada por Comisiones Regionales integra-
das por tres médicos cirujanos designados por la Superintendencia de AFP;
las Compañías de Seguros pueden designar médicos cirujanos observa-
dores.
Las resoluciones correspondientes son reclamables ante la Comisión
Médica Central de la Superintendencia; puede hacerlo el trabajador afi-
liado, la AFP respectiva y la Compañía de Seguros afectada.
El reclamo debe interponerse por escrito dentro de 15 días hábiles
contados desde la fecha de notificación del dictamen, ante la Comisión
Regional que lo emitió, la Comisión Central puede disponer que se prac-
tiquen nuevos exámenes, los que se deben llevar a cabo en un plazo no
superior a 60 días.
La Comisión Central dispone de un plazo de 10 días hábiles de reci-
bido el reclamo a los nuevos exámenes, para pronunciarse.

316
LAS PENSIONES POR INVALIDEZ

Si en definitiva se deja a firme la declaración de invalidez, el afiliado


debe completar sus trámites en la AFP para recibir la pensión (art. 11).
2.1. FINANCIAMIENTO. La pensión se financia por medio del saldo de
la cuenta individual, constituido por:
– El capital acumulado;
– El Bono de Reconocimiento y su complemento, cuando procediere;
– El aporte adicional para contratar el seguro respectivo;
– El traspaso que el afiliado realice desde su cuenta de ahorro volun-
tario, en caso que desee mejorar el monto de su pensión, y
– La garantía estatal, cuando la pensión devengada fuere o llegare a
ser inferior a la mínima.
El aporte adicional es la diferencia que resulte entre el capital nece-
sario para financiar las pensiones de referencia y la suma del capital acu-
mulado por el afiliado y el Bono de Reconocimiento y su complemento,
si corresponde, a la fecha en que ocurra la invalidez. El aporte adicional
así determinado se expresará en Unidades de Fomento.
La pensión equivale al 70% del ingreso base, el que, a su vez, corres-
ponde al monto que resulta de dividir por 120 la suma de las rentas de-
claradas en los 10 años anteriores a la declaración de incapacidad o
fallecimiento, debidamente actualizado; esto constituye la “pensión de re-
ferencia” para el caso de los trabajadores que se encuentren prestando
servicios y de los independientes. El cálculo es de un 50% para aquellos
trabajadores dependientes que hayan dejado de prestar servicios o se en-
cuentren suspendidos.
A su vez, por “capital necesario” para pagar la pensión se entiende el
valor actual esperado de: a) todas las pensiones de referencia que genere
el afiliado causante para él y su grupo familiar, a contar de la declaración
de invalidez y hasta la extinción del derecho a pensión del afiliado y su gru-
po; y b) la cuota mortuoria. Su determinación se efectúa mediante bases
técnicas de la Superintendencia y utilizando las tablas de mortalidad y ex-
pectativas de vida del INE y las tasas de interés que fije el Banco Central.
2.2. COBERTURA. El trabajador afiliado se encuentra cubierto por el
seguro de invalidez y sobrevivencia cuando tiene contrato vigente y coti-
za, o cuando estando cesante ha cotizado el mes anterior o cuando es-
tando cesante o suspendido su contrato, la declaración de invalidez se
produce dentro del plazo de 12 meses contado desde el último día del
mes en que haya dejado de prestar servicios. Además, debe registrar como
mínimo 6 meses de cotizaciones en el año anterior al último día en que
haya dejado de prestar servicios.
El trabajador independiente tiene cobertura cuando registra cotiza-
ción en el mes anterior a la declaratoria (arts. 52 y ss.).
2.3. MONTO DE LA PENSIÓN:
a) Si tiene cobertura del seguro: De acuerdo al saldo de su cuenta de ca-
pitalización, incluyendo en ella aporte de la Compañía de Seguros en que
la AFP contrató el seguro.

317
LAS PRESTACIONES

Hecho efectivo el aporte, el afiliado puede optar, como en el caso de


la pensión de vejez, por los ya conocidos sistemas de renta vitalicia inme-
diata, renta temporal con renta vitalicia diferida o retiro programado.
Si el afiliado opta por la renta vitalicia con la misma Compañía de
Seguros obligada, dicha renta no puede ser inferior al 70% de su ingreso
base; si dentro de 90 días no se pronuncia, se presume su voluntad en
dicho sentido.
b) Si no tenía cobertura del seguro: En este caso no opera el aporte de la
Compañía de Seguros y se comporta como una pensión de vejez.
2.4. DURACIÓN. La pensión es vitalicia cuando tiene seguro, salvo la
que opera vía retiro programado; agotada la cuenta, opera la garantía es-
tatal, y tiene derecho a la pensión mínima, si cumple los requisitos. Si no
tiene derecho, cabe la pensión.
2.5. PENSIÓN MÍNIMA. Para tener derecho a ella el afiliado debe cum-
plir los siguientes requisitos:
a) Ser declarado inválido por la Comisión Médica respectiva;
b) No tener derecho a pensión mínima de vejez;
c) Registrar dos años de cotizaciones en cualquier sistema previsio-
nal, durante los últimos 5 años anteriores al momento en que es declara-
da la invalidez, o estar cotizando al momento en que ésta es declarada en
caso de que ella ocurra a consecuencia de un accidente y siempre que
éste se hubiere producido después de su afiliación al sistema, o comple-
tar 10 años de cotizaciones en cualquier sistema previsional, y
d) Acreditar la invalidez mientras se encuentra cotizando o dentro de
los dos años contados desde la última cotización.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1) Un pensionado por invalidez que recibe dos prestaciones, una por en-
fermedad profesional y otra posterior, por accidente del trabajo, y jubila
por vejez al enterar 65 años, sólo tiene derecho a que ambas pensiones
se refundan y se sigan pagando ahora como pensión de vejez, pese a que
en su origen habrían sido incompatibles, pues en este caso opera a su fa-
vor la prescripción y la nueva pensión no puede ser inferior a la cantidad
total que percibía.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 1.374, de
16 de febrero de 1989.

2) La pensión de vejez otorgada conforme al D.L. Nº 3.500 hace cesar la


de invalidez de que gozaba el beneficiario.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 5.498, de
13 de julio de 1988.

318
CAPÍTULO XII

LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

I. PRESTACIONES POR MUERTE

MARCO CONCEPTUAL. Las prestaciones de que trata este acápite son aque-
llas que se otorgan a componentes del núcleo familiar del afiliado falleci-
do, con motivo, justamente, de su muerte.
Mucho se ha discutido en doctrina acerca del sentido y naturaleza de
este tipo de prestaciones (herencia, protección social), sin que se haya
arribado a un consenso, pero desde un punto de vista pragmático están
calificadas como prestaciones que el sistema otorga a quienes han perdi-
do al sostenedor de la familia y a los cuales no se puede desatender, glo-
balmente considerados.
Tradicionalmente comprenden las llamadas pensiones de sobreviven-
cia (viudez y orfandad) y la cuota mortuoria; siguiendo el esquema desa-
rrollado hasta ahora, las analizaremos en ese orden.

II. PENSIONES DE SOBREVIVENCIA

1. ANTIGUO SISTEMA (INP )


1.1. PENSIONES DE VIUDEZ Y ORFANDAD:
A) Servicio de Seguro Social: La pensión de viudez es mensual y a ella
tiene derecho el o la cónyuge sobreviviente de imponentes que hayan fa-
llecido en servicio o siendo pensionados.
Sus beneficiarios son la cónyuge sobreviviente y el cónyuge sobrevi-
viente inválido.
Los requisitos para acceder a ella son que el matrimonio del solicitante
con el imponente activo o pensionado por invalidez parcial, fallecido, se haya
realizado con más de 6 meses de anterioridad a la fecha del fallecimiento.
En caso de tratarse de un pensionado de invalidez absoluta o de vejez, el ma-
trimonio debió haberse celebrado como mínimo 3 años antes de su deceso.
Estos plazos no cuentan si hay hijos menores, si la viuda quedó em-
barazada o si el imponente falleció por accidente que no sea del trabajo.

319
LAS PRESTACIONES

Además, si el imponente fallecido hubiese sido pensionado, o si era


activo, durante el período de afiliación que se extiende desde la fecha de
su inscripción hasta la fecha de su deceso, debe registrar, a lo menos, el
50% de imposiciones efectivas y el 40% durante el período que sirve para
determinar el salario base de la pensión. La cantidad de imposiciones no
puede ser inferior a 50 semanas.
Cuando las imposiciones del fallecido suman 401 semanas, no se re-
quieren las densidades antes señaladas. Asimismo, debe tenerse presente
que el fallecimiento del cónyuge no haya dado lugar a pensión por acci-
dente del trabajo o enfermedad profesional.
En el caso del cónyuge varón se requiere que éste sea inválido, y que
haya vivido a expensas de la cónyuge asegurada.
Si la viuda contrae nuevo matrimonio, pierde el derecho a la pensión.
Sin embargo, si es menor de 55 años de edad, tendrá derecho a que se le
pague por una sola vez el equivalente a dos años de su pensión de viudez.
La pensión de orfandad corresponde a una pensión mensual a que
tienen derecho los hijos de los imponentes que hayan fallecido en servi-
cio o siendo pensionados.
Sus beneficiarios son los hijos menores de 15 años, y hasta los 24 años
si son estudiantes de cursos regulares de enseñanza básica, media o supe-
rior, y los hijos inválidos de cualquier edad.80
B) Caja EMPART: La pensión de viudez consiste en una pensión men-
sual a la que tienen derecho los sobrevivientes de los imponentes que ha-
yan fallecido en servicio activo o siendo jubilados.
Sus beneficiarios son:
a) La cónyuge sobreviviente.
b) El cónyuge inválido, cuya incapacidad sea anterior a la fecha de
fallecimiento de la causante.
Los requisitos para acceder a ella son que al fallecer el o la cónyuge,
haya tenido la calidad de imponente activo y registre a lo menos 3 años de
imposiciones o haya sido pensionado por vejez, antigüedad o invalidez.
Si el causante al fallecer hubiera estado cesante, no deberán haber
transcurrido más de dos años entre la fecha del cese de servicios y la del
fallecimiento.
En el caso del cónyuge inválido, deberá estar declarado incapacitado
por causales mentales o físicas, con anterioridad a la fecha del fallecimien-
to de la cónyuge, por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez
(COMPIN) respectiva.

80
En virtud de lo dispuesto por el artículo 1º de la Ley Nº 19.953 (D.O. 26.06.04), a
contar del 01.09.04 el monto de las pensiones de viudez en los regímenes previsionales ad-
ministrados por el INP no podrá ser inferior al 55% de la pensión del causante; de acuerdo
a la misma disposición, a contar del 01.09.05, dicho monto no podrá ser inferior al 60% de
la pensión del causante.
El artículo 2º del mismo cuerpo legal otorgó un bono extraordinario, por una sola vez,
de $ 10.000 a todos los pensionados del INP que se encontraren percibiendo pensiones mí-
nimas o asistenciales.

320
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

Si la viuda contrae nuevo matrimonio, perderá el derecho a la pen-


sión, pero tendrá derecho al pago, por una sola vez, del valor equivalen-
te a dos años de la pensión de que gozaba.
Las pensiones de viudez equivalen al 50% del sueldo base del causante.
La pensión de orfandad consiste en una pensión mensual a que tie-
nen derecho los hijos de los imponentes que hayan fallecido en servicio
activo o siendo jubilados.
Son sus beneficiarios:
a) Los hijos menores de 18 años.
b) Los hijos mayores de 18 años y menores de 25 años que sean estu-
diantes de enseñanza media, universitaria o de enseñanza especial, al mo-
mento del fallecimiento del causante.
c) Los hijos inválidos de cualquier edad.
d) Los ascendientes que carezcan de rentas y hayan vivido a expensas
del causante al momento de su fallecimiento.
Para acogerse a este beneficio, el causante al fallecer:
a) Debe tener la calidad de imponente activo o ser pensionado por
vejez, antigüedad o invalidez.
b) Si se encontraba cesante, no debe haber transcurrido más de dos
años entre la fecha en que perdió la calidad de imponente activo y la del
fallecimiento, debiendo reunir, en este caso, una afiliación mínima de 3
años en cualquier régimen previsional del antiguo Sistema.
c) Tratándose de hijos incapacitados, deben estar declarados inváli-
dos por incapacidad mental o física, con anterioridad a la fecha del falle-
cimiento del causante, por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez
(COMPIN) respectiva.
Los estudios en un preuniversitario generan pago de orfandad, siem-
pre que los establecimientos que los impartan sean reconocidos por el
Estado.
Los hijos estudiantes mayores de 18 años y menores de 25 años pier-
den esta pensión si repiten más de una vez el mismo curso.
C) Caja Nacional de Empleados Públicos (CANAEMPU): Consiste en una
pensión mensual a la que tienen derecho los beneficiarios de los impo-
nentes que hayan fallecido en servicio activo o jubilados.
Los requisitos para acceder al beneficio consisten en que el causante
debe ser imponente activo o jubilado de la ex Caja Nacional de Emplea-
dos Públicos y Periodistas (Sector Empleados Públicos).
En caso de imponentes fallecidos en servicio activo, deben contar, a
lo menos, con tres años de imposiciones en instituciones de previsión del
régimen antiguo.
Son beneficiarios de la pensión de viudez:
– La viuda sobreviviente o el viudo sobreviviente inválido.
Son beneficiarios de la pensión de de orfandad:
– Los hijos menores de 18 años.
– Los hijos inválidos de cualquier edad.

321
LAS PRESTACIONES

– Los hijos mayores de 18 años y menores de 25 que acrediten ser es-


tudiantes secundarios, universitarios o de enseñanza especial.
– Los ascendientes que carezcan de renta y que hubieren vivido a ex-
pensas del causante.
Los estudios preuniversitarios generan pago de pensiones de orfan-
dad, siempre que los establecimientos que lo impartan sean reconocidos
por el Estado.

2. NUEVO SISTEMA (AFP)


Bajo la denominación común de pensión de sobrevivencia unificó el D.L.
Nº 3.500 los términos de las pensiones de viudez y orfandad que se utili-
zaban hasta la fecha de su implantación.
2.1. BENEFICIARIOS. Tienen derecho a la pensión de sobrevivencia los com-
ponentes del grupo familiar, entendiéndose por tales el o la cónyuge so-
breviviente, los hijos legítimos, naturales o adoptivos, los padres, y la madre
de los hijos no matrimoniales del afiliado, que cumplan con los siguien-
tes requisitos:
a) La cónyuge sobreviviente que haya contraído matrimonio con el
afiliado a lo menos con 6 meses de antelación a la fecha de su fallecimiento
o 3 años si el matrimonio se verificó siendo el afiliado pensionado de ve-
jez o invalidez; estas limitantes no se aplican si a la época del fallecimien-
to se encontraba embarazada o si quedaren hijos comunes;
b) El cónyuge inválido si concurren a su respecto las mismas exigen-
cias de la letra anterior;
c) Los hijos solteros que cumplan uno de los siguientes requisitos:
– Ser menor de 18 años de edad;
– Ser mayor de 18 y menor de 24, con estudios regulares básicos, me-
dios, técnicos o superiores, y
– Ser inválido, sin importar su edad.
d) Las madres de hijos no matrimoniales del causante si a la fecha
del fallecimiento eran solteras o viudas y vivían a expensas del causante.
e) A falta de las personas señaladas anteriormente, tendrán derecho a
pensión los padres, siempre que a la época del fallecimiento del afiliado
sean causantes de asignación familiar, reconocidos por el organismo com-
petente. Por lo general, la pensión es vitalicia (no para hijos estudiantes).
2.2. FINANCIAMIENTO, CÁLCULO Y OPCIONES DE PAGO . Es del todo similar a lo
ya referido para la pensión de invalidez.
La única diferencia la constituye el cálculo de la pensión de referen-
cia de los beneficiarios, la que será equivalente a los siguientes porcenta-
jes de la pensión de referencia del causante:
a) 60% para la cónyuge o el cónyuge inválido total y 43% para el in-
válido;
b) 50% para la cónyuge o el cónyuge inválido total y 36% para el in-
válido, con hijos comunes que tengan derecho a pensión (se eleva a 60%
y 43% cuando los hijos cesan en su derecho);

322
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

c) 36% para la madre de hijos no matrimoniales reconocidos por el


causante;
d) 30% para la madre de hijos no matrimoniales reconocidos por el
causante, con hijos comunes que tengan derecho a pensión.
Este porcentaje se eleva al 36% cuando los hijos cesan en su derecho;
e) 50% para los padres, y
f) 15% para cada hijo que cumpla los requisitos legales; este porcen-
taje se reducirá al 11% para los hijos declarados inválidos parciales al cum-
plir 24 años de edad.
Si dos o más personas invocan la calidad de cónyuge o de madre de
hijo no matrimonal del causante, el porcentaje que le correspondiere a
cada una de ellas se dividirá por el número de cónyuges o de madres de
hijos naturales que hubiere, con derecho a acrecer entre ellas. Ahora bien,
si al momento de fallecer el causante, éste o ésta no tuvieren cónyuge con
derecho a pensión, las pensiones de referencia de los hijos se incremen-
tarán, distribuyéndose por partes iguales el 50% correspondiente al cón-
yuge.
De lo anterior se exceptúan los hijos que tuvieren una madre de hi-
jos no matrimoniales reconocidos por el causante.
2.3. COTIZACIÓN. La pensión de sobrevivencia está afecta a un 7% de des-
cuento por concepto del sistema de salud y al impuesto único correspon-
diente.
2.4. PENSIÓN MÍNIMA. Su monto es equivalente a los mismos porcentajes
de la pensión de referencia ya señalados y se tendrá derecho a ella cuan-
do se cumpla alguno de los siguientes requisitos:
a) Que estuviere pensionado al momento de fallecer;
b) Que tuviere, a la fecha del fallecimiento, un mínimo de 2 años de
cotizaciones registradas en los últimos 5 años;
c) Que se encontrare cotizando en caso de muerte por un accidente;
d) Que hubiere completado 10 años de cotizaciones efectivas en cual-
quier sistema previsional.

III. BENEFICIOS PREVISIONALES ADICIONALES

Fuera de los ya señalados anteriormente, existen otras prestaciones que


establece el legislador a favor tanto del propio afiliado, como de sus be-
neficiarios y sobrevivientes; los analizaremos en sus principales alcances a
continuación. Como podrá observarse, es dable deducir que en el anti-
guo Sistema coexistían una gran cantidad de beneficios disímiles entre
sí, con diferentes requisitos y condiciones. Todo ello, unido a la circuns-
tancia de gravámenes impositivos bastante altos, y el efecto demográfico
creciente (baja de tasa de natalidad y alza en las condiciones de vida), lo
que impedía el financiamiento del Sistema finalmente y que en gran me-
dida provocó su sustitución por un régimen fundado sobre bases muy di-
versas.

323
LAS PRESTACIONES

1. ANTIGUO SISTEMA (INP )


1.1. LA ASIGNACIÓN POR MUERTE: Su monto asciende a 3 ingresos mínimos
mensuales para fines no remuneracionales.
A) Servicio de Seguro Social: Establece una suma en favor del familiar o
jefe de la oficina donde se desempeñaba el causante, que acredite que se
hizo cargo de los funerales del mismo; existe una suma adicional para gas-
tos de la última enfermedad para el cónyuge, ascendiente o descendien-
te que se hubiere hecho cargo.
B) Caja EMPART: Similar a la señalada para el Servicio de Seguro So-
cial, con las diferencias propias del Sistema.
C) Caja Nacional de Empleados Públicos: Contempla una cuota de carac-
terísticas similares y un seguro de vida.
1.2. LA LIBERACIÓN DE IMPOSICIONES (CAJA EMPART): Es el beneficio que con-
templa la Ley Nº 10.754, que consiste en eximir de enterar un porcentaje
de sus imposiciones a los imponentes que hayan cumplido 40 años de ser-
vicios computables y continúen en actividad como imponentes dependien-
tes o voluntarios de la ex Caja de Previsión de Empleados Particulares o
de uno de sus organismos auxiliares. En el régimen general la liberación
alcanza a un 7,75%.
La liberación no exime al empleador de sus obligaciones con el Sis-
tema.
Son sus beneficiarios todos aquellos imponentes que hayan cumpli-
do 40 años de imposiciones y continúen en actividad.
Los requisitos para acceder a ella son los de cumplir 40 años de servi-
cios computables y detentar la calidad de imponente de esta institución,
afiliado al régimen previsional de ex EMPART.
Este beneficio se extingue cuando el imponente liberado cesa sus ser-
vicios para acogerse a jubilación. En los 40 años computables que exige
este beneficio, se suman los períodos cotizados en otros regímenes previ-
sionales, a excepción de AFP .
1.3. EL SEGURO DE VIDA (CANAEMPU): Es una asignación por causa de muer-
te que ocasionan los imponentes que hayan fallecido siendo afiliados ac-
tivos o jubilados, y que equivale a un año y medio del promedio de las 36
últimas remuneraciones imponibles o de las 36 últimas pensiones de ju-
bilación, según corresponda.
Los requisitos para acceder a él son los de haber sido imponente ac-
tivo o pasivo de la ex Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas,
Sector Empleados Públicos, y tener a lo menos tres años de imposiciones
en la ex Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas, en el caso
de los causantes fallecidos en actividad.
Son sus beneficiarios la viuda, los hijos, cualquiera sea su edad y esta-
do civil en el caso de las hijas mujeres, y menores de 21 años en el caso
de los hijos varones; los mayores de esta edad que acrediten incapacidad
física o mental, mediante certificado de la Comisión de Medicina Preven-
tiva e Invalidez (COMPIN).

324
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

Corresponderá el 50% del seguro a la viuda y el otro 50% a los hijos.


A falta de viuda, el total del seguro corresponderá a los hijos; a falta
de hijos, a la viuda se le beneficia con dos tercios del seguro.
Tiene derecho al 50% del monto del seguro el cónyuge sobreviviente
varón, mayor de 55 años de edad o que compruebe imposibilidad física
o mental para ganarse el sustento, mediante certificado de la Comisión
de Medicina Preventiva e Invalidez respectiva.
A falta de los anteriores, tiene derecho al 50% del seguro la madre
viuda.
A falta de los anteriores, tienen derecho al seguro de vida reducido
al 50% las hermanas legítimas, solteras o viudas, por partes iguales.
En la liquidación del seguro de vida se hará efectivo, en primer tér-
mino, el descuento de las obligaciones que hubiere contraído el causan-
te con la señalada institución previsional.
1.4. LA REBAJA DE IMPOSICIONES (CANAEMPU) (Artículo 14 letra a) D.F.L.
Nº 1.340 bis, de 1930, Artículo 1º Nº 13 bis, D.L. Nº 3.501, de 1980): Con-
siste en la rebaja de las cotizaciones al Fondo de Pensiones que se otorga
al imponente que, cumpliendo los requisitos para jubilar y teniendo 30 años
de servicios computables cubiertos con imposiciones, continúa en actividad.
Son sus beneficiarios los imponentes del Sector Empleados Públicos
de la ex Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas, con exclu-
sión de los receptores judiciales y los abogados imponentes del régimen
de la Ley Nº 10.627.
Los requisitos para acceder al beneficio son los de contar con 30 años
de imposiciones y continuar en actividad.
Este beneficio se extingue cuando el imponente obtiene su jubilación.
1.5. LA INDEMNIZACIÓN POR AÑOS DE SERVICIOS: Esta figura jurídica, consis-
tente en un derecho patrimonial sobre una suma de dinero que al termi-
nar sus servicios les correspondía recibir a determinados trabajadores, tuvo
bastante difusión en el régimen antiguo, hoy INP.
Dicha situación varió fundamentalmente al entrar en vigencia el nuevo
Sistema. Es así que para graficarlo basta referirnos a los entes gestores más
conocidos:
A) Servicio de Seguro Social: Consiste en la devolución total de los fon-
dos de indemnización por años de servicio acumulados por el imponen-
te, equivalentes a 15 días por año entre 1944 y 1953, y un mes por año
desde este último año en adelante, sobre los salarios de los años respecti-
vos. Por los períodos transcurridos hasta el 31 de diciembre de 1973 el
monto de la indemnización es de $ 50.
Sus beneficiarios son los trabajadores dependientes; para tener dere-
cho a este beneficio el imponente debe cumplir con cualquiera de las si-
guientes condiciones:
– Haber completado 1.560 semanas de imposiciones (30 años).
– Ser mayor de 60 años de edad.
– Ser inválido absoluto o tener pensión de vejez.

