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Las figurillas de barro de JALISCO GUANAJUATO

Morales

QUERÉTARO

Chupícuaro, Guanajuato
Querétaro
San Felipe HIDALGO
Guadalajara San Juan del Río
Lago de Yuriria Cerro del
Teuchitlán Río L
erma Chivo
Cerro de la Cruz
Lago de Chapala Acámbaro Chupícuaro
Loma Alta
IMÁGENES AISLADAS Y ESCENAS El Opeño Lago de Zacapu L . C u i t z e o Araró
CUENCA DE
Lago de Pátzcuaro
Morelia CUITZEO
Brigitte Faugère ÁREA DE Teotihuacan
ZINAPÉCUARO Tlatilco TLAXCALA
D.F.
A partir de las figurillas de Chupícuaro, en este artículo se abordan ESTADO DE
MICHOACÁN MÉXICO Cuicuilco
preguntas fundamentales: ¿la procedencia de las figurillas, unas

DIBUJO: BRIGITTE FAUGÈRE


PUEBLA
de contextos ceremoniales y otras de contextos domésticos, indi-
MORELOS
ca que tenían funciones y significados diferentes?; ¿las figurillas
sepultadas en grupos eran distintas de las aisladas?; ¿cuál fue el
2. A pesar del intenso saqueo que ha sufrido la región, las excavaciones arqueológicas en el Valle de Acámbaro y en zonas adyacentes del estado de Que-
propósito de cada tipo de depósito? rétaro han permitido conocer las diversas formas en que fueron inhumadas las figurillas de Chupícuaro.

