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En la época actual, la escuela debe poner especial énfasis en la enseñanza de los valores. No tiene
importancia nombrar un listado de valores sino actuar aplicando esos valores.
No es importante hablar de la honestidad, sino que lo importante es ser honesto. No vale hablar
del respeto a los demás, sino respetar a nuestro prójimo.
En las actividades educativas curriculares asistidas por las nuevas tecnologías de la información y
la comunicación, encontraremos varias oportunidades en que deberemos enseñar a nuestros
alumnos y actuar nosotros mismos, transmitiendo valores.
Si entráramos en cualquier chat libre de moderación, notaríamos que siempre hay personas faltas
de una formación en valores que pueden llegar a molestar a quienes dialogan, se llegan a
presentar situaciones en que insultan, etc. Se presentan a la vez como ocasiones motivadoras para
analizar, realizar discusión de dilemas para llegar a tomar conciencia de cuáles son las actuaciones
correctas.
La actitud de quienes crean virus informáticos y quienes hackean, pueden ser también
motivaciones para un aprendizaje significativo en valores.
La UNESCO, en su informe en Delors, en 1996, sobre Educación en el S. XXI, propone cuatro pilares
de la educación:
Aprender a conocer.
Aprender a hacer.
Aprender a convivir.
Aprender a ser.
El educador es el guía, y debe estar atento al uso que -en clase- realicen los alumnos con estas
poderosas herramientas TICs. Eso no significa-ni mucho menos- que no se puedan abordar en el
aula, o proponer temáticas de trabajo que sean de interés de los educandos.
Además, no se pueden proponer temas para trabajos (como el ejemplo citado en el foro) en que el
alumno pueda realizar un trabajo simplemente copiando y pegando gran cantidad de información.
Eso no fomentaría ni su responsabilidad, ni su actitud, ni lograría alcanzar objetivos cognitivos.
La tarea o la consigna que se da al alumno, debe ser clara, precisa y pautada, donde el alumna se
vea obligado a investigar, pero después leer y discernir, para luego responder a cada uno de los
ítems propuestos por el educador. Por ello, cada trabajo que se entrega al alumno para ser
realizado, lleva una trabajosa elaboración por parte del docente.
Quienes son educadores, saben bien cuánto tiempo y trabajo insume la tarea de la preparación de
trabajos prácticos y de investigación.