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La Gestión Ambiental es un proceso que está orientado a resolver, mitigar y/o prevenir los
problemas de carácter ambiental, con el propósito de lograr el desarrollo sostenible. Es un
proceso continuo y dinámico que puede ser iniciado en cualquier momento y que luego
debe construirse permanentemente. Su propósito es permitir la formulación de las políticas
y su implementación progresivamente incorporando mayores consideraciones ambientales.
La gestión ambiental permite asegurar que la toma de decisiones sea sustentable y
ambientalmente racional, ponerlas en práctica permitiendo que el proceso de desarrollo
económico y social continúe en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
La gestión adecuada del ambiente se logra cuando los recursos se utilizan con eficiencia
para beneficio del desarrollo humano y cuando se los conserva para que cumplan su papel
en el mantenimiento de los ecosistemas. La gestión inadecuada del ambiente es aquella en
que los recursos se utilizan mal por exigir demasiados insumos para la obtención del
producto, por utilizar en exceso o inadecuadamente los recursos o por no conservar
aquellos que son la base del funcionamiento ecológico de los ecosistemas locales y
mundiales.
Enfoque preventivo
Participación ciudadana
Compromiso intergeneracional
Cada actor participa conforme a las atribuciones y competencias que las leyes le confieren.
Desde que allá por los últimos años de la década de los setenta surgió la preocupación por
el medio ambiente, han ido apareciendo una serie de principios que han de tenerse en
cuenta a la hora de plantear y diseñar un sistema de gestión ambiental.
Toda modificación del ambiente físico tiene consecuencias socioeconómicas que afectan
la calidad de vida.
Con una correcta gestión ambiental, no sólo se conserva el patrimonio ambiental sino que,
como consecuencia directa de este hecho, se eleva, por añadidura, la calidad de vida del
hombre.
Simplificando mucho, esta calidad de vida responde a tres parámetros esenciales: nivel de
renta, bienestar social y calidad de vida.
El objetivo general señalado más arriba y referido al logro de una elevada calidad de vida,
sugiere una inmediata partición en cinco objetivos más concretos o líneas de acción que se
complementan y refuerzan de forma sinérgica:
Actividades orientadas a atacar las causas del deterioro ambiental y no sus síntomas
Las medidas para provocar una gestión ambiental deseada, pueden ser de diferente
naturaleza: preventiva, represiva, disuasoria, compensatoria, estimuladora, etc.
Entre los instrumentos concretos para la gestión ambiental podemos señalar el conjunto de
políticas, directrices, estándares y normas técnicas y legales, actividades, programas,
proyectos e instituciones que permiten la aplicación de los principios generales ambientales
y la consecución de los objetivos ambientales del país.
Políticas y Planes
Incentivos y Desincentivos
Inversiones Públicas
2.1.1 Crecimiento
2.1.2 Desarrollo
Se entiende por desarrollo sostenido aquel estilo de desarrollo que satisface las necesidades
básicas pero sin comprometer la capacidad de las generaciones venideras de satisfacer sus
propias necesidades. El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente
en tres partes: ambiental, económico y social. Se considera el aspecto social por la relación
entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica.
Se define como medida del grado en que una sociedad ofrece la oportunidad real de
disfrutar de todos los bienes y servicios disponibles en el ambiente físico, social y cultural.
Concepto que trata la problemática del ambiente y del desarrollo sostenible, que exige entre
otros elementos, la máxima disponibilidad de la infraestructura social y pública para actuar
en beneficio del bien común y mantener el ambiente sin mayores deterioros y
contaminación.
La Política Ambiental
Bajo este marco referencial, es posible indicar que las estrategias de conservación y el
marco conceptual que han orientado el desarrollo de la conservación, han girado alrededor
de:
Por dicho motivo y con la finalidad de cumplir con su rol en la gestión ambiental, la
mayoría de los países van progresivamente optando por la adopción de políticas
ambientales orientadas a evitar, prevenir, controlar o en su caso, corregir daños
ambientales.