D esde el hallazgo de la ofrenda núme-


ro 4 en el sitio olmeca de La Venta
realizado por Philip Drucker y Robert Hei-
Como es bien sabido, las figurillas an-
tropomorfas de barro fueron producidas
en grandes cantidades a lo largo de toda
fertilidad humana se asociaba metafóri-
camente a la de la tierra.
En el Centro-Norte de México, la cul-
apoyarse en los datos contextuales regis-
trados por los arqueólogos. Desafortuna-
damente, el hecho de que estos artefactos
cavaciones han sido suficientemente ex-
tensas para permitir la obtención de
piezas completas, es posible estudiar la
zer en 1955, se sabe que los mesoamerica- la historia de Mesoamérica, aunque son tura Chupícuaro es sin duda una de las sean atractivos para los coleccionistas, ha dispersión espacial de los fragmentos
nos acostumbraban enterrar en sus cen- particularmente representativas las del más famosas y mejor conocidas del Pre- generado e incrementado el saqueo en los para tratar de determinar si la fractura
tros ceremoniales conjuntos de figurillas periodo Preclásico, sobre todo porque su clásico, en particular gracias a la calidad sitios donde aparecen en abundancia, ra- fue accidental o intencional. También se
antropomorfas con los que formaban producción cumplía en aquellos tiempos de sus figurillas de barro (fig. 1). Como en zón por la cual existe un sinnúmero de fi- pueden buscar recurrencias en la mane-
complejas escenas. La arqueología ha de- necesidades rituales específicas y porque otras regiones de México, aquí predomi- gurillas, tanto en colecciones privadas ra en que se rompieron las figurillas para
mostrado, sin embargo, que fueron mu- los otros medios de expresión iconográ- nan ampliamente las imágenes femeni- como en museos, de las cuales se desco- determinar si corresponden o no a las par-
cho más comunes en Mesoamérica las fica, como la escultura en piedra, eran to- nas, aunque las hay también de hombres noce su procedencia exacta. Hasta hace tes más débiles que podrían resultar de
figurillas antropomorfas y las zoomorfas davía escasos. Durante el Preclásico pre- desnudos o con atuendos y tocados que poco, las figurillas procedentes de exca- su particular procedimiento de elabora-
inhumadas en contextos domésticos y de dominan las figurillas femeninas total o permiten pensar en representaciones de vaciones controladas eran relativamente ción. Por otra parte, la identificación de
manera aislada. Este doble contraste nos parcialmente desnudas, con el abdomen personajes con funciones específicas den- escasas, si bien es cierto que importantes fracturas intencionales nos ayuda a en-
plantea una serie de incógnitas funda- deformado por el embarazo y en ocasio- tro de la organización social. Las figurillas estudios específicos y hallazgos especta- tender el destino de las piezas después de
mentales: ¿la procedencia de las figurillas, nes con bebés o niñas más grandes en de barro son muy abundantes en todos los culares han sido realizados en fechas re- su uso y a inferir si debían ser rotas a pro-
unas de contextos ceremoniales y otras de brazos. A partir de tales características, asentamientos de la cultura Chupícuaro, cientes. pósito al concluir una ceremonia ritual.
contextos domésticos, nos indica que te- se ha considerado que por lo general se e incluso aparecen con frecuencia en la su- En muchos sitios mesoamericanos, La práctica de destruir un artefacto en
nían funciones y significados diferentes? asociaban a ritos de fertilidad en socie- perficie del terreno, lo que indica que fue- este particular tipo de objeto ritual se en- forma intencional –de quitarle su función
¿Las figurillas sepultadas en grupos eran dades en las que las actividades agríco- ron de uso común. Los arqueólogos las cuentra en grandes cantidades, sobre y su significado iniciales— está amplia-
distintas de las aisladas? ¿Cuál fue el pro- las comenzaban a mejorar y a estabilizar- han registrado en varios tipos de contex- todo en contextos de carácter doméstico: mente documentada en Mesoamérica.
pósito de cada tipo de depósito? Depen- se en términos de producción, ya que la tos, tanto funerarios como domésticos, y abundan sobre los pisos de casas senci- Por ejemplo, los arqueólogos suelen en-
diendo del caso, ¿las figurillas se enterra- las han hallado formando escenas o aisla- llas, en los rellenos constructivos de las contrar en contextos funerarios objetos
ron nuevas, usadas o fragmentadas? das. mismas y en los basureros. Por ello, las fi- de cerámica “matados”, es decir perfora-
Consideramos que éstas son las pregun- gurillas se consideran como testimonio dos o rotos de manera premeditada. Por
tas cruciales de nuestra investigación, si 1. Como en otras regiones de México, en Chupícuaro predomi- Figurillas aisladas y escenas invaluable de actividades desarrolladas a otra parte, la elaboración en la cultura
bien es cierto que el estudio de la icono- nan las figurillas femeninas y son tan abundantes que incluso de figurillas en Mesoamérica nivel de las residencias familiares y de las mexica de imágenes antropomorfas de
grafía de las figurillas, de sus materias aparecen en la superficie del terreno, lo que indica que fueron Como hemos visto, para comprender la unidades básicas de la sociedad. En tales hule, copal o amaranto que eran destina-
primas, de su disposición en el contexto y de uso común. Los arqueólogos las han localizado asociadas a función y el significado de estas imágenes contextos, se hallan casi siempre frag- das a ser despedazadas o ingeridas en las
varios tipos de contextos, tanto funerarios como domésticos, y
de sus asociaciones con otros artefactos en miniatura de seres humanos, las cua- mentadas, aún si algunas piezas enteras ceremonias rituales, demuestra que el
formando escenas o de manera aislada. Figurilla femenina. Chu-
constituyen etapas subsecuentes enca- pícuaro Temprano (600-400 a.C.). les son tan frecuentes en la cultura mate- pueden figurar ocasionalmente en las co- propósito mismo de estos productos era
minadas hacia su cabal comprensión. FOTO: BRIGITTE FAUGÈRE rial de Mesoamérica, es imprescindible lecciones arqueológicas. Cuando las ex- su destrucción final.

