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COAR: CAJAMARCA
GRADO: 4° de secundaria
RESIDENCIAS: 09 residencias de varones y mujeres.
TEMA DE LA SESION: Responsabilidad
OBJETIVO DE LA SESIÓN: Concientizar sobre la práctica del valor de la
honradez para promover la sana convivencia.
SEMANA DE DESARROLLO: Del 21 de agosto al 04 de septiembre de
2017
Cualidad de la persona que obra y actúa con rectitud, justicia y honestidad. La palabra,
como tal, deriva de honrado, participio del verbo honrar.
La honradez se basa en el respeto al otro y en la valoración de la verdad como un valor
fundamental de la vida en sociedad.
En este sentido, una persona honrada es aquella que se rige por los valores morales, que
respeta las normas sociales, y que es consecuente con ello, es decir, que tanto en su forma
de obrar como en su pensamiento, se comporta de manera justa, recta e íntegra.
Así, una persona que actúa con honradez evitará siempre causar perjuicios a los otros y
procurará actuar correctamente, con verdad y honestidad.
Como tal, la honradez es considerada una cualidad muy valiosa en una persona, pues
implica que es alguien digno de confianza. De allí que la honradez sea fundamental para
las relaciones humanas y las actividades que se basan en ellas, como el trabajo y la vida
en comunidad. Una sociedad cimentada en valores como la honradez sería más justa y
armónica.
DÉCIMAS A LA HONRADEZ
(Ernesto Cárdenas)
"Si los pícaros supieran las ventajas que da la honradez,
fueran honrados por picardía"… Víctor Hugo.
Por los caminos de la India dos vendedores iban al pueblo en pueblo ofreciendo trastes,
artículos para limpiar la casa y brillantes adornos. Echaban suertes con una moneda para ver
quién podía renunciarse primero. Cuando éste acababa, el otro promovía sus artículos. Así lo
hicieron en una vieja aldea.
Cuando el primer vendedor pregonaba “¡Trastes, ollas, joyas para las señoritas!” una pequeña
y su abuela, se detuvieron. A la niña le fascino un brazalete.
Caminaron rumbo al hogar. La humilde morada no tenía muebles y el piso era de tierra. Cuando
le mostraron el plato, el vendedor lo examinó. Al frotar el reverso notó que era de plata pero
el tiempo lo había ennegrecido. Este cacharro no vale nada. Se los cambio por una escopeta –
propuso.
El vendedor se retiró pensando en volver al día siguiente para convencerlas. Llego el turno
del segundo vendedor para recorrer el pueblo. La niña y su abuela salieron a su encuentro.
De nuevo, la pequeña pidió un brazalete. Los tres se dirigieron a la choza para ver el plato.
De inmediato el hombre conoció el valor.
Señora, este traste es de plata. Los objetos que traigo no bastan para pagarlo. No lo
sabíamos. ¡Todo falta en esta casa! ¿Podría darnos el brazalete y alguna otra cosa útil? –
pregunto la abuela. El vendedor les entregó toda su mercancía.
A la salida del pueblo le mostró el plato a su colega y le contó lo que había ocurrido. Éste se
enfureció por haber perdido la oportunidad de estafarlas. Pero lo pensó un rato y luego
decidió: