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MEW Band 4 Seite 464
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7. Y esto no solo ocurre con la producción material, sino también con la
espiritual. Las producciones espirituales de cada una de las naciones se
transforman en bienes comunes. Se hace cada vez más inviable la limitación
nacional; de las literaturas locales se construye una literatura mundial.
8. La clase capitalista atrae a todas las naciones a una sola civilización, mediante
la rápida mejora de los instrumentos de producción y la facilitación
interminable de las comunicaciones.
9. La clase capitalista utiliza los bajos precios de sus mercancías como la artillería
pesada que derrumba todas las murallas chinas, con lo que obliga a los bárbaros
a la capitulación de su odio a lo extranjero.
10. La clase capitalista globaliza la producción y el consumo; las industrias
requieren materias primas de todo el mundo y el consumo es a escala mundial;
también transforma la producción intelectual en bienes de consumo globales,
agregando la propiedad intelectual.
11. La clase capitalista obliga a todas las naciones a someterse su modo de
producción, si no quieren irse a la quiebra, obliga a la así llamada civilización a
adaptarse a ella, es decir, en transformarse en capitalista. En una palabra, crea
un mundo a su imagen y semejanza.
12. La clase capitalista somete el campo a la dominación de la ciudad. Han creado
enormes ciudades, el número de la población urbana en comparación con la
rural ha crecido enormemente y así una considerable parte de la población rural
la ha sacado del idiotismo de la vida del campo. Ha hecho al campo
dependiente de la ciudad, a los bárbaros y medio-bárbaros los ha hecho
dependientes de los civilizados; a los campesinos de los citadinos, al Oriente
del Occidente
13. La clase capitalista elimina más y más la división de la propiedad de los medios
de producción. Han aglomerado las poblaciones, ha centralizado los medios de
producción y concentrado la propiedad en pocas manos. La consecuencia ha
sido la centralización política. Provincias independientes se han transformado
en una nación, un gobierno, una ley, un interés nacional y una aduana.
14. La clase capitalista en ni siquiera un siglo de dominación ha creado fuerzas de
producción colosales, más grandes que todas las generaciones anteriores.
15. La clase capitalista ha sojuzgado las fuerzas de la naturaleza, la maquinaria, la
aplicación de la química y la industria a la agronomía, los buques a vapor, los
ferrocarriles, los telégrafos eléctricos, la urbanización de grandes partes del
mundo, la navegación de los ríos, han trasladado poblaciones completas, cosas
que en anteriores ni siquiera se imaginaban que habían tales fuerzas de
producción en el vientre del trabajo social.
16. La clase capitalista construyó sobre los medios de producción y de transporte
producidos en la sociedad feudal. En una determinada etapa del desarrollo de
esos medios de producción y de transporte correspondía a las relaciones en que
la sociedad feudal los producía y los intercambiaba, era la organización feudal
de la agricultura y manufactura, en una palabra, las relaciones de propiedad
feudal, que ya no podían desarrollar más las fuerzas productivas (bajo el
feudalismo). Empezaron a detener la producción, no a desarrollarla. Se
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transformaron en frenos. Debían ser dinamitados y fueron dinamitados. En su
lugar se impuso la libre competencia, con sus relaciones sociales, sus
constituciones políticas adecuadas y la dominación económica y política de la
clase capitalista.
17. Bajo nuestros ojos se desarrolla un movimiento similar. Las relaciones de
producción capitalistas, las relaciones de propiedad capitalista, la moderna
sociedad capitalista, que han maravillado con tan poderosos medios de
producción, se parece a un hechicero que ya no puede dominar los poderes
subterráneos que evocó. Desde hace años la historia de la industria y del
comercio no es más que la historia de la indignación de las fuerzas de
producción modernas contra las relaciones de producción modernas, contra las
relaciones de propiedad modernas, que son las condiciones de vida de la clase
capitalista y su dominación. Para ver esto basta nombrar las crisis del comercio,
las cuales en su periódico aparecer amenazan cada vez más la existencia de
toda la sociedad capitalista. En las crisis comerciales se destruyen no solo una
gran parte de los productos generados, sino que destruyen también las fuerzas
productivas recién creadas. En las crisis irrumpe una epidemia social, que a
todas las épocas anteriores les habría parecido un absurdo - la epidemia de
sobre-producción. La sociedad se encuentra, de repente, en un estado de
barbarie; una hambruna, una guerra de destrucción total parece haberle cortado
todos sus medios de subsistencia; la industria y el comercio parecen destruidos.
¿Y por qué? Pues simplemente porque hay mucha civilización, muchos medios
de subsistencia, mucha industria, mucho comercio. Las fuerzas productivas,
que están a su disposición, ya no sirvan para el desarrollo de las relaciones de
propiedad capitalistas; por el contrario, son demasiado potentes y las frenan, y
tan pronto como superan este freno, desordenan toda la sociedad capitalista y
ponen en peligro la existencia de la propiedad capitalista. Las relaciones
capitalistas no dan el ancho para controlar la riqueza producida por ellas
mismas. ¿Cómo supera la clase capitalista sus crisis? Por una parte, con la
destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas, por otra, con la
conquista de nuevos mercados y una explotación más a fondo de los viejos
mercados. Entonces, ¿cómo? Preparando crisis más potentes y extendidas que
disminuyen los medios para evitar las crisis.
18. Las armas que usó la clase capitalista para destruir el feudalismo, se dirigen
ahora contra ella misma.
19. Pero la clase capitalista no sólo ha forjado las armas que la liquidarán, sino que
también ha producido los hombres que tomarán dichas armas: la clase de los
trabajadores.