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UNIVERSIDAD MESOAMERICANA DE SAN AGUSTÍN

Diferentes teorías que explican la conducta antisocial

Materia de Psicología Criminal.


Licenciatura en Psicología.
Séptimo semestre.

Presentado por:

Br. Molina Molina Juan Antonio

Mérida, Yucatán, México.


4 de febrero del 2019.
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Índice
Introducción/3
Definición de conducta antisocial/4
Teorías explicativas de la agresión humana/5
Teorías biológicas/5
Teorías psicosociales/6
Teorías cognitivas/9
Teorías constitucionales/10
Teorías psicodinámicas/11
Conclusión/13
Referencias/14
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Introducción

En el siguiente documento, se pretende hacer un análisis y reflexión acerca de la conducta

antisocial, su concepto, parte de sus orígenes, su motivación, cómo se desarrolla y también la

forma en la cual se puede identificar dicho comportamiento, así como también el punto de vista

de las diferentes teorías que han tratado dichas conductas y la explicación que dan al concepto.

Se revisa desde un punto de vista psicológico criminal y forense utilizando también la ayuda de

las teorías de las cuales se hablará posteriormente.


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Definición de conducta antisocial

La conducta antisocial se puede entender como toda aquella conducta que, en sí, pueda

atentar con las reglas y normas sociales, es decir, aquellos delitos que afecten a la sociedad

misma (como bien serían peleas, actos vandálicos, destrucción de propiedades, absentismo

escolar, mentiras frecuentes, huidas de casa, etc.), dichas actividades tienen como objetivo causar

algún tipo de daño directamente a las personas que pertenecen a la sociedad.

Y, aun así, la conducta antisocial, según Kazdin (1988) “abarca un amplio rango de actos

y actividades, tales como peleas, acciones agresivas, hurtos, hechos vandálicos, piromanía,

absentismo escolar, huidas de casa o mentiras reiteradas”.

Pero en sí, una pregunta podría ser ¿Es acaso la conducta antisocial una conducta

criminal? Algunas teorías mencionan que sí lo son, puesto que dicho termino alude

prácticamente a aquellos actos que vayan en contra de las leyes criminales, y por lo tanto,

conlleve a diferentes consecuencias, como bien podría ser lo mencionado anteriormente

(destrucción de propiedades, actos vandálicos, etc.), así que se somete a un “castigo” en sí,

dictado por la ley. De igual forma, se debe hacer hincapié sobre el hecho de que algunos de estos

comportamientos o actitudes puede ser justamente por una parte del ciclo del desarrollo,

hablando respectivamente de niños o adolescentes, y no tiene que confundirse o malinterpretarse

con esos términos.

Más adelante se explica acerca de las diferentes teorías de las cuales se puede observar

dicha conducta, desde los factores genéticos, geográficos, químicos, psicológicos e incluso los

factores sociales o contextuales, los cuales en ocasiones son determinantes para lograr dichos

actos ante los criminales.


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Teorías explicativas de la agresión humana

Existen diferentes teorías que explican la agresión humana desde diferentes puntos de

vista, entre las más notables se pueden encontrar las biológicas, psicosociales y geográficas,

psicodinámicas, cognitivas, neuropsicológicas, entre otras; por lo que cada una ha intentado

explicar la agresión y los factores más influyentes de esta.

Teorías biológicas

Esta teoría menciona que el factor más importante del humano y su relación con la

agresión y conducta antisocial, es mayormente hereditario, es decir, que hay criminales con estos

rasgos que nacen, no se hacen. Lombroso (1835-1909) menciona que “los criminales son

producto de una configuración genética que no está compuesta por los genes normales, es decir,

no tiene la composición ni la combinación de la población no criminal”. Aunque más que nada,

Lombroso se centró en la fisionomía de estas personas, y los rasgos que podrían presentar para

identificarlos como personas altamente agresivas o criminales.

Desde este punto de vista, no necesariamente está enfocado a la cuestión biológica, sino

que, en cierta forma, tiene una pequeña parte del aspecto sociobiológico que puede influir en el

comportamiento agresivo del ser humano. Se ha demostrado que desde los animales, el instinto

de superioridad ha aparecido, siendo más que nada para mantener un control entre el “círculo

social” que pudiera llevar la especie, y por ende, funciona de la misma manera en el humano, por

así decirlo el ser humano utiliza la agresión como una forma de mantener el control ante

amenazas e incluso ante situaciones que sienta que no es capaz de manejar, así como también las

situaciones en donde es necesario un control social de su entorno, ya sea en círculo familiar, de

amistades, comunidad o bien, en su ambiente social.