325
LAS PRESTACIONES

En caso de fallecimiento del asegurado, corresponde entregar los fon-


dos de indemnización dejados por el imponente a los beneficiarios de pen-
siones de viudez y orfandad (cónyuge e hijos).
Debe tenerse presente que los fondos de indemnización no son reajus-
tables, por lo que es importante solicitar este beneficio oportunamente.
Los trabajadores independientes o voluntarios no tienen derecho a
este beneficio, excepto los suplementeros, cargadores de ferias y de mer-
cados municipales.
Si un asegurado se cambia a una AFP, la indemnización incrementará
el Bono de Reconocimiento por lo que no se pagará directamente al im-
ponente por el ex Servicio de Seguro Social.
B) Caja EMPART: Esta entidad contempla diversas prestaciones que
cumplen el rol de la indemnización por años de servicio, a saber:
b.1. Desahucio Proporcional (Decreto Ley Nº 2.562): Consiste en una
suma de dinero que percibe por una sola vez el ex imponente de ex EMPART
que, por mandato de una ley, pasó a afiliarse a la ex Caja Nacional de
Empleados Públicos y Periodistas.
Esta suma es proporcional al período con imposiciones que el ex im-
ponente registre en ex EMPART, a la fecha del cambio de afiliación.
Los requisitos que deben cumplirse para acceder al beneficio son que
el ex imponente jubile en el régimen de la ex Caja Nacional de Emplea-
dos Públicos y Periodistas; que el cambio de régimen previsional haya sido
ordenado por una ley; que en virtud de dicha ley el imponente quede
afecto al régimen de la ex Caja Nacional de Empleados Públicos y Perio-
distas; y que el cambio legal se haya producido después del 5 de abril de
1979, salvo las excepciones que contempla el Decreto Ley Nº 2.562.
b.2. Desahucio común (Ley Nº 15.386): Consiste en una suma fija de
dinero, establecida anualmente, que percibe por una sola vez el imponen-
te que jubila en ex EMPART o en algunos de sus organismos auxiliares y
que debe ser solicitado expresamente.
Sus beneficiarios son:
a) Los imponentes dependientes y voluntarios que cumplen los re-
quisitos para jubilar por antigüedad, vejez o invalidez.
b) Los beneficiarios de pensión de sobrevivencia de un imponente fa-
llecido que tuviere cumplidos los requisitos para jubilar e impetrar el des-
ahucio y no lo hubiere hecho.
c) Los herederos de un imponente que hubiere fallecido encontrán-
dose en trámite su beneficio, siempre que reuniere requisitos para jubilar.
C) Caja Nacional de Empleados Públicos (CANAEMPU): Esta entidad previ-
sional también contempla diversas prestaciones encaminadas a cumplir
con el objetivo enunciado:
c.1. Indemnización Ley Nº 7.295: Consiste en la indemnización que
corresponde a los imponentes del sector particular, sometidos al régimen
previsional de la ex CANAEMPU, y a los imponentes de determinadas insti-
tuciones semifiscales y públicas regidas por el Código del Trabajo.

326
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

c.2. Desahucio de la Ley Nº 15.702, para empleados de Notarías y otros:


Es el desahucio que se les concede a los empleados de Notarías, Conser-
vadores de Bienes Raíces, Archiveros Judiciales y Procuradores del Número.
Son sus beneficiarios los empleados de Notarías, Conservadores de
Bienes Raíces y Archiveros Judiciales y los Procuradores del Número.
c.3. Desahucio para funcionarios semifiscales de Instituciones de Pre-
visión Social (D.F.L. Nº 2, de 1970, del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social):
Este es un beneficio que se paga al empleado al expirar en sus fun-
ciones, en relación con su tiempo servido, siempre que dicho beneficio
no haya sido aplicado a la compra de acciones. Es equivalente a un mes
de la última remuneración sobre la cual haya efectuado imposiciones al
Fondo de Desahucio (sueldo base y bienios) por cada año o fracción su-
perior a seis meses de servicios prestados, sin que el desahucio pueda ex-
ceder de 24 veces dicho valor.
Son sus beneficiarios los funcionarios semifiscales de las siguientes ex
Instituciones de Previsión Social a que se refiere el art. 1º de la Ley
Nº 17.378:
– Ex Servicio de Seguro Social.
– Ex Caja de Previsión de Empleados Particulares.
– Ex Caja de Retiro y Previsión de los Empleados Municipales de la
República.
– Ex Caja de Retiro y Previsión Social de los Ferrocarriles del Estado.
– Ex Caja de Previsión Social de los Obreros Municipales de la Repú-
blica.
– Ex Caja de Previsión de la Marina Mercante Nacional.
– Ex Departamento de Indemnización a Obreros Molineros y Panifi-
cadores.
– Los funcionarios de la ex Caja Nacional de Empleados Públicos y
Periodistas incorporados o reincorporados después del 31 de octubre de
1970.
El control de las Cajas lo ejercían principalmente la Superintenden-
cia de Seguridad Social y la Contraloría General de la República, entida-
des que fiscalizaban el manejo de los recursos y dictaminaban acerca de
la procedencia en el pago de beneficios.
El monto es equivalente a un mes por año de servicios, con un tope
de 24 veces dicha remuneración, y se financia con el aporte de los intere-
sados, más los recursos del Fondo de Seguro Social.
A diferencia de las indemnizaciones anteriores, no se incorpora al
Bono de Reconocimiento si el funcionario cotiza en AFP y mantiene su
derecho al cobro al término de sus servicios, salvo que decida no perma-
necer afecto al régimen respectivo.

2. NUEVO SISTEMA (AFP)


2.1. CUOTA MORTUORIA . Como puede apreciarse, este es el único benefi-
cio adicional que a favor de afiliados contempla el D.L. Nº 3.500.

327
LAS PRESTACIONES

Establece un beneficio equivalente a 15 UF, las que se retiran de la


cuenta individual del afiliado para ser entregadas a quien, unido o no por
vínculo de parentesco o matrimonio con el afiliado fallecido, acredite ha-
berse hecho cargo de los funerales del mismo.
Si quien hubiere hecho los gastos fuere una persona distinta del cón-
yuge, hijos o padres del afiliado fallecido, sólo tendrá derecho a tal retiro
hasta la concurrencia del monto efectivo de su gasto, con el límite de
15 UF, quedando el saldo a disposición del o la cónyuge sobreviviente o
de los hijos o padres del afiliado, a falta de uno u otra. Este pago deberá
ser efectuado, en las mismas condiciones, por las Compañía de Seguros
que, en su caso, estuviere pagando una renta vitalicia.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1) Rebaja de pensión de sobrevivencia por nuevos beneficiarios: La rebaja de


pensión que afectó a una pensionada por sobrevivencia (viudez y orfandad),
a consecuencia de haberse presentado una mujer que acreditó tener un hijo
no matrimonial póstumo del causante y que este último –hallándose grave-
mente enfermo– reconoció como tal antes de fallecer, se encuentra ajustada
a derecho. Señaló al efecto la entidad fiscalizadora que la circunstancia de
hallarse enfermo el afiliado no constituye una incapacidad legal, pudiendo,
por ende, una persona que se encuentra en dicha situación obligarse a otra
por un acto o declaración de voluntad; agregó que la excepción de esta regla
general la constituye la demencia, cuyo no es el caso del que se reclamó.
Dado lo anterior, la Superintendencia concluyó que correspondía el
recálculo de la pensión, lo cual supone una disminución del monto que
percibe la reclamante, ya que debe considerarse en ella a una persona
que no se contempló en el instante de procederse a su otorgamiento, de
manera tal que todos los beneficiarios puedan acceder al beneficio.
Superintendencia de AFP. Dictamen Nº 3.372, de 6 de mayo de 1993.

2) Madre de hijo póstumo de filiación no matrimonial es beneficiaria de


pensión de sobrevivencia, en tanto concurran los requisitos del artículo
9º a) y b) del D.L. Nº 3.500; artículos 8º y 9º del D.L. Nº 3.500 y artículos
181 y 186 del Código Civil.
Superintendencia de AFP. Dictamen FIS-697, 08.03.

3) Al quedar dos viudas de un imponente periodista de la ex Caja Nacio-


nal de Empleados Públicos y Periodistas que invocan a la vez los beneficios
previsionales que corresponden a la cónyuge supérstite, deben dividirse en-
tre ellas los beneficios que les correspondan como tales, pero respecto de
una de ellas hasta la subinscripción de la sentencia de nulidad del matri-
monio, ya que de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia el matrimonio declarado nulo debe presumirse putativo.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 137, de 6
de enero de 1989.

328
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

4) La cónyuge viuda adquiere derecho a la pensión de viudez por muer-


te presunta de su marido desde la fecha en que se decreta por sentencia
judicial, siempre que se hayan cumplido 5 años de sus últimas noticias y
que hayan transcurrido 70 años desde el nacimiento del desaparecido.
Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.349, de 16 de abril de
1990.

5) La pensión de sobrevivencia causada por el fallecimiento de un fun-


cionario acogido al régimen previsional de la ex Caja de Empleados Pú-
blicos debe pagarse con cargo al Fisco, con concurrencia de esa Caja, de
acuerdo a lo dispuesto en el Estatuto Administrativo D.F.L. Nº 338, artículo
87 del D.L. Nº 3.500, sustituido por la Ley Nº 18.646.
Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.924, de 8 de mayo de 1990.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

1) Derechos previsionales: Viola los artículos 19 Nos 18 y 24 de la Constitu-


ción Política de la República el retraso en el pago y en la reliquidación
de una pensión de viudez.
Sentencia de la Corte Suprema en recurso de protección Nº 11.891,
de 18 de enero de 1988.

2) Derechos previsionales: El empleado que se acoge a retiro por invalidez


médica total tiene derecho a la indemnización por años servidos y segu-
ro de vida pactado con el empleador de acuerdo al cargo y renta que le
correspondía según su contrato escrito individual de trabajo, que para él
era más favorable que el colectivo existente en la empresa, sin que tenga
validez la alegación de la empresa empleadora de que las condiciones las
varió unilateralmente, tanto en el contrato como en el escalafón, atendido
el mal estado de salud del empleado, que lo llevó en definitiva a jubilar.
Sentencia de la Corte Suprema en recurso de queja Nº 7.641, de 19
de julio de 1988.

3) Indemnización por años de servicio: El término de la relación laboral por


la extinción de un contrato de concesión no hace perder, para los efec-
tos de la indemnización por años servidos, el tiempo trabajado para otro
empleador en la misma actividad, cuando en el contrato de trabajo cons-
tan en forma expresa la antigüedad del trabajador y el reconocimiento
de tal circunstancia por el empleador para todos los efectos legales.
Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, recurso de queja Nº 7.271,
de 9 de agosto de 1988.

329
ESTADÍSTICAS DEL ANTIGUO SISTEMA
DE PENSIONES (INP)*

CUADRO 1
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE COTIZANTES AL RÉGIMEN DE PENSIONES
POR EX CAJAS DE PREVISIÓN
1999-2003

(a) Información corregida.


(b) Cifras en revisión en su fuente de origen (INP).

* Fuente: Superintendencia de Seguridad Social.

330
CUADRO 2
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE COTIZANTES PARA PENSIONES NO AFECTOS AL D.L. Nº 3.500, DE 1980. SEGÚN EX CAJAS
DE PREVISIÓN, TIPO DE TRABAJADOR Y SEXO. 2003

331
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
CUADRO 3
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE COTIZANTES AL RÉGIMEN DE PENSIONES, POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS
2003

332
LAS PRESTACIONES

Nota: Incluye trabajadores dependientes e independientes.


LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

CUADRO 4
R EMUNERACIONES IMPONIBLES DE LOS TRABAJADORES NO AFECTOS
AL D.L. Nº 3.500, DE 1980, POR CAJAS DE PREVISIÓN
(MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

(a) Información corregida.


(b) Cifras en revisión en su fuente de origen (INP).

333
LAS PRESTACIONES

CUADRO 5
SALARIO MEDIO DE SUBSIDIOS Y DE PENSIONES
DEL EX SERVICIO DE SEGURO SOCIAL
1958-2003

(a) Desde el 1 de enero de 1972 en virtud de la Ley N 16.771 se calcula sobre la base del
44,5% del salario mínimo industrial. A contar de 1974 dicho porcentaje se aplica sobre el
ingreso mínimo del sector privado, ya que éste reemplazó al salario mínimo industrial.

334
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

CUADRO 6
SALARIO MEDIO DE SUBSIDIOS Y DE PENSIONES
EX CAJA DE PREVISIÓN DE LA MARINA MERCANTE N ACIONAL:
SECCIÓN TRIPULANTES DE NAVES Y OPERARIOS MARÍTIMOS
1958-2003

(1) Valores calculados sobre la base de las pensiones concedidas en el año indicado pero
rigen para el año siguiente.
(a) Cifra provisoria.

335
LAS PRESTACIONES

CUADRO 7
TOPE MÁXIMO DE IMPOSICIONES.
MONTO EN $ EQUIVALENTES A 60 UF
1999-2003

Notas: – Los montos de tope máximo imponible son aplicables a cotizantes no afectos al
D.L. Nº 3.500 de 1980.
– La equivalencia corresponde al valor de la UF del último día del mes anterior.

336
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

CUADRO 8
SUELDO VITAL DE SANTIAGO Y SUS VARIACIONES PORCENTUALES
(MONTO EN ESCUDOS Y PESOS)
1972-1981

(a) El artículo 4º del D.L. Nº 275, de enero de 1974, reajustó el vital en 5 veces el valor fija-
do en octubre de 1972 por la Comisión Mixta de Sueldos.
(b) La Ley Nº 18.018, de 14 de agosto de 1981, terminó con el concepto de sueldo vital, y
en su artículo 8º ordenó que las cantidades indicadas en sueldos vitales se expresaran en
ingresos mínimos; 1 sueldo vital equivale a 22,2757% del Ingreso mínimo.

337
LAS PRESTACIONES

CUADRO 9
MONTO DEL INGRESO MÍNIMO, SEGÚN TIPO Y PERÍODOS
(EN $ DE CADA AÑO)
1978-2003

338
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

CUADRO 10
REMUNERACIÓN MÍNIMA IMPONIBLE
TRABAJADORES DE CASA PARTICULAR
(EN PESOS)
1980-2003

(a) El art. 36 de la Ley Nº 18.482, dispuso que el monto mínimo fijado a contar del 1-1-86,
se debe reajustar automáticamente en cada oportunidad que varíe el ingreso mínimo, en el
porcentaje en que haya variado, más 5 puntos porcentuales, hasta que el monto de la re-
muneración mínima imponible de los trabajadores de casa particular alcance el monto del
ingreso mínimo.
(b) El art. 12 de la Ley Nº 18.717 dispuso reajustar a contar del 1-6-88, en un 20%, el mon-
to mínimo de la remuneración imponible para los trabajadores de casa particular, en susti-
tución del reajuste que habría correspondido a partir de esa fecha por aplicación de la Ley
Nº 18.482.
(c) El artículo 1º Nº 49 y el artículo 14 de la Ley Nº 19.250 dispusieron que a contar del 1º
de diciembre de 1993, la remuneración mínima en dinero de los trabajadores de casa parti-
cular será el equivalente al 75% del Ingreso Mínimo Mensual.

339
CUADRO 11
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL Y MONTO ANUAL DE LAS PENSIONES EMITIDAS POR LOS FONDOS DE PENSIONES DE LAS CAJAS
DE PREVISIÓN SEGÚN INSTITUCIONES, TIPOS Y AÑOS
(MONTOS EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
2000-2003

340
LAS PRESTACIONES
CUADRO 11 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

341
CUADRO 11 (continuación).

342
LAS PRESTACIONES
CUADRO 11 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

343
CUADRO 11 (continuación).

344
LAS PRESTACIONES
CUADRO 11 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

345
CUADRO 11 (continuación).

346
LAS PRESTACIONES
CUADRO 11 (continuación).

347
(a) Incluye sólo el artículo 27 de la Ley Nº 15.386.
(b) A contar del mes de febrero del año 2002, las pensiones de otras jubilaciones se informan en antigüedad.
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
CUADRO 12
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE PENSIONES EMITIDAS POR LOS FONDOS DE PENSIONES DE LAS CAJAS DE PREVISIÓN,
SEGÚN INSTITUCIONES Y TIPO DE PENSIÓN. 2003

348
LAS PRESTACIONES
CUADRO 13
MONTO ANUAL DE LAS PENSIONES EMITIDAS POR LOS FONDOS DE PENSIONES DE LAS CAJAS DE PREVISIÓN,
SEGÚN INSTITUCIONES Y TIPO DE PENSIÓN (MONTO EN MILES DE PESOS). 2003

349
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
LAS PRESTACIONES

CUADRO 14
MONTO PROMEDIO MENSUAL DE PENSIONES ASISTENCIALES EMITIDAS
POR TIPO DE PENSIÓN Y NÚMERO DE PENSIONES CONCEDIDAS
1995-2003

(a) A partir de 1997 existe la separación en deficientes mentales, antes estaban incluidos
en invalidez.
(b) Cifra corregida.

CUADRO 15
GASTO DEL FONDO N ACIONAL DE PENSIONES A SISTENCIALES
SEGÚN TIPO DE BENEFICIO
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1995-2003

350
CUADRO 16
MONTO UNITARIO DE LAS PENSIONES MÍNIMAS SEGÚN TIPO
(EN $ DE CADA AÑO). 2003

351
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
CUADRO 16 (continuación).

352
LAS PRESTACIONES
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

CUADRO 17
MONTO UTILITARIO DE LA PENSIÓN ASISTENCIAL DEL D.L. Nº 869, DE 1975
(E N PESOS DE CADA AÑO)
1987-2003

353
CUADRO 18
MONTO UNITARIO DE LAS BONIFICACIONES LEY Nº 19.403 A LAS PENSIONES MÍNIMAS DE VIUDEZ Y DE LA MADRE DE LOS
HIJOS DE FILIACIÓN NO MATRIMONIAL DEL CAUSANTE
(E N $ DE CADA AÑO). 2000-2003

354
LAS PRESTACIONES
CUADRO 19
MONTO UNITARIO DE LAS BONIFICACIONES LEY Nº 19.539 A LAS PENSIONES MÍNIMAS DE VIUDEZ Y DE LA MADRE DE LOS
HIJOS DE FILIACIÓN NO MATRIMONIAL DEL CAUSANTE
(E N $ DE CADA AÑO). 2000-2003

355
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
CUADRO 20
NÚMERO DE PENSIONES CONCEDIDAS POR LAS INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL, SEGÚN TIPO DE PENSIÓN
1997-2003

356
LAS PRESTACIONES
CUADRO 20 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

357
CUADRO 20 (continuación).

358
LAS PRESTACIONES
CUADRO 20 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

359
CUADRO 20 (continuación).

360
LAS PRESTACIONES
CUADRO 20 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

361
CUADRO 20 (continuación).

362
LAS PRESTACIONES
CUADRO 21
N ÚMERO PROMEDIO MENSUAL Y MONTO ANUAL DE PENSIONES DE REPARACIÓN PAGADAS POR TIPO, LEY Nº 19.123
(M ONTO EN MILES DE $)
2000-2003

363
(a) El INP a contar de este año modificó la clasificación por tipo de las pensiones de reparación.
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
LAS PRESTACIONES

CUADRO 22
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL Y MONTO ANUAL DE LAS PENSIONES EMITIDAS
A EXONERADOS , POR TIPO, LEY Nº 19.234
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
2001-2003

CUADRO 23
NÚMERO DE PENSIONES DE REPARACIÓN CONCEDIDAS , POR TIPO,
LEY Nº 19.123
1999-2003

364
CUADRO 24
NÚMERO Y MONTO DE BONOS DE RECONOCIMIENTO PAGADOS POR LAS CAJAS DE PREVISIÓN
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

365
LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA
CUADRO 25
NÚMERO Y MONTO DE BONOS DE RECONOCIMIENTO PAGADOS POR EL INSTITUTO DE NORMALIZACIÓN PREVISIONAL,
SEGÚN CAUSAL. (MONTO EN MILES DE $)
2001-2003

366
LAS PRESTACIONES

Las cifras no incluyen los bonos de la Ley Nº 19.234, ni reliquidaciones, ni complementos.


LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

CUADRO 26
LÍMITE MÁXIMO INICIAL DE PENSIONES
1976-2003

(a) 1 S.V. = 22,275% del Ingreso Mínimo, de acuerdo al D.S. Nº 51, de 1982.
(b) Artículo 18 de la Ley Nº 18.675.
(c) Artículo 9º de la Ley Nº 19.200.

367
CUADRO 27
REAJUSTES GENERALES DE PENSIONES DE ENTIDADES FISCALIZADAS POR LA SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD SOCIAL

368
LAS PRESTACIONES
CUADRO 27 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

369
CUADRO 27 (continuación).

370
LAS PRESTACIONES
CUADRO 27 (continuación). LAS PRESTACIONES POR MUERTE Y SOBREVIVENCIA

371
CAPÍTULO XIII

LAS PRESTACIONES FAMILIARES

I. CONCEPTUALIZACIÓN

En doctrina se ha discurrido con bastante frecuencia acerca de la idea de


la “remuneración familiar”, en orden a que debería ser comprensiva del
ideal de justicia social, que comprende no tan sólo las necesidades del
trabajador, sino también de su grupo familiar.
Esta concepción encontró sólidos apoyos en los representantes de la
Doctrina Social de la Iglesia y se fue imponiendo paulatinamente, hasta lle-
gar al punto de materializarse progresivamente en el ámbito legislativo.
En forma experimental se la implantó como un beneficio de carácter vo-
luntario, sin que los resultados avalasen tal posición, por lo que se hizo pa-
tente el hecho de que era necesario otorgarle un carácter legal obligatorio.
Por ello y por otras circunstancias doctrinarias se la comenzó a consi-
derar como una prestación de Seguridad Social neta; ello se justifica ple-
namente si se considera que por su intermedio la sociedad efectúa una
política de protección a la familia y contribuye poderosamente a la redis-
tribución de la renta.
En razón de ello, paulatinamente el beneficio ha salido de la esfera
de los trabajadores dependientes, siendo comprensivo su accionar tam-
bién de los trabajadores independientes, desempleados, etc.
La Asociación Internacional de Seguridad Social (AISS) la ha concep-
tualizado como “...toda prestación en dinero o en especies cuyo objetivo
sea favorecer la constitución o el desarrollo normal de las familias, ya sea
aportando una contribución regular para el sostenimiento de las perso-
nas a cargo del jefe de familia, o bien proporcionando una ayuda espe-
cial en determinados momentos de la vida de las familias y, en particular,
en el momento de su constitución, pero independientemente de la idea
de que cubre un riesgo social; por lo demás, una asignación familiar pue-
de tener como objetivo segundo el fomento directo de la natalidad o la
promoción de una política sanitaria”.81

81
Citado por P ATRICIO NOVOA FUENZALIDA , ob. cit., p. 427.

373
LAS PRESTACIONES

Ello da lugar a distinguir las asignaciones familiares (“prestaciones


pecuniarias que la comunidad otorga en forma periódica a la familia y
en relación con las cargas que viven a expensas del jefe de hogar”) de las
demás prestaciones familiares (“beneficios en dinero, en especies o en ser-
vicios que se otorgan a las familias para su mejor constitución y desarro-
llo y para realizar un proceso de promoción familiar”).
Globalmente consideradas, tienen fuerte influencia en el mundo del
trabajo, como asimismo en la redistribución del ingreso nacional, sirviendo
de apoyo a los hijos que siguen estudios y en la promoción e integración
de la familia.
CLASES DE PRESTACIONES FAMILIARES. Las asignaciones más generali-
zadas son las siguientes:
a) Asignación por la cónyuge o el cónyuge;
b) Asignación por los hijos menores;
c) Asignación prenatal;
d) Asignación de nupcialidad;
e) Asignación de matrimonio;
f) Asignación de natalidad, y
g) Asignación de escolaridad.
Las indicadas en las letras c), d), e), f) y g) generalmente son motivo
de contratos o convenios colectivos, y son parte integral de la llamada Se-
guridad Social Complementaria, por lo cual analizaremos aquí sólo las
reguladas en la ley.

II. SISTEMA ÚNICO DE PRESTACIONES FAMILIARES

1. R ÉGIMEN LEGAL. Las prestaciones como tales se encuentran tratadas en


el llamado Sistema Único de Prestaciones Familiares, cuya regulación ac-
tual se contiene en el texto refundido D.F.L. Nº 150, de 1981, del Minis-
terio del Trabajo y Previsión Social (anteriormente correspondía al D.L.
Nº 307, de 1974); a continuación describiremos sus principales alcances.

2. BENEFICIARIOS DEL SISTEMA. El gran mérito de este sistema reside en


haber terminado con odiosas discriminaciones, las que abundaban en este
ámbito. Es así como originalmente estableció beneficios de montos igua-
les para todos los causantes (salvo inválidos, que es el doble), con igual-
dad de requisitos o exigencias para conceder el beneficio y una idéntica
fuente de financiamiento para todos; en los últimos años evolucionó ha-
cia diferenciales basados en el ingreso del trabajador.82

82
A julio de 1994 su monto asciende a: $ 2.000 por carga para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $ 133.000; $ 710 por carga para aquellos beneficiarios
en que supere los $ 133.000 y no exceda de $ 277.000; las personas con ingresos superiores
no tienen derecho a las asignaciones.

374
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

Son beneficiarios todas aquellas personas o instituciones que están


afectas al Sistema y que tienen derecho a percibir el beneficio de la asig-
nación familiar por las cargas, las que se denominan causantes.

