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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS


SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA Y EDUCACIÓN A DISTANCIA - SUAYED

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA I

UNIDAD 4

Tercer Semestre
Maestra: Lucina Ramos Villalobos
Alumno: Julio Eduardo Pérez Escobedo
Matricula: 084241661
Grupo: 9194
Correo:menosebastiano@hotmail.com
Actividad 4.2 Unidad 4. JEPE.
Universidad Nacional Autónoma de México.
Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia.
Facultad de Filosofía y Letras.
Carrera: Pedagogía.
Asignatura: Historia de la Educación y Pedagogía I
Coordinadora: Ileana Rojas Sandoval (coordinadora)
Coordinador: Secretaría Académica SUAYED
Alumno: Julio Eduardo Pérez Escobedo.
Número de cuenta: 08424166-1
Grupo: 9194
Actividades de aprendizaje Unidad 4 ROMA

Actividad 4. 2.

A partir del estudio del siguiente texto:

"Capítulo IX. Roma: El Imperio". En: Bowen, James, Historia de la educación occidental, Tomo
primero- El Mundo Antiguo, Barcelona, Herder, 2ª edición, 1985, pp.265-297.

Elabora en un documento de texto un pequeño ensayo –dos cuartillas- en donde hagas


una comparación de la obra de Cicerón con la de Quintiliano, considerando el marco
histórico de ambos.

Dado que los griegos y los romanos del periodo republicano, consideraban la educación como
una actividad de tipo recreativo, la necesidad de coadyuvar al proceso de enseñanza no era
acuciante, el sistema tendía a la supervivencia.

Cicerón se convirtió en el primero y el más importante de los estudiosos romanos de la


problemática educativa, así también su defensa de los estudios retóricos y filosóficos hizo de
él una autoridad máxima en lo que a la educación romana se refieres. El propio Quintiliano
así lo reconoce, cuando escribe; en la actualidad evitamos el discurso diáfano y,
menospreciando la simplicidad directa de Cicerón, pretendemos superarle mediante toda
clase de artificios literarios y de filigranas, considerando superior nuestra producción
amanerada aun cuando hay perdido toda precisión y claridad.

Cicerón está en contra de la desnudez por que destruye la antigua tradición de la modestia,
además de poco riguroso el sistema de gimnasia y la instrucción militar. Al igual que
Quintiliano y Cicerón están con la meta final del proceso educativo sigue siendo la formación
del vir bonus, dicendi peritus: el hombre; experto en hablar, en donde los dos piensan y saben
que solamente la educación es el medio para que el hombre adquiera esa civilidad que le
conduzca dentro del ambiente que le toca vivir.

Cicerón con su obra De oratore esta misión contiene la teoría y la praxis de la educación y
contribuyo al rumbo de la educación romana, teniendo a Isócrates como estandarte, en donde
la competencia y la experiencia la proporciona la pericia de hablar. A su vez para Quintiliano
los presupuestos teóricos y la orientación general de la Institutio oratoria se derivan de la
tradición retorica griega de Isócrates, trasmitida por medio de Cicerón, el oratore es el
precedente inmediato de la obra. Una conjugación de quien su mentor y de quien reconoce su
obra, sabedores dignos de que Isócrates fue el iniciador.

En este periodo, la vida pública era sobre todo verbal y se basaba en las relaciones directas y
personales, la oratoria el proceso por el cual se daba el desarrollo humanitas; además para
llegar y que no se centra en la instrucción elemental, prevalece en la enseñanza superior y
solo con ello llegar a la oratoria. A Quintiliano se le crítica que escribe para un público
técnicamente alfabetizado, pero poco culto y muy inexperto en lo que concierne a los
principios de la educación.

El camino para lograr la perfección los constituye la educación del orador, como Cicerón,
Quintiliano se suma y se siente en la obligación de analizar minuciosamente todos y cada uno
de los argumentos tradicionales a favor y en contra del estudio de la retorica como medio por
la excelencia de una educación adecuada; la argumentación de la Institutio oratoria sigue la
misma pauta que el De oratore, el cual se inspiraba a su vez de la Antidosis de Isócrates.

