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MEDIOS DE LA SATISFACCION DE LAS NECESIDADES

Necesidad
El concepto de necesidad se refiere
intrínsecamente a la interrelación entre el
sistema cuerpo-mente de cada ser vivo y el
ecosistema del que forma parte y que le
provee los recursos para autorregularse y así
conservar su integridad e identidad como
organismo.

Necesidades humanas
Cuando nos referimos al ser humano
podríamos agrupar los niveles de
complejidad en tres ámbitos que se superponen:

 las necesidades exclusivamente fisicoquímicas comunes a todos los seres vivos.


 las necesidades derivadas de los mecanismos básicos de placer y dolor comunes a
todos los mamíferos por el hecho de poseer un sistema diferenciado de control e
interrelación con el medio como es el sistema nervioso.
 y las necesidades derivadas de la memoria y la imaginación, como productos
emergentes del hiperdesarrollo del sistema nervioso en los homínidos que traducen
y hace trascender los mecanismos fisiológicos de placer y dolor a un espacio nuevo
e inmaterial de creciente complejidad: el cerebro humano que se transmuta en
psique y las necesidades se hacen emocionales y psicológicas, dando lugar a un
concepto puramente antrópico como es el de deseo.
Estos tres ámbitos, naturalmente, no están regidos por una interrelación simplemente
jerárquica, puesto que el sistema cuerpo-mente humano opera como un continuum en el que
los procesos fisico-químicos son los que hacen posibles los procesos mentales y en el que, a
su vez, los procesos mentales, a través de las emociones, generan procesos fisicoquímicos,
disparando un ciclo de retroalimentación que liga indisolublemente el mundo inmaterial
con el mundo de la materia y la energía.
Es esta irrupción del mundo inmaterial en el ámbito de las necesidades en la forma de
deseos la que dificulta la aplicación del análisis meramente cuantitativo en el caso de los
seres humanos y, a su vez, es esta dificultad la que, sesgadamente interpretada, se usa
habitualmente como argumento para justificar el mito de que los deseos y necesidades del
ser humano son ilimitados, un mito claramente instrumental para un modelo organizativo
basado en el incremento del consumo. La aplicación mecánica de este mito, enfrentada a la
constatación de la limitación de los recursos materiales y energéticos, conduce
inevitablemente a la consideración de dos únicas opciones: desde una perspectiva solidaria,
a la insatisfacción colectiva de un creciente número de necesidades y deseos, es decir, la
austeridad obligada como frustración de los deseos; desde una perspectiva insolidaria, a la
lucha sin cuartel por la posesión de los escasos recursos disponibles para la satisfacción de
los deseos y necesidades de un número decreciente de seres humanos.
Entonces podríamos definir el mundo de las necesidades humanas, como aquellas
condiciones cuya carencia hacen imposible una vida digna; esto es una satisfacción no sólo
del metabolismo del ser humano con la naturaleza, sino también de un metabolismo
psicosocial, de tal manera que la vida buena no atañe únicamente a la supervivencia y la
vida stricto sensu, sino a la vida satisfactoria que requiere de una serie de condiciones para
materializarse.
Entenderíamos entonces la sostenibilidad humana como un proceso que no sólo hace
referencia a la posibilidad real de que la vida continúe, sino que dicho proceso signifique
desarrollar niveles de existencia aceptables para toda la población en una relación armónica
entre la humanidad y la naturaleza.

Necesidades y satisfactores
Las necesidades humanas son comunes a todas las culturas pero éstas varían en la formade
resolverlas. A estas diferentes formas de resolver las necesidades las denominaremos
satisfactores.
Las necesidades humanas son pocas, delimitadas y clasificables.
Las necesidades humanas son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos
históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios
utilizados para la satisfacción de las necesidades.
Cada sistema económico, social y político adopta diferentes estilos para la satisfacción de
las mismas necesidades humanas fundamentales. En cada sistema éstas se satisfacen (o no)
a través de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores. Uno de los
aspectos que define una cultura es su elección de satisfactores.