A julio de 1995 su monto asciende a: $ 2.240 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 150.000; $ 790 por carga para aquellos beneficiarios en que
supere los $ 150.000 y no exceda de $ 313.000; las personas con ingresos superiores no tie-
nen derecho a las asignaciones.
A julio de 1996 su monto asciende a: $ 2.500 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 167.000; $ 880 por carga para aquellos beneficiarios en que
supere los $ 167.000 y no exceda de $ 348.000; las personas con ingresos superiores no tie-
nen derecho a las asignaciones.
A julio de 1997 su monto asciende a: $ 2.800 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 85.999; $ 2.750 por carga para aquellos beneficiarios cuyos
ingresos superen los $ 85.999 y no excedan de $ 175.349; $ 940 por carga para aquellos be-
neficiarios cuyos ingresos superen los $ 175.349 y no excedan de $ 365.399; las personas con
ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones. Sin perjuicio de lo anterior, man-
tendrán su plena vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan be-
neficios para estos trabajadores; dichos afiliados y sus respectivos causantes mantendrán su
calidad de tales para los demás efectos que en derecho correspondan (Ley Nº 19.502. D.O.
30.05.97).
A julio de 1998 su monto asciende a: $ 3.025 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 91.800; $ 2.943 por carga para aquellos beneficiarios cuyos
ingresos superen los $ 91.800 y no excedan de $ 186.747; $ 1.000 por carga para aquellos
beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 186.747 y no excedan de $ 365.399; las personas
con ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones.
A julio de 1999 su monto asciende a: $ 3.155 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 96.390; $ 3.070 por carga para aquellos beneficiarios cuyos
ingresos superen los $ 96.390 y no excedan de $ 194.777; $ 1.043 por carga para aquellos
beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 194.777 y no excedan de $ 312.900; las personas
con ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones.
A julio de 2000 su monto asciende a: $ 3.310 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 101.113; $ 3.220 por carga para aquellos beneficiarios cu-
yos ingresos superen los $ 101.113 y no excedan de $ 204.321; $ 1.094 por carga para aque-
llos beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 204.321 y no excedan de $ 328.232; las personas
con ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones (artículo 21º de la Ley
Nº 19.649, publicada en D.O. del 2/12/99).
A julio de 2001 su monto asciende a: $ 3.452 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 104.146; $ 3.358 por carga para aquellos beneficiarios cu-
yos ingresos superen los $ 104.146 y no excedan de $ 210.451; $ 1.094 por carga para aque-
llos beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 210.451. y no excedan de $ 328.232; las
personas con ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones.
A julio de 2002 su monto asciende a: $ 3.607 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 111.200; $ 3.509 por carga para aquellos beneficiarios cu-
yos ingresos superen los $ 111.200 y no excedan de $ 219.921; $ 1.143 por carga para aque-
llos beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 219.921 y no excedan de $ 34.002; las personas
con ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones.
A julio de 2003 su monto asciende a: $ 3.716 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 112.098; $ 3.614 por carga para aquellos beneficiarios cu-
yos ingresos superen los $ 112.098 y no excedan de $ 226.519; $ 1.178 por carga para aque-
llos beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 226.519 y no excedan de $ 353.292; las personas
con ingresos superiores no tienen derecho a las asignaciones.
A julio de 2004 su monto asciende a: $ 3.797 por carga para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 118.192; $ 3.694 por carga para aquellos beneficiarios cu-
yos ingresos superen los $ 118.192 y no excedan de $ 231.502; $ 1.203 por carga para aque-

375
LAS PRESTACIONES

Los beneficiarios son los siguientes:


1) Todos los trabajadores dependientes de los sectores público y pri-
vado;
2) Los trabajadores independientes afiliados a un régimen de previ-
sión que al 1 de enero de 1974 contemplaba a su favor y entre sus benefi-
cios la asignación familiar;
3) Los trabajadores señalados en los números anteriores que se ha-
llen en goce de subsidio de cualquier naturaleza;
4) Los trabajadores señalados en los Nos 1 y 2 que se hallen en goce
de pensiones de cualquier régimen previsional, aun cuando en el respec-
tivo régimen no hubieren tenido derecho al beneficio;
5) Los beneficiarios de pensión de viudez y la madre de los hijos na-
turales del trabajador o pensionado en goce de pensión especial a que se
refiere el artículo 5º del D.L. Nº 3.500, de 1980, y aquella establecida en
el artículo 45 de la Ley Nº 16.744;
6) Las instituciones del Estado o reconocidas por el Supremo Gobier-
no que tengan a su cargo la crianza y mantención de niños huérfanos o
abandonados y de inválidos;
7) Los trabajadores cesantes que tengan derecho a las prestaciones
del Fondo de Cesantía Solidario y que al momento de quedar cesantes
percibían asignaciones familiares en calidad de beneficiarios, tendrán de-
recho a seguir impetrando este beneficio por los mismos montos que es-
taban percibiendo a la fecha de su despido, mientras se encuentren
percibiendo giros mensuales en conformidad a la ley sobre Seguro de Des-
empleo.83

3. CAUSANTES DE ASIGNACIÓN FAMILIAR. Son aquellas personas que pue-


den ser invocadas para el pago de la asignación por un beneficio (“carga
familiar”). Son los siguientes:
1) La cónyuge y el cónyuge (cuando esté inválido y dependa de su
esposa beneficiaria);
2) Los hijos y los adoptados hasta los 18 años y los mayores de dicha
edad y hasta los 24 años, siempre que sean solteros y sigan cursos regula-
res de enseñanza media, normal, técnica, especializada o superior, en ins-
tituciones del Estado o reconocidas por éste, en las condiciones que
determine el reglamento;

llos beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 231.502 y no excedan de $ 361.064; las perso-
nas con ingresos superiores a esta última cantidad no tienen derecho a las asignaciones.
A contar de julio de 2005 su monto ascenderá a: $ 3.930 por carga para aquellos bene-
ficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $ 122.329; $ 3.823 por carga para aquellos be-
neficiarios cuyos ingresos superen los $ 122.329 y no excedan de $ 239.605; $ 1.245 por carga
para aquellos beneficiarios cuyos ingresos superen los $ 239.605 y no excedan de $ 373.702;
las personas con ingresos superiores a esta última cantidad no tendrán derecho a las asig-
naciones (Ley Nº 19.985 D.O. de 02-12-04).

83
Ver artículo 20 de la Ley Nº 19.728 (D.O. 14/05/2001).

376
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

3) Los nietos y bisnietos, huérfanos de padre y madre o abandona-


dos por éstos, en similares edades y condiciones que los hijos causantes;
4) La madre viuda;
5) Los ascendientes mayores de 65 años;
6) Los niños huérfanos o abandonados, en los términos señalados en
la ley, y los inválidos que estén a cargo de instituciones del Estado o reco-
nocidas por el Supremo Gobierno, las que lo harán valer ante el Servicio
de Seguro Social, ente encargado del reconocimiento y pago, y
7) Los inválidos que tengan algunas de las vinculaciones señaladas con
anterioridad (deben haber perdido o carecer en forma presumiblemen-
te permanente dos tercios de su capacidad de ganancia, por causas here-
ditarias o adquiridas).
Todos los causantes, además, deben vivir a expensas del beneficiario
y no pueden disfrutar de una renta, cualquiera sea su origen, con la sola
excepción de la pensión de orfandad.

4. EXIGIBILIDAD. Se paga desde que se genera la causa, pero debe solici-


tarse y acreditarse su existencia. Se paga hasta el último día del mes en
que el causante mantenga su calidad, salvo respecto de los hijos, lo que
se hará hasta el 31 de diciembre del año en que cumplan 18 ó 24 años;
en el caso de los hijos que siguen estudios, se paga hasta el reinicio del
año escolar siguiente, debiendo acreditarse en ese instante el cumplimien-
to del requisito para un nuevo período.
Cuando se pierden los requisitos habilitantes, dicha circunstancia
debe ser puesta en conocimiento de la entidad pagadora dentro de 60
días; la omisión se sanciona con presidio, sin perjuicio de la restitución
obligatoria.
La percepción del beneficio corresponde, por norma general, al be-
neficiario, sin perjuicio de que se pague directamente a la madre (por
los hijos menores que vivan con ella), a la cónyuge, a los causantes mayo-
res de edad o a las personas a cuyo cargo se encuentre el causante, cuan-
do así lo solicitaren; todo ello sin perjuicio de lo que ordenen sentencias
de los tribunales de justicia al efecto.
El pago lo efectúa el empleador respectivo al momento de pagar las
remuneraciones, el cual, a su vez, procede a compensar el costo con las
cotizaciones e impuestos especiales que le corresponda enterar en la res-
pectiva entidad previsional; si aún, hecha dicha operación, queda un cré-
dito a su favor, la entidad previsional debe reembolsar el mayor gasto que
ha efectuado.
Los independientes deducen el monto que les corresponda recibir de
las cotizaciones y del impuesto que están obligados a enterar mensualmente.

5. LA ASIGNACIÓN MATERNAL. Se concede a las trabajadoras dependien-


tes, independientes o en goce de subsidio y a las cónyuges que sean cau-
santes de asignación familiar de los beneficiarios que se encuentran en
idénticas condiciones, que estén embarazadas, por un monto equivalen-
te al de la asignación familiar, la que se pagará por todo el período del

377
LAS PRESTACIONES

embarazo (sustituye al prenatal). Se hace exigible al quinto mes del em-


barazo, previa certificación médica del organismo que corresponda, lue-
go de lo cual se paga desde el instante de la concepción. En lo demás se
rige por las mismas normas de la asignación familiar.
Opera a base de un programa anual aprobado por decreto supremo
y participan en su administración las antiguas Cajas de Previsión, hoy INP;
las Cajas de Compensación; las Mutualidades de Empleadores del Segu-
ro de Accidentes del Trabajo; las instituciones públicas; las AFP y las Com-
pañías de Seguros; ellas, a su vez, ejercen control sobre el Sistema, sin
perjuicio de las facultades fiscalizadoras de la Superintendencia de Segu-
ridad Social, de la Contraloría General de la República y, recientemente,
de la propia Dirección del Trabajo.

III. LAS CAJAS DE COMPENSACIÓN


DE ASIGNACIÓN FAMILIAR (CCAF)

1. FUNDAMENTOS Y ESTRUCTURA. Estas entidades se rigen en la actualidad por


la Ley Nº 18.833 (D.O. 26.09.89), la que constituye su actual estatuto general
y que vino a sustituir al anterior, contenido en el D.F.L. Nº 42, de 1978.
La ley las conceptualiza como entidades de previsión social y corpora-
ciones de derecho privado, sin fines de lucro, y cuyo objetivo es la adminis-
tración de prestaciones de Seguridad Social; su normativa legal la constituye
la ley antes citada, sus reglamentos, los estatutos respectivos y, supletoria-
mente, las disposiciones del Título XXXIII del Libro I del Código Civil.
Su duración no tiene plazo y se encuentran sometidas a la supervigi-
lancia y fiscalización de la Superintendencia de Seguridad Social, pudien-
do establecer agencias en cualquier lugar del territorio nacional.
Las Cajas de Compensación de Asignación Familiar (CCAF) son enti-
dades de previsión social configuradas como corporaciones de derecho
privado sin fines de lucro, cuya función está dirigida a administrar pres-
taciones de Seguridad Social y otorgar beneficios a las personas que es-
tán incorporadas al Sistema.
Estas entidades surgen durante la década de 1950 por iniciativa de
gremios empresariales con el objetivo de mejorar la calidad de vida de
los trabajadores y su grupo familiar.
La constitución de una CCAF –denominación que legalmente pueden
utilizar y por la que son conocidas habitualmente, debiendo llevar, además,
un nombre geográfico o histórico nacional– se efectúa mediante un decre-
to supremo del Ministerio del Trabajo que le concede personalidad jurídi-
ca y aprueba sus estatutos; pueden concurrir a ella las empresas del sector
privado, las empresas autónomas del Estado y aquellas en que éste o las
entidades del sector público tengan participación mayoritaria.
Hoy día existen cinco Cajas de Compensación de Asignación Fami-
liar; se indican los gremios base que les han dado origen:
A) CCAF de los Andes (Cámara Chilena de la Construcción)
B) CCAF Gabriela Mistral (Cámara del Cuero y el Calzado)

378
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

C) CCAF La Araucana (Cámara de Comercio)


D) CCAF Los Héroes (Asociación de Industriales Metalúrgicos)
E) CCAF 18 de Septiembre (Sociedad de Fomento Fabril).
El capital mínimo requerido para formarla equivale a 4.000 UF y de-
ben iniciar sus actividades dentro del término de seis meses contado des-
de la fecha de publicación del decreto supremo que le conceda la
personalidad jurídica.
La concurrencia de las empresas que tengan establecimientos en di-
versas regiones del país para la constitución, afiliación o desafiliación de
una CCAF debe efectuarse en relación a todos los establecimientos situa-
dos en una misma región.
El Estado será subsidiariamente responsable de las obligaciones que
las CCAF contraigan con sus afiliados como consecuencia de la adminis-
tración de los regímenes de prestaciones familiares, de subsidios de ce-
santía y por incapacidad laboral.

2. AFILIACIÓN Y DESAFILIACIÓN. La empresa, con acuerdo de sus trabajado-


res, es quien decide a que CCAF afiliarse. El “acuerdo previo” de los trabaja-
dores debe ser adoptado por la mayoría absoluta del total de los trabajadores
en asamblea especialmente convocada al efecto, la que deberá llevarse a cabo
ante un ministro de fe, el que podrá ser un inspector del trabajo, un notario
público o un funcionario de la administración civil del Estado designado por
la Dirección del Trabajo; en las empresas que tengan menos de 25 trabaja-
dores podrá actuar en tal calidad el empleador o su representante, norma
que nos parece se puede prestar a situaciones discutibles.
Si dicho resultado no se produce, se debe efectuar una segunda vota-
ción para elegir entre las dos más altas mayorías, si aun bajo esta circuns-
tancia tampoco se produjese el acuerdo necesario, se optará por la que
haya obtenido la más alta mayoría relativa, y en caso de empate se resol-
verá por sorteo.
Sólo por excepción la Caja puede denegar la afiliación (razones de
infraestructura administrativa); la empresa afiliada puede retirarse si cuen-
ta con el acuerdo de sus trabajadores y siempre que tenga un período de
afiliación no inferior a 6 meses.
El organismo competente para pronunciarse en relación a la afilia-
ción es el Directorio de la Caja; si su resolución es negativa, podrá recu-
rrirse de ella ante la Superintendencia de Seguridad Social.
La desafiliación se producirá por un similar consorcio de voluntades
entre la empresa y sus trabajadores, con un plazo de permanencia míni-
mo de seis mees en la respectiva CCAF; la correspondiente afiliación a otra
CCAF producirá la desafiliación de la anterior.

3. OBJETO SOCIAL. En cuanto a su objeto, la ley indica que les correspon-


derá a las Cajas de Compensación la administración de prestaciones de
Seguridad Social, pudiendo desempeñar las siguientes funciones:
1. La afiliación de las entidades empleadoras;

379
LAS PRESTACIONES

2. Administrar, respecto de sus trabajadores afiliados, el régimen de


prestaciones familiares. Además, podrán administrar los regímenes de sub-
sidios de cesantía y por incapacidad laboral, previa autorización del Mi-
nisterio del Trabajo y Previsión Social mediante decreto supremo, que será
dictado con informe de la Superintendencia acerca de las condiciones
administrativas de la Caja de Compensación solicitante;
3. Administrar, respecto de los trabajadores afiliados, el régimen de
prestaciones de crédito social, el régimen de prestaciones adicionales y
el régimen de prestaciones complementarias que se establezcan en con-
formidad a la presente ley;
4. Recaudar y controlar la declaración y pago de las cotizaciones que
correspondan conforme al Nº 2 anterior para el régimen de subsidios por
incapacidad laboral;
5. Invertir los recursos disponibles;
6. Efectuar las compensaciones que procedan con los empleadores
afiliados y con fondos y entidades previsionales;
7. Proporcionar servicios, mediante convenios, a entidades que ad-
ministren prestaciones de Seguridad Social;
8. Promover, organizar, coordinar y ejecutar iniciativas y acciones que
tengan por objeto mejorar el bienestar social de los trabajadores afilia-
dos y su núcleo familiar, y
9. Efectuar las demás funciones que establezca la ley.
Las CCAF estarán facultadas para celebrar convenios con el FONASA so-
bre otorgamiento de credenciales de salud; venta, emisión y pago de ór-
denes de atención; y cobro de los préstamos de salud que establece la ley
Nº 18.469.
Las CCAF deberán iniciar su operación administrando por lo menos el
Sistema Único de Prestaciones Familiares.

4. FUNCIONES ADICIONALES:
a) Podrán asimismo las CCAF establecer un régimen de prestaciones
de Crédito Social, consistente en préstamos en dinero; lo adeudado por
este concepto por un trabajador deberá ser deducido de la remuneración
por la entidad empleadora afiliada, retenido y remesado a la Caja acree-
dora, rigiéndose por las mismas normas de pago y de cobro que las coti-
zaciones previsionales;
b) Podrán también establecer un régimen de prestaciones adicionales,
consistente en prestaciones en dinero, especies y servicios para los traba-
jadores afiliados y sus familias, como también prestaciones complemen-
tarias que no están contempladas en los otros regímenes que administran;
estos sistemas serán de adscripción voluntaria y se establecerán por me-
dio de convenios con los empleadores afiliados, con los sindicatos a que
pertenezcan los trabajadores afiliados o con éstos en forma directa;
c) Pueden convenir con los empleadores afiliados que éstos paguen
directamente a sus respectivos trabajadores los subsidios por incapacidad
laboral que aquellos administran;

380
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

d) La Ley Nº 19.281 (D.O. 27.12.93) autorizó a las CCAF –además de


otras instituciones– para abrir y mantener cuentas de ahorro con el obje-
to de recibir en ellas el ahorro metódico y el ahorro voluntario que efec-
túen sus titulares, a fin de pagar las rentas de arrendamiento y acumular
fondos suficientes para financiar la compra de las viviendas arrendadas en
el plazo convenido entre las partes; las CCAF pueden abrir estas cuentas tanto
para sus afiliados como para otras personas que así se lo soliciten.
Los recursos depositados en estas cuentas constituirán el denomina-
do Fondo para la Vivienda, el que será independiente y separado del pa-
trimonio de las instituciones.
El interesado celebrará un Contrato de Ahorro Metódico con la CCAF
al momento de celebrarse el contrato de arrendamiento con promesa de
compraventa, el cual lo obligará a efectuar aportes periódicos por el equi-
valente al porcentaje correspondiente al precio de compraventa de la vi-
vienda, expresado en UF, sin que pueda exceder del 25% de su renta
líquida mensual.
Del fondo así acumulado, la CCAF pagará mensualmente la renta de
arrendamiento al arrendador promitente vendedor.
Las CCAF podrán cobrar una comisión por este servicio, la que esta-
blecerán en forma libre, pero uniforme para todos sus afiliados.
Las CCAF deberán invertir estos fondos en la misma forma y condicio-
nes establecidas para los Fondos de Pensiones en el D.L. Nº 3.500.
Si el interesado es un trabajador dependiente, el aporte lo desconta-
rá por planilla el empleador, de acuerdo a las normas del D.L. Nº 3.500,
sin que los descuentos puedan exceder en su conjunto del 30% de la re-
muneración total del trabajador y se entenderá que reviste el carácter de
dividendo hipotecario para la adquisición de viviendas, para los efectos
de lo dispuesto en el artículo 58 inciso 1º del Código del Trabajo;
e) La Ley N° 19.539, de 1997, facultó a los pensionados de las AFP,
INP, Compañías de Seguros y Mutuales para afiliarse en forma voluntaria
e individual a una CCAF (se encuentran impedidos de hacerlo los pensio-
nados de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional y de la Dirección
de Previsión de Carabineros de Chile).
Estos afiliados, en general, son personas que tienen carencias básicas
importantes, y pocos recursos económicos. Las CCAF están autorizadas a
cobrar a dichos pensionados una cotización equivalente al 1% del monto
de la pensión.

5. PROHIBICIONES. A las CCAF se les prohíbe en forma expresa:


1. Organizar y realizar directamente explotaciones productivas;
2. Hacer donaciones;
3. Destinar los recursos que perciban a finalidades no autorizadas por
la ley;
4. Contratar créditos, excepto para:
a) la adquisición de bienes destinados a su funcionamiento, y

381
LAS PRESTACIONES

b) el financiamiento de su régimen de crédito social, con sujeción a


las normas de carácter general que al respecto establezca la Superinten-
dencia;
5. Delegar el otorgamiento de las prestaciones que administren;
6. Hacer declaraciones que menoscaben el prestigio o la acción de
otras CCAF y de entidades previsionales;
7. Rechazar solicitudes de afiliación que cumplan con los requisitos
legales;
8. Concertarse para limitar su autonomía operacional mediante en-
tidades, agrupaciones o por cualquier otro medio, y
9. Convenir con sus propios trabajadores compensaciones por tiem-
po servido que tengan las características de indemnización por años de
servicio, desahucio y otras prestaciones que tiendan a análoga finalidad.

6. FINANCIAMIENTO. El financiamiento de las CCAF se produce a través de


la percepción de una cotización del 0,6% de las remuneraciones imponi-
bles de los trabajadores no afiliados a una Isapre; dicha cotización se des-
tinará al financiamiento del régimen de subsidios por incapacidad laboral
y se deducirá de las cotizaciones establecidas para el financiamiento de
la salud.
Además las CCAF percibirán comisiones con cargo a los fondos finan-
cieros de las prestaciones que administren, respecto de los trabajadores
afiliados a los regímenes de prestaciones familiares, subsidios de cesantía
y de incapacidad laboral, estos dos últimos previa autorización del Minis-
terio del Trabajo y Previsión Social. Los montos de las comisiones serán
calculados por la Superintendencia de Seguridad Social para cada CCAF y
fijados por resolución conjunta de los Ministerios del Trabajo y Previsión
Social y de Hacienda.
Las CCAF constituirán además un fondo denominado Fondo Social,
el que se formará con los siguientes recursos: comisiones, reajustes e in-
tereses de los capitales dados en préstamos, rentas de inversiones, mul-
tas, intereses penales, productos de venta de bienes y servicios, donaciones,
herencias, legados y demás recursos que establezca la ley.
Estos recursos se destinarán a financiar los regímenes de prestacio-
nes de crédito social y de prestaciones adicionales, a adquirir bienes para
el funcionamiento de la Caja de Compensación y al financiamiento de
los gastos administrativos de ésta.
Estos recursos, los provenientes de la administración de prestaciones
complementarias y las disponibilidades de caja se podrán invertir sólo en
los instrumentos financieros señalados en las letras a) (Pagarés Tesore-
ría, letras crédito SERVIU y Bonos de Reconocimiento), b) (Depósitos a
plazo), c) (Títulos garantizados por instituciones financieras) y d) (Le-
tras de crédito) del artículo 45 del D.L. Nº 3.500 y en aquellos que deter-
mine el Consejo Monetario a proposición del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social.

382
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

7. ADMINISTRACIÓN. Las CCAF son administradas por un directorio compues-


to por no menos de tres ni más de siete miembros, en el que deberán estar
representados tanto trabajadores afiliados como entidades empleadoras, de-
biendo los estatutos respectivos determinar su forma de nominación.
Dichos estatutos determinarán también el plazo del mandato de los
directores, el cual no podrá exceder de 3 años, pudiendo ser reelegidos,
salvo disposición estatutaria en contrario.
Los directores representantes de las entidades empleadoras podrán
ser los propios empleadores o sus representantes legales.
Cabe consignar que los directores representantes de los trabajadores
tienen derecho a fuero (debe entenderse que expira al cese en funcio-
nes), gozan de permiso con goce de remuneraciones para cumplir sus la-
bores de tales y tienen, al igual que los restantes integrantes del directorio,
derecho a una dieta cuyo monto se fija en los estatutos, pero que no pue-
de exceder del equivalente a cinco ingresos mínimos.
Los directores serán responsables civil y criminalmente por los actos
que ejecuten en el desempeño de sus funciones; celebrarán sesiones or-
dinarias y extraordinarias, siendo sus formalidades del todo similares a
las sociedades anónimas (quórum, acta, observaciones, etc.).
Cabe sí señalar que aquellos acuerdos que se refieran a transacciones
judiciales o extrajudiciales deben ser elevados en consulta a la Superin-
tendencia de Seguridad Social, como igualmente aquellos cuyo cumpli-
miento merezca dudas de legalidad o conveniencia a los directorios;
asimismo, dicho organismo fiscalizador puede disponer que una CCAF que
a su juicio requiera un especial control, le eleve en consulta los acuerdos
que recaigan sobre las materias que ella determine.

8. PRESTACIONES. Las CCAF poseen una amplia gama de productos y ser-


vicios que otorgan a sus afiliados y beneficiarios, entre los cuales pueden
mencionarse los siguientes:
8.1. PRESTACIONES REDISTRIBUTIVAS:
8.1.1. Asignación familiar: Los requisitos para impetrar el beneficio de asig-
nación familiar (D.F.L. N° 150 año 1981) son los siguientes:
– Vivir a expensas del beneficiario que lo invoca.
– No percibir una renta, cualquiera sea su origen o procedencia, igual
o superior al 50% del ingreso mínimo mensual. Se exceptúan de esta in-
compatibilidad las pensiones de orfandad y las remuneraciones por labo-
res que desempeñen los causantes por un período no superior a tres meses
en cada año calendario.
– Los causantes no darán derecho a más de una asignación familiar,
por cada uno de ellos, aun cuando el trabajador estuviese acogido a di-
versos regímenes previsionales y desempeñare trabajos diferentes y aun
cuando pudiera ser invocado en dicha calidad por dos o más personas.
8.1.2. Subsidio por incapacidad laboral: Es una prestación de carácter pecu-
niario que se otorga al trabajador con el objeto de sustituir su remunera-
ción mientras está acogido a licencia médica.

