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RESULTANDO:
CONSIDERANDO:
El articulo 128 del Código Penal, establece: "El que mataré a otro será sancionado con
prisión de diez a veinte años", asimismo el Artículo 129 numeral 1º del cuerpo de leyes
relacionado, ordena que el homicidio será agravado cuando fuere cometido en:
"ascendiente o descendiente…"; por su parte el artículo 24 del Código Penal, regula:
"Hay delito imperfecto o tentado, cuando el agente, con el fin de perpetrar un delito,
da comienzo o practica todos los actos tendientes a su ejecución por actos directos o
apropiados para lograr su consumación y ésta no se produce por causas extrañas al
agente"; por lo que de la lectura de dichas normas penales se desprende que los requisitos
subjetivos y objetivos del tipo penal son: 1). Dolo directo o eventual de matar a una
persona con vida humana independiente, 2). Que el sujeto activo del delito haya realizado
una acción u omisión sobre el sujeto pasivo del mismo, utilizando el medio idóneo, directo
y apropiado para buscar la consumación de la muerte de la víctima y 3). Que esa muerte no
se haya producido, no por la voluntad del agresor, sino por que existió una causa extraña
que impidió que ese resultado muerte se produjese.
En el presente caso, se contó con CUATRO declaraciones que aportan prueba DIRECTA y
estas son: 1- testigo ***********, quien en lo medular manifestó: "Que es vecina de
************, quien vivía con el señor ********, y con su hijito que tenía como año y
medio, y este niño no era hijo de don ******* quien ya esta bien señor, sino que ella decía
que el papá del niño se llamaba *****; que en el mes de febrero de este año ella venía de
traer agua junto con la niña ******, resultando que cuando pasaron por la casa de
**********, escuchó que el niño lloraba y lloraba, por lo que se quedaron paradas, en eso
decidieron observar, y vieron que ********** tenía a su hijo antes referido en la cama y le
pegaba por todas las partes del cuerpecito, en las piernitas y le ponía por encima un trapo en
la boca para que este no llorará, el cual no le introducía, solo se lo ponía para que no
llorará, asimismo le decía al niño que no llorará, y exclama "así me pegaba *****", fue por
tal razón que al ver que ella no le dejaba de pagar al niño, se lo quitó y se lo llevo para su
casa; posteriormente llegó ******, llorando y se lo pidió, por lo que ella se lo entrego."
Cada uno de estos testigos, fue analizado y puede este Tribunal afirmar que gracias a la
inmediación de la prueba, se percibió que sus declaraciones fueron espontáneas, libre de
contradicciones, ya que fueron coherentes en si mismos y entre sus respectivas
declaraciones, no siendo impugnados de parcialidad, interés o cualquier prejuicio que este
Tribunal tenga que valorar para examinar su objetividad; únicamente es de hacer notar que
la testigo **********, es una persona que se mostraba enferma, de hecho la misma
manifestó que se encontraba mal de salud de la cabeza, no obstante ello, fue una testigo que
perfectamente comprendía su deber de decir la verdad y estaba clara en lo que afirmaba o
negaba, por lo que es una testigo capaz para declarar, rindiendo un testimonio coherente y
por ende merece fe al igual que los demás testigos antes señalados. Partiendo de esa
premisa, tenemos al analizar el contenido de las declaraciones; este Tribunal desprende que
según los hechos probados no está claro de manera inequívoca que la intención de la
ACUSADA fuera de matar al menor víctima, por cuanto los testigos han sido claros en
manifestar que ella le pegaba en el cuerpecito en diferentes partes del cuerpo y si bien es
cierto se habla de que le ponía un trapo en la boca, se aclaró que era la misma camisita del
niño, y sobre todo es importante señalar que se especifique que este trapo o camisita del
