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LIMITACIONES EN EL MODELO DEMOCRÁTICOEN EL

QUEHACER INTERNACIONAL:

EL CASO HONDURAS Y LA POLÍTICA EXTERIOR ECUATORIANA

Luis Narváez Ricaurte

21/12/2009
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

LIMITACIONES EN EL MODELO DEMOCRÁTICO


EN EL QUEHACER INTERNACIONAL:
EL CASO HONDURAS Y LA POLÍTICA
EXTERIOR ECUATORIANA

I. Introducción

El año 2009, a más de constituir un período en el cual se acentuó la crisis

económica, cuyos orígenes datan de finales del 2007, y que algunos analistas económicos
2
han calificado como la mayor inflexión en el modelo capitalista de corte neoliberal, fue

también el escenario de una de las crisis políticas más importante registrada en la región

latinoamericana desde la incursión norteamericana en Panamá el 20 de diciembre de 1989

y el autogolpe del Presidente Fujimori en Perú, en 1992, entendiéndose estos hechos como

elementos que provocaron una ruptura democrática.

Con esto en mente, me refiero a la crisis política suscitada en Honduras, que tuvo

su clímax el 28 de junio del 2009, cuando las FF.AA. encabezadas por el Jefe de Comando

Conjunto, Gral. Romeo Vásquez, irrumpen en el domicilio del Primer Mandatario, Manuel

Zelaya, para llevarlo y depositarlo físicamente en Costa Rica. Vale recordar que la

“…crisis se gestó alrededor de una consulta popular impulsada por el depuesto

Mandatario, declarada ilegal por los poderes Judicial y Legislativo. (…) Con esta -la

consulta-, Zelaya pretendía preguntar a la población si en las elecciones generales de

noviembre se debía votar también por la convocatoria a una Asamblea Constituyente para

reformar la Constitución.”1 –los entre guiones son míos-

El Presidente Manuel Zelaya, elegido en el 2005 –activo e importante miembro del

Partido Liberal de Honduras-, intenta con esta maniobra política presentarse a un nuevo

mandato. Esta iniciativa, que intentaba replicar las tendencias registradas en América del

1
Periódico Digital “latercera.com” http://latercera.com/contenido/678_150765_9.shtml (13/08/2009 -
11h15)
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

Sur, como la suscitada en Venezuela, encabezada por su Presidente, Cnel. Hugo Chávez o

bien la llevada a cabo en Ecuador y/o Bolivia, articuladas por sus actuales y respectivos

Mandatarios, intentaba según el argumento central del Presidente depuesto, permitir un

pleno ejercicio de una democracia participativa para su país, y no sólo representativa.

La reacción ante esta iniciativa, encabezada por sus propios co-idearios del Partido

Liberal, y las acciones posteriores ejecutadas por las FF.AA., configuró uno de los actos 3

que la memoria histórica latinoamericana había considerado como prácticas anacrónicas e

imposibles de replicarse en la modernidad: se profirió un Golpe de Estado. Este hecho

provocó la polarización de los principales actores políticos en Honduras y la consecuente

confrontación en lo interno, y en lo externo, la comunidad internacional se agitó y

comenzó a motivar la activa inserción en el conflicto, de los diversos mecanismos políticos

con que cuenta la región en un primer lugar, y extra-regionales de forma concomitante.

II. Entre la Libre Determinación de los Pueblos y la Defensa Democrática

En este punto conviene hacer las aproximaciones conceptuales que constituyen la

base que permite entender las reacciones y las razones que están articulando los diversos

comportamientos que se registraron a nivel internacional, en especial en la región

americana.

En materia internacional, tanto en el marco del Derecho como en el de las

Relaciones, se han establecido un conjunto de principios, todos éstos resultado de un

proceso de evolución dinámica de las Naciones, desde los albores de las mismas, hasta su

actual existencia, que como característica específica tiene como eje horizontal la

relativización del concepto de soberanía, y me refiero a aquel concebido tras la finalización

de las guerras napoleónicas y la suscripción de Segundo Tratado de París de 1815 y el fin


Luis Narváez Ricaurte, Dr.

de la determinación exclusiva de la geopolítica de las Naciones por parte de sus Estados,

como actores únicos de una realidad internacional.

