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Documento de trabajo

América Latina: desafíos para la cooperación internacional


y para la COSUDE

12 de octubre de 2008

Estudio elaborado por Francisco Sagasti, coordinador del programa Agenda: PERÚ y
miembro de FORO Nacional/Internacional (fsagasti@amauta.rcp.net.pe), con la colaboración
de Mario Bazán, director ejecutivo de FORO Nacional/Internacional (mbazan@foro-
nacional-internacional.pe) y Miguel Figallo, asistente de investigación de FORO
Nacional/Internacional (mfigallo@foro-nacional-internacional.pe).
1. Introducción

América Latina se encuentra en una situación paradójica al final del primer decenio del siglo
21. Ha logrado significativos avances económicos en un entorno cada vez más globalizado,
pero al mismo tiempo se mantiene rezagada como la región más desigual y vulnerable del
mundo. Esta paradoja se manifiesta en los ámbitos económico, social, ambiental, tecnológico
y político, y constituye un telón de fondo para examinar el papel de la cooperación
internacional en la región.

Este contexto plantea desafíos y oportunidades para la Agencia Suiza para la Cooperación y
el Desarrollo, COSUDE. La cooperación suiza tiene una trayectoria de 44 años en América
Latina, apoyando en particular a Bolivia, Cuba, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú y el
Salvador.1 El objetivo de la COSUDE es “luchar contra la pobreza, impulsando la autoayuda
en los países contrapartes. Dicha cooperación promueve principalmente la autonomía
económica y estatal; contribuye al mejoramiento de las condiciones de producción; ayuda a
resolver problemas ecológicos y asegura a los grupos de población más desfavorecidos un
mejor acceso a la formación, a los servicios de salud básicos y a la cultura” (véase la visión
de la COSUDE al 2010 en el anexo 1).2

2. El contexto latinoamericano 3

La combinación de pobreza, desigualdad, heterogeneidad geográfica y cultural,


vulnerabilidad ambiental y fragilidad política configura un escenario complejo en la región.
Los logros económicos recientes, estimulados por la demanda global de productos primarios,
han creado una ventana de oportunidad para aprovechar la experiencia acumulada, los
recursos humanos, institucionales y naturales con que cuenta la región. Desde fines de la
Segunda Guerra Mundial, América Latina no experimentaba una situación tan propicia para
avanzar hacia la prosperidad y el desarrollo, pero nada garantiza que esto sucederá.

2.1. Situación económica

En los últimos cinco años (2003-2007), el producto bruto interno regional se ha incrementado
a una tasa promedio anual de 4,8% y el producto bruto interno por habitante a un ritmo de
3,5% anual.4 El acervo de recursos naturales de la región y la demanda de China e India por
materias primas han sido el principal impulso del crecimiento en este periodo. Esto ha sido
acompañado por el crecimiento de la demanda interna (construcción, transporte, energía,
industria) que ha consolidado tasas de crecimiento altas en algunos países. Pese a los
recientes problemas económicos internacionales —aumento en los precios de los
combustibles y alimentos, y la crisis del sistema financiero e hipotecario en Estados Unidos y
Europa—, América Latina seguirá creciendo, al menos en el corto plazo, aunque
experimentará tasas de crecimiento más bajas y un incremento en la inflación.5

Si bien la apertura comercial, la firma de tratados de libre comercio y los precios


internacionales de algunas materias primas han tenido efectos positivos en la región, su
impacto no ha sido uniformemente positivo.6 El superávit comercial se ha reducido de 1,7%
en el 2006 a 0,7% en el 2008, lo que se explica en parte por el aumento acelerado de las
importaciones.7 En algunos casos, como el de México en el Tratado de Libre Comercio de
Norte América-TLCNA (NAFTA, en inglés), los pequeños productores agrícolas e
industriales con capacidades tecnológicas y de gestión limitadas se han visto afectados
negativamente por las dificultades que tienen para exportar y para competir con las
importaciones.8 El deterioro de algunas divisas, en particular la del dólar americano, ha
favorecido a las importaciones y ha restado competitividad a las exportaciones. Estos
resultados son diferentes para cada subregión. El aumento del precio de las materias primas

1
ha beneficiado a América del Sur por exportar recursos naturales, mientras que Centro
América ha sido perjudicada por importarlos. Esta tendencia puede cambiar como
consecuencia de los procesos de implementación de tratados de libre comercio que están en
curso y de las medidas adoptadas por algunos países para protegerse de la inestabilidad de las
divisas.9

El financiamiento privado ha adquirido mayor importancia en América Latina durante los


últimos años. Los flujos netos de capital crecieron en forma significativa y en 2007
ascendieron a US$ 135.3 mil millones. La inversión extranjera directa fue muy superior (US$
107.2 mil millones) a las inversiones privadas en cartera (US$ 28.1 mil millones). Los flujos
netos de deuda también han aumentado, y en 2007 llegaron a US$ 59.1 mil millones,
revirtiendo la tendencia negativa de los tres años anteriores (anexo 4). Los acreedores
oficiales registran flujos netos negativos entre 2004 y 2007, debido en gran medida a los
pagos anticipados que se hicieron al FMI y los bancos multilaterales, mientras que los
acreedores privados registran flujos netos positivos en casi todos estos años, debido
principalmente a la colocación de bonos en los mercados de capital. Los flujos de remesas
(US$ 59.9 mil millones en 2007) completan este panorama financiero en donde las fuentes
oficiales de financiamiento han perdido peso e influencia en la región (anexo 5).10

El crecimiento económico y el entorno tienen efectos distintos en cada país, y dentro de los
países, en cada región o localidad. La distribución de los beneficios del crecimiento en
América Latina es desigual y ha dependido de las capacidades, recursos disponibles y
políticas adoptadas. Por ejemplo, Perú se ha beneficiado de los precios internacionales de
materias primas que han generado siete años de crecimiento continuo, pero la distribución de
los recursos dentro del país ha sido muy desigual. La capacidad de invertir y utilizar los
recursos disponibles varía significativamente en las regiones. En los casos en los que se
cuenta con esta capacidad, ha sido posible reducir la pobreza en las zonas urbanas más
vinculadas a mercados, pero esto no ha ocurrido en las zonas rurales más alejadas. Como
resultado, pese a ciertos avances en la reducción de la pobreza, la desigualdad sigue
acentuándose.

2.2. Situación social

La población en la región se ha incrementado en más de 50 millones de personas desde el año


2000, con lo que llegará a 580 millones en 2008 y posiblemente a 630 millones en 2015. 11
Este aumento ha sido acompañado de una reducción de la tasa total de dependencia de niños y
adultos mayores con respecto a la población total, un incremento de adultos mayores y un
aumento significativo de la población económicamente activa. La CEPAL estima que pasará
de 248 millones de personas en 2005 a 276 millones en 2010 y a 303 millones en 2015. Si
esta tendencia va de la mano con un incremento de empleos adecuados, permitirá a la región
crecer sostenidamente durante el próximo decenio aprovechando el denominado “bono
demográfico”. Si esto no sucede, el costo social será muy alto en términos de desempleo,
subempleo, informalidad, pobreza y violencia.

El crecimiento económico de los últimos años ha tenido un efecto positivo en el empleo.


Entre 2002 y 2007 la tasa de desempleo se redujo del 11% al 8% y se estima que en 2008 será
menor.12 Pese a esta disminución, no todos los empleos generados son de calidad. Se estima
que el empleo informal en Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú para el año 2006
afectó en promedio al 61,5% de la población ocupada urbana.13 En países como Perú,
alrededor del 75% de los puestos de trabajo son informales, muchos de ellos autogenerados, y
el subempleo es bastante generalizado.14 Sin embargo, el contexto global y algunos factores
internos de los países pueden revertir este avance en el mediano plazo. La crisis financiera
internacional, los conflictos internos y la inflación podrían llevar a una reducción de la
inversión extranjera en los países de la región y, por lo tanto, afectar los niveles de empleo
alcanzados.

2
La pobreza permanece como uno de los principales problemas de la región. En 2007, 190
millones de latinoamericanos (35,1% de la población) vivían en situación de pobreza, de los
cuales 69 millones (12,7%) estaban en situación de pobreza extrema.15 A pesar de que hubo
una reducción significativa del nivel prevaleciente en 1990 (48,3%), la reducción en el
número de pobres absolutos fue de sólo 10 millones de personas en 17 años. Parte de esta
reducción está siendo revertida por el alza de los precios de los alimentos, lo cual afecta en
mayor medida a quienes menos recursos tienen. La situación social es más precaria en las
zonas rurales, en donde se ha enquistado la pobreza. Los grupos indígenas y
afrodescendientes tienen los peores indicadores socioeconómicos y un escaso reconocimiento
cultural. Las mujeres están en desventaja en casi todos los campos de la actividad económica.
Los niños (y especialmente las niñas) pobres tienen pocas oportunidades de desarrollar
plenamente sus capacidades, y una alta proporción de los adultos mayores carece de apoyo
para vivir sin penuria y con dignidad.

América Latina es la región más desigual del planeta. El 10% más rico de la población recibe
entre el 40% y el 47% del ingreso total en la mayor parte de los países de la región, mientras
que el 20% más pobre recibe entre el 2% y el 4% del ingreso total. Esta desigualdad se
aprecia no sólo en los ingresos, sino también en la educación, la salud, el acceso a la tierra y
en la posibilidad de obtener créditos. Si bien los ingresos por habitante de los países han
mejorado en los últimos años, los promedios esconden grandes diferencias. El producto bruto
interno por habitante de la región ha aumentado de US$ 4 mil en el 2000 a cerca de US$ 4,5
mil al 2006; sin embargo, muchos países se mantienen rezagados. Por ejemplo, al 2006
Nicaragua tiene un producto interno bruto por habitante de US$ 863, Bolivia de US$ 1 058,
Honduras de US$ 1 365, Ecuador de US$ 1 608 y Perú de US$ 2 555. Muy por debajo del
promedio de la región.16

Como consecuencia de la persistente pobreza y desigualdad, el avance de América Latina en


el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM) ha sido limitado (anexo 2).17

2.3. Situación política

La orientación política en la región ha dado un giro en los últimos decenios. Durante la


década de 1980 una serie de procesos electorales marcó la transición de gobiernos autoritarios
hacia democráticos.18 Esta transición estuvo acompañada por una serie de dificultades
económicas, en particular, la crisis de la deuda externa latinoamericana. Durante la década de
1990 la mayoría de los países de la región implementaron políticas económicas de
estabilización, liberalización y apertura comercial que contrarrestaron el aislamiento
económico y los procesos inflacionarios que ocurrieron en los años ochenta. Sin embargo, en
algunos casos estas medidas fueron llevadas a extremos que desencadenaron crisis políticas y
orientaron al electorado hacia planteamientos políticos radicales, intentos de concentrar el
poder y, a veces, gobiernos autoritarios considerados tanto de derecha como de izquierda (e.g.
Alberto Fujimori en Perú y Hugo Chávez en Venezuela). Estos cambios en periodos
históricos relativamente cortos muestran la fragilidad de las democracias en la región. Los
resultados electorales recientes han revelado también una alta fragmentación y polarización
política. Muchas elecciones se han ganado por estrecho margen y no han generado gobiernos
de mayoría, y los gobernantes electos no han logrado mantener un nivel de aprobación
relativamente alto durante sus mandatos.

La institucionalización de la democracia en la región no ha sido acompañada de una mayor


capacidad de responder a las demandas sociales de la población. Las organizaciones políticas
y de la sociedad civil no han logrado canalizar y resolver de forma efectiva las exigencias de
representación y participación ciudadanas, especialmente de los grupos excluidos. De acuerdo
al Latinobarómetro, en 2007 más del 60% de la población estaba insatisfecho con la
democracia y alrededor del 80% no confiaba en los partidos políticos. Por otro lado, el 75%

3
de la población opina que no existe equidad en el acceso a la justicia y cerca del 63% se
siente cada día más inseguro en las ciudades.19

Los esfuerzos por promover la integración regional se han debilitado.20 Una proliferación de
tratados bilaterales de libre comercio, particularmente con países desarrollados, ha desplazado
a las negociaciones en bloque. El Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) está
paralizado, la Comunidad Andina (CAN) se encuentra en crisis, MERCOSUR muestra hasta
el momento sólo logros concretos y la Alternativa Bolivariana para América Latina y el
Caribe (ALBA) está a la búsqueda de adeptos entre los países y grupos más pobres de la
región. El Banco del Sur es otra iniciativa del gobierno de Venezuela que sólo ha logrado un
modesto avance hasta el momento. Pese a la retórica que acompañó su creación, no se
anticipa que desempeñe un papel importante en la región.21

Los conflictos sociales y políticos en la región son resultado de la confluencia de factores


culturales, sociales, económicos, políticos y ambientales largamente encubados, pero que se
han manifestado con fuerza a partir del 2000, coincidiendo con el período de crecimiento
económico sostenido. En los últimos años, el conflicto interno de Colombia se extendió a
Ecuador e involucró a Venezuela, y puso de manifiesto las diferentes posiciones políticas
entre países fronterizos de Sudamérica. En contraste, y pese a las fricciones con varios países
de la región en temas energéticos, de lucha contra el narcotráfico y políticos, los conflictos
internos en Bolivia movilizaron la solidaridad y respaldo de los países miembros de la Unión
de Naciones Suramericanas (UNASUR) para defender la soberanía y la democracia. El papel
que cumplió Brasil en este apoyo fue clave, e indica el rol hegemónico que estaría empezando
a desempeñar en el ámbito regional.22 Por otra parte, el acercamiento de Venezuela a Rusia,
Irán, Libia y China, entre otros países enfrentados con los Estados Unidos, podría añadir una
dimensión extrarregional a los conflictos latinoamericanos.

2.4. Recursos naturales y vulnerabilidad ambiental

La región de América Latina y el Caribe cubre un extenso territorio, abarca una variedad de
ecosistemas y posee una gran riqueza de recursos naturales y de biodiversidad cuya
explotación ha sido fundamento de su prosperidad. Esta región presta servicios ambientales
globales, tales como el almacenamiento de anhídrido carbónico y el mantenimiento de la
biodiversidad. Asimismo, se estima que en la región andina se encuentra el 10% de las
fuentes de agua del planeta.23 Sin embargo, la gestión ineficiente y la explotación
indiscriminada de los recursos naturales, así como las amenazas a la sustentabilidad de los
ecosistemas (particularmente a la biodiversidad terrestre y marina), constituyen temas
prioritarios en la agenda de medio ambiente, y comprometen la provisión de servicios
ambientales globales, regionales y locales.

La región es extremadamente vulnerable al cambio climático, cuyos efectos ya se han


empezado a sentir. Los glaciares se están derritiendo a un ritmo acelerado. Se calcula que la
superficie de los glaciares de Perú, país que concentra cerca del 70% de los glaciares de los
Andes tropicales, se ha reducido entre 20% y 30% desde 1970. Esto aumenta el riesgo de
inundaciones, deslizamientos de lodo, avalanchas y ruptura de represas.24 La región posee el
25% de la dotación forestal mundial, pero contabiliza el 40% de la perdida forestal de los
últimos tres decenios. La extracción de minerales, petróleo y gas es causa de deterioro
ambiental en muchos lugares en los que se realiza sin el cuidado necesario. Las zonas costeras
y marinas están amenazadas por la sobrepesca, los deshechos orgánicos y minerales, y el
desarrollo urbano (el 60% de la población regional vive a menos de 100 km de la costa). La
contaminación y la mala calidad del aire, así como el inadecuado manejo de residuos sólidos
y líquidos, afectan severamente la salud de la población urbana, especialmente en las grandes
ciudades de la región. Los arrecifes de coral de la cuenca caribeña se han visto afectados por
la contaminación y el aumento de la temperatura del mar. Los huracanes han perjudicado
principalmente a la zona del Caribe. Sólo entre agosto y septiembre de 2008 pasaron por el

4
Caribe cuatro huracanes (“Fay”, “Gustav”, “Hanna” e Ike), dejando únicamente en Haití más
de 170 mil familias afectadas y más de 10 mil casas destruidas, y causando devastación en
Cuba. Estas amenazas afectan principalmente a la población más pobre que vive en las zonas
de mayor riesgo.