383
LAS PRESTACIONES

Se paga por el período que dure la incapacidad y permite mantener


la continuidad previsional en los regímenes de pensiones y de salud a que
se encuentre afiliado el trabajador.
Sus características son:
– Son imponibles para los regímenes de previsión y salud.
– No se consideran renta para todos los efectos legales.
– El subsidio se devenga por día y se paga desde el cuarto día cuando
la licencia tiene una duración de menos de once días. Si la licencia tiene
una duración de once o más días, el subsidio se paga por el período com-
pleto.
– El aporte previsional se paga por el período completo de la licencia.
– El monto diario de subsidio no puede ser inferior a la trigésima parte
del 50% del ingreso mínimo para efectos no remuneracionales.
– La licencia médica puede corresponder a jornada parcial.
Los requisitos legales para impetrar subsidio por incapacidad laboral
son:
A) Contrato de trabajo vigente a la fecha de inicio de la licencia mé-
dica.
B) Afiliación: El trabajador debe tener una antigüedad mínima de 6
meses (180 días), en cualquier régimen previsional, a la fecha de inicio
de la licencia médica.
C) Cotizaciones: El trabajador debe tener a lo menos 3 meses (90 días)
de cotizaciones en la entidad previsional en la que se encuentre afiliado,
en el período comprendido por los seis meses anteriores a la fecha de
inicio de la licencia. Los trabajadores contratados diariamente, ya sea por
turnos o jornadas, sólo deberán acreditar 30 días de cotizaciones dentro
de los seis meses anteriores a la fecha de inicio de la licencia.
Cabe señalar que para las licencias médicas otorgadas por accidentes
comunes no se exigirán los requisitos de afiliación y cotizaciones.
El principio de automaticidad de las prestaciones señala que habién-
dose efectuado los descuentos previsionales al trabajador, deben conside-
rarse enteradas las cotizaciones para los efectos de acreditar los requisitos
y acceder al subsidio, aun cuando el empleador no las haya pagado en la
respectiva institución previsional.
Los diversos tipos de licencia que se otorgan son los siguientes:
1. Enfermedad común o curativa;
2. Reposo maternal, prenatal (42 días) y postnatal (84 días).
3. Reposo maternal suplementario, que corresponde a las prórrogas
del reposo prenatal, postnatal prolongado y las enfermedades provoca-
das por el embarazo.
4. Licencia a la madre trabajadora por enfermedad grave del hijo me-
nor de un año que requiera de su atención en el hogar.
5. Licencia que se extiende a la mujer que tenga a su cuidado a un
menor con edad inferior a seis meses y respecto del cual ha iniciado un
juicio de adopción plena. Se otorga el permiso mientras dure la tramita-

384
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

ción del juicio con un máximo de 12 semanas; y, en los casos de enfer-


medad grave del menor, hasta un año de edad.
6. Las licencias por accidentes del trabajo y enfermedades profesio-
nales regidas por la Ley N° 16.744.
El cálculo de los subsidios por licencias curativas y por el hijo menor
de un año se hace en base a las tres remuneraciones netas anteriores más
próximas al mes de inicio de la licencia médica (no se consideran las re-
muneraciones ocasionales, gratificaciones, bonos etc.); luego se suman los
subsidios de los meses correspondientes (Remuneración Neta más S.I.L.).
En consecuencia:
Subsidio Diario = Total Remuneración Neta + Subsidios
90
En cuanto a las licencias por reposo maternal, el subsidio se calcula
en base a las tres remuneraciones netas anteriores más próximas al mes
de inicio de la licencia médica (no se consideran las remuneraciones oca-
sionales, gratificaciones, bonos, etc.).
El subsidio no puede ser mayor al promedio de las tres remuneracio-
nes anteriores al séptimo mes precedente al de inicio de la licencia, re-
ajustado en un 100% de la variación del IPC en los siete meses anteriores
al mes precedente al de inicio de la licencia e incrementado en un 10%.
Si sólo hay dos o un mes con remuneración, dentro de los seis meses
anteriores al séptimo mes anterior al de inicio de la licencia médica, el
cálculo del monto diario tope debe hacerse dividiendo por 60 ó 30, se-
gún sea el caso.
Ejemplo:
Período de reposo prenatal: 05.08.99 - 15.09.99
Meses a considerar para el cálculo del subsidio:
– Mayo 1999
– Junio 1999
– Julio 1999
Meses a considerar para el cálculo del subsidio tope:
– Octubre 1998
– Noviembre 1998
– Diciembre 1998
La base diaria para las cotizaciones se calcula en base a la remunera-
ción imponible del mes inmediatamente anterior al de inicio de la licen-
cia médica; si no existe dicha remuneración, debe considerarse la
remuneración estipulada en el contrato de trabajo.
Se paga por el período completo de la licencia médica; también se
paga de acuerdo al porcentaje de la Institución Previsional vigente en la
que se encuentre afiliado el trabajador en el mes al cual corresponde el
período de la licencia médica.
8.1.3. El Subsidio de Cesantía: Los requisitos para impetrar el beneficio de
este subsidio, según lo determina el D.F.L. N° 150 año 1981, son:

385
LAS PRESTACIONES

1) Estar cesantes, entendiéndose que lo están aquellos trabajadores


que han sido despedidos por causas ajenas a su voluntad, causales con-
templadas en el D.F.L. Nº 1 o Código del Trabajo, art. 159 inc. 6º (caso
fortuito o fuerza mayor), art. 161 (necesidades de la empresa).
2) Tener a lo menos 52 semanas o 12 meses, continuos o discontinuos,
de imposiciones en cualquier régimen previsional afecto al sistema, den-
tro de los dos años anteriores a la fecha de la cesantía.
3) Estar inscrito en el Registro de Cesantes de la institución previsio-
nal pagadora del subsidio.
4) Estar inscrito en el Registro de Cesantes de la municipalidad del
domicilio del trabajador, el cual tiene por objeto asignar trabajos de asis-
tencia en beneficio de la comunidad.
Los derechos que asisten al trabajador durante el período de cesan-
tía son los siguientes:
– Al goce de asignaciones familiares y maternales debidamente acre-
ditadas por la institución pagadora.
– Al goce de las prestaciones médicas, a través del Fondo Nacional de
Salud (FONASA).
El derecho al cobro del subsidio cesa por las siguientes causas:
– Si el cesante rechaza, sin causa justificada, la ocupación ofrecida por
el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, a menos que ella sólo le
hubiere permitido ganar una remuneración inferior al 50% de la última
que percibió en la fecha de la pérdida del empleo.
– Si la solicitud de subsidio contuviere datos o información falsa.
– Si el beneficiario se negara a realizar aquellas labores de asistencia
en beneficio de la comunidad, según la Ley Nº 18.020.
– El goce del beneficio se interrumpirá cada vez que se pierda la con-
dición de cesante, sin perjuicio de recuperarlo cuando nuevamente se
adquiera tal calidad.
– El goce de subsidio de cesantía será incompatible con toda activi-
dad remunerada y con las pensiones derivadas de las circunstancias de
haber perdido el empleo y con los programas de absorción de cesantía
que llevan a cabo las municipalidades y otras entidades estatales.
El subsidio de cesantía se autoriza por períodos de 90 días, con un
máximo de 360, y se cancela desde la fecha de presentación de la solici-
tud (Ley Nº 18.228).
Los montos de esta prestación están fijados por períodos en la Ley
Nº 19.429, del Ministerio de Hacienda, asignándose un valor mensual para
cada uno de los períodos.
A octubre del año 2004 los montos del subsidio de cesantía son:
– Cuotas 1 a 3. Primeros 90 días: $ 17.338.
– Cuotas 4 a 6. Del día 91 al día 180: $ 11.560.
– Cuotas 7 a 12. Del día 181 al día 360: $ 8.669.
8.2. PRESTACIONES ECONÓMICAS : sus montos los determina cada Caja y com-
prenden generalmente los siguientes rubros:
Becas de estudio.

386
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

Asignaciones por nupcias.


Asignaciones por nacimiento.
Asignaciones por fallecimiento.
Asignaciones por matrícula.
8.3. PRESTACIONES ADICIONALES Y COMPLEMENTARIAS: Las Cajas de Compen-
sación están también facultadas para otorgar prestaciones adicionales y
complementarias, entre las que se destacan: crédito familiar, centros cam-
pestres y vacacionales, turismo familiar, seguros de vida familiar, conve-
nios de salud y servicios dentales, cursos de capacitación y formación
profesional, administración de prestaciones específicas de empresas afi-
liadas en virtud de convenios, actividades y eventos culturales, etc.
8.4. LEASING HABITACIONAL: Las Cajas de Compensación están autorizadas,
en virtud de la Ley Nº 19.281, de 1993, que regula el sistema Leasing Ha-
bitacional (arriendo de viviendas con promesa de compraventa), para ad-
ministrar cuentas de ahorro para la vivienda. Con ello se ha abierto un
amplio campo para las CCAF, ya que han sido llamadas a desempeñar un
activo rol en el proceso de administración del sistema. En efecto, la parti-
cipación de estas entidades en este nuevo sistema permitirá facilitar el ac-
ceso a la vivienda a importantes sectores laborales de ingresos medios y
bajos, contribuirá a su perfeccionamiento por la vía de beneficios y servi-
cios que complementan el leasing habitacional.

9. INTERVENCIÓN Y DISOLUCIÓN . Las CCAF pueden ser intervenidas por la


Superintendencia de Seguridad Social cuando:
1. A juicio de la Superintendencia, incurran en incumplimiento gra-
ve y reiterado de las disposiciones legales, reglamentarias o estatutarias
que las rigen o de las instrucciones que ella hubiere impartido, que per-
judiquen la marcha de la entidad;
2. Caigan en insolvencia por exceder su pasivo a su activo en un diez
por ciento o más, y
3. No paguen oportunamente, sin causa justificada, las prestaciones
legales, no obstante haber recibido los recursos correspondientes.
Esta intervención puede durar hasta seis meses, renovables por una
sola vez; el interventor asume las funciones del directorio y del gerente
general, los cuales se entienden suspendidos de sus funciones durante di-
cho período.
Las CCAF deberán ser disueltas cuando no completen el capital míni-
mo que les exige la ley e igualmente cuando presenten una situación de
insolvencia que no haya podido ser corregida mediante la intervención
de ellas por la Superintendencia. En esta circunstancia dicho organismo
solicita la disolución al Ministerio del Trabajo y Previsión Social, intervi-
niéndola simultáneamente.
Al liquidador (que será el interventor designado) le corresponde en
especial:
1. Determinar el estado financiero de la Caja de Compensación en
la fecha en que se decrete la disolución e incautarse de toda la documen-
tación de ella;

387
LAS PRESTACIONES

2. Continuar y concluir las operaciones pendientes al tiempo de la


disolución;
3. Exigir la cuenta de su administración al gerente general o a cual-
quier otro empleado que haya administrado recursos de la Caja de Com-
pensación;
4. Enajenar los bienes de la Caja de Compensación;
5. Presentar estados de la liquidación cuando lo exija la Superinten-
dencia, y
6. Rendir cuenta de su administración al término de sus funciones.
Debe destacarse además lo concerniente a las multas que puede im-
poner la Superintendencia a los directores y gerente general por incum-
plimiento grave de disposiciones legales y reglamentarias, cuando ello
cause perjuicio a la entidad y se hubieren confirmado hechos culpables
o negligentes.
La ley establece también un recurso de reclamación en contra de las
resoluciones de la Superintendencia relativas a objeciones a acuerdos de
directorio, imposición de multas y las que declaren la intervención de las
mismas. Se interpone el reclamo ante la Corte de Apelaciones del domi-
cilio de la Caja, dentro del plazo de quince días hábiles; del fallo de la
Corte se puede apelar dentro del 5º día ante la Excelentísima Corte Su-
prema.

10. VIGENCIA. Finalmente es dable destacar que la ley vigente comenzó a


regir con fecha 1º de octubre de 1989, derogándose en dicho instante el
D.F.L. Nº 42 que regía a las CCAF; y asignó a los directores vigentes a la
fecha de publicación de la ley la obligación de adecuar los estatutos a la
nueva normativa dentro del plazo de tres meses a contar del 1 de octu-
bre de 1989, otorgándoles igual plazo para adecuar su capital al monto
mínimo exigido por la ley.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1. De acuerdo al artículo 5º del D.F.L. Nº 150 de 1981, la pensión de or-


fandad no se considera renta, por lo cual su percepción no impide el co-
bro de asignación familiar por el mismo causante.
Dictamen de la Contraloría General de la República Nº 33.652, de 24
de diciembre de 1987.

2. Dentro del Sistema Único de Prestaciones Familiares, cuando el mis-


mo causante y el mismo beneficiario recuperen los requisitos para invo-
car asignación familiar y la entidad administradora siga siendo la misma,
no se necesitará acompañar los documentos civiles para acreditar los re-
quisitos, siempre que ello se ejecute en el plazo de 5 años, indicado en el
artículo 24, inciso 1º, del Decreto Supremo de Trabajo Nº 75 de 1974.
Superintendencia de Seguridad Social, Circular Nº 1.076, de 26 de fe-
brero de 1988.

388
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

3. Para que el trabajador independiente afiliado al nuevo sistema de pen-


siones tenga la calidad de beneficiario del Sistema Único de Prestaciones
Familiares, debe haber estado afiliado a un régimen de previsión que con-
temple esta prestación y debe continuar desempeñando la actividad que
le otorga la calidad de imponente de dicho régimen previsional.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 8.679, de
20 de octubre de 1988.

4. El monto máximo que el empleador puede deducir de las remunera-


ciones de sus dependientes que hayan recibido préstamos de salud alcan-
za hasta el 15%, siempre que haya acuerdo entre ellos. La fiscalización
del cumplimiento de esta norma corresponde a la Dirección del Trabajo.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 7.901/154, de 26 de octu-
bre de 1988.

5. Las deducciones a las remuneraciones por concepto de créditos socia-


les otorgados por Cajas de Compensación no quedan comprendidas en
el límite del 15% del inciso 2º del artículo 57 del Código y, en consecuen-
cia, el empleador está obligado a practicar su descuento.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 8.608/173, de 25 de noviem-
bre de 1988.

6. La empresa que se afilia a una Caja de Compensación de Asignación


Familiar involucra al total de sus trabajadores.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3.681, de 8
de mayo de 1989.

7. Los socios que tienen facultad de administración de celebrar todos los


actos y contratos, contratar y despedir trabajadores y fijarles remunera-
ciones, no pueden invocar su derecho a asignación familiar, ya que no
puede considerárseles a su vez como empleados dependientes de la so-
ciedad, puesto que la voluntad de ésta se confunde con la de ellos.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 5.928, de
24 de julio de 1989.

8. Es causante de asignación familiar el hijastro que es hijo legítimo, na-


tural o simplemente ilegítimo del cónyuge, de acuerdo a los artículos 20
y 280 del Código Civil.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 2.831, de
27 de marzo de 1990.

9. La Ley Nº 18.833 sobre nuevos estatutos generales referentes a Cajas


de Compensación de Asignación Familiar dispone que podrán afiliarse a
las mismas las entidades empleadoras que cumplan con ciertos requisi-
tos; lo mismo para desafiliarse. En virtud de esto se entiende que son sólo
empresas las que pueden afiliarse o desafiliarse a las CCAF, comprendién-
dose por empresa toda organización de medios personales, materiales e

389
LAS PRESTACIONES

inmateriales ordenados bajo una dirección, para el logro de fines econó-


micos, sociales, culturales o benéficos, dotada de una individualidad le-
gal determinada.
La Superintendencia de Seguridad Social, interpretando el articula-
do correspondiente ya antes indicado, dictaminó que sólo compete a las
empresas la afiliación o desafiliación a una CCAF y que no es posible que
los trabajadores independientemente de sus entidades empleadoras se afi-
lien a estos organismos.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 10.095, de
9 de octubre de 1992.

10. El Ministerio Público no constituye una empresa ni reúne los requi-


sitos contemplados en la Ley Nº 18.833, por tanto, no puede afiliarse a
una Caja de Compensación.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 11.444, de
15 de marzo de 2002.

11. El empleador no está facultado para evaluar la capacidad de endeu-


damiento de sus trabajadores peticionarios de crédito social. Sólo debe
remitir a la respectiva Caja de Compensación las solicitudes efectuadas,
dando fe de la información contenida en ellas.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 29.967, de
16 de julio de 2002.

12. Una Caja de Compensación no está obligada a otorgar el crédito so-


cial al trabajador que lo solicite. Las condiciones para su otorgamiento
deben establecerse mediante un reglamento especial.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 49.821, de
7 de noviembre de 2002.

13. Imparte instrucciones sobre los nuevos montos de asignación fami-


liar y maternal que rigen a partir del 1 de julio de 2004.
– Las modificaciones introducidas por el artículo 21 de la Ley
Nº 19.843 al inciso 1º del art. 1º de la Ley Nº 18.987, establecen los valo-
res de la asignación familiar y maternal a contar del 1° de julio de 2004.
El inciso 2º de este artículo no sufrió modificaciones.
– Se entiende por ingreso mensual el promedio de la remuneración,
de la renta del trabajador independiente y/o del subsidio o de la pen-
sión, devengados por lo beneficiarios durante el semestre comprendido
entre los meses de enero y junio, ambos inclusive, inmediatamente ante-
rior a aquel en que se devengue la asignación, siempre que haya tenido
ingreso a lo menos por 30 días. En el evento que el beneficiario tuviere
más de una fuente de ingresos, deben considerarse todas ellas. Artículo
2º de la Ley Nº 19.152, que modificó el artículo 2º de la Ley Nº 18.987.
– Si el beneficiario no registra ingresos durante todos los meses, el
promedio se calcula dividiendo el total de ingresos por el número de me-
ses que registra ingresos.

390
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

– Si en un mes del período se tienen ingresos por una fracción de


éste, debe considerarse como el ingreso de todo el mes.
– Los ingresos deben considerarse en su monto bruto. Artículo 2º de
la Ley Nº 18.987.
– En el caso que el beneficiario perciba durante el período remune-
raciones devengadas por un lapso mayor que dicho período, tales como
gratificaciones, sólo debe considerarse como ingreso del periodo la parte
proporcional que corresponda a lo devengado en el semestre.
– En el caso de los beneficiarios que no registren ingresos, a lo me-
nos por 30 días efectivos en el período indicado, debe estarse a aquel co-
rrespondiente al primer mes en que esté devengando la asignación, y si
sólo hubiese devengado ingresos por algunos días, el ingreso mensual co-
rresponderá a la cantidad recibida en esos días.
– Los trabajadores contratados por obras o faenas o por plazo fijo no
superiores a 6 meses, para la determinación del ingreso mensual, deberá
considerarse un período de 12 meses comprendido entre julio y junio an-
teriores al mes en que se devengue la asignación. Artículo 13 N° 1 de la
Ley Nº 19.350, que modificó el inciso 1º del art. 2º de la Ley Nº 18.987.
– Para ser causante de asignación familiar se requiere vivir a expen-
sas del beneficiario que lo invoque como carga y no disfrutar de una ren-
ta, cualquiera sea su origen, igual o superior al 50% del IMM. Excepción:
Causantes de asignación familiar que desempeñen labores remuneradas
por un período no superior a 3 meses en cada año calendario, conservan
la calidad de tal para todos los efectos legales. Artículo 5º de la Ley
Nº19.073, que modificó el art. 5º del D.F.L. N° 150, de 1981, del Ministe-
rio del Trabajo y Previsión Social y art. 2º de la Ley Nº 18.987.
– Las entidades pagadoras del beneficio deberán exigir en el mes de
julio de cada año una declaración jurada a los beneficiarios sobre el monto
de sus ingresos en el período correspondiente. Los trabajadores que se
mantienen con el mismo empleador, basta que señalen si tuvieron otros
ingresos en el período y cuáles fueron éstos. Si no presenta la declara-
ción, se asumirá que su ingreso mensual es superior a $ 361.064 y por lo
tanto no tendrá derecho al beneficio hasta que demuestre lo contrario.
– Las asignaciones familiares de los trabajadores dependientes en goce
de subsidios por incapacidad laboral deben ser pagadas por el empleador.
Superintendencia de Seguridad Social. Circular 2.136, de 3.06.04.

391
ESTADÍSTICAS DE CAJAS DE COMPENSACIÓN
DE ASIGNACIÓN FAMILIAR (CCAF)*

CUADRO 1
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE EMPRESAS ADHERENTES Y TRABAJADORES
AFILIADOS A LAS CAJAS DE COMPENSACIÓN DE ASIGNACIÓN FAMILIAR
1999-2003

(a) El Decreto Supremo Nº 2, del 12 de enero de 2001, publicado en el Diario Oficial el


día 23 de enero de 2001, oficializó la fusión de las CCAF Javiera Carrera y 18 de Septiem-
bre, en la que esta última absorvió a la primera.

* Fuente: Superintendencia de Seguridad Social.

392
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

CUADRO 2
NÚMERO TOTAL DE AFILIADOS A LAS CAJAS DE COMPENSACIÓN
DE ASIGNACIÓN FAMILIAR , SEGÚN SU CALIDAD
DICIEMBRE 2003

(a) Cifras en revisión.

CUADRO 3
NÚMERO DE PENSIONADOS AFILIADOS A LAS CAJAS DE COMPENSACIÓN
DE ASIGNACIÓN FAMILIAR, POR SEXO
2002-2003

Cifras a diciembre de cada año.

393
CUADRO 4
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES AFILIADOS A LAS C.C.A.F., POR ACTIVIDAD ECONÓMICA
2003

394
LAS PRESTACIONES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 5
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES AFILIADOS HOMBRES A LAS C.C.A.F., POR ACTIVIDAD ECONÓMICA
2003

395
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 6
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORAS AFILIADAS MUJERES A LAS C.C.A.F., POR ACTIVIDAD ECONÓMICA
2003

396
LAS PRESTACIONES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 7
NÚMERO DE EMPRESAS ADHERENTES A LAS C.C.A.F., POR ACTIVIDAD ECONÓMICA
JUNIO 2003

397
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 8
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES AFILIADOS A LAS C.C.A.F., POR REGIONES
2003

398
LAS PRESTACIONES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 9
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES AFILIADOS HOMBRES A LAS C.C.A.F., POR REGIONES
2003

399
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 10
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORAS AFILIADAS MUJERES A LAS C.C.A.F., POR REGIONES
2003

400
LAS PRESTACIONES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 11
NÚMERO DE EMPRESAS ADHERENTES A LAS C.C.A.F., POR REGIONES
JUNIO 2003

401
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

(a) Cifras en revisión.


CUADRO 12
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE TRABAJADORES AFILIADOS A LAS C.C.A.F., POR REGIONES Y ACTIVIDAD ECONÓMICA
2003

402
LAS PRESTACIONES
CUADRO 13
N ÚMERO TOTAL DE EMPRESAS ADHERENTES A LAS C.C.A.F., POR REGIONES Y ACTIVIDAD ECONÓMICA
JUNIO 2003

403
LAS PRESTACIONES FAMILIARES
LAS PRESTACIONES

CUADRO 14
N ÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE ASIGNACIONES FAMILIARES PAGADAS,
POR EL FONDO ÚNICO DE PRESTACIONES FAMILIARES, POR INSTITUCIONES
AÑO 2003

404
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

CUADRO 14 (continuación).

405
LAS PRESTACIONES

CUADRO 14 (continuación).

(1) Corresponde a asignaciones familiares pagadas a cesantes.


(2) Incluye 370 asignaciones familiares pagadas a hogares de menores.

406
CUADRO 15
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE ASIGNACIONES FAMILIARES PAGADAS POR LAS C.C.A.F., POR ACTIVIDAD ECONÓMICA
2003

407
LAS PRESTACIONES FAMILIARES
LAS PRESTACIONES

CUADRO 16
VALOR UNITARIO DE LA ASIGNACIÓN FAMILIAR
1975-1990

408
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

CUADRO 17
VALOR DE LA ASIGNACIÓN FAMILIAR SEGÚN TRAMOS DE RENTA
(CIFRAS EN $ DE CADA AÑO)
1990-2003

409
CUADRO 18
INGRESOS Y EGRESOS DEL SISTEMA ÚNICO DE PRESTACIONES FAMILIARES
(MONTOS EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

410
LAS PRESTACIONES

Fuente: Balances Presupuestarios del FUPF y S de cesantía.


(a) El régimen no es contributivo, corresponde a cotizaciones rezagadas.
CUADRO 19
SUBSIDIO FAMILIAR - LEY Nº 18.020
Nº PROMEDIO MENSUAL Y MONTOS TOTALES
(MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

411
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

(a) Cifra incluida en menores.


(a) Monto pagado obtenido de balance del Fondo Nacional de Subsidios Familiares al 31 de diciembre de cada año.
CUADRO 20
CAJAS DE COMPENSACIÓN DE ASIGNACIÓN FAMILIAR . BALANCES GENERALES AL 31 DE DICIEMBRE DE 2003
(M ONTOS EN MILES DE $)

412
LAS PRESTACIONES
CUADRO 20 (continuación).

413
LAS PRESTACIONES FAMILIARES

Fuente: Estados Financieros de las Cajas de Compensación de Asignación Familiar.


Nota: Cifras sin auditar.
LAS PRESTACIONES

CUADRO 21
CAJAS DE COMPENSACIÓN DE A SIGNACIÓN FAMILIAR
ESTADO DE RESULTADOS AL 31 DE DICIEMBRE DE 2003
(MONTOS EN MILES DE $)

Fuente: Estados Financieros de las Cajas de Compensación de Asignación Familiar.


Nota: Cifras sin auditar.

414
CAPÍTULO XIV

EL DESEMPLEO

Este verdadero flagelo que se ha abatido sobre la humanidad permanen-


temente desde la Revolución Industrial forma parte de las situaciones que
debe atacar un sistema integral de Seguridad Social.
No se puede marginar a aquella persona que, teniendo el deseo de
trabajar, no lo puede ejercitar por no encontrar un empleo (desemplea-
do o cesante).
Es, sin duda alguna, la situación más apremiante para un trabaja-
dor y jefe de familia, quien muchas veces no sabe de avances tecnológi-
cos, cambios estructurales, efectos estacionales, etc., todas estas causales
de desempleo; sólo sabe que no encuentra en qué utilizar su capacidad
de ganancia, y que, a causa de ello, él y su grupo familiar carecen de lo
más elemental. Es algo que golpea su dignidad y lo rebaja como ser hu-
mano, no puede, por ende, escapar a la preocupación social sobre la
materia.
Las tasas de desempleo se hallan íntimamente vinculadas a los cam-
bios económicos tan propios de nuestros tiempos y tan relacionados con
fenómenos de todo tipo; es usual ya escuchar de promedios mundiales
de 10% de desempleo; nuestro país no ha escapado a ello y desgraciada-
mente, en varias oportunidades, lo ha superado con creces.
Sus efectos siempre se sienten en el mundo del trabajo: o golpea las
remuneraciones o priva de ellas a un grupo significativo de trabajadores.
Ello ha motivado la adopción de medidas legales tendientes a amino-
rar su efecto, que van desde seguros de desempleo, con gran desarrollo
en países avanzados, hasta indemnizaciones (vinculadas al término de la
relación laboral por causa no imputable al trabajador) y subsidios.
La primera medida no había sido posible implantarla en el país por
múltiples razones, principalmente financieras; sólo el año 2001, como
se verá más adelante, ello pudo cristalizarse; la segunda se ha examina-
do en la terminación del contrato individual de trabajo, en esta misma
obra; desarrollaremos, por lo tanto, la tercera, esto es, los subsidios de
cesantía.