Entre esos principios está el de la “autodeterminación de los pueblos”; premisa que

debe entenderse en su concepción más amplia, como el derecho que tienen los ciudadanos

para definir por sí mismos no sólo el o los sujetos que los gobernarán, sino también el

modo que adoptarán para ser gobernados. Como lo define el Dr. Borja, este principio 4

resulta ser “…la capacidad de un pueblo para definir la forma de Estado y de gobierno que

desea tener, esto es, para escoger su régimen de convivencia social. Es también la facultad

de una comunidad para decidir su pertenencia a un determinado Estado o su separación de

él. Es, en fin, el derecho de un pueblo para resolver, en última y definitiva instancia, sobre

su destino…”2

Este principio, sin embargo, encuentra sus propios límites en la doctrina, cuando es

confrontado a la institución del reconocimiento de Gobiernos de facto. Así, para encontrar

la frontera común, es importante conceptualizar este tipo de Gobiernos; en ese sentido, se

entiende que éstos son aquellos que “…coercitivamente, al margen del Estado de Derecho,

sustituye al gobierno constituido e impone su autoridad en todo o en parte del territorio del

Estado.”3

América, como lo señalan los doctores Narváez en su obra “Pensamiento Político”

(p.85), para abordar la temática del reconocimiento –considerando la institucionalidad

política y los orígenes de las causas-, ha propuesto y aplicado una serie de medidas que han

pretendido paliar tales hechos y frenar los mismos mediante la institucionalización de

procedimientos que pongan límites al reconocimiento de gobiernos de facto. Entre los

2
Borja, Rodrigo – Enciclopedia de la Política (Fondo De Cultura Económica) México D.F., 1997 p.55
3
Narváez Ricaurte, Luis & Narváez Rivadeneira, Luis – Pensamiento Político (Corporación de Estudios y
Publicaciones) Quito, 2009 p. 85
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

principales lineamientos relacionados a este tema está la “doctrina Tobar” (1907), que

sostiene que “…las repúblicas americanas debían abstenerse de reconocer a los gobiernos

que hubiesen ocupado el poder por la fuerza, por lo menos –decía- hasta que hubieren sido

„legitimados constitucionalmente‟ mediante el asentimiento de una Asamblea

Nacional…”4. Doctrina propuesta por el ecuatoriano Carlos Tobar y que se conoce como

“Doctrina de la Legitimidad Constitucional”.


5

Está la “Doctrina Wilson” de 1913, que distingue el reconocimiento de facto a

favor de un Gobierno de Hecho y el reconocimiento de jure respecto de un Gobierno de

Derecho; huelga señalar que los Estados Unidos de América (EUA), en este sentido, al

menos en términos discursivos ha declarado que su política es el „no reconocer a los

gobiernos surgidos por usurpación del poder‟5 – lo menciono por la evolución y rol que

jugó los EUA en la crisis hondureña, y finalmente la decisión de reconocer el proceso

electoral convocado por el Gobierno de Facto, que constituye un cambio de timón en el

manejo de la política exterior de ese país, que debe ser considerado en el proceso de

análisis de las relaciones internacionales del Ecuador con ese país y con la región en

general.

