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aprendizaje
Carme Timoneda (Coord.)
CPR GIJÓN-ORIENTE
CPR OVIEDO
CPR AVILÉS-OCCIDENTE
La importancia de lo emocional en
el aprendizaje
Curso 2014-1015
COLEGIO LA SALLE DE LA
C.P. VALDELLERA
FELGUERA
Cristina Peruyera Bárzana (Coord)
Oscar Escudero Aller (Coord.)
Silvia Argüelles Varas
Inmaculada González Huerga
David Balsera Blanco
Amelia María González Regidor
Ángel Fernández Campos
Lucía Llaneza Galván
Verónica Iglesias González
Pilar Rodríguez Ramos
Mª Dolores Obeso Cué
Inmaculada Vicente Puertas
Mª Nieves Peláez Gutiérrez
Mª Dolores Rodríguez Cabezas
I.E.S. JUAN JOSÉ CALVO MIGUEL
Rubén Veroz Domínguez
Jorge Pascual Ortega Muñoz (Coord.)
Rosa Ana Vilanueva Meana
Raquel Álvarez Pozueco
Ana Rosa Frechilla García
C.R.A. PICOS DE EUROPA
Catalina Vega Villa
Encarnación Somonte Díaz (Coord)
Xandru Armesto Fernández
Centro de Profesorado y Recursos Laura Longo Baisaneque
de Gijón-Oriente
Raquel Álvarez Fernández (Asesora CPR) C.P.E.E. CASTIELLO
Susana Albuerne González (Coord.)
E. E. I. MIGUEL HERNÁNDEZ Begoña Álvarez Vallina
Mª Tamara García Pañeda (Coord.) Aránzazu Cuesta García
Mercedes Álvarez Sierra Mª José Menéndez García
Lucinda Amado Rodríguez Ana María Román Pañeda
Ana Mª Baizán Muñiz
C.E.E. SANATORIO MARÍTIMO
C.P. SEVERO OCHOA Mensegal Villamayor De Vega (Coord.)
Marta Mª Álvarez Iglesias (Coord.) José Manuel Álvarez Martínez
Patricia Juárez Marcos Lluís Manuel Cueto Sánchez
Susana Salazar Lobo Carlos Flores Armenteros
Francisco José García Pérez
C.P. PEÑA TÚ Mª Concepción Vázquez Martínez
Silvia Paniagua Peñalosa (Coord.) Pío Valentín Victorero Cobián
Eva Ruiz De La Puente
I.E.S. PADRE FEIJOO Centro de Profesorado y Recursos
Nieves López Pérez (Coord.)
de Avilés-Occidente
Silvia del Arco Fernández
Mirian Miranda Morais (Asesora CPR)
Ángel Fernández Fuenteseca
Eva García Fernández
Mª José Peña Martil C.P. GLORIA RODRÍGUEZ
Ana Suárez Suárez Ana Isabel Noval Rodríguez (Coord.)
Aurelio Sánchez Blanco Leire Bobillo Concejo
Ana Victoria Zapico Boix María Jesús Fernández Fernández
Introducción .......................................................................................................................2
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Introducción
CARME TIMONEDA GALLART
Los pasos para plantear una intervención los podemos resumir en los siguientes puntos
básicos:
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2º.- TRANSMITIR LA CREENCIA DE QUE AQUELLO QUE ES NORMAL
QUE PASE SI SALE LA "COPIA", ES UN PROBLEMA. Recordemos que se trata
de transmitir la creencia, no la "información", es decir, es necesario focalizar en el
"valor emocional o convicción" buscando que la persona "acepte la necesidad de
cambio y el compromiso imprescindible para que lo haya". Para ello, utilizamos
metáforas (imágenes) en las que ubicamos en que en otro contexto distinto, aquella
conducta defensiva generada de manera que la persona "vea" claramente que "no toca"
que se genera un problema si nos "gana la copia".
Por lo tanto, una vez cumplidos los dos primeros pasos del proceso es cuando podemos
pasar a proponer la conducta alternativa de control que consideremos más adecuada
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según la edad del niño, el tipo de sintomatología, el contexto, etc. A continuación,
vamos a detallar algunas propuestas de control para aquellas conductas que se dan con
mayor frecuencia. Como hemos dicho, es evidente que se puede adaptar a la edad y al
contexto del caso concreto. Es necesario tener muy en cuenta que la tranquilidad y la
convicción del adulto tanto a la hora de transmitir la eficacia de la conducta de control
como cuando aparezca la conducta defensiva son de suma importancia. Si explicamos la
conducta en términos de probabilidad pero con escasa convicción o bien nos enfadamos
cuando el niño/a presenta la conducta defensiva, la propuesta de control no va ser
efectiva. Por tanto, es muy necesario creer en el recurso y aplicarlo con total
tranquilidad. Nos va a ayudar en este cometido el saber que la prescripción con control
de conducta va a ser útil cuando el niño/a haya vivido repetidas "vivencias de control".
Es decir, el éxito vendrá después de que el pequeño "viva" que tiene el control por lo
tanto, es necesario que se den repetidas conductas defensivas para proporcionar al
niño/a la oportunidad de ejercitar el control.
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nuevo) y muy al inicio de sentirlas, que deje lo que esté haciendo y vaya a hacer lo que
se ha acordado y seguro seguro seguro que va a poder con la copia, ¡siempre se puede!
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- Un tipo de control estaría basado en dar un tiempo anticipado para que los/as niños/as
puedan hablar, comentar, hacer comentarios graciosos, etc. antes de empezar la clase
(con cinco minutos suele ser suficiente). Se puede haber buscado también una imagen
como "don Parlanchin, Don Risotadas, Don Cuentachistes.... Se les dice a los alumnos
que anoten o recuerden todo aquello que quieran comentar después o los chistes que
quieran contar, etc. para los cinco minutos del inicio de la otra clase (se puede situar al
final de la clase si se cree conveniente, aunque hacerlo al inicio, supone, en general, un
mejor control). Después, una vez pasado el tiempo de los comentarios, chistes,
payasadas, etc. seguiremos con la clase y si se escapa algún comentario cuando no toca
(si sale Don Parlanchín, Don imagen que hemos usado), podemos decir que
recordaremos que la persona en cuestión lo puede apuntar para cuando "toque". Si fuera
necesario porque a alguien o algunos les ganara la partida el Don... (imagen), anticipar
un límite y aplicarlo con toda la tranquilidad del mundo, volviendo a iniciar todo el
proceso para la siguiente clase.
- Otra opción (más adecuada para Infantil y Primaria) es buscar una conducta de control
como soplar suavemente y durante 5 segundos en la clase (todos juntos) cuando el
maestro/a ha oído a Don Parlanchín (o imagen usada). El hecho de soplar impide hablar
y corta el círculo vicioso de la conducta defensiva. Es conveniente que el maestro/a
muestre con los dedos de una mano levantada, el paso de los cinco segundos y haber
anticipado que una vez hayan pasado, todos haremos el gesto de cerrar con cremallera la
boca para que no entre de nuevo Don Parlanchín que ha salido soplando... Anticipamos
que cuando todos tengan la boca cerrada con cremallera y bien cerrada, el maestro/a,
dará la indicación de respirar hondo y se seguirá con la clase. Cada vez que se oiga a
Don Parlanchín es importante repetir el proceso con mucha paciencia y perseverancia,
sin enfadarse ni avisar a los niños, vivirlo con la naturalidad que implica el creer
realmente que es normal que salga Don Parlanchín cuando no toca pero que claro, es un
problema y le ponemos un control.
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automáticamente que no le obligue a pensar para hacerla; tampoco que sea demasiado
difícil para la edad del alumno, como es lógico. Le decimos que una vez haya concluido
la tarea, "despegue" la frente de la pared con azulejos y se lave la cara y beba agua.
Afirmamos categóricamente que su dolor habrá pasado del todo.
Una variante para chicos un poco mayores puede ser que cuando pongan su frente en la
pared con azulejos, que miren el reloj y que deben de estar con la frente en la pared
durante (señalar un intervalo que les obligue estar pendientes del reloj, por ejemplo, 17
segundos, 35 milisegundos...) Afirmar que no puede pasar ni faltar un milisegundo...
Sólo lo podremos hacer si el reloj se lo marca, claro.
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total convicción que cuando se percate que el dedo está en la boca o la maestra le
avisará y él o ella irán a la "silla o al lugar prescrito" y se chuparán el dedo tanto tiempo
como su cerebro lo necesite. Cuando ya le diga que tiene suficiente (le diremos que su
cerebro se lo va a decir y él o ella lo notará) saldrá del lugar o se levantará de la silla, irá
a lavarse las manos y reemprenderá la actividad del aula sin problema. Repetir el
proceso cada vez que se dé la conducta.
Para finalizar, expondremos tres ejemplos del proceso de fijar un límite. El primero está
aplicado a la Educación Infantil, el segundo corresponde a un ejemplo en Educación
Primaria y el tercero, en Secundaria.
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Dos niños, a la hora del recreo, Alberto y Guillermo acababan peleándose siempre por
tener una bicicleta que ambos querían a la vez. Después de haberles dicho varias veces
que si se peleaban por la bicicleta, se la quitarían y ninguno de los dos podría disfrutar
de ella, se vio que no se solucionaba el problema. Así que la tutora decidió aplicar un
límite.
Acompasar y prescribir
Tutora: Mirad, yo ya entiendo que los dos queráis ir en bicicleta... os gusta ¿verdad?
Claro... es normal... a veces parece que aquello que os gusta lo debemos de poder hacer
cuando queramos o cuando nos parezca...
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Aplicar la consecuencia si uno de los dos no respeta los turnos establecidos
Aplicar siempre la consecuencia establecida sea cual sea la "excusa" que los/as niños/as
expresen. Acompasando de nuevo pero mostrándonos convencidos ("Ya sé que a Guille
le gustaría continuar con la bici pero Guille, tu quesito ha terminado y no toca"). Es
imprescindible no mostrar enfado ni reprobar la conducta. Se trata de aplicar la
consecuencia con toda la tranquilidad del mundo.
Lo que nos puede jugar una mala pasada a los profesionales es creer que "anunciando"
el límite, éste ya supondrá un cambio en la conducta. Para nada es así. De hecho, no
puede ser así. Las conexiones cerebrales, los nuevos caminos que deben de ser
construidos en el cerebro de los niños y las niñas precisan de "ensayos" y "actuaciones"
pues provienen de un aprendizaje inductivo. Cada vez que apliquemos el límite,
estimulamos la necesidad de control y ayudamos a los/as niños/As a generar estas
nuevas conexiones. Que quieran quedarse con la bici cuando ya se les ha agotado el
tiempo, es la oportunidad que nos brindan ellos mismos para ayudarles y educarles. El
efecto del control llegará antes o después, no podemos saber cuando ya que influyen
muchos factores que se escapan de nuestro control como centro educativo.
Acompasar y prescribir
Tutora: Mirad, yo ya entiendo que cuando lleguemos a casa, todos estamos un poco
cansados de haber estado trabajando bastantes horas y nos gusta hacer otras cosas como
jugar, ver la tele,... ¿verdad?. Claro, es normal... y ¿sabéis qué pasa?. Que si tenemos
tarea del cole, los deberes es Como si se quedaran en la mochila y no nos dicen nada...
claro, no gritan diciendo "oye que estamos por hacer..." ¿Verdad que no ¡Qué va! A mi
también me pasa a veces... tengo tarea para el día siguiente como corregir algunas
cosinas o preparar ejercicios... y mis libretas tampoco me dicen "oye, que nos tienes que
corregir..." Claro que no...
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de futbol y sus mejores jugadores... por ejemplo, el Barça... a ver, ¿os parece que Messi,
aunque sea el mejor jugador, debe de entrenar o no? Puede Messi quedarse toda la
semana sentado en el sofá o jugando al ordenador o a lo que sea... sin entrenar y tan sólo
ir a los partidos... No! claro que no! Pues mirad, los deberes son como el entreno... en
clase aprendemos tácticas, cosas que después nos servirán para la vida y que también
necesitaremos saber para los exámenes ¿verdad? Pues, claro, también necesitamos
entrenar... Es por eso que en el cole se ponen deberes...
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EJEMPLO DE LÍMITE EN EDUCACIÓN SECUNDARIA
Nerea es una chica de 14 años. Su situación familiar es conflictiva. El padre está en la
cárcel por tráfico de drogas y su madre está al cargo de los tres hijos. Nerea es la mayor.
Sus hermanos, Iván y Adrián tienen 9 y 7 años respectivamente. A la madre se la ve
"desbordada" y le cuesta combinar trabajo y familia. Nunca ha querido renunciar,
tampoco a "sus diversiones”, como ella misma expresa. Muchas veces los/as hijos/as
están solos en casa y hay muchas noches que la madre las pasa fuera de casa dejando a
Nerea al cuidado de sus hermanos. El rendimiento escolar de los tres hijos está muy por
debajo de sus posibilidades. De hecho, Nerea repitió 1º de la ESO.