415
LAS PRESTACIONES

I. EL SUBSIDIO DE CESANTÍA

El ya citado D.F.L. Nº 150, de 1982, visto al analizar el Sistema Único de


Prestaciones Familiares, se refiere en su Título II al sistema cuyo conteni-
do pasamos a esquematizar.

1. BENEFICIARIOS :
a) Todos los trabajadores dependientes de los sectores público y pri-
vado, sin exclusión alguna, cualquiera haya sido su régimen previsional.
b) Los trabajadores independientes que al 1º de agosto de 1974 (vi-
gencia del D.L. Nº 603, texto primitivo) tenían derecho a subsidio en el
régimen anterior. Ellos son:
– preparadores y jinetes de caballos de carrera;
– cargadores de ferias y mercados;
– suplementeros.

2. REQUISITOS HABILITANTES:
a) Ser despedido del empleo por causas ajenas a la voluntad del tra-
bajador;
b) Tener, a lo menos, 52 semanas o 12 meses, continuos o disconti-
nuos, de cotizaciones dentro de los dos años anteriores a la cesantía, en
cualquier régimen previsional afecto al Sistema;
c) Estar inscrito en el Registro de Cesantes, tanto el que lleva el res-
pectivo ente gestor de la Seguridad Social como el del municipio;
d) Cumplir una jornada no inferior a 30 horas semanales para des-
empeñar aquellas labores que el alcalde de la respectiva municipalidad
le asigne.
El subsidio se pierde si el cesante rechaza, sin causa justificada, el em-
pleo ofrecido por el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE),
a menos que la remuneración fuere inferior al 50% de la última percibi-
da, o que se negare al trabajo asignado por el alcalde.

3. EXIGIBILIDAD. No existe plazo para hacerlo efectivo; se paga por día


desde la presentación de la solicitud y por mes vencido, en la entidad pre-
visional respectiva (Caja de Previsión del antiguo sistema a que estaba afi-
liado o que le correspondería ahora).
Se otorga por 90 días, prorrogable hasta 360 días.
Se puede interrumpir al encontrar trabajo y se recupera al perder la
ocupación, sin acreditación de requisitos, hasta completar el período que
le fue aprobado.
El monto del subsidio es decreciente.84

84
A contar del 9.05.85 su monto fue de $ 6.000 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 4.000 por los siguientes 90, y de $ 3.000 por los siguientes 180.
A contar del 21.11.90 su monto fue de $ 9.000 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 6.000 por los siguientes 90, y de $ 4.500 por los siguientes 180.

416
EL DESEMPLEO

El subsidio no está afecto a cotización alguna, confiere derecho a asig-


nación familiar y maternal y a las prestaciones médicas básicas y es incom-
patible con toda otra actividad remunerada.
La supervisión del sistema la tiene la Superintendencia de Seguridad
Social, sin perjuicio de las atribuciones de los municipios y de la Contra-
loría General de la República.
Es indudable que esta prestación debería tender a tener cada vez una
menor incidencia, habida consideración de la implantación del Seguro de
Cesantía en nuestro país; no obstante, nos parece que pese al bajo monto
que representa (“un bofetón social”, se le ha llamado), él seguirá teniendo
una gran importancia aun para los más desposeídos. Para ello sólo basta
tener presente que en lo que va de este siglo se han estado pagando más
de 40.000 nuevos subsidios anuales, lo que demuestra su vigencia.

4. EL TRABAJO MÍNIMO ASEGURADO. Los municipios organizan un régimen


llamado de “trabajo mínimo asegurado”. El trabajador cesante debe op-
tar al impetrar el subsidio entre esta modalidad y la reseñada anterior-
mente, decisión que no puede variar después.
Esta otra modalidad consiste en que el trabajador deberá desempe-
ñar aquellas labores que le asigne el municipio, de acuerdo con sus con-
diciones y capacidad. Dicho trabajo no puede exceder de 15 horas
semanales y debe realizarse en la comuna en que el trabajador tenga su
domicilio o en la que haya desempeñado su último trabajo.
La remuneración es equivalente a un tercio del ingreso mínimo y no
será imponible ni tributable.
El desempeño de este trabajo no otorga al trabajador la calidad de
funcionario del Estado ni le hace aplicable norma laboral alguna.

A contar del 1.12.91 su monto fue de $ 10.620 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 7.080 por los siguientes 90, y de $ 5.310 por los siguientes 180.
A contar del 1.01.93 su monto fue de $ 12.106 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 8.071 por los siguientes 90, y de $ 6.053 por los siguientes 180.
A contar del 1.01.94 su monto fue de $ 13.922 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 9.282 por los siguientes 90, y de $ 6.961 por los siguientes 180 (Ley Nº 19.267, D.O. 27.1.93).
A contar del 1.1.95 su monto fue de $ 15.620 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 10.414 por los siguientes 90, y de $ 7.810 por los siguientes 180 (Ley Nº 19.355, D.O.
2.12.94).
A contar del 1.1.96 su monto es de $ 17.338 mensuales por los primeros 90 días, de
$ 11.560 por los siguientes 90, y de $ 8.669 por los siguientes 180 (Ley Nº 19.429, D.O.
30.11.95). Este valor se mantiene vigente a la fecha de entrar en prensa esta edición.
A partir del 01 de enero de 1997
Los primeros 90 días $ 17.338
Entre 91 y 180 días $ 11.560
Entre 181 y 360 días $ 8.669

417
LAS PRESTACIONES

II. LA CAPACITACIÓN

En estrecha vinculación con el aspecto anterior se encuentra este intere-


sante factor, destinado a convertirse en una herramienta poderosa para
hacer frente al flagelo denunciado. En nuestro país existieron honrosos
ejemplos orientados a elevar el nivel y capacidad de la masa laboral, pero
en general ello obedeció a personas o a instituciones individualmente con-
sideradas y, por ende, se hizo en forma inorgánica y con resultados espo-
rádicos.
Creemos que en la actualidad se ha tomado conciencia de la situa-
ción y se ha enfrentado en forma adecuada, de tal modo que la comuni-
dad entera se beneficie mediante una actuación conjunta; es de lo que
tratan las normas legales que a continuación veremos.85

1. RÉGIMEN LEGAL. El Decreto Ley Nº 1.446, que regulaba originalmente


esta materia, fue derogado por el artículo 94 de la Ley Nº 19.518 (D.O.
14.10.97), que estableció el nuevo Estatuto de Capacitación y Empleo; su
Reglamento fue establecido mediante el D.S. Nº 98 del Ministerio del Tra-
bajo y Previsión Social (D.O. 24.04.98, rectificado en D.O. 13.05.98), y mo-
dificado por D.S. Nº 87 (D.O. 25.09.99).
Complementa esta normativa la Ley Nº 19.644 (D.O. 27.11.99), me-
diante la cual se creó el “Fondo para la Modernización de las Relaciones
Laborales y Desarrollo Sindical”, cuya finalidad es la de financiar activi-
dades de capacitación, formación y asesoría, cuyos destinatarios son los
socios de las entidades sindicales, así como las asociaciones gremiales de
la pequeña y microempresa; la normativa pretende la tecnificación y for-
talecimiento de las organizaciones señaladas, con la finalidad de elevar la
calidad y equidad de las relaciones laborales en las empresas.
En su artículo 9º define la capacitación como “el proceso destinado a
promover, facilitar, fomentar y desarrollar las aptitudes, habilidades o gra-
dos de conocimiento de los trabajadores con el fin de permitirles mejo-
res oportunidades y condiciones de vida y de trabajo y de incrementar la
productividad nacional, procurando la necesaria adaptación de los traba-
jadores a los procesos tecnológicos y a las modificaciones estructurales de
la economía”.

2. OBJETIVO. El objetivo lo traza en su artículo 1º y señala que el régimen


persigue un adecuado nivel de empleo, y en dicho sentido contempla ac-
ciones encaminadas a supervigilar los programas de capacitación, otor-
gar becas a los trabajadores, procurar una adecuada movilidad de la mano
de obra, apoyar los servicios de colocación y coordinar con otros países
las migraciones laborales.

85
Antecedentes adicionales sobre la materia se encuentran en el Capítulo XIX del
Tomo I de esta obra.

418
EL DESEMPLEO

3. BENEFICIARIOS . Como beneficiarios del sistema considera a los trabaja-


dores que se encuentran en actividad, a los cesantes y a los desempleados
que buscan trabajo por primera vez.
La responsabilidad de las actividades la atribuye la ley a las empresas,
o en subsidio, al SENCE (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo).
Los trabajadores beneficiarios mantendrán sus remuneraciones ínte-
gras, cualquiera fuere su jornada de trabajo modificada, y se considerará
falta de probidad para todos los efectos legales y laborales la circunstan-
cia de que un trabajador se inscriba en un curso de capacitación y no lo
continúe por simple abandono del mismo, sin que medie una causal de-
bidamente justificada.

4. FINANCIAMIENTO. El financiamiento del sistema opera a través del des-


embolso que efectúan los empleadores con motivo de la capacitación y
de la compensación que hacen de dichas sumas con cargo a lo que de-
ban pagar por concepto de impuesto a la renta en Primera Categoría, con
un tope equivalente al 1% de las remuneraciones imponibles pagadas al
personal, franquicia que no se extiende a los contribuyentes cuyas rentas
provengan únicamente de las letras c) y d) del Nº 2 del art. 20 de la Ley
de la Renta; cuando la capacitación fuere impartida a trabajadores cuya
remuneración individual mensual fuere igual o superior a 10 ingresos mí-
nimos, la empresa deberá soportar el 50% de los gastos. A su vez, los des-
embolsos que efectúen los servicios e instituciones del sector público se
realizarán con cargo a los recursos presupuestarios que se les hayan asig-
nado al efecto.
En principio, la ley estipula que la capacitación debe desarrollarse fue-
ra de la jornada de trabajo, sin perjuicio de que ella se pueda efectuar
durante la jornada, con derecho a la rebaja de remuneración correspon-
diente, salvo el caso en que el curso tenga directa relación con las fun-
ciones y especialidades propias de la respectiva empresa.

5. LA COLOCACIÓN . También se preocupa la ley de la colocación, en-


tendiendo por ella “el conjunto de acciones destinadas a relacionar a
quienes buscan ocupación con quienes la ofrecen con el fin de cele-
brar un contrato de trabajo”. El SENCE queda encargado de su super-
visión y regula a los organismos privados como a los públicos (munici-
palidades).
A su vez, el SENCE tiene regulada sus funciones en los artículos 38 a
48, destacándose sus labores asesoras, técnicas y operativas, todo lo cual
configura a su respecto una estructura amplia para administrar adecua-
damente el Sistema.
Cabe consignar, por último, que el D.L. Nº 1.446, normativa origina-
ria del Sistema, derogó expresamente las normas relativas al Instituto La-
boral y de Desarrollo Social, Servicio Nacional del Empleo y Fondo de
Educación y Extensión Sindical de la Dirección del Trabajo, entes que de
alguna u otra forma abarcaban aspectos específicos relativos a la capaci-
tación y el empleo.

419
LAS PRESTACIONES

III. EL SEGURO DE DESEMPLEO O DE CESANTÍA

1. ORÍGENES. La preocupación por quedar desempleado es una constan-


te en el mundo globalizado actual, y muy en particular en América Lati-
na; la conocida extrema competitividad de la economía actual, con su
subsiguiente pérdida y generación de empleos, ha hecho patente una ines-
tabilidad creciente en los puestos de trabajo.
Las encuestas demuestran que ello lo palpan todos los trabajadores; des-
de el 63% de los trabajadores uruguayos, hasta el 91% de los trabajadores de
Guatemala; en Chile es una inquietud para el 67% de los dependientes.86
El desempleo ha pasado así a constituir una preocupación de nivel
internacional; diversas instituciones del orden económico así lo han ma-
nifestado (BID, Banco Mundial), como asimismo del orden social (OIT).
En relación a ello, se han generado las políticas macroeconómicas que
se estudian para hacer frente al desempleo, las que grafican a los grupos
socialmente desprotegidos; se señala al efecto que en un extremo se en-
cuentran los trabajadores ocupados en una economía formal, bajo rela-
ción de dependencia y una relativamente alta permanencia en su empleo;
por oposición, en el otro extremo se ubican los desocupados y los traba-
jadores informales, sin relación de dependencia ni remuneracional de-
terminada, habitualmente subocupados y con muy bajos ingresos.
Existe un segmento intermedio, el que por diversos motivos demo-
gráficos y sociales oscila entre ambos extremos, generalmente con empleos
que les proporcionan bajos ingresos, o bien con trabajos independientes
altamente aleatorios, o bien simplemente desempleados.
En relación a esta caracterización se estructuran los instrumentos de
protección social para hacerles frente, los que, por lo general, toman en
consideración dos variables básicas: la existencia de un contrato de traba-
jo formal y la tasa de rotación en el empleo.
El abanico de posibilidades que se abre para hacer frente a la situa-
ción abarca aspectos tales como generación adicional de empleo, subsi-
dios directos a la contratación, incentivos adicionales para capacitación,
énfasis en la intermediación, regulaciones laborales, esquemas de pensio-
nes anticipadas, subsidios a la cesantía, y seguros de desempleo.
Habitualmente, y dependiendo de la realidad económica y social de
un país, estas alternativas se combinan entre sí, dando origen a múltiples
variables.
Manifestábamos a la fecha de cierre de nuestra edición anterior (año
2000) que el Ministerio del Trabajo se encontraba efectuando consultas
con los sectores trabajadores y empleadores acerca del Proyecto sobre “Pro-
tección al Trabajador Cesante”, más conocido bajo la sigla de PROTRAC,
con miras a incluirlo en la convocatoria parlamentaria 1997.

86
Redundancy Index. Preocupación por quedar desempleado – América Latina, 2004.
Citado en Segundo Seminario Internacional sobre Seguro de Desempleo en Chile: Leccio-
nes y Desafíos (CIEDESS/SAFP/AFC –30-09-2004).

420
EL DESEMPLEO

Dicho proyecto tuvo innumerables tropiezos, y en definitiva no pudo


prosperar.
En su lugar, con fecha 18 de abril del año 2000, el Gobierno envió al
Parlamento un nuevo Mensaje (el Nº 396-341), el que luego de un trámi-
te de poco más de un año, se convirtió en la Ley Nº 19.728 (D.O.
14.5.2001), mediante la cual se instauró el “Seguro de Desempleo” o “Se-
guro de Cesantía” (ambas voces son empleadas en el texto, pero se le co-
noce habitualmente bajo la segunda).
A no dudar, creemos que se puede afirmar que esta ha sido la inno-
vación institucional más relevante en la Seguridad Social chilena desde
la creación de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y de
las Instituciones de Salud Previsional (Isapres); la originalidad de su dise-
ño, las innovaciones en su mecánica de financiamiento, y la estructura
de sus prestaciones bastan por sí solas para atribuirle dicho carácter.
La misma OIT ha señalado al efecto que “Chile ha introducido una
nueva legislación que podría liderar una nueva generación de reformas
en materia de seguros de desempleo”, quizá teniendo a la vista los graves
problemas que han tenido en el mundo los sistemas tradicionales que tra-
tan de hacer frente a este problema.
¿Cuáles fueron los criterios básicos orientadores del legislador nacio-
nal para instaurar el Seguro de Cesantía en Chile?
Del Mensaje que dio origen a la ley se desprenden los siguientes:
– la búsqueda de una mayor protección social;
– la obtención de una manutención de los ingresos durante el perío-
do de la cesantía;
– la consideración de las experiencias vigentes en el mundo;
– la estructura de financiamiento basada en el ahorro y combinada
con un fondo de carácter solidario;
– la generalización del esquema indemnizatorio por término de años
de servicios.
Como características del Sistema, podemos citar las siguientes:
– se trata de un modelo de carácter sustitutivo (no complementario), ya
que viene a reemplazar al insuficiente subsidio de cesantía existen-
te;
– se basa en contribuciones definidas, con base tripartita, aspecto este úl-
timo que rompe la línea que estaba siguiendo la legislación nacio-
nal en los últimos 30 años (cotizaciones de cargo del trabajador);
– sus prestaciones son definidas y ajustables, según los parámetros obje-
tivos que el sistema contempla;
– su financiamiento es mixto, a base de ahorro en cuentas de capitaliza-
ción individual, pero con un fondo de reparto solidario aplicable
bajo ciertas circunstancias;
– su administración es privada, a cargo de una entidad que se adjudicó
el seguro en una licitación pública, a la que fueron convocadas las
CCAF, las Administradoras de Fondos, las entidades bancarias e ins-
tituciones financieras, las AFP y demás personas jurídicas, naciona-

421
LAS PRESTACIONES

les o extranjeras, que cumplieren con lo establecido en las respecti-


vas “Bases de Licitación”; los Ministerios del Trabajo y Previsión So-
cial y el de Hacienda efectuaron un proceso de precalificación de
los postulantes, a fin de asegurar su idoneidad técnica, económica y
financiera.

2. ADMINISTRACIÓN DEL SEGURO. Las normas relativas a la administración


del régimen comenzaron a regir el 1º de junio del año 2001, en tanto
que las normas que regulan su sistema operativo entraron en vigencia el
1º de octubre del año 2002, en virtud de la publicación (D.O. 23-09-2002)
de la Resolución Nº 1 de la Superintendencia de AFP que autorizó el ini-
cio de la “Sociedad Administradora de Fondos de Cesantía de Chile S.A.”,
más conocida bajo la sigla “AFC”.
Esta sociedad –anónima y de giro único, por expreso mandato legal–
fue formada por la totalidad de las Administradoras de Fondos de Pen-
siones, la que en enero del año 2002 se adjudicó, mediante decreto su-
premo conjunto de los Ministerios del Trabajo y Previsión Social, y de
Hacienda, la administración del seguro por un plazo de 10 años (a con-
tar del 25 de abril del año 2002), a base de haber ofertado la comisión
más baja (un 0,6%) y un completo sistema de servicios complementarios. 87
Ella tiene como objeto exclusivo el administrar dos fondos, denomi-
nados “Fondo de Cesantía” y “Fondo de Cesantía Solidario”, y otorgar las
prestaciones y beneficios que establece la ley. La sociedad es de duración
indefinida y subsistirá hasta el cumplimiento del plazo de vigencia del con-
trato de administración (diez años).
La sociedad tiene derecho a una retribución establecida a base de co-
misiones de cargo de los aportantes que se encuentren cotizando, la que
se deducirá de las cuentas individuales y de la cuenta “Fondo de Cesantía
Solidario”. Dicha comisión se estableció en el contrato de administración,
y corresponde a un 0,6% de la remuneración imponible (hasta 90 UF).
Durante la vigencia del contrato la sociedad deberá asegurar la conti-
nuidad de la prestación del servicio en condiciones de absoluta normali-
dad y en forma ininterrumpida.
La sociedad tiene la obligación de mantener una base de datos de los
trabajadores sujetos al seguro, cuyo objeto único será contar con los re-
gistros necesarios para la operación del mismo, el que incluirá el registro
general de información del trabajador, los movimientos de las cuentas in-
dividuales por cesantía y el archivo de documentos.
La sociedad queda obligada, asimismo, a enviar a las Oficinas Muni-
cipales de Intermediación Laboral (OMIL) los antecedentes necesarios del
beneficiario.
La sociedad deberá llevar contabilidad separada del patrimonio de
cada uno de los Fondos que administra; los bienes y derechos que com-

87
Al año 2004 esta sociedad cuenta con una dotación de 60 personas y ha invertido
una cifra cercana a los 10 millones de dólares en la implementación y operación del seguro
de cesantía.

422
EL DESEMPLEO

ponen el patrimonio de los Fondos son inembargables y estarán destina-


dos sólo a generar prestaciones de acuerdo a las disposiciones de la ley.
Los recursos de los Fondos deben ser invertidos en los instrumentos
financieros a que se refiere el artículo 45 del D.L. Nº 3.500, en relación
al Fondo tipo 2, lo que hay que entenderlo referido al Fondo tipo E, dada
la reforma de Multifondos del Sistema de AFP.
La supervigilancia, control y fiscalización de la sociedad correspon-
derá a la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones
(dada su experiencia en supervisión de cuentas individuales de ahorro
previsional), y estará dotada de las mismas facultades que le otorga el D.L.
Nº 3.500 respecto de las AFP.
El contrato de administración se extinguirá por las siguientes causales:
– cumplimiento del plazo por el que fue otorgado;
– acuerdo entre los Ministerios otorgantes y la sociedad;
– infracción grave de sus obligaciones por parte de la Sociedad Ad-
ministradora, circunstancia que calificará la Superintendencia, de-
clarando la infracción grave o la insolvencia;
– insolvencia de la Sociedad Administradora;
– por ocurrencia de aquellas estipuladas en las bases de licitación.
La ley contempla también severas penalidades para los directores,
gerentes, apoderados, liquidadores, operadores de mesa de dinero y tra-
bajadores de la sociedad que, en razón de su cargo y valiéndose de infor-
mación privilegiada, ejecuten actos tendientes a obtener un beneficio
pecuniario, divulguen información privilegiada o ejerzan simultáneamente
la función de administración de otras carteras de inversiones.

3. COMISIÓN DE USUARIOS. La ley contempla una figura muy especial e


innovadora; se trata de una “Comisión de Usuarios”, la que tiene por fun-
ción conocer los criterios empleados por la Sociedad para administrar los
Fondos que están a su cargo. Ella se encuentra especialmente facultada
para conocer y ser informada por la Sociedad Administradora de las si-
guientes materias:
– procedimientos de pago de las prestaciones;
– cumplimiento de políticas sobre información a los cotizantes, en
materia de rentabilidad y comisiones;
– medidas, instrumentos y procedimientos sobre cumplimiento de sus
obligaciones contractuales y legales.
Dicha Comisión no está facultada para intervenir en la administración
de la sociedad y de los Fondos; no obstante, sus miembros pueden con-
currir a la Junta de Accionistas de la sociedad, con derecho a voz, pero
sin derecho a voto.
La Comisión se encuentra integrada por tres representantes de los
empleadores, tres de los trabajadores cotizantes al seguro de cesantía y
un académico universitario, quien la presidirá. Los miembros laborales y
empresariales deberán tener la calidad de cotizantes del Sistema y serán
designados por las organizaciones más representativas de ellos; el presi-

423
LAS PRESTACIONES

dente será designado por decreto supremo conjunto de los Ministerios


del Trabajo y Previsión Social y de Hacienda. Durarán en sus funciones
tres años, pudiendo ser reelectos por un nuevo período, y gozarán de una
dieta de cargo de la Sociedad Administradora, la que, además, deberá pro-
veerlos de los recursos necesarios para el adecuado funcionamiento de la
Comisión.
La Comisión deberá emitir cada año, dentro de los dos meses siguien-
tes a la realización de la Junta de Accionistas de la sociedad, un informe
que contenga los resultados y conclusiones de sus observaciones, el que
deberá ser difundido de conformidad al Reglamento de la Comisión.

4. TRABAJADORES REGIDOS Y EXCLUIDOS POR EL SEGURO. El seguro tiene


el carácter de obligatorio para todos los trabajadores dependientes regi-
dos por el Código del Trabajo, que inicien o reinicien labores con posterio-
ridad a la vigencia de la ley (1-10-2002); ello significó, en el hecho, que el
seguro se aplica a todos los trabajadores contratados o recontratados a
contar del 2 de octubre del año indicado.
Para aquellos trabajadores que tenían contrato vigente a la citada fe-
cha, estableció la ley la opción para incorporarse al seguro; cabe señalar
que una vez que el trabajador se adscribe al seguro, dicha adscripción ca-
racterística le acompañará siempre en su vida laboral, sin perjuicio de lo
que se comentará más adelante en relación a la obligación de cotizar.
Esta afiliación voluntaria debe ser comunicada al empleador con al
menos 30 días de anticipación, la que se hará efectiva el primer día del
mes siguiente al de recepción de dicha comunicación.
Se encuentran excluidos del seguro:
– los trabajadores de casa particular;
– los trabajadores sujetos a contrato de aprendizaje;
– los menores de 18 años de edad, hasta que los cumplan;
– los pensionados por invalidez total y por vejez, a excepción de los
pensionados por invalidez parcial;
– los empleados públicos regidos por el Estatuto Administrativo.
Respecto de los trabajadores que tengan contrato de trabajo con más
de un empleador, se generan vinculaciones independientes entre sí res-
pecto de cada uno de ellos, debiendo enterarse las respectivas cotizacio-
nes por cada una de las remuneraciones, con el tope legal (90 UF),
determinadas al último día del mes anterior al de su pago.

