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LA BUENA ENSEÑANZA

HERIBERTO GONZÁLEZ VALENCIA


La buena enseñanza es tanto acerca de la pasión como de la razón. No es sólo motivar a los
estudiantes a aprender, sino enseñarles a aprender y hacerlo de una manera que sea relevante,
significativa y memorable. Es darle la importancia a su arte, tener pasión por ella, y transmitir esa
pasión a todo el mundo, sobre todo a sus estudiantes.
La buena enseñanza es acerca de la esencia y de formar a los estudiantes como consumidores de
conocimiento. Se refiere a hacer su mejor esfuerzo para mantenerse en la cima de su campo, la
lectura de las fuentes, dentro y fuera de sus áreas de especialización y estar a la vanguardia todo el
tiempo. Pero el conocimiento no se limita a las prácticas académicas. La buena enseñanza es salvar
la brecha entre la teoría y la práctica. Salir de la torre de marfil y sumergirse en el campo, hablando
con, consultar con, y ayudar a los profesionales, y el enlace con sus comunidades.
La buena enseñanza es escuchar, preguntar, ser sensible, y recordando que cada estudiante y cada
clase es diferente. Se trata de la obtención de respuestas y el desarrollo de las habilidades de
comunicación oral de los estudiantes más callados. Empujar a los estudiantes a sobresalir; al mismo
tiempo, ser humano, respetar a los demás, y ser profesional en todo momento.
La buena enseñanza es no tener siempre una agenda fija y ser rígido, sino de ser flexible, fluido,
experimentar y tener la confianza necesaria para reaccionar y adaptarse a las circunstancias
cambiantes. Obtener sólo el 10 por ciento de lo que quería hacer en una clase y sin embargo sentirse
bien. Desviarse de la programación del curso o una conferencia con facilidad cuando hay más y
mejores aprendizajes en otras partes.
La buena enseñanza es sobre el equilibrio creativo entre ser un dictador autoritario, por un lado, y
una presa fácil en el otro. Los buenos maestros migran entre estos polos en todo momento,
dependiendo de las circunstancias. Ellos saben dónde tienen que estar y cuándo.
La buena enseñanza es también de estilo. ¿Debe ser la buena enseñanza entretenida? ¡Seguro!
¿Significa esto que le falta esencia? ¡Ni lo piense! La enseñanza eficaz no es estar encerrado con
ambas manos pegadas a un podio o tener sus ojos fijos en un proyector de diapositivas mientras
usted gravita por el salón.
Los buenos maestros trabajan el salón de clase y a todos los estudiantes en él. Se dan cuenta de
que son directores y la clase es su orquesta. Todos los estudiantes tocan diferentes instrumentos y
en diferentes niveles. El trabajo de un maestro es desarrollar habilidades y hacer que estos
instrumentos tomen vida como un todo coherente para hacer música.
La buena enseñanza es el humor. Esto es muy importante, ser autocrítico y no tomarse demasiado
en serio. Es a menudo, hacer bromas, de modo que el hielo se rompa y los estudiantes aprendan en
un ambiente más relajado en el que, como ellos, eres humano con su propia cuota de fallas y
deficiencias.
La buena enseñanza es el cuidado, la crianza y el desarrollo de las mentes y talentos. Es cuestión
de tiempo, a menudo invisible, dedicando a cada estudiante.
Se trata también de las horas ingratas de la clarificación, el diseño o rediseño de cursos y preparación
de materiales para mejorar aún más la formación.
La buena enseñanza es apoyada por un liderazgo fuerte y visionario, recursos y personal de apoyo
de formación muy tangible. La buena enseñanza se refuerza continuamente por una visión global
que trasciende a toda la organización de profesores titulares y de tiempo parcial que se refleja en lo
que se dice, pero lo más importante por lo que se hace.
La buena enseñanza es tutoría entre profesores, trabajo en equipo, y ser reconocido y promovido
por los compañeros de trabajo. La enseñanza eficaz también debe ser recompensada, y la
enseñanza pobre necesita ser remediada a través de programas de capacitación y desarrollo.
Al final del día, la buena enseñanza es para divertirse, experimentar placer y recompensas
intrínsecas… como mirarse con un estudiante en la fila de atrás y ver las sinapsis y neuronas de
conexión, pensamientos que forman, la persona mejorando, y una sonrisa mientras el aprendizaje
de todos sucede.
Se refiere al estudiante que dice que su curso cambió su vida. Otro que dice que su curso era el
mejor que jamás haya tomado. Los buenos maestros practican su oficio no por el dinero o porque
tienen que hacerlo, sino porque realmente lo disfrutan y porque quieren. Los buenos maestros no se
imaginan haciendo otra cosa.

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