INTRODUCCION.

El miércoles 22 de abril del glorioso año de 1997 todos los peruanos y el mundo estábamos
enterados del éxito de la operación Chavín de Huantar y, además, presenciábamos el nacimiento
de una nueva era: donde el terror ya no existiría más, donde todos los peruanos seriamos libres
para practicar nuestra amada democracia, donde por fin le diríamos adiós a todas las muertes y
mentiras, y empezaría a reinar la ley la verdad y la reconciliación

He aquí la exposición de todo lo recopilado de fuentes bibliográficas e informáticas, en un ameno

relato de 3 capítulos, detallando todo lo ocurrido antes, durante y después de este atentado. Toda
la expos cición estará fundamentada en 3 capítulos que comprenderán el marco teórico:
antecedentes, la toma de la embajada en tres etapas y; repercusiones a nivel mundial y el poder
de la prensa en este caso. Ahora los dejos con esta monografía
 CAPITULO 1.
ANTECEDENTES.
PRIMERAS OPERACIONES DEL MRTA.
Las acciones mas trascendentales de este grupo fueron los asesinatos tanto a
policías como a militares y civiles, dichos atentados se suscito por medio de los
coches bomba que eran acciones propias de grupos terroristas, secuestros e
incursiones con armas de guerra en diversas zonas hasta en la misma capital, los
ciudadanos de la capital del Perú experimentaron el terror que sembraron las
organizaciones subversivas Sendero Luminoso y MRTA. A diferencia de los
senderistas el grupo MRTA vestían uniforme para no ser confundidos entre la
población andina, pero en zonas de más población se cubrían entre la población
civil. Sus acciones fueron el principal mecanismo para hacer notar a la sociedad
peruana de su descontento con sectores públicos y privados. Fuentes arrojan un
aproximado de 1247 (1.8% de acuerdo a la Comisión de la Verdad) las victimas de
su descontento a lo largo de los años de terrorismo.

PRACTICA DEL ASALTO.

Entre 1984 y 1996, la CVR (Comisión de la Verdad y Reconciliación) obtuvo
evidencias de que el grupo MRTA había realizado decenas de secuestros
individuales y colectivos, actos que sirvió para atemorizar a la población. Estos
secuestros eran practicas frecuentes que estaba orientada a la obtención de
beneficios tanto políticos-para luego construir el socialismo- como económicos.
Los miembros del MRTA actuaban con frialdad cuando atemorizar a sus victimas se
trataba. En muchos casos, disparaban a sangre fría contra todo aquel que impedía
el secuestro o ponía resistencia, como el caso del Pedro Miyasato Miyasato.

Alrededor de cincuenta empresarios fueron secuestrados por el MRTA en diferentes

años de terror. Los más afortunados tuvieron que pagar millonarias sumas de
dinero, a cambio de su libertad. Pero muchos, desafortunadamente, murieron a
manos de sus captores en condiciones infrahumanas de persistente dolor al igual
que los otros, luego de un durísimo cautiverio en estrechos habitáculos que los
terroristas bautizaron, irresponsablemente, como cárceles del pueblo.
Otras de sus acciones inhumanas fue el violento asesinato en un bar en la ciudad
de Tarapoto el 31 de mayo de 1989. Cuando un grupo de seis emerretistas
irrumpieron en un bar, dejando como resultado ocho travestis asesinados.
NOCHE DEL ASALTO.
La toma de la residencia del embajador de Japón fue el ataque que colocó al Perú
en general y al MRTA en particular en el centro de atención mientras duró la crisis.
A las ocho de la noche de la noche del 17 de diciembre de 1996, en la tranquilidad
de la calle Marconi, San Isidro, apareció silenciosamente una ambulancia que se
estaciono en las afueras de la casa de embajador de Japón. De dicho vehículo
descendieron dos “enfermeros”. Uno de ellos presionó el timbre a cuyo llamado
atendió uno de los vigilantes, el mensaje que dieron los enfermeros fue que habían
solicitado el traslado de un paciente a lo que contesto el vigilante que no se hallaba
ningún enfermo en aquella vivienda. Entonces uno de los enfermeros le pidió firmar
la planilla de visita para consignar que se trataba de un error. Apenas abrió la puerta,
el vigilante sintió el caño de un revólver y lo tendieron en el piso, desde ese momento
empieza el martirio.
El complejo había estado custodiado por más de 300 oficiales de policías y
guardaespaldas fuertemente armados. La residencia del embajador de Japón había
sido convertida en una fortaleza por el gobierno japonés. Estaba rodeada por un
muro de 3,5 metros y tenía rejas en todas las ventanas, vidrios a prueba de balas
en muchas ventanas y puertas construidas para soportar el impacto de una granada.
Por tanto, era un sitio fácil de defender desde el interior.

Las noticias del asalto del MRTA a la residencia del embajador causaron que la
Bolsa de Valores de Lima cerrara tres horas más temprano, dado que las acciones
locales se desplomaron. El sentimiento de la población peruana en general puede
ser resumido con un comentario de un editorial del periódico peruano más
importante: "Es un revés de al menos cuatro años. Hemos regresado a ser un país
sujeto al terror." Las noticias llegaron durante un período de baja popularidad del
presidente Alberto Fujimori (cayó al 40% desde el 75% a inicios de 1996), quien
había recibido hasta entonces el crédito por restaurar la paz en el país luego que la
actividad terrorista había cesado en gran medida a lo largo del país durante su
primer mandato presidencial.