PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA MEDITACIÓN ACEM
Lo que sigue es la traducción de un capítulo de Stillhetens psykologi ("La Psico­
logía del silencio”), un libro escrito en noruego sobre Meditación Acem.
El artículo cubre los siguientes te­
mas:
• Así se medita
• Actividad volitiva y actividad es­
pontánea
• Sonido de meditación
• Repetición
• Actitud mental libre y abierta
• La actitud hacia el proceso
El objetivo de este capítulo es acla­
rar los principios fundamentales del méto­
do de Meditación Acem.
La meditación Acem es un tipo de
meditación que no se puede aprender estu­
diando las páginas siguientes, ni ningún
otro texto. La meditación Acem se adquie­
re mediante un proceso individual de
aprendizaje que consta de instrucción per­
sonal, orientación y discusiones a lo largo
del curso de introducción.
Las distintas técnicas de medita­
ción difieren en gran medida en el modo
en que se llevan a cabo y en cómo funcio­
nan. En general, parece que los resultados
que se pueden lograr practicando un méto­
do de meditación dependen de
a. las características específicas del método
b. el grado de motivación para practicar la
técnica de forma regular.
La considerable experiencia con la
meditación Acem además indica que el
marco conceptual y pedagógico en el cual
tiene lugar la enseñanza de la técnica de
meditación influye de forma fundamental
en el progreso de quien medita. Sin embar­
go, aquí no trataremos de las diferencias
entre distintas técnicas de meditación y
sistemas de aprendizaje. A continuación,
en cambio, describiremos cómo funciona
la Meditación Acem.
La meditación Acem se produce en
el campo psicológico en el que interactúan
las actividades volitivas y las actividades
espontáneas de la mente. Por decirlo bre­
vemente, el método consiste en buscar una
repetición sin esfuerzo del sonido de medi­
tación que incrementa la liberación es­
pontánea de las tensiones y de los recursos
bloqueados. A largo plazo, y sólo con la
práctica regular de la meditación, este pro­
ceso posibilita la surgencia de rasgos bási­
cos de la personalidad. Se elaboran las
cuestiones propias sin resolver y también
las limitaciones y tensiones personales que
de otro modo apenas habrían cambiado. El
inconsciente y su influencia se hacen acce­
sibles a la percepción interna, lo cual posi­
bilita modificaciones. Esto rara vez ocurre
sin que se produzca una cierta resistencia.
Muchos dejan la meditación cuando este
proceso comienza. Por esta razón, es im­
portante cultivar una actitud hacia el pro­
ceso de meditación que pueda ayudar a
quien medita a superar las fases difíciles y
de esa manera poder beneficiarse de las
posibilidades inherentes al método.
Así se medita
La meditación Acem se lleva a
cabo sentado cómodamente en una silla, en
el sofá o en la cama, con un apoyo firme
en la zona lumbar. Debemos sentarnos en
una posición que no requiera una cantidad
significativa de atención o esfuerzo. Tam­
bién es más fácil meditar cuando los estí­
mulos que nos rodean, como por ejemplo
la luz y el ruido, se reducen al mínimo.
Normalmente la Meditación Acem se hace
dos veces al día, en sesiones de treinta mi­
nutos, o una vez al día cuarenta y cinco
minutos. Puede ser por ejemplo por la
mañana y/o por la noche antes de cenar, u
otra hora que convenga.
 Cuando se medita, el nivel de acti­
vidad del cuerpo disminuye. Después de
las comidas el aporte de sangre al sistema
digestivo aumenta. Para evitar conflictos
entre estos procesos fisiológicos opuestos,
es una buena norma posponer la medita­
ción hasta dos horas después de las comi­
das importantes, o bien meditar antes de
las comidas.
Se medita con los ojos cerrados. Se
repite mentalmente un sonido de medita­
ción. Hay que hacerlo con suavidad, sin
esfuerzo ni concentración. Al mismo tiem­
po llegan y desaparecen de forma espontá­
nea pensamientos, impresiones, experien­
cias, imágenes, sensaciones corporales y
sentimientos, e influyen en distinto grado
en la repetición del sonido de meditación.
En ocasiones, los pensamientos to­
man el control y se convierten en el centro
de atención. Cuando la persona que está
meditando se da cuenta de que esto ha
ocurrido, regresa, sin esfuerzo, a la repeti­
ción del sonido de meditación, sin concen­
trarse en él.