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Es demostrado que el ser humano siente esa necesidad de mostrar agresión y que lleva

una carga de predisposiciones ante el mundo, una carga genética que podría decirse lleva estas al

punto de mostrarse ante las demás personas, ante su entorno. Por lo que se puede decir que la

conducta antisocial, aunada a este termino de agresión, podría ser considerado como un factor

natural del cuerpo humano derivado de esta teoría, en sí como un mecanismo para protegerse de

las amenazas ambientales o situacionales que el cuerpo pueda experimentar, una opción para

poder suprimir de igual manera el miedo o la tristeza, si es que se habla de cuestiones

emocionales, y podría de igual forma ser considerada como un factor del desarrollo del ser

humano, aunque, si se lleva a cabo un exceso de un límite del cual se plantea únicamente por las

leyes morales o legales, se diría que la carga genética que tiene esa persona es más fuerte, y los

antecedentes, en todo caso, podrían reflejar justamente una conducta similar en sus parientes,

aunque no sea del todo determinante.

Teorías psicosociales

El ambiente psicosocial es el más conocido y característico que los psicólogos podrían

decir del cual se manifiesta una conducta agresiva o antisocial, debido a las diferentes cuestiones

que pudieran estar aconteciendo en esos momentos, ya sea una cuestión económica o por el

simple hecho de querer encajar en un grupo social del cual uno no se siente aceptado. La forma

de actuar del ser humano depende en numerosas ocasiones de su interacción con su medio social:

familia, escuela y amigos; y de los cuales se lleva una especie de aprendizaje de los mismos, por

ende, se toman algunos aspectos para utilizar en la vida diaria.

Así, Berkowitz, en 1989, menciona que “la relación frustración-agresión es un caso

específico de una relación más global del ser humano entre estimulación aversiva e inclinación

agresiva”.
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La agresión puede aparecer también por medio de la competición, la teoría del conflicto

Marxista menciona que los seres humanos están en una constante necesidad de pertenecer a un

grupo, y una vez perteneciendo a este, hará todo lo que sea necesario por hacer crecer a ese

mismo grupo, es decir, compitiendo contra otros y, por ende, algunos factores agresivos surgen

de eso. Normalmente los grupos tienen a llevar a cabo leyes de las cuales puede tener el control

del mismo, como se mencionó anteriormente, la agresión puede ser una necesidad de tener el

control de diferentes factores. Estos grupos, como se menciona normalmente en la sociedad, para

ser agresivos, normalmente son aquellos que son causantes de actos vandálicos, es decir,

aquellos que de forma usual atentan contra la seguridad pública y, en muchas ocasiones, con las

leyes que ha impuesto la sociedad, normalmente son aquellos grupos de adolescentes que se

dedican a la destrucción de propiedades o también, los grupos adultos que se dedican a diferentes

áreas, como bien podría ser el narcotráfico, la mafia, el racismo, etc.

También los grupos migrantes o grupos raciales son propensos a tener una mayor

agresión, no por su etnia, sino más bien por la constante discriminación que tienen en las

diferentes áreas geográficas en donde normalmente radican, como bien podría ser una zona de

suburbio, las mismas personas que habitan esas zonas son excluyentes con esos grupos por el

hecho de no pertenecer, según ellos, a un mismo estándar en el cual ellos se encuentran,

refiriéndose también a un factor socioeconómico.

Cómo se mencionó de forma anterior, entre las teorías más reconocidas y que influye en

este tema, es del Aprendizaje social de Bandura, en el cual se establece que el ser humano

aprende a base de modelos, los cuales se desarrollan o muestran en los ámbitos anteriormente

señalados, y de los cuales esos círculos familiares, escolares o de amigos, influyen

completamente en el desarrollo de la persona, y como crea o adopta conductas similares a dichos


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modelos, fomentando en sí, un aprendizaje agresivo respecto a sus actuaciones y sus ideas sobre

la misma sociedad o la autoridad; la conducta violenta puede aprenderse también por

observación de otras personas que la ejecuten. La probabilidad de desarrollarla o no en una

persona dependerá de los estándares de pensamiento que conduzcan a la autorregulación, a la

autorrecompensa o al castigo.

Bandura (p. 45) afirma que “cuando una persona realiza una agresión, tiende a realizar

distorsiones cognitivas para evitar los aspectos negativos derivados de ésta, y para ello utiliza

distorsiones cognitivas, como pueden ser culpar a la víctima o deshumanizarla”; es decir, el ser

humano puede tener una constante iniciativa e inclinación a la mentira de forma inconsciente,

por lo que en su mente y de manera cognitiva, tiende a defenderse al momento de parecer una

víctima o hacer creer a la otra persona quien recibió la agresión, que está haciendo actos

antiéticos o inhumanos en contra de su persona.

