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Víctor Rubén Pérez nos define an entrenamiento infantil: "proceso pedagógico, sistemático, progresivo y

variable, que busca obtener adaptaciones orgánicas y funcionales óptimas, con el propósito de alcanzar una
formación físico - deportiva integral y multilateral de los niños, respetando sus intereses, necesidades y
particularidades madurativas y evolutivas “

Sustentos del entrenamiento infanto - juvenil

Para la mayoría de los especialistas, los sustentos, representan el punto de apoyo o de sostén sobre el cual se
estructuran los entrenamientos, prácticas o clases cotidianas, son elementos sustanciales que posibilitan y
justifican la tarea de entrenar. Constituyen los cimientos que permitirán edificar o construir el
rendimiento y/o la formación psicomotriz y deportiva.

Ésta base de sustentación se compone de tres grandes pilares que aportan cada uno, una expresión porcentual
equitativa, y se conocen como, sustento biológico, pedagógico y afectivo motivacional.

Sustento biológico

El sustento biológico, está relacionado con el Síndrome General de Adaptación propuesto por Selye, e
involucra todos los procesos y mecanismos que permiten generar cambios y transformaciones de
determinados aspectos del atleta o deportista, con los cuales accederá a un nivel de rendimiento superior.

Esto nos indica que las mejoras obtenidas como consecuencia de un proceso de entrenamiento, son
posibles gracias a que los sujetos somos susceptibles de sufrir adaptaciones orgánicas y funcionales, totales o
parciales, transitorias o permanentes.

Sustento pedagógico

El sustento pedagógico está representado por el pedagogo, docente, profesor, instructor, guía o
conductor, es decir, el encargado de conducir el proceso de entrenamiento. Éste referente que estará al
frente del proceso debería estar habilitado como tal (el título de alguna manera avalaría su formación), y
también capacitado para desarrollar esta importantísima tarea y/o función.

Para afrontar la tarea de conducción/formación, él debería conocer sobre métodos de enseñanza y


métodos de aprendizaje, métodos de entrenamiento, contenidos según edad educativo-deportiva, debe
conocer también sobre maduración, crecimiento y desarrollo, sobre capacidades y habilidades motoras,
sobre técnica deportiva, etc. En fin, como será el responsable de aportar al deportista todos los elementos
necesarios para que sea competente en la especialidad que practica, es determinante su conocimiento sobre
todos estos aspectos y contenidos.

Sustento afectivo-motivacional

Finalmente tenemos el sustento afectivo- motivacional, que abarca, los intereses del deportista y el apoyo que
recibe de sus afectos, involucra por un lado, la relación y el acompañamiento que recibe el deportista de su
entorno, de todos aquellos que son significativos para él (familia, amigos, pareja, entrenador, compañeros,
etc.); y por otro lado, incluye los motivos, razones o expectativas que llevan a ese sujeto a someterse
voluntaria o involuntariamente (no siempre los niños lo hacen por interés propio), a un proceso de
entrenamiento. Entonces, en este sustento hablamos de niños o deportistas, motivados para realizar un deporte o
actividad física, con voluntad para entrenar, y apoyados/acompañados por un entorno afectivo,
familiar y social (Rost y Martín, 2004)

Fundamentos del entrenamiento infanto - juvenil

Los fundamentos constituyen una serie de aspectos que debemos priorizar en las etapas de crecimiento de un
deportista, porque constituyen las bases con las cuales se pretende afianzar o asegurar un proceso de
entrenamiento/aprendizaje. Representan todos aquellos elementos que debemos brindar al niño atleta, porque
ellos les permitirán avanzar en su proceso de formación y desarrollo psicomotriz y deportivo.

Para el profesor Jürgen Weineck, los fundamentos se orientan en dos direcciones, con una importancia
porcentual equitativa para cada una de ellos; así tenemos fundamentos cuantitativos y fundamentos
cualitativos.

Para éste especialista, los "fundamentos cualitativos" del entrenamiento, es todo aquello que concierne a los
aspectos neuromusculares, a las coordinaciones gestuales que caracterizan una acción motriz. Por otro lado,
los "fundamentos cuantitativos", hacen referencia a los aspectos energéticos que permiten ejecutar y repetir los
gestos motrices y deportivos.

Según lo expuesto anteriormente, en la capacidad de rendimiento motriz no podemos descuidar, disociar o


minimizar, la importancia funcional de los sistemas neuromusculares (coordinación) y energéticos
(condición física), para poder efectuar cualquier prestación física.

Objetivos del entrenamiento infanto - juvenil

Los objetivos expresan los resultados, fines, metas o logros que el alumno - deportista debe ir alcanzando a
medida que avanza en su proceso de entrenamiento - aprendizaje, representa junto con el diagnóstico, los dos
aspectos de importancia sustancial en los inicios de toda planificación. Al comenzar un programa además de
elaborar un diagnóstico para determinar el punto de partida del proceso, debo formular los objetivos, para saber
los destinos hacia donde me dirijo con la propuesta.

Establecer los objetivos de la planificación es siempre una tarea compleja y complicada, por ello, el docente -
entrenador se encuentra en la necesidad de sintetizar y jerarquizar las diferentes opciones que puede tomar.
Esta complejidad aumenta en el caso del entrenamiento infantil, por encontrarnos con sujetos en etapas de
crecimiento, donde la formación se ve alterada casi en forma cotidiana, por la gran cantidad de
modificaciones y transformaciones que sufre el entrenado.

Para Albert Batalla Flores, las metas que se fije el entrenador responsable de la planificación deportiva en el
campo de la iniciación, deberán situarse en tres vertientes íntimamente relacionadas pero claramente
diferenciadas:

• La formación integral del sujeto como tal.


• La preparación del deportista para el rendimiento futuro.
• La obtención matizada, de rendimientos inmediatos.

Estas tres necesidades han sido formuladas en orden de importancia y deben estar en cualquier propuesta
deportiva a largo plazo, pero aún con más fuerza, en la preparación deportiva infantil, porque se trabaja con
personas en proceso de maduración y crecimiento, donde su actuación tendrá en el presente y en el futuro,
repercusiones importantes sobre ellos.