Actividad volitiva y actividad espontá­
nea
El cambio y el crecimiento perso­
nal a través de la meditación Acem se pro­
duce como resultado de la práctica del mé­
todo de meditación, y no por estados es­
pecíficos de conciencia o por influencia de
un “poder superior". La práctica de la me­
ditación es en definitiva la que determina
este proceso. El progreso depende de lo
que haga la persona que medita; la ejecu­
ción de la meditación o la actividad voliti­
va mantiene o expande los límites del cre­
cimiento. Aquello que el meditador experi­
menta durante la meditación juega un pa­
pel secundario. La modificación del com­
portamiento en la meditación generalmen­
te conlleva cambios en la forma en que el
individuo es capaz de enfrentarse a los re­
tos de la vida.
Aunque el hecho de utilizar con­
ceptos propios de un modelo conductista
podría aclarar algunos aspectos de la medi­
tación, ello no implica que la Meditación
Acem sea un tipo de terapia conductista.
Los resultados de la meditación Acem se
logran a través de la actividad mental in­
terna, y no a causa del condicionamiento o
descondicionamiento, la recompensa o el
castigo.
Normalmente el comportamiento
nuevo se adquiere siguiendo ciertas reglas
y/o a través de la experiencia. La Medita­
ción Acem se aprende de ambas formas. El
curso de introducción y la instrucción pos­
terior aclaran las reglas y principios de la
práctica de la meditación. La meditación
practicada con regularidad da experiencia
sobre cómo hacerla. La orientación, los in­
tercambios de opinión y el estudio de la in­
formación sobre la meditación contribu­
yen a aclarar la comprensión del meditador
sobre el proceso, aumentando así su habili­
dad para ejecutar la técnica bajo condicio­
nes internas cambiantes.
El comportamiento siempre se pro­
duce y ejerce su influencia dentro de un
cierto contexto. La meditación se lleva a
cabo en relación con las condiciones fluc­
tuantes de la mente; por ejemplo, el flujo
de pensamientos, imágenes, emociones y
el humor que tengamos siempre estará pre­
sente de distintas formas durante la medi­
tación, exactamente igual que ocurre cuan­
do no estamos meditando. Esto se conoce
como la actividad espontánea de la mente
y es en parte un reflejo de los recursos, y
en parte asuntos sin terminar o tensión re­
sidual de la historia pasada y presente del
individuo. La Meditación Acem es un me­
dio por el cual un individuo, a través de su
propia actividad consciente, puede cambiar
las condiciones psicológicas de su vida.
Esto puede permitir al individuo
trabajar de forma más efectiva para lograr
cambios en las condiciones externas de la
vida de la persona, como por ejemplo en
las relaciones educacionales, materiales y
socioculturales.
La Meditación Acem es una activi­
dad mental que proporciona relajación,
pero sus efectos esenciales se muestran en
la vida activa de la persona.
En el resto de este capítulo les pre­
sentamos una descripción más completa de
los conceptos básicos siguientes:
• Sonido de meditación
• Repeticiones
• Actitud mental libre y abierta
• Actitud hacia el proceso
El sonido de meditación
El sonido de meditación que se usa
en la Meditación Acem es una combina­
ción de sonidos que carecen de significa­
do. La repetición de estos sonidos tiene un
efecto profundo, aunque aún no plenamen­
te comprendido, sobre el cuerpo y la men­
te. El sonido de meditación es una herra­
mienta necesaria en el proceso que caracte­
riza a la meditación Acem. En Acem los
sonidos de meditación no tienen significa­
do ni verbal/lingüístico ni simbólico. Com­
binan determinadas vocales o diptongos
con algunas consonantes de tal manera que
el sonido en su conjunto crea uno o más
patrones adecuados de ritmo. Mientras se
repite el sonido de meditación en la mente
sin esfuerzo, se pone en marcha en el siste­
ma nervioso central un mecanismo reflejo
de relajación. Un fisiólogo americano,
Herbert Benson, ha llamado a esto la “res­
puesta de relajación” (en inglés: Relaxa­
tion response.)
Los sonidos de meditación que se
usan en la meditación Acem tienen dos
funciones principales: armonizar y provo­
car.
La repetición del sonido de medita­
ción tiene un efecto armonizador, e induce
a la relajación, a la tranquilidad de ánimo y
a la liberación de nuevos recursos. Tam­
bién es provocador – sirve como facilita­
dor porque hace aflorar tensiones y limita­
ciones personales. En ciertos periodos tam­
bién provoca resistencia, malestar y ten­
dencias a intensificar los mecanismos psi­
cológicos de defensa del individuo. En ta­
les fases el meditador tenderá inconscien­
temente a usar el sonido de meditación de
forma incorrecta. Esto se manifestará bien
en relación con sus hábitos de meditación
–por ejemplo con qué regularidad practica
la meditación– o en la ejecución misma de
la meditación, o en ambas cosas.
Un sonido de meditación no es algo
que pueda ser elaborado por uno mismo.
Dista mucho de ser lo que se ha hecho
creer a algunos: tan sólo una combinación
de sonidos con una agradable sonoridad.
Las calidades estéticas no son criterio de
orientación para encontrar la clave de la
correcta combinación de sonidos.
En el curso de principiantes se da
un sonido de meditación común a todos los
miembros del grupo. En otros casos el so­
nido de meditación lo da individualmente,
un profesor de meditación calificado. En el
caso de sonido individual los criterios de
selección no están basados en una evalua­
ción de la personalidad, sino más bien en
la fase individual de desarrollo de acuerdo
con la edad, sexo y estilo cognitivo.
Por razones didácticas, los criterios
para la adecuada selección de los sonidos
de meditación no son de conocimiento pú­
blico. El profesor de meditación cualifica­
do encuentra con facilidad una combina­
ción de sonidos adecuada para el aprendi­
zaje individual de la meditación. No hay
un sonido de meditación único para cada
uno. Los sonidos se dan de acuerdo a un
sistema que implica la repetición de ciertas
categorías.
Si una persona por alguna razón
cambia la combinación de sonidos que a él
o ella le han dado, esto influirá, más pronto
o más tarde, en los efectos de la medita­
ción regular. Por consiguiente, es impor­
tante que el sonido sea correcto.
 El sonido de meditación se puede
hacer más efectivo siguiendo cierta serie
ascendente. Cuando alguien ha hecho Me­
ditación Acem durante 2 o 3 años, él o ella
puede, después de una breve entrevista, re­
cibir un sonido de meditación reforzado e
intensificado. Se pueden dar refuerzos adi­
cionales más adelante, a intervalos de 2 o 3
años. El efecto de relajación es casi el mis­
mo con el sonido de meditación reforzado.
La diferencia es que el sonido de medita­
ción reforzado acelera el proceso de medi­
tación. Intensifica la surgencia de partes no
elaboradas de la personalidad y la libera­
ción de nuevos recursos.
Dar un sonido de meditación refor­
zado a un principiante dificultaría su prác­
tica de la meditación. En cualquier caso,
cuando se da en el momento adecuado, la
mayoría de personas experimenta que enri­
quece considerablemente la meditación.
El sonido de meditación se debe
usar exclusivamente para la meditación. Se
debe guardar para uno mismo, no decirlo
nunca en voz alta o escribirlo –si lo fuera,
se perjudicarían los efectos de la combina­
ción de sonidos. Es esencial que el sonido
de meditación permanezca como no-aso­
ciado, esto es, que no tenga significado o
conexión con asuntos, emociones o rela­
ciones. Las razones por las cuales un me­
ditador no dice su sonido de meditación en
voz alta a otro meditador son, en otras pa­
labras, absolutamente pragmáticas. La
misma regla rige también para las parejas,
incluso aunque sepan por su profesor de
meditación que tienen el mismo sonido de
meditación.
Para alguien que no está al tanto de
las dinámicas de este método y le falta el
conocimiento de las áreas en las que es
susceptible, esta actitud le puede parecer
de alguna manera extraña. Sin embargo,
años de experiencia con este método con­
firman la necesidad de tratar el sonido de
meditación con una actitud de privacidad y
discreción, ya que de otro modo perderá
parte de su cualidad no-asociativa.