El problema que ahora más preocupa al centro es que Nerea cada día, sistemáticamente,
llega tarde. Unos días tan sólo un cuarto de hora tarde pero la mayoría de días entre
media hora y una hora después de las nueve. Tanto su tutora como el Jefe de estudios
han hablado con ella repetidas veces intentando que entendiera que debía de llegar a la
hora. Ella siempre se excusa diciendo que debe de cuidar de sus hermanos y hasta que
ellos no están en su "cole", ella no puede ir al instituto (los centros están situados uno al
lado del otro). Hace unos meses, el centro decidió no dejarla entrar si llegaba más tarde
de las nueve pero como su madre estaba "desparecida" la mayoría de veces, la chica
regresaba a su casa y, según decía a los profesores, le "encantaba que la hubieran dejado
entrar porque podía estar toda la mañana haciendo aquello que le gustaba y se lo pasaba
muy bien. Más adelante, el centro decidió "castigar" la conducta de la chica y cuando
llegaba tarde le decían que tenía que ir a la clase de primero de la ESO y estar allí hasta
a la hora del recreo. La primera reacción de Nerea ante este castigo fue "rebotarse" y ni
querer entrar en el aula de primero. Se quedó sentada en el suelo del pasillo sin querer
hacer nada. Las faltas disciplinarias no hacían que la conducta de Nerea cambiara y,
además, si se llegaba la expulsión, se consideraba que era un "premio" para ella.
Hace dos semanas, el centro decidió aplicar un límite a la conducta de Nerea y la
persona encargada de gestionar el proceso de aplicación fue el Jefe de Estudios.
Acompasar y prescribir
Jefe Estudios: "Mira, Nerea, quería hablar contigo del tema de la hora de entrada al
centro porque creo que es algo que ha podido con todos y, por tanto, algo está pasando
que se nos escapa o no estamos haciendo las cosas del todo bien. Llevamos tiempo con
un tira y afloja que creo que nos perjudica a todos. (Nerea estaba cabizbaja, moviendo
una pierna nerviosamente y fregándose las manos). A ver, Nerea, mira, yo entiendo que
la situación en casa no es fácil para tus hermanos y creo que mucho menos para ti...
debe de ser duro que la mamá te deje al cargo de todo... y claro, Nerea, es normal que
cuando nos sentimos con mucha responsabilidad, como si lleváramos una mochila que
pesa más de lo que realmente podríamos llevar, esto cansa, sí, cansa mucho y nos
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sentimos mal, como si no tiráramos... A lo mejor, a Nerea también le cuesta levantarse
por la mañana...
Nerea: Sí, sí... me cuesta mucho... por la noche me dan las tantas porque una vez mis
hermanos duermen, yo aún estoy mirando la tele... a veces me duermo pero a veces son
las dos o las tres y aún no me he metido en la cama...
Jefe Estudios: Ya, ya... claro... pues mira Nerea, claro... el cerebro necesita dormir, es
como su comida... si no dormimos, no tiramos, esto es así... claro, pues, hombre, si
Nerea duerme poco, es normal que por la mañana le cueste levantarse... esto nos pasaría
a todos. (Nerea asiente y conecta la mirada). Seguramente que cuando toca el
despertador Nerea se dice a sí misma que tendría que levantarse pero que se queda en la
cama cinco minutines más... (Nerea asiente y sonríe)... Cinco más, cinco más...
Nerea: sí, hasta que ya es tan tarde que me levanto y digo, venga todos a correr... mis
hermanos sí que se levantan pronto porque a ellos no les vence el sueño.
Jefe Estudios: Claro, claro... seguramente ellos se acuestan antes... (Nerea asiente)....
Ya, ya... A ver, Nerea, estoy seguro que Nerea no lo hace a propósito eso de llegar
tarde, seguro que querrías estar aquí a la hora pero debe de pasar que es como que el
tiempo corra más deprisa que Nerea...
Nerea: Sí, sí, no lo atrapo...cuando me doy cuenta ya son las nueve y aún estoy en
casa...
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que están establecidas y que son para todos... a veces no nos gustan, puede pasar...pero
están establecidas así... Imagínate que vas al cine, compras la entrada, la película está
anunciada para las 5 h. de la tarde de un domingo...estás allí con tus amigas, y nada, la
película no empieza... ¿qué pasaría? Pasa una hora... la película sigue sin empezar...
Nerea: Me quejaría...
Jefe Estudios: Claro.. y después te dicen que lo que ha pasado es que a la persona que
pone la película se le va el tiempo de las manos sin controlarlo y se le ha hecho tarde
porque tenía que dar la comida a sus dos hijos y dejarlos en casa de los abuelos...y se le
ha hecho tarde...
Nerea: Esto es su problema... él debe de estar allí a la hora que tiene que estar y
empezar a la hora que la gente sabe...
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Jefe Estudios: Sí, te podré trabajo... y además, como se habrá perdido tiempo de clase
para aprender aquello que toca en aquella hora, pues Nerea después, a la hora del recreo
va a recuperar lo que los/as compañeros/as hayan hecho durante aquella hora y el
profesor/a correspondiente te va a dar lo que Nerea debe saber para no quedar atrasada
respecto del grupo... (Nerea asiente). Pero bueno, Nerea, esto sólo si Nerea llega sin
dominar el reloj... Seguramente que Nerea va a poder dominar el reloj y a las 9 h. está
aquí.
Nerea: No sé... lo intentaré pero...
Jefe Estudios: Bueno, pues, nada, si Nerea no puede con el reloj, que a veces pasa, ya
sabes... pues vienes a buscarme y haremos lo acordado (Nerea asiente).
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Propuestas de intervención elaboradas por los
centros educativos
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Pedaladas
Contexto.
IES ubicado en ámbito rural, en una zona en reconversión industrial a la que se ha
sumado la crisis económica de los últimos años siendo el índice de paro está por encima
de la media asturiana. En el centro se imparte enseñanzas de educación secundaria
obligatoria, (dos líneas), bachillerato y formación profesional.
Propuesta de intervención.
Lugar: departamento de orientación.
Personas: profesora de AL, alumno y PTSC.
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PTSC: Ok, Ernesto pues si quieres nos vemos la semana que bien y vemos cómo
podemos echarte una mano.
Ernesto: Ok.
Revisamos el caso en reunión de tutores. Se observa que empiezan a ver algunas faltas
de respeto, algo que durante el primer trimestre no ocurría y el pasotismo es total en
todas las asignaturas, salvo en matemáticas, que tiene un comportamiento correcto. La
profesora de AL nos dice que lo ve muy desmotivado y cada vez se esfuerza menos.
Intervención.
Lugar: departamento de orientación.
Personas: Alumno y PTSC.
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Ernesto: Si si se dónde esta.
PTSC: Ok, pues allí viven mis padres y yo este año estoy de interino por
Asturias conociendo la Cuenca. Tengo tres hermanos, dos sobrinas y me gusta
mucho el teatro. Te propongo un juego.
Ernesto: Mira expectante, y dice si con la cabeza.
PTSC: ¿Sabes lo que es una locomotora?
Ernesto: Si
PTSC: ¿Y qué tiene?
Ernesto: Pues ruedas, motor, faros…
PTSC: ¿Y que más?
Ernesto: No sé.
PTSC: Mientras pongo un post-it, esta imagina que es la locomotora. Pongo otro
post-it ¿esto que será…?
Ernesto: ¿Un vagón, aaa un tren?
PTSC: Si, si un tren, ¿te dije una locomotora no? Si un tren con sus vagones,
imagina que tú eres la locomotora, ahora vamos a ir conociéndote a partir de los
vagones, quieres ir diciendo cosas importantes en tu vida.
Ernesto: ¿Escribo?
PTSC: Si quieres puedes escribir tu nombre en la locomotora.
Ernesto: Mi familia.
PTSC: Perfecto ¿tu familia es importante verdad?
Ernesto: Si.
PTSC: Muy bien.
Ernesto: Mis amigos. Salud y dinero.
PTSC: Muy bien Ernesto, algún vagón más.
Ernesto: No sé….
PTSC: Ese lugar donde pasas mucho tiempo con los compañeros.
Ernesto: ¡Ah! Debajo de casa hay un local, con unas verjas donde sale aire
caliente.
PTSC: Así y que soléis hacer.
Ernesto: Pues hablamos, parkour.
PTSC: Y ese es un vagón importante.
Ernesto: Bueno…
PTSC: Donde pasas 6 horas diarias.
Ernesto: ¡En la cama!
PTSC: (Sonrió) Si pero es tan importante la cama como para ser un vagón…
Ernesto: No.
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PTSC: Ok. Algo más cercano.
Ernesto: En clase.
PTSC: En clase ¿pasas más de 6 horas?
Ernesto: Si.
PTSC: Y es importante.
Ernesto: Si.
PTSC: ¿Algún vagón más?... ¿Novia? (guiño el ojo).
Ernesto: No, no (sonríe).
PTSC: Ok. Muy bien Ernesto, ahora vamos a ir viendo cada uno de los vagones.
Acompasar y prescribir
PTSC: Pues Ernesto, ¿cómo puedes ver tenemos un problema?, yo entiendo que
si no te enteras de nada, te aburras, eso es normal y nos pasa a todos. Cuando
algo no entendemos nos aburrimos y pasamos de ello.
Ernesto: Si es eso, yo no me entero de nada.
PTSC: Bueno hay en alguna asignatura que más o menos te enteras no?
Ernesto: bueno si en matemáticas, pero mira, en ciencias al año pasado me
gustaban y las explicaban bien pero este año con… no me entero de nada. Y en
lengua me ha cambiado de grupo y con… yo trabajaba y hacia los deberes en
clase.
PTSC: Ya, hay con personas con las que conectamos mejor y con otras peor,
pero eso no significa que sean peores profes. Pero a mí también me pasa, hay
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con compañeros con los que me es más fácil trabajar que con otros. Lo que pasa
es que me toca trabajar con todos, que lo voy hacer (subo los hombros).
Ernesto: ya.
PTSC: Ernesto ¿tú dedicas algo de tiempo a estudiar o hacer las tareas en casa?
¿Tienes un sitio para estudiar?
Ernesto: (Titubea) bueno algunas veces…bueno casi nunca.
PTSC: y ¿dónde estudias?
Erenesto: en mi habitación.
PTSC: Tienes una mesa y una silla en la habitación, o encima de la cama.
Ernesto: encima de la cama.
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Hablamos sobre sus expectativas, que le gustaría ser, hacemos una prueba que piden
para ser policía, también habla de peluquería…y sobre todo observa y habla de su padre
con mucho cariño y admiración.
Reunión de departamento
Uno de los casos de seguimiento es Ernesto. Se expone por parte de una profesora la
doble cara que suele mostrar según le convenga. Dice que le oyó a una compañera
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preguntar a Ernesto por la hoja, y este respondió que una mierda. Volvemos a explicar
la intervención y la importancia de dar tiempo y de acompasar….
Revisamos las veces que la paso, y las anotaciones puestas por el profesorado.
Comentamos algunos de los comportamientos que le hicieron…en general son
positivas, aunque hay un trabajo que no está entregado, me comenta las causas…
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Ernesto: bien.
PTSC: ¿te ha servido la hoja?
Ernesto: si, si.
PTSC: me alegro mucho, es que si te subes a la bici y das pedaladas, puedes.
Porque cuando uno no se sube a la bici por mucho que quiera no avanza.
Ernesto: claro.
PTSC: que te parece si la próxima semana nos marcamos un objetivo.
Ernesto (asiente con la cabeza).
PTSC: Haber 5 días tiene la semana, y 6 horas cada día. 6x5.
Ernesto: No sé.
PTSC: 5x5
Ernesto: 25 ¿no?
PTSC: ¿5x6?
Ernesto: 30
PTSC: 30 eso es. 30 veces son las que tienes que pasar la hoja en una semana,
cada vez que finalice la clase. ¿Quieres marcarte un objetivo? ¿Cuántas veces
pasarás la hoja?
Ernesto: 25.
PTSC: 25 (sonrio) muy bien, pero no serán muchas. Date cuenta que esta
semana solo la pasaste 13 veces. Aunque está bien, para la primera vez.
Ernesto: 20.
PTSC: 20 esta genial, además ves que las valoraciones de los profesores son
muy positivas. Muchas felicidades tío. ¿Te sientes mejor o no?
Ernesto: si.
PTSC: Y te acuerdas que hablamos de estudiar por la tarde, de pillar la bici, un
rato por la tarde
Ernesto: Eso no lo he hecho, porque no me mandan tareas, y no sé qué hacer.
PTSC: Claro si nunca lo has hecho es normal, que no tengas la costumbre. ¿Pero
el lunes tienes el examen de AL no?
Ernesto: Si.
PTSC: y más o menos sabes lo que te pondrán ¿no?
Ernesto: Si.
PTSC: Pues que te parece Ernesto si dedicas estos días, 20 o 30 minutos a
estudiar, a dar pedaladas.
Ernesto (duda).
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PTSC: Como tú quieras Ernesto, si no te hace sentir mejor, eres tú el que decide.
