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Actividades de Enfermería en el

Manejo de la conducta:autolesión.
PUBLICADO EL 25/11/2014 DUEDEVOCACION
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Un porcentaje bastante elevado de los pacientes que ingresan actualmente en
Psiquiatría Infanto-Juvenil presentan la alteración de conducta de autolesión o
abuso de sí mismo, con lo que me parece interesante compartir las actividades
específicas que Enfermería puede llevar a cabo para este NIC de código 4354
según las recomendaciones NIC/NOC de la NANDA 2013.

Fuente: Google Imágenes


ACTIVIDADES DE ENFERMERÍA

1. Determinar el motivo/razón de la/s conducta/s


2. Desarrollar expectativas y consecuencias adecuadas de la conducta, dado
el nivel de la función cognitiva y capacidad de autocontrol del paciente
3. Comunicar las expectativas y consecuencias de la conducta del paciente
4. Retirar los objetos peligros del entorno del paciente
5. Utilizar, según corresponda, mitones, espinilleras, cascos o sujeciones que
limiten la movilidad y la capacidad de iniciar autolesiones
6. Disponer de vigilancia continua del paciente y de su entorno
7. Comunicar el riesgo a los demás cuidadores
8. Instruir al paciente en estrategias de afrontamiento según corresponda
9. Anticiparse a las situaciones desencadenantes que pueden provocar la
autolesión e intervenir para evitarlas
10. Ayudar al paciente a identificar las situaciones y/o sentimientos que puedan
provocar la autolesión.
11. Establecer un trato con el paciente, si resulta oportuno “para que no se
autolesione”
12. Animar al paciente a que hable con los cuidadores cuando surja el impulso
de autolesionarse
13. Enseñar y reforzar al paciente conductas de afrontamiento eficaces, así
como una forma adecuada de expresar los sentimientos
14. Administrar medicamentos, según corresponda, para disminuir la ansiedad,
estabilizar el estado de ánimo y disminuir la autoestimulación
15. Al tratar con conductas de peligro de autolesión, el enfoque debe ser
sereno y no punitivo
16. Evitar dar un refuerzo positivo de la conducta de autolesión
17. Presentar las consecuencias predeterminadas si el paciente se involucra en
conductas de autolesión
18. Colocar al paciente en un entorno más protector ( restricción de zona y
aislamiento) si aumentan los impulsos/conductas de autolesión
19. Ayudar al paciente, según sea el nivel de función cognitiva, a identificar y
asumir la responsabilidad de las consecuencias de su conducta ( que se
vende él mismo las heridas autoinfligidas)
20. Ayudar al paciente a identificar las situaciones y sentimientos
desencadenantes que provoquen la conducta de autolesion
21. Observar si se producen efectos secundarios derivados de la utilización de
fármacos en el paciente y los resultados esperados
22. Instruir sobre la medicación al paciente/allegados
23. Proporcionar a la familia directrices sobre el control de la conducta de
autolesión, fuera del entorno asistencial
24. Proporcionar al paciente información sobre la enfermedad si la conducta de
autolesión tiene una base de patología
25. Observar si se producen impulsos de autolesión en el paciente que puedan
progesar hacia pensamientos/tentativas de suicidio.

Valoración del estado nutricional


Fecha actualización: 07/09/2007

¿En qué consiste?

Consiste en la determinación del nivel de salud y bienestar de un individuo o población, desde el punto de vista de su
nutrición. Supone examinar el grado en que las demandas fisiológicas, bioquímicas y metabólicas, están cubiertas por
la ingestión de nutrientes. Este equilibrio entre demandas y requerimientos está afectado por diversos factores como
pueden ser la edad, el sexo, la situación fisiológica, la situación patológica de cada individuo, educación cultural y la
situación psicosocial.