Repetición
El sonido de meditación se repite
mentalmente a intervalos adecuados, gene­
ralmente desde justo por debajo de 2 se­
gundos hasta 4 segundos, pero esto irá va­
riando. Normalmente no se usan los órga­
nos del habla. La repetición tampoco de­
bería acompañar el ritmo de la respiración
o de los latidos del corazón. De vez en
cuando la repetición espontáneamente pue­
de empezar a seguir estos ritmos, pero es
importante que el meditador no intente
unir el sonido de meditación a ninguna
sensación rítmica del cuerpo.
La repetición mental de cualquier
estímulo, sea auditivo, visual o cinético,
tenderá a inducir cierto grado de relaja­
ción. La estimulación monótona general­
mente produce lo que en fisiología se co­
noce como habituación. Durante la medita­
ción, ésta protegerá parcialmente frente a
los estímulos externos e inducirá una co­
rrespondiente sensibilidad incrementada
hacia los procesos internos.
La repetición en sí misma es un as­
pecto relativamente simple y mecánico de
la práctica de la meditación. Rara vez ori­
gina problemas. Sin embargo, lo que puede
dar problemas es, entre otras cosas, la ma­
nera en la que se repite el sonido de medi­
tación. Esto se discute en la siguiente sec­
ción.
Actitud mental libre y abierta
En el lenguaje cotidiano la conduc­
ta con frecuencia se describe con un verbo
que denota alguna clase de movimiento o
proceso, por ejemplo caminar, pensar, oler,
golpear o repetir. Algunas palabras descri­
ben más específicamente las características
de la conducta, por ejemplo andar vigoro­
samente, pensar despacio, golpear con en­
fado o repetir pacientemente. Tales pala­
bras suplementarias se denominan adver­
bios.
Los adverbios caracterizan al ver­
bo. Son, por así decirlo, suplementarios a
él. Cuando un adverbio no denota algo
acerca de relaciones temporales, relaciones
espaciales o cualidades sensoriales de lo
que describe, entonces denota lo que en
términos psicológicos podríamos llamar
una actitud – expresa cómo se realiza la
acción e indica algo acerca del estado
emocional del individuo cuando realiza la
acción del modo que lo hace.
La conducta de meditación consiste
en la repetición mental del sonido de medi­
tación. La actitud con la que se repite el
sonido de meditación es esencial en el pro­
ceso. ¿Cómo debe repetirse el sonido de
meditación? La respuesta es que debería
repetirse sin esfuerzo, concentración o pre­
sión. Eso no significa que no se tenga que
usar ninguna voluntad en absoluto, ya que
esto llevaría a lo que llamamos “perderse a
la deriva”. El sonido de meditación debería
repetirse con una actitud mental libre y
abierta.
El lector podría percibir esto como
algo simple y fácil de hacer. Al mismo
tiempo puede ser difícil comprender cómo
una técnica tan simple puede tener conse­
cuencias de tan largo alcance para el desa­
rrollo de la personalidad. ¿No podría uno
lograr los mismos resultados tan solo
adoptando una actitud mental libre y abier­
ta en su mente sin el uso del sonido de me­
ditación?
Sin embargo, mientras que la repe­
tición del sonido de meditación es en sí
misma una componente simple y mecánica
de la puesta en práctica, la actitud mental
libre y abierta no lo es. La repetición del
sonido de meditación induce a un cierto
grado de relajación muscular, vegetativa y
mental espontánea que es mayor que el
que se puede conseguir simplemente deci­
diendo relajarse. Durante la meditación se
liberan pequeñas, manejables dosis de ten­
siones que estaban atadas en nuestro cuer­
po y mente. Las tensiones se transforman
desde un estado pasivo a un estado activo.
Decimos entonces que hay una surgencia o
afloramiento; sus influencias en las activi­
dades de la mente se tornan perceptibles –
incluyendo la manera en que uno repite el
sonido de meditación. Las tensiones que
han aflorado se interponen en la agenda in­
terior de la meditación, y alejan la repeti­
ción de su ejecución con una actitud men­
tal libre y abierta y la llevan hacia la con­
centración o hacia la divagación. Así, la
meditación correcta inicia procesos que
antes o después llevarán a errores de ejecu­
ción dominados por la tensión.
