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Las defensas del patrono en la negociación colectiva.

“La legislación venezolana no se aparta de una de las características de buena


parte de las leyes latinoamericanas sobre negociación colectiva, al regular una
negociación sumamente procedimentalizada, sujeta a un trámite de necesario
seguimiento, trámite que además parece trasplantar al campo de las relaciones
colectivas de trabajo el modelo del procedimiento judicial o administrativo
(plazos, excepciones, recursos, etc.)”

Relaciones de Trabajo en Venezuela, Oficina Internacional del Trabajo, 1995,


p.87.

El señalamiento que antecede se inserta en los resultados del examen de las


relaciones laborales, en nuestro país, que hizo una Misión de Expertos de la
OIT, en el curso del año 1991, a solicitud del Misterio del Trabajo 1.

El tema objeto de estas notas se vincula, de modo directo, a las anotadas


características de la legislación nacional que, como bien señala el referido
texto, tiene como antecedente histórico haber sido promulgada sin que
hubiere una tradición de luchas sindicales (y de negociación colectiva) que le
precediese.

En ese contexto, se hizo parte de la tradición un modelo de negociación en el


cual la Administración tiene enorme protagonismo. De suyo, es el Inspector del
Trabajo el facultado para verificar los requisitos que debe cumplir el sindicato
que pretenda negociar una convención colectiva de trabajo 2. La negociación
directa entre las partes es, más bien, una excepción 3. Lo que se ha hecho
costumbre es iniciar las negociaciones en presencia del Inspector y convenir
su prosecución en un lugar escogido por las partes, con el compromiso de
mantener informado, de su evolución, al referido funcionario.

Las defensas del patrono en dicho procedimiento parecen haber sido


asimiladas a las cuestiones previas del proceso civil e integran una larga lista

1
La Misión estuvo integrada por: Efrén Cordova, Oscar Ermida Uriarte y Osvaldo
Mantero de San Vicente.
2
Artículo 517. Presentado un proyecto de convención colectiva, el Inspector del
Trabajo transcribirá al patrono el proyecto presentado, a los efectos de iniciar las
negociaciones en fecha inmediata, el día y la hora que señale. Si considerare que debe
formular observaciones por razones de carácter legal, así lo notificará al sindicato a los
efectos de las aclaraciones o correcciones que sean necesarias.

3
Artículo 518. Haya o no habido la presentación prevista en los artículos anteriores, el
sindicato o el patrono, conjunta o separadamente, podrán solicitar que la discusión de
un proyecto de convención colectiva se efectúe en presencia de un funcionario del
Trabajo, quien presidirá las negociaciones y se interesará en lograr un acuerdo
inspirado en razones de conveniencia y equidad.
que va desde la tradicional falta de representatividad del sindicato hasta la
validez de la asamblea en la que se aprobó el proyecto.

Desde nuestra perspectiva, vamos a insistir en la necesidad de hacer una


relectura de dicho proceso a la luz de las normas constitucionales que regulan
los derechos fundamentales que le sirven de base y verificar su conformidad o
no con las mismas.

I.- Ya es un lugar común afirmar que la libertad sindical y la negociación


colectiva son Derechos Humanos Fundamentales. Nuestro país ratificó los
Convenios Nº 87 (1982) y 98 (1968) de la OIT que son los textos básicos
sobre la materia.

El artículo 23 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


(CRBV) atribuye rango similar al suyo a las normas internacionales relativas a
los Derechos Humanos ratificadas y les declara de aplicación preferente, en
caso de concurso de normas, si son más favorables para el ejercicio del
derecho.

La Declaración de la OIT Relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en


el Trabajo, aprobada en 1998, dispone que los países miembros de la
organización tienen la obligación de “promover y hacer realidad de buena fe”,
entre otros: “la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de
negociación colectiva”.

Por su parte, el artículo 96 (CRBV) dispone, a favor de todos los trabajadores,


sin distinción alguna, el “derecho a la negociación colectiva voluntaria y a
celebrar convenciones colectivas de trabajo” y atribuye al Estado la obligación
de garantizar su desarrollo y establecer “lo conducente para favorecer las
relaciones colectivas y la solución de los conflictos laborales”.

