Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA:
Acercarnos a comprender el sentido de nuestro existir, con sus luces y sombras, abren los
caminos profundos e insondables de nuestra conciencia. La profundidad con la que
abordemos el camino de la expansión de ella, pasa por los modelos que hemos aprendido y
heredado en nuestro grupo primario, o sea esa primera célula social que es la familia.
Como lo indica su raíz etimológica conciencia proviene de con-scire un saber juntos, por
lo tanto, a través de ese saber juntos, vamos creando conciencia a partir del lenguaje, de la
interacción con los otros, comunicación mediatizada por la emoción.
Por tal razón, la vivencia de cada uno es tan importante para la constitución del psiquismo
y por ende del devenir persona. Si nos detenemos a observar como las emociones, los
sentimientos van constituyendo los modos con los cuales interactuamos con el medio,
pronto nos daremos cuenta de que en las vivencias del cuerpo encontraremos los registros
de nuestras vivencias pasadas, presentes y futuras.
La relación que establezca el niño, primero con la madre y luego con su ambiente, inscribirá
en el niño los modelos, las formas actitudinales y modos de reacción con el mundo. La
manera en que el niño perciba el mundo estará determinada según los patrones de
percepción aprendidos en su medio ambiente, en ESA primera célula social que es la
familia.
Un niño no nace violento, se hace violento como una manera de defenderse de aquello que
siente como una amenaza a su integridad psico-física. En la mirada de un niño violento
podemos encontrar a un niño temeroso, lleno de sentimientos ambiguos, emociones
desordenadas que no sabe como canalizar. En la violencia escuchamos los gritos de
impotencia a los que seguramente en esa primera célula social no se les ha prestado oídos.
Un niño que agrede a otro niño ¿a quién está agrediendo en realidad? ¿De qué o de quién
se está defendiendo?
La violencia es lenguaje dirigido en forma de protesta. Una protesta desordenada, mal
canalizada, pero que en definitiva, es la única forma que una persona, niño o adulto,
conoce para defenderse de algo que le resulta amenazante para preservar su yo. Una
protesta que reclama algo que necesita ¿hacia donde se dirige ese reclamo?
¿Por qué es necesaria y urgente una educación emocional? ¿Para qué sirve la
alfabetización de las emociones? ¿Por qué es importante informar acerca de los
mecanismos neuro-fisio-psicológicos que modifican la conducta, actitudes, niveles
de pensamiento lineal, expresión corporal, etc?
Por otra parte, una buena educación emocional propende y favorece al propio cuidado de
aquellas situaciones y/o actitudes que puedan hacernos daños, haciendo una selección de lo
que creemos mejor para nosotros y/o los otros. O sea, con una buena educación
emocional podremos discernir y descartar aquellas pautas nocivas para nuestro bienestar
psico-físico., mejorando nuestra calidad de vida, interna y externa.
El alfabetismo emocional que se va adquiriendo a lo largo del desarrollo vital de cada ser
humano, determinará como se responde ante determinada situación, como se comporta
ante determinada circunstancia. En suma, determinará el modo de funcionar de una
persona ante otra.
En el núcleo familiar un niño va aprendiendo sobre todo de las figuras más significantes
de su vida, los padres, cómo tiene que reaccionar, como tiene que responder, como tiene
que conducirse, como tiene que sentir… cómo tiene que pensar.
El niño va aprendiendo y sus padres, conscientes o no, van enseñando formas y patrones
de comportamiento, emociones y pensamientos, a través de las conductas y actitudes,
mucho más que de sus discursos.
Si a un niño se le ordena a los gritos, que no grite, será muy difícil que aprenda a no gritar.
Si a un niño no se le permite el espacio cuando tiene que decir algo, porque no es el
momento, porque los padres u otros no tienen tiempo para escucharlos, porque no
corresponde lo que pregunta, porque no están de humor para prestarles atención, etc.
Será muy difícil que ese mismo niño, cuando adulto, adquiera la capacidad para escuchar
al otro, para detenerse a contemplar la problemática del otro, será difícil que adquiera la
capacidad para comprender con el otro. En suma, un niño aprende a Ser, de acuerdo a
como les enseñan los que están a cargo de su educación, llámese padres primero,
docentes más tarde, familiares, la sociedad, etc.
No se le puede pedir a un niño que sea diferente a sus educadores, simplemente porque
ellos son los modelos con los cuales el niño se irá identificando.
Hoy día los padres, y por extensión todos los adultos están acelerados a tal punto que no
tienen tiempo ni siquiera para detenerse un momento a pensar en ellos mismos. Vivimos
en medio de una vorágine donde la premura por satisfacer las necesidades está antes que
ninguna otra cosa.
Los adultos viven corriendo de un trabajo al otro, de un estimulo a otro, de una meta a
otra, y se olvidan de lo esencial…. Cultivar su Ser. Se olvidaron que en esta carrera por
tener, más bienes, más prestigio, más dinero, más de todo lo que se pueda tener, fueron
aplastando lo esencial del ser humano, su humanidad.
Por otro lado y a modo de ejemplo, consideramos que los chicos de nuestro tiempo están
siendo invadidos por despertares sexuales cada vez más tempranos. El período de latencia
prácticamente ya no existe. Esto es generador de violencia de por sí.
Adolescentes que a falta de conciencia moral, no respetan la autoridad, se encuentran
“aburridos” y des-atentos.
Es evidente que estos chicos han tomado la dirección de sus actos, no hay continente
porque no hay ley que los contenga.
Desde nuestro lugar de agentes de salud mental, hablamos de ley internalizada, misma que:
anticipa las consecuencias de una conducta inadecuada, que es correctora de los actos que
se llevan a cabo y preventiva para los actos impulsivos. Todo lo antes dicho, no existe en la
actualidad y acusa graves fallas en la Institución y sus actores
El lenguaje que proponemos pretende ser simple, sencillo donde los educadores puedan
incorporar rápidamente el conocimiento de las estructuras Neuro-Psicológicas que se
ponen en movimiento en cualquier ámbito, familiar, laboral, escolar, etc., con técnicas de
afrontamiento para ser utilizadas de acuerdo a cada contexto.
Para finalizar, el Psicólogo que trabaja como Orientador Psico-Educativo pondrá el acento
a los temas vinculados con la educación, entendida como proceso continuo y formativo
que acompaña y favorece el progreso del devenir Persona, sobre todo de los niños en
formación, que abarca una serie de aspectos: intelectual, cognitivo, social, afectivo
y ético. Resaltando la educación en valores para crear conciencia.
La educación en valores para crear conciencia es, a mí entender, uno de los aspectos al cual
hay que prestarle la mayor atención y dedicación, sobre todo en esta etapa de confusión
que estamos atravesando. Cuando digo confusión, me refiero al problema mayor al que
estamos expuestos, la hiperestimulación de los sentidos.
Giovanni Sartori, dice en su ensayo Homo videns, que lo que hace único al homo sapiens
es su capacidad simbólica. “La capacidad simbólica de los seres humanos se despliega en el
lenguaje” y agrega, “El lenguaje esencial que caracteriza e instituye al hombre, como animal
simbólico es el lenguaje-palabra” (…) el hombre es un animal parlante, que continuamente
está hablando consigo mismo. (Casirer).
Lo mismo podríamos decir del pensar y el conocer que al hombre caracteriza como animal
simbólico, que se construye en y con el lenguaje. No se necesita ver para pensar, “cómo un
ciego no está obstaculizado en su pensar por el hecho de no poder ver las cosas en las que
piensa”.