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María y Elizabeth
Lucas 1:1-25, 57-80
Dios envía al ángel Gabriel al pueblo de Nazaret a entregarle una promesa a una joven
creyente de nombre María. Gabriel le saluda a María y le dice; “María, Dios te ha escogido
para dar a luz a Su Hijo, Jesús.” María se sorprende con esta noticia. “¿Cómo va a ser
posible eso?”; le pregunta a Gabriel. El ángel le habla amablemente a María y le dice; “El
Espíritu Sagrado vendrá a ti y tú te convertirás en la madre del Hijo de Dios. Ésta es una
promesa de Dios. Nada es imposible para Dios. El Señor Dios hasta ha hecho posible que tu
pariente, Elizabeth, de a luz en su vejez!” María mira a Gabriel y le contesta humildemente;
“Que sea como tu dices. Soy la doncella del Señor.” Entonces María empaca unas cuantas
cosas y viaja a Judea para hablar con su pariente, Elizabeth.
María se queda tres meses con Elizabeth. Cada una disfruta mucho la compañía de la otra y
de los milagros que han sucedido en sus vidas. Elizabeth le habla a María de la visita del
ángel Gabriel a su esposo Zacarías. Fue Gabriel que trajo la promesa de Dios que Zacarías
difícilmente pudo creer. Gabriel le dijo a Zacarías que Elizabeth daría a luz en su vejez y
que el hijo que nacería se llamaría Juan. Juan prepararía los corazones de la gente para la
venida de Jesús. Zacarías perdió la habilidad del habla porque no le creyó a Gabriel. A María
le sorprende esta noticia. Ella se siente triste que Zacarías seguirá mudo hasta el nacimiento
de Juan. María se siente agradecida por haber podido creer la promesa de Dios y no tener
que sufrir como lo hace Zacarías. Al final de los tres meses, María regresa a Nazaret. Poco
después Elizabeth da a luz a un hijo varón. Cuando Zacarías y Elizabeth llevan a su hijo al
templo y le bautizan con el nombre de Juan, Zacarías recobra el habla. Zacarías también ha
aprendido que Dios cumple con lo prometido.
Unos meses después, César Augusto, quien reinaba en ese momento, ordena a la gente
regresar a su pueblo natal para poder conducir un censo, lo que viene siendo un
conteo de las personas que hay en un país. José y María salen de Nazaret y viajan al
pueblo de Belén, el pueblo natal de la familia de José. José camina guiando un burro
en él que va montada María. María está ya próxima a dar a luz. Es un viaje largo y
cansado para María.
Cuando por fin llegan a Belén, José y María buscan un lugar donde pasar la noche.
¡Hay tanta gente en Belén! Todas las posadas se habían llenado. Ya estaban tan
cansados. José ve a un granero en la distancia. ¿Podría ser éste un lugar tranquilo y
resguardado para que María pase la noche? Se asoma y se pone contento al ver que
es cálido y ofrece protección. José mete al burro y le ayuda a María a bajarse.
Apenas se acomodaban cuando María se da cuenta de que ya era hora que naciera
Jesús. María lo envuelve en una ropa y lo carga suavemente. ¿Pero dónde dormirá?
José y María buscan un lugar seguro en el granero para que Jesús pase Su primera
noche en la tierra. Ven un pesebre, una caja que sirve para poner la paja para los
animales de la granja. Ésta sería una cama suave, caliente y segura para el niño
Jesús. Con gran amor, María y José colocan al bebé Jesús en el pesebre en el granero
bajo la hermosa quietud de un cielo estrellado. Le agradecen a Dios por haber sido
tan bueno con ellos.
Lección 2.35
¡No Teman!
Los ángeles están activos en nuestras vidas todos los días. Dios los envía
para ayudarnos con nuestros problemas. Los ángeles nos pueden ofrecer
protección, albergue, ayuda y seguridad. A veces, Dios los envía cuando
percata nuestra necesidad. A veces, Dios los envía porque alguien ha
orado por nosotros. A veces, Dios los envía porque hemos pedido Su
ayuda en nuestras propias oraciones.
Lección 2.36