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ABRIL-MAYO-JUNIO 2016
ÍNDICE
-Textos en grausino:
Barranco de los Botálls, de Francisco Castillón
-Textos en grausino:
Camino la Piedra Pllana, de Tonón de Baldomera
-Textos en grausino:
Cantre i medio de bino, por Luisón de Fierro
-Historia:
Una Virgen ribagorzana en Madrid, por Francisco Martí
-Contán cuentos:
Guillermón de Trell, por José Antonio Betato
-Personajes ribagorzanos:
Valentín Ferraz y Barrau
-Enchugaldriús:
Chuego “Yo tiengo una moña”
-Textos en grausino:
No mos tenín q’apurá, de Vicente Barrós
-Textos en grausino:
Añoranzas de San Pedro, por Luisón de Fierro
-Cosas nuestras:
El románico en nuestro municipio: Ermita de San
Gregorio, en Fantova, por José Manuel Betato
Textos en grausino
Barranco de los Botálls
Frank Castillón
Textos en grausino
Camino la Piedra Pllana
Luisón de Fierro
Los olvidados de Graus
Bafaluy
El valle de Fantova, debido a su aislamiento, fue uno de los que más acusó
el fenómeno de la despoblación. Bafaluy es el pueblo más oriental de este
valle.
El acceso se realiza mediante pista forestal que parte casi junto al molino
de Centenera (1 km. 300 m.) desde el desvío de La Puebla de Fantova. El
pueblo se asienta al final del barranco de Rialarez, protegido por las
moles pétreas de los Morrones de Güel.
Su topónimo es bastante complicado por lo que hay diversidad de
opciones. Por un lado podría venir del árabe Bu-Hälui, cuyo significado es
libre. Por otro, podría ser de Bapo-l-ui, que leído literalmente sería la
propiedad del hombre guapo (bapa=guapo y la terminación ui denota
propiedad de alguien).
En la zona es más
conocido como Bafalluy
y su primera constancia
escrita es en 1.184,
cuando se le denomina
Villa. En 1.785 se pasó a
llamar Lugar y se unió a
Erdao en 1.845. Llegó a
tener 70 habitantes en
1.857 y en la
documentación de
Obarra aparece como
Baffalulli y Bafalulli.
El 14 de octubre de 1.471, Melchor de Bardaxí, señor de Cajigar y Bafaluy
vendió este último señorío a un vecino de Graus, Berenguer de
Castellblanch, por la cantidad de 3.55o sueldos jaqueses. Durante dos
siglos, el señorío permaneció en manos de diferentes miembros de esta
familia hasta que, en 1.664, al quedar sin descendencia, pasó a manos de
la familia Zapata.
Algunas de las casas todavía están en pie gracias a que antiguos
habitantes y descendientes siguen visitándolas. L'Abadía, Alférez,
Castellano, Marco, La Pepa, Sebastián y Tomeu forman el grupo más
importante, si bien se distribuyen en varias alturas. Más alejadas, y en el
llamado L'Obago, están Chironi y Collada, cerca ya del castillo de Fantova
y cerrando el circo que forma el barranco.
Se trata de un conjunto de construcciones sencillas y tradicionales, donde
destacan algunas muestras de interés como puertas de arco de medio
punto, pasajes abovedados y rincones característicos de la arquitectura
popular de la zona. Por ejemplo, Casa Tomeu destaca por un saliente
soportado por recios pilares culminada por una galería abierta en la falsa.
En la parte más baja del conjunto está la escuela, así como edificios
auxiliares de gran tipismo.
Más abajo se sitúa la iglesia. Dedicada a San Martín es un templo gótico
tardío del siglo XVI. De una sola nave, posee capillas laterales a modo de
crucero. La cubierta es de crucería y todavía se conservan policromías en
sus muros y bóvedas. Junto a la puerta de entrada, de grandes dovelas, se
puede acceder a la torre campanario. En 2.010 se ha incorporado en la
exposición permanente de Espacio Pirineos (Graus) de la pila bautismal.
En piedra labrada, y de siglo XVI,
se conservaba en la iglesia de San
Martín en Capella. Gracias al
Obispado de Barbastro-Monzón,
con el que se hizo un acuerdo de
cesión, así como a la parroquia de
Capella, la pila se ha instalado en
una de las tribunas de la antigua
iglesia de la Compañía de Jesús,
en la sala conocida como Piedras
para la fe. Varias piezas litúrgicas
se localizan actualmente en el Museo Diocesano de Lérida. En total, seis
juegos de candelabros de latón de los siglos XVIII, XIX y XX; un cáliz y
una patena de plata del siglo XVII; una custodia de metal blanco y plata
del siglo XIX; una naveta del siglo XIX; un cortador de hostias de hierro y
madera del siglo XIX; y una concha de bautizar de 1.900.
Las fiestas eran en honor a San Martín, y en mayo, como casi todos los
pueblos de la redolada, asistían a la romería de las Santas Reliquias en
Fantova.
Abajo se sitúa la escuela, así como varias construcciones agrarias de
interés.
En las inmediaciones, junto a las casas de L'Obago, se localiza una ermita
de orígenes románicos.
El entorno natural destaca por las montañas circundantes como el tozal
del Mall y la peña de San Quilez, además de las cuevas de los Moros y de
Santa María.
Bibliografía:
COOK, W.W.S.- GUDIOL I RICART, J.: Pintura e Imaginerías románicas (Ars Hispaniae, VI),
Madrid, Plus Ultra, 1.980, p. 328, fig. 354.
FRANCO, Ángela: "Mare de Déu 15", Catalunya Romànica, vol. XXVI (La Ribagorça), Enciclopedia
Catalana, 1.997, p. 372.
Francisco Martí Fornés
Contán cuentos
Guillermón de Trell
Vicente Barros
Textos en grausino
Añoranzas de San Pedro
I p'arrematá la fiesta,
dimpués de rifá un crabito
en la pllazeta San Miguel...
acababan, con la "Caraba".
Luisón de Fierro
Cosas nuestras
El románico en nuestro municipio: Ermita de San
Gregorio, en Fantova
Para llegar hasta ella tenemos que llegar hasta el castillo de Fantova y
continuar hacia la pedanía de Güel. El acceso hasta La Puebla de Fantova
se realiza tomando la A-139 y a 5 km. desviarnos a la derecha por la HU-
V-9331. Seguiremos hacia Centenera, y a unos 200 metros cogeremos la
pista asfaltada que lleva hasta el recinto medieval de Fantova y Güel.
Junto al collado que sirve de divisoria entre los valles de Fantova e
Isábena sale la pista y luego el sendero que llegan hasta lo alto del monte.
Enfrentada al castillo de Fantova y en lo alto de una montaña con bellas
vistas hacia el Isábena, se localiza esta ermita del siglo XII. Es de nave
única con la cabecera mirando hacia el este. El ábside, semicircular, posee
una ventana centrada en forma de aspillera, mientras que en los pies
conserva una espadaña de un sólo ojo que se encuentra descentrada.
Destacan también en el exterior los grandes sillares utilizados en su
construcción.