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Nutrición

La nutrición es la ciencia encargada del estudio y mantenimiento del equilibrio


homeostático del organismo a nivel molecular y macro sistémico, garantizando que todos
los eventos fisiológicos se efectúen de manera correcta, logrando una salud adecuada y
previniendo enfermedades. Los procesos macro sistémicos están relacionados a la
absorción, digestión, metabolismo y eliminación. Y los procesos moleculares o micro
sistémicos están relacionados al equilibrio de elementos como enzimas, vitaminas,
minerales, aminoácidos, glucosa, transportadores químicos, mediadores bioquímicos,
hormonas etc.

Macro elementos

Sodio

Regula el reparto de agua en el organismo e interviene en la transmisión del impulso


nervioso a los músculos. Su exceso provoca aumento de la presión arterial (hipertensión)
hasta niveles que podrían suponer un riesgo para la salud, otros efectos colaterales son,
irritabilidad, retención de líquidos y sobrecarga de trabajo para los riñones, que deberán
eliminarlo por la orina. Las necesidades aumentan cuando se suda mucho, al tomar
diuréticos y en caso de diarrea o vómitos. Fuentes: Principalmente la sal, pero está presente
en todos los alimentos. Debido a que normalmente consumimos un exceso de sodio, el
problema es encontrar los alimentos que tengan menos cantidad. Estos alimentos son las
frutas en general, seguidas de las verduras. Aporte mínimo recomendado: 0,2 - 0,5 gr/día.

Potasio

Al Igual que el Sodio actúa como regulador en el balance de agua en el organismo y


participa en la contracción del músculo cardiaco. Fuentes: La fruta y verdura fresca, las
legumbres y los frutos secos. Aporte mínimo recomendado: 500 mg/día.

Calcio

Es el mineral más abundante del organismo. se combina con el Fósforo para formar los
huesos y dientes también forma parte del tejido conjuntivo y de los músculos. Junto con el
potasio y el magnesio, es esencial para una buena circulación de la sangre. El 99 % de este
mineral en el cuerpo forma parte del esqueleto óseo, reemplazándose un 20 % cada año.
Fuentes: Productos lácteos, frutos secos, semillas de sésamo, verduras y algunas aguas de
mesa. Aporte mínimo recomendado: 800 - 1200 mg/día.

Fósforo

Además de combinarse con el calcio para dar rigidez a los huesos y a los dientes, el Fósforo
es un componente esencial en el aporte de energía a través de ATP y FC. En en asociación
con ciertos lípidos, da lugar a los fosfolípidos, que son componentes indispensables de las
membranas celulares y del tejido nervioso. La concentración en sangre de fósforo está en
íntima relación con la de calcio. Normalmente tenemos un exceso de fósforo, ya que se usa
como aditivo alimentario (emulgente). Fuentes: Suele estar presente en los alimentos que
contienen calcio, como los frutos secos, el queso, la soja, yema de huevo, etc. Aporte
mínimo recomendado: 800 - 1200 mg/día.
Magnesio

Cumple un papel importante en el metabolisimo de la glucosa, facilitando la formación del


glucógeno muscular y hepático. Imprescindible para la correcta asimilación del calcio y de
la vitamina C. Equilibra el sistema nervioso central (ligera acción sedante), es importante
para la correcta transmisión de los impulsos nerviosos y aumenta la secreción de bilis
(favorece una buena digestión de las grasas y la eliminación de residuos tóxicos). También
es de gran ayuda en el tratamiento de la artrosis, ya que ayuda a fijar el calcio. Fuentes:
Cacao, soja, frutos secos, avena, maíz y algunas verduras. Aporte mínimo recomendado:
300 - 400 mg/día.

Cloro

Junto con el Sodio, y Potasio el Cloro constituyen los llamados electrolitos ya que están
disueltos en el organismo como como partículas con una carga eléctrica, llamada iones.
Favorece el equilibrio ácido-base en el organismo y ayuda al hígado en su función de
eliminación de tóxicos. Fuentes: Sal común, algas, aceitunas, agua del grifo, etc. Aporte
mínimo recomendado: Nivel no especificado.

Azufre

Está presente en todas las células, especialmente en la piel, uñas, cabellos y cartílagos.
Entra en la composición de diversas hormonas (insulina) y vitaminas, neutraliza los tóxicos
y ayuda al hígado en la secreción de bilis. Fuentes: Legumbres, col, cebolla, ajo,
espárragos, puerro, pescado y yema de huevo.Aporte mínimo recomendado: Nivel no
especificado.
Micro elemento

Hierro

Este elemento cumple una labor importantísima al transportar el oxigeno en los glóbulos
rojos. También es un componente estructural de la mioglobina, un compuesto similar a la
hemoglobina que ayuda en el almacenamiento y transporte del oxigeno dentro de la celular
muscular. También es imprescindible en la correcta utilización de las vitaminas del grupo
B. Solamente se aprovecha un 10% del hierro presente en los alimentos que consumimos.
Se absorbe mejor el hierro de los alimentos de origen animal que el de los alimentos de
origen vegetal.

Su déficit provoca la anemia ferropénica, muy común en los últimos meses del embarazo
ya que las necesidades de hierro aumentan. También aumentan las necesidades si
consumimos café o alcohol en exceso ya que disminuye su absorción. La vitamina C
mejora la absorción del hierro.

Fuentes: Carnes, hígado, yema de huevo, verdura verde, cereales integrales, frutos secos y
levaduras. Aporte mínimo recomendado: 10 - 15 mg/día.

Flúor

Previene la caries dental y fortifica los huesos. No es probable padecer déficit de flúor, ya
que en los países supuestamente civilizados se añade a las aguas de distribución pública.
Fuentes: El agua del grifo, el té, el pescado, col y espinacas. Aporte mínimo recomendado:
1 - 2 mg/día (en los alimentos).
Yodo

Indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides. Ayuda al crecimiento,


mejora la agilidad mental, quema el exceso de grasa y desarrolla correctamente las uñas,
cabello, piel y dientes. La carencia de yodo da lugar al bocio, en el que la glándula tiroides
aumenta de tamaño de forma espectacular.

Fuentes: Sal marina, pescados, mariscos, algas y vegetales cultivados en suelos ricos en
yodo. Aporte mínimo recomendado: 150 µg/día.

Manganeso

Activa los enzimas que intervienen en la síntesis de las grasas y participa en el


aprovechamiento de las vitaminas C, B1, y H. Fuentes: Pescados, crustáceos, cereales
integrales y legumbres. Aporte mínimo recomendado: 2 - 9 mg/día.

Cobalto

Contribuye en la formación de los glóbulos rojos, ya que forma parte de la vitamina B12
que se puede sintetizar en la flora intestinal. Fuentes: Carnes, pescados, lácteos, remolacha
roja, cebolla, lentejas e higos. Aporte mínimo recomendado: Nivel no especificado.

Cobre

Es necesario para convertir el hierro almacenado en el organismo en hemoglobina y para


asimilar correctamente el de los alimentos. También participa en la asimilación de la
vitamina C. Fuentes: Cacao, cereales integrales, legumbres y pimienta. Aporte mínimo
recomendado: 1,3 - 1,5 mg/día.

Zinc

Interviene en procesos metabólicos como la producción de linfocitos, síntesis de proteínas y


formación de insulina. Fuentes: Crustáceos, levadura de cerveza, germen de trigo, huevos y
leche. Aporte mínimo recomendado: 12 - 15 mg/día.

SINERGISMO: Es toda acción cuya potencia es mayor que la suma de sus partes.
Ejemplo: Dos insecticidas determinados que al mezclarse tienen un poder superior a la
suma de sus partes. Cationes y aniones que nos ayudan mutuamente para entrar en las
plantas.
Antagonismo: cationes y aniones que producen precipitados insolubles por una alta
afinidad de cargas.

FERTILIZANTES: Fertilizante, tipo de sustancia o mezcla química, natural o sintética


utilizada para enriquecer el suelo y favorecer el crecimiento vegetal. Las plantas no
necesitan compuestos complejos, del tipo de las vitaminas o los aminoácidos, esenciales en
la nutrición humana, pues sintetizan todos los que precisan. Sólo exigen una docena de
elementos químicos, que deben presentarse en una forma que la planta pueda absorber.
Dentro de esta limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual eficacia
en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco puro.

COMPOSICON DE FERTILIZANTES:
Algunos fertilizantes: La uréa, el SO4K2 (sulfato de potasio), el SO4(NH4)2 (sulfato
amónico), SO$K2(sulfato potásico),
ClK (cloruro de potasio), No3K (nitrato de potasio) etc.

Los fertilizantes pueden clasificarse de acuerdo a diversos criterios, pero en principio para
ser adecuados a la fertirrigación deben ser solubles. En cuanto se refiere al uso con el riego,
se clasificaran en dos clases:

Fertilizantes líquidos abastecidos en forma de soluciones saturadas listas para usar sin
necesidad de tratamientos previos. Si bien estos en general contienen menor concentración
de nutrientes aumentando el costo de transporte y almacenamiento, su manejo en fertirriego
es mas cómoda que con los fertilizantes sólidos.

Fertilizantes sólidos, fácilmente solubles que deben disolverse antes de comenzar la


fertilización; el factor de solubilidad es distinto para cada tipo y composición, y
generalmente aumenta con la temperatura.

Fabricación:
PREPARACION

Se deben pesar las sales individualmente, evitando en lo posible perdidas de material,


asegurando una variación de mas o menos 5 % en una escala en gramos.

Llenar el tanque con agua en un 10 % de su totalidad.