La crisis energética mundial ha tenido efectos en distintas direcciones entre los países de la
región. Venezuela se ha visto beneficiada por el aumento del precio del petróleo. Brasil y
Perú han iniciado, o tienen planeado hacerlo en el corto plazo, la explotación de nuevos pozos
petroleros. Bolivia y Perú están aprovechando sus reservas de gas natural. Se han concretado
grandes inversiones para la producción de biocombustibles en Brasil y en forma más modesta
en otros países de la región, si bien esto es motivo de controversia. En contraste, han
aumentado las preocupaciones en Argentina y Chile, y en menor medida en Brasil, por
importar energía de otros países, particularmente de Bolivia y Venezuela. Asimismo,
Venezuela ha puesto en marcha Petrocaribe, un esquema de cooperación subregional que
suministra petróleo a los países caribeños en condiciones más favorables que las del
mercado.25

3. La arquitectura internacional de cooperación para el desarrollo: transformaciones e


implicancias

La arquitectura internacional de cooperación para el desarrollo está constituida por una


compleja gama de instituciones bilaterales, multilaterales, no gubernamentales, privadas e
híbridas. Incluye al FMI, al Banco Mundial, más de 30 bancos regionales y subregionales,
unas 60 agencias bilaterales de desarrollo, las organizaciones del sistema de Naciones Unidas,
un número creciente de entidades regionales y subregionales, miles de ONG grandes y
pequeñas y cientos de fundaciones privadas.26

Durante los primeros años del siglo 21 se ha renovado el interés en reestructurar la


arquitectura internacional para el desarrollo, en parte debido a que la comunicación global ha
aumentado la preocupación por la situación de los pobres en los países en desarrollo; a que las
críticas sobre la efectividad del sistema para el desarrollo se han multiplicado; y a que se ha
tomado conciencia del poco éxito de las reformas emprendidas en el pasado. Adicionalmente,
la naturaleza específica y las metas con plazos temporales de las Metas de Desarrollo del
Milenio han ayudado a apreciar las limitaciones de los arreglos financieros internacionales
para el desarrollo vigentes en la actualidad. Los ataques terroristas del 11 de septiembre de
2001 (EEUU), 11 de marzo de 2004 (Madrid), 7 de julio de 2005 (Londres), 20 de septiembre
de 2008 (Pakistán), así como los conflictos en Irak, Afganistán y Georgia, unidos a las
preocupaciones globales emergentes, los desastres naturales, y los riesgos potenciales a la
seguridad, han hecho notar a los líderes políticos que es probable (y tal vez inminente) una
profunda crisis de seguridad internacional, a menos que la amplia vulnerabilidad, pobreza,
marginación y desigualdad que llevan a la frustración y desesperanza de la población sea
reducida significativamente. La crisis financiera de septiembre de 2008 probablemente
aumente estos riesgos.

3.1. Cambios y tendencias recientes en la cooperación para el desarrollo

La ayuda y la cooperación para el desarrollo están experimentando una transformación en los


primeros años del siglo 21. Las fuentes tradicionales de ayuda oficial han perdido terreno ante
la presencia de nuevos actores privados y públicos, la creación de nuevos instrumentos
financieros, y la mayor capacidad de los países en desarrollo de movilizar recursos. Se han
retomado con renovado vigor antiguos debates sobre el impacto y la efectividad de la ayuda,
que han llevado a modificaciones en el diseño y puesta en práctica de programas y proyectos
de cooperación para el desarrollo. Sin embargo, la importancia de la cooperación para el
desarrollo debe ser puesta en perspectiva. Con la excepción de los países más pobres (Haití,

5
por ejemplo, en la región), el desarrollo es resultado principalmente de factores internos. Los
factores externos más significativos son el acceso a los mercados, el capital y la tecnología, la
movilidad laboral y la migración, y un entorno internacional político y de seguridad
favorable, y no la cooperación para el desarrollo.

Nuevos actores. Durante el primer decenio del siglo 21 aumentó el número de entidades que
participan activamente en la cooperación internacional. El acceso de varios países de Europa
Oriental a la Unión Europea hizo que crearan agencias de cooperación para el desarrollo. Un
número creciente de países emergentes —China, Brasil, India, Sudáfrica, Venezuela y Chile,
entre otros— ha establecido programas de ayuda a países de menores ingresos, lo que ha
otorgado un nuevo sesgo a la cooperación Sur-Sur. Sin embargo, la presencia de un creciente
número de fundaciones privadas, particularmente americanas y dirigidas por empresarios
exitosos, ha tenido un mayor impacto en la concepción y la práctica de la cooperación para el
desarrollo. Los esquemas de gestión empresarial, que enfatizan eficiencia y resultados, están
trasladándose al mundo de la cooperación. Esto tiene efectos positivos y negativos. Por
ejemplo, se está generalizando la práctica de definir indicadores de gestión asociados a
resultados e impacto, lo que ha introducido una mayor disciplina en la ejecución de
programas y proyectos de ayuda. Al mismo tiempo, estas prácticas favorecen iniciativas
específicas, que no están generalmente asociadas a la creación de capacidades en los países y
entidades receptores. Cuando se trata de fundaciones privadas que no forman parte de la
arquitectura institucional de la cooperación para el desarrollo, también conllevan el riesgo de
alterar las prioridades establecidas por la comunidad internacional.27 Lo mismo se aplica,
aunque en menor escala, a la creciente participación de organizaciones de la sociedad civil
internacional en la cooperación para el desarrollo.

Nuevos instrumentos. Los nuevos mecanismos para canalizar financiamiento hacia los países
en desarrollo están ampliando la gama de instrumentos financieros tradicionales.28 Los
esquemas de apoyo presupuestal directo han empezado a generalizarse entre algunos
donantes, en particular el Reino Unido, Dinamarca y los Países Bajos.29 Se aprecia un
desplazamiento gradual hacia la ayuda sobre la base de programas y sectores, dejando de lado
el énfasis convencional en proyectos específicos.30 Fundaciones privadas y consorcios de
donantes han establecido premios y compromisos de compra para promover soluciones a
problemas específicos de desarrollo, particularmente en el campo de la salud.31 Se ha puesto
en práctica la emisión de bonos para fines específicos, tales como vacunación, cuyo servicio
es cubierto por las agencias de cooperación para el desarrollo a lo largo del tiempo.32 El
primer esquema de impuestos internacionales dirigidos a la cooperación fue creado sobre la
base de la propuesta de Francia y Chile de gravar los pasajes aéreos internacionales.33 Han
surgido coaliciones públicas, privadas y de la sociedad civil lideradas por políticos
prominentes, tales como la Fundación Carter y la Asociación Clinton (Clinton Partnership),
para movilizar y canalizar recursos hacia los países en desarrollo. Las empresas privadas que
operan en países en desarrollo están destinando montos crecientes a través de sus programas
de responsabilidad social destinados a promover el desarrollo de las comunidades en donde
operan. Por último, varias entidades de cooperación internacional están asociándose con
gobiernos locales y regionales en los países en desarrollo, que en muchos casos cuentan con
recursos financieros pero carecen de las capacidades necesarias para diseñar y ejecutar
programas de desarrollo.

Efectividad de la ayuda. Desde la Cumbre del Milenio (en 2000), en que se concertaron las
metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, hay una mayor preocupación por pasar del
diseño de políticas concertadas en el ámbito internacional a metas concretas en un tiempo
definido. Asimismo, las contribuciones de la Conferencia de Monterrey (en 2002), el Foro de
alto nivel de Roma sobre armonización (en 2003), la Mesa redonda de Marrakech sobre
gestión orientada a los resultados (en 2004), la Declaración de París sobre la eficacia de la
ayuda (en 2005) y la Agenda de Accra para la Acción (en 2008) están orientadas hacia la
concertación de políticas, estrategias, metas, e inclusive procedimientos en la gestión de la

6
ayuda para el desarrollo. Además, trabajos como los de Sachs34 y Easterly 35 han provocado
encendidos debates sobre el impacto de la ayuda para el desarrollo y las modalidades para
ponerla en práctica.

