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Bioestimulación del Crecimiento

Radical de los Cultivos

En la actualidad aún no se tiene una definición


formal del término “bioestimulación”; sin embargo,
Navarro (2015) define este concepto como “el arte
de saber inducir, promover o retardar un proceso
fisiológico”. De acuerdo a la definición anterior, se
puede decir que la bioestimulación del crecimiento
radical no solo está enfocada en la aplicación de
productos bioestimulantes, sino que también
implica una serie de prácticas en el manejo del suelo
o sustrato, que faciliten el adecuado crecimiento y
desarrollo del sistema radical. La bioestimulación es
un concepto que si bien se ha practicado desde hace Figura 1. Raíces de piña con pelos radicales
mucho tiempo, es en los años recientes donde ha visibles resultado de una adecuada
bioestimulación.
tomado relevancia debido a la compatibilidad que
Foto: Navarro, 2015.
tiene con los esquemas actuales de producción
sustentable.

Sistema radical de los cultivos


El sistema radical desempeña funciones relacionadas con la absorción y transporte de agua y nutrientes,
también se encarga de anclar y dar soporte a la planta, así mismo es capaz de sintetizar hormonas que
regulan el crecimiento de la planta, principalmente citocininas. La raíz puede subdividirse en dos grupos
de acuerdo a las funciones que desempeñan, los cuales son: 1) raíces de anclaje y conducción, formadas
en los primeros días después de la germinación, y 2) raíces absorbentes o pelos radicales, los cuales se
forman y mueren todos los días, con un periodo de vida que va de uno a 22 días.

El crecimiento y funcionamiento de la raíz depende esencialmente de la temperatura, oxígeno y


humedad del suelo o el medio de cultivo donde se desarrollan. Sin embargo, existen otros factores que
influyen en dicho crecimiento como el pH, condiciones nutritivas, las propiedades del suelo o sustrato
(textura, capacidad de retención, resistencia a la penetración, microbiología, etc.), control hormonal,
entre otros. Para bioestimular a la raíz deberán realizarse prácticas que garanticen mantener niveles
adecuados de cada uno de estos factores.

Prácticas de manejo para el crecimiento radical


Al momento de establecer el sistema de riego se debe medir la velocidad de infiltración del agua en el
suelo o sustrato, la cual debe ser mayor al caudal del gotero para no generar una saturación por agua
que cause una deficiencia de oxígeno en el sistema radical. En el caso de una inundación se debe
proceder a drenar el agua mediante un desnivel en el suelo o con la escarda del cultivo. Otra forma de
reducir este problema es dejar que se evapore un poco el agua y una vez que no exista exceso continuar
con la bioestimulación del crecimiento radical.

La escarda de cultivos también facilita el intercambio de gases, lo cual favorece la renovación de oxígeno
en la rizósfera, ayudando a incrementar la respiración y la subsecuente absorción activa de nutrientes y
agua. Los acolchados también ayudan a
incrementar la difusión de oxígeno y a
mantener la temperatura.

Uno de los síntomas por exceso de humedad


es que el sistema radical tome un color negro,
amarillo o ligeramente ennegrecido. Para
evitar este problema es recomendable
fraccionar el agua que se aplica en un día en el
mayor número de riegos posibles. Por otro
lado, si se observan raíces blancas pero sin
pelos radicales, es un indicador de una
Figura 2. Sistema radical de color café oscuro como
consecuencia de un exceso de humedad. deficiencia en el suministro de agua, y ante
Foto: Navarro, 2015 esta situación es indispensable regar junto con
un enraizador orgánico que estimule la
emisión de pelos radicales y recupere la actividad de la raíz.

En el momento que exista estrés por algún factor en la raíz es necesario otorgar las condiciones para
que se recupere y después aplicar productos bioestimulantes para que los asimile eficazmente.

Prácticas bioestimulantes
Riego con agua caliente. A pesar de que el agua caliente puede disminuir la solubilidad del oxígeno, el
riego con agua de 30 a 40°C incrementa la solubilidad de los fertilizantes, mejora la actividad
microbiológica del suelo, incrementa la respiración y por tanto, la translocación de agua y nutrientes
desde la raíz.

Aplicación de PGPR´s. Las rizobacterias promotoras del crecimiento de las plantas son un grupo de
microorganismos que se encuentran o se aplican a la rizósfera, conformado por una amplia gama de
géneros como Bacillus, Rhizobium, Trichoderma, Nitrobacter, Nitrosomonas, Pseudomonas, Aspergillus,
Azotobacter, entre otras. Las funciones principales de estos microorganismos son las de síntesis de
fitohormonas, incremento en la solubilidad y absorción de nutrientes minerales. También pueden actuar
como inductores de resistencia o antagonistas de los patógenos del suelo.

Aplicación de enraizadores. La aplicación de enraizadores hormonales con una mayor concentración de


auxinas favorece la formación de raíces de anclaje y conducción, mientras que los enraizadores
orgánicos que traen como principal ingrediente activo al
triptófano (precursor del ácido indolacético) tienden a
generar una mayor cantidad de pelos radicales. Se
recomienda su combinación, iniciando los primeros días
con el hormonal y posteriormente con el orgánico.

Aplicación de productos bioestimulantes. Su aplicación


se ha incrementado debido a que no dejan residuos y
son seguros para las personas que los aplican, además
de ser un excelente complemento de fertilizantes y
productos fitosanitarios. Actúan en las plantas de
distintas maneras y por diferentes vías, logrando así Figura 3. Un adecuado manejo del suelo
o sustrato, y prácticas bioestimulantes
mejorar el vigor del cultivo, rendimiento y calidad de la
favorecen el crecimiento radical.
cosecha. Los bioestimulantes agrícolas son un grupo Foto: Navarro, 2015.
ampliamente diverso, donde se puede encontrar
productos generalmente a base de los siguientes ingredientes activos:

 Triptófano. Constituye el precursor del ácido indolacético, ayudando a promover la formación de


raíces laterales y pelos radicales.
 Arginina. Estimula la síntesis interna de poliaminas al actuar como precursor, estas hormonas son
muy activas en el proceso de crecimiento radical.
 Asparagina. Actúa indirectamente como precursor de fitohormonas.
 Polisacáridos. Las aplicaciones directas al sistema radical favorecen la formación de raíces
secundarias y su elongación, además estimulan la actividad de los microorganismos del suelo y
aportan energía adicional a la planta para su crecimiento radical cuando sufren algún daño físico o
mecánico.
 Saponinas. Al estar en contacto con las membranas celulares de la raíz las vuelve más permeables,
permitiendo una mejor absorción de agua y nutrientes. Contribuyen además a mejorar la rizósfera
para el desarrollo de microorganismos.
 Complejo vitamínico (B1, B6 y D). Ayuda en el metabolismo de los azúcares para tener energía
disponible en la planta y participa en la síntesis de proteínas y aminoácidos al actuar como
coenzimas. Este complejo vitamínico favorece el metabolismo y aprovechamiento del triptófano.
Además, juega un papel importante en la absorción de calcio y participa en el crecimiento y
maduración celular.
 Ácidos húmicos. Tienen acción quelatante de nutrientes minerales para facilitar su absorción. Otra de
las funciones dentro del suelo y que permiten el crecimiento radical es la mejora de la estructura del
suelo, incrementando simultáneamente su capacidad para retener agua y nutrientes.

La tendencia actual de los bioestimulantes comerciales es hacer mezclas de estos ingredientes junto con
nutrientes minerales, compuestos orgánicos y microorganismos para favorecer el adecuado desarrollo y
productividad del cultivo, pero a la vez mantener y de ser posible recuperar suelos degradados.

Fuentes consultadas
Navarro, G. M. 2015. Bioestimulación del Proceso de Enraizamiento. Curso de Bioestimulación
Estratégica de Cultivos Hortícolas 2015. Intagri. Gto., México.

Navarro, G. M. s.f. Enraizamiento, Absorción y Traslocación de Nutrimentos en Cultivos Hortícolas.


Valagro. 37 p.

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