Pero recuerda que si no se dan pedaladas, la bici no avanza. Y Ernesto quiere
llegar a la meta, ¿verdad?
Ernesto: Si.
PTSC: Ok, pues si queréis nos vemos el próximo viernes y lo comentamos. Y
muchas felicidades, la hoja esta súper bien.
Ernesto: Gracias
Resultados.
Todos los viernes hemos revisado la hoja de firmas y charlado sobre cómo se siente, y
sobre las valoraciones que los profesores/as le van dejando en la hoja. En general las
valoraciones son positivan tanto en trabajo como es actitud. Comentamos las pruebas
que realizo con la orientadora. Ernesto en estas entrevistas cada vez parece sentirse más
cómodo, hablaba con más naturalidad y utiliza frases más complejas, no solo
monosílabos y frases cortas como al principio. Resaltare dos cosas sobre estas semanas.
Una fue cuando me pregunto ¿Juan esto lo haces con más chicos? La verdad es que mi
cara creo que debió ser un poema, y le dije la verdad, que no. Con otros chicos/as del
instituto también hablo y hacemos otras actividades, pero no la recogida de firmas. “Así
que Ernesto sientete especial” y sonreí, él me devolvió otra sonrisa. Recordamos el
motivo por el que lo hacemos y le pregunto si lo ve o no positivo. El segundo aspecto es
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el número de firmas, cada semana se marcaba recoger un número determinado. Al
principio de la intervención se marco grandes objetivos que no conseguía, poca a poco
hemos ido bajando y ajustándolo (El manifestó que a veces se lo olvida o se da cuenta
cuando ya marcho el o la profe. Por otra parte algunos profesores/as nos comentan que
se le suele olvidar cuando tiene mal comportamiento). El tema de las firmas como
dijimos es para tenerlo enganchado, motivado y que le permita ser consciente que si
pedalea puede llegar a la meta. Resaltaré un día cuando me encuentro en el whatsApp
este mensaje de Ernesto “Hoy no se me ha olvidado ninguna firma”.
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Un caso de comedor,
educando desde la emoción
Contexto.
El caso se sitúa en un centro educativo de Educación Infantil, Primaria y E.S.O, es un
centro escolar con jornada partida y cuenta con servicio de comedor. El centro está
situado en una zona rural y en la que la mayoría de la población se dedicaba, hasta hace
unos años, a la minería.
Propuesta de intervención.
A continuación describimos una situación que está creando continuos problemas en el
comedor escolar debido a la conducta del alumno.
Acompasar y prescribir.
Tutora: Mira, yo entiendo que en el horario de comedor te apetezca jugar y despejar un
rato de la rutina diaria de la clase y aprovechar el tiempo para divertirte con los amigos.
No estáis en clase y necesitáis hablar entre vosotros en vuestra hora de la comida.
Siempre que paso por el comedor me encanta ver como compartís esos ratos juntos, os
veo como os relacionáis fuera de clase. Pero hemos de entender que para que tengamos
un buen rato juntos, hemos de respetar ciertas normas, para que todos podamos
disfrutar.
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duerme en nuestro interior se despierte y lo queme todo a su alrededor; podemos notar
como ese dragón va despertando en nuestro interior, sentimos mucho calor en el pecho,
el corazón se acelera y nos ponemos muy nerviosos. Todo eso son señas de que el
dragón se va a despertar, pero nosotros somos más listos que él, y lo sabemos escuchar.
Te propongo un plan para darle caza, cuando se despierte y tu notes ese calor por
dentro, le vas a pedir a la cuidadora que te deje ir al patio a pegarte unas buenas carreras
allí, hasta que notes que estás muy cansado, de ese modo dejarás exhausto al dragón, ya
no tendrá fuerzas para tomar el control; una vez hecho esto, vete al baño y refréscate la
cara, seguro que ya tienes mogollón de hambre, ¡ahora te toca disfrutar de la comida!;
hay veces que el truco “matadragones” no nos funciona porque el dragón ya estaba
echando fuego cuando pensamos que debíamos salir a correr… por eso, es importante
que, al primer síntoma que sintamos, nos levantemos del sitio en el que estamos
molestos e intentemos calmar al dragón.
Resultados.
El niño ha captado la preocupación por él. Sabe que la tutora está pendiente, no sólo de
su comportamiento en el comedor, sino también en el resto de espacios y momentos del
día.
Hablan a diario, le cuenta cualquier mínimo altercado o incidencia en el día y sabe que
pueden hablarlo tranquilamente sin miedo a riñas o gritos. Al mismo tiempo, sabe que si
su comportamiento no ha sido el adecuado tendrá consecuencias inmediatas.
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Llama poderosamente la atención el hecho de que, tras estar todo el día pendiente de él,
en vez de sentirse agobiado y cansado de su tutora, muestra más cariño y le busca por
los pasillos incluso fuera del horario escolar. A la hora de salir del colegio, por ejemplo,
sale con sus compañeros a jugar al fútbol y sube a la clase a buscar cualquier cosa con
la excusa de hablar con ella o incluso subir y decir directamente que le buscaba.
Conclusiones.
Gracias a la creación de un ambiente de sintonía y comprensión con el alumno se ha
generado un clima de confianza con la tutora que no se habría conseguido usando la
amenaza y el enfado. Al ponernos en un mismo nivel de escucha y entendimiento
mutuo, ambas partes se han comprendido y han logrado marcar objetivos duraderos en
el tiempo, siendo el caso ocurrido un ejemplo para todos los/as compañeros/as del
alumno.
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Risas a destiempo
Contexto.
Entorno urbano. Población escolar: 329 alumnos/as en Educación Primaria y 131en
Educación Infantil. Un total de 460 niños y niñas. Hay alumnado de 10 nacionalidades
diferentes: china, dominicana, ecuatoriana, española, etíope, kazaja, paraguaya, rumana,
rusa y senegalesa. Aunque el alumnado español representa casi un 97% del total, valoramos
la diversidad como una fuente de enriquecimiento mutuo.
La mayoría de las familias son de clase media. Hay también un porcentaje menor de
familias de clase baja.
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El niño tiene buen fondo y es noble. Reconoce sus errores pero no hace nada por
cambiar su actitud. Parece que se encuentra cómodo en esa situación.
Propuesta de intervención.
Después de muchos cambios por no acertar en las frases, el modo de decirlas, etc., el
procedimiento seguido quedó de la siguiente manera:
Acompasar y prescribir.
ALUMNO 1:
A ver V., yo sé que E. ha sido una novedad agradable en tu vida, que te gusta estar con él y
que os habéis hecho buenos amigos. Sabemos que nos entretiene más reírnos con los
compañeros que atender en clase. De pronto se nos pone en el oído un duendecillo que nos
dice que pasarlo bien es lo primero y que después ya atenderemos, y nos convence. Don
Risitas nos ha ganado.
ALUMNO 2:
Mira E., entiendo que pasamos muchas horas sentados en clase y eso a veces nos cansa.
Nos divierte y es como si nos apeteciera más hacer bromas y muecas para que todos se rían.
Es normal que nos pase. Cuando ocurre eso es porque Don Risitas nos ha ganado la partida.
ALUMNO 2:
Valdría lo mismo que para el otro alumno.
Límites.
ALUMNO 1:
Mira V., ¿qué notas? ¿Verdad que notas que va a salir el Don Risitas? ¿Cómo te avisa?
¿Verdad que no queremos que nos gane la partida cuando no toca? Pues te voy a explicar
algo que si lo haces, seguro, seguro que Don Risitas no nos juega una mala pasada. Mira,
muy al principio, cuando notes que vas a empezar a hacer el tonto y reírte sin venir a
cuento, vas a coger un folio y a dibujar un payaso. En el traje le vas a poner diez lunares
rojos, 9 verdes, 8 azules y 7 amarillos. Cuando acabes, vas a unir con la mirada dos lunares
de cada color y después vas a escribir debajo: SE ACABÓ LA FUNCIÓN.
31
Finalmente irás al baño, lavarás las manos con agua fría y regresarás cuando se te hayan
secado al aire.
Consecuencias.
A veces, ¿sabes qué pasa? Que si no llegamos a tiempo a que no salga Don Risitas o se nos
olvida… se nos puede escapar y acaba saliendo. Entonces, claro,… ¿verdad que no puede
ser? Pues mira, si se escapa y salen risas a destiempo y bromas, como que perdemos
tiempo. Igual que pasa en los partidos cuando se pierde tiempo, se recupera al final,
¿verdad? Pues vamos a hacer lo mismo, nos vamos a quedar después de hora a realizar
ejercicios extra relacionados con lo que estábamos trabajando cuando se escapó Don
Risitas.
ALUMNO 2: Lo mismo que hemos dicho para el otro alumno, es aplicable a éste.
Resultados.
Cuando comenzamos el curso con Carme, albergábamos la esperanza de que sus
indicaciones dieran resultado pero, hemos de reconocerlo, también teníamos dudas. Una
vez puesto en práctica el procedimiento, la actitud de los dos niños mejoró
ostensiblemente y ahora permanecen en el aula como dos alumnos más.
Cuando se habla con él toma la actitud defensiva de no decir nada y asentir. Su madre no ve
un problema especial en la actitud de su hijo, cree que está copiando el modelo vital de su
padre quien "vive de las mujeres" y que E., desde hace un par de años, sólo piensa en salir
de la escuela y buscar un trabajo. Asimismo, admite que a ella también la tenían que reñir a
menudo y suspendía frecuentemente en el colegio.
Sentimos impotencia, nos gustaría lograr que se motivara, que viese una puerta a una vida
mejor formándose adecuadamente y que no repitiera los modelos paternos.
Lamentablemente, creemos que la solución comienza por un cambio en sus padres y eso lo
vemos poco menos que inalcanzable.
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Resolvemos los conflictos
del recreo sin pegar
Contexto.
Centro específico de Educación Infantil de segundo ciclo (3-6 años) situado en una zona
urbana. Actualmente el número de alumnado es de 132 distribuidos en 7 aulas. La
escuela cuenta con un amplio patio de juegos, compartido con otro colegio de Primaria,
también se comparten los servicios de Atención Temprana y comedor. Los horarios de
patio no coinciden. El barrio donde se encuentra es un barrio obrero de clase media
aunque la crisis se ha hecho notar entre las familias. Es una zona bien comunicada con
otras zonas de la ciudad mediante líneas de autobuses. El entorno está dotado de
diferentes servicios dirigidos a toda la población y también zonas verdes. Desde el
principio el centro ha acogido alumnado en la modalidad de integración.
Propuesta de intervención.
ALUMNO/A 1.
Acompasar y prescribir.
Mira… (nombre del niño o niña) ¿sabes qué pasa? Que a veces, nos sucede algo y sin
querer nos enfadamos y pegamos. Es como si sintiéramos que tenemos un dragón
dentro que está dormido pero que en ocasiones se despierta. El dragón entonces hace
que hagamos daño a un compañero.
Es normal que a veces eso nos pasa, a mi también me pasa.
¡Mira! Es como si en vez de… saliera el dragón que nos mete en problemas.
Propuesta de control.
Mira, ¡vamos a hacer una cosa!. Cuando (nombre del niño/a) note que va a salir el
dragón (sentimos como fuego dentro y el cuerpo se pone duro) muy al principio para
que no nos gane vamos a imaginar el “STOP” y hacerle pisar hojas siguiendo este
caminito (la línea del patio) cansándolo para que se duerma. Una vez que el dragón
cansado se ha dormido iremos caminando despacito al baño, nos lavaremos las manos y
dejaremos que se sequen solas moviéndolas repetidamente y el dragón se habrá ido,
seguro, seguro....
Aplicar la consecuencia sea cual sea la “excusa” que los niños y las niñas expresen.
Siempre tranquilos, acompasando y sobre todo convencidos. No enfadarse ni reprobar
la conducta.
34
Propuesta de intervención.
ALUMNO/A 2.
Acompasar y prescribir
Mira (nombre del niño-a) ¿sabes qué pasa? que a veces nos quitan nuestro juguete, nos
empujan, nos pegan (concretar en función del incidente)…. y eso nos enfada. Hacemos
que sintamos fuego por dentro, el cuerpo, los brazos, las piernas se nos ponen duros.
Esto hace que peguemos, gritemos…
Es normal que nos pase, a mí también me pasa. ¡Mira! es como si en vez de (nombre del
niño/a) nos saliera un dragón que echa ese fuego.
Propuesta de control.
Pues mira vamos a hacer una cosa. Cuando (nombre del niño) note que va a salir el
dragón, pero enseguida para que no nos gane, vamos a cansarlo para que se duerma.
Apretaremos fuerte una pelota (le podemos facilitar una pelota pequeña blandita)
mientras seguimos la línea del patio, como si quisiéramos exprimirla para sacar agua y
así apagar su fuego. Cuando notemos que hemos sacado mucha agua y el fuego se ha
apagado, vamos al baño y nos lavamos la cara y las manos con agua fría y las dejamos
secar al aire. Luego volvemos al patio. (En el caso de que toque el patio cubierto porque
llueva, como los baños quedan lejos lo sustituiríamos por mojar las manos con el agua
de la lluvia). Si hacemos esto, seguro, seguro, segurísimo que el dragón no saldrá y lo
tendremos controlado tal como todos queremos.