Países de renta media. El uso del ingreso promedio por habitante no es un buen indicador de
la capacidad para movilizar recursos externos y domésticos, ni de la importancia de contar
con financiamiento externo, particularmente de recursos no reembolsables de la cooperación
internacional. Los promedios estadísticos esconden enormes diferencias en los niveles de
ingreso de los distintos segmentos de la población, sobre todo en situaciones de aguda
desigualdad. Muchos países de ingresos medios tienen un número absoluto de pobres mayor
que el de los países de ingresos bajos. Esto está llevando a una revisión del enfoque de la
cooperación para el desarrollo, que toma en cuenta además la revitalización de la cooperación
Sur-Sur, la “cooperación triangular”, el papel más activo de las entidades no-
gubernamentales, el peso que tienen las remesas de emigrantes, la puesta en marcha de
alianzas público-privadas, la creciente responsabilidad social empresarial y la aceptación de
que todos los países, pobres, de ingresos medios y ricos, tienen algo que aportar en el proceso
de desarrollo en un mundo globalizado. Asimismo, la importancia de la inversión extranjera
directa ha puesto énfasis en la creación de un entorno favorable para atraer capitales, y ha
puesto en relieve el papel que pueden desempeñar las agencias de cooperación para generar
un entorno favorable para las empresas del mismo origen de la cooperación.

Bienes públicos internacionales. El acelerado proceso de globalización en marcha durante


los últimos tres decenios ha puesto en evidencia la necesidad de coordinar políticas públicas y
mecanismos de regulación para hacer frente a una serie de problemas —cambio climático
enfermedades contagiosas, estabilidad financiera, proliferación nuclear, conservación de
biodiversidad, prevención de conflictos, entre otros—, cuya solución excede los ámbitos de
acción nacionales. Esto ha puesto en evidencia la necesidad de emprender acciones conjuntas
y ha motivado una reconceptualización de la cooperación internacional en términos de la
provisión de bienes públicos.36 Estos bienes públicos internacionales ofrecen beneficios tanto
a los países ricos como pobres, por lo que asegurar su provisión se ha convertido en un
motivo adicional que justifica la ayuda para el desarrollo. Proveer un bien público
internacional requiere acciones en los ámbitos global o regional para generar el “componente
núcleo” (core component), y en los ámbitos nacional y local para asegurar que el
“componente complementario” (complementary component) del sistema de provisión de un
bien público internacional llegue finalmente a los usuarios.37 Este enfoque permite definir con
mayor claridad la división del trabajo entre los actores que intervienen en la cadena de
actividades vinculada a la ayuda para el desarrollo.38

Renovación del concepto de desarrollo. Si bien la idea original de “desarrollo”, concebida


como lograr el bienestar material, ha experimentado cambios significativos durante los
últimos seis decenios, aún se visualiza como avanzando a lo largo de un solo camino hacia un
objetivo común universal. Esto implica que el “problema” del desarrollo puede ser “resuelto”
adoptando las estrategias y políticas “correctas”, generalmente diseñadas a imagen y
semejanza de aquellas que prevalecen en sociedades más “avanzadas”. Como consecuencia,
se ha pretendido buscar el camino hacia el desarrollo y definir un conjunto de prescripciones
simples, universales e iguales para todos. La riqueza de los debates actuales muestra el
carácter elusivo e ilusorio de esta búsqueda. Diferencias en condiciones iniciales (geografía e
historia), decisiones de política (sobre globalización, instituciones, conocimiento, medio
ambiente y participación), y posiciones alternativas acerca de cuestiones de valores (sobre
cultura y derechos humanos) exigen una diversidad de enfoques y respuestas matizadas en
vez de camisas de fuerza conceptuales y de políticas. El subdesarrollo no es un “problema”
sino una “condición”, y si bien no se puede “resolver” una condición, es posible evolucionar
desde ella. Esta evolución requiere una gama más variada, específica y afinada de estrategias
y políticas, adaptadas a las condiciones particulares, que sin embargo deben ser capaces de ser

7
examinadas y comparadas en un marco conceptual que vincule y articule el repertorio de
decisiones sobre estrategias y políticas.

La aspiración de bienestar material que ha sido la base de la idea moderna de desarrollo desde
sus inicios, es vista por quienes se oponen a ella más como un intento de destruir el planeta
que un medio para mejorar la situación de los pobres. Desde esta perspectiva, la aspiración de
crecimiento económico sin límites es imposible de alcanzar en un mundo finito. En
consecuencia, más que una iniciativa racional, el desarrollo implica un acto de fe ciega en que
la ingenuidad humana será capaz de superar las consecuencias de sus propias acciones. Esto
ha llevado a un cuestionamiento de la idea de desarrollo como aumento sin límite en el
bienestar material.39 Esto sugiere que es necesario reexaminar las premisas y supuestos que
sostienen los esfuerzos de desarrollo al iniciarse el siglo 21, y que constituyen el fundamento
conceptual de la cooperación y la ayuda internacional.

3.2. Implicancias para la cooperación internacional en América Latina

La cooperación internacional en América Latina cumple un papel importante que ha sido


poco estudiado. Si bien el aporte de los cooperantes es marginal en relación con los flujos
privados en la balanza de pagos y con los recursos domésticos del presupuesto público, ejerce
una influencia significativa por su capacidad para orientar el diseño de programas, planes y
metas en diversos ámbitos de la administración pública, y también por la flexibilidad que
proporciona para el gasto público, sobre todo considerando la rigidez de los presupuestos de
los países (la cooperación permite asignar recursos de manera relativamente rápida para
emergencias o para solventar el inicio de nuevos programas).40 Por esta razón, un tema central
para las agencias de cooperación es cómo aumentar su eficiencia, eficacia e impacto, tomando
en cuenta lo limitado de los recursos que movilizan, articulando sus propios objetivos con los
de los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y las empresas privadas, e
identificando oportunidades en sectores, regiones y actividades en los cuales es posible hacer
una diferencia.

Muchos países desarrollados no han cumplido con su compromiso de aumentar la ayuda para
el desarrollo y han implementado solo parcialmente la Declaración de París. Tampoco han
avanzado al ritmo necesario para asegurar la sostenibilidad del impacto de la ayuda
traspasando progresivamente la responsabilidad por los programas a los gobiernos nacionales,
regionales y locales, y a la sociedad civil y el sector privado. Por su parte, los países de la
región no han avanzado lo suficiente en hacer un uso eficiente y eficaz de los recursos
internos y externos para reducir la exclusión, la pobreza y la desigualdad, ni tampoco en
emplear enfoques de gestión por resultados. Esto hace difícil avanzar hacia el objetivo de
rendición mutua de cuentas entre los países cooperantes y los países en desarrollo avizorado
en la Declaración de París.41

Algunas agencias de cooperación se han retirado de la región en los últimos años y otras lo
harán en los próximos, debido a cambios en sus prioridades temáticas o geográficas. Se
anticipa que la cooperación internacional reducirá su énfasis en América Latina, al mismo
tiempo que dedicará una proporción creciente de recursos y asistencia técnica a la reducción
de la desigualdad y la exclusión en todas sus dimensiones (cultural, social, política,
ambiental, económica). Es probable que estas intervenciones tengan cada vez más un carácter
estratégico e integral, para lo cual incluirán componentes de formulación de políticas,
creación de espacios de diálogo, experimentación con nuevos esquemas de gestión por
resultados, difusión de experiencias exitosas, y promoción de la cooperación entre el sector
público, las empresas privadas y la sociedad civil. Otras áreas en las cuales la cooperación
internacional actuará durante los próximos años abarcan: (i) las iniciativas para mejorar la
productividad y la competitividad; (ii) los programas de apoyo a la descentralización y
regionalización, principalmente creando capacidades y promoviendo alianzas; y (iii) las

8
actividades para promover la transparencia, la vigilancia ciudadana y la lucha contra la
corrupción.