Ello debido a que, como lo señala J AQUENOD, la gestión pública de los componentes o
factores ambientales tenía, hasta la década de los años setenta, una perspectiva política
estrictamente sectorial, sin atender a las causalidades y a los efectos extra sectoriales de
cada problema. La utilización de aguas, masas forestales y suelos, se realizaba sobre la base
de criterios compartimentados, sin vinculación alguna con directrices de política
ambiental. Sin embargo, progresivamente y a la luz de las aportaciones de la ciencia
ambiental, se advirtió la necesidad y conveniencia de formular políticas específicas
destinadas a atender problemas relacionados con el ambiente
Por política ambiental se entiende, el conjunto de actividades y procedimientos con los que
diferentes niveles competenciales y organizativos, supranacionales, del Estado
(Administración Central, Autónoma y Local), o de las empresas y organizaciones no
gubernamentales, pretenden alcanzar unos determinados fines de protección del medio
ambiente y conservación de la naturaleza.
La política ambiental es siempre una política de Estado, dado que sus horizontes temporales
exceden con mucho el corto y mediano plazo que caracterizan las políticas de gobierno, lo
que no implica que pueda aplicarse a procesos de gestión en el ámbito privado, tal el caso
de las tendencias a adoptar mecanismos de calidad ambiental donde contar con una política
ambiental es necesaria.
Así, ROBERTS y ROBINSON sostienen que en el caso de una compañía, estos principios
e intenciones generalmente incluirían una mejora ambiental continua constante, que
cumpliría minimizando los impactos ambientales significativos de las actividades, los
productos y los procesos de su compañía.
También pueden estar dirigidas a incidir en factores del contexto como: el mejoramiento de
las condiciones para la generación y apropiación social de la información (ej. el
fortalecimiento de la educación ambiental en determinados niveles o de la investigación
básica sobre un determinado campo del medio ambiente), la transformación de ciertas
condiciones político
Por tanto, es preciso establecer y aplicar una política ambiental adecuada, por parte de las
entidades locales o regionales y por la propia Administración Central, estatal o
supranacional, así como también es necesario integrar e incorporar un sistema de control
efectivo mediante instituciones, organizaciones y leyes sobre recursos naturales, orientados
a su utilización racional y sostenible.
A partir de ello, las políticas ambientales pueden tener como objetivo la protección de un
determinado ecosistema (ejemplo: un sistema de arrecifes, los bosques naturales andinos),
el fortalecimiento de la capacidad de los actores que la proponen, o a compensar su débil
posición frente a otros actores (ejemplo: en relación con algunos de los oponentes de una
determinada acción). Del mismo modo, pueden estar dirigidas a incidir en factores del
contexto como:
Por último está claro que, en vista de conseguir el Principio de la Prevención, debe
ser a través de una política ambiental estratégica, elaborada en el sentido de una
planificación preventiva de largo plazo.
Se menciona que normalmente se evidencian al menos tres elementos que están presentes
en torno al concepto de Política Ambiental:
a)La definición de los principios rectores y de los objetivos básicos que propone el
gobierno a la sociedad para alcanzar la protección ambiental.
“nuevos” instrumentos.
Regulaciones que imponen límites o normas a ser respetados por los agentes (por
ejemplo, normas de calidad de agua o de efluentes, zonificación, etc.). Estas regulaciones
muchas veces imponen, para cada industria, el uso de las “mejores tecnologías disponibles,
que no impliquen excesivos costos económicos” para reducir las emisiones. En la práctica,
estos requisitos son generalmente implementados con la autorización de operación de
nuevas plantas industriales.
Estos instrumentos han sido desarrollados por los gobiernos para responder a los nuevos
desafíos de política ambiental (el desarrollo y la adopción de productos y procesos más
limpios, el reciclaje de residuos, la reducción de las emisiones de dióxido de carbono y
otros gases de efecto invernadero y el control de ciertas substancias tóxicas sólo
recientemente incluidas en la agenda de política ambiental). Incluso, existen iniciativas de
este tipo que son desarrolladas por el sector privado sin intervención pública, por ejemplo
para la certificación de los procesos de gestión ambiental de las empresas o sus productos.