Tipos de necesidades
Observando las diferentes culturas, con un poco de sentido común, podríamos obtener una
lista de necesidades fundamentales parecida a la que se presenta:
Subsistencia: que incluye tanto las necesidades de alimento como las de abrigo térmico.
Protección y seguridad: capacidad de poder ser cuidado, disminución de la incertidumbre
de subsistencia, reducción del riesgo de enfermedades, mantenimiento de cierta seguridad
personal y comunitaria.
Afecto: compañía, relaciones sociales.
Entendimiento: conocimientos básicos para desenvolverse en el medio y en la comunidad.
Participación: poder influir en el curso de las cosas que suceden, en las decisiones que
afectan a uno mismo y a la comunidad de referencia.
Entretenimiento: recepción de unos rangos de estimulación, ocupación.
Creación: capacidad para crear algo, producir variaciones, llevar a cabo realizaciones.
Identidad y pertenencia: a algún grupo (o varios) de referencia y reconocimiento básico
personal.
Libertad: capacidad para elegir entre opciones disponibles, control personal, autonomía.
Equidad y justicia: no vivir en un medio injusto.
Vivir en un medio vivo: que nos permita sobrevivir y albergar la posibilidad de que vivan
las generaciones futuras.

Tipos de satisfactores
Distraerse es una necesidad, pero no es lo mismo tocar la armónica que dedicarse a cazar
elefantes para pasar el rato. Hay quien es ávido de estimulaciones fuertes, pero no es lo
mismo practicar funambulismo que prender fuego para ver qué pasa o hacer rallies en zonas
protegidas. Hacer funambulismo proporciona al aficionado una fuerte estimulación, pero es
una actividad que no contamina, no produce residuos, no destruye ecosistemas y utiliza
muy poca energía procedente de combustibles fósiles. Tirarse ladera abajo con un
todoterreno, proporciona una fuerte estimulación al aficionado pero destroza el ecosistema,
requiere mucha energía de origen fósil, contamina. Por lo tanto no da igual.
En un mundo frágil en el que sabemos que los recursos son limitados y escasos, es clave
escoger los satisfactores adecuados.
El economista chileno Max Neef establece una
clasificación de satisfactores sumamente interesante
desde el pun to de vista de la sostenibilidad. Los
satisfactores son diferentes según satisfagan una o
varias necesidades y según se relacionen con la
resolución de las otras necesidades.
Satisfactores singulares: satisfacen una necesidad.
El pan satisface la necesidad de alimentarse, al igual
que el biberón. El voto satisface la necesidad de
participación en algunas sociedades. Los
espectáculos satisfacen la necesidad de
entretenimiento.
Satisfactores sinérgicos: satisfacen varias necesidades a la vez: es el caso de una tertulia
que satisface la necesidad de entendimiento, pero también la de relación.
La madre que amamanta a su bebé le proporciona alimento, afecto, calor y protección. La
medicina preventiva trabaja las necesidades de alimentación, la seguridad y el cuidado. Un
coro satisface la necesidad de entretenimiento, pero también la de creación y la de relación.
El fuego en el hogar satisfacía la necesidad de abrigo, pero también de relación y de
entendimiento (al juntarse las personas a charlar en torno a un punto de calor).
Satisfactores inhibidores: satisfacen una necesidad pero imposibilitan la satisfacción de
otras necesidades: la televisión satisface la de entretenimiento, pero dificulta la de relación
(y en buena medida la de entendimiento). El turismo masivo a larga distancia, satisface la
necesidad de distracción y de
conocimiento, pero emite CO2 y por lo
tanto impide la de respirar, destruye las
costas y los lugares ricos en biodiversidad,
poniendo difícil habitar en un medio vivo.
Satisfactores violadores o destructores
tienen o parecen tener la intención de
satisfacer una necesidad pero en realidad lo
que hacen es dificultar o imposibilitar la
satisfacción de esa necesidad en el medio
plazo, además de destruir la posibilidad de resolver otras. Sería el caso del armamento
nuclear. Otro ejemplo serían las necesidades sobresatisfechas: el comer es necesario, pero
comer demasiado puede traer problemas de salud. El coche aumenta la autonomía de
algunas personas adultas pero disminuye la libertad en el territorio de los niños y de las
niñas, también altera el clima y las posibilidades de autonomía adulta en el futuro.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad conviene distinguir dos tipos de satisfactores:
Los satisfactores ecológicos y los antiecológicos. Se hace preciso discutir de qué manera
han de resolverse las necesidades si se pretende construir un mundo sostenible desde el
punto de vista ecológico y social. No es lo mismo un quad que un monopatín. No es lo
mismo un viaje en tren de alta velocidad para cenar con los amigos que un paseo por el
puerto. Al igual que no es lo mismo la plaza del pueblo que la plaza del centro comercial.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad es muy diferente la maratón que la Fórmula 1,
los alimentos transgénicos que la agricultura ecológica, el aire acondicionado que la
ventilación natural.

