Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
poemas
Claudia Masin Antología personal
Edición electrónica
Distribución libre y gratuita
revista teína | www.revistateina.com
Diseño: Raimundo DG | www.rmddg.com.ar
© 2005
Claudia Masin Antología personal
Edición electrónica
Distribución libre y gratuita
revista teína | www.revistateina.com
Diseño: Raimundo DG | www.rmddg.com.ar
© 2005
El hilo
“A N TO L O G Í A” C L A UD IA M A SI N | R E V I S TA T EI NA 1
El tiempo
“A N TO L O G Í A” CL A UD I A M AS I N | R E V IS TA T E I NA 2
El nido
“A N TO L O G Í A” CL AU D I A M A SI N | R E V I S TA T E I NA 3
geología
De pequeña
probablemente pensara que la geología
era la ciencia que enseñaba a vivir en la tierra.
Geo, tierra, Logía, ciencia. Era razonable,
y desde entonces Yo voy a ser geóloga
cuando sea grande, informaba,
como quien dice voy a averiguar sola
lo que nadie me sabe contar,
voy a clasificar todos los géneros
de dolor que conozco como si fueran piedras.
–Tal vez en los manuales –me decía–
entre fallas y estalactitas aparezca en una foto
yo con mi disfraz de explorador
y en una nota al pie, esta descripción:
nena de piedra hallada en una cueva
muy al norte, casi escondida,
el cuerpo cubierto de palabras talladas,
por el tiempo transcurrido, incomprensibles.
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R EV I S TA T E I N A 4
poligrafía
“A N TO L O G Í A” C L A UD IA M A SI N | R E V I S TA T EI NA 6
grafito
“A N TO L O G Í A” CL A UD I A M AS I N | R E V IS TA T E I NA 7
malaquita
“A N TO L O G Í A” CL AU D I A M A SI N | R E V IS TA T E I NA 8
grutas
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R E V IS TA T E I N A 9
borneo
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R E V IS TA T E I NA 10
hans
Vas a tomar de las palabras lo que pueda servirte para decir Eras, en la oscuridad de la tormenta, como una exploradora
de las formas impronunciables que adopta la tristeza. que ha extraviado la brújula y espera, en la completa
¿Qué es lo que quisieras decir? Tal vez que por las noches soledad, una señal de los astros, una complicidad azarosa
salías a ver cómo se formaba la tormenta, e improbable que la lleve de regreso a casa.
y la electricidad del aire te capturaba como un halo
dentro del cual te convertías también en pura radiación, No es verdad que las exploradoras no temen
en pura espera decidida, tensa. O que la primera ni que la infancia transcurre en una larga y luminosa mañana.
vez que te quedaste a solas con el aguacero pensaste El miedo otorga un nombre como una moneda falsa
"no se cae la noche por ser tan hermosa", para comprar un espacio en el mundo, en el lenguaje.
pero sin embargo temblaste, capturada Una palabra sola y el territorio de pura luz queda vedado,
por esa forma insólita de la pasión que es el miedo. minada la gratuidad de la única alegría real,
que es la del cuerpo.
Mirabas las ramas torcerse bajo el peso invisible
del viento, la violencia del agua arrancando las hojas,
el jardín expuesto en su desnudez. Un paisaje hecho
para el sol no resiste la visita de la noche. ¿Cómo
diferenciar desastre de belleza? Si es tan similar
la devastación que ambos dejan detrás, el desconsuelo
que provocan al irse, si alguna vez han estado
cerca nuestro.
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R E V IS TA T E I N A 11
resistencia
Nací en una ciudad rodeada por defensas de tierra. Soñé entonces con construir un arca, pero no llevaría
Montañas de utilería para que cuando llueva, animales sino palabras. Las elegiría al azar, por capricho.
el río, en su crecida, no invada nuestras casas Por la música que despedían de sí al ser dichas.
y arrase la ciudad. Pero se ha tenido la precaución
de construir murallas precarias, abiertas. Para mantener ¿No es más importante preservar la belleza que la especie?.
al enemigo vivo. Los que hemos nacido en Resistencia Zarparía en silencio hasta que la tierra
tenemos para qué levantarnos cada mañana: se perdiera de mis ojos por la distancia y el diluvio.
quien tiene a qué temer ya no está solo. ¿Noé sabría de su audacia al huir?. Soldado que huye
sirve para huir de la próxima batalla.