La doctrina del mejicano Genaro Estrada, de 1930, que siendo Canciller de ese país

plantea que “…el reconocimiento de un gobierno es un acto de injerencia en la política

interna, y por esta razón México no se pronunciaría sino que se limitaría a mantener o

retirar, cuando lo creyere pertinente, a sus agentes diplomáticos y continuar aceptando a

los que estuvieren acreditados en ese país…”6

4
Ibíd. Ob. Cta. Supra, P.p. 3 – p.86
5
Gil, Federico Guillermo – Latinoamérica y Estados Unidos: dominio, cooperación y conflicto (Edit.
Técnos) España, 1975, p. 75
6
Ibíd. Ob. Cta. Supra, P.p. 3 – p.86
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

Por otro lado, el principio de la defensa democrática, que como se ha visto, está

implícito en las doctrinas que se han formulado, desde los inicios del siglo XX, con miras a

fomentar y fortalecer a esa forma de gobierno como la única y legítima que debe reinar en

las nuevas relaciones internacionales, se ha erigido en premisa y requisito sino qua non de

las relaciones internacionales, cualesquiera que sean las expresiones y/o formas en que se

articulen las mismas.


6

Esta tendencia, que ciertamente desde finales de la década de los 70 en América

Latina constituyó el escenario político dominante –con excepción de Chile que se

incorpora a esta forma de Gobierno el 11 de marzo de 1990 con la entrega del poder por

parte de Pinochet a Patricio Aylwin-, encuentra un espíritu vívido y nuevos bríos en el

marco de la Vigésimo Octavo Período Extraordinario de Sesiones de la Organización de

Estados Americanos (OEA), que tuvo lugar el 11 de Septiembre de 2001, en Lima, Perú,

encuentro que permitió la suscripción de la denominada “Carta Democrática

Interamericana”.

Este instrumento multilateral, patrocinado por la OEA, es un instrumento que

proclama como objetivo principal el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad

democrática, al establecer que la ruptura del orden democrático o su alteración, que afecte

gravemente el orden democrático en un Estado miembro, constituye “un obstáculo

insuperable”7 para la participación de su gobierno en las diversas instancias de la OEA.

Considerando las doctrinas relacionadas directamente con el principio de la

autodeterminación, el reconocimiento de Gobiernos de Facto y la Defensa Democrática, la

comunidad internacional reaccionó frente a los acontecimientos registrados en Honduras,

que describiré y evaluaré a continuación, para tratar de identificar, con base a resultados, el
7
Organización de Estados Americanos – Carta Democrática Interamericana (Vigésimo Octavo Período
Extraordinario de Sesiones) Lima, 2001 Cap. IV, Art.19.
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

valor real de las políticas y/o posturas adoptadas para intentar que ese país retorne a la vida

democrática.

III. Reacción de la Comunidad Internacional: “…aquí se hace lo que se ordena…¡¡no


sean malitos!!”

La caída de Zelaya, su expulsión con destino a Costa Rica, y el erguimiento de un

nuevo Jefe del Estado en Honduras, alertó y preocupó profundamente a la Comunidad


7
8
Internacional, tanto extra-regional como en especial, a las „Unidades Diferenciadas‟

regionalmente.

Las respuestas se articularon en dos escenarios: en lo multilateral, la OEA

encabezaba la ofensiva, el Grupo ALBA apuntaba por acciones más dramáticas y

confrontativo, las Naciones Unidas (ONU) que desde la Asamblea General advertía del

peligro de los hechos acaecidos, y la Unión Europea (UE) que desde el otro lado del

Atlántico miraba con reproche y paternal preocupación las rabietas de sus hijos en las

Américas; y, en lo bilateral, las acciones, gestiones y posturas fueron más diversas, desde

el retiro de los representantes diplomáticos –sea por convicción o bien por precaución-

hasta el pleno reconocimiento del Gobierno instituido tras la caída de Zelaya a finales de

junio del 2009.

En lo multilateral, los Estados miembros de la OEA dispusieron una intervención

directa del Secretario General de dicho Organismo, José Miguel Insulsa. Su presencia, en

un primer término, fue infructuosa vista la posición adoptada por el alto personero, que

conllevó desde un inicio el desconocimiento de quien a todas luces era su interlocutor, y su

permanente accionar con base a una idea matriz que volvió inflexible todo diálogo: el

retorno incondicional de Zelaya a la Presidencia.

8
Narváez Rivadeneira, Luis – La Diplomacia y las Negociaciones Internacionales (Edit. Revista AFESE
Nº 30) Quito, 1997 p.43
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

Por su parte, en lo bilateral y patrocinado por la OEA, Costa Rica se erigió como el

actor principal tanto para constituirse en escenario de los diálogos, como para plantear una

fórmula de solución entre las partes en conflicto. Mi lectura es que la denominada Acta de

San José o Iniciativa Arias, fue un documento preparado en Washington por el

Departamento de Estado, y que tenía como objetivo fallar; esta práctica diplomática es

usual por parte de los actores de la política exterior norteamericana que se nutrieron de la
8
doctrina kissinger – vale ver al respecto la estrategia de las Negociaciones de París entre

EUA y Vietnam, entre otras similares.9

Los actores centroamericanos, vista su cercanía geográfica y su interdependencia

geoeconómica, tuvieron una participación más cauta; como la evidenciada por El Salvador

que, a pesar de haber permitido la breve reunión Presidencial en el Aeropuerto

Internacional de COMALAPA, entre los Mandatarios más afines a la causa de Manuel

Zelaya, la presencia del Primer Mandatario de ese país, Mauricio Funes, no comprometió

el delicado balance relacional entre ambos países, aunque hay que dejar anunciado el que

la crisis hondureña dejó entrever la poca institucionalidad existente en el marco del

Sistema de Integración Centroamericano (SICA), tanto así que hasta la fecha el intento de

los otros miembros, incluyendo El Salvador, apuntan a evitar que el paciente muera.

Otros actores importantes en el conflicto fueron Argentina, Brasil, Chile, Ecuador,

Venezuela –el orden es alfabético, no implica ningún tipo de jerarquización ni

importancia-, desde la otra orilla: Colombia y Perú, dentro de la región; y, extra-

regionalmente, los países asiáticos, que guardaron un silencio pragmático, de manera de

proteger sus intereses en el continente americano; y del Medio Oriente, la posición

favorable al nuevo Gobierno de Roberto Micheletti, casi desde el primer día de gestión.

9
Kissinger, Henry – La Diplomacia (Fondo De Cultura Económica) México D.F., 1996 p.201
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

Grandes aspavientos se desplegaron en el marco del UNASUR, que redujo el

problema de Honduras a un párrafo que reflejaba la defensa discursiva al modelo

democrático. La OEA tras el fallida primera gestión, convocó a Presidentes y Cancilleres a

debatir y se decide poner en “stand-by” el derecho de Honduras de participar en ese foro

regional, mientras se dispuso que la Secretaría General siga buscando espacios de diálogo.

Al Presidente Arias, le toca jugar un papel de garantizador de un proceso, cuya garantía


9
expiró desde el 28 de junio; el Presidente Chávez, con visión geopolítica, se aproxima a

Zelaya y le otorga apoyo político y logístico en un primer término, acciones que costaron

que el Gobierno de Micheletti desconozca a los agentes diplomáticos venezolanos en

Tegucigalpa y los obligue a parapetarse en la residencia de la Embajada en esa ciudad

capital, desconociéndoles su estatus y declarándoles migrantes ilegales por no tener su

documentación en orden.10

Asimismo, tras la orden dada por la Presidente de Argentina, Cristina Kirshner, de

desinvitar al Ministro de Defensa de Honduras al encuentro que se llevaría a cabo en

Argentina de las Fuerzas Armadas, por presión del Ejército hondureño, se procedió a un

desconocimiento de los agentes diplomáticos argentinos en Tegucigalpa por parte del

Gobierno de Micheletti, y viceversa en Buenos Aires. Los agentes diplomáticos argentinos

tuvieron que trasladarse a la residencia de la Embajada, donde permanecieron --- pese a ese

hecho, resultó extraño que el Canciller Taiana de Argentino, haya participado en la

Comisión de Cancilleres organizada por la OEA, e incluso asistiera al primer encuentro

que tuvo lugar en la capital hondureña, a pesar de que los resultados del encuentro, en lo

que a la Comisión se refiere, fueron nulos, aunque desde la posición de Micheletti, con los