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nuestras manos, piernas o cuerpo se empiezan a poner duros, pero muy al principio de
todo de sentirlo nos vamos al caminito (a hacer lo acordado) e intentamos dormirle. Si
lo hacemos así, seguro que vamos a conseguirlo. ¡Siempre, siempre podemos ganarle!
Aclaración: Hemos escogido la figura del entrenador y no del árbitro porque pensamos
que el entrenador es más amigable y está de parte del niño, mientras que la figura del
árbitro es más sancionadora.
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Conviviendo en la escuela
Contexto.
Es un centro de línea 2 en el que se imparten las etapas de Educación Infantil y
Primaria. Está ubicado en la localidad del oriente asturiano.
La familia tipo está compuesta por tres o cuatro miembros y no son abundantes las
familias monoparentales como tampoco lo es la presencia del alumnado extranjero o
perteneciente a minorías étnicas.
Propuesta de intervención.
Se ha tratado de mejorar la relaciones interpersonales entre toda la Comunidad
Educativa, cargando las tintas en el comportamiento entre iguales en el patio y las
relaciones entre docentes y discentes en los espacios comunes del edificio.
En una primera realización de los carteles se utilizó un lenguaje que contenía algunos
errores, razón por la que tuvimos que sustituir textos como: “por los pasillos y las
escaleras hay que ir andando” por otros el tipo “caminamos por los pasillos y las
escaleras” o “la basura es mejor tirarla a la papelera” por “tiramos la basura a la
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papelera”. El texto debe ser claro, conciso y positivo, sin utilizar un lenguaje
unidireccional, directivo y que dé lugar a dobles interpretaciones.
Resultados.
Concluimos que el éxito de las medidas adoptadas se debe a que han sido diseñadas por
el propio alumnado y las han adoptado como propias.
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Trabajando conducta emocionalmente en CEE
Contexto.
El centro es un colegio de educación especial, ubicado en zona rural, al que acude
también alumnado de dos concejos limítrofes, previo dictamen de escolarización. Las
etapas que se imparten son: Educación Infantil, Enseñanza Básica Obligatoria y
Transición a la Vida Adulta por lo que la edad del alumnado está entre los 3 y 21 años.
Justificación.
(Atribuciones de los observadores)
Sustituto de un inicio de comunicación. Expresar malestar, no quiero, no me
gusta.
Llamadas de atención. Cuando el adulto se dirige a otro alumno y él reclama la
atención para sí mismo.
Desinterés en la tarea o actividad a realizar. Intereses muy restringidos.
En los tiempos de espera, si no está entretenido con algo que le gusta.
Capricho; quiero una cosa y la quiero ahora.
Propuesta de intervención.
Cuando el adulto de referencia se dirige a otro compañero, B. reclama atención para sí
mismo gritando, tirando cosas, etc.
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Acompasar y preinscribir.
Se presenta el power point: “Jose en el parque”, disponible en la web “Aprendices
Visuales” (enlace: http://www.aprendicesvisuales.com/cuentos/aprende/), que describe
a un niño en el parque que no quiere esperar su turno para subir al columpio y pega a
otra niña, lo que sucede después y las alternativas que se le dan.
Establecer un límite.
Se le enseña la alfombra y se le dice que la próxima vez que le toque esperar y tire cosas
al suelo o grite esperará en la alfombra “comenervios” hasta que deje de sonar la
canción del cuento (tiempo fuera). Se podría usar, también, la caja con la boca
“comenervios”, que se presenta en el ejemplo posterior, y que el niño fuera metiendo
dentro tarjetas numeradas hasta que finalice la canción.
Cuando vuelve a suceder que a B. no toca prestarle atención y se oye un ruido porque
ha tirado la silla en el suelo, la profesora le ayuda a poner la silla en su sitio y le dice:
B. irá ahora a la alfombra “come nervios”
“Mira B., entiendo que te estás aburriendo pero ahora toca esperar, así que cogemos la
alfombra comenervios y…”
Cuando haya pasado el tiempo previsto, el que dura la canción, se hace que B. vuelva al
aula, con tranquilidad, y se continua con lo que se estaba haciendo, si le toca esperar el
niño debe seguir esperando. Se comenzará a trabajar con él cuando haya esperado
tranquilo.
La clave es la paciencia del adulto porque será necesario repetirlo bastantes veces pero
al final se verán cambios y habremos ayudado a la gestión emocional.
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OTRAS FORMAS DE USO DE LA ALFOMBRA “COMENERVIOS”
La alfombra se puede utilizar para marcar espacios, cuando quieren tirar
papelitos o hacer ruido, por ejemplo. Están acostumbrados a los pictogramas de “estoy
nervioso” y “estoy contento”, así que se podrían tener los pictos en la alfombra. Se les
marca un tiempo para dejar que se desahoguen (que puede ser lo que dure la canción)
Otra manera es poner la alfombra lejos, en el otro extremo del pasillo por
ejemplo, y hacerles caminar para llevar tarjetas con números hasta ella. Se hará una
caja con la cara de nervioso pegada y con una ranura en la que se irán encajando las
tarjetas de los números, como en una hucha, en la boca “comenervios”: Coger el 1,
andar por el pasillo, echar la tarjeta y volver a clase; coger el 2, andar por el pasillo,
echar la tarjeta y volver a clase; coger el 3,…, según necesiten cansarse o hasta que se
agoten, y cuando se han terminado los números (porque se ha tranquilizado) se da
vuelta a la caja y aparece la cara de contento. Esto último se ha puesto en práctica en
clase y ha funcionado, claro que había dos personas en el aula para seguir trabajando
con los demás compañeros.
Panel de emociones
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Cómo abordamos las conductas agresivas en el aula de
educación infantil
Contexto.
Nuestro centro está ubicado en un entorno rural. Los niños/as proceden de diferentes
pueblos y en la mayoría de los casos apenas tienen otros iguales para jugar y
relacionarse, por lo que la escuela es un espacio privilegiado de comunicación,
socialización y establecimiento de vínculos. La escuela en la que se realiza la
observación e intervención tiene dos aulas, una de primaria y otra mixta (educación
infantil y 1º de E. Primaria). En esta última tiene lugar el desarrollo de la propuesta.
En una tarea grupal, mientras se está repartiendo el material, sin motivo aparente, Juan
golpea a Mónica, una niña de 3 años, hacia quien se muestra en ocasiones celoso.
Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
Tutora: “Ya sé que todos tenéis ganas de empezar y tener vuestro material rápido para
hacer la tarea, pero se necesita un poco de tiempo para que todo esté listo. A veces yo
también me impaciento y quiero que me atiendan a mí la primera, sobre todo cuando
voy a hacer algo que me gusta mucho. Entonces es cuando sale “el monstruo” y es
cuando golpeamos al que tenemos al lado…
Tenemos un problema.
Tutora: Pero claro, ¿podemos repartir todo el material a todos al mismo tiempo? Pues
no… ¿verdad? Primero va uno y después otro. Es como cuando yo voy a comprar el pan
el domingo por la mañana y es necesario esperar a que atiendan a los demás. A mí no
me gusta esperar más porque tengo hambre y prefiero acabar pronto para irme a mi casa
y hacerme unas tostadas para el desayuno. ¿Os imagináis que yo le dé un puñetazo a la
señora que han atendido antes que a mí? ¿O que el que va detrás de mí me pegue porque
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quiere que le atiendan primero? Creo que nos echarían a todos de la tienda. Por eso nos
organizamos y esperamos un poco porque nos van a atender a todos.
Establecer un límite.
Si nos ponemos muy impacientes y no podemos aguantar más, cuando notamos que “el
monstruo” nos va a salir y hace que gritemos o golpeemos porque no podemos
controlar nuestro cuerpo, vamos a buscar una solución para que esta rabia o esta
impaciencia no haga daño a otra persona, porque ¿no toca verdad? claro, no queremos
que nos pase.
Yo voy a dejar una pelota blandita en el carrito que hay a la entrada de la puerta de la
clase y cuando notemos que nos puede salir este monstruo, cuando notamos como que
se nos van las manos o los gritos o notamos como un calor dentro de la barriga o esa
rabia que quiere salir, pues muy al principio de notarlo dejaremos lo que estemos
haciendo y cogeremos la pelotita y la apretujaremos diez veces, paramos, respiramos
profundamente tres veces y volvemos a apretujar la pelota otras diez veces. Podemos
coger la pelotita y salir al pasillo para estar solos y que nadie nos moleste.
A veces, puede pasar que se nos olvide o que se nos escape el monstruo y en vez de
golpear la pelota golpeemos a un niño. Si pasa, vamos a sentarnos en la silla blanca del
rincón de lectura, respiraremos profundamente por la nariz para calmar el monstruo y
cuando esté calmado, que será al cabo de cinco minutos (miraremos el reloj para estar
seguros que son 5 minutos) vamos a ir al baño y lavarnos la cara y después pediremos
disculpas sinceras a quién hayamos hecho daño u ofendido y continuaremos con la
actividad una vez se haya reparado el daño.
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Entendiéndonos
con las emociones
Contexto.
El centro educativo se encuentra situado en un barrio urbano de origen obrero,
especialmente castigado por la crisis económica por lo que ofrece al alumnado y a sus
familias todo un abanico de programas y servicios complementarios para minimizar en
la medida de lo posible las consecuencias de esta situación y que está abierto a la
comunidad colaborando con distintos organismos y entidades de tipo socioeducativo de
la zona.
Imparte todos los cursos de la ESO (hay un grupo en cada curso del programa bilingüe
que recibe clases de matemáticas, música, ciencias naturales y tecnología en ingles) y
estudios de Bachillerato, tanto diurnos como nocturnos, en las especialidades de
Humanidades y Ciencias Sociales y de Ciencias y Tecnología.
D. no sonríe nunca, muestra siempre un gesto hostil, al hablar de cualquier tema lo hace
de una forma muy agresiva e irascible. Parece enfadado con el mundo, especialmente
con su madre a la que dice odiar y que descalifica constantemente. Le cuesta hacer
amigos y no suele salir mucho en su tiempo libre, le gusta estar en casa jugando con la
PSP.
D. no tiene hermanos. Sus padres están separados desde que D. tenía 5 años sin relación
ni comunicación entre ellos y con denuncias continuas. A D. le gustaría vivir con su
padre y culpa a su madre y a los servicios judiciales de impedir tal cosa. D. acude desde
hace muchos años a distintos servicios tanto públicos como privados de tipo
44
psicológico. Padre y madre tienen caracteres y modos muy distintos de relacionarse con
su hijo y marcarle límites y consecuencias.
Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
Mira, D., ¿sabes qué pasa?, que a veces por cosas que nos suceden en casa, en la calle o
en el instituto nos sentimos molestos, irritados... y entiendo que lo que hagan o digan
otras personas, en ese momento que estamos enfadados, nos altere mucho y nos haga
decir cosas inadecuadas... es como si dentro de nosotros hubiera otra persona que se
descontrola, grita, insulta, dice palabrotas... es don "mala leche"... ¿verdad que pasa?,
claro, es normal... nos pasa a todos...
Imaginemos que tu amigo Cristiano Ronaldo llega al campo de fútbol muy enfadado,
alterado, molesto... por una discusión que ha tenido en casa con su familia y durante el
partido le sale don "mala leche" y en vez de jugar con sus compañeros para meter
muchos goles y poder así ganar el partido se pone a insultar a sus compañeros, al
arbitro... o cometer infracciones como coger la pelota con la mano, empujar o pegar a
los compañeros...
¿Qué crees que pasaría?... ¿Cristiano tendrá un problema o no?... Pues claro, seguro,
seguro que a Cristiano le sacarán tarjeta roja y le echaran del campo. Y Cristiano ¿a que
no quiere que le pase eso a él?...
A veces puede pasar que don "mala leche" nos gane la partida, salga y nos juegue una
mala pasada con los compañeros o los profesores metiéndonos en líos. Entonces será
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necesario reparar ese daño, así que pediremos disculpas al que hayamos ofendido o
molestado y haremos la tarea que hemos dejado sin hacer en la hora del recreo o a 7ª
hora.
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La princesa
y el dragón protestón
Contexto.
Colegio de Educación Infantil y Primaria situado en una zona residencial de un núcleo
urbano.
Lo que más nos preocupa en esta alumna son los caprichos, lloros, perretas y/o pataletas
que manifiesta ante situaciones en las que no consigue lo que quiere. Se frustra con
mucha facilidad. Le cuesta aceptar algunas normas e instrucciones y sobre todo asumir
las consecuencias. Creemos que trata de imponer su criterio, no aceptando que puede
haber otros, manifestando su disconformidad a partir del llanto.
