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Modernidad y religiosidad

en América Latina

religión
Gustavo Morello, SJ
Assistant Professor
Boston College
E-mail: morellog@bc.edu

Recibido: 31 de agosto de 2017


Aceptado: 25 de septiembre de 2017

RESUMEN: Este trabajo recoge los resultados de una investigación sobre la religiosi-
dad vivida en América Latina. Después de discutir las teorías dominantes sobre reli-
gión en el campo de las ciencias sociales y mostrar sus limitaciones para aprehender
el fenómeno religioso en Latinoamérica, el trabajo presenta y analiza la religiosidad
practicada, recibida y creída, como elementos que conforman la religiosidad vivida
latinoamericana. El artículo se basa en una investigación empírica cualitativa realiza-
da durante dos años en Argentina, Perú y Uruguay, en el que se entrevistaron a 240
personas.
PALABRAS CLAVE: Secularización, catolicismo, pentecostalismo, ateísmo, desafilia-
dos, pluralismo religioso, autonomía.

1.  Introducción y especialización de las “esferas


de valor”, esto es, la definición
Entre las distintas maneras que de un ámbito específico para la
hay de estudiar lo religioso, la economía, otro para la política, la
sociología se enfoca en la influen- ciencia, la religión, etc., cada uno
cia de las religiones en la vida en con sus propias racionalidades,
común y en cómo las transforma- reglas y autoridades; 2.  Las diná-
ciones en la vida social afectan la micas del capitalismo económico
religiosidad de las personas. Aquí (industrialización, urbanización,
presento una mirada sociológica globalización), y 3. El crecimiento
de la situación religiosa en Amé- en la conciencia social de las ideas
rica Latina. ¿Cómo afecta la mo- de derechos humanos, civiles, po-
dernidad a la religiosidad de los líticos y sociales.
Latinoamericanos? Por Moderni-
dad, en las Ciencias Sociales, so- Estos tres aspectos de la Moderni-
lemos entender: 1.  La separación dad llegan a diferentes contextos

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con distintos énfasis y a través de practica lo que aquella institución


distintos agentes. En muchos ca- predica y prescribe. La idea de
sos, como fuerza cultural hegemó- una membresía exclusiva medida
nica impuesta por la fuerza, mili- como participación en el servicio
tar o económica, que menosprecia semanal, se basa en un estilo reli-
a las culturas receptoras por “atra- gioso propio del Atlántico Norte,
sadas” y “pre-modernas”. En todo que se aplicó acrítica y normativa-
caso, muchas características de la mente al resto del mundo. Estos
Modernidad están presentes en conceptos no permiten aprehen-
Latinoamérica y tendemos a ha- der la religiosidad cotidiana de los
blar de ella como “híbrida”, “ba- latinoamericanos. El catolicismo
rroca”, “incompleta”, “forzada”, predicado por la Iglesia católica,
etc., como un modo de enfatizar por ejemplo, no ha sido necesa-
la modernización y las diferencias riamente el catolicismo practicado
entre América Latina y Europa o en América Latina. Así, el devoto
los Estados Unidos 1. guadalupano, que durante todo
el año prepara su peregrinación al
Un problema para entender la santuario, queda fuera de las cate-
Modernidad latinoamericana y gorías sociológicas de “practican-
sus particularidades es que las te” y “buen creyente”.
herramientas conceptuales que
utilizamos fueron diseñadas para
entender las transformaciones que 2. Estudiar la religiosidad
la misma provocó en la religiosi- vivida
dad europea. Algunos investiga-
dores, por ejemplo, piensan que
Los estudios sobre la religión de
los sujetos practican una religión,
los latinoamericanos se han ocupa-
claramente distinta al resto de
do de recuperar la historia general
las religiones. O consideran que
explorar casos nacionales, indagar
el buen creyente es quien cree y
lo que las instituciones hicieron en
ciertas circunstancias históricas y
1
  D. Ribeiro, El dilema de América Latina: medir la religiosidad de la pobla-
estructuras del poder y fuerzas insurgentes, ción a través de encuestas  2. Pero
Siglo Veintiuno, México 1971. Sin em-
bargo, para muchos pensadores latinoa-
mericanos lo sustantivo sigue siendo 2
  Cf. J. Lynch, Dios en el Nuevo Mundo:
la Modernidad. “Híbrida” o “barroca” Una historia religiosa de América Latina,
son adjetivos. Cf. B. Echeverría, La Mo- Crítica, Buenos Aires 2012; G. Morello,
dernidad de lo Barroco, Era, México 2000; Dónde estaba Dios. Católicos y terrorismo
N. García Canclini, Culturas Híbridas: de Estado en la Argentina de los setentas,
Estrategias para Entrar y Salir de la Moder- Ediciones B, Buenos Aires 2014; C. Ro-
nidad, Paidós, Buenos Aires 2001. mero (ed.), Diversidad religiosa en el Perú.