Estos cambios han sido acompañados por el ingreso de nuevas entidades de cooperación en la
región, principalmente fundaciones privadas, y por la puesta en marcha de nuevos
instrumentos financieros para la cooperación internacional. Las fundaciones privadas operan
fuera de las estructuras de gobierno y generalmente sin vincularse a las estrategias nacionales
de desarrollo, y han hecho aportes en ámbitos que no han sido tomados en cuenta por los
gobiernos y los donantes tradicionales. Esto hace necesario renovar los esfuerzos de
coordinación entre las entidades de ayuda oficial (multilateral y bilateral proveniente de
países desarrollados y en desarrollo), las fundaciones privadas, las agencias gubernamentales,
las organizaciones de la sociedad civil y las empresas privadas que tienen programas de
responsabilidad social. También requiere de iniciativas para mejorar la capacidad de
vincularse a los nuevos actores financieros y de cooperación en el ámbito internacional. Por
último, abre oportunidades para aprender a través del intercambio de experiencias, y el
establecimiento de alianzas y redes para emprender acciones conjuntas.42

Los nuevos instrumentos financieros disponibles (garantías parciales y totales, titulación de


deudas, nuevos tipos de bonos, impuestos dirigidos, apoyo presupuestario, financiamiento
programático, fondos anticíclicos, préstamos sindicados para concesiones, asociaciones
público-privadas, contrapartes para remesas, entre muchos otros) hacen necesario que las
agencias de cooperación y sus asociados en los países receptores hagan un seguimiento
continuo de su evolución y estén dispuestos a explorar y experimentar con su uso. Al mismo
tiempo, deben mejorar su capacidad de gestión por resultados y de rendición de cuentas, que
frecuentemente son condiciones para acceder a ellos.

Por otra parte, a medida que se afianza el crecimiento económico, se espera que cada vez más
países de la región pasen de ser únicamente receptores a ser receptores y cooperantes al
mismo tiempo. Esto dará mayor impulso a la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular.
Los países más avanzados de la región prestarán ayuda a los que están en desventaja y se
asociarán con agencias de cooperación multilaterales y bilaterales para aumentar la eficacia
de la cooperación.

Recientemente se han puesto en marcha iniciativas para la provisión de bienes públicos


globales y regionales.43 Sin embargo, aún queda por identificar y desarrollar temas clave para
la provisión de bienes públicos globales y regionales, tales como integración regional y
subregional, servicios ambientales, conservación y manejo sostenible de la biodiversidad,
seguridad alimentaria, conservación y manejo de las fuentes de agua, investigación en medio
ambiente y diversidad biológica, monitoreo del cambio climático, atención ante desastres
naturales y ayuda a damnificados, innovación, ciencia y tecnología, estabilidad financiera,
entre otros. Este es un campo en donde la cooperación internacional puede cumplir un papel
catalizador apoyando iniciativas para refinar el diseño de mecanismos de provisión de bienes
públicos regionales, nacionales y locales, y articulando a las instituciones que intervienen a lo
largo de toda la cadena del sistema de suministro de este tipo de bienes.

La cooperación puede apoyar en la investigación y el intercambio de ideas y experiencias de


desarrollo exitosas dentro de la región y con otras regiones. Entre los interrogantes actuales se
encuentran: ¿cómo adaptarse al cambio climático?; ¿cómo valorar y proteger las culturas y
conocimientos de los pueblos indígenas?; ¿cómo promover la innovación, ciencia y
tecnología en la sociedad del conocimiento?; ¿cómo pasar de ser productores y exportadores
de materias primas a actividades productivas y de servicios con mayor valor agregado?;
¿cómo valorar económicamente la biodiversidad?; ¿qué es posible hacer en cuanto a nuevas
fuentes de energía? Las respuestas a estos interrogantes definirán el futuro de la región.

9
4. Implicancias de los cambios del contexto internacional y de la nueva arquitectura
financiera para la COSUDE

Las transformaciones en el entorno global y regional, en la estructura de la arquitectura de la


ayuda para el desarrollo, y en las políticas de la cooperación suiza, generan una oportunidad
para repensar el papel de la COSUDE en América Latina y el Caribe. Por su naturaleza y
características especiales —capacidad de convocatoria, vinculación con la población
organizada, colaboración con entidades del sector público, posibilidad de adoptar una
perspectiva de mediano plazo, mayor flexibilidad en el uso de recursos, provisión de
asistencia técnica, aporte en forma de donaciones, capacidad de asumir riesgos—, la
cooperación internacional en general, y la cooperación suiza en particular, pueden
desempeñar un papel muy importante para orientar el uso de recursos públicos en los ámbitos
nacional, regional y local, y también para promover acciones conjuntas entre el Estado, el
sector privado y la sociedad civil. Hacer efectiva esta posibilidad requiere de nuevos
enfoques, de una disposición a explorar caminos diferentes, y de superar la concepción de que
la cooperación debe orientarse sólo hacia los países de bajos ingresos.

Las ventajas de la cooperación suiza para el desarrollo se pueden clasificar en cuatro grandes
categorías: (i) cuenta con recursos financieros, humanos y de reputación; (ii) posee un
conocimiento acumulado en la región por más de cuatro decenios; (iii) tiene un estilo de
operación que se ha caracterizado por mostrar un perfil bajo; y (iv) concentra su trabajo
geográfica y sectorialmente en pobres con potencial para lograr su propio desarrollo.

Tomando en cuenta los cambios en el entorno global y regional, en la ayuda para el


desarrollo, y las características de la COSUDE, es posible identificar un conjunto de
potenciales líneas estratégicas para sus actividades en América Latina durante los próximos
años.

A. Ámbito regional
• Apoyar iniciativas conjuntas para reducir las desigualdades y poner en práctica estrategias
de crecimiento con inclusión, a través del intercambio de experiencias, programas de
cooperación triangular y alianzas público-privadas, entre otros mecanismos.
• Apoyar iniciativas de seguimiento del cambio climático y sus efectos, promoviendo
estudios de adaptación, reducción de vulnerabilidades, prevención de desastres y manejo
de riesgos ambientales.
• Considerar, analizar y experimentar nuevos instrumentos institucionales y financieros
para mejorar la eficiencia, efectividad y sostenibilidad de la ayuda, tales como articular e
integrar iniciativas de responsabilidad social empresarial, cooperación internacional,
programas gubernamentales e instancias de participación ciudadana.
• Explorar la posibilidad de apoyar iniciativas para identificar y proveer bienes públicos
regionales, incluyendo la creación de cadenas institucionales para asegurar su suministro
y uso en la práctica.
• Apoyar el desarrollo de nuevos enfoques e interpretaciones que permitan identificar una
gama más amplia de opciones para enfrentar los cambios en el entorno latinoamericano, y
para aprovechar las experiencias exitosas locales en ámbitos más amplios (scaling up).
• Aprovechar la experiencia acumulada en el trabajo conjunto con el sector público, la
sociedad civil, los beneficiarios y otros cooperantes para incorporar a nuevos actores en la
cooperación internacional en iniciativas regionales.

B. Ámbito nacional
• Incidir en políticas públicas sistematizando experiencias, identificando lecciones
aprendidas y compilando buenas prácticas para mejorar las condiciones de vida de los
más pobres y reducir la desigualdad y la exclusión.

10
• Promover la coherencia y consistencia de políticas públicas (alinear las políticas
explícitas con las políticas implícitas) para mejorar la eficacia de las intervenciones
gubernamentales
• Apoyar la difusión de información sobre experiencias locales exitosas y promover su
reinterpretación e implementación en otras localidades. Asimismo, registrar experiencias
fallidas para extraer lecciones que permitan evitar errores cometidos.
• Promover y apoyar la formulación y adopción de estándares para el desempeño de
instituciones públicas y privadas, así como los mecanismos y procedimientos para evaluar
su desempeño. En particular, es preciso difundir a implementar enfoques de gestión por
resultados en los programas de cooperación internacional para el desarrollo.
• Vincular y articular las iniciativas de políticas públicas en los ámbitos del gobierno
central, los gobiernos regionales y los gobiernos locales, así como las iniciativas del
sector privado y de la sociedad civil.
• Articular y armonizar las políticas entre los distintos sectores del gobierno central,
promoviendo la coherencia de las políticas en áreas prioritarias para la cooperación suiza.
• Ayudar a movilizar recursos públicos y de otras fuentes, tanto internacionales como
domésticas, buscando asegurar la sostenibilidad de las intervenciones de la cooperación
suiza mediante contrapartes y otros tipos de financiamiento.