Una nutrición equilibrada implica un aporte adecuado en nutrientes y energía, específico para cada individuo. La
deficiencia prolongada de un determinado nutriente, conduce a su desaparición progresiva en los tejidos, con las
consiguientes alteraciones bioquímicas, que más tarde se traducen en manifestaciones clínicas. Por otra parte,
consumo excesivo de uno o varios nutrientes pueden desarrollar situaciones de toxicidad o de obesidad.
La evaluación del estado nutritivo tiene como finalidad la detección temprana de grupos de pacientes con riesgo de
padecer malnutrición, el desarrollo de programas de salud y nutrición y para controlar la eficacia de distintos regímenes
dietéticos.

La valoración del estado nutricional debe reunir los siguientes aspectos:

 Composición corporal: estudio de las medidas antropométricas

 Situación del metabolismo: estudio de los parámetros analíticos

 Situación fisiopatológica: historia clínica y exploración física

 Informe psicosocial: educación y hábitos nutritivos

 Historia dietética

Composición corporal: Medidas antropométricas

Estos datos están basados en la comparación de distintas medidas corporales respecto a patrones apropiados.

Las más frecuentes son:

1. Medidas directas:

o Peso y altura

o Envergadura del codo o la muñeca

o Perímetro del brazo

o Pliegues cutáneos: tricipital, subescapular, bicipital y abdomina

2. Medidas indirectas: elaboradas a partir de las medidas anteriores

o Complexión

o Superficie corporal y metabolismo basal (energía consumida para el mantenimiento de las


actividades mínimas del organismo).

o Perímetro y área muscular del brazo

o Indice peso-altura (índice de Quetelet): relaciona el peso y la altura según la formula: Indice de
Quetelet: Peso (Kg)/Altura2 (m)

o Porcentaje de grasa corporal

Situación del metabolismo: análisis bioquímicos y hematológicos

Las muestras se obtienen normalmente de sangre, orina, heces. Los objetivos de realizar dichas pruebas son por un
lado detectar las posibles carencias nutricionales, antes de que aparezcan signos clínicos, por otro lado confirmar el
diagnóstico de malnutriciones específicas y por último realizar encuestas de población para detectar posibles déficits
en las mismas.

Se debe valorar:
 Metabolismo de las proteínas

 Metabolismo de los azúcares

 Metabolismo de las grasas

 Metabolismo de las vitaminas

 Metabolismo de los minerales

 Valoración de la respuesta inmunológica

Realización de la historia clínica y la exploración física

En este apartado se recogen datos de identidad, antecedentes personales y familiares, tratamiento farmacológico y
se debe realizar una adecuada exploración física. Se debe prestar especial atención a la piel, pelo, dientes, lengua,
encías, labios y los ojos, al ser zonas con elevada capacidad de regeneración y en las que se podrían encontrar signos
tempranos de malnutrición

Infome psicosocial

El estilo de vida, la situación económica, el ambiente cultural y los factores étnicos, también tienen gran influencia
sobre los patrones nutritivos.

Historia dietética

La historia dietética no se utiliza como medio diagnóstico, sino como fuente complementaria de información para ser
estudiada conjuntamente con el resto de los datos. Esta técnica tiene muchas limitaciones ya que es muy difícil conocer
exactamente la composición de cada uno de los alimentos ingeridos y la incapacidad para recordar los tipos y
cantidades de alimento ingeridos.

Existen muchos métodos empleados, aunque es aconsejable realizar al menos dos de éstos:

 Encuesta de 24 horas

 Cuestionarios selectivos de frecuencia

 Diario dietético durante 5-7 días

 Control de compras y consumo de alimentos.

La información obtenida debe ser transformada en términos de cantidades de nutrientes y energía, esto se puede
llevar a cabo utilizando unas tablas de composición de alimentos.

La vacunación y la prevención desde Atención


Primaria

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Las vacunas se administran de forma preventiva para provocar una repuesta
inmunitaria específica y prevenir la enfermedad

Inyección de una vacuna a una paciente (Propias)


RED ACCIÓN

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Barcelona (Redacción VivirMejor.com).- La Dra. Esther Redondo


Margüello Médico de familia del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas
de SEMERGEN, nos cuenta q que utilidad tienen las vacunas y en que casos
debemos ponérnoslas para prevenir enfermedades.
¿Qué son las vacunas?