Un nuevo modelo para satisfacer las necesidades


Las necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una sociedad
consumista son las mismas del que pertenece a una sociedad ascética. Lo que cambia es la
cantidad y calidad de los satisfactores elegidos, y/o las posibilidades de tener acceso a los
satisfactores requeridos.
Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas, sino los
satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es consecuencia – entre otras cosas- de
abandonar satisfactores tradicionales para reemplazarlos por otros nuevos y diferentes.
El desarrollo de una calidad de vida aceptable por todas las personas, sería un concepto que
abarcaría no solo la satisfacción de las necesidades biológicas y sociales sino también
aquellas necesidades emocionales y afectivas. Desde una perspectiva integral abarcaría
aspectos como el cariño, la afectividad, la identidad, la participación, las relaciones
sociales, la creatividad, el conocimiento, el ocio, la libertad, etc.
Las necesidades humanas mas que tratarlas como ‘carencias’, habría que asignarles un
papel dinamizador entre lo biológico y lo cultural. Las necesidades entonces se viven y
satisfacen de manera continua y renovada de acuerdo a las características y condiciones del
ciclo vital. La vida humana adquiere un papel central, en consecuencia, se viviría la
existencia como un cuidado de la vida misma.
Y así, la tarea principal desde el punto de vista de la especie humana, que aparece a la luz
de esta formulación, es literalmente política y consiste en poner en marcha mecanismos
para la elección colectiva de aquellos satisfactores que, sin poner en riesgo el adecuado
mantenimiento de las variables metabólicas y vegetativas básicas, es decir, sin generar
impactos en el entorno que hagan crecientemente difícil tal mantenimiento, y haciendo
disminuir el nivel general de sufrimiento de la totalidad de seres humanos presentes y
futuros, respondan de la forma más placentera posible al mayor número de deseos y
anhelos generados desde la memoria y la imaginación en el ámbito de la vida inmaterial.
Naturalmente, una de las mayores dificultades para llevar a cabo esta tarea es la carga
profundamente adictiva inherente al modelo de consumo dominante, cuya lógica exige el
continuo incremento en el consumo de bienes y productos crecientemente banales y
perecederos (obsolescencia programada) y la inducción de satisfactores (enmascarados
como necesidades) en función de los intereses del mercado dentro de un marco de
sobrecarga estimular (medios de comunicación y publicidad agresiva dirigidos a la
fidelización del consumidor). La miseria de la vida cotidiana, interpretada como ausencia
de significado, generada por este modelo contribuye a fortalecer el carácter adictivo de la
relación entre el ser humano (noosfera-biosfera) y sus realizaciones (tecnoesfera). Este
contexto dificulta enormemente el éxito de aquellos vectores de cambio que vinculen desde
una visión laica y materialista conceptos como contención, austeridad, frugalidad con
objetivos como calidad de vida, placer y belleza, pero resulta imprescindible instituir las
bases de un nuevo imaginario hedonista concebido y construido desde la perspectiva
ecológica.
No hay que exigir el pleno empleo, sino la redistribución de los trabajos remunerados y
sobre todo, los no remunerados.
El decrecimiento propone construir otras formas de vida basándose en las relaciones
sociales, la cercanía, la austeridad, la vida en común y la ralentización del tiempo.
Elementos que lejos de ser limitantes son los que enriquecen la vida y la llenan de alegría.
No son nuevos los estudios que apuntan que la felicidad subjetiva no está asociada al
consumo y al dinero sino más bien a la vida comunitaria donde prima la relación. El