Entre otras de las teorías psicosociales, podría encontrarse el psicoanálisis de Freud, el

cual menciona que muchas veces la relación que lleva la persona con su entorno y con su

ambiente, es afectada por su pasado, es decir, con la relación que en muchas ocasiones tuvo que

ver con los padres y también por el constante deseo que tiene el “Ello” de hacer lo que quiera, de

satisfacer ese placer que busca de forma continua; si se tuvo una relación no satisfactoria con los

padres, el cual eran demasiado estrictos o poseían reglas que no estuvieran orientadas hacia el

crecimiento positivo, el sujeto podría presentar rasgos agresivos directamente con su entorno,

inclusive buscando figuras que semejen a sus padres y la aceptación de estos (normalmente en

otros grupos vandálicos).


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Teorías cognitivas

En esta teoría, se explica sobre como la agresión y la personalidad están relacionados, así

como el actuar delictivo, donde prácticamente, como se sabe, la personalidad tiene diferentes

factores que la hacen única, y es por eso que este tipo puede tener diferentes variaciones y de

igual forma puede ser mostrar las diferencias entre los rasgos de personalidad de una persona

criminal a una persona que no lo es. La teoría explica que puede haber cargas genéticas en la

personalidad, y eso puede volver a una persona susceptible ante las diferentes variaciones,

acontecimientos o situaciones que puedan desencadenar los actos agresivos o criminales; como

se había explicado anteriormente, dependerá de un conjunto de diferentes factores que puedan

ocasionarlo.

Bajo el concepto de cognición, pueden ir diferentes tipos del mismo, incluyendo las

emociones, lo cual puede facilitar o inhibir las conductas agresivas o manifestaciones

antisociales, todo dependerá de cómo el sujeto interprete y perciba su entorno, aunque eso no

marcará el hecho de que tenga dichas conductas; es decir, hay diferentes formas en la cual uno

percibe el mundo, la cognición impersonal, que es la forma en la que se percibe el mundo real

(tiempo, movimiento, espacio), prácticamente la capacidad intelectual que posee cada uno, y por

el otro lado, la cognición social o interpersonal, la cual incluye términos como empatía, la

relación con las demás personas, conocer e interpretar sus intenciones, etc.

Debido a lo anterior mencionado, se ha comprobado que las personas con conductas

agresivas o antisociales tienen una deficiencia académica y un nivel funcional intelectual en

muchas ocasiones bajos; los grupos vandálicos y delincuentes obtienen puntuaciones más bajas

en las pruebas de inteligencia que los demás grupos, ya que se plantea la influencia indirecta del

nivel intelectual a través del fracaso escolar. Aunado a lo que se mencionó, normalmente la
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inteligencia y las habilidades cognitivas están relacionadas con la forma en la cual una persona

tiende a socializar, y si estas son bajas, por lo tanto el desempeño y logro de tener un tipo de

relación social o interpersonal, será prácticamente nula o bastante baja, lo que puede

desencadenar otros factores que pueden tener nuevas repercusiones en la forma de actuar del

sujeto.

Otros estudios han encontrado que muchos delincuentes no han aprendido a demorar la

gratificación, es decir, prefieren lo accesible e inmediato, aunque tenga menos valor que esperar

a algo más apetecible pero lejano en el tiempo (Farrington, 1994).

Se ha demostrado que las personas con este tipo de inclinación agresiva, tampoco tiende a

detenerse a pensar las cosas o meditarlas, tienen un alto índice de impulsividad lo que les lleva a

no analizar directamente las consecuencias que pudieran tener cada uno de sus actos, y por ende,

terminar siempre cayendo en el acto del vandalismo. Además de que tienen un tipo de

pensamiento abstracto el cual no enfoca directamente a lo que están haciendo, simplemente ven

las cosas de otro modo en vez de verlo de una forma concreta, es decir, no suelen saber cómo

ordenar sus ideas.

Teorías constitucionales

Esta teoría más que nada se enfoca de manera muy similar a lo que mencionaba

Lombroso, puedo tiene un punto de vista bastante superficial y físico, y claro, fue aceptado de

forma instantánea por la sociedad porque permite el hecho de elaborar prejuicios y mantenerse

por el lado superficial de las personas, es decir, únicamente por el hecho de tener ciertos rasgos

asociados con la “delincuencia” o “agresividad” ya se decía que una persona era un criminal y se

divulgaba en incontables lugares; aunque claro, fue antes de que la personalidad, la psique del

temperamento y los trastornos psicopatológicos tuvieran un auge aún más grande del que tienen
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ahora. Así fue como Sheldon (1942) elaboró tres somatotipos diferentes: los endomorfos,

personas de aspecto gordo y de línea predominante circular; los mesomorfos, sujetos musculados

y de forma corporal triangular, y los ectomorfos, personas de características físicas delgadas y de

forma predominante lineal.

