8. El movimiento
El movimiento es la incitacién visual mas fuerte a la atencién. Un perro 0
tun gato puede estar descansando apaciblemente, indiferente a todas las lu-
‘ces y formas que componen el entorno inmévil que le rodea; pero, tan
pronto como algo se mueva, sus ojos se volveran hacia ese lugar y seguirin
‘el curso del movimiento. Los gatitos pequefios parecen estar completamen-
te a merced de cualquier cosa que se mueva, como si sus ojos estuvieran
atados a ella. En los seres humanos, el movimiento despierta una atraccion
‘semejante: basta recordar la eficacia de la publicidad mévil, ya se trate de
Jos anuncios de neén intermitentes o de los anuncios de televisién, o el mu-
‘cho mayor atractivo popular de todo lo que sean representaciones en movi
miento, frente a la fotografia, la pintura, la escultura o 1a arquitectura in-
moviles.
Es comprensible que en el animal y en el hombre se haya desarrollado
‘una respuesta fuerte y automatica al movimiento, Este implica un cambio en
Jas condiciones del entorno, y ese cambio puede exigir reaccién: puede signi-
ficar la proximidad de un peligro, la aparicién de un amigo o de una presa de-
seable. Y, dado que el sentido de la vision se ha desarrollado como instrumen-
to de supervivencia, esta acoplado a esa tarea.
aArte y percepcién visual
Los sucesos y el tiempo
Distinguimos entre cosas y sucesos, inmovilidad y movilidad, tiempo y atem=
poralidad, ser y devenir. Estas distinciones son cruciales para todo arte visual,
pero su significado dista mucho de ser obvio. Decimos que el aeropuerto.
€ una cosa, pero la llegada de un avidn es un suceso. Los sucesos son casi
siempre actividades de las cosas. La actividad pura, desligada, es rara, pero
existe. En sus experimentos con el movimiento estrobosc6pico, Wertheimer
se encontré con que lo que sus observadores percibian en determinadas cir
cunstancias no era un objeto movigndose de una posicidn a otra, sino un «mo~
vimiento puro», verificado entre dos objetos y no vinculado a ninguno de
ellos. Cuando distinguimos la trayectoria de vuelo de una golondrina lejana
de la de un avién, el objeto queda reducido a un punto informe, y se puede de=
cir que lo que vemos es movimiento puro: una experiencia semejante a la de
oir c6mo un sonido musical recorre las subidas y bajadas de una melodia.
Lo mis frecuente es que estemos en presencia de objetos, que se nos apa
recen como entidades estables, y acciones ejecutadas por ellos. Los adema-
nes de un orador son acciones, pero el orador mismo es percibido como una.
cosa constante en si, digan lo que digan los bidlogos y los fisicos, Incluso
nube se experimenta no como un suceso, sino como un objeto en transfor
cién; y otro tanto sucede en aquellos casos en los que el cambio no depei
de un movimiento: la langosta que se vuelve roja, la patata que se ablanda.
Materialmente, todas las cosas y los sucesos tienen una ubicacién en
tiempo. Ahora, cuando la polucién atmosférica ataca las esculturas, nos
‘mos cuenta con tristeza de que hasta el marmol o el bronce esta sujeto a
trayectoria vital propia, que distingue su estado de hoy del de ayer. Psicol
camente, sin embargo, una estatua esta fuera del tiempo. No se la pereil
como un afanoso persistir, del modo en que parecen afanarse peatones y at
méviles que pasan a su lado. En cualquier momento dado, el peatén esta
una fase concreta de su paseo por la plaza. Para la estatua no existe esa cot
paracién de sus estados en distintos momentos; no «permanece igual» ni «
queda quieta». Tampoco las figuras pintadas sobre la urna griega de J
Keats estiin detenidas en seco. Lo que sucede en cada uno de estos ejemp!
es que el entorno en su conjunto: la ciudad, la habitacién, la vasija, se pi
ben como si estuvieran fuera de la dimensién temporal. Dentro del entor
pueden operarse ciertos cambios 0 acciones: geémo los describiriamos? ¢)
experimentamos como algo que se verifica en el tiempo?
La distincién entre cosas inméviles y méviles es suficientemente el
pero, {es idéntica a la distincién entre atemporalidad y tiempo? Es real
la experiencia del paso del tiempo lo que distingue la actuacién de una
rina de la presencia de una pintura? Cuando la primera salta de un lado a
del escenario, ges un aspecto de nuestra experiencia, por no decir ya suas
to mas significativo, el que durante ese salto haya transcurrido un tie1
{Habremos de decir que la bailarina llega del futuro y salta por el pre:
ar,