Dicha certificación puede otorgar beneficios al sector industrial ya sea en términos de
mejoras en su imagen pública, o en términos de oportunidades para diferenciar sus
productos como “ecológicos”.
Dicha política ambiental deberá reunir características de estabilidad a través del tiempo;
consistencia con el desempeño institucional y general; y de consideración de las
capacidades de liderazgo público y privado, así como de las condiciones económicas,
políticas y sociales nacionales. Aún más, el éxito de la gestión ambiental deberá fundarse
en una clara definición de objetivos y prioridades que, además de ser congruentes con las
necesidades reales de la sociedad, sean cuantificables y evaluables.
1) legislación;
2) institucionalidad;
A la par del marco legal, y con la finalidad de eliminar la incertidumbre relacionada con la
falta de definición de los derechos de propiedad y la discrecionalidad funcionaria, se
requiere de una institucionalidad que, además de coordinar las políticas intersectoriales,
diseñe los procedimientos de gestión ambiental y asigne los recursos para su ejecución.
Así, el marco institucional de una política ambiental tendrá como objetivos básicos la
asignación de atribuciones privativas y compartidas, la coordinación de dichas atribuciones
en el ámbito organizacional y el mantenimiento de la comunicación entre los participantes
en la gestión. Las atribuciones sobre las que habrá de girar la política ambiental se agrupan
en cuatro:
a) la generación de reglamentos y el diseño de políticas corresponden a las
atribuciones normativas;
b) la coordinación intersectorial y la asignación de recursos, a las del orden
administrativo;
c) la inspección, verificación, investigación y evaluación de la actuación de los
particulares, de los programas y acciones públicos, así como de la misma eficiencia
institucional, son campo de las atribuciones fiscalizadora; y
d) la imposición de penas ante violaciones a la ley, corresponde a las atribuciones
punitivas.
Finalmente, la política ambiental que integra los elementos descritos estará completa si
toma en cuenta el papel fundamental de la participación ciudadana, en todos los niveles,
asentada en bases educativas sólidas y equitativas, así como el impacto importante de la
actuación y compromiso de las organizaciones no gubernamentales en el mundo y en
América Latina.
Además dicha Resolución prescribe que la PAN establecerá los criterios de transversalidad
que orientarán las políticas sectoriales. Por ser la custodia de la calidad de vida una función
primordial e indelegable del Estado, el fin de la PAN será asegurar su mejoramiento para
las generaciones actuales y futuras.
2. Sus Fundamentos
La Política Ambiental Nacional contiene una serie de principios que han de regir su
implementación, entre los que se destacan:
La sustentabilidad
La precaución
La integralidad
La gradualidad
La responsabilidad
La subsidiariedad
La Política Ambiental Nacional tiene por objetivo genera conservar y adecuar el uso
del
Las acciones instrumentales que se aplicarán a cada estrategia requieren el apoyo de todos
los actores, para que sean manejadas como procesos integrados y han de ser evaluadas en el
tiempo, ajustadas y adaptadas, según las posibilidades reales.
Las prioridades, las metas de calidad y las soluciones estratégicas frente al deterioro
socio-ambiental estarán basadas en la generación de información consistente y coherente,
relacionada con la realidad ambiental del país, confiable, disponible y transparente. Entre
los actores involucrados se definirán las metas que requieren los mayores esfuerzos
conjuntos.
Se propondrá que la educación ambiental sea un contenido central de los currículos
educativos.
Se fomentará la difusión de los temas ambientales a través de los medios masivos de
comunicación.
Defender la soberanía.
Se conservará el poder de decisión en los diferentes niveles de la organización del Estado
y de la sociedad en los temas estratégicos, como los referentes a la matriz energética, el
patrimonio natural y cultural, la soberanía alimentaria, la contaminación transfronteriza, y
se aumentará la incidencia en la toma de decisiones sobre temas de alcance global.
Auditoría ambiental
Diplomacia ambiental
Fondo ambiental