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LECCIÓN 3

No entiendo nada de lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta
ventana, en este lugar].
Aplica esta idea de la misma manera que las anteriores, sin hacer distinciones de ninguna clase. Cualquier
cosa que veas se convierte en el objeto adecuado para la aplicación de la idea. Asegúrate de no cuestionar si es
adecuado o no aplicarle la idea a algo. En estos ejercicios no se trata de juzgar. Cualquier cosa es adecuada si la
ves. Tal vez algunas de las cosas que veas tengan una carga emocional para ti. Trata de dejar a un lado esos
sentimientos, y simplemente aplícales la idea tal como se la aplicarías a cualquier otra cosa.

El objetivo de los ejercicios es ayudarte a despejar la mente de todas las asociaciones del pasado, para que
veas las cosas exactamente tal como se presentan ante ti ahora y para que te des cuenta de lo poco que
realmente entiendes acerca de ellas. Es esencial, por lo tanto, que tu mente se mantenga perfectamente
receptiva y libre de juicios al seleccionar las cosas a las cuales vas a aplicar la idea del día. A tal efecto, una cosa
es como cualquier otra: igualmente adecuada y, por lo tanto, igualmente útil.

LECCIÓN 4
Estos pensamientos no significan nada. Son como las cosas que veo en esta
habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar].
Estos ejercicios, a diferencia de los anteriores, no comienzan con la idea de hoy. Da comienzo a estas sesiones
de práctica observando los pensamientos que crucen tu mente durante un minuto más o menos. Luego aplícales
la idea. Si ya eres consciente de pensamientos que no te hacen feliz, úsalos como sujetos para la idea. No
selecciones, no obstante, sólo los pensamientos que a tu parecer son "malos". Si te acostumbras a observar tus
pensamientos, descubrirás que éstos representan una mezcla tal, que, en cierto sentido, a ninguno de ellos
puede calificársele de "bueno" o de "malo". Por eso es por lo que no significan nada.

Al seleccionar los sujetos para la aplicación de la idea de hoy, se requiere la acostumbrada especificidad. No
temas usar pensamientos "buenos" ni "malos". Ninguno de ellos constituye tus pensamientos reales, los cuales
se encuentran ocultos tras ellos. Los "buenos" no son sino sombras de lo que está más allá, y las sombras
dificultan la visión. Los "malos" son obstáculos para la visión, y, por lo tanto, te impiden ver. No te interesan ni
unos ni otros.

Éste es un ejercicio importante, y se repetirá de vez en cuando de forma ligeramente distinta. Nuestra meta
es entrenarte en los primeros pasos hacia el objetivo de poder separar lo que no tiene significado de lo que sí lo
tiene. Representa el primer esfuerzo en el objetivo a largo plazo de aprender a ver que lo que carece de
significado se encuentra fuera de ti, y lo significativo dentro. Es también el comienzo del entrenamiento que le
permitirá a tu mente distinguir entre lo que es lo mismo y lo que es diferente.

Al usar tus pensamientos como sujetos para la aplicación de la idea de hoy, identifica cada uno de ellos por
la figura o acontecimiento central que contenga. Por ejemplo:

Este pensamiento acerca de ___ no significa nada.

Es como las cosas que veo en esta habitación, [en esta calle, etc.].

Puedes aplicar la idea asimismo a cualquier pensamiento en particular que reconozcas que es perjudicial.
Esta práctica es útil, pero no substituye al procedimiento de selección más al azar que debe seguirse al llevar a
cabo los ejercicios. En cualquier caso, no examines tu mente por más de un minuto. Aún no tienes suficiente
experiencia como para poder evitar la tendencia a preocuparte innecesariamente.

Además, puesto que estos ejercicios son los primeros de su índole, tal vez te resulte especialmente difícil
suspender todo juicio en conexión con tus pensamientos. No repitas los ejercicios más de tres o cuatro veces al
día. Volveremos a ellos más adelante.

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