Teorías psicodinámicas

Como bien se sabe, Freud fue reconocido por su aportación tan grande al psicoanálisis y

creando diferentes principios que son pilares fundamentales para este enfoque, entre ellos, se

encuentra la división de la misma personalidad de la persona o bien, su psique, que son el “Ello”,

“Yo” y “Super Yo”, los cuales rigen completamente la personalidad, cada uno tiene una función

completamente diferente para la psique humana, suponiendo que, en sí, ésta sea una balanza.

Empezando por el “Ello”, el cual menciona y se explica que el ser humano tiene una

agresividad y fuerte deseo sexual que es basado de manera biológica, es decir, es hereditario;

esto es operado por el principio del placer, el cual tiene la función primordial de tener

gratificación inmediata ante los deseos que se presente y que se obtengan con el menor esfuerzo

y con el menor dolor o situaciones de ese tipo de índole; la frustración de llevar a cabo estos

deseos, puede conllevar a mostrar actos agresivos ante las situaciones, y es evidente cuando se

frustra dicho intento de complacerse.

El “Yo”, es aquel que funciona como regulador entre el “Ello” y “Super Yo”; tiene como

función desarrollar el como el niño afronta su ambiente de manera selectiva ante los castigos o

ignora ciertas expresiones que le parezcan insatisfactorias; si este llega a desarrollarse de una

manera adecuada, tendrá la capacidad consciente e inconsciente de regular y manejar las

demandas tanto del “Ello” como del “Super Yo” ante una situación inmediata.
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La manera inconsciente del “Yo” para trabajar con la agresión, son los mecanismos de

defensa, en los cuales se crea una justificación de los actos y muchas veces se oculta de una

manera en la cual uno puede parecer la víctima o culpa a los demás de sus propios errores, así

como también canaliza su frustración en otros e imaginando que estos son los obstáculos para su

satisfacción sexual o placentera.

El “Super Yo” es aquel que mantiene e introyecta las diferentes reglas sociales y morales

en las cuales se tiene contacto, es decir, es el que mantiene bajo control al “Ello” ante las

situaciones que se ameritan, aunque claro, en ocasiones cuando no se desarrolla de forma

adecuada, puede que sea demasiado controlador y por ende nunca se llegue a la satisfacción

necesaria que el mismo ser humano requiera, y debido a eso podría ocasionar una frustración tal,

que el único medio para liberar la misma, sería con actos agresivos o delictivos, como bien

podría ser la conducta antisocial. Muchas veces las personas agresivas, debido al entorno en el

cual crecieron (familiar, escolar, social, geográfico) tienen a tener un bajo desarrollo en esta

estructura, por ende ese “control” que se espera tener sobre el “Ello” queda prácticamente

nulificado, por el hecho de que no se ha trabajado ni puesto en práctica o simplemente se tiene

un deseo mucho más grande de conseguir lo que se desea, sin importar lo que cueste obtenerlo.
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Conclusión

En conclusión, se puede decir que muchas de las teorías explican desde su punto de vista el

resultado de la agresión en los seres humanos, pero sin duda alguna, todas las teorías se terminan

entrelazando para dar una adecuada correlación con respecto a los factores que desencadenan o

fomentan los actos agresivos y antisociales; la única teoría que no cuadra del todo en el enfoque

de las demás, es parte de la biológica, donde el enfoque antropológico no determina que la

fisionomía de las personas criminales es diferente a las de los que no lo son.

Se tiene que realizar un estudio profundo sobre la persona que se considere agresiva y que haya

estado involucrada en un acto delictivo, puesto que puede ser por mera necesidad, por cuestiones

geográficas, por ambiente social, por la carga genética y hereditaria, y como se mencionó, puede

que intente siempre justificar cada uno de sus actos o simplemente aceptarlos.
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Referencias bibliográficas

Andrews, D. A. y Bonta, J. (2010). The Psychology of Criminal Conduct. Cincinnati: Anderson


Publishing.
Canter, D. (2008). Criminal Psychology. Topics Applied Psychology. London: Hodder
Education.
Hollin, C. R. (2001). Criminal Behaviour: A Psychological Approach to Explanation and
Prevention. Hove: Psychology Press.
Howitt, D. (2009). Introduction to Forensic and Criminal Psychology. Harlow: Pearson
Education.
Latorre, J. L. (2008). Psicología de la Delincuencia. Salamanca: Facultad de Derecho.
Soria, M. A. y Saíz, D. (2005) Psicología criminal. Madrid: Pearson Prentice Hall.

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