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RESUMEN

Sabemos que los problemas por intoxicaciones agudas se vuelven comunes en los servicios
de urgencias, por lo que debemos tenerlos muy presentes y conocer bien su tratamiento. En
el siguiente trabajo vamos a hacer una exposición de los distintos procedimientos a través
de los cuales podemos estabilizar al paciente, para tomar después las distintas medidas que
nos permitirán reducir o eliminar el tóxico por completo.
ÍNDICE

1. OBJETIVOS
1.1 Objeto de estudio
1.1.2 Objetivos del trabajo
2. MARCO CONCEPTUAL
2.1. Introducción
2.1.1 Soporte vital del paciente intoxicado
2.1.2 Diagnóstico de la intoxicación
2.1.3 Disminución de la absorción del tóxico
2.1.4 Aumento de la eliminación del tóxico
2.1.5 Uso de antídotos
2.1.6 Destino del paciente
3. METODOLOGÍA
4. RESULTADOS
5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
6. BIBLIOGRAFÍA
1. OBJETIVOS

1.1 Objeto de estudio

En los últimos años, los porcentajes de pacientes que llegan al servicio hospitalario de
urgencias con patología producidas por tóxicos se ha incrementado hasta alcanzar el 2% del
total de urgencias. Dado que es algo que afecta a un rango muy amplio de edades y que no
es algo poco común, debemos llevar a cabo una exposición, tanto de las causas y la detección
de los síntomas como los procedimientos que nos van a permitir la reducción del tóxico o su
eliminación por completo.
Dado que en los últimos años ha aumentado el consumo de medicamentos, de 26,5 a 79,5
dosis por mil habitantes entre los años 2000 y 2013 en España en consumo de antidepresivos,
así como de los ansiolíticos, (de 38,1 dosis por mil habitantes en 2000 a 56,3 en 2015, según
los datos de la Oficina Estadística de la OCDE). Así mismo, según un estudio de SEGG del
2015, un 93% de los ancianos mayores de 75 años consumía medicamentos, abarcando el
70% del consumo total en España.
El consumo de alcohol tampoco es escaso, dado que un 10% de la población consume a
diario, siendo la mayoría hombres comprendidos en edades entre 15 y 65 años.
Esta situación nos plantea la cuestión de que tenemos que conocer cómo tratar los posibles
problemas que puedan surgir por el consumo de estos elementos.
1 2

1.1.2 Objetivos del trabajo

El objetivo del estudio que vamos a realizar consiste en la elaboración de un marco


procedimental a través del cual podamos orientarnos para poder diagnosticar, tratar y
solucionar con la mayor efectividad posible los problemas derivados de tóxicos en pacientes
dentro de los servicios hospitalarios de urgencias. Para ello vamos a llevar a cabo un recorrido

1
World Health Organization. [Internet]. Consultado 28 Nov 2018. Disponible en:
http://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/alcohol-use/data-and-statistics
2
Magdalena Canals Aracil/ Ester Armela Sánchez Crespo. Consultado 28 Nov 2018. Disponible en:
http://amf-semfyc.com/web/article_ver.php?id=2129
por las distintas patologías, sus causas y cuáles son las posibles soluciones que podemos
llevar a cabo cuando nos encontremos con este tipo de casos. 3

2. MARCO CONCEPTUAL

Revisión sistemática.

2.1. Introducción

Un tóxico es una sustancia, por lo general química que, al entrar en contacto con el
organismo y en dosis suficiente, produce disfuncionalidades en su funcionamiento.

La intoxicación será pues esa alteración producida. Es una patología poco común en el los
servicios hospitalarios de urgencia, dado que, a pesar de que en los últimos años ha
aumentado hasta el 1-2%, en 2014 se trataba del 0,46% con respecto al total de urgencias.
Además, dentro de ese porcentaje, tan solo en el 2% de los casos se requiere un ingreso
del paciente.
Las intoxicaciones pueden clasificarse según su origen de la siguiente manera:

· Intentos de suicido.
· Abuso de medicación.
· Abuso de drogas.
· Intoxicación criminal.
· Intoxicación accidental.
· Intoxicación laboral.

En la mayoría de los casos, un 80%, la intoxicación suele ser digestiva. La intoxicación


voluntaria no etílica es la más común, siendo la segunda la alcohólica, seguida de la debida
a drogas ilegales y las de causa accidental, que presentan porcentajes mucho más bajos.
Este tipo de problema afecta a un rango de población de 0 a 102 años, pero en los 36 años
encontramos la media de edad, siendo mayor la afectación en los hombres (cerca del 60%).

