Uno de los principales hitos en la historia de El Teniente, y bien se puede
afirmar del desarrollo tecnológico de la minería nacional, lo constituye el Convertidor Teniente, innovación surgida del ingenio de profesionales chilenos en la década de los ’70, y que hoy es reconocida en el mundo entero. El destacado ingeniero de minas Hermann Schwarze fue el responsable de la creación de este nuevo tipo de horno de conversión continua. El profesional llegó a trabajar a la fundición a fines de la década de los ’60, período en el cual El Teniente estaba comprometido en un fuerte plan de expansión. Para procesar el concentrado se subió a ocho el número de convertidores Peirce Smith en la fundición Caletones y se dispuso una planta de oxígeno, pero los resultados estaban lejos de ser satisfactorios. Ante esta situación, a comienzos de los ’70 se buscaron nuevas alternativas en el mercado, pero éstas no resultaban convenientes ni viables económicamente. En este escenario, la opción que surgía era probar ideas propias. Esto último se vio posibilitado gracias a que en 1972 pudieron conseguir un pequeño convertidor desechado por Fundición Chagres, el que, tras ser modificado y alargado, sirvió para la realización de una serie de ensayos. “Fue un período en que en distintos países hubo muchas modificaciones tecnológicas en fundiciones de cobre”, recuerda hoy Hermann Schwarze. Sin embargo, por esos años y tras el golpe militar, Chile estaba en una situación política compleja para acceder a nuevas tecnologías. No obstante, era imprescindible aumentar la capacidad de la fundición. De esta forma surgió el primer piloto del Convertidor Teniente, de diseño inclinado y luego horizontal, que operó soplando a metal blanco. La experiencia demostró también que en vista que el convertidor mantenía una temperatura constante, su vida útil era mayor, con lo que se perfilaba como una solución eficiente y de menores costos. Tras múltiples pruebas y experiencias, en 1976 se decidió retirar dos antiguos convertidores de Caletones para ser reemplazados con la innovadora solución, que por esa época era conocida simplemente como “Tarro”, pues así le llamaba el equipo de profesionales que trabajaba junto a Schwarze. Finalmente, el 10 de enero de 1977 se cargó el convertidor modificado para conversión continua. La primera campaña alcanzó una fusión de 464 tpd de concentrado y 515 tpd de eje de reverberos. Desde entonces el CT ha sido aplicado con éxito en otras fundiciones en Chile y el exterior. Convertidor peirce-smith en el mundo