En general las conductas de berrinche y pataletas (con gritos, tirándose al suelo, dando
golpes,…) aparecen ante situaciones en las que tenga que:
- Respetar turnos. Quiere ser la primera en todo: en la fila al entrar, para hablar en
la asamblea, al salir al patio, en los juegos, en los repartos de material, al
terminar las tareas, para ir a rincones, para ir al baño.
- Compartir el material con los demás. Cuando hay que coger un color para pintar,
un rotulador, una pelota, suele haber conflictos porque ella quería algo y le toca
otra cosa,…
- Aceptar dificultades en la realización de las tareas, errores y correcciones. No
rendirse ante una dificultad. No suele pedir ayuda, se enfada y frustra ante el
error. No acepta tener que borrar o repetir una tarea, protesta, puede golpear los
objetos, tirarlos,…
- Respetar las normas establecidas. Por ejemplo: insistir en llevar un juguete al
patio aunque en el centro no esté permitido.
- Cumplir una consecuencia a una norma previamente explicada para todos. (Por
ejemplo: el que no termina la tarea, no va a rincones).
Estas conductas pueden aparecer en cualquier espacio del centro (aula, patio, sala de
psicomotricidad, sala de informática) y con todo el profesorado.
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Este modo de actuar también se refleja en las relaciones con los compañeros; intentando
que jueguen a lo que ella diga, eligiendo ella los personajes,…
Muestra un interés especial por todo lo relacionado con princesas y príncipes y lo refleja
en sus conversaciones, juegos y dibujos.
Propuesta de intervención.
A partir del debate del grupo hemos considerado intervenir en algunos aspectos:
Abordar a partir de un cuento en la asamblea, con todo el grupo clase la ira o el
enfado.
Pueden utilizarse cualquiera de los cuentos que están comercializados, de los que abajo
citamos algunos o podría ser un cuento personalizado (cuyo protagonista fuese un
animal o una princesa) para conseguir que la niña se identifique con la historia y le
“impacte”.
Un ejemplo podría ser el siguiente: Erase una vez una princesa que era muy caprichosa
y estaba acostumbrada a conseguir todo lo que quería hasta que un día sus padres le
dijeron “NO”. La princesa, como no esperaba la respuesta, se puso muy nerviosa, muy
Tan roja, tan roja, tan caliente, tan caliente que su pelo soltaba humo como
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Intervención para el control de conducta: rabietas.
Por otro lado realizaremos una intervención individualizada para tratar de hacer
consciente a la alumna de cómo se siente, por qué a veces se comporta así y darle
estrategias para contener su frustración.
Acompasar y prescribir.
Tras una situación en la que la alumna haya tenido una “pataleta” su tutora hablará con
ella sobre lo que ha pasado. Es normal, a mí también me pasa, a veces, a las personas, a
todas, se nos “llena la cabeza” y, cuando esto pasa es normal que nuestra cabeza, para
poder descargar, como no sabe hacerlo de otra manera, nos manda gritar, patalear,
incluso pegar. ¿Sabes lo que pasa? Todos tenemos una copia: está “nombre de la
alumna” y está la “copia” que es igual que “nombre de la alumna” pero que llora y se
enfada, grita y protesta, sería como un Dragón Protestón, que tenemos dentro, que a
veces sale, se escapa y nos juega malas pasadas. Le enseñamos la imagen del dragón.
Y es que todos en la barriga tenemos como un Dragón dormido. Ese dragón, a veces se
despierta y bosteza y claro, hace un ruido tan grande cuando abre la boca que claro, al
final acaba explotando y saliendo el humo y el fuego y se nos escapa.
Control de Conducta.
Qué sientes que pasa en tu barriga? ¿Cómo hace ese dragón cuando se despierta? ¿te
hace cosquillas?, ¿te da calor?, ¿notas como hormiguillas por dentro?, ¿se te mueven las
piernas,…?, ¿qué notas,…?
Mira (nombre de la alumna), en cuando notes ese ruido en tu barriga, ese dragón que
empieza a darte calor, que se está despertando, que va a bostezar, en ese momento debes
ponerte de pie y acercarte a “la mascota del aula”, darle un abrazo y soplar cinco veces
muy fuerte. Si lo haces, seguro, seguro, seguro que conseguirás tranquilizar a tu dragón,
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que cierre la boca y apagar su fuego. Cuando termines, seguro que estará de nuevo
dormido y volverás con los compañeros/as a realizar las actividades.
Pero claro, el dragón tiene el sueño ligero, se despierta con facilidad, y puede ocurrir
que no nos demos cuenta y el dragón despierte su furia y salga el fuego,… Cuando esto
ocurra, nos quedaremos un turno de rincones sin poder jugar con los disfraces de las
cocinitas.
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Intervenciones en centro específico
Contexto.
Nuestro centro es un Colegio concertado de Educación Especial, ubicado en un contexto
urbano, que presta atención a alumnado de la propia ciudad y zonas limítrofes e imparte
enseñanza en las etapas educativas de EBO y TVA.
Además de nuestro colegio en la ciudad existe un CPEE y otro centro específico
concertado con alumnado con discapacidades motóricas.
ALUMNO 1.
Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
Xurde, a todo el mundo nos gustaría poder comprarnos todas las cosas que quisiéramos
y a veces parece sencillo conseguir todo lo que vemos y nos gusta y está ahí a nuestro
lado, esperándonos.
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Transmisión de la vivencia de necesidad de cambio.
Mamá trabaja mucho para pagar el alquiler, los gastos de la casa, la comida, la ropa… y
no existe un cajón mágico de donde sacar dinero sin parar… El dinero se termina.
A todos nos gusta tener cosas pero, claro, no nos podemos permitir comprárnoslo todo.
Además, tú imagínate que, cada vez que deseáramos una cosa y no la pudiéramos
conseguir, nos dedicáramos a pegar a otras personas… y que cuando vamos paseando
por la calle viéramos a gente delante de las tiendas golpeándose entre sí…. ¡qué miedo!,
¿verdad?.
ALUMNO 2.
Además, con frecuencia extraviaba las prendas de ropa que se quitaba, pudiendo estas
aparecer en cualquier lugar, o no aparecer.
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Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
Pedro, entiendo que a veces la ropa nos moleste e incluso, en ocasiones, sentimos calor
y, encima, es un rollo tener que recoger la ropa y dejarla en su sitio o preocuparnos de
llevarla con nosotros cuando estamos jugando o haciendo algo que nos gusta. A mi
también me pasa que, a veces, me da pereza recoger las cosas.
ALUMNA 3:
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Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
A ver, yo comprendo que te guste que se te preste atención y te den cariño. A mí
también me gusta, es más, a todos nos encanta sentirnos acompañados y queridos.
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Aprendiendo a entendernos
Contexto.
Se trata de un CP ubicado en una la localidad costera del oriente asturiano. Es una villa
turística por excelencia donde muchas personas han elegido su segunda vivienda. El
nivel económico medio de la población se sitúa en la franja media. El incentivo de la
actividad turística como medio suplementario de subsistencia equilibra las diferencias
que, no hace mucho, existían entre las zonas exclusivamente rurales y las costeras.
Ambiente familiar: Se pasa la mayor parte del tiempo libre solo. Frecuentemente
se le ve por la calle, jugando solo hasta altas horas de la noche. Su madre trabaja
muchas horas y su padre está ausente, fuera del hogar. Le cuida su hermana
mayor, en muchas ocasiones.
La característica esencial en su comportamiento es lo frecuente de sus enfados,
que le hacen perder el control en sus relaciones, pudiendo llegar a molestar,
agredir e insultar de manera degradante a sus compañeros/as. Cuando se burla,
llama “paquete”, por ejemplo al que no controla la pelota en el juego del fútbol,
o “gafotas”, “no vales nada”.
Es muy tenaz cuando quiere algo, y si no lo consigue (tolera muy mal la
frustración) se muestra rabiosamente dominante, se impone y pasa por encima
de quien haga falta hasta desbordarse en una rabieta de impotencia y llanto…
Resulta muy perturbador en ese estado y arrastra a la clase hacia un clima de
conflicto y oposición. En ese ambiente reta a los adultos que están con él y
puede marcar un pulso muy fuerte para salirse con la suya. Si buscamos el
silencio o el orden, por ejemplo, él grita más que nadie. Golpea con toda su
fuerza en la mesa para que callen todos, (Dice: “Es que estoy cabreado y cuando
estoy cabreado grito”).
Si se rebota por algo le atiza al primero que pille por delante (Dice: “Me pongo
de los nervios porque una chica va con otro…”).
Ejerce el control y domina e influye a un pequeño grupo de compañeros que
siguen sus instrucciones y maltratos leves.
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No reconoce sus errores y acusa a sus compañeros de su mal comportamiento.
Se muestra muy resentido y acepta a regañadientes los reproches que los adultos
le hacen, se siente injustamente tratado. Vive en una queja y batalla permanente,
esperando algo que no le llega…
Quiere “ser el centro de atención” todo el tiempo, pero en los comportamientos
negativos (Si hace algo bien en clase, no le gusta que se lo reconozcamos).
En ocasiones descarga “su rabia” sobre otros compañeros/as. Muestra mucha
agresividad.
Es frecuente que justifique sus conductas con frases como “Es que es aburrido”,
“Ya, pero es que yo tengo razón”, “Es que fue culpa de él/ella” “Es que se
metieron conmigo...”
Cuando hace algo mal espera el castigo. Está acostumbrado a que se le castigue
sin recreo, se le riña... Incluso cuando se le llama para algo siempre piensa que
se le va a castigar (que hizo algo mal).
En los exámenes no escribe nada, prefiere dejarlo en blanco (aunque la maestra
piensa que lo sabe hacer)...
Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
Mira, chico, hay veces que nos enfadamos tanto con alguien que nos sale la mala leche,
y es normal que esto suceda, imagínate, tú que eres un buen portero de fútbol, que, de
pronto, en un partido dos o varios jugadores se lían en una disputa a tortazo limpio y por
lo tanto el árbitro que estaba por allí los separa, y les aplica el reglamento de expulsión
a algunos jugadores de tu equipo si la falta es grave, con todas las tarjetas que haga
falta. Y acto seguido, te das cuenta, también, de que es como si… a ti también te entra
el enfado, te cabreas, te sube y hierve la mala leche por dentro, y si no apartas el cazo
inmediatamente del fuego se te va a derramar por toda la cocina del campo… Esto es
normal, a veces nos ponemos nerviosos bajo los palos de nuestra portería cuando nos
desbordamos como la leche al calentarse demasiado en el cazo del desayuno.
Es difícil parar la mala leche, ¿qué pasa entonces? Pues te darás cuenta de cómo te
sube la temperatura. Cuando te das cuenta de que te calientas demasiado la mala leche
te dice “Ajá me quemo” ¡Naturalmente! Le aparto del fuego para que no se me
derrame…
Es normal que a veces, sobre todo al principio, se derrame un poco la leche del cazo,
hasta que consigas captar que está subiendo mucho la temperatura ¿Qué te parece si
hacemos un trato? Cuándo notemos que te está subiendo la temperatura, te colocaremos
una tiza encima de tu pupitre, y tú entonces, saldrás de clase sin decir nada, irás al saco
de boxeo y darás 5 puñetazos con la derecha, 5 con la izquierda y 5 patadas con cada
pierna.
Si por algún motivo no puedes ir al saco, bajarás las escaleras por el lado derecho lo
más rápido posible y las subirás a la pata coja por el lado izquierdo, después volverás a
bajar y subir dando saltos con los 2 pies, por último subirás y bajarás corriendo
cronometrando el tiempo que tardas en el total del recorrido. Si haces esto seguro,
seguro que conseguirás apartar el cazo del fuego a tiempo, y la leche no se derramará.
Nosotros también nos podemos equivocar, si ves que te colocamos la tiza en el pupitre y
no crees que la leche se vaya a derramar, no pasa nada, la decisión final la tomas tú,
nosotros solo queremos ayudarte… Al igual que si tú te das cuenta antes que nosotros
de que te estas “calentando” puedes pedir 5 minutos para ir al saco o a las escaleras sin
ningún problema.
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Si estás atento a la temperatura del cuerpo, y muy al inicio de sentir que te está subiendo
pides cinco minutos, seguro, seguro que vas a poder controlarla, ¡Siempre se puede!
Establecer un límite.
Al principio, es probable que se derrame un poco de leche del cazo, es normal hasta que
vayas controlando en que momento debes apagar el fuego. No pasa nada, a todos nos
pasa al principio, pero, entonces debemos hacer algo para limpiar la leche que se ha
esparcido por la cocina.
Con nuestra copia es lo mismo, cuando “H” no controla su mala leche, no toca, y puede
hacer sentir muy mal a sus compañeros y compañeras.
Vale, fíjate: Si esto pasa, debemos reparar el daño causado, por lo que vamos a pedir
disculpas sinceras mirando a la persona con algún testigo en un lugar adecuado.
En todo caso puedes elegir entre las siguientes actividades y compensar a tus
compañeros/as:
1) Colaborar en el huerto escolar (cavar, plantar, limpiar, etc.) durante una semana.