Las vacunas son productos inmunobiológicos, que pueden contener agentes


infecciosos atenuados, muertos o alguno de sus componentes, y que se
administran de forma preventiva para provocar una repuesta inmunitaria
específica y prevenir la enfermedad que pudiera provocar la exposición al
microorganismo en un individuo sano susceptible.
Lo que persiguen, es producir una respuesta en el individuo sano, similar a la
infección natural, pero sin peligro para él. Todo está basado, en la respuesta
inmune que las personas producen ante cualquier sustancia que consideran como
no propia (llamada antígeno), y en el fenómeno de la memoria inmunológica.

Los programas de vacunación tradicionalmente se han enfocado hacia la infancia,


lo que ha permitido disminuir en este grupo la frecuencia de enfermedades
prevenibles mediante vacunación. Sin embargo, muchos adolescentes y adultos,
continúan enfermando de patologías infecciosas frente a las que se dispone de
eficaces vacunas.

Las vacunas son la medida de preventiva de salud pública que más vidas han
salvado, más de veinte millones de muertes se han evitado mediante la
vacunación, y ha contribuido de forma decisiva a aumentar la calidad de vida de
las personas.

¿Las vacunas son solo para los niños?

La vacunación no termina en la infancia. Los adultos son también objetivo


importante de los programas de vacunación. Hay adultos, que no fueron
vacunados en su infancia y que no entraron en contacto a la edad en que era
habitual, con el agente infeccioso para desarrollar la enfermedad y la inmunidad
(protección) consecuente. Estos adultos son personas susceptibles a la
enfermedad y, en ocasiones, son los responsables de la persistencia de brotes
infecciosos.

Por otro lado, algunas vacunaciones infantiles, no inducen inmunidad duradera


para toda la vida, por lo que si no se refuerzan con dosis posteriores durante la
edad adulta, al cabo de los años, las personas vacunadas se vuelven de nuevo
susceptibles y, por lo tanto, con riesgo de enfermar.

Finalmente, la población europea y la española es una población cada vez más


envejecida y la sostenibilidad del sistema público sanitario pasa por la asunción
de medidas preventivas, como la vacunación, que prevengan las muertes y las
consecuencias o secuelas de las enfermedades infecciosas.

La vacunación en el adulto es una medida costo eficaz que disminuye los costes
directos (tratamientos, visitas médicas…) y los indirectos (absentismo laboral,
discapacidad…) de las enfermedades inmunoprevenibles.

Sin embargo, según el GESVA (Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto),


aunque el 80% de los españoles adultos consideran que vacunarse previene
enfermedades, solo un 20% de ellos demanda información al respecto a su
médico.

¿Dónde puedo informarme sobre las vacunas para adultos?

El médico y la enfermera de atención primaria de su Centro de Salud son los


profesionales más adecuados, ellos le informarán de las vacunas recomendables
por su grupo de edad o de riesgo profesional/ocupacional, o de riesgo especial
por tener alguna patología de base. En este último grupo, se incluirían los
pacientes con enfermedades crónicas: cardíacas, respiratorias, renales y
hepáticas, diabetes, inmunodepresión o factores de riesgo específicos como el
enolismo o el tabaquismo y las embarazadas que van a requerir ciertas vacunas
para prevenir enfermedades infecciosas de riesgo aumentado en relación con la
enfermedad de base (por ejemplo, la vacuna antineumocócica, la antigripal, la de
hepatitis B, o la vacuna del herpes zoster…).

Además, si va a hacer un viaje internacional, es recomendable acudir de 4 a 6


semanas antes a un Centro de Vacunación al Viajero, para que le indiquen las
vacunas oportunas con tiempo suficiente para desarrollar la protección contra la
enfermedad.
También hay recursos disponibles en la web: www.vacunacionadultos.org,
www.msc.es/sanitarios/consejos/vacExt.do (información sobre viajes y vacunas),
www.vacunas.org , www.mpsp.org, y en las Conserjerías de Salud de las CCAA.