En otras palabras, en el marco del Estado Democrático y Social de Derecho y


de Justicia propugnado en el texto constitucional, en procura de dignificar el
trabajo se deben fomentar y preferir las relaciones colectivas a las individuales.
Ello supone, además, que el estado debe “adoptar los mecanismos adecuados
para proteger la actividad sindical (...) y sancionar las prácticas
antisindicales”.4

La legislación debe guardar la debida correspondencia con esos postulados y lo


mismo cabe decir de la actuación de los funcionarios encargados de aplicarlas.
Cualquier restricción al derecho de negociación tiene que fundamentarse en
la tutela de un derecho de similar jerarquía. Las antinomias deben resolverse
a favor del ejercicio del derecho. Los actos de los funcionarios del trabajo han
de orientarse a facilitar la negociación y, en ningún caso a obstaculizarla 5.
4
Jacqueline Ricther, León Arismendi y Fernando Aznarez: Manual Práctico de
Negociación Colectiva. P. 20
5
Artículo 19. El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e
II.- La doctrina es conteste en reconocer que uno de los principios cardinales
de la negociación colectiva es la buena fe. Por tal entendemos una voluntad
tendente a concertar acuerdos; luego, utilizar tácticas dilatorias o desconocer
al sindicato sin el debido fundamento, no son actos cónsonos con el aludido
principio.

“El Comité de Libertad Sindical, además de llamar la atención sobre la


importancia que concede a la obligación de negociar de buena fe, ha
establecido los siguientes principios: 1) es importante que tanto los
empleadores como los sindicatos participen en las negociaciones de buena fe
y que hagan todo lo posible por llegar a un acuerdo, y la celebración de
negociaciones verdaderas y constructivas es necesaria para mantener una
relación de confianza entre las partes; 2) el principio de que tanto los
empleadores como los sindicatos deben negociar de buena fe, realizando
esfuerzos para llegar a un acuerdo supone evitar todo retraso injustificado en
el desarrollo de las negociaciones; 3) si bien la actitud conciliadora o
intransigente adoptada por una de las partes frente a las reivindicaciones de
la otra es materia de negociación entre las partes, tanto los empleadores
como los sindicatos deben negociar de buena fe realizando esfuerzos para
llegar a un acuerdo; 4) los acuerdos deben ser de cumplimiento obligatorio
para las partes” (Gernigon y otros, 2000a:33 y 34).

Por disposición del artículo 514 de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) el patrono
tiene la obligación de negociar y celebrar un convenio colectivo con la
organización sindical más representativa de sus trabajadores, ya sea de la
totalidad de estos o los de una determinada profesión u oficio. 6 En dicha regla
está implícito el principio de buena fe.

III.- El derecho a la defensa (también constitucional) del patrono, en el


procedimiento administrativo tendente a iniciar las negociaciones de una
Convención Colectiva de Trabajo, ha de tener por objeto desvirtuar la
existencia de dicha obligación, o como dice el artículo 519 de la LOT: “la
improcedencia de las negociaciones”. 7

interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para


los órganos del Poder Público de conformidad con esta Constitución, con los tratados
sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los
desarrollen.

6
Artículo 514. El patrono estará obligado a negociar y celebrar una convención colectiva de
trabajo con el sindicato que represente la mayoría absoluta de los trabajadores bajo su
dependencia. Si éstos realizan actividades correspondientes a profesiones diferentes, el sindicato
profesional, para ejercer el derecho a que se refiere este artículo, deberá representar la mayoría
absoluta de los trabajadores de la respectiva profesión.

7
Artículo 519. Las partes convocadas para la negociación de una convención colectiva sólo
podrán formular alegatos y oponer defensas sobre la improcedencia de las negociaciones en la
primera reunión que se efectúe de conformidad con la convocatoria. Vencida esa oportunidad no
podrán oponer otras defensas. Opuestas defensas, el Inspector del Trabajo decidirá dentro de
los ocho (8) días hábiles siguientes sobre su procedencia. Contra la decisión del Inspector del
Trabajo se oirá apelación en un solo efecto por ante el Ministro del ramo. El lapso para apelar
será de diez (10) días hábiles. Si el Ministro no decidiere dentro del lapso previsto en la Ley de
Habidas cuentas de que el legislador no precisó cuales son esos alegatos y
defensas, ha correspondido a la practica de la Administración del Trabajo y a la
doctrina ocuparse del asunto.

Los profesores Napoleón Goizueta (a quien este Congreso rinde un merecido


homenaje) y Oscar Hernández Álvarez (Comentarios a la Ley Orgánica del
Trabajo, 1999) hacen una enumeración de tales defensas así:

1) “La falta de representatividad del sindicato al momento de la


presentación del proyecto”
2) “La falta de cualidad de la organización sindical” por carecer de
personalidad jurídica.
3) El incumplimiento de las obligaciones previstas en el artículo 516 de la
LOT (presentación del proyecto en tres (3) ejemplares y acta de la
asamblea en la cual se aprobó)
4) “La existencia de una convención vigente”
5) “Que el contenido del proyecto no se ajuste a las exigencias” del artículo
507 de la LOT.
6) La falta de jurisdicción de la Inspectoría en la cual se inició el
procedimiento.

Por su parte, el profesor Alberto Arrias Salas (Contratación Colectiva, 1987) 8


plantea las siguientes:

a) Incumplimiento (del sindicato) de los requisitos fijados en la Ley.


b) Incapacidad de la organización (caso en el cual el postulante es una
federación o confederación, cuyo sindicato de base se desafilió)
c) Falta de representatividad
d) Violación de la intangibilidad
e) Concurrencia de proyectos de contratos colectivos
f) Vigencia de la Convención Obrero Patronal
g) Vigencia del Decreto de Extensión de una Convención Obrero Patronal

Si examinamos el objeto de las defensas planteadas por estos reputados


maestros, con la excepción de una hipotética falta de jurisdicción del Inspector
del Trabajo, podemos ordenarlas en tres (3) grupos, a saber:

1) Las relativas a los requisitos formales dispuestos por el legislador


(presentación del proyecto de convención en tres (3) ejemplares

Procedimientos Administrativos o lo hiciere en forma adversa, el sindicato podrá recurrir dentro


de los cinco (5) días siguientes ante la jurisdicción Contencioso-Administrativa, la que decidirá
en forma breve y sumaria.
Parágrafo Único: Si la decisión definitivamente firme declarare con lugar la oposición de la parte
patronal, terminará el procedimiento. Si declarare improcedente la oposición, continuarán las
negociaciones.

8
El texto del profesor Arrias Salas en anterior a la vigencia de la LOT, por ello la
terminología no es la actual y es menester hacer las adecuaciones correspondientes.
y acta de la asamblea del sindicato; adecuación del proyecto a
las previsiones del artículo 507 de la LOT9)
2) La existencia de una convención vigente o en proceso de
concreción.
3) La falta de representatividad o de cualidad del sujeto colectivo.

1.- De estas, cabe señalar que se encuentran en el ámbito de las atribuciones


del Inspector del Trabajo10 quien debe verificar que el sujeto colectivo les haya
dado cumplimiento y, en caso contrario, hacer las observaciones pertinentes
para su corrección.

Al punto, estimamos que cuando el legislador confiere a dicho funcionarios la


facultad de “hacer observaciones por razones de carácter legal”, las mismas
deben circunscribirse a las transgresiones del orden público que figuren en el
proyecto pues, como señalamos al principio, su deber constitucional es el de
facilitar el ejercicio del derecho y no el de obstaculizarlo.

De allí que ciertas prácticas de las Inspectorías del Trabajo tendentes, por
ejemplo, a verificar la validez de la asamblea del sindicato, carece de
fundamento. Ese es un asunto que concierne a los jueces del Trabajo.

Por cierto, valga recordar que el modelo de “contratación colectiva” (y el


sindical) acogido en la Ley del Trabajo de 1936 se construyó en torno a la
empresa. El artículo 45 de aquel texto decía:

“Artículo 45.- Todo patrono que emplee trabajadores


pertenecientes a sindicatos o grupos, tendrá obligación de celebrar
con estos, cuando lo soliciten, contratos colectivos
respectivamente, cuando se trate de de una empresa que por la
índole de sus actividades emplee trabajadores pertenecientes a
diferentes profesiones, el contrato colectivo deberá celebrarse con
el conjunto de los sindicatos o grupos que representen a cada una
de las profesiones siempre que estos se pongan de acuerdo, el
sindicato o grupo correspondiente de cada profesión celebrará un
contrato colectivo para determinar las condiciones relativas a dicha
profesión dentro de la empresa”.