C. Ámbito subnacional
• Capacitar a funcionarios públicos en gestión de proyectos para asegurar el uso eficiente y
efectivo de los mayores recursos disponibles.
• Crear y consolidar espacios de diálogo y consenso entre los diversos actores que
intervienen en los proyectos y programas de desarrollo.
• Apoyar la formación de líderes con capacidad de gestión y de articular iniciativas.
• Promover actividades productivas y competitividad, y el desarrollo de mercados y de
eslabonamientos entre las grandes empresas y los micro y pequeños empresarios.
• Hacer uso de los proyectos apoyados por la COSUDE para crear espacios de
coordinación horizontal entre los diversos sectores de la administración pública.
• Aprovechar las posibilidades que ofrecen los espacios subnacionales para desarrollar
iniciativas e intervenciones en algunos temas que aún no forman parte de la agenda
política nacional (derechos humanos, medio ambiente, innovación tecnológica).
• Apoyar iniciativas dirigidas al fortalecimiento de la cohesión social para reducir los altos
niveles de exclusión social y la vulnerabilidad, particularmente en las regiones más
deprimidas de los países.
• Apoyar la creación y consolidación de capacidades de planeamiento y gestión estratégica
en el sector público, particularmente en los niveles local y regional.

Una línea estratégica que abarca estos tres niveles se refiere al trabajo con los medios de
comunicación masiva, especialmente la televisión, para difundir información, experiencias,
valores e iniciativas, así como mensajes positivos y motivadores, que ayuden a revertir el
escepticismo y la desesperanza que aún prevalecen en amplios segmentos de la población
latinoamericana. Los medios de comunicación masiva pueden ser valiosos aliados en la
transmisión de ideas y valores, y en la generación de una conciencia colectiva sobre temas
clave, tales como la protección del medio ambiente, la importancia de la innovación y el
respeto a los derechos humanos.

5. Comentarios finales

La crisis financiera internacional de mediados del 2008 que se inició en Estados Unidos ha
desencadenado efectos en todas las regiones del mundo y reafirma las tendencias expresadas
anteriormente. Afecta a la región a través del contagio del riesgo y pánico financieros, la
reducción del comercio internacional, el descenso del flujo de remesas, la caída en las bolsas
de valores, la reducción del acceso al crédito y por cambios en los flujos de la cooperación

11
internacional. Sin embargo, América Latina está mejor preparada para enfrentar esta crisis
que en ocasiones pasadas (crisis de deuda, asiática, rusa, mejicana, argentina). El efecto en
cada país será diferente porque la capacidad, la interconexión y el peso de cada uno de estos
factores son distintos en cada caso.

La reducción de los flujos financieros internacionales hacia la región, y en particular de la


ayuda oficial, abre oportunidades a los países de América Latina para impulsar la cooperación
Sur-Sur y, en coordinación con la ayuda proveniente de los países desarrollados, la
cooperación triangular. Asimismo, las agencias internacionales, en particular la COSUDE,
pueden tomar iniciativas para examinar los impactos de la crisis financiera en la región,
reflexionar sobre el papel de la cooperación y proponer opciones de política que resguarden
los avances de los últimos decenios en la reducción de la pobreza.

1
COSUDE (2008a).
2
COSUDE (2008b).
3
Algunas ideas de esta sección han sido analizadas y expuestas por los autores en informes realizados
para otras instituciones bilaterales y multilaterales de cooperación internacional, incluidos: Sagasti
(1999); Sagasti (2002; Sagasti (2004); Sagasti, Espinoza y Prada (2004); Sagasti, Prada y Bazán
(2005); Sagasti y Lewis (2005); Sagasti y Prada (2005); Sagasti (2005); Sagasti, Prada, Bazán y
Castillo (2005); Sagasti, con la colaboración de Bazán y Castillo (2006).
4
CEPAL (2008a: 85).
5
La CEPAL (2008d) ha estimado una reducción de la tasa de crecimiento entre 2007 y 2008 de 5% a
4,7%, mientras que el World Economic Outlook (2008) ha calculado una disminución de la tasa de
crecimiento económico anual de la región de 5,6% a 4,4% entre 2007 y 2008 y un incremento de la
tasa de inflación de 5,4% a 6,6%. Con respecto al índice de precios al consumidor, ya se ha registrado
un aumento en algunos países, en los cuales ha llegado a dos dígitos. Nicaragua ha tenido una variación
de 10% entre 2006 y 2007, mientras que Bolivia, de 8,7%; Ecuador, de 2,3%; y Perú de 1,8%. Estos
resultados son distintos para cada país y se estima un incremento en todos estos países para el 2008.
6
Un estudio realizado por Berhman, Birdsall y Szekely (2001) sobre el impacto social de la
liberalización comercial en Latinoamérica concluye que “la liberalización usualmente aumenta la
demanda por trabajo no calificado, lo que, a su vez, ocasiona una reducción en las brechas salariales y
un mejoramiento en la distribución del ingreso (esta es una de las predicciones fundamentales de la
teoría clásica del comercio). De otro lado, la liberalización puede impulsar un proceso de cambio
técnico sesgado a favor del trabajo calificado, lo que, a su vez, produce una ampliación de las brechas y
un empeoramiento de la distribución (esta es una de las regularidades empíricas mejor documentada en
la literatura académica reciente). Aparentemente, ambos efectos fueron de magnitudes similares, y por
lo tanto, la liberalización comercial no tuvo un impacto discernible sobre la distribución del ingreso.”
(Gaviria, s.f.: 4-5).
7
CEPAL (2007a: 9).
8
“[...] la industria maquiladora mexicana generó aproximadamente 600 mil empleos con posterioridad
a la aprobación del NAFTA. [...] la agricultura perdió entre 600 y 700 mil empleos después de
NAFTA. En suma, lo que se gano en la maquila se perdió en el campo.” (Gaviria, 2005: 8).
9
Brasil y Argentina acordaron iniciar su comercio binacional en moneda nacional a partir del 3 de
octubre de 2008 (Ugarteche y Vázquez, 2008).
10
Banco Mundial (2008a)
11
CEPAL (2008: 88).
12
CEPAL (2007a: 170).
13
OIT (2007).
14
Según Perry y otros (2007), en Perú alrededor del 35% de los trabajadores son informales
independientes y cerca del 40% son informales asalariados. Se trata tanto de informales por exclusión
(no tienen posibilidad de ingresar al mercado) como de informales por escape (deciden que ser
informales es más beneficioso). (Ophèlimos, 2007).
15
CEPAL (2007c).
16
CEPAL (2008a).
17
CEPAL (2005); CEPAL (2008e).
18
Burgos, Elizabeth (2008).
19
Corporación Latinobarómetro (2007).