Aquí, el uniforme de guerra incluye botas de lluvi a
amarillas. Nos sentimos impermeables ¿Y si escribir no fuera temblar en la tormenta sino
cuando caminamos por las calles, cómplices –a lo sumo– presumir bajo el alero?
como sobrevivientes de un desastre secreto. ¿Y si la crecida de las aguas no existiera?
Una vez, la lluvia nos sitió por tres días y tres noches. Un mito. La fundación de algo. De una ciudad: Resistencia.
Los chicos soñábamos con la amistad del agua, Construida para ofrecerse a un ataque imaginario,
salir descalzos a la invasión, cada gota a una corriente asesina que no existe. Acuario seco
un disparo fresco en el pecho. Pero permanecíamos en que los peces so focados resistimos
tras las trincheras, cristales dibujados al vapor hasta que las agallas sangran. Nunca fue cierto
con nuestros nombres. Casa del agua. que en las guerras se venciera por un arte sutil
¿Un barco ebrio? No, mi casa era un blanco quieto. de resistencia.
Guardado en una botella, como una cabaña de los Alpes,
una miniatura olvidada en un estante.
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R EV I S TA T E I N A 12
azufre
Ser cartógrafa de una casa implica conocer sus objetos ¿Viste alguna vez cómo el sol atraviesa
secretos: una red agujereada de pesca en el depósito el ala de un insecto en vuelo? ¿Con qué delicado
de las herramientas, señuelos con dibujos de peces y fugaz dibujo la rellena? Así hubieras querido que se viera
rojos y negros, el cuadrante roto de una brújula tu cuerpo en la transparencia de la tarde:
que marca siempre el norte, olor a humedad que recuerda una chispa de azufre, azulada. Materia inflamable
imperfectamente el mar. Como si alguien de la familia que al menor roce recuerda su pertenencia a los volcanes,
hubiera fallado en los preparativos de una travesía larguísima su ansia de desprenderse y arder en el aire.
y ahora te tocara reconstruir el itinerario de esa expedición ¿Adivinaste ya que no es ése tu oficio? ¿Pudo tu cuerpo
que nunca se hizo. amar lo que le ha sido encomendado? Que otros se vayan.
Lo tuyo es escribir la historia de ese viaje.
Se debería partir cuando el mapa esté completo,
cada ciudad en su sitio y de cada una los datos necesarios:
la velocidad máxima de sus vientos, la profundidad de sus ríos,
su época de tormentas. A veces pensaste en diseñar
un mapa deliberadamente errático, por la sola belleza
de extraviarte en dibujos que no llevan a ninguna parte.
O tal vez para obligarte a permanecer en el mismo sitio
preparando para siempre una partida,
tu propia vida el lugar donde aprender la palabra viaje.
Todas las cosas hermosas, al principio, son palabras.
“A N TO L O G Í A” C L A UD IA M A SI N | R E V I S TA T EI NA 13
volcán extinto
“A N TO L O G Í A” CL A U D I A M A SI N | R E V IS TA T E I NA 14
oro de los locos
“A N TO L O G Í A” CL AU D I A M A SI N | R E V I S TA T E I NA 15
Saknussem
¿Para qué descender por las laderas ásperas de un volcán? como piedritas desprendidas de un volcán que se extinguió
¿Es la profundidad condición de la belleza? después de estallar. La geología traza la cartografía
Si lo más bello aquí es el roce del arnés sobre la piel, de esa desposesión.
la superficie de las manos llagadas por la cuerda.
Ni siquiera el vértigo. El cuerpo y las cosas, aliadas ¿Cuánto se tarda en saber que las amenazas
como si fuera posible una alianza entre materias tan ajenas, son inexistentes? ¿Que los estallidos sólo son tales
tan idénticas. Figuritas de la luz, olvidadas en función del silencio que los sucede? El tiempo exacto
como joyas del día que alguien, tal vez yo, en que la exploradora desciende por la ladera de un volcán,
viniera a llevarse. y llega al fondo. Allí se queda a vivir. Una taza de té verde
en las manos, inmóvil como una esquimal, la misma
Una vieja leyenda australiana cuenta de una piedra inmensa actitud de espera por el cese de la nieve.