10
Narváez Ricaurte, Luis – Informe sobre la Situación de Honduras (Ministerio de Relaciones Exteriores,
Comercio e Integración) Tegucigalpa, Julio a Agosto de 2009
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

Ministros de Relaciones Exteriores presentes, tuvo oportunidad de difundir su tesis y las

razones que llevaron a la “sustitución” del Presidente Zelaya.11

El retiro de los Jefes de las Misiones diplomáticas de Tegucigalpa, que se inició

con aquellos Embajadores de los países miembros del ALBA, tuvo eco en el resto del

cuerpo diplomático, con excepción, como se mencionó, de Colombia y Perú, dentro de la

región. Esto constituyó una acción que pretendió ser determinante y que tenía como 10

objetivo debilitar al Gobierno de Facto --- muy al contrario, la posición de Micheletti

encontró espacios de solidaridad interna que garantizaban aún más su Gobierno, e incluso

adquirió grados de legitimidad reconocidos por la población hondureña, todo esto bajo un

discurso cuyo hilo conductor era de carácter nacionalista que apuntaba a reclamar el pleno

ejercicio del principio de “autodeterminación de los pueblos” y el respeto a la soberanía

nacional. Segunda derrota de la OEA.

Por su parte, la UE inició un proceso de corte de cooperación en aquellos proyectos

que estaban previstos a realizarse; se dejó operativa la cooperación en lo que se consideran

áreas humanitarias, y aquellos proyectos de la UE que se desarrollaban en otras áreas se

dejó a discreción del país europeo que manejaba ese proyecto, de modo que se registró en

Honduras que la cooperación seguía funcionando a nivel bilateral.12

Los Estados Unidos, en un aparente ingreso tardío al problema, decidió retirar la

cooperación de la USAID de Honduras, representando ésta el 30% más o menos de la

cooperación que da los EUA a Honduras mediante ese organismo, el restante 70% seguía

articulándose a través del otro brazo de cooperación y que se maneja a través de los

organismos de seguridad de ese país. No hay que olvidar que Honduras es un punto

importante de avanzada militar de los EUA en la región, y cuanta con una base en
11
Ibíd. Ob. Cta. Supra, P.p.10
12
Ibíd. Ob. Cta. Supra, P.p.10
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

Palmerola donde se encuentra la base aérea “José Enrique Soto Cano” y la Fuerza de Tarea

Conjunto Bravo, que constituye la segunda base militar estadounidense en Honduras.

La posición ecuatoriana estuvo muy ligada a la agenda del ALBA, la misma que se

tradujo mediáticamente a un vínculo con la posición venezolana, tanto en la visión del

problema como en la definición de participación; tema que resulta complejo, cuando se

observa la inexistencia de una política exterior para con la región centroamericana y dentro 11

de ella, con cada uno de los países que conforman esta región.

La comunidad internacional finalmente dejó pasar el tiempo, participando de ese

modo en el juego definido por el Gobierno golpista que apuntó a quemar tiempo hasta el

mes de noviembre, fecha en la cual se llevó a cabo las elecciones generales y de las cuales

el nacionalista Porfirio Lobos resultó vencedor, de manera que el nuevo gobierno asumirá

el poder en enero del 2010, y los diversos países, incluyendo a los EUA, han iniciado el

proceso de reconocimiento de los resultados del proceso electoral.13

En este punto, conviene mirar la posición del Ecuador que se ha definido por no

reconocer el proceso y por ende al nuevo Gobierno elegido democráticamente. Si el

Gobierno nacional basa la toma de esa decisión en la denominada “Doctrina Tobar”, ésta

se cuestionaría al momento mismo en que se dio a lugar el proceso electoral; mirar con

vicios al proceso electoral porque se lo desarrolló por un Gobierno de Facto, chocaría con

el argumento histórico de que todas las democracias en América Latina han nacido de la

convocatoria hecha por Gobiernos dictatoriales. Habría que revisar si se está defendiendo

un principio, que en un inicio no se ve por dónde, o se está defendiendo a una persona, lo

cual resultaría complejo si se está tratando, de conformidad al Plan Nacional de Desarrollo,

de construir políticas de Estado, incluso en el ámbito externo.