niño, no se lo introducía en la boca, tal como lo dice la ACUSACION, sino que
simplemente se lo ponía y se lo quitaba, solo para que se callara, ya que de hecho le decía
"que se callara", por lo tanto resulta poco sostenible afirmar que la INTENCION ERA
HOMICIDA, podemos sostener que las testigos ya mencionadas presenciaron los hechos
alrededor de las nueve de la mañana, cuando venían de traer agua, y la policía muy
negligentemente localizó a la acusada hasta las diecinueve horas o sea ya en la noche; en
ese orden de pensamiento queda claro que la acusada tuvo todo el tiempo para matar al
menor y no obstante no lo hizo; de igual manera viene a robustecer este análisis la prueba
consistente en: Reconocimiento medico legal de Sangre practicado al niño
***************, en el que se hace constar que el niño fue examinado por la Dra. Forense
ANA GRISLEDA RUIZ, el día cinco de febrero del presente año, en el que hace constar
que el referido menor no presenta ningún tipo de lesiones. En ese orden de pensamiento, si
descartamos que NO hubo dolo de matar, podemos sostener que los hechos acusados no
se adecuan al delito de homicidio agravado imperfecto, en ese sentido es irrelevante entrar
a analizar los restantes requisitos del tipo penal acusado y procede determinar si los hechos
encajan o no en otro tipo penal, y es aquí donde este Tribunal retoma la ADVERTENCIA
que se hizo en audiencia de conformidad a los artículos 344, 359 inciso 2º y 362 numeral
8º, todos del Código Procesal Penal, en relación con el Artículo 204 del Código Penal,
referente al delito de MALTRATO INFANTIL, el cual regula lo siguiente: "EL QUE
MALTRATARE A UNA PERSONA MENOR DE EDAD CON EVIDENTE
PERJUICIO FISICO, MORAL, O PSICOLOGICO, SERÁ SANCIONADO CON
PRISION DE UNO A TRES AÑOS".
Al analizar este delito vemos que los requisitos subjetivos y objetivos son los siguientes: 1.
Es un delito doloso, 2. debe acreditarse que existió el maltrato, el cual puede ser físico,
moral o psicológico, es alternativo, no requiere que se cumplan todos estos verbos
rectores, 3. el maltrato debe ser evidente y 4. el sujeto pasivo debe ser un menor de edad; se
trata por tanto, de acciones voluntarias, previstas en la ley, imputables a un sujeto
responsable, en las que se causa un perjuicio al menor, contraviniendo sus derechos como
persona y dificultando, (o poniendo en peligro, dada la edad de la víctima en el presente
caso) el desarrollo de su personalidad.
Considera este Tribunal que estos elementos del tipo penal de maltrato infantil, se adecuan
al caso en particular por cuanto, se ha probado que la acusada LE PEGABA físicamente en
diferentes partes del cuerpo a su hijo menor y si bien es cierto en el Reconocimiento
medico legal de sangre no acredita que la víctima presentaba lesión, no hay que perder de
vista que nuestro sistema procesal penal regula el principio de libertad probatoria en el
artículo 162; en ese sentido para que exista maltrato infantil, no necesariamente tiene que
dejar una marca visible en el cuerpo, es suficiente que se pruebe el maltrato que en este
caso es de naturaleza FISICO, ahora bien en cuanto al requisito que debe ser EVIDENTE
de igual manera, no podemos asociar este requisito a las lesiones físicas visibles, sino de lo
que se trata es que ese maltrato sea claro, indudable, observable por cualquiera de los
sentidos, que si deja o no secuelas físicas o de otra naturaleza como puede ser psicológico,
es diferente; por lo tanto, los cuatro testigos ya antes mencionados, fueron contestes en
declarar que ellos observaron, presenciaron a través de sus sentidos como la acusada con
sus propias manos le pegaba a la víctima que resulta responder al nombre de
************, con cuya declaración no se puede contar ya que a la fecha de los hechos era
un niño de aproximadamente un año seis meses de edad, resultando que para la fecha de los
