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MÓDULO IV

LAS PENAS EN LOS DELITOS SEXUALES

DE ACUERDO A LA NUEVA LEY 30838

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Contenido

INTRODUCCION ................................................................................................................................ 3

CAPITULO I: ....................................................................................................................................... 4

LA POLÍTICA CRIMINAL EN LOS DELITOS SEXUALES ......................................................... 4

1.- TERMINOLOGÍAS EN EL ÁMBITO SEXUAL Y LA LIBERTAD. ......................................... 4

2.- LA INDEMNIDAD SEXUAL COMO BIEN JURÍDICO. ....................................................... 5

3.- SUPUESTOS DE CRIMINALIAD DEL DELITO DE VIOLACIÓN DE LA LIBERTAD

SEXUAL ........................................................................................................................................... 9

4.- -CONCEPTOS DEL MALTRATO INFANTIL Y EL ABUSO SEXUAL. ........................... 14

5.- CONSECUENCIAS DE LOS ABUSOS SEXUALES PARA LOS NIÑOS. ..................... 27

Recomendaciones ........................................................................................................................ 30

TITULO II ....................................................................................................................................... 33

IMPRESCRIPTIBILIDAD DE DELITOS SEXUALES .............................................................. 33

2.- ACUERDO PLENARIO 1-2011/CJ-116: APRECIACIÓN DE LA PRUEBA EN

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL .......................................................................... 42

4.- CADENA PERPETUA EN EL PERU COMO PRODUCTO DEL DERECHO PENAL

DE EMERGENCIA ....................................................................................................................... 74

5.- CADENA PERPETUA, SUS IMPLICANCIAS CON LOS FINES DE LA PENA............ 85

BIBLIOGRAFÍA: ............................................................................................................................ 99

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INTRODUCCION

En nuestro país y en el mundo entero se vienen cometiendo estas atrocidades que a

millones de personas les produce horror este tipo de abuso, nuestra provincia de Chincha

Alta, donde se conjugan habitantes en estado de pobreza y extrema pobreza; desde los

barrios hasta los asentamientos humanos, que no cuentan con ninguna comodidad, no

tienen viviendas adecuadas en este panorama, desde el nivel más alto al nivel más bajo

donde se desarrolla la actividad humana en todos los campos; y es allí donde prima la

delincuencia, y específicamente los actos de Violación Sexual de menores de edad, esto

es un problema social que nos asecha a todo el mundo en especial aquellos inocentes

que no cuenta con fuerza física ni mental, que con fuerza física, engaños están expuestos

a este acto espantoso y para ello necesitamos los aportes de personas especializadas

para ver y resolver los casos del ilícito penal como lo es la violación sexual en menores de

edad, es por ello se requiere la aportación tanto del gobierno, de personas especializadas,

de la población, para poder acabar con aquellos que suelen cometer tipos de atrocidades,

entre ello cuando tratan de vulnerar la dignidad, el cuerpo y la salud de menores de edad a

través de engaño, se requiere saber o estar prevenidos para acabar con el mal que asecha

a todos, especialmente en niños.

La importancia del tema en la sociedad, y las instituciones que protegen al menor

agraviado, en nuestro país, incluyendo provincias y dentro de ello en chincha alta, Los

menores de edad frente las violaciones sexuales, se encuentran protegidos por el Estado,

a través de Instituciones Públicas como es el Ministerio Público, el Poder Judicial, la Policía

Nacional; así como de Instituciones Privadas, como con las ONG.

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CAPITULO I:

LA POLÍTICA CRIMINAL EN LOS DELITOS SEXUALES

1.- TERMINOLOGÍAS EN EL ÁMBITO SEXUAL Y LA LIBERTAD.

Según la Sexóloga, Dr. Nanci Alvares, distingue entre libertad de querer o de voluntad

(libertad positiva), y libertad de obrar (libertad negativa). La libertad que querer o voluntad,

es autodeterminación, la misma que no es otra cosa que la situación en la que un sujeto

tiene la posibilidad de orientar su voluntad hacia un objetivo, de tomar decisiones sin verse

determinado por la voluntad de otros. La libertad de obrar, supone realizar u omitir el

comportamiento que se tiene voluntad de efectuar o de omitir, sin que un tercero no

autorizado interfiera en dicha realización u omisión.

El Sicólogo Juan Lamur, dice que los delitos de la libertad sexual tienen dos aspectos:

a) lo positivo, significa libre disposición de las propias capacidades y potencialidades

sexuales, tanto en su comportamiento particular como en su comportamiento social; y,

b) lo negativo, se mira en un sentido defensivo y remite al derecho de toda persona a no

verse involucrada sin su consentimiento en un contexto sexual.

El Dr. José A. Corominas, dice que la libertad sexual debe entenderse de dos maneras:

como libre disposición del propio cuerpo, sin más limitaciones que el respeto a la libertad

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ajena; y como facultad de repeler .agresiones sexuales de terceros. Este dice que la

libertad sexual debe entenderse como:

a. Sentido positivo-dinámico de la libertad sexual, se concreta en la capacidad de la

persona de disponer libremente de su cuerpo para efectos sexuales.

b. Sentido negativo – pasivo, se concreta en capacidad de la persona de negarse a

ejecutar o tolerar actos sexuales en los que no desea intervenir. Esta división se hace con

fines pedagógicos, ya que la libertad sexual en su vertiente positiva como negativa no se

oponen entre sí, ambos constituyen un complemento que refleja distintos aspectos de un

mismo bien jurídico.

Debemos señalar que la libertad sexual es la facultad de la persona para autodeterminarse

en el ámbito de su sexualidad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad ajena,

facultad que se expande hasta utilizar el propio cuerpo a voluntad, seguir en cada

momento una u otra tendencia sexual, hacer y aceptar las propuestas que se prefieran, así

como rechazar las no deseadas.

2.- LA INDEMNIDAD SEXUAL COMO BIEN JURÍDICO.

El bien jurídico protegido estaría definido por los conceptos de indemnidad o intangibilidad

sexuales, que procede de la doctrina italiana y reconocida por la doctrina española a

finales de los años setenta.

Según, Bramont Arias y García Cantizano, manifiestan que hay comportamientos dentro

de los delitos sexuales en los que no puede afirmarse que se proteja la libertad sexual, en

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la medida que la víctima carece de esa libertad. Se busca proteger la indemnidad o

intangibilidad sexual, o sea la seguridad o desarrollo física o psíquico normal de las

personas.

Según, Caro Coria, indemnidad o intangibilidad sexual, son las condiciones físicas y

psíquicas para el ejercicio sexual en libertad, las que puede alcanzar el menor de edad,

recuperar quien este afectado por una situación de incapacidad transitoria, o como ocurre

con los retardados mentales, nunca lo obtendrían.

Según, Muñoz Conde, habla de protección de menores e incapacidad orientada a evitar

ciertas influencias que, inciden de manera negativa en el desarrollo futuro de su

personalidad En caso de los menores sean adultos puedan decidir su libertad sexual y en

caso de los incapaces, para evitar que sean utilizados como objeto sexual por terceras

personas que abusan de su situación.

La indemnidad o intangibilidad sexual es el verdadero bien jurídico que se tutela con las

conductas delictivas previstas en los tipos penales. Se relaciona con la necesidad de

proteger y garantizar el desarrollo normal del ámbito sexual de quienes no han logrado

madurez suficiente, como es el caso de los menores y los incapacitados, por tanto el

Estado debe proteger la sexualidad de las personas que por sí solas no puede defenderlo

al no tener la capacidad suficiente para valorar realmente una conducta sexual.

La indemnidad sexual, se relaciona directamente con la necesidad de proteger y garantizar

el desarrollo normal en el ámbito sexual de quienes aún no han alcanzado el grado de

madurez suficiente para ello, como es el caso de los menores; asimismo de quienes por

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anomalías psíquicas, carecen de plena capacidad para llegar a tomar conciencia de lo que

significa una relación sexual.

La violación entendida como acceso carnal ha sido contemplada por las legislaciones

antiguas:

En Roma se castigaba con la pena de muerte a quienes ejercían violencia sobre personas

casadas o solteras.

En el Código de Hammurabi de los babilónicos y caldeos se sancionaba de una manera

enérgica, la agraviada, la sociedad y todos los dioses eran las víctimas. La sanción que se

aplicaba al violador era pena de muerte mediante ahorcamiento en público.

El derecho Hebreo tenía penas más drásticas, se sancionaba con la pena de muerte al

violador, así como a los familiares más cercanos.

El derecho Canónico también sancionaba este delito con pena de muerte, pero tenía como

requisito que la víctima sea virgen y ser desflorada y ésta no reunía esas características no

se consideraba como tal, sancionándose con penas más leves.

En la época de la Colonia la cifra negra de la criminalidad aumenta debido al abuso y

flagelo de los cuales eran víctimas nuestras indígenas.

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Miguel Noguera, define como "el acto sexual o análogo practicado contra la voluntad de

una persona que inclusive puede ser su cónyuge o conviviente, mediante la utilización de

violencia física o grave amenaza que venza su resistencia.

Tiegui, la violación puede conceptuarse como el acceso carnal obtenido o procurado

mediante violencia o sin consentimiento de la víctima.

Pedro Bodanelly, define como acto carnal con persona de uno u otro sexo, ejecutado sin

su consentimiento o en contra de su voluntad mediante violencia real o física, como por

amenaza grave o intimidación presunta.

Maggiore Giuseppe, consiste en obligar a alguno a la unión carnal por medio de la

violencia o amenaza.

Sin embargo, de estas definiciones podemos ver que el concepto de Noguera Ramos, es el

más completo al reunir todos los presupuestos que debería cumplir la violación sexual.

Según el actus reus del crimen de violación bajo el derecho internacional está constituido

por la penetración sexual sin el consentimiento de la víctima, aunque sea leve, de la vagina

o el ano o cualquier objeto utilizado, o la boca de la víctima por el pene del perpetrador.

Este concepto es clave para muchas legislaciones latinoamericanas donde todavía la

violación se define como "acceso carnal", reduciéndose a la penetración con un órgano

sexual masculino. La violación requiere que el autor haya invadido el cuerpo de una

persona mediante una conducta que haya ocasionado la penetración, de cualquier parte

del cuerpo de la víctima o del autor con un órgano sexual o del orificio anal o vaginal de la

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víctima con un objeto u otra parte del cuerpo. El concepto de invasión se utiliza en sentido

amplio para que sea neutro respecto al sexo de la víctima.

Además requiere que la invasión haya tenido lugar por la fuerza, o mediante la amenaza

de la fuerza o mediante coacción, como la causada por el temor a la violencia, la

intimidación, la detención, la opresión psicológica o el abuso de poder, contra esa u otra

persona o aprovechando un entorno de coacción, o se haya realizado contra una persona

incapaz de dar su consentimiento genuino. Se entiende que una persona es incapaz de dar

su consentimiento genuino si adolece de incapacidad natural, inducida o debida a su edad.

El delito sexual denominado por la doctrina como Violación sexual, pero la forma como se

ha ampliado su contenido y formas de comisión, entonces se ha extendido y se denomina

delito de acceso carnal sexual.

3.- SUPUESTOS DE CRIMINALIAD DEL DELITO DE VIOLACIÓN DE LA

LIBERTAD SEXUAL

En el delito de violación sexual se presentan dos supuestos:

 El empleo de violencia o la grave amenaza.

La violencia, es el empleo de la fuerza física que se dirige sobre el cuerpo o la voluntad del

sujeto pasivo obligando a mantener relaciones sexuales. La violencia o fuerza física para

ser típica debe coaptar, restringir o reducir el ámbito de autodeterminación del sujeto

pasivo, a consentir contra su voluntad el acto sexual u otro análogo. La violencia debe ser

directa o inmediata en el sentido de proximidad entre ésta y la realización del acto sexual.

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La violencia debe dirigirse directamente sobre la persona de la víctima a modo de fuerza

física que obligue a practicar las relaciones sexuales.

Es decir, tiene que existir resistencia consciente de la víctima y su vencimiento por el autor.

La grave amenaza, consiste en la conminación de palabra o de obra de causar un daño

ilícito, inminente, posible y verosímil a la víctima y que le infunde temor y miedo. La

amenaza no requiere ser absoluta ni irresistible, es suficiente que sea idónea y doblegue la

voluntad de la víctima. Debe tratarse de una coacción externa y sumamente grave. Se

requiere que la amenaza inminente, seria y desprovista de indicios de broma o burla.

 La práctica de un acto sexual u otro análogo, se refiere a la penetración por

conducto vaginal, anal o bucal, asimismo la introducción de objetos o de instrumentos

en la vagina o ano de la mujer. la introducción por vía bucal ahora constituye acceso

carnal, aunque carece de glándulas de evolución y proyección erógenas, y al tener

contacto con el órgano masculino no cumple una función sexual semejante a la de la

vagina. Sobre el acto sexual o coito oral, resulta problemático, ya que el primero

supone daño físico, manifestado en el coito vaginal, produciéndose la desfloración.

Algunos Doctrinarios, señalan que el coito bucal equipara el acceso carnal a la

penetración bucal o anal. Es decir, se considera la violación sexual solamente la

penetración vía vaginal o vía anal, en tanto el coito bucal, es una forma de

masturbación, no constituye violencia carnal, sino un acto libidinoso.

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La violación Sexual constituye una agresión sexual toda acción sexual cometida con

violencia, constreñimiento, amenaza, sorpresa, engaño*. Es decir, que Constituye una

violación todo acto de penetración sexual, de cualquier naturaleza que sea, cometido

contra una persona mediante violencia, constreñimiento, amenaza o sorpresa.

Promulgarán.

La violación será castigada con la pena de diez a quince años de reclusión mayor y multa

de cien mil a doscientos mil pesos. Sin embargo, la violación será castigada con reclusión

mayor de diez a veinte años y multa de cien mil a doscientos mil pesos cuando haya sido

cometida en perjuicio de una persona particularmente vulnerable en razón de su estado de

gravidez, invalidez o de una discapacidad física o mental.

Con igual pena se sancionará a la persona que incurra en una actividad sexual no

consentida en una relación de pareja, en cualquiera de los casos siguientes: a) Mediante el

empleo de fuerza, violencia, intimidación o amenaza; b) Si se ha anulado sin su

consentimiento su capacidad de resistencia por cualesquier medio; c) Cuando por

enfermedad o incapacidad mental, temporal o permanente, la persona víctima estuviere

imposibilitada para comprender la naturaleza del acto en el momento de su realización; d)

Cuando se obligare o indujere con violencia física o sicológica a su pareja a participar o

involucrarse en una relación sexual no deseada con terceras personas.

Constituye incesto todo acto de naturaleza sexual realizado por un adulto mediante

engaño, violencia, amenaza, sorpresa o constreñimiento en la persona de un niño, niña o

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adolescente con el cual estuviere ligado por lazos de parentesco natural, legítimo o

adoptivo hasta el cuarto grado o por lazos de afinidad hasta el tercer grado. La infracción

definida se castiga con el máximo de la reclusión menor, sin que se pueda acogerse a

favor de los prevenidos de ella circunstancias atenuantes. La tentativa de la infracción se

castiga como el hecho consumado.

Toda agresión sexual que no constituye una violación, se castiga con prisión de cinco años

y multa de cincuenta mil pesos. Sin embargo, la agresión sexual definida en el párrafo

anterior se castiga con reclusión mayor de diez años y multa de cien mil pesos, cuando es

cometida o intentada contra una persona particularmente vulnerable en razón de: a) una

enfermedad, una discapacidad, una deficiencia física o estado de gravidez; b) con

amenaza de uso de arma; c) por un ascendiente legítimo, natural o adoptivo de la víctima;

d) por una persona que tiene autoridad sobre ella; e) por dos o más autores o cómplices; f)

por una persona que ha abusado de la autoridad que le confieren sus funciones; g) cuando

ha ocasionado heridas o lesiones.

En los actos contra el pudor.- Es todo tocamiento lúbrico somático que ha de recaer

sobre el sujeto pasivo con el fin de satisfacer el apetito sexual del sujeto activo. Pueden

ser: palpaciones, tocamientos, manoseos de las partes del cuerpo.

Pero, Constituye acoso sexual toda orden, amenaza, constreñimiento u ofrecimiento

destinado a obtener favores de naturaleza sexual, realizado por una persona (Hombre o

mujer) que abusa de la autoridad que le confieren sus funciones.

 El acoso sexual se castiga con un año de prisión y multa de cinco mil a diez mil

pesos.

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 El acoso sexual en los lugares de trabajo da lugar a dimisión justificada de

conformidad con las previsiones de los artículos 96 y siguientes del Código de

Trabajo, sin perjuicio de otras acciones que pueda intentar la víctima.

Artículo 334.-Será considerado proxeneta aquél o aquélla:

 1ro. Que de cualquier manera ayuda, asista o encubra personas, hombres o

mujeres con miras a la prostitución o al reclutamiento de personas con miras a la

explotación sexual;

 2do. El o la que del ejercicio de esa práctica reciba beneficios de la prostitución;

 3ro. El que relacionado con la prostitución no pueda justificar los recursos

correspondiente a su tren de vida;

 4to. El o la que consienta a la prostitución de su pareja y obtenga beneficios de ello;

 5to. Que contrata, entrena o mantiene, aun con su consentimiento, una persona,

hombre o mujer, aún mayor de edad, con miras a la prostitución, o al desenfreno y

relajación de las costumbres;

 6to. Que hace oficio de intermediario, a cualquier título, entre las personas

(hombres o mujeres) que se dedican a la prostitución o al relajamiento de las

costumbres o los individuos que explotan o remuneran la prostitución y el

relajamiento de las costumbres de otro;

 7mo. Que por amenazas, presión o maniobras, o por cualquier medio, perturba la

acción de prevención, asistencia o reeducación emprendida por los organismos

calificados a favor de las personas (hombres o mujeres) que se dedican a la

prostitución o está en riesgo de prostitución.

El proxenetismo se castiga con prisión de seis meses a tres años y multa de

cincuenta mil a quinientos mil pesos. Mientras que la tentativa de las infracciones

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previstas en el presente artículo se castigará con la misma pena que el hecho

consumado.

4.- -CONCEPTOS DEL MALTRATO INFANTIL Y EL ABUSO SEXUAL.

El niño maltratado es aquel que es víctima, de parte de sus padres, otros adultos de la

familia o cuidadores, de violencia física, psicológica, negligencia (ausencia injustificada de

cuidados) o abuso sexual, que puede tener consecuencias graves en su salud y en su

desarrollo físico y psicológico.

El maltrato se define como toda forma de violencia, perjuicio o abuso físico o mental,

descuido o trato negligente, malos tratos o explotación incluido el abuso sexual cuando el

niño está bajo la custodia de padres, tutores o de cualquier otra persona que lo tenga a su

cargo. Todo maltrato que afecte la salud física o psíquica de que, aun siendo mayor de

edad, tenga respecto del ofensor la calidad de ascendiente, cónyuge o conviviente, o

siendo menor de edad o discapacitado, tenga a su respecto la calidad descendiente,

adoptado, pupilo, colateral, consanguíneo, hasta el 4° grado inclusive, o este bajo el

cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar que vive bajo el

mismo techo.

La violencia intrafamiliar y el maltrato constituyen una forma de abuso de poder ejercido

en el contexto de las relaciones de dependencia que se dan en la familia.

Activo Pasivo

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Físico Abuso físico abandono físico

Abuso sexual (negligencia)

Emocional Maltrato emocional. abandono emocional

Cualquier definición debe entenderse en el contexto de la cultura y la legislación de

determinada sociedad, que establece los límites de lo que considera permitido o

sancionado, en relación a los derechos de los niños y de sus padres o cuidadores. Tanto

la investigación acerca de los daños en la salud que provoca el maltrato, como la

jurisprudencia al respecto, coinciden en que la gravedad de las lesiones está

estrechamente asociada a los vínculos existentes entre agresor y agredido, y con las

circunstancias en que se produce la agresión. Aunque las lesiones sean leves, de acuerdo

a criterios médicos - legales, en maltrato intrafamiliar, debe considerarse como agravante

el hecho que el agresor sea un adulto, más aún un pariente, con características físicas o

de autoridad que minimizan la capacidad del niño de resistir o repeler la agresión.

Toda situación de maltrato afecta al niño y a quien lo ejerce, a la familia y a la comunidad.

Existe una fuerte asociación entre haber sido maltratado o abusado cuando niño y crecer

sin intervención o tratamiento, y repetir, de adulto, el abuso o el maltrato. También se

asocia a suicidio y conducta antisocial. Al detectarlo más pronto, intervenir y tratar a un

niño que ha sufrido abuso o maltrato, mejor son las posibilidades de recuperación.

Ninguna sociedad está libre de maltrato.

Estudios señalan que el maltrato físico es más frecuente o más fácilmente reconocible en

medios socialmente desfavorecidos; y el maltrato psicológico, en medios con mayores

recursos. Actualmente existe cada vez más conciencia sobre el maltrato como un problema
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de salud, pero no todas las situaciones son reconocidas, ni todos los casos reconocidos

son registrados. Ello dificulta un diagnóstico epidemiológico más preciso. Dentro del

maltrato infantil hay que diferenciar entre: Maltrato infantil ligado a la crianza y Maltrato

infantil premeditado. El primero es el maltrato dado al niño con el fin de corregir problemas

conductuales, solucionar problemas de rendimiento y otros; el segundo es maltrato

malintencionado, ocasionado por adultos conscientes del daño que le hacen al niño y que

disfrutan con él. Dentro de esta última categoría se ubica el abuso sexual infantil.

El Abuso Sexual: Se define como: cualquier clase de contacto sexual con una persona

menor de 18 años por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad sobre el

niño. El niño puede ser utilizado para la realización de actos sexuales o como objeto de

estimulación sexual. Se podría expresar en cuatro tipos de categorías:

- Incesto: si el contacto físico sexual se realiza por parte de una persona de

consanguinidad lineal o por un hermano, tío o sobrino. También se incluye el caso en que

el adulto está cubriendo de manera estable el papel de los padres

- Violación: Cuando la persona adulta es otra cualquiera no señalada en el apartado

anterior.

- Vejación sexual: Cuando el contacto sexual se realiza por el tocamiento intencionado de

zonas erógenas del niño o para forzar, alentar o permitir que éste lo haga en las mismas

zonas del adulto.

- Abuso sexual sin contacto físico: se incluirán los casos de seducción verbal explícita

de un niño, la exposición de los órganos sexuales con le objeto de obtener gratificación o

excitación sexual con ello, y la automasturbación en presencia del niño con el objeto de

buscar gratificación sexual.

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Se considera como abuso a toda participación de un niño o adolescente en actividades

sexuales que no está en condiciones de comprender, que son inapropiadas para su edad y

para su desarrollo psicosexual, forzada, con violencia o seducción o que transgrede los

tabúes sociales. El termino abuso sexual designa el uso abusivo e injusto de la sexualidad.

Refleja la idea de que no existe relación sexual apropiada entre un niño y un adulto,

atribuyendo la responsabilidad de este tipo de acto exclusivamente al adulto. El acto

sexual no sólo se reduce al aspecto genital, recoge todo acto o gesto por el cual un adulto

obtiene gratificación sexual.

Según la definición de la OMS (1986), la explotación sexual de un niño implica que

éste es "víctima de un adulto, o de una persona evidentemente mayor que él, con fines de

satisfacción sexual. El delito puede tomar diversas formas: llamadas telefónicas obscenas,

ultraje a pudor, voyeurismo, violación, incesto, prostitución de menores". Por su parte,

C.H.Kempe, fundador de la Sociedad Internacional para la Prevención de los Niños

Abusados y Maltratados, (1978) define el abuso sexual como: "La implicación de un niño o

de un adolescente menor en actividades sexuales ejercidas por los adultos y que buscan

principalmente la satisfacción de éstos, siendo los menores de edad inmaduros y

dependientes y por tanto incapaces de comprender el sentido radical de estas actividades

ni por tanto de dar su consentimiento real. Estas actividades son inapropiadas a su edad y

a su nivel de desarrollo psicosexual y son impuestas bajo presión, por la violencia o la

seducción, y transgreden tabúes sociales en lo que concierne a los roles familiares".

Todo abuso sexual, aunque sea sin violencia física, es forma de maltrato psicológico, que

tiene alta probabilidad de producir daños en el desarrollo y salud mental del niño/a, los que

pueden expresarse en edades posteriores y ser de difícil tratamiento.

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5.- LAS DIFERENTES ETAPAS DE LA INTERVENCIÓN.

Los actos incestuosos se desarrollan en el interior de la intimidad familiar,

protegidos por el secreto y la ley del silencio. Durante este período, podemos decir que

el sistema familiar se encuentra en equilibrio y que el incesto es parte de las modalidades

homeostáticas que los miembros de la familia utilizan para mantener su cohesión y sus

sentimientos de pertenencia. Es posible distinguir tres componentes en este período:

A) La fase de seducción. En este período, el abusador manipula la dependencia y la

confianza de su hija, incitándola a participar en los actos abusivos que él presenta

como un juego o como comportamientos normales entre padres e hijas. El

abusador prepara el terreno tomando precauciones para no ser descubierto y elige

el momento y el lugar en que comenzará a abusar de su hija. Muchos de estos

padres abusadores eligen una zona de sus casas para abusar de sus hijas sin

correr el peligro de ser descubiertos, por ejemplo pueden habilitar la bodega de la

casa o pueden hacerlo en la habitación de la niña cuando el resto de la familia

duerme.

Un momento singular elegido por varios abusadores corresponde al período en que su

esposa ingresa en la maternidad para dar a luz un nuevo hijo. La partida de la esposa a la

maternidad ofrece al marido una buena oportunidad para quedarse a solas con su hija y al

mismo tiempo la relación incestuosa con la hija compensa el sentimiento de pérdida y

abandono provocado por el nacimiento.

B) La fase de interacción sexual abusiva. En primer lugar es importante señalar que

los gestos sexuales incestuosos, lejos de ser aislados y únicos, corresponden a una

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diversidad de gestos que se suceden en el tiempo. Así un padre abusador no viola

directamente a su víctima como se suele pensar. El coito propiamente dicho se

produce en un momento bastante avanzado de la interacción sexual abusiva.

Frecuentemente el abusador comienza con gestos de exhibicionismo, paseándose

semidesnudo delante de su víctima o por ejemplo dejando al descubierto sus

órganos sexuales mientras ve la televisión sentado al lado de su hija. En otros

casos, invita a su hija a entrar al cuarto de baño mientras se ducha, etc. Luego a

estos comportamientos se agregan otros gestos voyeuristas en donde él solicita a

su hija que le muestre sus órganos genitales, para seguir con manoseos de las

zonas genitales de su víctima y obligarla a manosear sus genitales, etc.

El proceso continuará con otros gestos como actos masturbatorios en presencia del niño

(a), o el abusador obligará a la víctima a masturbarle. En etapas más tardías, el sujeto viola

a su víctima, comenzando a menudo por la felación siguiendo con la penetración digital del

no y/ o vagina, y por lo que se denomina penetración seca, que consiste en frotar el pene

en la zona anal y/o vaginal de la víctima hasta eyacular.

La penetración genital o coito se da en una fase avanzada de este proceso y es con mayor

frecuencia anal que vaginal. El hecho de que para muchos médicos, pediatras u otros

profesionales de la infancia estos gestos se sitúen en el registro de lo impensable, explica

también su dificultad para poder detectar precozmente este tipo de situaciones dejando a

los niños sin ninguna posibilidad de protección. El adulto que no ha conocido en su

experiencia personal situaciones semejantes, que en su práctica profesional no ha debido

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afrontar este tipo de tragedias o que no ha recibido la formación necesaria, tiene una gran

dificultad para enunciar la hipótesis diagnóstica de abusos sexuales.

C) La imposición del secreto y la ley del silencio. Este momento empieza caso a la

vez que las que las interacciones sexuales. En las mayorías de los casos, el

abusador sabe que está transgrediendo la ley; por lo tanto; se protege como todos

los delincuentes para no ser descubierto. Al mismo tiempo, estos gestos abusivos

le son necesarios como solución a otros problemas, por lo que hará todo lo que

pueda para continuar sin ser sorprendido. Su alternativa es imponer la ley del

silencio.

Para esto todas las fórmulas son posibles, desde la amenaza, la mentira, la

culpabilización hasta el chantaje y la manipulación psicológica. El abusador

convence a su víctima del peligro que existe para ella, para él y para su familia si se

divulga lo que pasa entre ellos. El niño (a) termina por aceptar esta situación y se

adaptan a ella para sobrevivir. Entran en la dinámica del chantaje con lo que

obtienen favores, regalos y privilegios del abusador. Esto cierra el círculo infernal,

en la medida que estas respuestas adaptativas permiten la desculpabilización del

abusador y, al contrario, aumentan la culpabilidad y vergüenza del niño.

Se ha logrado observar, que cuando la víctima, sobre todo si se trata de un

adolescente, logra mantener la distancia con su padre abusador, una parte de su

personalidad será traumatizada, pero su dignidad se mantendrá intacta. Esto

corresponde a los casos donde gracias a la comprensión de la situación y su valor,

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los niños pudieron, en todo momento sentirse víctimas violadas por sus padres u

otro familiar, o cuando el violador era, además violento y sádico.

En esta situación, las víctimas pueden a través de la rabia que sienten contra su

agresor, guardar la distancia necesaria para entregar su propio cuerpo, pero al

mismo tiempo proteger y mantener intacta su subjetividad. Los casos más

dramáticos se producen cuando la víctima es aspirada por el abusador, perdiendo

toda capacidad de experiencias como una víctima de abuso. En estos casos es

frecuente que la víctima experimente placer en la relación, lo que producirá

consecuencias catastróficas en su vida adulta.

La divulgación: la crisis para la familia y los sistemas de intervención. Este período

corresponde a la desestabilización del sistema familiar como resultado de la divulgación de

los hechos abusivos por parte de la víctima. Es el momento de la crisis del sistema familiar,

así como del sistema social que le rodea, incluidos los profesionales. En este segundo

período se pueden distinguir dos fases:

A) La fase de la divulgación propiamente dicha. A pesar de los esfuerzos del

abusador por mantener a su víctima dentro de una celda de silencio, culpabilizacion

y vergüenza, algunas víctimas, desgraciadamente no todas, terminan por divulgar

los hechos incestuosos. En este punto es interesante comprender las

circunstancias y el proceso a través del cual el niño (a) se atreve a romper la ley del

silencio y a divulgar los hechos abusivos, y para ello, es necesario distinguir la

divulgación accidental de la divulgación premeditada. En la primera, los hechos

abusivos son descubiertos accidentalmente por un tercero, por ejemplo, cuando

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alguien entra en la habitación en el momento en que el padre está abusando de su

hija; siendo de esta forma la divulgación un accidente y no la víctima quien

involuntariamente desencadene la crisis familiar divulgando el incesto. En el caso

de una divulgación premeditada, es menester detectar los factores que deciden o

impulsan a la víctima a comunicar su condición rompiendo el secreto.

El elemento que parece determinante es que la niña (o) se atreve a hablar cuando

al situación de le hace insoportable, cuando se siente prisionero de un conflicto de

pertenencia. Para madurar y estructurarse, el niño necesita determinar, en relación

con los demás, los límites de su propio territorio personal; para esto, en

determinados momentos de su desarrollo deberá establecer jerarquías diferentes

entre su cuerpo individual y su pertenencia a su sistema familiar y/ o social. Lo

anteriormente expuesto, permitiría explicar el hecho de que la mayoría de los niños

más pequeños (entre dos y diez años), divulguen la situación abusiva a partir que

los gestos de su familiar abusador les provocan, sobre todo en el caso de la

penetración.

En este caso el niño elige su propio cuerpo denunciando a su abusador sin pensar

en el riesgo de perder su consideración. El niño divulga el abuso para resolver un

problema que en ese momento le parece prioritario: el dolor. En el caso de los

adolescentes, la divulgación se produce con bastante frecuencia alrededor de un

conflicto de autonomía que es el resultado de una crisis de pertenencia entre su

familia y los miembros de su entorno.

La adolescencia plantea a la hija nuevos desafíos y necesidades; el problema de

fondo puede definirse como un conflicto entre su pertenencia familiar o su

pertenencia al grupo de su edad, que simbólicamente representa el desapego a su

22
familia. Esta tensión familia/ entorno social, se expresa en un conflicto creciente con

el abusador, que hace lo posible por mantener a su hija en la familia y bajo su área

de influencia. En medio de este conflicto la hija puede sentirse por primera vez

atraída por un muchacho de su edad, lo que amplía la tensión entre ella y su padre.

La adolescente puede entonces, divulgar su secreto buscando una solución inmediata a su

conflicto, con la esperanza de obtener más libertad. Por ejemplo, cuando denuncia que su

padre abusa de ella, a menudo quiere también que los abusos terminen, pero lo prioritario

para ella es resolver el conflicto de poder con su padre.

Existen también otros tipos de circunstancias a partir de las cuales es posible la

divulgación. Por ejemplo, cuando la víctima divulga la situación cuando se da cuenta de

que su padre abusa también de una de sus hermanas, o en el momento del nacimiento de

un nuevo hermano en la familia, que enfrenta a la víctima con el miedo de quedar

embarazada de su padre, o en el momento en que su madre por otras razones decide

divorciarse.

B) La fase represiva. Se ha logrado constatar en muchos casos de abuso sexual

intrafamiliar, en algunos miembros de la familia, así como en miembros del entorno

incluyendo a los profesionales, el desencadenamiento de un conjunto de

comportamientos y discursos que tienden a neutralizar los efectos de la divulgación,

que expresan un esfuerzo desesperado de la familia para recuperar su equilibrio,

tratando de eliminar a través de todos los medios a su alcance los efectos

provocados por la denuncia de los hechos incestuosos.

23
C) La descalificación del discurso y de la persona de la víctima, las acusaciones que

tienden a señalar a la víctima como culpable 9º la negación de la evidencia de los

hechos, son sólo algunos de los medios empleados. En esta estrategia se implican

activamente no sólo el abusador, sino también la esposa, los hermanos y hermanas

y, desgraciadamente, policías, jueces, médicos, etc., demasiado comprometidos e

identificados con los adultos de la familia y/o sin la formación necesaria para

manejar la situación. Estas presiones y amenazas explican el hecho de que

muchas víctimas de incesto se retracten posteriormente de lo divulgado.

-El papel de la madre: cómplice o inocente de incesto. Muchas veces cuando se

conoce de un caso de incesto se culpa a la madre por lo ocurrido, sin embargo, la

experiencia clínica muestra que si bien muchas madres subordinan sus necesidades a las

de su marido, muchas también actúan correctamente una vez que se enteran de los

abusos, haciendo todo lo posible por ayudar a la víctima. La dinámica de la madre en las

familias incestuosas se caracteriza por la elección prioritaria, y a veces rígida, que hacen

de su pertenencia al subsistema conyugal. Son principal y prioritariamente, la mujer de sus

maridos y a veces también, su madre. El papel de madre de sus hijos es secundario y

dependiente de este. Varias de estas mujeres son además víctimas de violencia de su

cónyuge.

Esta posición de víctimas es la continuación del proceso de victimización infantil que se

denomina como la "carrera moral del niño maltratado". Habiendo ya vivido experiencias de

abuso sexual, maltrato físico y abuso psicológico, estas mujeres confirman, en su relación

con su cónyuge maltratador, sus sentimientos de impotencia, sumisión, e incompetencia.

24
Paradójicamente, estas mujeres se sienten culpables por no dar a su cónyuge lo que

necesita; por este motivo soportan y justifican también sus agresiones, disculpando a su

hombre. Muchas de estas mujeres además fueron víctimas de abuso durante su infancia.

Generalmente se califica a estas mujeres de irresponsables, frágiles y pasivas, sin

embargo esto sólo corresponde a prejuicios y mitos que conducen a los profesionales a

una desconfianza extrema hacia ellas, reforzando el proceso de cosificación que siempre

han conocido.

Un porcentaje considerable de estas madres se presentan como dominantes, fuertes y

controladoras, pero su historia infantil nos revela antecedentes de abandono y negligencia.

Según la reacción de las madres al momento de la denuncia por abusos hacia sus hijos se

puede distinguir:

La madre de tipo A: Qué corresponde a una esposa que se encontraba en el momento de

la denuncia en el mundo de la violencia impensable. Esta madre no puede ni siquiera

imaginar la posibilidad, de que su cónyuge pudiera hacer algo parecido con sus hijos.

Además estos abusadores se presentan como hombres normales y respetables, buenos

esposos y padres, y a menudo son manipuladores y borran todas las pistas que pudieran

delatarle. Los niños tratan muchas veces de decirle a la madre lo que está pasando, pero a

las madres les resulta extremadamente difícil decodificar las señales, y junto a esto se

suma el hecho de que para ellas el tema es inconcebible. Cuando este tipo de madres

obtiene la prueba irrefutable del incesto, para ella es un verdadero cataclismo. La mujer se

siente culpable y al dolor se suma el apoyo a la víctima aún cuando esta puede ser

ambigua por algunos momentos.

25
-Las madres tipo B: Corresponde a madres que son cómplices indirectas del abuso, aquí

las madres saben lo que pasa, pero prefiere callarse. Se trata de mujeres dependientes del

abusador y/o comparten el mismo sistema de creencias respecto a que los adultos tienen

todos los derechos sobre los niños. Por esto son incapaces de brindarle protección.

Las madres tipo C: Son cómplices directas. Conforman un grupo minoritario y participan

activamente del abuso junto a su cónyuge y en casos extremos pueden ser las verdaderas

instigadoras.

2.3.-La triangulación de las víctimas en las dinámicas conyugales.

Se pueden observar tres dinámicas que permiten la triangulación de la víctima y su abuso

sexual:

1) Padre abusador dominante, esposa sumisa dominada, hija adultificada y

protectora. Estas mujeres aparentemente sumisas le proporcionan al abusador la ilusión

de poder esto refuerza en el hombre la sensación de abandono y los padres se vuelcan a

sus hijas en busca de protección y amor incondicional.

2) Padre abusador sumiso, esposa dominante, hija dominada. Estas mujeres

aparentemente dominantes proporcionan al varón abusador la ilusión de estar protegido,

pero al mismo tiempo un sentimiento de impotencia y de insatisfacción en lo que se refiere

al ejercicio del poder y del control de la relación conyugal. En estas condiciones el

abusador seducirá a una o varias de sus hijas. Al abusar sexualmente de ellas se le

ofrecerá la ilusión de poder y de control que existe en una relación.

3) Padre abusador dominante, esposa dominante, hija abusada y utilizada como

reguladora de la relación. Ambos esposos pelean por el poder en la relación. En esta

26
dinámica simétrica, la hija, víctima potencial de una relación incestuosa, se implica o es

arrastrada a jugar el papel de enlace entre sus padres. De esta forma se ve obligada a

aliarse una vez con el padre otra vez con la madre.

5.- CONSECUENCIAS DE LOS ABUSOS SEXUALES PARA LOS NIÑOS.

Para hablar de ello parece pertinente abordar la familia incestuosamente abusiva como un

sistema o una institución totalitaria, controlando y vigilando la totalidad de las actividades

de sus miembros. El grado de totalitarismo familiar es diferente en cada situación, pero es

pertinente para describir la relación que el abusador impone a su víctima. El agresor ejerce

un control sobre su víctima, a través de la sugestión, de mentiras, chantaje afectivo,

intimidación y/o utilizando la violencia. En el abuso intrafamiliar, la víctima depende de

manera vital de su abusador, está en situación de dependencia extrema, y si es muy joven,

sin distancia afectiva y social que le permita defenderse de su abusador.

En el abuso sexual, las experiencias extremas son el goce sexual, la manipulación de los

lazos afectivos, un discurso culpabilizante, la obligación del silencio y del secreto. Las

consecuencias de ello son la aparición de efectos traumáticos (angustia, miedo) y también

el proceso llamado "alienación sacrificial", que es la adaptación de la niña y niño a la

situación, teniendo en cuenta su dependencia del abusador y el proceso de sumisión y

manipulación que éste le impone. Se ha llamado "proceso de vampirización" a este caso, y

se compara con el proceso de "lavado de cerebro", para lograr la sumisión incondicional de

sujetos rebeldes, sin utilizar violencia física.

27
Los efectos de la traumatización se manifiestan rápidamente una vez comenzado el abuso,

pero la víctima, a pesar del sufrimiento, mantiene una distancia con respecto a su

abusador. Tiene aún el sentimiento de su víctima, aún cuando no le permita hablar de lo

que le sucede. Las manifestaciones que genera la alienación sacrificial son efectos a largo

plazo. Aquí el grado de manipulación afectiva y las prescripciones del abusador hacen

desaparecer la distancia con su víctima, que ya no tiene posibilidad de reconocerse como

tal y cambia la imagen de sí misma, considerándose la "sinvergüenza" o "mala" que ha

inducido la situación. Se instala así el proceso de vampirización.

El carácter traumático del abuso sexual es porque el actuar del adulto se sitúa fuera del

cuadro habitual del niño. Ello altera la percepción y emociones respecto a su entorno, crea

una distorsión de la imagen que tiene de sí mismo, de su visión de mundo y de sus

capacidades afectivas. Las agresiones se dan en el tiempo, por ello hay que distinguir los

signos de la fase inicial de la interacción abusiva, de aquellos que corresponden a la fase

intermedia o de equilibrio, donde la víctima acepta bajo presión la situación como única

posible; y los signos de una tercera fase, la desestabilización, provocada por fluctuaciones

introducidas por la víctima, o cambios en el cuadro familiar, o rebelión activa contra el

abusador, lo que suele conducir a una revelación de los hechos.

Después de un examen exhaustivo sobre Los delitos sexual. Estos delitos de violación

sexual por la ampliación en forma y contenido deben denominarse a nuestro entender

como delitos de acceso carnal. En esta parte, algunos autores solo consideran como tal a

la violación sexual vaginal y anal, más no al bucal, porque consideran que son actos

libidinosos y no corresponde al acceso carnal. Cambiar la terminología que emplea

actualmente nuestro Código Penal referida a las conductas sexuales, por no estar

28
enfocadas teleológicamente y no considerar en su verdadero sentido la motivación que

determina su realización.

Por ello deben ser suprimidas las locuciones "acto sexual" y "acto sexual análogo",

por el concepto amplio de acciones sexuales. Generalmente las personas creen que el

abuso sexual es cometido por adultos desconocidos por el menor, sin embargo, en la

realidad podemos observar que la mayoría de los abusos son realizados por personas

conocidas por la víctima e incluso pueden ser los propios padres del niño quienes sean los

abusadores, esto se daría porque en ciertas condiciones el sistema familiar, cuya finalidad

consiste en asegurar la vida y la socialización de todos sus miembros, funciona de tal

modo que los intereses de los adultos se dan como prioritarios y urgentes en desmedro de

los intereses de los menores.

El abuso sexual recién sale a luz pública, aunque haya estado siempre presente. Y

eso tiene que ver con la falta de huellas que posee. Además, es una de las formas de

violencia que más nos cuesta incorporar. El hecho de que un padre tenga relaciones

sexuales con su hijo o hija es algo que nos cuesta comprender. Nos rompe todo el modelo

de familia, destruye todo lo que pensamos del padre o de la madre, a nivel social.

Afortunadamente, los psicólogos, en la manera en que nos vamos sensibilizando con el

tema, nos preparamos para escucharlo.

El abuso sexual puede distorsionar las futuras relaciones con el niño, con adultos o

pares, llevándolos a representar factores anormales de interacción social.

A la vista queda entonces, el fundamental papel que, como profesionales, jugamos

en este fenómeno, y la responsabilidad de toda la sociedad en reconocer tal flagelo.

Finalmente, queda la satisfacción de haber realizado un trabajo conciso que nos arrojó luz

sobre la base teórica y la aclaración de varios aspectos prácticos relacionado con dicho

tema.

29
Recomendaciones

Al final de la investigación, después de tratar los diferentes tópicos concernientes a

los delitos sexual. Estos están tipificados en nuestros Código Penal y el Código del Menor,

lo cual ha sido reformado ahora último incrementado las penas a quienes infrinjan con éste

bien jurídico, castigando aquellas conductas que tienen por finalidad lograr el acceso o

trato carnal con otra persona sin su consentimiento o viciando éste. A nuestro criterio se

debe tomar en cuenta que no solo Estado sino la colectividad, debe intervenir en la

formación de las personas, brindándoles valores éticos y morales, y una buena educación.

Elevar la pena o aplicar la pena de muerte, no soluciona el problema de la violencia sexual

que día a día va en aumento. Debería estudiarse a fondo el por qué de los hechos u actos

delictivos, y una vez identificados, encontrar las alternativas de solución, aplicar con

reformas, y de esta manera poder informar y explicar, a fin de llegar a una solución integral

del problema y para ello requiere de que las políticas públicas claras con apoyo de las

organizaciones de civiles, iglesia, municipalidades y comunidad en su conjunto.

Es por tanto que:

 En lo económico, lo político, lo social, tenemos que existe hoy en dia:

 Pobreza e incremento de la desigualdad social.

 Caída de la inversión social en aspectos que tienen que ver con la niñez (se

expresa en la todavía alta tasa de mortalidad infantil).

 Deterioro de políticas sociales básicas, que incide en el menosprecio de lo social y

la eliminación de instituciones en ese ámbito.

 Falta de rendición de cuentas desde el Estado hacia la sociedad civil, en lo que se

relaciona con la inversión social: entrega tardía de fondos, incumplimiento del

30
presupuesto asignado para los niños, utilización de recursos sociales para

“proselitismo político”.

 Desprotección por parte del Estado de su población más joven, lo cual se expresa

en la falta de continuidad de programas sociales.

 El Estado no define políticas sociales a mediano y largo plazo. Las políticas

dictadas son de carácter emergente, con sentido de inmediatez y pésima calidad. O

bien, son aisladas, fragmentadas, segmentadas. Son programas ‘parches’ que no

son pensados para el mediano ni el largo plazo ni de manera estructural. Prima el

sentido del ‘asistencialismo’ y como un botín político del gobierno de turno.

 No hay políticas de protección especial (maltrato, explotación sexual y laboral,

tráfico, abandono, refugiados, etc.))y la inversión social en esta área es ínfima: no

hay redes de protección de derechos.

 Deterioro paulatino de la democracia en lo que se refiere al respeto a los derechos

humanos, los de la niñez y adolescencia en particular, y en el ejercicio de los

derechos.

 Resistencias de la cultura ecuatoriana a introducir el concepto de derechos en la

vida cotidiana y eliminar prácticas autoritarias desde el hogar.

 Despreocupación del Estado por implementar mecanismos o formas que

contribuyan a introducir el concepto de derechos en la ciudadanía.

 Negligencia en cuanto a la difusión de los derechos de la niñez y adolescencia. No

se han implementado mecanismos masivos para capacitar al respecto tanto a niños

y niñas como a personas adultas.

 Ausencia del tema de la niñez y adolescencia en la agenda política del Estado:

gobierno nacional y gobiernos locales.

31
 El hecho de no haber mejorado sustancialmente la situación de la niñez y

adolescencia se manifiesta en la baja de la calidad de los servicios y en la escasa

cobertura que existe en algunas áreas (protección especial, por ejemplo).

 La institucionalidad, los programas y la inversión son fragmentados, segmentados

con enfoque asistencial y clientelar.

 Deterioro paulatino de la democracia en lo que se refiere al respeto y ejercicio a los

derechos humanos, los de la infancia en particular.

 Educación: Estancamiento y retroceso de indicadores básicos de educación,

reducción de la matrícula, incremento de la deserción, bajas calificaciones de los

estudiantes en logros académicos.

 En lo institucional y jurídico:

 Debilidad y colapso de la institucionalidad orientada a la niñez y adolescencia. Los

Ministerios del área social viven una profunda crisis institucional.

 Incapacidad tanto de las ONG como del Estado para enfrentar temas sensibles

como el tráfico de niños/as, la prostitución infantil, trabajo infantil, la lucha contra la

impunidad. De esta manera faltan a su obligación de preservar los derechos.

Persistencia de la impunidad en caso de violación de derechos relacionados con los

abusos sexuales que cometen maestros en escuelas y colegios y familiares

 Incapacidad del Estado para enfrentar las adopciones ilegales y el trabajo infantil.

Falta de voluntad política al respecto y corrupción en el manejo de las adopciones.

 Incapacidad y resistencia de las instituciones para adecuarse a los cambios

normativos. Hace falta modificar la institucionalidad en función de esos cambios.

32
TITULO II

IMPRESCRIPTIBILIDAD DE DELITOS SEXUALES

1.- AMPARO LEGAL

La Ley 30838, que hace realidad la reforma legal en delitos sexuales más

importante desde 2004, año en que se amplió el tipo penal para que se

considerara violación no solo las penetraciones vaginales, sino cualquier tipo

de introducción de partes del cuerpo u objetos por vía anal o bucal.

Aunque los medios de comunicación destacan como sus principales medidas

el establecimiento de la cadena perpetua para los violadores de menores de

14 años y el aumento de penas para diferentes ilícitos penales de violación

sexual, en mi opinión son doce los aspectos a destacar en una norma

pensada desde las víctimas: sus tiempos de denuncia, su consentimiento, el

valor del daño causado.

Para quienes hemos acompañado casos de violencia sexual ha sido una

frustración histórica que la letra de los delitos de violación y “actos contra el

pudor” (el nombre que tiene hasta hoy el delito de agresiones sexuales que

no implican penetración de algún tipo) siempre haya hecho referencia a la

33
presencia de violencia o grave amenaza como elementos centrales para que

se configuren las conductas penadas.

Esto ha tenido como correlato que, en la práctica, se exija a las víctimas

actos casi heroicos de resistencia que les dejen marcas corporales

apreciables en el examen médico-legal, so argumento de que, de no estar

presentes huellas “visibles” no se considere probada la agresión sexual.

Aunque en 2011 se emitió un acuerdo plenario para valoración de la prueba

en delitos sexuales que indica que el centro del delito no puede ser la

presencia de daños corporales, esto no ha logrado revertir una práctica

jurídica mayoritaria que ha seguido centrando el delito en la evidencia física,

antes que en el testimonio de quienes denuncian y la valoración de las

secuelas psicológicas de la violencia sexual.

Por eso es tan importante que en la reforma aprobada por el Congreso se

especifique que debe considerarse como elemento central de los delitos

sexuales la falta de libre consentimiento, no solo cuando hay violencia o

grave amenaza, sino por cualquier entorno en el que no se pueda decidir

libremente. Esto debería propiciar un cambio sustantivo en el procesamiento

de los delitos sexuales e impactar favorablemente en el acceso a la justicia.

34
Desde hace años se ha priorizado el aumento de penas, pero creando una

amplia brecha entre los delitos sexuales contra menores de 14 años y las

personas mayores de esa edad. Por eso, hasta el día de hoy, violar a una

mujer adolescente o adulta -o a un hombre de esas edades- tiene una pena

básica de prisión de entre 6 y 8 años, mientras que violar a una niña, niño o

adolescente de hasta 14 años de edad tiene pena de entre 35 años de

prisión y cadena perpetua. La infancia tiene derecho a una protección

especial por su especial situación de vulnerabilidad, pero ello no explica la

enorme brecha frente a un delito que es sumamente grave para todas sus

víctimas. Por eso el violador de la encuestadora en el Censo INEI fue

condenado solo a 6 años de prisión[2]. Esto se corrige, por fin.

Además, con la reforma aprobada por el Congreso también se ajustan las

penas de acuerdo con la gravedad de los delitos sexuales, corrigiendo

disparidades entre las diferentes modalidades de violación de mayores de 14

años de edad. Por ejemplo, hoy la sanción para una violación sexual que se

comete luego de haber drogado a la víctima para ponerla en estado de

inconsciencia es de 10 a 15 años de prisión. Es la pena que recibirían los

violadores de la terramoza de la empresa Transportes Palomino[3]. Si la

norma hubiera estado vigente desde mayo, los agresores hubieran recibido,

como mínimo, una pena entre 20 y 26 años de prisión, la que sería agravada

35
hasta en 5 años más por violar a una mujer en un contexto de discriminación

por su condición de tal. En la normativa vigente hoy violar a alguien que está

en incapacidad de resistir tiene mucha más pena que si los agresores la

pusieron en esa incapacidad de resistir, drogándola por ejemplo, lo cual es

un contrasentido que se corrige después de muchos años.

Las víctimas tienen sus propios tiempos de denuncias y Desde agosto de

2017, con la Ley 30650, son imprescriptibles los delitos de corrupción, los

delitos sexuales no pueden no serlo.

Existen muchas razones por las que las víctimas de violencia sexual no

denuncian. Muchas víctimas pasan por un proceso de negación luego de

una agresión sexual; pasa tiempo, que es diferente en cada persona, hasta

que se tiene plena consciencia de haber sido abusado/a y el paso del tiempo

sin imprescriptibilidad juega en contra de las víctimas y su acceso a la

justicia.

Esta situación es más grave cuando se trata de niñas, niños y adolescentes

pues, por ello, carecen de recursos económicos propios y conocimiento de

los mecanismos para denunciar. No en pocas ocasiones las víctimas están

amenazadas por sus abusadores o dependen de ellos, como cuando se trata

de progenitores, cuidadores u otros familiares cercanos; o se trata de

36
personas con una relación de poder como maestros y religiosos. Todo esto

se agrava si se toma en consideración que, socialmente, los relatos de las

niñas, niños y adolescentes no se consideran confiables.

La ley incluye como agravante que se registre por medios audiovisuales el

delito y/o se difunda por medios como las redes sociales. Esta medida es

adecuada para que estos casos no se traten como un concurso de delitos,

sino que los delitos sexuales se sancionen de forma más enérgica porque

registrar la agresión se hace para humillar más a las víctimas, para perpetuar

la agresión.

La ley incluye como agravante de todos los delitos sexuales que haya en el

agresor presencia del alcohol o drogas. Hasta hoy ese factor permite, por el

contrario, la rebaja de la sanción; permite, por la inadecuada aplicación de la

atenuante, la impunidad de personas que se excusan en el consumo de

alcohol o drogas frente a la comisión de estos delitos.

Los documentos del Consejo Nacional de Política Criminal del Ministerio de

Justicia y Derechos Humanos reconocen que uno de los contextos en que se

acontecen delitos es el consumo de alcohol u otras sustancias ilícitas y que

esto aumenta la criminalidad en delitos violentos y patrimoniales

37
La ley dispone que sean los juzgados penales los que se pronuncien sobre

la suspensión y extinción de la patria potestad de los agresores: hoy son las

víctimas las tienen que abrir otro proceso ante los juzgados de familia para

lograr suspender o extinguir la patria potestad de quienes son padres y

agresores. Eso atenta contra la economía procesal y es doblemente

victimizante.

En esta norma se amplía el recorte de beneficios penitenciarios logrado en

julio de 2017 con la Ley 30609: ahora se cubre más delitos sexuales, como

el delito de pornografía infantil o el de contacto a niños y adolescentes para

proposiciones sexuales. En estos casos no procede la redención de pena

por trabajo o estudio, ni la semi-libertad o liberación condicional en los

capítulos IX, X y XI del Título IV del Libro Segundo del Código Penal.

La ley elimina la terminación anticipada y la conclusión anticipada en todos

los delitos sexuales, pues son figuras que, lamentablemente de forma

indebida, se usan hoy para rebajar las sanciones a los agresores.

La Defensoría del Pueblo ha generado evidencia sobre el mal uso de ambas

figuras para rebajar penas a agresores a propósito del delito de feminicidio[6].

38
Después de más de 25 años desde la vigencia del Código Penal, se cambia

la nomenclatura de delitos que se ha usado por años sin nombrar

directamente el eje en la violencia sexual que es central: ya no se hace más

referencia de “actos contra el pudor”, sino a “tocamientos no consentidos”; ya

no hablaremos de “seducción”, sino de violación a adolescentes mediante

engaño.

El lenguaje es muy importante en el entendimiento social de las conductas

sancionables y eso repercute en la respuesta frente a la violencia sexual.

Se limita el “error de comprensión culturalmente condicionado” para que no

se aplique en delitos sexuales contra menores de 14 años, ni contra mayores

de esa edad cuando no haya existido consentimiento, elemento que en

adelante definirá los delitos sexuales.

Para ello se hace referencia a los alcances del Acuerdo Plenario N° 1-

2015/CIJ-116 del IX Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y

Transitoria, emitido en 2016 que establece cuatro criterios aplicables a los

procesos penales donde se debata la comisión de delitos contra la libertad

sexual de menores de edad en los que se invoque el “error de comprensión

culturalmente condicionado”: i) su aplicación restringida, ii) la realización de

una pericia antropológica, iii) la incorporación de medios que corroboren la

39
relevancia de la interculturalidad y iv) la incorporación del enfoque de género

y el interés superior del niño

Se excluye los delitos sexuales de los plazos para que se configure la

reincidencia y habitualidad delictiva. El régimen general es que se considera

reincidencia cuando, después de haber cumplido en todo o en parte una

pena, se comete un nuevo delito en un plazo no mayor de 5 años y la

habitualidad se configura cuando se cometen tres delitos en plazo no mayor

de 5 años.

Desde octubre de 2016, con el Decreto Legislativo N° 1243, la rehabilitación

automática no opera cuando se trate de inhabilitación perpetua impuesta por

la comisión de cualquiera de los delitos contra la Administración Pública.

Ahora se suman a ellos los delitos sexuales previstos en los capítulos IX, X y

XI del Título IV del Libro Segundo, en los que la rehabilitación puede ser

declarada por el órgano jurisdiccional que dictó la condena luego de

transcurridos veinte años.

La reforma aprobada por el Congreso dejó de lado, oportunamente, la

aplicación de la castración química para los violadores de menores de 14

años para quienes se prevé como pena principal la cárcel perpetua. Este fue

un extremo no debatido en la Comisión de Justicia y que fue introducido a

40
última hora sin consideraciones técnicas sobre su efectividad. Era un punto

que debía ser separado de la reforma integral porque amerita un espacio

propio de debate. No debía ser la traba de un proceso mayor y finalmente

así se entendió.

Queda mucho por andar en cada caso concreto que se denuncia ante el

sistema, pero creo que el marco normativo a parte de esta ley será más

acorde a la problemática de la violencia sexual. Si ya se mejoran las normas

¿cuál es el desafío? La justicia. Las penas no se aplican por sí solas,

dependen de operadoras/es del sistema, dependen de la actuación de la

Policía que recibe la mayor parte de las denuncias, de las fiscalías que

deciden si denuncian o no los casos que investigan y de las juezas y jueces

que emiten las condenas. Sin cambios en la administración de justicia las

reformas legales no se harán realidad en la práctica.

Sin enfoque de género al procesar estos casos, probablemente seguiremos

repitiendo la realidad de impunidad que nos indigna. Ese es nuestro

siguiente reto, transformarlo todo.

41
2.- ACUERDO PLENARIO 1-2011/CJ-116: APRECIACIÓN DE LA PRUEBA EN

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL

ACUERDO PLENARIO

I. ANTECEDENTES

1º. Las Salas Penales Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de

Justicia de la República, con la autorización del Presidente del Poder Judicial

mediante Resolución Administrativa Nº 127-2011-P-PJ, y el concurso del

Centro de Investigaciones Judiciales, bajo la coordinación del señor Prado

Saldarriaga, acordaron realizar el VII Pleno Jurisdiccional -que incluyó el

Foro de “Participación Ciudadana”- de los Jueces Supremos de lo Penal, al

amparo de lo dispuesto en el artículo 116º del Texto Único Ordenado de la

Ley Orgánica del Poder Judicial -en adelante, LOPJ-, y dictar Acuerdos

Plenarios para concordar la jurisprudencia penal.

2º. El VII Pleno Jurisdiccional se realizó en tres etapas.

La primera etapa estuvo conformada por dos fases: el foro de aporte de

temas y justificación, y la publicación de temas y presentación de ponencias.

Esta etapa tuvo como finalidad convocar a la comunidad jurídica y a la

sociedad civil del país, a participar e intervenir con sus valiosos aportes en la

42
identificación, análisis y selección de los principales problemas

hermenéuticos y normativos que se detectan en el proceder jurisprudencial

de la judicatura nacional, al aplicar normas penales, procesales y de

ejecución penal en los casos concretos que son de su conocimiento. Para

ello se habilitó el Foro de “Participación Ciudadana” a través del portal de

internet del Poder Judicial, habiendo logrado con ello una amplia

participación de la comunidad jurídica y de diversas instituciones del país a

través de sus respectivas ponencias y justificación. Luego, los Jueces

Supremos discutieron y definieron la agenda -en atención a los aportes

realizadospara lo cual tuvieron en cuenta, además, los diversos problemas y

cuestiones de relevancia jurídica que han venido conociendo en sus

respectivas Salas en el último año. Fue así como se establecieron los diez

temas de agenda así como sus respectivos problemas específicos.

3º. La segunda etapa consistió en el desarrollo de la audiencia pública, que

se llevó a cabo el dos de noviembre. En ella, los representantes de la

comunidad jurídica e instituciones acreditadas, luego de una debida

selección, sustentaron y debatieron sus respectivas ponencias ante el Pleno

de los Jueces Supremos de ambas Salas Penales, interviniendo en el

análisis del tema del presente Acuerdo Plenario, la señora Rocío Villanueva

Flores(Viceministra del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social); la

43
señorita Cynthia Silva Ticllacuri del Estudio para la Defensa de los Derechos

de la Mujer (DEMUS); y el señor Ronald Gamarra Herrera.

4º. La tercera etapa del VII Pleno Jurisdiccional comprendió el proceso de

discusión y formulación de los Acuerdos Plenarios, con la designación de

Jueces Supremos Ponentes para cada uno de los diez temas seleccionados.

Esta fase culminó con la Sesión Plenaria realizada en la fecha, con

participación de todos los Jueces integrantes de las Salas Penales

Permanente y Transitoria (a excepción del doctor Príncipe Trujillo, quien se

encontraba de licencia), con igual derecho de voz y voto. Interviniendo

también en este Acuerdo el señor Presidente del Poder Judicial. Es así como

finalmente se expide el presente Acuerdo Plenario, emitido conforme a lo

dispuesto en el Artículo 116º de la LOPJ, que, faculta a las Salas

Especializadas del Poder Judicial a pronunciar resoluciones vinculantes con

la finalidad de concordar criterios jurisprudenciales de su especialidad.

5º. La deliberación y votación se realizó el día de la fecha. Como resultado

del debate y en virtud de la votación efectuada, por unanimidad, se emitió el

presente Acuerdo Plenario interviniendo como Ponentes las

señoras BARRIOS ALVARADO y VILLA BONILLA, con la participación del

señor SAN MARTÍN CASTRO, Presidente del Poder Judicial.

44
II. FUNDAMENTOS JURÍDICOS

§ 1. Planteamiento de la problemática propuesta

6º. La propuesta del Foro de “Participación Ciudadana” parte de un criterio

estadístico de absoluciones (90%) en casos de denuncias por delitos contra

la Libertad Sexual de mujeres adultas y adolescentes (de 14 a 17 años de

edad), que estima que el motivo de tal conclusión es la forma de valorar la

prueba indiciaria. Asimismo, entiende que algunos sectores de la comunidad

asumen que esta apreciación probatoria está gobernada por estereotipos de

género en los Policías, Fiscales y Jueces. Por último, afirma como ejemplo

de este criterio judicial las Ejecutorias Supremas recaídas en los Recursos

de Nulidad Nº 2929-2001/Lima, Nº 4063-2008/ Apurimac, y Nº 3085-

2004/Cañete.

7º. A modo de propuesta los juristas participantes en el “Foro de

Participación Ciudadana” plantearon como criterios la necesidad de

incorporar en la apreciación de la prueba de delitos sexuales, los siguientes -

que tienen su fuente principal, entre otros, en las Reglas 70º y 71º de las

Reglas de Procedimiento y Prueba de la Corte Penal Internacional-:

A. Que el consentimiento de la víctima no podrá derivar: 1. De ninguna

palabra o conducta de la víctima cuando la fuerza, la amenaza de la fuerza,


45
la coacción o el aprovechamiento de un entorno coercitivo hayan disminuido

su capacidad para dar un consentimiento voluntario y libre; 2. De ninguna

palabra o conducta de la víctima cuando ésta sea incapaz de dar un

consentimiento libre; 3. Del silencio o de la falta de resistencia de la víctima a

la supuesta violencia sexual; 4. Ni dependerá de la credibilidad o la

disponibilidad sexual de la víctima o de un testigo cuando éstas pretendan

fundarse en comportamiento anterior o posterior, de naturaleza sexual de la

víctima o de un testigo.

B. Que no se admitirán pruebas de la conducta sexual anterior o ulterior de la

víctima o de un testigo

C. Que no es causal de absolución la denominada “declaración única” y que

la declaración de la víctima constituye un elemento imprescindible para

castigar conductas sexuales no consentidas.

D. Que no se puede sobrevalorar la pericia médico legal basada en la

pérdida de la virginidad de la víctima y en la acreditación de violencia física.

§ 2. Precisiones en torno al enfoque sugerido

8º. En cuanto a los delitos sexuales, como categoría especial y a partir de

sus propias particularidades, es de rechazar para evaluarlos en sede judicial


46
cualquier prejuicio o estereotipo con base en el género que suponga un

atentado contra la dignidad de la víctima femenina. Este criterio judicial

exige, desde una perspectiva objetiva, que se lleve a cabo una adecuada

apreciación y selección de la prueba a fin de neutralizar la posibilidad de que

se produzca algún defecto que lesione la dignidad humana y sea fuente de

impunidad.

9º. Las “perspectivas de género” -per se- si bien no constituyen un único

criterio de intervención y regulación del Derecho Penal y Procesal Penal, en

los delitos sexuales adquieren una particular relevancia, en atención a la

preocupación y conmoción que el fenómeno de la violencia sexual -que

incide mayormente en mujeres, adolescentes y niños- presenta como

incontenible medio trasgresor de bienes jurídicos relevantes, de amplia

presencia en los casos judiciales -que, por lo demás, registra una elevada

cifra negra-, y que requiere evitar su impunidad y las perturbaciones que se

originan en la configuración de protocolos, manuales, criterios de

investigación, servicios periciales y de impartición de justicia. Al respecto, es

vital asumir lo expuesto por la sentencia Gonzales (Campo Algodonero) de la

Corte Interamericana de Derechos Humanos del 16 de noviembre de 2009

(pár. 502).

47
10º. Ahora bien, como apunta SUSANA GAMBA, la perspectiva de género,

desde un marco teórico, con especial incidencia en la investigación, implica:

A. Reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en

general favorables a los varones [adultos] como grupo social, y

discriminatorias para las mujeres [es de incluir niños y niñas].

B. Que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son

constitutivas de las personas.

C. Que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con

otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual,

etcétera1.

La violencia de género, enraizada en pautas culturales, en razón a un patrón

androcéntrico, común a las diferentes culturas y sociedades, abarca como

postula Naciones Unidas: a) la violencia (física, sexual y psicológica)

producida en la familia, incluyéndose aquí no sólo los malos tratos sino

también la violencia relacionada con la dota, la mutilación genital femenina o

1
GAMBA, Susana: ¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de
género? Artículo publicado en el “Diccionario de estudios de Género y
Feminismo”. Editorial Biblos 2008. http://www.
nodo50.org/mujeresred/spip.php?article1395. Consultado el 6 de noviembre
de 2011]
48
la violencia relacionada con la explotación; b) la violencia (física, sexual y

psicológica) perpetrada dentro de la comunidad en general, incluyéndose

aquí las agresiones sexuales, el acoso o la intimidación sexual en el ámbito

laboral, la trata de mujeres y la prostitución forzada: y, c) la violencia (física,

sexual o psicológica) tolerada por el Estado -la más grave y la más difícil de

solucionar.

§ 3. Aspectos generales sobre los delitos contra la libertad sexual

11º. En el Capítulo IX, del Título IV, del Código Penal se regulan las

conductas sexuales prohibidas de violación, seducción y actos contrarios al

pudor. Este Acuerdo Plenario pondrá especial énfasis al delito de violación

sexual, y dada la naturaleza preferentemente procesal del mismo, incidirá en

la vinculación de los elementos del tipo legal y las exigencias probatorias

correspondientes.

12º. La norma sustantiva distingue los tipos penales de violación sexual con

distinta gravedad en sus consecuencias y tratamiento, en función a si se

protege la libertad sexual – reservada para personas mayores de edad que

al momento de la ejecución de la conducta típica posea sus capacidades

psíquicas en óptimas condiciones, fuera de un estado de inconsciencia y en

posibilidad de resistir la agresión sexual- o la indemnidad sexual -contra

49
personas que no pueden consentir jurídicamente, cuando el sujeto pasivo es

incapaz porque sufre anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o

retardo mental, o por su minoría de edad-.

13º. La conducta básica sanciona a aquél que “con violencia o grave

amenaza obliga a una persona a tener acceso carnal vía vaginal, anal o

bucal o realiza otros actos análogos introduciendo objetos o partes del

cuerpo por alguna de las dos primeras vías…”. Para DONNA “… para que

exista acceso carnal es indispensable, ante todo, que se haya introducido el

miembro viril de una persona en la cavidad orgánica de otra, no interesando

si esta introducción es completa o sólo a medias, bastan con que ella haya

existido real y efectivamente2

La consumación se produce con la penetración, total o parcial, del miembro

viril en la cavidad vaginal, bucal o anal sin que sea necesario ulteriores

resultados, como eyaculaciones, ruptura del himen, lesiones o embarazo.

14º. Se tipifican también diferenciadamente como violación sexual, cuando la

víctima se encuentre en estado alcohólico, drogado o inconsciente (artículo

171º CP), esté incapacitada mentalmente para acceder a participar en lo que

legalmente se define como un acto sexual (artículo 172º del CP), o sea

2
[EDGARDO ALBERTO DONNA: Derecho Penal – Parte Especial I,
Rubinzal-Culzoni Editores, Buenos Aires, 2000, p. 386).
50
menor de edad (artículo 173º CP). Estas circunstancias tornan irrelevantes

los medios típicos antes descritos, esto es, violencia o amenaza. Por vía

jurisprudencial y a través de una interpretación integral del ordenamiento

jurídico, se estimó que el consentimiento de la víctima mayor de catorce

años de edad y menor de dieciocho, opera como una causa de justificación

de la conducta.

15º. El bien jurídico en el Derecho Penal sexual no es una difusa moral

sexual, la honestidad, las buenas costumbres o el honor sexual. Desde una

perspectiva de la protección de bienes jurídicos relevantes, se considera que

el bien tutelado en los atentados contra personas con capacidad de consentir

jurídicamente es la libertad sexual, “…entendida en sentido positivo-dinámico

y en sentido negativo-pasivo; el primero se concreta en la capacidad de la

persona de disponer libremente de su cuerpo para efectos sexuales, el cariz

negativo-pasivo en la capacidad de negarse a ejecutar o tolerar actos

sexuales en los que no desea intervenir”3

Por lo demás, como se sostiene en la sentencia Fernández Ortega y otros de

la Corte Interamericana de Derechos Humanos, del 30 de agosto de 2010,

siguiendo la sentencia Jean Paul Akeyasu de la Tribunal Penal Internacional

3
DINO CARLOS CARO CORIA: Delitos contra la libertad e indemnidad
sexuales, Grijley, Lima. 2000. pp. 68-70].
51
para Ruanda del 2 de septiembre de 1998, la violación sexual persigue,

entre otros, los fines de intimidar, degradar, humillar, castigar o controlar a la

persona que la sufre (párr. 127).

16º. En los atentados contra personas que no pueden consentir

jurídicamente, cuando el sujeto pasivo es incapaz porque sufre anomalía

psíquica, grave alteración de la conciencia o retardo mental, o por su minoría

de edad, lo protegido no es una inexistente libertad de disposición o

abstención sexual sino la llamada “intangibilidad” o “indemnidad sexual”. Se

sanciona la actividad sexual en sí misma, aunque exista tolerancia de la

víctima, lo protegido son las condiciones físicas o psíquicas para el ejercicio

sexual en libertad.

§ 4. Identificación de los problemas objeto de análisis jurisprudencial

17º. Los tópicos que en el presente Acuerdo merecen ser abordados son:

A. Determinar si en materia del delito de violación sexual previsto en el

artículo 170º del Código Penal, constituye una dilucidación probatoria

exclusiva y excluyente al objeto procesal la vinculada a la resistencia o no de

la víctima -alrededor del acto sexual que fue doblegada por el agente-.

52
B. Establecer si en materia de prueba personal, los supuestos de

retractación y no persistencia en las declaraciones ofrecidas por las víctimas

de violación sexual debe necesariamente conllevar a un menoscabo de la

confiabilidad de la sindicación primigenia; y

C. Precisar algunos alcances en el ámbito de la corroboración objetiva:

prohibiciones y autorizaciones.

D. Evitación de una victimización secundaria.

§ 5. Desarrollo del primer tema: irrelevancia de la resistencia de la víctima de

agresión sexual

18º. Atendiendo al bien jurídico protegido en el delito de violación sexual,

esto es, la libre autodeterminación en el ámbito sexual, una buena parte de

la doctrina nacional sostiene que, en estricto, lo que reprime este delito es un

abuso sexual indeseado, no voluntario, no consentido. De ahí que según lo

puntualizan autores como SALINAS SICCHA “…para efectos de

configuración del hecho punible, sólo bastará verificar la voluntad contraria

de la víctima a practicar el acceso carnal sexual (…). La ausencia de

consentimiento, la oposición del sujeto pasivo a la relación sexual buscada

por el agente, se constituye en elemento trascendente del tipo penal (…). En

consecuencia, así no se verifique actos de resistencia de parte del sujeto


53
pasivo, se configura el ilícito penal siempre y cuando se acredite la falta de

consentimiento de la víctima o desacuerdo de aquella con el acto sexual

practicado abusivamente por el agente”[RAMIRO SALINAS SICCHA: Los

Delitos de Carácter Sexual en el Código Penal Peruano, 2da Edición, Jurista

Editores EIRL, 2008, p. 41 y ss.]. Esta falta de exigencia de resistencia de la

víctima como un presupuesto material indispensable para la configuración

del delito de violación sexual, encuentra explicación racional doble: de un

lado, porque el tipo penal comprende la amenaza como medio comisivo del

delito; y, de otro, por la presencia de las circunstancias contextuales

concretas que pueden hacer inútil una resistencia de la víctima.

19º. Respecto a la primera -la amenaza- “…puede darse el caso que la

víctima para evitar males mayores desista de efectuar actos de resistencia al

contexto sexual no querido…”. Esto es, “…coexiste la amenaza que a mayor

resistencia de parte de la víctima, mayor será la descarga de violencia que

sufrirá” [RAMIRO SALINAS SICCHA: Ibidem, p. 42]. Así también, CARO

CORIA ha significado que “…para la tipicidad del art. 170º del Código Penal

es suficiente una amenaza o vis compulsiva que someta la voluntad de la

víctima, en cuyo caso ni siquiera es de exigirse algún grado de resistencia”

[DINO CARLOS CARO CORIA, Ibidem, p. 101].

54
En cuanto a la segunda -circunstancia contextual-, “...el momento de la

fuerza no tiene por qué coincidir con la consumación del hecho, bastando

que se haya aplicado de tal modo que doblegue la voluntad del sujeto

pasivo, quien puede acceder a la cópula al considerar inútil cualquier

resistencia”.

20º. Lo señalado encuentra correspondencia con lo previsto en el

ordenamiento jurídico sobre los factores invalidantes de una expresión de

voluntad. Así, el artículo 215º del Código Civil precisa que “hay intimidación

cuando se inspira al (sujeto afectado) el fundado temor de sufrir un mal

inminente y grave en su persona, su cónyuge, o sus parientes dentro del

cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o en los bienes de

unos y otros”. El artículo 216º del citado Código agrega que “para calificar la

violencia o la intimidación debe atenderse a la edad, al sexo, la condición de

la persona y a las demás circunstancias que puedan influir sobre su

gravedad”.

21º. El proceso penal incorpora pautas probatorias para configurar el delito

de violación sexual. Una de estas es la referida a la correcta determinación

del objeto procesal y lo que es materia a probar. Tal consideración

condiciona el derrotero sobre el cual deberá discurrir la actividad probatoria,

55
pertinente y útil, que permita arribar a la determinación de la autoría del

hecho y a la aplicación de una consecuencia jurídico penal.

El delito se configura con la realización del agente del acto sexual

indeseado, involuntario o no consentido, y que, por ende, no existe forma en

que la resistencia de la víctima se erija en presupuesto material sine qua

non para la configuración de este ilícito penal. En consecuencia, la

constatación de si el agente doblegó o no la resistencia de la víctima de

abuso sexual, en absoluto constituye objeto de dilucidación preponderante

en el proceso, pues existen supuestos como el abuso sexual practicado con

amenaza grave coetánea a la consumación del acto, o se realizan bajo un

contexto objetivamente intimidatorio anterior y contemporáneo a la

consumación del abuso sexual.

De igual modo, se presentan cuando acontecen circunstancias de cautiverio,

en contexto análogo, o dicho abuso es sistemático o continuado. Es decir,

son casos en los cuales la víctima no explicita una resistencia u opta por el

silencio, dada la manifiesta inutilidad de su resistencia para hacer desistir al

agente, o asume tal inacción a fin de evitar un mal mayor para su integridad

física.

56
§ 6. Desarrollo del segundo tema: Declaración de la víctima

22º. La Corte Suprema de Justicia ha tenido la oportunidad de pronunciarse

en relación a dos tópicos vinculados al que es materia del presente Acuerdo

(supuestos de retractación y no persistencia): i) Respecto a la validez de la

declaración de los testigos hecha en la etapa de instrucción -y en la etapa

policial sujeta a las exigencias legales pertinentes- a pesar de que éstos se

retracten en la etapa del juzgamiento (ver Ejecutoria Vinculante emitida en el

R.N. Nº 3044- 2004); y ii) Referente a los criterios de valoración que deben

observarse en los supuestos de las declaraciones de agraviados (testigos

víctimas). -véase Acuerdo Plenario Nº 2-2005/CJ-116-.

23º. Se ha establecido anteriormente –con carácter de precedente vinculante

que- al interior del proceso penal frente a dos o más declaraciones carentes

de uniformidad o persistencia -en cuanto a los hechos incriminados- por

parte de un mismo sujeto procesal: co-imputado, testigo víctima, testigo, es

posible hacer prevalecer como confiable aquella con contenido de

inculpación por sobre las otras de carácter exculpante.

Dicho criterio encuentra particular y especial racionalidad precisamente en

este ámbito de delitos sexuales en los que es común la existencia de una

relación parental, de subordinación o de poder entre agente y víctima.

57
24º. La retracción como obstáculo al juicio de credibilidad se supera en la

medida en que se trate de una víctima de un delito sexual cometido en el

entorno familiar o entorno social próximo. En tanto en cuanto se

verifique (i) la ausencia de incredibilidad subjetiva -que no existan razones de

peso para pensar que prestó su declaración inculpatoria movidos por

razones tales como la exculpación de terceros, la venganza, la obediencia, lo

que obliga a atender a las características propias de la personalidad del

declarante, fundamentalmente a su desarrollo y madurez mental-, y (ii) se

presenten datos objetivos que permitan una mínima corroboración periférica

con datos de otra procedencia -la pluralidad de datos probatorios es una

exigencia de una correcta y segura valoración probatoria, sin perjuicio de

que la versión de la víctima (iii) no sea fantasiosa o increíble y que (iv) sea

coherente- [MERCEDES FERNÁNDEZ LÓPEZ: La valoración de pruebas

personales y el estándar de la duda razonable. En:

http://www.uv.es/CEFD/15/fernandez.pdf. Consultado el 6 de noviembre de

2011]. A los efectos del requisito de (v) uniformidad y firmeza del testimonio

inculpatorio, en los delitos sexuales ha de flexibilizarse razonablemente. Ha

de tenerse en cuenta que la excesiva extensión temporal de las

investigaciones genera espacios evolutivos de sentimientos e ideas tras la

denuncia, pues a la rabia y el desprecio que motivó la confesión de la víctima

se contraponen sentimientos de culpa por denunciar a un familiar, o a una

58
persona estimada. La experiencia dicta que no es infrecuente reproches

contra la víctima por no cumplir con el mandato de mantener unido al grupo

familiar, así como vivencias, en algunos casos, de las dificultades por las que

atraviesa la madre para sostener económicamente a los miembros de la

familia. Todo ello genera una sensación de remordimiento de la víctima por

tales consecuencias, a lo que se suma, en otros casos, la presión ejercida

sobre ésta por la familia y por el abusador, todo lo cual explica una

retractación y, por tanto, una ausencia de uniformidad.

25º. Por tanto, en esta línea la persecución de los delitos sexuales escapa

de la esfera privada. La voluntad familiar no puede impedir o limitar la

intervención penal, pues las consecuencias de estos delitos trascienden

dicho ámbito y su tratamiento es de autonomía pública. Lo propio ocurre si el

agente es también cercano a la víctima por motivos de confianza -vecino-, o

haber tenido una relación de autoridad -padrastro, profesor, instructor,

etcétera-; o también por móvil de temor a represalias en caso de residencia

próxima del agente respecto de la víctima.

26º. La validez de la retractación de la víctima está en función de las resultas

tanto de una evaluación de carácter interna como externa. En cuanto a la

primera, se trata de indagar: a)la solidez o debilidad de la declaración

incriminatoria y la corroboración coetánea -en los términos expuestos- que


59
exista; b) la coherencia interna y exhaustividad del nuevo relato y su

capacidad corroborativa; y, c) la razonabilidad de la justificación de haber

brindado una versión falsa, verificando la proporcionalidad entre el fin

buscado –venganza u odio– y la acción de denunciar falsamente. Respecto

de la perspectiva externa, se ha de examinar: d)los probados contactos que

haya tenido el procesado con la víctima o de su objetiva posibilidad, que

permitan inferir que la víctima ha sido manipulada o influenciada para

cambiar su verdadera versión; y, e) la intensidad de las consecuencias

negativas generadas con la denuncia en el plano económico, afectivo y

familiar. A estos efectos, el propio relato de la víctima se erige en la

herramienta más sólida para advertir estos indicadores, al igual que la

información que puedan proporcionar sus familiares cercanos.

27º. Cabe puntualizar, conforme lo establecido en el literal d) de la Regla 70

de las Reglas de Procedimiento y Prueba de la Corte Penal Internacional, la

credibilidad, la honorabilidad o la disponibilidad sexual de la víctima o de un

testigo no podrán inferirse de la naturaleza sexual del comportamiento

anterior o posterior de la víctima o de un testigo. El juicio de atendibilidad o

credibilidad, por tanto, no puede sustentarse únicamente en la conducta de

la víctima. Con razón ha señalado la Corte Constitucional Colombiana, en su

Sentencia T-453/05, del dos de mayo de 2005: “…de la experiencia sexual

60
anterior de la víctima no es posible inferir el consentimiento a un acto sexual

distinto y ajeno a los contextos y a las relaciones que en ella pudiere haber

consentido a tener contacto sexual con personas diferentes al acusado”.

Por otro lado, en reglas que se explican por sí solas, cuya legitimidad fluye

de lo anteriormente expuesto, es del caso insistir en la aplicación de los

literales a) al c) de la Regla 70 de las Reglas de Procedimiento y Prueba de

la Corte Penal Internacional. Son las siguientes:

A. El consentimiento no podrá inferirse de ninguna palabra o conducta de la

víctima cuando la fuerza, la amenaza de la fuerza, la coacción o el

aprovechamiento de un entorno coercitivo hayan disminuido su capacidad

para dar un consentimiento voluntario y libre.

B. El consentimiento no podrá inferirse de ninguna palabra o conducta de la

víctima cuando ésta sea incapaz de dar un consentimiento libre.

C. El consentimiento no podrá inferirse del silencio o de la falta de resistencia

de la víctima a la supuesta violencia sexual.

61
§ 7. La prueba en el Derecho Penal Sexual

28º. El Juez es soberano en la apreciación de la prueba. Ésta, empero, no

puede llevarse a cabo sin limitación ni control alguno. Sobre la base de una

actividad probatoria concreta -nadie puede ser condenado sin pruebas y que

éstas sean de cargo-, y jurídicamente correcta -las pruebas han de ser

practicadas con todas y cada una de las garantías que le son propias y

legalmente exigibles-, se ha de llevar a cabo con arreglo a las normas de la

lógica, máximas de la experiencia -determinadas desde parámetros

objetivos- y los conocimientos científicos; es decir, a partir de la sana crítica,

razonándola debidamente (principio de libre valoración con pleno respeto de

la garantía genérica de presunción de inocencia: artículos VIII TP, 158º.1 y

393º.2 NCPP).

29º. La selección y admisión de la prueba en el proceso penal se informa del

principio de pertinencia de la prueba -de expresa relevancia convencional-,

así como los principios de necesidad -que rechaza la prueba

sobreabundante o redundante-, conducencia o idoneidad, y utilidad o

relevancia. El primero exige la vinculación lógico-jurídica entre el objeto de

prueba y el medio de prueba. Tal circunstancia no cambia para el caso del

procesamiento de delitos sexuales, donde es en función de las

particularidades situacionales del hecho sexual que se distingue, escoge y


62
prefiere entre los distintos medios de prueba que se tienen al alcance para

determinar, confirmar o rechazar la tesis inculpatoria objeto de prueba.

30º. La recolección de los medios de prueba en el caso de delitos sexuales

no constituye una selección acostumbrada, uniforme y cotidiana aplicada por

igual a todos los casos de agresión sexual, menos aún su valoración. Atento

al principio de pertinencia, el medio de prueba debe guardar estrecha

relación con la materia que se quiere dilucidar, distinguiéndose: a) por el

grado de ejecución: la de un hecho tentado o consumado; b) por el objeto

empleado para la penetración: miembro viril o un objeto análogo; c) la zona

corporal ultrajada: vaginal, anal o bucal; d) por la intensidad de la conducta:

penetración total o parcial; e) por el medio coaccionante empleado: violencia

física, violencia moral o grave amenaza; f) por las condiciones personales de

la víctima: mayor de edad, menor de edad, aquella que no pudo consentir

jurídicamente, el incapaz porque sufre anomalía psíquica, grave alteración

de la conciencia o retardo mental.

31º. El Juez atenderá, en concreto, las particularidades de cada caso para

establecer la relevancia de la prueba como consecuencia de la declaración

de la víctima o testigo, y la adecuará a la forma y circunstancias en que se

produjo la agresión sexual (unida a su necesidad -aptitud para configurar el

resultado del proceso- y a su idoneidad -que la ley permite probar con el


63
medio de prueba el hecho por probar-). A manera de ejemplo, si para el

acceso carnal medió únicamente grave amenaza -en cuyo caso ni siquiera

requiere algún grado de resistencia- no es exigible que el examen médico

arroje lesiones paragenitales que evidencien resistencia física por parte de la

víctima. Se ha de acudir a otros medios de corroboración, tal es el caso de la

pericia psicológica, u otras que se adecuen a las peculiaridades del hecho

objeto de imputación.

32º. Las variadas combinaciones que la multiplicidad de conductas reguladas

puede arrojar y aplicarse en la praxis a un supuesto determinado de la

realidad exige al Juzgador valerse de los distintos medios de prueba

actuados en la causa que por su naturaleza puedan corroborar una

incriminación. Así la problemática que advierte respecto a la indebida

valoración de la pericia médico legal que no consigna lesiones paragenitales

y/o himeneales, se despeja sin más a través de una atenta aplicación del

principio de idoneidad de la prueba penal en relación a las circunstancias y

medios empleados por el agresor para conseguir el quiebre de la voluntad de

la víctima. Si los medios delictivos consisten en la amenaza, la penetración

vaginal fue incompleta, o la agresión sexual radicó en la práctica genitalica-

bucal, resulta absurdo admitir a trámite la referida prueba técnica, actuarla y,

menos, valorarla. Será la declaración de la víctima la que, finalmente oriente

64
la dirección de la prueba corroborativa. De este modo, se desmitifica la

prueba médico forense como una prueba de actuación obligatoria ante la

sola mención del tipo legal imputado.

33º. Lo expuesto no importa disminuir el alcance probatorio de la pericia

médico-legal, sino identificar el contexto en la que sus conclusiones

adquieren real vinculación y potencialidad con la acción delictiva objeto de

imputación. Dicha prueba pericial será trascendente cuando se atribuya -

usualmente por parte de la propia víctima- el empleo de agresión física,

penetración violenta o sangrado producto de los hechos, las que de no

evidenciarse, pese a la inmediatez de la actuación de la pericia, será

relevante para debilitar el alcance de la declaración de la víctima o

considerar la ausencia de corroboración.

34º. El principio de pertinencia y el derecho constitucional de la víctima a que

se proteja su derecho a la intimidad transforman las pruebas solicitadas para

indagar respecto a su comportamiento sexual o social, anterior o posterior al

evento criminal acaecido, en pruebas constitucionalmente inadmisibles,

cuando impliquen una intromisión irrazonable, innecesaria y

desproporcionada en su vida íntima. Éste sería el caso cuando se indaga

genéricamente sobre el comportamiento sexual o social de la víctima, previo

o posterior a los hechos objeto de investigación o enjuiciamiento -esta es la


65
base de la regla 71 de las Reglas de Procedimiento y Prueba de la Corte

Penal Internacional-. Por el contrario, ningún reparo se advierte en los actos

de demostración y de verificación de las circunstancias en que se realizó la

agresión sexual imputada.

35º. La regla expuesta, en clave de ponderación, está limitada por la garantía

genérica de defensa procesal y en el principio de contradicción. Frente a un

conflicto entre ambos derechos fundamentales y garantías constitucionales,

para proceder a la indagación íntima de la víctima, en principio prohibida

(Regla 71 ya citada), deberá identificarse una vinculación lógica entre la

prueba indagatoria restrictiva de la vida íntima y la tesis defensiva

correspondiente, por lo que dicho examen sólo cabría si (i) tal indagación

está dirigida a demostrar que el autor del ilícito es otra persona y no el

procesado; (ii) o si como, consecuencia de impedir esa indagación, se

vulnera gravemente la garantía de defensa del imputado. Por ejemplo,

cuando éste trate de acreditar anteriores o posteriores contactos sexuales

con la víctima que acrediten de ese modo el consentimiento del acto.

A estos efectos, deberá superarse, además, el test de proporcionalidad que

finalmente justifique la idoneidad de la prueba indagatoria al objeto de la

prueba en prevalencia del derecho de defensa del imputado. Este test exige,

en primer lugar, analizar el fin buscado para ver si es imperioso para la


66
defensa; en segundo lugar, examinar si el medio para llegar a dicho fin es

legítimo; y, en tercer lugar, estudiar la relación entre el medio y el fin

aplicando un juicio de necesidad. Luego, de ser razonable a la luz de estos

pasos, se aplicará el juicio de proporcionalidad en sentido estricto para

determinar si el grado de afectación del derecho a la intimidad es

desproporcionado [Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana T-

453/05, del dos de mayo de 2005].

36º. Estas previsiones jurisprudenciales persiguen evitar innecesarios

cuestionamientos de la idoneidad moral de la víctima, los cuales legitimarían

una gama de prejuicios de género, orientados a rechazar la imputación penal

con base a su comportamiento sexual. Tales cuestionamientos son

innecesarios y conllevan una irrazonable intromisión en la vida íntima de la

víctima sin que aporte ningún elemento probatorio de lo sucedido en la

relación entre víctima y acusado.

§ 8. Evitación de la Estigmatización secundaria

37º. El Estado ha de mostrar una función tuitiva respecto a la víctima que

denuncia una agresión sexual, como criterio de justicia y por fines de eficacia

probatoria. La victimización secundaria hace referencia a la mala o

inadecuada atención que recibe una víctima por parte del sistema penal, e

67
instituciones de salud, policía, entre otros. La revictimización también incluye

la mala intervención psicológica terapéutica o médica que brindan

profesionales mal entrenados para atender situaciones que revisten

características particulares. La víctima de una agresión sexual sufre por el

propio hecho en sí; y por la dolorosa experiencia de repetir el suceso vivido a

los profesionales de las diferentes instituciones sucesivamente: familia,

pediatra, trabajadora social, médico forense, policía, psicólogo, juez,

abogado del acusado. En efecto, el trauma de la víctima del abuso sexual se

prolonga cuando debe enfrentarse a los interrogatorios que contempla el

sistema de justicia.

38º. A efectos de evitar la victimización secundaria, en especial de los

menores de edad, mermando las aflicciones de quien es pasible de abuso

sexual, se debe tener en cuenta las siguientes reglas: a) Reserva de las

actuaciones judiciales; b) Preservación de la identidad de la

víctima; c) Promover y fomentar la actuación de única declaración de la

víctima. Esta regla es obligatoria en el caso de menores de edad, valiéndose

para ello de las directivas establecidas por el Ministerio Público en la

utilización de la Cámara Gesell, especialmente respecto a la completitud,

exhaustividad y contradicción de la declaración.

68
En lo posible tal técnica de investigación deberá estar precedida de las

condiciones que regula la prueba anticipada del artículo 242º.1.a) del Código

Procesal Penal 2004 y siguientes. La irrepetibilidad o indisponibilidad en su

actuación radica en el retraso de la misma hasta el juicio oral, dada la corta

edad de los testigos y las inevitables modificaciones de su estado

psicológico, así como un eventual proceso de represión psicológica. Su

registro por medio audiovisual es obligatorio. De modo tal que, si a ello se

agrega la nota de urgencia -que autoriza a las autoridades penales distintas

del Juez del Juicio para su actuación (artículos 171º.3 y 337º.3.a NCPP)- de

no existir cuestionamientos relevantes a la práctica probatoria, sea posible

su incorporación al juicio a través de su visualización y debate.

Excepcionalmente, el Juez Penal, en la medida que así lo decida podrá

disponer la realización de un examen a la víctima en juicio cuando estime

que tal declaración o exploración pre procesal de la víctima: a) no se ha

llevado conforme a las exigencias formales mínimas que garanticen su

derecho de defensa; b) resulte incompleta o deficiente; c) lo solicite la propia

víctima o cuando ésta se haya retractado por escrito; d)ante lo expuesto por

el imputado y/o la declaración de otros testigos sea de rigor convocar a la

víctima para que incorpore nueva información o aclare sectores oscuros o

ambiguos de su versión; e) evitarse el contacto entre víctima y procesado,

salvo que el proceso penal lo requiera.

69
III. DECISIÓN

39º. En atención a lo expuesto, las Salas Penales Permanente y Transitoria

de la Corte Suprema de Justicia de la República, reunidas en Pleno

Jurisdiccional, y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 116º del

Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial;

ACORDARON:

40º. ESTABLECER como doctrina legal, los criterios expuestos en los

fundamentos jurídicos 21º al 38º.

41º. PRECISAR que los principios jurisprudenciales que contiene la doctrina

legal antes mencionada deben ser invocados por los jueces de todas las

instancias judiciales, sin perjuicio de la excepción que estipula el segundo

párrafo del artículo 22º de la LOPJ, aplicable extensivamente a los Acuerdos

Plenarios dictados al amparo del artículo 116º del citado estatuto orgánico.

70
3.- CADENA PERPETUA

Bajo la denominación expresa de cadena perpetua y con las características que

presenta, no tiene precedentes en la legislación nacional. Una pena semejante se

incluyó en el Código Penal de 1924: la pena de internamiento, a diferencia de lo

que ocurrió en el Código Penal de 1862 donde la máxima duración de la pena

privativa de libertad estuvo en la de penitenciaria de 15 años, en su máximo grado,

así se aprecia de los Arts. 23° y 32° del cuerpo legal mencionado:

Según el Código Penal de 1924 la pena de internamiento tuvo un carácter

indeterminado. Resulta una pena semejante a la cadena perpetua y tiene un

mínimo de veinticinco años, pero sin un máximo, quedando librada a criterios del

juez una duración mayor que pudiera expresarse en la sentencia, atendiendo a

factores personales del delincuente como la habitualidad y la peligrosidad.

Así aparece de la jurisprudencia de la época de su vigencia: “El nuevo delito

cometido por reos condenados a internamiento, no reclama otra condena, debiendo

tener presente su peligrosidad181 oportunamente para los efectos de la duración

de la pena más allá del minimum de 25 años; con cuyo fin debe agregarse el

71
testimonio de condena anterior, la Declaración del Tribunal Correccional sobre la

Imputabilidad y Responsabilidad de los acusados”. 4

La pena de internamiento adoptada por nuestro país a inicios del siglo XX estuvo

fundada en criterios de defensa social, son claros los argumentos de la Comisión

que revisó el proyecto del Código Penal de 1924. “La pena indeterminada es la

única razonable... No se castiga por castigar sino por garantía social hasta el límite

en que concurran la emoción y la defensa colectivas...”

El propósito de su inclusión en el catálogo de penas fue la sustitución a la pena de

muerte183, en la Exposición de Motivos así reza: “la abolición de la pena de muerte

y su sustitución por la de internamiento a perpetuidad” pena que por las

propuestas de la Comisión Revisora fue modificada “transformándola de perpetua

en indeterminada”.

La pena de internamiento fue concebida como una pena privativa de libertad

indeterminada, habiendo previsto el legislador para su imposición un mínimo de

veinticinco años de duración y luego de su cumplimiento el interno podía acogerse

a la liberación condicional. Si bien, existen semejanzas entre la cadena perpetua y

el internamiento, también se advierten diferencias.

Ambas penas debían cumplirse “con aislamiento celular continuo” durante el primer

año, así estuvo dispuesto en el Art. 11° del Código Penal de 1924 que reguló la

4
Ejecutoria del 6 de abril de 1929, Anales Judiciales, 1929, p. 19.
72
pena de internamiento y el Art. 20° del D. L. 25475, antes de haber sido declarado

inconstitucional, norma que incluyó a todas las penas privativas de libertad de dicho

Decreto Ley, por tanto, a la cadena perpetua contemplada en el Art. 3° literal a) del

D.L. 25475, el mismo que ya ha sufrido diversas modificatorias.

Tanto el internamiento como la cadena perpetua privan de la libertad al individuo,

de manera indeterminada, ambas carecen de límites máximos a su intemporalidad;

pero el internamiento resultó ser una pena más benigna porque contemplaba un

mínimo de veinticinco años, que permitía la liberación condicional, lo que no ocurre

con la cadena perpetua en el Perú, sigue siendo una pena intemporal, con límites

aparentes a su indeterminación, a diferencia de otras legislaciones del mundo186

que sí tienen plazos máximos tolerables.

En el caso peruano, siguiendo los argumentos del Tribunal Constitucional el Dec.

Leg. N° 921 prevé un mecanismo procesal que da la posibilidad de revisión de la

condena a los treinta y cinco años, plazo que comparativamente con el de

veinticinco años de la pena de internamiento sigue siendo excesivo, resultando así

la cadena perpetua ser una pena más dura y grave que el internamiento y más

retrograda que esta pena que tuvo vigencia en el siglo pasado.

73
4.- CADENA PERPETUA EN EL PERU COMO PRODUCTO DEL DERECHO
PENAL DE EMERGENCIA

“El Derecho Penal de Emergencia, surge como un concepto propio de la literatura

italiana, para identificar el control penal dirigido a los grupos de ultra derecha y ultra

izquierda de dicho país”5, esta política se extendió a países de Latinoamérica con

el propósito de hacer uso de la violencia estatal para neutralizar brotes y períodos

de violencia política; sin embargo, las normas dictadas bajo estas coyunturas no

respondían sólo y únicamente a situaciones de emergencia, por el contrario se

tornaban en permanentes, como ha ocurrido en la experiencia de países

latinoamericanos188, entre ellos el nuestro, como bien afirmara el jurista nacional

Víctor PRADO SALDARRIAGA (1993): “Bajo una confusa noción de paz y orden, o

de necesidad de orden público, la política penal de emergencia se va extendiendo”.

La política penal de emergencia denominada por el profesor italiano GIULIANO

VASSALLI como “emersión penal” está “caracterizada por el hecho de que muchas

normas penetran en el tejido de nuestros ordenamientos penales en nombre de la

emergencia, pero se van quedando allí por largo tiempo” .

Lamentablemente estas normas de emergencia sustentadas en la ideología de la

seguridad nacional en opinión de Víctor PRADO SALDARRIAGA propician

“inseguridad ciudadana”191 por el temor que conllevan al estar implícita la

amenaza de atentados a los Derechos Humanos y como bien sostiene LAURA

5
PRADO SALDARRIAGA, Víctor, La Política Penal de Emergencia, Función y Efectos, en Derecho y Sociedad,
Revista de Derecho Público, año 2, N° 2, Lima, 1990, p. 26.
74
ZUÑIGA RODRIGUEZ, tienen “como tónica general la restricción de derechos

fundamentales, principalmente las garantías de la detención y del derecho de

defensa, además de limitaciones de principios penales y procesales”.

La Comisión de la Verdad y Reconciliación en las conclusiones de su Informe Final

refiere haber “constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre

1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso y

prolongado de toda la historia de la República.

Asimismo que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y

dolorosos en la sociedad peruana”. Bajo esta coyuntura asume el poder el Ing.

Alberto Fujimori Fujimori en 1990 gobernando, bajo las reglas del mandato

constitucional (Constitución de 1979) hasta el 5 de abril de 1992 en que provoca un

autogolpe de Estado, y, que según la propia Comisión de la Verdad y

Reconciliación “significó el colapso del Estado de Derecho”, porque se instaura en

el país una dictadura cívico-militar, y, como parte de la estrategia antisubversiva

implementa una política antidemocrática en materia penal, expresada en una

legislación penal de emergencia o “legislación de excepción”195 como también se

le denomina en la doctrina que trajo consigo serios recortes a los Derechos

Humanos con normas sobrecriminalizadoras justificadas “sin más argumentos que

“razones de Estado” caracterizadas por un retorno a la ideología de la seguridad

nacional” que significaría la progresiva expansión de reglas de emergencia penal,

una legislación efectista, con un marcado maximalismo penal.

75
“Cuando a consecuencia de la disolución del Congreso de República el 5 de abril de 1992,

el gobierno del ex presidente Fujimori como gobierno de facto asumió funciones

legislativas y como herramienta política a los fines de su consolidación, comenzó a dictar

legislación antiterrorista, y sólo se pensó en su eficacia inmediata pero no, en su

inconstitucionalidad ni en las consecuencias a futuro, pese a ser e Perú signatario del

Pacto de San José y Estado parte de la Convención Americana sobre Derechos

Humanos”197. En efecto, a partir de 1992, a raíz de la violencia interna provocada por el

fenómeno terrorista y corroborado por la delincuencia común, en el Perú, se dictaron Leyes

de Emergencia para controlarlo. “La Comisión de la Verdad y Reconciliación considera que

la abdicación de la autoridad democrática culminó con la legislación antisubversiva

aprobada después del golpe de abril de 1992...

La nueva legislación incluía además penas y procedimientos que violaban las garantías del

debido proceso, así como la Constitución y Tratados Constitucionales de los cuáles el Perú

era firmante:..., nuevas figuras legales como terrorismo agravado y traición a la patria,

tribunales y jueces sin rostro, entre otros...”198, según la Comisión de la Verdad y

Reconciliación “...

Luego del golpe de 1992, la situación, se agravó debido a que la nueva legislación

antiterrorista se caracterizaba por la sobrecriminalización del terrorismo y a través de la

flexibilización del concepto y la creación de tipos penales nuevos con los que se procesaba

en distintos fueros y se imponían penas distintas por la misma conducta, la falta de

proporcionalidad de las penas; ...y la atribución de competencia a los tribunales militares

en el juzgamiento de los delitos de traición a la patria”.

Afirmaciones que las recogemos y suscribimos por que la inclusión de la cadena perpetua

en nuestro catálogo punitivo es producto del Derecho Penal de Emergencia instalado a


76
partir de 1992. A partir del 5 de abril de 1992, el denominado “Gobierno de Emergencia y

Reconstrucción Nacional” liderado por el Ing. Alberto Fujimori daría inicio también a su

estrategia legislativa antisubversiva, que colisionaría abiertamente con los principios del

Derecho Penal Democrático que se habían plasmado con el Código Penal de 1991.

Precisamente, cuando el Código Penal debía cumplir un año de vigencia, se produjo el

autogolpe Fujimorista del 05 de abril de 1992 y se dictan los Decretos Leyes N° 25475,

25659, 25708 y 25880 para modificar la legislación precedente en materia de delito de

terrorismo y traición a la patria.

Lamentablemente esta política de expansionismo penal continuaría en esta dirección,

manteniendo la legislación de emergencia y extendiéndola a la esfera de los delitos

comunes llegando a crear la figura del pandillaje pernicioso que involucra a adolescentes

infractores –siempre bajo la doctrina de protección a la seguridad nacional–, en este marco

y haciendo uso de facultades delegadas por el Congreso de la República mediante Ley N°

26958 al Poder Ejecutivo se dictan también los Decretos Legislativos Nros. 895, 896, 897,

899 y 900.

Con el D. L. N° 25475 del 06 de mayo de 1992 se tipifica el delito de terrorismo en sus

distintas modalidades, estableciendo una nueva penalidad sin observar estándares

internacionales para su tratamiento, ni en los procedimientos fijados para la investigación,

instrucción y juzgamiento e introduce la CADENA PERPETUA en su Art. 3° Inc. a). “D.L.

N° 25475 Art. 3°.- La pena será: a) Cadena perpetua si el agente pertenece al grupo

dirigencial de una organización terrorista sea en calidad de líder, cabecilla, jefe, secretario

general u otro equivalente a nivel nacional, sin distingo de la función que desempeñe en la

organización”.

77
Como bien sostuvo Víctor PRADO SALDARRIAGA “la función asignada al Decreto Ley

mencionado era la de permitir una represión severísima del delito de terrorismo. Sin

embargo, la técnica legislativa ha sido desafortunada pues se ha modificado el Art. 29° de

la parte general del Código, lo cual aparentemente ordinariza el acto

sobrecriminalizador...”200. La Cadena Perpetua se convierte así en la sanción más grave

de la legislación nacional, generando incoherencias intrasistémicas dentro del Código

Penal de 1991, al desdeñar la prelación de bienes jurídicos que adoptara este cuerpo legal

al momento de su puesta en vigencia.

Como producto de la política penal de emergencia, implementada bajo el régimen político

de concentración de poder del Ing. Alberto Fujimori, se recoge una pena anacrónica como

la privación de libertad a perpetuidad para sancionar primero los delitos de terrorismo y

traición a la patria, extendidos incluso a la esfera de los delitos comunes –considerados

especialmente graves–, sin advertir en sus diferencias ni en sus fines, como ocurre con el

delito de terrorismo, figura que según la doctrina mayoritaria se le atribuyen fines de

carácter político206. Progresivamente se incrementa el uso de la cadena perpetua en mas

figuras delictivas, así el delito de robo agravado (Art. 189° del C. Penal) fue modificado por

la Ley N° 26319 (27/05/1994), incorporando circunstancias agravantes con penas de hasta

veinticinco años, y, nuevamente sufre una segunda modificación con la Ley N° 26630

(20/06/1996) con la cual se incorpora la cadena perpetua cuando el agente actúe en

calidad de integrante de una organización destinada a perpetrar estos delitos. Del mismo

modo se modificó el delito de secuestro (Art. 152° del C. Penal), se introduce la figura del

secuestro agravado e incorpora para este delito la pena de cadena perpetua mediante la

Ley N° 26222 (20/08/1993) y una segunda modificación se efectúa con la Ley N° 26630

(20/06/1996).

78
Esta tendencia sobrecriminalizadora continuaría, sin lograr su fin disuasorio, pues pese a la

vigencia de estas normas la criminalidad organizada y la delincuencia común crecían de

manera incesante. Estas normas no significaron, precisamente, respuestas racionales

frente a la criminalidad sino la ruptura del Estado de Derecho. Se dictaron en clara

contradicción a la orientación garantista de nuestro Código Penal de 1991, negando

principios insertos en el Título Preliminar como los de lesividad, culpabilidad,

proporcionalidad, entre otros. Un segundo paquete de Decretos Legislativos que

engrosaron la Legislación Penal de Emergencia corresponde al segundo mandato del

Presidente Fujimori. Se dicta la Ley N° 26950, en cuya virtud el Congreso de la República

delega facultades al Poder Ejecutivo para legislar en materia de “Seguridad Nacional”.

El Poder Ejecutivo hizo uso de tales potestades legislativas confundiendo propiamente, el

bien jurídico de la seguridad nacional con la seguridad ciudadana en algunos de los

Decretos Legislativos que emitiría.

Figuran entre estas nuevas Normas de Emergencia: el Dec. Leg. N° 895 del 25/05/1998,

modificado por la Ley N° 27235 del 20/12/1999, que fue denominado “Ley de Terrorismo

Especial”, en cuyo Art. 1° introdujo figuras calificadas como terrorismo especial para “el

que integra o es cómplice de una banda, asociación o agrupación criminal que porta o

utiliza armas de guerra, granadas y/o explosivos, para perpetrar un robo, secuestro,

extorsión u otro delito contra la vida, el cuerpo, la salud, el patrimonio, la libertad individual

o la seguridad pública, ...” reservando para estos casos penas privativas de libertad desde

veinticinco años hasta, la cadena perpetua.

El Dec. Leg. N° 895 tipificó como terrorismo especial un conjunto de conductas que,

simplemente constituían ilícitos comunes cometidos por agrupaciones organizadas,

conforme aparece en el Art. 1° del Decreto Legislativo en mención, llegando a etiquetar


79
como terrorismo delitos que no lo son; y, calificando como “terroristas” a delincuentes

comunes por integrar o ser cómplices de una banda organizada. Por tanto, si se

encontraban bajo los supuestos del Art. Segundo del Dec. Leg. N° 895 en su inc. a)

podrían ser pasibles de cadena perpetua.

Por otro lado la Ley N° 27235, Art. 2° que modificó la Segunda Disposición Final del Dec

Leg. N° 895 tampoco significó un gran avance, porque permitió que continuaran en el

Fuero Militar los procesos por terrorismo en trámite y, eventualmente procesos en reserva

ante ese Fuero, atentando así contra el principio constitucional del Juez natural, razón por

la que y, por decisión del Tribunal Constitucional fueron declarados inconstitucionales los

Artículos 1° y 2° del Dec. Leg. N° 895 y la Ley N° 27235 mediante sentencia recaída en el

expediente N° 005-2001-AI/TC del 17/11/2001, en consecuencia, los procesos y condenas

impuestas por el Fuero Militar devinieron en nulos y debían someterse al Fuero Común por

respeto al Derecho al debido proceso, por ende, las cadenas perpetuas impuestas

devinieron NULAS y los condenados sujetos a nuevos procesos en el Poder Judicial.

Mediante Dec. Leg. N° 896 de 24/05/1998 denominada “Ley Contra los Delitos Agravados”

se modificaron diversos Artículos del Código Penal conforme prevé el Artículo 1° de esta

norma.

Las figuras delictivas que fueron materia de modificación corresponden a: - Homicidio

calificado, Art. 108° - Secuestro, Art. 152° - Violación Sexual de menores de 14 años, Art.

173° y 173”A” - Robo, Art. 188° - Robo Agravado, Art. 189° - Extorsión, Art. 200° Las

reformas introducidas por el Dec. Leg. N° 896 también fueron materia de observaciones y

críticas al encontrar algunas imprecisiones e incoherencias en las nuevas figuras descritas

en el marco del Dec. Leg. N° 896. Así, en el Art. 152° del Código Penal subsiste la cadena

perpetua para quien, durante el secuestro o a consecuencia de él, afecte gravemente la

80
salud física o mental de la víctima o produce su muerte. En los Arts. 173° y 173°A que

describen la violación de menores, el Dec. Leg. N° 896 equipara la violación con la muerte,

pues en el Art. 173° del Código Penal la ley prevé cadena perpetua cuando la edad de la

víctima de violación fluctúe entre 7 y 10 años y, según el Art. 173°A del mismo cuerpo legal

para los casos de violación en que las edades de las víctimas oscilen entre 7 y 10 años

(Art. 173.2) y entre 10 y 14 años (Art. 173.3) también contempla la cadena perpetua,

cuando se provoque la muerte del menor agraviado o se le cause la muerte en la medida

que el agente haya podido prever dicho resultado o, en todo caso, cuando el sujeto activo

actuó con crueldad.

Son evidentes las incoherencias en la tipificación penal y las penalidades previstas, se

observa que la penalidad agravada de cadena perpetua es exactamente la misma tanto

por la violación de menores de 7 años como por la violación con resultado de muerte en

menores de la misma edad. En la parte final del Art. 189° del Código Penal introduce una

circunstancia agravante para el robo agravado y prevé la pena de cadena perpetua cuando

se haya producido la muerte de la víctima o que ésta haya sido lesionada gravemente en

su integridad física o mental, modificaciones que ocasionaron contradicciones

intrasistémicas por la gravedad de la pena, sin tomar en cuenta la prelación de bienes

jurídicos establecida por la sistemática penal nacional.

Del mismo modo por mandato del Dec. Leg. N° 896 se reforma la parte final del Art. 200°

del Código Penal que regula la figura de la extorsión, incluyendo también la cadena

perpetua cuando a consecuencia del delito, el rehén muere o sufre lesiones graves a su

integridad física o mental, se advierte también la desproporcionalidad de la pena. Integra

también este paquete de once Decretos Legislativos de Emergencia, entre otros, el Dec.

Leg. N° 897 que contiene normas de orden procesal que complementa al Dec. Leg. 896,

81
promulgado bajo la denominación de “Ley de Procedimiento Especial para la Investigación

y Juzgamiento de los Delitos Agravados”; el Dec. Leg. N° 898 (27/05/1998) “Ley Contra la

Posesión de Armas de Guerra” y el Dec. Leg. N° 899 (28/05/1998) “Ley Contra el

Pandillaje Pernicioso”. Gracias a la insistente lucha por el retorno hacia un Derecho Penal

más democrático y respetuoso de los Derechos Humanos, asimismo por las críticas de los

doctrinarios frente a la Legislación Penal del Emergencia, bajo el propio régimen fujimorista

se abre paso a ciertos cambios legislativos.

Mediante Ley N° 27472 (05/06/2008) se introducen modificatorias y derogan algunas

disposiciones de los Dec. Leg. 896 y 897. El Art. 5° de esta Ley 27472 modifica el artículo

1°, deroga los artículos 2° y 3° del Dec. Leg. N° 896 y las disposiciones del Dec. Leg. N°

897 que se opongan a dicha ley. La modificatoria del artículo 1° del Dec. Leg. N° 896

comprendía penas relativas al asesinato, secuestro, violación sexual de menores de edad,

robo, robo agravado y extorsión, reduciendo los plazos de prisión; mientras los artículos 2°

y 3° del decreto legislativo en mención, derogados por la Ley 27472 se referían a la

eficacia y vigencia de dicho decreto legislativo.

Respecto a la derogación de las disposiciones del Dec. Leg. N° 897 opuestas a la ley N°

27472, por efecto del artículo 2° de esta ley quedaron sin efecto el procedimiento especial

para la investigación y juzgamiento de los delitos comprendidos en el Art. 1° del Dec. Leg.

N° 896 y la prohibición al acceso a los beneficios penitenciarios del Código de Ejecución

Penal, en tal virtud dichos delitos serían tramitados de conformidad con las normas del

Código Procedimientos Penales y en observancia al Art. 4° de la Ley N° 27472 los

beneficios penitenciarios para los delitos previstos en el Dec. Leg. N° 896 debían regularse

por el Código de Ejecución Penal.

82
Posteriormente por acción de inconstitucionalidad interpuesta por la Defensoría del Pueblo

contra normas subsistentes de los Dec. Leg. 895 y del Dec. Leg. N° 897, el Tribunal

Constitucional se pronuncia mediante sentencia recaída en el Exp. N° 005-2001-AI/TC de

15/11/2001, declarando la INCONSTITUCIONALIDAD, por la forma de los Dec. Leg. N°

895 y 897 en sus disposiciones aún vigentes. Asimismo por la inconstitucionalidad por el

fondo de los artículos 1° y 2° literal a), numeral 6), Art. 6° incisos b), c), d), 7° incisos a), b),

e), f), g), i), primer y tercer párrafo, e inciso f) y del artículo 8° del Dec. Leg. N° 895 del Art.

2° de la Ley N° 27235, de los incisos a), b), c), f) y g) del artículo 1° del Dec. Leg. N° 897.

Por haberse declarado la inconstitucionalidad de los artículos 1° y 2° literal a) del Dec. Leg.

N° 895 desaparece la CADENA PERPETUA como posible pena para los mal llamados

Delitos de Terrorismo Especial.

Con la figura del delito de violación de menores ocurrió algo singular. Por imperio de la Ley

N° 27472 quedó excluida la cadena perpetua; pero, atendiendo a la presión de algunos

sectores, se adoptó una respuesta efectista y, se restituye casi inmediatamente mediante

la Ley N° 27507 del 13/06/2001. Las modificatorias introducidas al artículo 1° del Dec. Leg.

N° 896 por las Leyes N° 27472 y 27507 significaron una leve morigeración de las

consecuencias jurídicas de los delitos descritos por el Dec. Leg. N° 896, logrando más

proporcionalidad en las penas fundamentalmente temporales, más no así respecto de la

cadena perpetua, subsistiendo para los delitos de secuestro (Art. 152°), violación sexual de

menor cuando la víctima tiene menos de 7 años (Art. 173°) y en caso de violación sexual

de menores de 14 años seguida de muerte o lesión grave (Art. 173°A), robo agravado (Art.

189°), quedando excluida solamente de la figura la de EXTORSION (Art. 200°) del Código

Penal, habiendo previsto, como máxima pena en caso de muerte del rehén una pena

privativa de libertad de veinticinco años.

83
“Lamentablemente, el Congreso de la República instalado en 1993 y que dictó la

cuestionada Constitución Política de ese año no convalidó la legislación mediante su

oportuna revisión”207, el Poder Legislativo de ese entonces proclive al régimen dictatorial

de Fujimori renunció a la posibilidad de introducir enmiendas a este conjunto de normas

inconstitucionales y atentatorias a los Derechos Humanos. Los cuestionamientos formales

surgirían más adelante a través de observaciones y resoluciones alcanzadas por la

Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, toda vez que en el nivel interno

el poder político había llevado a la neutralización de la acción eficaz de la justicia peruana

por su intromisión en el Ministerio Público y el Poder Judicial. Con Exp. N° 010-2002-AI/TC

don Marcelino TINEO SILVA y más de 5000 ciudadanos interpone acción de

inconstitucionalidad contra los Decretos Leyes N° 25475, 25659, 25708 y 25880, así como

sus normas complementarias y conexas.

El Tribunal Constitucional con sentencia N° 010-2002-AI/TC publicada el 04/01/2003

declara la inconstitucionalidad de los artículos 1° y 2°, 3°, 4°, 5° y 7° del Decreto Ley N°

25659. También la frase “o traición a la patria” del artículo 6° del mismo D. Ley N° 25659;

asimismo la inconstitucionalidad de los artículos 1°, 2° y 3° del D. Ley N° 25708; los

artículos 1° y 2° del D. Ley N° 25880 y los artículos 2°, 3° y 4° del D. Ley N° 25744. En

cuanto al D. Ley N° 25475 solamente fueron declarados inconstitucionales los artículos 7°,

inc. h) del artículo 13° e inc. d) del art. 12°; mientras por decisión del Tribunal

Constitucional se conservaría la cadena perpetua como parte de nuestra sistemática penal.

La sentencia N° 010-2002-AI/TC optó por exhortar al Poder Legislativo para modificar el

régimen jurídico de la cadena perpetua, introduciendo plazos de culminación y

mecanismos temporales de excarcelación; además de establecer los límites máximos de

las penas de los delitos regulados por los artículos 2° y 3° incisos b) y c); y 4°, 5° y 9° del

84
D.L. N° 25475. De este modo y, no obstante que el país ha logrado superar la emergencia

provocada por la subversión, la política criminal peruana no ha variado y se insiste en el

uso de la cadena perpetua.

El Congreso de la República el año 2003, no obstante haberse expedido por el Tribunal

Constitucional la SENTENCIA EXHORTATIVA recaída en el Exp. N° 010- 2002-AI/TC para

modificar la legislación antiterrorista del D. L. N° 25475 y concordar el régimen jurídico de

la CADENA PERPETUA con lo expuesto por la sentencia del Tribunal Constitucional, se

sustrajo de esta obligación para darle al país una nueva ley en una materia tan importante

vinculada al control penal antiterrorista y, bajo el contexto de un nuevo régimen político

democrático poder analizar y debatir sobre el nuevo tratamiento que debiera darse a la

pena de cadena perpetua.

Es así como el Congreso de ese entonces decidió por lo más fácil, emitiendo la Ley N°

27913 y delegando facultades al Poder Ejecutivo para legislar en materia antiterrorista

mediante Decretos Legislativos. Bajo este contexto el Poder Ejecutivo dicta el Dec. Leg. N°

921 publicado oficialmente el 18/01/2003 que establece el régimen jurídico de la Cadena

Perpetua en la Legislación Nacional, hasta llegar a los contornos del Dec. Leg. N° 982.

5.- CADENA PERPETUA, SUS IMPLICANCIAS CON LOS FINES DE LA


PENA.

Las teorías de la pena permiten orientar la política criminal de cada Estado y definir el

propio Derecho Penal. Como sostiene el autor nacional Felipe Villavicencio Terreros “cada

una de las teorías responde a una determinada concepción de Estado y

consecuentemente, cada teoría origina una definición del Derecho Penal”.

85
Es a través de la pena que cada Estado coloca límites al ejercicio del poder penal y

establece mecanismos para hacer uso del control social formal. La cadena perpetua es

una pena que ha sido incorporada en catálogos punitivos de diversas latitudes del mundo,

el Perú no es ajeno a esta realidad.

Lamentablemente la cadena perpetua por su naturaleza y sus características presenta

serias implicancias con los fines de la pena que se tratan de explicar mediante las

denominadas “teorías de la pena”, que a través de diversos principios o axiomas procuran

fundamentar las penas y al hacerlo le otorgan fundamento al propio Derecho Penal.

Los fines de la pena se circunscriben a la retribución, la prevención general, la prevención

especial y a criterios mixtos que buscan convergencia entre la prevención y retribución.

Respecto de las TEORIAS ABSOLUTAS de la pena si el fundamento de la pena, según

estas teorías radica únicamente en la justicia y en la necesidad de preservar la moral como

valores absolutos, deberíamos preguntarnos si la cadena perpetua se justifica como pena

que ostente calidad de mecanismo válido que utilice la sociedad para la realización de la

justicia, como supremo valor?. Asimismo, es preciso apreciar en el tipo de pena, la justicia

y reflexionar si ¿será posible que tanto el autor como la colectividad coincidan en calificarla

como una pena justa?, o, conforme al pensamiento de Hegel “el imponerla es justo en sí y

por sí” .

El poder penal debe obedecer a los límites racionales que demanda la sociedad; la cadena

perpetua no observa límites y el poder que ejerce el Estado, desde la concepción de la

cadena perpetua, como pena, es verdaderamente ilimitado. Al aplicar la cadena perpetua

se cosifica al ser humano, se atenta contra su esencia, su dignidad, colisionando así con la

moral como fundamento de la pena. Según los retribucionistas “la pena se legitima si es

justa... una pena útil, pero no justa carecerá de legitimidad”.


86
Encerrar a un hombre a perpetuidad no encuentra sustento en la justicia, no cubre

exigencias de equidad, por la mera compensación, por el mal causado con el delito, la

cadena perpetua no puede considerarse justa. Consiguientemente, por ser injusta deviene

en una pena ilegítima, recogiendo al efecto, los propios fundamentos de las teorías

absolutas. Conviene entonces preguntarse ¿hasta dónde se justifica el uso de tan extrema

violencia por el Estado, expresada en la pena de cadena perpetua?.

Analizando el fin de la cadena perpetua es, en esencia meramente retributivo, en tanto

revela el propósito de venganza, no expresa la medida racional de la sanción en relación al

delito cometido, no constituye en sí misma un instrumento para el logro de la justicia,

menos la satisfacción de una necesidad moral. Como bien sostiene Manuel Cobo del Rosal

y Tomás Vives Antón, “la retribución constituye el fundamento justificativo único, tanto del

castigo en general, cuanto de la pena particular, impuesta al delincuente concreto“.

Desde la vertiente de la prevención general positiva, a través de la pena se busca como

tendencias actuales “la afirmación y aseguramiento de las normas fundamentales” reforzar

la confianza y el respeto hacia las normas que han sido vulneradas; sin embargo, cabe

reflexionar si por la necesidad de “aseguramiento de las normas fundamentales” ¿se

justifica la aplicación de una pena tan grave como la cadena perpetua?, ¿importa acaso

más la vigencia y confianza en el derecho que la vida de un hombre que perderá toda

posibilidad de recuperar su libertad?. ¿Es a través de la cadena perpetua, que se puede

alcanzar la afirmación del derecho en un Estado social y democrático y de derecho?, la

respuesta negativa es categórica porque esta pena colisiona con los propósitos del Estado

Social y democrático del derecho y, por el contrario muestra a un Estado autoritario y

arbitrario que apela a penas desproporcionadas como la cadena perpetua para

mantenerse y conservar el sistema.

87
Es necesario contrastar la realidad legal con la realidad social y constatar si por la

aplicación de la cadena perpetua mejora o cambia la actitud de los ciudadanos de respeto

por el derecho y si se refuerza, gracias a la cadena perpetua la confianza en el sistema

penal, y en general en el sistema social; poder apreciar así la influencia de la cadena

perpetua en la disminución de la criminalidad y si puede coadyuvar a la solución de los

problemas sociales que inciden en la producción delictiva.

Consideramos que no se puede sacrificar a seres humanos encerrándolos de por vida para

resolver los graves problemas sociales, máxime que deberían observarse criterios de

corresponsabilidad del Estado y la sociedad en el fenómeno delictivo.

La prevención general negativa viene a ser la prevención intimidatoria propiamente dicha

“busca inhibir a las personas de la comisión del delito mediante intimidación o disuasión de

éstas a través de la aplicación de la pena”.

Según esta teoría “... no se le castiga por el delito que ha cometido, sino como ejemplo

para que los demás no delincan. La pena de cadena perpetua encuentra en esta teoría su

fundamento, que ha merecido serias críticas en tanto la mera búsqueda de la intimidación

resulta censurable, máxime que bajo esta orientación se corre el riesgo de “una

inadecuada exageración de la pena” como ocurre con la cadena perpetua que es

indeterminada, una pena exagerada, que se emplea en aras de una política penal

altamente represiva. Las implicancias de la cadena perpetua se presentan particularmente

respecto de la prevención especial o individual, que “considera que la finalidad de la pena

está orientada a influir directamente sobre la gente, de manera individual”.

Se reserva para quienes ya delinquieron, pretende mediante la pena que no vuelvan a

cometer nuevos delitos y se plasmen los propósitos de RESOCIALIZACIÓN, distinguiendo

88
entre los no ocasionales y los habituales e incorregibles, en este último caso el objetivo de

la pena radica en “conseguir su inocuización a través de un aislamiento que puede llegar a

ser perpetuo” .

En efecto, muchos Estados que se proclaman como Estados sociales y democráticos de

derecho, optan por penas como la cadena perpetua para neutralizar y aislar

definitivamente a quienes consideran delincuentes incorregibles, reincidentes y peligrosos,

soslayando su calidad de seres humanos ni respetar su dignidad humana, contradicción

que constituye una seria implicancia con los fines de la pena. Se trata de un criterio

absoluto que revela irracionalidad de la pena de cadena perpetua, por la ausencia de una

finalidad social que justifique su aplicación. Los criterios de peligrosidad en la actualidad,

son retrógrados constituyen reminiscencias del causalismo biológico y antropológico del

siglo XIX, es más colisionan con las exigencias del derecho penal democrático, el

presupuesto de la peligrosidad como fundamento de la pena ha merecido críticas en la

doctrina penal, se afirma que con el argumento de la peligrosidad se pretende “sancionar a

la persona delincuente, no por el delito sino por especiales características de su

personalidad, destruyendo así el principio de proporcionalidad entre delito y pena”, críticas

que suscribimos.

Quedan así demostradas las insuficiencias preventivo-especiales de la cadena perpetua,

razones por la que se le ha excluido y rechazado en otras legislaciones, como el caso de

España.

Partiendo de las denominadas TEORIAS DE LA UNIÓN, que según la propuesta de Roxin:

“se limita a centrar la problemática en las tres fases esenciales de la vida de la pena “la

conminación legal, la aplicación judicial y la ejecución de la condena”235 podemos señalar

89
que son las tres fases de la vida de la pena en las cuales se ponen de manifiesto las

implicancias de la cadena perpetua con los fines de la pena. En la fase inicial que

corresponde al legislador las implicancias de esta pena, se dan desde la incorporación de la

cadena perpetua dentro del arsenal punitivo del Estado que denota lamentablemente, el

uso de violencia irracional y, absolutamente ilimitada para proteger a la sociedad de hechos

delictivos especialmente gravosos dentro del contexto del Estado social y democrático de

derecho, resultando contradictorio con él y poco convincente su calidad como pena

necesaria para preservar las bases de la convivencia pacífica a la cual se aspira bajo esta

forma de Estado; pero son los dos últimos momentos en que se hacen aún más evidentes

estas implicancias. Durante la etapa de la aplicación o determinación de la pena, según

Roxin “los fines preventivos son limitados por la medida de la gravedad de la culpabilidad”,

sin embargo, cuando se trata de la pena de cadena perpetua, este criterio no encuentra

asidero, en tanto, es en la fase judicial, que el Juez para determinar la pena debe apreciar

en la culpabilidad por el hecho cometido. La cadena perpetua como una pena

absolutamente indeterminada, una pena tasada, representa en este extremo un problema

técnico-jurídico, porque la determinación judicial prácticamente no existe.

El Juez, se convierte en un mero ejecutor de la venganza pública debiéndola imponer

mecánicamente por tratarse de una pena rígida, una pena tasada que no admite

graduación como las demás penas temporales en atención a la culpabilidad. En efecto, “...

en la medición de la pena el Juez debe someterse a una limitación: la pena no puede

sobrepasar la culpabilidad del autor”, dicha limitación no somete al Juez en caso de la

cadena perpetua, el Juez se limita a confirmar la amenaza abstracta expresada por la ley y

debe aplicarla estrictamente conforme al criterio del legislador, que critica Roxin, ya que en

90
aras de la prevención general (mediante la conminación legal), “el autor sería utilizado

como medio para los demás”.

Del mismo modo, en la etapa de la ejecución de la condena, se advierten serias

implicancias de la cadena perpetua. En la última fase “adquieren preponderancia los fines

resocializadores”, como forma de prevención especial, lo que no puede producirse con la

cadena perpetua. Resulta innegable que la cadena perpetua desde la perspectiva de la

prevención especial no tiene ninguna justificación, el sentenciado no será recuperado para

convivencia social.

Es ilusorio pensar en la resocialización de quien sólo será devuelto a la sociedad como ser

inerte, sin vida, como expresa claramente Carlos Fontan Balestra: “si se asigna a la pena

el fin de recuperar al condenado para la sociedad, sus términos de duración, deberán

guardar armonía con el logro del propósito perseguido, y así no se concilian las penas

perpetuas ni las de muy larga duración con la idea de restituir al individuo a la comunidad”.

Otros juristas como Víctor Prado Saldarriaga también encuentran implicancias de la

cadena perpetua con los fines de la pena, calificándola como “una sanción meramente

retributiva, no tiene finalidad preventiva especial, no busca condiciones favorables para el

tratamiento del sentenciado, sino extraerlo de modo total de la cadena perpetua se

convierte en un instrumento persuasivo de prevención general, eso es lo que habría que

discutir frente a esa realidad.

Es más bien, desde el lado de la prevención especial, podemos dar márgenes que

permitan que a la persona se le respete su dignidad, que tenga una probabilidad de

reincorporarse a la sociedad” . Resulta así evidente que existen implicancias de la cadena

perpetua frente a los fines de la pena. Las tres fases de la vida de la pena de cadena

91
perpetua están rodeadas de contradicciones, por ende, si no tiene un aporte significativo

desde la perspectiva de la prevención general positiva, y peor aún desde la prevención

especial positiva y, tan sólo responde a criterios retribucionistas y de prevención general

negativa, no justifica su presencia en los catálogos de penas de los Estados democráticos

del mundo, organizados bajo esa forma de Estado de Derecho, como el Perú. Luigi

Ferrajoli es muy puntual en su crítica: “es claro que no sólo la pena de muerte y las penas

corporales e infamantes, sino también esa especie de muerte civil que es la cadena

perpetua contradice estos elementales criterios de legitimación externa de la calidad de la

pena. Pero lo mismo puede decirse de las penas privativas de libertad excesivamente

largas..., en primer lugar la ilegitimidad de cualquier forma de diferenciación en la ejecución

penal, en segundo lugar la inadmisibilidad de cualquier forma de flexibilidad o de

incertidumbre en la duración de la pena, y, en tercer lugar, lo intolerable de cualquier

actividad pedagógica o correctiva en la expiación de la pena.

Tanto la diferenciación como el tratamiento reeducativo y la discrecionalidad administrativa

en la determinación de la calidad y la duración de privación de la libertad contradicen

efectivamente no sólo los principios de retributividad, legalidad y jurisdiccionalidad, sino

también los de necesidad y humanidad de las penas, resolviéndose en tratamientos

desiguales no justificados por la diversidad del delito y, por consiguiente, lesivos para la

libertad interior y la dignidad personal del reo, por su pretensión de transformar a la

persona” .

La pena de cadena perpetua como la pena de muerte dentro de los Estados democráticos

del mundo constituyen temas polémicos y problemas aún no resueltos. A pesar de

insistentes voces de rechazo hacia estas sanciones draconianas, que provienen no sólo

del ámbito del Derecho, sino de otras ciencias sociales como la Sociología, la Psicología,

92
Politología, de la propia Criminología, ambas penas permanecen vivas en los catálogos

punitivos. La cadena perpetua recibe serios cuestionamientos, incluso mayores a los de la

pena capital, por cuanto representa una muerte en vida y un suplicio permanente, razones

suficientes para provocar enfrentamientos entre gobernantes y la propia sociedad, como

discrepancias al interior del tejido social.

En este tema siempre será difícil encontrar consensos porque surgirán opiniones a favor o

en contra. Al presente no se vislumbra aún, la abolición de la cadena perpetua. Si se hace

un recorrido por algunas legislaciones penales europeas y americanas se puede constatar

que la tendencia es a conservarla.

Asimismo se advierten algunas innovaciones como procurar límites a su intemporalidad, a

través de ciertos mecanismos que darían lugar a la excarcelación previo proceso de

revisión después de un período de tiempo que se reconoce razonable; estos períodos

oscilan entre 25 y 35 años, objetivamente este sigue siendo cadena perpetua aunque se

quiera sostener lo contrario, el paso del tiempo es irrevisable, irreversible, por una ficción

legal los treinta o treinta y cinco años de encierro no pierden su esencia de pérdida de

libertad absoluta, pérdida de vida en sí misma.

En otros países que pertenecen a otros sistemas jurídicos como China, India, Japón, está

presente también la cadena perpetua como medida sustituta de la pena de muerte, el Juez

puede decidir o muerte instantánea, o muerte entre rejas. Para los abolicionistas de la

pena de muerte la cadena perpetua es la solución, resulta así más humano antes de quitar

la vida a la persona, determinar que su vida termine en el encierro, sin importar factores

sociales, personales, ni siquiera la carga económica para el Estado. José Luis Guzmán

Dálbora reflexiona en torno a este binomio pena de muerte y cadena perpetua: “...el efecto

intimidante del máximo suplicio ha sido uno de los argumentos favoritos de sus defensores
93
y es en lo que más suele creer el vulgo. Dado que priva al hombre del bien mas preciado,

parece forzoso conjeturar que su amenaza debiera prevenir con la mayor eficacia la

comisión de los delitos, haciendo retroceder a los criminales avezados y conteniendo a los

impulsivos. Prueba de lo cual le ofrecerían los esfuerzos de los sentenciados a muerte en

obtener la conmutación por el presidio perpetuo, ...de la cárcel cabe esperar salir alguna

vez mediante la fuga, a causa de una revolución triunfante o un cambio en la política del

Estado, pero de la noche de los muertos no se vuelve”

Se ha escrito y seguirá escribiendo sobre la pena de muerte. En torno a ella se han dado

valoraciones, argumentaciones, críticas, un conjunto de doctrinas, ideales, posturas ius

filosóficas, han surgido movimiento abolicionistas y de defensores que se han constituido

en poderosas fuentes de influencia en los Estados y dentro de la comunidad internacional,

encontrando respuestas formales en leyes, declaraciones, acuerdos, etc., lo que no ocurre

con la cadena perpetua, obviamente en la misma dimensión. No existen corrientes

doctrinarias norteamericanas, sudamericanas, europeas, favorables ni desfavorables, salvo

en sus concepciones iniciales. Actualmente se aprecia el advenimiento de tendencias

políticas que se expresan en leyes, en el Derecho interno de algunos Estados, con

marcada orientación hacia el maximalismo penal, el punitivismo e incluso el Derecho Penal

del enemigo, cuyos códigos penales reflejan el endurecimiento de las penas. Frente a esta

realidad los defensores de derechos humanos han encontrado eco en importantes sectores

doctrinarios europeos (españoles, alemanes, italianos) y latinoamericanos que

insistentemente critican la imposición de penas privativas de libertad de larga duración,

proponiendo sanciones alternativas para sustituirlas. Es en este contexto que se rechaza la

cadena perpetua, equiparándola por su nocividad con la pena capital, lo que ha provocado

como respuesta inicial introducir algunos límites para su duración. En el Perú se presenta

94
similar situación, pero a diferencia de otros países la cadena perpetua no tiene ni dos

décadas de vigencia desde su introducción inspirada en la ideología de la emergencia

penal se sigue conservando aún, como el principal mecanismo de control social, muy a

pesar de la vocación democrática de gruesos sectores de la sociedad civil, de sectores

académicos, de defensores de la persona humana y del garantismo penal.

Formuladas estas precisiones, al presentar las “posturas sobre la cadena perpetua”

intentamos reunir bajo este epígrafe, diferentes opiniones, aserciones, argumentaciones,

tanto a nivel nacional como internacional, que aún se encuentran dispersas, no constituyen

propiamente corrientes ideológicas ni doctrinarias; sin embargo, ya se van sentando bases

para futuras consolidaciones. Para abordar sobre las tendencias en el ámbito interno,

acudimos a opiniones de expertos y algunas fuentes legales y complementarias.

Tanto la pena capital como la cadena perpetua son penas crueles e inhumanas, guardan

entre sí muchas similitudes con leves diferencias, resulta así difícil comprender los

argumentos que proponen la privación de libertad a perpetuidad como mecanismo válido y

necesario para sustituir a la pena de muerte.

Ambas, la pena capital, como la cadena perpetua son intolerables a la luz de los principios

de humanización de las penas que tienen expresión en la dignidad de la persona humana,

de donde fluyen derechos como la vida y la libertad. La pena de muerte como la cadena

perpetua impiden apreciar los resultados de la prevención especial sobre el delincuente, no

puede reintegrarse a un muerto a la sociedad, tampoco a quien se le condena a morir en

vida.

Ambas penas impiden apreciar el criterio de culpabilidad porque son penas tasadas, como

bien sostiene José Luis CASTILLO ALVA: “la cadena perpetua y la pena de muerte son

95
penas fijas o tasadas que en sustancia no admiten graduación alguna, por más que se

modifiquen los mecanismo de ejecución. Esta característica resta a las mencionadas

penas en su legitimidad, dado que impide una valoración adecuada y consecuente

aplicación de las circunstancias atenuantes y de la personalidad del reo en quien suele

concurrir, por lo general, alguna anomalía psíquica que debe terminar disminuyendo el

quántum de la sanción cuando se comete algún delito grave.

La cadena perpetua y la pena de muerte suelen alterar la dañosidad social del hecho o la

importancia del bien jurídico protegido, magnificándola, reflejando con ello criterios

totalitarios y sesgos antidemocráticos..., agrega el mismo autor que no sólo se quebranta,

así el principio de humanidad sino también el principio de proporcionalidad que es su

derivado”.

En efecto, existen suficientes argumentos para cuestionar la falta de proporcionalidad, no

sólo en la pena de muerte sino en la cadena perpetua, muchas voces se suman a este

análisis crítico: Percy GARCIA CAVERO sostiene que: “sólo siguiendo la lógica del Talión

podría considerarse proporcional la pena de muerte frente a un delito que produce muerte.

Es evidente que significaría un retroceso en la evolución social volver a la lógica de la

equivalencia del daño, pues el proceso de humanización del derecho penal ha llevado a

excluir la pena de muerte y la tortura como fases de reacción penal, llegándose incluso a

cuestionar hoy la propia humanidad de la cadena perpetua”

Sin embargo, y, pese a las evidentes similitudes y semejanzas entre la pena de muerte y la

cadena perpetua, quienes se oponen a la pena capital insisten en la necesidad de una

pena de sustitución. Por efecto de las corrientes abolicionistas de la pena de muerte, la

cadena perpetua surge como una pena alternativa a ésta pena capital por considerarla

aquella, como una pena retrógrada, sin advertir que la cadena perpetua es tan retrógrada y
96
nociva a la persona humana como la pena de muerte. Así manifiesta Robert CARIÖ: “la

sanción alternativa la pena de muerte. Este es sin duda uno de los aspectos más sensibles

de la abolición de la pena de muerte, desde el punto de vista de los partidarios de su

mantenimiento.

Hans JESCHECK manifiesta: “Desde una perspectiva práctica que tenga en cuenta un

postulado político-criminal la pena de muerte no tiene mayor eficacia intimidatoria y útil que

la prisión perpetua”, destacando sutilmente el poder intimidatorio de la cadena perpetua y

su utilidad social.

Asimismo José Luis, GUZMAN DALBORA comenta desde un enfoque semejante al

anterior, dejando entrever que para los defensores de la sustitución de la pena de muerte

por la cadena perpetua se observan mejores resultados de la cadena perpetua: “La

privación perpetua o muy prolongada de la libertad, que preconizaron como substitutivos

VOLTAIRE y BECCARIA, muestra, en efecto, que los condenados suelen observar buena

conducta durante el encierro y que el riesgo de que reincidan durante el periodo de

liberación condicional es bajo, mientras que el condenado a muerte, que ya no tiene nada

que perder, puede cometer homicidios, asesinatos, etcétera...”

El debate continua, según ZIPT: “Luego de la renuncia a la pena de muerte, en la

actualidad es la pena de presidio perpetuo el instrumento más discutido de la política

criminal”283. Este es un tema cotidiano de políticos y gobernantes y de la propia sociedad

que busca respuestas en el crecimiento del Derecho Penal. Algunos Estados continúan

insistiendo en la pena de muerte, mientras otros recurren a la posibilidad de conmutación

de penas, criterios que se enfatizan desde el siglo XIX. Desde entonces distintos países

vienen poniendo en práctica la conmutación de la pena capital por la de prisión a

perpetuidad, mecanismo que han utilizado incluso tribunales especiales.


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En efecto, en distintos ámbitos del mundo se ha ido extendiendo rápidamente esta forma

de aplicar las penas, poniendo en práctica una pena tan grave como la cadena perpetua.

La historia ha registrado hechos que han quedado en la memoria colectiva, como la

actuación del Tribunal de NÜREMBERG, instaurado inmediatamente después de la

Segunda Guerra Mundial por las potencias vencedoras: “Los aliados” para juzgar a los

criminales de guerra nazis, por sus abominables crímenes de lesa humanidad,

sentenciándolos a la pena de muerte. Rudolf HESS uno de los más cercanos

colaboradores de Adolph Hitler fue procesado en Nüremberg y “recibió sentencia de

muerte, la que fue conmutada por la de cadena perpetua. Ocupó una celda en condición

de único prisionero en el presidio de Spandau hasta el día en que fue hallado muerto en

sospechosas circunstancias, en 1987”.

Desde luego este es un ejemplo singular derivado de acontecimientos sumamente

dolorosos para la humanidad que no deben volver a repetirse. La polémica entre pena de

muerte y cadena perpetua como alternativa está en pie, más allá de experiencias históricas

y del propio transcurso del tiempo; mientras tanto, desde la doctrina, los ámbitos

académicos y sectores democráticos de la colectividad siempre habrá rechazo hacia estas

manifestaciones irracionales de política criminal.

98
BIBLIOGRAFÍA:

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Noviembr

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niños consideraciones clinicas.

10. Código penal peruano 8va. Edición. Colección Jurídica 2004. Ministerio de Justicia.

99
EXAMEN

DE VIOLACION

3.- CUALES LA RESPONSABILIDAD DEL MEDICO PERITO

1.- ANALICE LA PROTECCION A MENORES VIOLADOS A NIVEL LEGAL

2.- COMO SE MANEJA EL PROTOCOLO

100

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