12
20
Véase en el anexo 3 los principales espacios de integración regional de América Latina.
21
El 9 de diciembre de 2007 se firmó la creación del Banco del Sur con la participación de Argentina,
Bolivia, Brasil, Paraguay, Venezuela y Ecuador. Sin embargo, aún no inicia operaciones.
22
Los presidentes de la UNASUR han creado una comisión de apoyo al gobierno boliviano en la
reunión realizada en Santiago de Chile el 15 de setiembre de 2008. Sobre UNASUR véase:
http://www.comunidadandina.org/sudamerica.htm
23
Amat y León, Carlos (2008: 2).
24
PNUD (2007c).
25
Petrocaribe es un acuerdo de cooperación energética propuesto por el Gobierno Bolivariano de
Venezuela, con el fin de resolver las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos. Financia hasta
el 60% de la factura petrolera con un plazo de 25 años y un interés de 1% cuando el precio del barril de
petróleo supera los US$ 100, y el resto se cancela en un plazo de 90 días. Cuenta con 18 países
miembros y Costa Rica está estudiando su adhesión en la actualidad. (véase: www.pdvsa.com, y La
República, 2008).
26
En el anexo 6 se presentan los principales flujos de ayuda oficial para el desarrollo (AOD) recibida
por subregiones y en el anexo 7 se mencionan las principales fuentes de donaciones bilaterales y
multilaterales para América Latina, también según subregiones.
27
Por ejemplo, Okie (2006) describe cómo los US$ 60 mil millones donados por la fundación Bill and
Melinda Gates y de Warren Buffett para la salud global cambiaron la escala de los recursos orientados
hacia el tema de salud.
28
Sobre este tema, véase Sagasti, Bezanson y Prada (2005).
29
DFID (2004).
30
OECD (2005).
31
Kremer y Leino (2002).
32
IFFIm (2008).
33
The Global Fund (2006).
34
Sachs, Jeffrey (2005).
35
Easterly, William (2006).
36
Un bien público global se caracteriza por su no-rivalidad (su consumo por alguien no impide su
consumo por otro), no-exclusividad (es imposible o costoso impedir su uso por quien no paga por él), y
su alcance internacional o global (abarca varios países, regiones o el mundo entero). Véase Kauk,
Grunberg y Stern (1999); Sagasti y Bezanson (2001); Kaul, Conceição, Le Goulven y Mendoza (2003);
y Sagasti (2006).
37
Véase Sagasti y Bezanson (2001) para una descripción de estos conceptos. Para una aplicación al
caso de la investigación agropecuaria internacional, véase Sagasti y Timmer (2008).
38
El Banco Inter-Americano de Desarrollo ha establecido un programa para financiar la provisión de
bienes públicos regionales que lleva ya cuatro años de ejecución. Véase:
http://www.iadb.org/int/rtc/bpr/includes/Convocatoria2005_en.pdf
39
Por ejemplo, hay quienes proponen una perspectiva “post-desarrollista” que rechaza radicalmente la
idea de desarrollo: “bajo la bandera del desarrollo y el progreso, una pequeña minoría de usureros
locales, apoyados por sus patrones extranjeros, devastaron los propios cimientos de la vida social [en
los países en desarrollo] el desarrollo fue un regalo envenenado para la población que pretendía
ayudar” (Rahnema y Bawtree, compiladores, 1998: X, 381).
40
Sagasti, Francisco, Álvaro Espinoza y Fernando Prada (2004).
41
Véase Wood, Kabell, Muwanga y Sagasti (2008).
42
Las agencias de cooperación pueden adaptar los modelos de gestión de las fundaciones privadas y las
fundaciones privadas pueden aprovechar la experiencia acumulada por las agencias de cooperación, así
como tomar en cuenta los modelos de estructura organizacional y de gobierno de las instituciones de
cooperación y su transparencia. Véase Marten y Witte (2008) para un análisis más detallado del papel y
de los desafíos de las fundaciones privadas en el desarrollo internacional.
43
El BID ha promovido una iniciativa para financiar proyectos que impliquen bienes públicos
regionales. Véase: http://www.iadb.org/int/redes/rpg/index.aspx?idioma=spa

13
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18
ANEXO 1. Visión de la COSUDE al 2010 1

Asegurar la sostenibilidad: En su actividad, la COSUDE persigue un desarrollo sostenible.


Asimismo, fomenta el deseo de paz, libertad, seguridad, justicia y bienestar del ser humano y
toma en cuenta los intereses de las generaciones futuras. En esta óptica, la preocupación
primordial de la COSUDE es mejorar las condiciones y la calidad de vida de las poblaciones
más desfavorecidas en los países del Sur y del Este. Concebidos para alcanzar resultados
óptimos, los programas de la COSUDE apoyan y promueven las iniciativas propias de sus
contrapartes a fin de:
• Reducir la pobreza
• Combatir las causas estructurales de los conflictos
• Responder a las necesidades de emergencia

Orientarse hacia el futuro: Orientar su acción en función de los retos globales que plantea un
contexto internacional en el que los cambios son cada vez más acelerados:
• La pobreza, el acceso a los recursos y su utilización, los conflictos armados y la
migración forzosa son problemas que se acentúan aún más por el crecimiento
demográfico
• La mayoría de las personas desfavorecidas y marginadas son mujeres; el poder está en
manos de los hombres
• La educación, la comunicación, las nuevas tecnologías de la información y el acceso al
saber son factores clave para el desarrollo
• Entre el Estado, la sociedad civil y la economía privada, asistimos a una nueva repartición
de roles, lo que exige un espíritu de responsabilidad común
• La globalización de los sistemas políticos y económicos sigue avanzando y requiere
reglas de juego a nivel internacional

Perseguir la eficacia: La estrategia 2010 reposa en los potenciales actuales de la COSUDE y


en aquellos que intenta desarrollar en el futuro. Estos potenciales son los siguientes:
• La COSUDE es una organización contraparte fiable que se distingue por su continuidad y
su flexibilidad
• Para su trabajo, la COSUDE establece prioridades en función de sus ventajas
comparativas y utiliza eficazmente los diversos instrumentos de cooperación
• La motivación y el profesionalismo de sus colaboradoras y colaboradores, así como su
saber institucional constituyen un capital valioso de la COSUDE
• La COSUDE está arraigado no sólo en la población y en las autoridades de los países
contrapartes, sino también en la opinión pública suiza y en sus instancias de decisión
• La ayuda humanitaria de la COSUDE es rápida y flexible; su trabajo de cooperación a
largo plazo persigue resultados sostenibles
• La COSUDE goza de una posición idónea para promover la colaboración intersectorial en
la política suiza
• En la escena internacional, la COSUDE aboga por soluciones social y ecológicamente
sostenibles

Temas prioritarios: prevención y superación de crisis, buena gestión de los asuntos públicos,
promoción de ingresos y de empleo, mayor justicia social y manejo sostenible de los recursos
naturales.

Cada tema prioritario contribuye al logro de la meta, es decir, el desarrollo sostenible. Para
cada campo temático, se define un objetivo específico o parcial. Todas las actividades de la
COSUDE tienden a combatir la pobreza y eliminar las causas estructurales de los conflictos.

1
Véase: COSUDE (2001), Estrategia de la COSUDE 2010, disponible en: www.deza.admin.ch; y
http://www.cosude.org.pe/es/Pagina_principal/COSUDE_en_el_Mundo

19
ANEXO 2. Resumen de indicadores sobre la situación y proyección de cumplimiento de
los ODM en América Latina

Situación Situación
Indicadores Meta
1990 recientea
*
ODM # 1 Porcentaje de la población que vive con menos de un dólar diario 10.3 9 5.2
***
Niños menores de 5 años que están malnutridos (%) n.d. 5 n.d.
**
ODM # 2 Niños que terminan la primaria (%) 82 97 100
**
Alfabetos entre 15 y 24 años (%) 94 99 100
**
ODM # 3 Relación niñas/niños que están en primaria y secundaria 0.99 1.01 1
**
Proporción de mujeres empleadas en el sector no agrícola (%) 37 42 50
**
ODM # 4 Tasa de mortalidad de niños menores de 5 años (x 1,000) 54 31 18
**
Niños entre 12 y 23 meses vacunados contra el sarampión (%) 76 92 100
ODM # 5 Número de mujeres que mueren durante el embarazo o el parto (x 100 mil) 180 130 45
***
Partos asistidos por personal especializado (%) 73 88 n.d.
***
ODM # 6 Prevalencia del VIH en la población entre 15 y 49 años (%) 26 33 n.d.
***
Incidencia de tuberculosis (x 100 mil) 101 57 n.d.
*
ODM # 7 Población con acceso a una fuente mejorada de agua potable (%) 68 77 84
*
Emisiones de dióxido de carbono (miles de millones de toneladas métricas) 1.1 1.4 n.d.
***
ODM # 8 Valor neto de la asistencia oficial para el desarrollo (US$ per cápita) 12 12 n.d.
***
Servicio de la deuda como porcentaje de las exportaciones de bienes y servicios 15 15 n.d.
Fuente: “Online Atlas of the Millennium Development Goals”, en http://devdata.worldbank.org/atlas-
mdg/; ONU, Objetivos de Desarrollo del Milenio: Informe de 2007, Nueva York: ONU, 2007, en:
http://mdgs.un.org/unsd/mdg/Resources/Static/Products/Progress2007/UNSD_MDG_Report_2007s.pd
f; CEPALSTAT, http://websie.eclac.cl/sisgen/ConsultaIntegrada.asp
a
Datos más recientes entre el 2004 y el 2006; * indica 2004; ** 2005; *** 2006.