hechos tendría aproximadamente dos años de edad, y aún cuando Fiscalía no presentó la
correspondiente certificación de la partida de nacimiento, no obstante haberla ofrecido para
acreditar la edad exacta del menor y el grado de parentesco de la víctima con la madre, se
pudo constatar que la forense, Doctora Ana Griselda Ruiz, examino personalmente al
menor, y al respecto declaró que la víctima tenía aproximadamente un año seis meses de
edad, contándose con un informe procedente del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo
Integral de la niñez y la adolescencia, ISNA, suscrito por la Delegada Regional Central y
Paracentral, Licenciada Maris Ramos de Belloso, en consta que efectivamente el niño
*************, nació en Honduras, el veinticuatro de agosto de dos mil cuatro; en ese
orden de ideas hay prueba suficiente que acredita la corta edad del menor, y que era este
niño quien sufrió muchos golpes, no uno aislado y que estos fueron evidentes, no se puede
sostener que se presta a equívocos, ya que la testigo *********, fue la primera que observo
dicha agresión, luego las testigos ***** Y *********, son las que ven en un segundo
momento la misma acción, agregando estas tres testigos, que la acusada es la madre de la
victima, y aún cuando para el juicio de tipicidad no se requiere que exista este vinculo de
parentesco, fueron unánimes en manifestar que ella era la madre por cuanto así lo sostenía
la acusada y observaron que lo amamantaba, agregando que el padre era una persona de
nombre *********; finalmente el agente captor Juan José Ramírez, presenció el mismo
maltrato infantil contra la victima, y si nos detenemos a analizar, todos los testigos son
concordantes en que la acusada con sus manos golpeaba al niño cuando lo tenia en la cama,
quien lloraba y lloraba a causa de los golpes, valorando que era un niño que en lo absoluto
por su corta edad no podía defenderse de dicha agresión. Asimismo se contó con el ACTA
DE INSPECCION practicada por los agentes ********** y *********, y si bien es cierto
Fiscalía no ofreció a estos investigadores policiales que practicaron la inspección como
testigos, lo cual no deben arriesgarse a no ofrecerlos para respetar el principio de oralidad y
contradicción, en el presente caso, ello no fue objetado por la defensa que fuese
incorporada únicamente por lectura, con base al Artículo 330 del Código Procesal Penal,
acreditando este medio de prueba documental que el lugar existe, estableciéndose los
puntos de ubicación del mismo.
De todo lo antes expuesto, y de la prueba presentada este Tribunal llega a la conclusión que
los hechos acusados encajan en el delito de MALTRATO INFANTIL, previsto en el
Artículo 204 del Código Penal.
ANALISIS DE LA AUTORIA:
No menos importante es señalar que si bien es cierto se alegó una posible disminución
mental de la acusada para comprender la ilicitud de sus actos, es importante señalar que si
bien es cierto los peritajes NO SON VINCULANTES al juez, ni se puede afirmar la trillada
y ya superada expresión que los mismos constituyen los ojos del Juez, es claro para este
Tribunal, que en esta oportunidad no hay una razón de peso para apartarse de los dos
peritajes psiquiátricos practicados a la acusada por los Doctores ANA ISABEL AVALOS
y JOSE MIGUEL FORTIN MAGAÑA, los cuales han sido incorporados en la Vista
Pública y constan en la fundamentación descriptiva, siendo ambos concluyentes en afirmar
que la acusada SI comprendía al momento de los hechos la ilicitud de sus actos, asimismo
la acusada respondió perfectamente al interrogatorio de identificación que se le hizo en la
audiencia por parte de este Tribunal, de manera coherente, por ende más allá de alguna
probable apreciación personal de un tercero, este Tribunal no tiene argumentos ni prueba
para sostener que la acusada no comprendía la ilicitud de sus actos.