Para el prestigioso entrenador italiano Renato Manno, en la preparación infantil y juvenil, es prioritario
desarrollar objetivos de formación global, multilateral e incremento de la prestación, no solo la prestación
técnica, sino también, física, motriz, táctica, cognitiva y social. Para él, éstos objetivos deben proyectarse en una
visión a largo plazo, de manera que las distintas fases de entrenamiento se adapten, a las principales
particularidades evolutivas de cada edad cronológica.

Especialistas como Martin, Nicolaus, Ostrowski y Rost expresan textualmente que "el objetivo prioritario del
entrenamiento infanto - juvenil, no pasa por conseguir el mayor rendimiento deportivo posible en la categoría de
edad respectiva, sino, el cumplimiento de las tareas de los contenidos de cada etapa de entrenamiento".
Esta perspectiva supone, que durante el transcurso de la preparación del rendimiento a largo plazo, la
competición, las prácticas, y el desarrollo de las capacidades y habilidades motoras, cambien
continuamente, para acomodarse a las particularidades del desarrollo psíquico, físico y motor de los niños y
jóvenes.

Como observamos, todos los autores nos hablan de miradas prospectivas en el entrenamiento infantil, e,
independientemente si la formación del deportista es para establecer una conexión con el deporte de élite, el
deporte de esparcimiento o la visión que sea, en ninguno de los momentos de la preparación, debo
perder de vista que trabajamos con organismos con elevada sensibilidad a los estímulos, y por lo tanto, con
posibilidades de beneficios pero también de grandes perjuicios. Por esto es necesario entender que los
objetivos deben ser lo más reales y pertinentes posibles

A modo de conclusión y considerando la realidad que vivimos y la que se nos avecina, acudo al entrenador de
atletismo Jorge De Hegedüs para sustentar esta premisa, para él "el entrenamiento, amén de perseguir
objetivos de rendimiento escolar y deportivos, debe ser una tarea que vaya en respaldo de la salud, y no una
práctica que se desarrolle a costa del adecuado funcionamiento orgánico

Contenidos del entrenamiento infanto - juvenil

En la bibliografía específica de entrenamiento, se los define como aquellas actividades o ejercicios físicos o
motores que utilizamos cotidianamente en nuestras clases para desarrollar los contenidos (Martin, Carl y
Lehnertz, 2004). Para Schnabel y Thies (1993) representan la totalidad de actividades y medidas
aplicadas para desarrollar la capacidad de rendimiento. Los metodólogos los denominan "medios del
entrenamiento", y por esta razón el entrenador Jorge De Hegedüs concluye que contenidos, medios ejercicios y
formas de entrenamiento pueden tomarse como sinónimos.
Los ejercicios son entonces los factores externos de la carga y los medios principales del entrenamiento que
imponen al deportista diversas demandas fisiológicas- funcionales y, en consecuencia, influyen de diferente
manera en la formación del rendimiento psicomotriz y deportivo.

Lo expresado anteriormente impone una cuidadosa elección de los ejercicios en las sesiones cotidianas,
porque los mismos serán los responsables del crecimiento del sujeto en la actividad que practica. La
selección se debería realizar según principios de finalidad, de economía y de eficacia; deben responder a los
objetivos y tareas del proceso de entrenamiento, y no deben escogerse ni aplicarse arbitrariamente.

La realización de cualquier movimiento o acción psicomotriz esta siempre vinculado a la manifestación de


toda una serie de cualidades físicas y habilidades motoras. Un movimiento elemental como impactar una pelota
con el pie, exige fuerza, equilibrio, flexibilidad, coordinación, etc. Como vemos en este ejemplo básico, cualquier
actividad o ejercicio tiene una influencia múltiple sobre el organismo del deportista, y en consecuencia,
permite solucionar simultáneamente diversas tareas del entrenamiento.

Sin embargo, debemos considerar también, que si bien los diferentes ejercicios ejercen una influencia múltiple
sobre el entrenado, cada actividad provoca a su vez, una influencia primordial sobre una cualidad o
habilidad en particular. Siguiendo el ejemplo anterior, el patear una pelota tiene una influencia específica sobre
una expresión gestual, técnica o coordinativa del fútbol.
El gran número de ejercicios y / o actividades que un entrenado puede realizar en sus prácticas cotidianas,
sumado a la especificidad que debe tener cada uno de ellos en función de los contenidos, de los objetivos y del
momento de la planificación en que se encuentra el deportista, hace necesario desarrollar una taxonomía de los
mismos.

En la literatura básica sobre entrenamiento nos encontramos con numerosas formas de clasificar a los
ejercicios, una de las más comunes los agrupa de la siguiente forma:
Ejercicios generales o de preparación general

Son todos aquellos ejercicios que aseguran el desarrollo funcional general del organismo. Según
Vladimir Platonov (1990), nos pueden brindar un inicio de preparación en la disciplina concreta, como así
también el desarrollo orgánico y funcional sin que sean implicadas cualidades específicas del deporte
pertinente. Tienen la finalidad de crear una amplia base para la especialización progresiva que debe seguir,
buscan acondicionamiento multilateral básico del deportista (Jorge De Hegedüs).
Por lo tanto, podemos incluir en este grupo todos aquellos ejercicios o actividades que se extraen de otras
disciplinas deportivas y no necesariamente tienen semejanza o coincidencia con el desarrollo técnico del
deporte en cuestión. Por ejemplo, si quiero obtener modificaciones cardiovasculares centrales lo puedo
conseguir corriendo, nadando o pedaleando, por más que la especialidad deportiva sea el fútbol.

En edades formativas este grupo de ejercicios y/o actividades son los prioritarios porque me aseguran un bagaje
psicomotor, cognitivo, y socioafectivo de base sobre el cual posteriormente se podrán construir cualquier
estructura deportiva. Reforzando este parecer acudo a Le Boulch quien sostiene que para asegurar el equilibrio y
el desarrollo adecuado del niño, es necesario brindarle una formación corporal de base, para él antes de
los 14 años, lo esencial es el desarrollo de las funciones psicomotrices, por lo tanto anteponer a ellos propuestas de
estimulación estructuradas sobre ejercicios de preparación específica, pueden traer múltiples omplicaciones
y limitaciones difíciles de subsanar posteriormente.

Ejercicios especiales o de preparación especial

Son aquellos que por su estructura, su intensidad y su duración, se acercan al máximo a las actividades de
competición (Platonov, 1990). El entrenador español García Manso (1996) los describe como ejercicios
idénticos al movimiento realizado en la competición, también están incluidos movimientos parciales
similares o que comprometen uno o más grupos musculares de los que se emplean en la competición.
Constituyen movimientos y acciones del deportista que se corresponden, en la mayor medida posible, con la
estructura coordinativa, el carácter de la ejecución, con la cinética y con la dinámica del deporte practicado
(Ozolin). Por ejemplo nadar con manoplas para un especialista en crawl, o terminar con bandeja 20.000
veces, un tránsito de traslado de la pelota con dribling.

Ejercicios de competición

Son aquellos que muestran el mismo desarrollo técnico, funcional y los mismos parámetros que la
propia disciplina competitiva (García Manso, 1996).
También son conceptualizados como una gama de ejercicios que tienen como objetivo desarrollar los
valores estructurales, técnico-funcionales y psicotemperamentales de la especialidad que practica el
sujeto (Jorge De Hegedüs). Aquí entrarían el deporte reducido, el picadito y la práctica o competencia
específica, donde se busca problematizar y solucionar aspectos propios de la especialidad o deporte al que
dedica su tiempo.
Un gran problema se presenta cuando en el deporte recreativo o social utilizamos la competencia como
medio de preparación para la propia competencia, sin establecer instancias previas de preparación general y
especial. Esta situación trae aparejada múltiples complicaciones, como ser, grandes riesgos de lesiones
agudas y crónicas por la ausencia de procesos de adaptación necesarias para prevenirlas.

La otra dificultad inherente a este tipo de ejercicios aparece, cuando se instrumentan con niños en edades
formativas o en crecimiento, con volúmenes, intensidades y frecuencias elevadas, porque pueden ser muy
perjudiciales o perniciosos para su sistema locomotor, para su condición física, para su condición técnica y
acervo motor (bagaje o cultura personal de experiencias motrices). Todo esto sin olvidar los problemas
que generaría la adherencia de ellos a la actividad física o movimiento, por tratarse de ejercicios altamente
específicos que en muchos casos están muy alejados de la realidad evolutiva, social, educativa y motivacional
de esta población.
Entonces, el adecuado equilibrio o desequilibrio en la distribución de cada tipo de ejercicios, según la edad,
interés, necesidad y experiencia, pasa a tener un valor esencial en estas edades.
Medios del entrenamiento infanto - juvenil

Los medios agrupan todos aquellos elementos que pueden ser útiles para el desarrollo de un proceso de
entrenamiento, e incluye: materiales o implementos (aros, cubiertas, sogas, pelotas, bastones, colchonetas,
conos, pesas, chalecos, paletas, etc.), información (verbal, visual, cinestésica), infraestructura (patio,
pileta, escaleras, espaldares suecos, etc.), recursos humanos (compañeros, colegas), organización de las
actividades, recursos económicos, etc. Todos estos medios del entrenamiento deben ajustarse
constantemente a los contenidos del mismo, para que puedan contribuir a su realización, buscando alcanzar o
lograr los objetivos planteados.

Para Domingo Blázquez Sánchez (1998), el acondicionamiento del medio donde se desarrolla la
clase está siempre vinculado a dos nociones:

• Su valor simbólico, es decir las posibilidades que ofrece el material al niño, para despertar su
imaginación. Por ejemplo, una pelota fútbol le permite identificarse con Lionel Messi, Maradona o
Ronaldiño, una pelota y un aro de básquet con Michael Jordan o Emmanuel Ginobili, y una soga con
tarzán o el hombre araña.

• Su valor funcional, es decir, el valor habitual que tiene un objeto desde el punto de vista de la utilidad,
por ejemplo, un tobogán permite al niño deslizarse, una colchoneta rolar y un aro rodar, girar o lanzar
Para este especialista en cualquier caso la organización del material en el espacio nunca es neutra.
Su simbolismo o su funcionalidad inducen a comportamientos motores que pueden tener un mayor o
menor grado de dificultad, pero que sabiéndolos utilizar pueden provocar un innumerable tipo de
respuestas motoras, incluso, sin necesidad de mediar una palabra entre profesor y alumno.

Considerando la importancia radical que tienen los recursos materiales que se utilizan en los
entrenamientos, prácticas o clases, y con el propósito de enriquecer las experiencias motrices de los
deportistas en etapas de crecimiento, es necesario recurrir a la mayor variedad posible de elementos tanto
convencionales (aros, sogas, pelotas de fútbol, de básquet, de vóley, de goma, etc.), como no
convencionales (bastones, bolsitas de arena, pelotas de trapo, etc.). Con diversidad en formas, tamaños, pesos,
superficies, colores, etc. buscando por un lado, aprovechar todas las posibilidades de movimientos que
brindacada uno de ellos de acuerdo a sus características materiales por ejemplo: con las cubiertas de autos que
puedo hacer? rodadas, saltos, equilibrios, transportes, tracciones, lanzamientos, empujes, arrastres,
coordinación), y por otro lado, simular e imitar con su cuerpo los movimientos o acciones que podría
realizar con el implemento empleado. Por ejemplo ¿qué acciones de las que realizo con una cubierta de
auto, puedo realizar con mi cuerpo? Rodar, rolar, girar, saltar, etc. (González de Álvarez.- Rada de Rey).

La selección y utilización de recursos materiales y didácticos para el desarrollo de capacidades y


habilidades debe ser variada porque al margen de la forma, tamaño, textura o peso que tengan, cada uno de
ellos genera una motricidad propia y específica.
En relación con lo anterior y tratando de cerrar el concepto, quisiera señalar la importancia de ofrecer a
los niños - alumnos, situaciones múltiples de descubrimiento, de exploración y de aprendizaje
guiado, agotando todas las posibilidades de generar o acompañar el movimiento que cada elemento ofrece; y
además, combinar dentro de lo posible, varios recursos o elementos de trabajo a la hora del planteo de
actividades o ejercicios (Picar la pelota de básquet sobre el césped, hacer conducción con la pelota de
Rugby, etc.
Métodos del entrenamiento infanto - juvenil

Los métodos son el conjunto de operaciones ordenadas que utiliza el docente, con el propósito de enseñar un
determinado contenido o acceder a un resultado. Procedimientos prácticos desarrollados
secuencialmente o sistemáticamente a fin de satisfacer los objetivos propuestos (Jürgen Weineck, 1990).