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Aunque en mucha menor medida, las nas más humildes como sirvientes o miniatura fueron también muy comunes,
figurillas antropomorfas también apare- cautivos. Al estudiar la asociación de las en particular en la cultura Chupícuaro.
a
cen enteras en edificios considerados figurillas con los difuntos, queda patente
como cívico-ceremoniales o bien de uso que las representaciones de dirigentes se Chupícuaro, Guanajuato
comunitario. Sin embargo, es importante encuentran en sepulturas modestas o que Chupícuaro es una cultura del Preclásico
notar que estos artefactos, ya sea enteros las de jugadores de pelota acompañan los para la cual disponemos de buenos ejem-
o fracturados, son generalmente escasos cadáveres de niños. Por esta razón, la re- plos de figurillas en contextos de enterra-
en dichos contextos. Estas sensibles dife- lación personal con el difunto, es decir la miento. A pesar de las intensas activida-
rencias en cuanto a su repartición, han lle- posibilidad de que la figurilla sea su ima- des de saqueo que ha sufrido toda la
vado a los investigadores a considerar que gen en términos de estatus, ha sido des- región, las excavaciones arqueológicas en
las figurillas de barro fueron utilizadas en cartada desde hace tiempo. En cambio, el Valle de Acámbaro y en zonas adyacen-
múltiples actividades rituales de la vida parece más lógico explicar el uso de las fi- tes del estado de Querétaro (fig. 2) han
doméstica, en particular por mujeres, en gurillas como medios para proteger al di- permitido conocer de una mejor manera
el marco de ritos relacionados con la fer- funto o para ayudarlo en su viaje al más las diversas formas en que fueron inhu-
tilidad, el parto y la protección de los in- allá y a acceder al inframundo. madas.
fantes. También, se ha sugerido que estos De manera interesante, en un estudio Al igual que en otras partes de Mesoa-
artefactos fueron utilizados por las muje- reciente, McVicker propone una nueva in- mérica, la gran mayoría de las colecciones
res para facilitar la comunicación al más terpretación que matiza la diferencia que recuperadas en excavaciones controladas
allá, especialmente para pedir la ayuda de pudo existir entre las figurillas deposita- pertenece a contextos domésticos. En ta-
ancestros recientemente desaparecidos das en sepulturas y las que se inhumaron les casos, las figurillas suelen reducirse a
que podían jugar un papel de protección en depósitos rituales. Este autor enfatiza simples fragmentos. Esta observación es
en la vida de sus descendientes. Serían por la función que tenían estos artefactos para válida para las tres fases de desarrollo
tanto utilizados para activar la comuni- los productores y para los utilizadores, de la cultura Chupícuaro, es decir las fa-
cación entre las generaciones (Marcus, considerando que el depósito en la sepul- ses Chupícuaro Temprano (600-400 a.C.),
2009). Las figurillas encontradas en ofren- tura consiste tan sólo en la etapa final de Chupícuaro Reciente (400-100 a.C.) y
das o en depósitos rituales estructurados, la “vida” de la figurilla (McVicker, 2012). Mixtlán (0-250/450 d.C.), a lo largo de las b
sean éstos o no de índole funerario, sue- Asimismo, subraya que las figurillas eran cuales las figurillas fueron muy populares.
len estar completas y hallarse con mayor destinadas muy probablemente en una En este amplio intervalo, los tipos fueron
frecuencia en edificios considerados primera etapa a ser utilizadas en rituales, transformándose: no se utilizaron siem-
como cívico-ceremoniales. durante los cuales podían ser manipula- pre los mismos yacimientos de arcilla, ni
Es importante subrayar aquí que el he- das en reconstituciones o narraciones se emplearon las mismas técnicas de pro-
cho de colocar figurillas en una sepultura “teatralizadas” que involucraban varios ducción, ni se perpetuó la morfología de
o en un depósito ritual supone significa- personajes reales o míticos. Los grupos de las representaciones humanas. En cam-
dos distintos. En el caso de una sepultu- figurillas encontrados en las tumbas de la bio, el uso que se hizo de estos artefactos
ra, la figurilla puede considerarse como elite maya retomarían tales narraciones, sí parece mantenerse estable durante casi
una imagen o como una pertenencia del aunque una sola imagen podía, en un con- un milenio. Asociados principalmente
difunto, pero también como un objeto que texto de una sepultura más humilde, se- con la esfera doméstica, una gran canti-
lo va a acompañar y proteger en el más pararse de su contexto de grupo original dad de fragmentos fueron encontrados
allá. En cambio, en un depósito ritual, las para, por sí misma, simbolizar la totalidad sobre los pisos de ocupación de casas sen-
figurillas valen por sí mismas, es decir, de la escena. La asociación con el difunto cillas, en los rellenos constructivos y en
conforman con los demás artefactos un tendría en este caso la meta de preservar las zonas de desecho. Las figurillas repre-
conjunto cuyo sentido está relacionado su fuerza vital. sentan sobre todo a individuos de sexo fe- N
frecuentemente al orden cosmológico. En Como hemos dicho, aún si las figurillas menino con rasgos de género muy explí-
cuanto a las sepulturas, es interesante antropomorfas se elaboraron profusa- citos y que en ocasiones muestran señales
analizar el ejemplo de unas de las más cé- mente en todos los periodos de la historia de un embarazo avanzado. Las figuras
lebres figurillas de Mesoamérica: las de la prehispánica, fueron particularmente po- masculinas son menos frecuentes y llevan
Isla de Jaina, en Campeche. Estas figuri- pulares durante el Preclásico. El Altipla- por lo general atuendos especiales, aún si
llas representan personas de estatus, eda- no Central, Oaxaca y el Occidente de Mé- se encuentran también algunas represen- 3. a) En San Cayetano, Chupícuaro Nuevo, se localizó la sepultura de un
des y sexos muy diversos, que bien podrían xico son algunas de las áreas culturales de taciones totalmente desnudas. Con fre- neonato de sexo indeterminado (fase Chupícuaro Reciente, 400-100 a.C.).
FOTOS Y DIBUJOS: BRIGITTE FAUGÈRE