3
Vicente Ribes Gadea, Médico del Servicio de Urgencias del Hospital La Ribera. “Protocolo de
intoxicaciones agudas”. Internet; Marzo 2014 [consultado 27 Nov 2018]. Disponible en:
http://www.prioridadcero.com/wp-content/uploads/2014/03/Protocolo-de-intoxicaciones-agudas-
2014.pdf
2.1. Fases

Dentro del tratamiento de este tipo de patologías, nos vamos a encontrar con distintas fases
que debemos llevar a cabo para que se pueda hacer una evaluación correcta del paciente,
los síntomas y poder encontrar así la s olución más adecuada.

2.1.1 Soporte vital


2.1.2 Diagnóstico de la intoxicación
2.1.3 Disminución de la absorción del tóxico
2.1.4 Aumento de la eliminación del tóxico
2.1.5 Uso de antídotos.
2.1.6 Destino del paciente.

2.1.1 Soporte vital del paciente intoxicado

Cuando el paciente llega a urgencias, lo primero que debemos llevar a cabo es el Triaje, y si
lo creemos conveniente, lo trasladaremos al Box de reanimación.
Se nos pueden plantear dos situaciones:

- El paciente está consciente y colabora en la realización de la historia clínica, siendo


posible a través de la anamnesis conocer el o los tóxicos implicados, así como el tiempo
transcurrido desde la exposición o la ingesta. Esto permitirá elaborar una estrategia de
actuación encaminada a prevenir los efectos tóxicos.

- El paciente se presenta con disminución del nivel de consciencia o alteración del


comportamiento, dificultad respiratoria o inestabilidad hemodinámica; situaciones en las
que lo prioritario es atender al control y mantenimiento de las constantes vitales. Ante
estas situaciones debemos tener presente una posible intoxicación como causa de dichas
actuaciones clínicas del enfermo, al que, en estos momentos, es difícil o imposible
realizar una amnesis adecuada. Para estos casos vamos a realizar un procedimiento
concreto y según el estado del paciente.
En el caso del Soporte Vital, lo aplicaremos cuando nos encontremos con una intoxicación
grave, y debe ser lo primero que hagamos antes de pasar a la fase siguiente.
La vía aérea o la hipotensión arterial son las principales afectaciones a las que deberemos
prestar atención. Es posible que el paciente se encuentre inconsciente y es por ello que
resulta de vital importancia asegurarnos de que no se encuentra obstruida la vía aérea, ya
sea por vómitos o por la propia lengua del paciente.

Para evitar problemas de broncoaspiración, colocaremos al paciente en Posición Lateral de


Seguridad si fuese necesario.
Mientras mantenemos al paciente con la ventilación adecuada (mascarilla-balón-reservorio)
administraremos naloxona y flumazenilo en caso de producirse una hipoventilación. La
intubación endotraqueal la aplicaremos como última opción . Sea como sea, los pacientes
con intoxicación requieren de oxígeno suplementario, especialmente en la intoxicación por
gases, donde será primordial.

En el caso de la hipotensión arterial, haremos uso de fluidos o drogas vasoactivas en caso


de que la primera medida no funcione.

También podemos encontrarnos con otras afecciones tales como arritmias usaremos
bicarbonato IV (250 ml 1/6M en 30minutos).
En caso de encontrarnos con una parada cardíaca aplicaremos las medidas
correspondientes de reanimación, pero durante un periodo de tiempo más largo.
Algo relativamente común es el coma por tóxicos. En cualquier caso, no suele ser grave y
es reversible en un periodo de tiempo corto.

Para controlarlo es primordial descartar la hipoglucemia. Si esta se diese, aplicaríamos


glucosa IV.
Las convulsiones, en el que caso de que se diesen, las trataríamos con benzodiacepinas de
empleo intravenoso.4

2.1.2 Diagnóstico de la intoxicación

4
Cabrera y Dominguez. “Urgencias Médicas”. Ed. Marbán. 2016.
Después de realizar las acciones necesarias para asegurar el Soporte Vital del paciente, el
siguiente paso a llevar a cabo es el acceder a la vía venosa para poder realizar la extracción
de analítica.