Una vez vacunados la enfermera dará un carnet de vacunación, documento que es


muy importante conservar, y en él se registrarán las vacunas administradas, el
laboratorio, el lote y la fecha, así como la fecha de sucesivas dosis.
El número de dosis de vacuna y el intervalo de tiempo entre las dosis (pauta
vacunal), es importante para lograr una buena respuesta y eficacia vacunal. Si
separamos más el tiempo entre dosis, generalmente, no disminuye la efectividad
de la vacuna, y no hay que volver a iniciar la pauta, por el contrario, si acortamos
el intervalo sí puede influir negativamente en la respuesta y en la protección
conseguida.

¿Se pueden administrar varias vacunas a la vez?

Tanto en niños como en adultos, en general es posible y no hay


contraindicaciones. En el caso de vacunas vivas atenuadas (por ejemplo, triple
vírica, varicela o fiebre amarilla) es conveniente, ponerlas el mismo día o
separarlas al menos 4 semanas, para reducir la interferencia en la respuesta
inmune entre ellas.

Es frecuente administrar varias vacunas simultáneamente en niños o en adultos


en la consulta del viajero, donde por ejemplo, es común administrar: tifoidea,
hepatitis A, polio inyectable, fiebre amarilla o enfermedad meningocócica, según
el destino elegido.

¿Qué reacciones adversas tras la vacunación se pueden tener y qué


contraindicaciones hay?

Pueden ser de tres tipos: locales (dolor y enrojecimiento en el lugar de la


inyección. Ocurren de 1 a 3 días después) son más frecuentes con toxoides, como
la vacuna antitetánica, y con vacunas inactivadas. Sistémicas (fiebre, malestar,
dolores musculares y de cabeza, pérdida del apetito...) más frecuentes en vacunas
con gérmenes vivos atenuados, por ejemplo la triple vírica y la fiebre amarilla.
Suelen ser similares a formas leves de la enfermedad natural y ocurrir pasados
varios días (7-10 días post-vacunación). Y alérgicas, son las más graves e
infrecuentes y se presentan inmediatamente o en el intervalo de 1-2 horas post-
vacunación.

Atención integral de los pacientes


pediátricos
El Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid ha unificado todos los cuidados de
enfermería al paciente pediátrico en un solo área asistencial por el que rotan todas las
enfermeras.

A la izqda. el personal de enfermería del Área Asistencial de Enfermería Pediátrica. A la dcha. una de las activides de
animación con la asociación de payasos Saniclown.

Seguridad del paciente, humanización de la asistencia y eficiencia en la gestión. Son las tres
líneas estratégicas definidas por la Dirección de Enfermería del Hospital Universitario Infanta
Leonor de Madrid, encabezada por Mª Ángeles Rodríguez Martínez, con la creación del Área
Asistencial de Enfermería Pediátrica, unificando en un solo equipo a las enfermeras que
anteriormente integraban los servicios de Urgencias, Hospitalización Pediátrica, hospitales de
día Pediátrico y Neonatal, Atención al Neonato en Paritorio y Unidad de Neonatología. "El
proyecto surge en el primer trimestre de 2014, como una necesidad planteada por los propios
profesionales. Querían unificar los cuidados y dar una atención integral a todos los pacientes
pediátricos. Valoramos la situación y planteamos la unificación de diferentes áreas
asistenciales. La idea era que todos los profesionales fueran una plantilla común con cuidados
altamente especializados en pediatría", explica Victoria Rodríguez Alcántara, enfermera del
área pediátrica.
La mejora de los cuidados de enfermería que recibe la población infantil ha sido el principal
objetivo de esta iniciativa. Para ello, se han unificado todos los cuidados. "Inicialmente,
observamos la existencia de diferentes criterios entre el personal que, a priori, no ha trabajado
habitualmente con niños o que lo hacían de forma muy distinta. No se podía protocolizar bien,
porque eran unidades muy distintas y el personal se movía mucho de un servicio a otro.
Entonces, el proceso de unificación nos dio la oportunidad de confeccionar procedimientos
normalizados para todas las enfermeras, algo que hicimos entre todos a través de grupos de
trabajo. Por ejemplo, ahora todos saben cuidar al niño en la planta de pediatría cuando viene
de urgencias y al contrario".