Han llegado a nuestro conocimiento el hecho de que ciertos individuos han introducido un
nuevo tipo de formación, y que nuestros jóvenes frecuentan sus escuelas (in ludum); que esos
individuos se han atribuido el titulo de retorica latinos (latinos rethoras) y que nuestros jóvenes
pasan con ellos días enteros en la más completa ociosidad. Nuestros antepasados
determinaron que deseaban que aprendieran sus hijos, y a que escuelas deseaban que
asistiesen. Estas innovaciones en las costumbres tradicionales (mores maiorum) y en los
principios de nuestros antepasados no nos complacen ni nos parecen apropiados. El
ambiente que prevalecía y se dejaba llevar en la época, era la diferencia que se encontraba
con los griegos, ya fuera en el comercio, en un publo que conquistaban, en la educación, en
todo estaban los griegos.

Cicerón implanto en las letras y en el pensamiento un estilo que permaneció como modelo
hasta la caída del imperio, seis siglos más tarde. Fiel a la noción ciceroniana de la bondad
moral innata en el hombre, Quintiliano cifra su ideal en la persona; es decir de una de
reputación intachable, que mediante la disciplina de una educación cabal y completa,
enkyklios paideia, se muestra perfecto hasta en los más mínimos detalles.

Cicerón fue un producto de las influencias del helenismo; así como Catón pertenecido al
sistema antiguo, Cicerón nació en la época en que empezaban a gozar de aceptación los
modelos griegos de educación y de cultura. Quintiliano asume que el método de las alabanzas
como forma de recompensa y de sanción positiva es el adecuado

El aliento y el ejemplo personal del maestro son los medios conducentes al éxito del
aprendizaje, así como el reconocimiento del papel fundamental del maestro como mediador
del proceso, e intento de aproximación a una psicología del aprendizaje, son aportaciones de
Quintiliano. La actitud romana es en cambio más próxima a la de los egipcios y
mesopotámicos, para quienes el castigo constituía un medio de control en una situación
pedagógicamente difícil. La palmeta (férula) en la palma de la mano y el látigo (scutica) en la
espalda desnuda formaban parte del instrumental de todo maestro.

Los primeros maestros de Roma, que al mismo tiempo eran además poetas y griegos itálicos,
no hicieron otra cosa que interpretar a los griegos o dar lectura a lo que ellos mismos en latín
habían compuesto. La enseñanza elemental parece haberse introducido con relativa facilidad.
No era difícil conseguir esclavos griegos, que las familias ricas empleaban como litteratores y,
en ciertos casos, como sirvientes y acompañantes de los niños, copiando así el modelo griego
del paidogogos, conocido en en latín como paedagogus.
Para finalizar Quintiliano puntualiza sobre la memoria del niño y como esta podía dosificarse:
una vasija de cuello estrecho no engullirla un líquido vertido de una vez en cantidades
excesivas, pero es fácil de llenar si el líquido se administra en pequeños chorros, o acaso goa
a gota. Así como la enseñanza simultánea de temas distintos.

En la mayoría de los caos ellitterator, el grammaticus y el rethor eran griegos; quiere ello decir
que el estudiante se veía sometido al influjo de la cultura griega a lo largo de toda su vida
educativa. así al concluir el siglo I a.C., la modalidad griega del proceso de educación, aunque
sujeta a una interpretación latina, se había difundido y había quedado prácticamente
implantada por todo el ámbito del Mediterráneo.

Bibliografía

BOWEN,J. "VIII. Roma: La República". En: Historia de la educación occidental, Tomo 1: El


mundo antiguo. Tr. Juan Esttruch, 2ª ed. Barcelona, Herder, 1985, pp 234-264.

BOWEN, J. "IX. Roma: El Imperio". En: Historia de la educación occidental, Tomo 1. El Mundo
Antiguo. Tr. Juan Esttruch, 2ª ed. Barcelona, Herder, 1985, pp.265-297.

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