También, constituyen la forma organizada de la sesión de entrenamiento , que el entrenador utiliza para movilizar
los diferentes sistemas energéticos y funcionales con el propósito de alcanzar modificaciones en los diferentes
componentes involucrados.
Como observamos los métodos no son otra cosa más que los instrumentos que el entrenador tiene a su
disposición para asimilar conocimientos o desarrollar capacidades, habilidades, hábitos.

Para el prestigioso entrenador Vladimir Platonov (1993), el conjunto de métodos que podemos utilizar en los
entrenamientos, se puede dividir desde un punto de vista técnico, en tres grandes grupos: orales, visuales y
prácticos, con múltiples combinaciones.

Métodos orales

Están representados por las explicaciones, los relatos, conferencias, conversaciones, diálogos, presentación
verbal, exposiciones o discusiones que el docente involucra cotidianamente en su relación con los
entrenados. El mensaje, consigna o comunicación que el profesor proporciona al alumno es uno de los
elementos que caracterizan la acción educativa, de allí que ésta intervención verbal del docente, cumpla un
papel tan importante en la formación de los deportistas (Blázquez Sánchez, 1998).

Demás está decir, que la eficacia de estos métodos, y del proceso de entrenamiento, dependen en gran
medida del uso inteligente y racional que el entrenador haga, de las órdenes, indicaciones, o comentarios. En
este sentido si quiero asegurarme los beneficios que me brindan estos métodos debo considerar los siguientes
requisitos:

• Que las expresiones y los conceptos que se utilicen con los alumnos estén adaptados a su capacidad
de comprensión y a su experiencia motriz, con un lenguaje adecuado que NO confunda al educando
Grosser y Neumaier, 1985).
• Que la explicación o comentario se haga solo en el momento en que el profesor tenga la atención
de todos los alumnos.
• No aturdir o atormentar a los educandos con explicaciones, comentarios o conversaciones tediosas,
prolongadas e irrelevantes (Pérez, 2006).
• A la hora de las consignas indicarle al alumno lo que tiene que hacer y no como debe hacerlo, no limitemos
su forma de expresión.

Métodos visuales

Constituyen formas de acción que incluyen tanto la demostración de un movimiento por el entrenador o un
deportista, como la presentación de secuencias de imágenes, videos, películas de enseñanza, etc.
En la educación física y el entrenamiento el método visual de mayor aceptación, o al menos uno de los de
mayor utilización, es la demostración, que consiste en mostrar de manera convincente por medio de ejemplos
concretos, la acción motriz que se desea aprender. Es un método que busca la formación de un modelo de
movimiento.

En este método, donde hay un modelo que presenta una acción motriz, el analizador visual cumple un rol
determinante, se encarga de resumir e integrar en forma instantánea y global los datos de una propuesta motriz.
Si bien la demostración es un recurso válido y común para proveer señales visuales, tener mucho cuidado con caer
en el abuso de este método porque puede provocar en el novel deportista, una tendencia a la imitación y
disminuir, de esta forma, el interés por buscar sus propias formas de movimiento.

Métodos prácticos

Están orientados hacia dos ámbitos, el de las capacidades motoras y el de las habilidades motrices.

Entre los métodos que nos permiten asimilar "habilidades" motoras tenemos los métodos analíticos,
globales y mixtos con todas sus variantes, y entre los métodos que posibilitan desarrollar "capacidades"
encontramos métodos continuos o fraccionados (resistencia), piramidales, oleajes, cargas estables
(fuerza) o por repetición (velocidad) entre otros.
Para Vasconcelos Raposo (2000), existen en la actualidad numerosos métodos que, agrupados por
razones didácticas, pueden identificarse en el desarrollo de capacidades y habilidades motoras, con
fundamentos de orden fisiológico, pedagógico o direccional
Principios del entrenamiento infanto - juvenil

Los principios constituyen determinadas reglas, normas y/o proposiciones metodológicas y científicas que
orientan el proceso de entrenamiento en su conjunto.
Son directrices generales expresadas en forma de axiomas de orientación práctica; constituyen una
organización obligatoria para la actividad del docente, porque se refieren a la aplicación consciente y
compleja de las leyes del proceso formativo y educativo, y porque en ellos se reflejan las experiencias
generalizadas de la prácticas cotidianas.

El nombre y número de principios varía mucho en la bibliografía sobre la teoría del entrenamiento, sin
embargo, habitualmente se parte de dos grandes bloques que los engloban a todos:
 Principios biológicos involucran todos aquellos que afectan los procesos de adaptación del deportista -
alumno.
 Principios Pedagógicos, son los que de alguna manera incluyen la metodología empleada durante el
proceso de entrenamiento.

En los institutos de formación docente y en los cursos de capacitación en entrenamiento deportivo se


desarrollan usualmente principios de entrenamiento como el de repetición y continuidad, el de
individualidad biológica el de incremento progresivo de la carga y otros. Sin embargo en esta oportunidad, no
haré referencia a ellos, no por considerarlos superfluos o relativizar su importancia, sino porque mi
intención pasa por rescatar una serie de principios básicos para estas edades, que lamentablemente con el paso
de los años fueron perdiendo consideración, por parte de los que estamos involucrados en el trabajo
cotidiano con niños y adolescentes y que tienen una gran incidencia a la hora de armar propuestas prácticas
para el abordaje de capacidades o habilidades motoras.

Principios para la actividad

Son cuatro y en ellos se intenta de alguna forma resumir, algunas de las condiciones básicas que se
deberían propiciar en las clases de educación física en el jardín, en la escuela, en el club, en la escuelita
deportiva y en toda institución que se precie de formativa en el aspecto motor y deportivo.
La globalidad, la exploración, la estimulación y la variabilidad son 4 características esenciales de las
etapas formativas (especialmente entre los 3 - 11 años) y ES en ellas en que se basan los principios para la
actividad (Susana Zevi).

a- Principio de globalidad

Este principio nos plantea la necesidad de que todas las actividades motrices utilizadas en estas edades, se
presenten de manera tal, que no tengamos que dar indicaciones precisas acerca del modo de ejecución de los
movimientos. Esto significa que:

• Todas las habilidades motrices que se abordan, aprenden y/o logran en este período, deben ser habilidades
motoras básicas o combinaciones menores de las mismas.
• Su modo de ejecución supone en los niños, respuestas motoras generales y variadas, ante una misma
situación problemática.
• No se deben realizar correcciones de tipo técnico, sino permitirle al niño, expresar su forma de
sentir y expresar el movimiento.

Globalidad implica respetar esta etapa evolutiva en cuanto al tipo de respuestas que los niños son capaces de
ofrecer, evitando la uniformidad en relación con el modelo. Las indicaciones precisas a realizar, a lo sumo se
refieren a los segmentos corporales a utilizar, a la dirección del movimiento, etc. Así por ejemplo, se
puede indicar, realizar lanzamientos con 2 manos, con una mano, saltar hacia delante o hacia los laterales, pero
no aturdir a los alumnos con precisiones como, al saltar, extender totalmente las piernas y la cadera, etc.,
no, con ello solo limitaríamos muchas de sus posibilidades de movimiento.

b- Principio de estimulación

Elemento fundamental que no puede dejarse de lado en etapas formativas, por todos los beneficios que puede
brindar. Por estimulación entendemos:

• El acompañamiento del crecimiento, mediante actividades que le permitan al niño,


acomodarse permanentemente a sus nuevas dimensiones y condiciones antropométricas y funcionales.
• El acompañamiento del normal aumento de la fuerza, mediante la estimulación de los grandes grupos
musculares, a través de movimientos de amplitud articular completos.
• El acompañamiento del desarrollo orgánico y funcional, con actividades fraccionadas o continuas
que involucren o comprometan la capacidad de resistencia.
• Promover relaciones e interacciones sociales, a través de actividades o ejercitaciones grupales.
Para Jorge Gómez, una didáctica que considera la grupalidad, el aprendizaje en conjunto "cuando se
realizan prácticas gimnásticas, expresivas, ludomotrices y deportivas, con fuerte interacción entre los
participantes del grupo, lejos de ser una variable externa a sus rocesos, es estructurante de los aprendizajes.
• Presentar situaciones problemas que comprometan el intelecto del niño para poder
resolverlas, propiciando una práctica consciente y reflexiva en lugar de una simple repetición
mecánica de movimientos.
• Promover actividades que le permitan al niño acceder a una solución y dar una respuesta al
problema planteado, no olvidemos ni descuidemos la Ley del Efecto de Thorndike, que en esencia
plantea que "no hay nada que complazca tanto a un pibe, como la satisfacción por el deber cumplido".
c- Principio de exploración

La experiencia motriz, es intransferible, no se compras en los kioscos ni se regala en las campañas políticas,
probar de hacer un movimiento, de sortear un problema motor, es explorarlo, a esto consideramos exploración
como experiencia o vivencia motriz. La exploración supone que el alumno vivencie y en medida de sus
posibilidades, resuelva problemas, mediante el movimiento.
Este principio tiene dos aristas, por un lado nos plantea la importancia que tiene que los deportistas en etapas de
formación, pasen por la mayor cantidad de situaciones motrices diferentes posible; porque mientras
más vivencie, más experiencia incorpora a su acervo. Cada nueva situación por la cual pase el deportista
en formación, supone una nueva herramienta de la cual dispondrá para resolver una problemática motriz que se
le presente.

La otra faceta del principio, está referida a la necesidad de no fomentar respuestas unívocas frente al mismo
problema motor, o al menos, no exigirlas o forzarlas. Es decir, deberíamos promover o propiciar en estas
edades, la producción o el pensamiento divergente, donde los alumnos, generen respuestas diferentes para una
misma propuesta. Así por ejemplo, si yo docente, muestro como hay que pegarle a la pelota con ángulos cerrados,
los niños repiten y solo resta esperar una respuesta idéntica o parecida al modelo que sirvió de referencia.
Ahora, si doy libertad para resolver la situación, estoy aceptando que las respuestas que surjan pueden
ser distintas y todas serán consideradas válidas.

Tener presente que los descubrimientos, dan lugar a nuevas exploraciones y nuevos descubrimientos,
aumentando de esta forma su experiencia motriz, pero lo fundamental es que el niño aprende que es
verdaderamente protagonista de sus aprendizajes. por lo tanto debemos implementar propuestas que
favorezcan la creatividad, la resolución de problemas, la exploración y el descubrimiento.
d- Principio de variabilidad

Los estímulos de trabajo deben variarse permanentemente en estas edades, para evitar una
disminución del efecto ergotrófico. Las cargas de entrenamiento no variables durante un período largo de
tiempo, provocan un estancamiento en las mejoras del rendimiento e incluso involuciones o procesos de
desadaptación.

La práctica variable además, atenúa los disturbios coordinativos, técnicos y condicionales provocados por el
crecimiento morfológico, le permite al deportista conocer sus capacidades y habilidades, satisface las
necesidades de movimiento de los practicantes, evita los signos de monotonía al mantener sus niveles de
motivación, promueve un enriquecimiento informativo, aumenta la disponibilidad o reserva motriz y
contribuye a formar esquemas motrices ricos y transferibles. Con todos estos elementos, el niño
dispondrá de un mayor control para precisar una posible respuesta, y de recursos para adaptarse
rápidamente a las exigencias de la situación.

La variación de las cargas de entrenamiento en etapas de formación, debe enfocarse en el ámbito práctico, no sólo a
través de cambios en la intensidad o el volumen del trabajo, sino también, alternando los contenidos, la dinámica
del movimiento, la estructura de los descansos, los medios y métodos de entrenamiento.

Para Barreiros (1991) es necesario analizar la variabilidad considerando cinco aspectos que actuarían
como condicionantes:

• Condiciones espaciales de la tarea, es decir, lugar donde se llevaría a cabo la tarea, cuáles serían las
posibles referencias espaciales (espacio, área, sector, dirección, trayectoria, entornos).
• Condiciones temporales de la tarea, relativas a la velocidad y momento de realización de la tarea, la
secuenciación de la misma (antes, durante, después, lento , veloz, posición, dimensión, estímulos auditivos,
visuales, táctiles, el ritmo, la frecuencia, etc.