Disolver cada sal separadamente en recipientes grandes y llenos de agua, y volcarlos en el


tanque, repitiendo la operación hasta disolver totalmente la sal. Se puede utilizar agua
caliente en caso de una difícil disolución.

Disolver los micronutrientes primero y luego los macro.

Cuando se trata de volúmenes pequeños se puede mezclar los sulfatos en forma seca antes
de disolverse. Lo mismo con los nitratos y fosfatos.

Dejar circular unos minutos la solución de nutrientes y medir el pH ajustándolo a 6 - 6,5, de


ser necesario con ácido sulfúrico o con hidróxido de potasio. Un pH alto puede causar la
precipitación del Fe, Mn, PO4, Ca y Mg que se insolubilizan.

1. Macroelementos: este grupo incluye a los macroelementos primarios (nitrógeno, fósforo


y potasio) y a los secundarios (calcio, magnesio y azufre).
2. Microelementos: cada uno de los elementos químicos siguientes: boro, cloro, cobalto,
cobre, hierro, manganeso, molibdeno y cinc.
3. Fertilizante o abono: cualquier sustancia orgánica o inorgánica, natural o sintética que
aporte a las plantas uno o varios de los elementos nutritivos indispensables para su
desarrollo vegetativo normal.
4. Fertilizante o abono mineral: todo producto desprovisto de materia orgánica que
contenga, en forma útil a las plantas, uno o más elementos nutritivos de los reconocidos
como esenciales al crecimiento y desarrollo vegetal.
5. Fertilizante o abono mineral simple: producto con un contenido declarable en uno solo
de los macro elementos siguientes: nitrógeno, fósforo o potasio.

ESTADO FISICO O PROPIEDADES QUIMICAS


El estado físico en que se presenta un abono, que puede ser sólido, líquido y gaseoso. Juega
un papel importante en las condiciones de utilización y la eficacia del abono, ya que tanto
la homogeneidad de la distribución como su integración más o menos completa en el suelo,
van a depender de dicha presentación.

Los abonos sólidos son los de mayor uso en España y suelen presentarse en las siguientes
formas:

a) Abonos en polvo, con grado de finura variable según el tipo de fertilizante. Normalmente
no son aconsejables, ya que su manejo resulta molesto, entorpecen el funcionamiento de la
máquinas y sufren pérdidas en la manipulación. Sin embargo, esta forma sin puede ser
apropiada cuando la solubilidad en agua es escasa o nula, y resulta idónea en los casos en
los que el abono se mezcla íntimamente con el suelo.
b) Abonos granulados. Aquéllos en los que al menos el 90 % de las partículas presentan un
tamaño de 1-4 mm. Esta presentación permite un manejo más cómodo, un mejor
funcionamiento de las abonadoras, una dosificación más exacta y una distribución sobre el
terreno más uniforme.
c) Abonos cristalinos, que facilitan la manipulación y distribución.
d) Abonos perlados (prill). Mediante el sistema de pulverización en una torre de gran altura,
se obtienen esferas de tamaño muy uniforme, al solidificarse las gotas durante la caída.
e) Abonos macrogranulados. Constituidos por grandes gránulos, de 1-3 cm de diámetro e
incluso mayores, de liberación progresiva de los elementos nutritivos.

Dentro de los fertilizantes líquidos, los tipos más característicos son los siguientes:

a) Suspensiones. Gracias a la utilización de arcillas dispersas en el agua pueden mantenerse


soluciones sobresaturadas de alguna sal (generalmente cloruro potásico) para alcanzar
concentraciones totales elevadas en forma líquida. Para mantener las suspensiones se
requiere una agitación periódica.
b) Soluciones con presión: soluciones acuosas de nitrógeno en las que participa como
componente el amoníaco anhidro con concentración superior a la que se mantiene en
equilibrio con la presión atmosférica. Para su aplicación se requieren equipos especiales
que soporten la presión adecuada.
c) Soluciones normales o clara sin presión: soluciones acuosas que contienen uno o varios
elementos nutritivos disueltos en agua.

Los abonos líquidos ofrecen las siguientes ventajas respecto a los sólidos:

- Su manejo es totalmente mecanizable.


- Se alcanza un gran rendimiento en la aplicación.
- Se consigue una gran uniformidad en la distribución sobre el terreno.

Entre los abonos gaseosos únicamente se emplea el amoníaco anhidro, que es una gas a la
temperatura y presión normal. Para que pase a estado líquido y facilitar el almacenaje y el
transporte, se comprime y vuelve a transformarse en gas cuando se inyecta en el suelo.

Las propiedades químicas de los fertilizantes determinan tanto su comportamiento en el


suelo, como su manipulación y conservación. Destacan las siguientes:

a) Solubilidad. La solubilidad en agua o en determinados reactivos es determinante sobre el


contenido o riqueza de cada elemento nutritivo en un fertilizante concreto.

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