en la que se guarecían las almas de los niños muertos,
y desde allí esperaban el paso de una mujer embarazada, Como si todos los caminos se hubieran cerrado
para volver a tener un cuerpo. Tardé años en entender hasta el fin del invierno. No era esto, sin duda, lo que solía
cómo podía producirse esa hazaña. Comprender que todo esperar en las largas noches planificando el descenso,
sucedía con la inmediatez de las fábulas. mientras leía los mapas como un tarot desconcertante
Quise ser esa niña encerrada en una pied ra. donde cada carta contradecía la siguiente, pero ninguna
La humedad y la sombra. Y de repente el rapto, hablaba de té verde, de sinuosas volutas de humo en las paredes
la audacia. de un volcán extinto. Aquí abajo no queda nadi e
que diga "no era esto lo que esperabas".
Las noches son larguísimas en las expediciones. El único hallazgo en la exploración heroica
Se juega a inventar diferentes expresiones en la luna, fue la heroicidad dudosa de la incerteza.
como si fuera un rostro irregular. El abismo, debajo,
es un recipiente de fresca oscuridad. En ese silencio
el cuerpo festeja el alivio de un descubrimiento: “A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R EV I S TA T E I N A 16
no existe el lenguaje deslumbrante, existen las palabras,
Niños del cielo
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R E V IS TA T E I NA 17
La luna
Después de una cierta hora, las calles se vacían no este silencio como una aguja que cruza lentamente
y yo salgo a olvidarte. Es más fácil en las calles la frontera de las venas y apacigua
vacías. Me pierdo como una piedra terrestre el rumor de la sangre pero no alcanza
arrojada a territorio lunar. Entonces la luna se vuelve a apaciguar el deseo de tocarte ¿Cómo voy a construir
una playa bañada por la luz del Mediterráneo, mi casa lejos de la tuya, de dónde van a sacar mis manos
donde jugaba de niño. No puedo volver a tomar el oficio de poner cada ladrillo uno encima
lo que he perdido, nadie puede. Si no está del otro para levantar una pared que nos separe? No sabría.
permitido el regreso y no deseo avanzar, Me decías que algún día vendrían a buscarme
quizás debería tener miedo, pero me enseñaste los extraterrestres, que yo no pertenecía a este planeta.
a no temer, a estar despierto hasta tarde Nos reíamos. Yo, desde entonces, no he hecho otra cosa
en la casa desierta escuchándote cantar, con la promesa que preparar con paciencia mi bolsito a la espera
de que el sueño llegaría. Aún soy el niño de que llegue ese día. Tu voz es el hilo de seda
que atraviesa la noche en su nave, un pequeño que conduce a las ruinas de la luna. Madre –te dije–
astronauta. Hemos perdido contacto con la base, no tengo sueño todavía.
nos hemos quedado solos aquí arriba, las constelaciones
y yo. Dame la calma, dame el silencio que acaricia,
“A N TO L O G Í A” C L A UD IA M A S I N | R E V I S TA T EI N A 18
Cría cuervos
“A N TO L O G Í A” CL A UD I A M AS I N | R E V IS TA T E I NA 19
Madre e hijo
“A N TO L O G Í A” CL A UD I A M AS I N | R E V IS TA T E I NA 20
La ciénaga
Preguntaste si tenía miedo. Mejor dicho, agonizante. Había caído dentro de un pozo
nada preguntaste. Una madre nunca pregunta de agua estancada. Imaginemos:
lo que realmente quisiera saber. Me miraste el animal va muriendo día a día, de a poco.
y algo en tu mirada decía ¿tenés miedo?. No puede moverse. El agua podrida le llega hasta el cuello,
Yo, a veces, no encuentro la respuesta y callo ¿le preguntarías a ese animal si tiene miedo?
como si mi corazón fuera un reloj cuyas agujas Las tragedias son vulgares, ocurren todo el tiempo.