feminismo añade que además se trata de construir formas de vida que tienen como sustrato
el cuidado colectivo, reconociendo que las personas somos seres vulnerables e
interdependientes.
La propuesta de la cuidadanía permite entender los trabajos de cuidados más allá de las
prácticas que generan una vida sostenible. Es reconocer que “la vida vivible está por
construir en la interacción con otros, que la vida se dirime en la vida misma y que no puede
procurarse fuera de la vida (en los mercados)”. La cuidadanía implica un derecho a cuidar,
a no cuidar por obligación y ser cuidada/o, sin que esto signifique subordinación para las
mujeres.
El decrecimiento y la cuidadanía reclaman el derecho y las posibilidades de reorganizar
nuestra sociedad de forma colectiva y de crear colectivamente nuestra propia vida de forma
sostenible. Aparte de las propuestas teóricas, existen propuestas concretas, que podemos
llevar a cabo en nuestro día a día. Los grupos autogestionados de consumo de productos
ecológicos, los bancos de tiempo, las tiendas sin costes, el disfrute de la naturaleza de una
forma respetuosa, la construcción de comunidades de convivencia, de comunidades de
aprendizaje o los grupos de crianza, son sólo algunos ejemplos de llevar a la práctica el
decrecimiento y la cuidadanía.
Las necesidades absolutas y relativas. Debemos tomar en cuenta que las necesidades
humanas son ilimitadas en extensión, más no
en intensidad, pero al mercadeo solo le
interesa las que los consumidores pueden
satisfacer con sus recursos, es decir, a través
de un determinado comportamiento
económico. Por esto se hace necesario
clasificar las necesidades para comprenderlas
mejor. Por eso surge esta clasificación donde
las necesidades “Absolutas”son aquellas que
experimenta el individuo indiferentemente de
la situación que experimente la sociedad,
estas son limitadas en capacidad, y esto se
debe a que a medida que se satisfacen van
apagándose, y las “Relativas” son aquellas
que cuando se satisfacen van a elevar a la persona y le ocasionan un sentimiento de
superioridad, debido a su naturaleza son consideradas insaciables, ya que cuando la
capacidad económica del individuo es mayor, aumenta en la misma proporción sus
apetencias, es más podría decirse que esas conquistas en el terreno d e las necesidades
relativas son las que sirven a las sociedades actuales para definir las posiciones de los
individuos en la escala social.
Se han realizado estudios en países desarrollados que arrojan datos sobre lo siguiente:
aquellos bienes que satisfacen las necesidades absolutas han llegado a comprender una
pequeña parte de lo que la comunidad consume, mientras que las perspectivas que ofrecen
los bienes que satisfacen necesidades relativas impulsan al empresario a fabricar productos
que las cubran y a utilizar todas las herramientas de mercadeo para canalizar los deseos del
consumidor hacia ellos.
La necesidad, el deseo y la demanda. Es necesario conocer las diferencias entre estos
conceptos, para comprender como actúa el mercadeo en el proceso de satisfacción de las
necesidades del consumidor. “La Necesidad” podemos decir que ocasiona en el individuo
un sentimiento de privación que se encuentra intrínsecamente ligado a la condición
humana, por lo tanto es de carácter universal, común a todos, este sentimiento posee la
peculiaridad de motivar la conducta del individuo a eliminar dicho sentimiento, Privación –
Conducta de erradicación. “El deseo” Es la exteriorización de la voluntad de satisfacer la
necesidad, y que no todos los individuos van a realizar de la misma manera puesto que
depende de una serie de factores que influyen como la edad, la cultura socialmente
dominante, el ambiente climatológico y otras situaciones.

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