5. FINANCIAMIENTO DEL SEGURO . El financiamiento del seguro es triparti-


to, ya que concurren el trabajador, el empleador y el Estado, salvo en el
caso de los trabajadores dependientes con contrato de trabajo a plazo o
por obra o faena, en que el financiamiento es de cargo exclusivo del em-
pleador.
Así, los trabajadores con contrato de trabajo de plazo indefinido coti-
zarán –de su cargo– el equivalente al 0,6% de su remuneración mensual,
con el tope imponible ya señalado, la que se abonará en la cuenta indivi-

424
EL DESEMPLEO

dual por cesantía conjuntamente con la del empleador, ascendente a un


1,6% de la señalada remuneración; así también, el empleador deberá co-
tizar un 0,8%, calculado en la forma antes indicada, suma que ingresará,
conjuntamente con el aporte del Estado, ascendente a la suma equivalente
a 225.792 UTM anuales (dividida en 12 cuotas mensuales de 18.816 UTM),
al denominado Fondo de Cesantía Solidario. Este Fondo solidario tiene
por finalidad otorgar prestaciones básicas a estos trabajadores cuando los
recursos de la cuenta individual no son suficientes.
En cambio, en el caso de los trabajadores con contrato a plazo o por
obra o faena, no existe cotización alguna de cargo del trabajador, debiendo
el empleador aportar un 3% de la remuneración imponible del trabaja-
dor (topada en 90 UF) a la cuenta de capitalización individual del traba-
jador; asimismo, no existe en este caso aporte del Estado, ya que esta clase
de trabajadores no tiene derecho a acceder al Fondo Solidario.
El esquema que se reproduce a continuación refleja la situación an-
tes descrita:

FINANCIAMIENTO DEL SEGURO


Contrato indefinido Contrato a plazo fijo

Trabajador Trabajador
(0,6%)
CUENTA INDIVIDUAL CESANTÍA
(0,0%)

Empleador Empleador
(2,4%)
FONDO SOLIDARIO
(3,0%)

Estado Estado
(UTM 225.792) (0,0%)

Respecto a las cotizaciones, cabe señalar las siguientes características:


– se cotiza con un tope de 90 UF, en cada empleo;
– la obligación de cotizar se extiende por el lapso de 11 años, en cada
relación laboral, en el caso de la cotización obligatoria; la jurispru-
dencia administrativa sostiene que la correspondiente al Fondo So-
lidario no tienen límite temporal;
– los aportes tienen el carácter de cotizaciones previsionales para to-
dos los efectos;
– los aportes tanto del empleador como del trabajador se calculan so-
bre la base del concepto de remuneración consignado por el artículo
41 del Código del Trabajo;
– en los períodos en que el trabajador se encuentra acogido a licen-
cia médica por enfermedad común, accidente del trabajo, enferme-
dad profesional o maternal, la cotización de cargo del trabajador la

425
LAS PRESTACIONES

debe enterar la respectiva entidad previsional; la del empleador con-


tinúa siendo de cargo de éste;
– las cotizaciones deben ser declaradas y pagadas por el empleador
ante la AFC dentro de los diez primeros días del mes siguiente a
aquel en que se devengó la remuneración o subsidio; su no entero
o pago oportuno hacen aplicable a su respecto las disposiciones de
la Ley Nº 1.7322, ya analizada.

6. PRESTACIONES DE LA CUENTA INDIVIDUAL POR CESANTÍA (CIC). Los re-


quisitos a cumplir para acceder a las prestaciones de esta cuenta son di-
versos, dependiendo de la clase de vinculación laboral que detente el
trabajador; se esquematizan a continuación:
a) Contrato a plazo indefinido:
– la relación laboral debe haber terminado por alguna de las casuales
previstas en los Nos 1, 2, 3 y 6 del artículo 159 del Código del Traba-
jo (mutuo acuerdo, renuncia, muerte del trabajador y caso fortuito
o fuerza mayor), las del artículo 160 (causales subjetivas), las del ar-
tículo 161 (necesidades de la empresa y desahucio), o por despido
indirecto basado en la aplicación de los Nos 1, 5 y 7 del artículo 160
(conductas indebidas de carácter grave, actos, omisiones o impru-
dencias temerarias, e incumplimiento grave del contrato);
– el trabajador debe registrar en su cuenta individual a lo menos 12
cotizaciones continuas o discontinuas, desde su afiliación o desde que
se haya devengado el último giro al que haya tenido derecho;
– asimismo, debe estar cesante al momento de impetrar el beneficio,
salvo que se trate de un trabajador que tenga dos o más empleos,
en cuyo caso podrá solicitarlo respecto del cual haya cesado en fun-
ciones, aunque tenga otro en el que continúe desempeñándose.
Los fondos correspondientes pueden ser girados por el trabajador en
giros o cuotas mensuales, teniendo derecho a un giro por cada año y frac-
ción superior a 6 meses que haya cotizado en el Seguro de Cesantía, con
un tope de 5 giros. Los giros se pagan por mensualidades vencidas y se
devengarán a partir del día siguiente al del término del contrato.
Si el trabajador tuviese derecho a un solo giro, se puede llevar todo
el monto acumulado de una sola vez; si tuviese derecho a más de un giro,
su monto se determina del modo como se indica en las figuras que se
insertan a continuación:
El primer giro se determinará dividiendo el saldo acumulado en la cuen-
ta individual por el factor que se indica:
Derecho a número de giros Factor
2 1,9
3 2,7
4 3,4
5 4,0

426
EL DESEMPLEO

Los restantes giros se determinarán aplicando sobre el monto del pri-


mero los porcentajes que se señalan a continuación:
Segundo giro Equivale al 90% del primer giro
Tercer giro Equivale al 80% del primer giro
Cuarto giro Equivale al 70% del primer giro
Quinto giro Saldo de la cuenta individual de cesantía

Para ilustrar cómo se materializa esta mecánica de cálculo, hemos es-


cogido un ejemplo de su operatoria, a base de un monto de $ 400.000 de
remuneración; reitérase que se trata de un trabajador con contrato a pla-
zo indefinido.88
Remuneración bruta imponible: $ 400.000
Cotización mensual del trabajador (0,6%): $ 2.400 CIC
Aporte mensual del empleador (2,4%) $ 9.600 >> $ 6.400 CIC (1,6%)
F.S. $ 3.200 (0,8%)
Total aporte a Cuenta Individual de Cesantía $ 8.800

RETIROS POR CESANTÍA

Antigüedad Fondo Giros Fórmula Monto Indemn.


acum. a rebajar

1 año $ 105.600 1 Todo $ 105.600 $ 076.800

3 años $ 316.800 3 $ 316 div. 2,7 >>>> $ 117.333 $ 230.400


$ 117 X 0,90% >>>> $ 105.560
lo que resta >>>> $ 093.867

5 años $ 528.000 5 $ 528 div. 4 >>>> $ 132.000 $ 384.000


$ 132 X 0,90 >>>> $ 118.800
$ 132 X 0,80 >>>> $ 105.600
$ 132 X 0,70 >>>> $ 092.400
lo que resta >>>> $ 079.200

Las cantidades que se indican bajo el rubro “Indemn. a rebajar” co-


rresponden a aquellas cantidades que el empleador tiene derecho a im-
putar a las que legal o contractualmente le corresponda pagar por el
término de los servicios del trabajador.
Los giros se interrumpen cada vez que se pierda la calidad de cesan-
te, antes de agotarse la totalidad de los giros a que se tenga derecho; en
tal situación, el beneficiario tiene las siguientes opciones:

88
Se hace notar que en este ejemplo y los que siguen los fondos acumulados no consi-
deran rentabilidad de la cuenta ni cobro de comisión. De igual manera, no consideran ren-
tabilidad las cotizaciones de cargo del empleador que se pueden imputar a la indemnización.

427
LAS PRESTACIONES

– retira el monto correspondiente a la prestación a que hubiese teni-


do derecho en el mes siguiente, en el caso de haberse mantenido
cesante;
– mantener dicho saldo en cuenta individual.
El referido derecho de opción tiene lugar también en los siguientes
casos:
– cuando se pierde la calidad de cesante antes de devengarse el pri-
mer giro;
– en el caso de término de la relación laboral de un trabajador que
mantiene otra vinculación de trabajo vigente.
b) Contrato a plazo fijo, o por obra o faena:
– la relación laboral debe haber terminado por alguna de las causales
previstas en el artículo 159 Nos 4 (vencimiento del plazo) y 5 (con-
clusión del trabajo o faena) del Código del Trabajo;
– el trabajador debe registrar en su cuenta individual por cesantía al
menos 6 meses de cotizaciones continuas o discontinuas desde su afi-
liación o desde que se haya devengado el último giro al que haya
tenido derecho;
– estos trabajadores retirarán en un solo giro el total acumulado en
la Cuenta Individual por Cesantía;
– debe estar cesante al momento de efectuar el giro respectivo.
Cabe consignar que los fondos de la cuenta individual por cesantía sólo
son embargables una vez terminado el respectivo contrato de trabajo, en las
condiciones previstas en el inciso 2º del artículo 57 del Código del Trabajo.
Desde el punto de vista tributario, debe tenerse presente que aquella
parte de las remuneraciones del beneficiario que estén destinadas al pago
de las cotizaciones que sean de su cargo del seguro de cesantía, se en-
cuentra exenta del pago del Impuesto a la Renta; a su vez, las cotizacio-
nes al Sistema que efectúe el empleador constituyen para éste un gasto
necesario para producir la renta, lo que significa que ellos sirven para re-
bajar la base sobre la cual el empleador paga sus impuestos.
De igual manera, los fondos de la Cuenta Individual por Cesantía y
los giros que con cargo a la misma se realicen no constituyen renta para
ningún efecto tributario.

7. PRESTACIONES CON CARGO AL FONDO DE CESANTÍA SOLIDARIO. Los re-


quisitos a cumplir para acceder a las prestaciones de esta cuenta son los
siguientes:
– Que la relación laboral haya terminado por alguna de las causales
previstas en los artículos 159 Nº 6 (caso fortuito o fuerza mayor) o
161 (necesidades de la empresa o desahucio por parte del emplea-
dor) del Código del Trabajo.
– Que el trabajador registre en su Cuenta Individual por Cesantía 12
cotizaciones mensuales continuas en el Fondo de Cesantía Solida-
rio, en el período inmediatamente anterior al del despido.

428
EL DESEMPLEO

– Que los recursos de la Cuenta Individual por Cesantía sean insufi-


cientes para obtener una prestación por cesantía por los períodos y
porcentajes que hemos graficado en el acápite anterior.
– Que se encuentre cesante al momento de la solicitud.
– Que no haya recibido una prestación con cargo al Fondo de Cesan-
tía Solidario más de dos veces en un período de 5 años.
– Que carezca de toda otra actividad remunerada.
Estas prestaciones operan a través de un sistema de hasta cinco giros
mensuales, de acuerdo a la siguiente tabla; debe tenerse presente que el
derecho a percibir la prestación cesa por el solo ministerio de la ley, una
vez obtenido un nuevo empleo por el beneficiario.
Cabe hacer notar que los montos, tanto inferiores como superiores
que en ella se contienen, deben ser reajustados a partir del 1º de febrero
de cada año en el equivalente al 100% de la variación experimentada en
el año calendario anterior, de acuerdo al IPC fijado por el Instituto de Es-
tadísticas o por el organismo que lo reemplace.
La tabla que se transcribe corresponde a aquella vigente para el pe-
ríodo que va desde el 1-02-2004 hasta el 31-01-2005.

MESES % prom. remun. Últ. 12 meses Valor superior Valor inferior


Primero 50% $ 126.340 $ 65.697
Segundo 45% $ 113.706 $ 54.579
Tercero 40% $ 100.072 $ 46.493
Cuarto 35% $ 088.438 $ 38.913
Quinto 30% $ 075.804 $ 30.322

Para ilustrar cómo se materializa esta mecánica de cálculo, hemos es-


cogido un ejemplo de su operatoria, a base de un monto de $ 300.000 de
remuneración; nótese que se trata de un trabajador con contrato a plazo
indefinido, el que ha terminado por decisión del empleador.

Remuneración bruta mensual : $ 300.000


Antigüedad en el empleo : 12 meses

Saldo cuenta individual aportado por el empleador : $ 56.817


Saldo cuenta individual aportado por el trabajador : $ 21.981
Saldo total cuenta individual por cesantía : $ 80.598

Indemnización por años de servicio : $ 300.000


Saldo CIC aportado por el empleador : $ 56.817
Pago directo a efectuar por el empleador por IAS : $ 241.383

429
LAS PRESTACIONES

BENEFICIOS DEL SEGURO DE CESANTÍA CON ACCESO AL FONDO SOLIDARIO


Mes Monto
cesantía % renta Valor Mínimo Máximo beneficio CIC F. Solid.
1º 50% $ 150.000 $ 65.000 $ 126.340 $ 126.340 $ 80.598 $ 045.742
2º 45% $ 135.000 $ 54.000 $ 113.706 $ 113.706 0 $ 113.706
3º 40% $ 120.000 $ 46.000 $ 101.072 $ 101.072 0 $ 101.072
4º 35% $ 105.000 $ 38.500 $ 088.438 $ 088.438 0 $ 088.438
5º 30% $ 90.000 $ 30.000 $ 075.804 $ 075.804 0 $ 075.804
Total $ 505.360 $ 080.598 $ 424.762

Tratándose de trabajadores sujetos a jornadas parciales, los topes su-


periores e inferiores antes referidos deberán ajustarse proporcionalmen-
te a la jornada promedio mensual de los últimos 12 meses.
Las prestaciones que se paguen con cargo al Fondo de Cesantía Soli-
dario se devengarán y pagarán por mensualidades vencidas y no serán im-
ponibles ni tributables.
Nótese que a diferencia del caso analizado al tratar del trabajador que
sólo tiene acceso a la cuenta individual de cesantía:
– cuando entra en acción el fondo solidario, el trabajador tiene la po-
sibilidad de cobrar el seguro sin relación a la cantidad de años de
servicio;
– no existe relación directa entre lo cotizado y el beneficio obtenido,
el que se ve incrementado a base del fondo solidario.
Del mismo modo, debe tenerse presente que los beneficios a pagar
por el Fondo de Cesantía Solidario en un mes determinado no podrán
exceder del 20% acumulado en el Fondo durante el mes anterior; si lo
excede, el beneficio a pagar a cada afiliado se rebajará proporcionalmen-
te, conforme al valor total de beneficios que pueda financiar el Fondo de
Cesantía Solidario.
Igualmente, cabe señalar que el rechazo, sin causa justificada por parte
del trabajador de una ocupación que le ofrezca la respectiva Oficina Mu-
nicipal de Intermediación Laboral (OMIL), provoca como consecuencia
inmediata el cese de los beneficios, siempre que el mismo le hubiese per-
mitido percibir una remuneración igual o superior al 50% de la última
remuneración devengada en el empleo anterior.
Si el beneficiario rechazare una beca de capacitación ofrecida y finan-
ciada por el SENCE, ello será causal de término de los beneficios.

8. ACCESO A LAS PRESTACIONES. Las prestaciones del seguro se pagarán al


trabajador contra la presentación del finiquito, la comunicación del des-
pido o la certificación del Inspector del Trabajo respectivo que verifique
el término del contrato.
Una relevante función otorga la ley a la Sociedad Administradora en
relación a la acreditación del cumplimiento de los requisitos que ella es-
tablece para acceder a las prestaciones por cesantía que en ella se consig-

430
EL DESEMPLEO

nan. En efecto, ella está obligada a verificar el cumplimiento de los re-


quisitos, siendo ese control de carácter previo al pago de la respectiva pres-
tación, encontrándose impedida la Sociedad de otorgar el beneficio
impetrado si no se acreditaren las condiciones necesarias para el pago.
La Sociedad estará especialmente facultada para exigir la documen-
tación que acredite el pago de indemnizaciones o la existencia de accio-
nes judiciales pendientes para su cobro, si el trabajador tuviere derecho
a ella y fiscalizar la subsistencia de la contingencia. Si la Sociedad efectúa
pagos improcedentes, por ausencia de los requisitos necesarios, deberá
responder por los perjuicios que experimente el Fondo de Cesantía Soli-
dario; igualmente se encuentra obligada a abonar, con recursos propios,
en la Cuenta Individual por Cesantía del trabajador, cualquier cargo in-
debido que haya efectuado en dicha cuenta.
Los afiliados se encuentran en la obligación de darle a conocer a la
Sociedad, antes de cada pago, por cuál de los Fondos optarán para ello.
Asimismo, establece la ley que cuando el trabajador accionare por des-
pido injustificado, indebido o improcedente, en conformidad al artículo
168 del Código del Trabajo, o por despido indirecto, conforme al artícu-
lo 171 del mismo cuerpo legal, podrá disponer del saldo acumulado en
su Cuenta Individual por Cesantía a partir del mes siguiente al de la ter-
minación de los servicios y de la forma anteriormente descrita. Agrega
que si el tribunal acogiere la pretensión del trabajador, deberá ordenar
que el empleador pague las prestaciones que correspondan; además, el
tribunal ordenará al empleador pagar al trabajador las sumas que éste ha-
bría obtenido del Fondo de Cesantía Solidario, presumiéndose para di-
chos efectos que el trabajador mantuvo la condición de cesante durante
los 5 meses siguientes al término del contrato.
Los recargos que correspondan conforme al artículo 168 del Código
del Trabajo se calcularán sobre la prestación de cargo directo del emplea-
dor y las sumas retiradas de la Cuenta Individual por Cesantía correspon-
dientes a las cotizaciones del empleador, más su rentabilidad.

9. LAS INDEMNIZACIONES LEGALES Y CONTRACTUALES. La ley señala que las


prestaciones establecidas en ella que sean de cargo de los empleadores
en favor de los trabajadores afiliados al seguro, tendrán la calidad jurídi-
ca de indemnizaciones por años de servicio para todos los efectos legales
y gozarán del privilegio establecido en el Nº 8 del artículo 2472 del Códi-
go Civil.
Indica asimismo, y en forma expresa (artículo 4º), que los derechos
establecidos en ella son independientes y compatibles con los que con-
signa el Título V del Libro I del Código del Trabajo, relativo a la “termi-
nación del Contrato de Trabajo”; se está refiriendo, en especial, a las
indemnizaciones por años de servicio que allí se consignan.
Si el contrato terminare por las causales previstas en el artículo 161
del Código del Trabajo, el afiliado tendrá derecho a la indemnización por
años de servicio respectiva, calculada de conformidad a lo previsto por el
artículo 172 del mismo cuerpo legal.

431
LAS PRESTACIONES

A esta indemnización, se imputará la parte del saldo de la Cuenta In-


dividual por Cesantía constituida por las cotizaciones efectuadas por el
empleador y su rentabilidad, deducidos los costos de administración que
correspondan. Debe tenerse presente que en ningún caso se podrá to-
mar en cuenta el monto constituido por los aportes del trabajador para
los efectos de la imputación reseñada.
De igual manera, establece la ley que respecto de los trabajadores afi-
liados al seguro, que ingresen a una empresa en que exista convenio co-
lectivo, contrato colectivo o fallo arbitral en que se haya establecido un
sistema de indemnización por término de la relación laboral, éstos, de
acuerdo con su empleador, podrán incorporarse al sistema indemnizato-
rio contemplado en el instrumento colectivo, en cuyo caso tendrán dere-
cho a los beneficios adicionales al seguro que les otorgue dicho
instrumento. Dicha incorporación mantendrá vigente la obligación de
cotizar y el derecho de imputar.

10. OTROS BENEFICIOS:


a) Salud: el beneficiario del seguro de desempleo mantiene la cali-
dad de afiliado al sistema público de salud durante el período en que se
devengan las mensualidades respectivas, sin perjuicio de la posibilidad de
desafiliarse de la correspondiente Isapre en el caso de los trabajadores
pertenecientes al sistema privado.
b) Asignaciones familiares: los trabajadores con derecho a las presta-
ciones del Fondo de Cesantía Solidario, que a la época de quedar ce-
santes percibían asignaciones familiares, en calidad de beneficiarios,
mantienen el derecho a continuar percibiendo las mismas por iguales
montos a los que recibían al momento del despido, mientras continúen
efectuando los correspondientes giros. Este beneficio es sólo para quie-
nes lo percibían, según el ingreso mensual y valores correspondientes
establecidos en las letras a) y b) del art. 1° de la Ley Nº 18.987 y sus mo-
dificaciones.
c) Subsidio de Cesantía: la afiliación al Seguro de Cesantía es incompa-
tible con la percepción del subsidio de cesantía previsto en el D.F.L.
Nº 150, de 1981, que regula la protección del trabajador cesante a través
de un subsidio financiado única y exclusivamente con aportes fiscales.
d) Beneficios municipales: las prestaciones de cesantía financiadas con
cargo al Fondo de Cesantía Solidario son compatibles con la percepción
de otros beneficios de carácter económico que se otorguen a través de
las Municipalidades, previo cumplimiento de los requisitos previstos al
efecto.
e) Trabajador pensionado: cuando un afiliado al Seguro de Cesantía se
pensionare, por cualquier causa, podrá disponer en un solo giro de los
fondos acumulados en su Cuenta Individual por Cesantía.
f) Fallecimiento del trabajador: al deceso de un trabajador, la ley esta-
blece al efecto un mecanismo sencillo para el acceso a estos fondos, que
evita la realización del trámite de la posesión efectiva de la herencia. En

432
EL DESEMPLEO

efecto, el monto acumulado en la cuenta se entregará a las personas que


el propio trabajador haya designado previamente; a falta de dicha expre-
sión, dicho pago se hará a las personas designadas en el inciso 2º del ar-
tículo 60 del Código del Trabajo, bastando para ello acreditar su identidad
o el estado civil respectivo.

11. SANCIONES:
a) Quienes hagan uso indebido del Fondo de Cesantía Solidario se-
rán sancionados con reclusión menor en su grado mínimo a medio, sin
perjuicio de su obligación de restituir al Fondo las sumas indebidamente
percibidas.
Se entiende que hay uso indebido cuando se dan algunas de las si-
guientes conductas:
– obtención por simulación o con engaño de prestaciones con cargo
a dicho Fondo;
– obtención de mayores beneficios de los que legalmente le corres-
pondían; igual sanción se aplicará a quienes faciliten los medios para
la comisión de tales conductas.
b) Cuando el empleador no pague las cotizaciones correspondientes
y sin perjuicio de las acciones de cobranza que debe realizar la Sociedad
Administradora, el trabajador tendrá derecho a exigir al empleador el
pago de todas las prestaciones que tal incumplimiento le impidió perci-
bir; este es un derecho irrenunciable y no se opone al ejercicio de las de-
más acciones que correspondan.
Es del caso precisar que se consideran sanciones penales las conteni-
das en la Ley Nº 17.322, por así prescribirlo el inciso 8º del artículo 11 de
la ley.
En dicho caso, la sentencia que establezca el pago de las prestaciones
ordenará, además, a título de sanción, el pago de las cotizaciones que
adeude el empleador, con los reajustes e intereses que correspondan, para
que éstos sean enterados en la Sociedad Administradora.
c) De igual manera, establece la ley que los empleadores que no pa-
guen las cotizaciones del Seguro de Cesantía no podrán percibir recur-
sos provenientes de instituciones públicas o privadas, financiados con
cargo a recursos fiscales de fomento productivo ni tendrán acceso a los
programas financiados con cargo al Fondo Nacional de Capacitación ad-
ministrado por el SENCE, sin acreditar previamente ante las instituciones
que administren los programas e instrumentos referidos estar al día en el
pago de las cotizaciones establecidas en esta ley.
Asimismo, las instituciones de la Administración Pública, empresas
del Estado y Municipalidades que celebren contratos con empresas cu-
yos trabajadores se encuentren afectos al seguro, tendrán las facultades
establecidas para el dueño de obra, empresa o faena en el artículo 64
bis del Código del Trabajo, respecto de las cotizaciones del seguro que
éstos adeuden.

433
LAS PRESTACIONES

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

1) El inspector del trabajo, ante la no ubicación del ex empleador, care-


ce de atribuciones para expedir un certificado de cesación de servicios
para el otorgamiento del subsidio de cesantía.
Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 7.801, de 2
de octubre de 1990.

2) De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 46, 47 y 48 del D.F.L. Nº 150


de 1981, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, el subsidio de ce-
santía se devenga por cada día que el trabajador permanece cesante, pero
se paga desde el día de la presentación de la solicitud, y por lo tanto no
hay derecho a ella por el lapso que medie entre el término del contrato y
la fecha de la presentación de la solicitud en que se invoca el beneficio.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 2.283/72, de 4 de abril de 1988.

3) El Seguro Obligatorio de Cesantía se aplica a los trabajadores no do-


centes que se desempeñan en establecimientos educacionales administra-
dos directamente por las Municipalidades, pues su vinculación con el
empleador se regula por las normas contenidas en el Código del Traba-
jo, especialmente en lo que dice relación con las causales de terminación
del contrato de trabajo. De este modo la Ley Nº 19.728 no rige respecto
de los profesionales de la educación dependientes de las Corporaciones
Municipales cuyas relaciones laborales se encuentran reguladas por esta-
tutos especiales y la terminación de su contrato de trabajo no se rige por
el Código del Trabajo.
SAFP. Ord. Nº 14.983, de 30 de septiembre de 2002.

4) La Ley Nº 19.728 no ha excepcionado a los técnicos extranjeros afec-


tos a la Ley Nº 18.156 de su aplicación, por lo que debe regir respecto de
todos ellos, sin distinguir si optó por el sistema previsional chileno o por
mantener su afiliación previsional a un régimen extranjero. En relación
con la devolución de los fondos enterados en esta cuenta, ésta se realiza-
rá si cumple con los requisitos establecidos en la Ley Nº 19.728 para es-
tos efectos, independientemente de que cumpla con las condiciones
establecidas para la devolución de los fondos de su cuenta de capitaliza-
ción individual, en su calidad de afiliado al Sistema de Pensiones regula-
do por el D.L. Nº 3.500, de 1980.
SAFP. Ord. Nº 18.749, de 29 de noviembre de 2002.

5) Según el artículo 1º de la Ley Nº 19.728 el Seguro Obligatorio de Ce-


santía se aplica a favor de los trabajadores dependientes, incluyéndose
dentro de éstos aquellos que el Director Ejecutivo de CONAF haya contra-
tado de conformidad a la Ley Nº 18.348 para realizar labores temporales.
Tratándose del resto del personal, regido principalmente por el Estatuto
Administrativo, no se hace aplicable dicha ley.
SAFP. Nº FIS S 46, de 30 de diciembre de 2002.