2) Participar en la red de parejas cooperantes del recreo (“First Aider, Green Team,
Cheer Patrol, Librery Helper, Peace Keaper, Garden Club”), durante una
semana.
3) Cuidar a los alumnos de EBO en el recreo, también durante una semana y bajo
supervisión del maestro encargado, en este caso tu actuación se centrará en
hablar, acompañar y jugar con “X”.
Resultados.
Los maestros que forman parte del grupo y dan clase al alumno sobre el que se ha
realizado la propuesta, están poniendo en práctica todo lo expuesto anteriormente.
Respecto al proceso para proponer una conducta de control hemos aprendido a
acompasar las conductas y prescribirlas convenientemente, pero a la hora de ayudar al
alumno a sentir la convicción de que la conducta defensiva en cuestión es realmente un
problema, sería necesario un compromiso emocional sentido por parte del alumno, y
esto no es así en todos los momentos. Es en este sentido donde más dificultades
encontramos.
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¡Paremos a Rapidín!
Contexto.
Colegio Público de Educación Infantil y Primaria, de línea tres y ratio elevada en las
aulas, que integra alumnos con necesidades educativas especiales y específicas.
Además del profesorado de áreas y especialidades, el equipo docente cuenta con
especialistas de PT, de Audición y Lenguaje, orientadora, una fisioterapeuta y un
auxiliar técnico educativo.
El centro ubicado en una ciudad de tamaño medio, se encuentra en un barrio periférico
de nivel socioeconómico medio bajo, con un importante nivel de paro y con un amplio
número de familias que no se implican lo suficiente en la cooperación con el colegio
para la educación de sus hijos.
Propuesta de intervención.
Establecer una conducta alternativa para que la alumna aprenda a controlarse y a
moderar su impulsividad.
Acompasar y prescribir.
Tutora: mira, yo entiendo que en clase con el trabajo y el estudio, el cerebro se cargue y
se canse…, y es normal que en el aula nos guste movernos, levantarnos de la silla,
hablar con nuestros compañeros, ir a ver lo que hacen, etc. ¿Verdad? Claro, es normal…
y ¿sabes lo que pasa? Que si nos movemos y levantamos constantemente hacemos que
el resto de los compañeros no puedan trabajar bien y se distraigan. A mi también me
pasa a veces que no puedo parar quieta, que aparece a mi lado “RAPIDÍN”…, y
entonces tengo ganas de moverme, coger cosas, mirar por la ventana, etc.
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tropezando, no siguiendo la música, etc. Las demás bailarinas protestarían y no querrían
bailar con ella… ¿vaya problema, no? El ballet se estropearía y nadie aplaudiría.
Libres de RAPIDÍN nos sentarnos en nuestro sitio para seguir trabajando y si vuelve a
aparecer volveremos a hacer el mismo truco de magia
Aplicaremos el truco de magia tantas veces como haga falta. No pondremos ninguna
consecuencia ni límite a su conducta, pues simplemente deseamos ir reduciendo su falta
de control de forma progresiva.
RAPIDÍN
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Rapidín es un monstruo peludo, pequeño y burlón. Todo su cuerpo está cubierto de
pelo verde. Tiene tres ojos grandes. También tiene una larga cola y dos cuernos de
goma. Suele llevar la lengua fuera para hacer burlas y reírse de todo. ¡Rapidín no puede
estarse quieto ni un minuto!
Le encanta atacar a los niños en el colegio. Puede hacerlo con su cola de pincho de
goma, o mirarte con sus tres ojos redondos, o hacerte cosquillas con sus manitas
verdes. Entonces estás perdido porque empiezas a: moverte sin parar, meterte debajo
de la mesa, levantarte sin permiso, hablar en voz alta y todas esas cosas que no se
deben hacer en el cole.
¿Qué podemos hacer en ese caso para que Rapidín se vaya y nos deje tranquilos?
Pues es fácil, porque hay dos cosas que le dan mucho miedo y consiguen que
desaparezca; tiene miedo a perderse en el pasillo y sobre todo, a caer por el desagüe del
lavabo, porque Rapidín odia el agua, así que hay que atacarlo por ahí:
Sal al pasillo.
Camina de talones hasta el baño.
Lávate las manos.
Deja que se sequen solitas y…
¡TACHÍN!
Vuelve tranquilamente a clase porque Rapidín se habrá ido por el desagüe del lavabo,
rabiando y pataleando.
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Respetar del turno de palabra
en una actividad colectiva
Contexto.
Se trata de un centro donde se imparten las etapas de Educación Infantil y Primaria.
Está integrado por un total de 250 alumnos/as, a los que atienden un equipo de
profesorado de 25 personas.
Propuestas de intervención.
Acompasar y prescribir.
Tutora: - Claro, daos cuenta de que a todos nos apetece hablar en cualquier momento
para contar nuestras cosas, regalos que nos han traído los Reyes Magos, lo
que nos ha pasado durante las vacaciones y lo que hemos hecho…es normal
que nos guste más hablar que escuchar por la emoción que tenemos de
contar…
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- Es como si la lengua sale sola de la boca sin que podamos controlarla…y la
lengua coge carrerilla como si fuera una bicicleta que baja por una cuesta y
no hay quien la pare…Y en ese momento sale Don Parlanchín.
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Decidimos abrir un turno de palabra cinco minutos de la clase a diario para que quien
tenga la mascota pueda hablar.
Aplicar siempre la consecuencia establecida sea cual sea la "excusa" que los niños y las
niñas expresen. Acompasando de nuevo pero mostrándonos convencidos. Es
imprescindible no mostrar enfado ni reprobar la conducta. Se trata de aplicar la
consecuencia con toda la tranquilidad del mundo.
Lo que nos puede jugar una mala pasada a los profesionales es creer que "anunciando"
el límite, éste ya supondrá un cambio en la conducta. Para nada es así. De hecho, no
puede ser así. Las conexiones cerebrales, los nuevos caminos que deben de ser
construidos en el cerebro de los niños precisan de "ensayos" y "actuaciones" pues
provienen de un aprendizaje inductivo. Cada vez que apliquemos el límite, estimulamos
la necesidad de control y ayudamos a los niños a generar estas nuevas conexiones. El
efecto del control llegará antes o después, no podemos saber cuando ya que influyen
muchos factores que se escapan de nuestro control como centro educativo.
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Tipo de conducta defensiva:
agresión física a compañeros/as
Contexto.
Se trata de un centro destinado a la educación en régimen de internado, situado en una
zona rural, en la que reside alumnado de Ed. Primaria, Secundaria, Bachillerato y
Formación Profesional, como consecuencia de la carencia de servicios de transporte
escolar en su zona de residencia, o bien por motivos de necesidad soci-familiar.
Es un chico muy corpulento y alto, y utiliza su fuerza física para dominar a sus
compañeros e imponer su voluntad (nunca de “manera grave”), de forma generalmente
desapercibida, en un primer momento, ante el profesorado. Sin embargo, y a pesar de lo
dicho, Pablo es un chico dócil, amable, cariñoso y comprensivo, siendo capaz en
muchas ocasiones de empatizar con sus compañeros en los momentos en los que el
profesorado le hace ver que su conducta está siendo un problema.
Pablo es un chico con un gran atractivo físico y mucha simpatía. Aparenta mucha más
edad de la que tiene tanto a nivel físico como madurativo y en su relación con la madre
parece haber adquirido el rol de patriarca.
En la actualidad mantiene una relación bastante estable con una chica de 23 años, algo
conocido y aceptado por su madre hasta el punto de ser conocedora de sus encuentros
íntimos.
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Lo que ahora más nos preocupa, es cómo están empezando a reaccionar ante las
actitudes de Pablo algunos de sus compañeros, sobre todo uno que a nivel físico puede
ser el más similar a él, ya que los otros a pesar de ser más mayores de edad, están
físicamente menos desarrollados y más aniñados, lo que no supone en principio una
“amenaza” para Pablo.
Por otro lado nos parece que Pablo tiene mucha rabia acumulada por varios motivos.
Uno de ellos creemos que está relacionado con “el abandono” que siente por parte de la
madre al ésta dejarlo interno en nuestro centro y lejos de su casa toda la semana. Como
explicamos arriba, hasta este año puede ser que dicha rabia la descargase mediante el
deporte, ya que practicaba judo diariamente.
Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
Equipo docente: Pablo, sabemos la situación que estás pasando con tus compañeros de
dominio y su consecuente sumisión hacia ti cuando tu estás presente, ya sea con
amenazas verbales o toques físicos hacia ellos, aunque siempre sin llegar a nada grave
claro, pero ¿sabes qué? que en muchas ocasiones nuestros impulsos nos llevan a hacer
cosas sin pensarlas, y que incluso tras hacerlas no entendemos el por qué las hemos
hecho. Sabemos que una vez que se nos pasa el "cabreo" o la necesidad de conseguir
algo por la fuerza, pensamos en lo que hemos hecho y nos sentimos mal por el daño
causado, sea físico o no, nos ha pasado a todos. Del mismo modo, tampoco resulta
agradable para nadie el que los demás le tengan miedo y que sólo por ese hecho cedan a
sus peticiones, ¿no te parece? a nadie nos gustaría vivir con una persona al lado que
cada vez que quisiera algo de nosotros nos apuntase con un arma en la cabeza para
conseguirlo.
Tenemos un problema,
Equipo: Mira Pablo, creemos que como buen judoca que eres, sabes que en el deporte el
compañerismo y el respeto a los demás es clave. También pensamos que eres consciente
de que las técnicas de este deporte se deben usar en competición y con personas que
practican el mismo deporte, ¿Recuerdas la estrangulación a un compañero? ¿No crees
que estaba en inferioridad de condiciones al no practicar este deporte ni conocer sus
técnicas para así poder defenderse? (sonríe y asiente) Es lo que pasa que ya te
comentamos antes, muchas veces nuestros impulsos nos llevan a hacer cosas sin
pensar...
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Pablo: Fue en broma, no le hice daño.
Equipo: Ya Pablo, puede haber sido una broma para ti porque en muchas
ocasiones no controlas tu fuerza y tus impulsos, pero para él ¿crees que lo fue?
¿Qué pensarías si un experto en artes marciales, mucho más grande que tu
hermano Juan de 8 años, a modo de broma le hiciese distintas técnicas para
amedrentarlo y atemorizarlo, consiguiendo con ello la sumisión absoluta del
pequeño? ¿Crees que tu hermano sería libre a la hora de comportarse, decidir y
actuar delante de este chico, o estaría a su merced por miedo a una reacción de
posible agresión física? la buena noticia Pablo es que esto puede llegar a
controlarse, todos somos capaces de mejorar.
Las repuestas a estas preguntas referidas a su hermano son en un principio agresivas
como “si alguien toca a mi hermano lo mato…”. Sin embargo al minuto parece
empatizar con el grupo gracias a esta imagen.
Establecemos un límite.
Equipo: Mira Pablo, entendemos que para ti es difícil modificar estas reacciones,
y para tus compañeros es difícil soportarlas. Además sabes que una agresión
física acarrea la expulsión definitiva del centro, cosa que ni tú ni nosotros
queremos, pero que nos tememos que puede acabar sucediendo si no ponemos
medios entre todos. Por todo esto, creemos que es necesario llegar a algún
acuerdo para ayudarte a modificar tu conducta y que la convivencia vaya mejor
¿se te ocurre algo?
Pablo: No sé, castigarme yéndome a la cama después de cenar.
Equipo: Creemos que puede haber mejores opciones. ¿Te parece que cada vez
que notes la necesidad de “descargar” o dominar al nivel que sea te aísles en la
sala grande que queremos dedicar en un futuro cercano al gimnasio, y hagas
treinta abdominales? Sabemos que es difícil detectarlo y pararlo pero nosotros
también podemos ayudarte cuando veamos que puede llegar a suceder.
Pablo: La mayoría de las veces no.
Equipo: te parece bien entonces que el día que algo suceda, desarrolles la tarea
semanal encomendada al compañero afectado, como recompensa por el “daño”
causado? Bueno Pablo, esto sólo sería si llega a pasar, que seguro que serás
capaz de controlarlo antes de que ocurra, pero si llegase a ocurrir haremos esto
¿te parece?…es lo justo…
Pablo: me parece bien.
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Otra propuesta de control.
Pablo tiene mucha rabia acumulada por varios motivos. Uno de ellos creemos que está
relacionado con “el abandono” que siente por parte de la madre al ésta dejarlo interno
en nuestro centro y lejos de su casa toda la semana. Como explicamos arriba, hasta este
año puede ser que dicha rabia la descargase en cierta manera mediante el deporte, ya
que practicaba judo diariamente. Tras hablar con él sobre cómo cree que podemos
ayudarle a mejorar en sus conductas agresivas, nos propone realizar dos horas diarias de
deporte en lugar de una que es la que venimos teniendo en la actualidad, para como él
mismo reconoce "desfogar".
También probaremos con dar varias vueltas al patio y lavarse la cara con agua fría al
terminar, para comparar cual de las dos resulta más eficaz con este alumno que por sus
condiciones físicas requiere de quemar más energías que otros de su misma edad.
