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Introducción

La utilización del abonado orgánico en los suelos, con el objetivo de elevar la fertilidad de los
mismos y por ello los rendimientos de las cosechas, es una práctica tan antigua que se remonta
prácticamente a los albores de la agricultura, sin embargo, ella fue preterida o no tomada en su
debida importancia después que se empezaron a usar otras fuentes de nutrientes minerales y
se comenzaron a sintetizar los primeros fertilizantes químicos, los cuales como es conocido
poseen una concentración mayor de elementos nutritivos por unidad de peso.

Al pasar el tiempo, muchos investigadores, (Russell y Russell,1959; Aguirre,1963; Voisin,1964;


Berrios,1965; Millar,1967; Jacob y Uexkull,1968; Arteaga et al.,1978a; Aspiolea y Arteaga,1978;
Pichot et al.,1981; Hedley et al.,1982; Loll y Bollag,1983; Arzola y Cairo,1985a; Lang,1985;
Schoenan y Bettany, 1985; entre otros) encontraron que aparecían diversos efectos negativos
por el empleo continuado de los fertilizantes minerales, como por ejemplo, la contaminación de
las aguas por el nitrógeno y la acidificación de los suelos por la aplicación de altas dosis de
fertilizantes NPK, entre los más principales y empezaron a replantearse de nuevo la posibilidad
del uso de los materiales orgánicos.

Esta situación, desde principios de la década pasada se aceleró, con el encarecimiento de los
fertilizantes minerales por el desarrollo de la mal llamada, crisis energética mundial y el
agotamiento de las reservas mundiales de las fuentes naturales y ha provocado, que el uso de
los materiales orgánicos, vuelva a adquirir la importancia que tenía en casi todo el mundo y se
le deba prestar atención principalmente, como recomienda Singh,(1976), en los países en vías
de desarrollo.

Kovda,(1974) plantea que un número muy amplio de productos orgánicos pueden ser probados,
analizados y mezclados para su utilización como abonos, en conformidad con el clima, el tipo de
suelos, la variedad de cultivos y su concentración, pero entre ellos se destacan, los que según la
FAO.,(1979) los chinos han clasificado de forma general en: desechos animales (estiércoles,
orina, sangre, etc.); desechos agrícolas (pajas, cáscaras, hierbas, rastrojos de cosechas, etc.) y
desechos industriales y urbanos (aguas cloacales, lodos residuales, basuras, etc.) por lo que ellos
serán considerados en este capítulo.

Hay autores que basan el empleo de estos abonos orgánicos, en el valor del contenido de uno
de sus elementos químicos principales como fuente de nutrientes, así, Bartholomew,(1965);
Montero et al.,(1978) y Hadas et al.,(1983), aplican distintos materiales orgánicos a dosis
variables de acuerdo con su contenido de nitrógeno; Lee y Bertlett,(1976) utilizan el valor del
carbono y Kirkham,(1982) informa del uso de lodos residuales por sus concentraciones de
fósforo.

Sin embargo, la gran variación encontrada en la composición química de estos abonos,


(Millar,1967; Jacob y Uexkull,1968; FAO.,1979; Pomares y Pratts,1979; Leiros de la Peña et al.,
1983; Paretas et al.,1983; Somani,1983 y otros), ha provocado que sus aplicaciones se efectúen
fundamentalmente, en base a una unidad de volumen o peso por unidad de superficie
prácticamente en casi todo el mundo.

Al ser usados de esta manera, los materiales orgánicos se van a comportar como fertilizantes
completos, ya que van a aportar tanto macroelementos como microelementos y a su vez
servirán como enmiendas orgánicas por el alto contenido de materia orgánica que por regla
general contienen por lo que van a afectar las características químicas, físicas y 12 biológicas de
los suelos donde se utilicen y por tanto los rendimientos de los cultivos.
Los abonos orgánicos como fuente de nitrógeno para los suelos.

El nitrógeno ocupa un lugar preponderante entre todos los nutrientes esenciales para el
crecimiento de las plantas, sin embargo, la mayoría de los suelos agrícolas del mundo, sometidos
a una explotación intensiva, no contienen de forma general la concentración necesaria de este
elemento que permita satisfacer la demanda creciente que las altas cosechas y los cultivos
continuados requieren, por lo que se hace imprescindible aplicar al suelo cantidades adicionales
para alcanzar este objetivo. Entre las distintas y variadas formas utilizadas para corregir esta
dificultad, los abonos orgánicos presentan actualmente una gran perspectiva, no solo por el
contenido de nitrógeno que poseen, sino también, porque van a afectar las transformaciones
que sufre este elemento antes de ser disponible para las plantas, como plantean, Welte y
Timmermann, (1985), lo que conllevaría a su mejor aprovechamiento por los cultivos.