434
EL DESEMPLEO

6) Si bien la imputación de cotizaciones para el Seguro Obligatorio de


Cesantía a la indemnización por años de servicio se estableció sólo en re-
lación al artículo 161 del Código del Trabajo, se debe entender compren-
dida, además, la causal del artículo 161 bis del mismo cuerpo legal, toda
vez que antes de su inclusión por la Ley Nº 19.759, se consideraba a la
invalidez como causal de despido de necesidades de la empresa conside-
rándola como una falta de adecuación laboral o técnica del trabajador.
En caso de indemnización por años de servicio pactada a todo evento o
por una causal que no da derecho a ella también procede la imputación,
prefiriéndose aquella de mayor monto entre la legal y la pactada indivi-
dual o colectivamente.
SAFP. Oficio Nº 12.300, de 21 de agosto de 2002.

7) Los profesionales de la educación que se desempeñan en estableci-


mientos educacionales del sector particular subvencionado, particular pa-
gado y en establecimientos regidos por el D.L. Nº 3.166, de 1980, son de
derecho privado y se regulan por el Código del Trabajo y por sus disposi-
ciones complementarias en todo lo no establecido en el Título IV de di-
cho Estatuto y su Reglamento. De este modo, se concluye que estos
trabajadores quedan afectos al Seguro Obligatorio de Cesantía, en aten-
ción a que no se encuentran excluidos por el artículo 2º de la Ley
Nº 19.728, se rigen supletoriamente por el Código del Trabajo y sus nor-
mas complementarias y porque la terminación de la relación laboral de
este tipo de trabajadores se regula por el Código del Trabajo.
SAFP. Oficio Nº 13.435, de 9 de septiembre de 2002.

8) En este caso se deben enterar las cotizaciones para el Seguro Obliga-


torio de Cesantía en función de cada contrato de trabajo, el cual tiene
un objeto o prestación diferente, por lo que estaríamos en presencia de
dos relaciones laborales distintas.
SAFP. Oficio Nº 14.984, de 30 de septiembre de 2002.

9) Si bien a los Fiscales y a los funcionarios del Ministerio Público se les


aplican supletoriamente las normas del Código del Trabajo, no se encuen-
tran, sin embargo, en la situación descrita en el artículo 1º de la Ley
Nº 19.728, ya que ellos se rigen por el estatuto especial contenido en su
Ley Orgánica Nº 19.640.
SAFP. Oficio Nº 16.305, de 22 de octubre de 2002.

10) La expresión reiniciar empleada por la norma anteriormente seña-


lada corresponde a la situación que se presenta entre el empleador y el
trabajador que luego de terminar su relación laboral, generan otra nue-
va, existiendo un período en que no se han encontrado vinculados labo-
ralmente. En tanto, la renovación es una situación diferente, que consiste
en la manifestación de voluntad de las partes de continuar vinculadas la-
boralmente al vencimiento de un contrato a plazo fijo. La Ley Nº 19.728
ha querido extender los beneficios del Seguro sólo a aquellos trabajado-

435
LAS PRESTACIONES

res cuya relación laboral comienza efectivamente durante la vigencia de


dicha ley, o reinician una nueva relación laboral con el mismo emplea-
dor, en razón de un nuevo contrato de trabajo. En consecuencia, no se
aplica a los casos de renovación de un contrato a plazo fijo, ya que no ha
existido interrupción de la relación laboral, la que se entiende vigente
desde la celebración del primer contrato.
SAFP. Oficio Ord. Nº 46, de 29 de noviembre de 2002.

11) La Ley Nº 19.728 no contempla la posibilidad de aumentar los por-


centajes de cotización del Seguro Obligatorio de Cesantía establecidos en
este cuerpo legal. Si los trabajadores quisieren optar a una mayor protec-
ción frente a una futura cesantía, deben utilizar otros medios de ahorro
disponibles en el mercado.
SAFP. Ord. Nº 52, de 3 de enero de 2003.

12) Atendidas las funciones de los sindicatos, dentro de las cuales se en-
cuentran la representación de sus afiliados en el ejercicio de los derechos
emanados de los contratos individuales del trabajo, reclamar de las infrac-
ciones legales o contractuales que afecten a la generalidad de los socios y
velar por las leyes del trabajo o de la seguridad social y denunciar sus in-
fracciones ante las autoridades administrativas y judiciales, resulta proce-
dente entregar a un sindicato, debidamente representado por su
directorio, información detallada de las cotizaciones previsionales adeu-
dadas respecto de cada uno de los asociados, no obstante las normas de
la Ley Nº 19.628, que protege y regula el tratamiento de los datos perso-
nales.
Nota Interna. Nº FIS-210, de 17 de marzo de 2003.

13) La fusión o absorción de empresas, la transferencia de activos y tra-


bajadores de una empresa a una filial, respetando las condiciones labo-
rales y antigüedad de los trabajadores, se encuentra dentro de la
situación regulada por el artículo 4º inciso 2° del Código del Trabajo.
De este modo, para la aplicación de la Ley Nº 19.728 se debe distinguir
entre los trabajadores que tengan contrato de trabajo vigente desde an-
tes del 2 de octubre de 2002, para los cuales la afiliación al Seguro de
Cesantía será voluntaria, y aquellos que tienen una relación laboral vi-
gente desde esa fecha o una posterior, en cuyo caso la afiliación será
obligatoria.
SAFP. Ord. Nº 9, de 5 de febrero de 2003.

14) La afiliación al Seguro Obligatorio de Cesantía es un acto complejo


que requiere la concurrencia copulativa de dos requisitos: la manifesta-
ción solemne de la voluntad del trabajador mediante la suscripción del
respectivo formulario, y que la relación laboral que sirvió de sustento a la
decisión subsista el día primero del mes siguiente. Si falta alguno de los
requisitos, la afiliación no se materializa.
SAFP. Ord. Nº 12, de 13 de febrero de 2003.

436
EL DESEMPLEO

15) A los profesionales y trabajadores que se desempeñan en los estable-


cimientos municipales de atención primaria de salud y las entidades ad-
ministradoras de salud municipal que se rigen por el Estatuto de Atención
Primaria de Salud, no les rige la Ley Nº 19.728, pues dicho cuerpo en su
artículo 2° señala como requisito de aplicación el que los trabajadores de-
pendientes estén sujetos al Código del Trabajo.
SAFP. Ord. Nº 6.782, de 28 de abril de 2003.

16) La Ley Nº 19.728 sólo contempla dos posibilidades de desvinculación


de dicho Seguro: la muerte del trabajador o por acontecer su jubilación.
No procede la desafiliación por la circunstancia de contrariar los intere-
ses del trabajador el hecho de que el empleador puede efectuar el des-
cuento de su aporte al Seguro de la eventual indemnización por años de
servicio, pues esta posibilidad se estableció con el fin de incentivar la con-
tratación indefinida y que las relaciones de trabajo terminen con dere-
cho al pago de la prestación de que se trata.
SAFP. Ord. Nº USC 73, de 30 de mayo de 2003.

17) En caso de que se ponga fin a la relación laboral por mutuo acuerdo
de las partes y el empleador adeudare cotizaciones para el Seguro Obli-
gatorio de Cesantía, no se producirá el efecto de suspensión de los efec-
tos del despido, sino que debe ser resuelta mediante el ejercicio de las
acciones de cobranza de la Ley Nº 19.728, toda vez que el modificado ar-
tículo 162 del Código del Trabajo señala que tales efectos se producirán
en los casos de término del Contrato de Trabajo por las causales del ar-
tículo 159 Nos 4, 5 y 6, artículo 160 y artículo 161 del mismo cuerpo legal
y no se menciona la causal del Nº 1 del artículo 159.
SAFP. Nota Interna Nº USC 054, de 6 de junio de 2003.

18) El término de los contratos de trabajo de los trabajadores portuarios


eventuales fue homologado a la causal número 5 del artículo 159 del Có-
digo del Trabajo, y en consecuencia, éstos pueden retirar en un solo giro
el total acumulado en su cuenta individual por cesantía una vez acredita-
do el término de la relación laboral y registrando un mínimo de seis coti-
zaciones mensuales continuas o discontinuas, desde la fecha de la afiliación
o desde el último giro a que hayan tenido derecho. Dado que los contra-
tos de este tipo de trabajadores son por un período inferior a 30 días y
que de acuerdo al inciso 7º del artículo 177 del Código del Trabajo no se
requiere suscribir finiquito al término de la relación laboral, para acredi-
tar esta situación bastará con presentar el último contrato suscrito con la
liquidación de remuneración eventual.
SAFP. Ord. Nº 010342, de 6 de julio de 2003.

19) En este caso debe considerarse como base para la determinación de


la suma a pagar para el Seguro de Cesantía el monto de las remuneracio-
nes por el período efectivamente trabajado.
SAFP. Nota Interna Nº USC-107, de 27 de agosto de 2003.

437
LAS PRESTACIONES

20) Atendiendo a la naturaleza accesoria del pago para Seguro, el que


depende del hecho de percibir remuneraciones, no es exigible su pago
en este caso.
SAFP. Nota Interna Nº USC-107, de 27 de agosto de 2003.

21) Durante el tiempo en que el trabajador goza de licencia médica, el


empleador está obligado a enterar las cotizaciones previsionales toman-
do como base para el cálculo la última remuneración imponible efectua-
da para el Seguro. Si durante este mismo período, además, solicita permiso
sin derecho al goce de remuneraciones, debe hacerse el cálculo para el
Seguro en proporción a los días de licencia.
SAFP. Nota Interna Nº USC-107, de 27 de agosto de 2003.

22) El artículo 8º de la Ley Nº 19.728 establece la regla general de la obli-


gación del empleador de pagar la cotización del Seguro Obligatorio de Ce-
santía en el caso de licencia médica del trabajador, norma que además se
aplica en el caso de trabajadores contratados a plazo, por obra o servicio
determinado. Sin embargo, la Fiscalía de la SAFP estima que esta obliga-
ción no debe cumplirse durante todo el período de duración de la licen-
cia médica, sino que sólo hasta que el contrato haya expirado por haberse
cumplido el plazo, haya concluido la obra o el servicio determinado.
Nota Interna. Nº FIS-S-58, de 27 de noviembre de 2003.

23) No rige la Ley Nº 19.728 en caso de contratación de personas que


no tienen el carácter de funcionarios de Carabineros de Chile para el de-
sarrollo de tareas administrativas o de servicios y que se rigen por el Re-
glamento de Obreros a Jornal y a Trato, contenido en el D.S. Nº 14, de
1976, del Ministerio de Defensa Nacional.
SAFP. Ord. Nº USC-13, de 20 de enero de 2004.

24) Partiendo de la base de que el contrato de trabajo termina por la cau-


sal de los artículos 161 y 161 bis del Código del Trabajo, el empleador
sólo podrá imputar al pago de indemnizaciones por años de servicio el
1,6% pagado durante el período en que estuvo vigente el contrato de tra-
bajo indefinido.
SAFP. Nota Interna Nº FIS-14-S, de 5 de abril de 2004.

25) En caso de indemnizaciones por años de servicio pactadas en contra-


tos o convenios colectivos o fallos arbitrales, por causales que no dan dere-
cho a ella, procede la imputación de las cotizaciones efectuadas por el
empleador y que han sido destinadas a la Cuenta Individual por Cesantía,
pero sólo por el período en que ha estado vigente el instrumento colectivo.
En caso de que un trabajador se acoja a una pensión por cualquier causa, el
saldo de su cuenta individual podrá ser retirado de una sola vez, quedando
comprendido dentro de esta situación el caso del trabajador que no tiene
12 meses de cotizaciones mensuales en el Fondo Solidario de Cesantía.
SAFP. Ord. Nº 6.175, de 20 de abril de 2004.

438
EL DESEMPLEO

26) Para el retiro de los fondos de la Cuenta Individual por Cesantía por
trabajadores contratados a plazo fijo, por obra, trabajo o servicio deter-
minado, el artículo 22 de la Ley Nº 19.728 establece dos requisitos: acre-
ditar el término de la relación laboral por las causales establecidas en ese
artículo y contar con al menos seis cotizaciones mensuales continuas o
discontinuas, desde su afiliación al Seguro. En el mencionado artículo no
se distingue entre trabajadores nacionales o extranjeros, por lo que tra-
tándose de estos últimos y que hayan sido contratados por un período
que no permita 6 meses de cotizaciones en el Fondo de Seguro de Ce-
santía no podrán retirar de una vez los fondos acumulados, pudiendo ha-
cerlo sólo en el momento en que obtengan una pensión por cualquiera
causa en el país de origen o completen los 6 meses de cotizaciones men-
suales continuas o discontinuas. Debe entenderse que el número míni-
mo de cotizaciones requeridas puede haber sido enterado por uno o varios
empleadores.
SAFP. Oficio Nº 6.176, de 20 de abril de 2004.

27) De conformidad a la letra a) del artículo 24 de la Ley Nº 19.728, para


acceder a las prestaciones del Seguro de Cesantía se requiere el pago de
12 cotizaciones mensuales continuas en el Fondo de Cesantía Solidario,
en el período inmediatamente anterior al despido, de modo que aque-
llos que cumplan 12 meses de relación laboral no podrán acceder al pago
de éste, pues tendrán solamente 11 cotizaciones mensuales continuas en
dicho Fondo.
SAFP. Nota Interna Nº FIS-S-30, de 11 de junio de 2004.

28) Establece la forma de cotizar para el seguro de cesantía durante los


períodos de incapacidad laboral transitoria del trabajador, tanto de ori-
gen común como por derechos de protección a la maternidad y de ori-
gen profesional.
– La cotización que es de parte del trabajador debe ser descontada
del subsidio, retenida y enterada en la Sociedad Administradora del Se-
guro por la respectiva entidad pagadora de subsidios. La cotización que
es de cargo del empleador seguirá siendo de su cargo y será éste el que
la deberá declarar y pagar. Artículos 8 y 10 de la Ley Nº 19.728.
– Si durante el período de incapacidad laboral el trabajador no de-
venga subsidio, no procede que la entidad pagadora del subsidio entere
la cotización para el Seguro de Cesantía.
– Si posteriormente el trabajador tiene una licencia médica continuada
que genere al menos 1 día de subsidio, la entidad pagadora de éste debe
descontar del subsidio la cotización para el Seguro de Cesantía de cargo
del trabajador correspondiente a todos los días de incapacidad laboral,
incluido el período de carencia. Esta obligación se genera con el deven-
gamiento del subsidio, es decir, cuando se autoriza la licencia posterior.
– En el caso de licencias médicas originalmente rechazadas, que se
autorizan posteriormente, la obligación de la entidad pagadora de subsi-
dio de declarar y pagar las cotizaciones para el Seguro de Cesantía nace

439
LAS PRESTACIONES

cuando se devenga el subsidio, es decir, cuando la licencia es finalmente


autorizada.
– Las cotizaciones de seguro de cesantía que deben efectuar las enti-
dades pagadoras de subsidio deben determinarse sobre la base de la re-
muneración imponible para el seguro de cesantía, correspondiente al mes
anterior al del inicio de la licencia, o en su defecto a la estipulada en el
contrato de trabajo, con un tope de 90 UF.
Artículos 6º y 8º de la Ley Nº 19.728.
– Como el subsidio por incapacidad laboral se devenga diariamente,
la entidad pagadora deberá efectuar las cotizaciones dentro de los 10 pri-
meros días del mes siguiente a cada período mensual de pago de subsi-
dio, o al siguiente día hábil si dicho plazo venciere en día sábado, domingo
o festivo. Artículo 19 del D.L. Nº 3.500.
– Como la cotización para el Seguro de Cesantía se descuenta del sub-
sidio, no debe incluirse dentro de las cotizaciones que debe rembolsar el
Fondo Único de Prestaciones Familiares y Subsidios de Cesantía.
Superintendencia de Seguridad Social. Circular 2.133, 18.05.04.

440
ESTADÍSTICAS DEL SEGURO DE DESEMPLEO*

(POR FECHA DE AFILIACIÓN)


CUADRO 1
A FILIADOS

Fuente: Base al 19 de noviembre de 2004.

Fuente: Administradora de Fondos de Cesantía (AFC Chile).

441
CUADRO 2
COTIZANTES. (POR MES DE DEVENGAMIENTO DE RENTA)

442
LAS PRESTACIONES

Fuente: Base al 19 de noviembre de 2004.


CUADRO 3
RENTAS PROMEDIO

443
EL DESEMPLEO

Fuente: Base al 19 de noviembre de 2004.


CUADRO 4
COTIZANTES. (POR ACTIVIDAD ECONÓMICA)

444
LAS PRESTACIONES

Fuente: Base al 19 de noviembre de 2004.


CUADRO 5
RENTAS PROMEDIO. (POR ACTIVIDAD ECONÓMICA)

445
EL DESEMPLEO

Fuente: Base al 19 de noviembre de 2004.


CUADRO 6
PAGOS DE BENEFICIOS
(TRABAJADORES CON PRESTACIÓN POR MES )

446
LAS PRESTACIONES

Fuente: Base al 19 de noviembre de 2004.


CAPÍTULO XV

LAS PRESTACIONES DE LA ASISTENCIA SOCIAL

Esta parte de la Seguridad Social, como ya se ha señalado, protege casos


de necesidad que no alcanzan a ser resguardados por el seguro social re-
gular o que lo han sido en forma imperfecta. Por ende, constituyen un
necesario complemento para cubrir situaciones prácticamente caso a caso,
ya que en general buscan atender a quienes se enfrentan a contingencias
sociales mínimas y que, habitualmente, carecen de recursos.

1. LAS PENSIONES ASISTENCIALES. Las personas comprendidas hoy en día


en el grupo etáreo denominado de la “tercera edad” tienen prácticamen-
te una cobertura universal en nuestro país, merced a algunos sistemas aún
vigentes del régimen anterior y muy especialmente en lo que hace rela-
ción con el D.L. Nº 869, de 1975, el cual estructuró sobre bases lógicas y
armónicas las pensiones asistenciales establecidas por el artículo 245 de
la Ley Nº 16.464.
Es así como en el sistema anterior el Servicio de Seguro Social otor-
gaba pensiones a los asegurados declarados inválidos y a los mayores de
60 ó 65 años que no hubieren cumplido con los requisitos necesarios para
obtener la pensión usual; otras Cajas también contemplaban beneficios
de esta índole.
El D.L. Nº 869 vino a normar orgánicamente la situación y consagró el
derecho a pensión asistencial de todos los inválidos y los mayores de 65 años
que carecieren de recursos, siempre que tengan una residencia mínima de
3 años en el país. Estas pensiones son incompatibles con cualquier otra pen-
sión y sus beneficiarios gozan de asistencia médica gratuita.
Para tener derecho a pensión asistencial por vejez se requiere:
1) Estar inscritos los beneficiarios como imponentes en la ex Caja de
Seguro Obligatorio;
2) No estar gozando de pensión ni tener derecho a ella por algún ré-
gimen de previsión;
3) Haber cumplido 65 años los varones y 60 las mujeres, y
4) Cumplir ciertos requisitos de un mínimo de semanas de cotizaciones.
Se financia mediante aportes fiscales a un Fondo Especial y su monto
equivale mensualmente a un tercio de la pensión mínima.

447
LAS PRESTACIONES

La Ley Nº 18.611, de 23 de abril de 1987, introdujo algunas modifica-


ciones de interés al régimen, entre las que destacamos las siguientes:
1) Racionalizó el sistema, dejando entregada la resolución de los ca-
sos en manos de los intendentes y fijándose un marco presupuestal anual,
el que no podrá excederse.
2) La administración financiera del Fondo corresponderá a la Super-
intendencia de Seguridad Social.
3) Las pensiones serán pagadas por el Servicio de Seguro Social, sin
perjuicio de que se pueda disponer que toda o parte de la administra-
ción la asuman las Cajas de Compensación.
4) Las pensiones se reajustarán anualmente en el 100% de la varia-
ción del IPC. 89

2. SUBSIDIOS FAMILIARES PARA PERSONAS DE ESCASOS RECURSOS. Las Leyes


Nos 18.020 y 18.036 crearon dos subsidios de carácter asistencial que se-
rán administrados por los municipios, con cargo a fondos fiscales; ellos
son el asistencial de asignación familiar y el asistencial maternal.
2.1. SUBSIDIO DE ASIGNACIÓN FAMILIAR. Se da el carácter de causantes a los
menores de 8 años de edad que vivan a expensas de beneficiarios de es-
casos recursos, para un subsidio equivalente al monto de la asignación
familiar.
Sus beneficiarios son las personas con derecho al subsidio por tener
a sus expensas al causante, los que concurren en el siguiente orden: la
madre, el padre, los guardadores y las personas que hayan tomado a su
cargo al menor, siempre que todos ellos no se encuentren en la posibili-
dad de acogerse al Sistema Único de Prestaciones Familiares.
Los beneficiarios deben cumplir con los siguientes requisitos:
1) Solicitar el beneficio en la Municipalidad de su domicilio;
2) No haber percibido durante el año anterior un ingreso superior a
48 UTM, considerando el núcleo familiar;
3) No estar en condiciones de proveer por sí solo o en unión con el
grupo familiar, a la mantención y crianza del causante, y
4) Ser reconocida su calidad por resolución del alcalde o goberna-
dor, según corresponda.
Los causantes señalados anteriormente deben cumplir además con los
siguientes requisitos:
1) No tener ingreso alguno igual o superior al subsidio (salvo pen-
sión de orfandad);

89
El monto de las pensiones asistenciales del D.L. Nº 869, a contar del 01.09.04, as-
ciende a $ 41.405 y ascenderá a $ 44.960 a contar del 01.09.05 (artículo 4º de la Ley Nº 19.953.
D.O. 26.06.2004).
El artículo 2º del mismo cuerpo legal otorgó un bono extraordinario, por una sola vez,
de $ 10.000 a todos los pensionados del INP que se encontraren percibiendo pensiones mí-
nimas o asistenciales.

448
LAS PRESTACIONES DE LA ASISTENCIA SOCIAL

2) Participar en los programas de salud infantil del Ministerio de Sa-


lud, y
3) Los mayores de 6 años deben ser alumnos regulares de la educa-
ción básica.
Expedida la resolución, se procede a su inscripción y se pone en cono-
cimiento del Servicio de Seguro Social, entidad encargada del pago del sub-
sidio; se devenga a contar del mes siguiente a aquel en que se haya dictado
la resolución que lo reconoce y subsiste hasta el mes en que el causante
mantiene su calidad de tal, o bien hasta que cumpla los 8 años de edad.
Cuando se dé a su respecto alguna causal de extinción, el beneficia-
rio debe ponerlo en conocimiento del Municipio dentro de los 30 días
siguientes; de lo contrario, además del reintegro, se expone a penas de
presidio.90
2.2. SUBSIDIO DE ASIGNACIÓN FAMILIAR MATERNAL. Este subsidio se rige por
las mismas normas del anterior, con las siguientes variantes: incorpora
como beneficiaria del subsidio a la mujer embarazada que hubiere perci-
bido un ingreso inferior a 48 UTM durante el año anterior, incluido su
núcleo familiar; lo puede exigir a contar del quinto mes de embarazo,
pero declarado, se retrotrae su cobro por el período de gestación.
Se extingue con el nacimiento del hijo.91
2.3. BONOS ESPECIALES. Desde hace un tiempo, el Supremo Gobierno ha
venido otorgando “Bonos de Invierno” y “Aguinaldos de Fiestas Patrias” y
de “Navidad” a los pensionados del INP, de las Cajas de Previsión y de las
Mutualidades de Empleadores de la Ley Nº 16.744 cuyas pensiones sean
de un monto inferior o igual al valor de la pensión mínima de vejez para
pensionados de más de 70 años; a los pensionados del D.L. Nº 3.500 que
se encuentren percibiendo pensiones mínimas y a los beneficiarios de pen-
siones asistenciales.
Los artículos 23 y 24 de la Ley Nº 19.985 (D.O. 02.12.04) otorgaron a
dichos pensionados un bono de invierno de $ 31.298, a pagarse en mayo
del año 2005, un aguinaldo de Fiestas Patrias para el año 2005 ascenden-
te a $ 9.879, y un aguinaldo de Navidad para el año 2005 ascendente a
$ 11.330.
2.4. BONO DE REPARACIÓN (L EY RETTIG) LEY Nº 19.980. El 9 de noviembre
de 2004 fue publicada en el Diario Oficial la Ley Nº 19.980 que modifica
algunos beneficios de la Ley Nº 19.123 y establece otros nuevos.
Las modificaciones que dicen relación con el INP son las siguientes:
–Incremento a las pensiones:
Se aplicó de oficio por el INP, esto es, sin que fuera necesaria solici-
tud del interesado.

90
El subsidio familiar para personas de escasos recursos, a contar del 12 de julio del
año 2004, ascenderá a $ 3.797. A contar del 1 de julio de 2005 su monto ascenderá a $ 3.930
(Ley Nº 19.985. D.O. 2.12.04).
91
Su monto al 1º de julio de 1996 asciende a $ 2.500.

