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Lic.

Andrés Muñoz Miranda Analista Criminal


Analista Criminal
¿Testigo o Perito?

Tomando como referencia el texto elaborado por el señor Álvaro Sánchez


Quesada, asistente Jurídico de la Fiscalía Adjunta Contra la Delincuencia
Organizada y aportando algunos elementos que el suscrito considera de
interés, se pretende contribuir a la labor judicial con las referencias
documentales de la labor del Analista Criminal del Organismo de Investigación
Judicial, sus funciones y posibilidad de rendir declaración en juicio con las
herramientas de apoyo que se le permiten al perito.

Menciona muy acertadamente el autor del texto original: “…Dicha tarea, que a
simple vista puede parecer inocua, no lo es en absoluto. Ello es así, por cuanto
las posibilidades entre uno y otro varían ampliamente en el juicio.

El problema radica en el hecho de que los peritos puede hacer uso de material
de apoyo, que les permita refrescar su memoria, explicar de manera mucho
más provechosa el campo de su experticia y comunicar los estudios y
comprobaciones llevadas a cabo al material recibido para su respectivo
análisis, e inclusive aportar hipótesis al respecto, mientras el testigo es llamado
al debate, ya no en virtud del conocimiento técnico que pueda tener en un área
particular, sino a raíz de una relación (directa o conexa) con los hechos que se
investigan.

Como resultado de lo anterior, sus facultades en el interrogatorio se ven


claramente disminuidas en comparación con las de un perito, ya que al testigo
no se le faculta más que para relatar lo que conoce sin apoyo alguno.

Lo que ocurre esencialmente en el debate se puede analizar desde dos


extremos; uno sería cuando se ha ofrecido al Analista Criminal con anterioridad
al debate y como parte de la prueba testimonial como perito y el otro caso,
simplemente en juicio se acepta que declare con el material de apoyo
necesario y en condiciones similares al perito. Obviamente esto es producto de
la práctica y aceptación tacita de tal situación a través de los últimos años,

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puesto que estamos claros que no existe normativa a nivel administrativo o
judicial que detalle sobre esta condición del Analista.

De la practica se desprende que cuando se ha ofrecido al Analista Criminal con


antelación como perito y los posibilitados a aponerse, no accionaron su
derecho a tiempo, el juicio transcurre bajo la óptica de que el Analista puede
realizar su declaración bajo condiciones similares al perito.

De esta misma experiencia y de la consulta a los funcionarios judiciales que se


desempeñan bajo esta modalidad, nunca se les ha negado la posibilidad de
realizar su declaración bajo estas circunstancias de libertad y pese a la queja in
cito de la contraparte, el Tribunal fundamente su aprobación en el hecho de
que los tiempos para formular alguna discrepancia en cuanto a la prueba, que
previamente fue valorada y aceptada para evacuar en el debate, precluyeron.

En el otro caso, talvez es donde se encuentra la mayor discrepancia, puesto


que gracias a este conflicto al momento del debate, la justicia pronta y cumplida
vuelve a tener un tropiezo, deliberando sobre este punto, que a la postre
siempre, según los funcionarios consultados, se define a favor de la
declaración del analista en calidad de perito. Es decir cuando se ofrece al
Analista Criminal como testigo, llegando al debate pretende declarar con el
material de apoyo que se le permite al perito, es cuando se alegan discrepancia
al respecto por parte de la defensa y es ahí donde se entra en un proceso de
deliberación por parte del tribunal, sobre la posibilidad de que se reciba la
manifestación del funcionario bajo esas condiciones, situación que siempre
termina permitiéndose y que muy a pesar de los alegatos y posteriores
recursos de la contraparte, nunca ha afectado la forma o el fondo alguna
sentencia, como se hará notar mas adelante en el texto.

De igual forma y como lo hizo en su oportunidad Sánchez Quesada y en razón


del ayuno en la exploración de esta variable especifica, con la comparación,
conceptualización y detalle de funciones de cada uno de estos extremos,
aunado a las noción que se extraen de algunas resoluciones judiciales que
tratan el tema de forma directa o indirecta, se pretende a la postre justificar la
practica.

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1.- El Testigo
El autor español López Borja, en su Tratado de Derecho Procesal Penal, define
al testigo de la siguiente manera:

«Testigo es toda persona que es llamada al proceso por presumirse que


tiene conocimientos relacionados con el hecho que se investiga, con el
fin de que declare lo que al respecto conozca. El testigo puede ser
directo, cuando relata un hecho que ha presenciado y de referencia,
cuando sus conocimientos proceden de terceras personas que se lo han
relatado.»(2007, p.763)

Además, es posible conceptualizarlo así:

«….. es aquél que, sin ser imputado, expresa el conocimiento que tiene
con respecto a los hechos sobre los que gira el proceso, conocimiento
adquirido por cualquiera de sus sentido» (Borja, 2007, p.342)

Como se puede notar, el testigo no posee ninguna cualidad especial de índole


personal o profesional, que le valgan su llamamiento a juicio. Por el contrario,
se trata de una persona que de una u otra forma conoce alguna arista de los
hechos investigados. Al respecto también refiere el mismo Borja:

«Toda persona, sin importar su ocupación, edad, posición social, sexo,


etc., tiene capacidad para atestiguar, debiendo el juez valorar su
credibilidad de acuerdo con las reglas de la sana crítica». (p.343)

Existe además, una categoría intermedia entre las dos figuras bajo estudio, tal
es el caso de los “testigos técnicos”, que han sido definidos por la
jurisprudencia nacional como:

«A lo anterior, se debe también agregar que los testimonios que el a quo


utiliza tienen además una naturaleza especial. Se trata de los
denominados “Testigos Técnicos”. Estas son personas que en virtud de
la función que desempeñan no sólo conocen y pueden declarar sobre los

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hechos que se investigan, sino que además están en la capacidad o
condición de ofrecer consideraciones especiales o técnicas de
importancia sobre éstos; claro está siempre que lo expuesto se vincule
con el campo en el que trabajan. En otras palabras, retomando lo
resuelto por la jurisprudencia de esta Sala, se esta ante el “supuesto de
aquella persona que toma conocimiento de un hecho o cosa en ocasión
de estar ejerciendo su profesión, o bien aun cuando no la esté
desempeñando, el hecho o caso refiere a su especialidad técnica o
científica, de modo que en ambos supuestos el testigo puede no sólo
relatar lo que ha caído bajo la percepción de sus sentidos, sino también
adicionarle sus conceptos personales sobre los extremos técnicos o
científicos referidos al mismo” Jauchen, Eduardo. La prueba en materia
penal, Rubinzal-Culzoni Editores, 1992, página 110) » (SALA TERCERA
DE LA CORTE, Voto No. 122 de las 9:15 horas del 4 de febrero del
2000).

2.- El Perito
La figura del perito se encuentra regulada a partir del artículo 213 del Código
Procesal Penal. Sobre el perito, ha sido dicho que:

«Perito es toda persona que posee conocimientos científicos o artísticas


y que es llamada al proceso con el fin de que declare acerca de algún
extremo que requiera dichos conocimientos.» (Borja, 2007, p. 772)

A su vez, es importante indicar la distinción correspondiente entre la figura del


perito y la del consultor técnico:

«En este caso existe una evidente confusión del impugnante entre la
figura del perito y el consultor técnico, ya que equipara ambas figuras
pese a que no son de la misma naturaleza. El consultor técnico es un
auxiliar de las partes, no una prueba pericial -como claramente lo
distingue el Código Procesal Penal-, el cual podrá presenciar las
operaciones periciales sin emitir un dictamen, pueden acompañar a la
parte en su función e interrogar directamente a los peritos que se

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apersonan a declarar. Su función no es la de emitir un peritaje sobre la
materia de su conocimiento sino auxiliar a una de las partes. El perito,
por su parte es la persona que se nombra para que dictamine sobre un
área en la que es experto y deberá cumplir con lo dispuesto en los
numerales 213 y siguientes del Código Procesal Penal» (Sala Tercera
Corte Suprema de Justicia, Voto número 932-2008 de las 11:40 horas
del 27 de agosto de 2008)

Para los fines consiguientes a este trabajo, se hace necesario analizar el


artículo 214 del Código Procesal Penal, que en lo referente reza:

«Los peritos deberán poseer título habilitante en la materia relativa al punto


sobre el cual dictaminarán, siempre que la ciencia, el arte o la técnica estén
reglamentadas. En caso contrario, deberá designarse a una persona de
idoneidad manifiesta. (…)»

Importante rescatar que solo se menciona la necesidad de un titulo habilitante e


inclusive, en la disposición final del artículo se hace la salvedad de que en caso
de que la ciencia, el arte o la técnica no permitan tal situación, se recurrirá a
una persona “idónea”, la cuál puede calificar como tal, por diversos medios.