corresponder a las diferentes categorías Mesoamérica donde se ha estudiado con cuencia, las figurillas están fracturadas al Cerca de la cabeza se depositó una olla monocroma y un grupo de figuri-
llas próximo a los pies y dispuestas alrededor de un recipiente efigie minia-
sociales del Clásico en el área maya. Aun- más detenimiento las figurillas en sí mis- nivel del cuello y de la parte inferior del tura. b) El esqueleto del neonato y las ofrendas estaban en muy mal estado
que casi siempre se haga énfasis en las mas, pero también en sus contextos de abdomen, lo que podría significar que fue- de conservación; sin embargo, se pudo registrar con precisión la disposi-
imágenes de deidades, señores, sacerdo- descubrimiento (véase Marcus, 2009). En ron rotas de manera voluntaria, probable- ción de cada una de las figurillas, que seguramente componen una escena
tes, guerreros o jugadores de pelota, tam- el Centro-Norte de México, las represen- mente al terminar el evento ritual duran- colectiva que representa un ritual.
bién existen representaciones de perso- taciones antropomorfas y zoomorfas en te el cual fueron manipuladas.

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Hasta la fecha, los conjuntos de figuri- ro Reciente (400-100 a.C.) (Saint-Charles cular, su asociación frecuente con acontecimiento o de un mito, y que su ob-
llas de Chupícuaro sólo han sido docu- Zetina et al., 2005). Acompañando a un cadáveres de niños. Gracias a las excava- jetivo era proteger al pequeño difunto, así
mentados en contextos funerarios, ya que niño de muy corta edad, un grupo de 22 ciones realizadas en las inmediaciones del como asegurarle su posición en el ciclo del
no se han encontrado otros tipos de depó- figurillas fue encontrado en muy buen es- pueblo de San Cayetano, cerca de Chupí- tiempo.
sito; por ejemplo, no existen indicios de tado de conservación, pues presentaba cuaro Nuevo, se descubrió la sepultura de En Chupícuaro, como en otras áreas de
depósitos de fundación asociados a es- aún vestigios de pigmentos rojo y blanco un neonato de sexo indeterminado, cuya Mesoamérica, las figurillas se encuentran
tructuras arquitectónicas. En las excava- en la cara y en los ornamentos, aretes, co- ofrenda contenía un conjunto de ocho fi- tanto en los contextos domésticos como
ciones realizadas en el marco del proyec- llares y pulseras. Lamentablemente, las gurillas femeninas. De acuerdo con el tipo en los funerarios. En este último grupo,
to de salvamento durante la construcción obras comenzaron antes de la llegada de al que pertenecen estas últimas, se cree suelen aparecer completas y organizadas
de la Presa Solís, encabezado por Daniel los arqueólogos y la sepultura en cuestión que el conjunto corresponde a la fase Chu- en escenas, mientras que en contextos do-
Rubín de la Borbolla en la década de 1940, fue alterada, lo cual impidió obtener una pícuaro Reciente (400-100 a.C.). El niño mésticos están en su gran mayoría frag-
un importante número de sepulturas fue información completa, en particular so- estaba colocado en posición flexionada, mentadas y consideradas como desechos.
excavado y una descripción de ellas fue bre el contexto de la ofrenda. De hecho, la con la cabeza hacia el oeste, y llevaba al- Los conjuntos nos pueden ayudar a enten-
publicada por Muriel Porter Weaver (en disposición de las figurillas en relación rededor del cuello un collar de finas cuen- der lo que las figurillas representan, su sig-
Frierman, 1969). El catálogo de las sepul- con el cuerpo no pudo ser determinada y tas de conchas marinas (fig. 3). A la altu- nificado, mientras que la variedad de los
turas permite conocer a grandes rasgos la tampoco fue posible determinar la edad ra de su cabeza se depositó una olla contextos, tanto domésticos como ritua-
composición de las ofrendas que acompa- y el sexo del niño sepultado. Al menos, el monocroma, que se encontró totalmente les, muestra la amplia gama de sus usos.
ñaban a los difuntos y por lo tanto recons- registro permitió saber que las figurillas destrozada entre las piedras y que tuvo El hallazgo afortunado de conjuntos de fi-
tituir el contexto de depósito de las figu- estaban asociadas entre sí en un grupo que ser restaurada. El grupo de figurillas gurillas y de escenas permite “visualizar”
rillasantropomorfas.Delas396sepulturas compacto, cada una de ellas participan- fue depositado a los pies del difunto (fig. algunas prácticas rituales de los mesoa-
excavadas, 34 contenían figurillas, entre do en una escena colectiva. Entre los per- 3b). Éstas no fueron acomodadas dentro mericanos, si bien tendríamos que encon-
las cuales estuvieron tanto sepulturas de sonajes identificamos varias mujeres de una olla, sino dispuestas alrededor de trar muchas de estas escenas para identi-
adultos como de niños. En más de la mi- sentadas, una con un niño en brazos, otra un recipiente efigie miniatura elaborado ficar tipos específicos de rituales y poder
tad de los casos, las figurillas formaban en posición de parto y una más de pie; tres con una cerámica café muy fina. Locali- atribuir un papel a cada protagonista. Si
parte de grupos de dos a 31 piezas, mien- hombres de pie, con el cuerpo desnudo y zados a pocos centímetros de la superfi- las figurillas eran concebidas para inte-

