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FACILITADOR: ALUMNO:
GUILLERMO BLANCO BLANCO, JOSE NEPTALI
V- 8.800.147
El presente trabajo ha sido realizado para cumplir con uno de los objetivos de la
materia denominada Pruebas, la cual forma parte del pensum de estudios del
Programa de Formación Inicial (PFI) de Aspirantes a Jueces de la República
Bolivariana de Venezuela que lleva a cabo la Escuela Nacional de la Magistratura,
que actualmente curso, en su Componente Avanzado, quien suscribe.
El fraude pude consistir en el forjamiento de una inexistente litis entre partes, con
el fin de crear un proceso dirigido a obtener fallos o medidas cautelares en
detrimento de una de las partes, o de terceros ajenos al mismo, lo que constituye la
simulación procesal; o puede nacer de la colusión de una persona, que actuando
como demandante, se combine con otra u otras a quienes demanda como litis
consortes de la víctima del fraude, también demanda, y que procurarán concurrir
con ella en la causa, creando al verdadero codemandado situaciones de
incertidumbre con relación a la fecha real de la citación de todos los demandados;
o asistir con él en el nombramiento de los expertos, con el fin de privarlo de tal
derecho, así mismo sobreactuar en el proceso, demandar a los testigos para que no
puedan testificar en la causa por tener interés directo, entre otros, así mismo puede
haber intervenciones de terceros que de acuerdo con una de las partes buscan
entorpecer a la otra en su posición procesal.
Ahora en estos casos, las demandas de nulidad de sentencias y aún procesos donde
ha obrado la cosa juzgada, pretende la nulidad y satisfacciones de indemnización.
Para desenmascarar y evitar el fraude colusivo, que se caracteriza porque con las
maquinaciones se forman diferentes procesos, hay que interponer una acción
contra todos los incursos en la colusión, ya que de otra forma no habría la
legitimación de rigor, tanto activa como pasiva y sería de difícil prueba el fraude,
visto así en contra de la simulación y el fraude, entendido este como actividad
dirigida a eludir o provocar la aplicación indebida de la norma, a objeto de
contravenir el sentido y la finalidad de la ley, se tiene la acción autónoma
destinada a obtener de la jurisdicción decisiones mero declarativas que anulen
procesos y sentencias y desvirtúen el carácter de cosa juzgada que haya tomado
una decisión.
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decisión del 9 de marzo del año 2000 (Caso: José Alberto Zamora Quevedo)
a uno de los litigantes o a los terceros (incluso ajenos a cualquier
proceso)”2. (Subrayado propio).
En efecto, puede existir un proceso que cumpla con todas las formalidades legales
de forma, pero que esté destinado, en el fondo, a engañar a un tercero, lo cual
impediría una eficaz administración de justicia, pues las instituciones no se
utilizarían para el fin que fueron creadas, lo que no sólo desvirtuaría la naturaleza
y finalidad del proceso, sino que también quedarían menoscabados los principios
rectores de todo procedimiento, inspirados en la integridad y supremacía de los
valores superiores que nutren nuestra Carta Magna.
Por tanto, siendo el fin del procedimiento la obtención de una justicia diáfana y
leal, realizable a través del cumplimiento de los principios de igualdad, probidad,
lealtad y buena fe procesal, entre otros, no debiendo ser utilizado con fines
distintos a los de resolver una verdadera litis, lo que conlleva a la
desnaturalización del proceso como el medio de acceder a los órganos
jurisdiccionales a fin de obtener una correcta administración de justicia.
2
decisión del 4 de agosto de 2000 (Caso: Hans Gotterried vs. INTANA C.A.),
órganos jurisdiccionales. Así las cosas, se puede evidenciar que la conducta así
asumida por las partes, resultan contrarias a los principios y valores
constitucionales señalados. 3
3
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, del 02 de diciembre de 2003, caso Norma Josefina Leal Motta.