Si se analizar esta misma perspectiva desde la base del derecho comparado,


en la legislación española se reconoce abiertamente la posibilidad de un perito
no titulado:

«La LECRIM distingue entre peritos titulado y no titulado, en función de que


tengan o no un título oficial de una ciencia o arte cuyo ejercicio esté
reglamentado por la Administración; los no titulados son lo que careciendo
de dicho título, tienen, sin embargo, conocimientos o práctica especiales en
alguna ciencia o arte. » (Ley de Enjuiciamiento Criminal, España)

3.- El Analista Criminal, Oficina de Planes y Operaciones (OPO)

La Oficina de Planes y Operaciones (OPO), es una dependencia del


Organismo de Investigación Judicial que tiene como función principal, analizar

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los fenómenos delictivos y permite contar con la información necesaria para
tomar acciones debidamente planificadas contra el crimen en todo el territorio
nacional.

Sus funcionarios están revestidos de la condición particular de que poseen una


serie de conocimientos técnicos que les permiten tabular y analizar grandes
cantidades de información de una forma técnica precisa.

Asimismo, dentro de las tareas típicas de los superiores del este despacho,
tenemos:

• « Planear, dirigir, organizar, coordinar y supervisar la programación y


desarrollo de las actividades profesionales, técnicas, científicas,
administrativas y operativas de una dependencia cuyos planes y
estrategias colaboran con el desarrollo de los programas de
investigación criminológica.
• Planear, dirigir, coordinar, organizar y supervisar la programación y
desarrollo de proyectos, investigaciones, estudios, análisis, programas
técnicos, científicos, administrativos y operativos, actividades, planes y
otros, a nivel nacional orientados al análisis de fenómenos criminales,
vigilancia y seguimiento de organizaciones criminales y otros,
supervisión de las actividades de la policía judicial en función de la
normativa establecida institucionalmente, asesoramiento de las
dependencias de la policía judicial a nivel regional, desarrollo
tecnológico del O.I.J, recepción y seguimiento de información
confidencial, protección a funcionarios judiciales, intervención y control
de situaciones de crisis e instrucción de canes para la detección de
evidencias y otros que coadyuvan con el proceso de investigación
criminológica.
• Asesorar en materia de su especialidad al personal de apoyo,
investigadores, jefes de oficina, compañeros, superiores y demás
autoridades judiciales; orientar el trabajo de los subalternos sobre
asuntos técnicos relacionados con los procedimientos a aplicar.»
(Oficina de Planes y Operaciones, pagina web, Resaltado no es original)

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Es sencillo descifrar de los elementos destacados, que la OPO (y sus
funcionarios) trabaja sobre una serie de aspectos “técnicos” y “científicos”
“especializados” que escapan a quienes no se encuentran instruidos en ellos;
se salen de la esfera de lo común para entrar en el campo técnico-especifico, lo
cual como ya se dio a entender con anterioridad, se conoce como Pericias o
Especialidades.

En el caso del Analista Criminal, dentro del marco de las funciones que se le
asignan y según el Departamento de Personal del Poder Judicial, tenemos:

NATURALEZA DEL TRABAJO: Ejecutar labores profesionales complejas y


variadas en el área de análisis criminal.

DESCRIPCIÓN DE LAS TAREAS

 Ejecutar labores profesionales relacionadas con el análisis de hechos

punibles, estadística criminal, sospechosos y otros similares; colaborar en el


establecimiento de nuevos métodos de trabajo y en la dirección de las
labores de inteligencia policial.

 Estudiar y relacionar hechos, comunicaciones, información contenida en

archivos y otros elementos de importancia; elaborar diagramas de enlace de


eventos; identificar las zonas o lugares de ocurrencia de los delitos por medio
de mapas o programas geográficos digitales; inferir el comportamiento de
las variables de un fenómeno criminal; formular hipótesis.

 Recopilar, sistematizar y evaluar datos contenidos en documentos diversos

tales como: denuncias, formularios, legajos policiales y judiciales, dictámenes


médicos, registros oficiales y otros de acuerdo con los procedimientos
establecidos; aplicar técnicas estadísticas diversas para el análisis de los
datos, tales como porcentajes, promedios, tasas de incidencia, cuadros,
gráficos y otras; valorar las fuentes de información, proponer los ajustes
necesarios.

