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Todos los migrantes tienen derecho a quedarse en nuestro país

Actualmente todos los migrantes tienen derecho al asilo político sin importar las
razones que los hayan conducido a dejar su país de origen, si fue por problemas
políticos o en busca de una mejor calidad de vida.
Los actuales conflictos en los países latinoamericanos o las graves crisis en otras
latitudes como Venezuela o América Central han provocado movimientos de
población quizás sin precedentes en la historia moderna del ser humano, al menos
en lo que se refiere al volumen de personas desplazadas forzosamente. Se habla
ya de una cifra de más de 68 millones de personas fueron forzados a huir de sus
hogares en 2017 como resultado de la guerra, la violencia y otras formas de
persecución, según un nuevo de la Agencia para los Refugiados de las Naciones
Unidas (ACNUR).(CNN en español, Lauren Sald-Moorhouse,19/07/18)
Al hilo de lo anterior, cabe destacar los tratados internacionales en la materia y de
los cuales México es Parte:
i) Convención sobre Asilo, adoptada en La Habana, Cuba, el 20 de febrero
de 1928;
ii) Convención sobre Asilo Político, adoptada en Montevideo, Uruguay, el 26
de diciembre de 1933;
iii) Convención sobre Asilo Diplomático, adoptada en Caracas, Venezuela,
el 28 de marzo de 1954, y
iv) Convención sobre Asilo Territorial, adoptada en Caracas, Venezuela, el
28 de marzo de 1954
(Secretaria de Relaciones Exteriores, lineamientos para atender solicitudes de asilo
y refugio, 2016, extraído: 11/11/18)
Cuando pensamos en aquéllos que han huido de los conflictos, fácilmente
imaginaremos a hombres, mujeres y niños que huyen de la persecución o de
situaciones de conflicto provocado por el ataque de grupos armados regulares o
irregulares, gubernamentales o rebeldes. Todos ellos han sido despojados de su
entorno de una forma violenta y desgarradora o no pueden regresar a ellos por el
riesgo existente para su libertad o integridad. El derecho internacional, desde sus
orígenes, recoge la obligación de darles asilo en un lugar donde puedan vivir
alejados de un inmediato peligro para sus vidas.
Sin embargo, la propia complejidad de las sociedades del mundo en el que vivimos
y de las relaciones entre Estados y los cambios en la tipología de conflictos, nos
obligan a reflexionar sobre la evolución doctrinal y jurisprudencial que ha habido en
el derecho de los refugiados en las últimas décadas y reclamar las herramientas y
recursos necesarios para su correcta aplicación.
Pues bien, los sistemas de protección internacional deberían tener en cuenta todas
esas situaciones.
Entender la complejidad de los movimientos migratorios y de refugiados que en la
actualidad utilizan muchas veces las mismas vías para llegar a un destino y la
realidad de los de los refugiados nos obliga a tratar de conocer con mayor
profundidad el mundo en que vivimos, y a ser abiertos y proactivos en la
aproximación a la realidad de cada individuo que solicita asilo.
Las agencias, las organizaciones y los profesionales que se dedican
exclusivamente o en algunas de sus facetas a la protección de esas personas
refugiadas están obligados a ello, no para ser eficaces en sus fines, sino para
conseguir que prevalezca el Derecho.
En cualquier caso, no debemos olvidar que dar asilo no es una cuestión de voluntad
política de los gobernantes, sino aplicación del Derecho.
De conformidad con el derecho internacional que señala que, cualquier persona,
sea cual fuere su nacionalidad, puede solicitar asilo:
La Declaración Universal de los Derechos Humanos dispone en su artículo 14:
1. “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar
de él, en cualquier país.”
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente
originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de
las Naciones Unidas.”
ii. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre se refiere, en
su artículo XXVII, al derecho de asilo en los siguientes términos:
“Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio
extranjero, en caso de persecución que no sea motivada por delitos de
derecho común y de acuerdo con la legislación de cada país y con los
convenios internacionales.” (Secretaria de Relaciones Exteriores,
lineamientos para atender solicitudes de asilo y refugio, 2016, extraído:
11/11/18)
Es por esta razón que debemos dejar de lado el racismo, discriminación, intolerancia
y todas aquellas excusas que nos hacen rechazar la entrada de los migrantes, ya
que ellos tienen el derecho de estar en nuestro país, de refugiarse, de ser
protegidos.

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