terceros que aun cuando precarios eran poseedores, pues los privó de
participar en un proceso al que tenían legítimo derecho, irrespetando así
su alegada condición de arrendatarios. 4
El criterio que sostuvo en sentencia del 9 de marzo de 2000, caso José Alberto
Zamora Quevedo, en el cual se apuntó:
" , como se dijo, no sólo está formada por un texto, sino que ella está
impregnada de principios que no necesitan ser repetidos en ella, porque
al estar inmersos en , son la causa por la cual existe; por ello una
Constitución no explica los conceptos de justicia, de libertad, de
democracia y otros valores. Cuando regula al Poder Judicial, inmerso en
tal regulación se encuentra el que él ejerce la jurisdicción (potestad de
administrar justicia), y que las actuaciones judiciales están dirigidas
principalmente a resolver controversias entre partes que requieren la
declaratoria de derechos, motivo por el cual existe el proceso
contencioso. Cuando el Estado decide sustituir la necesidad o tendencia
de los seres humanos de hacerse justicia por sí mismos y, para ello, crea
el proceso y los órganos jurisdiccionales, lo hace con el fin de que el
proceso cumpla su cometido de eliminar la justicia privada, y es el
proceso contencioso la máxima expresión de ese Estado. No utilizar el
proceso contencioso para dirimir conflictos entre las partes,
desnaturalizándolo, no es sino un fraude que convierte a la jurisdicción
en una ficción y, permitir tal situación, es propender al caos social, ya
que las instituciones no se utilizarían para el fin que fueron creadas. Tal
situación resulta contraria al orden público, ya que de permitirse y
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Decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia del 16 de junio del año dos mil seis (2006).
proliferar, todo el sistema de justicia perdería la seguridad para el cual
fue creado, y se regresaría a la larga a la vindicta privada.”
Por otra parte, cuando existe un deber, como el establecido en el artículo 17 del
Código de Procedimiento Civil, no está demás rememorar lo que enseñaba Zeiss
W. (1979):
“Antijurídica es toda conducta humana que viole postulaciones o
preceptos”.
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Sentencia del 4 de agosto de 2000, de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Jusicia, caso Intana, C.A.
6
Artículo 395 del Código de Procedimiento Civil
En todo sentido, los medios de pruebas promovidos deben estar digeridos a
evidenciar efectivamente, esa conducta desleal y falaz en que incurre una de las
partes, o ambas, y hasta el operador de justicia con la sola, según sea el tipo de
fraude denunciado, que tiene por única y exclusiva finalidad de hacer nugatorio
derecho de defensa de las víctimas de estas actividades.
Por lo que respecta a la valoración de las pruebas aportadas por las partes durante
el decurso del debate probatorio, el juez de conformidad con los artículos 507 y
509 del Código de Procedimiento Civil, que están referidos a las reglas de
valoración de las pruebas, y a la obligación que tiene el juzgador de instancia de
analizar todas y cada una de las pruebas que hayan sido promovidas y evacuadas
por las partes, respectivamente, aún cuando no tengan ninguna relación con el
caso que se ventila en el proceso7. Asimismo a los jueces de instancia le imponen
los artículos 509 y 243 ordinal 4º del Código de Procedimiento Civil, no se limita
a que éstos dejen constancia de haber leído o revisado las pruebas, para luego,
desecharlas o acogerlas, sino que deben verter en la decisión las consideraciones
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Sentencia Nº 208 de Sala de Casación Civil, Expediente Nº 00-097 de fecha 21/06/2000
particulares de cada prueba aportada al proceso, señalar los motivos por lo que la
toman o la desechan, y, en este último supuesto, establecer los hechos que de la
misma se deriva y se da por demostrado8. En este mismo sentido, la Sala Civil de
nuestro máximo tribunal, complementó su doctrina con objeto de señalar que el
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, ordena al juez para establecer los
hechos, examinar toda cuanta prueba se haya incorporado en el proceso, por lo que
constituye una regla de obligatorio cumplimiento para el establecimiento de los
hechos9.
BIBLIOGRAFIA
8
Sentencia Nº 248 de Sala de Casación Civil, Expediente Nº 98-782 de fecha 19/07/2000
9
Sentencia Nº 6 de Sala de Casación Civil, Expediente Nº 00-985 de fecha 12/11/2002
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Decisión del 9 de marzo del año 2000 (Caso: José Alberto Zamora
Quevedo)
Decisión del 4 de agosto de 2000 (Caso: Hans Gotterried vs. INTANA
C.A.)
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
del 02 de diciembre de 2003, caso Norma Josefina Leal Motta.
Decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
del 16 de junio del año dos del 16 de junio del año dos mil seis
(2006).
Sentencia Nº 208 de Sala de Casación Civil, Expediente Nº 00-097 de
fecha 21/06/2000
Sentencia Nº 248 de Sala de Casación Civil, Expediente Nº 98-782 de
fecha 19/07/2000
Sentencia Nº 6 de Sala de Casación Civil, Expediente Nº 00-985 de
fecha 12/11/2002