Como se puede apreciar al Analista Criminal se le permite inferir y realizar


hipótesis, entre otras variables del todo específicas y técnicas metodológicas,
que no es ni mas ni menos que la implementación del método científico,

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situación que lo extrae de la escala de un investigador estándar, mas bien el
grado de complejidad en su función, que inclusive lo convierte en una asesor y
capacitador especial en el combate al crimen.

Se puede tener por cierto, que para efectos de comunicar los resultados de una
investigación analítica el funcionario de esta oficina, tendrá que explicar de
forma básica, una serie de conocimientos generales y específicos
indispensables para la comprensión de sus conclusiones. Tal es el caso del
Analista Criminal, Lic. Andrés Muñoz Miranda, quien sirve como ejemplo de
esta palpable necesidad, al exponer de manera didáctica su área de experticia
para que se puedan comprender las conclusiones de sus análisis.

En el juicio que se tramitó bajo la sumaria 09-000015-1042-PE, relacionada con


el robo de droga de los Tribunales de Golfito, el mencionado analista refirió
textualmente que:

«En razón de la especificidad, o de alguna carencia que se tiene con


respecto a la situación del análisis criminal, hemos utilizado una
estrategia en algunos de los últimos juicios que hemos ido, no en todos,
pero en la mayoría se nos ha permitido, dar una charla introductoria
sobre análisis criminal y marcar algunas pautas sobre algunos conceptos
y alguna situación, y yo traigo preparado antes de entrar en materia del
caso formalmente, una introducción al análisis, algunos conceptos
generales, que tal vez pueda ser de ayuda tanto para que los imputados
y sus representantes, la fiscalía y los señores del Tribunal»

Además, en relación directa como el aspecto analizado en la sección anterior,


sobre el artículo 214 del Código Procesal Penal, refiere el mismo analista, ante
la pregunta por su formación profesional:

«Sí, en cuanto a análisis criminal específicamente, tenemos el curso de


análisis criminal que es un requisito básico para poder optar a la plaza
de analista, tengo el curso de paquetes de trabajo que son propios de
nosotros como Análisis Notebook (i2), programas de geo-referenciación
y especializados en Excel y paquetes de office avanzado (…)»

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Cómo se puede ver, los analistas de la OPO, son profesionales en materia


muy específica, capacitados en una serie de áreas muy particulares y
técnicas, además del contenido empírico de su experiencia profesional, dentro
de un saber que no ofrece la posibilidad de ser asequible a los participantes del
debate, a no ser de que sea facilitada por este experto.

Por otro lado, ha de tomarse en cuenta, que el Analista Criminal no concurre al


debate para referir aspectos del evento criminal que conozca (de manera
directa o referencial) sino que, infiere en aspectos técnicos del análisis llevado
a cabo por su persona de un segmento de información brindada por algún
investigador de campo o el Ministerio Público.

Aunado al detalle bibliográfico expuesto, también se puede optar por hacer


referencia a la forma en que el juzgador ha venido recibiendo la presentación
de los informes y resultados científicos de Análisis Criminal, como por ejemplo
podemos extraer de la Sentencia 00259 de fecha 11-03-2011 donde la Sala
Tercera de Corte señala:

«….los rastreos telefónicos cuestionados por la defensa, y todos los


elementos probatorios derivados de ellos (informe de análisis criminal
025-ARA-ART-09 y su ampliación, peritaje y testimonio del analista
criminal), son absolutamente lícitos si se atiende la legislación
costarricense y la interpretación que ha hecho de ella tanto la
Jurisprudencia Constitucional, como la Jurisprudencia de esta Sala de
Casación Penal……» (sentencia 259-2011).

Si bien es cierto el reclamo no es en cuanto a la declaración del Analista,


resulta interesante que los señores Magistrados de la Sala Tercera reconocen
el trabajo del Analista como parte de un peritaje, situación que pone en ventaja
la inobjetable necesidad de que declare en estas circunstancias específicas.