Por todo lo antes expuesto, el Tribunal ha concluido que la conducta ha sido típica, de
conformidad al Artículo 204 del Código Penal, por las razones ya expuestas; antijurídica
porque existe una relación de contradicción entre el hecho configurado y el Bien Jurídico
tutelado por el Derecho Penal, en este caso el atentado contra los Derechos y Deberes
familiares, el cual se lesionó al nivel que exige el tipo penal, ya que existe barrera de
protección a la afectación final de un bien jurídico; y a la autora a quien se le ha
comprobado el hecho, no se le han establecido causas de justificación alguna de las
establecidas en el Artículo 27 del Código Penal, teniendo un contenido de disvalor o de
injusto, al intentar lesionar en el presente caso el referido bien jurídico Vida. Asimismo, es
una conducta culpable, por lo que se le hace un juicio de reproche y si bien es cierto a la
acusada se le atribuía una posible disminución mental, ello ha quedado desvirtuado
principalmente con los peritajes psiquiátricos aludidos, y en segundo lugar con la
inmediación que este Tribunal tuvo con la acusada al momento de su interrogatorio de
identidad y datos personales de lo que se infiere que la acusada si tiene capacidad de
culpabilidad, habiendo estudiado según se reporta sexto grado de educación básica, según
lo cual al menos ya es un mínimo de educación adquirida para el nivel analfabetización que
existe en nuestro país, en razón que comprende la diferencia que existe entre lo lícito e
ilícito, al ser persona de veinticuatro años de edad; en ese sentido, se le reprocha su
conducta al no haber acatado el llamado que la norma penal hace de no maltratar a un
menor de edad.
Por las razones antes señaladas, se tienen por acreditados los siguientes hechos: "Que
entre aproximadamente a las nueve horas del día cinco de febrero del presente año dos mil
seis, en la casa de habitación propiedad del señor **********, ubicada en Barrio
Concepción, Citala, Chalatenango, se encontraba la víctima menor ***************, de
aproximadamente un año seis meses de edad, acostado en la cama, cuando la señora
***************, de quien se dice es su madre, procedió a propinarle golpes con sus
manos en todas las partes de su cuerpecito, incluso para que este se callara le colocaba un
trapo en la boca que era la misma camisita del niño, de manera intermitente, resultando que
vecinas del lugar primeramente escucharon los llantos del niño y posteriormente
observaron como la acusada golpeaba a la referida victima, a tal punto que decidieron
quitarle al niño y llevárselo, posteriormente ante los ruegos de la acusada, se lo volvieron a
entregar, dando aviso a la policía, resultando que en horas de la noche aproximadamente
como a las diecinueve horas (siete de la noche) del mismo día, llegaron los miembros de la
Policía a la referida casa de habitación donde la acusada, continuaba pegándole al menor
víctima, siendo capturada en flagrancia; estableciéndose por lo tanto el delito de maltrato
infantil.
Responsabilidad Civil.
La Ley regula que cuando la conducta del hombre se ajuste a una conducta delictiva, es
decir una acción humana, típica, antijurídica y culpable, nace la pretensión punitiva del
Estado en pro de los intereses de la comunidad que culmina con un fallo absolutorio o
condenatorio; aparte de esta lesión a la comunidad, el delito causa un daño de índole civil,
que no siempre puede ser resarcible, ya que se deben dar los presupuestos que son: 1)- Que
exista un delito penal; 2)- Que exista un daño privado cierto, y 3)- Que medie una relación
de causalidad entre el delito y el daño, resultando imperativo la concurrencia de los tres
requisitos para poder condenar en Responsabilidad Civil, es en este sentido que el daño
privado cierto en el caso que nos ocupa no se pudo establecer, ya que no se aportó prueba
para demostrar alguna ponderación cuantitativa o cualitativa a fin de concretizar la
reparación del daño, y la indemnización por el perjuicio causado por el daño ocasionado;
sin elementos probatorios que acrediten este aspecto, se incurriría en una ponderación
subjetiva y abstracta fuera de todo control por las partes, lo que convertiría en una
Resolución Ilegítima, por lo que correspondería ABSOLVER de responsabilidad civil a la
acusada, por el delito de maltrato infantil, en perjuicio del menor ***************.
POR TANTO: