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MIJAIL BAJTIN

Mijail Bajtin y el principio


dialógico en la creación
literaria y en el discurso
humano

Juan Herrero Cecilia

Este artículo pretende ofrecer una iniciación al pensamiento


y la obra del ruso Mijail Bajtin (1895-1975), uno de los más
profundos y originales teóricos de la estética de la creación
verbal de la historia de la cultura europea. Los estudios y
planteamientos de Bajtin, marginados durante muchos años
en la Unión Soviética, empezaron a ser conocidos en la Euro-
pa occidental a principios de los años setenta, y siguen des-
pertando actualmente un gran interés entre los críticos de
la literatura y los historiadores de la cultura.
Después de una introducción general, el artículo se de-
tiene en una presentación de la estética literaria de Bajtin
(la relación «dialógica» entre la literatura y la historia de
la cultura, la crítica del formalismo y del estructuralismo
en literatura, la teoría «polifónica» de la novela, etc.).
El segundo punto trata de resumir la concepción «trans-
lingüística» del enunciado y del discurso humano que de-
fiende Bajtin, y su enfoque de las relaciones dialógicas e
intertextuales que se producen en el intercambio verbal (en
sus diversas modalidades socioculturales).
El tercer punto se detiene en la antropología filosófica
de Bajtin, en su concepción de la vida como relación dialó-
gica entre los sujetos humanos, entre las voces-conciencias,
que se van formando y transformando por mutua interac-
ción constituyendo al mismo tiempo el devenir histórico y
cultural de la humanidad.

Introducción

Desde que en 1970 fueron traducidos al francés dos de sus


trabajos principales (uno sobre la obra de Rabelais y otro so-
bre las novelas de Dostoyevski), la importante labor crítica
e investigadora realizada por el ruso Mijail Bajtin (1895-

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. MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico

1975) en el campo de la historia de la cultura europea, de la por Tzvetan Todorov: Mikhaíl Bakhtine, le principe dialo-
teoría literaria y de la teoría del discurso, empezó a encon- gique, París, Seuil, 1981.
trar el reconocimiento y la aceptación que sin duda merece Este libro presenta en su segunda parte la traducción de
por la originalidad y la profundidad de sus planteamientos. algunos de los trabajos del llamado Círculo de Bajtin (un
T. Todorov, que ha dedicado varios estudios al análisis estudio del mismo Bajtin sobre Resurrección de Tolstoi, y
y a la divulgación de la obra de M. Bajtin (cuyo pen- varios firmados por V.N. Volochinov: El discurso en la vida
samiento ha influido considerablemente en su propia y en la poesía, 1926; La estructura del enunciado, 1930, etc.).
evolución como crítico y teórico de la literatura, como Al castellano se han traducido al menos los siguientes
podemos comprobar en la visión autocrítica que Todo- ensayos teóricos de M. Bajtin:
rov nos presenta en Critique de la critique, 1894), consi-
dera a Bajtin como «el teórico más importante de la — La cultura popular en la Edad Media y en el Renaci-
literatura en el siglo XX».1 miento. El contexto de Franjáis Rabelais, Barcelona, Ba-
Con el presente estudio esperamos poder contribuir rral, 1974.
a una mayor difusión de las ideas estéticas de Bajtin entre — Problemas de la poética de Dostoyevski, México,
el público de lengua española, y a suscitar el interés por FCE, 1986.
conocer directamente sus ensayos, siempre sugestivos y — Estética de la creación verbal, Madrid, Siglo XXI, 1985.
reveladores. — El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, Bue-
En realidad fue Julia Kristeva quien dio a conocer por nos Aires, Siglo XXI, 1976.
primera vez en Europa occidental las teorías y estudios de
Bajtin, por medio de un artículo publicado en Critique en
1966, artículo recogido después en Semiotiké (Seuil, 1969) ¿Quién fue Mijail Bajtin?
con el título: «Le mot, le dialogue et le román». Ahí J. Kris-
teva presentaba algunos conceptos importantes de Bajtin: No se conocen muchos datos sobre la vida de Bajtin. Nos
la novela «polifónica», el dialogismo, la translingüística, la limitaremos a señalar algunos de los recogidos por Todo-
intertextualidad. Podríamos decir, sin embargo, que J. Kris- rov en su estudio de 1981.
teva se apoyaba más bien en ciertos planteamientos de Baj- Mijail Bajtin nació en Orel en 1895. Su familia perte-
tin para elaborar su propio enfoque del discurso literario. necía a la nobleza empobrecida. Estudió filología en las
J. Kristeva volvió de nuevo a ocuparse de las ideas de Universidades de Odessa y de San Petersburgo. Empezó
Bajtin en 1970 al presentar, con un prólogo titulado «Une ejerciendo como maestro en Nevel y pasó después a ser
poétique ruinée», una traducción francesa de La poética profesor de literatura y de estética en un colegio de Vitebsk.
de Dostoyevski (Seuil). Ese mismo año apareció otra tra- Allí se relacionó con un grupo de intelectuales y artistas
ducción realizada por la editorial L'Age d'Homme de Lau- (P. Medvedev, N. Volochinov, el pintor Marc Chagall...).
sanne (Suiza) con el título Problemes de la poétique de Durante cierto tiempo estuvo trabajando en Leningrado.
Dostoyevski; y también se publicó la traducción del tra- En esos años sus colaboradores publicaron varios estudios
bajo de Bajtin sobre Rabelais al que hacíamos alusión al inspirados por él (los dos libros de Volochinov mencio-
principio de este artículo: L'oeuvre de Franfois Rabelais et nados más arriba, y otro de P. Medvedev: El método for-
la culture populaire au Mayen Age et sous la Renaissance mal en los estudios literarios, 1928).
(París, Gallimard, 1970). En 1929 aparece la primera versión de Problemas de
En Francia se han publicado posteriormente otros en- la poética de Dostoyevski. Este libro no debió de ser del
sayos de Bajtin pertenecientes a diversas etapas de su vida, agrado de los guardianes de la ortodoxia del marxismo so-
recogidos en los volúmenes siguientes: viético, pues en 1930 Bajtin fue condenado a cinco años
de trabajos en un campo de concentración. Por motivos
— Estbétique et théorie du román, París, Gallimard, de salud (en 1938 tuvo que sufrir la amputación de una
1978 (contiene una serie de ensayos publicados en Moscú pierna enferma), se le conmutó la pena por cinco años
en 1975). de destierro en Kazakstán, cerca de Siberia.
— Estbétique de la création verbale, París, Gallimard, En 1936 fue nombrado profesor de la Escuela Nor-
1984 (contiene extractos del primer libro escrito por Baj- mal de Saransk. En esa escuela (convertida después en Uni-
tin y diversos textos y notas de los últimos años de su vida). versidad) Bajtin ejerció como profesor de literatura rusa
y extranjera hasta su jubilación, en 1961. En 1963 consi-
También han sido traducidos al francés ciertos traba- gue publicar una nueva edición de su trabajo sobre Dos-
jos pertenecientes al llamado Círculo de Bajtin (formado toyevski y en 1965 su estudio sobre la obra de Rabelais
por Bajtin y algunos de sus amigos y colaboradores en los (este trabajo que fue su tesis doctoral, terminada hacia 1941
años de 1926-1930): Volochinov (V.) y Bajtin (M.), Le mar- y presentada en 1945, encontrando la oposición de una
xisme et la philosophie du langage (París, Minuit, 1977), parte de los miembros del tribunal).
y Le freudisme (Lausanne, 1980). En 1969 se instaló en Moscú y pasó los últimos años
El estudio más completo sobre el pensamiento y la de su vida en una residencia de ancianos. Murió en 1975,
obra de M. Bajtin es (en lo que conocemos) el realizado a los 80 años de edad.

56 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico

Todorov considera que se pueden establecer varias eta- jetivista, del ser humano y del discurso humano. Bajtin
pas diferenciadas en la evolución del pensamiento y de parte del reconocimiento del plurilingüismo (pluralidad
la obra de Bajtin: de lenguas y de culturas) y de la polifonía (pluralidad de
1) Hasta 1926 es la etapa fenomenológica. A ella per- voces-conciencias). Al mito de la lengua única, del pensa-
tenece un ensayo sobre la relación entre el autor y el per- miento único, a la dialéctiva «monológica» y abstracta de
sonaje. Se sitúa en la línea de la estética filosófica de la Hegel, Bajtin opone una visión existencial y polifónica
tradición alemana que va de Kant a Husserl. Bajtin reali- de la conciencia y de la palabra humana, una relación dia-
za también la crítica del método de los formalistas. lógica entre sujetos, o lo que Todorov llama una «dialógi-
2) 1926-1929: es la etapa sociológica y marxista. Con ca de la cultura».2
el apoyo de sus colaboradores (Medvedev, Volochinov...)
que publican los libros a los que ya nos hemos referido,
Bajtin realiza la crítica del psicoanálisis de Freud; la críti- 1. La estética literaria de M. Bajtin
ca de la estilística idealista (Croce, Vossler) y también la
crítica del estructuralismo lingüístico aplicado al análisis El objetivo principal de la búsqueda intelectual de Bajtin
de las obras literarias. Defiende, por otro lado, una con- ha consistido siempre en tratar de comprender los pro-
cepción del lenguaje y del pensamiento como algo emi- blemas (estéticos, ideológicos, sociales, lingüísticos...) que
nentemente social e intersubjetivo. Busca un enfoque plantea la creación artística y especialmente la creación
«translingüístico» de la comunicación verbal. literaria.
3) 1929-1935: investigaciones teóricas sobre el dialo- Su enfoque de estos problemas le lleva a investigar al
gismo, la «polifonía», el enunciado... A esta época perte- mismo tiempo la relación que la creación literaria esta-
nece el estudio sobre la novela polifónica de Dostoyevski, blece con el dinamismo complejo de la vida sociocultural
y el trabajo sobre El discurso en la novela. de una época, y la dimensión de las obras literarias como
4) 1936-1941: la etapa histórico-literaria. A esta época discurso humano, como manifestación de la «palabra» del
pertenece el estudio sobre Rabelais y la cultura popular hombre.
en la Edad Media y el Renacimiento; un trabajo sobre la Bajtin plantea por lo tanto, de forma unida e insepara-
noción de «cronotopo» en la novela, y un libro (perdido ble, las relaciones entre literatura y cultura, y las relacio-
en su mayor parte) sobre la novela de aprendizaje de Goethe. nes entre literatura y discurso o comunicación verbal entre
5) La etapa de revisión y de síntesis de los planteamien- los seres humanos.
tos anteriores. Este período se extiende hasta el final de la En el presente estudio intentaremos poner de relieve
vida de Bajtin. Escribió entonces una serie de proyectos los planteamientos de Bajtin en su manera de concebir
inacabados, de notas y de reflexiones que han sido publi- la literatura y los estudios literarios, en su enfoque de la no-
cadas después de su muerte en el libro titulado Estética de vela y en su teoría del enunciado o del intercambio ver-
la creación verbal (Moscú, 1979). Encontramos en este pe- bal. Al final nos referiremos a la antropología filosófica de
ríodo tal vez el aspecto más profundo y sugestivo del pen- Bajtin, es decir a su concepción del hombre y de la vida.
samiento de Bajtin en lo que se refiere a los problemas del
enunciado y del texto en el campo de las ciencias humanas.
Todas estas etapas están marcadas por una preocupa- 1.1. La literatura en relación «dialógica» con la historia
ción y un convencimiento que se mantiene de forma per- de la cultura
manente adquiriendo formulaciones y enfoques variados:
la realidad humana está formada por una pluralidad de Desde sus primeros estudios de estética literaria (ver, por
voces, de conciencias, de discursos, que hay que compren- ejemplo: El problema del contenido, del material y de la
der y respetar en su alteridad y en su dinamismo interno forma en la creación artística verbal, 1924) hasta las refle-
en constante interacción, porque lo humano se constitu- xiones y notas escritas al final de su vida, la literatura es
ye en lo interhumano, en la relación dialógica entre los considerada por Bajtin como parte integrante del dinamis-
sujetos, entre las conciencias. Ninguna conciencia, ningún mo de la cultura de una sociedad, de una época, o de
discurso, ningún lenguaje, puede pretender presentarse la historia de la cultura de la humanidad. La literatura
como único y exclusivo, imponiendo una visión monoló- no es un fenómeno cultural aislado y cerrado sobre sí
gica de la vida o de la realidad del hombre y del mundo. mismo, sino que establece una relación dinámica, una
El enfoque abierto y dialógico que Bajtin presenta de especial interacción con todos los discursos activos
la cultura humana y del discurso de la creación artística (ideológicos, artísticos, sociales, religiosos, científicos, etc.),
y literaria se apoya, como más adelante veremos, en una que constituyen el entramado de la vida cultural de una
teoría del discurso y de la «palabra» como actividad «in- época. Las obras literarias se alimentan de esos discursos
terhumana», y en una concepción determinada del hom- o reaccionan de alguna manera frente a ellos adquiriendo
bre y de la vida. así un sentido específico, un valor humano y estético. No
El pensamiento dialógico de Bajtin se opone a todo merece la pena, por lo tanto, dedicarse a estudiar exclusi-
tipo de centralismo lingüístico, ideológico, cultural, so- vamente la especificidad de la literatura, sino ver su rela-
cial..., a todo tipo de enfoque abstracto, «científico», ob- ción dialógica con el contexto de la vida sociocultural:

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. MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico

La ciencia de la literatura debe, ante todo, estrechar sus Por otro lado, no hay que ver tampoco las épocas his-
lazos con la historia de la cultura. La literatura forma parte tóricas como mundos aislados y cerrados sobre sí mismos.
indisoluble de la cultura, y no se podría comprender fuera La unidad de una cultura es abierta. Las épocas culturales
del contexto global que constituye una cultura en una época del pasado se inscriben (aunque sea de forma indirecta)
determinada. en «el interior del proceso único que representa la elabo-
[...] Se ha prestado durante mucho tiempo una atención
ración de la cultura de la humanidad. Toda cultura encu-
particular al problema de la especificación de la literatura.
Hay que reconocer que en una especificación estrecha es to- bre innumerables virtualidades de sentido que no han sido
talmente ajena a nuestra tradición científica en lo que tiene descubiertas, dilucidadas o explotadas durante la vida his-
de me)or [...] . Al haberse aficionado a la especificación, se tórica de esa cultura».6
han ignorado deliberadamente los problemas de interdepen- Además, una cultura extranjera sólo puede ser com-
dencia y de interacción entre los diversos campos de la cul- prendida en su identidad desde la altendad «exotopía» de
tura, olvidando a menudo que las fronteras entre esos campos otra cultura extranjera (diálogo y complementariedad
no son absolutas, que cada época las traza a su manera, se de las culturas:
ha olvidado que el fenómeno cultural es vivido con mayor
intensidad y mayor productividad no precisamente dentro En el campo de la cultura, la «exotopía» es el motor
de los campos cerrados sobre su propia especificidad sino allí
más poderoso de la comprensión. Una cultura extranjera sólo
donde pasa la frontera entre campos distintos [...] . La vida
se revela en su totalidad y en su profundidad ante la mirada
literaria de una época, cuyo estudio se efectúa sin referencia de «otra» cultura [...]. A una cultura extranjera le plantea-
al estudio de la cultura, queda reducida a una lucha superfi- mos preguntas nuevas que ella misma no se planteaba. Bus-
cial de tendencias literarias [...]. La acción intensa que ejer- camos en ella una respuesta a esas preguntas que son las
ce la cultura (principalmente la de las capas profundas, nuestras, y la cultura extranjera nos responde desvelándonos
populares) y que determine la obra de un escritor, ha queda sus aspectos nuevos, sus profundidades nuevas de sentido. Si
do inexplorada y, frecuentemente, totalmente insospechada. no planteamos nuestras propias preguntas nos alejamos de
Una actitud semejante hace imposible el acceso a la profun- una comprensión activa de todo lo que es distinto y extran-
didad de las grandes obras. La literatura toma entonces el as-
jero. [...]
pecto de una cosa insignificante, frivola.3 El encuentro dialógico de dos culturas no lleva consigo
una fusión, una confusión —cada una de ellas conserva su
Para comprender cómo el discurso de la literatura se propia unidad y su totalidad abierta, pero se enriquecen mu-
encuentra en permanente interacción con los demás dis- tuamente.7
cursos socioideológicos de una época, no hay más que
consultar, por ejemplo, el estudio de Bajtin sobre El dis- Bajtin concibe la unidad compleja de toda la humani-
curso de la novela (1934-1935). En ese estudio Bajtin afir- dad por medio del diálogo y la comprensión recíproca
ma que el lenguaje de la literatura no es un dialecto cerrado de todos los siglos y de todas las culturas en la dimensión
sobre sí mismo, sino un discurso artístico que se alimen- abierta e ilimitada de la «gran temporalidad»:
ta de los diversos discursos sociales. Al penetrar en la no-
vela, éstos dejan de ser sistemas sociolingüísticos separados, Una comprensión recíproca de los siglos y de los mile-
pierden su intencionalidad directa y se integran en la in- nios, de los pueblos, de las naciones y de las culturas, asegu-
tencionalidad del discurso de la obra. El escritor no los ra la unidad compleja de toda la humanidad, de todas las
copia o reproduce directamente sino que los «representa» culturas humanas (la unidad compleja de la cultura huma-
de forma estética en un medio artístico, estableciendo en- na), asegura la unidad compleja de la literatura de la hu-
manidad. Todos esos hechos se llegan a revelar solamente en
tre ellos un diálogo orientado hacia una determinada in-
la «gran temporalidad», y en ella toda imagen debe recibir
tencionalidad significativa. su sentido y su valor.8
La voz del escritor adquiere sentido y resuena con acento
propio al destacar o diferenciarse de las voces diversas que
confluyen hacia el mismo objeto de su discurso dentro de 1.2. La crítica del formalismo, de la estilística idealista
un determinado contexto social. Esas voces «crean un fon- y del estructuralismo en el estudio de las obras literarias
do indispensable fuera del cual no son comprensibles ni
adquieren resonancia los matices de su prosa literaria».4 Desde sus primeros estudios, Bajtin consideró necesario
La literatura no debe quedar sin embargo encerrada en superar el enfoque formalista de la literatura, porque el
la pura contemporaneidad de su época. Bajtin piensa que formalismo (que contribuyó profundamente a la renova-
las grandes obras literarias hunden sus raíces en los siglos ción de los estudios literarios) se queda en una «estética
que las han precedido, y su sentido queda abierto a nue- material», en un enfoque positivista del fenómeno litera-
vas interpretaciones en los siglos venideros: rio que busca las leyes de la creación artística en los pro-
Una obra hace estallar las fronteras de su tiempo, vive a cedimientos técnicos y de composición formal
lo largo de los siglos, es decir, en la «gran temporalidad», y organizados a partir del material lingüístico.
no es raro que esa vida (y esto es siempre verdad en el caso El método formal, además de aislar a las obras artísti-
de una gran obra) sea más intensa y más plena que en el tiem- cas de su relación con el dinamismo de la vida socio-
po de su contemporaneidad.5 cultural de la que son parte integrante, separa también a

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MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico.

la obra literaria de su verdadera forma estética, que no es quismo del autor (éste no inventa el lenguaje en cada
sólo la forma técnica del material, sino ante todo la/br- acto de creación sino que toma las palabras de los
ma del contenido que dirige y trasciende el aspecto ins- demás con unas resonancias ya existentes e inscribe
trumental del lenguaje poniéndolo al servicio de la en ellas un tono, una evaluación particular del mundo
intencionalidad de la conciencia creadora, de la actitud representado, según la relación de proximidad o de com-
axiológica (activa, existencial, ideológica) que el autor- prensión que se pretende instaurar, por un lado, entre
creador instaura en relación con el contenido convirtién- el receptor y el autor, y, por otro, entre el personaje y
dolo en «objeto estético» dotado de un valor y de un sen- el receptor:
tido humano.
Bajtin habla de la «forma arquitectónica» que consti- Los diferentes aspectos que determinan la forma del enun-
tuye desde el interior al «objeto estético» como proyec- ciado artístico, a saber: 1) El valor jerárquico del personaje
ción de una actividad creadora-contempladora orientada o del acontecimiento que constituye el contenido del enun-
hacia una visión determinada del hombre y del mundo. ciado, 2) su grado de proximidad con relación al autor, 3) el
La actitud del autor-creador «es un elemento constituti- destinatario y sus relaciones recíprocas con el autor, por
vo de la forma artística»;9 «el objeto artístico no es una un lado, y con el personaje, por otro —todos esos aspectos
son los puntos de aplicación de las fuerzas sociales de la rea-
cosa...»; «la forma artísticamente creadora da forma ante
lidad extraartística a la poesía. Gracias a esta estructura in-
todo al hombre, y luego al mundo, pero solamente como
trínsecamente social, la creación artística se encuentra abierta
a un mundo del hombre».10 por todos los lados a las influencia sociales de los otros cam-
En un amplio estudio titulado El autor y el personaje pos de la vida.11
en el proceso estético (escrito hacia 1922-1924, pero no pu-
blicado hasta 1975), Bajtin explica el proceso de la crea- Estas relaciones internas necesitan plasmarse en un ma-
ción literaria desde una perspectiva fenomenológica: la terial determinado, en una técnica de composición for-
forma estética actualiza ahora el dinamismo creador de mal. Pero la forma del material no se justifica por sí misma
una conciencia (el «yo»-autor) que toma conciencia de otra
sino que es inseparable de los elementos sociales, axioló-
conciencia (el «tú» o el «yo-otro» del personaje). El «yo» gicos e ideológicos que orientan y constituyen el sentido
es siempre un mundo abierto e inacabado que no puede
artístico de la obra.
constituirse por sí mismo en objeto estético. Necesita ser En lo que se refiere al estructuralismo en literatura, Baj-
contemplado por una visión que supere la dispersión exis- tin no acepta el carácter sistemático, lógico y despersona-
tencial y le confiera una orientación, un sentido estético. lizado al que quedan reducidas las relaciones que
El autor es el principio activo que da forma estética a la intervienen en el interior de un texto. En el último de
visión que organiza y orienta el mundo del personaje ante sus escritos, titulado A propósito de la metodología de las
la recepción-contemplación del lector. ciencias humanas (1974), Bajtin afirma lo siguiente:
La crítica del «método formalista» (y del formalismo
apoyado en el método lingüístico) y también la crítica de
En el estructuralismo, no hay más que un único sujeto
la estética idealista de Benedetto Croce y de la estilística de
—el investigador mismo. Las cosas se transforman en «con-
Karl Vossler, se encuentran en diversos trabajos del llama- ceptos» (con un grado de abstracción variable); el sujeto no
do «Círculo de Bajtin», trabajos firmados por N.V. Volo- puede convertirse en concepto (él mismo habla y respon-
chinov (El discurso en la vida y el discurso en la poesía, de). El sentido es personalista; encierra siempre una pregun-
1926; Las fronteras entre poética y lingüística, 1930, etc.) ta —se dirige a alguien y requiere una respuesta, implica
y por P.N. Medvedev (El método formal en los estudios li- siempre que haya dos (el mínimo dialógico). Este persona-
terarios, 1928, etc.). lismo no es un hecho de psicología sino un hecho de sen-
El enfoque se apoya ahora en una poética sociológica tido.12
que pretende ser fiel a la concepción marxista del arte y
de la literatura (como fenómenos sociales de carácter «ideo- (Para Bajtin, el «sentido en sí» no existe, no se actuali-
lógico».) Se trata en realidad de una estética independien- za por sí mismo; sólo empieza a existir en contacto con
te del marxismo ortodoxo. Lo social y lo ideológico en otro sentido, el sentido del que lo comprende. La com-
la comunicación artística y en la comunicación verbal es, prensión es un acto de naturaleza dialógica.)u
ante todo, una interacción del carácter «dialógico», inter-
humano, intersubjetivo.
La obra de arte es concebida como un tipo especial 1.3. Bajtin y la teoría de la novela
de comunicación social que posee una forma estética pro-
pia. La forma estética adquiere sentido porque en la obra Bajtin ha dedicado dos amplios estudios al género de la
se inscribe un proceso de interacción recíproca entre el novela (género siempre abierto que no se somete a nin-
sujeto-creador, el objeto (personaje) y el receptor. El sig- gún tipo determinado de canon literario): Del discurso de
nificado artístico de una obra literaria no puede reducirse la novela (1934-1935) y Formas del tiempo y del cronotopo
por lo tanto a la forma lingüística o composicional del en la novela (1937-1938).
material verbal, ni a la expresión del espíritu o del psi- El segundo de estos estudios presenta un panorama

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de carácter histórico-cultural sobre los problemas de la ca (propugna una forma de estilo, unos valores determi-
configuración del espacio y del tiempo como imágenes nados), está representada por la novela de caballería, la
donde se encuadra el destino humano en la novela. El novela barroca, la novela patético-sentimental... Este tipo
tiempo de la vida humana queda concretado en una de- de novela reacciona frente al plurilingüismo ideológico
terminada forma de organizar y de concebir el espacio y social (tono moralista, didáctico, patético...).
donde se van a desarrollar los acontecimientos (las rela- La segunda línea es de tendencia polifónica (el pluri-
ciones del personaje con el mundo social, con las fuerzas lingüismo ideológico-social actúa en el interior mismo de
internas de la vida, con el problema de la muerte...). Baj- la novela). Es la heredera de los géneros satírico-burlescos
tin se detiene especialmente en el estudio de las formas de la Edad Media y del espíritu paródico y crítico del car-
del cronotopo en Rabelais. Este enfoque será ampliado naval. Recurre a las figuras del ingenuo, del loco, del bri-
después en el libro titulado La obra de Franjáis Rabelais bón, del picaro, etc. Este tipo de novela (que entra en
y la cultura popular de la Edad Media y del Renacimiento oposición y contraste con el tipo de novela anterior) em-
(libro terminado en 1940 y publicado en Moscú, en 1965; pieza a manifestarse con la novela picaresca y adquiere un
traducido al francés en 1970). relieve especial en Don Quijote.
En Del discurso de la novela, Bajtin realiza un estudio
en donde el concepto de polifonía, de dialogismo inter-
discursivo e intersubjetivo, que había percibido anterior- 1.4. «Polifonía» y dialogismo en las novelas
mente como característica de las novelas de Dostoyevski, de Dostoyevski
se convierte ahora en uno de los elementos claves del gé-
nero abierto de la novela. La particularidad estilística de El estudio de Bajtin sobre Dostoyevski es seguramente su
la novela consiste en una representación estética del dis- obra más conocida. Este libro fue publicado en dos fe-
curso humano, del hombre como ser que habla, y de su chas bastante distantes entre sí. La primera edición es de
palabra. 1929. La segunda, modificada, apareció en Moscú en 1963,
Pero no se trata del lenguaje como manifestación de con el título Problemas de la poética de Dostoyevski. En
la riqueza léxica o gramatical de una lengua nacional, sino 1970 la obra fue traducida al francés por la editorial Du
de los diversos discursos o lenguajes que se van estratifi- Seuil de París y por la editorial L'Age d'Homme de Lau-
cando y diferenciando (según las profesiones, las genera- sanne. El estudio sobre Dostoyevski constituye un punto
ciones, los ambientes, la diversidad cultural, ideológica, clave de referencia para conocer las líneas principales del
etc.) dentro de una misma lengua nacional que da lugar, pensamiento de Bajtin. Como señala acertadamente To-
en el dinamismo complejo de la intercomunicación, a un dorov, «todo el trabajo teórico y descriptivo al que Bajtin
verdadero plurilingüismo ideológico y sociocultural. va a dedicarse a partir de ese momento aparece como la
La novela organiza un sistema de discursos interrela- aplicación y la interpretación de la lección de Dosto-
cionados que están encarnados por locutores individuali- yevski».14
zados que representan un punto de vista (una manera de En los tres primeros capítulos del libro, Bajtin pone
pensar) particular sobre el mundo. Aunque sea de forma de relieve las características de lo que él llama la novela
embrionaria, esos discursos individualizados son represen- «polifónica» de Dostoyevski: los personajes son enfoca-
tativos del plurilingüismo ideológico-social. dos como voces (conciencias autónomas) que buscan su
La acción en la novela va asociada al discurso. El com- identidad personal en interacción activa frente a otras con-
portamiento y la acción revelan y contribuyen a someter ciencias. En el capítulo IV establece una relación entre
a prueba la posición ideológica del personaje, su manera la «polifonía» de las novelas de Dostoyevski y el espíritu
de pensar, su palabra. (paródico, vitalista, ambivalente) del carnaval. Bajtin en-
Apoyándose en una visión de la evolución ideológica cuentra esa relación en el origen histórico-cultural del gé-
de la conciencia humana concebida como un proceso per- nero de la novela que se forma heredando procedimientos
manente de relación (rechazo, aceptación, etc.) con las/w- narrativos de la sátira menipea (género crítico-irónico-
labras del otro (de los demás) para asimilarlas y convertirlas filosófico iniciado por ciertos escritores griegos y latinos)
en palabras nuestras, Bajtin estudia cómo se transmiten, y procedimientos de los géneros seno-cómicos o satírico-
se citan, se deforman, se transforman, etc. (especialmen- burlescos de la Edad Media. En el capítulo V («La pala-
te en el fenómeno de la palabra bivocal) las palabras del bra en Dostoyevski»), Bajtin resume su concepción «trans-
otro en el contexto envolvente del discurso del locutor (el lingüística» y «dialógica» del lenguaje y presenta una
autor, el narrador, el personaje...). tipología del discurso narrativo.
La novela surge en épocas de crisis y de transforma- Veamos ahora en qué consiste el valor estético de la
ción de los valores estables colectivos, de plurilingüismo novela «polifónica» que Bajtin opone a la concepción «mo-
extranacional, de diversificación de las corrientes y ten- nológica» de la novela o de la obra literaria. En la novela
dencias del pensamiento, de los valores religiosos, socio- «monológica», el personaje está construido como una ima-
políticos, literarios, etc. gen del hombre trazada de forma objetiva por el autor
Bajtin analiza después las dos líneas estilísticas de la no- y sometida a la concepción del mundo que éste proyecta
vela europea. La primera línea es de tendencia monológi- sobre el universo total de la obra. En la novela «polifóni-

60 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico .

ca», por el contrario, asistimos al espectáculo de un mun- Está orientada sobre el personaje considerado como palabra,
do plural y complejo enfocado desde la perspectiva inter- y por eso se dirige a él «dialógicamente». A través de toda
na de diversas conciencias en mutua confrontación, sin la estructura de la novela, el autor no habla «del» personaje,
que esas conciencias sean dirigidas y terminen siendo asu- sino «con» el personaje.17
midas de forma dialéctica por una visión o concepción
dominante: la del autor. Dostoyevski busca los procedimientos artísticos más
Según Bajtin, en las novelas de Dostoyevski, «la pala- adecuados para hacer hablar o reaccionar «dialógicamen-
bra del personaje sobre sí mismo y sobre el mundo es tan te» al personaje desde su propia voz o discurso, «dejándo-
válida y tan plenamente significante como lo es general- le la facultad de desarrollar hasta el extremo su propia
mente la palabra del autor».15 lógica interna y su autonomía en calidad de "palabra del
Dostoyevski considera al personaje como una perspec- otro", palabra del personaje mismo».18
tiva dinámica sobre el mundo, como una conciencia en La polifonía como búsqueda de la identidad desde la
busca de su propia identidad confrontada a otras concien- discusión y el diálogo en profundidad, se diferencia del
cias, a otras perspectivas subjetivas frente a las cuales debe relativismo (el diálogo auténtico es inútil porque cada uno
definirse y adoptar una actitud personal. El autor no nos tiene su propia verdad) y del dogmatismo (el diálogo autén-
presenta la realidad objetiva del personaje, sino su toma tico es imposible porque la verdad es ahora algo preesta-
de conciencia de la realidad y su reflexión sobre sí mismo blecido que se impone al individuo).
frente al otro. Heterogeneidad y simultaneidad por lo tan- El dialogismo impregna hasta el monólogo interior de
to de puntos de vista que pueden ser contradictorios. los personajes. En la conciencia «monologante» resuenan
La novela polifónica de Dostoyevski es eminentemen- ahora las voces de otros personajes. El dinamismo de la
te dialógica. Su dialogismo no queda reducido a los diálo- interioridad es «bivocal» y se afirma en reacción o en in-
gos entre los personajes y sus diversos puntos de vista: teracción con las actitudes opuestas o complementarias
de otros sujetos.
Las relaciones dialógicas se establecen entre todos los ele- Bajtin afirma que, por medio de sus novelas, Dosto-
mentos estructurales de la novela, es decir que se oponen entre yevski pretende profundizar en la complejidad de las con-
sí como en el contrapunto. Así el fenómeno dialógico so- tradicciones que envuelven al ser humano inmerso en una
brepasa con mucho las relaciones entre las réplicas de un diá- época también compleja y llena de contradicciones ideo-
logo formalmente producido; es algo prácticamente universal lógicas y existenciales.
y atraviesa todo el discurso humano, todas las relaciones y
El valor estético-metafísico de este tipo de novela no
todas las manifestaciones de la vida humana, de forma gene-
ral, todo lo que tiene un sentido y un valor.16
queda sin embargo limitado a la época de Dostoyevski.

En los estudios y notas de la última etapa de su vida,


El personaje es sobre todo la presencia y la actitud (exis-
Bajtin presenta una serie de reflexiones sobre los problemas
tencial, ideológica) de un sujeto ante el mundo, es decir
de la palabra y la posición del autor en la novela, dis-
una voz personal en discurso permanente. Ahora bien, si
tinguiendo entre dos entidades que hay que diferenciar.
la conciencia es un dinamismo existencial siempre abier-
Por un lado está el autor-creador que es el principio acti-
to, inacabado, móvil, que no se puede enfocar desde fue-
vo que imagina y construye el universo de la novela. Su
ra sin reducirlo a la categoría de objeto fijo o cosificado,
posición dominante y creadora trasciende al discurso «re-
¿cómo «representar» entonces estéticamente ese dinamis-
presentado» en la novela. Su palabra de autor no queda
mo en la obra literaria?
expresada directamente en la obra, es una voz «indirecta»
El mismo Dostoyevski decía que él no pretendía reali-
(segunda).
zar una labor de «psicólogo» sino acercarse realmente a
Por otro lado está la imagen del autor en la obra (ima-
«las profundidades del alma humana». Percibir la profun-
gen creada), la posición representada en el discurso de la
didad del alma del otro sin deformar su visión, sólo es
novela. Esta imagen es una forma de autor (una máscara
posible desde una perspectiva dialógica en la que el otro
convencional), corresponde a la adopción de un registro,
«responde» y revela desde sí mismo su interioridad, su pen-
de un tono, de un estilo, para justificar desde dentro el
samiento auténtico.
universo «representado» por un discurso narrativo.
Dostoyevski adopta una actitud dialógica ante su per-
El arte de la creación verbal en la novela consistirá en
sonaje en el presente mismo del proceso creador. Conci-
saber adoptar de forma sutil y polisémica una palabra «se-
be al personaje como un «tú» o como el «yo» del «otro»:
gunda», distanciada, «indirecta», que se eleva por encima
de la palabra directamente representada en la obra.
La palabra del autor sobre el personaje está organizada
en las novelas de Dostoyevski como la palabra de «alguien
presente» que oye al autor y que puede responderle [...]. El Problema que plantea la imagen del autor. El autor «pri-
personaje es el portador de un discurso total y no el objeto mero» (no creado) y el autor «segundo» (la imagen del autor
mudo, sin voz, del discurso del autor. Para él, concebir un creada por el autor primero) [...]. El autor primero no pue-
personaje es «concebir su palabra». La palabra del autor so- de ser una imagen —escapa a toda representación figural [...].
bre el personaje es, en realidad, la palabra sobre la palabra. El autor primero, si se presenta con su «palabra directa», deja

32/SUPLEMENTOS ANTHROPOS 61
MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico.

simplemente de ser escritor: en su propio nombre el escri- Dostoyevski no es una voz más entre las demás voces en
tor no puede decir nada (el escritor se transforma en publi- el interior de sus novelas , es el creador único, privilegiado
cista, moralista, científico, etc.). Por eso el autor primero se y radicalmente diferente de todos sus personajes, puesto que
vuelve «mudo», cosa que puede conseguir bajo formas va- cada uno de ellos no es, justamente, nada más que una voz,
riadas de expresión —recurriendo a la risa (ironía), a la pará- mientras que Dostoyevski es el creador de esta pluralidad
bola, etc.19 misma. 22

Sobre el poder liberador y revelador de la ironía y la


risa (formas de decir las cosas —tono— donde está reso- 2. El enfoque «translingüístico» del discurso:
nando de manera ingeniosa y sutil la voz indirecta del la teoría del enunciado y de sus relaciones
autor), Bajtin señala en sus Cuadernos (1970-1971): dialógicas e intertextuales
La ironía como forma de mutismo. La ironía (y la risa) Bajtin es un precursor y un iniciador de la lingüística del
sirven para triunfar de las situaciones, para elevarse por en-
discurso y de la enunciación. Sus planteamientos presen-
cima de ellas. Sólo las culturas dogmáticas y autoritarias son
unilateralmente serias. La violencia no conoce la risa [...].
tan bastantes puntos en común con el enfoque del len-
Lo serio contribuye a recargar las situaciones sin solución, guaje que realizan los teóricos de la pragmática lingüística.
la risa se eleva por encima de ellas. La risa no limita al hom- Desde el final de los años veinte hasta sus últimos es-
bre, lo libera.20 critos, Bajtin intentó establecer los fundamentos de lo que
él llamaba la «metalingüística» (J. Kristeva y T. Todorov
El arte de la creación verbal reside entonces en hacer han considerado más adecuado el término de «translin-
reír, en hacer pensar, poniendo de relieve la compleja, pro- güística»). La translingüística no estudia la lengua en sí
funda y ambivalente realidad de la vida de forma alusiva, misma sino el uso que hacen de la lengua los sujetos ha-
simbólica, «indirecta», elevándose con el autor-creador más blantes en todas las formas que adopta el intercambio ver-
allá del espectáculo directamente representado, más allá bal dentro de las diversas esferas o campos de la vida
de la máscara o de la imagen adoptada en el discurso apa- sociocultural (desde la conversación familiar) hasta el tra-
rente del texto: tado científico o el volumen extenso de una novela). «La
lengua vive solamente en el intercambio dialógico entre
¿Un autor no se sitúa siempre «fuera» de la lengua que los interlocutores», dice Bajtin. El enunciado, considera-
le sirve de material para su obra? ¿Un escritor (aunque sea do como la manifestación verbal de una intención comu-
en el campo del puro lirismo) no es siempre un «dramatur- nicativa total del locutor, constituye la unidad del
go» en el sentido que él distribuye todas las palabras entre intercambio verbal y el objeto primero de la translingüís-
las voces de los demás —y la imagen del autor es también una tica.
de ellas (lo mismo que las otras máscaras del autor)? Pode- La noción de enunciado es similar a la noción de texto
mos arriesgarnos a decir que la palabra directa, monovocal, (uno de los estudios de Bajtin está dedicado al Problema
es ingenua e inapropiada para una creación auténtica. En la del texto en el campo de las ciencias humanas), pero re-
palabra, una voz creadora no puede ser nunca nada más que
sulta más iluminadora, porque nos remite al acto de enun-
«segunda» voz. Sólo la segunda voz —la pura relación— puede
estar libre de objeto hasta el final, puede no proyectar la som- ciación (a su situación, al contexto humano, social,
bra de su imagen, de su sustancia. Un escritor es aquel que histórico que envuelve al acto de enunciación y que se
sabe trabajar la lengua situándose fuera de la lengua, es aquel proyecta sobre el enunciado) y nos remite también al su-
que dispone del don de la «palabra indirecta».21 jeto enunciador sin el cual no existiría el enunciado y que
le hace existir inscribiendo en él una intención, una acti-
Estos planteamientos hacen discutible el enfoque de- tud, un tono determinado (serio, irónico, despectivo, etc.)
fendido por Bajtin en La poética de Dostoyevski, cuando frente al tema tratado y frente al interlocutor o el desti-
afirma que el autor, dentro del universo de la novela «po- natario.
lifónica», se sitúa en el mismo plano que los personajes El enunciado es por lo tanto el escenario verbal donde
y respeta plenamente su autonomía como conciencias per- entran en juego relaciones dialógicas de carácter interno
ceptoras del mundo. (la actitud del locutor ante el objeto del discurso y ante
Como autor-creador (autor «primero», Dostoyevski no otros enunciados) y de carácter externo (el enunciado
puede situarse al mismo nivel que sus personajes, porque como «respuesta» a otros enunciados y como palabra «di-
el autor es el que imagina e introduce en el universo de rigida» hacia la comprensión y la respuesta del destinatario
la novela las ideas de los personajes. Como autor-segundo, o del interlocutor). Sólo el enunciado (y no la «frase»,
como «imagen del autor» representada en el discurso in- que es una estructura gramatical independiente del hablan-
terno de la novela, «aparece» en el mismo plano que los te concreto) «encarna» la lengua en el devenir histórico-
personajes, porque respeta su visión y porque las ideas de existencial de la comunicación entre los hombres y hace
éstos pueden ser tan válidas o tan discutibles como las que el discurso, la «palabra», pueda adquirir un sentido
del autor. En uno de sus estudios sobre Bajtin, Todorov humano determinado (de verdad o de mentira, de ironía
formula la observación siguiente: o de admiración, de belleza o de fealdad, etc.).

62 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
. MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio diatógico

[...] Las relaciones lógicas y semánticas, para hacerce día- El enunciado no se produce ni se transmite de la ma-
lógicas, deben encarnarse, es decir entrar en otra esfera de nera como lo explica Jakobson en su famoso estudio so-
existencia: transformarse en «palabra» (en enunciado) y re- bre las funciones del lenguaje. En el enunciado, el
cibir un autor, es decir hace falta que un sujeto del enuncia- interlocutor (destinatario) no es un sujeto pasivo que se
do exprese su posición. En ese sentido, todo enunciado posee limita a recibir o a «descodificar» el «mensaje» que le
un autor: con lo cual entendemos que el sujeto (el locutor)
envía el emisor. Para Bajtin, el interlocutor es parte ac-
se encuentra en el enunciado mismo.23
tiva y determinante en la constitución del enunciado
(que se construye siempre en función del horizonte de
Citamos a continuación una de las muchas reflexio- comprensión del interlocutor o como respuesta —en
nes de Bajtin sobre la diferencia entre el objeto de la lin- acuerdo, desacuerdo, etc.— a enunciados previos del in-
güística y el objeto de la translingüistica (el estudio del terlocutor).
enunciado en el intercambio verbal): En el acto de producción-comunicación del enuncia-
do no existe ningún «código» predeterminado. El enun-
La lengua, la palabra, lo es casi todo en la vida del hom- ciado se va organizando y modificando en el proceso
bre. Esta realidad polimorfa y omnipresente no tiene por mismo de su producción. El interlocutor (oyente, lector)
que ser de la competencia exclusiva de la lingüística ni ser adopta desde el primer momento una actitud responsiva
enfocada solamente por métodos lingüísticos El objeto de
activa: se muestra de acuerdo, reacciona en contra, com-
la lingüística sólo concierne al material y a los medios del in-
tercambio verbal, y no al intercambio verbal mismo —al
prende a su manera, completa, adapta, responde, ejecuta
enunciado en su esencia, a la relación (dialógica) que se esta- lo comprendido, etc.
blece entre los enunciados, las formas del intercambio ver- Los enunciados se organizan siempre dentro de los
bal y los géneros del discurso. moldes de un determinado género del discurso. Los géne-
La lingüística estudia solamente la relación que existe en- ros son muy diversos. Por medio de ellos se canaliza la
tre los elementos en el interior del sistema de la lengua, y comunicación en las distintas esferas de la vida social, pro-
no la relación que existe entre el enunciado y la realidad, fesional, intelectual, artística... El género permite también
entre el enunciado y el locutor (el autor).24 la adopción de un tono, de un estilo, para tomar una acti-
tud expresiva ante el tema tratado y frente al destinatario.
T. Todorov, en su interesante estudio Mikha.il Bakhti- El género confiere a la palabra una especie de «aura esti-
ne, le principe dialogique (París, Seuil, 1981), presenta una lística» porque percibimos esa palabra asociada al funcio-
amplia visión sobre la teoría del enunciado y los aspectos namiento que ha adquirido en otros enunciados
de la «intertextualidad». Remitimos al lector a ese estu- relacionados con un género determinado.
dio de Todorov y nos limitaremos a resumir aquí algunas Finalmente en el enunciado actúa de forma más o me-
de las ideas principales de Bajtin sobre el enunciado ex- nos directa la intertextualidad. En el interior mismo del
puestas en El problema de los géneros del discurso (1952- enunciado están resonando otros enunciados, otros tex-
1953) y en El problema del texto (1959-1961).25 tos, a los que el enunciado «responde» de forma alusiva,
Ya hemos dicho que el enunciado es, según Bajtin, la irónica, paródica, polémica, crítica, elogiosa, etc., a los que
unidad del intercambio verbal. Esa unidad viene delimi- cita, reformula o imita. El sentido de un enunciado de-
tada por la alternancia de los sujetos hablantes. Es decir, pende en buena medida de la actitud que adopta y de las
cuando el locutor (o el autor) ha terminado lo que se pro- relaciones que entabla con otros enunciados anteriores o
ponía decir, y puede empezar ahora la intervención o la contemporáneos. Bajtin ha mostrado un especial interés
«respuesta» (inmediata o diferida, que no tiene por qué ser por el estudio de la palabra o del enunciado bivocal (dos
específicamente verbal —puede ser un gesto, una acción...) voces, dos actitudes diferentes que están resonando en un
de otro sujeto. La extensión del enunciado depende de la mismo enunciado).26
intención del locutor (lo que pretende decir o exponer) En el discurso humano (familiar, profesional, científi-
y del desarrollo del tema o del objeto del discurso en la co, literario) los enunciados establecen una serie de rela-
organización verbal del enunciado. ciones mutuas: se responden, se contraponen, se
En el enunciado convergen dos aspectos complemen- presuponen, se reflejan (deformándose o transformándo-
tarios que intervienen en la producción de su sentido to- se), se enfrentan, se critican, se adulan o se elogian entre sí.
tal y concreto:

a} El aspecto verbal y su organización específica. 3. La antropología de Bajtin: la vida como relación


b) El aspecto extraverbal (contextual) y su proyección dialógica entre las voces-concíencias
sobre la organización y el sentido concreto del enunciado.
El aspecto extraverbal comprende la situación (exis- Como ya hemos podido comprobar a lo largo de nuestra
tencial, afectiva, social, intelectual, etc.) relacionada con exposición, las ideas estéticas de Bajtin, su concepción de
el acto de enunciación y sus protagonistas (la actitud del la literatura, de la cultura y del lenguaje humano, van uni-
locutor ante el objeto del discurso, y ante la reacción que das a una determinada concepción del hombre, a lo que
pretende suscitar en el destinatario, etc.). él mismo llama una «antropología filosófica», antropolo-

32/SUPLEMENTOS ANTHROPOS 63
MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico.

gía que Todorov resume en esta frase: «Lo interhumano de la conciencia de sí mismo se determinan por la relación
es constitutivo de lo humano».27 El principio fundamen- a otra conciencia (a un «tú») [...]. «El ser mismo del hombre
tal de esta concepción sería el siguiente: «es imposible con- (exterior e interior) es una comunicación profunda. Ser sig-
cebir al ser humano fuera de las relaciones que le ponen nifica comunicar. [...] El hombre no posee un territorio in-
en contacto con el otro».28 terior soberano, se encuentra completamente y en todo
momento sobre una frontera; al mirar en el interior de sí
Desde sus primeros escritos, Bajtin propugna una es-
mismo mira en «los ojos del otro», o «a través de los ojos
tética existencial de carácter «dialógico» e «intersubjeti- del otro».32
vo». Para él, en la conciencia estética el hombre alcanza
el grado más auténtico de reconocimiento del sentido y
La conciencia personal que es dinamismo pensante y
del valor de lo humano en su totalidad. La actividad esté-
que es por lo tanto «palabra», se constituye asimilando
tica asume y trasciende las dimensiones del conocimiento
las palabras (opiniones, valoraciones...) que le llegan del
y del acto (lo ético). Es una actividad de contemplación
entorno humano, reaccionando, situándose frente a las pa-
creadora que confiere a la vida una unidad nueva libremente
labras de los demás:
creada y organizada en la obra de arte. El sujeto-creador
da forma en la obra al mundo del hombre concebido y
Todo lo que me concierne, empezando por mi nombre,
enfocado como el mundo de otro sujeto.29 Bajtin estable-
todo lo que penetra en mi conciencia, me viene del mundo
ce una diferencia entre la conciencia cognoscente y la con- exterior, de la boca de los demás (de la madre, etc.), y me
ciencia como percepción-valoración estética. Para la llega con su entonación, con la tonalidad emotiva de sus va-
conciencia cognoscente o científica todo lo exterior a ella lores. Tomo conciencia de mí mismo, originariamente a tra-
es objeto, y resulta definido por ella y desde ella. El «otro» vés de los demás: de ellos recibo las palabras, la forma y la
entonces no puede ser comprendido ni valorado como «su- tonalidad que van a servir para la formación originaria de
jeto» (como conciencia autónoma) sino como un objeto la representación que me haré de mí mismo [...]. De la mis-
analizable, cosificado: ma manera que el cuerpo se forma originariamente en el seno
(cuerpo) de la madre, la conciencia del hombre se despierta
La conciencia estética, sin embargo, es una conciencia envuelta en la conciencia de los otros. Es más tarde cuando
amante que postula un valor, es conciencia de una concien- uno se pone a reducir su yo a ciertas palabras, a unas catego-
cia, es la conciencia que ei yo-autor se forma de la conciencia rías neutras, a definirse como hombre, con independencia
del personaje-otro; el conocimiento estético es el encuentro de la relación de sí mismo y el oíro.33
de dos conciencias que, por principio, no fusionan en una
sola.30 En el capítulo 3? de La poética de Dostoyevski, Bajtin
afirma que Dostoyevski concibe al ser humano como un
En una de las últimas notas, Bajtin habla de tres tipos dinamismo subjetivo cuya identidad se va realizando en
de relaciones: 1) La relación entre objetos (entre las cosas, la búsqueda siempre inacabada de unos pensamientos, de
entre los fenómenos físicos, químicos; la relación mate- unas ideas que vienen a constituir algo inseparable del
mática, lógica, lingüística). 2) La relación entre el sujeto «yo». Pero la idea, como la palabra que la encarna, no es
y el objeto (esta relación se establece en la perspectiva de patrimonio exclusivo de la conciencia individual, sino que
las ciencias exactas, o de las ciencias humanas concebidas exige la comprensión o la confrontación con otras «voces-
según el modelo de las ciencias exactas). Por un lado está conciencias». La idea es «interindividual» e intersubjeti-
el sujeto investigador y, por el otro, el objeto investigado, va; se alimenta, se revela, se forja, a través del «combate
que se presenta como una «cosa muda». 3) La relación en- dialógico» entre los discursos y las perspectivas de diver-
tre los sujetos: es la relación individualizada, personaliza- sas conciencias. Si la idea queda encerrada en la concien-
da. Aquí sitúa Bajtin la «relación entre los enunciados, cia individual aislada, entonces degenera, se empobrece
la relación ética [...]. Relación entre las conciencias, entre y muere:
las verdades —interacción, instrucción, amor, odio, men-
tira, amistad, respeto, admiración, confianza, desconfian- El pensamiento humano se hace auténtico, se transfor-
za, etc.».31 ma en idea, solamente por medio de un contacto vivo con
El «yo» toma conciencia de su propia identidad en in- otra idea, encarnada en la voz del otro, es decir en su con-
teracción con el «otro», con los «otros»; se percibe y se ciencia expresada por medio del discurso. La idea nace y vive
valora a sí mismo por medio de las palabras y de los valo- en el punto de contacto de las «voces-conciencias» [...]. Como
res que ha asimilado del mundo humano que le rodea; la palabra, la idea es dialógica por naturaleza.34
necesita del «otro» (de su palabra, de su apreciación) para
sentirse existir como sujeto, para ser él mismo frente al La lengua, el discurso, la palabra humana, es una rea-
mundo de los otros sujetos. En el proyecto de revisión lidad «interindividual»:
de su estudio sobre Dostoyevski, Bajtin escribe:
La palabra (y de una manera general, el signo) es in-
Yo no llego a tomar conciencia de mí, no llego a ser yo terindividual. Todo lo que ha sido dicho, expresado, se
mismo nada más que revelándome al otro, a través del otro, sitúa fuera del «alma», fuera del autor, no le pertenece en
con ayuda del otro. Los actos más importantes constitutivos exclusiva.33

64 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico.

La palabra como medio de expresión pertenece a la a) La dimensión de la «exotopía», es decir la activi-


lengua (instrumento común) y, como pensamiento per- dad que el sujeto creador realiza desde el exterior, desde
sonal, pertenece al enunciado, que es histórico, y que su situación de contemplador que ve al «otro» desde fue-
pertenece a su vez a lo que Bajtin llama «la totalidad abier- ra, y le confiere una entidad axiológicamente orientada
ta de la logosfera».36 La «logosfera» es el mundo de los y acabada, por medio de Informa estética que le hace exis-
pensamientos, del sentido, de la comprensión que se esta- tir como la proyección de una visión que viene de un
blece en el intercambio verbal, en la relación dialógica en- sujeto-otro.
tre las voces-conciencias. Las palabras que han sido dichas, b) La comprensión del otro en su propia identidad di-
escritas, permanecen abiertas a la comprensión, a la in- ferenciada, en su alteridad. Esa comprensión es en cierto
terpretación hasta el infinito: modo una identificación (ver al otro con los propios ojos
del otro; situarse en él desde el interior); pero se trata de
La palabra quiere la audición, la comprensión, la respuesta, una identificación trascendida o transitoria, porque se
y quiere, a su vez, responder a la respuesta, y así «ad infi- realiza desde la alteridad del que comprende, y con respe-
nitum». Entra en un diálogo en el cual el «sentido» no tiene to por la autonomía del sujeto comprendido. Es la acti-
fin (aunque puede ser físicamente interrumpido por tal o cual tud dialógica que permite el enriquecimiento mutuo
participante).37 manteniendo la «dualidad», la diferencia del «yo» frente
al «tú».
La libertad de la conciencia (que es «juez y testigo» Sobre el proceso de comprensión realizado desde la
de todo lo que existe, dice Bajtin), se expresa en la pala- «exotopía» del que comprende, señala Bajtin:
bra. Con la palabra puede modificar el sentido de la exis-
tencia (reconocerla, darle su razón de ser...).38 La tendencia errónea que hace que todo se reduzca a la
La palabra es por lo tanto algo fundamental en la rea- sola conciencia, a la única disolución en ella de la concien-
lización, en la vida de la conciencia humana. cia del otro (objeto del acto de comprensión). Las ventajas
Vivimos inmersos en el mundo de las palabras de los del principio de exotopía (espacial, temporal, nacional). No
demás. Toda nuestra vida, dirá Bajtin, consiste en orien- hay que comprender la comprensión en términos de identi-
tarnos en medio de ese universo, en reaccionar ante las ficación y de sustitución por uno mismo en el puesto que
palabras de los demás: ocupa el otro (pérdida del puesto propio), en términos de
traducción de una lengua que sería la del otro a la propia
lengua de uno mismo [...].
La palabra del otro impone al hombre la tarea que con- El acto de comprensión supone un combate donde lo que
siste en comprender esa palabra [...]. Esta redistribución de está en juego es una modificación y un reconocimiento recí-
todo lo que aparece expresado en la palabra, y que hace que procos.42
cada ser humano disponga del pequeño mundo constituido
con sus propias palabras personales (percibidas como per- La palabra del otro debe transformarse en palabra «mía-
sonales) representa, el hecho primordial de la conciencia hu- ajena» (o en palabra ajena-mía). Distancia (exotopía) y res-
mana y de la vida humana.39 peto. El objeto, a lo largo del proceso de intercambio dialó-
gico al que da lugar, se transforma en sujeto (en el otro
«yo»).43
Llegar a tener unas ideas personales, unas palabras pro-
pias, pasa por el combate o por la confrontación con las
palabras del otro; por la etapa en la que la conciencia reac- La antropología filosófica de Bajtin debe sin duda mu-
ciona ante la «palabra autoritaria» (la palabra que nos ha cho a la concepción dialógica de la conciencia que él ha
sido «impuesta» y tiene que situarse ante lo que Bajtin encontrado en la estética de Dostoyevski; pero la visión
llama la «palabra persuasiva interior» del otro que contri- del hombre que defiende Bajtin mantiene también una
buye a despertar nuestro propio pensamiento y que lle- estrecha relación con los planteamientos filosóficos de
gará a fundirse con nuestra propia palabra. Pero la «palabra otros pensadores. Todorov en el estudio de 1981 habla
persuasiva» no es estable y puede entrar en conflicto con de algunos filósofos cercanos a la línea de Bajtin, insistiendo
otras «palabras persuasivas».40 especialmente en la relación que existe entre el dialogis-
«La búsqueda de la palabra personal es, de hecho, una mo de Bajtin y los planteamientos de Martin Buber
búsqueda de la palabra no personal, dice Bajtin, de la pa- en Yo y tú (1923), La vida en diálogo (trad. fr.: París,
labra que es más grande que uno mismo, una aspiración Aubier, 1959), El problema del hombre (trad. fr.: París, Au-
a evitar las propias palabras que no nos permiten decir bier, 1962), etc.
nada sustancial...»41 Bajtin conocía el pensamiento dialógico de M. Buber,
Bajtin ha desarrollado una antropología filosófica mo- y ha hecho referencia a él al menos en una ocasión:
vido sobre todo por su interés en comprender el sentido
del acto de la creación artística, el proceso de carácter es- En ciertas corrientes de la filosofía desprovistas de un ca-
tético que entra en juego en el acto de la creación litera- rácter estrictamente científico, el tema del encuentro tiene
ria. Ese proceso se realiza haciendo intervenir dos también una especial significación, por ejemplo en Schelling,
dimensiones diferenciadas: Max Scheller, y sobre todo en Martin Buber.44

32/SUPLEMENTOS ANTHROPOS 65
MIJAIL BAJTIN M. Bajtin y el principio dialógico

Creemos que Todorov lleva razón cuando señala que 10. Ibíd., p. 82.
«la familia intelectual más cercana a Bajtin no es el mar- 11. Volochinov, N., «El discurso en la vida y en la poesía», «Escritos
del Círculo de Bajtin», en T. Todorov, Mikhail Bakhtine, le principe dia-
xismo, sino más bien el existencialismo, en algunas de sus logique, op. cit., p. 213.
formas».45 12. Bajtin, M., «A propósito de la metodología de las ciencias hu-
Es cierto que la estética y la antropología de Bajtin su- manas», en op. cit., p. 393.
peran la ideología individualista y tienen puntos en co- 13. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en Esthétique de la création
verbale, op. cit., p. 366.
mún con el pensamiento marxista, pero no es menos 14. Todorov, T, Mikhail Bakhtine, le principe dialogique, op. cit., p. 165.
cierto, por otro lado, que la concepción dialógica y «po- 15. Bajtin, M., La poétique de Dostoyevski, París, Seuil, 1970, p. 33.
lifónica» del arte literario y de la conciencia humana im- 16. Ibíd., p. 77.
plica una crítica profunda del pensamiento marxista en 17. Ibíd., p. 103.
lo que tiene de visión «monológica» del hombre y de la 18. Ibíd., p. 105.
19. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en op. cit., pp. 369-370.
sociedad. No podemos extrañarnos de que Bajtin haya sido 20. Ibíd., p. 354.
siempre marginado en la Unión Soviética por el pensa- 21. Bajtin, M., «El problema del texto en lingüística, filología y las
miento oficial y por los marxistas ortodoxos. otras ciencias sociales», en Esthétique de la création verbale, op. cit..
Bajtin, en sus últimos escritos, llama «personalismo» pp. 318-319.
22. Todorov, T., Critique de la critique, París, Seuil, 1984, p. 94.
a la relación dialógica entre las voces-conciencias, entre 23. Bajtin, M., La poétique de Dostoyevski, op. cit., p. 94.
los sentidos, porque el sentido surge siempre de una voz 24. Bajtin, M., «El problema del texto...», en op. cit., pp. 327-328
que habla, que dice algo, y de otra que comprende desde 25. Ambos escritos están recogidos en Esthétique de la création ver-
la perspectiva de su exotopía, de su propio contexto exis- bale, op. cit., pp. 265-308 y pp. 311-338.
tencial e histórico-cultural: 26. Sobre la palabra o el discurso bivocal se puede ver le que Bajtin
ha escrito en La poétique de Dostoyevski, op. cit., pp. 238-266, y en E¡
discurso de la novela (especialmente en los capítulos titulados «El pluri
El contexto está siempre unido a la persona (diálogo infi- lingüismo en la novela» y «El locutor en la novela»).
nito donde no existe ni primera ni última palabra).46 27. Todorov, T., Critique de la critique, op. cit., p. 96.
28. Todorov, T., Mikhail Bakhtine, le principe dialogique, p. 145.
Proceso de cosificación y proceso de personalización, pero 29. Ver a este respecto el estudio titulado «El problema del conteni-
este último no podría ser nunca subjetivación. El límite no do material y de la forma...», en op. cit.
es «yo» sino «yo» en correlación con otras personas, es decir 30. Bajtin, M., «El autor y el personaje en el proceso estético», en
«yo» y «el otro», «yo» y «tú».47 Esthétique de la création verbale, op. cit., p. 102.
31. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en op. cit., p. 358.
32. Bajtin, M., «Concernant la revisión du livre sur Dostoyevski», ci-
NOTAS tado en T. Todorov, Mikhail Bakhtine, le principe dialogique, op. cit., p. 148.
33. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en op. cit., pp. 357-358.
1. Todorov, T., Mikhaíl Bakbtine, le principe dialogique, París, Seuil. 34. Bajtin, M., La poétique de Dostoyevski, op. cit., p. 129.
1981, p. 7. Todas las citas que presento en castellano están tomadas de 35. Bajtin, M., «El problema del texto...», en op. cit., p. 331.
obras que he consultado en versión francesa. La traducción de estas ci- 36. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en op. cit., p. 353.
tas ha sido realizada por mí. 37. Bajtin, M., «El problema del texto...», en op. cit., p. 337.
2. Ibíd., pp. 160-161. 38. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en op. cit., pp. 356-357.
3. Bajtin, M., «Los estudios literarios», en Esthétique de la création 39. Ibíd., p. 363.
verbale, París, Gallimard, 1984, pp. 342-343. 40. Ver «El discurso de la novela», en op. cit., pp. 161-169.
4. Bajtin, M., «El discurso de la novela», en Esthétique et théone du 41. Bajtin, M., «Cuadernos 1970-1971», en op. cit., p. 370.
román, París, Gallimard, 1978, p. 102. 42. Ibíd., pp. 361-362.
5. Bajtin, M., «Los estudios literarios», en op. cit., p. 344. 43. Ibíd., p. 365.
6. Ibíd., p. 346. 44. Bajtin, M., «Formas del tiempo y del cronotopo en la novela»,
7. Ibíd., p. 348. en Esthétique et théone du román, op. cit., p. 250.
8. Bajtin, M., «A propósito de la metodología de las ciencias huma- 45. Todorov, T., Mikhail Bakhtine, le principe dialogique, op. cit.,
nas» en Esthétique de la création verbale, op. cit., p. 390. pp. 151-152, nota 1.
9. Bajtin, M., «El problema del contenido, del material y de la for- 46. Bajtin, M., «A propósito de la metodología de las ciencias hu-
ma en la creación artística verbal», en Esthétique et théone du román, manas», en op. cit., p. 391.
op. cit., p. 70. 47. Ibíd., pp. 390-391.

66 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
. MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

Textos de Bajtin de concientización y de manifestación. Las palabras aje-


nas aportan su propia expresividad, su tono apreciativo
que se asimila, se elabora, se reacentúa por nosotros.
Dialogismo e intertextualidad en el discurso Así pues, la expresividad de las palabras no viene a ser
la propiedad de la palabra misma en tanto que unidad de la
Las palabras de la lengua no son de nadie, pero al mismo lengua, y no deriva inmediatamente de los significados
tiempo las oímos sólo en enunciados individuales deter- de las palabras; o bien representa una expresividad típica
minados, y en ellos las palabras no sólo poseen un matiz del género, o bien se trata de un eco del matiz expresivo
típico, sino que también tienen una expresividad indi- ajeno e individual que hace a la palabra representar la to-
vidual más o menos clara (según el género) fijada por el talidad del enunciado ajeno como determinada posición
contexto del enunciado, individual e irrepetible. valorativa.
Los significados nuestros (de diccionario) de las pala- En la realidad, el problema resulta ser mucho más com-
bras de la lengua aseguran su carácter y la intercompren- plejo. Todo enunciado concreto viene a ser un eslabón
sión de todos los que la hablan, pero el uso de las palabras en la cadena de la comunicación discursiva en una esfera
en la comunicación discursiva siempre depende de un con- determinada. Las fronteras mismas del enunciado se fijan
texto particular. Por eso se puede decir que cualquier pa- por el cambio de los sujetos discursivos. Los enunciados
labra existe para el hablante en sus tres aspectos: como no son indiferentes uno a otro ni son autosuficientes, sino
palabra neutra de la lengua, que no pertenece a nadie; que «saben» uno del otro y se reflejan mutuamente. Es-
como palabra ajena, llena de ecos, de los enunciados de tos reflejos recíprocos son los que determinan el carácter
otros, que pertenece a otras personas; y, finalmente, como del enunciado. Cada enunciado está lleno de ecos y refle-
mi palabra, porque, puesto que yo la uso en una situa- jos de otros enunciados con los cuales se relaciona por
ción determinada y con una intención discursiva deter- la comunidad de esfera de la comunicación discursiva.
minada, la palabra está compenetrada de mi expresividad. Todo enunciado debe ser analizado, desde un principio,
En los últimos aspectos la palabra posee expresividad, pero como respuesta a los enunciados anteriores de una esfera
ésta, lo reiteramos, no pertenece a la palabra misma: nace dada (el discurso como respuesta es tratado aquí en un
en el punto de contacto de la palabra con la situación real, sentido muy amplio): los refuta, los confirma, los com-
que se realiza en un enunciado individual. La palabra en pleta, se basan en ellos, los supone conocidos, los toma
este caso aparece como la expresión de cierta posición va- en cuenta de alguna manera. El enunciado, pues, ocupa
lorativa del individuo (de un personaje prominente, un una determinada posición en la esfera dada de la comuni-
escritor, un científico, del padre, de la madre, de un ami- cación discursiva, en un problema, en un asunto, etc. Uno
go, del maestro, etc.), como una suerte de abreviatura del no puede determinar su propia postura sin correlacionarla
enunciado. con las de otros. Por eso cada enunciado está lleno de reac-
En cada época, en cada círculo social, en cada peque- ciones —respuestas de toda clase dirigidas hacia otros enun-
ño mundo de la familia, de amigos y conocidos, de com- ciados de la esfera determinada de la comunicación
pañeros, en el que se forma y vive cada hombre, siempre discursiva. Estas reacciones tienen diferentes formas: enun-
existen enunciados que gozan de prestigio, que dan el ciados ajenos pueden ser introducidos directamente al con-
tono; existen tratados científicos y obras de literatura pu- texto de un enunciado, o pueden introducirse sólo palabras
blicística en los que la gente fundamenta sus enunciados y oraciones aisladas que en este caso representan los enun-
y los que cita, imita o sigue. En cada época, en todas las ciados enteros, y tanto enunciados enteros como palabras
áreas de la práctica existen determinadas tradiciones ex- asiladas pueden conservar su expresividad ajena, pero tam-
presas y conservadas en formas verbalizadas; obras, enun- bién pueden sufrir un cambio de acento (ironía, indigna-
ciados, aforismos, etc. Siempre existen ciertas ideas ción, veneración, etc.). Los enunciados ajenos pueden ser
principales expresadas verbalmente que pertenecen a los representados con diferente grado de revaluación; se pue-
personajes relevantes de un época dada, existen objetivos de hacer referencia a ellos como opiniones bien conoci-
generales, consignas, etc. Ni hablar de los ejemplos esco- das por el interlocutor, pueden sobreentenderse
lares y antológicos, en los cuales los niños estudian su len- calladamente, y la reacción de respuesta puede reflejarse
gua materna y los cuales siempre poseen una carga tan sólo en la expresividad del discurso propio (selección
expresiva. de recursos lingüísticos y de entonaciones que no se de-
Por eso la experiencia discursiva individual de cada per- termina por el objeto del discurso propio sino por el enun-
sona se forma y se desarrolla en una constante interac- ciado ajeno acerca del mismo objeto). Este último caso
ción con los enunciados individuales ajenos. Esta es muy típico e importante: en muchas ocasiones, la ex-
experiencia puede ser caracterizada, en cierta medida, presividad de nuestro enunciado se determina no única-
como proceso de asimilación (más o menos creativa) de mente (a veces no tanto) por el objeto y el sentido del
palabras ajenas (y no de palabras de la lengua). Nuestro enunciado sino también por los enunciados ajenos emi-
discurso, o sea todos nuestros enunciados (incluyendo tidos acerca del mismo tema, por los enunciados que con-
obras literarias), están llenos de palabras ajenas de diferente testamos, con los que polemizamos; son ellos los que
grado de «alteridad» o de asimilación, de diferente grado determinan también la puesta en relieve de algunos mo-

32/SUPLEMENTOS ANTHROPOS 67
. MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

mentos, las reiteraciones, la selección de expresiones más sólo se conoce a sí misma (es decir, su contexto), a su ob-
duras (o, al contrario, más suaves), así como el tono desa- jeto, su expresión directa y su lenguaje unitario y único.
fiante (o conciliatorio), etc. La expresividad de un enun- A la otra palabra que queda fuera de su contexto sólo la
ciado nunca puede ser comprendida y explicada hasta el conoce como palabra neutra de la lengua, como palabra
fin si se toma en cuenta nada más su objeto y su sen- de nadie, como simple posibilidad del habla. En la con-
tido. La expresividad de un enunciado siempre, en ma- cepción de la estilística tradicional, la palabra directa,
yor o menor medida, contesta, es decir, expresa la actitud orientada hacia el objeto, sólo encuentra la oposición del
hacia el objeto de su propio enunciado. Las formas de objeto mismo (su carácter inagotable, la característica de
las reacciones-respuesta que llenan el enunciado son su- no poder ser expresado plenamente por medio de la pa-
mamente heterogéneas y hasta el momento no se han labra), pero no halla, en su camino hacia el objeto, la fun-
estudiado en absoluto. Estas formas, por supuesto, se di- damental y variada resistencia de la palabra ajena. Nadie
ferencian entre sí de una manera muy tajante según las la entorpece y nadie la contesta.
esferas de actividad y vida humana en las que se realiza Pero ninguna palabra viva se opone de manera idénti-
la comunicación discursiva. Por más monológico que sea ca a su objeto: entre la palabra y el objeto, entre la pala-
un enunciado (por ejemplo, una obra científica o filosó- bra y el individuo que habla, existe el medio maleable,
fica), por más que se concentre en su objeto, no puede frecuentemente difícil de penetrar, de las demás palabras
dejar de ser, en cierta medida, una respuesta a aquello que ajenas acerca del mismo objeto, sobre el mismo tema. Y la
ya se dijo acerca del mismo objeto, acerca del mismo pro- palabra puede individualizarse y modelarse, desde el punto
blema, aunque el carácter de respuesta no recibiese una de vista estilístico, precisamente en el proceso de interac-
expresión externa bien definida: ésta se manifestaría en ción viva con ese medio específico.
los matices del sentido, de la expresividad, del estilo, en los Porque toda palabra concreta (enunciado), encuentra
detalles más finos de la composición. Un enunciado está siempre un objeto hacia el que orientarse, condicionado
lleno de matices dialógicos, y sin tomarlos en cuenta es ya, contestado, evaluado, envuelto en una bruma que lo
imposible comprender hasta el final el estilo del enun- enmascara; o por el contrario, inmerso en la luz de las
ciado. Porque nuestro mismo pensamiento (filosófico, palabras ajenas que se han dicho acerca de él. El objeto
científico, artístico) se origina y se forma en el proceso está rodeado e impregnado de ideas generales, de puntos
de interacción y lucha con pensamientos ajenos, lo cual de vista, de valoraciones y acentos ajenos. La palabra orien-
no puede dejar de reflejarse en la forma de la expresión tada hacia su objeto entra en ese medio agitado y tenso,
verbal del nuestro. desde el punto de vista dialógico, de las palabras, de las
[En Estética de la creación verbal (trad. de Titiana Bub- valoraciones, se une a algunos, rechaza a otros, o se entre-
nova), México, Siglo XXI, 1985 (2.a ed.).] cruza con los demás; todo eso modela sustancialmente la
palabra, que puede sedimentarse en todos sus estratos se-
mánticos, complicar su expresión, influenciar por com-
Fuera del horizonte de la filosofía del lenguaje, de la lin- pleto su aspecto estilístico.
güística y de la estilística, que se creó en base a éstas, que- Un enunciado vivo, aparecido conscientemente en un
daron casi todos los fenómenos específicos de la palabra, momento histórico determinado, en un medio social de-
determinados por su orientación dialogística entre enun- terminado, no puede dejar de tocar miles de hilos dialó-
ciados ajenos en el marco de ese lenguaje (dialogización gicos vivos, tejidos alrededor del objeto de ese enunciado
tradicional de la palabra), entre los demás «lenguajes so- por la conciencia ideológico-social; no puede dejar de par-
ciales» en el marco de la misma lengua nacional, y final- ticipar activamente en el diálogo social. Porque tal enun-
mente, entre las demás lenguas nacionales dentro del ciado surge del diálogo como su réplica y continuación,
marco de la misma cultura, del mismo horizonte socio- y no puede abordar el objeto proveniendo de ninguna otra
ideológico. parte.
Es verdad que esos fenómenos empezaron a llamar la La concepción por la palabra del objeto de la misma
atención de lingüistas y estilistas en los últimos decenios; es un acto complejo: de una parte, todo objeto «condicio-
pero se estaba lejos de entender la importante y amplia nado» y «contestado» es iluminado; de otra, es oscurecido
significación de los mismos en todas las esferas de la vida por la opinión social plurilingüe, por la palabra ajena acer-
de la palabra. ca de él; la palabra entra en el complicado juego del cla-
La orientación dialogística de la palabra entre palabras roscuro, se satura de ese claroscuro, tallando sus propios
ajenas (de todos los grados y todos los tipos de extraña- contornos semánticos y estilísticos. Esa concepción se
miento), crea en la palabra nuevas y esenciales posibilida- complica por la interacción dialógica dentro del objeto,
des artísticas, su artisticidad como prosa, que encuentra y por los diversos aspectos de su conciencia socioverbal.
en la novela expresión plena y profunda. La representación artística, la «imagen» del objeto, puede
Vamos a centrar nuestra atención en las diferentes for- ser recorrida por el juego dialógico de las intenciones ver-
mas y grados de orientación dialógica de la palabra, y en bales que se encuentran y entrelazan en su marco; dicha
las especiales posibilidades artísticas de la prosa literaria. representación puede no ahogar tales intenciones, sino
Según el pensamiento estilístico tradicional, la palabra que, por el contrario, las puede activar y organizar. Si ima-

68 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

ginamos la intención de esa palabra, su orientación hacia se pueden captar los matices de su prosa artística, «no tie-
el objeto como un rayo, podremos entonces explicar el nen resonancia».
juego vivo e irrepetible de colores y de luz en las facetas El prosista-artista levanta en torno al objeto dicho
de la imagen creadas por la palabra a través de la refrac- plurilingüismo social, hasta construir una imagen com-
ción del rayo-palabra, no ya en el interior del objeto mis- pleta, plena de resonancias dialogísticas, evaluadas artís-
mo (como el juego de la imagen-tropo del lenguaje ticamente, para todas las voces y tonos esenciales de tal
poético en sentido restringido, dentro de la «palabra ena- plurilingüismo. Pero como ya hemos dicho, toda la pa-
jenada»), sino en medio de las palabras, las valoraciones labra en prosa (que no pertenezca a la prosa literaria)
y los acentos «ajenos», atravesados por el rayo en su ca- —costumbrista, retórica, científica—, no puede dejar de
mino hacia el objeto: la atmósfera social de la palabra, orientarse hacia «lo que es conocido de antemano» hacia
que rodea al objeto, hace que brillen las facetas de su «la opinión general», etc. La orientación dialogística de
imagen. la palabra es, seguramente, un fenómeno propio de toda
De camino hacia su sentido y su expresión, pasa la pa- palabra. Es la orientación natural de toda palabra viva.
labra por el campo de las palabras y los acentos ajenos, En todas sus vías hacia el objeto, en todas sus orientacio-
en consonancia o en disonancia con sus distintos elemen- nes, la palabra se encuentra con la palabra ajena y no puede
tos; y en ese proceso dialogizante puede llegar a modular dejar de entrar en interacción viva, intensa, con ella. Sólo
el aspecto y el tono estilísticos. el mítico Adán, el Adán solitario, al abordar con la pri-
Así es exactamente la imagen artístico-prosística y, en mera palabra el mundo virgen, que todavía no había sido
especial, la imagen de la prosa novelesca. En la atmósfera puesto en cuestión, pudo, de verdad, evitar totalmente,
de la novela, la intención directa de la palabra parece inad- en relación con el objeto, esa interacción dialogística con
misiblemente ingenua, y de hecho imposible, porque la la palabra ajena. Esto no pasa con la palabra humana
ingenuidad misma, en las condiciones de una novela autén- histórico-concreta, que sólo de manera convencional y
tica, toma inevitablemente un carácter polémico interno, hasta cierto punto, puede sustraerse a ese fenómeno.
y en consecuencia, también ella es dialogizada (por ejem- Todavía más asombroso es el hecho de que la filosofía
plo, en los sentimentalistas, en Chateaubriand, en Tols- de la palabra y la lingüística se orientasen, con preferen-
toi). Tal imagen dialogizada puede encontrar un lugar cia, precisamente hacia la situación artificial, convencio-
(aunque sin dar el tono), en todos los géneros poéticos, nal, de la palabra extraída del diálogo, tomándola como
incluso en la poesía lírica. Pero esa imagen sólo puede normal (aunque, frecuentemente, se proclamase la prima-
desarrollarse, llegar a la complejidad, a la profundidad, cía del diálogo sobre el monólogo). El diálogo sólo se ha
y al mismo tiempo, a la perfección artística, en las condi- estudiado como forma compositiva de la estructura del
ciones del género novelesco. habla, y se ha ignorado casi siempre la dialogización in-
En la imagen poética, en sentido restringido (en la terna de la palabra (tanto en la réplica como en el enun-
imagen-tropo), toda la acción (la dinámica de la imagen- ciado monológico), que impregna toda su estructura, todos
palabra) tiene lugar entre la palabra y el objeto (en todos sus estratos semánticos y expresivos. Pero, precisamente
sus aspectos). La palabra se sumerge en la riqueza inago- esa dialogización interna de la palabra, que no acepta las
table y en la contradictoria diversidad del objeto, en su formas dialogísticas compositivas externas, que no se sepa-
naturaleza «virgen», todavía «no expresada»; por eso no ra por medio de un acto autónomo de la concepción de
representa nada fuera del marco de su contexto (natural- su objeto por la palabra misma, posee una enorme fuerza
mente, salvo los tesoros del lenguaje mismo). La palabra de modelación estilística. La dialogización interna de la pa-
olvida la historia de la contradictoria toma de conciencia labra encuentra su expresión en una serie de particularida-
verbal de su objeto, así como el presente, igualmente con- des de la semántica, de la sintaxis y de la composición que
tradictorio, de esa toma de conciencia. no han sido, en absoluto, estudiadas hasta ahora por la lin-
Para el artista-prosista, por el contrario, el objeto re- güística (como, de hecho, tampoco lo han sido las particu-
vela precisamente, en primer lugar, esa variedad social-plu- laridades de la semántica en el diálogo corriente).
rilingüe de sus nombres, definiciones y valoraciones. En La palabra nace en el interior del diálogo como su ré-
lugar de la plenitud e inagotabilidad del objeto, el prosis- plica viva, se forma en interacción dialógica con la pala-
ta tiene ante sí una multitud de sendas, caminos y rutas bra ajena en el interior del objeto. La palabra concibe su
impresas en el objeto por la conciencia social. Junto a objeto de manera dialogística.
las contradicciones internas del objeto mismo, el pro- [En Teoría y estética de la novela (trad. de Helena
sista tiene también ante sí el plurilingüismo social que se S. Kriúkova y Vicente Cazcarra), Madrid, Taurus, 1989.]
forma alrededor del objeto, la babélica mezcla de len-
guajes que se manifiesta en torno a cualquier objeto: la
dialéctica del objeto se entrelaza con el diálogo social que El lenguaje y la diversidad humana
hay a su alrededor. Para el prosista, el objeto constituye
el punto de concentración de las voces disonantes, entre El lenguaje, como medio vivo, concreto, en el que vive
las que también debe sonar su voz; esas voces crean para la conciencia del artista de la palabra, nunca es único.
la suya propia un fondo indispensable, fuera del cual no Sólo es único como sistema gramatical abstracto de for-

32/SUPLEMENTOS ANTHROPOS 69
. MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

mas normativas, tomado separadamente de las compren- los no implicados, las intenciones que recorren esos len-
siones ideológicas concretas de que está lleno, y de la evo- guajes se hacen compactas, restrictivas desde el punto de
lución histórica ininterrumpida del lenguaje vivo. vista semántico y expresivo, sobrecargan la palabra y la
La existencia social viva y el proceso histórico de creación, alejan de ellos, complican su utilización intencional di-
generan, en el marco de una lengua nacional única y abs- recta, incondicional.
tracta, una pluralidad de mundos concretos, de horizon- Pero al mismo tiempo, con la estratificación del len-
tes literarios, ideológica y socialmente cerrados; los guaje literario común en géneros y profesiones, el proble-
elementos idénticos, abstractos, de la lengua, se llenan, ma no queda agotado, ni mucho menos. Aunque en su
en el interior de esos horizontes diversos, de variados con- núcleo de base el lenguaje literario es frecuentemente ho-
tenidos semánticos y axiológicos, y suenan de manera di- mogéneo desde el punto de vista social, en tanto que len-
ferente. guaje hablado y escrito de un grupo social dominante, sin
El lenguaje más literario hablado y escrito (al ser úni- embargo también en este caso existe siempre en él una
co no sólo por sus muestras lingüístico-abstractas gene- cierta diferenciación social, una estratificación social que,
rales, sino también por las formas de interpretación de en algunas épocas, puede hacerse extremadamente aguda.
esos elementos abstractos), está estratificado y es plurilin- La estratificación social puede coincidir, allá y acá, con
güe en su aspecto objetual semántico y expresivo con- la estratificación en géneros y profesiones; pero, natural-
creto. mente, es, en esencia, autónoma y específica.
Esta estratificación viene determinada, en primer lu- La estratificación social viene determinada también,
gar, por los organismos específicos de los géneros. Los di- en primer lugar, por la diferencia de horizontes objetual-
ferentes aspectos del lenguaje (lexicológicos, semánticos, semánticos y expresivos; es decir, se expresa por medio
sintácticos, etc.) van estrechamente unidos a la aspiración de las diferencias típicas de interpretación y acentuación de
intencional y al sistema general de acentuación de los los elementos del lenguaje, y puede no alterar la unidad
diferentes géneros: oratorios, publicísticos, periodísticos, dialectológica abstractolingüística del lenguaje literario
los géneros literarios inferiores (la novela de houlevard, común.
por ejemplo), y, finalmente, a los distintos géneros de En cualquier caso, toda concepción del mundo social-
la alta literatura. Ciertos aspectos del lenguaje adquieren mente significativa tiene capacidad para difundir las posi-
el especial aroma de los géneros respectivos: coinciden bilidades intencionales del lenguaje por medio de su
con los puntos de vista, el enfoque, las formas de pen- realización concreta específica. Las corrientes (literarias
samiento, los matices y acentos específicos de dichos gé- y otras), los círculos, las revistas, ciertos periódicos, in-
neros. cluso ciertas obras importantes y ciertos individuos, tienen
A esta estratificación del lenguaje en géneros se une todos capacidad, de acuerdo con su importancia social,
más adelante la estratificación profesional del lenguaje (en para estratificar el lenguaje, llenando las palabras y las
sentido amplio), coincidiendo a veces con ella y diferen- formas con sus intenciones y acentos característicos; y, gra-
ciándose otras: el lenguaje del abogado, del médico, del cias a ello, enajenándolas en cierta medida de otras co-
comerciante, del activista político, del maestro de escue- rrientes, partidos, obras e individuos.
la, etc. Esos lenguajes, naturalmente, no sólo se diferen- Toda manifestación verbal importante desde el punto
cian por su vocabulario; implican determinadas formas de vista social tiene capacidad a veces para trasmitir, a un
de orientación intencional, de interpretación y valoración círculo amplio y por mucho tiempo, sus intenciones acer-
concretas. El mismo lenguaje del escritor (del poeta, del ca de los elementos del lenguaje, haciéndoles partícipes
novelista) puede ser entendido como argot profesional al de su aspiración semántica y expresiva, imponiéndoles
lado de otros argots profesionales. ciertos matices semánticos y ciertos tonos valorativos; de
A nosotros nos interesa aquí el aspecto intencional, es esa manera puede crear la palabra-lema, la palabra inju-
decir, el aspecto objetual-semántico y expresivo de la es- riosa, la palabra-alabanza, etc.
tratificación del «lenguaje común». Porque no se estrati- En cada momento histórico de la vida verbal-
fica ni se diferencia la estructura lingüística neutra del ideológica, cada generación, del estrato social que sea, tie-
lenguaje, sino sólo sus posibilidades intencionales: éstas ne su propio lenguaje; es más, cada edad tiene, en lo esen-
se realizan en determinadas direcciones, se llenan de cier- cial, su lenguaje, su vocabulario, su sistema específico de
to contenido, se concretan, se especifican, se impregnan acentuación, que varían, a su vez, en función del estrato
de valoraciones concretas, se unen a ciertos objetos, en- social, de la clase de enseñanza (el lenguaje del cadete, el
lazan con las perspectivas expresivas de los géneros y de de los estudiantes de liceo, el de los colegios públicos, son
las profesiones. Desde el interior de tales perspectivas, lenguajes diferentes), y de otros factores de estratificación.
es decir, para los hablantes mismos, los lenguajes de los Todos ellos son lenguajes socialmente típicos, con inde-
géneros y los argots profesionales son directamente inten- pendencia de lo restringido que sea su círculo social. Es
cionales —están llenos de sentido y son directamente posible incluso, como límite social del lenguaje, el argot
expresivos—; pero desde fuera, es decir, para los que no familiar; por ejemplo, el argot de la familia Irtiéniev, des-
están implicados en el horizonte intencional respectivo, crito por Tolstoi, con su vocabulario especial y su especí-
pueden ser objetuales, característicos, pintorescos, etc. Para fico sistema de acentuación.