Los abonos orgánicos como fuente de fósforo para los suelos.

En la actualidad, se le concede al fósforo un gran interés por ser un elemento esencial para el
crecimiento de los cultivos y si bien en la mayoría de los países de clima templado, no existen
graves problemas en relación con su concentración en el suelo, (King y Morris,1972; Kelling et
al.,1977; Sikora et al., 1982; Gestring y Jarrell,1982), si hay grandes dificultades en su
aprovechamiento.

En muchos países de clima tropical sin embargo, se presentan extensas áreas como indican,
Sánchez y Uehara, (1980); Mutert,(1985) y Sánchez,(1986), en que la falta de este elemento y la
alta capacidad de fijación del mismo en el suelo, provocan serias deficiencias, que hacen
imprescindible su aplicación para la obtención de cualquier cosecha. Por otra parte, las fuentes
para el suministro de fósforo son caras y tienen un carácter finito como señala White,(1981), lo
que hace necesario la búsqueda de materiales que sean capaces de brindar, no solo una
determinada cantidad de este elemento, sino también, que mejoren la efectividad del contenido
en el suelo y el añadido con el fertilizante. Entre los materiales estudiados, los abonos orgánicos
parecen entonces ofrecer, desde este punto de vista, una alternativa promisoria como se puede
observar en los numerosos trabajos que con este objetivo se han realizado.

Los abonos orgánicos como fuente de potasio para los suelos.

Al igual que sucede en los casos del nitrógeno y el fósforo, cuando se adiciona cualquier material
orgánico al suelo, se va a incorporar también una determinada cantidad de potasio; así,
Millar,(1967) informa que la composición química de varios estiércoles animales fluctúa entre
0.33% de K en las aves hasta 0.82% de K en las heces de ovejas y añade que esto puede suceder
por el tipo de alimentación. Jacob y Uexkull (1968) presentan valores para estos materiales entre
0.3 y 0.5% de K2O considerando que las variaciones van a estar dadas por el tipo de animal, el
forraje que reciba y el mantenimiento que se le brinde; a similares conclusiones llegan Simons y
Traphagen,(1970) aunque ellos dicen que el purín tiene un mayor contenido de K2O.

En un análisis de la composición química de distintos productos orgánicos de origen animal que


se utilizan en China, la FAO,(1979) informa que el contenido de potasio varía desde 0.10% de
K2O en el Caravao, hasta el 2.45% de K2O en los residuos de cerdos secos. Al analizar el valor
fertilizante de los purines de vacuno en Galicia, una región española, Leiros et al.,(1983) plantean
que existe una acusada desproporción en su composición ya que para una cantidad dada de
nitrógeno, el fósforo era muy escaso y el potasio alto, mientras Somani,(1983) considera que el
porcentaje de K estará en un rango que oscila desde 0.53 en los estiércoles animales hasta 3.53
en los rastrojos de trigo.
Tunney,(1980) manifiesta que es generalmente aceptado en la literatura que el potasio en los
residuos agrícolas es tan efectivo como el fertilizante potásico; y afirma que esto es
comprensible, considerando que todo el potasio en los residuos es soluble y esta disponible sin
mineralización de la materia orgánica. Por su parte, Paretas et al.,(1983) informan que el K
contenido en el estiércol se encuentra en cantidades mas o menos asimilables por las plantas.
Crespo y Arteaga,(1984) plantean que el potasio del estiércol se caracteriza por su elevada
solubilidad, sin embargo en un estudio reciente sobre el tema, Xi et al.,(1986) encuentran que
del potasio total de distintos materiales orgánicos solo entre un 50 y un 80% estuvo en forma
fácilmente disponible y por tanto efectiva para el suelo.

http://www.fao.org/docrep/010/ai185s/ai185s07.pdf

http://usi.earth.ac.cr/glas/sp/50000121.pdf

https://cgspace.cgiar.org/bitstream/handle/10568/56825/Residuos_Organicos_Agricultura_FI
DAR.pdf?sequence=1

https://www.actitudfem.com/belleza/peinados-y-cabello/mascarillas/composicion-del-
cabello-humano

https://feriadelasciencias.unam.mx/anteriores/feria20/feria239_01_cabello_humano_como_a
bono_para_rabanos_rojos_rapha.pdf

http://www.compostandociencia.com/2014/08/uso-estiercol-como-fertilizante/

http://www.grupoinesta.com/abonos-npk/

Los tipos de sustratos que se emplearon:

Humus

En muchos países de clima tropical sin embargo, se presentan extensas áreas como indican,
Sánchez y Uehara, (1980); Mutert, (1985) y Sánchez, (1986), en que la falta de este elemento y
la alta capacidad de fijación del mismo en el suelo, provocan serias deficiencias, que hacen
imprescindible su aplicación para la obtención de cualquier cosecha.

