UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DE EL SALVADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

TEOLOGÍA I

EL NACIMIENTO DE LA TEOLOGÍA BÍBLIA

DOCENTE

MARIO ANTONIO LAÍNEZ

ALUMNO

IRVIN DANIEL MIRANDA ORELLANA

FECHA DE ENTREGA

JUEVES 30 ENERO 2019

Nacimiento, origen y desarrollo de la teología bíblica

El inicio de la teología bíblica se encuentra en el surgimiento y núcleo de la

Reforma Protestante. Martin Lutero, mayor expositor de este movimiento
histórico, sentó por primera vez en 1519 que las Sagradas Escrituras
constituyen la base de todas las cuestiones de fe y doctrina del mundo
cristiano. Esta concepción de teología bíblica, se oponía al clásico modelo de
teología escolástica dominada por los esquemas aristotélicos, los cuales
establecían una diferencia entre Escrituras y teología sistemática.

En el siglo XVII nace conceptualmente el término “teología bíblica”. Sin

embargo, su significado no trascendía la idea de un paso de la dogmática hacia
la exégesis, sino que denotaba la necesidad de la dogmática por regresar a
las fuentes, es decir, la biblia. Contemporáneamente, aparece otro tipo de
“teología bíblica” que hace hincapié en la dimensión histórica de la revelación.
En 1673, el obispo Johannes Cocceius pretende recuperar la primitiva
orientación de la reforma protestante y propone un esquema de teología
bíblica fundamental, basado en la alianza de Dios establecida con la
humanidad.

El movimiento pietista protestante del siglo XVIII adoptó, por su parte, el

planteamiento de teología bíblica propuesto inicialmente por Lutero. Ellos
entendían la “teología bíblica” como una “dogmática bíblica”, al estilo de una
enseñanza organizada que rivalizaba con la teología especulativa. La lectura
de la biblia que se hacía el círculo pietista protestante en Europa, terminó por
imponerse en el resto de círculos cristianos alrededor del mundo. Se trataba
de una lectura que se reducía a una interpretación más bien simplista y limitada
del texto, la cual era guiada por actitudes religiosas sensacionalistas y ligadas
a la polémica antiescolástica católica.

De hecho, la tendencia pietista a interpretar simplemente las verdades

reveladas por Dios sirviéndose de categorías exclusivamente bíblicas pasa a
otro tipo de presentación del contenido bíblico que va acercándose a la
orientación iluminista. Por ello, busca adaptarse a los presupuestos y a las
definiciones referentes a la religión que el hombre del siglo XVII había
establecido y formulado. La teología dogmática conserva un carácter didáctico
por el hecho de enseñar el contenido de la fe siguiendo un proceso de reflexión
propio de cada teólogo, de acuerdo con su razonamiento, las circunstancias,
la época, el lugar, la secta, la escuela y otros factores análogos. Aplica el
discurso racional a las realidades divinas. La teología bíblica, de por sí,
permanece siempre idéntica, porque se basa en premisas históricas. La
dogmática, en cambio, está ligada a otras disciplinas humanas mutables a
través del tiempo.

Durante el período que va de finales del siglo XVII a principios del xix, la
teología bíblica irá descubriendo la complejidad de su objeto. Se mantiene aún
—lo demuestran las obras de von Colín y de Wette— en una presentación
doctrinal de la Escritura. Pero la materia se hace más vasta y la crítica histórica
pone de relieve la distinción entre el AT y el NT. Siguiendo un proceso
necesario hay que renunciar a una comprensión global de los escritos
sagrados y se llega a la necesidad de separar, a pesar de todas las reticencias,
la teología bíblica de ambos Testamentos. Más tarde se recobrará también la
dimensión existencial de la teología bíblica.

Referencias bibliográficas
1. Brevard, Childs. (2011). Teología bíblica del Antiguo y Nuevo
Testamento. Reflexión teológica sobre la bíblica cristiana. Salamanca,
Sígueme.
2. Vilanova, Evangelista. (1987). El nacimiento de la teología cristiana.
Tomo I. Barcelona: Herder.