Este proceso va a permitirnos determinar los tóxicos, saber cual es el estado general del
paciente y por lo tanto administrar los antídotos necesarios en caso de que existan y estén
indicados.

lo síntomas que pueda presentar el paciente unidos a la exploración clínica, nos podrán
llevar al tóxicos o tóxicos implicados.

Así, el paciente puede presentar los siguientes estados:

- Asintomático: Frecuentemente con una temprana atención sanitaria, como en las


intoxicaciones por paracetamol o AINE.
- Coma: debemos descartar posibles traumatismos craneoencefálicos asociados. El
paciente puede presentar, hipotensión, midriasis o micosis entre otros síntomas.
- Psicosis aguda: causada principalmente por el consumo de drogas psicotropas,
disolventes,…

Después de haber realizado todo lo anterior, procederemos al tratamiento específico de la


intoxicación. Las medidas a realizar serían:

• Prevenir la aborción del tóxico


• Favorecer la eliminación del tóxico
• Administración de antídotos si los hubiera y están indicados

2.1.3 Disminución de la absorción del tóxico

Con previa seguridad de la estabilidad hemodinámica del paciente, procederemos a llevar a


cabo distintas medidas según el tipo de intoxicación que nos encontremos. Así, llevaríamos
a cabo unos procesos u otros dependiendo de si los tóxicos han sido ingeridos o no.

• Tóxicos no ingeridos
Entran en este grupo los tóxicos inhalados o que se introducen en el organismo a través de
la mucosa o por vía cutánea.

En caso de inhalación, el primer paso sería alejar al afectado de la fuente del tóxico para
evitar que pueda inhalar más.
También es importante recordar que debemos de suministrar altas dosis de oxígeno de
forma posterior.

Si la intoxicación se produce por vía conjuntival, debe llevarse a cabo un lavado que no dure
menos de 15 minutos de forma continua. Normalmente, y tras el lavado, se impone al
paciente la necesidad de ir a una consulta en Oftalmología.

Los insecticidas son la primera causa que nos encontramos cuando la intoxicación ha sido
producida por vía cutánea. Estos productos son altamente liposolubles y se absorben de
forma cutánea fácilmente, por lo que podría empeorar la situación del paciente a través de
este medio.
En casos así, lo primero es la retirada de la ropa del paciente, la cual se introducirá en
bolsa, dado que se trata de material químico que puede poner en riesgo la salud de los que
entren en contacto con él. Debe realizarse un lavado de 15 minutos del paciente de forma
continua. El personal encargado del lavado debe llevar batas, guantes, gorros y mascarillas.

• Tóxicos ingeridos

En el caso de los tóxicos ingeridos, las medidas que debemos tomar deben ser destinadas a
la descontaminación digestiva, ya que es desde ahí desde donde el tóxico causará efecto.

Antes de aplicar este tipo de medidas, debemos tener en cuenta que la mayoría de las
intoxicaciones no son letales, y que incluso son de fácil tratamiento. Es por eso que
debemos de tener muy en cuenta el tipo de técnica que aplicamos para la descontaminación
digestiva, ya que todas van a traer consigo efectos secundarios, algunos de los cuales
podrían ser graves. Por lo cual, asegurarnos de que el tratamiento que llevamos a cabo es
el correcto es primordial en estos casos.
Así, las medidas que podríamos llevar a cabo son las siguientes:
- Emesis

Basada en suministrar una sustancia emetizante, principalmente jarabe de ipecacuana. No


está comercializado, se obtiene a través de la Farmacia Hospitalaria. Sin embargo, se
encuentra actualmente en desuso por las complicaciones que puede presentar
(broncoaspiración principalmente).
Su uso se centra principalmente en niños.

Las dosis a administrar son las siguientes:

- 30 ml disueltos en 240 ml de agua para un adulto. Debemos explicar al paciente en qué


consiste el proceso. Tras unos 30 minutos después de la ingesta (por vía oral), debe de
producirse el vómito. En caso de no dar resultado se repetírá la dosis. Si finalmente no
causa ningún efecto, lo cual es raro, ya que solo se produce en el 5% de los casos,
deberemos proceder a otra medida de limpieza digestiva.

- En los niños, la dosis será de 5 ml en 120 ml de agua en las edades comprendidas entre
6 y 9 meses, 10 ml en 180 ml de agua de 9 a 12 meses y 15 ml de jarabe con 240 ml de
agua en los niños cuya edad se mueva dentro del rango de 1 a 12 años.

El paciente debe estar consciente para su ingesta y no deben haber transcurrido más de 2
horas desde que se ingirió el tóxico.

Está contraindicada en la ingesta de:


- cáusticos
- derivados del petróleo (hidrocarburos)
- objetos punzantes
- alteración de la conciencia (coma, episodios psicóticos…)
- embarazadas e intoxicados menores de 6 meses. 5

5
Valdivia-Infantas, Melinda. “Guía de manejo general del paciente intoxicado agudo”. [Internet];
[consultado 27 Nov 2018]. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/pdf/rspmi/v20n1/a07v20n1.pdf
- Lavado gástrico:

Se trata de una medida a través de la cual se coloca una sonda que alcanza hasta el
estómago de forma que se pueda proceder al lavado y extracción del contenido.
Se llevará a cabo cuando la ingesta se haya producido una o dos horas antes de su
aplicación. Si el tóxico retrasa el vaciado gástrico, es decir, es anticolinérgico, se puede
llegar a realizar una vez hayan transcurrido las dos horas.

Está contraindicado en la ingesta de cáusticos y de derivados del petróleo. Se debe realizar


en todos los casos en posición de Trendelenburg y decúbito lateral izquierdo.
Se puede realizar en pacientes que se encuentre inconscientes pero únicamente si está
intubados.

Cuando la ingesta es reciente y nos encontramos con un tóxico líquido, podemos usar una
sonda nasogástrica para absorber fácilmente el contenido gástrico. Aún así, la técnica
correcta implica una sonda de Faucher, acompañada de un lavado orogástrico.
Alternaremos mediante este procedimiento la aspiración con la suministración de suero
gástrico, observando de forma detenida el material sustraído por si encontrásemos resto de
comprimidos o semejante.

En pacientes gastrectomizados, esta técnica no se lleva a cabo, y procederemos al uso de


cualquier otra para la descontaminación.

Esta técnica estaría contraindicada en los siguientes casos:

- Intoxicación por caústicos


- Intoxicación por derivados del petróleo
- Pacientes en coma sin intubación orotraqueal
- Embarazadas y niños menores de 6 meses
- Pacientes con convulsiones
- Lesiones esofágicas previas 6

- Carbón activado:

Tiene una gran capacidad para la absorción de sustancias. Esto permite que no se produzca
una absorción digestiva y que, por tanto, se realice una expulsión del tóxico a través de las
heces sin ningún tipo de complicaciones.

Puede ser administrado de forma oral pero también para completar el lavado orogástrico,
una vez que este ya se haya llevado a cabo. A veces puede resultar efectivo el administrar
dosis en repetidas ocasiones.
El carbón activo es la única forma de descontaminación digestiva para mujeres
embarazadas.

La dosis a administrar sería:


- 25-50gr en 200 ml de agua en adultos
- 25gr en niños por 200ml de agua
- 1gr por kilogramo de peso en el caso de lactantes

Estaría contraindicado en los siguientes casos:


- Pacientes con la vía aérea desprotegida
- Pacientes con riesgo incrementado de aspiración.
- Pacientes con riesgo elevado de perforación gastrointestinal o hemorragia,
debido a su enfermedad, cirugía, etc.

- Ingestión de sustancias corrosivas/caústicas (ácidos o bases fuertes), derivados del


petróleo.

Deben tomarse las siguientes precauciones:

6
Pedro Bandera Verdier. “Las intoxicaciones en urgencias”. [Internet]. Consultado 28 Nov 2018.
Disponible en:
http://www.medynet.com/usuarios/jraguilar/Manual%20de%20urgencias%20y%20Emergencias/intoxi
ca.pdf
- Si además del carbón activado usamos jarabe de ipecacuana, debemos esperar a que se
produzca el vómito antes de suministrar el carbón, ya que este absorbería el jarabe y no
le permitiría actuar.
- El uso exagerado de carbón activado con sorbitol puede producir deshidratación
acompañada de hipernatremia en pacientes de pediatría.
- La aspiración en niños, puede causar obstrucción traqueal.
- Las preparaciones que contienen ácido benzoico pueden producir Síndrome de jadeo en
neonatos por lo que deben de ser usadas con mucha precaución.
En caso de llevarse a cabo dosis repetidas de carbón activado suministraremos 25 gramos
cada 3 horas durante 12 horas. Es frecuente el estreñimiento, por lo que con la primera
dosis se sumanistra también una única dosis de sulfato sódico.