70 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

Y, finalmente, coexisten en todo momento los lengua- mántico y expresivo, es decir, intencional, como la fuer-
jes de las diferentes épocas y períodos de la vida social- za estratificadora y diferenciadora del lenguaje literario
ideológica. Incluso existen también los lenguajes de los común, y no las características lingüísticas (matices lexi-
días: pues el día social-ideológico y la política de hoy y cológicos, tonos semánticos secundarios, etc.) de los len-
de ayer no tienen, en cierto sentido, el mismo lenguaje; guajes de los géneros, de los argots profesionales, etc., que
cada día tiene su coyuntura social ideológica y semánti- son, por decirlo así, sedimentaciones esclerotizadas del
ca, su vocabulario, sus sistema de acentuación, su lema, proceso intencional, signos abandonados en el camino
sus insultos y sus alabanzas. La poesía, en su lenguaje, des- del trabajo activo de la intención, de la interpretación de
personaliza los días; en cambio la prosa, como vamos a las formas lingüísticas generales. Esas características exter-
ver, los aisla con frecuencia, premeditadamente, les da re- nas, observadas y fijadas desde el punto de vista lingüísti-
presentación personal y los confronta en diálogos nove- co, no pueden entenderse ni estudiarse sin comprender
lescos dramáticos. su significación funcional.
De esta manera, el lenguaje es diverso en cada momen- La palabra, en su orientación activa hacia el objeto,
to de su existencia histórica: encarna la coexistencia de vive fuera de sí misma; si hacemos por completo abstrac-
contradicciones social-ideológicas entre el presente y ei ción de esa orientación, quedará en nuestras manos el ca-
pasado, entre las diferentes épocas del pasado, entre los dáver desnudo de la palabra, de cuya posición social, así
diferentes grupos socioideológicos del presente, entre como del destino de su vía, no vamos a poder saber nada.
corrientes, escuelas, círculos, etc. Estos «lenguajes» del plu- Estudiar la palabra desde su interior, ignorando su orienta-
rilingüismo se cruzan entre sí de manera variada, forman- ción hacia fuera, es tan absurdo como estudiar la vivencia
do nuevos «lenguajes» socialmente típicos. psíquica fuera de la realidad hacia la que está orientada y
Entre todos esos «lenguajes» del plurilingüismo exis- que la ha determinado.
ten diferencias metodológicas muy profundas, porque tie- Al evidenciar el aspecto intencional de la estratifica-
nen en su base principios de selección y formación ción del lenguaje literario, podemos, como se ha demos-
completamente diferentes (en unos casos se trata del prin- trado, colocar en la misma serie fenómenos heterogéneos
cipio funcional; en otros, del contenido temático; o si no. desde el punto de vista metodológico, tales como los dia-
del principio sociaí-dialectológico propiamente dicho). Por lectos profesionales, sociales, las concepciones acerca del
eso los lenguajes no se excluyen entre sí, y se entrecruzar; mundo y las obras individuales, porque existe en su as-
de manera variada (la lengua ukraniana, el lenguaje épi- pecto intencional el plano general en el que pueden com-
co, el lenguaje del primer simbolismo, el lenguaje de los pararse dialogísticamente. Todo reside en el hecho de que
estudiantes, de los niños, el lenguaje del intelectual me- entre los «lenguajes», sean cuales sean, caben relaciones
diocre, del nietzscheano, etc.). Puede parecer que el mis- dialogísticas (específicas); es decir, pueden ser percibidos
mo término «lenguaje» pierde en este caso todo sentido, como puntos de vista sobre el mundo. Por muy diferentes
porque, probablemente, no existe un plano unitario de que sean las fuerzas sociales que generan el proceso de es-
comparación de esos «lenguajes». tratificación (profesión, género, corriente, personalidad in-
Sin embargo, existe de hecho ese plano general que jus- dividual), siempre se reducen a una saturación (relativa)
tifica metodológicamente nuestra comparación: todos los larga y socialmente significativa (colectiva) del lenguaje,
lenguajes del plurilingüismo, independientemente del prin- de ciertas (y por tanto, restrictivas) intenciones y acentos.
cipio que esté en la base de su individualización, consti- Cuanto más fuerte es esa saturación estratificadora, tan-
tuyen puntos de vista específicos sobre el mundo, son las to más basto es el círculo social abarcado por ella; y, por
formas de interpretación verbal del mismo, horizontes lo tanto, tanto más sustancial es la fuerza social que pro-
objetual-semánticos y axiológicos especiales. Como tales, duce la estratificación del lenguaje, tanto más agudas y
todos ellos pueden ser comparados, pueden completarse estables son las huellas, las modificaciones lingüísticas de
recíprocamente, contradecir, correlacionarse dialógicamen- las características del lenguaje (los símbolos lingüísticos),
te. Como tales se encuentran y coexisten en la conciencia que quedan en ella como resultado de la acción de dicha
de la gente y, en primer lugar, en la conciencia creadora fuerza, de los matices semánticos estables (y por lo tanto,
del artista-novelista. Como tales, viven realmente, luchan sociales), y hasta de características dialectológicas autén-
y evolucionan en el plurilingüismo social. Por eso todos ticas (fonéticas, morfológicas, etc.), que nos permiten ha-
ellos pueden formar parte del plano único de la novela, blar ya de un dialecto social especial.
que es capaz de reunir en sí las estilizaciones paródicas Como resultado del trabajo de tales fuerzas estratifi-
de los lenguajes de los géneros, diversos tipos de estiliza- cadoras no quedan en el lenguaje palabras y formas neu-
ción y de presentación de los lenguajes profesionales, de trales de «nadie»: el lenguaje se ve totalmente malversado,
las corrientes, de las generaciones, de los dialectos socia- recorrido por inteniones, acentuado. Para la conciencia
les, etc. (por ejemplo, en la novela humorística inglesa). que vive en él, el lenguaje no es un sistema abstracto de
Todos ellos pueden ser utilizados por el novelista para la formas normativas, sino una opinión plurilingüe concre-
instrumentalización de sus temas y la expresión refracta- ta acerca del mundo. Todas las palabras tienen el aroma
da (indirecta) de sus intenciones y valoraciones. de una profesión, de un género, de una corriente, de un
Por eso evidenciamos siempre el aspecto objetual se- partido, de una cierta obra, de una cierta persona, de una

32/SUPLEMENTOS ANTHROPOS 71
MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin.

generación, de una edad, de un día, de una hora. Cada pa- La lengua literaria nacional de un pueblo, con una cul-
labra tiene el aroma del contexto y de los contextos en que tura artística prosística desarrollada, especialmente nove-
ha vivido intensamente su vida desde el punto de vista so- lesca, con una historia ideológico-verbal rica e intensa, es,
cial; todas las palabras y las formas están pobladas de in- en esencia, un microcosmos que refleja el macrocosmos
tenciones. Son inevitables en la palabra los tonos mayores del plurilingüismo, tanto nacional como europeo. La uni-
contextúales (de los géneros, de las corrientes, individuales). dad del lenguaje literario no es la unidad de un sistema
En esencia, para la conciencia individual, el lenguaje lingüístico cerrado, sino la unidad, muy específica, de «len-
como realidad social-ideológica viva, como opinión plu- guajes» que ha entrado en contacto y se han entendido
rilingüe, se halla en la frontera entre lo propio y lo ajeno. recíprocamente (uno de ellos es el lenguaje poético, en
La palabra del lenguaje es una palabra semiajena. Se con- sentido restringido). En esto reside la especificidad meto-
vierte en «propia» cuando el hablante la puebla con su in- dológica del problema del lenguaje literario.
tención, con su acento, cuando se apodera de ella y la inicia [En Teoría y estética de la novela, op. cit.]
en su aspiración semántica expresiva. Hasta el momento
de su apropiación la palabra no se halla en un lenguaje
neutral e impersonal (¡el hablante no la toma de un dic- La novela y la representación literaria
cionario!), sino en los labios ajenos, en los contextos aje- de la pluralidad de los discursos socioideológicos
nos, al servicio de unas intenciones ajenas: de ahí que
necesite tomarla y apropiarse de ella. Pero no todas las La novela es la expresión de la conciencia lingüística gali-
palabras se someten tan fácilmente a esa apropiación: mu- leica que rechazó el absolutismo de la lengua unitaria y
chas se resisten porfiadamente, otras permanecen tan aje- única, es decir, el reconocimiento del lenguaje propio
nas como eran, suenan ajenas en la boca del hablante que como centro semántico-verbal único del universo ideo-
se apoderó de ellas; no pueden ser asimiladas en su con- lógico, y advirtió la existencia de la multitud de lenguas
texto, desaparecen de él y, al margen de la voluntad del nacionales, y especialmente, de lenguajes sociales, capa-
hablante, como si lo hicieran por sí mismas, se encierran ces de ser, igual de bien, «lenguas de verdad», y, a su vez,
entre comillas. El lenguaje no es un medio neutral que ser también lenguajes relativos, objetuales y limitados de
pasa, fácil y libremente, a ser propiedad intencional del los grupos sociales, de las profesiones, de la vida de cada
hablante: está poblado y superpoblado de intenciones aje- día. La novela supone la descentralización semántico-
nas. La apropiación del mismo, su subordinación a las in- verbal del universo ideológico, un cierto desguarnecimien-
tenciones y acentos propios, es un proceso difícil y to de la conciencia literaria, que pierde lo que era un me-
complejo. dio lingüístico único e indiscutible del pensamiento
Hemos partido de la aceptación de la unidad abstracto- ideológico, para encontrarse entre lenguajes sociales en los
lingüistica (dialectológica) del lenguaje literario. Pero, pre- límites de la misma lengua, y entre lenguajes nacionales
cisamente, el lenguaje literario no es, ni de lejos, un dia- en los límites de la misma cultura (helenística, cristiana,
lecto cerrado. De esta manera, entre el lenguaje literario protestante), de un universo poético cultural (de los esta-
costumbrista y el escrito puede existir ya una frontera más dos helenos, del Imperio Romano, etc.).
o menos clara. Las diferencias entre los géneros coinciden Se trata de un viraje muy importante, y en esencia ra-
frecuentemente con las dialectológicas (por ejemplo, en dical, de los destinos de la palabra humana: las intencio-
el siglo XVIII los géneros elevados —el eslavo eclesial—, nes semántico-culturales y expresivas se ven liberadas de
y los bajos —el habla corriente—); finalmente, algunos dia- la autoridad del lenguaje único y, en consecuencia, el len-
lectos pueden legitimarse en la literatura y, de esta manera guaje pierde la facultad de ser percibido como mito, como
implicarse, en cierta medida, en el lenguaje literario. forma absoluta del pensamiento. Para ello no basta sola-
Al incorporarse a la literatura, al implicarse en el len- mente con la revelación del plurilingüismo del universo
guaje literario, los dialectos, lógicamente, pierden su cali- cultural y la diversificación lingüística de la lengua nacio-
dad de sistemas sociolingüísticos cerrados; se deforman nal propia, sino que es necesaria la revelación de la im-
y, en esencia, dejan de ser lo que eran como dialectos. Pero, portancia de ese hecho y de todas las consecuencias que se
por otra parte, esos dialectos, al incorporarse al lenguaje derivan de él, cosa únicamente posible en ciertas condi-
literario, y al conservar en él su elasticidad dialectológica, ciones histórico-sociales.
lingüística, su carácter de lenguaje ajeno, deforman a su Para que sea posible, desde el punto de vista artístico,
vez el lenguaje literario; éste deja también de ser lo que el juego con los lenguajes sociales, es necesario un cam-
era, es decir, deja de ser un sistema sociolingüístico cerra- bio radical en el modo de percibir la palabra en el plano
do. El lenguaje literario es un fenómeno profundamente literario y lingüístico general. Hace falta familiarizarse con
específico, igual que la conciencia lingüística, con la que la palabra en el plano literario y lingüístico general. Hace
se halla relacionado, del hombre formado desde el punto falta familiarizarse con la palabra como si ésta fuera un
de vista literario: en él la diversidad intencional del habla fenómeno objetivado, característico y al mismo tiempo,
(que existe también en todo dialecto vivo, cerrado) pasa intencional; hay que aprender a percibir la «forma inter-
a la diversidad de lenguajes; ya no es un lenguaje, sino un na» (en el sentido de Humboldt) en el lenguaje ajeno, y
diálogo entre lenguajes. la «forma interna» del lenguaje propio como ajena; hay

