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Álvaro Carvajal Villaplana

Los derechos humanos y la cultura

Summary: In this essay we analize the situa- sociales y culturales". No obstante, es un tema
tion of cultural rights in the context of the 50th poco estudiado y con menor desarrollo jurídico y
Aniversary ofthe Proclamation of Universal Hu- doctrinal, salvo escasas excepciones. Es común
man Rights. The focus is on three thems usually en el discurso de los derechos humanos enunciar
considered obstacles for the implementation of o hablar sobre los DESC; I sin embargo, los dere-
such rights: (a) the notion o/ culture, (b) the de- chos culturales apenas se mencionan, reciben un
bate on cultural univerrsalism and relativism, (c) tratamiento escueto y no remiten a contenido al-
methodological and conceptual problems. Wefa- guno. Los estudios se refieren, en su generalidad,
vor the idea o/ cultural rights as having a dualle- a los económicos y sociales, quedan relegados
gal nature: the are both moral and fundamental los culturales al último nivel del desarrollo de los
rights. As a consequence, there are two levels at derechos humanos.
which these rights ea be guaranteed. Estudiar el tema en cuestión es relevante en el
contexto de la conmemoración del SOma Aniver-
Resumen: El presente ensayo realiza un aná- sario de la Promulgación de la Declaración Uni-
lisis de la situación de los derechos culturales en versal de los Derechos Humanos. Al tiempo de
el contexto de la Celebración del5omo Aniversa- tal celebración, los derechos culturales se en-
rio de la Proclamación de la Declaración Uni- cuentran en una situación de relativo abandono,
versal de los Derechos Humanos. El estudio se en virtud de las tensiones de índole política, ideo-
centra en tres temas que tradicionalmente se lógica y económica que conlleva su garantía real,
consideran obstáculos para el desarrollo de esos a los cuales se suman las complicaciones doctri-
derechos, a saber: (a) la noción de cultura, (b) la nales y metodológicas.é
polémica entre universalismo y relativismo cultu- El hecho de que se reconozcan y suscriban do-
rales, (c) los problemas metodológicos y concep- cumentos internacionales que involucren a los de-
tuales. Se defiende la idea de que los derechos rechos culturales, no supone consensos en su con-
culturales tienen una doble naturaleza jurídica; ceptualización, la obligatoriedad de su cumpli-
por un lado, son derechos morales; por otro, fun- miento y sus mecanismos de garantía. En reali-
damentales. En consecuencia, se detectan dos ni- dad, la ausencia consensual es uno de los aspec-
veles de protección jurídica de tales derechos. tos que dificulta el progreso de tales derechos, si-
tuación manifiesta en una tendencia que se niega
a considerarlos como auténticos derechos. El pa-
1. Introducción norama se complica por cuanto entre los defenso-
res también se presentan discrepancias. Muestra
Los derechos culturales son de reciente reco- de lo último fue la reunión de expertos convoca-
nocimiento en el ámbito del Derecho Internacio- da por la UNESCO en 197()3 sobre el tema "De-
nal. En la normativa existente, se vinculan con la rechos culturales como derechos humanos". Años
categoría de los llamados "derechos económicos, después, en 1989, el Instituto de Investigaciones

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVI (90), 509-525, 1998


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Filosóficas de la Universidad Autónoma de Mé- Lo anterior redunda en una serie de definiciones


xico (UNAM)4 convocó a un seminario sobre que identifican la cultura con ciertos ámbitos de
ética y diversidad cultural en el cual afloraron di- eIla. Algunas de éstas suelen ser tan estrechas
vergencias. que no abarcan la totalidad de las situaciones por
Resaltan también los insignes esfuerzos para tutelar, otras son tan amplias que no precisan el
crear confluencias, ejemplo de esto fue la crea- objeto por proteger.
ción, por iniciativa de la UNESCO, de la Comi- A la cultura se la suele identificar con las be-
sión Mundial de Cultura y Desarrollo en 1991.5 Ilas artes, las artesanías, la educación, el patri-
La Comisión arroja como resultado algunos retos monio cultural, la ciencia y la tecnología, los
por vencer, y brinda pistas para orientar la discu- derechos de autor, la libertad cultural y cientí-
sión sobre el tema. fica, las minorías (religiosas, lingüísticas y ét-
Se abordan tres temas importantes para el aná- nicas), y los pueblos indígenas; junto con as-
lisis de los derechos culturales: (a) la noción de pectos más globales como la participación en la
cultura, (b) la polémica entre universalismo y vida cultural, la diversidad y la identidad cultu-
particularismo cultural y, (e) algunos problemas ral. La disparidad de nociones se puede agru-
conceptuales y metodológicos. Acerca del prime- par, inicialmente, en dos grandes categonas.f
ro, se propone la necesidad de un uso restringi- una se relaciona con la prestación de servicios,
do del término cultura, de manera que resulte útil siendo una forma pasiva de asumirla (vgr. dis-
al análisis ético y jurídico. En el segundo, se op- frutar de los bienes científicos y culturales, ac-
ta por el universalismo frente al relativismo de ceder a sus beneficios); su protección es en
los valores. En cuanto al tercero, el más contro- cuanto producto. La segunda la entiende como
versial de los tres, se postula que los derechos propiciadora de las producciones culturales; es-
culturales poseen una doble naturaleza, 10 cual te enfoque es activo (vgr. participar en la vida
repercute. en la posibilidad o no de su garantiza- cultural, contribuir al desarrollo cultural y cien-
ción. En este ensayo no se aspira a solucionar to- tífico) y se vincula estrechamente con los dere-
dos los problemas que se exponen, sino que se chos a la libertad y la propiedad. Ambas cate-
intenta mostrar el estado de desarroIlo en que se gorías dan énfasis a los derechos individuales
encuentran los derechos culturales. Es una pri- de las personas. Una tercera opción recoge la
mera aproximación al tema por parte de su autor. idea de la identidad cultural, a la cual se hará
referencia más adelante.
Los instrumentos internacionales tienden en
2. La cultura: un enfoque ético su mayoría a la protección derechos enmarcados
por las dos primeras formas. Muchos de los dere-
En tomo a los derechos culturales suele seña- chos que logran obtener un mayor desarroIlo ju-
larse comúnmente que una de sus dificultades rídico giran en torno a esas dos categorías, lle-
más relevantes estriba en la existencia de una va- gando algunos al estatuto de derechos fundamen-
riedad de definiciones del término "cultura", cuya tales; por ejemplo, los derechos de autor, la liber-
consecuencia inmediata es la inexistencia de un tad científica y cultural, el patrimonio cultural,
consenso -tanto en los organismos internaciona- entre otros. Esto motiva a algunos especialistas
les como en los estudiosos de la materia- en 10 internacionales en derechos humanos como Ro-
que se entiende por este término. La indefinición doIfo Stavenhagen 7 a afirmar que esta sub cate-
se refleja en la redacción que asumen los instru- goría apunta más hacia la garantía efectiva de los
mentos internacionales de derechos humanos. derechos culturales como servicios, y dejan rele-
Tanto el discurso como la normativa interna- gado el problema de fondo, i.e., los conflictos
cional, refieren con constancia a los términos que versan con la identidad cultural, el cual es
"cultura" y "cultural"; empero, ambos se inter- abordado tímidamente.
pretan o se les concibe de manera diferente, de- Una consecuencia de la vaguedad del térmi-
pendiendo de la perspectiva de su interlocutor. no "cultura" consiste en que las definiciones
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA ,CULTURA SIl