El carbón activado será usado en repetidas dosis en los siguientes casos:


- Intoxicaciones capaces de causar la muerte o de dejar secuelas graves como pueden ser
los insecticidas organofosforados o el arcénico.
- Cuando las sustancias que entran en juego son de alta toxicidad y poseen circulación
enterohepática, tales como las fenotiazinas o los antidepresivos cíclicos, así como la
Amanita phalloides o la carbamacepina.
- Cuando la intoxicación se produce a través de un preparado retard que se ha ingerido en
altas dosis, como pueden ser el tramadol, el fenobarbital o la fenitoína.

Algunos de los efectos secundarios que puede causar el uso del carbón activo vienen a ser
náuseas, vómitos, estreñimiento, dolores de cabeza o abrasión de la cornea si es que se
produjese algún contacto directo.

No existen estudios que demuestren que el uso del carbón activado en repetidas dosis sea
más efectivo con las intoxicaciones, por lo que su uso se basa en el consenso en las
opiniones emitidas por los expertos en Toxicología. 7

7
Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría. Pediamécum. Edición
2015. Carbón activado. Disponible en: http://www.pediamecum.es. Consultado el 28 Nov 2018
Como vemos, por tanto, la técnica a usar va a depender de varios condicionantes. En esta
tabla sobre la descontaminación por la intoxicación medicamentosa aguda podemos

hacernos una idea de los procesos necesarios según el caso:


8

2.1.4 Aumento de la eliminación del tóxico

Son medidas que se lleva a cabo una vez el tóxico ha sido absorbido y que afectan
directamente a este con el fin de evitar que ataque los órganos-diana, a través de su

8
Montserrat Amigóa, Santiago Noguéb, Eduard Sanjurjoa, Joaquina Faroa, Inés Ferróa, Òscar
Miróa. “Eficacia y seguridad de la descontaminación digestiva en la intoxicación medicamentosa
aguda”. MED CLI. [Internet] 2004. 0-520. Consultado 29 Nov 2018. Disponible en: http://amf-
semfyc.com/web/article_ver.php?id=2129
extracción por el tubo digestivo (lavado intestinal) o a través de la sangre (depuración renal
o extrarrenal).

• Lavado intestinal

Según algunos estudios, puede resultar útil únicamente si las cantidades de tóxico ingerido
son elevadas y si se realizado el lavado dentro de la primera hora después de que el tóxico
se haya ingerido; sin embargo, existen países en los que se trata de la única medida posible
por lo que podríamos llegar a usarlo dentro de las primeras 4 a 6 horas, siempre y cuando
no podamos contar con carbón activado.

- Técnica a emplear

- El paciente debe estar sentado o decúbito lateral izquierdo.

- Deberemos insertar una sonda nasogástrica de gran grosor, ya que muchos


de los compuestos no podrán pasar a través de la luz de sonda.

- Administraremos pequeñas cantidades de salino o agua (sobre de polietilenglicol) mientras


aspiramos de forma intermitente (entre 200-300 mL en adultos y 10-20mL/kg en niños) cada
15 minutos durante 2-3 horas. Administrando cantidades grandes de líquido se estimula que
el tóxico pase al intestino y que de esta forma se pueda absorber más rápidamente. Se da
por finalizado el proceso cuando el líquido se aclara, lo cual suele producirse cuando
realizamos el lavado entre 8 y 10 veces. Lo que extraigamos deberemos guardarlo para
proceder después si fuese posible a su análisis, el cual nos permitirá identificar los tóxicos.

Como en cualquier proceso de desintoxicación nos encontramos con una serie de


contraindicaciones:

- La vía aérea carece de protección durante el lavado, por lo que se requiere especial
atención ya que la aspiración del tóxico podría matar al paciente.
- En el caso de los derivados del petróleo puede producirse una neumonía química
- Con los corrosivos nos encontramos que aumenta el daño de las mucosas, además de que
presenta riesgo de crear perforaciones.
- Cirugía reciente.

Debe tenerse cuidado durante la colocación de la sonda nasogástrica, ya que podría


producirse bradicardia.

Cuando nos encontremos con que el paciente haya ingerido fármacos que produzcan un
reducimiento movilidad gastrointestinal (antidepresivos cíclicos, opiáceos,…), que retarden
el vaciamiento gástrico, sean de liberación sostenida o provoquen piloesparmos, deberemos
llevar a cabo el lavado gastrointestinal.