20
ANEXO 3. Integración de América Latina y el Caribe

Desde los años sesenta, en América Latina existe la intención de crear espacios subregionales
que promuevan la integración de la región en aspectos económicos, sociales e institucionales.
Los más importantes son:

El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que fue establecida en la Cumbre de
las Américas de 1994 para que en el año 2005 se eliminaran las barreras al comercio y a la
inversión en la región. Aún no se implementa.

La Comunidad Andina (CAN) se origina el 26 de mayo de 1969 con la firma del Acuerdo de
Cartagena. Si bien en ese entonces se le conocía como “Pacto Andino”, ese fue el comienzo
de lo que hoy conocemos como la CAN. Actualmente la integran Bolivia, Colombia, Ecuador
y Perú. Cabe señalar que en el 2006 Venezuela decidió retirarse de este grupo. En estos
últimos años, la CAN contempla como áreas de acción la agenda social, la agenda ambiental,
la cooperación política, las relaciones externas y el desarrollo productivo y comercial.

La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) comprende 12 naciones


(Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Paraguay, Perú,
Uruguay y Venezuela) que buscan establecer, desde 1980, un conjunto de preferencias
económicas en la región que conlleven a la creación de un mercado común latinoamericano.
Para lograr esto se crearon 3 mecanismos, a saber: preferencia arancelaria para productos
originarios de los países miembros; acuerdos de alcance regional; y acuerdos de alcance
parcial. Cabe resaltar que la ALADI establece mecanismos para la conformación de otros
bloques regionales, como la CAN o MERCOSUR.

En 1960 se fundó el Mercado Común Centroamericano (MCCA) con la finalidad de unificar


las economías de los países miembros e impulsar el desarrollo de la región. Los países
miembros son Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador.

El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es, quizás, la experiencia más exitosa de
integración en la región y una de las más recientes. Desde 1991, el MERCOSUR viene
llevando con éxito un proceso de unificación económica guiada, básicamente, por la
homogenización de la política arancelaria, los incentivos a la inversión para los países
miembro, el libre acceso a los mercados y la solidez institucional que ha logrado. Los países
que lo conforman son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

El 23 de mayo del presente año, se firmó el tratado constitutivo de la Unión de Naciones


Suramericanas (UNASUR), que agrupa a todas las naciones de América del Sur. Este puede
ser visto como un primer paso hacia una mayor integración en el ámbito regional.

La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) surge a finales


del 2004 en contraposición al ALCA. A diferencia del ALCA, que se inclina por velar por los
intereses de las grandes transnacionales y por la liberalización absoluta del comercio, el
ALBA tiene como meta principal la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Sobre la
base de un esquema que compense las asimetrías existentes, el ALBA busca corregir
disparidades y conseguir la unión de los pueblos latinoamericanos. Esta iniciativa la
conforman Bolivia, Cuba, Dominica, Nicaragua, Venezuela y, recientemente, Honduras.

21
ANEXO 4. Flujos netos de capital destinados a la región de América Latina y el Caribe
(US$ mil millones)

2003 2004 2005 2006 2007


Flujos financieros
Saldo en cuenta corriente 7.9 20.1 35.8 46.4 15.8
como porcentaje del PIB 0.4 1.0 1.5 1.7 0.5
Flujos netos de capital 45.6 64.0 82.9 81.9 135.3
Afluencia neta de IED 42.3 64.6 70.4 70.5 107.2
Afluencia neta de inversiones de capital de cartera 3.3 -0.6 12.5 11.4 28.1
Flujos netos de la deuda 16.2 -2.5 -2.0 -23.4 59.1
Acreedores oficiales 4.9 -10.1 -31.0 -20.0 -4.8
Banco Mundial -0.4 -1.0 -0.7 -3.4 -0.7
FMI 5.6 -6.3 -27.6 -12.1 -0.2
Otros acreedores oficiales -0.3 -2.8 -2.7 -4.5 -3.9
Acreedores privados 11.3 7.5 29.0 -3.3 63.9
Flujos netos de mediano a largo plazo 9.0 0.6 14.5 -0.1 34.5
Bonos 11.0 -0.3 16.0 -19.0 8.1
Bancos -1.4 0.8 -1.4 19.6 27.0
Otros acreedores privados -0.6 0.0 -0.1 -0.6 -0.6
Flujos netos de deuda a corto plazo 2.3 7.0 14.5 -3.3 29.4
Partida de equilibro a -36.9 -57.3 -86.4 -47.4 -81.6
Variación de reservas (- = incremento) -32.7 -24.3 -30.2 -57.6 -128.6
Partidas Informativas
Remesas de trabajadores 35.2 41.5 48.3 56.9 59.9
Fila: series; Columna: años.
Fuente: Banco Mundial, en: http://go.worldbank.org/QXEMPSLI00

22
ANEXO 5. Remesas recibidas en América Latina y el Caribe por países

Remesas a América Latina y El Caribe en el 2007 (miles de millones de


USD$)

25000

20000

15000

10000

5000

Uruguay
Haití

Trinidad y
Honduras

Surinam
Bolivia

Guyana

México
Belize

Chile

Perú
Brasil

Costa Rica

El Salvador
Guatemala
Argentina

Colombia

Ecuador

Jamaica

Nicaragua

Paraguay

República

Venezuela
Panamá
Fuente: FOMIN (2008).
Elaboración propia.

23
ANEXO 6. Ayuda oficial para el desarrollo (AOD) recibida

AOD neta recibida (millones de US$)


2002 2003 2004 2005 2006
América Central y del Norte 2369 2536 3397 3211 3429
Variaciones porcentuales 7.05 33.95 -5.48 6.79
América del Sur 2347 3112 2934 2806 2976
Variaciones porcentuales 32.59 -5.72 -4.36 6.06
TOTAL AMÉRICA 5027 6032 6759 6550 6910
Variaciones porcentuales 19.99 12.05 -3.09 5.50
TOTAL países en desarrollo 60235 70340 78793 107292 105292
Variaciones porcentuales 16.78 12.02 36.17 -1.86
Fuente: OECD Journal on Development (2008: 63-65), en:
http://miranda.sourceoecd.org/pdf/dac/432008011e-06-statisticalannex.pdf

24
ANEXO 7. Principales instituciones que participan en la AOD en las subregiones de
ALC y desembolsos totales en el período 2004-2006 (cifras en miles de millones
constantes del 2005)*

Bilaterales1 Multilaterales
MCCA + • 20 países donantes: US$ 6.8 • 7 entidades: US$ 2
México
• Estados Unidos (27%), Japón • IDA (35.7%), IDB Sp. Fund
(19%), Alemania (14.7%), España (35.2%), EC (21.6%)
(13.5%)
CARICOM • 13 países donantes: US$ 1.8 • 7 entidades: US$ 0.3
• Estados Unidos (41.6%), Canadá • EC (49.9%), IDB Sp. Fund (25.7%),
(18.3%), Francia (12.8%), Holanda IDA (15.2%)
(8.3%)
CAN + • 18 países donantes: US$ 7.6 • 6 entidades: US$ 0.9
Venezuela
• Estados Unidos (55.7%), Japón • EC (48.3%) IDA (19.8%), IDB Sp.
JBIC (12.1%), Alemania (7.7%) Fund (13.5%), GFATM (9%)
MERCOSUR • 16 países donantes: US$ 1.8 • 5 entidades: US$ 1.4
+ Chile
• Japón (35.7%), Alemania (23.8%), • EC (70%), GFATM (10.3%), IDA
Francia (11.8%), Estados Unidos (6.7%)
(11.3%)
*
Actualizado al 24 de abril del 2008.
1
Considera donantes con operaciones mayores a US$ 4 millones durante el período 2004-2006.

25

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