Inicialmente, el meditador no se da
cuenta de lo que está ocurriendo – tan solo
se da cuenta de que la meditación es me­
nos satisfactoria o de que va a un ritmo
más lento. Cuando el meditador se da
cuenta de que la concentración o la “pérdi­
da a la deriva” dominan su práctica de for­
mas que previamente no eran conscientes,
la persona alcanza suficiente lucidez y li­
bertad para realizar una elección. En la
meditación se ha logrado la posibilidad de
poder expandir algunos de sus límites,
trascender comportamientos que antes es­
taban bajo la completa influencia de ten­
siones.
Cuando meditamos, encontramos
limitaciones en nuestra personalidad en
forma de desviación de la actitud mental
libre y abierta, una tendencia a concentrar­
nos o a divagar. En el organismo, la ten­
dencia a las contracciones o a la tensión
muscular se corresponde con la concentra­
ción en la meditación. La hipotonía (tono
muscular demasiado bajo) se corresponde
con la divagación. Si la repetición del soni­
do de meditación está dominada por la
concentración o por la divagación, la prác­
tica de la meditación no modificará las ten­
siones que han aflorado.
El desafío cuando uno medita es
encontrar una vez tras otra una actitud
mental libre, abierta, no concentrada y sin
divagar, que cree un lugar apto para la in­
tegración espontánea de experiencias y el
desarrollo de la personalidad.
 La actitud mental libre y abierta en
la meditación Acem es una actitud similar
a la de libre deriva de la conciencia en el
psicoanálisis, en la que uno intenta asociar
libremente. Sin embargo, en el psicoanáli­
sis el foco está en analizar el contenido de
los pensamientos libremente asociados y si
es posible rastrear sus residuos emociona­
les activos retrocediendo a las experiencias
formativas tempranas de la infancia. En la
meditación Acem, como en el psicoanáli­
sis, se supone que la corriente de la con­
ciencia discurre libremente. Esta es una
norma independiente de si uno encuentra
la corriente de la conciencia tediosa, estú­
pida, inmoral, banal, interesante o fasci­
nante. La diferencia es que en la medita­
ción Acem uno es indiferente hacia el con­
tenido de los pensamientos; no intenta
comprenderlos o analizarlos. De este modo
la meditación no proporciona una nueva
comprensión de las experiencias de la in­
fancia, etc. Lo que es esencial cuando uno
medita no son los pensamientos en sí mis­
mos, sino el hecho de que uno los deja pa­
sar. El sonido de meditación ayuda a con­
seguir una actitud mental libre y abierta, lo
que de otro modo habría sido imposible.
En otras palabras, establece una mayor
apertura en partes de la mente que de otra
manera habrían sido inaccesibles.
La simple repetición del sonido de
meditación no es suficiente para activar el
proceso. También es esencial la actitud
mental con la que se practica la repetición.
En este sentido hay diferencias importan­
tes entre los diferentes métodos de medita­
ción, todos los cuales tienen en común la
repetición de un sonido de meditación o
mantra. La diferencia más importante radi­
ca en la actitud mental con la que se repite
el sonido de meditación. Las técnicas que
están basadas en la concentración (por
ejemplo, los diferentes tipos de japa) a me­
nudo tienen sonidos con un significado es­
pecífico. La meditación Acem es comple­
tamente diferente: la actitud mental es
abierta y libre. Para evitar complicaciones
en la actitud mental libre y abierta, los so­
nidos de meditación en la meditación
Acem son, por consiguiente, sin significa­
do lingüístico o simbólico.
Hemos descrito los 3 componentes
necesarios y suficientes de la meditación
Acem:
1.- El sonido de meditación, que contribu­
ye a la relajación espontánea y a la surgen­
cia de tensiones,
2.- La repetición, que nos protege de los
estímulos externos y así incrementa la
apertura hacia los procesos interiores en
los procesos de surgencia y
3.- La actitud mental libre y abierta, que
lleva al desarrollo psicológico.
En la siguiente sección abordamos
el cuarto tema que es de importancia cen­
tral en la meditación Acem.
La actitud hacia el proceso
Las actitudes expresan valores en
relación a un tema, proceso, persona u ob­
jeto. Caracterizan el comportamiento y la
experiencia, la tolerancia y la adaptación.
