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La Evangelii Gaudium es la hoja de ruta del pontificado de Francisco, es una invitación

a una nueva etapa de la evangelización marcada por la alegría.

Encontramos una clave donde desarrollarse que es la parroquia. No podemos perder


de vista lo local para no caer en un universalismo abstracto y globalizante, es la pastoral de
cada día la que debe ser renovada, ser de otra manera. Una parroquia que quiere ponerse
realmente en estado permanente de misión.

La renovación eclesial es impostergable, hay que abandonar el “cómodo criterio


pastoral de siempre se ha hecho así”

Importancia de la misericordia: ¿Por qué tenemos tanto prejuicio con la misericoridia?


Quizá por nuestras actitudes legalistas igual que los jefes religiosos de los judíos que se quedan
con la prohibición de la ley en lugar de con el milagro de la misericordia.

Se trata en definitiva de que nuestras parroquias vuelvan a la fuente y recuperen la


frescura del Evangelio. Sin miedo, saliendo al encuentro, tocando la carne sufriente de Cristo
en el pueblo y que sean fecundas en la entrega de su vida uniéndola a la celebración.

¿Cómo se encuentra hoy la Evangelii Gaudium? Puede enfriarse y ya Francisco decía


que si no se lleva a la práctica será entonces recepción de otra cosa pero no de la alegría del
Evangelio.

Hay que aterrizar en la parroquia la exhortación. Es una invitación a la autocrítica. El


peligro es reducirla a una bella teoría sobre la pastoral.

Opción pastoral capaz de transformarlo todo, de transformar cualquier estructura


eclesial. El objetivo es que todas las estructuras se vuelvan más misioneras. Toda renovación
debe tender a la misión como objetivo.

Debemos ser audaces y creativos a la hora de repensar objetivos, estructuras, estilo,


métodos…Se necesita un sabio y realista discernimiento pastoral hecho no solos sino siempre
con los hermanos y con la guía de los obispos. DISCERNIR COMUNITARIO.

Hacer de la parroquia una comunidad de comunidades, el Espíritu Santo se derrama en


los creyentes en cuanto miembros de la comunidad.

Desde la Eucaristía la parroquia se hace samaritana acercándose a los más


empobrecidos.

CRITERIOS DE REFORMA: (en positivo hay que promover el contacto con los hogares y
con la vida del pueblo, pasar de la pastoral de la campana a la del timbre. Y hay que evitar la
complicada estructura separada de la gente y el grupo de selectos que se miran a sí mismos.
Ser casa de puertas siempre abiertas, toda la parroquia debe ser comunidad de acogida y
después de la acogida hacer una clara propuesta de Fe. El criterio vertebrador es la cercanía a
la gente

- La cercanía de la parroquia a la gente.


- Su identidad como lugar de comunión y participación
- Completa orientación a la misión.

La parroquia tiene una principalidad en la evangelización por ser la comunidad que


asume la completa y compleja misión de la Iglesia en una determinada parcela del territorio y
además es una comunidad a TÍTULO BAUTISMAL (no se reúne en torno a carismas
particulares), solo si se renueva podrá seguir siendo la misma Iglesia que vive entre las casas
de sus hijos y sus hijas.

Necesidad de ideal de parroquia, Francisco la define como comunidad de


comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando y centro de
constante envío misionero.

La parroquia al no apuntarse la gente “libremente” como en un movimiento sino que


su pertenencia se basa en el Bautismo y la iniciación cristiana, asume la responsabilidad de
todos y para con todos, incluso con los que su pertenencia está al borde de la autoexclusión.

La parroquia no es la única institución evangelizadora, están también los movimientos,


comunidades de base… La diócesis y la parroquia deben abrirse a la acogida mientras que los
movimientos y asociaciones deben abrirse a la integración. (Ambos tienen tarea. Pag 30)

La parroquia no puede entenderse al margen de la diócesis o Iglesia particular. EG 31


función del Obispo que va delante, en medio y detrás para dejar que la comunidad guiada por
su olfato encuentre los caminos. Los procesos participativos no están principalmente para
organizarnos estructuralmente sino para el sueño misionero de llegar a todos.

La renovación es para toda la Iglesia, también para el papado.

UNA PARROQUIA MISIONERA SE GOZA DE SER INSTRUMENTO PARA HACER GUSTAR


LA ALEGRÍA DE LA SALVACIÓN.

Cristianos cerrados en sus propios intereses se convierten en seres quejosos,


resentidos y sin vida.

La tarea fundamental de la parroquia es ser cauce y no obstáculo para el encuentro


con Jesús. Sin la “renovación del encuentro” no podrá haber “renovación de la parroquia”. Así
queda inundada de la alegría de la Salvación y la vive y la promueve intentando contagiarla a
todos.

Pero es una alegría no de cosas sino austera, sencilla, desprendida… que brota del
encuentro con alguien que lo cambia todo.

Solo el encuentro o reencuentro nos saca de nuestra autorreferencialidad.

UNA PARROQUIA MISIONERA ENCUENTRA SU MAYOR ALEGRÍA EN EL ESFUERZO


PERMANENTE POR LA EVANGELIZACIÓN.
La parroquia misionera injerta en el corazón de todos el deseo de una realización
personal en plenitud.

La parroquia acoge y ofrece una respuesta a la pregunta por el sentido de la vida.

¿Por qué evangelizamos? Porque el bien tiende siempre a comunicarse.

La parroquia misionera vive y promueve el estilo de Jesús, realizarse en la entrega.


Porque la vida se acrecienta dándola y se debilita en el asilamiento y la comodidad.
Espiritualidad de la entrega (en definitiva dice el Papa que eso es la Misión)

Lo esencial del mensaje es que “Dios manifestó su amor inmenso en Cristo, muerto y
resucitado”

La parroquia tiene que mantener viva la preocupación por el anuncio a los que están
aleados de Cristo, considerándola tarea primordial. “La actividad misionera es su mayor
desafío, la causa misionera debe ser la primera y que la salida misionera es el modelo de todo
lo que hace” EG 15.

Una parroquia misionera acoge el aliento y las orientaciones del Papa.

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