Aplicar la consecuencia.
Se debe aplicar siempre la consecuencia establecida y pactada con el alumno, y más en
particular con Pablo, que en muchas ocasiones niega sus actos agresivos. Nunca
mostraremos enfado ante dichas conductas, ni las reprobaremos, si no que sencillamente
aplicaremos la consecuencia, estimulando en Pablo la necesidad de control.
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Problemas de ansiedad
Contexto.
Nuestro IES se ubica en una zona rural, cercana a una de las grandes ciudades
asturianas. Se imparten las enseñanzas de educación secundaria obligatoria, bachillerato
y un ciclo formativo. El IES tiene casi seiscientos alumnos/as en la etapa obligatoria.
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Ha habido varias entrevistas con el alumno y con su familia, en las que se han abordado
todos estos aspectos; desde el ámbito familiar ven el problema como algo de “familia
“, que sí puede controlar pero que es difícil.
En esas reuniones, abordamos cómo se siente el alumno, ya que él comenta que desde
que se sube en el autobús empieza a encontrarse mal. Le decimos que es importante
empezar a controlar lo que le pasa cuando sienta los primeros “síntomas”, que él
identifica.
Propuesta de intervención.
Prescribir y acompasar.
Seguro que Ángel lo pasa mal cuando su corazón se acelera, siente como una presión en
su estómago, nota que es como si se ahogara… y se pone muy alterado con el profesor,
le grita para que le deje salir y se larga de clase a veces dando un portazo.
Seguro, seguro que ni Ángel lo entiende y claro, esto le molesta.
Claro, claro ya entiendo ya, pero mira es normal que pase porque a veces el cerebro
está tan cargado, tan cargado que no puede trabajar y nos avisa.
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¿Qué pasaría…? ¡Menudo problema!: Aquí Ángel, sorprendido, nos dice: “que no, que
no, que eso no puede ser, menudo marrón, ¿Cómo va a dejar a la gente tirada?”
“Mira Ángel vamos a hacer una cosa, cuando tu sientas que se te agarrota un pelín el
estómago, o empiezas a sudar, o…pero justo, justo al principio cuando empieces a
notarlo sales de clase sin meter ruido, ni alborotar ni nada, y vas al despacho de
Orientación, y aquí, en este cajón, hay globos, los ves… coges 4 globos, justo 4 y
empiezas a hincharlos. Pero ojo que no se exploten, no se pueden explotar pero tampoco
pueden quedar blanduchos mira, así blanduchos tampoco. Una vez hinchado, como te
dije, eh, que no quede blanducho lo atas para que no se escape el aire y los pones en esta
caja que tengo aquí, mírala, para tus globos. Que queden todos aquí dentro ¿Vale”.
“Cuando hayas dejado los cuatro globos bien hinchados y sin que te hayan explotado
sales y vas a clase, te sientas y ya puedes trabajar. Fijo, fijo que ya has controlado al
potro ese desbocado que te había salido y Ángel puede seguir trabajando con tus
compañeros/as”.
Resultados.
El alumno se mostró de acuerdo y dispuesto. En varias ocasiones ha venido a
Orientación donde dejamos una caja en la que estaban los globos, y Ángel nos comentó
que le había funcionado. También se explicó a la familia cómo íbamos a intervenir con
el alumno, mostrándose de acuerdo con ello. Hemos tenido que reencuadrar y
acompasar, porque Ángel dudó en alguna ocasión sobre la eficacia de esta medida,
insistiéndole en que esta técnica funciona, seguro, insistiendo que es muy importante
estar muy atento desde el principio, desde el mismo momento que vea que ese potrillo
quiere desbocarse y que fijo, fijo que le funciona.
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Con todo en contra
Contexto.
Nuestro colegio, es un centro creado en los años 70. Se estructura en dos grandes
edificios separados entre sí, con un patio de recreo entre ambos. Es un edificio que tras
sucesivas obras se ha ido haciendo progresivamente más accesible para alumnos con
discapacidad física. De hecho en su momento fue centro preferente para la
escolarización de alumnos con Discapacidad Física y Discapacidad Auditiva. Es de
línea dos, aunque en el presente curso, en infantil de 3 años sólo tenemos un grupo.
Cuenta con tres logopedas y cuatro P.T, una de ellas compartida con otro centro de
Avilés. También tiene Unidad de Orientación. Tiene mucho alumnado de NEE y de
NEAE (23 alumnos/as de Dictamen y 27 de Informe Psicopedagógico y Logopedia).
Atendidos todos en la actualidad.
Con respecto al contexto socio- económico del centro, nos ubicamos en un barrio a las
afueras de una ciudad costera situada en la zona centro, integrada en su mayoría por
población con un nivel de estudios medio-bajo y que trabaja mayoritariamente trabajan
el sector siderúrgico. En la actualidad, esta ciudad tiene un alto nivel de desempleo.
Los padres de la niña llevan muchos años divorciados, su padre sufre una enfermedad
mental y su madre (que tiene la custodia de Eva) se confiesa “desbordada” ante la mala
conducta de esta.
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El rendimiento académico de la alumna es muy bajo, teniendo todos la impresión de que
tiene buenas capacidades. Cuenta con recurso de P.T (dos sesiones) y es atendida
puntualmente por la orientadora del centro.
Propuesta de intervención.
La intervención la planteamos a dos bandas:
Desde la intervención con la tutora.
Desde la intervención con la niña.
Acompasas y prescribir.
Entrevista tutora y Equipo integración (orientadora, PT y AL), “yo te entiendo, ya veo,
claro, es normal...”
Explicamos la situación familiar de la niña (es una familia muy complicada). “Te
entiendo perfectamente, yo me siento así también, me cuesta bastante, necesito buscar
muchos recursos, a veces me siento sola…”
Definir el Problema.
“Entiendo que el problema es el mal clima que se genera en clase y las interrupciones
constantes, por ello vamos a intentar cambiar ese comportamiento. Esto es un problema
de todo el centro y las personas que trabajamos en el. De hecho hay más casos en el
centro con los que se está intentando mejorar gracias a un trabajo en Equipo. El trabajo
en equipo debe ser nuestra forma de cambiar las cosas. Si no contamos unos con otros
no vamos a cambiar las cosas. Es como si Ferrán Adrián (en tono cordial de
acercamiento hacia la tutora) no contase con un equipo a su alrededor, o como si el
equipo no le apoyase…entonces sería imposible conseguir el éxito”.
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INTERVENCIÓN CON LA NIÑA.
Acompasar y prescribir.
“Creo que te entiendo, mira: Cuando yo era pequeña yo tenía miedo de ir al cole y los
niños en la fila se reían de mi porque siempre estaba llorando en la fila, yo me sentía
muy mal. Verdad que nos enfadamos mucho y que nos dan ganas de darles su
merecido… Todos tenemos una copia que a veces nos sale cuando estamos enfadados y
nos hace que perdamos los nervios y hagamos cosas de las que luego nos podemos
arrepentir. ¿Verdad que nos pasa? Claro, es normal. A muchos nos pasa eso”.
Identificar el problema.
“Entonces imagínate, es como si lleváramos una bicicleta y no supiéramos frenar ¿qué
nos pasaría? pues claro... Eso es lo que nos pasa, que nos podemos caer, hacer daño,
porque no hemos aprendido a frenar nuestra bicicleta. ¿A que sería buena idea que
aprendiéramos a frenar?. Podríamos aprender a responder a las cosas que no nos gustan
que nos hacen o nos dicen los demás sin enfadarnos tanto…sería genial verdad?”
Establecer un límite.
“Pues mira…cuando tus compañeros digan algo que no te gusta y notemos como que
nos sube como un malestar por dentro y es como si se pusiera en marcha la bicicleta,
muy al principio de sentirlo, vamos a imaginarnos la bicicleta y vamos decir: vamos a
frenar, para frenar vamos apretar los puños muy fuerte y respirar tres veces por la nariz,
muy fuerte, para coger fuerzas. Así aprenderemos a frenar. ¿Quieres probarlo, verdad?
Verás como funciona, seguro, seguro, si lo hacemos muy, muy, al principio”.
Consecuencias.
“Puede pasar que a veces se nos olvide de frenar la bici y si no frenamos la bici… ¿qué
nos pasa?, si no frenamos y nos peleamos o insultamos a los compañeros, entonces
como la bici atropella y hace daño, es necesario reparar este daño. Así que será
necesario pedir disculpas sinceras. Les podemos explicar que estamos aprendiendo a
frenar la bici pero que a veces aún se nos descontrola y que sentimos mucho el daño que
les hemos hecho aunque haya sido sin querer y que seguramente la próxima vez, nos
saldrá mejor.
Conductas alternativas.
Vamos a plantear realizar algunas conductas alternativas dentro de la clase y otras fuera
de esta.
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Dentro de la clase:
Coger la pelota tranquilizante: Tener en un rincón de la clase una pelota o balón
grande y blando de felpa, al que la niña pueda acudir, abrazarla, echarse encima.
Cuando note que se le van las manos o siente como el fuego de dentro que
sube.... Sentarse 5 minutos. Le dejaremos un “reloj de cocina” al lado.
Colonia Anti-estrés: tener en un armario cercano a la niña un perfume que pueda
utilizar para realizar un cambio de pensamiento y de actividad. Se levantaría
cogería el perfume se lo echaría en el brazo, en la mano, y lo inspiraría, tres
veces tranquilamente. Al respirar profundamente el olor, esto le ayudará a
tranquilizarse y a romper con la dinámica anterior. Previamente le podemos
hablar de los poderes “curativos” de algunos aromas y de cómo estos nos ayudan
cuando estamos muy enfadados o nos encontramos mal.
Fuera de clase:
Podemos llegar con ella al acuerdo de salir en determinadas situaciones ante una
señal o cuando se le van las manos o siente como el fuego de dentro que sube.
Salir fuera de clase e Ir caminando despacio hasta la consejería y explicar
tranquilamente a la conserje lo que le ha ocurrido. Previamente nosotros
conocemos a la conserje y sabemos de su “buena mano con los niños/as”. La
conserje simplemente tiene que escucharla de manera activa, no contestar ni dar
su opinión al respecto.
Que salga de clase y empiece a contar los escalones viendo escrito en su cabeza
el número que corresponde a cada escalón que hay desde su clase hasta la puerta
de salida. Y luego que de la vuelta y haga la cuenta hacia atrás de los mismos
escalones. Otra alternativa sería: decirle que se trata de poner los dos pies en un
mismo escalón e imaginarse el nombre que tiene cada uno.
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Límites en lugar de castigos
Contexto.
Se trata de un Instituto de Enseñanza Secundaria situado en una zona rural. El centro
oferta enseñanzas de ESO, Bachillerato así como Formación Profesional de Grado
Medio de Madera y Mueble. Actualmente cuenta con 185 alumnos/as y un claustro de
46 profesores de los cuales 29 tienen destino definitivo en el centro. Es un centro donde
existe puntualmente algún problema de convivencia.
ALUMNO 1.
Propuesta de intervención.
Prescribir y acompasar.
Profesora: “Yo entiendo a Pedro que está cansado, porque es verdad que tantas
horas de clase pues nos acaban cansando, y que Pedro necesite distraerse un
poco es normal. A veces tenemos la cabeza muy cargada (rayos) y no podemos
hacer otra cosa, no podemos estar atentos. A los profesores también nos pasa y
hay días que nos gustaría estar de charla con nuestros compañeros, estar tomado
un café, o cualquier cosa en lugar de estar dando clase”.
ALUMNO 2.
Se plantea establecer una conducta de control, una conducta alternativa. Se trabaja con
la profesora y con el alumno y se pacta una conducta alternativa que rompa la dinámica.
Conversación con el alumno: “En el momento que veas que no aguantas mas, que notas
que te va a salir la copia, la profesora te hará una señal (levantar el brazo), ella ya sabe
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que vas a “salir al baño” para poder con la copia y hacer que desaparezca. Sales de la
clase caminando normalmente y cuando ya estés en el pasillo vas caminando despacio
talón puntera, talón puntera hasta el baño, pulsas 3 veces el grifo, bebes agua o te mojas
la boca, te lavas las manos y las dejas secar al aire. Vuelves a la clase con pasos
pequeños talón puntera, talón puntera y vuelves a tu sitio. Si lo hacemos así sin
despistarnos ni saltarnos ningún paso, la copia habrá desaparecido, seguro, seguro,
seguro…”
CASO A.
Propuesta de intervención.
Acompasar.
“Yo entiendo que estar en clase seis horas sin hablar es difícil, a mi también me pasa,
cuando voy a cursos o a alguna conferencia, resulta complicado estar atendiendo todo el
rato, el cerebro “se me va”, y si estoy con amigos o compañeras me apetece comentar…
También a veces me surgen preguntas sobre la marcha y parece que, si no lo hago en el
momento, se me va a olvidar. Es normal que nos distraigamos y nos cueste mantener la
atención, a todos nos pasa.”
Prescribir.