aportadas por los instrumentos internacionales una de las acepciones defendidas por Stavenha-
no cuentan con un núcleo teórico que ofrezca gen y Eide, podrían llevar como resultado a esa
unidad conceptual a los derechos incluidos en oposición. De tal manera, sí se considera que la
esa subcategoría -incluso, no hay acuerdo so- cultura contempla a la ciencia y la tecnología co-
bre cuáles y cuántos derechos comprende ese mo dos de sus elementos constituyentes; pero, al
catálogo, La dispersión generada repercute en mismo tiempo, si se la percibe como aquello que
los diferentes tratamientos que se les brinda, La identifica -dando cabida a los partici.llarismos-
falta de unidad es notable cuando autores como en situaciones límite es posible que entren en
Stavenhagen y Asbjorn Eide8 consideran váli- conflicto, lo cual sucede cuando la ciencia y la
das las nociones de cultura que agrupan en tres tecnología, particularmente la segunda, son per-
grandes acepciones, ellas son, a saber: (a) el níciosas? y se las utiliza como instrumento de do-
material acumulado de la herencia de la huma- minación -fenómeno magníficamente explicado
nidad; (b) el proceso de creación artística y por lean Ladriére-, 10 conducen a la destrucción
científica y (c) como suma total de las activida- de la diversidad cultural. He aquí una paradoja, si
des materiales, espirituales y productos de un bien la ciencia y la tecnología son elementos de
grupo social que lo distinguen (visión antropo- la cultura, ambas se vuelcan contra ella. Tener
lógica). Las acepciones (a) y (b) son demasiado derecho a los avances de la ciencia y la tecnolo-
estrechas. El material acumulado se refiere en gía implicaría, en ciertas circunstancias, cambios
lo fundamental al patrimonio cultural; la segun- culturales o la desaparición dramática de algunas
da, a las actividades individuales de las perso- tradiciones culturales. En otras ocasiones, aun-
nas como productores o consumidores de arte, que es un fenómeno diferente, la tecnología y la
ciencia y tecnología. ciencia, vinculadas a la globalización, llevan im-
Previo a la crítica de la definición antropo- plícito un proceso de homogeneización cultural.
lógica, es necesario resaltar que el derecho a De ahí que, precisar el contenido de esos dere-
la identidad cultural inicialmente no figuró chos, así como lo que se quiere y puede tutelar,
como una noción fundamental en el Derecho es una labor indispensable.
Internacional, específicamente en la DUDH y Presentadas las observaciones anteriores, es el
la CIDESC, con excepción de la Carta de las momento de retomar la noción antropológica de
aciones Unidas. Aparece, con posterioridad, cultura como "todo lo que hacen los seres huma-
en documentos como la Convención Interna- nos". Esta definición es irrelevante en materia de
cional sobre Eliminación de todas las Formas derechos humanos, por cuanto no es operativa. Si
de Discriminación Racial (ONU, 1965), Y ad- todo es cultura, no se admite la distinción, ex-
quiere una formalización un tanto más elabo- puesta por Carnacho. entre "actos del ser huma-
rada en la Conferencia Mundial sobre Políti- no (vgr, respirar) y actos humanos (vgr. tomar
cas Culturales (UNESCO, 1992). Por tal ra- decisiones)"; 11 tampoco se podría hablar de pro-
zón, algunos expertos consideran que tal de- blemas culturales, alienación, pérdida y dominio
recho es débil jurídicamente, es decir, carece cultural, entre otras, puesto que todas ellas son
de fuerza y consistencia legal. El enunciar lla- acciones humanas que forman parte de la cultura.
namente la identidad o diversidad cultural, sea Del mismo modo, no se explicaría satisfactoria-
como valores o derechos, no es garantía de mente cómo la violencia y la tecnología pernicio-
mayor precisión de los términos, puesto se sa, las cuales surgen de la cultura; se vuelven
prestan a las interpretaciones: así, identidad contra ella. Este razonamiento, llevado a su ex-
cultural se entiende de múltiples maneras, en tremo, conduce a un relativismo, en donde todas
contraste, por ejemplo, de la idea de libertad las normas son válidas.
de expresión o de opinión. Por las razones apuntadas, el autor de este en-
Además, la variedad de interpretaciones tien- sayo opta por una noción de cultura restringida,
den a crear confusión y, en ocasiones, hasta con- la cual sea de utilidad en derechos humanos. La
tradicciones. Consideradas aisladamente, cada necesidad de limitar ese concepto es sentida por
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antropólogos como Clifford Geertz y Ernest Si de derechos culturales se trata ese objetivo,
Gellner.l? idea que Harvey preconiza pero de es complejo de obtener. Primero habría que lo-
manera imprecisa y adquirie una mejor formula- grar un acuerdo en 10 que se entiende por cultura
ción con Jesús Pedro de Prieto. 13 Según Prieto, la para evitar la dispersión conceptual; por ende, las
noción antropológica es inoperante porque inclu- posibles interpretaciones operativas. Sin ánimo
ye la noción de derecho como parte de 10 cultu- de resolver de manera definitiva esta cuestión,
ral, esto es como un contenido más de la cultura, destaca una idea provechosa para tal propósito y
10 cual, en términos jurídicos, es insuficiente que fuera formulada por Ladriere, en su libro El
pues 10 que se persigue desde la perspectiva del reto de la racionalidad. Para él, la cultura es el
derecho es captar aquellos aspectos de la cultura subsistema de valores que agrupa e identifica a
para ser tutelados. Este mismo enfoque es valio- los individuos. La cultura es
so para el punto de vista ético, lo importante no
es analizar la ética desde la cultura sino ésta des- "sobre todo lo que da la vida de una colectividad
de la ética, con miras a que sea razonable la po- histórica su configuración específica. Puede decirse
sibilidad normativa de la conducta humana en que la cultura de una colectividad es el conjunto forma-
materia de derechos humanos y, en específico, de do por los sistemas de representación, los sistemas nor-
los derechos culturales. mativos, los sistemas de expresión de esa colectividad.
Una noción de cultura en sentido restringido Los sistemas de representación abarcan los conjuntos
debería cumplir algunas condiciones indispensa- conceptuales y simbólicos a través de los cuales los di-
bles: dar una unidad mínima conceptual a los di- ferentes grupos que constituyen la colectividad tratan
ferentes ámbitos de lo cultural reconocidos en los de interpretarse así mismos y al mundo en que están in-
instrumentos internacionales. Esta unidad míni- mersos, y, también, los métodos por medio de los cua-
ma ofrecería una fundamentación sólida a la no- les trata dicha colectividad de ampliar sus conocimien-
ción de derechos culturales; lo anterior en aras de tos y su savoir-faire. Los sistemas normativos agrupan
un principio de sencillez, es decir, la identifica- todo lo que depende de los valores con los que juzgan
ción de uno o dos principios o valores de los cua- las acciones y las situaciones, y a partir de los cuales,
les se desprenden todos los demás, esto facilita- eventualmente, se justifican las prácticas concretas y;
ría su traducción a normas jurídicas. Aunque, co- por otra parte, todo lo que depende de las reglas parti-
mo lo señaló Kustchera, 14 citando a Kant, los va- culares por medio de las cuales se organizan los siste-
lores no son traducibles en su totalidad a normas ma de acción. Los sistemas de expresión contienen las
legales, tal es el caso de la identidad cultural y la modalidades, a la vez materiales y formales, por las que
dignidad de la persona. las representaciones y las normas consiguen su proyec-
Una noción de cultura restringida no promo- ción concreta, en el ámbito de la sensibilidad y gracias
vería los valores culturales por igual, debería im- a las cuales los estados profundos (en los que se mate-
pulsar, desde un enfoque de los derechos huma- rializa la existencia vivida, como modo de experimen-
nos, sólo los positivos mas no los negativos; por tar la realidad natural e histórica) se exteriorizan como
ejemplo, estimular el valor de la paz frente al de figuras significantes, ofrecidas a un desciframiento
la guerra, el respeto a la dignidad de la persona constante. Los sistema de acción comprenden, a la vez,
frente a la mutilación genital de las niñas, entre las mediaciones técnicas que permiten -más o menos
otros. En consecuencia, la cultura considerada adecuadamente- el medio social y las mediaciones pro-
desde una perspectiva ética implica que las nor- piamente sociales, a través de la cuales se organiza la
mas no son relativas; por tanto, no se persigue colectividad para seguir su propio destino".ls
por igual todas las formas culturales, sino sólo
aquellas que no atentan contra los derechos hu- En esta óptica, los valores son esenciales para
manos. Definición que está en relación directa el arraigo, labor que requiere de un análisis más
con la conformación de un contenido mínimo pa- exhaustivo.
ra una ética global. La noción de cultura que se En resumen, la cultura no se entiende en este
defiende es normativa. ensayo como "todo 10 que hace el ser humano",
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CULTURA 513

sino como sentido de pertenencia y seguridad, ral.! g La otra tiene que ver con la necesidad de la
aquello que proporciona una imagen positiva de justificación de un código ético mínimo univer-
la persona y que contribuye a su desarrollo. En sal que sea aplicable a todas las culturas, a lo que
consecuencia, aquellos aspectos culturales que se denomina universalismo.
atentan contra la dignidad y la integridad física o La segunda parte de la polémica estaría, al pa-
psicológica de las personas no son interés de pro- recer, resuelta (si se sigue el criterio de Norberto
moción en derechos humanos. Los valores nega- Bobbio '? en el sentido de que la fundamentación
tivos que en una concepción tal no tienen cabida de los derechos humanos está solucionada en ra-
son la guerra, el genocidio, el terrorismo, la mu- zón del llano reconocimiento de éstos) en vista
tación genital femenina, entre otros. Este enfoque de la proclamación universal de los derechos hu-
establece límites a los derechos culturales, a sa- manos en documentos como la DUDH; universa-
ber: (a) el respeto a la dignidad de las personas y lidad reafirmada en la Declaración y el Programa
(b) el respeto a los derechos humanos; idea que de Viena durante la Primera Conferencia Mun-
de alguna forma es recogida en algunas declara- dial de Derechos Humanos (ONU, 1968), Y por
ciones e instrumentos internacionales. la Declaración sobre los derechos de las Minorías
(ONU, 1992). Esta última condiciona el respeto a
la identidad cultural a la prohibición de las prác-
3. Universalismo, relativismo cultural ticas y tradiciones culturales que no acaten la ley
y derechos internacional y violen los derechos humanos uni-
versales. Este criterio es asumido por grupos in-
La polémica entre universalismo y relativis- dígenas en la segunda reunión Cumbre de Pue-
mo no es nueva, sino un problema tradicional de blos Indígenas (1993),20 en donde se reconoce
la filosofía de la cultura.lf Se vincula con fenó- que los pueblos indígenas deben respetar los va-
menos como la homogeneización y el particula- lores y derechos vigentes internacionalmente.
rismo, el progreso cultural y los valores. Actual- No obstante, tal restricción no parece basarse
mente, la disputa adquiere vigor, especialmente en consenso real. En la Conferencia Mundial so-
con la aparición de nuevas situaciones sociales, bre Derechos de la Mujer (Beijing, ONU, 1996)
políticas y económicas que refuerzan la idea de varios países dudaron de la universalidad de los
una universalismo en tanto homogeneización derechos humanos, pues consideran que algunos
cultural que elimina las diferencia; tendencia re- de los valores propuestos en la DUDH en 10 fun-
lacionada con una manera de concebir el desa- damental corresponden al predominio occidental,
rrollo en tanto crecimiento económico. Una par- no todos ellos son aplicados al resto de los pue-
ticularidad de ese proceso lo representan el de- blos. La disputa revive a partir de las diferencias
sarrollo de la ciencia y la tecnología al servicio entre países occidentales y orientales en torno al
de la producción y el mercado (cuyo valor fun- tema de los derechos de las mujeres. Empero, re-
damental es la ganancia), y los sistemas infor- cuérdese también la posición de la República Po-
máticas y comunicacionales, ambos de alguna pular de China en su negativa de reconocer cier-
forma, imponen modelos o valores a la totalidad tas categorías de derechos, especialmente los de-
de la humanidad. Sin embargo, no todos piensan rechos civiles y políticos .21
que los medios de comunicación colectiva son Por su parte, algunos antropólogos y filósofos
negativos, sino que también tienen consecuen- no creen en la propuesta de un mínimo ético co-
cias positivas.l? mún, pues alegan que se trata de una imposición
La disputa en cuestión, desde una perspectiva de valores de una cultura preponderante a otras
de los derechos humanos tiene dos vertientes: formas culturales. Un ejemplo es la Asociación
una es la defensa de la diversidad cultural; de la Americana de Antropología, la cual en 1947, re-
cual Lévi-Strauss afirmó que lo importante no es presentó una de las primeras oposiciones a la
salvar las concretas formas culturales sino la idea DUDH. Esta institución reconoció la existencia
de la existencia misma de la diversidad cultu- del relativismo cultural como un hecho empírica-
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mente contrastable. Cada cultura tiene sus pro- nocéntrica, termina en una proposición de carácter
pios valores y es digna en sí misma. A criterio de etnocentrista; esto por cuanto el relativismo es una
esta asociación, el individuo realiza su personali- noción que nace en la cultura occidental, si se lo
dad por medio de su cultura; por tanto, respetar considera verdadero debería admitírsela como una
las diferencias culturales individuales implica verdad cccidental.w La antinomia es claramente
respetar las diferencias culturales; por ende, sus formulada por Sebreli: "si todo es relativo, la idea
valores .22 La DUDH al representar los valores de que todo es relativo también lo es: por lo tanto,
de una sola cultura, la occidental, impone dichos no todo es relativo (...) El relativismo absolutiza lo
valores a las demás culturas. Los valores son re- relativo; lo que debe hacerse si no queremos caer
lativos a la cultura de la cual se derivan, de mo- nuevamente en un absolutismo dogmático, es rela-
do que cualquier pretensión de postularlos for- tivizar a su vez al relativismo'tj?
malmente es cosa vana. Reconocer la diversidad El relativismo cultural parte del supuesto de
cultural implica que no puede haber un código que todos los grupos humanos con culturas dife-
ético impuesto a todos los pueblos. rentes son homogéneos, y llega a idealizarlas. Al
El relativismo aludido antes tiene sus fuentes ser homogéneas, se sigue que las divergencias de
teóricas en Herder, posteriormente, en Spengler, opinión o de valores no existen en dichas comu-
Toynbee, Danieleusky, Foucault y Ortega y Gas- nidades, tampoco los conflictos éticos, políticos
set. El punto de partida es la filosofía de la histo- e ideológicos. Este supuesto hace falaz la argu-
ria, según Sebreli, ponen énfasis al detalle, a lo mentación relativista; basta con observar los nu-
particular de cada cultura.T' Las culturas son au- merosos grupos humanos para percatarse de lo
tónomas, independientes unas de otras e incomu- contrario; por ejemplo, las diferencias religiosas
nicables. Para Sebreli, la idea antropológica de y políticas entre los países árabes o los conflictos
que "todo es cultura" coloca las realizaciones hu- étnicos en Europa.
manas en el mismo nivel, de lo cual se sigue que El relativismo parte de otro supuesto, la supre-
todas las culturas son válidas; por tanto, desde la macía de lo comunal sobre lo individual. Esta
perspectiva relativista se debe mantener la total idea en determinadas ocasiones tiene serias im-
neutralidad valorativa, pues no existe ninguna plicaciones de irrespeto a la dignidad y los dere-
ética universal desde la cual juzgarlas. chos humanos de las personas, en virtud de que
Los relativistas critican al universalismo en los grupos o las colectividades como tales pue-
cuanto éste tiende a la masificación, la uniformi- den equivocarse; por tanto, cometer injusticias
dad incolora e insípida y a la destrucción de los contra sus miembros individualmente. Ejemplos
particularismos.é+ El antropólogo Clifford abundan; una vista a lo que fue el bloque socia-
Geertz -quien no se considera un relativista éti- lista es suficiente muestra. En criterio de Pérez
co- enuncia esa crítica como sigue: "la antropo- "el relativismo cultural acaba situándose en una
logía se ha visto confrontada con algo nuevo: la posición inerme a la barbarie moral que supone
posibilidad de que la variedad se esté difuminan- la violación a los derechos humanos. Ahí aparece
do rápidamente para convertirse cada vez más en su límite no sólo inaceptable, sino insoportable.
un pálido, y reducido, espectro. Podríamos estar Por una parte, se replantea con él el viejo proble-
ante un nuevo mundo en el que sencillamente ya ma de la tolerancia y sus límites, pues en aras de
no existen cazadores de cabeza, matrilinialista o la tolerancia hacia lo particular pueden verse sa-
gente que predice el tiempo de las entrañas de un crificados los individuos ante particularismos
cerdo" .25 Lo impresionante de la cita es que año- descarnadamente intolerables". 28
re la extinción de las supuestas culturas "cazado- En este contexto, la confrontación entre la
ras de cabezas" junto con los sistemas de matrili- universalidad de los derechos humanos y el rela-
nialismo; situación ejemplar para introducir las tivismo cultural adquiere su máxima expresión
paradojas que envuelven al relativismo cultural. cuando se defiende, por parte del último, una
Una paradoja destacada por Pérez consiste en identidad cultural de las pueblos de manera acrí-
que la idea de relativismo siendo ella misma antiet- tica. Supóngase el caso de que por un lado, las
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CULTURA 515