FOTO: BRIGITTE FAUGÈRE


tras que en el resto de sepulturas, una sola con tocados muy particulares en forma cie y entre piedras, tanto el esqueleto grar grupos, la variabilidad de los usos po-
pieza (o uno de sus fragmentos) fue en- de gorros cuya extremidad se inclina ha- como las ofrendas estaban en muy mal es- sibles de cada una de ellas podría relacio-
contrada cerca del difunto. Es notable que cia adelante, además de dos individuos tado de conservación; sin embargo, se narse con ese significado original, así cada
las sepulturas de la fase Chupícuaro Tem- que parecen llevar un traje completo y que pudo registrar con precisión la disposi- una adquiriría en sí misma, pars pro toto,
4. La figurilla de indumentaria más sencilla del entierro de San Cayetano parece encabezar una cere-
prano (600-400 a.C.) sean las que conten- los autores identifican como posibles ge- ción de cada una de las figurillas, las cua- el valor que ocupa en el grupo, hasta la
monia en la que participan otras siete protagonistas. La figurilla veía al noroeste y fue dispuesta de ma-
gan el mayor número de piezas (hasta 34) melos deformes. La escena incluía tam- les componen seguramente una escena nera oblicua y sobre un arreglo de lajas embadurnadas con una arcilla negra muy dura, como si estu-
idea vinculada con el grupo. De esta ma-
y que éstas últimas hubieran sido deposi- bién una figurilla antropomorfa bicéfala colectiva que representa un ritual. viera de pie. A sus pies se colocó una miniatura en forma de pato. Reconstrucción de la ofrenda de San nera, cada una de las piezas pudo haber
tadas dentro de un recipiente cerámico. y en posición sedente. La falta de infor- De hecho, la figurilla de indumentaria Cayetano con las figurillas restauradas. adquirido un significado, una función o
El número de piezas por sepultura es más mación sobre la correlación de las piezas más sencilla parece encabezar una cere- una carga particular susceptible de ser
estable en Chupícuaro Reciente (400-100 dificulta en gran medida la interpreta- monia en la cual participan otras siete utilizado en actividades rituales múlti-
a.C.), fase en la que se encuentran con ma- ción del conjunto. Sin embargo, la presen- protagonistas (fig. 4). Esta figurilla, que de cuerda con cuentas y en ocasiones pul- queño guijarro de forma regular, suma- ples de la vida cotidiana.
yor frecuencia grupos de cinco a ocho pie- cia de personajes sentados (mujeres) y ve al noroeste, fue dispuesta de manera seras que cubren parte de los brazos. Ade- mente pulido y de tono blanquecino fue
zas. Desafortunadamente, es muy difícil personajes de pie (hombres y una sola oblicua y asentada sobre un arreglo de la- más, todas tienen ojos con doble perfora- encontrado entre el recipiente y las figu- Brigitte Faugère. Doctora en arqueología. Profesora
reconstituir a posteriori la composición mujer) permite pensar que se trata de la jas embadurnadas con una arcilla negra ción, mientras que la figurilla que dirige rillas; quizás fue depositado originalmen- de la Universidad de París-1 Panthéon-Sorbonne.
exacta de cada grupo para tratar de iden- representación de una ceremonia ritual, muy dura, como si estuviera de pie. A sus la ceremonia tiene los ojos hendidos. Es- te en el interior recipiente, sin que sea po- Especialista en la arqueología del Occidente y el
tificar a los diferentes protagonistas. De en la cual unos protagonistas actúan y pies se colocó una miniatura en forma de tas características permiten subrayar la sible afirmarlo. En todo caso, esta escena Centro-Norte de México.