9
Artículo 507. La convención colectiva de trabajo es aquella que se celebra entre uno
o varios sindicatos o federaciones o confederaciones sindicales de trabajadores, de una
parte, y uno o varios patronos o sindicatos o asociaciones de patronos, de la otra, para
establecer las condiciones conforme a las cuales se debe prestar el trabajo y los
derechos y obligaciones que correspondan a cada una de las partes.

10
Artículo 517. Presentado un proyecto de convención colectiva, el Inspector del
Trabajo transcribirá al patrono el proyecto presentado, a los efectos de iniciar las
negociaciones en fecha inmediata, el día y la hora que señale. Si considerare que debe
formular observaciones por razones de carácter legal, así lo notificará al sindicato a los
efectos de las aclaraciones o correcciones que sean necesarias.
En ese contexto, se admitían sólo dos clases de sindicatos de trabajadores: los
de empresa y los profesionales. El artículo 132, ejusdem, era del siguiente
tenor:

Artículo 132.- Se reconoce el derecho de asociación en sindicatos a las


personas de ambos sexos mayores de dieciocho años que trabajen en
una misma empresa, o que ejerzan un mismo oficio o profesión, u oficio
o profesiones similares o conexas, sean de carácter intelectual o
manual”

Las normas sobre contratos colectivos por rama de actividad se promulgaron


en 1958, mediante el Decreto Ley 440, los sindicatos de industria adquirieron
piso normativo en el Reglamento de la Ley del Trabajo de 1973. Antes, el 7 de
septiembre de 1960, un Dictamen de la Consultoría Jurídica del Ministerio del
Trabajo había señalado que “la enumeración contenida en el artículo 167
(antes 132, citado) no era taxativa”11. Es deducible que tal criterio se haya
afianzado en el creciente número de organizaciones de ese tipo.

En fin, estos cambios aparecen como sobrepuestos al modelo básico, edificado


sobre la empresa. De modo que no es aventurado afirmar que buena parte de
las inconsistencias de la normativa actual, en la materia, tengan allí su fuente.
El caso particular de la regulación de las asambleas sindicales es revelador. La
norma legal fue concebida para un país rural, con un sindicalismo incipiente.
Su reproducción en el texto de la LOT, con el único añadido de disminuir el
quórum de validez de la segunda convocatoria, de 25 a 20%, es incoherente
con una de de sus novedades, cual fue, abrirle los caminos formales a los
sindicatos nacionales.

Hoy día, cualquier sindicato medianamente grande (aún siendo de empresa)


tendrá dificultades para completar el quórum previsto en la ley para la validez
de las asambleas, ni que decir de sindicatos regionales o nacionales, ya sean
profesionales, de industria o sectoriales.

El reglamento de la LOT de 1999 (reformado en 2006) procura enmendar el


entuerto remitiendo a los estatutos de los sindicatos la previsión de otros
medios de representación de los trabajadores en las asambleas generales 12.

11
Porras Rangel, Juan: Jurisprudencia de la Ley del Trabajo. Tomo IV, P.3578. Caracas
12
Artículo 121.- Representación de los trabajadores y trabajadoras en la asamblea general:
Cuando por el número de afiliados y afiliadas, la naturaleza de sus actividades
profesionales o su dispersión geográfica, se dificultare la presencia de éstos y éstas en
la asamblea general del sindicato, los estatutos o los reglamentos respectivos podrán
prever modalidades de representación o de adopción de las decisiones.
Para el caso especifico de la negociación colectiva (y del acta de asamblea que
el sindicato debe acompañar al proyecto de convención) cuando se trate de
sindicatos profesionales, de industria o sectoriales la asamblea debe ser de los
trabajadores del patrono requerido a negociar y no de la totalidad de sus
afiliados, pues esto último podría convertirse en un obstáculo insalvable;
incompatible con el Convenio 98 de la OIT y con el artículo 96 de la
Constitución.

En la misma perspectiva se ubica el artículo 128 del vigente Reglamento de la


LOT (2006) que añade, en abierta transgresión de la reserva legal, una nueva
exigencia a los sindicatos para ejercer el derecho de negociación. Es el caso de
la llamada “mora electoral” según la cual, si el período de duración de la Junta
Directiva de la organización estuviere vencido, sus miembros no podrán
realizar actos que excedan de la simple administración. 13 En otras palabras, no
pueden representar a la organización ni en la negociación ni en los conflictos
colectivos. El reglamentista parece ignorar que los tiempos de una negociación
o de una huelga no están preestablecidos, como si lo está el del período de la
directiva sindical. ¿Qué ocurre si en el curso de un conflicto se vence el período
de la directiva? ¿Quedan los trabajadores sin representación?

Luce obvio que tal dispositivo no fomenta la negociación sino que la obstruye,
con un requisito que, aún colocado en la ley, sería de dudosa
constitucionalidad.

2.- La defensa de convenio vigente, como advierten los profesores Goizueta y


Hernández Álvarez (Ob.cit.) es propia de la denominada negociación estática,
que es la prevaleciente en el país y que implica que la revisión de aquel sólo es
posible luego de su vencimiento. Distinto es el caso en la negociación
dinámica o permanente, cuyo presupuesto es que las partes han dispuesto una
evaluación continua de los contenidos del pacto para lo cual se crean
comisiones paritarias y otros mecanismos de control.

Hemos sostenido que, aún en el esquema prevaleciente entre nosotros, es


factible solicitar la revisión de la convención antes de que se complete el
periodo de su duración en, por lo menos, dos hipótesis: a) Los asuntos que
afecten las condiciones de trabajo y no hayan sido objeto de negociación. Por
ejemplo un cambio tecnológico introducido con posterioridad al deposito del
pacto o b) un hecho económico que exceda las previsiones de las partes (una
altísima inflación) que erosione los salarios de tal manera que sin su revisión
sea difícil seguir prestando los servicios. Estimamos que, así como el patrono,

13
Artículo 128.- Elecciones Sindicales. Período vencido:
Las organizaciones sindicales tienen derecho a efectuar sus procesos electorales, sin más
limitaciones que las establecidas en sus estatutos y en la ley.
Los miembros de la junta directiva de las organizaciones sindicales cuyo período para
el cual fueron electos haya vencido, de conformidad con lo establecido en los artículos
434 y 435 de la Ley Orgánica del Trabajo y en sus estatutos, no podrán realizar,
celebrar o representar a la organización sindical en actos jurídicos que excedan la
simple administración.
en caso de circunstancias económicas graves, puede promover una
negociación peyorativa, también los sindicatos pueden hacer nuevas exigencias
si el deterioro de los salarios debilita, en extremo, las condiciones de existencia
de sus afiliados.

Si no fueren estos u otras hipótesis de naturaleza semejante, la existencia de


una convención, cuyo plazo de duración no haya vencido, enerva la pretensión
del sindicato. Esta defensa incluye a la convención pactada en una Reunión
Normativa Laboral, si el patrono fue parte en su proceso formativo o si se
adhirió con posterioridad a su celebración o si quedó bajo su ámbito de validez
por efecto de un Decreto de Extensión obligatoria.

En el caso de sobrevenir la convocatoria de una Reunión Normativa Laboral,


que incluya al patrono requerido a negociar, el proceso queda suspendido
(LOT, artículo 533, literal e)

3.- Si damos por descontado que si una organización sindical no ha sido


registrada (y por lo tanto carece de personalidad jurídica) no puede (en
términos formales, se entiende) obligar al patrono a negociar y celebrar una
convención colectiva; nos queda por referir el tema de la representatividad de
las organizaciones de trabajadores que ha devenido en uno de los pivotes
esenciales de las defensas del empleador para enervar el derecho de
negociación, aún cuando los órganos de control de la OIT han sido reiterativos
al señalar que en los casos donde una organización no logre acreditar ser
mayoritaria, la negociación debe realizarse y amparar a los afiliados 14.

Cabe destacar que de acuerdo con nuestra legislación el ámbito de la


negociación determina el modo de acreditar la representatividad. En la
negociación de empresa (o descentralizada) la mayoría se determina en
función de la totalidad de los trabajadores, de la empresa o de la profesión, si
fuere el caso; (art. 514, LOT) en cambio en la negociación por rama de
actividad (o centralizada) la mayoría exigida es de los trabajadores
sindicalizados (Art. 530, LOT).

Para el profesor Arrias Salas (1987) el modo de verificar la representatividad


se logra contabilizando el número de afiliados del sindicato en la
correspondiente unidad de negociación. A tal fin, añade que, los datos
correspondientes reposan en el Ministerio del Trabajo y que bastaría con

14
“El Comité de Libertad Sindical ha mantenido principios y decisiones en la misma línea que la
Comisión de Expertos y ha considerado que una disposición legal que impone que sólo podrá
negociar un convenio colectivo el sindicato que represente a la mayoría absoluta de los
trabajadores de una empresa, «no fomenta la negociación colectiva en el sentido del artículo 4
del Convenio núm. 98», y pidió al Gobierno que tomara «medidas para que, en consulta con las
organizaciones interesadas, se modifique la disposición en cuestión, de manera que en aquellos
casos en que ningún sindicato represente a la mayoría de los trabajadores, las organizaciones
minoritarias puedan negociar conjuntamente un convenio colectivo aplicable a la empresa o
unidad de negociación, o cuando menos, concluir un convenio colectivo en nombre de sus
afiliados » p.16
Gernigón y otros, la Negociación Colectiva, OIT. 2000.
contrastar la nómina de afiliados de la organización con la de los trabajadores
de la empresa. No obstante, el criterio administrativo ha sido siempre el de los
“apoyantes” o “firmantes” del proyecto de contrato, convención o pliego.
Prueba de lo anterior es que, durante mucho tiempo, una vez opuesta por el
empleador la falta de mayoría del sindicato postulante, se ordenaba una
verificación que los funcionarios del trabajo efectuaban mediante un
interrogatorio en el cual los trabajadores debían manifestar su respaldo o no,
al respectivo proyecto. Conforme a la tesis del profesor Arria, amén de lo
intimidatorio del procedimiento, lo que debía constatarse era si los
trabajadores estaban afiliados al sindicato, para lo cual, como dijimos antes, lo
correcto era acudir a la nómina del sindicato, en su propio expediente
administrativo.

Por su parte, el profesor Humberto Villasmil Prieto, sostiene una opinión


distinta y afirma que: “siendo que la convención colectiva tiene en cuanto a su
vigencia personal, eficacia erga-omnes y no solamente para los trabajadores
sindicalizados, es lógico que la mayoría requerida lo sea respecto de los
trabajadores involucrados en la convención, con independencia de su afiliación
o membresía sindical.”15

Ahora bien, primero mediante Resolución del Ministerio del Trabajo y luego, en
el Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo de 1999, en procura de suprimir
los criticados abusos del interrogatorio que efectuaban las Inspectorías del
Trabajo para constatar los “apoyos” del proyecto de convención colectiva, se
consagró la realización de un referéndum, para dirimir las controversias sobre
representatividad, ya sean estas inducidas por la correspondiente defensa del
empleador o por la existencia de conflictos inter sindicales16.