72 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

que aprender a percibir el carácter objetual, típico, espe- Hablamos de separación en el sentido de destrucción
cífico, tanto de las acciones, los gestos y las diferentes pa- de esa unidad absoluta entre el sentido ideológico y el len-
labras y expresiones, como de los puntos de vista, de las guaje, a través de la cual se define el pensamiento mitoló-
concepciones sobre un mundo orgánicamente solidario gico y mágico.
con el lenguaje que lo expresa. Pero de eso sólo es capaz La unión absoluta entre la palabra y el sentido ideoló-
una conciencia orgánicamente implicada en el universo gico concreto es, sin duda alguna, una de las características
de los lenguajes que se iluminan recíprocamente. Para ello constitutivas esenciales del mito que, por una parte, de-
es necesario un cruce fundamental de lenguajes en el in- termina la evolución de las representaciones mitológicas,
terior de una conciencia dada, con participación igual de y, por otra, la percepción específica de las formas lin-
algunos de esos lenguajes. güísticas, de las significaciones y de las combinaciones
La descentralización del universo ideológico-verbal, estilísticas. El pensamiento mitológico se halla bajo el
que encuentra su expresión en la novela, supone un gru- dominio de su lenguaje, que genera de sí mismo la reali-
po social fundamentalmente diferenciado, que se encuen- dad mitológica, y presenta sus relaciones y correlaciones
tra en interacción intensa, substancial, con otros grupos lingüísticas como relaciones y correlaciones de los ele-
sociales. Un estado social cerrado, una casta, una clase, mentos de la realidad misma (el paso de categorías y
en su núcleo unitario y estable, no pueden constituir un dependencias lingüísticas a categorías teogónicas y cosmo-
campo socialmente abonado para el desarrollo de la no- gónicas); pero el lenguaje también se halla bajo el domi-
vela, si no están en descomposición y no se les saca de nio de las imágenes del pensamiento mitológico, que
su equilibrio interno y de su autosuficiencia: el fenóme- paraliza su movimiento intencional, dificultando a las ca-
no del plurilingüismo, como diversidad de lenguas y len- tegorías lingüísticas una mayor accesibilidad y flexibili-
guajes, puede ser, en este caso, tranquilamente ignorado dad desde el punto de vista formal (como resultado de
por la conciencia lingüístico-literaria, desde la altura de su empalme a relaciones material-concretas) y limita las
su lenguaje único, incontestable, autoritario. El plurilin- posibilidades expresivas de la palabra.
güismo, que se desencadena más allá de ese universo cul- Como es natural, esa plenitud de dominio del mito
tural cerrado, sólo es capaz de transmitir a los géneros sobre el lenguaje, y del lenguaje sobre la percepción y la
inferiores, como su lenguaje literario, imágenes verbales concepción de la realidad, se encuentra en el pasado pre-
puramente objetuales, carentes de intenciones, palabras- histórico —y, por lo tanto inevitablemente hipotético—
cosas carentes de potencias prosaico-novelescas. Es nece- de la conciencia lingüística. Pero de la misma manera, ahí
sario que el plurilingüismo inunde la conciencia cultural donde el absolutismo de tal dominación ha sido rechaza-
y su lenguaje, que penetre hasta su núcleo, que relativice y do hace mucho tiempo —ya en épocas históricas de la con-
prive de su ingenuo carácter incontestable al sistema lin- ciencia lingüística—, la percepción mitológica de la
güístico principal de la ideología y la literatura. autoridad lingüística y la entrega directa de todo el senti-
Pero también eso es poco. Incluso una colectividad des- do y de toda la expresión de su incontestable unidad, son
garrada por la lucha social, si se queda cerrada y aislada lo suficientemente fuertes en todos los géneros ideológi-
desde el punto de vista nacional, no llega a constituir cam- cos elevados como para excluir la posibilidad de una uti-
po social suficiente para una relativización profunda de lización artística sustancial del plurilingüismo en las
la conciencia lingüístico-literaria, para su reconstrucción grandes formas literarias. La resistencia del lenguaje úni-
en un nuevo modo prosístico. La diversidad interna del co canonizado, fortalecido por la unidad aún inquebran-
dialecto literario y de su medio extraliterario, es decir, de table del mito nacional, es todavía demasiado fuerte para
todo el conjunto dialectológico de la lengua nacional dada, que el plurilingüismo pueda relativizar y descentralizar
debe sentirse sumergida en el océano del plurilingüismo la conciencia lingüístico-literaria. Esa descentralización
esencial, revelado en la plenitud de su intencionalidad, sus ideológico-verbal sólo se producirá cuando la cultura na-
sistemas mitológicos, religiosos, político-sociales, literarios, cional pierda su carácter cerrado y autónomo, cuando, en-
y de otros sistemas ideológico-culturales. Aunque ese plu- tre las otras culturas y lenguajes, tome conciencia de sí
rilingüismo extranacional no penetre en el sistema del len- misma. Con esto, se socavarán los cimientos de la percep-
guaje literario y de los géneros de la prosa (como penetran ción mítica del lenguaje, basada en la unión absoluta de
los dialectos extraliterarios del mismo lenguaje), ese plu- sentido y lenguaje; se producirá una aguda percepción
rilingüismo externo fortalecerá y profundizará el plurilin- de las fronteras sociales, nacionales y semánticas del len-
güismo interno del lenguaje literario, disminuirá la guaje; el lenguaje se descubrirá en su especificidad humana;
autoridad de las leyendas y tradiciones que todavía enca- más allá de sus palabras, formas y estilos empezarán a en-
denan la conciencia lingüística, descompondrá el sistema treverse las figuras específico-nacionales, social-típicas, las
del mito nacional unido orgánicamente a la lengua y, de imágenes de los hablantes, que, además, aparecerán tras
hecho, destruirá por completo la percepción mítica y mági- todos los estratos de la lengua, sin excepción alguna, in-
ca del lenguaje y de la palabra. La implicación vital en las cluyendo a los más intencionales: los lenguajes de los gé-
culturas y lenguas ajenas (no es posible una sin otra) con- neros ideológicos elevados. El lenguaje (más exactamente,
duce inevitablemente a la separación de intenciones y len- los lenguajes) se convierte él mismo en imagen, acabada
guajes, de pensamiento y lenguaje, de expresión y lenguaje. desde el punto de vista artístico, de una concepción del

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. MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

mundo específicamente humana. De realización incon- más o menos importantes de la época; la novela debe ser
testable y única del sentido y de la verdad, el lenguaje se un microcosmos de plurilingüismo.
convierte en una de las posibles hipótesis del sentido. Formulado de esa manera, dicho imperativo es en rea-
De manera análoga están también las cosas cuando el lidad inmanente a la idea del género novelesco que ha
lenguaje literario, único y unitario, es el lenguaje ajeno. determinado la evolución creadora de la variante más
Es necesaria la descomposición, y caída de las autorida- importante de la gran novela del período moderno, em-
des religiosas, políticas e ideológicas, a las que éste está pezando por Don Quijote. Esa exigencia adquiere una nue-
ligado. Precisamente, en el proceso de esa desintegración va significación en la novela pedagógica en la que la idea
se madura la conciencia lingüística descentralizada de la misma del proceso de formación selectiva y de evolución
prosa literaria que se apoya en el plurilingüismo social de del hombre exige una representación plena de mundos so-
las lenguas nacionales habladas. ciales, de voces, de lenguajes de la época, en medio de los
Así surgen los comienzos de la prosa novelesca en el cuales, por medio de la prueba y de la elección del héroe,
mundo plurilingüe de la época helénica, en la Roma impe- se realiza tal proceso de formación. Pero, como es natu-
rial, en el proceso de desintegración y decadencia del cen- ral, la novela educativa no sólo exige justificadamente una
tralismo ideológico verbal eclesiástico de la Edad Media. plenitud tal (lo más exhaustiva posible) de los lenguajes
Igualmente, en la época moderna, el florecimiento de la sociales. Esa exigencia puede también combinarse orgá-
novela va siempre ligado a la desagregación de los siste- nicamente con otros objetivos de lo más diversos. Por
mas ideológico-verbales estables, a la intensificación y ejemplo, las novelas de E. Sue tienden hacia la plenitud
adquisición de intencionalidad, opuestas a ellos, del plu- en la representación de los mundos sociales.
rilingüismo, tanto en los límites del dialecto literario mis- En la base de ese imperativo que tiene la novela de ple-
mo como fuera de él. nitud de los lenguajes sociales de la época, está la com-
prensión correcta de la esencia del plurilingüismo
*# As- novelesco. Un lenguaje sólo se revela en toda su origina-
lidad cuando está interrelacionado con todos los demás
eóme hemos visto, las novelas de la primera línea intro- lenguajes incorporados a la misma unidad contradictoria
ducían la diversidad de géneros de la vida corriente y la del proceso de formación social. Cada lenguaje es en la
de los géneros semiliterarios, a fin de eliminar de éstos el novela un punto de vista, un horizonte ideológico-social
plurilingüismo grosero y sustituirlo en todas partes por de grupos sociales reales y de sus representantes. Dado que
un lenguaje uniforme, «ennoblecido». La novela no era una el lenguaje no es percibido como un horizonte ideoló-
enciclopedia de lenguajes sino de géneros. Es verdad que gico-social específico, no puede servir de material para
todos estos géneros eran presentados en el trasfondo, la orquestación, no puede convertirse en una imagen de la
que los dialogizaba, de los correspondientes lenguajes del lengua. Por otra parte, todo punto de vista acerca del mun-
plurilingüismo, negados polémicamente o purificados; do, importante para la novela, debe ser un punto de vista
pero ese trasfondo plurilingüe se quedaba fuera de la no- concreto socialmente realizado, y no una posición abs-
vela. tracta, puramente semántica; ha de tener, por tanto, un
También en la segunda línea observamos la misma ten- lenguaje propio con el cual constituir un todo orgánico.
dencia de los géneros hacia el enciclopedismo (aunque no La novela no se construye a base de disonancias semánti-
en la misma medida). Baste mencionar a Don Quijote, muy co abstractas, ni tampoco a base de conflictos puros del
rico en géneros intercalados. Sin embargo, la función de argumento, sino a partir del plurilingüismo social con-
los géneros intercalados se modifica radicalmente en las creto. Por eso tampoco la plenitud de los puntos de vista
novelas de la segunda línea. Aquí sirven a un objetivo prin- realizados, hacia los cuales tiende la novela, es una pleni-
cipal: introducir en la novela la diversidad y la pluralidad tud semántica, lógica, puramente semántica, de los posi-
de los lenguajes de la época. Los géneros extraliterarios bles puntos de vista; no, es una plenitud histórica y
(por ejemplo, los costumbristas) no se introducen para ser concreta de los lenguajes ideológico-sociales reales, que han
«ennoblecidos», «literaturizados», sino, precisamente, por entrado en interacción en la época respectiva, y que per-
su carácter extraliterario, por la posibilidad de incorpo- tenecen a una entidad contradictoria que está en proceso
rar a la novela un lenguaje no literario (incluso un dialec- de formación. En el trasfondo dialogístico de otros len-
to). La pluralidad de los lenguajes de la época debe estar guajes de la época, y en interacción dialogística con éstos
representada en la novela. (en diálogos directos), cada lenguaje empieza a tener otra
En el terreno de la novela de la segunda línea cristali- resonancia con respecto a la que tenía antes; resonancia,
zó un imperativo constitutivo del género novelesco (a di- por decirlo de esta manera, «en sí» (sin relación con otros).
ferencia de otros géneros épicos), y que, en general, se Únicamente en el todo del plurilingüismo de la época se
formulaba de la siguiente manera: la novela debe ser un revelan plenamente los lenguajes aislados, sus papeles y
reflejo completo y multilateral de la época. su sentido histórico real; de la misma manera que el sen-
Ese imperativo ha de ser formulado de otra manera: tido final, definitivo, de una cierta réplica de un diálogo,
en la novela deben estar representadas todas las voces ideo- sólo se revela cuando ese diálogo está ya acabado, cuando
lógico-sociales de la época, es decir, todos los lenguajes todos han dicho lo que tenían que decir; esto es, única-

74 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/32
MIJAIL BAJTIN Textos de Bajtin

mente en el contexto de una conversación completa, aca- elementos de la novela acerca de la novela (la polémica
bada. Así, el lenguaje de Amadís en boca de Don Quijote del autor con el autor de la segunda parte falsificada). Lue-
se revela definitivamente, descubriendo a la vez la pleni- go, las formas de la prueba de la palabra literaria pueden
tud de su sentido histórico, sólo en el conjunto del diálo- ser muy diversas (especialmente diversas son las variantes
go entre lenguajes de la época de Cervantes. del segundo tipo). Finalmente, es necesario remarcar de
Pasemos al segundo aspecto, que también explica la di- manera especial el diferente grado de parodización de la
ferencia entre los dos mundos. palabra literaria sometida a prueba. Como regla, la prueba
En oposición a la categoría del carácter literario, la no- de la palabra se combina con su parodización, pero el gra-
vela de la segunda línea promueve la crítica de la palabra do de parodización, así como el grado de resistencia dia-
literaria como tal, aunque, en primer lugar, la crítica de logística de la palabra parodiada, pueden ser muy variados:
la palabra novelesca. Esta autocrítica de la palabra es una desde la parodia literaria externa y grosera (con objetivo
característica esencial del género novelesco. La palabra es en sí misma), hasta la solidarización casi completa con
criticada por su actitud frente a la realidad: por su preten- la palabra parodiada («ironía romántica»); en el centro, en-
sión de reflejar verídicamente la realidad, de dirigirla y tre estos dos extremos, es decir, «entre la parodia literaria
reconstruirla (pretensiones utópicas de la palabra), de sus- externa y la ironía romántica», se sitúa Don Quijote, con
tituir la realidad por su sucedáneo (el sueño y la ficción su dialogicismo profundo, pero inteligentemente equili-
que sustituyen a la vida). Ya en Don Quijote se da la prueba brado, de la palabra paródica. Como excepción, la prue-
de la palabra novelesca literaria por la vida, por la realidad ba de la palabra literaria en la novela puede carecer
también en su evolución posterior la novela de la segun- totalmente de carácter paródico. Un ejemplo interesante,
da línea se queda, en gran medida, en novela de la prueba muy reciente, es La patria de las cigüeñas, de M. Prishvin.
de la palabra literaria, observándose, además, dos tipos de Aquí la autocrítica de la palabra literaria —la novela sobre
tal prueba. la novela— se transforma en una novela filosófica sobre la
El primer tipo concentra la crítica y la prueba de la creación literaria, carente de todo carácter paródico.
palabra literaria en torno al héroe, al «Hombre literario» Así, la categoría del carácter literario de la primera lí-
que mira la vida con los ojos de la literatura y que trata nea, con sus pretensiones dogmáticas de interpretar un
de vivir «según los modelos de la literatura». Don Quijote papel vital, es sustituida en las novelas de la segunda lí-
y Madame Bovary son los modelos más conocidos de este nea por la prueba y la autocrítica de la palabra literaria.
tipo; pero el «hombre literario» y la prueba de la palabra Hacia comienzos del siglo XIX toma fin la oposición
literaria ligada a él, existe casi en toda gran novela —así entre las dos líneas estilísticas de la novela —Amadís, por
son, en mayor o menor medida, todos los héroes de Bal- un lado, Gargantúa y Pantagruel y Don Quijote, por otro;
zac, Dostoyevski, Turguénev y otros—; sólo es diferente el la gran novela barroca y Simplicissimus, las novelas de So-
peso específico de este aspecto en el conjunto de la novela. rel y Scarron; la novela caballeresca y la épica paródica,
El segundo tipo de prueba introduce al autor, que es- la novela corta satírica, la novela picaresca, y, finalmente,
cribe la novela («revelación del procedimiento», según la Rousseau, Richardson y Fielding, Sterne, Jean-Paul y
terminología de los formalistas), pero no en calidad de otros—. Naturalmente, se puede seguir hasta hoy la evo-
personaje, sino como autor real de la obra respectiva. Al lución más o menos pura de ambas líneas, aunque, única-
lado de la novela misma se presentan los fragmentos de mente, lejos del gran camino principal de la novela
«la novela acerca de la novela» (el modelo clásico es, se- moderna. Todas las variantes más o menos importantes
guramente, Tristam Shandy). de la novela de los siglos XIX y XX tienen un carácter mix-
Posteriormente pueden unirse ambos tipos de prue- to; pero predomina, lógicamente, la segunda línea.
ba de la palabra literaria. Así, ya en Don Quijote existen [En Teoría y estética de la novela, op. di.]

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