13
TELERAMA - http://etvtelerama.com/detalle_noticia.php?seccion=&codigo=7tT9I2qt62 (01/12/2009,
17h25)
Luis Narváez Ricaurte, Dr.

IV. Conclusiones

 La OEA quedó seriamente afectada como instancia de resolución pacífica de

controversias, aún más cuando se trata de conflictividades internas.

 América Latina demostró estar dividida en tres grandes posiciones: a) la liderada por

Brasil; b) aquella que encabezan los países miembros del ALBA; y, c) aquella adoptada

por Colombia y Perú. 12

 El Talón de Aquiles del proceso de intervención de la comunidad internacional fueron

las motivaciones de participación en el problema.

 Venezuela vio en el conflicto hondureño una oportunidad para ampliar su influencia

geopolítica, la misma que se retira al momento en que Brasil entra como actor directo

en la crisis.

 La comunidad internacional no alcanzó el establecimiento de una agenda común

respecto de Honduras, ni en lo multilateral, ni en lo bilateral.

 Costa Rica jugó un papel poco eficiente y un rol casi patético con el texto del Acuerdo

de San José.

 Históricamente jamás la comunidad internacional regional respondió con tanta

velocidad y definición sobre un problema local de esta naturaleza, y con tanta

ineficiencia en la consecución del objetivo: la restitución de Zelaya.

 La posición ecuatoriana debe responder a los principios consagrados en la Constitución

Política, y sus intereses geopolíticos, articulando los mismos a través de una política

exterior de largo plazo.

El Salvador, Diciembre 2009


Luis Narváez Ricaurte, Dr.

BIBLIOGRAFÍA

 Borja Cevallos, Rodrigo – ENCICLOPEDIA DE LA POLÍTICA (Fondo De Cultura

Económica) México DF., 1997.

 Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades – REALIDAD: REVISTA DE

CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES (Edit. Universidad Centroamericana

“José Simeón Cañas” Abril – Junio 2009, Revista N° 120) San Salvador, 2009 13

 García, Aurelio – CIENCIA DEL ESTADO (Tomo I y II . Edit. Universidad Central

del Ecuador) Quito, 1954

 Gil, Federico Guillermo – LATINOAMÉRICA Y ESTADOS UNIDOS: DOMINIO,

COOPERACIÓN Y CONFLICTO (Edit. Técnos) España, 1975

 Kissinger, Henry – LA DIPLOMACIA (Fondo De Cultura Económica) México DF.,

1996

 Narváez Ricaurte, Luis – INFORME SOBRE LA SITUACIÓN EN HONDURAS

(Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración) Tegucigalpa, Jul. –

Agto. 2009

 Narváez Ricaurte, Luis & Narváez Rivadeneira, Luis – PENSAMIENTO POLÍTICO

(Corporación de Estudios y Publicaciones) Quito, 2009

 Narváez Rivadeneira, Luis – LA DIPLOMACIA Y LAS NEGOCIACIONES

INTERNACIONALES (Edit. Revista AFESE N° 30) Quito, 1997

 Organización de Estados Americanos – CARTA DEMOCRÁTICA

INTERAMERICANA (Aprobada en la Vigésima Octavo Período Extraordinario de

Sesiones) Lima, 2001


Luis Narváez Ricaurte, Dr.

PÁGINAS WEB

 Periódico Digital “latercera.com” – 13/08/2009 - 11h15 -


http://latercera.com/contenido/678_150765_9.shtml

 TELERAMA – 01/12/2009, 17h25 -


http://etvtelerama.com/detalle_noticia.php?seccion=&codigo=7tT9I2qt62

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