personas buscan preservar la cultura grupal, la esas diferencias pueden ser la consecuencia de la
cual forma y define su identidad como miembro desigualdad.V El relativismo cultural al defen-
del grupo; sin embargo, cuando un individuo der las diferencias y las identidades de manera
identifica o reconoce ciertas manifestaciones de acrítica admite muchas prácticas perjudiciales a
su cultura -por ejemplo, prácticas tradicionales- la dignidad humana. La defensa de la identidad
como dañinas o violadoras de sus derechos o los cultural no pareciera entrar en conflicto con los
derechos humanos universales, la persona podría derechos humanos cuando se limita a la protec-
esforzarse por eliminar dichas prácticas de su ción de la multiplicidad de expresiones artísticas,
cultura. En relación a esta situación resalta un técnicas artesanales, gustos culinarios, entre
pregunta crucial planteada por Niec :29 ¿quién es otros; esto es, cuando se concibe a la cultura co-
el que tiene el derecho a reclamar, el grupo o el mo servicios culturales.
individuo?; i.e., ¿es el individuo el que tiene el La crítica de Sebreli contra el relativismo es
derecho al reclamo frente algunos aspectos de la muy radical, pues él parece incluir en un mismo
identidad cultural del grupo, en cuanto son viola- plano todas las formas de relativismo sin mayo-
torios a sus derechos humanos; o es el grupo el res diferencias, lo cual lo hace merecedor de la
que tiene el derecho de mantener esas prácticas y crítica de Geertz hecha al antirrelativismo, para
rituales en nombre de la identidad cultural? La Geertz no todo relativismo conduce a lo que lla-
cuestión es compleja, en principio de acuerdo ma "priorisrno moral"33. El relativismo es indis-
con lo argumentado es la persona la que tiene el pensable, incluso esencial, a la antropología co-
derecho a reclamar la violación de sus derechos mo una manera de aproximación ética al estudio
por encima de la colectividad. Esto se explica de las culturas, i.e., como requisito que permite
mejor con el siguiente caso, en Argelia varias lograr su comprensión (cf.: Gellner opina que
mujeres, según el informe de Amnistía Interna- Geertz es un relativista ético).34 En todo caso,
cional del año 1995, fueron asesinadas por un Geertz comete el mismo error que Sebreli al cri-
grupo fundamentalista islámico por no usar el ve- ticar por igual a todas las formas de universalis-
lo tradicional árabe; en represalia, otro grupo mo. Por esto, es importante distinguir entre dife-
mulsumán, supuestamente progresista, realizó rentes tipos de relativismo ;35 no todos son pro-
acciones similares contra mujeres que seguían blemáticos. Interesa, para efectos de este ensayo,
dicha práctica. Las mujeres argelinas no tenían distinguir entre el relativismo ético y el cultural.
salida, lo cual se refleja en las consigna del mo- El primero, a partir del reconocimiento de la di-
vimiento femenino que reza: "si hablamos mori- versidad cultural, propone que "no hay nada obli-
mos, si callamos morimos; hablemos y mura- gatorio o prohibido en sí mismo; únicamente es
mos" ,30 ¿Quien tiene el derecho? ¿A quién se de- obligatorio o prohibido para alguien dentro de un
be proteger?, ¿a los grupos que defienden sus grupo" ,36 en este sentido, se halla el relativismo
creencias o las mujeres víctimas de esas creen- cultural que postula la relatividad de los valores.
cias? En estos casos límites lo razonable es la de- El segundo, en cambio, es una categoría de análi-
fensa de las personas frente a la cultura. sis de la existencia empírica de la diversidad cul-
En consecuencia, como bien lo expone Sebre- tural sin llegar a planear la relatividad de los va-
Ii el "dilema del relativismo se origina cuando las lores. Este último no entraña dificultades, pues
identidades culturales entran en contradicción desde una perspectiva antropológica se constituye
con los conceptos de libertad, igualdad, derechos en una exigencia. A este tipo Pérez lo llama "re-
humanos, sexualidad, individualidad, ante los lativismo metodológico" .37 En este sentido, tam-
cuales no puede mantenerse la neutralidad moral poco existe dificultad en admitir que la diversi-
o simplemente decir que se trata de una cuestión dad cultural -al igual que la diversidad biológi-
de "preferencia" como quien se refiere a una co- ca- es indispensable para el bienestar y el mejo-
cina local comparada con otras" .31 El meollo del ramiento de la calidad de vida de los seres huma-
asunto es que "el relativismo limita su igualitaris- nos, siempre y cuando mantenga los límites que
mo a respetar las diferencias, pero' olvida que imponen los derechos humanos.
516 ÁLVARO CARVAJAL VILLAPLANA

La cuestión se centra ahora en cómo mantener del racismo-. Otra consecuencia que obtiene Lé-
una defensa de la diversidad cultural y unos va- vi-Strauss es la idea de civilización mundial;4o
lores universales como guía de la conducta hu- es decir, el viejo ideal cosmopolitade la ilustra-
mana. Parte de la repuesta fue adelantada por la ción y del positivismo, pero no sobre la base del
construcción de un código ético universal, el cual dominio de una cultura, sino que se trata de un
se formula en los derechos humanos. El asunto es cosmopolitismo multicultural; concepción que
que esos derechos deberían ser transculturales, recuerda la idea de Goethe de cosmopolitismo
¿cómo lograr esa transculturalidad tanto desde por sumatoria y no por eliminación de las dife-
los aspectos de justificación como de convicción rencias.
para ser aceptados? Por otro lado, está la cuestión Para Geertz, la salida al conflicto se encuentra
de ¿cómo vincular los particularismos con ese en los procesos comprensivos, comunicativos y
universalismo? Esto es algo que está por elabo- consensuales oponiéndose radicalmente a la im-
rarse. Una de las condiciones para alcanzar esa posición de valores. En su criterio, no se trata de
meta sería que el universalismo renuncie a cual- establecer unos valores como dados, sino de bus-
quier pretensión imperialista o colonialista.V por car las relaciones sistemáticas entre diversos fe-
tanto, aquí no se defiende cualquier tipo de uni- nómenos .41 Este enfoque es el ideal, pero en mu-
versalismo. El universalismo, según Camacho.t? chos casos impracticable en virtud de cuestiones
se logra de dos maneras: (a) por homogeneidad a inmediatas que requieren soluciones prontas, es-
partir de la destrucción de las diferencias, en el pecialmente en casos de violaciones a los dere-
cual los procesos de globalización, el modelo de chos humanos, en los cuales los procesos de
desarrollo por crecimiento económico o destruc- comprensión y convencimiento no son efectivos
tor de la naturaleza, los sistemas informativos y en el corto plazo. No cabe duda de que para una
la tecnología constituyen un peligro para la cul- serie de conflictos culturales ésa sería la mejor
tura; (b) la universalidad por inclusión de valo- manera de resolverlos.
res, con base en un mínimo aceptable de ellos. En
este caso, la autocrítica, especialmente de occi-
dente, es indispensable para poder lograr esa in- 4. Los derechos culturales:
tegración de valores. una doble naturaleza
Una línea de pensamiento semejante a la ante-
rior la aporta Lévi-Strauss -quien es mal inter- En las secciones anteriores se trataron dos te-
pretado por sus críticos relativistas y universalis- mas considerados entre las más importantes ba-
tas-. Para él, el progreso de las culturas no evo- rreras para el desarrollo doctrinal y jurídico de
luciona en una sola línea, sino por saltos discon- los derechos culturales; corresponde, en lo que
tinuos con múltiples vías para ese progreso. En sigue, analizar algunos de los aspectos más com-
ese proceso de la humanidad se distinguem dos plejos y difíciles: las obligaciones y los mecanis-
elementos esenciales, los cuales conducen a una mos de garantía. Los derechos culturales, al igual
paradoja: (a) por una parte, la mencionada dis- que los económicos y sociales, muestran compli-
continuidad del progreso de la humanidad, (b) caciones técnicas para su operativización; por
por otra, la cooperación entre varias culturas. En cierto no las únicas, otras se relacionan con los
otros términos, una es la tendencia a la diferen- motivos e intereses económicos y políticos, los
ciación, la otra a la homogeneización. La segun- cuales, probablemente, tienen mayor peso. En to-
da, en la actualidad corresponde al predominio do caso, el telón de fondo de los problemas me-
occidental. En general, en los procesos de homo- todológicos estriba en si los derechos culturales
geneidad se corre el riesgo de perder parte de la son propiamente derechos o no. Esta es una dis-
diferencia; empero, para mantenerla se requiere puta teórica tradicional en la filosofía de los de-
de cierta xenofobia moderada y tolerable -aspec- rechos humanos -debate imposible de estudiar
to que más le critican Sebreli y Geertz, al consi- extensamente- y que en la actualidad adquiere
derarlo como una nueva forma de presentación nuevas aristas.
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CULTURA 517