igual manera, tampoco se puede saber otros sólo asisten. La ceremonia estaría pato. El recipiente efigie fue colocado al diferencia de estatus entre la figurilla que parece representar una ceremonia ritual,
cuál era la disposición de las figurillas en relacionada con el parto, el nacimiento y pie del conjunto formado por la figurilla encabeza la ceremonia y las demás. Al encabezada por o dedicada a una mujer Para leer más…
relación con el cadáver, como tampoco en- el ciclo de la vida. Vale la pena mencionar y el pato, en una oquedad acomodada en- examinar a las asistentes a la ceremonia, que no exhibe símbolos particulares de es- Flores, Dolores, Ofrendas funerarias de Chupícuaro,
Guanajuato, inah, México, 1992.
tre sí dentro de los recipientes cerámicos. que en la actualidad estas piezas forman tre las piedras, con la cara orientada ha- notamos que dos de las protagonistas del tatus o de poder. En cambio, las demás fi- Frierman, Jay D. (coord.), The Natalie Wood Collection
Sin embargo, es muy probable que cada parte de las colecciones en exhibición en cia ellos. Las otras siete figurillas femeni- círculo, dispuestas una al lado de la otra, gurillas presentan características que de- of pre-Columbian Ceramics from Chupícuaro, Gua-
najuato, Mexico, at ucla, University of California,
una haya sido elegida porque representa- el Museo Regional de Querétaro. nas estaban dispuestas horizontalmente son muy similares entre sí, mientras que notan un cierto estatus y también Los Ángeles, 1969.
Marcus, Joyce, “Rethinking Figurines”, en C.T. Halpe-
ba un protagonista específico y que haya alrededor del recipiente, de manera ra- otra es de un tamaño mucho más peque- particularidades anatómicas que se refie- rin, K.A. Faust, R. Taube y A. Giguet (coords.), Me-
sido dispuesta en relación con las demás. La escena del sitio de San Cayetano dial, con los pies descansando a veces por ño que todas las demás. ¿Sería posible ren al mundo de los no humanos o bien soamerican Figurines. Small-scale Indices of Large-
scale Social Phenomena, University Press of Florida,
Un hallazgo espectacular realizado Los trabajos realizados recientemente en debajo del mismo y la cabeza dirigida ha- imaginar que esta última represente al pe- de un estado de conciencia alterado. Es Gainesville, 2009, pp. 25-50.
por Carlos Saint-Charles y su equipo du- el marco del Proyecto Chupícuaro del cia el exterior del círculo. Es muy signifi- queño difunto que ya arribó al más allá? muy probable que cada una de las piezas McVicker, Donald, “Figurines are Us? The Social Orga-
nization of Jaina Island, Campeche, Mexico”, An-
rante los trabajos de salvamento en el si- Centro de Estudios Mexicanos y Centro cativo que las siete piezas compartan ca- Lamentablemente, el mal estado de con- que compone esta escena haya sido cui- cient Mesoamerica, núm. 23, 2012, pp. 211-234.
tio de Cerro de la Cruz, en Querétaro, con- Americanos (cemca) permitieron confir- racterísticas que las diferencian de la Saint-Charles Zetina, Carlos, Laura Almendros Ló-
servación no permitió determinar si el ca- dadosamente depositada durante los ri- pez y Fernando González Zozaya, “Elementos para
firma la existencia de escenas con mar la importancia de los conjuntos de fi- protagonista que encabeza la escena: tie- jete miniatura, depositado al centro de la tos que acompañaron los funerales del el estudio del Cerro de la Cruz como lugar de culto”,
Boletín Americanista, núm. 55, 2005, pp. 241-259.
numerosas figurillas de la fase Chupícua- gurillas en contexto funerario y, en parti- nen tocados complejos, collares en forma ofrenda, contuvo algo en especial. Un pe- niño, siguiendo quizás la narración de un

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