Por otra parte, las fuentes para el suministro de fósforo son caras y tienen un carácter finito
como señala White,(1981), lo que hace necesario la búsqueda de materiales que sean capaces
de brindar, no solo una determinada cantidad de este elemento, sino también, que mejoren la
efectividad del contenido en el suelo y el añadido con el fertilizante. Entre los materiales
estudiados, los abonos orgánicos parecen entonces ofrecer, desde este punto de vista, una
alternativa promisoria como se puede observar en los numerosos trabajos que con este objetivo
se han realizado.

Compost

Es el proceso biológico mediante el cual algunos microorganismos actúan sobre la materia


orgánica en condiciones controladas, descomponiéndola en forma rápida para obtener un
producto denominado compost, que sirve como abono para los cultivos.

El proceso de compost es una descomposición predominantemente aeróbica y se puede dividir


en tres fases:

 La fase inicial de descomposición de los materiales más lábiles, tales como azúcares,
proteínas y almidones.
 La segunda fase de temperaturas más altas, donde se degradan los materiales más
recalcitrantes como celulosa y la lignina.
 La tercera fase de síntesis, donde se forman las sustancias húmicas.

Cabello humano

Las propiedades químicas que presenta el cabello son muy útiles y de gran ventaja para las
plantas debido a que está compuesto por 15% de Nitrógeno, elemento esencial para el
aprovechamiento y crecimiento de estas.

Al emplear el cabello creamos un aprovechamiento excelente y sin destruir lo que es el medio


de cultivo, en este caso la tierra, además de que se reduce el daño de los campos de cultivo y se
consigue aproximadamente la misma productividad, pero sin el empleo de sustancias químicas
creadas por el hombre para lograr que se desarrollen.

La composición del cabello es, por lo general, de 51% carbón, 21% oxígeno, 17% nitrógeno, 6%
hidrógeno y 5% sodio.

Guano de vacuno y camélido

Este estiércol es el más importante y el que se produce en mayor cantidad en las explotaciones
rurales. Conviene a todas las plantas y a todos los suelos, da consistencia a la tierra arenosa y
móvil, ligereza al terreno gredoso y refresca los suelos cálidos, calizos y margosos. De todos los
estiércoles es el que obra más largo tiempo y con más uniformidad. La duración de su fuerza
depende principalmente del género de alimento dado al ganado que lo produce. El mejor
estiércol es el que es suministrado por las bestias del cebadero que reciben en general un buen
alimento. Los animales flacos, por el contrario, no producen sino un estiércol pobre y de poco
valor.

El estiércol es el fertilizante orgánico por excelencia debido a su alto contenido en nitrógeno y


en materia orgánica. Se ha utilizado desde la antigüedad para aprovechar los residuos del
ganado y también, restaurar los niveles de nutrientes de los suelos agrícolas. Como es lógico,
sus características nutricionales dependerán fundamentalmente del tipo de ganado en cuestión.

Un factor importante es que no se puede añadir directamente a los cultivos si no que se debe
aplicar un cierto tiempo antes de la plantación, el suficiente para que se produzca una
degradación de la materia orgánica del estiércol.

Guano/ Materia N% P2O5 % K2O % CaO % MgO % SO4 %


composición seca %
Vacuno 16 0.58 0.01 0.49 0.01 0.04 0.13
Camélido 37 3.6 1.12 1.2 - - -

NPK

La planta se alimenta a través de las raíces de elementos que componen el suelo, estos
elementos se dividen en Macroelementos y Microelementos, normalmente cuando buscamos
un abono npk o primario, encontramos que ese abono está compuesto por los elementos
primarios que las plantas toman en grandes cantidades: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K),
NPK.

Según lo que estemos cultivando en nuestra plantación necesitaremos un fertilizante NPK u


otro, debemos conocer las características de cada planta para nutrirla con un fertilizante
formado en cantidades NPK exactas para su cultivo.

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