Una presentación de algunos elementos evolu- ción. A lo más que pueden aspirar es a concretar-
tivos del reconocimiento de los derechos humanos se en las políticas culturales. Un exponente de es-
ayudará a entender su complejidad. La DUDH re- ta corriente es Maurice Cranston, para quien los
conoció una serie de derechos humanos tanto civi- DESC no son derechos humanos por cuanto no
les y políticos como económicos, sociales y cultu- están sujetos a una practicabilidad, nunca llega-
rales ,42entre otros. Al inicio, todos esos derechos rán a constituirse en derechos judiciales .43
aparecen de manera unitaria y sin distinción de na- Para los defensores de los derechos culturales,
turaleza jurídica. Sin embargo, la DUDH no es un el hecho de que tal subcategoría se incluyera en-
instrumento jurídico, por tal motivo no es vincu- tre los económicos y sociales significó, en buena
lante a los Estados Partes. En ese sentido, resulta parte, un impedimento para su desarrollo .44Asi-
ser un documento en el que se postulan valores mismo, la división en dos categorías se interpre-
más que normas legales, y su carácter es de guía tó como el triunfo de quienes les niegan la condi-
para la acción. Empero, para el año 1968, las Na- ción de derechos .45 Un ejemplo en defensa de
ciones Unidas le otorgan un estatus de obligatorie- esa separación lo representa el señor Rodolfo Pi-
dad; en todo caso, es indiscutiblemente una fuente za Escalante al considerar como esencial tal dis-
imprescindible en los procesos de protección de tinción puesto que sólo los derechos que el llama
los derechos humanos. Al no ser un documento ju- de "libertad" (civiles y políticos) son propiamen-
rídico, y con el fin de darle una dimensión más te derechos subjetivos, esto es exigibles por el ser
efectiva, con posterioridad, como se sabe, siguió humano. Estos derechos se respetan o se violan.
una etapa operacional. Este período significó el Los derechos sociales en cambio son intereses le-
paso del reconocimiento a los mecanismos de pro- gítimos, no exigibles directamente por los suje-
tección jurídica y el establecimiento de los debe- tos, no se respetan ni se violan, sólo se cumplen
res de los Estados Partes. o incumplen, de manera mejor o peor.46 En cri-
En el momento de establecerse los mecanis- terio de Piza el movimiento que tiende a vincular
mos y las obligaciones de los Estados Partes no los derechos civiles y políticos con los económi-
existió un consenso entre los países integrantes cos, sociales y culturales es calificado como una
de la instancia internacional, especialmente entre "rnescolanza de derechos de libertad y derechos
los Estados Unidos y la Unión Soviética, en con- sociales, con el propósito desembozado de neu-
ceder el mismo rango legal a todos los derechos, tralizar la conciencia de las violaciones de dere-
lo cual arrojó como resultado dos Convenciones chos y libertades humanos que se les acusan, la
diferentes: una para los derechos civiles y políti- cual es realizada bajo el influjo de mayorías me-
cos, y otra para los económicos, sociales y cultu- cánicas alienadas tras los intereses políticos de
rales. Esa división representó la creación de dos algunos Estados" .47
sistemas de protección diferentes. Mientras que Sin profundizar en la crítica a esta posición, se
los DCP representan obligaciones inmediatas, los puede admitir que algunos derechos culturales no
DESC son obligaciones de prestación o de resul- cumplen con las condiciones requeridas para su
tado, esto es, derechos programáticos. Esta dis- practicabilidad, .pero no cabe duda de que otros
tinción reforzó la idea de que los DESC no son satisfacen las condiciones necesarias para su de-
reclamables ni legales; por tanto, los Estados no sarrollo legal, según se analizará.
pueden ser llevados al escrutinio internacional en Un segundo enfoque, adverso al anterior, los
el mismo sentido que los civiles y políticos. postula como auténticos derechos. La argumenta-
En este contexto, las posiciones teóricas acer- ción por la que se aboga, en la mayoría de los ca-
ca de sí los derechos culturales son auténticos de- sos, se sustenta en el hecho del reconocimiento de
rechos, o no, muestran una gran diversidad de tal subcategoría en los instrumentos internaciona-
opiniones, las cuales, a temor de simplificaciones les. Afirmando, además, que técnica y lógicamen-
excesivas, se resumen en tres: una primera les te tienen la misma posibilidad de desarrollarse que
niega su condición de derechos reduciéndolos a los DCP.48 No obstante, la mayoría de los esfuer-
valores morales que sirven de guías para la ac- zos de sus defensores no se orienta a clarificar
518 ÁLVARO CARVAJAL VILLAPLANA