“Fijaros, es como si Messi, cuando el entrenador está explicando las tácticas de juego
del equipo contrario y las que deben seguir ellos, se pusiera a hablar con sus
compañeros…. ¿A que no toca?¿ a que Messi y todo el equipo tendría un problema,
verdad?”
“En clase cuando nos distraemos y nos ponemos a hablar e interrumpir, es como si nos
saliera una copia, una copia que nos gana la partida… igual que le pasaba a Messi. y
claro, ¿es un problema, verdad?, porque NO TOCA. Sabéis lo que pasa que la tarea no
se hace sola y entonces, quedamos retrasados y eso no es bueno… ¿verdad?”
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Poner un límite.
“Si controlamos la copia y no sale no hay problema, pero si la copia nos gana la partida
y nos retrasemos en las explicaciones, como esto no es bueno para nosotros, nos
quedaremos al recreo para recuperar el tiempo perdido o lo que no hayamos podido
hacer”.
Resultado.
La profesora lo puso en práctica y tuvo poco éxito. Los alumnos con la metáfora de
Messi, lo aplicaron a si mismos (muchos entrenan) y dijeron que eso a ellos no les pasa
en los entrenamientos. Por tanto no se dieron por aludidos y no se quedaron en el recreo
a pesar de haber estado hablando y que el límite se había fijado. Podría haber sido una
posible solución, contar otra metáfora con la que sí se identificara el grupo. De todas
formas, es muy necesario aplicar el límite. El hecho de quedarse en clase durante el
recreo, si es una consecuencia, no podemos permitir que no se cumpla. Es cuestión de
que el centro aplique siempre la consecuencia que se haya establecido. Si vemos que no
vamos a poder controlarla, mejor cambiar la consecuencia.
CASO B.
Propuesta de intervención.
Prescribir y acompasar.
“Entiendo que, después de seis horas en el instituto más el viaje hasta casa, estemos
cansados y cansadas. Es normal que sintamos cierto agotamiento físico y mental y que
necesitemos un tiempo para descansar. Parece que algunos cables de nuestra cabeza se
cortocircuitan y nos empieza a salir humo por las orejas. A todas las personas nos pasa
cuando prestamos mucha atención en algo durante mucho tiempo, es natural que nos
sintamos desgastadas por tanto esfuerzo. Pero, claro, es como si Cristiano Ronaldo,
después de jugar un partido de fútbol, se siente cansado y abatido y decide no acudir al
entrenamiento convocado por Ancelotti. A Ronaldo, el Balón de Oro 2014 y uno de los
mejores jugadores de todos los tiempos, seguro que no le apetece nada tener que ir
todos los días a entrenarse para cada partido. Imaginemos el follón que se montaría si
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Ronaldo le dijera a Ancelotti que él ya es el mejor jugador del mundo y que prefiere
dormir o ver una peli antes que acudir al entrenamiento… ¿verdad que Ronaldo tendría
un problema?”
Resultado.
En este caso la profesora no lo pudo poner en práctica.
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¿Con quién me siento?
Contexto.
El centro se encuentra situado en el extrarradio de una ciudad industrial. Se trata de un
barrio obrero, con nivel socioeconómico medio-bajo.
Se trata de un centro pequeño de línea 1, con unos 180 alumnos y alumnas, en el que se
imparten las etapas de Educación Infantil y Primaria.
Propuesta de intervención.
Ana y Bea forman una pareja para la excursión y Carmen quiere ir con Ana también, no
aceptando otra pareja distinta y comienza a molestar. Ésta situación ya se ha repetido
con Carmen en varias ocasiones.
Acompasar y prescribir.
La tutora, mostrando comprensión y convicción: “Entiendo Carmen, que te gustaría ir
con Ana, pero Ana tiene decidida su pareja. Lo siento, pero esta vez no puede ser,
vamos a buscar otra pareja”.
“Mira, cuando yo era pequeña, siempre quería subirme a la montaña rusa con mi padre,
porque me reía mucho. Pero mi hermana también quería subirse con él, ella también se
reía mucho. Cuando mi padre se subía con mi hermana yo me enfadaba y les molestaba
y todos terminábamos enfadados y no lo pasábamos nada bien, y eso no nos gusta
¿verdad que no?. Pues mi padre decidió que íbamos a subir una vez cada una y cuando
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no nos tocaba, esperábamos a la siguiente vez sin enfadarnos y sin molestar, porque
para el próximo viaje en montaña rusa me iba a tocar a mí”.
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A Luis le duele la barriga
Contexto.
Centro de titularidad pública donde se imparten enseñanzas de Educación Secundaria
Obligatoria y Bachillerato. Es un Instituto de línea dos. Con aproximadamente 300
alumnos matriculados. Está ubicado en una zona rural.
Propuesta de intervención.
En una entrevista con sus padres se les explicó los límites a seguir y estos se
comprometieron en colaborar. Se descartó también en una revisión médica que el niño
pueda tener alguna enfermedad relacionada con el estómago.
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Todos sus profesores/as conocen estos límites y los aplican y sus padres no vienen a
buscarlo cada vez que les llama.
Resultados.
Hemos probado estos límites y han dando buen resultado ya que sus padres cooperan y
no lo vienen a buscar al Instituto. El niño no pierde tantas clases y ya no se queja del
dolor de barriga.
Además en las reuniones del alumno con la Orientadora del Centro se ha constatado que
el alumno venía al Instituto sin desayunar y ahora sí lo hace.
Con la familia se habló para cambiar la visión sobre el niño y la mirada sobre el
profesorado y que no los viesen como un adversario.
Actualmente se continúa trabajando en esta línea tanto con el alumno como con su
familia.
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No puedo
Contexto.
El centro está en una villa, El alumnado procede de la misma villa y de pueblos del
entorno. Es un IES que imparte Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y
Formación profesional en las ramas de Hostelería y Administración y Finanzas.
Propuesta de intervención.
Los problemas de autoestima son especialmente constatables en una asignatura que
nunca antes había cursado: francés. Desde las primeras reuniones se excusa para tener
malos resultados con la muletilla de "no puedo hacerlo. Es que soy tonta" Tiene gran
miedo al fracaso y prefiere no intentarlo a fracasar. Aunque en la mayor parte de las
asignaturas ha obtenido resultados positivos, en la asignatura de francés sigue
bloqueada.
En las reuniones hemos hablado de ese bloqueo. Cuando se le pregunta qué tal va con
francés, su respuesta vuelve a ser su muletilla: "se me da fatal porque soy tonta" Ante
esta respuesta intento aplicar los contenidos tratados en las sesiones formativas:
"A ver, es normal que esta asignatura cueste mucho, y más porque es algo totalmente
nuevo. A todos nos cuesta mucho aprender cosas nuevas, y nos da miedo ese tipo de
cambios. Es totalmente normal. Mira, es como cuando nacemos. Cuando nacemos no
sabemos caminar, y tampoco sabemos hablar, ¿a qué no? (la alumna se ríe) Pero, poco a
poco, aprendemos a caminar, ¿a que sí? (la alumna responde que era muy vaga y que
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no, pero se ríe y se ve que entiende lo que quiero decir) Claro que nos caemos muchas
veces ¿verdad? Y no pasa nada, cogemos, nos levantamos y lo volvemos a intentar,
¿no? Pues con el francés pasa lo mismo, lo intentamos intentarlo una y otra vez. Al
principio nos vamos a caer, pero no pasa nada porque nos podemos levantar otra vez".
A continuación la alumna pone como excusa que no sabe para qué tiene que estudiar
francés. Entre las dos intentamos darle utilidades. La que más le llama la atención es
poder conocer gente de Francia que le pueda "gustar" y así poder comunicarse. Se
compromete a intentarlo.
En las sesiones posteriores habla de su bloqueo en los exámenes. Afirma que en casa,
cuando se lo pregunta su hermana sabe todo, pero que llega al examen, se pone muy
nerviosa y no sabe contestar. Nuevamente intento aplicar lo explicado en las sesiones:
"Es normal que cuando estamos en un examen nos pongamos nerviosos, sobre todo
porque no tenemos ese apoyo que tenemos en casa, en este caso tu hermana. Es como si
una vocecita dentro de nosotros nos dijera " no puedes, no sabes" Esa vocecita es la
vamos a callar, porque nos centramos en ella en lugar de buscar la información. Imagina
que en tu cerebro hay una habitación en la que están todos tus conocimientos, pero
delante de la puerta hay un ser que no nos deja pasar. Vamos a dibujarlo (la alumna se
levanta y coge la tiza ilusionada) Imagina un animal muy feo, por ejemplo un sapo.
Dibuja el sapo (tras su habitual "es que no sé-no puedo" dibuja el sapo). Mira, ¿ves este
sapo? Pues es el que te está diciendo que no puedes y mientras le haces caso a él,
puedes buscar la información? (contesta que no riéndose) Entonces ¿qué es lo que
podemos hacer porque no queremos que nos gane la partida este sapo asqueroso,
verdad?"
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capaz, sólo le falta encontrar las recetas que le vayan bien y yo en esto te puedo ayudar,
seguro”.
Resultados.
En cuanto a los problemas de comportamiento se ha notado, según la tutora legal de la
niña, una leve mejoría. A lo largo de las sesiones se ha intentado en numerosas
ocasiones de seguir los pasos para la resolución de conductas inapropiadas. El caso más
grave fue el de su ausencia durante dos horas del centro. Si bien este fue un problema
grave en sí mismo, lo más preocupante fue su respuesta ante la preocupación y el
castigo recibido en su casa. Debido a los nervios pasados durante el tiempo que estuvo
desaparecida, la reacción de la tutora legal llevó a que la alumna respondiera de forma
negativa y se planteara desaparecer de verdad. Ante esta situación se intentó que la
alumna empatizara y comprendiera la situación. Para ello se recurrió a la metáfora,
explicando que nuestra mente funciona como un tren. El tren va por su carril adecuado,
que es por donde va cuando estamos tranquilos, pero, cuando nos ponemos nerviosos,
desde estación hacen un cambio en las vías del tren y éste se desvía de su camino por
otro carril, alejándonos en ocasiones de nuestro objetivo inicial, que, en este caso, era
transmitir la preocupación que habían sentido y que entendiera que desaparecer del
centro durante dos horas no era una conducta adecuada por muy mal que se sintiera.
En general, se está intentando lograr que la alumna comprenda que es querida y que es
mucho mejor de lo que ella cree. En algunas sesiones ella misma llega a reconocer que
sí es querida, intentando simular que es todo una broma pero, al menos, ya se atreve a
decirlo. A estas alturas del curso la alumna sigue mostrando problemas de autoestima, si
bien ya se ven ciertas mejorías. La metáfora del sapo le está siendo de utilidad, aunque
sigue considerándose a sí misma incapaz en muchos aspectos. Requiere atención
constante y estoy buscando una estrategia que le sirva a modo de “muletas” para
aquellas ocasiones en las que se tiene que enfrentar ella sola a los problemas.
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Jugando en la piscina
Contexto.
Nuestro centro se encuentra en la zona costera del área central de Asturias, con una
población menor de 10.000 habitantes. Situado en un área de transición entre el ámbito
rural y el urbano, cuenta con buenas vías de comunicación. Nuestro alumnado es de
nivel socioeconómico medio.
Propuesta de intervención.
Acompasar y prescribir.
- “Mira Pacho, sabemos que lo pasamos mal cuando no podemos respirar y nos
ahogamos. Es como cuando estamos jugando en la piscina con un amigo y
empezamos a hacernos aguadillas. Claro mira, llega un momento, en que nos
cansamos tanto que empezamos a encontrarnos sin aire y ponernos nerviosos,
pero nuestro amigo no se da cuenta y sigue haciéndonos aguadillas jugando.
Claro, que pasa, nos empezamos a mover en el agua intentando escapar porque
nos empezamos a poner nerviosos, y nuestro cerebro nos hace pensar que nos
ahogamos más. Buscamos la orilla, pero no la vemos. Que pasa, ¿no sabemos
nadar? Sí, porque sabemos nadar. ¿No sabemos bucear? Sí, entonces ¿qué
pasa?”
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alcanzarla. ¿Verdad que nunca nos hemos ahogado y siempre encontramos la
orilla y acabamos respirando? ¿Queremos ver la orilla? ¿Quiéres llegar a la
orilla?”
Control de conducta:
- “Mira Pacho, yo voy a ser tu amigo de la piscina y cuando vea que te empieza a
faltar el aire, te tocaré el hombro y verás lo que vamos a hacer. Si tú te das
cuenta, puedes hacerlo tú mismo antes de que yo te toque. ¿Me entiendes
verdad? Te vas a levantar y vas a salir de clase. Vas a entrar en el aula de
Audición y Lenguaje, donde siempre va a haber muchos globos. Vas a coger
cuatro, nos sentamos en una silla, enfrente del espejo que hay en el aula. Vas a
hinchar cada uno de los globos hasta que veas que pierden un poco el color, no
puedes dejar que exploten ¿eh? Luego atarás cada uno de los globos hinchados y
los dejarás allí, encima de la mesa y regresarás a clase”.
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