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no sabemos mucho sobre cómo los evidencia cuando aplicamos las


latinoamericanos de a pie practi- tradicionales categorías científi-
can la religión (esa práctica perso- cas establecidas por la teoría de la
nalizada es lo que llamamos “re- secularización (publico/privado,
ligiosidad”). Esta pregunta por el sagrado/profano, material/espi-
“cómo” es propia de los estudios ritual, razón/emoción). La reli-
cualitativos; y no hay muchos tra- giosidad vivida por los sujetos es
bajos que la respondan. Para lle- desprolija, multifacética, ecléctica
nar este vacío, un grupo de once y se expresa en prácticas diversas
investigadores de cuatro universi- en donde los creyentes involu-
dades (Boston College, Pontificia cran cuerpos y emociones. Mu-
Universidad Católica del Perú, chas veces esas prácticas se ori-
Universidad Católica de Córdo- ginan en una tradición religiosa,
ba y Universidad Católica del pero son adaptadas, modificadas,
Uruguay) financiados por la John recreadas y mezcladas por las
Templeton Foundation realizamos personas3. Queríamos que el estu-
entre 2015 y 2018 un estudio sobre dio fuese, además de cualitativo,
la religión tal como la practican comparativo. Por eso, selecciona-
los latinoamericanos en su cotidia- mos tres ciudades sudamericanas
neidad. El estudio puso el énfasis (Lima, Córdoba y Montevideo) y
más en el modo que en el cuánto en cada una de ellas entrevista-
se cree (que es el enfoque de las mos a ochenta personas de dife-
rentes clases sociales (dos grupos,
metodologías cuantitativas).
altas/medias y bajas) y distintas
En esta investigación, rescatamos orientaciones religiosas (católi-
los aspectos de las creencias y las cos, evangélicos, otras creencias
prácticas que los creyentes con- y no afiliados). En las entrevistas
cretos consideran importantes buscamos variedad de edades,
en sus vidas. Tratamos de hacer sexos y situaciones vitales (solte-
visible los aspectos propios de ros, en pareja, con y sin hijos). La
la religiosidad latinoamericana selección de las personas entre-
que no siempre han quedado en vistadas fue intencional, esto sig-
nifica que no fue proporcional a la
sociedad estudiada. No nos dice
Miradas múltiples, CEP, Lima 2016. Tam-
bién: Latinbarometro (2014). En: http://
www.latinobarometro.org/latNews- 3
  Cf. M. McGuire, Lived Religion: Faith
Show.jsp (consultado el 1 de diciembre and Practice in Everyday Life, Oxford Uni-
de 2014); Pew Research Center, Religion versity Press, New York 2008; N. Am-
in Latin America: Widespread Change in merman, Sacred Stories, Spiritual Tribes:
a Historically Catholic Region, Pew Re- Finding Religion in Everyday Life, Oxford
search Center, Washington 2014. University Press, New York 2014.

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cuánta gente de la población hace realizaron en aulas universitarias,