15
“la representación que se requiere será de la mayoría de los apoyantes del
pliego, no así de la mayoría absoluta de los trabajadores sindicalizados y ello,
sea dicho, pues podría interpretarse a partir de la redacción de la norma que el
sindicato deba “representar” a la mayoría absoluta “de los trabajadores bajo su
dependencia” (del patrono, por descontado) o lo que es igual que se exija al
sindicato que tenga afiliados a la mitad más uno, al menos, de los llamados a
beneficiarse del convenio o que lo hubiesen autorizado a tales fines. Por el
contrario, siendo que la convención colectiva tiene en cuanto a su vigencia
personal, eficacia erga-omnes y no solamente para los trabajadores
sindicalizados, es lógico que la mayoría requerida lo sea respecto de los
trabajadores involucrados en la convención, con independencia de su afiliación
o membrecía sindical.
Así pues, el acta de la asamblea en que se acordó la presentación deberá dejar
constancia del apoyo al proyecto de la mitad más uno, al menos, de los
trabajadores beneficiarios y de su autorización para dicha presentación”.
VILLASMIL PRIETO, Humberto: Apuntamientos de Derecho Colectivo. Pp.127-
128
16
Artículo 191
Es de hacer notar, que la norma reglamentaría circunscribe su ámbito de
aplicación al de la convención colectiva ordinaria o de empresa, puesto que es
en esta donde opera, en cabeza del patrono, la posibilidad de objetar la
representatividad del sindicato, antes que el órgano administrativo haga la
correspondiente verificación. Adviértase que, en la negociación por rama de
actividad, cuando la solicitud de convocatoria de la Reunión Normativa Laboral
es hecha por organizaciones sindicales de trabajadores, la decisión
corresponde al Ministerio del Trabajo, quien procederá a efectuarla si, a su
juicio, aquellas representan “la mayoría de los trabajadores sindicalizados en
la rama de actividad de que se trate, en escala local, regional o nacional” 17.
Para hacer dicha constatación, se exige a las organizaciones sindicales que
anexen a la solicitud el listado de “los patronos requeridos a negociar y
acompañarla de la nómina de los trabajadores que presten servicio a esos
patronos y estén afiliados a las organizaciones sindicales solicitantes” 18

En fin, cuando el patrono opone la falta de representatividad del sindicato


solicitante de la negociación, el Inspector debe convocar a un referéndum
mediante el cual se determinará si aquel cuenta con el respaldo necesario (la
mitad mas uno de los trabajadores de la empresa, o de la profesión) para
obligar al patrono a negociar. De tal consulta se excluyen a los trabajadores de
dirección y de confianza. (artículo 515, LOT)

Por último haremos mención de la hipótesis de patronos cuyas empresas


tienen sucursales en varias partes del país. La controversia se centra en
determinar si los mismos deben incluirse en el cómputo para determinar la
representatividad de las organizaciones.

A lo largo de los años, la doctrina administrativa asumió que el sindicato tenía


circunscrita su área de actividad a la jurisdicción de la Inspectoría donde fue
registrado. Ello es parte de lo que justifica la existencia de convenciones
colectivas celebradas en sucursales o centros de trabajo de una empresa cuya
sede principal se encuentra en un lugar distinto. Asumir que un sindicato, para
obligar a un patrono a negociar debe representar a la mayoría de los
trabajadores, incluidos los que prestan servicios en sucursales o agencias
diseminadas por todo el país, puede ser un serio obstáculo para el ejercicio de
ese derecho. Ello implicaría que el sindicato fundado por los trabajadores de
una sucursal nacería castrado, con escasas `posibilidades de cumplir sus fines.

Estimo que habría que ponderar la pretensión de la organización; esto es, el


alcance personal que ella misma atribuya al proyecto y decidir en
consecuencia.

Cuando fuere necesario constatar la representatividad de las organizaciones


sindicales de trabajadores y trabajadoras, por motivo de negociación o
conflicto colectivo de trabajo, el Inspector o Inspectora del Trabajo organizará
un referéndum en los términos previstos en la presente Sección.
17
LOT, artículo 530
18
Artículo 529, ejusdem
Bibliografía:

1) Alfonzo Guzmán, RAFAEL. Estudio Analítico de la Ley del Trabajo.


Tomos 2 y 3, Contemporánea de Ediciones. Caracas, 1985
2) Arria Salas, ALBERTO: Contratación Colectiva. Sistema de
Composición de Conflictos. Vol. I. Cela Editora. C.A., Caracas, 1987.
3) GERNIGON, Bernard, ODERO Alberto y GUIDO Horacio (2000a). LA
NEGOCIACIÓN COLECTIVA. Normas de la OIT y Principios de los
Órganos de Control. Oficina Internacional del Trabajo. Ginebra.
4) Goizueta NAPOLEON y Hernadez Alvarez OSCAR. De la Convención
Colectiva de Trabajo, en Comentarios a la Ley Organiza del Trabajo.
Tipografía, Litografía Horizonte. Barquisimeto, Estado Lara.1999
5) Porras Rangel, JUAN. Jurisprudencia de la Ley del Trabajo.
Fundación Rojas Astudillo. Caracas.
6) Villasmil Prieto, HUMBERTO, Apuntamientos de Derecho Colectivo.
Caracas.

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