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I. INTRODUCCIÓN
El actual modelo de producción, gestión de recursos y bienes y servicios, que busca potenciar un
consumo a corto plazo, está llevando el planeta a una situación insostenible. En un contexto
socioeconómico en que los conceptos de crecimiento, productividad, competitividad, eficiencia,
innovación industrial o generación de nuevos puestos de trabajo son cada vez más importantes, es
necesario avanzar hacia un modelo en que los productos, materiales y recursos se mantengan en la
economía durante el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos, y
consiguiendo a la vez que los recursos que utilizamos, tanto los materiales como los energéticos,
sean renovables o bien procedentes de la reutilización o el reciclaje.
Actualmente nos encontramos inmersos en un modelo de economía lineal, en el que los recursos
son extraídos del medio, transformados en productos, utilizados por la población de forma
individual y, finalmente, depositados como residuos. Ante esta pésima gestión, los problemas
medioambientales y la escasez de materias primas son cada vez más evidentes y es necesario un
cambio radical en nuestros modelos y hábitos de consumo.
La solución ya no pasa sólo por reciclar o reducir las actividades humanas con impactos negativos
sobre el medio ambiente, sino que hay que cambiar el ciclo de vida de los productos, reinventar el
diseño, los sistemas productivos y sobre todo el consumo y los hábitos que tenemos incorporados
en nuestro día a día.
La economía circular es un paradigma que tiene como objetivo generar prosperidad económica,
proteger el medio ambiente y prevenir la contaminación, facilitando así el desarrollo sostenible.
El creciente interés de gobiernos, industria y sociedad en la implementación de la economía
circular, nos ha llevado a indagar sobre su conexión directa con el fin último de este paradigma:
la sostenibilidad.
En 1987 el desarrollo sostenible se definió como: “satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro para atender sus propias
necesidades”.
Por economía circular se entiende aquella que en principio es restaurativa y regenerativa, y que
trata que los productos, componentes y materias primas mantengan su utilidad y valor máximo en
todo momento, asimilando los ciclos técnicos a los biológicos. Se concibe como un ciclo de
desarrollo positivo y continuo que preserva y mejora el capital natural, optimiza el rendimiento de
los recursos, y minimiza los riesgos del sistema al gestionar con rigor las reservas finitas y los
flujos renovables. Funciona de forma eficaz en todas las escalas, y, en definitiva, este modelo
intenta desvincular el desarrollo económico global del consumo de recursos finitos.
PRINCIPIOS EN QUE SE APOYA UNA ECONOMÍA CIRCULAR
Principio 1: Preservar y mejorar el capital natural, controlando las reservas finitas y
equilibrando los flujos de recursos renovables, desmaterializando la utilidad y ofreciendo utilidad
de forma virtual siempre que sea posible. Cuando se necesitan recursos, el sistema circular los
selecciona de forma sensata y elige tecnologías y procesos que utilizan recursos renovables o de
mayor rendimiento siempre que sea viable. La economía circular mejora el capital natural
alentando los flujos de “nutrientes” dentro del sistema y generando las condiciones para la
regeneración.
Principio 3: Promover la eficacia de los sistemas detectando y eliminando del diseño los factores
negativos externos. Esto incluye evitar, o al menos reducir, los posibles daños en ámbitos tales
como la alimentación, la movilidad, la educación, la sanidad y el ocio, y controlar adecuadamente
otros factores externos de importancia, tales como el uso del suelo, la contaminación del aire y del
agua, o el vertido de sustancias tóxicas.
Tal como se señala en EEA (2016), la transición a una economía circular requiere cambios
fundamentales en muchas áreas diferentes del sistema socio-económico vigente. A continuación
se identifican algunos de los factores instrumentales técnicos, económicos o sociales más
importantes que guían y aceleran el proceso de transición.
Modelos innovadores de negocio En el número correspondiente a abril de 2013, la revista Fast
Company destaca los siguientes cinco modelos de negocio que están contribuyendo a hacer de la
economía circular una realidad en el mundo de los negocios:
1. MODELOS INNOVADORES DE NEGOCIO
El Eco-diseño surge a mediados de la década de los noventa del siglo pasado en Centroeuropa, a
partir de publicaciones como UNEP (1997). Se trata del primer manual, escrito conjuntamente por
el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Instituto Rathenau y la Universidad
de Deft, que proporciona a las empresas un enfoque de Eco-diseño paso a paso, ofreciendo una
metodología para las compañías interesadas en ponerlo en práctica. En el mismo se proporcionan
muchos ejemplos de medianas y grandes empresas que ya han progresado en el eco-diseño. En
UNEP y TU (2009) se dice que hay que ir más allá del Eco-diseño.