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Magistrado Ponente
EDGARDO VILLAMIL PORTILLA
ANTECEDENTES
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También afirmó que desde abril de 1981 compró ese bien, que
en comienzo era de María Rosalba Sánchez de Álvarez; no obstante,
aclaró que “por motivos de índole personal… en especial la confianza,
el afecto y la unión existente entre los hermanos Agudelo Solís…
permitió que la escritura pública de compra de la finca fuese hecha a
nombre de su hermana Ligia de Jesús Agudelo Solís de Puerta, ya
fallecida (muerta presunta)”.
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LA DEMANDA DE CASACIÓN
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dicho Roberto… Quiero agregar que don Santiago hace mucho que no
me visita en la oficina siquiera y que la iniciativa de lo de la sucesión
fue de Roberto, que ha sido el director de orquesta de esa familia… y
quiero repetir que yo con don Santiago no me he entendido para nada
en este asunto, él solamente me firmó el poder que me fue encargado
por el mismo don Roberto…” (sublíneas fuera de texto).
Para el censor, el juzgador de segunda instancia no tuvo en
cuenta esa prueba, a pesar de que ella demuestra que el referido
abogado intervino, a la vez, como apoderado del demandante y del
esposo de Ligia de Jesús Agudelo Solís; que según las
recomendaciones del togado, la sucesión sería un mecanismo para
“legalizar la titularidad de la finca en cabeza de su verdadero dueño” ,
circunstancia que “todos sabían y aceptaban”; que el demandante
“nunca entregó una sola indicación a su apoderado. Porque éste actuó
en la sucesión por encargo real de Roberto Agudelo y del cónyuge
supérstite de Ligia Agudelo”; y que “la compra de los derechos
hereditarios, fue en verdad un acto sugerido por el abogado de toda la
familia, como mecanismo de doble propósito: no hacer la sucesión de
la mamá de todos, doña ‘Julita’ y además, poner a nombre de Santiago
Agudelo la finca que era en realidad de su propiedad, hecho que toda
la familia y la comunidad conocía y compartía” (subrayados de la
Corte).
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De otro lado, manifiesta que “ los efectos del auto que resolvió
decir que no prosperaba la oposición a la diligencia de entrega de los
bienes al albacea testamentario, son apenas incidentales. Eso significa
que no son permanentes o intangibles o, lo que es lo mismo, que se
pueden discutir y cambiar de decisión en un proceso de conocimiento,
con amplio ejercicio del derecho a la defensa y con una actividad
probatoria mucho más seria, rica y compleja que la que se permite en
el célere trámite incidental. Lo que fue verdaderamente burdo es que el
Tribunal, en su sala dual, y en el proceso de conocimiento con
amplísimo material probatorio, en vez de examinar la prueba y decidir
si había o no animus, se limitara a repetir lo decidido en un trámite
incidental, como si de cosa juzgada se tratara”.
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CONSIDERACIONES
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que solicitó, deuda que finalmente fue cubierta por un seguro que se
había tomado para solventar el pago en caso de muerte de la obligada.
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casación es ineficaz para desvirtuar todos los soportes del fallo, porque
permanece en vigor alguno que le mantiene su firmeza en derecho, el
recurso no es susceptible de prosperar, aún en el supuesto de que
fueran destruidos los motivos restantes de la sentencia acusada ”
(LXXXVIII, 596, CLI, 199, reiterada en Sent. Cas. Civ. de 27 de junio de
2005, Exp. No. 540013103004-1988-0333-01 y Sent. Cas. Civ. de 19 de
diciembre de 2005, Exp. No. 1989-01859-01).
5. Así las cosas y sin que sea menester analizar las demás
críticas que trae el recurrente en el cargo, ha de concluirse que la
demanda de casación no tiene la virtud de horadar por completo el fallo
de segundo grado, circunstancia que echa a pique la acusación, tanto
más si se observa que el argumento del censor, en el sentido de que la
participación del demandante en la sucesión de Ligia Agudelo Solís tenía
como único fin sanear la propiedad, resulta por lo menos dudoso,
porque a decir verdad, la intervención de Santiago Agudelo Solís en la
sucesión, no le aseguraba hacerse a la propiedad del bien que aquí
persigue, pues en ningún momento le asistía la condición de heredero
único o de mejor derecho, puesto que arribó a una sucesión ya abierta
por otro, en la que inexorablemente compartía con Ricardo Puerta
Puerta la posibilidad de ser adjudicatario del inmueble constitutivo del
patrimonio de la causante, mismo que hoy es objeto de la usucapión.
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DECISIÓN
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