449
LAS PRESTACIONES

1. A contar del 9 de noviembre de 2004, se elevó de 15% a 40% el


porcentaje de la pensión mensual de reparación para la madre o padre
de los hijos de los causantes, que no hayan nacido de una relación matri-
monial. No obstante este aumento, los restantes beneficiarios del grupo
familiar no verán reducida la suma que reciben.
2. A partir del 1 de enero de 2005, se ha incrementado en un 50% el
monto actual de la pensión de reparación.
–Pensión al padre del causante:
El padre del causante tiene derecho a pensión cuando la madre fal-
tare, renunciare o falleciere. La renuncia de la madre debe constar por
escrito y su fallecimiento acreditarse con el correspondiente certificado
de defunción.
Si los padres hubieren solicitado por escrito el beneficio con anterio-
ridad al 9 de noviembre de 2004, la pensión se pagará a contar del 1 de
enero de 2005. Respecto de aquellos que lo requieran con posterioridad,
la pensión se pagará a contar del día 1º del mes subsiguiente al de la pre-
sentación de la solicitud.
–Bono de reparación:
1. Beneficiarios: se concede por única vez a cada uno de los hijos de
los causantes que existan (esto es, que se encuentren vivos) al 9 de no-
viembre de 2004, que no estén percibiendo pensión de reparación y que
lo soliciten hasta el 9 de noviembre de 2005. Los mencionados requisitos
son copulativos, vale decir, deben cumplirse todos. Los hijos que perci-
ban este beneficio no podrán solicitar pensión por discapacidad cuando
ésta se hubiere iniciado con anterioridad a la fecha en que solicitó el bono.
2. Monto: $ 10.000.000. A aquellos hijos que hayan percibido pensión
de reparación se les descontará de este monto las sumas recibidas por di-
cho concepto.
3. Documentos que deben presentar:
Los únicos documentos que debe presentar el interesado son:
a) la solicitud firmada por él, utilizando el formulario que las Sucur-
sales del INP disponen para tal efecto;
b) fotocopia de la cédula de identidad o del pasaporte; y
c) si el interesado no hubiere percibido nunca pensión de reparación,
deberá adjuntar certificado de nacimiento en donde conste el nombre
del causante.
En consecuencia, NO SE DEBE REQUERIR el certificado de defunción del
causante o una declaración de las circunstancias de la muerte, o cualquier
otro documento que no sean los indicados en las letras a), b) y c) de este
punto, según corresponda.
5. Plazo para solicitar el Bono: hasta el 9 de noviembre de 2005.
6. Fecha de pago del Bono: se pagará en el mes subsiguiente de acre-
ditado el cumplimiento de los requisitos, esto es, en el mes subsiguiente
a aquel en que la Contraloría General de la República tome razón de la
resolución que concede el Bono.

450
LAS PRESTACIONES DE LA ASISTENCIA SOCIAL

7. Forma de pago: en aquellos casos en que por descuento de lo ya


percibido por pensión de reparación resultare una cantidad inferior a
$ 3.333.333, el Bono se pagará en una sola cuota.
Si por el contrario, el monto del Bono excede de la suma antes indi-
cada, éste se pagará en un solo acto con un tercio al contado y el saldo
con dos pagarés de igual monto, con vencimiento a uno y dos años, res-
pectivamente, expresados en unidades de fomento. Sin embargo, el monto
total del Bono, esto es, la cuota al contado y los dos pagarés podrán ser
percibidos por el interesado anticipadamente, toda vez que los pagarés
podrán ser transados por el propio interesado o por el INP en su repre-
sentación, en entidades bancarias o financieras con las que el INP cele-
bre convenio, de modo que el beneficiario –si así lo determina– pueda
obtener el pago total del Bono (sin descuento) en forma anticipada.

2.5. PENSIÓN DE REPARACIÓN PARA VÍCTIMAS DE VIOLACIONES A LOS DERECHOS


HUMANOS. Mediante la Ley Nº 19.992 (D.O. 24.12.04) se estableció una
pensión anual de reparación para las víctimas directamente afectadas por
violaciones a los Derechos Humanos, individualizadas en el documento
denominado “Listado de prisioneros políticos y torturados”, de la nómi-
na de personas reconocidas como víctimas, que forma parte del “Infor-
me de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura”, más
conocida como “Comisión Valech”, por el nombre del Obispo de la Igle-
sia Católica que la presidió.
Dicha pensión ascenderá a $ 1.353.798 para aquellos beneficiarios me-
nores de 70 años de edad; a $ 1.480.284 para aquellos beneficiarios de más
de 70 años de edad pero menores de 75 años, y a $ 1.549.422 para aque-
llos beneficiarios de 75 o más años de edad. La pensión se pagará en 12
cuotas mensuales de igual monto y se reajustará en conformidad a lo dis-
puesto en el artículo 14 del D.L. 2.448, y será incompatible con aquellas
otorgadas en las Leyes Nos 19.234, 19.582 y 19.881, pudiendo, en dicho caso,
ejercer el derecho a opción; en caso de no optar por la pensión en análi-
sis, tendrá derecho al pago de un Bono por $ 4.000.000, el que se pagará
por una sola vez dentro del mes subsiguiente de ejercida la opción.
El beneficiario podrá optar también a que la pensión que se le otor-
gue sea pagada a favor de personas jurídicas sin fines de lucro, cuya fina-
lidad sea la de cautelar, fomentar y promover el respeto de los derechos
humanos y de las libertades fundamentales de las personas que habiten
en el territorio de Chile.
La pensión respectiva se devengará a partir del primer día del mes
subsiguiente a la fecha en que los beneficiarios presenten sus solicitudes;
el Ministerio del Trabajo y Previsión Social dictará un Reglamento sobre
el particular y establecerá, de común acuerdo con los Ministerios de In-
terior y Hacienda, los mecanismos para conceder los beneficios y deter-
minar los procedimientos de actualización de los montos para efecto de
las imputaciones y deducciones que correspondan.
Establece además la ley citada que las personas referidas tendrán de-
recho a percibir por parte del Estado los apoyos técnicos y la rehabilita-

451
LAS PRESTACIONES

ción física necesaria para la superación de las lesiones físicas surgidas a


consecuencia de la prisión política o la tortura, cuando dichas lesiones
tengan el carácter de permanentes y obstaculicen la capacidad educativa,
laboral o de integración social del beneficiario.

JURISPRUDENCIA ADMINISTRATIVA

Titular de la pensión asistencial de invalidez: La legislación laboral no con-


templa un contrato de trabajo especial para quienes perciban una pen-
sión asistencial de invalidez, por lo cual él debe regirse por las normas
del Título I del Libro I del Código. Como el D.L. Nº 2.251, de 1978, si-
gue vigente, las personas que sufren ceguera o sordomudez total tienen
derecho a bonificación, aun cuando no se haya dictado el reglamento que
lo hace aplicable. El trabajador sordo cuyo nivel de ingreso excede del
50% de la pensión mínima del artículo 26 de la Ley Nº 15.386 no puede
ser titular de la pensión asistencial de invalidez establecida en el artículo
1º del D.L. Nº 869, de 1975.
Dictamen de la Dirección del Trabajo Nº 8.514/148, de 3 de noviem-
bre de 1989.

452
CAPÍTULO XVI

LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Tal como ya se señalara anteriormente, bajo esta denominación se enmar-


can generalmente todos aquellos beneficios adicionales de las prestaciones
genéricas de la Seguridad Social que obtienen los trabajadores dependien-
tes a causa o con ocasión de los contratos colectivos de trabajo.
No las realizan, por ende, las entidades propias de la Seguridad So-
cial, sino que las concretan en general las empresas y suelen ser conoci-
das bajo la denominación de la Seguridad Social Complementaria.
Como es fácil concluir, esta situación abarca un campo amplísimo y
muy variado de prestaciones posibles de otorgar, por lo que su importan-
cia y trascendencia estarán en íntima vinculación con el medio en que
ellas se pacten y lleven a cabo; aun más, no es aventurado el señalar que,
siendo los contratos y convenios colectivos su medio usual de llegar a pac-
tarlos, su pleno desarrollo está ligado, en definitiva, al nivel en que se en-
cuentren las relaciones laborales en la empresa.
Se han efectuado numerosos estudios acerca de su procedencia y justi-
ficación, ya que en cierto modo pueden atentar contra algunos principios
básicos de la Seguridad Social; mas creemos que ello no debe obstar a con-
siderarlos una herramienta valiosa y práctica del mundo laboral, y que en-
cuentra concreciones valiosas que favorecen al trabajador y a su familia.
En nuestro país se han llevado a cabo diversos estudios acerca de su
aplicación; a base de uno de ellos podemos esquematizar su utilización
más generalizada en la forma siguiente:92

1. PRESTACIONES POR ENFERMEDAD. Ellas comprenden fundamentalmen-


te el complemento del pago de los subsidios por enfermedad y el otorga-
miento de prestaciones médicas en la empresa o ayuda para obtenerlo
fuera de ellas.

2. PRESTACIONES DE AYUDA FAMILIAR . Usualmente se destinan a comple-


mentar las prestaciones familiares, ya sean ellas las asignaciones familia-

92
CARLOS GÓMEZ RAMÍREZ. La Seguridad Social Complementaria. Memoria Fac. de Dere-
cho U. de Chile.

453
LAS PRESTACIONES

res, las asignaciones escolares, las ayudas por nacimiento, matrimonio y


defunción, becas de estudio, vestuario, canastas familiares, etc.

3. AUMENTOS DE BENEFICIOS LABORALES DE ORIGEN LEGAL. En este rubro


se comprenden feriados adicionales, contratación de seguros, aguinaldos,
premios por antigüedad en la empresa, permisos con goce de remunera-
ciones, complementos de pensiones e indemnizaciones por años de ser-
vicio, etc.
Su comentario pormenorizado excedería el propósito de esta visión
somera, mas baste señalar al respecto algunos puntos de interés.
1) Pueden crearse tantos beneficios como la intención y la creativi-
dad de las partes den lugar, sin vulnerar disposiciones legales.
2) El trabajador les concede alto valor a estas prestaciones comple-
mentarias y en muchas ocasiones son decisivas en cuanto al ingreso o per-
manencia en una empresa.
3) La administración le corresponde usualmente al empleador, a tra-
vés de los Departamentos de Bienestar y Servicios Médicos, sin perjuicio
de que la participación de los trabajadores en ellos ha demostrado cons-
tituir un aliciente y forma de compromiso conveniente en relación a este
tipo de prestaciones complementarias de la Seguridad Social.

JURISPRUDENCIA JUDICIAL

Beneficios otorgados por Departamento de Bienestar: Los beneficios que otor-


gue un departamento de bienestar a sus asociados, sin distinguir si son
activos o pasivos, siempre que estén al día en sus cotizaciones, aprovechan,
en lo que fuere aplicable, a los ya jubilados.
Sentencia en recurso de protección Nº 11.043, Santiago-A, dictada por
la Corte de Apelaciones de Santiago el 15 de agosto de 1987, confirmada
por la Corte Suprema el 20 de agosto de 1987.

454
CUADRO 1
NÚMERO DE SUBSIDIOS INICIADOS DEL SISTEMA DE SUBSIDIOS MATERNALES, SEGÚN TIPO DE LICENCIA
1996-2003

455
* Fuente: Superintendencia de Seguridad Social.
DE SEGURIDAD SOCIAL*

Nota: Cifras obtenidas de las estadísticas mensuales enviadas por las instituciones participantes del Fondo Único de Prestaciones Familia-
ESTADÍSTICAS DE OTRAS PRESTACIONES

res y Subsidios de Cesantía. (Cifras no auditadas).


CUADRO 2
N ÚMERO DE DÍAS DE SUBSIDIO PAGADOS DEL SISTEMA DE SUBSIDIOS MATERNALES, SEGÚN TIPO DE LICENCIA
1996-2003

456
LAS PRESTACIONES

Nota: Cifras obtenidas de las estadísticas mensuales enviadas por las instituciones participantes del Fondo Único de Prestaciones Familiares y Subsi-
dios de Cesantía. (Cifras no auditadas).
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 3
NÚMERO DE SUBSIDIOS INICIADOS DEL SISTEMA DE SUBSIDIOS MATERNALES,
SEGÚN INSTITUCIÓN PAGADORA Y TIPO DE LICENCIA
AÑO 2003

457
LAS PRESTACIONES

CUADRO 3 (continuación).

Nota: Cifras obtenidas de las estadísticas mensuales enviadas por las instituciones participantes
del Fondo Único de Prestaciones Familiares y Subsidios de Cesantía. (Cifras no auditadas).

458
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 4
NÚMERO DE DÍAS DE SUBSIDIOS DEL SISTEMA DE SUBSIDIOS MATERNALES,
SEGÚN INSTITUCIÓN PAGADORA Y TIPO DE LICENCIA
AÑO 2003

459
LAS PRESTACIONES

CUADRO 4 (continuación).

Nota: Cifras obtenidas de las estadísticas mensuales enviadas por las instituciones participantes
del Fondo Único de Prestaciones Familiares y Subsidios de Cesantía. (Cifras no auditadas).

460
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 5
MONTO DE SUBSIDIOS PAGADOS POR EL FONDO ÚNICO DE PRESTACIONES
FAMILIARES SEGÚN TIPO DE SUBSIDIO (1)
(MONTO EN MILES DE $)
2003

461
LAS PRESTACIONES

CUADRO 5 (continuación).

Fuente: Balance General del F.U.P.F. y S. de C. al 31 de diciembre de 2003.


(1) Incluye las cotizaciones a los fondos previsionales.
(2) No incluye el gasto por subsidios maternales de años anteriores, sí los cheques caduca-
dos, cheques revalidados y reintegros por cobros indebidos.
(3) Estas entidades devolvieron al Fondo Único recursos por cheques caducados que no
habían sido informados en su oportunidad.
(4) Por Resolución Exenta Nº 2.276 de 2002, de la Superintendencia de Isapres, se autori-
zó el cambio de razón social de Cigna Salud Isapre S.A. por ISAPRE VIDA PLENA S.A.
(cód. 66).

462
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 6
NÚMERO DE LICENCIAS, NÚMERO DE DÍAS Y MONTO DE SUBSIDIOS
DE CURATIVA SEGÚN REGIONES, PAGADOS POR LOS SERVICIOS DE SALUD
(MONTO EN MILES DE $)
2003

Fuente: FONASA (Ministerio de Salud).


Incluye los subsidios maternales suplementarios y los de medicina preventiva.
(a) = Los montos incluyen aportes previsionales.

463
CUADRO 7
NÚMERO DE SUBSIDIOS INICIADOS, NÚMERO DE DÍAS Y MONTO TOTAL PAGADO
EN CURATIVA POR LAS C.C.A.F.
2003

464
LAS PRESTACIONES

Fuente: Informes estadísticos y financieros mensuales de las C.C.A.F.


(*): Los montos incluyen aportes previsionales.
CUADRO 8
I NGRESOS Y EGRESOS DEL FONDO ÚNICO DE PRESTACIONES FAMILIARES Y SUBSIDIOS
DE CESANTÍA, SUBSIDIOS POR REPOSO MATERNAL
(MONTOS EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

465
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Fuente: Balance General al 31 de diciembre de cada año.


CUADRO 9
NÚMERO PROMEDIO MENSUAL Y MONTO ANUAL DE SUBSIDIOS DE CESANTÍA PAGADOS
SEGÚN INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL
(MONTOS EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
2000-2003

466
LAS PRESTACIONES

Fuente: Informes estadísticos mensuales para el número y los Balances presupuestarios del F.U.P.F. para los montos.
Nota: La información corresponde a los subsidios pagados con cargo al F.U.P.F. y Subsidios de Cesantía, con excepción de los informados por Teso-
rería, que corresponden a los subsidios de los funcionarios públicos y municipales.
(a): No se dispone de información de número de Subsidios pagados.
CUADRO 10
NÚMERO DE SUBSIDIOS DE CESANTÍA OTORGADOS POR PRIMERA VEZ, SEGÚN INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL
1999-2003

467
Nota: La información corresponde a los subsidios pagados con cargo al F.U.P.F., por tanto no incluye los subsidios de los funcionarios públicos ni
municipales que son pagados por la Tesorería General de la República.
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

(a): La información corresponde a las ex Cajas de Previsión fusionadas en el I.N.P.


(b): El Decreto Supremo Nº 2, del 12 de enero de 2001, publicado en el Diario Oficial el día 23 de enero de 2001, oficializó la fusión de las C.C.A.F.
Javiera Carrera y 18 de Septiembre, en la que esta última absorbió a la primera.
CUADRO 11
N ÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE SUBSIDIOS DE CESANTÍA PAGADOS POR LAS C.C.A.F., SEGÚN ACTIVIDAD ECONÓMICA
2003

468
LAS PRESTACIONES

Nota: Las cifras se refieren a subsidios emitidos.


CUADRO 12
INGRESOS Y EGRESOS DEL SISTEMA DE SUBSIDIOS DE CESANTÍA
(MONTOS EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

469
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Fuente: Balances Presupuestarios del F.U.P.F. y S. de Cesantía.


(a): El régimen no es contributivo, las cifras corresponden a cotizaciones rezagadas.
LAS PRESTACIONES

CUADRO 13
MONTO MÍNIMO Y MÁXIMO DEL SUBSIDIO DE CESANTÍA MENSUAL PARA LOS
TRABAJADORES DE LOS SECTORES PRIVADO Y PÚBLICO
(E N PESOS DE CADA AÑO)
1974-1985

Nota: El artículo 6º del D.L. Nº 603, de 1974, establece que el subsidio de cesantía no podrá
ser de un monto inferior al 60% de dos sueldos vitales del Depto. de Santiago, ni podrá
exceder del 90% de cuatro de dichos sueldos vitales mensuales.
El artículo 46 del D.F.L. Nº 150, de 1981, establece los límites mínimo y máximo en
ingresos mínimos, indicando los porcentajes de 35,6410% y 80,1923% para ambos, respec-
tivamente.

470
CUADRO 14
MONTO MENSUAL DEL SUBSIDIO DE CESANTÍA PARA LOS TRABAJADORES DE LOS SECTORES PRIVADO Y PÚBLICO
(E N PESOS DE CADA AÑO)
1985-2003

471
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES
LAS PRESTACIONES

CUADRO 15
MONTO DE LAS BONIFICACIONES POR AÑOS DE SERVICIOS PAGADAS
POR LAS CAJAS DE PREVISIÓN - LEY Nº 15.386
(M ONTO EN MILES DE $)
1999-2003

(a) En Empart están incluidas las cajas: Salitre, Gildemeister, C.C.U., Cía. de Gas y Hochschild.
(b) Corresponde solamente al personal de Dipreca.

472
CUADRO 16
N ÚMERO Y MONTO DE LAS ASIGNACIONES POR MUERTE DEL D.F.L. Nº 90, DE 1978
PAGADAS POR LAS INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

473
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES
CUADRO 17
NÚMERO Y MONTO DE LAS ASIGNACIONES POR MUERTE DISTINTAS DEL D.F.L. Nº 90,
DE 1978, PAGADAS POR LAS CAJAS DE PREVISIÓN
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

474
LAS PRESTACIONES

(a) Incluye indemnización por muerte en acto de servicio.


(b) Cifra corregida.
CUADRO 18
N ÚMERO Y MONTO DE LOS SEGUROS DE VIDA PAGADOS POR LAS EX CAJAS DE PREVISIÓN
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

475
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES
CUADRO 19
NÚMERO Y MONTO DE LOS DESAHUCIOS PAGADOS POR LAS INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

476
LAS PRESTACIONES

(a) Corresponde a desahucios de OO.M.O.P.


(b) La información corresponde al personal de Dipreca.
(c) La información corresponde al personal de Carabineros.
(d) No se dispone de información.
(e) A la fecha de cierre del presente boletín no se dispone de la información.
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 20
MONTO UNITARIO DE LOS DESAHUCIOS PAGADOS POR LA EX CAJA
DE PREVISIÓN DE EMPLEADOS PARTICULARES
(EN $ DE CADA AÑO)
1980-2003

477
CUADRO 21
N ÚMERO Y MONTO DE LAS INDEMNIZACIONES POR AÑOS DE SERVICIOS PAGADAS POR LAS EX CAJAS DE PREVISIÓN
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
1999-2003

478
LAS PRESTACIONES

(a) No existe información disponible


(b) Información incluida en el S.S.S.
(c) Corresponde a pagos de acuerdo al D.S. Nº 1.128 del M. del Trabajo y P.S.
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 22
CLASIFICACIÓN DE LOS AFILIADOS A FONASA, SEGÚN LOS NIVELES
DE INGRESO, LEY Nº 18.469
(MONTO EN PESOS)
1986-2003

Nota: Al grupo “A” pertenecen las personas indigentes o carentes de recursos, beneficiarios
de pensiones asistenciales a que se refiere el D.L. Nº 869 de 1975, y causantes del subsidio
familiar establecido en la Ley Nº 18.020.

479
CUADRO 23
NÚMERO DE PRÉSTAMOS OTORGADOS POR LAS C.C.A.F., SEGÚN TIPO DE FINANCIAMIENTO
2003

480
LAS PRESTACIONES

Fuente: Cajas de Compensación de Asignación Familiar.


Nota: El número de préstamos corresponde, principalmente, a operaciones no reajustables en moneda nacional de 90 días o más.
El número total de créditos incluye operaciones no reajustables en moneda nacional de menos de 90 días que corresponden a un 1,4% del total.
Los préstamos totales de las C.C.A.F. de los Andes y Los Héroes incluyen operaciones reajustables en moneda nacional, lo que representan un
0,09% del total de créditos otorgados por el sistema C.C.A.F.
CUADRO 24
MONTO DE PRÉSTAMOS OTORGADOS POR LAS C.C.A.F., SEGÚN TIPO DE FINANCIAMIENTO
(EN MILES DE $)
2003

481
Fuente: Cajas de Compensación de Asignación Familiar.
Nota: Los montos otorgados en préstamos corresponden, principalmente, a operaciones no reajustables en moneda nacional de 90 días o más. El
monto total incluye préstamos no reajustables en moneda nacional de menos de 90 días que corresponden a un 0,4% del total.
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Los montos totales de las C.C.A.F. de los Andes y Los Héroes incluyen operaciones reajustables en moneda nacional, los que representan un 0,5%
del total de créditos otorgados por el sistema C.C.A.F.
LAS PRESTACIONES

CUADRO 25
NÚMERO DE PRÉSTAMOS OTORGADOS POR LAS C.C.A.F.(a)
2000-2003

(a): Incluye los préstamos otorgados a través de intermediación financiera.


(b): El Decreto Supremo Nº 2, del 12 de enero de 2001, publicado en el Diario Oficial el
día 23 de enero de 2001, oficializó la fusión de las C.C.A.F. Javiera Carrera y 18 de Septiem-
bre, en la que esta última absorvió a la primera.

CUADRO 26
MONTO DE LOS PRÉSTAMOS OTORGADOS POR LAS C.C.A.F.(a)
(EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
2000-2003

(a): Incluye los préstamos otorgados a través de intermediación financiera.


(b): El Decreto Supremo Nº 2, del 12 de enero de 2001, publicado en el Diario Oficial el
día 23 de enero de 2001, oficializó la fusión de las C.C.A.F. Javiera Carrera y 18 de Septiem-
bre, en la que esta última absorbió a la primera.

482
CUADRO 27
NÚMERO DE CUENTAS DE AHORRO PARA LA VIVIENDA POR TIPOS DE TENEDORES EN EL SISTEMA C.C.A.F.
2003

483
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Fuente: Cajas de Compensación de Asignación Familiar.


Nota: La Ley Nº 19.281, publicada en el Diario Oficial el 15 de diciembre de 1993 y modificada por Ley Nº 19.401, de 15 de agosto de 1995, autori-
zó a las Cajas de Compensación de Asignación Familiar para abrir y mantener cuentas de ahorro para el arrendamiento de viviendas con promesa
de compraventa (Leasing Habitacional).
(*): El Decreto Supremo Nº 2, del 12 de enero de 2001, publicado en el Diario Oficial el día 23 de enero de 2001, oficializó la fusión de las C.C.A.F.
Javiera Carrera y 18 de Septiembre, en la que esta última absorbió a la primera.
CUADRO 28
MONTO DE LAS CUENTAS DE AHORRO PARA LA VIVIENDA POR TIPOS DE TENEDORES EN EL SISTEMA C.C.A.F.
(M ONTO EN MILES DE $)
2003

484
LAS PRESTACIONES

Fuente: Cajas de Compensación de Asignación Familiar.


Nota: La Ley Nº 19.281, publicada en el Diario Oficial el 15 de diciembre de 1993 y modificada por Ley Nº 19.401, de 15 de agosto de 1995, autori-
zó a las Cajas de Compensación de Asignación Familiar para abrir y mantener cuentas de ahorro para el arrendamiento de viviendas con promesa
de compraventa (Leasing Habitacional).
CUADRO 29
NÚMERO Y MONTO DE LAS CUENTAS DE AHORRO PARA LA VIVIENDA POR TIPOS DE TENEDORES EN EL SISTEMA C.C.A.F.
(MONTO EN MILES DE $ DE CADA AÑO)
2000-2003

485
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Nota: La Ley Nº 19.281, publicada en el Diario Oficial el 15 de diciembre de 1993 y modificada por Ley Nº 19.401, de 15 de agosto de 1995, autori-
zó a las Cajas de Compensación de Asignación Familiar para abrir y mantener cuentas de ahorro para el arrendamiento de viviendas con promesa
de compraventa.
LAS PRESTACIONES

CUADRO 30
NÚMERO DE AFILIADOS SERVICIOS DE BIENESTAR
FISCALIZADOS POR LA SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD SOCIAL
AL 31 DE DICIEMBRE DE 2003

486
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

CUADRO 30 (continuación).

487
LAS PRESTACIONES

CUADRO 30 (continuación).

488
CUADRO 31
ESTADO DE INGRESOS Y GASTOS DE LOS SERVICIOS DE BIENESTAR DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
(E N MILLONES DE $)
AÑO 2003

489
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES
CUADRO 31 (continuación).

490
LAS PRESTACIONES
CUADRO 31 (continuación). LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

491
CUADRO 31 (continuación).

492
LAS PRESTACIONES
CUADRO 31 (continuación).

493
LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Fuente: Estados Financieros de los Servicios de Bienestar año 2003.


s/i: No se dispone de información a la fecha de cierre del presente boletín.

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