cuáles serían los mecanismos de protección, sino humanos. Por otro lado, permite establecer dife-
que tienden a justificarlos o a conceptualizarlos, rentes niveles de desarrollo jurídico de tales de-
esfuerzos que se plasman en grandilocuentes de- rechos, lo cual contribuye a dirigir los esfuerzos
claraciones de principios, salvo honrosos esfuer- intelectuales a la resolución de diferentes tipos de
zos realizados por algunos pensadores y organis- problemas.
mos internacionales. Una muestra de los últimos Los problemas que presentan los derechos cul-
es el Convenio 169 el OIT -el cual no está en vi- turales, tanto conceptual como metodológicamen-
gencia-; la protección de la libertad de enseñan- te, se advierten cuando se comparan los DCP con
za, así como la libertad de enseñanza religiosa los DESC, especialmente porque los primeros son
impulsada por la UNESCO, la idea de etnocidio el modelo o patrón para establecer lo que es un de-
cultural junto con sus mecanismos de protección recho o no. En tal caso, se tiene como supuesto
-la cual tampoco tiene consenso en el seno de la que los DCP son el ejemplo que deben seguir los
ONU-o Esta segunda corriente, en general, se segundos si se quiere su real disfrute. En general,
niega a admitir que algunos derechos culturales se plantea que los DCP son derechos tanto en lo
presentan serios problemas metodológicos para teórico como en lo práctico; en contraste, los
su efectiva garantía y, por el momento, sólo pue- DESC lo son en lo teórico pero no en la práctica.
den ser considerados' como derechos morales. Ahora bien, si se adopta el modelo ideal, se tiene
Una posición intermedia a las anteriores sos- que algunos derechos culturales reúnen las condi-
tiene que los derechos culturales tienen una natu- ciones de aquél, otros aparentemente no tienen tal
raleza ambivalente. Esta doble dimensión se en- posibilidad. Acerca de esta segunda opción cabe
tiende de dos maneras: (a) la primera estima que pensar si necesariamente su garantización y recla-
algunos derechos culturales presentan la caracte- mo podrían seguir vías alternativas, en tal caso
rística de ser derechos morales, i.e., programáti- ¿cuáles serían esos mecanismos? Esta es una cues-
cos; otros, en cambio, obtienen el rango de dere- tión difícil de resolver, lo cual no es el objetivo del
chos fundamentales, esto es, jurídicamente recla- ensayo. Por ahora, interesa determinar cuáles son
mables; (b) la otra forma está en relación con la las condiciones que exige el modelo ideal para la
identificación de dos planos de garantización, admisión o no al estatus de derecho subjetivo,
unos son inmediatos (al igual que los DCP) y condicionantes que pueden resultar obvias para
otros mediatos (en el sentido de los económicos los expertos en la materia.
y sociales) .49 En cuanto derechos morales, su ga- En la actualidad, el sistema de protección in-
rantización es mediata; en cuanto derechos fun- ternacional de los derechos culturales, se identi-
damentales, los mecanismos de protección son fica una gran cantidad de fuentes cuya particula-
inmediatos. Esta característica de la naturaleza ridad es la dispersión; las cuales se pueden resu-
de los derechos culturales reside en que los dere- mir en dos principales: (a) los derechos recono-
chos admitidos como constituyentes de tal subca- cidos en las diferentes Declaraciones, Conven-
tegoría son de diferente tipo, por lo que no siguen ción, Pactos y Tratados Internacionales, y (b) la
un patrón o modelo único aplicable a todos ellos. doctrina generada por los organismos de las Na-
Ahora bien, el hecho de que unos derechos sean ciones Unidas. Sin embargo, desde el punto de
morales no implica que estén impedidos de un vista del reclamo de esos derechos dentro del
desarrollo jurídico y conceptual. sistema de protección, cuentan con escaso desa-
La tercera de las opciones explica -al pare- rrollo, con excepción de aquellos que, por sus
cer- de manera más próxima la realidad del de- características, se asemejan al modelo de protec-
sarrollo de los derechos culturales. Además, ofre- ción de los DCP.
ce la ventaja de que, al clarificar la doble dimen- Los derechos culturales, al formar parte de la
sión de los derechos culturales, se evitan confu- categoría de los derechos económicos y sociales,
siones y malos entendidos, ya que no permite para su plena garantía deben cumplir con una
aseveraciones absolutas relacionadas con la ne- cuestión medular, la cual reside en saber si el Es-
gación o afirmación las condiciones de derechos tado ha de ser compelido jurídicamente por un
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CULTURA 519

particular a que éste le preste los servicios para protección de los derechos culturales análogo a
obtener sus derechos económicos, sociales y cul- los Civiles y políticos, salvo las excepciones del
turales. De tal manera, si se sigue el sistema de caso. En la practica, esta aseveración de Gros Es-
protección vigente, y se asume el modelo de los piell se impone; por ejemplo, en el Protocolo de
DCP, los derechos culturales requerirían necesa- San Salvador -dentro del sistema interamerica-
riamente la-existencia de: (a) un titular (derecho no- sólo se establece un mecanismo de protec-
subjetivo), (b) un procedimiento judicial para ción efectiva para los derechos económicos, so-
exigir el cumplimiento del derecho, (e) una auto- ciales y culturales, junto con la presentación de
ridad judicial a la que recurrir para reclamar, y informes, como un mínimo aceptable. Otros ins-
(d) un sujeto responsable, que no necesariamente trumentos como el Convenio 169, establecen me-
tiene que ser el causante del incumplimiento. canismos pero su ámbito se reduce a los pueblos
En términos generales, por las características indígenas. Este documento legal no está en vigen-
que presentan los DESC y en virtud de las condi- cia. En todo caso, la defensa de los derechos cul-
ciones expuestas en el párrafo precedente, se de- turales de las minorías siguen como estrategia la
terminó en los diferentes sistemas de protección defensa de sus derechos civiles y políticos.
(sean mundiales o regionales) que las formas de Si bien, a los derechos culturales se los ha ca-
garantía viables para los derechos culturales es- racterizado tradicionalmente por tener una natu-
tán dadas por la preparación de condiciones y por raleza jurídica diferente a los DCP; los recientes
las medidas adoptadas por los Estados. Las con- esfuerzos por hacerlos efectivos logran identifi-
diciones dicen de la progresividad en el cumpli- car algunos derechos que cumplen con los requi-
miento, el cual está supeditado o en relación con sitos asignados por el modelo ideal, estos dere-
la disponibilidad de recursos económicos por chos no requieren de la creación de condiciones
parte de los Estados, entre otros aspectos. Las previas ni de la adopción medidas para su even-
medidas, por su parte, establecen que no hay una tual disfrute.
obligación inmediata de los Estados en dar cum- Por otra parte, en relación con el tema antece-
plimiento efectivo al disfrute pleno de tales dere- dente, es oportuno resaltar que la sugerencia de
chos. Así, la tendencia es hablar de un proceso en una doble naturaleza de los derechos culturales
donde las medidas contribuirán a la eficacia del es notable en cuanto que en los discursos de los
disfrute del derecho, sin que se establezcan pla- derechos humanos frecuentemente aparecen ex-
zos para lograr las metas; empero, si indica la presiones como "derechos culturales" o "derecho
obligación de adoptar medidas, las cuales son de a la cultura" para referirse a dicha subcategoría
índole variada. clasificadora en la que se incluye un sinnúmero
Por otro lado, los mecanismos de protección, de derechos. Como se anotó, estos derechos
según Can~ado,50 tienen que ver con algunas ini- muestran disparidades significativas, lo cual im-
ciativas para el reconocimiento del derecho de posibilita aplicar un sólo modelo o metodología
petición individual en relación con determinados para su garantización. Esto remite a dos maneras
derechos económicos sociales y culturales. El al- de concebir los derechos culturales: un sentido
cance de garantía se limita a la presentación, la restringido, los propiamente culturales; otro am-
revisión y el análisis de dichos informes, así co- pliado, vinculados con los derechos civiles y po-
mo a la comprobación de hechos y la designa- líticos, y que de alguna manera responden a los
ción de relatores especiales. denominados "servicios culturales" (véase el
El experto en derechos humanos, Héctor Gros apartado 2). La distinción esbozada es claramen-
Espiell, representa una posición extrema en ma- te establecida por Niec 51 y por Prieto; aunque de
teria de los mecanismos de protección, sostiene manera diferente al expuesto. 52
que es difícil imponer un sistema de protección Los derechos con contenido cultural son los
en razón de la autonomía del Estado de elegir su que logran un mayor desarrollo y están estre-
sistema político y económico; por tanto, es impo- chamente ligados con los DCP; a menudo son
sible pensar en establecer un sistema de control y vistos como una extensión de éstos, tales como
520 ÁLVARO CARVAJAL VILLAPLANA

a la libertad y la propiedad. Por ejemplo, los de- Los mecanismos de protección de los dere-
rechos a la libertad cultural y científica son una chos culturales vigentes se clasifican, a efectos
extensión del derecho a la libertad de pensamien- de este ensayo, en tres ejes: (a) los que versan so-
to u opinión; los derechos de autor, al de la pro- bre los servicios culturales; (b) los que tratan de
piedad. En ambos casos, lo novedoso es el conte- la contribución individual a la cultura o la cien-
nido que se tutela.: lo cultural.S' Stavenhagen cia y la tecnología; y (e) los relacionados con la
enuncia que los derechos culturales en primer ins- identidad cultural. Esta agrupación responde, a
tancia son una subclase de los derechos indivi- su vez, a las nociones de cultura analizados en la
duales; pero, además, están relativamente relacio- sección dos. A las dos primeras se las vinculan
nados con los derechos civiles y políticos, espe- preponderantemente con los derechos individua-
cialmente con los derechos de expresión, educa- les. En otras palabras, es la persona la que tiene
ción, religión, asociación y a la libertad 54 (véan- derecho a participar en la vida cultural, a disfru-
se también a Harvey, O'Donnel y Gros Espiell). tar de los beneficios de la ciencia y la tecnología,
Por su parte, Eide anota que la relación se es- a ejercitar su libertad cultural y científica. En
tablece más claramente entre los derechos inclui- principio, ambas clases de mecanismos protege-
dos el Artículo 27 de la CIDCP y el artículo 15 de rían lo que se podría denominar la cultura en ge-
la CIDESC, así como en otros instrumentos.S> a neral. El tercero, en cambio, se le relaciona más
saber: el derecho a educar (el cual puede ser vis- con los derechos colectivos; algunos autores sos-
to como un derecho en sí mismo con independen- tienen que éstos son los derechos propiamente
cia de la cultura), el derecho a la libertad de ex- culturales, porque su pleno disfrute sólo puede
presión e información (empero, algunos autores darse por medio del grupo, en tanto que versan
lo analizan como un derecho propiamente cultu- sobre la identidad colectiva. En lo fundamental
ral, pero, por lo general, es tratado como un de- este tipo de mecanismos se ligan estrechamente
recho civil), el derecho a la expresión cultural con la protección de las denominadas "minorías
(que aveces se ve como una extensión del de in- culturales", ya sean étnicas, lingüísticas, religio-
formación), la libertad de profesar una religión o sas y los pueblos indígenas, es decir, grupos con
de expresar la propia cultura. escasa capacidad de influencia en el Estado ;57
Debe reconocerse que la distinción entre dere- sin descartarse la idea de que las personas indivi-
chos propiamente culturales y con contenido cul- dualmente tienen derecho a su identidad cultural;
tural plantea problemas pues no hay acuerdos tema espinoso que no es posible abordar con pro-
unánimes sobre cuáles son los derechos propia- fundidad en este ensayo.
mente culturales y cuáles no, tal es el caso de los Sin embargo, al postularse la identidad y la di-
ya mencionados derechos a la educación e infor- versidad cultural como valores que han de ser tu-
mación. Además, cuando se intenta definir los telados de alguna manera, y si además se las con-
componentes de algunos derechos, como el de la sidera como los principios rectores de los dere-
participación en la vida cultural o el acceso a la chos culturales (aunque, por supuesto, no todos
cultura, reinan la imprecisión y el desacuerdo en coinciden al respecto, para algunos la columna
relación con su contenido. 56 Esas imprecisiones vertebral es el derecho a la participación), resulta
se reflejan en los instrumentos internacionales de improcedente legislar sólo para la especificidad y
protección, mientras que la Convención Europea no para la generalidad. Este reclamo es sentido en
de Derechos Humanos sólo acepta como dere- años recientes; por ejemplo, para Prieto la protec-
chos fundamentales el derecho a la educación, el ción de la identidad cultural vista a través de las
Protocolo de San Salvador -el cual no ha entrado minorías es muy limitante, él se interroga por cuál
en vigencia- admite el derecho a la educación es la protección a las mayorías culturales o las
(Art. 13) Y a disfrutar de los beneficios de la cul- subculturas. La preocupación por las "mayorías
tura (Art. 14). Por su parte, el Artículo 27 de la culturales" responde a las nuevas características
CDCP reconoce como un derecho civil el tener de la multiculturalidad, o a lo que algunos gustan
una lengua. llamar de los "mosaicos culturales", los procesos
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CULTURA 521

de homogeneización cultural, los sistemas in- ción de este tipo de derechos no queda necesaria-
formáticos y comunicacionales, la idea de que mente en el plano de las personas frente al Esta-
las personas participan de diferentes identida- do. En una dimensión más global no resulta tan
des culturales. 58 En este sentido, para Prieto, la preciso identificar al violador de los derechos
cultura de la mayoría se ve amenazada por la culturales, puesto que interviene lo que Mayorga
pretendida cultura transnacional.S? El legislar denominado el "sector terciario"; es decir, las
para la generalidad no niega la existencia de transnacionales y otros actores particulares. Al
una protección especial para las minorías cultu- respecto, él establece que el Estado no es necesa-
rales como los casos de las mujeres y los niños. riamente el violador de los derechos culturales,
El problema fundamental sería establecer esos aunque si es el responsable de la plena efectivi-
mecanismos de protección generales, puesto dad de su disfrute .64 Una posible vía de influir en
que en relación con la especificidad se vislum- este "sector terciario", especialmente en las
bran algunas soluciones. El mismo Prieto expo- transnacionales, es la creación de un código ético
ne diferentes modelos de tutela, se destaca la fi- relativo al tema de lo cultural.
gura de la "autonomía cultural", en la misma lí- Por último, a partir del estado actual en mate-
nea esta la idea del etnocidio cultural. ria de protección de los derechos en cuestión, se
La perspectiva teórica que identifica los dere- tiene que la expresión "derechos culturales" alu-
chos culturales como colectivos sin negar que los de a una gama de derechos dispares entre sí, tan-
individuos forman parte de esa colectividad, si- to en el nivel doctrinal, metodológico y jurídico.
guiendo la argumentación de Stavenhagen en es- Considerando esa disparidad, se pueden estable-
te punto, establece un argumento por analogía cer niveles de desarrollo de tales derechos.v> Es-
con la idea de la identidad personal, analogía que ta clasificación contribuye a identificar los ám-
presenta serias dificultades metodológicas de la bitos que requieren de un mayor tratamiento en
operacionalización de los derechos culturales, en los diferentes tipos de problemas que presentan.
cuanto que cabe preguntarse ¿cómo es posible Ellos son los siguientes:
tratar a un grupo como si fuese una persona?,
considérese, también, que si el ideal es el mode- (a) Primero se tiene a aquellos que cuentan
lo de los DCP; entonces, se está ante el problema con una legislación internacional y nacional que
de como ajustar la concepción de derechos colec- los hacen muy operativos y reclamables, por
tivos al derecho subjetivo .60 En criterio del autor ejemplo: los derechos de autor, la defensa del pa-
del ensayo los grupos como tales no tienen dere- trimonio nacional, la libertad religiosa, el dere-
chos propiamente dichos sino que la titularidad cho a tener una lengua, derecho a la enseñanza
corresponde a los individuos como parte de los religiosa, la libertad de abrir instituciones públi-
grupos .61 Sin embargo, es pertinente considerar cas educativas, entre otros. Muchos de ellos reco-
que muchos de los derechos culturales sólo se nocidos como fundamentales en el PIDCP y el
pueden ejercitar colectivamente .62 El problema PIESC.
reside en cómo, desde la perspectiva individual (b) También, están aquellos derechos que,
y tomando en cuenta la acción colectiva, se pue- según O'Donnell, por sus características pueden
de ejercer el derecho. Una respuesta particular es ser operativizados. Algunos se los puede vincu-
la ya mencionada figura del etnocidio 57. Pero, lar con los civiles y políticos a partir del derecho
por otra lado, es interesante la propuesta de Will a la libertad: libertad de expresión artística, que
Kymlicka de que hay cierta forma en que la co- involucra el derecho a la expresión y la libertad
lectividad, en tanto minoría, se debe proteger an- artística. La identidad cultural a partir de la no-
te las presiones externas de las mayorías dentro ción de etnocidio cultural en cuanto consiste en
de un Estado .63 la condena a la privación de las características o
Desde una perspectiva global, se hace más di- identidad étnicas, la asimilación forzosa, la inte-
fícil la operacionalización de los derechos cultu- gración forzosa y la imposición de estilos de vi-
rales, en términos generales, puesto que la viola- da, podrían eventualmente caber dentro de esta
522 ÁLVARO CARVAJAL VILLAPLANA