se detienen cada vez que tu mirada, ansiosa, ¿Podrías hablarme hasta que la noche caiga
lo consulta. Algunos pájaros y llegue el sueño? Quisiera que el rumor
sobrevolaban la piscina de aguas verdosas, de tu voz me adormezca, como si fuer a
contaminadas. Tendrías que haber renovado el agua la música perezosa de las cigarras en pleno verano,
al terminar el último invierno, me dijiste. Quizás es imposible y después callarnos los dos, una madre
resistir la tentación de dejar pasar el tiempo, abandonar, y su hijo callados, sentados en las sillitas
quedarnos sentados en la orilla mirando el deterioro. de plástico despintadas, para que el tiempo
Presenciar cómo, lentamente, la simpleza pase cerca nuestro, apenas rozándonos,
del agua cristalina se transforma y todo esté tan silencioso que no advierta
en la complejidad de una ciénaga. Tal vez que estoy esperando que su paso me ignore
la única libertad posible sea y me deje aquí, al lado tuyo,
la de negarse a mover un dedo, aunque se te vaya abandonado.
la vida en ello. Preferiría no hacerlo,
como el personaje del cuento. Preferiría no moverme.
Vi una vez, aquí, cerca del pueblo, un animal
“A N TO L O G Í A” CL A U D I A M A SI N | R E V IS TA T E I NA 21
Mi mundo privado
En las noches de Marrakesh, los hombres viejos en el refugio, una casita noruega que ellos mismos
que me llevan a recorrer la ciudad habían construido en el medio
y esperan que los guíe, terminan inexorablemente de un país de hielo. Se inventaron
perdidos. Tal vez sólo sé un camino, una vida cotidiana, distribuyeron
y los demás son rodeos las tareas y esperaron. Uno de ellos escribió
que convergen en él. No tengo preguntas, en su diario: llegué a olvidarme de que tenía un rostro.
la certeza es un sitio don de me crío a mí misma, Sólo sobrevivía para estar presente en el momento
como si yo fuera una hija mía. ¿Ves? me digo, en que un improbable barco fantasma
aquí están las imágenes de tu vida, asomara entre las olas. Así es como todo se borra,
desfilan como en una película m uda, la propia voz, el propio cuerpo, cuando alguien
las películas mudas son aburridas. No importa tiene que llegar hasta nosotros
demasiado tu vida. ¿Ves? aquí tu casa, tus padres, y no llega. El azar es ecuánime –solías decir–
las cosas que olvidaste en las mudanzas, todos encontramos al menos una vez
no importan demasiado tus cosas. Podrías ser lo que siempre hemos buscado. Ya no te creo:
cualquiera, podrías no existir, una sirena el azar, por definición, es injusto. Hay
dibujada en un libro de mitos. Escuché la historia una vez, sí, pero una sola, y lo demás es el deseo
de un grupo de exploradores en la Antártida: de que vuelva.
iban a vivir un año en el medio de la soledad
y el frío para estudiar la zoología, la botánica,
el clima. El barco de rescate chocó contra un témpano
mientras viajaban para llevárselos
a Europa de regreso. Pasaron inviernos enteros
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R EV I S TA T E I N A 23
El camino de los sueños
(Versión del film Mulholland Drive de David Lynch)
Creí que la memoria era eso: una cascada cayendo desde un despeñadero,
una corriente que arrastraría consigo al océano. No la insistencia del agua
sobre la materia, el goteo, el trabajo de años para dejar una muesca
insignificante sobre la piedra inerme. Hubiera deseado conocerte antes:
dos chicas tendidas al sol de una terraza, en la siesta de provincia,
quietas y alertas a la vez, como la vegetación del desierto,
que parece dormir o estar quieta, y en cambio, cada verano
deja surgir de entre las hojas algún color sorprendente
en la monocromía de la arena. A veces te miro distraerte de mí,
inclinada hacia el interior de tus propios recuerdos, atenta
como un animal asomando la cabeza dentro de un pozo
abierto en la tierra. Siempre intento descubrir en tus ojos el contorno
del objeto prodigioso que estás viendo, y no alcanzo a distinguir de él
más que su efecto, un cambio de intensidad en tu expresión,
el temblor, la reverberación del agua tras la caída de una piedra
muy pequeña. Estamos lejos. Hasta mí llega la imagen ya disuelta,
ya velada, en la historia que cada noche vas contándome,
hilo tras hilo del tejido recompuesto, que no puede
compararse siquiera a la espléndida trama original,
de la que estoy, aunque no quiera, ausente.
“A N TO L O G Í A” CL A UD I A M AS I N | R E V IS TA T E I NA 24
Una película de amor
(versión del film homónimo del "Decálogo" de Krysztof Kieslowsky)
“A N TO L O G Í A” C L A UD I A MA S I N | R E V IS TA T E I N A 26