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Sesenta años más atrás. Retrocedamos al año 1958: ¿cómo se las apañaba el personal
para llevar la compra a casa? En 1958 los plásticos eran todavía una novedad, usada
en tejidos como el tergal o en muebles como la formica, pero no se conocían todavía las
bolsas ni los envases desechables de material plástico.
Una serie de materiales y artilugios suplían al plástico. Para empezar, se hacía mucho
uso del papel, principalmente de periódico o de estraza. Con papel se hacían
cucuruchos que cumplían la función de las actuales bolsas de plástico. Para materiales
muy húmedos o grasientos, se usaba (y se usa todavía) papel encerado. Las bolsas de
plástico, el film plástico o de aluminio, las bandejas de poliespán, las cajas y blísteres
de plástico, etc. sustituyeron a diferentes formas de envolver lo que comprábamos con
diferentes tipos de papel y cartón.
En un mundo así, más parco que el actual (las cartillas de racionamiento se eliminaron
en España solo cinco años antes, en 1953) cada persona producía al día una media de
entre un cuarto y medio kilo de basura, compuesta en su mayoría por materia orgánica
incomestible (huesos, raspas, mondas y tronchos de verduras), ceniza de las llamadas
cocinas económicas, trapos, botellas y latas vacías.
Las primeras bolsas de plástico se repartieron en ferias y eventos hacia 1960, junto con
abanicos de cartón y otra parafernalia festiva, como una curiosidad más. Una década
después una potente industria petroquímica comenzaba a inundar España de materiales
plásticos desechables. Ahora, en 2018, la alarma por la contaminación por plásticos está
obligando a los gobiernos a cambiar de rumbo.
Cobrar por las bolsas de plástico efímeras fue muy importante para reducir a la mitad
su número en pocos años. Ahora el objetivo está claro: un mundo sin plásticos
desechables, lo que quiere decir, por ejemplo, un mundo donde los peces y mariscos
no lleven partículas de plástico en su interior. La tecnología está trabajando duro en este
asunto, pero no nos vendría mal también investigar con detalle la manera en que se
apañaban en 1958.
Un nuevo tipo de bolsa ecológica innovadora
Este hombre nacido en Balí, Indonesia, abandonó su país durante largos años para
estudiar biología en Estados Unidos. Al regresar a su país en el 2009, notó que las
playas que había recorrido en su infancia se habían convertido en basureros.
Por ende, el biólogo decidió hacer algo y creó Avani Eco, una empresa que produce
implementos que a la vista y al tacto son similares al plástico pero que en realidad están
hechos de productos completamente biodegradables.
Avani Eco, fundada hace tres años, recibió este año el premio “Most Valued Bussines
Indonesia” por realizar iniciativas responsables con el medio ambiente en ese país.
2. Dígale No a las bolsas de plástico