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CINCO HÁBITOS BUENOS Y BÁSICOS PARA APROBAR

“15 Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse…” 2 Timoteo
2 NVI

DEDICARSE
Tito 3:8, 14
8
Esto es cierto y quiero que insistas en ello para que los que creen en Dios dediquen su vida
a hacer el bien. Esto es bueno y beneficia a todo el mundo.
.[…] 14 Que nuestra gente aprenda a dedicarse a hacer el bien y a ayudar a los necesitados, así
su vida no será inútil. PDT

Las cartas de Timoteo y Tito son conocidas como cartas pastorales, en ellas el Apóstol
Pablo instruye a Pablo y a Timoteo acerca de sus deberes pastorales. Estos deberes, con el
tiempo se conocieron como cura de almas. Después se le llamó consejería pastoral y hoy
algunos pastores se forman en diplomados de psicología pastoral. Dios ha enriquecido los
instrumentos para cumplir nuestra tarea. A mi me gusta otro término, ejercicios espirituales,
porque no sólo se refiere a la necesidad de la salud, sino a la prevención, el fortalecimiento,
el desarrollo. Así que nuestra serie de mensajes tiene ese propósito. Para no tener que llegar
a la cura de almas, es mejor ejercitarnos en la piedad, por medio de la constancia, el cuidado,
el ejercicio y en esta ocasión, la dedicación. No hay virtud sin dedicación y nadie es
válidamente aprobado si no se ha dedicado.
Son ejemplares, las personas que se dedican completamente a alguna actividad. Ponen
toda su atención en alguna tarea, ya sea remunerada o no. Y si tal actividad se mantiene a lo
largo del tiempo, es decir, se junta con la constancia, resulta aún más benéfica y seguramente
estará más cerca a la virtud.
El cuarto hábito básico y positivo es la dedicación, el dedicarse. Siempre será benéfico
si nos dedicamos a alguna buena actividad, la lectura, el estudio, el deporte, la cocina, la casa,
el trabajo, el negocio.
Dentro de las tareas pastorales que debe desempeñar Tito, una de ellas es insistir en
que los que han creído dediquen su vida a hacer el bien. ¿Por qué? Porque hacer el bien es
bueno y es benéfico para todo el mundo, no debemos olvidar que que creer en Dios tiene un
impacto en aquello para lo que vivimos y para Pablo, vivimos para beneficiar al mundo. La
obra que Dios hizo en nuestra vida por medio de Cristo transforma nuestras vidas, de tal
manera que nos convierte en personas dedicadas a lo bueno y con vidas útiles (vs. 14) Una
vez más Pablo dice, dedicarse a hacer buenas obras o, con la expresión de la NVI, empeñarse.

Ahora bien, si dedicarnos a hacer el bien es un buen hábito, ¿qué se le opone? Los
defectos de carácter de los que ya hemos hablado, como la pereza, y el egoísmo.

Cada uno de nosotros tiene el llamado de dedicar su vida a hacer el bien y las
oportunidades son tantas como lo son las necesidades del mundo en el que vivimos. Para ello
Dios nos ha equipado con dones y talentos, habilidades y conocimientos para hacer uso de
ellos en beneficio del mundo. Iniciando en nuestra propia familia y a partir de ella en nuestros
diversos círculos de relaciones.

I.B.B. Gracia de Dios


Domingo 27 de enero del 2019

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