La práctica regular de la meditación Acem
lleva a la relajación, a tener mayor energía
y al desarrollo de la personalidad. Sin em­
bargo, el proceso puede en ciertas fases
llevar al cansancio, inquietud, resistencia y
contacto con emociones desagradables. La
Meditación Acem es un proceso potente
pero no obstante suave y gradual. La pro­
babilidad de que la surgencia pueda sobre­
cargar psicológicamente al individuo es in­
significante; en cierto modo el proceso se
autorregula. No obstante, las fases de resis­
tencia en la meditación se reflejan en la
motivación, en la regularidad y en el deseo
de continuar del meditador. Con una acti­
tud constructiva y de comprensión hacia
estos asuntos es más fácil continuar duran­
te tales fases. Uno a menudo se encuentra
con personas que le dicen que en una oca­
sión aprendieron la meditación Acem. Se
pueden expresar en estos términos: Al
principio estaba muy satisfecho con los re­
sultados, pero después de un tiempo em­
pecé a estar menos satisfecho. No conseguí
los resultados que inicialmente experi­
menté. Poco a poco dejé de meditar.
Afirmaciones como ésta arrojan luz
sobre aspectos del proceso de meditación
de los cuales tanto las personas que medi­
tan como otras son muy poco conscientes.
La instrucción elemental es bastante sim­
ple. Poder repetir siempre el sonido de me­
ditación con una actitud mental libre no es
algo que tengan garantizado aquellos que
meditan regularmente. Como lo que está
involucrado es un proceso, algunas cosas
cambiarán constantemente. Lo que uno
comprendió y lo que dio resultado en una
fase temprana no es suficiente para seguir
progresando después de un tiempo. El me­
ditador nunca puede agotar todo lo que hay
para aprender acerca de la meditación. Por
lo tanto uno necesita reexaminar y refres­
car continuamente la comprensión práctica
de los principios básicos del método.
El aprendizaje de la meditación
Acem tiene lugar en dos etapas. La prime­
ra es una etapa inicial en la que uno apren­
de la instrucción básica. La segunda etapa
implica aprender cómo usar los principios
de la práctica del método para elaborar las
tensiones que han aflorado. Uno aprende a
vivir con la meditación y a usarla para al­
canzar mayor autoconciencia y crecimien­
to.
Por lo tanto, es importante esti­
mular una actitud en el principiante que le
capacite para continuar incluso aunque la
meditación cambie después de un tiempo.
En Acem hay cursos más exhaustivos que
estimulan el proceso de aclaración y pro­
porcionan una comprensión más exhausti­
va de los principios de la puesta en prácti­
ca del método, lo cual posibilita al medita­
dor practicar mejor las meditaciones coti­
dianas, especialmente en las fases domina­
das por la resistencia.
La orientación es otro modo por el
que el meditador puede llegar a ser cons­
ciente de los aspectos que no están claros
en su práctica. El consejero pregunta lo
que hace que el meditador sea consciente
de qué aspectos de su ejecución de la me­
ditación están impidiéndole progresar.
Hay por consiguiente poca base
para mantener que la meditación Acem dé
menos resultado con el tiempo. La relaja­
ción se consigue generalmente en todas las
fases, pero a menudo es infravalorada du­
rante el proceso de afloramiento. El méto­
do de hecho lleva a resultados en un nivel
diferente después de la fase inicial. En este
proceso, durante el cual el meditador avan­
za de los resultados iniciales bastante con­
cretos a las fases posteriores con efectos
más sutiles, muchos dejan de meditar antes
de entender lo que está ocurriendo. Las fa­
ses del afloramiento a menudo duran me­
ses y vuelven más tarde en el proceso de
meditación. Sin embargo lo más importan­
te es superar la primera fase de afloramien­
to. Esto posibilita que el meditador entien­
da el proceso y cómo puede manejarse con
los posteriores periodos de resistencia. Lo
importante es continuar meditando regular­
mente y trabajar constantemente para man­
tener una actitud mental libre y abierta
bajo la cambiante influencia de las activi­
dades espontáneas de la mente.
En los periodos de afloramiento el
meditador atraviesa fases de intentos, erro­
res y aclaraciones hasta que él o ella es ca­
paz de hacer cambios cualitativos en su
práctica en relación con la manera en que
repite el sonido de meditación. Para supe­
rar tales fases, son ayudas importantes el
contacto con meditadores, la orientación,
los cursos y la literatura sobre la medita­
ción. También permiten que el individuo
elabore las fases de afloramiento más rápi­
damente.
Acem © 19052006 jma/arh