posibilidad; además, de las formas de autonomía 5. Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo,


cultural señalas por Prieto y Kymlicka. UNESCO; 1996. Nuestra diversidad creativa. Infor-
(e) Otros, que parecen ser valores más que me, Versión resumida, l' ed., París: UNESCO.
derechos, puesto que, tal y como fueron formula- 6. Harvey, Edwin; 1990. Derechos culturales en
Iberoamérica y el mundo" 1"ed., Madrid: Tecrios, p.
dos en los instrumentos internacionales, dan la
36-37.
impresión de ser ideales morales a los que se de-
7. Stavenhagen, Rodolfo; 1995. "Cultural Rights
be aspirar. Estos derechos son de difícil reclama- and Universal Human Rights", en Eide, Aslyon y
ción, desde la perspectiva del derecho subjetivo. otros, Econocmic, Social and Cultural Rights, l" ed.,
Algunos ejemplos son los siguientes: el derecho Netherlands: Kluever Academic Publicers.
a la identidad cultural, a participar en la vida cul- 8. Eide, Asbjon; 1995; "Cultural Rights as Indivi-
tural, a gozar de los beneficios del progreso cien- dual Rights", en Eide, Aslyon y otros, Econocmic, So-
tífico y tecnológico, el desarrollo cultural. Los cial and Cultural Rights, l' ed., Netherlands: Kluever
cuales sólo en parte podrían traducirse a normas Academic Publicers.
jurídicas, algunas ya se contemplaron en los pun- 9. Ramírez, Edgar Roy; 1993."Una perspectiva del
tos (a) y (b). desarrollo: la necesidad de un código internacional de la
tecnología y la tecnología que necesitamos", en Cultura
y desarrollo desde América Latina, l' ed., San José, C.
En resumen, los derechos culturales muestran
R.: Editorial de la Universidad Costa Rica, p. 55.
una doble naturaleza que dificulta su tratamiento lO. Ladriere, Jean; 1978. El reto de la racionali-
metodológico en razón de los tipos diferentes de dad: La ciencia y la tecnología [ren te a las culturas, l'
derechos que comprende tal subcategoría. Esta dis- ed., traducción de José María González Holguera, Sa-
tinción es indicativa de diferentes ámbitos de pro- lamanca: Ediciones Sígueme/UNESCO.
blemas de los derechos culutrales, los cuales re- 11. Camacho, Luis; 1993. "Problemas del desarro-
quieren de análisis más específicos para determinar llo cultural", en Cultura y desarrollo desde América
su operatividad jurídica. Esta diferencia facilita Latina, l' ed., San José, C. R.: Editorial de la Univer-
una identificación de algunos derechos recamables sidad Costa Rica, p. 25.
jurídicamente por los individuos, al ajustarse al 12. Geertz, Clifford; 1996. "El pensar en cuanto
acto moral", en Los usos de la diversidad, l' ed., tra-
modelo de los DCP. Otros, en cambio, requerirán
ducción de José María Nicolalu La Roda y otros, Bar-
de formas alternativas para su pleno disfrute.
celona: Ediciones Paidós. Además a Gellner, Emest;
1997. Antropología y política, l' ed., traducción de Al-
berto Luis Bixio, Barcelona: Editorial Gedisa.
Notas 13. Prieto de Pedro, Jesús; 1992. Cultura, culturas
y constitución, 1" ed., Madrid: Centro de Estudios
l. Se utilizan las siguientes siglas para referirse a: Constitucionales, p. 35.
Declaración Universal de Derechos humanos (DUDH), 14. Kustchera von, Franz; 1989. Fundamentos de
Convención Internacional de los Derechos Civiles y ética, la ed., traducción de María Teresa Hemán-Pé-
Políticos (CIDCP), Convención Internacional de los rez, Madrid: Ediciones Cátedra, p. 314.
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CI- 15. Ladriere.Dz. Cit., p. 15-16. Este enfoque no es
DESC), derechos civiles y políticos (DCP) y derechos exclusivo de Ladriere, ideas semejantes se hayan en la
económicos, sociales y culturales (DESC). antropología, las cuales son reseñadas por Prieto. Algu-
2. Niec, Halina; 1988. Cultural Rights: At the End nos autores que cita son: Srokin, Nicolson, Malinoski,
the World Decadsfor Cultural Develement, l' ed., en Klucholn (Prieto, Ob. Cit., p. 34-35).
http//www.unesco-sweden.orglconference/papers.pa- 16. Para Pérez dicha dualidad esencial se encuen-
pers2.htm; p. l. tra en el pensamiento filosófico occidental y tiene
3. UNESCO, 1970. Los derechos culturales como que ver con dos tipos de racionalidad: (a) una crítica
derechos humanos, 1" ed., traducción de José María y emancipadora; (b) otra instrumental-estratégica, de
García-Arias, Madrid: Ministerio de Cultura. tipo funcionalista, a la cual considera perversa y jus-
4. Olivé, León (comp.); 1993. Ética y diversidad tificadora de nuevas formas de servidumbre; por otro,
culutral, la ed., México D.E: Instituto de Investigacio- el desarrollo material a costa de la explotación y la
nes Filosóficas, UNAM. expansión colonialista (pérez Tapias, José Antonio;
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CULTURA 523

1995. Filosofía y crítica de la cultura, la ed., Madrid: 31. Sebreli, Ob. c«, p. 68 y Pérez, Ob. cu., p.
Editorial Trotta, p. 243-244). 254-255.
17. Para Pérez el universalismo es un elemento 32. Sebreli, Loc. Cit.
que tiene consecuencias tanto negativas como posi- 33. Geertz, Ob. cu.. p. 62.
tivas. El universalismo se profundiza con la revolu- 34. Gellner,Ob. Cit., p. 44.
ción de las informaciones, en donde los medios de 35. Camacho,Ob. Cit., 28-29. Este autor enumera
comunicación tienden a una fuerte- homogeneiza- seis tipos de relativismo.
ción, pero que a la vez resaltan las diferencias, así 36. [bid, p. 28-29.
según él "hay procesos irreversibles de aculturación 37. Pérez, Ob. cu.. p. 255.
pero sobre la red de una endoculturación general 38. Loc. Cit.
muy expandida se constituye los nudos de muy di- 39. Camacho,Ob. cu.. p. 27.
versas subculturas" (Ibid., p. 248). Para Pérez lo que 40. Lévi-Strauss, Ob. Cu., p. 44 Y 64.
hay que buscar es un universalismo capaz de hacer 41. Geertz, Ob. Cit., p. 89.
valer el derecho a la sana diferencia sobre la base de 42.. Los derechos culturales aparecen como una ca-
la igualdad de los otros. Otros enfoques sobre los tegoría específica establecida en el Art. 27 de la
efectos negativos y positivos de los medios de comu- DUDH y el Art. 15 de la CIDESC. Posteriormente,
nicación se encuentran en Nestor García Canclini en otros documentos ampliarán los derechos que se inclu-
su obra Culturas hibridas, estrategias para entrar y yen en dicha categoría. En relación al tema de la evo-
salir de la modernidad y en Humberto Eco en Apo- lución de los derechos humanos véanse a Cassese y
calipticos e integrados. Cancado.
18. Lévi-Strauss, Claude; 1952 (edición española 43. En los aspectos de los DESC, Cranston, es cita-
de 1996). "Raza e historia" en Raza y cultura, la ed., do por Wieruzwnski, Rome; 1994. "Sorne Coments
traducción de Sofía Bengoa, Madrid: Ediciones Cáte- Conceming the Concept of Economic and Social
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Álvaro Carvajal Villaplana


Escuela de Filosofía
Escuela de Estudios Generales
Universidad de Costa Rica
acarvaja@cariari.ucr.ac.cr.

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