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En realidad, Freud sólo formuló explícitamente tres puntos de vista metapsicológicos: el tópico, el dinámico y el
económico. El punto de vista genético parecía lógico. Aunque no definió el punto de vista estructural, Freud dio a
entender que podría remplazar al tópico. (Véase Rapaport y Gill [1959] y Arlow y Brenner [1964] al respecto.) El punto
de vista adaptativo está también implícito y es esencial para el pensamiento psicoanalítico (Hartmann, 1939).
Las implicaciones clínicas de la metapsicología indican que para comprender un suceso psíquico cabalmente es
necesario analizarlo desde seis puntos de vista: tópico, dinámico, económico, genético, estructural y adaptativo.
Requiere que la explicación psicoanalítica de cualquier fenómeno psicológico incluya proposiciones concernientes
a la energía psicológica empleada en el fenómeno (González & Rodríguez, 2008).
1. Existen energías psicológicas.
2. Las energías psicológicas siguen una ley de conservación.
3. Las energías psicológicas están sujetas a una ley de entropía.
4. Las energías psicológicas están sujetas a transformaciones que aumentan o disminuyen su tendencia entró-
pica.
Entropía: Medida que, en termodinámica, permite evaluar la degradación de la energía de un sistema. La energía se
conserva en cantidad, pero se degrada en calidad, esto es, existe una conservación cuantitativa de la energía. La
termodinámica es la parte de la física que trata del calor. El primer principio de la termodinámica expresa que la
energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. El segundo principio de la termodinámica está relacionado
con el aprovechamiento de la energía en trabajo. Lo más interesante sería predecir en qué sentido evolucionará un
sistema. Dos cuerpos puestos en contacto no se intercambian calor de tal forma que tendiesen a tener temperaturas
cada vez más distintas; al contrario, todos los cuerpos tienen la tendencia a adquirir temperaturas uniformes. Sabe-
mos que al mezclar agua fría y agua caliente el conjunto terminará por quedar a la misma temperatura, es decir, en
un total desorden. ¿Existe alguna magnitud física que diferencie a los estados ordenados de los desordenados? Si la
energía no varía, ¿no habrá una característica que distinga los posibles estados finales de equilibrio? Para caracte-
rizar estos estados se recurrió a una magnitud a la que se llamó entropía.
Se ha creído que la entropía es la medida de este desorden. Los sistemas tienden al máximo desorden por término
medio, pero no en todos los casos sin excepción. Se llegó a decir que el universo tiende hacia un estado de máximo
desorden: el caos. Sin embargo, ¿cómo podríamos explicar la evolución de la naturaleza hasta estructuras tan orde-
nadas como son todos los seres vivos?
Entonces un sistema evoluciona de tal manera que tiende a aumentar o a disminuir su entropía. Dentro del aparato
psíquico y de las energías psicológicas existen las catexias móviles y el proceso primario que en términos generales
expresan el principio del placer. La energía psicológica puede neutralizarse, desexualizarse o desagresivizarse, que
son procesos que no siguen la ley de entropía. La desneutralización, sexualización, agresivización y la movilización
de catexias siguen la ley de entropía. Esto nos sirve para fundar la explicación del paso del proceso primario al
secundario (Rapaport, 1968) y la relación entre energía y estructura en los fenómenos psicológicos (Universitas,
1971).
En los sueños se puede precisar el origen y evolución de los problemas psicológicos de una persona.
o Con relativa facilidad, puede observarse si el origen es oral, anal, fálico (edípico), simbiótico, narcisista,
etcétera.