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UN LADRON ATRAPADO

Roberto, sujeto de mala conducta y que ha sido


condenado por el delito de robo en dos ocasiones, decide
hacerse del dinero necesario para comprar un televisor color.
Efectivamente Roberto sale a la calle, ingresa en un
comercio, y apuntando al empleado con un revólver le exige la
entrega del dinero de la caja. En el local había otro cliente a
quien Roberto le sustrae una cámara fotográfica de gran
valor.
Roberto sale del negocio, y cuando se dirigía hacia su
casa, ve a un comerciante del barrio que presumiblemente se
encaminaba al banco a efectuar un depósito. Roberto lo
persigue, y a pocos metros del banco, consigue quitarle el
maletín que llevaba en su mano derecha.
Al ver esta acción, uno de los policías que vigilaba el
lugar le ordena detenerse. Roberto, desesperado por huir, no
hace caso a la intimación policial y dispara contra el agente
pero sin intentar dar en el blanco. El disparo se pierde sin
herir a nadie.
El guardia no cesa en su intento, hasta que Roberto,
advirtiendo la imposibilidad de escapar, se entrega.
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Hay conducta por parte de Roberto, ya que al analizar el


aspecto interno de dicha conducta encontramos un fin, el cual
sería robar dinero para comprarse un televisor color; y los
medios seleccionados por el sujeto son asaltar a varias
personas con un revólver. El aspecto externo de la conducta
se configura en el momento en que Roberto efectivamente
entra a un comercio apuntando con su revólver al dueño del
mismo y a un cliente, o sea, cuando exterioriza el aspecto
interno, antes analizado.
Cuando el agente descubre a Roberto y comienza a
perseguirlo para aprehenderlo se verifica una nueva
conducta, dentro del aspecto interno se observa que el fin
sería escapar del policía, como medio utiliza el revólver
disparando contra el agente, exterioriza el aspecto interno,
configurándose, así, el aspecto externo de la conducta.
Roberto actúa con voluntad, no existiendo fuerza física
irresistible o involuntabilidad.
La conducta de Roberto encuadra en el art. 166, inc. 2
del Código Penal, “Se aplicará reclusión o prisión de cinco a
quince años:... 2. Si el robo se cometiere con armas...”, esto
se observa claramente, porque Roberto llevaba un revólver,
usándolo para realizar la acción típica (robo).
La segunda conducta analizada encuadra con el art. 104
del Código Penal, “Será reprimido con un a tres años de
prisión, el que disparare un arma de fuego contra una persona
sin herirla...”, se observa cuando Roberto dispara contra el
agente, pero sin intentar dar en el blanco, lo cual
efectivamente sucede al no herir, al agente con dicho
disparo. En este caso no se configura una tentativa de
homicidio o lesiones debido a que no existe el dolo requerido
en ella, porque Roberto no dispara contra el agente con la
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voluntad de matarlo o herirlo, existiendo sólo voluntad de


utilizar el arma por lo que es aplicable el citado artículo.
El sujeto activo es Roberto, quien realiza la acción
típica, por no requerir el tipo pluralidad de sujetos o
características especiales en el mismo, se trata de un tipo
unisubjetivo y delicta comunia. Además Roberto es autor del
hecho ilícito, por poseer el dominio total del hecho.
Al analizar al sujeto pasivo se observa que son varios,
tanto el empleado del comercio como su dueño, el cliente que
se encontraba en dicho negocio, el comerciante que se dirigía
hacia el banco y el agente al cual Roberto le dispara.
Se produce un resultado, el cual viene dado por la acción
de Roberto, es decir, la acción del sujeto activo se conecta
con el resultado por un nexo de causalidad.
En el tipo subjetivo de la tipicidad cabe analizar si el
autor del ilícito obró con dolo. Para que el sujeto haya
actuado con dolo es necesario que conociera efectivamente
los elementos del tipo objetivo y que tenga voluntad de
realizar la conducta de la forma elegida por éste.
Concluyendo, así, que Roberto actúa con dolo. Es un caso de
dolo directo de primer grado, debido a que la voluntad del
autor está dirigida a la realización directa del resultado.
Las conductas de Roberto son típicas y además
antijurídicas, ya que son contrarias al ordenamiento jurídico
y no existe causa de justificación alguna en la cual pueda
excusarse, no actúa en legítima defensa o en estado de
necesidad justificante.
Con respecto a la culpabilidad, podría decir que le es
reprochable al autor (Roberto) el injusto, porque no se
motivó en la norma cuando le era exigible hacerlo. Roberto
posee la suficiente autodeterminación como para poder
comprender la antijuridicidad de su acción.
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El delito, que realiza Roberto, tipificado en el art. 166,


inc. 2 del Código Penal, es un delito continuado, siendo que
existe por parte del autor un factor psicológico o factor
final (comprarse un televisor color); hay una repetición de la
afectación típica del mismo bien jurídico (propiedad y
seguridad física) realizado en forma similar; hay una unidad
de dolo o de resolución.
Se observa un concurso real, debido a que hay varios
delitos, o sea, varias conductas, por lo que el delito de robo
con armas se concursa realmente con el delito de abuso de
armas tipificado en el art. 104 del Código Penal.

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