esto o aquello (que es lo propio de oficinas, edificios religiosos, bares,
los estudios cuantitativos), pero mercados, casas, autos y plazas.
sí nos muestra cómo se practica Durante los encuentros, las per-
en esa sociedad. No se describe el sonas conversaron libremente con
cuadro, pero nos va a decir cuál los entrevistadores acerca de sus
es la paleta de colores que están creencias. Un espacio de reflexión
presentes en la pintura. e introspección inusual en la vida
cotidiana. Muchos mencionaron
Realizamos dos entrevistas con que no suelen hablar de sus in-
cada uno de los entrevistados. El quietudes religiosas con sus fa-
primer encuentro ofreció una mi- milias o amigos. Tampoco con los
rada general de las rutinas cotidia- ministros religiosos. Querían con-
nas y la presencia o no de prácticas versaciones sobre su religiosidad,
religiosas, su itinerario de fe, las y la entrevista fue una forma de
decisiones tomadas en la vida, las legitimar sus prácticas y creencias
relaciones con otras personas, lo frente a otra persona.
que sucede en el trabajo, el tiem-
po libre y sobre sus actividades Muchos se emocionaron. Otros
sociales o políticas. En la segunda tantos, agradecieron esa opor-
reunión, se les pidió que hablaran tunidad. Agradecían el poder
de un objeto (o fotografía del mis- hablar sobre sus emociones, sus
mo) que fuese significativo para búsquedas y sus dudas. El proce-
sus vidas. Lo que buscábamos era so de contar su historia les servía
profundizar la conversación sobre para reflexionar sobre sus vidas,
los significados y las emociones a buscando dar coherencia a dife-
través de la historia de esos luga- rentes experiencias; unir narra-
res y objetos. tivamente lo que parecía roto o
desconectado. A veces los sujetos
Llamó la atención desde el comien- ajustaron su orientación religiosa
zo del proceso la actitud de los a lo largo de la entrevista. “Más
entrevistados. Las personas con- que católica (o cualquier otra
tactadas se mostraron deseosas de creencia) me considero...”. Tanto
hablar. En muchos casos, la impre- fue así que una decisión meto-
sión fue que las personas hubie-
sen accedido a una tercera entre-
vista con gusto 4. Las entrevistas se de investigadores de la Universidad de
Deusto replicó la investigación en Bil-
bao, y tuvieron serios problemas para
4
  Esta información contrasta con lo entrevistar personas de entre 35-55 años.
sucedido a colegas en el País Vasco. Al Las personas no querían hablar con in-
poco de comenzar a trabajar, un equipo vestigadores de sus prácticas religiosas.

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dológica que tomamos fue la de 3. El impacto de la


registrar orientación declarada al Modernidad: pluralismo
comienzo de la entrevista. y autonomía
De esto, interpretamos que exis-
Casi todos los entrevistados, en las
tía una carencia, aun dentro de
tres ciudades, han tenido contacto
las iglesias, de un espacio para
con el “otro” religioso, ya sea el
comunicar libremente cómo vi-
católico, pentecostal, no afiliado o
ven lo religioso. Un ámbito en el
perteneciente a otra confesión. La
que las personas puedan contar,
en sus propios términos, lo que experiencia del pluralismo social
les pasa. Las personas hablaron ha afectado a la vida comunitaria
con comodidad de sus dudas, un y familiar de muchos entrevista-
hecho que presenta problemas dos. Si bien en muchos casos ese
a las metodologías que enfati- contacto ha despertado interés en
zan lo que las personas ‘creen’ conocer sobre las otras creencias,
u otros aspectos intelectuales de informarse, conversar en profun-
la religiosidad (la conformidad didad, visitar otros lugares sagra-
o no con lo que las instituciones dos e incluso participar en otras
enseñan, por ejemplo). Las per- celebraciones; para la mayoría la
sonas concretas están en camino, forma de manejar la diversidad ha
en un ámbito religioso, pero no sido la de “no hablar” sobre la reli-
necesariamente han alcanzado gión. Sobre todo, cuando la plura-
un destino de claridad dogmáti- lidad se presenta en el mundo ín-
ca. Ser creyente implica un work timo de la familia y de los amigos
in progress. más cercanos.

Los objetos traídos fueron muy Vimos también la experiencia de


variados. Desde cosas esperables, la pluralidad en la propia trayec-
como imágenes y biblias, hasta toria del sujeto. Muchos han pa-
cordones umbilicales, plantas y sado por diversas etapas, de la no
computadoras. Esto nos permite afiliación a la práctica activa, de
especular que la distinción entre la confesión a la desafiliación, del
espacios, objetos y personas sa- catolicismo al pentecostalismo,
gradas o profanas no tiene límites del mormonismo al catolicismo,
tan estrictos en la vida cotidiana del budismo a las nuevas espiri-
de las mujeres y varones latinoa- tualidades, de prácticas New Age
mericanos. al judaísmo y al ateísmo. Otros
mencionaron la pluralidad den-
tro de la propia tradición, narran-
do las migraciones en términos
de “conversión” religiosa: “An-

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tes practicaba una forma de ser cisión importante tomada por la


pentecostal/judío/católica que persona entrevistada y con quién
me hacía mal. Ahora practico una la había consultado. Queríamos
forma de ser pentecostal/judía/ conocer más sobre el proceso se-
católico que me hace bien”. El guido, cómo definían lo que esta-
caso es que, ante el pluralismo de ba bien o mal respecto del asunto
la sociedad y de la propia expe- en cuestión. Si bien muchas en-
riencia, los entrevistados encuen- trevistas mencionan a miembros
tran una variedad de fuentes de de la familia inmediata (parejas,
sentido para interpretar lo que les padres), y amigos cercanos, la
sucede en la vida cotidiana. Esto mayoría dice que tomó la deci-
marca una transformación impor- sión por su cuenta, en función
tantísima ya que hasta finales de de su conciencia personal. Algu-
los años cincuenta la oferta, prác- nos indicaron que su criterio fue
ticamente excluyente, venía del “no dañar a otros”, pero fue una
catolicismo. minoría de relatos. La mayoría
Otro punto en común observado decide en soledad en función de
tiene que ver con la autonomi- convicciones derivadas de expe-
zación religiosa de las personas. riencias personales (“lo que me
El sujeto es su propia autoridad pasó antes”) que de principios re-
religiosa. Cada uno decide, en ligiosos o éticos explícitos.
función de sus propias circuns-
Esto no significa que los sujetos
tancias y experiencias vitales, qué
no se relacionan con tradiciones
prácticas y qué explicaciones son
las que dan sentido a su vida co- y organizaciones religiosas. Por
tidiana. No es la arbitrariedad de eso preferimos hablar de “auto-
hacer lo que se les ocurra; los su- nomía” y no de “independencia”.
jetos articulan explicaciones, dan Las instituciones y comunidades
razones, expresan de diferentes de fe tienen un rol en generar,
modos el sentido de sus acciones circular, aprobar y rechazar sím-
y convicciones religiosas. La per- bolos, prácticas y creencias. Sin
cepción de los entrevistados es embargo, una vez establecidas,
que, al ser la vida contemporánea son los sujetos los que deciden
tan compleja, no es fácil para al- qué hacer con ellas. Las personas
guien de fuera dar una respues- toman, cambian, producen sím-
ta a una situación concreta. La bolos y significados religiosos.
autonomía del sujeto se pone de El criterio de selección, adopción
manifiesto a la hora de la toma de y adaptación es que esa práctica
decisiones. Las investigaciones les ayude a conectar con la divi-
indagaron sobre una última de- nidad.

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4.  La religiosidad recibida sitiva experiencia de la comuni-


dad religiosa. Para otros, la mala
Así como las fuentes de sentido experiencia en grupos religiosos
se diversificaron, así también los ha sido causa de ruptura. Si bien
medios de acceder a esas fuentes se menciona en algunos casos de
han cambiado. El círculo fami- abandono una experiencia negati-
liar sigue siendo primordial en la va de la divinidad (el “silencio de
transmisión, tanto para continuar dios”), en la mayoría de las his-
como para romper con la tradición torias, las razones del distancia-
religiosa. A las figuras parentales miento religioso se vinculan con
se les agregan los abuelos. Mien- una mala experiencia con alguien
tras que, en el caso de los padres, en concreto. Vimos esta situación
los entrevistados mencionan a am- en católicos, pentecostales, y tam-
bos, madres y padres; la figura de bién en ateos, en donde la afilia-
la abuela mujer es casi excluyente ción a la agrupación política o so-
con respecto al abuelo varón. Con cial hace las veces de comunidad
la mujer plenamente incorpora- de pertenencia.
da al mundo laboral, el rol de las
Finalmente, un tercer medio de
abuelas en el cuidado de los ni-
transmisión de la tradición es el
ños se ha hecho más relevante en
mundo digital. Los sujetos recu-
América Latina. Madrinas, padri-
rren a la web y las redes sociales
nos, tías y tíos, hermanos, amigos
buscando información para su
y parejas son mencionados ocasio-
crecimiento personal; aplicaciones
nalmente.
para rezar o leer la biblia, videolla-
La comunidad religiosa sigue te- madas para recibir asesoramiento
niendo un rol en la transmisión espiritual. Hemos encontrado
de la creencia. Suele ser el primer numerosas membresías digitales,
lugar donde los sujetos creen y sujetos que participan de las ce-
practican la religión por su propia lebraciones transmitidas a través
decisión. Un lugar de interacción de la web y, cada tanto, se unen en
con pares que, en muchos casos, persona luego de un viaje de cua-
marca la vida. Para muchos en- tro horas.
trevistados este es el ámbito de
experiencia de lo religioso, un
espacio privilegiado más cerca- 5.  La religiosidad practicada
no, más humanizado, que la ins-
titución. Algunos de los objetos El rango de prácticas religiosas
traídos para las entrevistas tienen por los entrevistados es notable.
que ver con fotos de los grupos u Muchas se relacionan con las tra-
otro tipo de recuerdos de una po- dicionales: cómo rezarle a la Vir-

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gen entre los católicos, la lectura males, digo yo, ¿no son también
diaria del devocional entre los mi prójimo?”.
evangélicos o el daimoku de los bu-
distas. Estas prácticas tienen lugar Entre las prácticas religiosas más
en ámbitos no religiosos como la extendidas, entre personas de di-
calle, el viaje al lugar de trabajo, ferentes clases sociales, religiones,
la ducha, el cuarto, o la oficina; sexo y edad, está la de escuchar o
desdibujando la clásica distinción componer música. Principalmen-
entre público y privado; o entre se- te, música profana que se inter-
cular y religioso. preta religiosamente, sea porque
las letras seculares son escuchadas
Varias entrevistas mencionan la religiosamente, sea por el uso de
asistencia a las celebraciones cul- la música como herramienta para
tuales comunitarias (en general construir un ámbito de privaci-
con una frecuencia mensual, no dad y de silencio. Una suerte de
tanto semanal) y la ayuda solidaria estado liminal al encuentro con la
a otros a través de grupos (no ne- trascendencia en el caso de los cre-
cesariamente confesionales) como yentes, o un ámbito espiritual en sí
una práctica religiosa. Mientras mismo para los no creyentes. Una
algunos entrevistados incluyen experiencia que se hace más inten-
las terapias alternativas (constela- sa y profunda cuando los sujetos
ciones familiares, reiki, etc.) como entrevistados ejecutan la música
prácticas religiosas; otros mencio- (cantan o tocan algún instrumen-
naron la terapia psicológica o el to) más que solo escucharla.
ejercicio físico como parte de sus
rutinas espirituales. El contacto
con la naturaleza es aludido en 6.  La religiosidad creída
varias entrevistas; ello se entien-
de tanto desde una caminata por Si las sociedades del Atlántico
las montañas, o la orilla del mar, Norte funcionan dentro de un
hasta regar las plantas o mirar el marco inmanente, como si dios no
cielo con un telescopio desde el existiera; esto no se puede afirmar
balcón de un departamento en el de los pueblos en el sur de Améri-
centro de la ciudad. Una católica ca Latina. Nuestros entrevistados
cordobesa de clase baja está des- manifiestan que su cotidianeidad
ilusionada con el Papa porque ella ocurre en un marco trascenden-
entiende que Francisco criticó in- te. No hay un mundo empírico y
justamente a los proteccionistas de otro supra empírico. Hay un solo
animales. El cariño y la dedicación mundo. Una sola historia huma-
a sus mascotas la conecta con dios na. Todo puede ser signo de lo
más que la figura papal: “Los ani- divino, y la conexión con esa rea-

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lidad puede ocurrir en cualquier todo el tiempo y no lo hacen ni en


espacio y tiempo. El contacto con momentos ni en lugares específi-
realidades de poderes supra hu- cos. Lo opuesto también aparece
manos (divinidad, seres signifi- en las entrevistas, la divinidad no
cativos, personas muertas) ocu- necesariamente está presente en
rre todo el tiempo y en cualquier la práctica establecida por las re-
lugar. La experiencia del más allá ligiones. Esto se vio tanto en las
atraviesa clases sociales, ciuda- entrevistas como en los objetos
des, confesiones, sexos y edades, significativos que las personas nos
y es un punto en común en las mostraron. Hay biblias, imágenes
tres ciudades. de santos, crucifijos, libros sagra-
dos, estampas, rosarios, y “simpa-
Paradójicamente, para la mayoría,
tías” (un objeto hecho de tela utili-
la vida después de la muerte no es
zado por los umbandistas urugua-
un tema o un asunto clave ni en
yos); pero también computadoras
sus convicciones ni en sus prácti-
cas cotidianas. En general creen en y mochilas, cordones umbilicales
la vida eterna, pero no les interesa y pipas, fonógrafos y telescopios,
o no está en la agenda. Esto tiene anotadores y fotos, osos de pelu-
consecuencias para las confesio- che e imanes de heladeras. Una
nes religiosas seguramente; pero joven católica limeña conecta con
también para la sociología de la Dios usando una pulsera de pie-
religión. Algunas escuelas socioló- dras de cuarzo hecha por un brujo
gicas, inspiradas en la rational choi- de Piura.
ce, se basan en que las religiones Hay un ejemplo de creencias en lo
venden vida eterna. Si el principal
que sucede después de la muerte
producto que las religiones ofrecen
que junta también muestras de
es la salvación, al menos nuestros
pluralismo religioso y autonomía
entrevistados (recordemos que no
de los sujetos. Si bien la cantidad
son una muestra representativa de
de creyentes hindúes y budistas
toda la sociedad) no parecen inte-
en las tres ciudades es mínima,
resados en ese producto.
un número significativo de perso-
Esta paradoja estaría indicando nas cree en la reencarnación. Y no
que la vida eterna no resulta un es que confundan el término con
problema porque la divinidad está “resurrección”; conocen muy bien
presente en todos los aspectos de la diferencia, pueden explicarla y
la vida. Este mundo está habitado saben que la tradición cristiana la
por lo divino y puede ser un signo rechaza, aunque para algunos ca-
de la divinidad. Muchos mencio- tólicos y pentecostales, forma par-
nan que se comunican con Dios te de sus creencias.

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7.  El modelo del creyente con los co-trabajadores. El trabajo


es un ámbito público, pero la reli-
En las tres ciudades, los entrevista- gión no se queda en casa.
dos de diferentes confesiones reli-
giosas, tienden a considerar como
creyente modelo a la persona que 8.  Los contrastes
hace el bien a los demás en la vida
cotidiana. Ni lo intelectual (en qué Más allá de los puntos en común,
se cree) ni la asistencia al templo (la también encontramos diferencias
membresía) son características im- entre las poblaciones estudiadas.
portantes del buen creyente latino- Mientras que para los entrevista-
americano; dos de las principales dos de Lima el rol de la comuni-
métricas usadas para aprehender dad religiosa es fuerte, este papel
lo religioso en Europa y en Estados
disminuye en Córdoba y Montevi-
Unidos. El principal barómetro de
deo, sobre todo en las clases altas.
autenticidad o de compromiso de
En estas dos ciudades, la práctica
una persona son sus acciones en
es más individual. Aun cuando los
casa y en el trabajo.
entrevistados atienden celebracio-
Que la vida familiar sea un espa- nes, en sus narrativas explican que
cio religioso no llama la atención; lo hacen más como un momento
aunque algunos detalles sí son de oración personal que de cele-
novedosos, como la mencionada bración común.
experiencia de la diversidad reli-
giosa al interior familiar. Lo que Las personas entrevistadas en
es particularmente novedoso es Lima mencionan el término “peca-
la presencia de lo religioso en el do”; una noción que prácticamente
lugar de trabajo. La economía es no es usada por los entrevistados
el ámbito secularizado por exce- en otros lugares. En Montevideo
lencia, donde la religión ha sido y Córdoba aparece la terapia psi-
expulsada por una racionalidad cológica como práctica espiritual,
autónoma. La religión no tiene algo que es poco mencionado en
nada que decir frente a las diná- Lima. Los peruanos sí se refieren a
micas independientes del merca- membresía o hermandades, inclu-
do. En teoría. Porque en el caso so los no católicos (“Soy masón y
de los entrevistados en Córdoba, de San Judas”).
Lima y Montevideo, de diferen-
tes confesiones religiosas, ser un El ateísmo puro y duro es más
buen creyente está principalmen- prominente en Montevideo, en
te asociado a ser responsable con donde hay una tradición centena-
la tarea y respetuoso y solidario ria de laicismo impulsado desde

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el estado5. A pesar de más de cien tes pentecostales respecto a sus


años de políticas públicas laicis- líderes religiosos. Los diferentes
tas, que sin duda han marcado la roles asignados a lo religioso en
identidad uruguaya, los investi- el espacio público latinoamerica-
gadores tuvieron problemas para no, se manifiesta en la vida de los
encontrar ateos (no confundir migrantes peruanos en Córdoba
con “desafiliados”) de clase baja. y Montevideo. En Uruguay se les
El ateísmo uruguayo es ilustrado. hace más difícil organizarse como
Algo similar ocurrió en Córdoba, comunidad migrante, porque una
donde los ateos entrevistados tradición centenaria de laicismo
eran universitarios de clase alta, les impide recrear en las calles
cientificistas muy críticos de sus montevideanas la procesión del
correligionarios “desafiliados” Señor del Milagro.
practicantes de nuevas espiritua-
lidades y terapias alternativas.
En Lima, en cambio, empiezan a 9.  Conclusión y futuro
registrarse ateos posevangélicos;
personas que, en su búsqueda Las transformaciones de la mo-
religiosa, se cansaron. Son ateos dernidad latinoamericana en el
por saturación religiosa. Un pun- nivel social y personal han afec-
to que los acerca a muchos no tado las tradiciones y organiza-
afiliados en Estados Unidos y tal ciones religiosas tanto como las
vez a algunos ex católicos euro- formas en que las personas viven
peos. su religiosidad. De las muchas
características de la Modernidad
La combinación de distintas tradi-
que interactúan con lo religioso en
ciones en una orientación religiosa
América Latina, aquí resaltamos
es más frecuente entre católicos,
dos aspectos: el pluralismo de las
no afiliados y umbandistas que
sociedades latinoamericanas y la
entre los pentecostales, budistas y
creciente conciencia de la autono-
mormones. Estos últimos grupos
mía del sujeto.
tienden a ser más estrictos con sus
creencias, pero no más dóciles a la La pregunta que nos planteamos
autoridad religiosa. Tanto en Cór- al principio, cómo viven los lati-
doba como en Lima, nos sorpren- noamericanos su religión, tiene
dió la autonomía de los creyen- respuestas condicionadas a los
lugares y a las confesiones de las
5
  Cf. N. DaCosta, “El fenómeno de la
personas. No son lo mismo pente-
laicidad como elemento identitario: El costales que mormones, o católicos
caso uruguayo”, en Civitas 11  (2011), que no creyentes. Pero los católicos
207-220. de una ciudad tienen a veces más

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similitudes con sus compatriotas hace el bien en esta vida concreta,


pentecostales, que con correligio- en casa y en el trabajo.
narios de otras geografías. Las
fuentes religiosas se han plurali- Esta forma de vivir la religión
zado, los latinoamericanos expe- entre las personas entrevistadas,
rimentan en sus vidas una diver- plantea preguntas a futuro a la
sidad que no conocían antes, pero sociología y a las instituciones
que tampoco saben bien cómo ma- religiosas. Por ejemplo, que los
nejar. El ámbito familiar y los gru- sujetos gestionen el pluralismo
pos religiosos siguen siendo luga- religioso de la vida social silen-
res importantes de transmisión de ciando el tema religioso ¿es una
la fe, pero las redes sociales y los forma de aceptación o rechazo?
medios se han agregado a la hora ¿Es apertura al otro, tolerancia o
de transmitir, modificar y recrear indiferencia? O el hecho que el
tradiciones religiosas. sujeto sea su propia autoridad
religiosa en tensión con la insti-
Las prácticas son diversas y ocu- tución, ¿tiene algún impacto en la
rren en todo lugar. No hay ni espa- vida política, en la relación entre
cios ni tiempos específicos, la reli- una ciudadana con la autoridad?
gión no está ceñida a un ámbito o Finalmente, la idea del buen cre-
a un espacio determinado. No hay yente como aquel que hace el bien
objetos sagrados per se, sino que a los demás es algo enseñado, en
esa sacralidad es ad hoc: se crea América Latina, por la tradición
en el uso que se hace del crucifijo, judeocristiana. La duda es la si-
del brazalete o del ordenador. Esta guiente: ¿Qué sucederá con esa
permeabilidad entre lo sagrado y regla si las enseñanzas institucio-
lo profano nos hace pensar en que, nales tienen un rol menor en la
para muchos de los entrevistados, vida de las personas? ¿Qué va a
no hay un mundo trascendente y pasar con esta “regla de oro” si el
otro inmanente, un más acá y un “yo” es la única autoridad? Pre-
más allá. Hay una sola realidad guntas que no siempre podemos
que puede, o no, ser ámbito de en- contestar, pero que nos invitan a
cuentro con poderes supra huma- seguir investigando las múltiples
nos. Porque la eternidad se define formas en las que culturas y reli-
aquí, el buen creyente es el que giosidades interactúan. n

338 Razón y Fe, 2017, t. 276, nº 1429, pp. 327-338, ISSN 0034-0235

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