 Condiciones instrumentales, referido a los elementos, implementos o materiales


empleados en la sesión de práctica (tamaño, forma, peso, superficie, color, disposición,
diversidad).
 Condiciones humanas, relativo a las interacciones establecidas durante la práctica
(entre los alumnos, alumno con el profesor, alumno con los obstáculos), sean provocadas u
ocasionales (con oposición, sin oposición, obstáculos fijos, obstáculos móviles).
 Condiciones Metodológicas, hace referencia a la necesidad de instrumentar recursos
metodológicos variados y diferenciados, no solo en función de los objetivos y de los contenidos
objeto de enseñanza, sino también, propuestas que sean pertinentes y se adecuen y den respuesta a las
inquietudes y necesidades que tienen los niños en los diferentes momentos de su evolución.
En este sentido, considerar que las modalidades de práctica, sea para el desarrollo de capacidades o
para el aprendizaje de habilidades motoras (abordaje de la técnica) se pueden realizar de múltiples
maneras a considerar: en forma global o analítica, concentrada o distribuida, variable o constante,
guiada o libre, interferida o no interferida, con fatiga o sin fatiga y con velocidad o precisión.

A modo de conclusión, podría agregar que como docentes-entrenadores-educadores, debemos


preocuparnos por ofrecer una variedad de situaciones de práctica que favorezcan el acceso de
considerable esfuerzo, o sea, movilizando las reservas de rendimiento.

La motivación al movimiento muchas veces está ligada a la gratificación que su práctica le proporciona, debido a
que alcanza un objetivo y construye una secuencia de movimientos armónicos, que a menudo se combinan
lentamente con la propuesta de situaciones adaptadas al individuo que las ejecuta. Esto actúa como refuerzo
positivo en el aprendizaje favoreciendo o fortaleciendo la respuesta (Thorndike, Skinner).

En síntesis, la propuesta de entrenamiento que les proponemos a los niños deportistas deberá ser
accesible, en el plano condicional, coordinativo, técnico y táctico; ha de poder llevarse a cabo mediante
propuestas simplificadas de entrenamiento que hagan a los niños conscientes de la posibilidad de acceder a una
determinada prestación.

Este principio está altamente ligado a la denominada "sistematización" del entrenamiento, la cual se sustenta en
ciertos criterios básicos a considerar a la hora de instrumentar las unidades cotidianas de entrenamiento, como
ser: ir de lo fácil a lo difícil, de lo poco a lo mucho, de lo simple a lo complejo, de lo conocido a lo
desconocido, de lo general a lo particular, de lo concreto a lo abstracto, de lo global a lo analítico y de
lo espontáneo a lo elaborado.

LA ENTRENABILIDAD EN EDADES FORMATIVAS


En edades de crecimiento es característico un completo proceso de cambios de las características físicas, los
sistemas orgánicos y las características motoras, cognitivas y psicosociales. Aparecen diferencias entre la
edad cronológica y la edad biológica, entre las características madurativas retardadas y aceleradas de los
procesos de desarrollo infantojuveniles. Bajo estas condiciones los efectos y adaptaciones más deseados se
complican debido a la inestabilidad morfológica y funcional progresiva.

Existe una relación entre los procesos de crecimiento a los que está sometido el niño o adolescente en edad
escolar y deportiva, la capacidad para hacer ejercicio y el grado de entrenamiento aplicable, por eso es
importante conocer las limitaciones y las capacidades impuestas por estos procesos.

Para que un deportista en formación realice un lanzamiento al aro de básquet, ejecute penales en fútbol o
ejecute un tiro en suspensión en hándbol, necesitan de cualidades mecánicas o de ejecución, las cuales,
están determinadas por aspectos morfológicos y estructurales (como peso, talla, longitud de miembros
inferiores o grasa corporal, por capacidades las físicas (como fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad). Y por
las cualidades psicomotrices (aquellas implicadas en los procesos de aprendizaje, ajuste y
perfeccionamiento del movimiento en relación con este en el tiempo y en el espacio).

Todos los aspectos anteriormente mencionados se ven alterados como consecuencia e incidencia del
crecimiento y la maduración, a modo de ejemplo a continuación refuerzo esta afirmación con algunos
aspectos sobresalientes que presenta el crecimiento.

En edades formativas donde se deben establecer los aspectos de base del rendimiento general, el
crecimiento hace sus manifestaciones en forma alternada y asincrónica en varias dimensiones a saber:

• 1º En la velocidad de los incrementos: los niños no crecen en forma uniforme, sin embargo hay
una cierta periodicidad en los mismos, que se expresa de la siguiente manera: períodos de crecimiento acelerado
de los huesos, alternan con períodos de lento crecimiento,
• 2º En el transcurso del año en que se producen, en general la talla y la masa corporal se
incrementan en mayor medida en meses de calor (primavera y verano) que en meses de frío (otoño e invierno).
• 3º En el momento que acelera y desacelera la talla o el peso, a fases de crecimiento en altura (talla) le
siguen luego incrementos en ancho (peso),
• 4º En los distintos planos y ejes: en el plano sagital crece el lado izquierdo y luego el
derecho, o viceversa. En el plano frontal crece el lado anterior y luego el posterior, o viceversa, y en el
plano transversal crece tren inferior y luego tren superior.
• 5º En las modificaciones de los diferentes componentes del aparato locomotor: primero
aceleran los huesos y después de un tiempo recién compensan los músculos, tendones y ligamentos,
mostrando una cierta desigualdad de los diversos tejidos corporales. Es decir, el desarrollo óseo se adelanta
a los demás y luego los tejidos blandos y los órganos se ponen a su altura, restableciéndose la coordinación
con el esqueleto.
Este comportamiento que presenta el crecimiento determina en todos los niños una serie de
complicaciones, que van más allá de la torpeza que usualmente manifestamos los docentes, y que desde el
punto de vista didáctico podríamos agrupar en tres :
1°- Disturbios mecánicos, técnicos y coordinativos.

2°- Disturbios energéticos, metabólicos y condicionales.

3°- Disturbios musculares, articulares, esqueléticos y posturales

Evidentemente que lo que se haga o no se haga con los sujetos en formación desde el punto de vista del
volumen, la intensidad, las pausas, los ejercicios y los medios, entre otros, pasan a ser de importancia casi
crucial, para conseguir objetivos relacionados con el rendimiento psicomotriz escolar y deportivo, sin
provocar efectos prejuiciosos para su salud.

Componentes de la carga de entrenamiento

Los procesos de adaptación del organismo del atleta son determinados básicamente por tres aspectos: la
naturaleza, la magnitud y la orientación de la carga.

La naturaleza de las cargas es definida por el tipo de carga que se instrumente, así encontramos agrupadas
en cargas de entrenamiento o de competición, o de cargas específicas o no específicas.

La especificidad de una carga se define por la analogía de los ejercicios que la constituyen con la actividad de
competición (especialidad deportiva), en lo que respecta a la estructura de los movimientos o los
sistemas funcionales solicitados.

Los ejercicios específicos de entrenamiento al reproducir total o parcialmente las cargas de competición , son
ejecutadas a menudo en condiciones más fáciles que en competición. Se tiene que velar para reproducir no
solamente las características externas del movimiento sino la estructura de su coordinación, las características
de funcionamiento muscular y las reacciones vegetativas.

La eficacia de un proceso completo de entrenamiento se basa en el hecho de que no solo hace intervenir
ejercicios de preparación específica, sino que, en diversos grados en función de la etapa considerada,
sabe asociarlos a ejercicios no específicos, a veces incluso muy diferentes a la actividad de competición.
La competición representa el modo de preparación más completo, permitiendo integrar en una estructura única, el
conjunto de capacidades y cualidades solicitadas, ello con un nivel de solicitación siempre mucho más
elevado que durante el entrenamiento, sea cual sea.
Solo durante las competiciones el atleta puede superar el nivel máximo de solicitación de sus actividades
funcionales y realiza tareas que considera que están por encima de sus fuerzas durante el entrenamiento.

Según lo anteriormente planteado las cargas de competición son muy importantes, sin embargo, y a
pesar de ello no podemos ni debemos descuidar que para competir hay que prepararse, entonces porque sino el
rendimiento no será adecuado, pero además y quizás lo más importante, en estas condiciones, las
posibilidades de lesiones son elevadas.

La magnitud de la carga tiene que ver con el nivel de solicitación que determina sobre un individuo o el
impacto que sobre este produce (débil, notable, importante). Esta importancia de las solicitaciones
puede ser apreciada por dos tipos de índices:

Índices externos

Los índices externos dan fe del trabajo realizado, por ejemplo, número de horas de entrenamiento o si se
trata de un trabajo cíclico, de kilómetros recorridos (carrera, ciclismo, natación, remo, etc.) número de
ejercicios de entrenamiento (salidas, virajes, etc.).

Estos índices externos periten realizar una clasificación en función de la intensidad: velocidad, carga, etc. (por
ejemplo porcentaje del trabajo de una intensidad dada en el volumen global) o de la orientación hacia el
desarrollo de tal o cual cualidad. Los índices externos son los que manipulamos cotidianamente en los
entrenamientos, buscando provocar cambios y se conocen como: volumen, intensidad, frecuencia,
densidad y duración.

Intensidad

Representa la magnitud del esfuerzo en la unidad e tiempo. Así en los esfuerzos cíclicos, esto se manifiesta
a través de la velocidad, o el desplazamiento en la unidad de tiempo (m/s). En el caso del levantamiento de
pesas o trabajo complementario con cargas, tomamos en cuenta la cantidad de kilos levantados en un
movimiento o repetición, o, en una unidad o serie de trabajo. En los saltos y lanzamientos atléticos la
referencia se establece a través de las distancias o alturas alcanzadas por los mismos, en flexibilidad por la
amplitud del movimiento articular o del estiramiento muscular y en el salto de cuerda por la frecuencia de
movimiento.

En la práctica del entrenamiento se suele indicar como porcentaje de la capacidad máxima de rendimiento del
entrenado (100 %). El 100% se puede desprender del tiempo alcanzado en una distancia (velocidad,
resistencia), de la distancia recorrida en un tiempo (velocidad, resistencia), del ritmo de carrera para cada km,
del VO2 Máximo, de la Frecuencia Cardiaca (Resistencia), o de una o varias Repeticiones Máximas (Fuerza).

La intensidad representa el aspecto cualitativo de la carga, el nivel del esfuerzo realizado y responde al
interrogante del cómo. En general es considerada la variable de ajuste más importante del entrenamiento, y el
porcentaje de trabajo variará según los objetivos morfo-funcionales buscados. Es pertinente destacar que a la
hora de instrumentar propuestas de trabajo de las capacidades en edades formativas, probablemente sea, la variable
más compleja y complicada de manejar.

Volumen
Determina el aspecto cuantitativo del estímulo utilizado en el proceso de entrenamiento. Representa la
cantidad de trabajo realizado, y responde a la pregunta de cuánto.

En deportes cíclicos, el volumen es la cantidad de kilómetros recorridos en la sesión o ciclo de trabajo. En


esfuerzos prolongados y de acuerdo al principio de duración, el volumen o cantidad coincidirá con la
duración del estímulo y ambos conceptos podrán considerarse como sinónimos. En el caso de los
trabajos de fuerza, el volumen es la cantidad de repeticiones, series o ejercicios realizados en la clase o
sesión.
Frecuencia

Hace referencia al número de veces que se aplica el estímulo o carga, y está relacionado con la sesión de
trabajo, el microciclo, el mesociclo y el macrociclo. Representa la cantidad de estímulos semanales y
responde al interrogante del cuándo.

A la hora de determinar la frecuencia de entrenamiento influyen muchos aspectos pero uno de ellos muy
importante está relacionado con las horas de pausas de recuperación estimadas para el abordaje de cada
capacidad motora.

Densidad

Es la relación temporal entre las fases de carga y de recuperación, explica la relación entre el tiempo de
trabajo y el tiempo de reposo dentro de una unidad de entrenamiento, es decir después que se aplica un
estímulo con una intensidad y duración determinada, corresponde una pasa de recuperación que estará en
consonancia con la magnitud del esfuerzo realizado.

La relación que se establece entre el trabajo y la pausa se expresa en tiempo de dos formas: ya sea sumando al
tiempo de trabajo el tiempo de pausa, sino, estableciendo una relación fraccionaria entre ambas. Por
ejemplo si corre 30" y descansa 1', las dos formas de expresar la densidad sería, en tiempo 1'30", y en relación
fraccional 1:2 (descansa dos veces el tiempo que corre).
Los descansos que se emplean entre dos estímulos cumplen dos finalidades diferentes, disminuir el
cansancio (pausas completas), o llevar a cabo procesos de adaptación durante la misma (pausas incompletas). Estas
pausas a las que hacemos referencia se pueden hacer en forma activa o pasiva, siendo las pausas activas de
un enorme valor porque suelen acelerar los procesos de recuperación.

Duración

Es un aspecto fundamental del volumen y representa tiempo empleado para realizar una carga o período de
influencia de un estímulo. Al igual que el volumen, responde a la pregunta del cuanto, sólo que expresado
en tiempo.

La duración del estímulo es determinante porque si el mismo no tiene una exigencia mínima de tiempo como para
estresar las enzimas necesarias, no conseguiremos los cambios morfo-funcionales que conduzcan a procesos
de adaptación. Considerando lo anterior podemos decir que la duración de los estímulos, será deferente,
según se trate de esfuerzos aeróbicos o anaeróbicos, de resistencia, de fuerza, de velocidad, de flexibilidad o de
coordinación. Porque, la duración del esfuerzo interviene, no solamente para determinar el modo de
movilización de la energía que preferencialmente será solicitada, sino también, para desarrollar de
manera selectiva las diversas cualidades o capacidades involucradas.

Índices internos

Los índices internos de la carga intentan apreciar el esfuerzo realizado, a partir de las reacciones y
alteraciones provocadas en el organismo. El grado de reacciones que se producen está supeditado por las
distintas transformaciones fisiológicas y bioquímicas, y se deben considerar reacciones inmediatas como la
duración del retorno al estado de reposo, y reacciones mediatas (dolor o fatiga muscular).

Entre los índices que más a menudo se usan para referenciar la carga interna encontramos: la frecuencia
cardiaca, la frecuencia ventilatoria, el consumo de oxígeno, la concentración sanguínea de lactato y la
actividad eléctrica del músculo. También se puede considerar el carácter de los movimientos: velocidad,
amplitud, ritmo.
Sirven de testigo de factores que intervienen a un nivel mucho más secundario las reservas musculares de
glucógeno, la actividad enzimática, la rapidez de los procesos nerviosos, etc.

Los índices externos e internos de la carga están ligados entre sí: un aumento del volumen y la
intensidad de la carga, aumenta la solicitación de los sistemas funcionales.

Orientación de las cargas

La orientación de las cargas es definida por la cualidad o la capacidad que estas desarrollan (fuerza, velocidad,
flexibilidad, coordinación), el sistema energético que solicitan (procesos aeróbicos o anaerobios), o por el
sistema funcional sobre el cual generan el impacto (circulatorio, muscular, nervioso, etc.).

De esta forma según la orientación que tenga la carga puede ser, selectiva o compleja. Las cargas de
orientación selectiva intervienen por su acción privilegiada sobre un sistema funcional; por el
contrario, las cargas de carácter complejo solicitan diversos sistemas funcionales. Naturalmente, una
acción no puede ser selectiva en el sentido estricto del término, toda acción motriz pone en juego una serie de
mecanismos reguladores. Sin embargo, la elección de las cargas permite solicitar determinadas funciones en
mayor medida, movilizando muy débilmente las demás. Entonces, es más exacto hablar de orientación
privilegiada que de orientación selectiva.

La orientación selectiva o privilegiada de una carga es determinada por su intensidad, es en efecto, de quien
depende el sistema de aportación energética movilizada y en función de ella, el sistema orgánico afectado y la
capacidad o cualidad motora estresada. En función de esto se distinguen cinco zonas de intensidad: anaerobia
aláctica, anaerobia láctica, aeróbica-anaeróbica aeróbica de entrenamiento y aeróbica de recuperación.

Como instrumentar la carga en edades formativas


A la hora de organizar propuestas de trabajos para el abordaje de capacidades condicionales es importante
considerar que capacidad quiero estimular o desarrollar, para en función de ello elegir la/s
habilidad/es sobre las cuales vamos a sustentar el trabajo, el sistema energético que brindará sus recursos y el
sistema orgánico que recibirá los cambios o modificaciones. A partir de ello ordenaremos los factores
externos de la magnitud de la carga (volumen, intensidad, frecuencia, densidad y duración), de una o de otra forma,
según la necesidad.

El entrenamiento con niños es y ha sido, uno de los aspectos más descuidados de las Ciencias del Ejercicio
Físico y el Deporte, existiendo un gran vacío no solo en el estudio de la adaptación, sino también en las etapas pre y
post adolescentes (Prat en Hahn, 1988).

Esto, unido a las deficiencias en la formación de quienes mayoritariamente dirigen la formación físico-
deportiva hacen que, tal y como refleja el Profesor J.A. Prat (en Hahn, 1988) -muchos creen valido
transplantar simplemente los métodos, las cargas, los volúmenes y las intensidades que se aplican en el
adulto al niño, disminuyendo en algo su contenido. Pero no debe ser así. Hay que aplicar carga
(ejercicios) que consigan una sobrecompensación progresiva que no afecte negativamente al proceso de
maduración del niño

¿En qué circunstancias psico-biológicas se encuentra el joven? El entrenamiento en niños y jóvenes es posible y
recomendable, siempre que se ajuste a las posibilidades y limitaciones de cada edad y sexo. El
respeto al principio de adaptación a la edad y la individualidad son absolutamente necesario para ello.
Ello implica tener en cuenta las posibilidades biológicas, talento, motivación y disposición por parte del
niño para lograr resultados óptimos (Cerani, 1993 en Navarro, 1998).

Cualquier programa de entrenamiento bien organizado y planificado debe atender al estado biológico
individual y a su integración en el proceso de entrenamiento (con distintos fines: rendimiento -
talentos deportivos, recreación-salud, etc) a largo plazo.

Con ello nos referimos a que el niño, no es un adulto en "miniatura" (no se le pueden por tanto plantear
estímulos de la profundidad y magnitud que al adulto) y además, debemos atender a que el niño podrá ser o no un
"futuro deportista de alto nivel", pero será (con total seguridad) un individuo que deberá abordar labores
profesionales, sociales, familiares, etc., con mayor o menor implicación psico-física.

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