“Páginas del director” Arquitectura: publicidad mensual ilustrada, dedicada a la
Ciencia y las bellas Artes, 1922-08-01, pp. 10, Ciudad de México , No. 9y 2, Vol I, Agosto y Septiembre de 1922.
NUESTROS COLABORADORES
En el primero de nuestro primer número declaramos enfáticamente, que nos
presentamos en la estadía de la prensa sin mas capital que un haz de esperanza. En aquella ocasión, reconocimos lo arduo de la tarea y comprendimos nuestra debilidad, pero teníamos un ideal y por eso emprendimos la labor sin vacilaciones, sin decaimiento, como en los cuentos de hadas, sin volver la cabeza, atentos a la finalidad que persigue nuestra publicación que aspiraba, entonces, fiada por el provenir, y hoy en sus colaboradores , al ser portavoz de la ciencia de la construcción y de las artes liberales, gaviota que llevara entre sus alas como carga preciosa de un confín a otro de la virgen América notas vibrantes de la cultura mexicana. Ahora después de unos cuantos meses de vida, en los cuales no han escaseado las zarzas, podemos anunciar a los lectores de “Arquitectura” que nuestro anhelo, que pudo parecer un sueño o una loca pretensión, se hace una dulce bella realidad. A las reputadas firmas de las personas que han venido colaborando en nuestras páginas y cuyo talento y cultura son indiscutibles, sumamos y anunciamos en seguida, a nuestros lectores, con honda satisfacción, la lista de los arquitectos, escultores, pintores, literatos, músicos e historiadores que colaboran en esta revista y cuyos nombres garantizan nuestra ambición y constituyen para la ciencia y el arte nacional , un paso mas hacia su difusión, y para nosotros, además de un profundo y reconocimiento a ellos, un estímulo vigoroso y un motivo de justificado orgullo.
LA GUERRA AL JARDÍN
Del cúmulo de disposiciones absurdas, de esa andanada de decretos, cuando no
atentatorios en el orden arquitectónico y tradicional que México ha tenido que acatar, no obstante su protesta surge últimamente uno declarandole la guerra al jardín; a ese sitio que todas las civilizaciones han considerado como un motivo de ornato, de cultura y de higiene. El reciente decreto a que nos referimos y que grava los jardines que ocupan una extensión mayor que la que ocupa la superficie cubierta de cada propiedad, es de una inconsecuencia manifiesta. En tanto lo que en tal sentido se podría objetar, son tan contundentes los argumentos que se pueden aducir, es de tal naturaleza desatendida la disposición, está basada en argumentos tan deleznables e infantiles, que es totalmente inútil citarlos. El jardín n todas las ciudades modernas es objeto de cultivo y amor de sus propietarios de protección de parte de las autoridades conscientes y de respeto y admiración de los forasteros, pero aquí, en el Distrito Federal, en esta tierra pródiga en flores en la que debiera estimularse, se le ataca, con leyes que se dice sin dictadas para contrarrestar el abuso que se hace de ciertas recientes prerrogativas en materia de construcción, y que bien podrían corregirse con otras medidas mas adecuadas y eficientes. Que en esta ciudad, llamada justamente de los Palacios, se abandonen los parques públicos, se tolere el polvo que nos ahoga , se permanezca indiferente ante las calles sin pavimento, se desatienda la basura que alfombra la ciudad, se pasen por alto las barracas infectas es decir, todo aquello que está bajo la custodia directa de las autoridades , esta bien, la censura y el bochorno será para ellas…pero que sobre todas estas muestras de incuria se ataque al parque particular, no tiene explicación para nadie. Tenemos entendido que la Sociedad Forestal Mexicana ha venido enviando un largo bien fundando memoria al señor Presidente de la República demandando que se derogue el nuevo impuesto. “Arquitectura” protesta enérgica y resueltamente por la disposición tantas veces citada y pide no solo la derogación de ella, sino la protección decidía al árbol y a la flor.