No realizarlo cuando se realiza la administración del carbón activado.

Como ocurre con la dosis repetida de carbón activado, no existen estudios que demuestren
su utilidad, aunque es recomendada por toxicológicos clínicos cuando se dan las
circunstancias que hemos comentado anteriormente.

• Depuración renal

Solo se hace uso de ella en casos concretos de intoxicaciones graves. Se basa en producir
un aumento de la eliminación renal de sustancias que tengan esa como vía de depuración.
Nos encontramos con la diuresis forzada neutra, la forzada alcalina y la ácida, así como la
diálisis. Sin embargo, en el caso de las duiresis, actualmente se usan únicamente las dos
primeras, ya que la última puede considerarse obsoleta.

- Diuresis forzada alcalina


Se realiza de forma intravenosa. Durante el proceso es necesario llevar un control de
la diuresis, el pH sanguíneo y el pH urinario debe ser mayor a 7,5.

- Diuresis forzada neutra


En intoxicaciones por amanita phalloide o litio. Se lleva a cabo de forma intravenosa.

- Diálisis
Solo se realiza cuando nos encontramos con intoxicaciones severas. Debe aplicarse
después haber llevado a cabo los procesos de descontaminación, la disminución de la
absorción del tóxico, catarsis y eliminación.
Se usa en intoxicaciones por aluminio o arcénico entre otros.
.
Las contraindicaciones que nos vamos a encontrar son las siguientes:

- Edema agudo de pulmón


- El paciente puede entrar en shock
- Se puede producir un fracaso renal
- IRA e IRC
- Edema cerebral
- Insuficiencia renal
- Insuficiencia cardiaca
- Hipotensión arterial
- Hipertensión arterial

• Depuración extrarrenal

Basado en técnicas que permitirán depurar o eliminar el tóxico de la sangre. Para que se
lleve a cabo, el paciente deberá estar ingresado en la UCI y debe haber sido indicado por el
Servicio de Nefrología.

Aquí encontramos los siguientes métodos de depuración:

- Diálisis Peritoneal
Permite solucionar desequilibrios líquidos o electrolíticos en la sangre, así como para
eliminar toxinas y otros productos de desecho que son excretados por el riñón.

- Exanguineotransfusión
Se basa en sustituir la sangre con el tóxico por sangre sana o fresca.
En las intoxicaciones agudas el empleo es limitado.
- Plasmaféresis
Se extrae la sangre, se elimina el plasma a través de la centrifugación,
se reconstituyen los elementos celulares en una solución isotónica y se lleva a cabo una
reinfusión de la solución final en el paciente.

- Hemodiálisis
Es un proceso que permite la eliminación de las impurezas y sustancias de desecho de la
sangre. Se usa en el tratamiento de la insuficiencia renal y en diferentes procesos tóxicos.

- Hemocarboperfusión
Perfusión de sangre mediante el uso de un dispositivo absorbente, como las bolas de resina
o el propio carbón activado.

2.1.5. Uso de antídotos

Los antídotos son un elemento principal cuando hablamos del tratamiento de intoxicaciones,
convirtiéndose incluso en una forma de terapia vital e insustituible. Cuando hablamos de
antídotos, hay que tener en cuenta que su uso se reduce a menos del 10% de los pacientes
que llegan con intoxicación al servicio de urgencias, bien porque se esté desarrollado, no
haya o no sea necesaria su aplicación dado que el paciente no presente síntomas que nos
motiven a ello.
Su uso depende de los criterios clínicos, como que el paciente se presente en coma por la
ingesta de benzodiazepina u opiáceos, aunque va a ser importante e incluso fundamental la
analítica toxicológica para determinar si su uso es necesario. Debemos tener presente que
los antídotos presentan efectos secundarios que pueden llegar a ser tan graves como los
efectos causados por la propia intoxicación, por lo que debemos de tener cuidado a la hora
de usarlos, responsabilidad ante todo.
Por otro lado, excepto los “antídotos reanimadores”, la mayoría de los pacientes que van a
necesitar antídotos estarán o deberán estar ingresados en la UCI.
En la siguiente tabla se presentan algunos de los tóxicos y sus antídotos.
Aquí abajo encontramos una tabla de los tóxicos más comunes y sus antídotos:
2.1.6 Destino del paciente

“A principios de los años sesenta la mortalidad global de las intoxicaciones era de un 20%4,
mientras que en la actualidad apenas alcanza el 1-2%”

http://emergencias.portalsemes.org/descargar/unidad-de-observacion-de-urgencias-en-la-
intoxicacion-aguda-grave/force_download/

En casi el 80% de las intoxicaciones el Servicio de Urgencias se encarga de dar el alta, o


incluso desde Centros de Atención Primaria. El resto de personas quedarán ingresadas,
normalmente en el Servicio de Medicina Interna y solo neceáistarán de ingreso en Unidades
de Cuidados Intensivos un porcentaje menor al 5%.
El criterio para ingresar al paciente en Medicina Interna dependerá de aquellos casos en los
que, aunque no se presenten signos de inestabilidad hemodinámica o neurológica, sean
necesarias más de 24 horas para su estabilización completa.

Será necesaria la internención de la UCI cuando nos encontremos con intoxicaciones graves
que estén también acompañadas de inestabilidad hemodinámica, una alteración prolongada
del estado de conciencia del paciente o que para su efectiva resolución sea necesaria una
depuración extrarrenal o de Ventilación Mecánica Invasiva o No Invasiva.

Será el médico de Urgencias el encargado de llevar a cabo una evaluación cuando se trate
de intoxicaciones autolíticas. Deberá también determinar la potencialidad intencional de
suicidio y, en último lugar, bajo su propio criterio o con la ayuda del Psiquiatra de guardia, el
cuál será el destino del paciente. La valoración psiquiátrica se realizará una vez estabilizado
el paciente, ya que podría retrasarse si la situación clínica y física del paciente lo requiriese.

Una vez que el paciente se encuentra en el Servicio de Urgencias, será la enfermera de


Triaje la que hará una evaluación de sus constantes y de cuál es su estado de conciencia.
Si el paciente se encuentra en un estado alterado de conciencia con signos de gravedad o
experimenta inestabilidad hemodinámica, deberá ser examinado por el equipo del box de
Reanimación, siempre siguiendo el protocolo correspondiente. La prioridad suya será 2.

En caso de que el paciente intoxicado conserve sus constantes hemodinámicas de manera


estable, pero obtenemos respuesta por su parte aunque su nivel de conciencia esté
reducido, pasará a Observación o a Consultas, dependiendo del valor de la escala de
Glasgow del paciente. A través de esta escala podremos determinar también cuál será el
área a la que será enviado el paciente. La prioridad del paciente en este caso será 3 ó 4.
En CRR se tratarán los pacientes que muestren signos de intoxicación ocular o que
únicamente muestren lesiones cutáneas. En estos casos la prioridad será 4, excepto en el
caso de las causticaciones, en los cuales la prioridad será 3.9

3. METODOLOGÍA

La metodología llevada a cabo para la realización del trabajo ha sido la revisión bibliográfica.
Dada que es la más común para la elaboración de trabajos de investigación científicos,
hemos basado el trabajo en el análisis de la información con la que ya contamos a través de
otras fuentes para su puesta en conjunto y transmisión al lector.

9
E. García/ E. Valverde/ M. A. Agudo/ J. Novales/ M. I. Luque. “Farmacia Hospitalaria”. “2.13
Toxicología clínica”. [Internet] Consultado 2 Dic 2018. Disponible en:
https://www.sefh.es/bibliotecavirtual/fhtomo1/cap213.pdf
Para la realización del trabajo hemos tomado como principales fuentes de información
diversos buscadores que se recogen dentro del ámbito de la medicina como son MEDES o
IBECS.

También hemos recurrido a diversos artículos en revistas que se engloban dentro del ámbito
ciéntífico, específicamente en ciencias de la salud, donde los términos de búsqueda han
sido los siguientes:

- Toxicología
- Intoxicaciones
- Urgencias
- Medicamentosas
- Etílicas
- Agudas

El trabajo surge pues a partir de una síntesis de información ya recopilada en estudios


realizados anteriormente y que por tanto tiene la intención de mostrar la actualización de los
procesos necesarios para el tratamiento de intoxicaciones dentro de los Servicios de
Urgencias

4. RESULTADOS

La medicina se basa en lo que llamamos evidencia, apoyándose así en la información


científica con la que contamos y que pueda ser aplicada en la práctica clínica. Para poder
llevar a cabo un entendimiento de la evidencia científica y de esta manera ser capaces de
interpretarla, debemos saber que tipos de evidencias nos encontramos y los niveles a los
que pertenecen, siendo así las revisiones sistemáticas de ensayos clínicos lo que destacaría
por encima del resto en el nivel de evidencia.