Por otro lado el Tribunal de Apelación de Sentencia de Cartago, refiere al


reclamo en cuestión en la sentencia 00086-2012, dentro de otras cosas y
refiriéndose al trabajo del Analista Criminal, el mismo defensor señala:

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«…….Además, se omite también en el fallo la trascripción de lo


declarado por el perito técnico analista MA que se refirió al Informe
que realizó de las llamadas telefónicas…que la información básica dada
en el peritaje por éste se mantiene ya que fue claro en manifestar la
forma como obtuvo la información y la manera como la interpretó en
ese dictamen, determinando el Tribunal de Juicio que ni el dictamen
emitido al efecto ni la declaración dada por el técnico en el debate,
fueron cuestionados en el debate… »

De manera que no solo el tribunal, los juzgados y Magistrados registran esta


particularidad del Analista Criminal, sino que la misma defensa así lo reconoce
es sus manifestaciones.
Y para culminar con las diferentes justificantes de esta particularidad, se porta
un extracto de la Sentencia 0180-2009 del Tribunal de Casación Penal:
“I - El sentenciado xxxx reclama, como primer motivo de su
pretensión de revisión de sentencia, la falta al debido proceso
por actividad procesal defectuosa. Lo anterior porque considera
que fue ilegítimo que se recibiera la declaración de xxxx como
perito, si la Fiscalía la ofreció en su condición de testigo. Desde
su perspectiva, se violentó el derecho de defensa y el principio
de legalidad porque no se cumplió nunca con el trámite
correspondiente para designar a esta persona como perito a
efectos que el Tribunal pudiera considerar su declaración en la
forma que lo hizo, es decir , "como un criterio técnico" , por el
contrario afirma que no era posible utilizarla como prueba
pericial. Se declara sin lugar el reclamo. Si bien es cierto, en
la sentencia se indica que la declaración de la profesional en
psicología xxxx aportó un criterio técnico (ver folios 141 y 142)
de manera alguna esto significó que su declaración se
convirtiera en una prueba pericial, en los términos que lo
pretende el sentenciado, por el contrario, es claro que esta
persona declaró de los hechos que conoció por su función
profesional atendiendo a la menor antes de que se iniciara este
proceso. Es importante destacar que el perito y el testigo se
diferencian, entre otras cosas, porque el primero conoce de los
hechos una vez iniciado el proceso y a solicitud de alguna de las
partes que le solicita un criterio técnico dirigido hacia la
interpretación o valoración de algún tema en particular, de
modo que no conoce de manera espontánea los hechos. El
testigo, sí conoce de los hechos antes de que se inicie el
proceso y no requiere de una solicitud expresa para aportar el
elemento probatorio que es de su conocimiento. Sin embargo,

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es posible que un testigo tenga a su vez una condición
especial por los conocimientos técnicos que maneja…..”

Con base cada uno de los detalles expuestos y las características supra
citadas, no podría hablarse en ningún caso, de que el Analista Criminal sea un
Testigo común. Por su capacidad técnica y especial, ya establecida, la figura
del perito aparece como más cercana a la del Analista de la OPO.

Aún más próximo a esta posibilidad, si se toma como base en fundamento que
aporta la normativa vigente, propiamente en el Código Procesal penal, en el
Artículo 214 que reza: « ….Los peritos deberán poseer título habilitante en la
materia relativa al punto sobre el cual dictaminarán, siempre que la ciencia, el
arte o la técnica estén reglamentadas. En caso contrario, deberá designarse a
una persona de idoneidad manifiesta».

Expresamente la normativa refiere que el perito sea una persona con título
habilitante, siendo que el Analista Criminal cumple con tal requisito e inclusive
esta particularidad lo circunscribe dentro de un conjunto de profesionales
estrictamente selecto y poco numeroso, a lo sumo 30 a nivel nacional. Además
refiere, de que en caso contrario será designado por idoneidad manifiesta,
situación que también quedó sobradamente comprobaba

Es importante referir antes de concluir, tampoco podría hablarse de un


consultor técnico, ni de un testigo experto. Ello por que en ambos casos, los
supuestos exigidos por la jurisprudencia, no son satisfechos por la figura del
analista criminal. A saber: no funge como auxiliar de las partes para verificar la
confección de un dictamen, el conocimiento directo o referencial de los hechos,
respectivamente.

Sin más, ha de concluirse que para efectos de precisión técnica, y posibilidades


en juicio, el analista criminal debe ofrecerse (cuándo sea así dispuesto) para
que declare como un perito y no como un testigo. Con dicha salvedad, no sólo
se ajustaría el ofrecimiento de la prueba, a los criterios más atinados del
proceso penal, sino que se le facilitará al profesional bajo estudio, la posibilidad
de una compresión integral por parte del Tribunal y el resto de las partes
vinculadas al proceso.

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