INTEGRACIÓN DE LA UNIDAD DE
NEONATOLOGÍA
La integración de la Unidad de Neonatología en el área asistencial fue
el principal reto afrontado. "Nunca se había hecho antes. Fue una
propuesta de la Dirección de Enfermería Hemos hecho un gran
esfuerzo, porque la atención al neonato es distinta", explica Victoria
Rodríguez.

Proceso formativo
La implantación del Área Asistencial de Enfermería Pediátrica conllevó, previamente, la
ejecución de un plan formativo de las 36 enfermeras que la integran, estudiando todos los
casos de manera individual. "Como los profesionales venían de diferentes unidades, cada uno
era experto en un tipo de paciente, aunque sean todos pediátricos. Los reunimos a todos y
analizamos sus necesidades formativas. Una vez conocidas, elaboramos un plan de formación
de enfermería pediátrica y buscamos entre el personal del propio hospital a los docentes que
pudieran impartirlas". Durante el primer año, impartieron 27 sesiones formativas de cursos
como 'Atención Neonatal en Enfermería', 'RCP Neonatal' y 'RCP Pediátrica'. "Dimos mucha
importancia a la parte práctica", explica Victoria Rodríguez Alcántara. "Era lo que más nos
preocupaba, porque teníamos enfermeras que nunca habían rotado por algunas de las
unidades. Lo hicimos con tranquilidad, asegurándonos que siempre hubiera personal habitual
en cada unidad, para que las nuevas se sintieran apoyadas y protegidas por compañeras más
expertas. En Urgencias y Pediatría fue más fácil, porque todo era más similar. El problema fue
la Unidad de Neonatología, que es más especial y más desconocida por todos. El primer año
conseguimos que rotaran el 70 por ciento. Ahora estamos en torno al 80 y esperamos llegar al
100 por 100 el año que viene".
Experiencias prácticas
Estela Vargas González es enfermera especialista en Pediatría. Comenzó a trabajar en el
Hospital Infanta Leonor en junio de 2014, coincidiendo con el inicio del proceso de unificación
de las unidades pediátricas. "Para mí fue muy positivo, porque iba a trabajar en varios lugares
distintos y no me iba a encasillar en uno. Participé en las formaciones iniciales. Por ejemplo, la
de reanimación neonatal en paritorio me vino muy bien, porque es algo que no había hecho. Al
principio, hicimos un gran esfuerzo, porque los cambios cuestan, pero en general mis
compañeros estaban motivados con el cambio, con ganas de aprender y progresar".

Cristina Pérez Arizcun se encuentra en su segundo año de residencia EIR, realizando la


especialidad de Enfermería Pediátrica en el Infanta Leonor, una experiencia que califica como
muy enriquecedora. "Al estar en formación, yo permanecí alrededor de tres meses en cada
unidad. En este período coincidí con muchas profesionales de enfermería diferentes y aprendí
de todos ellos. La iniciativa es muy interesante, porque permite a las enfermeras estar al día
en todas las áreas pediátricas, no te olvidas de nada y no te anclas en un solo sitio".

La reorganización de los profesionales en un sólo área también ha conllevado un cambio en


sus rotaciones por las diferentes zonas asistenciales. Los turnos también se establecieron
mediante un grupo de trabajo, según explica Victoria Rodríguez. "Al final, decidieron que las
rotaciones fueran mensuales, para que no pase demasiado tiempo en volver a otra unidad y
esto no suponga ningún problema de adaptación. Es flexible, porque hay quien prefiere
trabajar por semana. Entonces entre ellos cambian, y van organizándose".

Con todos estos cambios, la experiencia del Hospital Universitario Infanta Leonor demuestra
que la unificación de las unidades de enfermería pediátrica ha mejorado la continuidad de los
cuidados y la seguridad del paciente.

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