Así, basándonos en el protocolo que hemos establecido, hemos sintetizado y seleccionado


la información que hemos recopilado para exponer de una forma estructurada toda la
metodología que implica el tratamiento de las intoxicaciones agudas en Servicios de
Urgencias.
Tenemos por tanto, que cuando nos encontramos con un caso de intoxicación, lo primero
que debemos hacer es una evaluación o Triaje del paciente para conocer su estado.
Dependiendo del mismo, se le dará un nivel de prioridad u otro y se le asignará a un área
concreta dentro del centro médico.
Una vez que conocemos cuáles son las circunstancias del paciente y los síntomas, en caso
de ser necesario deberemos asegurar el Soporte Vital del mismo. Si se diese el caso,
trasladaríamos al paciente al Box de Reanimación.

Una vez que hemos estabilizado al paciente, procederemos hacer un diagnóstico de la


intoxicación. Para ellos tomaremos muestras sanguíneas del paciente y haremos una
evaluación basada en el testimonio de gente cercana al mismo en el momento de la
intoxicación, de forma que obtengamos la información necesaria para conocer cuáles son
las medidas que debemos tomar para solucionar el problema.

Tras realizar el diagnóstico, pasaremos a tomar las medidas necesarias para reducir la
absorción del tóxico, así como las que nos permitiesen su eliminación al completo.

Evaluaremos finalmente si tuviésemos que usar alguno de los antídotos disponibles, si es


que los hubiese, y destinaremos al paciente a un sitio u a otro dependiendo de su estado
final.

5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Dado que lo que hemos llevado a cabo ha sido una revisión sistemática, donde analizamos
resultados de estudios ya realizados y dentro de ambientes ya controlados, lo que hemos
hecho ha sido únicamente analizar los resultados y exponerlos de forma sintetizada.

En lo que al porcentaje de intoxicaciones se refiere, debemos entender que dependerá de


una gran cantidad de variaciones, tales como la el segmento de la población sobre el que
hablemos (adultos, jóvenes, mujeres, hombres,…) el tipo de intoxicación o formas en las
que se produzca.

La vía de intoxicación que encontramos más común, es, como se puede identificar a lo largo
del trabajo es la vía oral (66% vía oral vs 34% resto de vías de exposición), debido
principalmente a que son las intoxicaciones medicamentosas y las producidas por drogas de
abuso las que suelen generar el mayor número de intoxicaciones.

Las principales causas de las intoxicaciones suelen ser las voluntarias y medicamentosas,
seguidas de las etílicas y recreacionales, yendo después las accidentales, que presentan
porcentajes más bajos.
En lo que a las intoxicaciones medicamentosas, como ya hemos mencionado a lo largo del
trabajo, nos encontramos que se ha aumentado el consumo de los fármacos en los últimos
años, siendo la población anciana la que más consume y que por tanto, presentan un mayor
porcentaje de intoxicaciones de este tipo, muchas de ellas principalmente accidentales.

El resto del trabajo trata de mostrar las medidas a tomar cuando un paciente con
intoxicación llega al servicio de urgencias hospitalarias, puntualizando paso a paso los
procesos necesarios para estabilizarlo y conseguir que los daños sean mínimos, procurando
si es posible la reducción y finalmente la eliminación del tóxico.

El estudio que aquí hemos realizado se basa principalmente en mostrar al personal de los
centros hospitalarios de urgencia como proceder cuando acude a ellos un paciente que
presenta algún tipo de intoxicación.
De esta manera, hemos presentado procesos que requieren de un material clínico y unos
conocimientos que, aplicando todos estos pasos que hemos descrito, deberían de llevarnos
a la resolución del problema.
Los estudios estadísticos en lo que a las intoxicaciones agudas se refiere son escasos y
resulta difícil encontrarlos impidiendo conocer en su plenitud las tendencias actuales dentro
de este ámbito.
Sin embargo, podemos determinar que por debajo del 1% de las intoxicaciones que llegan a
los SUH son graves, por lo que el mayor porcentaje de las mismas son fácilmente
solucionarles o al menos no presentan demasiadas complicaciones, siempre y cuando se
sigan las medidas que aquí presentamos como procedimientos claves para la resolución de
estos casos.

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